Chantajeando a Mary, Parte 01 (de Johernan)

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El siguiente relato erótico es un texto de ficción, ni el autor ni la administración de BlogSDPA.com apoyan los comportamientos narrados en él.

No sigas leyendo si eres menor de 18 años y/o consideras que la temática tratada pudiera resultar ofensiva.

Esta publicación es la parte 1 de un total de 1 publicadas de la serie Chantajeando a Mary
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Mary no podía creer como pudo llegar a esa situación, era apenas la segunda vez que había visto a ese hombre en el gimnasio donde su hijo practicaba y había terminado en eso. Lo único que quizás la tranquilizaba era que su hijo no la había visto, ella estaba casi segura de ello, sin embargo el pensamiento la inquietaba.

El viaje de regreso a la casa desde el gimnasio fue callado, ella miraba de reojo a su hijo Juan para ver si notaba algo que revelara lo contrario a lo que ella pensaba, pero su Juan iba entretenido mirando afuera por la ventana del vehículo. Ella se sintió tranquilizada y suspiro profundo.

De nuevo vino a su mente la escena que ella protagonizó en el baño de varones. `que fue lo que me paso, porque flaquee tan rápido’ pensaba. Ella siempre se sentía atraída por hombres fuertes y varoniles y de su edad. Aquel hombre no solo que encajaba perfectamente en esos requisitos. Además tenía un verbo que convencería a cualquier hembra así fuera una jovencita a pesar que él ya estaba tarde en sus cuarenta. Mary tarto de olvidar su recién vivida experiencia, y se concentro en manejar.

Después que había terminado de acomodar sus cosas en la casa se dispuso a ver su correo en la computadora, mientras revisaba cada correo le llego un mensaje nuevo de un remitente desconocido. Ella pensó en eliminarlo inmediatamente pero el titulo le llamo la atención. El titulo rezaba «Gimnasio de la escuela» ella entonces lo abrió.

Cuando empezó a leer el mensaje quedo toda desencajada, la cara se le puso completamente pálida y era un manojo de nervios, el mensaje leía:

«Una imagen dice más que mil palabras»

Después habían un set de fotografías todas de buena resolución que mostraban todo lo ocurrido en el baño de varones del gimnasio. Mary no sabía qué hacer, entonces otro mensaje del mismo remitente la trajo de nuevo a la realidad. Ella lo abrió ansiosa pero llena de temor. Este mensaje le decía que ella debía agregarlo ya, porque necesitaba chatear con ella. Ella estaba tan nerviosa que lo único que atino hacer fue agregar a este desconocido a sus contactos, y abrir el chat.

El desconocido inmediatamente dijo: «Muy bonitas fotos pero me pregunto cómo se verían en las manos de tu esposo»

Una espina parecía que atravesaba el corazón de Mary. Su esposo era muy celoso y vengativo, si viera esas fotos se divorciaría de ella inmediatamente y la echaría a la calle sin nada, incluso sus hijos los perdería, ella estaba segura de eso. Entonces un sentimiento de rabia la embargo por todo su cuerpo, ella dijo para sí misma. `Él tiene toda la culpa.’ Era verdad que el gusto por mostrar sus encantos a los hombres había nacido desde que su cuerpo empezó a desarrollarse y fue formándose en un voluptuoso cuerpo, sus tetas eran la envidia de sus compañeras en el colegio, siempre tenían que comentar de ellas.

Su trasero era redondo, con nalgas firmes, que hacia babear hasta los profesores. Ya en segundo de secundaria le gustaba quitarse sus pantis y se acercaba a la baranda del primer piso a la hora del recreo y sabia que los muchachos la veían, pero ella hacía como que no se daba cuenta. Luego cuando se caso, su esposo la empujo a otro nivel. Para su desgracia o fortuna se caso con un hombre que compartía su gusto por el exhibicionismo, y empezó a obligarla que usara ropa sexy que no dejaba mucho a la imaginación y la llevaba a lugares públicos. Vestidos suaves y ajustados que hacían resaltar su trasero, con escotes que hacían todo un reto mantener sus tetas dentro del vestido. Siempre vestidos que iban a medio muslo, o a escasos centímetros por debajo de los globos de sus nalgas, la mayoría de las veces no le permitía usar pantaletas. Entonces cuando iban por una calle o un centro comercial el empezaba a tomarle fotos, haciéndola posar con poses sexys que a veces rayaban en lo inmoral en medio de la gente. La gente se quedaba mirándola y ella al principio sentía vergüenza, pero poco a poco su gusto por hacer cosas pervertidas donde hubiera mucha gente empezó a florear en su interior. Ahora nunca usaba ropa interior y siempre iba vestida con algo sexy y a veces hasta vulgar. Su mayor placer era recibir piropos de los transeúntes, a veces obscenos, pero lejos de avergonzarla, ella sentía placer. Ella tiene dos hijos uno de diez y es el varón y una hija de dieciocho que lleva su figura cuando ella era de su edad, cuando andan juntas en el centro comercial ella no está segura a cuál de las dos miran más.

De nuevo el sentimiento de culpa empezó a embargarla, `porque ella había sido tan débil.’ Se repetía para sí misma. El primer día que vio aquel hombre en el gimnasio inmediato supo sus intensiones, él incluso fue vulgar con ella, manoseándole las nalgas mientras ella estaba de pie entre los padres de los compañeritos de su hijo y lo veía jugando junto con sus compañeros, el hombre se había apoyado en su espalda entre la multitud, empezó a manosearla allí, ella al principio trato de apartarse del grupo, pero aquellas manos fuertes empezaron hacer círculos entre sus nalgas, yendo casi hasta su coño pelado, inmediatamente empezó a sentirse excitada, y ella quedo allí como paralizada mientras aquel hombre la había convertido en un juguete sexual. Al rato ella sintió el guevo del tipo que hacia recorridos por su culo, mientras la mojaba con su líquido preseminal. Ella ya no tenía fuerzas para luchar, en cambio abrió sus piernas para darle mayor acceso aquel miembro. De repente el tipo se alejó dejándola a ella con un sentimiento de frustración y alivio.

Sin embargo hoy ella había ido todo el camino. Al igual que aquel día mientras ella estaba entusiasmada con la manera como los niños entrenaban, al igual que las otras madres haciendo hurras a sus muchachos, el tipo se presentó y esta vez la tomo por el brazo, invitándola con su mirada a que lo siguiera. Como si estuviera hipnotizada por la mirada de aquel hombre ella sencillamente lo siguió hasta el baño de los varones.

Los baños tanto de hembras como de varones estaban construidos en dos anexos apartados e independientes al lado del domo del gimnasio. El baño de los varones era una construcción sencilla. Al atravesar la puerta principal del anexo lo primero que había era una sala grande con bancos hechos de cemento y una hilera de armarios rodeando una pared grande, esta área era iluminada por unos ventanales grandes que estaban justo al lado de la puerta principal. El resto del interior había sido construido para acomodar el área de lavamanos, poceta y urinarios y las duchas que ocupaban otro espacio abierto separado de la vista de los que pasaran por el lugar.

Cuando Mary atravesó la puerta principal del baño el hombre la tomo por el brazo y la empujo contra uno de los bancos de cemento, Mary solo alcanzó a apoyarse con el banco con sus dos manos cuando el tipo le levanto el vestido y empezó a manosear sus nalgas justo como había hecho antes, Mary pudo haber salido corriendo pero no lo hizo, en cambio empezó a sentirse toda excitada y abrió sus piernas tan ancho como pudo para darle mayor acceso aquellas manos que exploraban su raja del culo y viajaban hasta su coño ya húmedo, haciendo una parada por su culo. El tipo se agacho detrás de ella y empezó hacer con su boca lo que minutos antes estaba haciendo con las manos, Mary empezó a gemir de placer con gemidos que eran audibles si alguien se acercaba a la puerta del baño. Cuando ella estaba teniendo sexo con su esposo, los gemidos y gritos se podrían escuchar por toda la casa, además que perdía toda noción de la ubicación y su mente se le nublaba, y empezaba a decir vulgaridades de sí misma que después no recordaba si alguien no le decía. Una hora después que ella entro al baño, el tipo la seguía cogiendo con su miembro de unos 30 centímetros y unos cinco de diámetro. Ella empezó a sentir un orgasmo como nunca en su vida había alcanzado uno y los gemidos de placer eran audibles por toda la construcción, el hombre termino vaciando su semen en el culo de Mary y después la arrodillo para que limpiara su miembro con la boca, Mary se entrego desenfrenadamente aquél miembro como si ése era el ultimo que iba a mamar en su vida. Una de sus debilidades era mamar un guevo, desde niña ella había aprendido a mamar guevos gracias a su primo. Cuando su orgasmo estaba decayendo fue que noto que en los ventanales estaban llenos de rostros de jovencitos que luchaban entre sí para tener la mejor vista, entonces fue que ella se dio cuenta de donde se encontraba e inmediatamente, el placer se torno en vergüenza, Mary rápidamente se incorporó, se puso el vestido y salió corriendo del lugar dejando atrás la multitud de jovencitos que la seguían con la mirada, mientras reían entre ellos.

El pitico en la computadora que le indicaba que otro mensaje había llegado, la saco de sus pensamientos:

«Que pasa puta, será mejor que me respondas o estas fotos van directo a las manos de tu querido y amado esposo.»

Mary estaba sudando pero no de placer como fue aquel día, sino de miedo, sus manos temblaban mientras respondía el mensaje:

«Cuanto quieres, yo te puedo pagar para que elimines esas fotografías»

«Yo no quiero tu dinero perra.»

Respondía al mensaje, Mary quería desmayarse ahora, todos piden dinero en un chantaje y este extraño definitivamente la estaba chantajeando.

«Que quieres.» Respondió Mary tratando de sonar serena.

«Ya lo sabrás puta, yo te contacto» con eso el tipo se desconecto.

Mary no supo qué hacer, quería pellizcarse duro para ver si todo aquello era una pesadilla. Pero la verdad era que su pesadilla estaba a punto de comenzar.

Trato de calmarse, tomándose alguna pastilla que la ayudara, como a veces hacía cuando se sentía agitada y de mal humor. Cuando asimilo que debía hacer frente aquella situación regreso a la computadora y empezó a ver cada una de las fotografías que le habían enviado. Las primeras fotos que abrió eran aquellas donde aparecían los niños pegados a la ventana, detallo una a una y a cada jovencito para ver si por alguna parte estaba la cara de su hijo, ella se sintió aliviada cuando después de revisar las fotografías de los niños no había ningún indicio que su hijo estaba presente. Después vio las demás fotos, todas fueron tomadas por alguien que parecía ser un profesional y con una cámara de muy buena resolución, la mayoría eran acercamientos de ella. La persona que tomo las fotos se aseguro de tomar el rostro de placer de una mujer que estaba disfrutando el momento, principalmente cuando ella mamaba aquel miembro. Si estas fotografías llegaran a manos de su esposo, ella no tendría ninguna escusa, que le iba decir, `que la obligó’ jamás ni siquiera el esposo más tarado creería semejante tontería. Con esa cara de puta que se veía en primer plano.


Continuará

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