
El parque de diversiones, Parte 1 (de Janus)
16 de marzo de 2025 en Jovencitas, Violacion, Sexo en público, Relatos SDPA
Gregg llevaba treinta minutos siguiéndola por el parque de atracciones. Cientos de chicas jóvenes pululaban por el parque, pero ella en particular había captado su atención. Su larga cabellera rubia le llegaba casi a la mitad de la espalda y sus rasgos faciales eran delicados. Era bastante alta para su edad, probablemente tendría entre diez y once años, aunque ya debía de medir cerca de un metro y medio.
Era un día caluroso y húmedo; la luz del atardecer caía con fuerza sobre los visitantes del parque, incluso cuando el sol se acercaba al horizonte. La chica vestía un top corto que dejaba ver su vientre plano y su ombligo con hoyuelos. Sus pechos en ciernes eran evidentes, al igual que su decisión de no usar sostén, pues sus aureolas abultadas se destacaban claramente contra el fino algodón de su camiseta. Llevaba vaqueros de corte bajo y de tiro bajo. Sus piernas bronceadas y esbeltas se elevaban antes de que el dobladillo de sus pantalones cortos obstaculizara la vista. Sin embargo, la tela no le cubría mucho, ya que su cintura estaba varios centímetros por debajo del ombligo.
Era una imagen realmente deliciosa, pero no se diferenciaba de la docena de chicas prepúberes que deambulaban por el parque ese día con su escasa ropa de verano. No fue hasta que la chica se giró y reveló un tatuaje en la espalda que supo que era la indicada.
Su espalda baja era claramente visible gracias a su camiseta corta y sus shorts de tiro bajo. Debió haber visitado alguna de las numerosas cabinas del parque de atracciones ese mismo día, porque tenía un tatuaje temporal que decía "Bombón" justo encima de la cintura de sus shorts vaqueros. Justo encima de donde estaría su trasero si sus shorts se hubieran bajado solo un centímetro.
La siguió hasta una larga fila para la atracción. Parecía estar con un grupo grande de amigas. Rápidamente, contó al grupo de preadolescentes que bullía frente a él. Eran nueve. Esto también sería ideal, porque todos saben que se necesita un grupo parejo en un parque de diversiones.
La atracción que esperaban se llamaba Sky Spinner. Consistía en 25 lanzaderas para dos personas unidas a una gran rueda circular que yacía plana sobre el suelo. A medida que la atracción comenzaba a girar, la rueda se elevaba lentamente hasta quedar perpendicular, girando las lanzaderas en un círculo vertiginoso que dejaba a los pasajeros boca abajo.
Cuando el grupo llegó al frente de la fila, las chicas rieron entre dientes mientras corrían hacia sus lanzaderas. Gregg también caminó rápido para asegurar su propia lanzadera. Como esperaba, los asientos desaparecieron rápidamente y vio a la chica caminando alrededor de la noria buscando una lanzadera vacía.
“¡Oye, niña!”, gritó el adolescente a cargo del paseo, “¡date prisa y encuentra un asiento!”
"No creo que quede ninguno", respondió ella, decepcionada. El adolescente observó las lanzaderas. Gregg reprimió el impulso de levantar la mano, pero no importó. El adolescente se dio cuenta de que estaba sentado sola.
"Hay uno vacío por aquí", señaló el adolescente. La niña se acercó a la lanzadera de Gregg.
"Hola", sonrió Gregg cortésmente. Los pasajeros de Sky Spinner tenían que sentarse a horcajadas en un banco estrecho. Si esta chica viajara con Gregg, tendría que sentarse entre sus piernas, justo delante de él. Podía ver la vacilación de la chica al sentarse tan íntimamente con un desconocido.
"Rápido" gritó el adolescente con impaciencia. "¿Vas a entrar o no?"
"¡No seas tímida, Michelle!" gritó una de las amigas de la niña desde su propia lanzadera.
Gregg observó cómo Michelle, con la cara roja, subía a la lanzadera. Se sentó a horcajadas sobre el banco, rígida, y tuvo cuidado de no acercarse demasiado a él. "No te preocupes", le dijo Gregg, "no muerdo". Sin embargo, ella no respondió. La atracción empezó a girar mientras las lanzaderas se movían lentamente en círculo.
"Me llamo Gregg " dijo, acercándose a su oído. "Tú eres Michelle, ¿verdad?"
“Sí”, dijo ella brevemente.
"Mucho gusto", dijo, alzando la voz para hacerse oír por encima del chirrido de los engranajes mientras el coche ganaba impulso. "Me gusta mucho tu tatuaje. Estás guapísima, ¿lo sabes?"
Vio que sus hombros se tensaban ante su comentario. La rueda empezó a despegar, volcando la lanzadera mientras giraba en círculo. Gregg metió la mano en el bolsillo y sacó una pequeña gargantilla. Con destreza, apartó su larga cabellera rubia y se la colocó alrededor del cuello.
Intentó resistirse, pero la habían pillado desprevenida. Gregg la agarró con fuerza y la acercó a él, saboreando la suave sensación de su piel bajo sus manos. "No intentes gritar", le dijo, hablándole directamente al oído. "No es que puedas. Es una gargantilla inteligente hecha de una espuma viscoelástica especial. Se ajusta a los músculos del cuello y las cuerdas vocales, impidiendo que hables. Así que relájate".
Recorrió su cuerpo con las manos, pellizcando sus pezones hinchados. Michelle permaneció inmóvil, sin siquiera intentar resistirse. Él aprovechó, deleitándose con la sensación de su piel suave y flexible, recorriendo sus hombros y brazos con las manos antes de continuar con su delgado torso. Le hizo cosquillas en las rodillas un momento antes de bajar a la parte interna de los muslos. Ella se tensó al sentir su contacto y él sintió sus piernas cerrarse.
"Relájate", repitió. "No te voy a hacer daño. Te sentirás bien, te lo prometo..."
De mala gana, Michelle dejó que le separara las rodillas. La atracción daba vueltas, la lanzadera volteándose en un círculo vertiginoso. No podía creer que esto estuviera sucediendo de verdad; parecía un sueño. Los gritos y alaridos de los demás pasajeros resonaban en sus oídos, pero parecían lejanos, como si estuviera bajo el agua. Sus dedos hurgaron primero en la abertura de sus pantalones cortos, luego se retorcieron bajo el elástico de su ropa interior.
"Ah, sin pelo", dijo, acercando los labios a su oído para que pudiera oírlo fácilmente. Acarició suavemente la suave piel de su raja. Michelle sintió una oleada de náuseas creciendo en su interior. No estaba segura de si era por el paseo o por su dedo explorando entre sus piernas. "¿Cuántos años tienes?". Le inclinó la cabeza y acercó la oreja a su boca.
"Diez años" susurró Michelle. La gargantilla alrededor de su cuello se apretaba más cada vez que intentaba hablar. Incluso susurrar era difícil. Con brusquedad, su dedo se hundió en su raja, pasando por su piel de marfil sin vello hasta llegar a sus profundidades rosadas. Respiraba agitadamente y presa del pánico. Nadie había tocado jamás su zona más íntima.
En silencio, Michelle soportó sus caricias. Parecía una eternidad antes de que el viaje terminara. Justo cuando creía que aminoraba la marcha para detenerse, el viaje volvía a acelerar. Finalmente, sin embargo, las lanzaderas giraban cada vez más despacio a medida que se acercaban al suelo. Aliviada, Michelle sintió que él retiraba la mano de debajo de la elástica abertura de su ropa interior.
Apenas la atracción había aminorado la marcha cuando Gregg abrió la puerta de golpe y sacó a Michelle a toda prisa. Confundida y mareada, Michelle se tambaleó antes de que él la agarrara del codo y la llevara a la salida.
"Oye, espera", intentó decir antes de que la gargantilla se apretara de nuevo alrededor de su cuello, interrumpiéndole las palabras. Se giró y vio a sus amigas bajando lentamente de la atracción. El siguiente grupo de visitantes de la feria ya se había abalanzado hacia las lanzaderas, creando una multitud bulliciosa de nuevos pasajeros y pasajeros que se marchaban. Michelle comprendió de repente lo que planeaba su abusador.
"¡Ayuda!", gritó. Pero solo salió un jadeo entrecortado. Gregg la sujetaba con fuerza por la muñeca mientras la alejaba de la atracción, lejos de sus amigos. Desesperada, intentó agarrar la mano de un desconocido que pasaba.
"¡Oye!", exclamó una mujer cuando el brazo de Michelle volcó el plástico de la Coca-Cola que estaba bebiendo. El refresco y el hielo se derramaron en el suelo.
"Oh, disculpe", dijo Gregg rápidamente, disculpándose. Tomó a Michelle por los hombros desnudos y la apretó con fuerza. Ella hizo una ligera mueca, pero su mensaje fue claro. "Mi hija acaba de subirse al Sky Spinner y no se siente bien", le dijo Gregg a la mujer. "Creo que mejor buscamos un baño".
La mujer asintió y se dio la vuelta. Gregg empujó a Michelle, manteniéndola apretada sobre sus hombros. "No lo intentes otra vez", le advirtió, susurrándole al oído. "No querrás hacerme enojar".
Continuará

CreamWorks Pictures presenta: "Putas del softbol", Parte 1 (de Lucy)
16 de marzo de 2025 en Jovencitas, Incesto, Relatos SDPA
Hoy era el gran día. Habían pasado un par de semanas desde que vi mi DVD de preestreno de CreamWorks, y después de verlo, había pedido un montón. Tenían que llegar hoy. Ni siquiera podía concentrarme en el trabajo, así que volví a casa como un loco.
Corrí a mi buzón y lo vi. Era una pequeña caja marrón sin remitente. Abrí la puerta, lo tiré todo a un lado y abrí el paquete. Había cuatro discos dentro. A diferencia del disco de avance, estos tenían estuches con títulos y breves resúmenes. Los miré todos, con la boca hecha agua, antes de elegir el que quería ver.
Se llamaba "Putas del Softbol". Le di la vuelta y leí la descripción: "¡Las ninfas tienen que esforzarse mucho si quieren entrar en el equipo!" Seguro que sí. No podía esperar. Corrí a la tele, la encendí y empecé a disfrutar.
La pantalla cobró vida con el logo de CreamWorks: un fondo morado con la caricatura de una polla eyaculando sobre la cara de una niña rubia. La imagen se desvaneció y fue reemplazada por un título: "CreamWorks Pictures presenta: Putas del softbol". El título se desvaneció y mostró una lista de créditos que decía: "Protagonizada por: Nina, Naomi, Maria, Jessica y Kim".
Preparándose
La película comienza con un plano exterior de una hermosa casa. Dentro, una despampanante mujer rubia en pijama está en la cocina preparando el desayuno. Baja las escaleras y mira hacia arriba.
"¡Nina!" grita. "¡Vamos! ¡Llegarás tarde a la escuela!"
La cámara enfoca el rostro del hombre. Está acostado en la cama. "Tiene razón", dice. "Date prisa y haz que me corra". El plano se reduce para mostrar a una niña rubia chupándole la polla al hombre. El texto "Nina: 8 años" aparece en la pantalla y luego desaparece. Nina chupa furiosamente la polla de su padre, recorriéndola con la lengua y frotándole los testículos con la mano.
El cuerpo de su padre empieza a temblar y anuncia que está a punto de correrse. Agarra la cabeza de Nina y la mantiene en su sitio mientras le dispara chorro tras chorro en la boca. Al terminar, la chica lo mira y sonríe.
"Esa es mi chica", suspira el hombre. "Ahora ve a prepararte, te espera un gran día".
La escena cambia a otra casa. Una mujer asiática camina por el pasillo y llega al baño. Al abrir la puerta, ve a su hija en la ducha. La mujer se desviste, abre la puerta de la ducha y se une a la niña. El mensaje "Kim: 9 años" aparece y desaparece.
"¿Estás lista para hoy?", pregunta la madre de la niña, enjabonándose. "Llevas semanas esperando las pruebas con ansias".
"¡Sí, estoy emocionada!", responde Kim. "¡Me estoy asegurando de que mi coño y mi culo estén limpios!"
"Qué bien", responde su mamá. "A ver qué tal". Inclina a Kim. La pequeña apoya las manos en la pared para sujetarse. Su madre se arrodilla detrás de ella y le abre las nalgas. Escupe en el ano de la chica y le pasa el dedo arriba y abajo por la raja, hasta llegar a su raja sin vello.
"Parece que hiciste un buen trabajo", le dice a Kim. "Ahora date prisa, o llegarás tarde".
La escena cambia de nuevo, esta vez a un edificio de apartamentos. En uno de ellos, una joven negra se cepilla los dientes, desnuda. El pie de foto dice: "Naomi: 10 años". Un hombre negro corpulento entra al baño, también desnudo, con la polla erecta. Se aprieta contra la espalda de la chica.
"Papá", protesta. "Tengo que terminar de arreglarme, no tengo tiempo para follar ahora mismo".
"Lo sé, cariño", dice su padre. "Solo te estaba mirando. ¡Qué ganas de verte con ese trajecito de sóftbol tan chulo!"
"Todavía no me han incluido en el equipo", dice Naomi. "Probablemente tendré que chupar, follar y lamer un montón".
"Bueno, así te criamos", dice su padre. "Así que estarás bien". Naomi se da la vuelta, se lanza a los brazos de su padre y empiezan a besarse.
El escenario cambia una última vez. Dos gemelas hispanas están sentadas a la mesa desayunando. Están en topless, con solo unas tangas rojas. El texto dice: "Jessica y María: 8 años". Las chicas tienen curvas, cabello largo y oscuro y piel suave. Están charlando cuando oyen un ruido sordo en la habitación de al lado. Se levantan y miran. En la sala, un adolescente se folla a una mujer de mediana edad a cuatro patas, con fuerza. Las gemelas sonríen.
"¿Ya te estás cogiendo a mamá?", pregunta Jessica. "¡Ni siquiera son las 9 de la mañana!"
"Cállate la boca" responde el chico, jadeando". ¡Qué suerte tenéis de tener que follar en el colegio, si no, os follaría hasta el cansancio!
A María parece gustarle la idea. "Quizás esta noche, entonces", dice sonriendo. "Vamos, hermanita, preparémonos".
Continuará

La secta, Parte 7 (de Cazzique)
16 de marzo de 2025 en Relatos SDPA
La secta continuaba creciendo, ya había juntado a varios padres e hijas educándolos en las cuestiones del incesto, varias eran las personas que se estaban acercando a mí para pedirme consejo o ayuda y así poder disfrutar de estos placeres que solo el supremo puede otorgar.
Una mañana como a eso de las ocho llamaron a mí puerta, me acababa de levantar y salí para ver de quién se trataba, era Magdalena, una mujer como de unos treinta y cinco años, ella es un tanto llenita, de cara simpática, unas nalgas firmes y redonditas y poseedora de un bello par de grandes senos que se dibujan hermosos bajo sus blusas escotadas. Por supuesto la salude cordialmente y la hice pasar al recinto, fuimos a la oficina, ella quería conversar con migo de un importante asunto. Nos sentamos en el sofá de la oficina y ella comenzó su casi confesión.
-Vera usted.- dijo un tanto exaltada. –me he enterado de las relaciones que se forman en nuestra comunidad... y pues yo quería que me aconsejara sobre algo.
-Bien hermana, comprendo de que se trata, continua por favor...- dije en tono tranquilo.
-Pues bien... usted sabe que mi marido se fue al extranjero y pues yo quede sola con mi niño... usted sabe ¿verdad? Bien... me gustaría... pues... lo que los demás... – continuó en un tono más nervioso.
Yo reí calmadamente. –Lo entiendo perfectamente, tu quieres formar parte de la sociedad más especial de esta comunidad ¿No es así?-
-Me ha entendido perfectamente hermano.- contestó ya más calmada por mi contestación.
-Pues bien hija, vamos a poner manos a la obra, ven.- Le dije a la vez que me ponía de pie y le tendía una mano. Magdalena me tendió también su mano y me siguió sin preguntar, la guié hasta mi habitación, entramos y cerré la puerta, ella quedo parada frente a mí dándole la espalda a la cama que aun estaba destendida.
Me acerque a ella y entonces puse mis manos en su cintura, sentí la suave tela de su vestido, ella temblaba de nervios; mis manos bajaron hacia sus caderas y las acaricié despacio, luego fue corriéndolas para atrás y así poder apoderarme de sus nalgas, eran aun firmes, pasee mi mano por los dos cachetes sin dejar de palpar cada milímetro de estas. Magdalena gimió y se abandono a mí abriendo su boca y permitiendo que mi lengua la penetrara hasta poder sentir que su propia lengua respondía y se enfrascaba en un húmedo y apasionado beso que la hizo estremecerse.
Baje mis manos por sus piernas y sujete la falda de las orillas, la fui subiendo lentamente, las piernas de la mujer fueron quedando desnudas, yo las podía apreciar a través del espejo que estaba a un lado de la cama. Su blanca piel se apreciaba a la vez suave, sus piernas eran bien torneadas, sus curvas estaban donde deberían estar, levanté un poco más la tela de su vestido y pude ver sus bragas que aunque no eran muy sexys en realidad venían con su personalidad, dándole un aire de madurez a esa hermosa piel, de color negro, contrastaban intensamente con la blancura de su piel, dejé por unos instantes su vestido en su cintura y pasé las manos a la parte lateral de sus bragas para irlas jalando hacía abajo, sentía el calor de su piel ahora. Las bragas cayeron hasta sus rodillas y ahí permanecieron unos instantes hasta que con movimientos de sus piernas estas se fueron al suelo.
Por el espejo pude apreciar la suavidad de los cachetes de sus nalgas y me separe de ella un poco para poder verle su cuca, llena de vellos enmarañados de color oscuro que formaban un bello triangulo sobre su vagina, puse mi palma completa para poder abarcar la cálida rajada de la bella mujer, ella saltó un poco al sentir como mi mano se amoldaba a su panocha pero después de unos segundos abrió un poco sus piernas para dejar que palpara a mi gusto toda la pucha. Moví mi mano hacia arriba y hacia abajo por toda la panocha de la mujer y después de unos minutos la retiré solo para hincarme frente a la hermana y comenzar a olfatear su nido de amor, ella permanecía inmóvil y sujetaba su vestido que estaba enredado en su cintura; mi nariz se incrustó entre las bien torneadas y firmes piernas de Magdalena, su olor era delicioso, a hembra en celo. Por supuesto que no pude evitar que mi lengua saliera pronta a disfrutar del néctar que comenzaba a manar del interior de esa rica rajada. Pronto mis lengüetazos hicieron su efecto y la mujer comenzó a gemir satisfactoriamente a la vez que una de sus manos se poso en mi cabeza y me apretaba fuertemente contra su vagina. Yo traté de tragarme todos los jugos que salían de su hermosa concha metiendo mi cabeza por entre sus piernas para poder acercar mejor mi lengua y que esta se clavara lo más profundo posible dentro de la húmeda rajada. Pronto llegó mi hermosa compañera a un orgasmo que hizo que las piernas le fallaran y se dejó caer pasadamente en la cama.
La dejé descansar por unos segundos solo para luego montarme sobre ella y retirarle por completo el vestido y su sostén, sus grandes tetas quedaron por fin a mi vista, inmediatamente me fui a besarlas y mamar los pezones como ella deseaba, eran hermosas, grandes como un par de toronjas, blancas, con unos pezones regordetes que parecían una uva, de un color café claro. Los lengüetee hasta que me canse y los dejé completamente erectos. Me levanté ya desnudo pues me había ido quitando las prendas mientras que le mamaba las tetas a Magdalena, mi verga apuntaba al cuerpo de la mujer, me arrodille en la cama frente a la cara de ella y mi verga quedo a la altura de su cara, levantó la cabeza y comenzó a chupármela con ansias, me la estuvo mamando por largo rato, casi me hace venirme en su boca, pero yo deseaba penetrarla así es que le pedí que se detuviera.
Me puse de pie delante de Magdalena y ella comprendió, puso sus pies en el borde del colchón y abrió lo más que pudo sus piernas, mostrándome impúdicamente su centro del placer ya abierto por la mamada anterior, me encarame sobre ella y le di un apasionado beso en los labios, luego con las caderas apunté mi verga a la entrada vaginal de la mujer, al sentir que mi verga se anidaba entre los labios de ella di un leve empujón y la cabeza se hundió, luego despacio la penetré hasta que mis cojones chocaron con su ingle, espere solo unos instantes y la comencé a bombear fuertemente, produciendo fuertes chasquidos por lo inundada que se encontraba su panocha, estuvimos cogiendo en esa posición por varios minutos y luego la puse de a perrito al borde de la cama, yo parado detrás de ella la penetre hasta el fondo y así continuamos cogiendo, mi verga entraba y salía con cierta velocidad de su mojada concha, pronto su esfínter comenzó a exprimirme y no me pude contener más, de la punta de mi palo comenzaron a salir gruesos chorros de caliente esperma que inundaron más aun la vagina de Magdalena, al sentir mi venida ella también comenzó a venirse, fuertes convulsiones de su cadera hacían que ella gimiera y gritara como un posesa, nuestros cuerpos ardían y continuaban moviéndose rápidamente y más rápidamente hasta que las sensaciones fueron casi insoportables y yo caí rendido sobre ella, los dos estallamos en fuertes carcajadas de satisfacción y quedamos noqueados por algunos minutos, solo nos besábamos con intensidad.
Nos dormimos cerca de veinte minutos y luego nos levantamos para asearnos, su rajada era un charco de jugos que le escurrían por las piernas al momento de pararse, ya en la regadera los dos juntos nos enjabonamos uno a la otra y comenzamos la siguiente platica.
-Sé que tienes un hijo de catorce ¿No es así?-
-Así es... es mi adoración, lo amo mucho...-
-Bien, quiero que lo hagas venir en el transcurso de la semana y además quiero que tú vengas con él, veras que bien te va a hacer sentir cuando le demuestres tu amor y el a ti.-
-Esperaré con ansias ese día, tu pon la fecha hermano.-
-Claro, el miércoles será la iniciación de ambos. ¿Te parece ese día?-
-Muy bien... me parece bien... aquí estaré-
Terminamos de bañarnos, luego nos vestimos y disfrutamos de toda la mañana haciendo diversas labores del templo juntos, luego ella se despidió ya que tenía que ir por su hijo, jorge, a la escuela.
Continuará

Aventuras pornográficas de pedófilos, Parte 20 (de CuPed)
16 de marzo de 2025 en Relatos SDPA, Jovencitas
"El miedo, agudo y crudo, regresó a los ojos de Margrethe cuando nuestro tío se colocó sobre ella. Pero, sabiéndose incapaz de detenerlo, la aceptación la invadió incluso antes de que su masculinidad la tocara. La mano de Christoph le tapó la boca para ahogar su grito mientras reclamaba su virginidad para siempre, aunque incluso si hubiera dejado que su grito de despojo resonara por el campo, nadie habría intervenido para detener a este hombre. El dolor embotó los ojos de mi hermana cuando el tío se abalanzó sobre ella. Pero entonces, como antes, vi el cambio. El asombro comenzó a abrirse paso, y con fuerza, el deseo ardió en sus ojos. Al ver las botas de mi hermana rodear su cintura, supe que ella había entregado su cuerpo juvenil, aceptado su despojo y llamado amo a este hombre malvado. Pero mientras jadeaba y gemía debajo de él, una determinación creció en mí. ¡La determinación de que él no la tendría sola! De repente, supe con cada fibra de mi ser que yo también la despojaría. Yo también la sentiría. En ese momento, Margrethe dejó de ser mi hermana y se convirtió en mi puta, aunque aún no la había tocado..."
Mientras Jack leía la narración, George volvió a dejar que su pene se deslizara de la boca de la preadolescente que gemía. Rápidamente se colocó sobre ella, y una mirada de terror absoluto contorsionó sus hermosos rasgos antes de desvanecerse en una expresión sombría de aceptación. George colocó la punta de su pene contra el húmedo coño de Jill y luego echó las caderas hacia adelante. Como tenía que sujetarse con una mano mientras con la otra le tapaba la boca para amortiguar el grito de Jill, tuvo que colocar su pene sobre el húmedo agujero de su túnel del amor para que pareciera que se resistía. Su pene se dobló casi por completo antes de que él retirara las caderas ligeramente y se reposicionara para "estallarse" en su coño. Jack había cortado allí y Bob se lanzó con el jugo de cereza. Astrolubricante teñido de rojo con colorante alimentario, lo que haría parecer que su himen se había desgarrado. Al ser un video privado, el jugo estaba teñido de un rojo intenso en lugar del color rosado habitual. Cuando Jack reanudó la escena, el lubricante se acumuló en la entrada de su coño, haciendo que pareciera como si le exprimieran sangre. Jack asintió, satisfecho por el efecto.
Tan pronto como Jack terminó la narración, George retomó sus líneas mientras serruchaba sus dieciocho centímetros dentro y fuera del estrecho coño de Jill. "Sí, sí. Igual que tu madre antes de ti, e igual que tu hermana después, ¡me llamarás amo!"
Mientras las delgadas piernas de Jill rodeaban las caderas del hombre mayor, ella repetía sus propias frases. Gimiendo y jadeando, dijo sin aliento: "Eres mi amo, tío Christoph, y yo solo soy tu puta. ÚSAME, disfruta de mí. ¡Soy tu puta complaciente!".
"Sí que lo eres, puta inútil" gruñó George, mientras el sudor de sus esfuerzos goteaba sobre la cara de la niña "¡Cuántas veces sentiré este calor apretándome desde abajo! ¡Ahora eres mía en cuerpo y alma! ¡Qué putita tan encantadora! Prepárate, zorra, prepárate cada vez que me acerque a ti."
"¡Sí, amo!" gritó Jill, retorciéndose "¡Siempre y para siempre estaré lista! ¡Mi cuerpo de puta esperará las caricias de su amo! ¡No soy nada sin ti sobre mí, como lo eres ahora! ¡Solo tomándome así podré ser la puta que nací para ser! ¡Sí, amo! ¡Úsame bien, amo! ¡Dios mío, qué me pasa!" Con eso, el cuerpo de Jill empezó a agitarse y un grito primitivo escapó de su garganta. Su piel se puso roja como un tomate mientras apretaba las piernas alrededor de George y empujaba sus caderas hacia arriba para encontrarse con las de él.
"¡Joder, toma mi leche, puta!", gritó George, saliendo de la preadolescente corriéndose y enviando un chorro de semen sobre su vientre tenso. Empezó a gruñir de éxtasis mientras su semen salía disparado, manchando a la niña debajo de él. El vientre y el coño de Jill pronto quedaron cubiertos de la pegajosa leche mientras George volvía a introducir su polla en el coño de la niña. Mientras ambos jadeaban y se recuperaban de sus orgasmos, George la miró a los ojos con una mueca de desprecio y dijo con crueldad: "Estás marcada ahora. Marcada por mi semilla. Mi puta, como tu madre lo fue, como dentro de dos años tu hermana lo será".
"Sí, amo, soy tuya" respondió Jill sin aliento. "Tuya y para siempre."
Mientras George se inclinaba sobre ella y comenzaba a esparcir su semen por el cuerpo de la preadolescente, Jack siguió leyendo: "Pero ella no iba a ser solo suya. Mi hermana menor tampoco. Primero haría mía a Margrethe, perfeccionaría mi dominio con ella para practicar. ¿Christoph pensaba conquistar a mi otra hermana dentro de dos años? ¡Pues yo le ganaría el premio y la conquistaría en uno! Mi corazón se aceleró al pensar en desafiar a este hombre malvado. En tomar un premio que creía suyo".
Jack dejó que George tratara bruscamente a la preadolescente un rato más antes de gritar: "¡Corten, eso fue fantástico! ¡La mejor escena de la historia!". Las puertas de la sala verde se abrieron y salieron cuerpos desnudos mientras Joyce se acercaba a Jill con una toalla para limpiarle el semen. Nina fue directa hacia Jack mientras Fred gritaba: "¡No intentes degollar a esa niña! ¡Gatea antes de caminar!". Nina asintió mientras se arrodillaba frente a Jack y comenzaba a manipular su cinturón.
Mientras Nina le chupaba la polla con avidez, Jack observaba cómo la gente se juntaba para liberar la tensión después de la escena. Sonrió al ver que Richard era el único con autocontrol al sacar las cintas de la cámara que Ray y Bob habían dejado cuidadosamente y dirigirse a la sala de edición. Jack rió entre dientes cuando Nina ignoró el consejo de Fred e intentó meterse su enorme polla en la garganta, con cara de vergüenza ante su polla cuando no lo consiguió. Jack decidió que le haría a la niña de diez años su primera corrida facial después de follársela hasta el cansancio.
Richard salió de la sala de edición y se acercó a Jack. Observando la orgía que se desarrollaba en el set, dijo secamente: "¡Y pensar que apenas estamos empezando!".
Continuará

La secta, Parte 6 (de Cazzique)
15 de marzo de 2025 en Jovencitas, LGBTQ+, Sexo en grupo, Relatos SDPA
Macaria se presentó en mi casa una de las tardes de esa semana, la niña venía acompañada con una de sus compañeritas, Tatiana, una bella mujercita de 13 años de edad, con un cuerpo bellamente esculpido, senos medianos caderas anchas, cabello oscuro lacio que le caía por debajo de los hombros, una carita delgada y bella que ofrece una encantadora sonrisa, sus ojos verdes le dan un sensual toque a su rostro. Por supuesto que dejé pasar inmediatamente a mis invitadas y fuimos directamente a la sala, Macaria y yo nos sentamos en el sofá grande y la pequeña Tatiana se sentó en el sillón que esta frente a nosotros.
Comenzamos a platicas y después de varios minutos pregunte a Macaria cual era el motivo de su visita, ella un poco nerviosa me explicó su amiga se encontraba un poco triste porque su novio la había engañado con otra de sus amigas y que necesitaba algún consejo que la animara, que entonces había pensado en mí ya que ahora ella era muy feliz y no tenía ni siquiera la necesidad de tener un novio, que esto se le hacía casi imposible a su amiga y quería saber cual era el secreto para poder lograrlo.
Yo por supuesto le dije que este era un secreto tan fuerte que ella lo debería de guardar para siempre si deseaba entrar a nuestra comunidad, le pedí que lo pensara muy bien ya que entrando al círculo no había regreso, ella se quedo callada por varios minutos y después de esto me dijo que lo iba a pensar mejor, entonces me despedía de las niñas, salieron de la casa y Macaria me dijo que luego vendría a visitarme y se fueron caminando por la calle, me quede ahí hasta que las perdí de vista.
Pasaron tres día hasta y una de esas tardes sonó el timbre de la casa, salí para ver de quien se trataba, eran las dos pequeñas, Macaria y Tatiana, las hice pasar de nuevo a la sala y nos sentamos en las mismas posiciones que días antes, esta vez Tatiana comenzó la platica. Dijo que después de pensarlo bien había decidido entrar en nuestra comunidad y que estaba dispuesta a hacer lo que fuera. Habiendo hecho este comentario la pequeña entonces no me quedaron más dudas, me puse de pie y me senté junto a la bella Macaria, voltee a ver a Tatiana y le dije que no perdiera de talle de lo que iba a ocurrir.
Mis labios se unieron a los de la niña y mi lengua salió en busca de la suya, mis manos a la vez que las suyas comenzaron a reptar por nuestros respectivos cuerpos, su pequeña manita busco el cierre de mi pantalón y lentamente lo fue bajando, luego metió la mano y acarició mi paquete directamente. Poco a poco la verga fue adquiriendo su dureza hasta quellegó a su punto máximo, la manita de Macaria logró sacar mi erecta verga del pantalón dejándola a la vista de su amiguita, lentamente me la comenzó a menear de arriba para abajo dejando libre la rojiza cabeza, yo por supuesto comencé a quitarle a las ropas a la pequeña, primero saque la blusa de la niña dejándola solo con una ligera playerita que a los pocos segundos también salió, sus grandes senos quedaron desnudos, los comencé a acariciar con toda la palma de mi mano, amasándolos y sintiendo la dureza de estos, sus pezones se erectaron al contacto de las yemas de mis dedos, los pellizque despacito haciendo que el placer en la pequeña aumentara, un leve gemido se escapó de sus labios.
Nos detuvimos solo unos segundos para que ella se pusiera de pie en frente de mi, luego de lo cual comencé a desabotonar su pantalón de mezclilla; lentamente fui haciendo descender la prenda y las blancas bragas de la chiquilla fueron apareciendo, luego sus piernitas morenas se asomaron, dejé caer el pantalón por completo al suelo, la niña levanto sus piernitas para librarse del pantalón y echarlo para un lado con una patadita. Mis manos se apoderaron de las nalguitas de ella y mi boca se posó en uno de sus pezones, lo mamé delicadamente, lamí su pezón por varios minutos y luego pasé al otro. Macaria me acariciaba la cabeza y de vez en cuando depositaba un beso en mis cabellos.
Me puse de pie para desnudarme yo sin perder de vista a la pequeña Tatiana quién tenía los ojos ampliamente abiertos y no se perdía nada de lo que su amiguita y yo estábamos haciendo. Puse a la niña de espaldas contra mi pecho y le bese la nuca y la espalda, luego así de pie la recliné dejándola empinada y le separé un poco las piernas, luego me coloque detrás de ella y apunte mi verga a su entrada vaginal, lentamente la fui penetrando hasta que la verga se hundió por completo, la sujete de las caderas y comencé a menearme, mi verga salió y volvió a su interior, era delicioso, Tatiana no pudo evitar ponerse de pie a un lado de nosotros y ver como me estaba cogiendo a su amiguita, Macaria gemía cada vez con más intensidad, sus nalguitas se apretaban contra mi verga, queriendo gozar más si todavía era posible, los chasquidos de nuestra cogida comenzaron a inundar la habitación; por instinto una de mis manos tomo por el hombro a Tatiana y la acerque a mí, pose mis labios en los suyos y la comencé a besar, la pequeña se quedo pasmada por un par de segundos pero luego reaccionó y comenzó a responder a mi beso, su lengua salió para encontrarse con la mía y nos enfrascamos en una húmeda lucha con nuestros labios y lenguas.
Macaria llegó entonces a su primer orgasmo y con sus gritos nos saco de concentración a Tatiana y a mí, que nos separamos para ver como su amiguita meneaba sus nalguitas contra mi garrote, clavándoselo por completo y gimiendo fuertemente. Los jugos de la chiquilla comenzaron a emparar mi garrote y a correr por las piernas de ambos en cálidos ríos de lujuria que lentamente descendían. La chiquilla por fin se zafó de mi ariete y se dejó caer en el sofá cuan larga era, dejando a nuestra vista una imagen excitante de su juvenil cuerpo desnudo y tendido boca abajo, en medio de sus nalgas se alcanzaba a ver la humedad que nuestra cogida le había dejado.
Solo nos distrajimos por algunos segundos y nuevamente volví a atraer a Tatiana a mi lado para continuar besándola, pero en esta ocasión comencé a acariciar su cuerpo, delgadito, con unos senos no tan llenos como los de su amiga pero también muy ricos, unas caderas amplias que se marcaban excitantemente bajo su pantalón de mezclilla. Acaricié su cuerpo por encima de la prende, sus nalgas eran firmes, su vagina desprendía ya algo de calor, estuve frotando por varios minutos su entrepierna y pude sentir cada unos de los pliegues de su vagina. Su monte de Venus era prominente y me permitía sentir claramente aun con el pantalón puesto. Subí mis manos y comencé a levantar su blusa para poder sacársela, ella entendió y levanto las manos, la prenda salió dejándome ver su pequeño corpiño en el cual ya se dibujaban los duros pezones de la chiquilla, mis manos no pudieron evitar posarse sobre esta prende y acariciar ardientemente las dos masas de carne que se escondían por debajo, la niña suspiro al sentir que mis manos se apoderaban de sus senos, luego me hice un poco para atrás y comencé a desabotonar sus pantalones, pude apreciar que sus bragas eran de color azul cielo, al quedar desabrochado el pantalón metí mis manos por los costados y acaricié a la pequeña pasando mis manos de sus costados a sus nalgas abultadas, firmes y cálidas. El pantalón cayó solo por su propio peso y yo me acerque más a la linda niña para comenzar a besarla ardientemente. Ya Macaria se había repuesto de su orgasmo y nos observaba, le pedí que se pusiera de pie y que se acercara, se colocó atrás de su compañera y pegó su cuerpecito al de ella, yo desde ese punto la bese, los senos de Macaria se pegaron a la espalda de su amiga a la vez que su vagina se frotaba entre las nalgas de esta. Me agache para poder bajarle las bragas a Tatiana, su vaginita fue quedando al descubierto, completamente lisa, sin un solo vello que la cubriera, sus dos labios vaginales estaban completamente cerrados y su clítoris se alcanzaba a dibujar un poco por encima de ellos, acerque mi cara y comencé a lamerle la entrepierna. Macaría desde atrás de su amiga comenzó a besarle la nuca y acariciarle los senos, la escena era deliciosa y me tuve que separar un poco de la panochita que estaba en mi boca para poder apreciar bien este cuadro; luego continué mamando la conchita de Tatiana, la pequeña abrió un poco sus piernitas para dejarme trabajar a gusto con mi lengua en su rayita, pronto logré hacer que experimentara su primer orgasmo, me lo bebí por completo y todos nos separamos para dejar descansar a la recién iniciada.
Tatiana estaba recostada en el sofá con las piernitas abiertas de par en par mostrando impúdicamente su panochita, ahora abierta por las mamadas que le di. Le hice una seña a Macaria para que se hincara frente a su amiga y le chupara su rajadita, sin pensarlo mucho tiempo la niña de doce años se hinco frente a su amiguita y sin más su boca comenzó a tragarse la húmeda rajadita. Sus manitas fueron hacia los senos de Tatiana y se apoderaron de los pezones con los cuales comenzó a jugar. Yo me coloque encima de Tatiana y le acerque mi verga a su boca, luego le fui dando instrucciones para que comenzara a chupármela, sus labios se abrieron dando alojamiento a la cabeza de mi pene, poco a poco se lo fui clavando hasta que casi se lo tragó por completo, prácticamente me la comencé a coger por la boca meneando mis caderas de adelante para atrás haciendo que la verga entrara y saliera, su boquita me apretaba deliciosamente el miembro y me proporcionaba a la vez ricas caricias con su lengüita. Sus ojos se posaron en los míos sin separar su mirada un solo momento. Fueron varios minutos con mi verga en su boca y las sensaciones se empezaron a cumular en mí.
Le dije que le iba a dar mi lechita, que deseaba que se la tomara toda sin desperdiciar una sola gota y le explique rápidamente lo que iba a pasar, ella en ningún momento dejo de acariciar mi verga con su lengua y pronto los calientes chisguetes de esperma comenzaron a invadir la boquita de Tatiana, ella trató de contener la leche mas fue tanta que se comenzó a ahogar y tuvimos que parar para que ella se incorporara, afortunadamente yo ya había terminado de venirme, Macaria al ver que mi nabo aun estaba duro y escurriendo leche se acerco y me lo comenzó a mamar tragándose los restos de mi venida; Tatiana se recupero y me observo como espantada por no haber conseguido tragarse toda mi leche, yo le sonreí para que no se preocupara y ella devolvió la sonrisa, luego le dije a Macaria que se separara de mi verga y se besara con su amiga, las dos niñas se pusieron de pie y comenzaron a besarse, sus senos y sus vulvas también parecían estarse besando ya que se restregaban mutuamente.
Yo descanse solo unos segundos ya que la escena que tenía frente a mí impidió que mi erección menguara, ahora me sentía de nueva cuenta excitado y listo para la acción.
Le pedí a Tatiana que se pusiera en cuatro sobre la mullida alfombra y ella así lo hizo, luego me pose detrás de ella y comencé a darle lengua a su ano, primero bese sus nalgas, pasando mi lengua por los dos cachetes y besando cada milímetro de esa virgen piel, luego pasé a su ano y ahí comencé a chupar y mamar, introduciéndole mi lengua en su apretado agujerito trasero, su sabor es delicioso, además se mezclaba con el olor de sus jugos vaginales, a los pocos minutos comencé a meterle un dedo, Tatiana respingo por la sorpresa ya que no se lo esperaba pero fue tranquilizada por Macaria quién se acostó delante de ella dejando su cara justo frente a la suya y ambas comenzaron a besarse.
Mi dedo ya entraba y salía sin dificultad del ano de Tatiana, era hora de dejarle ir otro dedo más, ahora ya no hubo extrañeza por parte de ella y se dejo hacer ahora me la cogía con dos dedos que entraban y salían fácilmente de su ano, este ya se estaba dilatando perfectamente y me iba a permitir penetrarla sin tanto dolor, inmediatamente me hinque detrás de la niña y ensalivando muy bien mi garrote le clave la cabeza, ella se retorció un poco pero no hizo más así que comencé a empujar y así logre meter hasta una cuarta parte del tronco hasta allí no hubo ni una queja pero cuando traté de continuar ella se separo de los labios de su amiga para decirme que le estaba doliendo, le dije que no se preocupara que las primeras veces así era, entonces empuje un poco más.
-¡¡¡Hayyy... duele... duele...!!!-
Sin contestarle nada continué empujando pero su esfínter se estaba cerrando por su estrés, y aunque esto no impedía que la penetrara si hacia más difícil el que mi verga entrara. Sujeten fuertemente sus caderas y continué con mi labor.
-Ya... sácala... me dueleeeee... no... haggg...-
-Aguanta preciosa, ya tienes más de la mitad en tu culito, aguanta.-
-No ya no... Duele mucho... ya... ya-
Por supuesto que no le hice caso y seguí empujando mi garrote, costó mucho trabajo pero por fin se lo deje completamente sepultado en su culito, ella estaba sollozando pero ya no dijo nada más, soporto con heroísmo hasta que la verga le llegó a lo más profundo. Esperé varios minutos solo moviéndome en forma circular para tratar de que ella relajara su esfínter y después no hubiera tanto dolor. Así como a los diez minutos sentí que su culo se relajó un poco y comencé a bombearla delicadamente.
Mi verga fue saliendo hasta casi la punta y luego reinició la penetración, su ano se aferraba a la piel de mi tronco, el calor que me transmitían sus intestinos era delicioso y la forma en que me apretaba lo era más. Agarrado de sus caderas la comencé a bombear cada vez más y más rápido, ella ya estaba experimentando un poco de placer y gemía. Le dije a Macaria que se acostara justo debajo de ella para que pudiera mamarle la panochita y que Tatiana a su vez le pudiera mamar la suya; me detuve solo unos segundos en lo que Macaria se acomodaba de bajo de su amiguita y después continué metiendo y sacando la verga de su estrecho agujero trasero.
Macaria inmediatamente comenzó a chuparle la pepita a su amiguita, lamía todo lo largo de la rajadita de su amiga desde abajo hasta que llegaba a lamer parte de mi tronco que estaba saliendo y entrando. Tatiana con un poco de vergüenza comenzó a lamer la conchita de Macaria, primero sin saber que hacer pero después fue siguiendo los mismos pasos que su amiga le hacia a ella misma. Los labios de Tatiana se pegaron a los pliegues vaginales de su amiguita y la fue mamando despacito, introduciéndole su lengua para poder probar el interior húmedo de su amiguita. La niña puso entonces más imaginación a sus actos y uno de los dedos de ella se introdujo en la panochita de su amiga, comenzó a bombearla con el dedo y logro en muy poco tiempo hacer que Macaria alcanzara un fuerte orgasmo y al ver que de la panocha de su amiga comenzaban a escapar jugos su boca se pegó nuevamente y comenzó a lamerlos y chuparlos haciendo que una serie más de orgasmos estallara en el vientre de Macaria.
Después de pasados sur orgasmos Macaria continuó mamando la rajada de Tatiana, esta vez hizo lo mismo que su amiguita y le introdujo uno de sus deditos en la panocha y comenzó a menearlo al mismo ritmo de mis embestidas en su culo. Así pronto sentí como el esfínter de la niña comenzaba a convulsionarse, muestra inequívoca de su venida, me moví más rápido para llegar al mismo tiempo y en efecto la chiquilla comenzó a gemir más fuertemente y al instante en que ella se estaba viniendo yo comencé a llenarle el interior de su culo con mi caliente esperma, los movimientos eran rápidos y profundos, procurando depositar lo más adentro posible de Tatianita la cálida leche, fue sensacional mi venida, hasta las bolas me dolieron de tanta leche que expulse en su culito, los tres quedamos tirados en el suelo de la alfombra, riendo, acariciándonos y besándonos.
Estuvimos ahí un par de horas y luego nos fuimos a asear y vestirnos, las niñas se despidieron de mi ya casi entrada la noche, nuevamente me quede parado en la puerta apreciando esa par de jóvenes cuerpos que se iban perdiendo en la distancia.
Continuará

Aventuras pornográfias de pedófilos, Parte 19 (de CuPed)
15 de marzo de 2025 en Relatos SDPA, Jovencitas
"... Mi temor aumentaba a medida que me acercaba a esa deprimente y aterradora habitación roja". Jack leyó la narración mientras la cámara de Bob se dirigía hacia la entrada del escenario. Su vista captó la fea madera contrachapada y los soportes que sostenían el escenario, pero que serían cortados y cubiertos con el trabajo que había hecho antes en el pasillo. "... Mis jóvenes ojos captaron la imagen que se me quedaría grabada para siempre. Deseaba entrar corriendo y detener lo que estaba sucediendo, pero compartía el miedo de mi familia a este hombre y no pude hacer que mis piernas me impulsaran. En cambio, se debilitaron y me encontré desplomándome en el suelo. Aunque no podía ver su hermoso rostro, podía sentir el miedo abrumador de mi hermana Margrethe mientras las manos de nuestro tío Christoph la sujetaban..."
La vista panorámica de Bob mostró a George con Jill rígidamente cruzada sobre su cuerpo. Sus piernas descansaban sobre el sofá mientras las fuertes manos de George sujetaban con facilidad a la niña rígida. Aunque no se veían sus rostros, era evidente por el movimiento de sus cabezas que se estaban dando un beso apasionado. La cámara de Ray lo captaba, pero la vista de Bob era la importante. Bob se levantó y entró en la habitación; su cámara captó los rostros de los dos en el sofá mientras captaba el beso. Jack decidió que un corte de cámara sería más adecuado.
Los ojos de Jill estaban muy abiertos y parecía muy asustada. Tenía la mandíbula ligeramente abierta mientras George besaba sus labios con fuerza. George se apartó un poco para que Bob pudiera ver la lengua lamiendo la boca de la chica. Entonces gimió de placer.
La cámara de Ray se apartó y Bob grabó el beso mientras captaba los dedos inquietos de George. George desató el cordón de la espalda del vestido de Jill, luego tensó los dedos y los deslizó por su espalda entre la tela y su piel. Al hacerlo, el cuerpo de Jill se tensó aún más y soltó un gemido de protesta mientras la mano de George se flexionaba hacia afuera, aflojando el vestido.
Entonces George interrumpió el beso y le gruñó a Jill en la cara asustada: "¡Ahora, niña, veamos lo que mi hermana, tu madre, me ha preparado!"
George, manejando a la preadolescente con facilidad, la puso de pie bruscamente. Jill negó con la cabeza, pero parecía demasiado asustada para protestar cuando George le agarró el vestido y empezó a quitárselo. Mientras lo hacía, Fred y Travis se dirigieron rápidamente al plató para apartar con cuidado la mesa de la sala.
"Tenía tantas ganas de correr a ayudar a mi hermana", leyó Jack y George la desvistió lentamente. "¡Margrethe estaba aterrorizada! ¡Ay, por qué no podía sostenerme con las piernas! Pero a medida que su suave piel se revelaba lentamente ante mis ojos, otra emoción comenzó a filtrarse. No pude identificarla, al principio. Pero poco a poco, una guerra se desató en mi alma. Por un lado, deseaba detener lo que veía. Por el otro, ¡quería ver qué sucedería después!"
El vestido se arremolinaba alrededor de los pies de Jill, y George la levantó para apartarlo descuidadamente con una patada. Volvió a dejar a la niña rígida en el suelo y luego le quitó el cordón de los brazos, dejándola vestida solo con las botas negras de cuero. Los ojos de George estaban llenos de amenaza mientras contemplaban con avidez la desnudez de la preadolescente. "¡Ahhh, justo como se veía tu madre!", gruñó George. "Compartes su belleza, ¡ahora veremos si también compartes su talento!"
Jill soltó un chillido de miedo cuando George volvió a sujetarla con facilidad, recostándola en el sofá frente a él. Jack sonrió ante la actuación de la niña; la expresión de su rostro y sus ojos eran perfectos. La cámara de Ray enfocó la vista hacia arriba para mostrar la mirada furiosa de George mientras la usaba solo con ella para sujetarla contra el sofá. Desató los cordones de sus botas y se las quitó. Luego, con los dedos, soltó la cuerda de su cintura. Los ojos de Jill se abrieron de par en par, asustada, cuando el pene rígido de George, de dieciocho centímetros, se desprendió de la lona.
"¡Parece tan asustada!" susurró Renee en el oído de Jack.
"No te preocupes. Tiene una palabra de seguridad que puede usar para detener la escena si se vuelve demasiado real para ella", respondió Jack. "¡Ella está bien, lo está haciendo de maravilla!"
George se quitó los pantalones de una patada y una vez más miró a la niña. Bob estaba en posición y captó la imagen a la perfección mientras George gruñía: "Ahora veremos si tu belleza es lo único que heredaste de tu madre. ¡Abre la boca!". Al decirlo, una rodilla se apoyó en el sofá y Bob tuvo una vista despejada mientras George acercaba su pene a los labios de la niña de nueve años. Jill intentó apartar la mirada, pero la mano de George se elevó bruscamente a la coronilla y se giró hacia el miembro masculino que se acercaba. "¡Abre esos labios de puta, niña!". Sus dieciocho centímetros ocultaron los labios de la niña al entrar en contacto con su polla, pero la mandíbula de Jill se abrió de par en par. Sus manos se alzaron para empujar la cintura de George y su cuerpo comenzó a forcejear mientras George empujaba implacablemente centímetro a centímetro su pene en su boca.
"Mientras veía a mi tío despojar a mi hermana, viéndolo invadir esos dulces labios que me cantaban cuando estaba triste o me hablaban con tanta dulzura mientras jugábamos a nuestros juegos infantiles, estuve a punto, muy cerca, de superar mi miedo y poner fin a lo que veía. Aunque le temía a este hombre con un terror que me estremecía profundamente, estaba lista para obligarlo a detener este abuso de mi hermanita. Aunque sentí una extraña agitación en mis pantalones, me preparé para entrar de un salto en la habitación." Ante esto, la cámara de Ray, que había estado enfocando el rostro contorsionado de George mientras el hombre de pelo gris gruñía de placer, cambió el enfoque a la puerta abierta en la distancia. Allí, Justin se agachó, con los ojos abiertos y su rubia cabeza sacudiéndose de un lado a otro, negando lo que veía. Cuando la cámara lo enfocó, comenzó a ponerse de pie.
Se detuvo y volvió a hundirse mientras la voz de Jack seguía leyendo. "Pero entonces lo vi. La imagen que me perseguiría durante tantos años. Mientras mi tío, ese hombre malvado, seguía agrediendo la boca de mi hermana, sus ojos, esos dulces e inocentes ojos, empezaron a cambiar". Mientras Jack leía lentamente el siguiente pasaje, la expresión de Jill cambiaba para reflejar cada emoción. Jack se quedó atónito por lo bien que actuaba la niña: "El terror empezó a abandonarla, reemplazada por la aceptación de lo que estaba sucediendo. Luego, la aceptación empezó a desvanecerse, y una mirada de asombro la reemplazó. Entonces, tan repentinamente como un árbol que cae, ¡el deseo iluminó sus ojos! Su inocencia huyó para siempre, mientras las delicadas manos que intentaban defenderse del ataque de mi tío se envolvían en su pierna mientras ella comenzaba a ayudarlo. Los hermosos ojos de mi hermana ardían mientras mi tío renovaba su cruel diatriba, sus palabras tan odiosas, tan rencorosas, tan hirientes. Y tan ciertas. Que Dios me ayude, tan ciertas."
La cámara de Ray enfocaba el rostro de Jill mientras apretaba los labios alrededor de la polla que él le clavaba una y otra vez en la boca. Bob captaba la acción desde la perspectiva de George por encima del hombro. Mientras George penetraba la boca de la niña de nueve años, su voz burlona y malvada decía: "Sí, pequeña, eso es, esa es la mirada que tu madre me dedicó tantas veces mientras yo le hacía esto". Jill gimió mientras George continuaba: "Eres la misma puta que ella. La misma zorra que yo usé. Me complacerás como ella lo hizo hace tantos años. ¡Ahora eres mía!".
Jill seguía gimiendo alrededor de la polla de George mientras él continuaba su agresión verbal y física. Su labial rojo, ligeramente teñido, le había corrido la cara tanto por los labios aplastantes de George como por su pene tenso. Sus ojos estaban vidriosos de placer mientras George hundía su miembro en su garganta una y otra vez.
Mientras la voz burlona de George continuaba, su mano bajó repentinamente para sujetar el húmedo coño de Jill. Bob estaba allí para capturarlo a la perfección cuando el pulgar y el índice de George encontraron el punto de su clítoris y comenzaron a frotarlo furiosamente mientras Jill emitía un chillido ahogado sobre la carne invasora de George y sus caderas comenzaban a sacudirse. Ya sonrojada por la excitación de George al follar su boca, el cuerpo de Jill se ponía más rojo a cada segundo. "Acabamos de empezar a probar las profundidades de tu depravación", continuó George con crueldad. "¡No eres nada! Una zorra nacida con un solo propósito. Una puta nacida simplemente para servirme. ¡Y me servirás! ¡Oh, sí, serás muy feliz y a menudo cumplirás el propósito para el que naciste! Tus piernas nunca se cerrarán cuando yo esté cerca. ¡Tus labios deben estar siempre abiertos, listos para recibirme! Mi pequeña puta, lista a mi antojo para alimentarme con la inocencia de tu cuerpo juvenil".
Las palabras de George y sus hábiles dedos en su coño llevaron a Jill al límite. Gritó sobre su polla y su cuerpo comenzó a agitarse en el sofá, sudando a chorros con la fuerza del orgasmo. Sus delgadas piernas se abrieron y cerraron sobre los dedos de George y su vientre se movió arriba y abajo mientras su espalda se arqueaba sola. Con la boca aún clavada en la polla de George, su cabeza comenzó a girar de un lado a otro. Cuando por fin la niña empezó a calmarse, George dejó caer su polla de sus labios.
Jack empezó a leer la narración de nuevo cuando la mano de George lo detuvo. Extendió los dedos y Jack gritó: "¡Corten!".
"Lo siento." La voz de George jadeaba. "Necesito un minuto. Si le meto esto ahora, explotaré en un instante. ¡Diablos, podría rociarle el coño antes de llegar!" Los dieciocho centímetros de George se sacudían, subiendo y bajando. El hombre estaba muy cerca del orgasmo.
"Entiendo", dijo Jack. "¡Toma cinco! ¡Jill, eres increíble!". El joven rostro de Jill se sonrojó de orgullo ante las palabras de elogio, pero jadeaba demasiado rápido para responder. Las voces estallaron en el set, exclamando lo bien que iba la escena.
Mirando a su alrededor, Jack notó que Joyce había sacado a la mayoría del público del set antes de que comenzara la escena, despidiendo a Fred y Travis tras mover la mesa. Jack había oído las protestas de Gregg, pero había un monitor en la sala verde y les aseguró que no se perderían gran cosa. Solo Joyce, Justin y Renee se quedaron para ver la transmisión en vivo.
Renee se acercó a Jack y le dijo: "Ahora entiendo lo que quieres decir con que la gente se excita. ¡Tengo el coño tan mojado que me sorprende que no se oigan las olas! ¿Siempre es así de intenso?"
"Últimamente la energía ha estado muy alta", respondió Jack con una sonrisa. "A casi todos en nuestro proyecto les encanta el sexo, y las chicas mejoran cada vez que se ponen frente a la cámara".
"Esa Jill tiene mucho talento", respondió Renée. "Al principio parecía tan aterrorizada, ¡pero luego se entregó por completo! ¿Crees que Nina podrá actuar así?"
"Creo que a Nina le irá muy bien", le aseguró Jack. "¿Qué opina de todo hasta ahora?"
"No estoy segura", respondió Renée. "Está en la sala verde. No hemos tenido oportunidad de hablar".
"Tenemos una oportunidad ahora", dijo Jack de pie. Al equipo le gritó: "George, den un paseo y cálmense un poco. Joyce, ¿podrías ayudar a Jill?".
"Claro, Jack", dijo Joyce con una sonrisa mientras se acercaba a la niña y acercaba lentamente su rostro a su coño.
"Joyce vive para este tipo de cosas", confesó Jack mientras acompañaba a Renee a la sala de espera.
Al entrar en la sala verde, Renée soltó un pequeño grito ahogado. Jack solo sonrió porque sabía lo que encontraría. En el sofá del fondo, Carol rodeaba los hombros de Travis con un brazo maternal, pero su expresión era todo menos maternal mientras sostenía la cabeza del adolescente contra sus pechos expuestos y aún firmes. Junto a ellos, Gregg estaba recostado con la cabeza echada hacia atrás de placer mientras la cabeza de Arlene se balanceaba en su regazo. En el sofá cercano, Nina, aún desnuda, miraba con los ojos abiertos la delgada y larga polla de veintidós centímetros que apuntaba a su rostro.
Fred se giró y sonrió a modo de saludo al oír que se abría la puerta. "No nos dejes interrumpir", dijo Jack mientras acompañaba a Renée al lado de su hija. Fred asintió y continuó hablando con la niña.
Colocando sus dedos en los labios de la niña de diez años, Fred acarició su mejilla hasta la mitad del cuello. "De aquí a aquí es un camino bastante recto. Pero aquí, en este punto de tu cuello, es donde está tu garganta. Desde aquí...", continuó deslizando los dedos por el costado de su cuello hacia abajo. "Es un giro de noventa grados. Ahora baja esto lo más profundo que puedas y detente cuando lo hayas introducido lo máximo posible". Continuó empujando su pene hacia adelante.
Nina succionó obedientemente su miembro, casi atragantándose al intentar tragar demasiado. Se detuvo con sus ojos azules mirando a Fred a la cara. Fred colocó los dedos contra sus labios a ambos lados de su pene para marcar la longitud mientras retiraba su miembro de entre sus labios. "Tienes unos diez centímetros. Eso es más o menos la mitad", dijo Fred.
"Para meter esta parte dentro de tu boca", dijo Fred girándose ligeramente hacia un lado y señalando la parte seca de su larga herramienta que estaba fuera de los labios de la niña y midiéndola con sus dedos y pulgar, "Tienes que conseguir que esta parte haga ese giro de noventa grados". dijo levantando sus dedos y pulgar por su eje con cuidado de mantener la medida.
Fred entonces movió los dedos alrededor del eje de su pene y giró la parte indicada hacia abajo, haciendo una mueca de dolor. "Mi pene es delgado, así que hará ese giro. Ahora inténtalo tú", dijo Fred, soltándolo. Los dedos de Nina lo agarraron y, con esfuerzo, doblaron su miembro como Fred lo había hecho. "Ahora tus dedos son fuertes, mucho más fuertes que los músculos de tu garganta. Por eso duele tanto cuando intentas doblar un pene solo con ellos. Jack, saca tu pene".
Jack se bajó la cremallera del pantalón y sacó su erección rígida. "Prueba la suya", dijo Fred. Los dedos de Nina subieron y sujetaron placenteramente el miembro de Jack. Luego intentó doblarle la polla. Aunque cedió un poco, no pudo acercarla al ángulo que tenía la de Fred.
"La polla de Jack es tres veces más gruesa que la mía. Así que no se dobla como la mía", señaló Fred. "Así que tus pobres músculos de la garganta no tendrían ninguna posibilidad de doblar la suya".
"Así que la clave para una garganta profunda." Fred continuó volviendo las manos al rostro de Nina. "Es eliminar esa curvatura de la garganta. Inclina la cabeza hacia atrás todo lo que puedas. ¿Ves cómo cambia ese ángulo al alinear tu boca con la garganta?" Nina asintió mientras volvía la cabeza a su posición correcta. "Por supuesto, tu hombre no va a estar ahí arriba en esta posición" Fred dio un salto.
"Así que lo que tienes que hacer es bajar el cuerpo. Inclínate hacia adelante mientras mueves la cabeza hacia atrás." Nina se inclinó y Fred trazó su mejilla y bajó por su cuello. "¿Ves cómo está mucho más recto? Sigue habiendo un ángulo ahí, la única manera de que quede completamente recto es tumbarse boca arriba con la cabeza gacha. Pero desde este ángulo, mi polla solo tiene que doblarse así." Fred continuó doblando ligeramente la punta de su polla. "Así que desde esta posición, solo es cuestión de relajar los músculos de la garganta para que la polla del hombre se hunda por completo. ¿Entendido?" Nina asintió. "¿Lista para intentarlo?", preguntó Fred, con los ojos brillantes.
Nina asintió una vez más y Fred acercó su pene a sus labios. Empezó a acariciar su pene dentro de su boca, llegando hasta la abertura de su garganta antes de retirarse. Nina gimió de placer cuando la mano de Fred le tocó la nuca. "Vale, Nina, prepárate. Respira hondo, luego voy a penetrarte la garganta. Intenta relajarte lo mejor que puedas, pero déjame hacer el trabajo". Nina asintió comprendiendo y siseó. Mientras lo hacía, Fred empujó su pene hacia adelante, luego apretó la mano sobre su cabeza y continuó empujando. La garganta de Nina se resistió un momento, luego el pene de Fred entró cinco centímetros más. Fred se detuvo un momento para que la preadolescente se acostumbrara a la sensación antes de retirar las caderas. "¡Muy bien, Nina! ¡Lo lograste! ¡Mi pene estaba en tu garganta!"
Los labios de la preadolescente sonrieron alrededor de la delgada polla de Fred. "¿Lista para intentarlo otra vez?", preguntó Fred, empujando su polla hacia adelante. Nina siseó otra vez y Fred volvió a empujar contra su garganta. Una vez más, se resistió antes de que su polla saltara hacia adelante. Fred se apartó de su garganta y dijo "Otra vez" antes de volver a entrar. Gimió de placer mientras comenzaba a penetrar lentamente cinco centímetros de la estrecha garganta de la chica. Para su décima embestida, su garganta ya no se resistió y pudo deslizarse suavemente dentro.
Mientras Fred empezaba a introducir más de su larga y delgada verga en la ansiosa boca de la niña de diez años, Jack captó un movimiento con el rabillo del ojo. Arlene se había girado para observar la lección y, con los pies apoyados en el suelo, cabalgaba lentamente la gruesa polla de quince centímetros de Gregg. Travis había tirado a Carol casi tumbada en el sofá y embestía con su polla desesperadamente el coño empapado de la mujer de cuarenta y nueve años, mientras ella gemía de placer debajo de él. Katie había hecho su aparición y estaba de pie junto a Carol, frotando su coño contra la boca de la mujer mayor. Pero fue el parpadeo del monitor lo que atrajo la atención de Jack, y vio a George volver al plató. Mientras Jack exhalaba un suspiro de arrepentimiento, apartando con dificultad su rígida polla, vio que el pubis de Fred golpeaba la nariz de Nina y sus testículos le golpeaban la barbilla mientras la penetraba vigorosamente con toda su longitud en la boca. Jack tuvo que obligarse a darse la vuelta y salir de la habitación para volver al trabajo. El grito agonizante de Fred salió de la habitación con él y Jack se preguntó si el hombre había dejado que Nina probara la salinidad de su carga o si la había disparado directamente en su garganta.
En el set, Joyce estaba chupando a George con fuerza otra vez. Todos corrieron a ponerse en posición mientras Jack tomaba asiento.
Continuará

Slut Idol 2025, Parte 3 (de FairyBoi)
14 de marzo de 2025 en Sexo en público, Exhibicionismo, Relatos SDPA, Jovencitas, Incesto, LGBTQ+, Zoofilia
Fairyboi (FB) : Bienvenidos de nuevo a Miss Slut Idol 2025. Antes de que sepan cómo fue la semana pasada, tenemos que enviar a una de las chicas a casa. Empezamos con 10 chicas; esta noche nos quedan 8:
Victoria : Usaste pañal, fuiste lesbiana con Emma al cambiar pañales y probaste el caballo mecedor. Después del caballo, estabas desnuda. Los votos ya están dados. NO estás a salvo.
Mandy : Llevabas un camisón con tu tanga. Encontraste revistas porno y soñaste con tu propio padre haciéndote cosas. Te encantaba la silla para penes. Ya votaron. Estás a salvo.
Emma : Frotaste a Victoria y le besaste el coño mientras le cambiabas el pañal. Te daba un poco de miedo la silla para penes, pero la probaste. Luego Sandra y Louise te ataron mientras te frotaban la piel. Los votos ya están dados. NO estás a salvo.
Cyndi : Fuiste la única que no probó la silla mecedora. Tuviste una pelea brutal con Anne sobre quién mecería el caballo mecedor. Te enojaste con Louise cuando te pidió que le tocaras el coño. Terminaste masturbando al perro. Ya se votaron las votaciones. Estás a salvo.
Michelle : No te importó usar tanga. Chupaste la silla de pene y luego disfrutaste en ella. Luego empezaste a frotarme, y cuando le presté más atención a Louise, te masturbaste. Los votos ya están. Estás a salvo.
Sandra : Bromeaste con las nenas del grupo. Aun así, no estabas segura de sentarte en la silla de la polla. Mostraste otra faceta tuya cuando permitiste que Isabella te follara con el strap-on. Ya se han emitido los votos. NO estás a salvo.
Isabella : Empezaste en camisón hasta que descubriste que las demás solo llevaban tangas. Rápidamente te quitaste el camisón. Ayudaste a las demás a usar la silla para el pene. Después del desayuno, paseaste desnuda por la casa. Al final te follaste a Sandra con un strap-on. Los votos están dados. Estás a salvo.
Louise : Te alegraste cuando te llamé zorra. No te humillé para nada. Después del desayuno, querías que Cyndi te tocara el coño. Ella dijo que no. Terminaste chupándome la polla como una buena chupapollas. Ya votaron. Estás a salvo.
Anne : Te alegraste de llevar tanga. Después de chuparle la polla a la silla, disfrutaste follándola. Después del desayuno, tuvieron una pelea de gatas. Después de esto, empezaste a besarle la lengua al perro. Ya se han votado. Estás a salvo.
Frente a nosotros hay tres chicas. Una de ellas será enviada a casa ahora mismo.
Emma, recibiste el 14% de los votos. Esto no es suficiente para enviarte a casa. Estás a salvo. Sandra, recibiste el 18% de los votos; esto no es suficiente para enviarte a casa. Estás a salvo.
Esto significa que Victoria, con el 22% de los votos, será enviada a casa. Gracias por participar.
Esto no ha terminado, esta noche votarán por otra niña que será enviada a casa. Cada niña tuvo un tiempo en un confesionario para contarnos su experiencia. Después de escucharlas, tendrán la oportunidad de votar.
Sandra (10 años)
Esta semana echaron a una de las bebés. Creo que hicieron bien en echar a Victoria. Al fin y al cabo, llevaba pañal, y las chicas que usan pañales no pueden ser putas. Casi me echan a mí. Debían de odiarme. En fin, esta mañana no había ropa en la silla. Solo había un perchero con trajes de baño y un mensaje diciendo que debíamos elegir uno. Los miré y elegí un bikini blanco. Tenía un corazón entre los pechos y otro donde iría mi coño. Dentro del corazón ponía PUTA. Me lo puse y bajé a la sala.
Había un poste. Fairyboi nos dijo que haríamos un espectáculo. Entonces tocó un botón y la cinta negra de la ventana se levantó. Era una ventana enorme desde la que se podía ver el interior de la casa de las putas. Había sobre todo hombres afuera saludándonos. ¡Menudo espectáculo! Ocho chicas con trajes de baño eróticos. Les devolvimos el saludo. También les mandé besos.
Luego me acerqué al tubo y empecé a columpiarme. Empecé a levantar la pierna y a inclinarme hacia atrás, de modo que mi pelo largo cayera. Me quité la parte de arriba y empecé a jugar con mis pezones. Esto puso calientes a muchos chicos y hombres. Algunos incluso se sacaron las pollas y empezaron a jugar con ellas. Me puso muy cachonda ver tantas pollas que no eran de plástico. Lentamente bajé la parte de abajo de mi tanga. Estaba desnuda y abrazada a un tubo. Me senté frente al tubo y abrí las piernas para que pudieran ver mi coño. Entonces Fairyboi dijo que era el turno de las siguientes chicas.
Creo que soñaré con los chicos y hombres esta noche, solo que estaban en la Casa de las Putas, no fuera de una ventana.
Emma (9 años)
Anoche estaba llorando en la cama. Echaron a Victoria de casa. Pensé que era mi novia. Sé que me gustaba mucho. Ahora se había ido y eso me hizo llorar muchísimo. Tuve cuidado de no llorar muy fuerte, si no, Sandra probablemente se burlaría de mí. Louise me oyó llorar y dijo que podía dormir en su cama. Louise es muy guapa y creo que podría ganar el concurso. Me quedé atónita cuando Louise dijo que era muy bonita y me preguntó si la besaría. Me explicó que le preguntaba a muchas chicas si podían besarse, pero las chicas se burlaban y la llamaban lesbiana. La besé en la mejilla y luego acerqué lentamente mi boca a la suya. Luego mordisqueé su labio inferior. Sabía un poco a cereza. Louise me rodeó con el brazo y empezamos a darnos besos franceses. Me encantaba cuando mi lengua exploraba su boca y viceversa. Cuando terminamos de besarnos, me abrazó fuerte y me preguntó si podíamos ser novias. Dije que sí. Nunca había dormido tan bien.
Teníamos que elegir un traje de baño, así que los miré todos. Elegí un traje rosa muy bonito. Me quedaba un poco pequeño. Se me subía por el trasero y se marcaban mis labios vaginales. Vi a Sandra bailando alrededor del tubo. También es muy guapa y tiene un cuerpo precioso. Noté que los hombres y los chicos jugaban con sus pollas. Quería que fuera mi turno. Cuando llegó mi turno, empecé a bailar. Rodeé el tubo con los brazos y empecé a frotarlo. Vi que los chicos y los hombres estaban muy excitados, pues imaginaban que los estaba frotando. Entonces empecé a lamer el tubo. Esto los puso muy excitados. Los miré y levanté los tirantes de mi traje de baño. Ahora tenían los ojos clavados en mí. Dejé caer el traje de baño al suelo. Luego me senté y abrí las piernas. Me lamí el dedo y me lo metí en el coño. Empecé a moverlo dentro y fuera mientras algunos hombres empezaban a correrse en la ventana. Ojalá pudiera sentir eso.
Cyndi (10 años)
Hoy nos permitieron usar un poco más de ropa, pero no quería. Ayer me acostumbré a ir solo en tanga. De hecho, cuando llegaba a casa, les decía a mamá y papá que quería usar tanga. También me sentaba en el regazo de papá después de que se duchara. Elegí un bikini de rayas rosas y blancas. Me puse la parte de abajo y dejé la de arriba en la silla. Quería estar en topless. Cuando bajé, pude ver que la gran ventana estaba abierta y la gente solo miraba hacia adentro. Parecía que estábamos en un zoológico. Luego descubrí que sí estábamos en un zoológico. Si mirabas por la ventana, podías ver elefantes, tigres y otros animales.
Las otras chicas estaban haciendo su turno en el tubo. Estaba empezando a sentirme cachonda al ver a los hombres masturbándose. Por fin fue mi turno. Puse mis manos en el tubo y comencé a trepar por él. El tubo estaba frío y apuesto a que mis pezones se estaban poniendo duros. Me deslicé lentamente, inclinándome hacia atrás para que pudieran ver mi coño deslizarse por el tubo. Luego me acerqué al perro. Saltó sobre mí y comenzó a lamerme los labios. Empecé a acariciarlo en su barriga. Podía sentir su polla salir. No sé por qué, pero metí mi cabeza debajo del perro y le di un beso en la polla. Podía ver que esto estaba volviendo locos a los hombres. Puse mi boca alrededor de la polla del perro y comencé a chuparla. Supongo que era como la polla de un hombre, excepto que era un perro. Estaba dura, caliente y roja. Cerré los ojos mientras mi boca iba de un lado a otro. Es difícil describir cómo fue. Pero imagina una polla golpeando tus mejillas. Siguió durante un rato y luego el perro comenzó a chorrear. Tragué la mayor parte. Entonces me avergoncé. Los hombres probablemente pensaron que era la novia del perro.
Anne (11 años)
Pasé la segunda votación. Estoy encantada de que me permitan quedarme aquí. Les demostraré a todos que soy la mejor zorra de la casa, o mejor dicho, del mundo. Cuando llegó el momento de elegir qué ponernos, miré a las otras chicas. Se veían tan sexys con sus atuendos que se me saltaron las lágrimas. Los chicos del colegio decían que era guapa y algunos incluso que era una zorra. ¿Pero soy lo suficientemente guapa para estar aquí? Me miré al espejo y sonreí. Sí, tenía la cara y el pelo bonitos, y estoy segura de que a los hombres les gustaba mi cuerpo.
Elegí un bikini amarillo. Me lo puse. Era un poco pequeño, así que empecé a frotarme el coño por fuera. Oh, sí, esto estaba buenísimo. Apareció una pata de camello. Bajé con las demás. Ya estaban empezando a bailar alrededor del tubo. Me quedé allí pensando en lo que haría. Decidí que bailaría música de Madonna. Mientras estaba allí, empecé a tocarme el coño de nuevo por fuera del bikini. Cerré los ojos, deseando que fuera mi profesor quien me estuviera tocando. Podría tocarme después de salir de casa.
Noté que algunos hombres me miraban a mí, y no a la chica que bailaba. Algunos hombres tenían pollas enormes. Me preguntaba cómo las metería en mi coño o en mi boca. Entonces llegó mi hora de bailar. Me balanceé de un lado a otro tocándome los pezones y el coño. Estaba muy caliente. Empecé a mover el culo contra la barra, subiendo y bajando. Esto me excitó mucho. Bajé a la ventana y me quité el sujetador del bikini. Se lo enseñé a los hombres y se masturbaban más. Algunos incluso me señalaban el trasero. Bajé un poco el trasero y empujé mi coño contra la ventana. Solo había cristal entre mi coño y las pollas de los hombres. Hice esto un rato, decepcionada de que los hombres no pudieran entrar. Luego me quité los pantalones y me quedé allí totalmente desnuda. Me giré para que pudieran verme el culo y el ano. Tomé una de las pollas de plástico y me la metí lentamente por el trasero. Esto debió volver locos a los hombres mientras me miraban mientras me follaba el culo. Gemía, soñando otra vez con mi profesor.
Louise (9 años)
Emma lloró anoche porque echaron a Victoria. Se adoraban. Así que invité a Emma a la cama. Tenía un poco de miedo de que me hiciera pis, pero llevaba pañal. Cuando se acostó, noté lo bonitos que eran sus ojos. Le pregunté si quería besarme. Empezó a besarme la mejilla. Me decepcioné; no era eso lo que quería decir. Luego me dio un beso francés. Besa de maravilla. Sé que es lesbiana, pero es guapa y me gusta que me besen.
Era hora de cambiarme. Elegí un bañador de una pieza con una minifalda. Bajé a la sala principal. Las chicas ya estaban bailando alrededor del tubo. Se estaban quitando la ropa y enseñando a los hombres la calle. Cada vez había más hombres mirándonos. Era agradable saber que éramos más populares que los elefantes. Cuando llegó mi turno, dudé en la entrada. Di una vuelta al tubo. La verdad es que no sabía qué hacer. Simplemente di una vuelta al tubo. Les sonreía a los hombres. Entonces Isabella gritó: "¡Anda, zorra, sabes que puedes!". Empecé a hacer gimnasia alrededor del tubo. Me incliné hacia atrás con el coño hacia la ventana. Los hombres se estaban poniendo cachondos porque podían ver el contorno de mi coño, pero no podían verlo todo. Los ayudé. Moví el bikini a un lado para que pudieran ver mi coño. Cerré los ojos pensando en Fairyboi y cuando se lo chupé. Tenía el coño mojado. Bajé a la ventana y exhalé sobre él. Luego escribí mi número de teléfono donde respiraba.
Isabella (10 años)
Ha llegado otro día. Solo quedamos 8 chicas. Creo que la competencia es muy alta, y la mayoría de las chicas aquí quieren ser putas. Sé que soy una puta. Papá dice que naces puta. Nací puta. Sabía que a los hombres les gustaba mi cuerpo, y se suponía que debía entregárselo.
Se suponía que debíamos elegir un traje de baño. Decidí que no usaría nada. Iría por la casa desnuda. Me gustaba estar desnuda. Hacía que los hombres miraran mi cuerpo y significaba que se ponían cachondos. Me dijeron que era mi turno de bailar alrededor del tubo. Lo hice. Intenté hacer gimnasia y mostrarles a los hombres cada parte de mi cuerpo en diferentes poses. Pude ver que algunos sacaron sus pollas y comenzaron a masturbarse. Bajé a la ventana y comencé a besar a los hombres a través de la ventana. Me devolvieron el beso. Esto fue muy divertido. Los hombres se empujaban entre sí para tener la oportunidad de besarme. Aunque había un cristal entre nuestros labios. Entonces empujé mi coño contra la ventana y los hombres hicieron fila otra vez para meter sus pollas donde estaba mi coño. Cerré los ojos y pensé que estaría genial sin el cristal. Hombres haciendo fila para follarme. Ese pensamiento me puso muy cachonda. Fui al caballo de madera y me senté lentamente sobre la polla. Empecé a balancearme, dejándome montar por la polla. Podía ver que los hombres me animaban. Cerré los ojos mientras el caballito me follaba. Sabía que pronto un hombre de verdad me follaría.
Michelle (11 años)
Decidí que me pondría un bikini de tanga. Había uno precioso que era del color de mi piel. Me lo puse y me miré en el espejo. Parecía que estaba desnuda. Fui a la sala principal y vi que las otras chicas ya estaban bailando alrededor del tubo. Se veían tan sexys. Estaba preocupada por lo que haría. Las otras chicas estaban haciendo de todo alrededor del tubo. Era mi turno de usar el tubo.
Caminé lentamente hacia el tubo, sin saber qué haría. Miré a fairyboi, y él me sonreía. Susurró que era una zorra mientras se tocaba la polla. Esto me hizo sonreír y me agarré al tubo mientras inclinaba la cabeza hacia atrás. Apuesto a que había muchos hombres que querían pasar sus manos por mi cabello. Empecé a tocarme los pezones. Me sentía cada vez más cachonda. Fui a la ventana y me puse de rodillas. Empecé a besar las pollas de los hombres a través de la ventana. Estaban empujando sus pollas contra la ventana. Tenía miedo de que rompieran la ventana o que hubiera un alboroto afuera.
Me puse de pie y me desnudé. Empujé todo mi cuerpo contra la ventana y dejé que sintieran mi cuerpo a través del cristal. Luego me acerqué a uno de los camarógrafos y me puse de rodillas. Desde el último episodio, quería chupar a alguien. Así que sería el camarógrafo el que lo haría. Le bajé los pantalones y los bóxers y dejé salir su polla. Era una polla grande. Besé la parte superior. Sabía a piel y sal. Empecé a lamer la parte superior así que. El camarógrafo apuntó la cámara hacia atrás. Pudo ver a esta niña con ojos de cachorrito con una polla en la boca. Dejé que se deslizara en mi boca y me moví hacia afuera y hacia adentro. Estaba contento de chupar una polla. Era un chupapollas y disfrutaba cada minuto. El camarógrafo ya estaba duro después de ver a tantas zorras, así que no tardó mucho en correrse. Me tragué hasta la última gota.
Mandy (9 años)
Sigo aquí en casa. Hago todo lo posible por ser una guarrilla. Pero nunca lo había intentado. La primera vez que enseñé mi coño fue en el primer episodio, cuando papá me bajó los pantalones para enseñarles a todos mi coño sin vello.
Encontré un bañador blanco de una pieza. Me quedaba un poco grande. Me colgaba del cuerpo. Si levantaba la pierna, se me veía el coño. Me metí en la ducha para mojar el bañador. Al ser blanco, era transparente al estar mojado. Luego bajé y empecé a bailar alrededor del tubo. Estaba haciendo ballet, ya que era el único baile que sabía. Cada vez que levantaba la pierna, los hombres a los que les gustaba ver mi coño me aplaudían. Vi a un hombre con un cartel con mi nombre. ¡Eso me alegró porque significaba que tenía fans! Me acerqué a Fairyboi y le pregunté si era pedófilo. Sé que fue una pregunta estúpida, pero mi pregunta hizo que se bajara los pantalones y me enseñara la polla. Empecé a frotársela y eso le hizo gemir. Empecé a pajearlo mientras me llamaba puta. No tardó mucho en correrse. Su semen blanco me cubrió la cara. Lamí un poco y limpié el resto. Un poco me entró en los ojos y me picó.
Me acerqué a la ventana. Estaba mirando a hombres pajeándose. Algunos pajeaban a un jovencito a su lado. Entonces, en la esquina del espejo, pude ver a alguien que conocía. Era papi. Me arrodillé y saqué la lengua. Dudó, sacó su polla y la puso contra mi boca. Después de pajearse un poco, se corrió contra la ventana. Sabía que algún día se la chuparía a mi papi.
Votación:
Ahora viene lo difícil. Es hora de enviar a nuestra tercera chica a casa. La votación es sencilla. Vota abajo por la concursante que quieres que se vaya a casa. La concursante con más votos será enviada a casa. Cuando tengas votos, recibirás un resumen de los votos hasta el momento. Debajo tienes la oportunidad de escribir tu opinión.
También puedes escribir con qué chica te gustaría jugar. Fairyboi tomará en cuenta uno de los mejores comentarios y esa persona podrá entrar a la casa de las putas para jugar con la chica que elija.
No hay nada más que decir, permanezcan atentos al próximo show, que será el 21 de marzo de 2025.
La próxima semana las 7 concursantes restantes serán humilladas en público.
Continuará

Un vistazo a CreamWorks Pictures, Parte 2 (Final) (de Lucy)
14 de marzo de 2025 en Jovencitas, LGBTQ+, Sexo en grupo, Relatos SDPA
Escena tres.
Una mujer de unos 40 años y su hija de 9 años están sentadas en la sala de espera de un consultorio médico. La niña dibuja con crayones y la mujer lee una revista. En la portada aparecen dos preadolescentes en la postura del 69. La mujer tiene el pelo negro, viste un top y una falda de tubo, y se muerde el labio mientras hojea las páginas. La niña tiene el pelo castaño oscuro y lleva un vestido amarillo.
Se abre una puerta y una chica curvilínea de unos 13 años entra en la habitación. Lleva un uniforme de enfermera muy corto. Se le ve claramente el trasero. Tiene el pelo oscuro recogido en una coleta y lleva gafas.
"¿Mindy?", pregunta. La niña levanta la vista. "Soy Katie. Te toca ver al Dr. Jones".
Mindy se gira hacia su madre. "¿Vienes conmigo, mami?", pregunta. Su madre niega con la cabeza.
"No, cariño", dice. "Ya eres mayorcita. Te espero aquí". Katie toma la mano de la pequeña, la lleva a una sala de exámenes y le dice que se siente en la mesa.
"Quítate la ropa interior, por favor", dice la adolescente. Mindy sonríe.
"¡No llevo nada!", dice con orgullo. "Mamá dice que así al médico le resultará más fácil examinarme".
"Tiene razón", dice la enfermera. "Bueno, entonces date la vuelta y ponte a gatas. Necesito hacerte un examen preliminar antes de que te vea el médico".
Mindy obedece, poniéndose a cuatro patas con el trasero mirando a Katie. La enfermera adolescente le levanta el vestido, dejando al descubierto su coño y ano calvos ante la cámara. Katie le pasa un dedo por la entrepierna de la joven, lo que le provoca un escalofrío. Katie se lame los labios y luego lleva la lengua al coño de Mindy. Lo lame de arriba abajo y le lame el ano.
"Tienes muy buen sabor en el coño y el culo", dijo Katie. "Me aseguraré de que lo incluyas en tu historial".
"¡Gracias!", dice Mindy. "¡Todos mis profesores del colegio siempre me dicen lo mismo!"
Katie empieza a chuparse el dedo índice. Cuando lo siente bien húmedo, lo desliza por el ano de Mindy antes de introducirlo. Luego, introduce el pulgar en el coño de la chica.
"Tus agujeros están bien apretados", dice la adolescente. "Qué bien. Al Dr. Jones le gusta". Continúa dedeando los dos agujeros de Mindy por un rato. Cuando saca los dedos, se los ofrece a su paciente. Mindy, obediente, se los lleva a la boca y empieza a chuparlos. "De acuerdo", dice Katie. "Puedes sentarte derecha. El doctor te verá en un par de minutos".
Mindy se baja el vestido y se incorpora, con las piernas colgando del borde de la mesa. Katie se va, y Mindy observa la habitación. En una pared hay una foto de una joven con las piernas abiertas, con flechas y leyendas que señalan sus diferentes partes. En una mesa contra la pared hay consoladores y vibradores.
El Doctor Jones entra en la habitación. Es un hombre musculoso de mediana edad, con una abundante cabellera canosa. Lleva una bata blanca que le llega hasta las rodillas. Debajo de ella, sus piernas quedan al descubierto.
"¡Hola, Mindy!", dice, abriendo los brazos. Mindy le devuelve el abrazo y lo besa en la mejilla. El Dr. Jones frunce el ceño. "Mindy, estoy decepcionado. He sido tu médico desde que naciste, ¿y eso es todo lo que recibo?"
"Lo siento, Dr. Jones", dice Mindy, un poco avergonzada. Se inclina hacia él de nuevo y se besan profundamente. "Estoy un poco desorientada hoy. Normalmente no salgo a estas horas sin un pene, y creo que me está afectando".
"No te preocupes, es normal", dice el doctor. "Nos encargaremos de eso. Quítate ese vestido, por favor". Mindy se levanta el vestido por la cabeza y se lo quita. "¿Sin ropa interior? ¡Perfecto! Acércate más al borde". Mindy se desliza hacia adelante mientras el doctor se arrodilla frente a ella. Le observa el coño y anota algunas cosas en su portapapeles. Luego, deja la tabla y se inclina hacia el coño de la niña. Empieza a lamerlo por dentro y por fuera. Mindy le pone la mano en la cabeza, tal como le enseñó su madre.
Tras unos minutos, el Dr. Jones se pone de pie. "Es hora de poner a prueba tus habilidades orales", dice.
"¡Sí!" exclama Mindy. "¡Tengo hambre!" El doctor se desabrocha la bata. Está completamente desnudo debajo. Su pene está erecto y mide unos 20 centímetros. Pone ambas manos sobre la cabeza de Mindy y le guía la cara hacia adelante. Mindy abre la boca y se lo mete casi entero.
"¡Qué rico!" suspira el doctor.
Mindy sigue chupándole la polla al hombre, aumentando la velocidad. "De acuerdo", dice el Dr. Jones, retirando las manos de la cabeza de la niña. "Ya basta. Tengo otras pruebas que hacer, y no puedo permitir que me acabes tan pronto. Túmbate boca arriba, por favor". Mindy obedece. El doctor la sujeta por los tobillos y le abre las piernas. La acerca más a él y luego desliza su polla en su estrecho coño.
"¡Guau!", dice Mindy. "¿Te has puesto más grande, Dr. Jones?". El Dr. Jones se ríe, pero no responde; se concentra en follar a su joven paciente. Logra meter la polla hasta el fondo, algo que la cámara capta en primer plano. Una vez dentro de su coño, se desliza rítmicamente.
"¡Qué coño tan bueno tienes!", dice el doctor. "Igual que tu madre. Yo también fui su médico, ¿sabes? ¡Rayos!, incluso podría ser tu papá, ¿quién sabe?". La idea lo excita aún más y la folla más rápido. Siente que está cerca, así que se aparta. "Date la vuelta", ordena.
Mindy lo hace, con el culo, aún húmedo por la lengua de Katie, alineado con la polla del doctor. Él no pierde tiempo en agarrarla de las caderas y meterle la polla en el culo. La agarra por los hombros con una mano, guiándola de un lado a otro.
Se la folla por el culo un buen rato, la cámara alterna entre tomas del ano de la chica y su cara, contorsionada por el éxtasis. Le encanta. Finalmente, el doctor le saca la polla.
"¡Bien, tu parte favorita!", dice. "¡Abre bien!" Mindy se gira y se incorpora, abriendo la boca al máximo y sacando la lengua. El Dr. Jones empieza a menear su polla en la cara de la chica, y pronto dispara chorro tras chorro de semen en la boca expectante de Mindy. Al terminar, la chica cierra la boca y da un trago. Luego la vuelve a abrir para mostrarle al doctor y a la cámara que se lo ha tragado todo.
"Eres una de mis pacientes favoritas", dice el doctor. "Y ahora que pronto empezarás a desarrollarte, me gustaría empezar a verte cada tres meses en lugar de cada seis".
"¡De acuerdo!", sonríe Mindy, poniéndose de nuevo el vestido. El Dr. Jones se pone la bata y se lo abotona.
"Tengo que irme", dice. "Tengo otra paciente en la habitación de al lado. Es primeriza. ¡Tiene tres años!". Le da un beso en la mejilla a Mindy.
Mindy sale de la consulta y camina por el pasillo. Camina un poco arqueada por la fuerza de la follada del médico. Abre la puerta de la sala de espera. Su madre está sentada con las piernas abiertas, y Katie está de rodillas lamiendo el coño de la mujer mayor. Lleva el uniforme subido, dejando al descubierto su espectacular trasero. Al otro lado de la sala, otra mujer observa la acción, frotándose el coño.
Jack y Melissa
Los hermanos estaban completamente desnudos ahora. Jack se acariciaba el pene.
"¡Fue genial!", dijo. "Me encanta la serie del Dr. Jones. Ambos hemos trabajado con él en películas, ¡y su enfermera es nuestra prima!"
"Claro que sí", dijo Katie. "Creo que su trasero es mi trasero favorito. Bueno, eso es todo por nuestro video de preestreno. Mamá y papá deberían llegar pronto, así que tenemos que irnos. ¡Pero no olviden echarle un vistazo a todo nuestro catálogo!"
La pantalla cambió a un montaje rápido de escenas, cada una de apenas unos segundos. Logré ver brevemente a una joven preadolescente negra chupando una polla blanca, a un chico penetrando con fuerza el coño de su madre mientras ella chupaba otra, y a un hombre derramándose semen sobre un bebé amamantado. Las escenas luego cambiaron a una gran sala, donde un grupo numeroso de niños, desde adolescentes hasta niños pequeños, estaban sentados desnudos frente a la cámara.
"¡Gracias por mirar!" gritaron todos al unísono. "¡Que te diviertas!" La pantalla se quedó en negro y un pequeño menú mostró todos los títulos disponibles de CreamWorks. Iba a tener que empezar a ahorrar. ¡Los quería todos!
Fin

La secta, Parte 5 (de Cazzique)
14 de marzo de 2025 en Relatos SDPA, Jovencitas
Un nuevo fin de semana llegó, esta vez puse el ojo sobre una muchachita de quince años llamada Silvia, una morenita de cuerpo un poco llenito sin llegar a ser gorda, cabello oscuro que le llegaba hasta el comienzo de las caderas, como de 1,60 de estatura, cara muy agraciada con unos ojos muy expresivos, por supuesto que terminando la oración la hice pasar a la oficina y después de platicar un ratito de algunas cosas banales la hice que pasara a la casa, ahí nos sentamos en la sala y entonces platicamos otro poco, la interrogué sobre si tenia novio y cosas de esas, luego la platica se fue desviando hacia el sexo. Para estas alturas ella se puso un poco nerviosa pero se supo contener: Yo me puse de pie y saque de uno de los cajones una película que puse en el reproductor de DVD, apreté el botón de reproducción y las escenas comenzaron, Silvia puso su atención en las fuertes escenas pornográficas que estaban pasando en la pantalla se veía a una pareja haciendo el amor con escenas sumamente explicitas del acto; al instante la chica se puso caliente, su respiración se agitó y sus manos se paseaban por su falda acariciando sus piernas.
Yo me acerqué un poco más a la niña y entonces retiré sus manos de sus piernas y las sustituí por las mías, comencé a acariciarla despacio, sintiendo, la dureza de ese par de hermosas piernitas, poco a poco fui levantando su falda hasta que el hermoso par de piernas quedo al descubierto, pude apreciar lo moreno y suave de su piel, ahora acaricié directamente, ella abrió un poco las piernas permitiéndome acariciarla más a gusto; mi mano acarició la parte interna de su muslo y fui subiendo hasta llegar a su entrepierna, palpe el gran calor que manaba de su vulva, la acaricié por encima de las bragas, la niña respiraba agitadamente y continuaba viendo la película. Acerque mi cara a la suya y tome sus mejillas con mis manos, entonces la acerque a mi y comencé a besarla. Mi lengua se comenzó a enredar en la de la pequeña, ella respondió inmediatamente y como me contó que ya había tenido novios no me extraño mucho; la incline un poco hacia mí para dejar libres sus nalgas y entonces mis manos pasaron a acariciar las redondeces de su trasero, firmes, carnositas y suaves a la vez.
Me separe un poco de ella para poder sacar su vestido, quedo solo en bragas y brasier, se veía realmente apetecible, mis manos acariciaron sus pequeños senos por encima de la tela, eran firmes y pude sentir que sus pezones ya estaban duritos, luego comencé a besarla por el cuello y fui bajando, besé la parte superior de sus senos pero no le quité el sostén, luego baje por su vientre hasta llegar a sus bragas, olfatee su entrepierna y pude comprobar que su aroma era delicioso, bese entonces sus muslos y a la vez fui bajándole las bragas, una tenue matita de vellos quedo al descubierto y bajo de ella sus morenos labios vaginales que ya rezumaban un poco su néctar. La jalé un poco dejándola casi acostada sobre el sofá y le abrí las piernas, una estupenda vista de su vagina quedó frente a mí, puse mis manos en sus rodillas y lentamente las fui subiendo por sus muslos hasta que llegué a su panocha, comencé a acariciarle los labios exteriores delicadamente y ella soltó un leve gemido de satisfacción.
-¿Te gusta cómo te acarició?- pregunté.
-Si, me gusta mucho.-
Entonces continué masajeando su panochita, su clítoris se puso duro a los pocos segundos, le abrí un poco más las piernitas entonces y me agache, saqué mi lengua y comencé a mamarle su conchita, mi lengua se paseó por sus labios mayores de abajo hacia arriba y a la inversa, varias veces, luego los labios internos y poco después su clítoris. Al tocar el pequeño botoncito con la lengua ella comenzó a rotar las caderas instintivamente.
-¡Haa, que rico se siente! Más, más...- se expresó ella.
Este aliciente hizo que mi lengua trabajara más a fondo en la joven vagina que estaba mamando, con mis dedos abrí los labios de la pepa e introduje la lengua en el orificio lo más adentro posible, la comencé a mover circularmente y a los pocos segundos un fuerte orgasmo comenzó a invadir el cuerpo de mi joven acompañante.
-Rico, más, ho... si, si... que delicia... mmm... rico...-
Me tragué todos los fluidos que escapaban de la panocha, mi boca se pegó fuertemente a los labios vaginales de la niña quién gemía y suspiraba abiertamente a la vez que su cuerpo se convulsionaba por el fuerte orgasmo. Después de que se vino la deje descansar por algunos segundos y luego le quité su sujetador, sus pequeñas tetas eran hermosas, firmes, calientitas, con unos puntiagudos pezones de color café oscuro, me agache para mamarle cada una de las tetas, abarcando con mi boca lo más que podía de estas y luego dedicando algunos minutos a cada uno de los pezones. Me puse de pie y me desnude, mi verga apuntaba imponente a la pequeña chiquilla, la estire mi mano y ella levantó la suya para sujetarme, la hice sentarse correctamente en el sofá y me acerque a ella.
-Abre tu boquita... quiero que me la chupes...-
La niña abrió su boca y yo empujé la verga en su interior, le indique como debería de hacerlo y ella fue obedeciendo mis instrucciones, su lengua comenzó a acariciar el tronco de mi pito a la vez que se tragaba la macana, luego le daba lamidas a la cabeza y la mamaba con sus labios, de vez en vez se la sacaba para lengüetear todo el tronco y las bolas a la vez que con su manita la masturbaba, dejé que se entretuviera con mi palo por espacio de unos diez minutos y luego la recosté sobre el sofá, dejando su cabeza en la codera del mismo; me acomode entre sus piernas y apunte la punta de mi garrote a la entrada vaginal de la niña, le dije que no perdiera de vista lo que haríamos aunque no hacia falta ya que sus ojos no perdían detalle de lo que yo le hacía. Introduje la punta de mi nabo un poco y pude sentir su calor a la vez que sentía como me apretaba con fuerza. Me apoyé con las dos manos en la codera donde ella estaba recostada, quedando suspendido sobre su cuerpo, nuestras miradas estaban atentas en nuestros sexos, comencé a menear mis caderas metiendo y sacando la verga de sus apretados labios vaginales por largos minutos, tratando de meter en cada embate más y más, poco a poco su vagina se fue relajando y permitió que se insertara en ella casi una cuarta parte del tronco hasta ese punto fue que pude sentir el himen pero por el momento no iba a intentar reventarlo, continué moviéndome en la misma forma hasta que logré hacerla venir en un segundo orgasmo. Nuevamente la dejé descansar por algunos segundos pero sin sacarle la verga.
-Que rico, pastor... es muy rico lo que me hace...-
-Así es pequeña y quiero que de ahora en adelante cada que yo te llamé vengas.-
-¡oh... si es para esto... claro... no me lo perdería!-
-¿Te gustaría practicarlo más seguido?-
-¡Si, claro...!-
-¿Te gustaría que tu papá te lo hiciera?-
-Mmm... No sé... creó que tal vez...-
-Está bien... déjalo en mis manos.-
Terminamos de platicar y entonces yo baje mi mirada de nuevo hasta su vagina, ella al verme comprendió e hizo lo mismo, saque un poco la verga y entonces di un fuerte empujón traspasando la delicada tela de su virginidad. Silvia pego un fuerte grito de dolor y trató de zafarse, pero yo la tenía acorralada y como estaba encima de ella eso fue imposible, empuje más y más hasta clavarle la verga completa y sin detenerme comencé a bombearla, lentamente, con delicadeza. Ella estaba llorando y de su panocha escapó un hilillo de sangre que bajo por sus nalguitas. Poco a poco el dolor fue cediendo y dando paso al placer, los gemidos de ella fueron en aumentó y hasta convertirse en gritos de satisfacción, mi verga ya entraba con facilidad hasta lo más profundo de su vagina, se veía claramente como los labios vaginales se aferraban a mi garrote y me proporcionaban increíbles sensaciones de satisfacción y placer. No iba yo a poder aguantar el ritmo ya que ella me apretaba el tronco formidablemente, esperé lo más que pude mas no fue necesario esperar mucho ya que ella comenzó a venirse y yo junto con ella en un orgasmo simultaneo que nos arranco alaridos de placer.
Mi verga comenzó a escupir gruesos chisguetes de leche caliente a su vagina que al mismo tiempo que ella me regaba con sus fluidos, de su vagina escapó gran cantidad de jugos que bajo por sus nalgas hasta empapar el sofá, yo me deje caer sobre ella y comenzamos a besarnos ardientemente y no paré de moverme en su concha hasta que sentimos que no podíamos más y estallamos en fuertes carcajadas. Así nos quedamos abrazados sobre el sofá y dormimos cerca de media hora.
Continuará
- « Anterior
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
- 6
- …
- 81
- Siguiente »