La secta, Parte 8 (de Cazzique)

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    El siguiente relato erótico es un texto de ficción, ni el autor ni la administración de BlogSDPA.com apoyan los comportamientos narrados en él.

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    Esta publicación es la parte 8 de un total de 9 publicadas de la serie La secta
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    Magdalena se presento con Jorge puntualmente a la cita que habíamos programado, era miércoles y ellos llegaron a las 14:00 horas en punto, yo ya los esperaba y cuando tocaron salí inmediatamente para recibirlos. Jorge venía con su uniforme escolar, él tiene catorce años, la piel es como la de su madre, de un color blanco casi pálido, de estatura media, ojos de color azul y cabello castaño y complexión delgada.

    Inmediatamente los conduje hasta la sala de la casa, ahí los tres nos pusimos a platicar sobre cualquier cosa. Por supuesto que yo aprovechaba cualquier comentario para expresarle a Jorge lo hermosa que era su madre, invitándolo a él también a expresar sus opiniones sobre ella, por sus comentarios me pude dar cuenta de que el niño también la veía hermosa, y no podía ser de otro modo ya que era su madre. Fueron un par de horas las que nos pasamos platicando y luego me levante diciéndole a Jorge que me acompañara, dejamos sola a su madre por un par de segundos, Lo llevé hasta mi recamara y al entrar lo comencé a inundar de preguntas sobre su madre, el las iba contestando, como si fuéramos ya grandes amigos, me llegué a enterar de que en algunas ocasiones el la había espiado mientras se cambiaba de ropa y algunas otras cuando se estaba bañando.

    Todos estos comentarios se fueron acercando cada vez más al tema del sexo y ya estando en esos términos le pregunte si le gustaban las películas pornográficas, él me volteó a ver con cara de espanto y después de pensarlo algunos segundos me dijo que sí, tome uno de los discos de película que estaban en uno de los cajones de mi cómoda y la puse en el DVD. Le di el control a Jorge y el apretó el botón de reproducción, las escenas empezaron, se veía a una chiquilla como de diez años mamándole la verga a un gran tipo, su pito apenas y le cabía en la boca a la niña, luego de varios minutos de estársela mamando el tipo la penetró por el culo, sus anito se abrió hasta más no poder y lentamente la tranca se fue enterrando en su culito hasta la mitad más o menos, luego el tipo le sacó la verga y eyaculó en la boquita de la niña, quien se trago todo el semen que salía de la gruesa cabeza.

    Una prominente erección ya se dibujaba en el pantalón de Jorge, entonces y a quema ropa le pregunté.

    -¿Te gustaría cogerte a tu mamá?-

    -No... No sé... a lo mejor.- contestó él después de varios minutos de pensarlo, con una cara de sorpresa ya que no se esperaba esta pregunta.

    Entonces yo salí de la habitación sin decirle nada y lo dejé ahí viendo lo que seguía en la película, fui hasta donde se encontraba Magdalena y le pedí que me siguiera y que cuando entrara en la habitación no hiciera ningún comentario, que solo se dejara llevar y guiar por mí.

    Abrí la puerta de la habitación y ahí se encontraba Jorge completamente embebido en el televisor viendo las imágenes de otra chiquilla que era penetrada por la vagina por otro tipo, estaba tan distraído que no se dio cuenta de cuando entramos, su mano sobaba ya su potente erección, sin decir palabra me coloque detrás de su madre y después hice un poco de ruido para que él se diera cuenta de que habíamos entrado, cuando vio a su madre allí parada se puso blanco como una hoja de papal sin saber que hacer, pero enseguida yo que estaba detrás de ella y con las manos en sus hombros jale los tirantes dejando caer un poco la blusa, su sostén quedo expuesto, ahora la sorpresa fue de Magdalena quien tampoco se esperaba esto.

    -Ven hijo, acércate a tu madre.- le ordené a Jorge, él tímidamente se puso de pie y se acerco hasta donde nos encontrábamos, tome con mi mano una de las suyas y la posé sobre uno de los senos de su mamá, la mujer saltó un poco al sentir la tímida caricia que su hijo le proporcionaba, con la otra mano agarré la de ella y la llevé hasta el grueso paquete que se dibujaba en el pantalón de Jorge; Magdalena envolvió el pene de su hijo con su mano y lo palpó de arriba abajo con un poco de temor, pero su cara comenzó a ponerse roja por la excitación que comenzaba a experimentar, también pude apreciar desde arriba como los pezones se marcaban más en el sostén.

    Le dije a Jorge que le quitara el brasier a su madre, éste con mucho nerviosismo hizo caso a mis instrucciones y llevó sus manos a la parte frontal del brasier, con muchos temblores de sus manos por fin logro quitarle la prenda pasados algunos minutos, los dos hermosos melones de Magdalena quedaron apuntando a su hijo, con mi mano acerque la cabeza del muchacho hasta uno de los pezones y el torpemente comenzó a mamárselo, le fui guiando en el proceso, diciéndole lo que debería de hacer, poco a poco el chico fue adquiriendo más confianza sobre el pezón de su madre y luego de unos minutos ya se lo mamaba con mucha excitación, su lengua se enredaba en el capuchoncito de caliente carne de su madre y giraba a su alrededor, en pocos minutos logro arrancar de los labios de su progenitora un fuerte gemido de placer.

    Yo por mi parte comencé a quitarle la camisa al chico, y luego sus pantalones, ellos solo se meneaban para deshacerse de las prendas que comenzaban a estorbar, bajo los calzoncillos de Jorge se dibujaba una tremenda erección a pesar de su corta edad, él se pegó al cuerpo de su madre haciéndola sentir el prominente montículo en su entrepierna, la mujer dio un respingo al sentir la dureza de su niño y se separó un poco de el para poder apreciar bien lo que había ahí abajo, sus ojos se desorbitaron cuando apreció la fuerte erección, instintivamente su mano fue a parar al duro pene que se encontraba bajo el calzón del niño; Magdalena palpó con mucha delicadeza la bella pieza de carne por encima de la prenda y no pudiéndose contener por más tiempo puso sus manos en el elástico del calzón y lo bajo rápidamente, la verga salió disparada hacia el frente como si tuviera un resorte, la madre observo entonces detenidamente el pene de su hijo, largo y grueso, más o menos de unos 14 o 15 centímetros de largo además se pandeaba un poco hacia arriba casi en la forma de un plátano, con una mano la madre sujetó el pene de su bebe y comenzó a menear la piel de arriba hacia a bajo a lo largo del tronco, Jorge soltó un leve gemido de satisfacción al sentir en su miembro la mano de su madre que lo comenzaba a masturbar.

    Varios minutos la mano de la mujer estuvo meneando la cálida carne de la verga de su hijo, luego me acerque a ella y le pedí que se la mamara, ella sin pensarlo por mucho tiempo se hinco frente a su niño y abrió ampliamente su boca, pronto la verga recibió en la punta los labios húmedos de la mujer que de a poco se fue introduciendo más y más de la dura tranca hasta que se logro meter un poco más de la mitad, con movimientos de adelante para a tras Magdalena fue mamándosela al chico, produciendo en este fuertes oleadas de placer que se reflejaban en su rostro, mamaba la verga por unos instantes y luego se la sacaba de la boca para pasarle la lengua a toda la cabeza, envolviéndola con ella para luego irse deslizando por todo el tronco y llegar hasta donde estaban las bolas, a las cuales chupaba con gran placer, su lengua ensalivaba perfectamente cada pliegue de la verga, luego se la volvía a meter en la boca y continuaba mamándosela expertamente; por la cara de Jorge me iba dando cuenta de que cada vez estaba más cerca de su orgasmo y así fue, a los pocos minutos él comenzó a inundar lo más profundo de la boca de su madre con sus jugos, ella por supuesto no dejo escapar ni una sola gota del semen de su pequeñín, se lo trago todo.

    Cuando Magdalena terminó de mamar la macana de su hijo se separó de el observándolo, en la cara de ambos se dibujaba la gran satisfacción que habían experimentado, ahora yo tenía que guiarles en el siguiente paso, le pedí a la bella dama que terminara de desnudarse por completó, ella así lo hizo y quedo su hermoso cuerpo al desnudo, su vagina bella mente dibujada entre sus piernas fue lo que más llamó la atención de su hijo, este la observaba sin atreverse a tocarla, fue entonces que le dije que podía tocarla. Él con un poco de temor se acerco nuevamente a su madre y posó su mano sobre la oscura mata de vellos, acarició despacio todo el monte de Venus de su madre y luego bajó para sentir sobre su palma los labios vaginales que ya estaban húmedos, cuando retiró su mano se podía apreciar en su palma el brillo de la humedad que le quedo de la vagina.

    Le pedí a Magdalena que se recostara sobre la cama con las piernas abiertas, la mujer se acomodo en ella boca arriba con sus piernas flexionadas y las abrió, sus hermosa vagina quedo completamente expuesta y a la vista, regalándonos un hermoso panorama, me acerque al chico y tomándolo por los hombros lo encaminé hasta la cama y lo recosté boca abajo entre las piernas de su madre.

    -Ahora es tu turno, te toca a ti darle placer a tu mami.-  Diciéndole esto empuje su cabeza con delicadeza hasta la mojada panocha de su mamá, el chico observaba con un poco de temor los labios vaginales de su madre, le fui diciendo primero que debía de conocer, el olor, la textura, las suavidad y el sabor del sexo de su madre, luego le fui indicando lo que iba a hacer.

    -Ahora aspira, siente ese olor y grábalo en tu mente... toca esos labios, despacio, con suavidad, mete un poco tu dedo... ahora pruébalo, te va a encantar, ya lo veras...-

    Esas instrucciones le iba dando y el chico las estaba cumpliendo al pie de la letra, su cara de sorpresa iba en aumento, él poco a poco estaba conociendo los rincones más hermosos de su madre y al parecer le estaba agradando la tarea. Llegó por fin el momento más esperado y le dije al niño.

    -Ahora vas a lamer toda esta rica concha, primero desde abajo, procura chupar bien cada unos de los labios que vez aquí... tu madre debe de sentir riquísimo cuando empieces a mamarle, luego subes por toda la raja hasta esta parte (señalé el clítoris), este botoncito es especial ya que en él se depositan muchas sensaciones agradables para las mujeres... aquí tienes que ser muy delicado, morder despacito, solo como caricia, mamarlo y chuparlo con delicadeza, lengüetea también esta zona en círculos alrededor del botoncito, éste se llama clítoris, apréndetelo bien, es una zona muy sensible para ellas.-

    Cuando terminé de decirle todo eso el comenzó a pasar su lengua por los tibios labios vaginales de su madre y comenzó a hacer lo que le había dicho, su lengua recorrió desde abajo hasta arriba una y otra vez, el chico comenzaba a disfrutar del sabor de una dama, esta su propia madre; ella también empezaba a gemir y suspirar por el placer experimentado. Pasaron varios minutos y ya Jorge le mamaba la concha a su madre como todo un experto, su lengua se incrustaba en el agujero de ella y pronto la hizo llegar a un fuerte orgasmo que arranco sonoros gemidos de Magdalena a la par que sus caderas se meneaban en forma circular. Las manos de ella apretaban la cabeza de su niño para evitar que este se detuviera, el chico lo estaba haciendo muy, pero muy bien, dejó a su madre agotada por unos minutos después de su venida.

    Era hora de aprender cosas nuevas y entonces dejé a Magdalena en la misma posición que se encontraba al principio, de espaldas a la cama y con las piernas flexionadas y abiertas de par en par, le dije a Jorge que se montara sobre su madre, sus genitales se juntaros, ambos se perdieron en un intenso beso, sus lenguas comenzaron a explorar la boca del otro y sus labios chupaban la saliva del contrario mientras que un fuerte abrazo enlazó a los dos. En lo que ellos estaban así yo aproveche para desnudarme, ya la verga me dolía de tan dura que la tenía y ni siquiera me la había tocado, me la comencé a menear con delicadeza, masturbándome lentamente mientras continuaba mirando esas escenas. Pero la cosa tenía que ser todavía más intensa así que le dije a Jorge que ahora venía la parte más sabrosa de todas, le dije que se incorporara un poco y que con su manita apuntara su gruesa y larga verga hasta la entrada de la pepa de mamá, el chico entonces lo hizo y la cabeza de su verga se introdujo entre los labios vaginales, de ahí ya no tuve que decirle nada más ya que lentamente le fue introduciendo el pito a su madre hasta que por fin este se perdió en el cálido interior, fue entonces Magdalena la que le comenzó a decir como debería de moverse ya en su panocha, el chico lo comenzó a hacer y a los pocos minutos ya llevaba un ritmo más o menos intenso. Los chasquidos producidos por la pareja comenzaron a inundar la habitación gracias a la inmensa cantidad de fluidos que escapaban del a panocha de Magdalena. La verga se enterraba cada vez más y más rápido en su cuca y esto llevó a Jorge a comenzar a eyacular en el interior de su madre, arrancando de su garganta fuertes gemidos de gozo que se mezclaron con los de su madre quien al sentir como su pequeño la comenzó a inundar con sus mocos también estalló, sus jugos se revolvieron con los de su pequeño y gruesos ríos de jugos comenzaron a escapar de las panocha cada vez que la verga entraba y salía.

    Ambos quedaron agotados y tendidos en la cama, yo por supuesto comencé a venirme después de ver estas escenas, lo hice en la boca de Magdalena quien también se trago toda mi leche. Ese día completo fue dedicado a ellos dos y toda la tarde nos la pasamos Jorge y yo haciendo el amor con Magdalena.


    Continuará

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