El relato erótico "Los amigos de papá, Parte 05" es un texto de ficción, ni el autor ni la administración de blogSDPA.com apoyan los comportamientos narrados en él.

No sigas leyendo si eres menor de 18 años y/o consideras que la temática tratada pudiera resultar ofensiva.

Esta publicación es la parte 5 de un total de 6 publicadas de la serie Los amigos de papá

Eso ha sido muy memorable muchachos – comento don Juan viendo hacia los lados a los otros hombres, Tony a la par de él en medio y a los lados Benito y mi papa.

Las chicas, ya habíamos terminado de limpiar los penes de nuestros respectivos papitos, y cada uno de ellos estaban fumando, yo me extrañe un poco, ya que no había visto fumar a mi papá, pero me imagino que eso se debía a que a mi mamá no le gustaba para nada el olor del cigarrillo.

Anita se encontraba a la par de su papito, y le acariciaba las piernas igual que Martita a don Juan, aunque ella le acariciaba más arriba agarrándoles las pelotas, María solo estaba recostada en las piernas de Benito y era él quien le acariciaba sus inexistentes tetitas, digo inexistentes porque de las cuatro solo Anita tenía unos nacientes pechitos, que apenas se veía, las demás no teníamos nada de nada, yo me entretenía sentada en las piernas de mi papi abrazada a su pecho, y observando a los demás.

Pude notar que si bien todos tenían pancita, no estaban descuidados, don Juan era el más viejo, pero se notaba que no estaba descuidado, más adelante me entere que tenía 60 años, después le seguía Tony con 47, luego mi papi con 43 y el más joven era Benito con 37.

En resumen me puse a pensar que estábamos entonces así, mi papi 43 y yo 9, Tony con 47 y Anita 11, don Juan con 60 y su nieta Martita con 10, luego Benito con 37 y su hija María con 8.

Apenas eran las 4:15 y entre plática y plática vi como cada uno de los amigos de papá se empezaba a poner duritos otra vez, las manitos de cada una de las niñas nos encargábamos de ello, acariciándolas primero con las manitos y luego con nuestras bocas.

Levante la vista y puede ver que de todos Tony tenía la más larga y cabezona, mi papito la tenía más gruesa aunque con menos cabeza, Benito la tenía regular y muy lisa, su cabeza era del mismo grueso que el resto de su pipi, la de don Juan era regular también aunque la marcaban muchas venas.

-Bueno chicos que dicen si nos echamos el segundo round – exclamo Tony levantándose y tomando de la mano a Martita – Ven aquí mi cielo, te voy romper ese culito hermoso que tienes – le dijo a la nieta de
Juan, que solo voltio a ver a su Abuelito que solo sonreía y me volteaba a ver guiñando un ojo a mi papito, el cual me levanto y me dio una nalgada empujándome hacia don Juan.

-Pues demole pues – dijo Benito acercándose a Anita la cual ya estaba colocándose en cuatro, creo que a esa niña le encanta esa posición.

Al levantarme y dirigirme con don Juan pude ver que María se acercaba a mi papito, nuevamente sentí ese sentimiento como de celos, pero no pude pensar mucho, ya que don Juan me tenía de los hombros y me hacía colocarme en cuatro patas.

A decir verdad, todas las niñas estábamos en cuatro patas, y nos colocaron en círculo con viendo hacia adentro a todas, podía ver la cara de cada una de ellas, así como también podía ver a cada hombre detrás de cada una de ellas, la que me quedo de frente era María, su carita me dio mucha ternura, se veía mucho más joven de lo que en verdad era, realmente tenía una carita linda, de tez blanquita y rubia igual que su papa, que en ese momento estaba colorado y sudando, ya que por lo que entendí estaba en ese momento iniciando la penetración de Anita, la cual en su carita solo podía adivinar gozo, ya que tenía los ojos cerrados y los labios apretados en un rictus de disfrute.

Yo empecé a sentir como don Juan lubricaba mi anito con el gel que uso hace un rato y se lo lanzaba a mi papa, el cual se unto un poco en su mano y luego supongo que se lo empezó a untar a María, la cual tenía sus ojitos abiertos, me le quede viendo y me pregunto – ¿Ya te la habían metido por ahí? – y le respondí, mintiéndole – No.

-Pues no te preocupes – me dijo haciéndose la niña grande – solo relájate, ponte suavecita y cuando sientas el cabezón en la entrada, haz como cuando vas a hacer del 2 al baño, así es más fácil que entre y te duela menos, luego aguantas un rato el ardor y al ratito ya empiezas a sentir ricooooooooo.

La última parte de su indicación se encadeno con un aspaviento que expiro junto con que sus ojos se abrieron como platos, y lógico, era porque mi papito estaba entrando en ella en ese momento.

– Huy, huy, huy… tu papi la tiene muy… la tiene muy… ahhhhhgggg…. – escuche que decía, y luego apretó los dientes, en ese momento vi hacia arriba y pude ver la cara de mi papito, todo colorado con gotas de sudor cayendo por su frente, sus manos completamente aferradas a la cinturita de María y murmurando – Oh, mierda, oh, mierda que apretada estas María, que rico como esta de apretado tu culito.

María, abrió la boca como para tragar aire y vi que rodaban unas lágrimas de sus ojitos, por un momento pensé ¿no que muy grandecita pues?, pero en ese momento me tocó a mí, y empecé a sentir como una brasa caliente empezó a hacer ingreso por mi parte trasera, pero al contrario de María yo ya había recibido el grueso de mi papi, así que el de don Juan no lo sentí tan doloroso, es más, me dolió tanto menos que empecé a sentir rico en menos tiempo, sin embargo tenia cerrado mis ojitos y solo sentía como estaba entrando y saliendo el palo de don Juan, lo oía murmurar a mis espaldas – Oh mija, oh mija, que anito tan rico, que deliciosoooo, – luego alzo un poco la vos y le dijo a mi papi – Víctor! Que culito más rico tiene tu hijita, creo que este trato esta cumplido, te lo has ganado… – yo no entendí en ese momento, pero luego lo llegaría a saber.

Luego abrí los ojos y vi que Tony estaba entrando y saliendo del culito de Martita a gran velocidad, pude ver en la cara de Martita que estaba llegando a su orgasmo, por sus quejidos, y en ese momento se descorcho del culito de Martita quedando ella tendida sobre la sabana.

Tony se inclinó un poco sobre la cara de Martita y le dijo – ok mija límpiala y ensalívala que voy a ayudar a tu abuelito – yo no entendí, pero luego que Martita la chupo un ratito y le dejo la verga bien pringosa de saliva, vi que Tony le guiñaba el ojo a don Juan, y él se descorcho de mí, dando lugar a Tony, que se colocó detrás de mi colita y me susurro al oído – bueno Vicky es tu turno de probar a Tony.

Luego coloco su glande en mi anito que ya estaba dilatado y entro sin problema, y empezó el mete y saca violento, como a él le gusta, sentía que me tenía agarrada por unas tenazas por la cintura y sentía como sus envites eran fuertes y cimbreantes, sentía que su cabezón me llegaba hasta el estómago, solo pude levantar la vista un minuto para ver como Benito recostaba a Anita en la sabana la cual tenía una cara de satisfacción, de plano porque se había venido por la cogida por el culo, luego sentí como Tony me la metía hasta el fondo, luego sin sacarla me levanta por la cintura como si fuera de trapo, Benito se recostó en la sabana con su verga parada y vi como Tony me llevaba hacia él y luego me bajaba hacia él, me di cuenta de lo que iba a pasar…

Me iban a penetrar por los dos lados, solo me dio tiempo de cerrar los ojos, y sentir como Benito ingresaba en mi puchita. Podía sentir las dos barras de carne en mi interior, por unos segundos se quedaron quietos, y luego empezaron a bombear con ritmo, bueno con el ritmo que Tony ponía que era
muy vertiginoso, voltee a ver y la escena a la par no distaba mucho de lo que yo estaba pasando: Mi papi entraba y salía como poseso del culito de María que estaba a horcajadas sobre don Juan que la penetraba por la vaginita.

Si algún espectador hubiera llegado en ese momento, la escena que hubiera encontrado sería la de dos niñas en medio de 4 hombres, siendo penetradas de forma violenta, apenas si nuestros cuerpitos se veían entre las pancitas de los hombres.

María tenía los ojos entre cerrados, y solo los abrió cuando casi al unísono mi papa y don Juan bufaron indicando que se estaban viniendo en la pequeña niña.

Tony aumento el ritmo y Benito no se quedaba atrás, y en segundos pude sentir como mi orgasmo se acumuló y exploto en el momento de sentir sendos chorros en mis intestinos y mi puchita, signo de que los dos hombrones que me estaban cogiendo se habían venido por completo.

Tony y mi papa se descorcharon de sus respectivos anitos y Mariita y yo quedamos despatarradas sobre don Juan y Benito.

Yo caí en un sopor delicioso, y rodé sobre la sabana, – joder mucha son casi las 5:00 – exclamo alguien.

– Bueno es hora de irnos muchachos, nos vemos mañana – índico don Juan tomando en sus brazos a su nieta y su ropa dirigiéndose a su vehículo donde se vistió y la vistió a ella, haciendo todos
exactamente lo mismo.

Mi papa me limpio todita y luego de vestirme me acomodo en el sillón trasero, luego arranco y se dirigió a recoger a mi mamita…

Continuará

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