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    Las perversiones de Bianca, relato erótico en blogSDPA.com

    Las perversiones de Bianca, Parte 01

    25 de noviembre de 2024 en Relatos SDPA, Zoofilia

    Esta publicación es la parte 1 de un total de 6 publicadas de la serie Las perversiones de Bianca

    Bianca miraba por la ventana de la cocina mientras buscaba otras salchichas en la nevera y veía al carro de su esposo estacionar en el garaje de la casa, era temprano en la tarde y era raro que Juan llegara a esta hora. Su hijo de nueve años Juancito estaba en el colegio, ella tomo las salchichas y regreso de nuevo al sofá, apoyo su trasero desnudo bien formado y moreno al borde del asiento mientras explayaba sus piernas tersas y apetitosas, luego de jugar con su coño grande afeitado como bebe se metió una de las salchichas y dijo:

    "Ven aquí capitán sigue comiendo a tu perra, venga cariño mira lo que tengo para ti."

    El perro gran danés miraba a su ama mientras ella daba palmaditas a su coño y lo llamaba, el se incorporo de nuevo y se acerco a la mujer y empezó a lamer mientras intentaba alcanzar el pedazo de salchicha que estaba profundo en aquel coño hinchado, ella empezó a gemir de placer mientras meneaba su trasero y restregaba el coño en el hocico del perro negro: "Si lámeme, cómeme. Así Ohhhh, vamos perro bruto mete tu lengua en mi coño."

    Ella escucho la puerta mientras se abría y vio la figura de su esposo entrar a la sala. Juan vio a su esposa en el sofá sentada al borde del sofá con sus manos apoyadas en la parte de atrás y las piernas al aire completamente abierta, mientras el perro estaba lamiendo entre sus piernas, luego fijo la mirada en los gemidos ruidosos de una mujer que llenaban toda la casa de la tv de 40 pulgadas que colgaba de la pared, que estaba siendo follada por un perro. Él se acerco por el espaldar del sofá, cuando estaba detrás de Bianca se agacho y empezó a manosear las tetas grandes y redondas desnudas añadiendo más placer a la mujer. Minutos después Bianca se retorcía colocando sus piernas sobre la espalda peluda de capitán y alargo su mano derecha para alejar el hocico de su coño cayendo casi en desmayo a lo largo del sofá.

    Unos minutos más tarde ella se recupero y vio que el video había terminado, entonces miro la hora y supo que su hijo estaba por llegar, se incorporo y miro si veía a su esposo pero no estaba a la vista entonces se levanto y fue al baño.

    Cuando Bianca regreso a la sala llevaba unos shorts de licra blancos que era una talla más pequeños sin pantaletas, la tela estirada pegaba a su coño que se remarcaba abultando sus labias y las nalgas resaltaban, junto con una franela que escasamente cubría su ombligo.

    Su esposo estaba sentado en la mesa comiendo un pan mientras miraba a Bianca acercársele, para él era normal que ella vistiera así, de hecho la primera vez que la vio ella apenas tenía 18 años y estaba en la playa repleta de gente paseándose por la orilla con un hilo dental que exponía completamente sus grandes nalgas morenas redondas y un pequeño triangulo que apenas cubría su vulva completamente afeitada, y de top solo llevaba dos pequeños triángulos que cubrían sus pezones, ella era la razón de todas las miradas tanto de hombres mujeres o niños. Cuando él vio aquella despampanante jovencita su pene cobro vida y desde ese momento él supo que debía conocerla, recientemente él se había divorciado de su esposa que lo había abandonado y se llevo a su hija de 18 años.

    Él ocupaba para entonces un puesto importante en el gobierno y estaba de vacaciones para ese momento, él se quedo mirando a esta despampanante morena mientras pasaba frente a sus ojos meneando sus encantos como si sintiera placer que la miraran, la siguió con la mirada hasta cuando ella se ubico bajo una carpa donde había un grupo grande de jovencitas y mujeres maduras. Cuando se acerco un joven empleado del restaurante ofreciendo sus servicios él le pregunto si sabía quién era la morena que estaba seguro de quien estaba hablando, minutos después el joven le trajo toda la información que había averiguado, también le entrego una tarjeta donde ella trabajaba, Juan la leyó y supo inmediatamente con quien estaba tratando, la chica era una prostituta que trabajaba en un burdel de clase en la ciudad que solo atendía a clientes importantes, él mismo estuvo allí varias veces pero nunca la había visto.

    Desde aquel día el mismo se convirtió en un cliente asiduo y llego a tener una buena amistad con la dueña del burdel. En poco tiempo empezó a salir con Bianca y supo que ella era una exhibicionista, le gustaba que la miraran y mejor si alguno decía algo sucio de ella, cuando andaba por la calle vestía como una prostituta con ropa de licra que resaltara sus bien formado cuerpo y en tacones altos, en cambio Juan siempre iba muy elegante de acuerdo a su posición en la sociedad, para cualquiera que los veía sabía que él andaba con una prostituta, pero eso no le importaba, luego de dos años de salir con Bianca él le ofreció matrimonio y una vida estable, lo cual ella acepto.

    Después del matrimonio ellos se mudaron a los suburbios a una urbanización de familias de clase media alta en una casa grande con amplios espacios abiertos y completamente cerrada al ojo intruso, al principio ella parecía acomodarse a su nuevo rol de esposa y un año después de madre de un niño al que llamaron Juan como su padre y al que cariñosamente hoy llaman Juancito, cuando Juancito apenas tenía un año de edad el matrimonio pasaba por un momento difícil cuando Bianca empezó a extrañar su anterior modo de vida y quería abandonar a Juan y Juancito, pero Juan se había enamorado de ella especialmente le agradaba su sencillez y naturalidad y no estaba dispuesto a dejarla ir. Luego de una conversación los dos estaban en mutuo acuerdo que ella podría regresar a trabajar en el burdel y hacer con su vida lo que le complaciera siempre y cuando todo estuviera oculto de sus vecinos y amigos, para cuando Juancito cumplió cinco años ella dejo su trabajo en el burdel y desde entonces ha estado trabajando como dama de compañía para clientes exclusivos que saben de su vida privada, muchos de ellos son amigos de su esposo, recientemente sus rarezas sexuales han aumentado y compro dos perros grandes machos con los que tiene copula constantemente, Juancito es ignorante de todas las actividades de su madre, aunque para él es normal ver a su mamá andar por la casa en aquellos atuendos que no dejan nada a la imaginación, pero desde que tiene conciencia siempre la ha visto actuar de esa manera por lo que para él es normal.


    Continuará

    Fiesta familiar, relato erótico de Cazzique, en blogSDPA.com

    Fiesta familiar, Parte 11 (de Cazzique)

    25 de noviembre de 2024 en Relatos SDPA, Jovencitas, Incesto

    Esta publicación es la parte 11 de un total de 42 publicadas de la serie Fiesta familiar

    Al llegar la tarde las negociaciones a las cuales había venido a esta ciudad ya estaban concluidas y el trato estaba echo, ahora solo bastarían un par de visitas más para sellar bien los detalles del negocio. Mi avión salía ya por la tarde y tendría que regresar a casa.

    La despedida con mi hermana fue muy dura pero lo fue aun más con mi sobrino ya que habíamos tenido una muy buena experiencia, quedamos que en las vacaciones el iría a visitarnos y así poder unir más los lazos familiares.

    Al llegar a casa una fiesta me esperaba ya que mi hija Vanesa y mi esposa Patricia me organizaron una pequeña orgía y entre los tres nos la pasamos muy a gusto esa noche. Los demás días las cosas transcurrieron normalmente y varias semanas después tuvimos en casa la visita de unos tíos que llevaban consigo a su hijo, mi tío Joaquín de 52 años con su esposa ósea mi tía Macaria de 48, con mi primo Sebastián de 28, su esposa Catia de 25 y sus hijos Pedro de 8 y Cintia de 6 años.

    Ellos venía de provincia y se iban a quedar dos semanas en nuestra casa ya que iban a organizar un negocio en su pueblo y necesitaban buscar a los proveedores aquí, los acomodamos en las habitaciones para huéspedes y a los niños los dejamos en la recamara de Vanesa ya que era bastante espaciosa.

    Desde el principio le eche el ojo a mi sobrinita Cintia que a pesar de sus seis añitos era bastante bella, de piel morena con una carita que deja ver una expresión de inocencia que atraparía a cualquiera, su culito paradito y unos labios gruesos que se antojaba iniciar en el pecado de besar.

    Por las tardes cuando llegaba a casa después de la oficina me iba a la computadora sabiendo que mis sobrinitos no podrían desaprovechar la oportunidad de jugar en ella. Y así era cuando yo llegaba me sentaba en la computadora y me ponía a jugar un rato y en pocos minutos mis dos sobrinitos llegaban hasta el estudio y me preguntaban que si también ellos podían jugar y obviamente que yo les decía que si. Como Pedro era el más grande el jugaba primero y mientras que él estaba perdido en la pantalla de la computadora yo aprovechaba y ponía a Cintia parada a un lado del monitor para que pudiera ver como su hermano jugaba, yo bajaba la silla hasta el mínimo y me ponía detrás de mi querida sobrinita, desde mi posición podía meter mano a mi gusto, le acariciaba sus piernitas y luego iba subiendo hasta llegar a sus ricas nalguitas, como ella siempre usa falda no me es difícil acceder hasta sus bragas los primeros dos días ella se extrañaba de las caricias que su tío le proporcionaba pero poco a poco se fue acostumbrando y ahora era ella la que se acomodaba para que yo la pudiera acariciar como siempre lo hacía, nunca le baje las bragas así es que solo eran caricias sobre la tela las que le daba en sus ricas nalguitas y su panochita.

    En esta ocasión me saque la vega y comencé a meneármela lentamente al instante que estaba frotándole las nalguitas a mi pequeñita sobrina, cuando ya la tenía bien dura cargue a la niña por los costados y me la senté en el pito, luego lentamente me fui moviendo haciendo que con su culito me frotara el garrote, era algo fantástico, ella ya no decía nada, solo se dejaba hacer mientras que veía a su hermanito jugar.

    El cuarto día de su estancia aquí y mientras que Pedro jugaba en la computadora me atreví a bajarle lentamente las braguitas, por primera vez podía sentir la piel de sus nalgas directamente tersa y muy durita que la tenía, mi mano se paseaba por la rajada de su culito pudiendo palpar lo arrugado de su anito, ella al parecer sentía rico lo que yo le estaba haciendo y esto me animaba a continua, acaricie delicadamente su lisa rajada vaginal y la frote por algunos minutos hundiendo levemente mi dedo entre los dos labios, ya estaba un poco húmeda la niña gracias a la forma en como la estaba frotando, su hermanito no se despegaba de la pantalla así que no había ningún problema en continuar, tome a la niña y le hice una señal con mi dedo sobre la boca para que no hiciera ruido y me la lleve al sillón de la parte trasera del estudio, como las luces estaban apagadas seria muy difícil que pedro nos viera ya que con la luz del monitor le costaría trabajo ver en la oscuridad. Me senté en la orilla del sillón y deje parada frente a mi a Cintia, puse mis manos en sus nalguitas y le pedí que sacara su lengua; ella no dudo en obedecer e inmediatamente abrió su boquita y dejo escapar a su lengua, acerque mi cara a la suya y con mis labios atrape su lengüita y luego saque la mía y comenzamos a jugar. Me separe un poco de ella y le dije que iba a meter mi lengua dentro de su boca para que allí continuáramos con el juego de lenguas, ella aprendía muy rápidamente y a los pocos minutos ya nos estábamos besando de lo lindo mientras que mis manos seguían acariciando sus nalgas y su rajadita a la cual ahora sobaba más rápidamente pudiendo sentir como está se iba mojando más y más.

    Me saque la verga mientras que ella me estaba besando y tome una de sus manitas a la cual puse agarrándomela, ella la sintió y se separo de mi para verla, luego me pregunto que era eso, yo le comente que era mi verga y que si a ella le gustaba que le sobaran su rayita a mi me gustaba que me sobaran la verga entonces ella solita empezó a mover su mano de arriba para abajo a lo largo de mi pito. Luego de esa pausa continuamos besándonos como antes y ahora ella me masturbaba a mi mientras que yo le aplicaba la misma receta a mi dulce y caliente sobrinita de seis años. A los pocos minutos de que ella me la estuvo moviendo de mi verga empezaron a salir gruesas gotas de leche que fueron a parar directamente a su vestido, yo la ayude poniendo mi mano sobre la suya e indicándole cual era mi ritmo en ese instante, la leche escurrió por mi tronco mojándole su manita, ella curiosa me pregunto que porque la había escupido y yo le dije que era porque me había gustado la forma en como ella movía su manita y le había regalado un poco de leche para que la probara, ella se me quedo viendo y poco después se llevo la mano que le había manchado a su boca, la probo e hizo cara de que no le había gustado, yo le dije que no le gustaba porque era la primera vez que la probaba y que si lo seguíamos haciendo a ella le iba a gustar su sabor.

    Después le limpie el vestido y nos regresamos a jugar en la computadora.


    Continuará

    3 clips de audio: "Pxd0 Fantasy", "Little Sister" y "Can't Control it Around Kids"

    23 de noviembre de 2024 en Audios L0L1 & Sh0t4

    Esta publicación es la parte 4 de un total de 6 publicadas de la serie Audios L0l1 & Sh0t4

    Can't Control it Around Kids.

    Una profesora de primaria no puede controlar su deseo sexual.


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    Video Loli 04 Alice

    Alice y Zlatko en una escena sexy del videojuego "Detroit: Become Human"

    23 de noviembre de 2024 en Videos L0L1 & Sh0t4

    Esta publicación es la parte 4 de un total de 32 publicadas de la serie Videos L0L1 & Sh0T4

    Me pidió alimento y me la cogí, relato erótico en blogSDPA.com

    Me pidió alimento y me la cogí

    23 de noviembre de 2024 en Relatos SDPA, Jovencitas

    Me fui a mi lugar de descanso en un sillón muy cómodo en el hall de la editorial, ubicado cerca de la puerta principal y prendía el televisor de la muralla. El calor del mes de enero, era muy insoportable, en la noche refrescaba un poco, pero no ocupaba la cama en el segundo piso de la oficina, pues era muy caluroso en esta época y era más fresco dormir en el sillón del hall.

    Como a eso de la 01,30 A.M. de la madrugada, golpean la puerta principal, con golpes despacios pero constantes, me dirijo a constatar que se trataba y abro la ventanita de emergencia que posee la reja de cierre y veo la carita de una pequeña de tez blanca y ojos negros muy grandes.

    Me pide si tengo algo que darle de comer. Le contesto que nada tengo para ella y la pequeña me queda mirando con expresión angelical, como suplicando que le diera aun así algo de comer. Recuerdo que en el casino a veces quedan restos del almuerzo que queda en la congeladora y me dirijo a constatar este hecho. Con suerte veo un sándwich de carne y queso, lo pongo en el microondas, sirvo un poco de café caliente que tenía para mí y se lo llevo a la pequeña que aun estaba a la espera de su suerte.

    La pequeña lo recibe por la diminuta ventanilla y se va a la orilla de la vereda a sentarse a comer. Cuando la veo caminar me percato que es una pequeña de aproximadamente unos 11 o quizás 12 años, de contextura delgada y vestida con ropas muy andrajosas quizás un pantaloncillo corto como los que usan los ciclistas (creo se llaman calzas), y un chaleco de lana color beige grande a manera de vestido. Cierro la ventanita y me voy nuevamente a descansar al sillón a ver la TV.

    Como a los 15 minutos cuando ya comenzaba a dormirme, siento nuevamente los golpes suaves en la puerta, a regañadientes voy a ver de qué se trata. Era la pequeña que me solicitaba si la dejaba entrar al baño; le señale que me era imposible, estaba prohibido dejar entrar gente en horas de la noche a la editorial. La pequeña me señala que no aguantar mas y que necesita entrar al baño “por favor”; me decido a romper las reglas y la dejo entrar raudamente; si embargo decido hacerla pasar al fondo del patio, en donde existe un baño antiguo, sin puertas y tapado co una cortina, pues si la dejaba entrar al baño del hall, quizás podría estropearlo o ensuciarlo de manera que no pudiese limpiarlo o repararlo, y así evitarme problemas por haber dejado entrar a alguien en horas de la madrugada.

    Al abrir la puerta, la pequeña, entra presurosa como no aguantando mas y me pregunta donde esta el baño, les señalo el final del patio, al lado del lavadero, y la chiquita sale corriendo sacándose casi en el camino su pantaloncillo apretado. Correr detrás de la pequeña como guiándola y al levantar, antes de entrar al baño hacer a un lado la cortina, sube su chaleco de lana, que era como, una especie de vestido minifalda, observo el culito pequeño y redondo con su pantalón de ciclista, apretado y un poco de su espalda a la altura de sus caderas.

    Esa situación me excita en demasía. Al entrar la pequeña al baño y hacer a un lado la cortina del baño trasero, esta queda agarrada a un clavo de un costado de la puerta y la pequeña sin remediar en ello baja sus pantaloncillos y se sienta sin percatarse del pequeño accidente de la cortina. Al parecer su chaleco un poco grande le molesta al sentarse en la taza del baño y se lo retira de su cuerpo dejándolo a un lado en el suelo y sus pantaloncitos en sus tobillos Yo había quedado tras una muralla que servia de especie de oficina, la cual tenia una ventana que daba al patio y que miraba directamente al baño, Desde allí miro a la pequeña sentada y logro ver su pequeña vagina abierta orinando y a la pequeña haciendo sus necesidades. Su cuerpo es delgado y sus tetitas pequeñas casi como uso pequeños conitos, de no mas de tres centímetros de diámetro, con unos pezoncito rosaditos y paraditas. Por el porte de su desarrollo, supongo que la chiquita debe tener al menos unos 11 o 12 años. Mi pene estaba muy erecto y duro, abrí mi cremallera y este salto recto, haciéndome una paja más deliciosa que hubiese hecho en mucho tiempo. La pequeña me tenia muy excitado; mientras la pequeña sacaba el papel higiénico y se limpiaba, yo veía desde mi escondite sus piernas delgadas su cintura y sus tiernas tetitas.

    Deje caer mi pantalón retire mi polo y me quite mis zapatos quedando desnudo total, tras la ventana, salgo al patio e dirección donde esta la pequeña antes de que logre vestirse y de pronto aparezco frente a ella. La pequeña al levantar su cabeza me ve parado frente a ella, he intenta tomar su chaleco de lana y le impido tomándola de sus manos. La jalo hacia mí, y su cuerpo me parece como muy liviano y ya la tengo parada frente a mi pene duro y erecto.

    La chiquita comienza a retorcerse, para tratar se librarse de mi, pero mis fuerzas so superiores, y la llevo desnuda al sector de hall, mientras la pequeña grita desconsolada, la lanzo sobre el sillón rebitado en el y cayendo al suelo, en la alfombra del sector de entrada a la editorial. Me lanzo sobre ella casi tapándola con mi cuerpo y con mis piernas abro las suyas, mientras sujeto sus brazos estirados a cada lado de su pequeño cuerpecito, con mis manos.

    Comienzo a besar sus pequeños conitos de pezones que so presa de mi lengua y dientes; suelto uno de sus brazos y con mi ano derecha comienzo a buscar sus labios vaginales para con mis dedos tratar de abriénselos y así dar mayor facilidad para penetrarla. Mi dedo índice se mete y peñisca uno de sus labios cuando la pequeña grita de dolor, retiro mi mano y ensalivo mi palma, mojando la punta de mi pene.

    Me retiro y levanto sus piernas y su vaginita y ano quedan abiertos al separar si delgadas piernas con mis dedos pulgares separo sus labios vaginales y meto mi glande hinchado en ella. Cuando logro entrar todo mi glande en ella, y desesperadamente se retuerce en el suelo sin poder librarse de mi. Empujo fuertemente y entrar gran parte de mi pene en su apretada y pequeña cavidad vaginal.

    Sus costillas parecen saltar de su delgado cuerpo al momento de respirar rápidamente de tanto cansancio para evitar que la penetre. Cuando ya tengo mi pene más de la mitad dentro, comienzo un pequeño bombeo, que produce en la pequeña respiraciones agitadas y cortas acompañadas de quejidos guturales que casi le impiden lograra tomar el aire que necesita para respirar.

    Con sus piernas levantadas bombeaba mas y mas, hasta que logre entrar todo mi miembro en su apretara vulvita, tan profundo entre, que me pareció tocar con la punta de mi pene, su útero cercano. Al cabo de algunos minutos de estar dentro de la pequeña, saque mi pene y se descorcho muy fuerte su vulvita, había sido desflorada y su vagina tenia una pequeña mancha de sangre. Mi semen se lo salte en toda su panza. Mi deseo de seguir gozando de tan delicioso majar de cuerpecito, hizo que mi pene se erecta rápidamente, y busque su orificio anal, separando con mis manos separe sus nalgas, aprovechando que la pequeña estaba exhausta.

    Y metí mi pene en su cerrado ano, la pequeña casi desmayada se queja de dolor, pero no detuvo mi deseo de penetrarla analmente. Metí mi pene de a poco, en su apretado ano tratando de dilatarlo. Poco a poco seguí, introduciéndolo en su ano, mientras con mis manos separaba sus nalgas. Casi al instante logre meter casi todo mi pene en su ano, me quede algo así como unos minutos recostado sobre la pequeña, con sus piernas flectadas hacia sus hombros, hasta sentir que ya estaba mas acostumbrado a mi pene dentro. La pequeña se quejaba mucho y lagrimeaba, sin tener fuerzas para moverse.

    Al cabo de algunos minutos lo saque produciendo en ella un orificio mas grande y dilatado y volví a meterlo, y esta vez bombeándolo muy seguido y con movimientos cortitos. Le di fuertemente muchos a veces sacando y metiéndolo, hasta que mi leche la lleno de un gran chorro dentro de su vientre, y lo saque de si interior. Su ano y vagina, estaban muy abiertas e hinchada; creo la pequeña desmayada respiraba muy aceleradamente.

    Tome ala pequeña en mis brazos y la lleve al baño en el sector al lado del baño del patio y lave su cuerpecito frágil y lacio, secándola y vistiéndola con sus ropas que estaban en el suelo del baño. La leve al sillón de l hall y durmió hasta creo las 6 de la mañana cuando despertó, y se retiro de la editorial.

    La noche siguiente, a eso de la media noche, sentí que golpeaban la puerta y al abrir la pequeña ventanita, vi que se trataba de la pequeña de la noche anterior, pidiéndome algo de comer, abrí rápidamente la puerta y la hice entrar.

    Fui a buscarle algo de comer al casino, pues siempre quedaba algo de comida del día anterior, y al retornar al sector del pasillo, la pequeña estaba totalmente desnuda y con sus piernas alzadas y sus manos abriendo su vagina y ano.

    Fin

    Fiesta familiar, relato erótico de Cazzique, en blogSDPA.com

    Fiesta familiar, Parte 10 (de Cazzique)

    23 de noviembre de 2024 en Relatos SDPA, Jovencitos, LGBTQ+

    Esta publicación es la parte 10 de un total de 42 publicadas de la serie Fiesta familiar

    Me levante temprano a la mañana siguiente y salí a la cita que tenía con los empresarios, inmediatamente entramos ajunta durante medio día, a pesar de algunos detalles las cosas iban bien. Terminando la junta los muchachos me invitaron a comer a un lujoso restaurante en el que bellas meseras nos atendieron a cuerpo de rey. Después de comer cada uno de nosotros salió con rumbo a sus casas y uno de ellos se ofreció a llevarme a la casa de mi hermana así que llegue más temprano de la cuenta, esto lo aproveche para descansar un buen rato.

    Eran como las cuatro de la tarde cuando unos delicados toquidos en la puerta de mi habitación me despertaron, me levante a abrir y al hacerlo me lleve una gratísima sorpresa, una hermosa jovencita rubia estaba ahí parada en la entrada de la puerta. La tome por la cintura y la acerque a mi e inmediatamente la bese, ella no puso ningún tipo de resistencia e inmediatamente me ofreció su lengua para iniciar una gran batalla en nuestras bocas. Luego de separarnos le pregunte su nombre, ella me dijo que era Noemí la amiga de Antonio.

    Noemí llevaba puesto un vestido color blanco ceñido a su cuerpo, sus bragas se marcaban un poco haciéndola ver a un mas excitante, su cabello largo caía hasta la media espalda su delicada cintura hacía que las nalgas se le notaran aún más apetecibles y sus senos pequeños se dibujaban claramente en la delgada tela. Ella camino hasta la recamara de Sara, mi hermana, y se detuvo en la puerta de la habitación, mientras caminaba no pude evitar notar el sensual contoneo con el que se movía y como sus formas se meneaban deliciosamente con ese vestido. 

    Camine hasta donde ella se encontraba y le dije al oído que había hecho un excelente trabajo y que me diera las llaves de su carro, mi sobrino se quedo un poco extrañado pero me indico que estaban en su cuarto, yo las tome y luego salí tomándolo de la mano, él trastabillo un poco pero inmediatamente se detuvo preguntándome que era lo que estaba haciendo, yo inmediatamente le conteste que iba a sacar a pasear a mi novia, ella se echo para atrás como negándose pero yo se lo impedí, Noemí me dijo que le daba miedo salir así y yo le dije que no se preocupara que yo la iba a cuidar. 

    Así salimos de la casa y después de dar un paseo en el carro busque un lugar apropiado para comenzar nuestra noche, vi un café que se encontraba casi en el centro de la ciudad al cual se veía asistían parejas de todas las edades, detuve el carro en una de las esquinas del lugar y salí de este, me di la vuelta y abrí la portezuela del copiloto tendiéndole mi mano a Noemí, ella lo dudo por largos segundos pero al fin se decidió y me tendió la mano para que la sostuviera mientras que bajaba del coche. Luego de cerrar el auto regrese a su lado y le ofrecí mi brazo, ella metió su mano y ambos caminamos hacia el café, varios fueron los curiosos que voltearon a ver a la joven rubia que me acompañaba, era increíble la transformación que mi sobrino había logrado, realmente parecía una jovencita.

    En cuanto entramos al café el capitán de meceros se nos acerco y nos dirigió a una mesa, no pude evitar notar las miradas que el joven le daba a mi bella acompañante. Cuando ya estábamos sentados nos ofreció la carta y le dije a Noemí que pidiera lo que quisiera, fingiendo la voz mi nueva novia pidió solo un café capuchino y yo otro igual además de un pastelito que se veía bastante bien.

    Nos la pasamos muy a gusto platicando durante largo rato poco después me levante para ir al tocador y de paso avisarle a mi hermana que me había ido de reventón con Antonio y que posiblemente llegaríamos muy tarde. 

    Cuando regrese Noemí se encontraba un poco nerviosa ya que algunos chicos que estaban ahí no le quitaban la vista de encima pero cuando llegué ella se tranquilizo un poco, me senté y la tome de la mano y continuamos platicando otro rato más. Después de llevarnos la cuenta el mesero se retiro y nosotros hicimos lo mismo, Noemí y yo caminamos hasta la salida y pude notar como la vista de varios comensales no se separaba de las curvas de la pequeña rubia, tomándola de la cintura me sentí orgulloso de venir acompañado de tan bella jovencita.

    Nos dirigimos hasta donde habíamos dejado el vehículo y luego abordamos, ya en el interior deposite un tierno beso sobre los rojos labios de mi bella novia, tome el volante e inicie la marcha. Dirigí el carro hasta una discoteca y lo metí al estacionamiento, descendimos y nos paramos en la puerta de entrada, cuando el muchacho que esta en la entrada vio a la jovencita rubia que me acompañaba inmediatamente nos permitió el paso, ella y yo caminamos hacia el interior del local y allí estuvimos bailando y besando por largas horas. Varios de los chicos que allí se encontraban no dejaban pasar la oportunidad de querer quedar bien con Noemí y uno que otro piropo era depositado a los oídos de la bella jovencita que me acompañaba.

    Cuando salimos del lugar eran como las dos de la mañana, No bebimos más que refresco así que los dos estábamos en nuestros cinco sentidos, me senté al volante y salimos del lugar, la noche era verdaderamente mágica y después de manejar un poco nos paramos en un mirados para poder estar mas a gusto. Había varios carros en el lugar, me detuve e inmediatamente nos comenzamos a besar mientras que nuestras manos se paseaban por nuestros cuerpos. Noemí tomo la iniciativa y me saco la verga del pantalón, lentamente comenzó a masturbarme meneando su manita de arriba hacia abajo, entre tanto nuestras lenguas se enredaban en una húmeda batalla entretanto. Allí estuvimos aproximadamente como una media hora y después yo maneje hasta un motel, cuando Noemí vio que me metía a este se puso un poco más nerviosa de lo que ya venia pero no dijo nada. 

    Estacione el carro y los dos descendimos, luego nos dirigimos a la habitación y al entrar ella se pegó a mis labios en un prolongado beso, mi verga estaba a mil, completamente dura como un hierro candente. Guié a Noemí hasta la cama que se encontraba en el centro de la habitación y allí de pie nuevamente la comencé a besar mientras que mis manos se posaban sobre sus nalgas, las acaricie sintiendo las suave tela del vestido y debajo de este las bragas, seguí el contorno de las bragas por todo el bordado, también pude notar como la verga de mi sobrino estaba ya completamente parada. Lo separe un poco de mi y me comencé a desnudar, ella iba a hacer lo mismo pero la detuve diciéndole que eso me correspondía a mi. Se me quedo observando a la verga que estaba completamente parada, una de sus manos no se contuvo e inmediatamente se fue a parar sobre mi grueso garrote.

    Despacio me acerque a ella y me pegue a su boca de nueva cuenta en un prolongado beso, le fui levantando el vestido acariciando las piernas que estaban cubiertas por unas medias de color natural, mientras subía me di cuenta de que traía puesto un liguero de color blanco, sus bragas también eran del mismo color, se veía extraordinaria, mis manos se posaron nuevamente en sus nalgas ahora directamente sobre las bragas y el vestido lentamente fue subiendo hasta que salió por su cabeza. Vestía ropa interior de color blanco y de encaje, con el liguero se veía extraordinaria, me separe de ella para poder apreciarla en toda su magnitud, ella se dio una vuelta para mi, luego me coloque detrás de ella y le comencé a besar el cuello, su perfume era tenue pero enloquecedor, descendí por su espalda y luego me encamine directamente hasta sus nalgas, las comencé a besar al mismo tiempo que las masajeaba, Noemí se recargo en la cama dejándome todo su culo a mi placer. Coloque mis manos en los costados de sus bragas y se las baje solo hasta que su culo quedo descubierto, por vez primera pude apreciar su ano coloradito, bajo de este se apreciaban sus huevos, bese las nalgas por todo el canal que separa los cachetes hasta que llegue a su ano, con mi lengua lo fui rodeando y luego deposite un poco de saliva en el centro, puse mi dedo medio en la entrada y lo fui empujando poco a poco en su interior, las paredes de su culo me apretaban el dedo fuertemente, me costo un poco de trabajo que esté entrara por complete pero cuando al fin tuve todo mi dedo dentro de su culo lo comencé a mover en forma circular, luego traté de meter otro dedo más. Noemí en verdad lo estaba disfrutando, me decía que nunca había sentido algo tan placentero y que aunque le dolía un poco no quería que se lo sacara.

    Continué metiéndole los dos dedos ahora, ella se retorcía de placer cuando vi que ya estaba completamente dilatado su orificio posterior me puse de pie y me puse un poco de saliva en la punta de la vega y le dije que ahora venía la mejor parte. Ella se acomodo unos cojines bajo su estomago y puso al aire sus nalgas, luego con las manos se separo los cachetes para dejarme completamente descubierto su agujerito. Apunte la cabeza de mi verga hacia su ano y lo puse en su entrada, tome de las caderas a Noemí e inicié la penetración, cuando apenas la cabeza de mi verga penetro ella me pidió que me detuviera ya que le estaba doliendo un poco, yo no llevaba prisa así que iba a hacerlo como ella quisiera, cuando me lo indico continué penetrando ese apretado hoyito a pesar del dolor ella me dejo continuar y ya tenía más de la mitad de mi verga dentro de ella, la sensación de calidez de su culo era increíble, se la seguí metiendo hasta que por fin mis bolas chocaron contra las suyas, así me nos quedamos durante un par de minutos antes de iniciar el bombeo, sus caderas se comenzaron a mover en forma circular lo cual me indico que ya podía yo iniciar el mete saca, así lo hice lentamente me verga fue saliendo de la cavidad invadida, cuando la cabeza ya estaba casi por salir nuevamente se lo empuje hasta el fondo; yo podía sentir como los pliegues de su culo se iban abriendo cuando la punta de mi herramienta los iba empujando, era delicioso sentir como me apretaba la verga.

    Así continuamos cogiendo por un rato más hasta que le pedí que cambiáramos de posición y ella se acostó en la cama ahora y se quito las bragas por completo, yo tome sus tobillos con mis manos y le abrí ampliamente las piernas, apunte la punta de mi verga contra su culo y ella tomo con una mano mi garrote para encaminarlo bien, luego moví mis caderas contra ella y la barra se introdujo en su ano nuevamente, su verga estaba muy dura y se movía de arriba para abajo al ritmo de mis embestidas. Noemí tenía una cara de satisfacción como en muy pocas ocasiones e visto, su respiración estaba completamente agitada, me comencé a mover más rápido dentro de su culo la sensación me estaba embriagando, ella movía circularmente sus caderas y apretaba el esfínter proporcionándome agradables sensaciones en el pito y de pronto estalle en un bestial orgasmo, bañándole las entrañas de caliente y espesa leche, fue una venida muy satisfactoria con grandas cantidades de leche, cuando mi orgasmo seso me deje caer sobre ella besándola cachondamente. Nos quedamos así un par de minutos y luego noté que su verga estaba aun dura, me agache entre sus piernas y se la chupe para ponerla completamente erecta, luego me ensalive el culo y me monte sobre él, agarro su verga y la apunto a la entrada de mi ano, yo me fui dejando caer lentamente sobre de ella, era doloroso pero a la vez delicioso. Tardamos unos cuantos minutos para que la verga me penetrara por completo pero por fin ya estaba completamente empalado por la herramienta de mi sobrino, como él lo hiciera antes yo comencé a menear las caderas en forma circular indicándole que ya me podía coger como él quisiera, cambiamos de posición un par de veces y ahora yo estaba acostado mi sobrino Antonio sobre mi, su verga la tenía completamente clavada en el culo y se sentía delicioso.

    En un par de embestidas más mi sobrino me regalo todo su jugo, fue una sensación muy agradable cuando sentí como su caliente leche me bañaba las entrañas, fue algo delicioso que me hizo venirme una vez más. Nos quedamos dormidos y como a eso de las seis de la mañana nos despertamos y nos dirigimos a la casa para poder descansar un poco. Cuando llegamos a la casa ya mi hermana se había levantado y se disponía a salir a su trabajo así que tuvimos que entrar a escondidas. 

    Luego de bañarme yo tuve que regresar a las negociaciones que me faltaban para cerrar el trato y Antonio se fue a su colegio.

    Continuará

    La depravación de una madre, relato erótico en blogSDPA.com

    La depravación de una madre, Parte 09

    23 de noviembre de 2024 en Relatos SDPA, Jovencitas, Jovencitos

    Esta publicación es la parte 10 de un total de 10 publicadas de la serie La depravación de una madre

    Ya María estaba de vacaciones y pasaba todo el día en casa con su perro. Una tarde los niños llegaron preocupados. La maestra de Patty había mandado una nota:

    Señora María:

    Buenas tardes señora María, lamento mucho tener que escribir esta nota, pero las circunstancia me llevaron a esto. Sucede que he notado últimamente un comportamiento indecente en la pequeña Patty. Como por ejemplo diciendo malas palabras a sus compañeros, incluso acostumbra a subirse la falda, que prácticamente expone sus pantaletas. Algunas veces sus compañeras, me dicen que ella las invita al baño hacer cosas, que bueno usted entenderá, me da pena escribir. Yo he tratado de razonar con ella, pero siempre esta reincidiendo lo que me obligo reportar esta conducta al director. Usted tiene una cita, con el director mañana para aclarar el asunto. Atentamente. La maestra.

    María leyó la nota, entonces sentó a sus niños en la sala. Ella se sentó en el piso al lado de su amante, entonces dijo: "Cariño que les he dicho como debe ser su comportamiento fuera de la casa. No podemos jugar con fuego. Si ustedes no tienen cuidado, todo esto que estamos haciendo podría llegar a la policía. Entonces me meterían a la cárcel, y me quitarían a ustedes. ¿No queremos eso verdad? Entiendo que a veces es frustrante, cuando una no puede hacer lo que le guste, sin ofender a otras personas. Por eso ustedes tienen que ser muy inteligentes. Sin embargo no hay de qué preocuparse, yo mañana hablo con el director y estoy segura, que él y yo vamos a ser muy buenos amigos. Pero recuerden no siempre vamos a tener la misma suerte. Dejen que yo sea quien lleve las pautas, Okey.

    Al día siguiente María se puso un vestido sexy, apretado de licra sin pantaletas y sin sostenes para ir al colegio hablar con el director. Ella sabía que esa no era la forma de vestir cuando se va a un colegio, y menos donde estudian sus hijos, donde se imparten reglas de conducta y decencia. Pero ella quería dejar una impresión. De todas maneras no era ningún delito vestir de esa manera en la calle, aunque pareciera una callejera. Cuando ella llego al colegio todos los niños estaban en su salón de clase, a excepción de algunos adolescentes que estudiaban bachillerato y tenían la hora libre. Ella cruzo el campus de la escuela bajo la mirada de jovencitos, que se la tragaban con la mirada. María amo el sentimiento y la excito. Llego a una oficina de información y el personal la miraba con extrañeza, pero sin embargo le indicaron donde quedaba la oficina del director. María toco la puerta, después de unos segundos la puerta se abrió y un hombre de unos cincuenta años, que parecía un oso estaba frente a ella. El hombre la miro de arriba abajo, entonces ella se presento y le extendió la nota de la maestra. El director la mando a pasar, sin poder apartar la mirada de la escultural figura de María. El mando a tomar asiento en un sofá que estaba al lado de su escritorio, mientras él se sentó en otro que estaba frente a ella. El sofá era acolchado y cuando María se sentó era difícil mantener una postura decente delante del hombre. El hombre tomo la nota. La leyó: "Lo que tenemos es un asunto muy grave señora María, su hija está violando las normas de conducta del colegio."

    "Entiendo señor director. Déjame explicarle" interrumpió María al director al tiempo que le paso un sobre. "Le ruego que mire el contenido, Yo estoy segura que usted entenderá, mis razones"

    El director tomo el sobre, y entonces lo abrió. Inmediatamente su rostro se puso rojo como un tomate. Él recordó el día que su esposa estaba siendo cogida por un grupo de adolescentes, mientras él se masturbaba. Después que miro las fotografías no encontraba palabras. María agrego:

    "Ve usted, no hay porque ser tan duro. Mi filosofía es `haga lo que te dé la gana, siempre que no dañes a tu prójimo. Nosotros también tenemos nuestros secretos"

    María vio el cambio de actitud del hombre, entonces ella se relajo en el mueble extendiendo sus piernas y desplegando a la vista del director su coño, húmedo. "Te excita lo que ve. Porque no hacemos esto más interesante. Mande a llamar a tu esposa y a mis niños."

    El director abrió el intercomunicador y mando a llamar a su esposa a la oficina. También dio instrucciones que los niños: Juanita, Patty, Pedro y Pablo Hernández, se presentaran en su oficina. Minutos después una secretaría tocaba en la puerta del director, el abrió y mando a pasar los niños. Los niños estaban asustados cuando entraron, y vieron a su mamá.

    "Tranquilo cariño, no pasa nada. Yo ya hable con el director y aclaramos todo."

    Mientras hablaba, sonó la puerta de nuevo y el director fue abrir la puerta. Los niños y María escucharon cuando la mujer decía: "Que diablos está pasando Marcos, estoy en plena clase, y tuve que dejar los jóvenes solos."

    "Cálmate Laura, pasa que esto es importante." Cuando Laura paso se quedo sorprendida cuando vio tanta gente en la oficina. Inmediatamente reconoció a los niños y supo por intuición que la mujer que estaba sentada con ellos en el sofá era su madre. María se fijo en la mujer que días atrás estaba arrodillada mamando los guevos de unos adolescentes, era una mujer de unos cuarenta años, con abundante cabellera negra largo que ella llevaba suelto, era una mujer alta y un cuerpo bien formado, a pesar de llevar un uniforme de chaqueta y camisa abotonada hasta el cuello y una falda larga que pasaba sus rodillas con un cinturón de cuero ceñido a la cintura, que ocultaba sus encantos, María supo que ella se preocupaba por mantener su cuerpo. Su tez era blanca y usaba lentes, que le dan un aire de autoridad. El director tomo el sobre que había dejado en el escritorio y se lo dio a Laura. Laura abrió el sobre e inmediatamente su tez y aire de arrogancia cambió. María supo que los tenía donde ella quería. Dijo: "Como yo le dije a mi amigo Marcos, mi política es `haz lo que te dé la gana, pero nunca dañes a tu prójimo. Nosotros también tenemos nuestros secretos como familia, y es una regla en la casa que los secretos no se dicen porque si no dejan de serlos. Pero ya basta de decir mierda, todo esto me tiene al borde." Con eso María abrió sus piernas completamente haciendo que el vestido se recogiera a la altura de su horca. Exponiendo a Laura y a Marcos su coño hinchado y boquiabierto. "Yo sé que a usted le gusta mamar palos de jovencitos, pero porque no prueba el coño jugoso de una mujer madura." Laura estaba vacilando. María agrego: "Que esperas mujerzuela, agáchate y empieza a comerme." La profesora solo ocultaba su sumisión bajo una fachada de dureza. Cuando María le ordeno. Ella sumisamente se agacho entre las rodillas de María y clavo su cara en el coño de María, en minutos ya había perdido toda la timidez y lengüeteaba el coño como si se tratara de un helado. María gemía, pero sin embargo dijo: "Niños porque no se ponen cómodos, y usted Marcos también, disfrute de la tierna carne de mis hijas. Mirón."

    Los niños empezaron a desnudarse y en minutos todos estaban desnudos. El director no pudo resistir, saco su palo de la cremallera y empezó a manosearlo lentamente mientras no apartaba la mirada de la multitud. María agrego entre gemidos: "niños pongan cómoda a la profesora y ustedes niñas vayan a darle una mano al director." Los niños se abalanzaron sobre la profesora. Laura apartó la cara del coño de María y se arrodillo mientras Pablo y Pedrito iban soltando los botones de la chaqueta y la camisa. Cuando estaba desnuda de la cintura para arriba, ella se incorporo, María y los niños vieron que en las tetas grandes de la mujer colgaban anillos, en el seno derecho se leía `mámame’ y el izquierdo `chúpame'. Entonces los niños se dedicaron a soltar la falda, hasta que esta cayó al piso. La mujer presumía de un coño tan grande como el de María, con un clítoris que sobresalía, atravesado con un arete y un crucifijo fálico colgando. Después que la mujer estaba desnuda se agacho y empezó a servir a Pablo y Pedro hasta que estos vaciaron su semilla en la boca de la mujer. Mientras María no dejaba de masturbarse, y miraba el acto, cual mirona. Las niñas estaban entretenidas con el director. Mamando su órgano, por turnos. Hasta que el vació la carga en la cara de Patty.

    María se levantó del sofá y acomodo su vestido indicando a los niños que se vistieran y regresaran a las aulas: "Yo tengo que charlar un poco con el director y la profesora, vayan niños" cuando ellos habían salido para sus salones. María dijo: "Ven no fue nada difícil, todo es posible cuando se hacen las cosas inteligentemente. Marcos usted podría ver esta escena repetida muchas veces, con otras madres y sus hijos."

    "Eso es imposible, me metería en problemas."

    "Correcto, pero si usted es observador puede deducir a quien trae. Mira yo conozco cantidad de familias que estoy segura que ellos comparten nuestras perversiones, lo que se necesita es mucha perspicacia. Usted es un hombre inteligente." Entonces alargo otro sobre sobré la mesa. Marcos lo recogió y extendió las fotografías, eran fotografías del espectáculo que había tenido lugar en casa de Don Tomas. Marcos y Laura empezaron a ver detalladamente las fotos, todos los presentes eran conocidos por ellos, sus hijos estudiaban en la escuela. María agrego "Quédate con ellas te puede ser de ayuda."

    A Laura le dijo: "Y usted Laura conozco ese símbolo que cargas en tu coño colgando, se lo he visto a cantidades de monjas, en un rito que estuve presente, aunque ellas no me vieron. No sabía que ellas aceptaban a otros en su culto."

    "No es así, en la hermandad hay muchas familias, aunque solo aceptan mujeres. Los hombres y los niños solo nos atienden cuando hacemos nuestro ritual en casa. Cuando llegue el momento estoy segura que usted recibirá el llamado."

    "Pobre de tu esposo, ya tu coño y culo no lo satisface a él verdad."

    "si es cierto, pero él encuentra la forma de complacerse. Lo mismo sucede con mis hijos. Yo los complazco con mamadas. Es todo lo que ellos pueden recibir."

    "Bueno mi casa está a la orden, para Marcos y sus dos hijos. En mi casa hay suficientes mujeres que estarán gustosas de complacerlos en lo que quieran, empezando por mis hijos."

    "Dirá hijas."

    "No hijos, Pablo y Pedro le gustan los hombres, en mi casa ellos visten como niñas."

    María se despidió de sus nuevos amigos, satisfecha que poco a poco más gente se iba uniendo a su círculo de perversidad.

    Continuará

    Una deliciosa noche de brujas, relato erótico SDPA en blogSDPA.com

    Una deliciosa noche de brujas

    22 de noviembre de 2024 en Relatos SDPA, Jovencitas

    Un hombre encuentra el dulce que buscaba en una niña de 5 años.

    Carlita y su papá, relato erótico SDPA en blogSDPA.com

    Carlita y su papá

    22 de noviembre de 2024 en Relatos SDPA, Jovencitas, Incesto

    Tenía una hija a la que ni siquiera conocía. Bueno, la conocí pero a los dos meses de vida desapareció de la mía, porque su madre pensó que no le convenía seguir viviend oal lado de un tipo que no amaba y que no la amaba. En realidad, Alicia y yo no teníamos nada en común, solo que nuestras familias habían decidido que por posición, conveniencia y negocios, habíamos de casarnos.

    Duramos apenas un año, lo justo para darnos cuenta de que no nos amábamos ya demás no nos soportábamos, así que dos meses de nacer la niña, Alicia me dejó y se marchó a la otra punta de España con ella, dejando a las dos familias con dos palmos de narices. Yo lo agradecí, cambié de ciudad y de trabajo, y perdí todo contacto con ellas, no me interesaba saber nada de aquella mujer, y así pasaron once deliciosos años de libertad en los que me establecí como médico y conseguí una buenísima posición.

    Tenía una gran casa, un excelente trabajo, mucho dinero para gastar y una vida perfecta, en la que las mujeres eran para mí un entretenimiento para una noche.

    Tenía yo ya 35 años cuando la vida se me cambió, pues me llegó una orden judicial indicándome que mi ex mujer había fallecido en un accidente de coche junto a sus padres, y yo era la única familia que le quedaba a la niña, por lo que me la daban en custodia legal, una niña a la que no conocía de nada y que no me apetecía nada.

    La trajeron en mayo. Tenía once años, se llamaba Carla, aunque la habíamos bautizado con mi nombre, Manuela, pues yo me llamo Manuel, pero al parecer mi ex la había cambiado de nombre, seguramente por despecho a mí, y llegó a mi casa con varias maletas, cara de susto y mirándome como al extraño que realmente era para ella.

    Carla era una niña preciosa, desde luego, alta para su edad, espigada, con una larga melena rubia oscura y unos enormes ojos azules, la piel muy blanca y un cuerpecito delgado y bien formado. No hablaba mucho, era seria y bien educada, había estado interna en los mejores colegios mientras su madre se desentendía de ella y viajaba por medio mundo, así que no parecía echar mucho en falta a su madre, afortunadamente.

    No nos costó demasiado acostumbrarnos el uno al otro. Debido al trauma de haber perdido a su madre, y como estábamos casi en verano, pensé que no la apuntaría a ningún colegio hasta septiembre, y estos meses mejor que estuviese en casa, mientras yo trabajaba la cuidaba una mujer que me limpiaba la casa y por las tardes estaba yo con ella. Carla era una niña súper tranquila: se entretenía sola dibujando, leyendo o viendo la tele, se notaba que estaba acostumbrada a estar sola y a que le hiciesen poco caso, y apenas la oía por la casa, aunque cuando hablábamos o veíamos la tele juntos era encantadoramente simpática y tenía una sonrisa cautivadora.

    En resumen, Carlita era la hija perfecta: no daba preocupaciones en absoluto. Además,según pasaban las semanas, me di cuenta deque en esos internados en los que había estado la habían enseñado algo más que Historia o Dibujo, porque una noche que pasé por la puerta de su habitación para ir a la mía, escuché ruidos tras la puerta y al entrar la hallé muy sofocada encima de la cama, estaba en camisón y con el pelo revuelto, sobresaltada de verme allí.

    ¿Qué haces Carla? Me pareció oírte llorar.

    No papá, era la tele…

    ¿Segura? ¿No es tarde para ver la tele? Anda apágala y a dormir.

    Desde aquella noche me quedé pensando, no era la tele lo que había oído, estaba seguro, y dos noches más tarde lo comprobé, escuché los mismos ruidos en su cuarto y esta vez en lugar de entrar abrí lentamente la puerta de su alcoba sin hacer ruido de forma que no se enteró de que estaba allí. Me quedé alucinado al ver a mi hija de once años echada en su camita con la colcha de ositos, con su camisón rosa subido hasta el ombligo, las braguitas blancas enrolladas en sus tobillos y entre sus muslos sonrosados un osito de peluche mediano que apretaba fuertemente para procurarse el placer de una masturbación increíblemente sensual que me hizo poner de golpe un litro de semen en la punta de mi pene, sólo ver a aquella niña tan tierna apretar una y otra vez las piernas para frotarse con el juguete entre los muslos, me causó una erección inmediata. Allí estaba yo, agazapado tras la puerta, viendo a Carlita jadeando con los ojos cerrados, las mejillas rojas como tomates y el pelo alborotado de sudor mientras retorcía las piernas para que el osito de peluche le acariciase la vulva.

    No dije nada ni entré, pero tuve que ir a mi cuarto a hacerme una paja enorme porque aquella visión me había puesto a cien por hora, y me corrí como nunca lo había hecho pensando en mi hija masturbándose de aquella manera. Nunca había sentido algo así.

    Al día siguiente, viéndola tan modosita con su vestido de cuadritos y su lazo en el pelo, no parecía la misma niña de la noche anterior, la que se masturbaba gimiendo en su cama infantil, y desde aquella mañana empecé a fijarme más en ella, a notar que pese a sus once años estaba muy desarrollada para su edad, tenía bajo la camiseta unos pechitos apenas despuntando, como del tamaño de dos mandarinas jugosas.

    Me empezó a obsesionar su cuerpecito. Cuando se bañaba en lapiscina de casa, sólocon ver cómo se le erizaban los pezoncitos bajo el bañadorcon el agua fría se me poníala polla dura como una piedra, y al salir del aguase le clavaba el bañador por abajomarcando una vulva suave que me moría deganas por probar.

    Una noche que no dejaba de pensar en ella, de imaginarme fantasías con su cuerpo pre-adolescente, entré sigilosamente en su alcoba; estaba dormida sin tapar, porque hacía mucho calor, y yo llevaba tan solo mis slips como única vestimenta. Carlita dormía de lado, muy tranquila, con su camisón rosa perfectamente tapándole las largas y doradas piernas.

    Me acosté a su lado, despacio, sin que se moviese la niña. El olor de su pelo rubio era perfumado, y besé su cabello muy despacio. Me atreví un poco más y besé su nuca, cálida y suave, y después sus hombros y sus bracitos, cubrí de besos suaves sus pies pequeños y al subir a besar su cuello sentí que mi polla empezaba a pedir guerra otra vez. Con manos temerosas acaricié su cintura, breve y estrecha, y de pronto volvió su cabeza hacia mí con los ojos muy abiertos. Una sonrisa me iluminó.

    Ah papito, eres tú, que susto.

    Siento… eh… siento haberte despertado… pensé… pensé que dormías…

    Mmmm… mi papito, que bien que duermas conmigo, abrázame anda…

    Para mi sorpresa, se apretujó contra mí, su espalda se pegó a mi pecho y al notar su culito respingón rozando mi polla creí que la poseería allí mismo, pero pude frenarme y con mis brazos rodeé su cuerpecito de once años atrayéndola aún más hacia mí.

    Era una delicia poder acariciar su tripita, sus brazos, sus hombros, se dejaba hacer como una niña pequeña, y me atreví a ir más lejos: con manos llenas de deseo, le subí poco a poco el camisón hasta poder acariciar sus piernas largas y suaves, su vientre liso, sus muslos firmes, y subir despacio hasta coger con la palma de mis manos sus pechos pequeños como mandarinas, la sentí estremecerse cuando apreté despacio aquellos jugosos senitos en mis manos y noté que los pezoncitos se ponían como piedras de duros.

    Carlita, que delicia de tetitas tienes mi amor, que cuerpo tan divino… da gusto acariciarlo…

    Ella callaba, pero se dejaba hacer sin apenas moverse, la notaba respirar un poco agitaba bajo mis manos, acaricié una y otra vez sus pechitos de once años, apretando sus pezones, pellizcándolos muy suavemente hasta notarlos erectos y excitados, estuve como media hora masajeando los pechos de mi hija y frotando muy suave mi polla protegida por el slip contra su culito protegido con el camisón, era lo más delicioso que había sentido nunca, notar a una virgen de once años estremecerse contra mi cuerpo mientras sus tetas pequeñas se ponían con la dureza del mármol bajo mis dedos, y su cuerpo pequeño se pegaba al mío.

    Bajé mis manos hacia su tripita, y luego sobre sus bragas blancas, pequeñas, y noté por encima de ellas que estaba ya medio mojada, con mi mano enorme en comparación con su tamaño, acaricié su coñito por encima de la braga y noté como su cuerpo se ponía tenso al contacto, y un gemido escapaba de sus labios.

    Mi niña que delicia, estás ya toda mojadita… que rico debe estar este coñito tierno…

    Me incorporé en la cama, y lleno de deseo la volteé de forma que la puse boca arriba.

    Carlita me miraba con los ojos muy abiertos, las mejillas coloradas y el pelo sudoroso, estaba casi tan excitada como yo y se dejaba hacer como una muñeca, mi muñeca…

    La despojé del camisón. Sus pequeños pechos aparecieron a mi vista, perfectos, sonrosados, aún erectos, y con boca hambrienta los introduje en mi boca uno detrás del otro, era una delicia chupar aquellos diminutos pezones duritos y saborearlos, mordisquearlos, lamer sus aureolas rosadas y apretarlos con mis manos después.

    Mientras lo hacía, la niña se retorcía de placer, gemía como una mujer pero muy bajito, cerraba los ojos dejándose hacer por su papá, lamí toda su piel desde el cuello hasta la goma de sus bragas blancas, y se las saqué con los dientes tirando hacia abajo. Tenía un coñito suave y rosado, sin un solo pelo en él, y brillaba ya por los jugos que lo humedecían desde hace rato.

    Con mis dedos separé sus labios vaginales, estaban hinchaditos y rosados, pegajosos del flujo que segregaban, y empecé a acariciarlo de arriba abajo, se abría a mis dedos como una flor inmaculada ys egún avanzaban mis dedos hacia su agujero Carlita gemía más y más agitadamente, mientras mi mano derecha jugaba en su sexo, la izquierda me ayudaba a bajarme mi slip hasta deshacerme de él y dejar libre una polla de veinte cm a punto de explotar.

    Entraron dos dedos en su coñito, que estaba ardiendo y chorreando, los dos dedos entraban y salían tan fácilmente que probé a meter tres, y entraban igual de bien, después separé sus piernas y hundí mi boca en él, comí hambriento de aquel manjar que se me ofrecía, saboreé su primer orgasmo derramándose en mi boca, metí la lengua en su vagina virgen de once años hasta que la noté correrse por segunda vez, y entrando y saliendo mi lengua de su agujero dilataba su pequeño ano con dos dedos que entraban y salían con igual facilidad.

    Cuando ya no pude más, y a la tercera vez que la sentí correrse en mi boca, me incorporé y me eché sobre ella, su cuerpecito de once años parecía de juguete bajo el mío, cuando con cuidado metí la punta de mi polla ardiendo en su abertura y pareció que me aprisionaba con su carne aquel coñito excitado y virgen.

    Métela papito, métemela ya, la quiero toda, la quiero toda dentro papito…

    Te la daré toda Carlita, la vas a tener toda, te voy afollar hasta el fondo mi niña… vas a ver como… te voy a llenar de leche caliente…

    La ensarté con mi polla de un solo golpe, apenas gritó al sentirse desvirgada y me agarró los brazos con fuerza, era delicioso sentirme dentro de aquel cuerpecito tan deseado al fin, mi polla latía ardiendo dentro de su pequeño coño chorreando flujo y un poco de sangre que escurría por sus piernas, y cuando la sentí quieta, empecé a bombearla una y otra vez, metía y sacaba mi polla de su coñito cada vez más rápido, a cada embestida era una explosión de placer lo que nos provocaba a los dos, ella gemía como una mujer arqueándose hacia mí, moviendo su culito para que a cada follada que la hacía me sintiese más dentro, y yo creí que iba a traspasarla de tanto que la penetraba y tan fuerte que la metía a cada empujón.

    Estuvimos así follando casi media hora, sin parar de embestirla, a veces paraba de follarla para detenerme a comerle los pechos o lamerle su vagina dilatada y ardiente para enseguida volver a penetrarla otra vez.

    Al final, cuando sentí que ya no podría aguantar más la corrida, y después de haber sentido cuatro orgasmos de mi niña bajo mi cuerpo, la volteé de forma que con un almohadón la puse a cuatro patas sobre la cama y agarrando sus caderas la atraje hacia mí.

    Carlita, ahora se buena niña y déjate hacer, porque ese culito tiene que ser mío…

    Empecé a lamer su ano, estaba dilatado y chorreado de sus jugos vaginales, enseguida se abrió como pidiendo que lo poseyera, con las caricias de mi lengua y mis dedos conseguí meter hasta dos dedos dentro de su culo, y cuando ya lo creí preparado, la ensarté de golpe, apenas duró unos minutos sus lágrimas y sus quejas, porque enseguida entraba y salía mi polla de su culito como el cuchillo en la mantequilla, era un placer increíble follarme el culo de Carlita porque ella misma se golpeaba con las nalgas contra mi cuerpo para sentir más placer a cada empujón que yo le daba, y en unos minutos me corrí dentro de ella inundando su culito de leche caliente que le escurría por los muslos abajo.

    Después de aquello, los dos nos quedamos agotados, dormidos,desnudos y abrazados.

    Desde aquel día, Carlita fue mi amante a diario, era nuestro secreto, nadie pensaría que éramos otra cosa que padre e hija, pero cada noche la hacía mía en la cama que compartíamos.

    Dos años después, teniendo ella trece años, quedó embarazada, y nos cambiamos de ciudad donde nadie nos conociese; hoy en día Carlita tiene dieciséis años, vivimos los dos en el campo y tenemos dos hijos en común. Nadie sabe que es mi hija y no mi mujer, pero para nosotros es lo mismo las dos cosas.

    Fin