El relato erótico "La isla del Edén, Parte 01 (de Janus)" es un texto de ficción, ni el autor ni la administración de blogSDPA.com apoyan los comportamientos narrados en él.
No sigas leyendo si eres menor de 18 años y/o consideras que la temática tratada pudiera resultar ofensiva.
Año 2024.
Por la mañana.
«¡Claire! despierta cariño, casi es hora de ir a la escuela»
La niña de siete años se incorporó aturdida ante la voz de su madre. Salió a trompicones de la cama, desnuda, y caminó hacia el baño. Se lavó la cara y cepilló sus dientes, medio dormida. Su piel ligeramente bronceada mostraba algunas pecas. No se molestó el peinar su cabello castaño oscuro. Era corto y lacio, terminaba justo debajo de las orejas, dándole una apariencia de una chica poco femenina, o de un chico muy afeminado. Terminó de alistarse y bajó las escaleras.
«Bueno, pero mira quien despertó», dijo su padre, dejando su taza de té. Estaba sentado en la mesa de la cocina, leyendo el periódico, hasta que su madre irrumpió en la cocina. Ambos estaban desnudos, Claire se acercó a su padre y le dió su acostumbrado beso de los buenos días en la mejilla. Mientras ella se inclinaba para darle el beso, su mano se apoyó en el muslo derecho de su padre, rozando su pene.
«Aquí está tu avena, cariño», dijo su madre, besando su frente.
«¿Puedo ver las caricaturas en la tele mientras desayuno, mami?» preguntó Claire.
«Muy bien», le permitió su madre. «Pero sólo tienes quince minutos, sino perderás el autobus.»
Claire tomó su tazón de avena y entró en la sala de estar. No le gustaba sentarse en el sofá de cuero, porque normalmente estaba demasiado frío para su delicado culo desnudo, prefería sentarse en el suelo. Tomó el control remoto y cambió distraidamente los canales.
Tenía las noticias matutinas del canal 4. Ambos presentadores de noticias estaban desnudos.
El canal 7 tenía una película que mostraba a dos adultos teniendo relaciones sexuales. Claire miró brevemente por algunos segundos mientras el hombre penetraba analmente a la mujer, antes de cambiar de canal.
Un programa de cocina estaba en el canal 8. La niña arrugó la cara al ver a un hombre gordo y de pene pequeño preparar la comida.
El canal 9 mostraba otra película, ésta tenía a una mujer y una niña de la edad de Claire haciendo sexo oral a un hombre. La mujer adulta daba consejos a la niña. «Así se hace», dijo ella, «pasa tu lengua por la base del pene. ¿Lo sientes temblar en tu boca?». Su interés despertó, Claire vió un poco más antes de cambiar nuevamente el canal.
Tenía el canal de las caricaturas en el 11, es lo que ella quería. Claire dejó el control remoto, sin olvidarse de comer su avena mientras mira la TV. Se echó a reir cuando vió al gato y al ratón persiguiéndose. Enseguida fueron a comerciales.
«¿Está su niña creciendo?» pregunta un hombre en la TV. «Esté segura que ella recibirá el entrenamiento que necesita con «Joven y Lista», el dilatador anal diseñado para ayudar a esas pequeñas niñas que quieren estar listas para ese día especial con su papi.»
De repente, Claire recordó algo. Apagó el televisor y tomó el plato de avena vacío. «¡Mami!» dijo, corriendo a la cocina. «¡Olvidé ponerme mi dilatador!»
«Oh, cariño…» dijo su madre, secándose las manos con una toalla. «¿Po qué no vas arriba y lo traes? yo te lo pondré». Claire subió corriendo las escaleras para buscar el kit. Regresó segundos despues sin aliento.
«Aquí está, mamá»
«Vamos a ver…» dijo su madre, abriendo el kit. En su interior, había una serie de seis dilatadores anales graduados. El más pequeño era el nivel 1, que era casi tan grande como un tampón. El mas grande era el número 12. que medía mas de 15 centímetros de largo, y tan ancho como el brazo de Claire. «¿Qué tamaño usas, cariño?»
«El número seis, mamá», dijo Claire. Su madre selecció el número indicado y comenzó a aplicar el lubricante. El número seis era todavía relativamente pequeño, sólo 7.5 centímetros de longitud.
«Cariño, ¿por qué no te paras en la silla?», preguntó su madre. «Así es, levanta tu culo hacia mí. Perfecto, mi amor».
Claire contuvo la respiración al sentir la punta fría del dilatador contra su abertura anal. Su madre comenzó, haciéndolo girar contra su ano, distribuyendo el lubricante mientras aplicaba una leve presión. Sintió que su ano se abrió ante el frío intruso.
«Buena niña», le dijo su madre. «Sólo unos centímetros mas… eso es, cariño». Claire se aferraba a la parte posterior de la silla de la cocina, inhaló lentamente mientras su madre deslizaba el dilatador en el interior se su pequeño anito. Sintió los músculos de su ano expandirse para alojar el intruso, cerrándose cómodamente alrededor de la cabeza bulbosa.
«¿Mi niña está creciendo?». Preguntó su padre, cuando entró a la cocina. Acarició afectuosamente la cabeza de Claire. «¿Que talla eres ahora, preciosa, cuatro?».
Claire hizo una mueca. «No, papá», dijo.
«Tu hija ya es talla 6», su madre le dijo, empezando a limpiar la mesa.
«¡Seis!», exclamó su padre. «Estoy tan orgullo de ti, mi amor».
Claire se sonrojó con orgullo. «Talez la próxima semana puedas intentar una talla 7», agregó su madre. «¿No piensas eso, Claire?», la joven asintió con entusiasmo.
«Estás creciendo muy rápido», su padre se maravilló. «Vas a estar lista para el sexo anal conmigo un día de estos. ¡Mira!», dijo apuntando a su entrepierna. «Se me puso dura sólo de pensarlo».
Él se rió, Claire tambien se echó a reir, de la verguenza y el orgullo. «Oh, papi», dijo ella. La niña de siete años acarició el pene erecto de su padre, midiéndolo mentalmente y pensando cómo se sentirá tenerlo dentro.
«Muy bien ustedes dos», dijo su madre. «Claire va a llegar tarde a la escuela y papá va a llegar tarde al trabajo si ustedes no se mueven. Habrá un montón de tiempo para el sexo esta noche.»
Continuará