Los días pasaron, uno tras otro galopaban arremetiéndose sin tregua, y en cada uno de ellos una parte de mi sueño era arrastrado, no comprendía el motivo por el que nos estábamos separando, cada vez era mas la distancia, cada vez era menos el tiempo que la veía y peor aun era el hecho de que casi no habíamos intercambiado palabra alguna, todo era silencio salvo un agonizante hola ¿Cómo estas? cuando nos cruzábamos por la calle, pero inútiles eran estas palabras pues el viento se las llevaba, yo me quedaba estático al no saber como actuar, simplemente resignado trataba de capturar hasta la ultima brisa que había quedado impregnado con su perfume, de vez en cuando no podía dejar de torturarme volviendo el rostro hacia la lejanía de sus pasos, tratando de memorizar cada detalle de su espalda, de recordar su piel blanca, el recordar como se sentía cuando mis manos acariciaban su culito que era frágil delicado y suave como la más fina de las sedas.
Estaba obsesionado por el vivir nuevamente esos mágicos momentos en que la tenía entre mis brazos, como un enamorado celoso me encontraba al acecho de sus movimientos para poder producir un "Encuentro Casual", allí estaba yo tratando de camuflarme tras un árbol que se encuentra a tres casas de la suya, atento a cualquier movimiento y sin darle importancia al cansancio generado por las dos horas que llevaba en mi tarea, solo veía como la oscuridad se apoderaba del cielo y el frío viento comenzaba a roer mis huesos. Todo el paisaje parecía cambiar cuando la noche reinaba, todo era mas deprimente, lúgubre y misterioso, me di cuenta que todo se había transformado en algo bizarro, y lo mas chocante fue que me di cuenta que todo mi ser era parte de esta metamorfosis, nunca había actuado de esa manera, definitivamente esa persona no era yo. Nunca en mi vida había sentido celos, pues nunca me enamoré de nadie pese a que yo estaba dispuesto a sentir ese amor que todos dicen ser tan especial, y que analizando detenidamente la situación en que me encontraba, pues estaba casi seguro de que no era amor, solo era un deseo extremo por poder poseerla, el anhelo de ser yo el que robe su virginidad, la ilusión de ser yo el que penetre su tierna rajita y su pequeño culito y me sienta completamente dentro de ella. Mis labios dibujaron una sonrisa burlona, claro que del que me mofaba era de mí mismo, empecé a reprocharme en silencio y si no me insultaba es porque me quiero mucho.
-Buena pedazo de Anim!!....oso muchacho!!! Ahora si que batí el record de los maniáticos sexuales.... puta madre todo esto debe de ser porque dejé las drogas...Nunca he debido de abandonar a mi "Blanquita" a mi compañera de vuelos.
Ni bien termine de sermonearme que mis pasos ya estaban en movimiento sacándome de mi escondite, al parecer mi subconsciente ya había trazado un camino al que yo seguía sin replica alguna, mas empecé a notar que la casa de Helen se aproximaba paso a paso, y como siempre las jugarretas del destino no se hicieron esperara, pues cuando me encontraba pasando frente a su casa, la puerta se abrió dando pase a 3 figurillas juguetonas con pasos veloces, pero de las que una de ellas freno sus pasos al levantar la mirada y ver al que cruzaba por su acera.
Mirando de reojo pude advertir la sorpresa y confusión que se generaron en su rostro, que turnaba sus miradas entre sus amigas y yo sin saber que hacer. Una de sus compañeras se percató de la sospechosa actitud de Helen empezando a soltar risitas cómplices sin disimulo, obviamente ella ya sabía lo sucedido mientras que la otra amiguita preguntaba insistentemente el motivo por el cual se estaba riendo. Esta situación fue suficiente para que empezara a sonrojarse el rostro de mi ex amante, la que empezó a sufrir reiterados empujones por parte de la amiga cómplice, la que al parecer tenía toda la intención de ser presentados quien sabe para que.
Helen aun abochornada reaccionó ante la insistencia de su amiguita dando unos pasos y con una sonrisa media forzada levantó su mano en ademán de saludarme, esto inevitablemente trajo recuerdos donde esa misma blanca y tierna mano se había posado en mi verga, estos pensamientos casi me hacen volver al estado estúpido y sumiso en el que me había encontrado unos minutos antes, pero desde el fondo de mi ser comenzaron a emerger una voz que repetía sin cesar "Debes de buscar a Blanca (cocaína) ella te dará placer y despejará tu mente para planear un nuevo ataque. Desde el cielo triunfaras y volando lo conseguirás". No cabe duda que era uno de las mas tontas ofertas que había imaginado, pero el hecho de volver aspirar a la volátil Blanquita dejándome llevar entre sus brazos hacia el infinito cosmos donde podía reinar mi destino salieron triunfantes ante mover el rabo como un perro fiel y sumiso. Ante su saludo el que encerraba un llamado para correr a sus pies, obtuvo simplemente un movimiento de mi cabeza de arriba hacia abajo como señal de saludo ni siquiera se detuvieron mis pasos que marchaban seguros y serenos hacia el encuentro del polvillo blanco.
Llegue a San Pedro que estaba pasando 2 cuadras de Casas y Cosas de la Av. Angamos doblando a la izquierda a mitad de cuadra(Lima-Perú), donde siempre hay varios personajes peculiares, pero entre ellos divisé a uno de mis tantos proveedores, Kike, que así se llamaba mi abastecedor, al notar mi presencia apresuro sus piernas lo mas que pudo sin llegar a correr pues no quería que nadie mas se diera cuenta de mi presencia y le gane la venta. Una sonrisa de oreja a oreja se dibujaba en el rostro de aquel ejecutivo de ventas tendiéndome la mano educadamente en señal de saludo mientras me decía:
- Vaya Cocaine pensábamos que te habías regenerado, ya todos nos íbamos a poner de luto..
- Siempre fiel a la causa bro´ . Le conteste mientras simulaba una sonrisa
- pero hubieses llamado para hacerte un delivery. A ver ¿cuánto vas a querer para alzar vuelo?. Me preguntó mientras sacaba las bolsitas llenas de cocaína.
- Dame 10 gramos de la pura, sería mejor si tienes alitas de mariposa, tu sabes para retomar el físico de antes y olvidar las penas.
- ¿Qué ha pasado manito? Me pregunto preocupado mientras hacía señales indicando la cantidad a un tipo parado junto a un callejón.
- Nada es solo que me quede con las ganas de romperle el culo a una chibola que me tenía babeando.
- No te preocupes un clavo saca otro clavo, vas a ver que yo te lo arreglo en un ratito. Me afirmó en forma segura mientras recibía la mercancía de manos de su asistente el que no tendría mas de 19 años y traía cara de obediencia total.
- Acércate chato te voy a presentar a uno de mis mejores clientes, cuando venga lo tienes que tratar bien si no ya sabes. Dijo Kike con cara amenazante a su ayudante.
- Cocaine este es mi nuevo pescado es un novato, que me debe bastante dinero y el tiene que hacer lo que le diga o lo desaparezco a el y su familia.
- Oye kike suave no mas que yo no le entro a mariconadas.
- No manito no me refiero a eso ahorita vas a saber de que se trata.
- Oye chato tráeme a tu hermanita para acompañar a mi causa. Le dijo Kike al chato que estaba que temblaba.
- No, con mi hermana no te metas. Respondió el chato tomando un poco de valor.
- Bueno si así lo quieres. Le dijo Kike sonriendo maliciosamente y levantando la mano haciendo señales a sus de mas compinches que estaban enfrente y que se acercaron rápidamente al ser llamados.
- No pues Kike, pídeme otra cosa pero eso no. Suplicaba el chato mientras veía de reojo que se acercaban los cómplices, que tenían una cara de delincuentes que de solo verlos ya sacabas todo lo que traías encima para "donarlo" a su congregación.
- Es tu última oportunidad chato o la pones o después la cogemos de sorpresa.
- Esta bien, esta bien ahorita la traigo. Respondió el chato tartamudeando y sudando a cantaros al sentirse rodeado.
- Oye negro acompáñalo y asegúrate que se vista bien la chibola y la llevas al hotel de siempre. Dijo Kike a uno de sus secuaces, el que cumplió inmediatamente la orden enrumbando junto al chato el trayecto a su casa.
- Oye Kike ¿cómo es la cosa? ¿estás hablando en serio?. Lo interrogue confuso e incrédulo ante tal situación.
- Claro pues, yo hago todo por los amigos que "me compran solo a mi" lo único que tienes que hacer es pagar tu cuarto en ese hotel de la esquina y esperar unos minutos, de paso aprovechas para cargarte unos buenos tiros. Corre tranquilo que nosotros te la subimos.
Lo dijo con tanta seguridad que era imposible no creerle, mientras reinaba una gran duda de lo que debía hacer y estuve a punto de rechazar la oferta cuando un impulso de perversión domino mi cuerpo y me encamine hacía el hotel que me indicó. Ya estaba en la administración a punto de pedir la habitación cuando me percate de lo que iba a hacer, y estuve a punto de dar media vuelta cuando Kike se asomó a la puerta y le dijo al administrador que yo era su amigo y que el sabía como debía tratarme.
Fue cosa de segundos en los que no alcance a reaccionar, pues ya tenía entre las manos la llave del cuarto, y el encargado del hotel con un gesto diplomático me invitaba a pasar.
Allí estaba yo, en una habitación donde había una cama matrimonial y a su costado una mesa de noche que albergaba una caja de condones y un frasco de vaselina , enfrente un televisor de 21 pulgadas, una mesa con dos sillas al costado de una ventana que daba a la calle donde estaba Kike y su pandilla realizando sus transacciones, al otro lado estaba el baño con una tina grande que parecía una especie de jaccuzzi, lo que me percate al final fue que en el techo estaba empotrado un gran espejo que cubría toda la vista de la habitación.
Dando vueltas de un lado a otro como león enjaulado y preguntándome como sería la chica que me ofrecían, preguntándome que es lo que debía hacer, como debía de tratarla. Sentía que los minutos se transformaban en horas, dando unos vistazos por la ventana cada 20 segundos, hasta que opté por dejar todo en manos del destino "lo que tiene que pasar, tiene que pasar" así es que me recosté en la cama y saque a mi fiel amiga, con la ayuda de una cañita cargue un generoso tiro e inhalé con fuerza. Me perforó la nariz como nunca, llevando a mi mente a un viaje inmediato de dureza, donde dejas atrás todo obstáculo que limita lograr el placer deseado.
No me di cuenta del tiempo que transcurrió, pero de pronto mi vuelo fue interrumpido por el sonido de unos golpes secos en la puerta, lo que me hizo reaccionar trayendo a mi mente el motivo principal de mi estancia en ese hotel. Mi corazón se aceleró de inmediato, sentía la sangre subir a mi cabeza y mis manos empezaron a sudar. Instintivamente cogí nuevamente la cañita hundiéndola lo mas que pude en la bolsa de cocaína para luego llevármela a las fosas nasales y jalé lo mas fuerte que pude, entonces supe que se me había pasado la dosis, estaba negrazo y ya nada me importaba.
Al abrir la puerta me encontré con una niña de apenas 13 años era delgada pero su minifalda negra era ajustada resaltando sus bondades desarrolladas bien para su edad, su cabello negro y lacio estaban mojados y algo despeinados, lo que la hacían verse mas exótica y natural, su piel bronceada resaltaban sus ojos color verdosos y temerosos. En un solo segundo produjo una erección tan violenta que se hizo notoria pues ni el jean pudo contener tal flujo de sangre que se inyectaba en mi deseoso pene. Casi ni me di cuenta de que su hermano, el chato, la escoltaba hacia mis dominios, simplemente la sujete del brazo y la introduje a mi aposento, cerré la puerta sin importarme quien estaba detrás de ella y lleve a mi presa angelical a la cama.
No me importo saber su nombre ni mucho menos conversar, yo mismo me desconocía pues solo me importaba en ese momento poseer a tan bella criatura, que por una desgracia estaba en mis garras, las que no perdieron tiempo en arrebatarle el atuendo para dejar al descubierto su cuerpo desnudo, parecía que estaba preparada para el momento pues no traía ni bragas.
No perdí el tiempo para desnudarme por completo, pero era tal mi ansiedad que torpemente me enredé con el jean sin poderlo terminar de sacar por unos segundos, me tuve que sentar en el otro costado de la cama dándole la espalda para poderme desvestir, a ella se le escaparon unas risitas por mi torpeza, lo que por estar en fly no me importo mucho, ella estaba arrodillada en la cama con los brazos sosteniendo su cuerpo parecía una gatita, tratando de curiosear en que aprieto me encontraba, se estiraba lo mas que podía estirando su cuello acercando su rostro a mi, pero de pronto sus joviales risas se enmudecieron de inmediato cuando me di vuelta y mi verga erecta quedo enfrente suyo a escasos centímetros de su boca.
Su reacción fue el de querer alejarse, pero la contuve aprisionando su nuca, ella forcejeó un poco mas tratando de escapar, pero yo ya sin importarme nada mas que mi placer, la jale hacía mi pincho el que quedo bailoteando por sus labios sin poder introducirse pues su boca estaba cerrada y no quería abrirla, con mi otro brazo presione sus mejillas hasta lograr la apertura de su pequeña boca, y sin perder tiempo introduje mi verga ordenándole que la succione, que la chupe como si fuera un helado, ella al verse indefensa comenzó a chuparmela, mientras yo trataba de meterla toda atragantándola. Ya estaba en mi máxima erección, era hora de cumplir el deseo que tenía con Helen, pero sería esta niña la que personificase mi bajo deseo.
La agarré de la cintura y cargándola le di vuelta para que quedase su tierno culo frente a mi ansiosa pinga, ella gemía y suplicaba que me detenga pero no hice caso alguno, me estire hasta la mesa de noche y tome la vaselina, puse el frasco en la cama y volví a darme un estirón nuevamente a la mesa de noche para agarrar la bolsa de cocaína, y vertiendo un poco de su contenido sobre la espalda de esa niña, casi a la altura donde termina su columna forme una línea del blanco elixir, acerque mi rostro hacía este manjar y ya sin ayuda de la cañita aspire lo que pude, los restos del polvo fueron presa de mis labios y lengua, ya con el poderoso estimulante rondando mi torrente sanguíneo tome nuevamente la vaselina metí el dedo índice y lo cubrí con la crema, luego lo lleve hasta su pequeño orificio e inicie a introducirlo poco a poco, mientras ella sollozaba y daba muestras de dolor, repetía esta acción hasta notar que ya se estaba dilatando su tierno culito, y sin poder esperar mas tiempo me puse la vaselina por todo el órgano viril y empecé a presionarlo contra su ano sintiendo como penetraba poco a poco, y escuchando como los adoloridos llantos iban en aumento, y su cuerpecito se contorneaba tratando de sacar mi pinga de su culo, yo al no querer ver interrumpido este sublime momento me aferré mas a su cintura y acrecentando la fuerza de mis movimientos arremetía contra sus glúteos pues todo el diámetro de mi verga ya había logrado la penetración, no se realmente cuanto tiempo estuve galopando sobre ella, pero llego el momento de la culminación, sentía el mayor placer alcanzado, incluso a la mamada de Helen, mi pene estaba a punto de estallar, así es que retire la pinga de su dilatado y roto ano del que vertía una línea de sangre, y la cargue para darle vuelta, cuando su rostro quedo mirando asía mi, apunte mi virilidad hacia sus labios rojos que estaban entre abiertos y di inicio al mas glorioso orgasmo vivido hasta ese momento eyaculando sin parar, vaciando toda mi leche sobre ella, tan violenta fue la corrida que no pudo evitar tragarse gran parte de mi semen y el resto se desbordaba por sus mejillas.
Agotado por la faena caí rendido en la cama, y aun agitado cargue otra dosis de droga, mientras ella se levantaba, tomando su minifalda fue al baño donde estuvo un par de minutos. Me empezó a remorder la conciencia y luchaba por no hacerle caso, cuando de pronto se abrió la puerta del baño y salió ella con una sonrisa coqueta, se acercó a mi suavemente y dándome un beso en los labios con ternura me dijo "Por si te interesa mi nombre es Sophie" se dio media vuelta hacia la puerta y casi al salir me dirigió una mirada tierna dibujó otra sonrisa mas bella aún que la anterior y levantando su mano me dio el adiós para luego alejarse hasta perderse de mi vista y de mi vida. Me quede un par de horas mas en la habitación en un mundo de confusión. Me mande unos tiros mas, para luego levantar mi duro cuerpo con una satisfecha sonrisa me retire del hotel y despidiéndome y agradeciendo a Kike me marche de ese barrio que resguardaría el mas placentero y extraño recuerdo.
Fin
No está mal.