Laura, Parte 01

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Han pasado dos semanas desde que mi tío Martín se tuvo que ir para los Estados Unidos, la situación lo llevó a esto y aún me encuentro un poco triste desde su partida, diario he revisado el correo pero no ha escrito todavía; desde que partió no hemos tenido noticias de el y no es de extrañar ya que a veces se requiere tiempo para instalarse en una nueva ciudad. Por fin, a las tres semanas exactas llegó la primera de las cartas del tío Martín, la primera, claro, venía dirigida a mi madre, ósea la hermana de mi tío. En esta carta nos cuenta que esta muy bien y afortunadamente se encontró rápidamente un trabajo y que por el momento alquila junto con uno de sus amigos una pequeña vivienda.

Al siguiente día llegó otra carta más, esta dirigida para mí, Laura, ese es mi nombre; tomé la carta del buzón y corrí con ella a encerrarme en mi habitación, inmediatamente la abrí para leer su contenido, me sorprendí pues aunado a la y misiva encontré un billete de cien dólares, el contenido de la carta es el siguiente:

Querida sobrina:

Las cosas por acá se encuentran bien, he comenzado a trabajar y

estos son los primeros cien dólares que me pagaron. Espero que no te

moleste el regalo pues no estoy tratando de pagar nada con ello, es

solo una muestra de que pronto comenzare a ganar más de estos.

Te extraño mucho pues siempre nos hemos llevado muy bien y no

sabes las ganas que tengo de estar como siempre contigo, espero que

sepas lo mucho que te quiero y que pronto te volveré a escribir.

Me encantaría que te gastaras esos dólares en lo que más quieras y

esperó pronta respuesta a mi misiva; esperó que en ella no te

reprimas los sentimientos como yo lo tengo que hacer por

precaución, lo sabes, te quiero mucho.

P. D. En las siguientes cartas que te escriba te seguiré mandando

unos centavitos para que siempre mi reina tenga lo que desea.

Te quiere tu tío.

Martín.

Las palabras de mi tío me encantaron pues se notaba mucho que en realidad me extrañaba y pues por mi parte puedo decir lo mismo, pero antes de continuar debo de explicar el porque de esta manera de extrañar tanto a mi tío.

Todo comenzó un día hace cinco años, por ese tiempo mi tío se quedó sin trabajo y se vio obligado a planear el viaje a los estados unidos, esto acarreó su divorcio pues su mujer Elena no quiso más nada con él. Las cosas se le pusieron muy mal y hasta la casa en donde vivía y que aún estaba pagando se perdió, mi madre viendo que su hermano se encontraba en dicha situación le propuso a mi padre darle albergue en lo que buscaba trabajo y se lograba recuperar. Mi padre que siempre se ha llevado muy bien con el tío Martín acepto al instante la propuesta de mamá y a los tres días el tío se instalaba en nuestra casa. En esas fechas el tendría unos 40 años recién cumplidos.

Durante las primeras semanas le vimos muy poco pues se dedicó a buscar trabajo y al poco lo consiguió. Al mes ya estaba bien adecuado a las normas de la casa y también para esas fechas comenzó a dejar parte de sus gastos como ayuda para la casa, esta acción de su parte terminó por hablar muy bien en su favor y nunca tuvimos quejas respecto de su forma de ser. Ante mi madre y mi padre no había ningún inconveniente porque él se quedara el tiempo que fuera en casa.

Su trabajo era por las tardes así que por las mañanas se quedaba solo con mamá pues mi padre se iba a trabajar y mi hermano y yo nos íbamos al colegio. Las vacaciones llegaron y la familia entera salimos de vacaciones a excepción del tío Martín que se quedó a cargo de la casa por dos semanas enteras. Al regreso todo estaba perfectamente y una semana después nos fuimos a reinscribir al colegio, pero algo paso pues en esta ocasión las vacantes de mi grupo se llenaron dos días antes de que acudiéramos y no me quedó más opción que ingresar en el turno vespertino, mi hermano si alcanzo en el matutino.

Aquí es donde comienza la gran amistad con mi tío. La primera vez que sucedió fue una mañana que me desperté como de costumbre y mi madre me informó que iba a salir para hacer algunas compras, en esos momentos mi tío estaba terminando de preparar el desayuno y después de terminar me preguntó si ya conocía los nuevos videojuegos, claro que los conocía pero no era muy buena para manejarlos así que mi tío me preguntó si me gustaría aprenderlos bien; le contesté que sí pues varias de mis amigas los jugaban y yo no era muy buena para eso.

Traía puesta en esa ocasión una playera larga que utilizo para dormir, mi tío se sentó sobre la alfombra del cuarto de tele y me pidió que me sentara entre sus piernas, tomo el control y comenzó a jugar con el aparato mientras que me iba diciendo lo que se debería de hacer, luego fue mi turno, sus manos soltaron el control para dejármelo y las puso sobre mi estomago como abrazándome desde atrás. Seguí las instrucciones que el me iba dando levemente en el oído, cosa me puso un poquito nerviosa, al poco sentí que sus manos comenzaban a sobar levemente mi estomago pero traté de no prestar atención y seguí jugando, las manos de mi tío pasaron de mi estomago a mis piernas mientras que su boca pegada a mi oreja izquierda me rozaba levemente a cada instrucción que me daba. Mis manos se entorpecieron más de la cuenta y el siguió dándome instrucciones pero ahora estas iban mezcladas con ligeros besos en mi oreja y mi cuello, no pude evitar ponerme sumamente nerviosa aunque en realidad no sabía por qué.

Las manos de mi tío se seguían moviendo lentamente sobre mis piernas, acariciando despacio y a la vez subiéndome un poco la playera que me cubría hasta la mitad de los muslos, minutos después sentí como sus dedos rozaban la piel de mi pierna, mi carne se erizó y dejé caer el control entre mis muslos, mi tío al recogerlo tardó un poco rozándome la conchita, luego de recogerlo y ponerlo en mis manos continuó sobándome las piernas. Así estuvimos y al terminar me levante temblando y me fui a mi cuarto totalmente confundida.

Al día siguiente se volvió a repetir la clase de video juegos y se volvió a repetir la serie de tocamientos, esta vez mi madre se encontraba haciendo el quehacer en la planta baja; mi tío en esta ocasión logró subir mi playera hasta dejar ver mis bragas, sus dedos recorrieron entonces las costuras del panty lentamente y yo no decía nada pues a pesar de los nervios que sentía algo me impedía detenerlo. Estaba a punto de poner toda la mano sobre mi conchita cuando oímos que mamá subía, él rápidamente se separó de mi y se colocó a un lado lo que me dio a entender que mi madre no tenía por que enterarse de esto.

Las clases de video se comenzaron a volver una costumbre diaria, y en cada sesión las manos de mi tío se volvían más atrevidas, sus besos en mi nuca y orejas también eran más prolongados, fue en la sexta clase cuando noté que la mano que estaba sobre mi estomago descendía directamente a mi entrepierna y la sobaba tiernamente por encima de las bragas que ya se mostraban, su dedo recorrió la rajada y esto me hizo estremecer, sentí algo sumamente grato que me comenzaba a gustarme demasiado; desafortunadamente se escuchó la voz de mi madre llamándome y casi enseguida me separé de mi tío, acomodé mi playera y la alisé para que no se apreciara que la había tenido arremangada, luego bajé para ver que quería mi madre.

Una mañana me despertó una caricia sobre mi estomago, era mi tío, mamá había salido nuevamente y él entró en mi habitación, se hincó a un lado de mi cama y comenzó a tocarme como siempre lo hacia cuando estábamos solos, la otra mano bajó las sabanas hasta mis tobillos y se dedicó a acariciarme las piernas, mi respiración se agitó repentinamente y cerré los ojos dejando a mi tío en libertad para actuar, pronto la mano que me acariciaba las piernas subió mi playera y dejó al descubierto mis bragas blancas, la mano entonces comenzó a juguetear entre mis muslos sobando con delicadeza mi vagina, la otra mano se introdujo dentro de la playera y por primera vez me sobó los pechos, sus dedos me aprisionaban los erectos pezones con delicadeza y esto me hizo gemir levemente. Nunca como hasta hoy la mano de mi tío había durado tanto tiempo en mi entrepierna y debo confesar que me estaban encantando las caricias que me daba. Nunca antes me había ocurrido y de pronto y por vez primera sentí que me elevaba increíblemente, todo mi cuerpo comenzó a vibrar en espasmos formidables, no sé si grité o llore era la sensación más deliciosa que había experimentado en mi vida; cuando logré reaccionar mi cuerpo se encontraba arqueado y mi respiración sumamente agitada.

– ¿Qué te pareció lo que te acabó de regalar? – dijo mi tío.

No respondí pero era evidente que me había encantado lo que me había echó. Mi tío me tomó por los tobillos y me acomodó de tal forma que mis piernas caían por los costados de la cama, me sacó las bragas y se acomodó entre mis piernas a las cuales abrió.

– ¡Qué linda esta tu panochita! – me dijo – Apenas te están saliendo los vellitos… y se ve tan mojadita. – hizo una pausa – Te la voy a chupar ¡Veras que rico!

No contesté y enseguida el se inclinó entre mis piernas, yo tenía la cabeza levantada para ver qué era lo que me hacía. Su boca tocó mis delicados labios y su lengua se introdujo entre estos, era una extraña sensación sentir como me besaba toda la conca, de pronto llegó a un punto en el cual mi cuerpo sintió un fuerte espasmo; en este punto se concentro la lengua, subía y bajaba, rodeaba y se enredaba ahí. La sensación de placer aumentaba considerablemente a cada lamida que me deba, esta vez sí comencé a gemir y a decir algunas frases.

– ¿Qué me haces tío?… ¡Qué rico se siente!… ¡Sigue tío, te amo, te amo!… ¡Ho, qué rico, que rico!… más, más… sí, que rico, tío así… 

No me podía contener, las frases se escapaban de mi boca en cada una de las lamidas que mi tío Martín me regalaba, pronto noté que la misma sensación que anteriormente había experimentado me invadía y estallé de nueva cuenta. Mi tío no paró de mamarme hasta que por fin me fui relajando. Se levantó y quedó de pie frente a mi, apreciando mi cuerpo inerte, mis piernas abiertas, mi concha húmeda, mi playera a medía cintura. Mis cabellos largos, lacios de color castaño desordenados sobre las sabanas.

Fue entonces que él se desabrochó los pantalones dejándolos caer sobre el suelo, bajó su calzón y por primera vez se la vi. Dura, cabezona, si su verga estaba frente a mí; me tendió la mano y me levantó hasta dejarme sentada en la orilla de la cama, puso mi mano sobre su tronco y pude sentir el calor que se desprendía de la superficie que a pesar de la dureza del tronco era suave.

– Te voy a enseñar a chuparla… Lo primero que debes hacer es mover tu manita, de adelante para atrás… eso, que salga toda la cabeza… 

Con su mano sobre la mía me mostró como debía de hacerle para masturbarlo, luego me dejó hacerlo a mi solita y aunque algo torpe al principio después tomé un poco de práctica. Fue después de esto que mi tío tomándome por la barbilla me acercó la cara a su garrote, me pidió que abriera la boca y lo hice auque con algo de asco. Sentí la calienta cabeza morada que se iba abriendo paso entre mis labios, lentamente avanzó y por fin logré tragarme la cabeza completa; mi tío me pidió que cerrara los labios en torno al tronco y así lo hice, la verga continuó avanzando lentamente hasta que sentí que me llagaba a la campanilla y una arcada involuntaria la acompañaba. Mi tío se detuvo y sacó solo un poquito de la verga dejándomela así.

– Tienes adentro casi la mitad… ahora voy a moverme, quiero que tus labios y tu lengua se muevan junto con mi garrote… ¿Está bien? 

Solo moví afirmativamente la cabeza pues no podía responder con tamaño tronco dentro, las caderas de mi tío retrocedieron sacando la tranca hasta la cabeza y luego me la volvió a meter, una tras otra las embestidas continuaron y él me iba dando instrucciones de cómo debería irlo haciendo. Sus manos se movían en mis pequeños senos poniéndole especial atención a mis pezones que atrapaba entre sus dedos y los molía tiernamente.

Luego de unos minutos tomo con sus dos manos mi castaña cabellera y sus caderas se comenzaron a mover con más rapidez, la verga a esta acción comenzó a entrar y salir de mi boca a gran velocidad, aunque aún no me acostumbraba a la sensación no me era desagradable por completo; justo en esos momentos escuchamos que la puerta de la entrada se abría y se dejaba oír el grito de mamá anunciando su arribo, voltee a ver a mi tío con los ojos y el me hizo una señal de que no hiciera ruido pero no dejó de moverse dentro de mi boca y segundos después casi me ahogo al sentir que él me llenaba la boca de una sustancia con sabor acre, tragué para no ahogarme y el sabor me invadió por completo, las caderas de mi tío se siguieron moviendo sin descanso y a cada nueva embestida una nuevo disparo de la caliente sustancia, tragué toda la que me dejaba en lo más profundo de la garganta, sentí también como algunas gotas rodaban por mi barba y pecho.

Después de unos segundos mi tío sacó su barra aún erecta y escurriendo la sustancia que pude ver era de color blanco, me volvió a acercar la cabeza y me pidió que le chupara los residuos, abrí mi boca y me volví a comer esa gran cabeza en forma de hongo, la lamí como me decía hasta que por fin vi como iba perdiendo la potencia y se hacía flaca y le colgaba. Procurando no hacer ruido el tío se acomodó los pantalones y salió de la habitación, yo me levante y así como estaba me miré al espejo que hay en mi habitación mis mejillas encendidas, mi cabello desordenado y mis ojos color miel se miraban diferentes, tenía que pensar mucho en lo que había sucedido con mi tío, no lo creía, me sentía como en un sueño. Las cosas que me hizo sabía que no debía hacerlas pero lo que se siente es algo que no podía ya dejar de experimentar, en realidad me encontraba en una encrucijada que me tuvo pensando toda la tarde y parte de la noche.

Los días posteriores continuaron en el cuarto de la tele pero en estas sesiones ya las caricias eran francas y directas sobre mi concha, me escurría una o dos veces según las circunstancias nos lo permitieran y de vez en vez le regalaba una rápida mamada a mi tío. Por supuesto que varias veces estuvimos a punto de ser descubiertos por mamá y puedo jurar que si esto llegaba a pasar se nos hubiera armado una buena, afortunadamente esto nunca llegó a suceder.

La otra parte de la historia sucedió en un día feriado, mis padres y mi hermano se iban a ir a pasar ese fin de semana a casa de unos conocidos y como mi tío tenía que trabajar y yo que estudiar se nos dejo en casa, claro mi tío se encargaría de mis cuidados y vaya que lo hizo.

Desde la primera noche las cosas se pusieron sumamente calientes, el tío Martín llevó a casa para esa ocasión una película pornográfica, nos fuimos esta vez a su cuarto y nos acostamos, yo iba vestida con una minifalda color blanco y unos calentadores del mismo color pues hacia frío ese día, traía un suéter rosa de cuello alto y el cabello suelto, para esa época me llegaba hasta la cintura. Mi tío traía puesto un traje de color azul con camisa blanca. Bueno antes de continuar debo describirles físicamente a mi tío Martín, el es alto (1.80 m) de piel blanca, delgado, es calvo de la coronilla pero su pecho, brazos y piernas es muy velludo, claro obviamente también de allí es muy velludo. Su pene mide 18 centímetros y es bastante grueso.

Pues bien como les decía esa noche comenzamos a ver la película porno, y mientras la veíamos nos comenzamos a acariciar por sobre la ropa, mi tío me repetía lo mucho que le gustaba y yo no debo oculta que también el me atraía, pronto las ropas comenzaron a estorbar y prenda a prenda fueron volando por el aire hasta depositarse sobre el alfombrado suelo de su habitación; por fin quedamos desnudos completamente, era la primera vez que estábamos en esas condiciones y a esta primera vez siguieron otros muchos estrenos, el segundo fue un beso francés, nunca antes nos habíamos besado de esa manera, su boca abrió la mía y su lengua jugueteó con la mía por muchos minutos.

Luego de eso mi tío me enseñó a hacer el sesenta y nueve, mi cuerpo delgado quedó sobre el suyo y me trague la barra como él me lo había enseñado, el por su parte se comenzó a comer mi conchita justamente como me encanta. Nos venimos al mismo tiempo y por supuesto que tragamos nuestros jugos. Sin dejar de acariciarnos y besarnos descansamos unos minutos para luego continuar con otro estreno más.

– ¡Te voy a desflorar!

Fue lo que mi tío me dijo, yo ya sabía que era eso. Él me recostó de espaldas al colchón y luego se acomodo encima de mí sosteniéndose con los brazos extendidos sobre la cama, su verga se balanceaba de un lado al otro entre mis piernas que tuve que abrir ampliamente, desde mí lugar con la cabeza levantada vi mi vagina que ya comenzaba a tener unos cuantos vellitos y sobre esta la gran cabeza balanceándose. Mi tío entonces con una mano la restregó de arriba para abajo a lo largo de mi vagina, los labios la anidaban levemente y esto me excitó mucho; luego de unos minutos de jugar así con mi panocha el tío Martín me la acomodó entre los labios y comenzó a empujar despacio pero con fuerza. Sentí como mis pliegues se iban abriendo poco a poco y una extraña sensación me llenaba, la fuerza con que mis labios vaginales apretaban su tranca era mucha y le estaba costando trabajo avanzar al mismo tiempo una punzada aguda me comenzó a molestar.

Mi tío la sacó y entonces la ensalivó con una de sus manos, luego regresó al ataque, esta vez el ariete se introdujo un poco más y el dolor en mi entrepierna se volvió casi insoportable.

– ¡Me duele tío!

– Lo sé… pero tienes que aguantar.

– ¡Me duele mucho!

– ¡Tranquila!

Sin detenerse el seguía empujando su barra y a cada nuevo milímetro el dolor se intensificaba más y más, sentía como mis labios se abrían a su máximo además de un intenso calor. Grité muy fuerte al sentir un intenso dolor que me desgarraba completamente, lloré y traté en vano de zafarme de la terrible lanza que me penetraba. Por fin se detuvo el avancé de la daga, mi virginidad había desaparecido no sin gran dolor, mi tío detenido observaba como su tolete permanecía semiclavado en mi entrepierna cuyos labios vaginales se encontraban completamente expandidos alrededor de su grueso tronco.


Continuará

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