El sonido de la regadera me despertó, abrí los ojos lentamente y recordé lo que había sucedido la noche anterior, una pequeña punzada de excitación me recorrió el pecho pero inmediatamente cesó, al poco mi padre salía del baño solo con su toalla amarrada a la cintura, me sonrió como si nada hubiera pasado y posible mente el así lo veía pues me había creído dormida. Me dio los buenos días dándome un beso que sentí mucho más cerca de los labios que en otras ocasiones y luego comenzó a sacar su ropa pidiéndome que me metiera a bañar para aprovechar el día.
Estando ya en el baño me desnude y levante los pantalones de mi pijama a la altura de mis ojos para apreciar la lave mancha que los jugos de mi papá habían dejado en la parte posterior. Lo acerque a mi nariz y aspiré profundamente inundándome nuevamente de ese caliente hedor, rápidamente me metía a la regadera y frotando suavemente mi clítoris comencé a masturbarme lentamente, al poco trate de incrustar uno de mis dedos en la concha que hambrienta lo recibió, solo la puntita estuvo escarbando entre mis labios a la vez que con el resto frotaba mi palpitante clítoris, fue cuestión de pocos segundos y un intenso orgasmo me invadió, un levísimo gemido se escapó de mi boca mientras con mis ojos cerrados me apartaba momentáneamente de este mundo.
El agua tibia mojaba mi cuerpo sin cesar y me fui despejando poco a poco, cuando comencé a enjabonarme lo hice lentamente disfrutando de las caricias en todo mi cuerpo que mis propias manos me proporcionaban. Al secarme hice lo mismo, movimientos suaves que me relajaron y que hicieron que mi piel se erizara.
Salí del baño también envuelta en una toalla y mi padre ya se encontraba plenamente vestido solo se estaba poniendo el desodorante y un poco de colonia y terminando de peinarse, lo observe detenidamente y pude apreciar por primera vez que nunca lo había visto como un hombre, pero ahora lo aprecié de esa forma, su cuerpo no estaba nada mal, alto sin ser en realidad musculoso su cuerpo no mostraba rasgos de grasa ni flacidez, su cara agradable y una sonrisa que podría cautivar a más de una; su cabello entrecano le daba ese aire interesante que a muchas mujeres llama la atención. Por supuesto que no lo vi directamente a la entrepierna pero por lo que pude sentir la noche anterior papá tenía excelentes proporciones.
Le pedí que no volteara pero en realidad sabía que me podía ver por el espejo, deje caer la toalla al suelo y mi padre desde su posición seguro que pudo verme allí parada y comenzando a ponerme la ropa, lo primero fue una tanga de hilo dental de color negro, me la calce lentamente dejando a mi padre disfrutar del espectáculo que le estaba proporcionando, el me veía solo de espaldas pero volteaba levemente para que disfrutara un poco de la curvatura de mis senos pero sin ser excesivamente obvia. Luego me coloque el sostén y le siguieron unos pantalones de mezclilla ceñidos y una playera blanca que se pegaba también a mi cuerpo, cuando termine de vestirme me senté en la cama y me puse unas calcetas blancas y luego unos zapatos tenis, para finalizar me coloque al lado de mi padre frente al espejo y disimuladamente pude apreciar que su ángulo de visión había sido perfecto para observarme. Me cepille el largo cabello de color oscuro hasta dejarlo perfectamente desenredado tras lo cual me puse el desodorante y el perfume, para este entonces mi padre ya había terminado en lo suyo y estaba listo, quince minutos después yo terminaba mi arreglo y salimos de la habitación.
Era temprano y fuimos a desayunar a casa de mi prima y para ver si se les ofrecía un poco de ayuda en los preparativos de la fiesta, por supuesto que nos dijeron que todo estaba bajo control y que si gustábamos podríamos ir a dar una vuelta para distraernos y estar dispuestos para la fiesta de esa tarde. Así después del fructífero desayuno salimos a dar un paseo por el bosque cercano a casa de mi prima.
La caminata fue muy grata pues los paisajes eran muy hermosos, subimos a un pequeño montecillo que desde la cima nos permitía ver todo el pueblito, nos sentamos en unas rocas salientes y allí nos pusimos a platicar de muchas cosas, de la casa, de mi escuela de su trabajo y poco a poco la cosa se desvió a cosas mas personales, ahí mi padre se enteró de que yo aun era virgen y de que había tenido varios novios, fue tan profunda la platica como nunca antes habíamos tenido, por supuesto todo esto motivado por los recientes acontecimientos que lograban ponerme permanentemente en un estado de latente excitación al lado de mi papá.
También pude notar que su actitud para conmigo fue un tanto diferente a lo que era antes, que en realidad se podía decir que era un tanto fría. Comenzamos el descenso como a eso de las dos de la tarde y llegamos a un buen restaurante como a eso de las dos y media, comimos y regresamos a la habitación del hotel, solo entrar nos recostamos para descansar un poco y estar listos unas horas más tarde para la fiesta; bastaron unos quince minutos para dormirnos profundamente y solo desperté hasta que sentí como las manos de mi padre recorrían nuevamente mi cuerpo.
Esta vez yo estaba recostada de lado dándole la espalda a mi padre y el alejado de mi paseaba su mano por mis nalgas, me estremecí cuando sentí como sus dedos jugaban sobre la tela de mezclilla a la altura de mi ano, palpaba con detenimiento cada ondulación de mis carnes, subía y bajaba por las colinas de mis nalgas y se paseaba por el canal que separa ambos cachetes para llegar de nueva cuenta hasta mi ano en el cual se entretenía por varios minutos.
Hice movimientos como de que comenzaba a despertar e inmediatamente mi padre fingió dormir, esperé un par de minutos y me comencé a poner de pie lentamente como para no despertarlo, luego encendí el televisor a bajo volumen y me coloque frente al espejo por donde podría verlo disimuladamente y excitada por la situación lentamente comencé a sacarme la playera quedándome así un par de minutos, luego desabroche el pantalón lo fui bajando lentamente dejando a la vista mis nalgas solo cubiertas por el leve hilo dental de mi tanga, obligadamente tenía que empinarme para sacar el pantalón por mis pies y esta operación duró más de lo previsto pues se me “complico” esta tarea, imagino mi firme culo en pompa mostrándose impúdicamente ante mi padre, también puedo imaginar su cara de sorpresa ante esta inesperada situación, levantándome discretamente observe al espejo y pude comprobar que mi padre me observaba, y entonces continué con la engorrosa labor de sacar el pantalón por los pies. Cuando por fin me puse de pie desabroche el sostén y lo deje caer al suelo entonces me puse de la do para que mi padre pudiera apreciar bien mis senos, luego comencé a bajar las bragas dejándole ver un poco de mi peluda conchita, volviendo a voltear al espejo pude apreciar que continuaba observando, luego me volví y pude ver como cerraba sus ojos y me encamine hasta la orilla de la cama en donde estaban las toallas, tome unas no sin apreciar la voluminosa protuberancia que se había formado en la entrepierna de mi padre. Me coloqué la toalla cubriéndome y así estuve unos minutos haciendo cualquier cosa para hacer tiempo y mi padre hizo como que se despertaba, entonces le dije que me iba a meter a bañar y el asintió. Pude observar que me veía un poco disimuladamente a las piernas que quedaban expuestas casi en su totalidad.
Nuevamente me tuve que masturbar en la regadera para aliviar mis ardores, esta vez fueron dos los orgasmos que tuve y luego salí del bañó igual envuelta en la toalla, pero esta vez como por descuido la misma estaba un poco más arriba casi mostrando casi el inicio de mis nalgas, pude ver la turbación de papá y esto me divirtió un poco.
Papá se metió luego al baño e imaginó que también debió haberse masturbado pues se tardó más de lo que siempre se tarda, cuando salió ya traía puesto un pantalón que no vi cuando entró y esto me desilusionó un poco pues creí que saldría con su toalla, aproximadamente como a la hora y media ya estábamos ambos preparados para la fiesta que ya no tardaba en comenzar, mi padre con un traje oscuro que le sentaba muy bien me miró cuando por fin terminé y me chuleó, me hizo dar una vuelta mientras me silbaba en señal de admiración. Traía puesto un vestido corto de color negro que me llegaba hasta la mitad de los muslos, medias negras y zapatillas del mismo tono, sobre el vestido un abrigo de color blanco a corte italiano, el vestido tenía un buen escote que dejaba apreciar una cuarta parte de mis senos por su costado superior central, mis nalgas paraditas se dibujaban perfectamente en mi vestido y esto me entusiasmo. A las siete de la noche nos encaminábamos hacia las fiesta viendo a infinidad de parejas que también iban con ese rumbo, como ya saben en un pueblo creo todo el mundo asiste.
Continuará
