Sueño hecho realidad (de Falkop3d)

    ATENCIÓN

    El siguiente relato erótico es un texto de ficción, ni el autor ni la administración de BlogSDPA.com apoyan los comportamientos narrados en él.

    No sigas leyendo si eres menor de 18 años y/o consideras que la temática tratada pudiera resultar ofensiva.

    4.3
    (3)

    Una breve historia de un hombre adicto a la pornografia y a la pedofilia a traves de la historia de la internet.

    Soy una persona normal (o eso creo yo); tengo actualmente 43 años y vivo desde que tengo uso de razón en una pequeña pero prospera ciudad del interior de la Argentina, casi en el centro del área sojera por excelencia. A lo largo de mi vida he tenido amoríos como cualquier otro ser terrenal y pero al igual que la mayoría, descubrí la pedofilia con el estallido de la internet. Al principio y como todos lo habremos hecho; accedía a páginas de porno en la web superficial buscando lo más común que se podía encontrar por aquel tiempo y también se podía acceder a la pornografía infantil; aunque generalmente esos sitios conllevaban el riego de infectar el ordenador con virus; lo que de una u otra manera te hacia acobardar o convertirte en un experto en informática como es mi caso. Aún recuerdo el nerviosismo y la excitación que me atacaba cuando podía acceder a las páginas de LS-Magazine, Dark Lolita o Premium Lolita y aun considero que aquellas fotografías no eran pornográficas y menos pedófilas ya que se trataban de niñas posando como si fueran modelos top model y que en cada cuadro se iban desnudando poco a poco.

    Siempre fantasee con ser yo el fotógrafo o poder tener la posibilidad de estar con una niña como esas; pero solo era una fantasía ya que no me sentía capaz de realizar aquellos actos con mis propias hijas ya que el solo hecho de pensarlo me generaba un terrible cargo de conciencia que no iba con mi carácter de amoroso y protector padre. Después llegaron programas p2p como eDonkey y BitTorrent que continuaron evolucionando hasta el día de la fecha. Pero el encontrar material pedófilo se fue haciendo más difícil y complicado; así fue como llegue a la Deep Web y allí me deleite con las más oscuras y perversa depravaciones sexuales existentes. Pero mi afición por la pornografía rápidamente se convirtió en una obsesión y llego a costarme mucho, pues perdí un excelente trabajo en una importante concesionaria automotriz, un matrimonio de más de diez años y el que por varios años no volviera a ver a mis dos hijas ya que mi ex esposa se los llevo a otra ciudad y no me permitía verlas escudándose en que yo era un pervertido sexual y que las lastimaría.

    Si algo he aprendido a lo largo de mi vida, es que esta es una maldita perra que se esfuerza en derribarte a como dé lugar; pero como cada acción tiene una reacción igual y en sentido contrario, cada vez que he caído, me he levantado por mis propios medios, sacudido el polvo por así decirlo y la he escupido en la cara diciéndole que no me derrotara tan fácilmente. Con el dinero que cobre al ser despedido injustamente de mi trabajo y a modo de terapia para no consumir pornografía; compre un radiotaxi y en el pasaba tanto tiempo que casi lo único que hacia al llegar a mi casa era dormirme profundamente. Eventualmente reincidía en mis exploraciones en búsqueda de pornografía en la web y terminaba saciando mis necesidades sexuales concurriendo a uno de los dos prostíbulos en la ciudad. Recuerdo que fue cuando cayó el sitio “LolitaCity” en la Deep Web que concurrí al prostíbulo y me encontré que había un par de nuevas meretrices (todas muy bellas por cierto); pero había una que a pesar de que decía tener 20 años y un cuerpo acorde a esa edad, tenía una espiritualidad inocente y casi infantil que me agrado desde el primer momento. Lo más llamativo de esta joven prostituta era que su rostro me hacía recordar a “ANYA OXI”; una erótica lolita porno infantil rusa de las series “VladModel” y ShowStar”.

    Realmente quede prendado por aquella joven ramera y casi inmediatamente nos fuimos a una de las habitaciones. Sin mediar charla alguna nos desnudamos para después de recostarme en la desvencijada cama del prostíbulo. La muchacha me realizo una felatio en la que me demostró su maestría en el arte de satisfacer a un hombre y mientras lo hizo; me coloco un condón para que unos minutos después la fornicara vaginalmente. Al finalizar aquel acto sexual prepago; dialogue con la joven mujer y así supe que se hacía llamar Lulú y que hacía poco menos de un año que se dedicaba al más antiguo oficio de la humanidad. Yo por mi parte, le confesé su parecido con “Anya Oxi”; lo que la hizo preguntarme quien era pues no la conocía y al explicarle solo sonrió con picardía para después decirme que la próxima vez podía llamarla de esa forma y así lo hice cuando un par de días después; volví al prostíbulo y nuevamente requerí los servicios de Lulú. Estas visitas se fueron haciendo rutinarias y en cada una de ellas y a modo de juego previo al servicio sexual; comencé a llevarle y entregarle fotografías impresas a la joven meretriz. En su mayoría, todas eran sobre su homóloga infantil. Lulú siempre me hacía preguntas sobre distintas perversiones que le haría si no nos encontráramos en su sórdido lugar de trabajo y esto hacia que mi calentura se incrementara y que cuando la fornicaba la llamaba por el nombre de aquella lolita rusa.

    Una fría y lloviznosa noche de invierno que no tenía previsto concurrir al burdel pues debía trabajar con mi radiotaxi; casualmente un viaje me dejo en las inmediaciones del lugar y a medida que me fui aproximando, descubrí que había un operativo policial allí. Continúe la marcha como si no me incumbiera lo que ocurría, pero a las pocas cuadras de entre la oscuridad observe que Lulú y otra joven meretriz se escondían de la policía. Increíblemente; Lulú reconoció mi vehículo y me hizo señas para que me detuviera y raudamente se subieron al automóvil. Realmente ni ella, ni yo sabíamos que hacer o a donde dirigirnos, así que conduje por un rato sin rumbo fijo por las afueras de la ciudad por un rato. Las dos jóvenes rameras solo tenían puesto unos bikinis diminutos y unos zapatos de tacón aguja; lo que las hacía temblar del frio y por los nervios de la situación vivida. Aunque suene increíble de creer; les ofrecí a las dos prostitutas alojamiento en mi casa a cambio de nada. Lo primero que hicieron Lulú y Sandra (así se llamaba la otra prostituta) fue darse una ducha caliente para sacarse el frio de sus cuerpo y como yo recordé que mi ex esposa se había dejado muchas prendas cuando nos divorciamos aludiendo que ya no le cabían y pidiéndome que las tirara a la basura; se las entregue a las dos rameras que supieron agradecérmelas dándome un fuerte abrazo y besándome las mejillas.

    · Max… ¿Esa es tu computadora? – pregunto Lulú con algo de inocencia.

    · Así es – respondí yo encendiéndola.

    · Tienes fotos nuevas para mostrarme – interrogo la joven ramera.

    · Vos sos el que le da las fotos de nenas desnudas – pregunto algo asombrada Sandra.

    · Si… pero eran para vos sola Lulú – le dije yo casi recriminándole que se las hubiera mostrado a todas las demás mujeres del burdel.

    · Perdón Max… – respondió Lulú bajando su cabeza.

    A pedido de Lulú comencé a reproducirle mi vasta colección de fotografías porno pedófilas a las dos rameras y mientras lo hacíamos conversábamos tonterías pero también comenzamos a revelarnos secretos inconfesables y así fue que supe ambas jóvenes prostitutas eran menores de edad cuando la policía allano el prostíbulo y por ello huyeron. Lulú resulto tener 15 y Sandra 18 años. Las historias de vida de las dos meretrices resultaron ser casi idénticas, pues ambas muchachas provenían de familias de clase media trabajadoras pero desintegradas ya que sus padres eran divorciados. Habiendo sufrido en carne propia los abusos verbales, psicológicos y físicos por parte de sus progenitores y de varios integrantes de sus familias; quienes las iniciaron sexualmente a muy temprana edad. Cada una de ellas también tuvo un motivo casi similar por el cual huyeron de sus casas y los designios del destino las unió en un mismo lugar ejerciendo el más antiguo trabajo del mundo. La conversación duro hasta ya avanzada la mañana y el cansancio de la trasnochada nos fue ganando lentamente a los tres y concluimos aquella jornada recostamos en mi cama. Yo no podía creerlo que aquellas dos jóvenes meretrices fuesen menores de edad y que a quien más admiraba fuera una quinceañera experta en todos los menesteres sexuales.

    Mi propuesta de alojamiento provisorio se extendió a casi un año y durante ese tiempo, a la única persona que debieron satisfacer sexualmente fue a mí. Lulú me confeso que antes de conocernos había sido madre y que su pequeño hijo estaba al cuidado de su progenitora; pero una extraña tristeza la envolvía cuando hablo de ese tema y el mejor consejo que pude darle, fue que fuera a buscar a su hijo y que le diera el amor y el cariño que no había recibido ella misma y que tomara como una lección de vida cada cosa que le ocurrió para no volver a repetirlo. Con algo de dinero que le di como para que pudiera lograr aquel cometido y que prometió devolvérmelo en cuando pudiera; la quinceañera meretriz fue la primera en marcharse y fue una despedida muy emotiva y con algo de tristeza, pero confié que el destino soplaría a favor de aquella niña a partir de aquel momento. Sandra continuo conviviendo conmigo un tiempo más como si fuéramos una pareja de enamorados; consiguió un trabajo en una tienda de ropa, retomo sus estudios secundarios (gracias a mi insistencia para que concluyera con su aprendizaje) y sintiéndose segura y libre de su tortuoso pasado comenzó a vivir su nueva vida. Ella y yo continuamos una amistad que perdura aun y que en ocasiones mantenemos ardientes encuentros sexuales.


    Fin

    Califica esta publicación

    Ayudarás al autor y a la administración a mejorar el contenido...

    Promedio de puntuación 4.3 / 5. Recuento de votos: 3

    Hasta ahora no hay votos. Sé el primero en puntuar este contenido.

    Ayúdame a mejorar la calidad del blog dejando tus comentarios en la parte de abajo y una calificación a la publicación aquí arriba. También puedes dejar tus dudas, sugerencias y/o comentarios en la página de contacto.

    Si el relato lleva varios días sin continuación es muy probable que no la tenga 🙁, ¡pero quizás tú si la tienes 😀! Para compartir tu relato puedes usar la sección de Enviar relato

    blogSDPA.com
    blogSDPA.comhttp://blogsdpa.com
    Publico relatos SDPA anónimos o con autor desconocido. Si un relato publicado es tuyo házmelo saber por correo electrónico.

    Publicaciones similares

    Publicación anterior
    Publicación siguiente