Esto era un hombre llamado Pedro, una tarde de domingo estaba aburrido y pensó de ir a dar una vuelta por el pueblo.
Pasó por delante de un gran salon recreativo de videojuegos y pensó de adentrarse a curiosear un poco. Al ser día festivo el salón estaba a reventar de todo tipo de gente: chicos, chicas, gente más grande con sus hijos y etc..
Pedro estaba un poco aburrido porque los videojuegos hacía ya un poco que habían dejado de llamarle la atención y se había adentrado en el salon solo a curiosear como jugaba la otra gente pues el no pensaba insertar moneda en ninguna maquina.
Estaba en ese momento Pedro mirando como jugaban dos chicos a una maquina en la cual se trataba de empujar unos barrotes fuerte y el que lo hiciera más fuerte ganaba.
Como Pedro había más gente que estaba mirando lo mismo que Pedro pues la maquina de los barrotes no era una de esas que se ven en cualquier bar y daba que mirar.
Entre ellos había una niña de unos quiza 7 años que de pronto distrajo a Pedro dedicandole una dulce sonrisa así sin más, sin contar Pedro ningun chiste ni haber echo este nada gracioso que mereciese esa sonrisa.
Pedro contestó a la niña dedicandole la misma sonrisa o lo que más se le pareciese, pues la cara de Pedro no era tan bonita (je je) como la de la niña.
Pedro agachó un poco las piernas y le dijo a la niña:
hola guapa,
<niña> hola je je
como te llamas ?
<niña> Marisa
yo me llamo Pedro, te he dicho guapa pero siendolo tanto ya debes estar un poco cansada de oirlo no ?
un poco, je je, pero no me enfada que me lo digas tú.
eres de aquí lloret ?
no, estoy de vacaciones con mis padres, me gusta mucho estar aquí, tu eres de aquí ?
sí, hace 33 años que soy de aquí, je je, quieres acompañarme a dar una vuelta por el salón ? y miramos todas las maquinas que hay ?
bueno vale
Acto seguido Pedro cogió a Marisa de la mano y se encaminaron a pasear por el salón.
Estuvieron viendo practicamente todas las maquinas y a alguna que otra jugaron el uno contra el otro.
a qué hora te tienes que ir Marisa ?
a las 8 vienen a buscarme mis padres
mmm tenemos mucho rato en el que podemos pasarlo muy bien, quieres que nos demos besos ?
uy je je, como yo con Francisco ? mi hermanito ?
sí, algo parecido, pero no nos tiene que ver nadie, podemos irnos al lavabo y allí encerrarnos en uno de los retretes.
bueno vale, vamos
Pedro volvió a coger de la mano a Marisa y se encaminó hacía los w.c.
mira Marisa, nos meteremos en este lavabo, el de minusvalidos, porque al de chicos no puedes entrar tu y al de chicas no puedo entrar yo.
Pedro miró que no los mirara nadie y con Marisa cogida de la mano entro en los lavabos.
Entraron en uno de los retretes y cerró la puerta con el pestillo.
Pedro se sentó en el retrete quedando asi su cara a la misma altura que la de Marisa.
Con las manos empezó a acariciar la cabezita de Marisa sonriéndole al mismo tiempo.
acércate , acércate más
Obedeciendo Marisa, Pedro empezó a besar la carita de Marisa con las manos en los de Marisa hombros.
je je, yo le doy los besos a Francisco pero ahora eres tú que me los das a mi, je je.
dejate de tonterías, vas a ver que bien que nos lo vamos a pasar
A Marisa sorprendió un poco el un poco crudo gesto de Pedro y su perenne sonrisa se desdibujó de la cara.
Pedro continuó besando la carita de Marisa mientras a la vez acariciava su barriguita.
Marisa estaba viviendo sensaciones hasta el momento desconocidas. Sabía que los grandes hacen una cosa que se llama amor y sospechaba que era eso mismo que estaba haciendo ahora con Pedro pero pensaba que eso no se conocía hasta ser mayor.
Pedro se separó de Marisa para sacarle la camiseta, sacandose tambien la suya. Los ojos de Marisa dejaban ver su sorpresa ante cada movimiento suyo o de Pedro.
Pedro con la mirada fija en los ojitos Marisa acariciaba los pechitos de Marisa cariñosamente, se acercó a los pezoncitos y empezó a comerselos con suaves besitos.
Marisa dejaba escapar tenues gemidos sin conocer tan solo porqué hacía esos gemidos: mmmmm mmmmm mmmmm mmmmm mmmmm oooh Pedro besameee, besame como lo hacen papa y mamaaa.
Pedro se incorporó y empezó a besar, sin lengua, los labios de Marisa. Esta solo sabía imitar los gestos de Pedro y no hizo más que contestar los besos.
Pedro sacó la lengua y despues de unos cuantos lenguetazos en la cerrada boca de Marisa esta hizo lo mismo y se empezaron a besar, Pedro no había dejado de masajear los pechitos de Marisa y era ahora que estas caricias se hicieron más fuertes.
oooooh ooooooh ooooh oooooh mmm Pedro, me gusta muchisimoo
Las caricias de Pedro se dirigieron ahora a las caderas de Marisa.
Pedro le bajo los pantaloncitos y por encima de la braguitas le acaricio la vulva, no tardo en sacarle tambien las braguitas y a tratar de meter la punta del dedito.
Marisa sentía que estaba tratando Pedro un lugar muy especial y temblaba de fuerte que era lo que estaba sintiendo
La punta del dedito de Pedro había conseguido adentrarse en Marisa y esta gemía abrazada a Pedro, ooooh oooooh ooooh mmm gracias Pedroooo, graciassss.
Con el rato de masajeo vaginal Pedro consiguio introducir sin forzamiento alguno el dedo entero en la vagina de Marisa.
Los gemidos de esta eran ya más debiles pues la muy fuerte primera impresion ya no era tan primera.
Pedro se levantó y se bajó los pantalones y los calzoncillos sacando al ristre un pene normalito.
sientate encima mio
como ?¿ como me siento ??
ven acercate, ya te guiaré yo, ponte de rodillas sentada encima mio.
bueno vale, dime tu como.
Con las indicaciones de Pedro Marisa se puso de rodillas encima del sentado en el retrete Pedro.
asi, bien, bien abierta
y ahora qué ?¿?
Pedro se escupió en la mano y se empapó de saliva el pene
acercate a mi… asi mmm asi mmmm.
El pene de Pedro estaba en la entrada de la vulva de Marisa que sentía que iba a conocer algo nuevo.
Pedro cogió a Marisa de las caderas y empezó a hacer jugar su pene en la entrada del sexo de Marisa.
Este iba penetrando cada vez más en esta que pensaba que nunca había echo algo tan fuerte.
Con las manos en la caderas de Marisa Pedro besava los pechos de esta transportandola a parajes de la consciencia muy lejanos. En esto que Pedro bajó las caderas de Marisa de golpe introduciendo por completo el pene en Marisa.
aaaaaaaaaaah oooh Pedro! me hace dañoooo!
tranquila Marisa…quédate quieta y todo pasará.
Las tranquilizadoras palabras de Pedro no consiguieron pero, evitar el llanto de Marisa que con un pene dentro de sí lloraba de dolor.
Pedro, sin sacar el pene, empezó a besar los pechitos de Marisa, primero suavemente pero despues mordiendolos con la medida justa para no dañarlos.
buuuuuh buuuuuh ooooh Pedro aun me duele !
oye Pedro… me ha gustado mucho lo que me has echo antes pero por favor para que esto me duele.
Un pensamiento paso por delante de los ojos de Pedro y se encamino a una que llamaríamos operacion de riesgo. Cogio las caderas de Marisa y tomandolas como una caja de carton empezó a subirlas y bajarlas lentamente, Marisa trato de hacer todo lo posible para que no le doliera y lo consiguio pues las lágrimas de sus ojos se secaron al cabo de unas cuantas sacudidas.
Apoyada con los brazos abrazados en la espalda de Pedro Marisa se dejaba tratar como un objeto al cual follaban, pues estaba sintiendo ella la verdadera pasion de ser follada y los gemidos que soltaba al principio volvieron ahora con el entrar y salir del pene de Pedro
oooooh ooooooh ooooooh Pedrooo como se llama esto que me haces ?
follar Marisa, follarte
oooooh oooooh ooooooh oooooh puedes estar así cuanto rato quieras ? ooooh oooooh oooooh
eso nunca se sabe
Las embestidas de Pedro estaban ahora marcadas con gran fuerza, el pene de Pedro salía completamente antes de entrar también completamente en el sexo de Marisa.
oooooooh oooooooh ooooooh Pedro Pedrooooo Pedroooo Pedroooo Pedroooooo Pedroooooo Pedroooooo
No contaron ellos dos el tiempo que duró tal locura, solo decir que fue maravilloso hasta que llego a su maravilloso final: Pedro empezó a gemir, estaba eyaculando y por consiguiente descargando su semen en el interior de Marisa pero sin dejar por ello sus fascinantes embestidas.
oooooh ooooooh Pedrooo mmm eres maravillosooo.
El semen rezumava por la rajita de Marisa lubrificando aún más las embestidas de Pedro que llegaban ahora a su más intenso momento.
oooooooh oooooooh ooooooh ooooh Pedrooo Pedrooo Pedroooo Pedroooo.
Pero la locura llegó a su final y el movimiento se detuvo, restando Pedro y Marisa abrazados un buen rato.
Fin
Esperemos mas historias
Buenísimo...