Por el otro lado de la sala se encontraban Vanesa y Daniel, ambos estaban sentados en el suelo y se estaban besando ardientemente, el niño además acariciaba los senos de mi hija mientras que ella lo estaba masturbando, luego de estar un rato en esa situación Vanesa se acostó boca abajo entre las piernas del chico y le comenzó a comer la pija, sus labios recibieron la cabeza rojiza del palo de Daniel, y lentamente lo comenzó a chupar, pasando su lengua por toda la cabeza y luego con sus labios lo succionaba tiernamente para luego írselo tragando hasta que la bolas chocaban en la barbilla de mi hija, con movimientos de arriba para abajo a lo largo del tronco mi hija masturbó al chiquillo quien solo atinaba a echar su cabeza para atrás en señal de gozo.
Daniel se fue acomodando de modo que ambos niños quedaron formando un sesenta y nueve, la lengua de él buscó la rajada de mi niña e inmediatamente después le comenzó a dar lengüeteadas en los labios exteriores mientras que uno de sus dedos se clavaba en el interior de la cálida rajada, con movimientos de mete-saca Daniel logró hacer que Vanesa tuviera su primer orgasmo y el chiquillo se bebió todos, chupando ávidamente de la panocha de mi hija cada gota que iba saliendo.
Poco después ambos chicos se acostaron sobre la alfombra, Vanesa se acostó de lado y Daniel se metió entre sus piernas en forma de cruz, el chico entonces la penetró sin ninguna dificultad por la vagina, los labios se abrieron para recibir en su interior la verga del chico, ambos se comenzaron a mover a un perfecto ritmo y la verga comenzó a entrar y salir a la vez que la vagina de Vanesa la meneaba en forma circular; a los pocos minutos el néctar de mi hija escurría de entre sus labios vaginales e iba formando pequeños ríos que bajaban por su pierna, poco tiempo después ella llegaba a un nuevo orgasmo.
Daniel le sacó su verga después de esto y entonces en la misma posición se la acomodo en la entrada de su ano, despacio empujo pero sin éxito, entonces Vanesa se desacopló de él y nuevamente le comenzó a chupar la verga dejándosela completamente húmeda con su saliva, luego mi hija se coloco de espaldas al suelo y con sus manos sujetos sus piernas pegándoselas al pecho, su panocha y su ano quedaron completamente expuesto, la vagina se veía ricamente apetecible y Daniel no pudo evitar nuevamente darle una pequeña chupada, esta vez con la lengua se la comenzó a coger, el chiquillo meneaba su cabeza de arriba para abajo mientras que su lengua permanecía completamente fuera de su boca, entrando y saliendo de la panocha de Vanesa. Después de esto Daniel se acomodo en cuclillas entre las piernas de mi hija y tomando su verga con una mano con la otra se ensalivo muy bien la cabeza y luego ensalivó el apretado agujerito trasero de mi niña. Posicionó la cabeza de su pene y empujó con fuerza, lentamente la verga fue avanzando en el interior de mi hija, ella hacia gestos de dolor y satisfacción a cada empujón que el chico le daba, apenas llevaba adentro la mitad del pene, las manos de Daniel se posaron sobre los senos y los acarició detenidamente, explorando la tersa piel de los pechos y los duros pezones, pellizcándolos delicadamente y provocando fuertes oleadas de placer en Vanesa, varios minutos más pasaron y pon fin la macana de Daniel logro llegar a lo más profundo del ano de mi hija, se detuvo y esperó por un par de minutos, lentamente comenzó a bombear, entrando y saliendo casi hasta la cabeza, para luego volver a empujar su fuerza para que su verga se volviera a clavar nuevamente hasta lo más profundo. El ano de Vanesa aprieta fuertemente y ella a su vez puede hacer que su esfínter apriete todavía con más intensidad, así se lo estaba haciendo a Daniel quién desde su posición podía ver como el anos de ella se aferraba a la piel de su verga y cuando iba saliendo se aferraba tan duro que la piel del agujerito se jalaba junto con su verga, para luego cuando el empujaba de regreso el mismo ano se sepultaba un poco, así Daniel estuvo lentamente apreciando la excitante escena hasta que sintió como sus bolas se comenzaban a llenar de esperma, entonces él aumentó la velocidad de sus embestidas, Vanesa para este momento comenzó a venirse y soltó una de sus piernas para darse masaje sobre el clítoris.
Los jugos que escapaban de su panocha escurrieron y mojaron la verga que entraba y salía del anoa lo cual facilito la penetración haciéndola todavía más tersa, Daniel comenzó a sentir como su verga se deslizaba con más ligereza dentro del apretado agujero y ahora chocaba fuertemente en cada embestida contra las caderas de mi hija, de pronto su verga se inflamó a su máximo y él explotó en grandes chorros de esperma, blanco y caliente que comenzaron a inundar las entrañas de mi hija y al poco rato del culo de mi niña comenzaron a salir los ríos de esperma que la inundaban por dentro, la verga de Daniel todavía permaneció bombeando por varios minutos, tratando de prolongar lo más posible la exquisita sensación que le proporcionaba ese apretado agujerito, por fin después de un rato la verga del chico perdió su dureza y ambos se quedaron descansando en el suelo.
Continuará