Mariela la Loba Loca y La llegada de una nueva Nenita Celina.
Era un martes sino mal recuerdo, ya caía la noche y mis nenitas comenzaban a llegar una tras otra a pasar la noche a la bodega.
Yo estaba revisando los archivos de las estadísticas de las entradas y salida de mercaderías a ver que podía restar de la mercadería para mis nenitas.
Algunas sandalias, ropa interior juvenil y algunos buzos que es lo que más usan.
De improviso entra en el altillo de oficina u habitación mía Mindy. Ella siempre lo hacia así y me gustaba esa sorpresa, señal que mis nenitas ya comenzaban a llegar a dormir.
Mindy me comenta que si podía darle habitación a una nueva chica que había conocido en la calle y que no tenia a donde ir, además que se había unido a su pandilla de amigas de la calle.
Antes de aceptar le dije que debía conocerla y comprobar que no seria un peligro para la convivencia de todos, en especial de mi y no estropear este trabajo mío y de que ellas mismas no perdiera este lugar de pernoctación diaria.
Mindy baja rápido del altillo y se dirige ala entrada secreta trasera de la bodega por donde ellas entraban y que yo dejaba abierta cada noche a la entrada de mi turno.
Las cuatro otras chiquitas ya habían llegado todas. Mónica, Elina, Mariela y Laurita.
Mindy entra a mi oficina habitación con una chica de su mano.
Era una pequeña de unos 10 añitos, alta, de ojos muy negros y almendrados, piel canela y melena negra ondulada.
Casi con temor me dijo, “buenas noches”.
Le pedí que se sentada en el sillón de la habitación junto a Mindy.
Entre ambos le explicamos como era la estadía y las condiciones de pernoctar en la bodega, ella acepto las condiciones y en seguida le pregunte, cual era su nombre y por que estaba en la calle.
Ella responde que se lama Celina y tenia tenía 11 años y que había quedado huérfana, pues sus padres habían muerto en un accidente de bus y que no tenía a nadie más.
Vivía de allegada en casa de unos amigos y que al morir sus padres le habían echado a la calle hace tres días.
Mindy le acompañó a ubicarla en la bodega y a que conociera el lugar.
Terminada mi tarea de revisión de los antecedentes de almacenaje, me dispuse a ver que podíamos comer y les di las ropas que pude a las chicas para que ellas se repartieran, siempre eran muy ordenadas en ello y no discutían, solo veían a quien le quedaba mejor.
Al momento de decidir que es lo que se cenaría hoy dispuse que las chicas cocinaran, al momento que pregunte que nenita me acompasaría hoy y que sería la que pagara la estadía en la bodega.
Mindy dispuso que Mariela y que Celina quedara para después, ya que el orden estaba establecido de antes y quedaría para después de Laurita que era la última hasta la llegada de esta última chica.
Mariela era una nenita de unos 13 o quizás 14 añitos.
Me fui al baño con la expectativa de que a Mariela, a la que siempre le vi unos pechos y un culo delicioso, seria muy bueno disfrutarlos hoy.
Me saque mi ropa y me metí a la ducha para darme un buen baño antes de disfrutar de Mariela. Ella entra a la habitación, mientras me bañaba, ya se había sacado toda su ropa y se cubría con una toalla como cuando las chicas salen del baño.
Su cabellera larga castaña hasta su cintura, sus ojitos verdes agua, piel muy blanca y su escultural cuerpo me hizo de inmediato con ganas de hacerla gozar.
Se sube a la banca y deja deslizar la toalla al suelo descubriendo un cuerpo que había imaginado varias veces y que era espectacular. Unas tetas puntiagudas recién llegando a su madurez, que cubrían toda la punta de sus senos con una areola rosada y un diminuto pezón. Si cintura chiquita y una caderas que eran la continuación de unos muslos contorneados gruesos y que dejaban ver una vagina de pelitos claros y escasos.
Se pasea en la banca de esquina a esquina de ella con un andar muy sensual que me puso mi pene duro al instante. Ella al ver mi excitación baja de la banca y meneando su cintura se introduce en la bañera junto a mi, comenzando a rozarme el cuerpo con el mío con si fuera una toalla de piel suave y tersa.
Roza su cola en mi pene sus tetitas puntiagudas de pezones rozados en mi pecho y cuando voy a abrazarla me detiene y baja mis manos, siguiendo su rozar en mi espalda con la suya y luego sus pechos.
Me roza entero con su cuerpo. Yo estaba ya a mil por hora.
Cuando esta frente a mi, abraza mi cuello y se un saldo se peno sobre mi rodeándome con sus piernas largas en mi cintura. Muerde mis orejas y con voz suave me dice, “hoy soy tu premio”.
Pongo mis manos en sus nalgas y meto mis dedos en busca de su vagina mientras la levanto para poner mi pene e introducirla.
Ella era una nenita con experiencia y sabia lo que hacia. Con ello lograba darme una excitación máxima.
Sus pechos puntiagudos como nunca vi eran lo mas exquisito que jamás vi, unos pechos chiquitos y casi sin pezón que solo parecían areolas en ellos y muy puntiagudos casi con dos bellos conitos.
Los lamí y beso mientras iba poco a poco metiendo mi pene en su vagina que me parecía tibia y abierta para mí.
Le introduje todo mi pene duro y grande en su rajita deliciosa; ella me mira con sus ojitos verde agua con desesperación. La aprisiono contra la pared y comienzo a bombearla lentamente y ella mueve su cintura al ritmo de mis empeñotes.
Cuando mas rápido le doy, ella comienza a dar unos gritos muy agudos que casi rompen mis tímpanos. Las chicas fuera del baño alientan a Mariela y ríen… Cuando comienzo a sentir que me vengo dentro de ella le doy mas calmado y Mariela siente un gran orgasmo que da entender con un grito de aullido parecido al de un lobo.
Mi Gritona deliciosa relaja sus piernas y sin que permita que le saque mi pene se pone de pie frente a mí. Y se desploma en el suelo de la regadera.
Yo apoyado en la muralla del baño con mis manos y ella sentada en el suelo apoyada en la muralla entre mis piernas.
Cuando comienzo a recuperarme siento que Marielita toma mi verga y comienza a masturbarme y a lamérmela muy desenfrenadamente. Fue una sensación sublime que delicia de mamada me comienza dar.
Tanto es así que mi pene se comienza aponer duro nuevamente y sin dejar de moverme deslizo su callejea despejándole el rostro para ver como es que con su lengua y boca me lame y mama mi verga que cada vez esta mas grande y dura
Al momento de estar disfrutando de esa exquisita mamada me vengo sobre su cara con un chorro de semen que cubre todo su rostro. Que linda imagen ver su cara cubierta con mi semen y ella lo lame de sus labios como saboreando su sabor.
Le ayudo a levantarse y limpio su rostro con el agua que caía suavemente de la regadera y la llevo en andas a la banca del rincón del baño. Allí la pongo acostada de barriga y yo me ubico en un extremo de la banca en donde separo sus piernas dejando ver sus vagina roja y su ano abiertos.
Esa visión de sus hoyitos rojitos de las chicas de piel muy blanca me éxito tanto que me dispuse a meterle mi verga en su ano.
Cuando entraba con mi glande en su culito, me di cuenta que este era muy cerrado y me di cuenta que era un culito virgen y que jamás se habían dado por allí.
Pero era tanta mi excitación que sin pensarlo se lo metí todo a mi preciosa nenita de piel blanquita. Dio un grito de dolor como jamás pensé que daría. La sujete muy fuerte para que no escapara y no sacarlo dentro de su ano.
Mariela comienza a gritar muy fuerte y a pedir que no siguiera, decía que sentía un vacío en su vientre y que le dolía mucho. Es entonces que comencé a sacarlo y sin soltarla e impidiendo que se saliera de su posición en la banca, se lo metí nuevamente, pero esta vez lentamente para lograr que su ano se dilatara.
Al rato veo que Mariela se relaja y su ano ya no me parece tan estrecho y comienzo a bombearla muy dentro de su culito… Al rato de estar dándole, comienzo a sentir que mi nenita da unos alaridos al ritmo de mis empeñotes, y ya al momento da sus alaridos agudos de loba loca.
Cuando ya veo que mi nenita comienza a disfrutar tener mi pene en su ano, siento que mi semen se mete todo dentro de ella y dejo satisfacer esa sensación de que todo salga dentro de ella. Saco mi pene y veo como su ano húmedo se Rebaza con mi semen que corre por sus muslos hasta la banca y Mariela queda como0 muerta sobre ella con sus brazos y piernas relajadas con su cuerpo inerte de cansancio.
Me levanto mojo mí cuerpo con agua tibia, me seco y con mi bata salgo de la habitación y me dirijo al altillo a vestirme.
Las demás chicas estaban todas sentadas en la mesa en que generalmente cenamos, todas en silencio y observan como voy a mi habitación en espera a que Mariela salga del baño.
Cuando estoy vistiéndome siento como todas corren a ver a Mariela.
Al rato cuando bajo a cenar con ellas, estaban todas sentadas prestas a cenar.
Celina la nueva estaba con una carita de asustada. Sin embargo esa noche cenamos todos en silencio un rico arroz con atún y fruta en conservas.
Las chicas después de la cena se probaron sus ropas interiores, buzos y sandalias nuevas.
Pregunte a Mariela si se encontraba bien a lo que ella me contesto que un poco adolorida pero que ya mañana estaría mejor, y que sería mas placentero la próxima por su culito
Mindy subió conmigo a dormir.
Continuará