Las niñas de mi tesis, Parte 02 (de DagonX)

    ATENCIÓN

    El siguiente relato erótico es un texto de ficción, ni el autor ni la administración de BlogSDPA.com apoyan los comportamientos narrados en él.

    No sigas leyendo si eres menor de 18 años y/o consideras que la temática tratada pudiera resultar ofensiva.

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    Al acabar el día me encontraba ya en mi habitación, la cual alquilaba a una señora gorda y sin hijos, me dirigí a la ducha cansado mientras comenzaba a rememorar lo sucedido en esa mágica tarde.

    Belén en mis piernas toda chorreada y excitada, respiración acelerada y gemidos de placer que no dejaban de salir de su tierna boquita la cual iba besando de tanto en tanto para no perder el ritmo, mis manos en cada rincón de su cuerpo virginal de 10 años, cuantos minutos habían pasado desde que iniciamos el inocente juego, ocultos detrás de aquella delgada pared que nos separaba de su somnolienta madre y permitía que mis más bajos deseos e instintos se liberaran en su pequeña niña inocente y ajena a todas esas perversiones.

    Con cada minuto que pasaba más me perdía en la lujuria, quería desnudarla ahí mismo, sacarle esa blusita blanca y bajar su faldita a cuadros como ya había hecho con sus braguitas infantiles, mientras pensaba en ello mis dedos volvían a acariciar los labios de su vaginita y a buscar desesperados nuevamente su clítoris redondo, para masajearlo y hacerla mojarse una vez más, cuantas veces ya habían sido, tres, cuatro, había perdido la cuenta, era un milagro que su madre no haya despertado con cada gritito que soltaba al llegar al orgasmo. Su espalda se arqueaba con cada sensación de placer que recorría su cuerpecito, y sus piernitas se abrían y cerraban justo al llegar a su clímax.

    – Ahhhhhh – gimió nuevamente de placer al sentir que un nuevo orgasmo llegaba a ella.

    Yo en cambio trataba de mantenerme tranquilo, la sola idea de perder la cabeza con una niña como la que tenía en mis manos me provocaba temores, tanto internos como externos, debía mantener la calma ante todo. Su respiración se aceleraba más y más pensé que de un momento a otro esta niña podría sufrir un ataque cardiaco, decidí parar el juego ahí no sin antes venirme nuevamente entre sus nalguitas cubiertas por su faldita, como había hecho hace rato, rápidamente la tome de su cuerpito y la baje de mis piernas, Belén simplemente cayó al suelo como un trapo; asustado la volví a alzar y me dijo en un total estado de éxtasis, que sus piernitas no le respondían, que no sabía él porque.

    Yo si sabía, era por los múltiples orgasmos que había sufrido durante casi una hora, la tranquilice como pude y le dije que eso era normal, que este jueguito generalmente provocaba ese tipo de reacciones y que no era para asustarse. Mientras se recuperaba la fui limpiando con una toallita que traía siempre en mi mochila y fui arreglando su cabellito y su uniforme que había quedado todo desabotonado y arrugado, mientras le hacía prometer que guardara esto del juego en secreto, ella solo asintió con la cabecita y me daba besitos cariñosos cada tanto, después de todo se había convertido en mi noviecita ese mismo día.

    Ya desnudo en la ducha saque rápidamente algunas conclusiones.

    Las niñas son capaces de sentir excitación y también son capaces de llegar al orgasmo estimulándolas como a una mujer mayor, de hecho lo sentí incluso más fácil, puntos extra para las niñas. A parte la inocencia que irradian parece ser mucho más atractiva que la de cualquier cuerpo exagerado en proporciones. Y por último, al final sus miradas parecían ser más sinceras y honestas que la de cualquier mujer de mi edad con la que haya estado, supongo que eso era lo normal, aun no sabían nada sobre el perverso mundo que las rodeaba.
    Ahora venía quizá la parte más peligrosa de mi experimentación con niñas, la introducción al coito y a la vida sexual, debía pensar en una excusa para convencerla de que lo que iba a hacer en cierta forma estaba bien, no es como si fuera a sacarme la verga frente a ella y se dedique a chupármela obedientemente, debía ser más astuto; sobornarla quizá funcione pero solo a corto plazo, obligarla terminaría en una mala situación, así que lo único que me quedaba era quizá lo más simple, enseñarle y explicarle lo que en verdad quería hacer con ella, eso tomaría un poco de tiempo, pero bueno tenia lo que resta aun del año.

    Ya nos encontrábamos en Abril y mi plan con Belén aún no había ni siquiera iniciado, me la pase haciendo lo que tendría que haber estado haciendo desde Enero, la tesis, creí que iba a ser más sencillo pero encontré varios problemas en el camino así que tuve que posponer la tesis secreta y enfocarme en la verdadera, claro todavía había días en que mi pequeña diosa y yo jugábamos pero no llegábamos más allá de eso, caricias, besos y claro sus orgasmos, me había controlado de no mostrarle mi verga dura hasta este punto, primero quería educarla bien, pero eso requería de tiempo que no tenía.

    El café internet estaba lleno, no podría jugar con Belén ese día, se lo dije y se alejó triste de mi lado, yo también me entristecí, de verdad quería tocar su cuerpito y sentir sus labios, que por cierto se habían vuelto más experimentados, ya metía su lengüita a mi boca vivazmente, bueno al menos ese era un pequeño avance hasta ahora, pensé que todo lo que necesitaba era a la pequeña Belén a mi lado y nada más.

    Estaba listo a seguir con el trabajo cuando la vi entrar, otra niña, otra diosa, dando brincos como lo hacía Belén y mostrando ligeramente sus braguitas blancas con cada salto, cuerpo en desarrollo no era recta como otras niñas, veía que su cinturita ya mostraba curvitas lo que hacía que sus piernitas se vieran más grandes y deseables, sus labios rosaditos hipnotizaban mi mirada y me hacían desearla aún más. Se sentó en la cabina que se encontraba a mi lado, su hermano idiota se encontraba al otro lado de la pared, baje mi mirada y vi como sus piernitas blancas se movían inquietamente a la par del videojuego que jugaba en la computadora, podía oír sus quejidos su risa infantil y sentir de vez en cuando el perfume de su cabello dorado y su aroma de niña. De vez en cuando se paraba de su asiento e iba a reclamarle a su hermano asuntos del juego, cada vez que lo hacia abría sus piernas en mi dirección y me mostraba ligeramente sus blancas braguitas que pedían a gritos ser sacados de ahí, estaba en un trance de excitación, claramente mi punto de vista hacia las niñas había cambiado radicalmente.

    Luego de alrededor de una hora en la que me dio bastantes fantasías se levantó de la cabina que ocupaba y se fue con su hermano, yo salí rápidamente del trance en el que me encontraba luego de observar a esa niña angelical e inmediatamente salí detrás de ella, como un acosador que no quería perder a su víctima, Belén se interpuso en mi camino un momento e hizo que los perdiera de vista, mientras ella insistía que no me fuera yo la hacía a un lado de manera brusca y al salir del café internet ya los había perdido por completo.

    Me encontraba en un estado de alerta constante toda aquella semana, esperando que esa niña misteriosa vuelva a aparecer en mi vida para ponerla de cabeza nuevamente, ni siquiera prestaba atención a mi pequeña noviecita que se encontraba en mis piernas dirigiendo mis manos a su vaginita para que empezara a masturbarla como hacíamos casi siempre, no podía ver su carita de excitación ni podía oír sus gemidos de placer como lo hacía antes, mi mente estaba en otro lado, con esa otra niña que había venido un día y nunca más. Belén al parecer se dio cuenta de mi estado de ánimo y se molestó mucho al ver que estaba pensando en otras cosas que no fueran ella ni nuestro juego secreto, ese día ni siquiera llego al orgasmo ni yo tampoco. Los siguientes días al ver que aún seguía en ese estado de trance idiota me trato con indiferencia, como lo hacían sus hermanas mayores y temí incluso que les contaría lo que le hacía en aquel rincón invisible a la vista de todos, supongo que el famoso estado sentimental bipolar de todas las mujeres venía con ellas desde que eran niñas. Solo iba al café internet con la esperanza de volverla a ver otra vez, lo demás no me importaba. Esa niña llego a mi vida y la sacudió por completo, tenía que besarla, tenía que acariciar sus cabellos dorados, tenía que sentir su piel con mis ásperas manos, tenía que hacerla mía.

    Belén y yo nos distanciamos más y más con el pasar de los días, ya ni siquiera me hablaba o saludaba, tarde o temprano esa pequeña niña a la que había iniciado en la vida sexual terminaría por abandonarme por completo y esta vez por culpa mía, sentí que la tesis secreta veía su punto final aquel mes, resignado trate de buscar otro café internet al cual acudir ya que en el otro corría el riesgo de ser delatado y encarcelado jeje. Pero al final solo halle nidos de niños rata en todos los lugares a los que fui, tal vez ya era hora de comprar una computadora propia y contratar un servicio de internet, eso llevaría tiempo y papeleo molesto que odiaría hacer, pero bueno aun había un último lugar al que visitar, entré por la puerta pequeña e inmediatamente dos niños salieron corriendo empujándome, eso me molesto y quería darles una putiza pero entonces sentí un aroma hipnotizante, como la de aquella vez, dirigí mi vista hacia los niños que me habían empujado y observe con alegría que en verdad era ella, la que había estado deseando todo ese mes, la niña de cabellos dorados y cintura deseable, aun con su uniforme escolar dejando a la vista sus muslos suaves, con cada paso que daba la veía contonear sus caderitas de manera sensual para luego dar brinquitos que levantaban su faldita a cuadros dejando ver por segundos sus braguitas y nalguitas redondas, los cuales me habían puesto duro ese momento, esta vez no los perdería de vista y los seguiría hasta su casa si era posible, lo cual fue demasiado rápido para mi sorpresa, era la casa vecina al café internet de Belén, eso explicaba por qué habían desaparecido tan rápido aquel día, pero no explicaba por qué teniendo un local para jugar a lado de su casa tenían que ir a otro más alejado.

    Luego de seguirlos hasta su casa deje de lado la tesis verdadera y me puse en modo acosador, iba a ese nido de niños rata todas las tardes solo para poder observar sus movimientos, a qué hora entraba a qué hora salía, escuchaba las pequeñas conversaciones con su hermano, ahí me entere que por las tardes no había nadie en su casa, es por eso que siempre venían a jugar a esas horas y por qué no iban al internet de Belén, ya que su padre que era el único que los cuidaba le había dicho a la señora que no los deje entrar para jugar, que era pérdida de tiempo y demás cosas. Todo iba de maravilla, a veces se sentaba en la computadora frente a la mía y desde ahí podía ver como movía sus piernitas a cada rato, las abría y las cerraba provocativamente una y otra vez, sus braguitas desaparecían y aparecían en mis ojos con cada movimiento, me quedaba mirando como idiota todo el tiempo que se encontraban allí, que era alrededor de una hora. No podía aguantarme más estaba a punto de cometer una locura, debió ser por estar aguantándome todo ese mes desde que deje de tocar a Belén, mi entrepierna estaba al borde de la explosión, era necesario para mí el liberar mi esencia de una manera u otra.

    La oportunidad llego un martes, como siempre los hermanos entraron al café internet y tomaron cada cual una máquina, yo la observaba detenidamente y creo que ella también lo hacía, quizá se había dado cuenta que casi siempre me encontraba en la computadora frente a ella, pero debió ser solo una equivocación mía, abrió sus piernitas y mi mirada se encajó en su lugar más sagrado, no había nada más en mi atención, solo ese lugar cálido y suave que se encontraba en su entrepierna llamándome y pidiendo ser ultrajado, su mano bajo rápidamente y disimuladamente cubrió con ella lo que estaba observando, carajo se habrá dado cuenta??

    Entre en pánico por un momento pero después la oí decir a su hermano que ya no se aguantaba más, quería hacer pipí; ufff respire aliviado, pidió las llaves de su casa para poder entrar e ir al baño, “ya vuelvo” le dijo a su hermano y salió corriendo, era ahora o nunca, sola en casa, nadie sospecharía de mí, me daba un poco de pena lo que iba a hacerle, pero en ese momento yo estaba descontrolado, en mi mente solo estaba la idea de hacerla mía a toda costa.

    Fui detrás de ella sin que me viera, pasamos por el internet de Belén pero ella no se encontraba allí, un problema menos, la calle estaba vacía por ambos extremos y algunos autos pasaban pero eso no era problema, llego a su puerta saco las llaves y yo me puse detrás de ella, ni bien abrió la puerta la empuje, cubrí su boquita y tome uno de sus brazos, rápidamente cerré la puerta y ella comenzó el forcejeo desesperado, quizá por su mente paso la idea de que era un ladrón que iba a matarla o quizá solo a golpearla, pero nunca la idea de que iba satisfacerme con su cuerpito, las niñas son tan inocentes.

    – Tranquila pequeñita, si no haces nada de resistencia esto va acabar en un rato y vas a ver que incluso te va a gustar, solo va a ser un ratito nada más si – intente calmarla, mientras sentía el perfume de su cabello en mi nariz y sentía la calidez de su cuerpito en mi mano.

    – Dame la llave- le dije y ella obedientemente me la dio sin darse la vuelta.

    El anonimato lo era todo en este arriesgado asalto, si me daba una pequeña mirada me reconocería de seguro y ahí acabaría todo, supongo que después adentro de su habitación iba a vendarle los ojos con alguna ropa que hubiera ahí, entramos a su casa y le dije que me llevara a su habitación, había unas gradas y las subimos lentamente, yo aún la sujetaba por detrás y cubría su boquita, mi pene ya se encontraba erecto por la excitación del asalto y golpeaba con cada paso su espalda suave, ya imaginaba todo lo que iba a hacer con el precioso ángel que sostenía en mis manos una vez llegáramos a su cuarto; era extraño nunca me había sentido así por una chica, nunca había llegado a tales extremos por poseer a una, generalmente el viejo “yo” calculador y precavido lo habría dejado pasar, pero el actual “yo” no.

    Ahí estábamos, frente a la puerta de su habitación, solo unos pasos más, la abrí desesperadamente y sentí el aroma virginal que contenía, todo era rosado y había varios peluches tirados por todas partes, sonreí ligeramente, pensé que este tipo de habitaciones solo eran reales en novelas y películas. Mire los alrededores y fue allí que me di cuenta, su ropero se encontraba a un lado y el espejo que llevaba me había reflejado desde el instante que pase por su puerta, ella me miraba y claramente se dio cuenta de quién era. CARAJOOOOOO ¡!!!

    Que iba a hacer, lo primero que pensé fue en tirarla y correr lo más rápido que pudiera pero mis piernas no me respondían, estaba paralizado por el shock, adiós a mi vida estudiantil, adiós a mi vida pacifica, iba a ser un delincuente un prófugo, mi mente se puso en blanco, estaba acabado.

    Entonces sentí que ella había dejado de forcejear, me miraba atentamente y con el brazo que tenía libre me hizo gestos delicados de que la deje en libertad, ya no había caso seguir con mi fechoría, hice lo que me pidió y me disponía a salir corriendo, cuando me agarro por detrás. Me di la vuelta y ella estaba con una sonrisita picara.

    – No te vayas, pensé que eras un ladrón o algún borracho de los que hay cerca de acá – dijo, había adivinado sus conjeturas, sí que eran simples de leer estas niñas.

    – Se quién eres, te veo siempre que vamos al internet con mi hermano.

    – Humm, ya sabía que me habías reconocido ahora sí que estoy frito, vas a acusarme verdad?

    – Ehh???? Porque iba a hacerlo, acusarte de que.

    Su respuesta aligero un poco mi desesperación y quizá alguna clase de negociación era posible para que me deje en paz.

    – Sabes quién soy y te hice daño, pero si quieres puedo darte lo que me pidas con tal de que no digas nada sobre mí, dime que es lo que quieres, yo te lo puedo comprar, anda dime pequeña – le dije mientras me arrodillaba y me ponía a su altura para hablarle.

    – No quiero nada, al menos nada material, sabes? Te he visto en el internet, y he visto que siempre que estas frente a mí me andas viendo mi cosita bajo mi faldita, era incomodo un rato, pero luego jugaba con el asunto.

    – Ohh así que me habías pillado, ya sospechaba un poco de que a veces lo hacías a propósito cuando te miraba, pero porque hacías eso dime, sabes porque te miraba ese lugarcito siempre.

    – Mmmm quizá porque ese lugar es donde mi papito me toca y mete su cosa cada vez que llega borracho o enojado, ya desde hace medio año, creo que lo hace porque extraña a mi mamita, al menos eso es lo que me dice cada vez que me coge. Pero yo sé que eso no es del todo cierto no soy tan tonta sabes- me dijo haciendo a un lado su apariencia infantil y reflejando su verdadera personalidad, sabía que esta chiquita era un tanto madura pero no esperaba tanto.

    – Espera me dices que tu papa te viola desde hace medio año y tú no dices nada al respecto, acaso te gusta ser ultrajada cada noche por alguien que debería estar protegiéndote? – mi pregunta era un tanto hipócrita, ya que yo también pensaba en violarla hasta hace unos minutos, pero las verdades que me dijo ese rato sacaron el poco lado decente que aun llevaba muy dentro mío, de tan solo pensar que un padre era capaz de ultrajar a su propia semilla generaba dentro de mí un cierto morbo de curiosidad, quizá este era un campo que debía estudiar para mi tesis secreta.

    – No, no me toma cada noche solo cuando esta borracho o enojado, como te dije. – respondió con un tono enojado.

    – Es lo mismo, y bien porque me cuentas esto a mi ahora.

    – No te hagas al sonso, yo sé que vos también quieres hacer conmigo lo que mi papito me hace, con solo verte en el internet la anterior semana me di cuenta, quieres verdad.

    Esto no estaba pasando pensé en mi mente, que probabilidades había de que un intento de violación totalmente fallido se convierta en una propuesta de sexo, quizá en verdad me encontraba dentro de una novela. La niña de ojos celestes me miraba con una seriedad adulta y esperaba que yo le confirmara mis más bajas intenciones para con ella, quería responderle apropiadamente, quería decirle que sí, que quería penetrarla por todos sus pequeños orificios, que quería meter mi verga en su boca y ahogarla con semen hasta lo más profundo de su laringe, quería decirle que iba a montarla como a una perra en celo chocando mi verga en su útero con cada embestida, quería decirle todo eso y más pero solo respondí.
    – Esto es un jueguito tuyo verdad, dime que es lo que quieres en realidad y te lo comprare.

    – Vaya. – dijo llevando su manita a su frente. – tu sí que no captas, la cosa es que mi papito es… es… como te lo digo… un pipi corto.

    – ehh pijacorta, y tu como sabes si es largo o corto, es que has visto otras vergas a parte del de tu padre?

    – Anteayer estaba jugando en su cuarto y cuando quería ver su tele, estaba pasando una película con dos personas desnudas y haciendo lo que mi papi me hace, yo lo quería apagar pero ahí me fije que el hombre de la peli la tenía así.- decía mientras estiraba sus manitas a los costados.- cuando recordé la de mi papi me di cuenta que no llegaba ni a la mitad, y pues solo me pico la curiosidad de sí pipis tan grandes de verdad existen o todo era una mentira como todas la películas.

    Entonces esta niña me decía que había visto un video porno y pensó que la verga que vio ahí era un truco o efecto y solo quería comprobarlo con otros hombres verdad… Esta niña esta en verdad un poquito loquita, o al menos inocente ya no era de eso ya no había duda, mi imagen de ella como una niña angelical tímida y radiante se iba haciendo pedazos con cada palabra que salía de su linda boquita.

    – Cosas así en verdad existen y es una pena que tu papi no la tenga así, pero si te aseguro que de esos hay varios.- Esto se había vuelto de un crimen en potencia a una lección de sexualidad en un instante, la excitación que sentía al principio se iba diluyendo poco a poco, bueno al menos ya tenía algo con que defenderme si se diera el caso que me delatara con la poli o quien sea, si yo caía su viejo también.

    – Entonces tu como la tienes, me puedes mostrar? – me dijo volviendo a poner su carita infantil golosa, la mirada de seriedad que llevaba se tornó en una mirada juguetona.

    Yo me quedé estupefacto, no parecía haber alguna clase de trampa en sus intenciones, después de todo esto es lo que quería hacer con ella desde un principio, de verdad estaría mal seguirle el jueguito? Quizá me sentía un tanto renuente por el hecho de que quien llevaba las riendas no era yo, sino ella. Hice una pequeña pausa y decidí seguirle el juego, si algo salía mal iba echarle la culpa al padre después de todo el había sido quien la convirtió de niña inocente a niña semiputa.

    – Pues la verdad- le decía mientras bajaba el cierre de mi pantalón y dejaba a la vista mis bóxers con mi miembro bien marcado en el – porque no miras tu misma pequeña.

    – Guaaooo, parece que si la tienes como el de la película, puedo sacarlo? – pregunto con un tono suplicante y tímido, lo cual me puso caliente cuando lo oí.

    -Claro, trae tu manito- le dije mientras tomaba su mano y la metía dentro mis boxers, la sensación de su piel con mi asta hizo que se erectara en cuanto hizo contacto.

    – Guaaaoo, esto… esto sí que es diferente al de mi papi- decía de rodillas mientras abría los ojos como platos y sostenía mi falo con una manito lo cual no bastaba, se quedó un tanto hipnotizada por el tamaño, como si hubiera esperado tener uno así toda su vida, claramente esto iba más allá de una simple curiosidad, esto era algo que debía aprovechar, tome la iniciativa y baje por completo mis boxers para luego acercarme a su carita hasta chocar mi asta en sus labios rosaditos.

    – Uoohh, que haces – dijo un tanto asustada pero aun de rodillas.

    – Tenias curiosidad verdad mi niña, pues ahí lo tienes, no quieres saber qué es lo que se siente tener uno así en tu boquita, de seguro tu papi te habrá enseñado como se chupa uno de estos, vamos has lo que quieras con el – su mirada estaba fija en mi falo, dudando un poco y tratando de comprender la situación en la que se encontraba, yo iba acercándome más y más a su boquita hasta que al final de un brinco decidió engullirla como había aprendido de su papito. EXITO.

    Sus labios rosados se deslizaban por la longitud de mi miembro, casi por completo, se veía que esta niña se esforzaba como una profesional, quizá porque ya estaba ligeramente acostumbrada a meterse una verga por su boca aunque no de este tamaño. Su salivita se deslizaba por mi miembro y la lubricaba con cada pasada de su lengüita esponjosa lo que hacía de cada bombeada con su boquita un verdadero placer, su respiración se hizo más profunda y podía sentir su calidez en mi cuerpo cada vez que llegaba hasta mi base con su naricita, poco a poco empezó también a utilizar sus manitos que se llenaban de la salivita que había dejado atrás su boquita y hacían de cada roce salvaje un suave masaje, empezó a darle suaves besitos a mi glande y a succionar como ninguna otra mujer había hecho antes con mi asta, esto estaba pasando, en verdad estaba pasando, y todo lo que había tenido que hacer para que sucediera fue intentar violar a una niña, y claro un poco de educación sexual, casi justo como estaba planeado.

    Ya llevaba 5 minutos con el ir y venir de su boquita rosada y sus manos traviesas, la sensación de mi pene dentro de su estrecha boquita era como estar en el paraíso, su lengua rodeaba mi punta con cada engullida y masajeaba mi miembro delicadamente, sus dientecitos de vez en cuando chocaban con mi carne pero eso me producía aún más excitación, lentamente sentía que chocaba con el fondo de su garganta con cada minuto que pasaba, de verdad estaba ante una profesional, tan solo en pensar en su rufián padre me sentía con ganas de felicitarlo por como había educado a su preciosa niña en las artes sexuales, sentía que ya era hora de que yo también colabore un poco, ya que hasta ese momento era ella la que hacía todo el trabajo mientras yo la observaba con lujuria. Tome su cabecita con una mano y rápidamente la dirigí contra aquel espejo que me había delatado al principio, ella se asustó un poco pero siguió con la chupada salvaje ese mismo instante, al verla nuevamente desde arriba arrodillada con su ropita colegial y esforzándose por tragar todo mi miembro me descontrole por completo y deje que la locura tome mi cuerpo, volví a agarrar su cabecita y la tome de sus cabellitos dorados rápidamente empecé yo a bombearla dentro de su boquita mojada, lento al principio pero agarrando velocidad con cada embiste, al aumentar la velocidad su espalda y cabeza iba chocando con el frio espejo cada vez más rápido y violento, podía oírse fuerte cada golpe que se producía con cada empuje salvaje que daba al interior de su boquita, su respiración comenzó a agitarse y entrecortarse, claramente se estaba ahogando de placer dentro su cuerpo, ya no aguantaba más, el ritmo que llevaba en su boquita y los golpes que se oían contra el espejo me excitaban cada vez más, sus manos que antes se encontraban masajeando mis bolas ahora se encontraban luchando con el vaivén de mi cuerpo, desesperados trataban de alejarme lo más que pudieran de su cabecita pero era inútil, mi miembro se clavaba más y más en su garganta sentía que con cada golpe que daba más me succionaba, empezó a dar gemidos de placer y de dolor se veía que ya no aguantaba la salvaje violación que le hacía a su boquita de niña, mi precioso ángel estaba a punto de desmayarse por la fuerza de los embistes de mi verga contra su cabecita.

    – Hah, hah, hah, si, esto… esto es lo que querías… esto es lo que quieras… verdad, eres mi puta ahora, si… eres… eres mi putita, siiii !!!!!!!

    Me vine como nunca lo había hecho en una mujer, toda la lujuria acumulada de casi un mes, derramada dentro la dulce boca de una niña de 10 años, sentí claramente como acababa dentro lo más profundo de su laringe, totalmente ahogada mi preciosa niña escupió lo que no pudo tragar y tomo una gran bocanada de aire mientras se ponía en cuatro para recuperarse de la brutal explosión de semen que había ocurrido dentro su boquita, su respiración era acelerada y soltó unas cuantas lágrimas al acabar con esa salvaje violación oral, yo en cambio me tendí sobre su cama infantil, al fin libre de ese peso que me había molestado todo aquel mes, jadeaba del cansancio que me había provocado dar cada embiste violento en los labios de mi niña dorada, ahora si podía morir feliz. Cerré mis ojos y empecé a pensar que iba a hacer a partir de ahora, obviamente esto fue solo un golpe de suerte y dejarlo así sería lo ideal, tal vez ahora debía enfocarme en recuperar a Belén y a hacerle lo mismo que a esta niña pero de una manera más gentil, el solo imaginar en la boquita de Belén engullendo mi falo hizo que quisiera ir inmediatamente a lado y suplicar su perdón, supongo que podría sobornarla con algún dulce o juguete, después de todo aún seguía siendo mi linda noviecita. Estaba ahí yo pensando en mi siguiente jugada cuando de repente sentí que algo pesado subía en mí.

    Abrí los ojos y me encontré con la niña a la que había violado oralmente hace unos instantes, aun con rastros de saliva y semen en la cara, me miraba con los ojos de un depredador, quizá ahora se iba encargar de matarme, lo merezco, hacerle eso a una niña no es lo correcto después de todo.

    – Jeje, supongo que tu padre lo hace mejor cierto, después de todo no hay nada mejor que la familia.

    -……………

    – Anda acaba de una vez conmigo.

    – No….

    – No que preciosa, no estas enojada? No quieres matarme después de lo que te hice?

    – No… es solo… que… lo que me hiciste ahora.

    – Si preciosa, continúa.

    – Lo que me hiciste ahora… lo hiciste muuuucho mejor que mi papi – soltó una sonrisita infantil y sincera, la que siempre quise ver en esta niña, claramente estaba feliz aun después de lo salvaje que la había tratado.

    – Así que no estas enojadita, que bien lindura, pensé que ibas a matarme, esa mirada tuya da miedo sabes? eres como la noviecita que nunca tuve.

    – No, noviecita no… soy tu putita, jijiji.

    – De donde sacas eso.

    – Lo que dijiste al vaciar tu lechita, soy tu putita quieres o no.

    – Claro preciosa lo que tú digas, ahora eres mi niña… mi putita.


    Continuará

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