El relato erótico "Mis experiencias de niño" es un texto de ficción, ni el autor ni la administración de blogSDPA.com apoyan los comportamientos narrados en él.

No sigas leyendo si eres menor de 18 años y/o consideras que la temática tratada pudiera resultar ofensiva.

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Hola, mi nombre es Rubén, tengo diecisiete años, soy moreno claro, ojos cafés, pelo negro, nalgón, piernudo, mido 1.75, vivo en el Distrito Federal, México. Me considero bisexual.

La historia que a continuación les voy a contar es una parte de mi vida. El primer acercamiento con alguien de mí mismo sexo fue cuando tenía como cinco años, fue con un vecino de la misma edad, él se llama Memo, era poco lo que hacíamos pues sólo nos tocábamos el miembro y después yo a él se lo mamaba y después él a mí, y así fue por dos años. Hace como dos años tuve otro acercamiento sexual con él, platicando de nuestra niñez recordamos todo, entonces nos empezamos a calentar y le dije que me agarrara la verga mientras yo se la agarraba, yo pensé que se iba a negar pero no fue así, me tomó mi verga y yo a él, y después le dije que si me mamaba la verga yo haría lo mismo con su verga y así fue la primera vez que me vine en su boca y él enmi cara, estas cosas sucedieron tres ocasiones, dos en mi casa y la otra en la casa de Memo.

Mi siguiente contacto con otro hombre fue cuando tenía como seis años y fue con otro vecino que se llama Germán, tenía dieciséis años, fue en su casa, yo iba a jugar con su hermana y uno de sus sobrinos, de repente me llamó a su cuarto y al entrar cerró la puerta con seguro y después me empezó a tocar mi trasero y mi verga por encima de la ropa, después me subió a su cama y se bajó el pantalón y me dijo que le agarrara la verga, a mí me pareció que la tenía grande y se la agarré, después me volteó y untó saliva en mi ano y en su verga y comenzó a penetrarme poco a poco, llevaba la mitad de su verga adentro de mí cuando tocaron la puerta de su cuarto y me subió el pantalón y él también se lo subió y eso fue todo con mi vecino Germán.

Otro contacto que tuve a los seis años fue con unos amigos, ellos tenían como quince años, fue jugando escondidillas, mis dos amigos Jaime y Carlos y yo nos fuimos a esconder a una vecindad que estaba obscura y ahí para que no nos encontraran me tuve que sentar en las piernas de Jaime y sentí que se le paró la verga y de repente empezó a hacer movimientos de cadera y después Carlos me agarró la mano y se la llevó a la verga y se la empecé a agarrar, claro, arriba del pantalón, y después se hizo un intercambio, me senté en las piernas de Carlos y le agarré la verga a Jaime.

Otra de mis experiencias de niño fue entre los cinco y seis años con un primo un año mayor que yo llamado Pablo, él vivía en Guanajuato, cuando mi familia y yo íbamos de visita a su casa era alrededor de un mes y durante ese mes en los árboles o a escondidas de las personas nos agarrábamos las verguitas, y después él me la mamaba y después yo a él, y así fue durante varias vacaciones. Después durante muchos años nos dejamos de ver, apenas en una fiesta familiar él vino y lo vi, ya tiene como dieciocho o diecinueve años y está guapísimo, me encantaría volver a tener un acercamiento sexual con él, pero ahora me gustaría penetrarlo y que él me penetre, pero creo que esto ya no se va a poder porque hace unos meses recibí la noticia de que se había ido a trabajar a Estados Unidos.

Durante dos años aproximadamente no tuve ningún contacto sexual con alguna persona de mí mismo sexo, hasta los ocho años. En esta ocasión mi familia decidió ir a visitar a unos familiares que viven en Michoacán, por los planes que teníamos íbamos a estar un mes, el primer día que llegamos me presentaron a mis tíos y a sus hijos, mis primos, casi todos eran mayores que yo, excepto uno que tenía como un año menos que yo, uno de mis primos mayores me llamó más la atención, el que se llama Octavio y le dicen chino, en ese tiempo él tenía dieciséis años, era delgado, alto y guapo. Los primeros días no convivía mucho con ellos, hasta que como el quinto día, mi primo Octavio que era con el que me llevaba mejor me invitó a jugar un partido de fútbol que habían organizado todos mis primos, al principio yo no quería, pero me insistió y le dije que sí pero que me esperara en lo que me ponía un pantalón deportivo y unos tenis, y me dijo que sí, mientras me cambiaba él les dijo a los demás que se adelantaran al campo en donde jugaríamos para que lo escombraran y pusieran las porterías. Cuando salí del cuarto en donde me estaba cambiando, él me estaba esperando, salimos al camino y me dijo.

Para empezar a calentar el cuerpo hay que hacer unas carreras entre tú y yo para verquién llega primero al cruce del camino, pero para que se haga más emocionante hay que apostar algo.

Pero es que no traigo dinero para apostar, y tampoco algo de valor.

No te preocupes, si pierdes me puedes pagar con otra cosa.

¿Pero con qué cosa te puedo pagar?

No te preocupes, eso lo vemos después de la carrera.

Y entonces comenzamos a correr y pues por lógica como él estaba más alto y tenía las piernas más largas me ganó la carrera. Al llegar al cruce del camino me dijo.

Ahora me tendrás que pagar la apuesta. Pero como no traes dinero ni nada de valor, me tendrás que pagar con tu cuerpo, serás mi esclavo por un día y tendrás que hacer lo que yo te diga.

¿Pero cómo?

Sí. Harás todo lo que yo te diga y no se lo vas a contar a nadie.

Acepté y me llevó a un lugar donde había muchos árboles, nos adentramos en el bosque donde no pasaba gente, yo ya sospechaba algo de lo que mi querido primo me quería hacer, de repente se paró y me dijo.

Ahora sí, a pagar la apuesta, bájate tu pantalón con todo y todo y ponte enfrente de míen cuatro patas, como un perrito.

Pero… ¿no me va a doler?

Bueno sí, al principio un poco y después se te va ir quitando el dolor.

Bueno… con una voz temblorosa.

Untó saliva en mi ano y también en su verga y comenzó a introducirme su verga poco a poco, que medía como dieciséis cm, al tenerla toda adentro se detuvo y después comenzó a hacer movimientos de cadera cada vez más rápidos mientras tanto me decía al oído.

Qué buen culo tienes, aprietas rico, eres un buen esclavo y un buen putito. Me encantaría tenerte a diario en mi cama y cogerte, ¡mmmm!

Después de un rato así, sacó su verga y empezó a eyacular, lanzando su semen a un lado mío. Ahí fue la primera vez que vi el semen de un hombre. Después nos vestimos y acordamos no decir nada a nadie. Estas penetraciones continuaron casi a diario, durante todo un mes y en otras ocasiones que íbamos de vacaciones. Lo hicimos en el río, en su cama, cerca del campo de fútbol, en una casa abandonada, en el baño y en otros lugares. Me encantaría volver a tener sexo con mi querido primo el chino, pero creo que eso ya no se va a poder porque en febrero se casó.

En unas de estas vacaciones a Michoacán tuve una relación sexual con otro de mis primos llamado Fidel, él me invitó a su casa y me llevó a su cuarto, no recuerdo cómo se dieron las cosas, sólo recuerdo que estábamos los dos en la cama y él me abrazaba y después me quitó la ropa y él también se la quitó, untó saliva en mi ano y en su verga, me abrazó fuertemente y me fue penetrando poco a poco, y me decía al oído que desde el primer día que me conoció le había encantado, que deseaba tener mis nalgas en sus manos y meter su verga en mi culo, después sacó su verga y eyaculó. Eso fue todo con este primo.


Fin

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