- Las compañeras de Magdalena, Parte 01 (de Cazzique)
- Las compañeras de Magdalena, Parte 02 (de Cazzique)
- Las compañeras de Magdalena, Parte 03 (de Cazzique)
- Las compañeras de Magdalena, Parte 04 (de Cazzique)
- Las compañeras de Magdalena, Parte 05 (de Cazzique)
- Las compañeras de Magdalena, Parte 06 (de Cazzique)
Como me lo había prometido Ivonne llegó al siguiente día después del colegio acompañada por mi hija Magdalena, que misteriosamente volvió a desaparecer después de unos minutos de estar con nosotros. Llevé a la jovencita de nuevo hasta mi oficina y esta vez ella fue la que se quitó el suéter y lo colocó en una silla. Yo estaba sentado frente a ella y nuevamente comenzó la rutina de comenzar a hablar de sus problemas.
Ésta vez durante su plática me fui sentando a su lado y una mano se posó sobre su rodilla, la fui acariciando y levantando su falda hasta que pude verle las bragas. Ivonne poco a poco se fue quedando callada y por fin la besé; le acaricié los pechos y luego le desabotoné la blusa para disfrutarlos libremente, piel a piel. Ella no se resistió y se dejó magrear a mi complejo antojo, se los mamé y esta vez la hice ponerse de pie frente a mí. Le zafé el broche a su falda y está cayó hasta sus pies, le acaricié la espalda y luego pasé a sus nalgas sin quitarle las bragas. Chupé sus pezones uno a uno hasta dejarlos duros como la roca, ella me sujetaba de la cabeza gimiendo calladamente.
La hice poner uno de sus pies entre mis piernas y le quité el zapato y la calceta, luego el otro lado. Nuevamente con sus dos pies en el suelo acaricié sus muslos hasta sus nalgas, pero aun sin quitarle las bragas de color rosa. Mis dedos recorrieron palmo a palmo la prenda poniendo especial atención en su ano y su vagina, logré que la tela de las bragas se humedeciera con los jugos que ya estaban escapando de entre esos deliciosos labios y por fin se las bajé. Su hermosa conchita quedó ante mi vista, nuevamente le pasé la mano por todos lados haciéndola gemir, Ivonne realmente lo estaba disfrutando. Centré los movimientos de mis dedos entre sus labios vaginales, una y otra vez frotando de arriba para abajo; la joven alcanzó su orgasmo con mis dedos entre sus labios vaginales, sus jugos le escurrían por los muslos, sus piernas ligeramente separadas.
Levantando mis caderas me bajé los pantalones y ella por primera vez pudo ver bajo mis calzoncillos la potente erección, halándola de su muñeca la acerqué a mi y sin decir palabra le di a entender qué era lo que deseaba, Ella abriendo su mano acarició el largo bulto que se formaba en mis calzoncillos; sus movimientos eran torpes y nerviosos. Le dije que lo hiciera suavemente, que lo acariciara como si fuera algo delicado. Ella entendió y su mano se movió suavemente recorriendo mi tronco, le pedí que apretara un poco sus dedos envolviendo con sus dedos el grosor de la barra y ella así lo hizo. Luego de varios minutos así le pregunté si deseaba mirarlo. La jovencita dudó y yo insistí hasta que ella movió su cabeza afirmativamente, le dije que me bajara los calzoncillos y levantando levemente mis caderas dejé que ella lo hiciera. Muy torpemente ella comenzó a jalar mis calzoncillos y poco a poco el glande de mi pene fue quedando al desnudo. Ivonne lo miraba solo de reojo y completamente llena de vergüenza, por fin el largo de mi verga fue quedando ante sus ojos. Mi mata de vello oscuro sobre la larga y gruesa barra que palpitaba por la excitación se mostró completamente y cuando los calzoncillos casi llegaban a la base del tronco, la verga saltó haciendo que la chica saltara para atrás espantada. Yo me reí gozando del momento y pidiéndole que continuara con su labor. Ella ya más rápidamente me sacó por fin los calzoncillos. Le pedí de nueva cuenta que me tomara con su mano la vara, ella ahora un poco más temerosa la acarició como le había pedido que lo hiciera. Sus delicados deditos se cerraron alrededor del tronco y comenzó a masturbarme lentamente, no dejaba de mirar la gruesa y púrpura cabeza que sobresalía en la punta.
Dejé que me meneara la verga varios y deliciosos minutos y luego le dije que la iba a enseñar a hacer gozar a un hombre. Le indiqué que se hincara frente a mí y sin dejar de mover mi herramienta la comenzara a chupar, ella un poco temerosa se hincó y con su carita muy pegada a mi entrepierna fue acercando su boca, al principio percibí un poco de asco en su expresión pero le ordené que continuara. Ella abriendo su boquita primero pegó sus labios a mi glande y lentamente se lo tragó completo, hasta aquí su lengua no había actuado. Le dije que debería de hacerlo como yo le fuera diciendo y ella obediente dijo que sí. Guiándola ella fue dejando que mi verga se introdujera en su boca y tragó en el primer intento una cuarta parte de mi tronco, luego su lengua entró en acción acariciando todo lo largo de mi garrote y al segundo intento después de tragarse mi verga nuevamente una cuarta parte su lengua me acarició por dentro la base del pene. Ahora la instrucción fue que debería de subir y bajar su cabeza a modo que me masturbara con su boca, ella lo intentó y rápidamente comencé a experimentar un delicioso placer. La siguiente instrucción fue que en cada una de las mamádas que me daba fuera metiéndose más y más verga en la boca, así logré que ella se tragara hasta tres cuartas partes de mi instrumento.
Ya que lo estaba haciendo bien la dejé continuar solamente indicándole el ritmo que deseaba, su boquita hermosa comenzó a disfrutar ahora lo que hacía, sin decirle nada ella tomó la base de mi herramienta con su mano para darle mayor dirección dentro de su boca, yo me dedique a acariciarle los senos y los pezones. Mi placer iba aumentando segundo a segundo y después de unos diez minutos de que ella me estuvo mamando ya estaba casi listo para venirme. Le dije a Ivonne que pronto iba a llegar a mi orgasmo y le medio explique lo que tenía que hacer, sin dejar de tragarse mi tronco ella meneó la cabeza dándome a entender que había comprendido lo que deseaba. Ella aumentó su velocidad cuando se lo indiqué y yo sujeté su cabecita acariciándole su cabellera, mis caderas se movieron de arriba para abajo aumentando así la velocidad y entonces comencé a sentir como se comenzaban a hinchar mis pelotas; sujeté con más fuerza su cabeza y echando para atrás mi cabeza dejé escapar el primer chorro de esperma, ella sorprendida por ser la primera vez trató de zafarse pero se lo impedí, no tuvo más opción que tratar de tragar la leche que le estaba depositando a borbotones en lo más profundo de su garganta, desesperadamente jaló aire y logró tragar un poco del semen que seguía saliendo de mi verga, algo escurrió entre sus labios y mi tronco pero la mayor parte se lo logró tragar. Continué moviendo mis caderas hasta que la erección comenzó a perderse y ella para estos momentos ya se había logrado tragar todo mi semen y seguía engullendo lo poco que ahora seguía saliendo.
Por fin su boca se logró separar de mi verga, su cara estaba roja y el rededor de su boca estaba manchado de semen, con el dorso de su mano se quitó los restos de leche que le quedaban y sonriendo me preguntó si me había gustado como lo había hecho. Le dije que para ser su primera vez había logrado hacerme gozar, pero que esperaba que en un futuro lo hiciera mejor.
Me puse de pie y la bese saboreando mi propio sabor, luego la gire restregándole mi verga entre las nalgas, la cargué dejándola de rodillas sobre el sofá, luego tomándola por los hombros la fui empujando hasta que quedó completamente empinada y mostrándome su ano y su vagina plenamente. Me hinqué detrás de la chica e inmediatamente comencé a besarle las nalgas, luego mi lengua se recreó con esos hermosos cachetes y fue buscando el negro agujero de Ivonne, ella al sentir mi primer ataque en su ano apretó el culo cerrando fuertemente su entrada trasera. Sin prestar atención a esta reacción inicial continué lamiendo su agujero una y otra vez mientras que mis manos se apoderaban de sus pequeños senos. Luego de unos minutos de estar chupándole el culo esté su fue relajando y me permitió insertar mi lengua, ella soltó un gemido al sentirme dentro de sus carnes y así seguí sin descanso hasta lograr que su agujero estuviera perfectamente lubricado. Llevé una de mis manos hasta su trasero y preparé mi dedo medio, lo apunté en su arrugado agujerito y lo fui introduciendo, ella apretaba deliciosamente y me transmitía su grato calor interno. Mi otra mano se ocupó en su conchita, acaricié esa suave vagina de adelante para atrás, uno de mis dedos se paseaba en medio de la separación de sus labios vaginales, ella se encontraba completamente húmeda.
Me la cogí por el culo con mi dedo por espacio de varios minutos hasta que conseguí dejar completamente dilatado su ano y cuando comprobé que ya podía entrar un segundo dedo con facilidad me levanté, apunte mi nuevamente dura verga a su ano y comencé a meter mi glande lentamente. Su ano se fue ensanchando lentamente a cada milímetro que entraba en la deliciosa cavidad. Vi como las manitas de Ivonne se aferraban con fuerza al respaldo del sofá y alguno que otro pujido se escapaba de su boca; lentamente mi verga fue ganando terreno dentro de su apretado agujero trasero, por fin después de varios minutos logré meter la mitad de mi herramienta, mis manos sujetaban las caderas de la jovencita que seguía respirando agitadamente y gimoteando a cada empujón que le daba.
Lentamente comencé a sacar lo ya logrado para volver a meterla antes de salir completamente, así logré que su agujero se fuera acostumbrando a mi grosor y largo, poco a poco más y más verga iba entrando en ese riquísimo ano. Veinte minutos pasaron antes de que mi garrote llegara completo hasta lo más profundo de la jovencita pero por fin lo habíamos logrado, yo meterla completa y ella aguantarla. Me quedé quieto por un par de minutos cuando por fin mis bolas chocaban con su vagina. Sentí como su culo palpitaba´, el calor y la fuerza con que me apretaba y entonces lentamente comencé a bombear sin pausas.
Ivonne logró conseguir un orgasmo más, gemía con intensidad y completamente liberada de todo tabú, sus caderas se movieron buscando una penetración más profunda y mostrando así su propio calor, su propia excitación. Me apretaba con fuerza y yo ya no podía soportar mucho más tiempo, cerré los ojos y con un último empujón solté con mucha fuerza una potente descarga de semen dentro de ese apretado agujerito, el orgasmo fue largo, intenso y muy satisfactorio, no paré de moverme sino hasta que mi vitalidad se perdió y su mismo ano botó mi garrote.
Continuará