La inscripción en la escuela especial para Nicole es prácticamente rápida, en solo un par de semanas la pequeñita de nueve años ya esta inscrita y hoy, lunes es su primer día, por ser nueva la directora del plantel, una hermosa mujer de buen vestir la hace llamar a su oficina, Norma, la directora, le comienza a platicar cuales van a ser sus materias y a que horas la va tomar; para fortuna de Nicole una de sus compañeras de clase iba a ser Carolina.
Norma le pidió a la pequeña Nicole que la acompañara, salieron de la oficina de la dirección y se encaminaron por los pasillos de la escuela.
– Bien, lo primero que debes de conocer son las aulas – le dijo Norma mientras abría una puerta. – esta es el aula de matemáticas. Varios alumnos voltearon a ver a la recién llegada y la saludaron.
– ¿Como te llamas? – pregunto una chiquilla de unos diez años.
– Nicole.
– Eres muy linda, bienvenida.
– Gracias.
– Bien – dijo Norma – vamos ahora a las demás aulas.
– Estamos en el aula de Biología. – una a una fueron recorriendo las aulas y hasta ahora todo era normal en la escuela.
– Veo que mi horario dice clase de Autoexploración, ¿Qué es eso?
– Espera y veras.
Después de que Nicole hiciera esa pregunta la maestra se paró delante de una puerta y la abrió, en el interior se encontraban una gran cantidad de alumnos y alumnas que estaban completamente desnudos y recostados en varias camas colocadas en dos hileras, las niñas y los niños de diferentes edades se estaban masturbando sin césar, una hermosa niña de larga cabellera rubia y ojos azules se estaba metiendo uno de sus deditos dentro de la concha y con la otra mano se sobaba el clítoris, cerró sus ojitos y comenzó a venirse entre hermosos y agudos gemidos. Había también dos profesores que les enseñaban a los menos expertos cuales eran sus puntos de placer máximo y como deberían de estimular esas zonas. Las bragas de Nicole se humedecieron y deseó estar muy pronto en esa clase, cerró un poco las piernas para apretar su conchita y la maestra lo notó, pero solo se dibujó en sus lindos labios una leve sonrisa que la niña no advirtió.
Salieron de esa clase y se encaminaron por el pasillo hasta otra aula, nuevamente cuando entraron una gran sorpresa se dibujó en el rostro de la pequeñita de nueve años, esta vez se trataba de la clase anal, ahí les enseñaban a las alumnas como obtener la mayor satisfacción por su parte más apretada, en un gran estante se veían una infinidad de consoladores de diferentes calibres, unas chicas tenían uno clavado y otras apenas estaban comenzando a metérselo, unas usaban unos gruesos y largos y otras unos cortitos y delgados, “aquí aprenderás a disfrutar del sexo anal, al principio posiblemente te será incomodo, pero ya veras que después lo vas a gozar mucho.” Le dijo la profesora. Nicole se volvió a mojar las bragas al ver a todas esas pequeñas de diferentes edades, que iban desde los cinco hasta los doce años. Todas las chicas escogían la posición que más les gustara, unas de a perrito, otras se sentaban solamente sobre el consolador con base, otras acostadas, otras empinadas, en fin.
Una nueva aula y ya Nicole estaba que se quemaba, entraron y vaya sorpresa. Eran puros hombres y todos traían la verga en la mano, el maestro de esa clase era un apuesto caballero y les estaba enseñando a los chico las técnicas de como retener por mayor tiempo la eyaculación y así darles mayor placer a sus madres, hermanas, primas o novias, lo que ellos decidieran. El maestro que también estaba desnudo y con la verga en la mano se masturbaba con delicadeza y Nicole pudo ver que su garrote era en verdad enorme.
Por fin terminaron de recorrer las aulas y la niña fue de sorpresa en sorpresa, a la semana aun mojaba las bragas imaginando lo que pasaba en las clases especiales, cuando a ella le tocaba tomar una de esas asignaturas trataba de aprender lo más posible, así pronto aprendió como hacer disfrutar más a su padre en la cama, como debería de apretar los músculos de su panochita para que él sintiera más rico. También aprendió muy bien como debería de mamarle el pene y tragarse el semen que le regalara, por más esfuerzos que hacía no podía evitar llegar a casa con las pantaletas completamente húmedas.
A Nicole había una clase que le gustaba y que la excitaba también aunque no se tuvieran que meter mano ni objetos, en esta clase que se llama “Estilo”, las chicas aprendían a vestirse de manera sexy sin llegar a ser vulgares, les enseñaban a usar la lencería, bragas, medias, corpiños, ligueros, brasieres, todo con coquetos encajes o adornos sexy; faldas, blusas, que las hicieran lucir sus atributos sin llegar a lo grotesco. Las chicas en verdad disfrutaban de eso. También les enseñaban a usar el maquillaje discretamente y a indagar los gustos de su pareja para así satisfacerla plenamente desde la primera vista.
A la segunda semana en el receso Nicole fue a el salón de computación y mando a su maestra directora un mail pidiéndole audiencia, la profesora que en ese instante checaba sus correos respondió inmediatamente diciéndole a la niña que si quería disponía de tiempo. Nicole inmediatamente fue a la dirección y la profesora Norma ya la estaba esperando.
– ¿Qué pasa Nicole? ¿Para que querías verme?
– La verdad – contestó la niña un poco nerviosa – es que…
– ¿Algo no te agrada? ¿Alguien te trató mal?
– No, verá… es que, bueno… ¿Me preguntaba si usted no da clases?
– Si a veces, pero ¿Por qué preguntas?
– Bueno es que yo… no, no es nada. – dijo la chica nerviosa.
La directora se dio cuenta entonces de lo que la niña quería, se puso de pie y la alcanzo cuando está estaba ya casi en la puerta de la dirección, la tomo por el hombro y la niña volteó, su cara estaba completamente sonrojada, Norma que era mucho más alta que ella la tomó de una de las manos y la encaminó hasta el sillón que se encontraba a un lado de su escritorio. Le pidió que se sentara y después ella se sentó al lado de la niña. Nicole se puso sumamente nerviosa y las manos le sudaban, veía a su hermosa directora y estaba segura de que ella la iba a sermonear por hacerla perder el tiempo, volteó a verla. Era una mujer como de unos treinta y cinco años, de piel blanca, cabello castaño lacio que le caía por la espalda y le llegaba hasta la mitad de esta, recortado coquetamente en forma de un triángulo que apuntaba al suelo por la parte de atrás, unos rayitos de color más claro se reflejaban en el largo fleco. Y corrían hasta perderse con los demás cabellos en la parte trasera, su rostro en verdad era hermoso, cara afilada y ojos brillantes, labios rojos y llenitos, su maquillaje era perfecto. Su blusa de seda blanca tenía un esplendido escote que dejaba apreciar la parte alta de sus sedosos senos, apretados un poco por un sostén de color blanco que se marcaba delicadamente en la blusa, el encaje era coqueto, tal y como se lo enseñaron en la clase “estilo”. Una falda azul marino que le llegaba a media pierna y se amoldaba perfectamente a los bien torneados muslos, sus medias de color natural casi ni se notaban y unos tacones de color oscuro. Nicole regresó la vista hasta la cara de la directora y vio una leve sonrisa.
– Ya imaginó a que viniste. – le dijo con una hermosa sonrisa enmarcando los labios.
Sin más palabras los carnosos y rojos labios de la directora se plantaron en los de la niña, su lengua buscó la de su directora y esta le respondió sin miramientos, se enfrascaron en una hermosa y tierna batalla de lenguas mientras que sus labios trataban de sorber lo más que podían de la saliva de la otra, las manos de la directora acariciaron el bello rostro de Nicole, se separó de ella por unos segundos y poniéndose de pie comenzó a desabotonarse la blusa, el brasier blanco fue mostrándose en su totalidad ante la mirada de la niña, este ocultaba un generoso par de tetas que Nicole apreciaba casi con la boca abierta. La sedosa blusa cayó al suelo y el torso de Norma quedó solo cubierto por el coqueto encaje de su sostén; Nicole se puso de pie y sus pequeñas manitas recorrieron la suave tela de encaje por toda su superficie, pudo notar que los pezones de su directora se ponían duros cuando ella pasó por allí su mano, la niña busco el broche en la parte media frontal de la prenda y lo desajustó, soltó la tela liberada y esta cayó a los costados de los erguidos senos de Norma, sus morenos pezones quedaron apuntando a la cara de la niña, una mano de norma se posó en la nuca de la pequeña y la jalo hasta posar la boca de esta sobre uno de los pezones. La niña comenzó a mamar delicadamente del exquisito manjar que le estaban regalando, su lengua exploró cada rincón del delicado botón y luego pasó al otro; las expertas manos de Norma lograron desabrochar la blusa escolar de la niña y se la quitó, observó desde arriba como los pequeños y puntiagudos pezones de la pequeña se incrustaban en su estomago plano y terso. Con las dos manos acarició cada una de las tetas de la pequeña niña, lentamente fue recorriendo la tierna piel de Nicole hasta llegar a los pezones, los pellizcó con dulzura y maestría haciendo que en muy pocos segundos estos se pusieran duros como rocas.
La niña se separó un poco de la profesora y entonces llevó sus manitas a la parte trasera de la falda, desabotono el único botón y bajó el cierre, sola la falda se deslizó hasta el suelo y cayó sobre los pies de Norma, ella solamente levantó uno y luego el otro para hacerla a un lado, traía un hermoso liguero de color blanco y unas bragas a juego con el sostén que ya había desaparecido, se notaba su abultado monte de Venus hermoso bajo la tela que lo cubría, el ligero le daba un toque de distinción, Nicole pasó su manita por entre las piernas de Norma y pudo palpar lo suave que tenía su panocha y el calor que de ella manaba.
Nicole no pudiéndose contener más desabrochó los tirantes del liguero y luego bajó las bragas, Norma tenía completamente depilada la pepa y se apreciaban sus dos hermosos y cerrados labios vaginales, las pequeñas manitas de Nicole se posaron entonces sobre ellos y los acariciódelicadamente de arriba para abajo; con curiosidad la niña abrió con sus deditos los labios para descubrir el clítoris de la directora, estaba escondido dentro de su capuchón, la niña acercó su carita y sacó la lengua para pasarla sobre el escondido botoncito, de arriba para abajo la lengua de la niña se paseó, poco a poco fue asomando el clítoris de Norma y la niña se dedicó a lamerlo así hasta que pudo notar que la profesora llegaba a un orgasmo.
Ahora las manos de Norma acariciaban la cabellera de la niña y la pegaban mas a su cuerpo, después de la venida Norma recostó a Nicole en el sillón y la desnudo completamente, luego se hincó frente a ella y le comenzó a besar las piernitas, cada vez más cerca de su entre pierna. Al poco tiempo la directora llegó con su boca a los apretados labios vaginales de la niña y comenzó a darle una mamada deliciosa en la cuca, su lengua recorrió primero los labios vaginales y lentamente se fue introduciendo entre ellos hasta que prácticamente se la comenzó a coger con ella, usándola como si fuera un pene pequeño la lengua entraba y salía a gran velocidad de la pequeña rajadita de Nicole, la niña giraba sus caderitas mientras que una de las manos de metía un dedo en el caliente ano de la niña. Su orgasmo fue sumamente intenso y lo disfrutó como nunca.
Norma la dejó descansar unos minutos y después le pidió que la terminara de desnudar, la niña lo hizo con gula y placer, las medias de la directora las enrolló lentamente hasta quitárselas por fin, después de que Norma quedó como Dios la trajo al mundo se recostó sobre el sillón y le dijo a la niña que e montara sobre ella con la cara al revés, así le enseño a hacer un rico sesenta y nueve, las dos se comenzaron a comer la panocha de la otra, las lenguas no dejaban de moverse mientras que un dedo de cada una se enterraba en el culo ajeno, estuvieron así hasta conseguir dos orgasmos más y después ambas se recostaron por largos minutos y mientras disfrutaban del calor y placer de sentir sus cuerpos juntos se besaban con pasión.
Continuará