El relato erótico "La historia de Mar" es un texto de ficción, ni el autor ni la administración de blogSDPA.com apoyan los comportamientos narrados en él.

No sigas leyendo si eres menor de 18 años y/o consideras que la temática tratada pudiera resultar ofensiva.

Me llamo Mar, Mis recuerdos de aquellos momentos son confusos, como si hubiesen ocurrido muy rápido… Yo tenía 11 años, cuando fuimos a pasar el verano una ciudad pequeña, pero muy coqueta, con mucho mar rodeándola. Allí vivían mis tíos, el hermano de mi padre y su mujer… tenían un hijo, Alfredo, mi primo, 3 años mayor que yo…

Era bastante más alta que las otras niñas de mi edad, aparentaba 14 o 15 años, aunque mentalmente no, mi madre siempre me vestía con faldas muy cortitas. Mi padre era el mas critico con mi moda, que con el cuerpo que tenía no debía llevar las faldas tan cortas,

–¿Es que no te has fijado en sus muslos y en su culo?… ¡Joder María… vístela más larga! –le decía a mi madre –

–¡Anda! ¡Anda! ¡exagerao! ¿No ves que es una niña? –le contestaba mi madre –apenas le han salido «los bultitos»

Y claro, yo no entendía esas disputas, porque yo quería seguir siendo una niña y no crecer, creía que si crecía mis sueños y juegos se acabarían…

Recuerdo que mi tía obligó a Alfredo a que me acompañara a todos lados, sobre todo al parque, que estaba cerca de la casa… Yo disfrutaba en los columpios, mientras que él, sin disimular su fastidio, daba vueltas sin perderme de vista, so pena de ser castigado por mi tía, si yo le decía que no me había vigilado… Me gustaba ser mandona, con mi primo… Creo que fueron 4 días de visitas al parque… Mi primo, hablaba con gente, mientras yo me columpiaba… Aquella noche, en la amplia azotea, mientras contemplábamos las estrellas, estuvimos conversando de nuestros gustos y aficiones… a mí me gustaban los cuentos y jugar con mis muñecas… Él de fútbol y algunos deportes… Luego de mucho rato hablando, mi primo, comenzó a relatarme historias terroríficas, que me produjeron un terror inusitado, luego me preguntó, si conocía a «Los Mantequeros» o había oído hablar de ellos

–¿Qué hacen, venden manteca? –pregunté sonriendo, para ahuyentar mi miedo –

–¡Que va… algo mucho peor! –dijo muy serio –

–¿Sí? ¿El qué? Si puede saberse –le dije desafiante –a ver el qué…

–Matan a las niñas y les sacan las mantecas –me soltó de pronto –

–¿Qué qué? –pregunté extrañada –

–Yo conozco a una que se salvó de ellos –me dijo –aunque se que hay más, que lograron salvarse haciendo lo mismo que mi amiga…

–¿Y que hizo para salvarse ¿ –pregunté intrigada –

–No te lo puedo decir –me dijo –es un secreto… ¿tú que harías si te cogen los mantequeros? ¿Eh?

–No sé… gritar muy fuerte supongo –le contesté, temblando de miedo –¿pero.. qué hizo?

–Ja, lo peor que puedes hacer –me dijo –estarías muerta en segundos

–¿Pegarle una patada y salir corriendo? –le dije –

–Peor me lo pones… ¿si te lo digo, no se lo dirás a nadie? –me preguntó –

–¡Claro! –le dije –se guardar un secreto…

–¡júramelo! –me dijo –

–Lo juro

–Ella, dejó que los mantequeros la rompiesen toda, le hizo muchísimo daño, hubo un momento según me dijo, que creyó que la reventaban y la ahogaban… ¡pero ni gritó, ni pegó patadas, ni corrió, se quedó quieta y así salvó su vida! –terminó mi primo –¡Recuérdalo, por si alguna vez te encuentras con alguno! ¡ Y de esto ni una palabra a nadie! ¿entendido? ¡a nadie! o volverán a por mi amiga…

–Lo recordaré y os guardaré el secreto –le dije algo preocupada, pero la palabra romper, aún no entraba en mi vocabulario y no lo entendí eso muy bien –

Esa noche tuve muchas pesadillas, pues siempre había tenido terror por las brujas, nunca se me había ocurrido, que hubiesen hombres malos … A la mañana siguiente, estuvimos en el parque, yo no paré de columpiarme… Mi primo no paraba de observarme… Le dije que fuese a la casa a por mis muñecos, que quería jugar y me los trajo, pero en el parque había demasiado jaleo, así que decidí, que era mejor que no… Luego vino la idea de mi primo de ir a la playa, por la tarde…

MI primo insistió, que fuésemos a un sitio que él conocía muy bien, muy cerca de la playa, allí podía jugar, con mis muñecas y cocinitas, sin ningún problema de molestias de otras niñas o niños, estorbando. Así que a la hora de la siesta, a eso de las 15′ 30, accedí, me puse una faldita corta blanca plisada,, que me llegaba, por encima de mis rodillas por lo menos hasta la mitad de mis muslos, una camiseta de tirantes, suave y fresca y una camisa de manga corta con botones por detrás, zapatos negros y calcetines de hilio, que me llegaban por encima de mis tobillos, me hice dos largas trenzas en el pelo… cogí un muñeco y una muñeca, y mis cacharros de cocina, que mi primo, muy amable cargó con ellos. El camino hacia la playa, no recuerdo como lo hicimos, pues yo sólo me fijaba en mis muñecos y les hacía hablar…

–Ya hemos llegado –dijo mi primo –tenemos que entrar por ese hueco

La casa era cuadrada, roja, de dos plantas, pues arriba habían ventanas, con los cristales rotos, bueno, todos los cristales estaban rotos, en la planta baja, estaba el hueco señalado por mi primo, el hueco era muy pequeño, justo para que entrara una persona agachada… Entramos… Había luz, aunque era difusa, se oían los embates del mar, en la playa…

De la primera habitación, por la que entramos, pasamos a una especie de sala, cuadrada, que comunicaba, con otros cuartos, sin puertas en la entrada… Una escalera de hierro, conducía a las habitaciones de arriba… En una de las habitaciones inferiores, había apilados cantidades enormes de tubos redondos atados y cajas cuadradas de madera, boca abajo… Mi primo me ayudó a poner en las cajas de madera, mi cacharros de cocina… Llevaría jugando, media hora, cuando mi primo, me dijo que tenía que salir, pero que volvería enseguida… Yo le dije:

–¡Vale! ¡pero no tardes! –

Seguí jugando con mis muñecos y cocinas, hasta que oí, un ruido tenue a mis espalda, pensé que era mi primo, me volvería cuando estuviese cerca y Zas… Él estaba muy cerca, me reía para mis adentros, y sin poderme aguantar más, me levanté muy rápida me giré y

–Buuuuuuuuuuuuuuu –solté, a la vez que me reía-

La risa se me congeló en la cara, habían dos hombres, a los que no había visto en mi vida… sus ojos echaban chispas y me miraban de arriba abajo, con una extraña sonrisa, iban sucios y desaliñados, los dos rondarían los 50 años o más…

–Uy que miedo –me dijo el que parecía más mayor, con sorna –¿Qué haces aquí solita?

–Estoy… esperando a… a mi… primo –pude balbucear, presa del terror, pues su sonrisa no presagiaba nada bueno –

–¿A qué estás jugando? ¿Eh? –me preguntó, el otro –¿te gustaría jugar a otro juego?

Me encogí de hombros, pues no supe que contestar en ese momento, estaba anclada al suelo y mis piernas pesaban una tonelada… La idea de los mantequeros, empezó a martillearme el cerebro como una campana.

Uno de ellos se fue acercando a mí, sin parar de sonreír, agaché la vista… sus manos se apoyaron en mis hombros, me giró y quedé de espaldas a él… sus manos bajaron a mis caderas, luego me abrazó por la barriga, entrelazando sus manos, sin soltarme soltó su mano izquierda y me levantó la falda y las sujetó con la elástica de mis braguitas… una temblorosa mano, me palpó los glúteos y los pellizcó… Enseguida, el viejo, se pegó a mí por la espalda, mientras me decía cosas al oído que no entendí, mientras miré al otro viejo, que sonriéndome, se tocaba algo en sus pantalones…

–Tienes un culito muy mantecoso… Mpuuuffff –me suelta un resoplido en la oreja mientras me achucha suavemente, cogiéndome por las caderas, de atrás adelante, con un rítmico vaivén –

La palabra mantecoso es el detonante de mi terror… ¡Eran mantequeros!¡no había ninguna duda!… Si había albergado pensamiento de escapar, se esfumaron de sopetón…

–Eres pura goma… niña… Mpuuuffff… –resopla en mis oídos –¿Te gusta la leche de hombre? ¿eh?

Aterrada, me encogí de hombros, pues no entendí la pregunta, no sabía que los hombres tuvieran leche, miro al otro viejo, que ya no sonreía y seguía tocándose fuertemente algo en los pantalones….

–¿No te gusta? –me pregunta de nuevo mientras palpa mis glúteos –¿o si te gusta? ¿Eh? Con la cantidad de manteca que tienes en el culito… Mmmmhhhh…–y me vuelve a pellizcar los glúteos –¿Quieres que te llene el culito de leche eh?

Al escuchar la palabra manteca, aterrorizada, asiento con la cabeza repetidamente, lo que provoca una risita contenida en el otro viejo, pues se ha percatado que estoy aterrorizada…

–Creo que está dispuesta a darle lo que le pidas, Ji, Ji, Ji –dice el otro viejo –lentamente y pegado a mi espalda, resoplando sin parar en mis oídos y dándome besitos en el cuello, que me producen un extraño estado de nerviosismo, mete una de sus manos, por delante de mis braguitas y comienza a tocarme el chochin, suavemente… Me quejo levemente, pues un dedo ha entrado en mí, y aprieta hacia el interior de mi vulva, lo que hace que intente recular y me pego más a él, mis piernas empiezan a flojear…

–¡Te vamos a llenar de leche! –me dice al oído –¿Notas cómo me has puesto?… estoy lleno de leche… ¡Joer que culo más rico tienes!

–¡Mira niña lo que tengo para ti! –me dice el otro más viejo –

–¡Vaya mira como has puesto a Ramón! –me dice el viejo pegado a mi espalda –¡está también muy cargado de leche!

Miro al llamado Ramón y me quedo petrificada, con su mano derecha agarra, un extraño pedazo de carne, blanco, redondo y lleno de venas, la punta de aquella masa es de color rojo, y tiene forma de ariete redondeado, parece tener vida propia… en lo alto del ariete, hay un agujero por el que brota un hilillo transparente como agua… Mi terror, va en aumento, recuerdo las palabras de mi primo: ¡… Y dejó que la rompieran y la ahogaran…!… seguramente, pensé, me romperá o me ahogará con «eso» , lo que aumentó, más si cabe mi temor…

–Puuufffff… Mmmmhhhh… –resopla continuamente, el viejo en mis oídos, mientras me aprieta contra él –¿Notas como me tienes? ¿eh lo notas?

Estoy tan aterrorizada, que asiento con la cabeza repetidamente, pero sólo veo la masa, que el llamado Ramón sostiene y mueve, lentamente de arriba abajo… la miro como hipnotizada,

–¡pásamela Luis! –dice Ramón –¡que quiero probar su culo yo también!

El llamado Luis, sin soltarme, me lleva al lado de Ramón… durante el trayecto mi vista no se ha apartado ni un segundo de su masa blanca coronada con el gordo ariete rojo… Luis, saca su mano de dentro de mis braguitas y noto el alivio del dedo, que ha salido de mi coñito… Nerviosamente las ansiosas manos de Ramón, me cogen me dan la vuelta y se pega a mí, por mi espalda… miro al suelo aturdida y confusa… veo mis zapatos y calcetines blancos… Noto, que algo redondo y duro, está pegándose a mi culo, intentando abrir mis glúteos, mientras Ramón también resopla en mis oídos…

–Mpuuuffff… ¡Qué blandita y rica!… Mmmmhhhh… –me dice, mientras me empuja sin soltarme como antes hizo Luis, una especie de achuchones sin moverme de mi sitio –Mpuuuffff

Así, me lleva delante de un gran tubo redondo, que me llega justo a las rodillas… Luis ha quedado detrás, no lo veo, pero oigo, que resoplando se está quitando algo, por el rabilo del ojo izquierdo veo que son sus pantalones…

–¡Veamos como te hizo tu mamá! –dice Ramón muy nervioso, mientras, me desabrocha la falda y me la sube por los hombros, lo oigo resoplar, mientras me la saca por la cabeza –Mpuuuffff

Mi falda cae, sobre el tubo, No soy capaz de moverme ni de articular palabra alguna, el miedo me ha paralizado todos los sentidos excepto el de la vista y el tacto… Ramón, Me da la vuelta y veo a Luis, totalmente desnudo, él también sujeta con su mano derecha una masa blanca llena de venas y también rematado en un rojo ariete, aunque la de Luis parece mucho más grande y gruesa…

–¿te gusta mi rabo? –me dice Luis, meneando su masa de derecha a izquierda, sin que ninguna de sus manos la toque –¡te la meteré hasta que me dejes sin leche! ¡Mira mis huevos.. los tengo llenos de leche para ti!

Lo que Luis me señala, son dos bolsas redondas, llenas de pelo, que están al inicio de la gran masa blanca, llena de venas azules… efectivamente, por el tamaño de ellos, si se ven muy cargados… Ramón, comienza a quitarme la camisa y la camiseta y en un santiamén, me encuentro en bragas, zapatos y calcetines, delante de los dos hombres, que me miran con admiración y un brillo en los ojos que nunca antes había visto en nadie… me intento tapar con mis brazos los diminutos limones que son mis senos, pero Ramón, me aparta los brazos

–No, niña, no… esto es para que yo los toque… –me dice al oído suavemente, mientras sus rudas y ásperas manos se apoderan de ellos y los soban a su antojo

–Mmmmhhhh… ¡Que duritos!…

Mis senos, desaparecen entre sus manos, y no para de sobarlos, mientras observo que Luis, le está haciendo señas con sus manos a Ramón para que me pase a él… De un leve empujón, del cual estoy a punto de caerme, pues estoy sin fuerzas y las piernas no me responden, estoy otra vez en los brazos de Luis, que me da la vuelta, para enseguida pegarse a mí espalda, ahora sí que noto su dura masa, apretando mis bragas y la coloca a lo largo de mis glúteos… luego su mano derecha, coge mis dos muñecas y las sujeta fuertemente, mientras su mano izquierda obliga a que agache mi cabeza, hasta quedar casi en ángulo recto…

–Así me dice… Mpuuuffff… y no levantes la cabeza –me ordena Luis, sin parar de empujarme, sin moverme del sitio –Mmmmhhhh

Ramón se sentó en el tubo redondo, encima de mis faldas… Lentamente y empujada por Luis me voy acercando a él, veo mis piernas abiertas y las piernas de Luis casi entre las mías, abriéndomelas… Ramón se incorpora del tubo, agarrándose su blanca masa con su mano derecha, sus dientes apretados no presagian nada bueno… Luis me acerca hasta quedar mi cara, a solo unos centímetros de la roja cabeza… la miro hipnotizada, del negro ojo, está saliendo un liquido transparente, el ojo parece respirar, abriéndose y cerrándose… La mano izquierda de Ramón se apoya en mi cabeza y me empuja hacia abajo, hacia el rojo y mojado ariete de su masa… cuando mi boca toca, la cabeza, la giro hacia un lado, me moja el carrillo derecho, siento un asco horrible, porque huele a pescado podrido y orines…

–¿no la quieres chupar eh? –oigo que me dice Ramón –¡Ahora verás!

Y acto seguido, golpea mi cara a derecha e izquierda, con su enardecido miembro, varias veces, lo que produce un dolor en mis carrillos, como si me hubiesen dado muchos puñetazos…

–¿Vas a chupar o… ¿ –me dice Ramón –

Asiento con la cabeza, aturdida por los golpes, pues me han dejado mareada… Su mano izquierda, presiona mi nuca hacia la roja cabeza, esta toca mis labios y con asco los abro un poco, lo suficiente, para que Ramón apriete con su mano derecha la masa y la cuela en mi boca, a la par que aprieta mi nuca hacia abajo, la gorda cabeza, llega a mi garganta…

–Mmmmhhhh… –suspira Ramón –¡Qué calentita!… Mmmmhhhh…

–Glglglglglgloooooooglglglgl –oigo mi voz ahogada –

Me asfixio, la roja cabeza presiona mi garganta y apenas puedo respirar por la nariz, tengo toda la cavidad bucal llena de la masa endurecida y palpitante de Ramón… Lentamente, comienza a subirme y a bajarme la cabeza con su mano izquierda, con lo que la masa, sale y entra en mi boca a su ritmo… cuando sale aprovecho para poder respirar… pronto me acostumbro al vaivén aunque me marea… Luis se aparta de mi espalda y sus manos, me bajan las bragas, y me las sacan por el tobillo derecho… En seguida su masa, que está dura como el hierro y muy caliente, se incrusta en mis desnudos glúteos… me comienza a empujar como antes, me está mojando el coxis, sus manos ahora son las que soban mis tetitas… Sus gemidos ahogados, con los vaivenes me asustan y los de Ramón también, no paran de resoplar… Lentamente, comienzo a avanzar, hacia delante, Luego Ramón saca su masa de mi boca, lo cual agradezco, pues sí puedo respirar libremente, mis piernas casi no me pueden sostener, Ramón, se sienta en el tubo, se quita los pantalones por una pierna, mientras Luis con sus dos manos, apoyándolas en mis hombros, me obliga a arrodillarme, delante de Ramón… Mientras bajo, La dura masa de Luis, sale de mis glúteos y recorre toda mi espalda, noto la humedad por donde la dura cabeza de la masa roza… Ramón me coge otra vez la nuca con la mano izquierda y me obliga a que me meta su masa en la boca, mis manos se apoyan en sus muslos y él las pone, por fuera de ellos, quedándose las dos al aire , por fuera de sus muslos… Nuevamente mi boca está llena de la masa de Ramón y su mano izquierda cogiendo mi nuca marca el ritmo… Me comienzan a doler las encías, apenas puedo respirar y siento mi boca muy ensalivada y con un sabor horrible que me marea…

–Uuuuyyyyychchchchch… Mmmmhhhh… Uuuuyyyyychchchchch… –suspira y gime Ramón –Mmmmhhhh

De pronto, algo se introduce lentamente en mi ano, me quema, me quema mucho… es un dedo de Luis, ha entrado el primer nudillo, el dolor es pavoroso, para es mí como si me rompiese el alma, por aquél agujerito lo mas gordo que había entrado, era un supositorio para bebés, y ya casi no me acordaba… intento quitarme el dedo, bajando mis manos y moviendo mi culo de derecha a izquierda, pero Luis, me sujeta fuertemente las manos a mi espalda con su mano0 izquierda…

–Shhttttt… estate quieta… o será peor –me dice Luis –Shhttttt… no te muevas,,, o te mato Joder

Con mi boca llena, no puedo protestar del dolor que siento… que se amplifica al penetrar de golpe todo el dedo en mi pequeño orificio anal

–Glllllliiiiiiiglglglglglg… –se oye mi muda protesta –glooooooglglglglggl

–Así, así quietecita… –me dice Luis –ya pasó, ya pasó… ahora tranquila.. Shhttttt…

El dolor abrasa mi dolorido culito, se me saltan las lágrimas sin querer, mientras Ramón continua su mete saca en mi boca cada vez más deprisa y más adentro, como si quisiera llegar a mi tráquea…

–Mpuuuffff… Mmmmhhhh… Uuuuyyyyychchchchch –suspira sin parar –Delicio… so… Delicio… so… ¡Qué suerte tienes cabrón de habérmela ganado!… que si no… Mpuuuffff, estaría… Mmmmhhhh.. yo ahí ahora… ¿Lo tiene… tierno… Mmmmhhhh… verdad?

–Si… mucho… mucho… termina pronto… que está casi a punto –dice Luis –

Luis, comienza a sacar y meter el dedo de mi estrecho ano, varias veces, cada vez también más deprisa, luego lo hace girar a derecha e izquierda, el dolor es insoportable, gimo ahogándome… Mientras me concentro en el dolor de mi culo, Ramón ha seguido su frenético mete saca, y cual es mi sorpresa, cuando oigo un ronco estertor del viejo

–Uuuurgggghhhhggg…

y acto seguido la masa es recorrida por una extraña corriente y la cabeza se hincha y explota de golpe, lanzándome al fondo de mi garganta una especie de salivazo espeso… abro los ojos petrificada …

–¡Toma Lecheeeeeeee!… –dice Ramón fuera de sí –

Y otro extraño salivazo, tan fuerte como el anterior, vuelve a irse garganta abajo, su sabor es indefinible… retira la masa para volver a entrar en mi boca, explotar su cabeza y otro salivazo, esta vez no tan violento, que golpea en mi paladar…

–Tomaaaaaa… Lecheeeeeeee… bébetela Todaaaaaaa…. Mmmmhhhh –brama el viejo Ramón –

Los impactos van cayendo en mi boca uno tras otro, ahora si que aprecio el sabor, insípido, aunque parece agridulce y luego salado, no lo podía definir… No conté cuantos salivazos llenaron mi boca, solo se que no pude retener los últimos so pena de ahogarme y se me escaparon por las comisuras de los labios, corriéndome barbilla abajo… vi salir la masa de mi boca y un hilillo de aquél extraño líquido, iba pegado a su cabeza y unido a mis labios como una tela de araña… miré aturdida, confusa y mareada a Ramón que me miraba, sonriendo de manera extraña, como si hubiese realizado un gran esfuerzo, pues respiraba fatigosamente, yo aún más que él, y con la respiración tan agitada que tenía, iba saliéndome el líquido que no me había tragado, llenándome la barbilla… Ramón, cogió su masa con la mano derecha y se la limpió en mi cara, dejándomela pegajosa… Enseguida Luis detrás de mí, sacaba lentamente el dedo, agradeciéndole el alivio que dejó en mi culito… Luego todo ocurrió muy deprisa… Ramón se puso detrás del tubo, me cogió las manos fuertemente, yo lo miraba sin comprender nada y seguía mirando las babas blancas… El tubo redondo, ahora quedaba a la altura de mis muslos, Ramón tiró de mis manos y en un santiamén el tubo, se me pegó a la barriga, estaba frío, muy frío… mi cabeza cayó fuera y solo vi el sucio suelo… Oigo roces y jadeos Luis a mi espalda y mascullar palabras en voz muy baja… Se acerca, sus huesudas rodillas se instalan entre mis abiertas piernas… Mi terror aumenta, cuando algo muy grande, caliente, redondo y duro, me abre los glúteos y se instala en ellos

–Mmmmhhhh –gime Luis –¡Qué blandita! ¡muévete… mueve tu puto culo de atrás adelante… venga! ¡Pónmela dura!

Cogida por Ramón que me ayuda a los movimientos, comienzo a moverme, pero al hacerlo, la masa incrustada en mis glúteos, me hace daño… pero no me detengo, es una extraña sensación, que me cansa sobremanera, mi abierta, no para de lanzar al suelo, aquél extraño líquido lanzado por la masa de Ramón … me duelen las rodillas… Así estamos un buen rato… él sin parar de resoplar… Y ya la masa en mis glúteos, ha adquirido un grosor y dureza enormes… Siento algo de humedad, en la parte alta de los carrillos de mi culo, cerca de donde comienza mi espalda…

–¡vale, para ya! –dice jadeando –que me vas a hacer correr antes de tiempo, bonita…-

Me paro jadeando yo también, estoy al borde del colapso cardiaco… Los dedos índice y pulgar de su mano izquierda, abren mis carrillos luego siento que escupe en el agujerito de mi ano… levanto un poco la cabeza, pero Ramón me la agacha…

–¡ahora nenita se buena! ¿eh? –me dice Luis suavemente –si gritas… ¡Ah!… si gritas… ¡Puuufffff!… por tu bien espero que no grites… ¡Porque si no, te mato!-

La amenaza me deja confusa y expectante… vuelve a escupir en mi ano… lo hace varias veces… luego un dedo, de su mano derecha, no se cual, comienza a girar alrededor de mi ano, la saliva comienza a extenderse por todo mi ano… Siento un gran asco… Los dedos de su mano izquierda, abren más mis glúteos y siento otro escupitajo en mi estrecho agujerito, el dedo que jugueteaba alrededor de él, presiona con fuerza y penetra en mi cálido agujero, todo entero… Mi primera intención es gritar, pero recuerdo enseguida la amenaza y eso me lo impide… solo abro la boca para que saliese una especie de:

–AaaaaaGgggffffffffssssssssss –muy suave y ahogado –

–¡Eso, es, ahí, sin gritar, muy bien! –dice animándome –

El dedo, en mi culito, entra, sale, gira y vuelve a girar… Hasta que, después de unos interminables minutos, sale y entra en mi culo, ya fácilmente… Luego introduce otro dedo, pero de la mano izquierda…

–AaaaaaGgggffffffffssssssssss –vuelvo a gemir al sentir los dos dedos dentro de mi ano –Aiiiiiiichchchchchch…

Se me vuelven a saltar las lágrimas del tremendo dolor que siento… Los dos dedos entran difícilmente, me oprimen las paredes de mis intestinos, siento nuevas ganas de defecar… durante unos minutos que para mí son interminables, no para de moverlos haciendo una gran presión contra las paredes de mis entrañas… Comienza a meterlos y a sacarlos, alternativamente… Gimo y lloro en silencio, espero que termine pronto el suplicio…

–¿Es que nunca te han metido un supositorio? –me pregunta Ramón sonriendo –¿eh?

Lo miro y sollozo en silencio, el dolor me deja sin fuerzas para contestarle

–Venga contesta… –me dice otra vez Ramón –¿Qué te pasa, porqué lloras?

–Me… Me… rompeeeeeiiichchchch… –le contesto con hilo de voz –

–¿Te quejas por un supositorio? -vuelve a preguntarme –

–Es… No Son supo… sitorios… Son dedos… Aiiiiiiichchchchchch… –le contesto quejándome, casi sin voz –

Luego los dedos, comienzan a hacer fuerza hacia fuera, como si quisieran agrandar mi ano… Los comienza a sacar muy despacio, hasta sacarlos del todo. Mi agujerito. siento que está abierto y desgarrado, me escuece y quema, pero al menos ha sacado los dos dedos…

–¡vamos allá! ¡Si gritas, te parto en dos! ¿Me has oído niña? –me pregunta Luis–¡Te parto en dos! ¿Me oyes? ¡Muerde esto!

–Ssssssi… –le contesto aterrada con hilo de voz, mientras un pañuelo se coloca en mi boca abierta –

–¿Crees que le va a caber –dice Ramón –

–Eso ahora lo veremos –dice el hombre –

Lo vuelvo a sentir acercarse, ¿Qué me tiene que caber?, me pregunto… su mano izquierda abre nuevamente los carrillos de mi culo… resopla… el dedo derecho vuelve a entrar en mi ano, gira dentro de mí… sale y enseguida, otro dedo, es mas gordo… mucho mas gordo… aprieta y fuertemente mi ano, hasta que comienza a abrirse muy lentamente, el dolor es insoportable… Como una punzada ardiente… Creo que me voy a reventar… siento unas enormes ganas de defecar…

–Ggggffffffffssssssssss –gimo en silencio, y me cuesta mucho respirar, mientras el enorme dedo penetra en mi ano –meeeeiiinnnnnggggg…

–Shhhht…. Shhhht… Ya está la cabeza casi dentro… Ya… –me dice jadeante Luis –

Ni me muevo, el dolor me traspasa de parte a parte… el acerca lentamente su cuerpo contra mí, con lo que el dardo que se está clavando en mi culo, se está haciendo monstruosamente grande y mi culito lentamente se está rompiendo por efecto de aquella presión, cierro fuertemente los ojos, para hacer más fuerza…

–No hagas fuerza… Mpuuuffff… que será peor… Mpuuuffff –me dice Luis resoplando –ábrete más… que falta muy poco…

–Gaaaaaaaaaaaiiiiiiiiinnnngggggg…. Yyyyaaaaaaaaiiiiiiiiggggg… –gimo aterrorizada, pues me ha dado, otro tremendo empujón en mi culito –

–Prepárate… que te lo voy a romper del todoooommmmpppfff… –dice muy nervioso Luis –

En un segundo, mi mente asimila lo que me dice, es su masa lo que intenta meter por tan pequeño agujero, cuando quiero reaccionar y luchar, algo elástico estalla en mi culo, a la par que mis entrañas se llenan con una masa enorme redonda y dura…

–Beeeeeerrrrrrrgggggggnnnnnnn –gimo abriendo mis ojos que parecen que se me van a salir de mis cuencas –… Yyyyaaaaaaaaiiiiiiiiggggg… Noooooooooiiiiiiiiinnnnggggggg

Ramón me agarra fuertemente, no dándome opción a movimiento alguno… Me asfixio, no puedo respirar…

–Joder… ¿Las has roto ya no? –le dice Ramón a Luis –porque ha abierto los ojos como platos…

–Ssssssi… Mmmmhhhh…. Mpuuuffff –suspira Luis –yaaaaaa…. Mmmmhhhh… Que apretado está… Es pura goma…

MI cabeza me da vueltas, me siento mareada y asfixiada… Siento que estoy clavada al tubo por mi espalda, más concretamente por mi culo… Quiero levantar la cabeza, pero el Ramón me la vuelve a agachar… La enorme masa incrustada en mis intestinos, entra y sale lentamente…

–Aiiiiiiiinnnnnnggggg… Aiiiiiiiinnnnnnggggg… –gimo con cada entrada y salida del inmenso miembro dentro de mi culo –Aiiiiiiiinnnnnnggggg

Luis comienza a moverse más rápidamente, cogiéndome por las caderas, me aplasta contra el tubo y me dice al oído resoplando…

–Mpuuuffff… Mpuuuffff… voy a llenarte el culito de leche… me va a salir tanta… Que te va a llegar a las orejas… Prepárate… Prepárate que voyyyyyyyyyyyyyy… Toma lecheeeeeeee

No veo nada, aunque tengo los ojos abiertos, solo sensaciones de color marrón oscuro… Como en un sueño, adormecida por el dolor, siento que mis entrañas comienzan a recibir violentos salivazos tibios, que chocan en mis intestinos y salen despedidos por mi culo muslos abajo… Cada acometida de la masa dentro de mi, lanza un potente salivazo y… no se cuantos recibo… entre sueños, veo que una mano, me quita el pañuelo de la boca… y algo redondo se mete en ella, es la masa de Ramón, el sabor es inconfundible, a pesar del estado en que me encuentro, es entrar en mi boca y comienza a lanzar chorros, del tibio y espeso líquido… me ahogo, con aquellos salivazos, luego de recibir un montón, salen de las comisuras de mis labios y caen chapoteado al suelo, cuando sale de mi boca la babeante masa blanca… luego, sólo se, que al cabo de un rato la otra masa sale de mi dolorido ano y que mis entrañas, protestan, lanzando heces líquidas que caen a lo largo de las corvas de mis muslos, resbalando por mis rodillas hasta el suelo, acompañados de un espeso y pegajoso líquido, que se me pega por los muslos… Me sueltan las manos, y quedo libre… Lo veo todo como a cámara lenta, resbalo por el tubo, hasta que mis glúteos dan en el suelo, mi cuerpo, apoyado en el tubo, mis manos a lo largo de mis caderas, fláccidos como sin vida… Mi vista está perdida en el infinito, Veo a Ramón como se sube sus pantalones y se marcha con Luis, los dos abrazados, como borrachos, riendo por lo bajo… Miro al suelo y veo, las manchas blancas y las heces, acompañadas con un líquido más oscuro de color rojizo… Observo largo rato los charquitos, hasta que veo entrar a mi primo… está asustado, se me acerca sollozando, no sé ni lo que me pregunta, apenas puedo oír nada, algo se me revuelve en el estomago y vomito, veo salir líquidos blancos y amarillos, es la comida del mediodía y el apestoso líquido de Ramón, El vomitar, me ayuda a relajarme y caigo en un profundo sopor, quedándome adormecida… lo demás son sueños y flashes… carreras, gritos, llantos y luces blancas… y la sensación de vacio en mis entrañas…

Cuando recobré el conocimiento, estaba rodeada por mis padres, mis tios, algunos médicos o enfermeros(llevaban batas blancas) y policias de uniforme… Me preguntaron que había pasado, yo intenté explicarles lo mejor que pude, el daño que me habían hecho, pero cuando me preguntaron por quien había sido, no supe, mejor dicho no quise decirles quien , pues el miedo a decir algo de ellos, podía más que toda la policia del mundo y no se me ocurrió otras cosa que darles unas señas de aquellos hombres que en nada se parecían a la realidad.

Cuando salí del Hospital, mi primo me confesó que aquellos hombres lo habían abordado en el parque, y como lo habían visto conmigo, le preguntaron que quien era yo, él se lo dijo y le obligaron a que me llevara a la casa.. Así que todo fue una amenaza a mi primo y yo me lo creí…

Fin

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