El relato erótico "Los amigos de papá, Parte 03" es un texto de ficción, ni el autor ni la administración de blogSDPA.com apoyan los comportamientos narrados en él.

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Esta publicación es la parte 3 de un total de 6 publicadas de la serie Los amigos de papá
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Continuo con el relato de Vicky, que empieza a conocer y experimentar los deseos de su papa y sus amigos, ahora nos veremos trasladados al momento en que es estrenada nuestra heroina por su amado papaito.

Estábamos a 5 minutos de la oficina de mama, mi papi conducía muy tranquilo, yo no dejaba de pensar en todo lo que había pasado hace unos minutos en el parque, repasaba una y otra vez las escenas vividas y no podía quitar de mi mente la forma en que fue penetrada Anita por todos sus agujeritos, y principalmente no podía olvidar su cara de gozo que tenía cuando los tres hombres la tenían totalmente ensartada.

Realmente solo de repasar esos momentos sentía como mi cuerpo era recorrido por escalofríos y un calor muy rico sentía que se producía en mis calzoncitos, específicamente en mi conejito. Con mucho cuidado deslice mi manito dentro de mi falda escocesa y pude sentir sobre mi calzoncito como estaba todo húmedo en la parte de mi conejito.

Voltee a ver a mi papa y podría jurar que él también estaba recordando ya que su sonrisa era muy evidente así como también el bulto que se estaba formando en su pantalón.
Llegamos al edificio donde estaba la oficina de mi mama, ella trabaja en una oficina de abogados ya que ella también es abogada. Usualmente sale a las 5 de la tarde, y antes de entrar al parqueo mi papa la llamo al móvil.

– Hola, Susy, ya estamos aquí…, aja…, ok, te esperaremos en el sótano me avisas cuando estés lista y subimos por ti al frente del edificio – luego colgó y dijo en voz alta sin voltear a verme – Dice tu mami que está en una reunión que se extendió, espera salir en unos 40 minutos, esperaremos en el sótano.

Diciendo esto se dirigió en hacia el sótano, nuestro vehículo se desplazaba suavemente, me gusta el carro de mi papa, es una Hyundai Tucson, cuando entramos en el sótano todo se oscureció, y pude entonces mover mi manito debajo de mi calzoncito para sentir mi conchita, que estaba toda mojada. Mi papa encontró un parqueo en el primer nivel, pero al llegar él voltio a verme y no pude evitar que se fijara que tenía mi manita dentro de mi falda, solo me sonrió y yo le devolví la sonrisa. Me guiño el ojo y me dijo – creo que mejor esperamos en otro parqueo más adentro, ¿te parece? – y diciendo esto se dirigió hacia el sótano número 4 en la profundidad del parqueo, el cual apenas si tenía luces y estaba completamente vacío, dirigió el vehículo al fondo del mismo y luego apago el motor, activo el tinte de los vidrios, ya que este carro al activar un botón los vidrios se oscurecen completamente y no se ve nada de afuera hacia adentro, aunque estén encendidas las luces interiores.

Mi papi, volteo y me dijo – bueno Vicky, ¿con que estás jugando? – me dijo mientras me acariciaba la cabeza, yo solo le pude decir – con mi conejito, lo sentí muy húmedo, y lo siento muy calientito.

Mi papa acerco su cara a mi cintura y aspiro profundamente, pude ver de cerca su cabeza calva, ya que mi papa ya casi no tiene pelo en su cabeza – mmm, que rico huele por ahí – me dijo – creo que será mejor que nos pasemos al asiento de atrás, ¿te parece? – y con un movimiento afirmativo de cabeza de mi parte nos pasamos al asiento trasero.

El inclino los asientos de manera que quedo una especie de pequeña camita en la parte trasera, luego puso en el radio una música instrumental muy suavecita, me gustó mucho.

Ya estando en la parte de atrás mi papa me recostó y yo me deje hacer sintiendo un nerviosismo como nunca había sentido en mis 9 añitos, pero sentía un calor y unas palpitaciones muy ricas, mi papa me subió mi faldita poco a poco, acariciando mis piernitas, que son bien blanquitas como la piel de mi mama, luego sentí como llegaba a mis calzoncitos de vuelitos que mi mama le encantaba comprarme, con pequeños dibujitos de ponis en ellos, mi papa no dejaba de sobarme las piernitas de arriba abajo y acercando su cara a mi conejito hundió su nariz en él, aspirando con fuerza, pude sentir como su nariz se metía profundamente en mi rajita y eso hizo que me dieran unos pequeños choques eléctricos que me hicieron suspirar profundamente, mi papa levanto su cabeza y me miro desde abajo con sus ojos azules profundos diciéndome – ¿Te gusta esto princesa? – a lo cual le respondí moviendo mi cabeza de arriba abajo.

Entonces mi papa tomo con sus dedos mi calzoncito y lo bajo de un tirón hasta quitármelo, dejándome desnuda de la cintura hacia abajo, y luego me dijo – Separa tu piernitas nena – y yo obedecí de inmediato, dejando totalmente expuesto mi conejito a sus exploraciones que inicio con sus manos, que parecían multiplicarse, sobando y acariciando mis nalguitas y mi cuevita, yo sentía delicioso como me acariciaban sus enormes dedos, y de repente sentí algo más suave y húmedo en mi conejito, algo más flexible y que se intentaba meter en él, baje la vista y solo pude ver la calva de mi papa moviéndose entre mis piernitas, y entendí que era su lengua la que estaba escudriñando en mi cuevita, podía sentir su lengua moviéndose en mi agujerito y como se desplazaba de arriba abajo como intentando estar en toda mi parte baja, ya que también pude sentir como la punta de su lengua intentaba entrar en otro hoyito, en el ano, lo cual me tomo por sorpresa y tuve una sensación de cosquilleo pero del bueno, y lo único que podía hacer era abrir más mis piernitas, y con mi manito empecé a acariciar la cabeza pelona de mi papi, haciéndole entender que disfrutaba con todas sus caricias, en un momento sentí como algo se empezaba acumular dentro de mí, como se acumulaba una presión deliciosa desde mis estomaguito y de pronto sentí la urgencia como cuando quería ir a orinar y le dije a mi papaíto – papi siento que me hago pipi – el levanto su cabeza y miro hacia arriba, pude ver su boca toda brillosa con los jugos de mi conchita y me dijo – tranquila mija, está por llegar a tu orgasmo, no te retengas, disfrútalo – y volvió a hundir su cabeza en mi conejito y su lengua empezó a alternarse entre mi conchita y mi culito, lo cual lo sentía delicioso y la sensación siguió creciendo en mi hasta que sentí que algo dentro de mí se derramaba como un calor delicioso que fluía desde mi cabeza y recorría todo mi cuerpito y desembocaba en mi conchita – haaaa, haaa, siiiiiiiiiiiii, siiiiii, que ricoooooo, papiiiiii, se siente bieeeeeeen ricooooo – empecé a gritar, sentí por un momento que volaba y vi hasta lucecitas con mis ojitos cerrados, luego sentí que caía en un cansancio delicioso, hasta en ese momento me di cuenta que mi papa ya no estaba en mis piernitas si no a la par mía con su cara toda mojada por mis juguitos, me miraba con sus ojos azules y me acariciaba con sus manos mis cabellos rojizos

– Que te pareció mi nena, ¿te gusto? – me dijo – Si papi, fue muy bonito, me siento toda mojada allá abajo ¿me hice pipi? – pregunte un poco asustada.

– No mija, simplemente te viniste, es lo que se llama un orgasmo, solo lo sienten las niñas buenas que disfrutan del sexo, y por lo visto tú lo vas a disfrutar mucho, ahora me toca a mí ¿no crees? – diciendo esto vi cómo se ponía de rodillas y empezó a desabrochar su pantalón.

Se bajó los pantalones y el calzoncillo, dejando libre su pene ya erecto, ya lo había visto recién y aun así no dejaba de asustarme su grosor, no era muy larga, talvez unas 6 pulgadas, no como las 7 de su amigo Tony, pero si era más gruesa no soy muy buena para calcular grosores pero podría apostar que talvez unas 5 pulgadas.

Se recostó sobre su espalda y no tuvo que decirme nada, yo misma me levante y me acerque hacia su pene, – ok, mija esta se llama una verga, ok, y ahora tienes que chuparla como hiciste hace poco, te recuerdas – me indico señalando su erección.

– Si papi, ya se – dije de forma que pareciera que ya sabía mucho, quería que mi papito supiera que aprendo rápido.

Acerque mi cara a su pene, perdón, su verga y pude sentir su olor característico que ya había sentido hace poco, la tome con mis manitos que apenas lograba rodearla, y empecé a subir y bajar su piel, luego lleve mi boca hacia la cabeza y abriendo lo más que pude empecé a introducirla.

– Procura echarle mucha saliva mija, así la podrás meter mucho más, hoooo, hooo, asiiii, asiiiiiii mijita, deliciosooooooo, sigue así mijita….. me encanta coger tu boquita princesita…. – me indicaba mi papi, yo procuraba seguir sus indicaciones y realmente disfrutaba oyéndolo como pujaba y me decía esas cosas lindas cuando lograba meterme más de la mitad de su palote en mi boquita.

Lo curioso es que entre más salivaba y lamia y chupaba su verga, sentía que el calorcito en mi conejito comenzaba nuevamente, ¿será posible que me excitaba con solo mamarle la verga? Pues por lo visto si, automáticamente me lleve una de mis manitos hacia mi conejito y empecé a introducir uno de mis cedidos dentro de él y lo sentí delicioso.

Mi papi como que noto que solo una mano lo estaba masturbando junto con mi boca y voltio a ver hacia abajo y al ver que tenía mi otra manita en mi conejito, se inclinó un poco y me agarro de mi cintura, y me coloco encima de él, solo que al revés, es decir con mi boquita aun encorchada en su verga y mi conejito quedo a la altura de su cara abriendo mis piernitas y empezó a jugar nuevamente con su lengua mi conejito y sus dedos empezaron nuevamente a jugar con mis hoyitos. Lugo me dijo mi papi que a eso le llamaba un 69.

Sentí como sus dedotes empezaron a hurgar en mi conchita y también en mi anito, sentía delicioso, por un momento sentí como no solo uno entraba en mi conchita si no dos, y los metía y los sacaba, al principio me dolió un poco, pero luego sentía delicioso, yo no dejaba de chupar y mamar su verga que parecía una barra caliente de lo dura que estaba. Luego sentí como también empezó a meter otro dedo en mi anito, tenía dos dedos metidos en mi conchita y dos en mi anito, sentía nuevamente como se acumulaba la sensación que mi papi me dijo que iba a ser mi orgasmo, así que empecé a mover mis caderas buscando los dedos de papi, mientras seguía chupando y lamiendo su verga.

– Ya no puedo más – bufo mi papa – lo siento mija pero no aguanto más las ganas – me dijo mi papa y tomándome de la cintura me puso a un lado, luego se sentó con su verga apuntando hacia arriba y tomando por mi cintura me coloco sobre él, apuntando el cabezón de su pene a mi conchita – te va a doler un poquito princesa, ¿aguanta si? – me dijo, podía ver su cara rubicunda colorada, puse mis manos sobre sus hombros y a horcajadas me prepare para la penetración. – Dale papi, estoy lista, quiero que me la metas ya – pude ver mi expresión en el vidrio del vehículo, ¡estaba sudando y mi carita estaba toda roja!

– Bueno mija, ahí voy – y diciendo esto me tomo de la cintura y empezó a introducir su cabezote en mi conchita, pude sentir como su pene empezaba a introducirse poco apoco, y sentía como si me estuvieran cortando con cuchillo adentro de mi vagina, pero apreté los dientes y cerré los ojos que empezaron a lagrimear sin que pudiera evitarlo.

Cuando ya tenía la cabeza adentro mi papa se detuvo, y abrí los ojos, y lo pude ver de frente, estaba como extasiado, su boca semi abierta, jadeando, y viéndome a los ojos, me abrió lentamente mi blusita, dejando al descubierto mi pechito plano, y comenzó a sobar y besar mis pequeños pezoncitos que se pusieron duritos, yo no dejaba de acariciar su cabeza y de repente sentí que movió su caderas un poco más hacia arriba y al mismo tiempo haciendo presión en mi cintura hacia abajo, en ese momento ya no pude más porque el dolor se hizo desgarrador y pegue un grito que me imagino que se hoy en todo el parqueo, aunque como no había nadie, paso totalmente desapercibido, me separe un poco y a través de mis ojos llorosos puede ver hacia abajo y vi que llevaba apenas la mitad de su tronco.

– Ayyyy papi, ya no cabe, ya noooo, por favor para, sacalooooo, me duele mucho papaíto….
Empecé a suplicar, pero al ver los ojos de mi papa, puede saber que no pensaba salir de mí, tenía la misma mirada que tenía cuando estaba penetrando a Anita en el parque.

– No mijita, hoy termito de cogerte, ya no aguanto maaaaas – diciendo eso empujo de un solo envite su cadera y sentí que me partían en dos, como si me estuvieran metiendo un palo ardiente dentro de mi conejito, el dolor hizo que la cabeza me diera vueltas y por un momento pensé que perdía el sentido. Pero no, las caricias de mi papa a mis pezoncitos hicieron que me mantuviera lucida y mi papa no se movió por unos minutos, mientras mi conchita se acostumbraba el tremendo intruso.

Por un momento sentí en mis nalguitas los huevos de mi papi, fue cuando comprendí que tenía dentro de mi toda la verga de mi papi, me entro un poco de pánico, pero al momento sentí como empezó a moverse, sacando un poco de su pene y volviendo a introducirlo, sentía que me quemaba por dentro, pero luego de varios mete y saca empecé nuevamente a sentir calientito y cuando me di cuenta ya estaba yo moviéndome junto con mi papaíto.

Empecé a brincar prácticamente sobre mi papa, ya que sentía delicioso como rozaba toda su dura verga dentro de mí. Mi papa bufaba como toro y no me soltaba la cinturita y me subía y bajaba a su antojo. De repente sentí como nuevamente la sensación me lleno por completo y pujando casi desvaneciéndome – ahhh, ahhh, ahhh, papi, me vengo, me vengo, métemela más papi, méteme toda tu verga, metemelaaaaaaa – y diciendo esto sentí mi orgasmo nuevamente, pero casi al mismo tiempo, sentí como el pene de mi papa empezó a crecer más si se pudiera y sentí como empezó a pulsar dentro de mí, y algo muy caliente se depositaba dentro de mí. Al ver la cara de mi papa supe que se estaba derramando dentro de mí, ya que su cara roja parecía que iba a estallar – Me vengo mija, me vengoooo, toma mi lecheeee, que ricooooo.

Al instante me quede desparramada sobre mi papi, que me abrazaba como si me fuera a ir volando, pude sentir como me acariciaba mi cabeza y mi cabello, mi pechito desnudo reposaba sobre su camisa, me daba besos en mi frente y sus manos recorrían todo mi cuerpo, sobando mis nalguitas una y otra vez, su pene aun semi erecto no había salido aun de mi conchita – te amo mucho mi princesita – me decía mi papa mientras me seguía acariciando, yo sentía como el calorcito que me daba después del orgasmo aún seguía latiendo a través de todo mi cuerpito.

– Te amo mi nena linda – seguía repitiendo mi papi, sobándome y acariciándome, sus manos pasaban una y otra vez en mis nalguitas, hasta que su pene se desinflo lo suficiente para que se descorchara de mi conchita, haciendo un pequeño “Plop”, que pude perfectamente oír, lleve mis manos hacia mi conejito y sentía un ardor, aunque no había mucho dolor si sentía empapado allá abajo.

Mi papi me dijo, – bueno mija déjame ver como quedaste de tu “puchita” – me causo risa oírlo llamar así a mi vaginita, pero me gusto, me coloco en cuatro patas levantando mi colita y bajando mi bracitos, me sentí muy cómoda en esa posición.

Sentí como sus manos me exploraban mire hacia debajo de mí y pude ver su cintura y su pene flácido a través de mis piernas y luego el con una pequeña lamparita que tenía en su guantera se puso a revisarme, pude sentir sus dedos como me escudriñaba mi conchita, sentí como sus dedos me hurgaban y oía como jugaba con mis jugos y su semen mesclado, sentí como empezó a regar toda esa mezcla entre mi puchita y de repente sentí que la llevaba con sus dedos hacia mi culito, eso me puso en alerta, e inmediatamente me recordé que exactamente lo mismo hizo Tony con Anita, ¿será que mi papito quiere hacer lo mismo? ¡Por Dios, no creo que pueda meter su vergota en mi culo! Me entro pánico y volví a ver entre mis piernas, estaba segura que su pene estaba flácido, ojala y continuara así, pero mi suerte estaba echada, cuando volví a ver pude perfectamente ver que su pene estaba nuevamente erecto, como si no se acabara de descargar.

– Papi… ya terminamos ¿verdad? – le dije con vos temblorosa.
– Mmm mija, creo que aún nos quedan 15 minutos para que llame tu mami, será mejor que apuremos toda tu enseñanza, te parece – diciendo esto desplazo uno de sus dedos ya lubricados con los jugos de mi puchita en mi ano, sentí como un pulso eléctrico al sentir la penetración, y tensé todos mis músculos apretando automáticamente mi anito – tranquila mija, será rápido, relájate – me dijo mi papi a la vez que metía otro dedo en mi puchita y luego otro en mi anito.

Intente tranquilizarme y sentía como me acariciaban sus manos, y poco a poco sentí que el calorcito empezó a volver, de repente sentí que metía otro dedo más en mi anito, ¡Wow, tenía tres dedos en mi hoyito! – Bueno mija, ahí te voy – me dijo mi papa, y se puso a horcajadas sobre mi colita, voltee mi cabecita y pude ver que con su mano guiaba lo que me imagine era su verga hacia mi anito, y de repente lo sentí en mi entrada, su cabezota se empezaba abrir paso, ¡Oh por Dios, el dolor fue indescriptible!, grite como loca – Ayyyy papi, me estas partiendo, sacalooooo, sacaloooo, me ardeeee, uff, uff, uff, uff, papaíto no lo aguantoooo.

Pero nuevamente volví a ver en la mirada de mi papa ese brillo de deseo y estaba totalmente aferrado a mis nalguitas y sentía como su barra de carne iba abriéndose paso por mi ano, el dolor era increíble, mis ojos estaban completamente inundados en lágrimas, sin embargo logro meter todo su pene, y sentí en unos momentos como golpeaban sus huevos en mi conchita. Se quedó quieto, pensé que para que me acostumbrara, pero al voltear a verlo nuevamente, pude ver que tenía los ojos cerrados y su cara en un rictus de placer, entendí que estaba disfrutando lo cerrado que tenía mi agujerito. Aunque en realidad me sirvió ese momento ya que mi anito empezó a relajarse, así cuando el empezó a moverse, el ardor empezó a ceder y pude sentir como se deslizaba su verga en mis intestinos.

Mi papa estaba empezando a agarrar ritmo, su pene entraba y salía de mi anito, y yo había empezado a buscarlo con mi culito, empujando más y más, el ritmo que empezó a tomar mi papa, fue vertiginoso, mi sensación de orgasmo se fue acercando más y más y cuando empecé a pujar con el orgasmo que sobrevino, también mi papaíto empezó a bufar y atrayéndome me penetro con toda su fuerza, y sentí como su verga empezó a palpitar dentro de mis intestinos rociándome con su semen nuevamente, sentí como latigazos su chorros, fueron como 5 o 6, luego de ello mi papi se desplomo sobre mí, venciendo mi posición y quedamos los dos acostados, uno al lado del otro, yo con mi padre a mi espalda y con su pene completamente introducido en mi culito.

Fue totalmente devastador, sentía que flotaba dentro del carro, podía sentir como el pene de mi papi aun palpitaba en mi interior y poco apoco perdía su dureza – oh mi nena, como te amo – decía mi papi acariciándome la cabeza – realmente voy a gozar mucho contigo mi bebita – decía mientras me seguía acariciando mi cabeza y su cabezón hacia un “Plop” al descorcharse de mi anito.

Saco de la guantera una toalla y se limpió, luego me limpio completamente y con unas toallitas húmedas me termino de dejar como nueva. Sentía ardor en mi conchita y mi anito, pero estaba feliz, y se lo dejaba ver viéndolo a sus ojos con mi sonrisa de oreja a oreja, me puso mi calzoncito y se subió sus pantalones – mejor si te recuestas aquí mientras pasamos por tu mami – me dijo mientras se pasaba al asiento de adelante y le marcaba a mi mami – Hola, Susy, ¿ya estas lista?, ok ahorita subimos…, no te preocupes, se aburrió y se quedó dormida en el asiento de atrás, ok. – y colgó arrancando el carro y tomando camino hacia fuera del sótano.

Y bueno, solo era una verdad a medias, porque si me dio mucho sueño y me dormí, aunque realmente no fue por aburrirme…

Continuará

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