El agua que caía de la regadera sobre mi estaba fría, debía estarlo para despejar mi cabeza y enfriar mi cuerpo, cada gota que caía en mi piel se llevaba consigo el aroma de la niña a la cual había estado acosando durante las últimas dos semanas, luego de haber saciado mis deseos más bajos con ella ahora solo había paz en mi interior. Con el agua golpeando mis rostro y aclarando mis ideas me puse a pensar en lo que había ganado y lo que había perdido con aquel asalto, sin duda alguna era una situación cincuenta y cincuenta, por un lado había obtenido una maravillosa niña dispuesta a hacer todo lo que mi cuerpo salvaje desee hacer con ella, pero por otro lado también había perdido otra magnifica niña que pese a no ser tan puta y directa como la anterior, era inocente, angelical y por sobre todo virginal. Los minutos pasaban y en mi mente se habría el debate sobre estas dos niñas que habían aparecido en mi vida hace tan solo pocos meses, debía conformarme con una o quizá debería obtener a ambas; la opción más simple sería la primera ya que prácticamente el terreno estaba todo explorado y no hacía falta esforzarse en lo más mínimo, pero algo muy dentro mío me decía que no podía dejar a la pobre Belén a medio camino, había iniciado con ella y con un carajo debía terminar con ella.
– No se diga más. – Apague rápidamente la regadera y me dirigí apresurado a mi pequeño cuarto, era hora de trazar un nuevo plan para mi tesis secreta.
Luego de haberme venido dentro su pequeño cuerpo y acabar completamente agotados sobre el piso alfombrado de su habitación, fijamos con Samantha algunos horarios y días para vernos y así continuar con las sesiones de sexo salvaje que al final parecían haberle gustado. Hoy era uno de esos días, llevábamos ya una semana y media de encuentros de todo tipo, prácticamente en cada sesión que teníamos lo habíamos estado haciendo en un cuarto distinto de su casa y en diferentes poses para variar, hoy tocaba el baño, mientras se iba desnudando me iba contando que su estúpido hermano ya empezaba a sospechar de nosotros ya que había veces que el no quería salir a jugar al internet por las tardes y prefería quedarse en la casa para mirar caricaturas o jugar su PlayStation, por lo cual nuestros encuentros en esta casa solitaria estaban casi llegando a su fin, de verdad que lo niños entrometidos son una molestia, puso una carita triste mientras se quitaba lentamente las braguitas naranjas que llevaba aquel día.
– Que hacemos Javi, yo no quiero que nuestras citas acaben, no podemos ir a tu casa?
– Mmmm eso va a ser difícil como te dije mi casera es una amargada que no sale de esa casa para nada, pero tu tranquila ya pensare en algo, te prometo que nuestras sesiones no van a acabar. – diciendo aquello la tome de la mano y la jale hacia mí, la bese desesperadamente mientras mis manos rodeaban sus nalguitas redondas y las apretaban como locos, ella mientras tanto instintivamente arañaba mi espalda con sus uñitas y me sujetaba fuertemente como pidiendo que no la deje sola.
– Javi, Javi, rápido… rápido… humm, ahhh.
-Samy, nunca te voy a dejar sola, eres mía… si, eres mía…
La levante del suelo mientras nos besábamos y ella entrelazo sus piernas a mi cuerpo mientras la sostenía en el aire, me rodeo con sus brazos y clavo nuevamente sus uñas en mi espalda, ese gesto hizo que mi miembro se pusiera duro y rosara ligeramente su vaginita y anito, como intentando descifrar a cual de esos hoyitos incrustarse, lamentablemente su padre aun no la había cogido analmente por lo cual yo tampoco podía, esto era uno de los pequeños problemas de ser el amante secreto pero bueno nada es perfecto en estos días, además no es que yo sea un fanático del sexo anal, por mi preferiría evitar esa situación a como dé lugar. Dirigí con una mano mi pene erecto y se la incruste de un solo golpe en su vaginita, eso hizo que Samantha abriera los ojos como platos, soltara un gemido y que su cuerpo se sacudiera violentamente, permanecí así abrazado a ella unos segundos hasta hacerla acostumbrar al pedazo de carne que invadía el más íntimo rincón de su cuerpo y entonces empezó a balancearse sobre mi miembro duro de manera lenta y torpe, sus frágiles impulsos sobre mi verga no eran del todo satisfactorios y claramente podía notar que las fuerzas habían abandonado su cuerpo y solo se concentraba en aferrarse a mí con lo que le quedaba, al percatarme de ello deje de sostenerla por la espalda y rápidamente la tome de sus nalguitas y empecé a levantarla de a poco sacándola de mi pene hasta cerca de la punta para luego de golpe dejarla caer sobre él lo que la hizo gemir con más fuerza aun, el oír esos gemidos tan cerca de mí me lleno de lujuria y seguí procediendo con aquel movimiento, la subía y la bajaba una y otra y otra vez hasta por fin agarrar ritmo.
Mi pene llegaba hasta lo más profundo de su interior, golpeando sus paredes y dejando salir sus fluidos con cada embiste los cuales iban cayendo al suelo de azulejos blancos sobre el que nos encontrábamos, mientras Samantha no paraba de gemir y llorar yo me concentraba solo en perforarla cada vez más y más rápido haciendo que nuestros cuerpos produzcan ese peculiar sonido de choque piel con piel, los gemidos seguían cada vez más ahogados y desesperados mientras su rostro pedía a gritos que acabara de una vez por todas con el placer que cada embiste provocaba en su interior, ya estaba en mi limite y mientras aumentaba la velocidad en mis caderas y me preparaba para lanzar mi liquido ella lanzaba un último grito de placer mientras sentía como su interior era llenado por el blanco semen espeso que salía de mi miembro endurecido el cual iba perdiendo su firmeza luego de cuatro disparos certeros dentro su pequeño cuerpo.
– huuh, huhhh, huhhh, huuhhh, ahhhhhh, Javiiiiii, Javiiii, huhh mi cu… mi cuerpo, haaaahh, mi cuerpo.
-Huhh, haah, que pasa Samy estas bien.
– Si es solo…. Solo… que hace ratos que… no lo hacíamos tan… tan salvaje, huhh huhhh
– Ahh bueno no me asustes así, pensé que te había hecho daño, tú eres mi putita después de todo, no puedo dejar que te hagas daño mi niña preciosa. – Acerque mis labios a los suyos y la bese para calmarla un poco, luego bese su delicado cuello y por ultimo sus pezoncitos rosados, los cuales saboree con mi lengua mientras ella reía por las cosquillas que le provocaba y la reponía lentamente del orgasmo salvaje que había sufrido.
Quince minutos después, nos encontrábamos en la tina que había en el baño la cual habíamos llenado de agua y perfumado con sales, era una escena muy romántica a comparación de la anterior, la tenía entre mis brazos y jugaba con sus cabellitos rubios mientras ella solamente apoyaba su cabeza en mi pecho oyendo los latidos de mi corazón, fue ahí cuando decidí poner mi segundo plan en acción, si quería recuperar a Belén, Samantha tenía que darme una mano, pero el saber que quiero a otra niña en nuestras sesiones a parte de ella tal vez la coloque de mal humor, y quizá termine mandándome al carajo por completo acabando así con nuestro relación, ese sería quizá el escenario más pesimista de mi plan pero no habían más opciones, tenía que soltar este tema cuando ella estuviera más calmada y con la guardia baja, justo como ahora.
– Samy ya casi es hora, no crees que ya deberíamos salir de esta tina.
– Hauhh, no quiero salir de acá, contigo la paso de maravilla siempre, no como con mi papi, con el encima mío no siento casi nada, creo que él también se está empezando a dar cuenta de esto y se pone más violento cada vez, ojala se muera.
– Oye no digas eso, además solo tienes que aguantarlo unos meses al año luego se regresa a los campos petrolíferos verdad? La vida de un ingeniero sí que es dura, de seguro esos meses del año apartado de ti lo ponen como loco jajaja.
– mmm si tienes razón, pero igual aun cuando se vaya mientras no consigas otro lugar nuestras citas serán cosa del pasado. Vaaamoooos déjame ir a tu casa esa vieja de seguro ni cuenta se da.
– Ehh pues con los gritos que pegas cada vez lo dudo, por el momento sigamos normalmente con nuestra rutina semanal, ya cuando todo se empiece a poner difícil de seguro habré conseguido otro lugar para poder vernos, te lo prometo Samy.
– Esta bien, confío en ti… confío en ti.
Ni bien había acabado de decir esa frase se levantó de mi lado y se puso encima de mí abriendo sus piernas y dejándose caer en mi pene que se encontraba descansando bajo el agua perfumada, empezó a frotarse sobre el con su vaginita mientras sus pequeñas manos masajeaban sensualmente mi pecho, poco a poco mi fiel amigo iba endureciéndose con el roce de su diminuto cuerpo e iba golpeando su vientre bajo el agua que nos cubría, la tome gentilmente entre sus brazos y la levante para nuevamente encajarla violentamente sobre mi miembro endurecido, con cada penetrada la llenaba no solo con mi pedazo sino también con el agua que nos rodeaba, la sensación era indescriptible, sus labios vaginales eran más suaves y mi pene se deslizaba dentro de ellos como nunca antes, sentía que podía estar así todo el día sin cansarme. Por otro lado Samantha estaba totalmente perdida en el placer sus ojos desorbitados y su boquita totalmente abierta jadeando como perra en celo, era el momento para actuar, sentía que si le pedía cualquier cosa en este preciso instante de pasión ella no se negaría, comencé a acelerar mis movimientos y a acariciar nuevamente sus pechitos para llevarla más rápido a su clímax.
– Samy, Samantha, ahhh… mi putita.
– Javi, Javi… ahhh sigue, más rápido… rápido, ya casi… ahhh… ya casi.
– Samy, uhhh, puedes hacerme un favor, huhh… hazme un favor.
– Nhhh, que Javi… dime… dime rápido.
– Uhh ayúdame… ayúdame con otra niña… Samy ahhh… ayúdameee.
– Huuahh, otra?… ahhh… que niña, cual niña…. Haahh.
– La pequeña de a lado, llevan el mismo uniforme, de seguro se ven en la escuela todos los días… ayúdame, no… ayúdala a unirse a nosotros, yo sé que tú puedes, tu eres la mejor, Samy, eres la mejor…uhhh ya… ya me vengo.
– Nuooh, nooo, aun no… no… noo… uhhhh… Javi… ahhh…me vengo ahhhhhh. – su grito me lleno de tanto placer que yo también acabe junto con ella inundándola nuevamente con el líquido blanco en su interior.
Totalmente agotada se tendió sobre mi mientras regulaba de a poco su respiración con la mía, me miro con sus ojos celestes e hizo una mueca de satisfacción.
– Ahh Javi y pensar que quieres hacer esto con otra niña a parte de mí, que no soy yo suficiente para ti?
– Hay que probar de todo en esta vida Samy, además con otra niña más podríamos probar otro tipo de juegos más atrevidos. No te pica la curiosidad.
– Jajaja, es lo más gracioso y tonto que has dicho desde que te conocí Javier….- su rostro alegre se puso serio y me miro profundamente con sus ojos celestes, penetrando mis pensamientos en busca de algún instante de duda pero yo estaba firme con mi posición, necesitaba acabar las cosas con Belén, al ver que mis intenciones de atrapar otra niña eran genuinas volvió a poner su gesto alegre mientras aun me miraba con esos ojos celestes tan hermosos que tenía.
– Haaay Javi, bueno, supongo que el tenerte solo para mí no era del todo justo por así decirlo, después de todo tú también me compartes con mi papi. Así que… supongo que convenceré a la tonta de a lado a unirse a nosotros.
– Samantha… . – ni bien acepto mi propuesta la abrace lo más fuerte que pude y la bese por toda su carita haciendo que ella se sonroje un poco, en verdad esta niña era la mejor.
Habíamos quedado con Samantha nuevamente esa tarde, ya había pasado un mes desde que ella se había hecho amiguita de Belén con la que pese a ser vecinas y compañeras de escuela, se encontraban en clases y mundos distintos. Una era vivaz y alocada mientras la otra era inocente y torpe; para que el plan función le había contado a Samantha mis experiencias previas con la pequeña Belén, lo que la hizo poner furiosa, pero nada que una cogida salvaje no pudiera arreglar.
El plan era simple, como Samantha ya sabía que Belén prácticamente había sido manoseada por mí, ella le diría que también practicaba ese tipo de juego con un “amigo” y que juntos hacían todo tipo de cosas divertidas aparte del pequeño juego que le había enseñado, obviamente ella no le diría que ese “amigo” era yo, después de tanto tiempo de haberla abandonado de seguro el escuchar mi nombre la pondría a la defensiva y la desanimaría a probar esos otros jueguitos. Día a día Samantha iría mostrándole a Belén videos nuestros que habíamos grabado para la ocasión, donde se mostraba solamente la cara de Samantha toda alegre chupando desenfrenadamente mi verga dura o también siendo penetrada en posición de perrito igual con una expresión de felicidad. Por lo que me contaba Samantha la expresión de la inocente Belén era de asombro y curiosidad, ella se había encargado todo este tiempo de lavarle el cerebro a la inocente niña y hacerla creer que este tipo de juegos era del todo normal, siempre y cuando sea con la persona correcta, en este caso yo. Varias veces Belén le había pedido que la presentara a mí, al parecer el jueguito de dedos con la que la inicie la había vuelto adicta y había intentado varias formas de replicar el placer que mis dedos le daban pero ninguna era del todo satisfactoria, incluso había intentado hacerse amiguita de otros hombres pero estos la mandaban al carajo y la hacían reprender con su madre, claramente estaba desesperada por volver a sentir ese hormigueo en su interior. El plan había funcionado y Belén estaba ahora mentalmente lista para lo que iba a hacerle si es que volvía a aceptarme en su vida, era tiempo de volverme a reencontrar con mi primer amor.
Me encontraba en la casa vacía de Samantha sentado en las gradas a lado de su habitación, ella se encontraba afuera guiando a la pequeña Belén hacia mí, ese era el día, el día en que iba a presentarle a su preciado amigo de juegos, el que iba a volver a hacerla sentir en la nubes, el que iba a enseñarle los juegos restantes que su anterior amigo no le había enseñado. Ahí sentado la duda y el remordimiento empezó a invadir mi cuerpo, sería capaz de volverla a ver a los ojos? Acaso volvería a confiar en mi después de haberla ignorado todo este tiempo? Que es lo que pensaría de mi al enterarse que la había cambiado por esa niña rubia de ojos celestes, quizás el poco afecto que aun guardaba muy dentro suyo hacia mi desaparecería por completo. Las voces se acercaban de a poco, se encontraban a unos metros de mí detrás de la puerta principal, me puse de pie y me dirigí despacio al cuarto de Samantha, justo cuando ambas niñas entraban a la casa vacía, Belén miraba asombrada la enormidad de la casa que la rodeaba, mientras Samantha la dirigía hacia su habitación, lugar en el que yo me encontraba, mi corazón latía rápidamente, como reaccionaria al verme, como reaccionaria al enterarse que el amiguito de esos videos eróticos con esa niña rubia era yo. La puerta se abrió y ahí aparecieron ambas.
– Javi, ya llegue, traje a la amiguita de la que te había hablado. – todo esto era parte del pan, ella debía fingir que no sabía absolutamente nada sobre nosotros.
– Javi??? Que haces… que haces acá, porque estas acá.
-……………………..
– Javi????
– ……………………….
– CONTESTA!!!!!
– Ara, ya se conocían? Debiste haberme dicho antes amorcito, no me gusta que me guardes secretitos amorcito. – Ok, eso no era parte del plan maldita Samy, con esas frases cariñosas vas a hacer que Belén se altere más, carajo, se supone que debías quedarte callada y esperar que yo haga las negociaciones.
– Como que amorcito, eres su novio? Javi habla, creí que yo era tu noviecita… todo este tiempo… todo este tiempo que no me visitabas, todo este tiempo… yo estaba esperando… esperando…snif, snif… y vos estabas aquí, con esta… con esta zorra. BUAHHH. – Sus palabras y lágrimas cortaron mi alma y me desgarraron por completo, que idiota fui, aparecer de la nada a lado de otra niña, Belén lloraba tendida en el piso mientras Samantha la veía desde arriba con una mirada burlona, y yo aquí sentado sin hacer nada, como todos estos meses, había sido un cobarde todo este tiempo, era hora de arreglar lo que había dañado.
– Belén, Belencita, no llores, ven, todo es culpa mía. – Me acerque hacia ella me puse de rodillas y trate de secar sus lágrimas con un pañuelo que tenía en el bolsillo, pero inmediatamente ella alejo mi mano de su rostro violentamente y me miro con furia.
– No me toques, ya… ya no quiero nada de ti… nada me oyes… déjame… déjame ir. – Intento zafarse de mis manos que la sostenían fuertemente para evitar que huyera e hiciera un escándalo aún mayor.
– No Belén escucha… escucha lo que tengo que decir… perdóname… perdóname por haberte abandonado así de la nada, perdóname por haberte cambiado por otra, no me di cuenta, que estaba haciéndote daño solo por satisfacer mis propios deseos y hacer a un lado los tuyos, fui egoísta y merezco que me odies, en cuanto a Samantha ella… ella no es tu. Nadie podrá llenar el espacio que abriste en mi vida con tus brincos alegres tus juegos infantiles y tu mirada inocente… esa mirada inocente. – Me miro con los ojos llorosos, y vi como lentamente su rostro dibujaba una leve sonrisa.
– Snif, eres un tonto.
– Sí.
– Egoísta.
– Sí.
– Infiel.
– Jeje, sehh.
– Pero aun así… aun así, para mí, sigues siendo mi novio.
– Y tu Belén, para mí siempre serás mi noviecita, la que siempre quise. – La solté despacio y acerque sus labios a los míos, y nuevamente dos meses y medio después de nuestro último encuentro volví a probar el sabor dulce de su boquita y nuestras lenguas volvieron a cruzarse entre si tal como le había enseñado, nos pusimos de pie y ella entonces fijo su atención en Samantha que había estado totalmente callada todo este tiempo.
– mmm si yo soy tu novia… entonces que es ella para ti Javi. – dijo señalando a Samantha
– Juh niña tonta… para que sepas yo soy su puta. Que es mucho mejor que ser una cursi y boba novia como tú, verdad Javi? . – se acercó a mí y me rodeo con sus brazos haciendo a un lado a Belén que nos veía celosamente.
– noohh, Javi es solo mío, suéltalo.
– aaayy no me jales el cabello boba.
– Ya niñas calma, calma, hay bastante Javier para las dos.
Continuará