Era verano y hacia un calor pegajoso, como era costumbre en el pueblo los chicos no parabamos quietos, a toda hora corriendo de un lado a otro. Juegos inocentes , montar en bicicleta, futbol, perseguirnos etc. Pero tambien una curiosidad enorme por lo desconocido, por lo prohibido. Cuanto más los adultos nos advertian de andarnos con cuidado en esto o aquello, más nos motivaba para romper las reglas. Aquello de la atracción por saltarse las prohibiciones. La adrelina de lo peligroso.
Una de las advertencias más repetidas era que no nos acercaramos a una granja de las afueras del pueblo. Granja Rosada, se llamaba y estaba regentada por una familia tenebrosa. El cabeza de familia, Andres, era un mastodonte de 1'90, de unos 70 años, calvo y barbudo, con una panza considerable y mas peludo que las cabras que cuidaba. De carácter iracundo y violento tenía fama, en el pueblo,de busca lios y de una atracción desmedida por el vino y los chicos jovencitos.
Los otros miembros del lugar eran , la hija del granjero Maria 40 años, madre soltera , entrada en carnes, alta y descuidada como su padre. Apenas salia de la granja. Solia vestir una bata mugrienta sin otra prenda que un pañuelo con el que se recogia el pelo, rubio y apelmazado por la mugre. El hijo de Maria, Luis de edad similar a la nuestra, recien estrenada la decada. Muy alto y espigado con una rara cicatriz rojiza que le cruzaba la mejilla derecha. Tenia una inclinación desmedida a sobar a todo quisqui y a mostrar la polla a todos los interesados, que por cierto la tenía de unas dimensiones considerables. Cerraba el circulo familiar, Rosa. Hermana pequeña de Andres con 55 años y una vida llena de altibajos llevaba 3 años refujiada en la granja. Huia de un matrimonio naufragado con un marido violento y abusador. No tenia hijos y su unica esperanza en la vida era pasar desapercibida. Lo cual era dificil, como toda la familia era alta, pero ella era esbelta, con un cuerpo atractivo y una sexualidad muy activa. Rosa se follaba todo lo que podia, no le importaba sexo ni edad, era una depredadora sin escrupulos.
Luis solia jugar con nosotros, eramos los tres mosqueteros. Aparte del ya descrito Luis eramos Carlos, menudo , delgado y fibroso con un cuerpo infantil que justo cambiaba la voz, aun le salian notas agudas de vez en cuando, y yo, Juan con 11 recien cumplidos huerfano de padre y con una mama superocupada cosa que me dejaba tiempo y oportunidad para campar a mis anchas.
Soliamos jugar los tres al consavido juego de medicos y pacientes. Esa tarde estabamos en un corral de casa de Carlos, yo era el paciente, Luis el medico y Carlos el infermero. La escena era teatrealizada para darle mayor realismo. Nos gustaba el teatro.
- buenas tardes, vengo a un chequeo me duele la barriga.
Carlos en su funcion de infermero me condujo al interior del corral/dispensario.
- vaya desnudandose que el doctor le examinará en un momento.
Me quité toda la ropa y desnudo, me estiré en un camastro que hacia las funciones de camilla.
-bueno, bueno que tenemos aqui, ¿ le duele la barriga? Pongase boca arriba y Carlos ayudame con el examen.
Yo estaba boca arriba, desnudo e indefenso en manos del "medico" Doctor Luis. En cuanto me tubieron mirando el techo las cuatro manos me empezaron a sobar. Carlos me examinaba la cabeza, detras de las orejas, el pelo, las axilas.... despacio sobandome , lamiendome , comiendome la boca. A su vez, Luis me examinaba la barriga, palpandome , me levantó las piernas y recorrió las ingles con la punta de los dedos......
Ummmmm ya veo donde está el problema, esta pollita tiene una retención de humedad te voy aplicar un tratamiento urgente.
Dicho lo cual me empezo a chupar el rabo, con ansia, yo no habia tenido ninguna experiencia sexual y aquella mamada, visto ahora con la prespectiva de los años , me abrió los ojos y las ganas de descubrir la lujuria escondida en mi inocencia. Luis siguió la exploración.
Esto Juan, voy a tomarte la temperatura , la mejor forma es por el culo es la manera mas fiable, date la vuelta y pon el culo en pompa que saco el termometro.
Yo me dì la vuelta y Luis me escupió en el ojete, para que no te duela me dijo, mi abuelo siempre me escupe en el culo cuando me inserta su termometro, doble el cuello y mirando hacia atras vi como se bajava los pantalones y se escupia en la polla.
Espera Luis, ¿ que vas hacer?
Pues lo que te dije, meterte mi termometro por el culo.
Noooooo quiero
Callate quejica, Carlos sujetalo.
Y me metió "el termometro" ......
Y como parece que la lectura no fue buena, Carlos tambien metio su termometro.
¿Continuo?









La introducción me pareció confusa, al final no supe si las edades de los personajes eran 11 o 65 años.