El pequeño cuarto con cama matrimonial se quedó solo después de que nuestros parientes se fueron a su casa, iba a ser el cumpleaños de una de mis primas, ella vive en la provincia y como ya la casa se encontraba llena tuvimos que buscar un hotel y esté no estaba lejos de casa de Mandy, mi prima.
Sus quince años eran una ocasión especial a la cual yo que era su más querida prima no podría dejar de asistir y como mamá a un no terminaba de arreglar algunos asuntos legales en la ciudad, pues se tuvo que quedar obligadamente. Papá tuvo que pedir unos días de sus vacaciones y así poder acompañarme en la fiesta.
¡Ah! Se me olvidaba presentarme, soy Galia, ahora tengo 16 años y mi padre se llama Federico y tiene 40. Pues bien continuando donde quedé debo decirles que la única habitación vacante del hotel era solo esta y ya era tarde así que para no buscar otro lugar decidimos aceptarla y aunque tendríamos que compartir la cama iba a ser solo por un par de noches y no tenía ningún problema pues ¿que podría pasar con papá?
Eran las diez y cansada por el viaje decidí tomar un rápido baño y acostarme a descansar, mi papá esperó a que yo saliera de la regadera y en lo que el se bañaba me comencé a poner mi ropa de dormir; el gran espejo que estaba en una de las paredes me permitió ver mi cuerpo mientras me iba cambiando, la toalla cayó al suelo y pude apreciar mis largas piernas, debo admitir que tal vez un poco flaquitas, eso sí, mis nalgas están bien paraditas y una leve mata de vello me cubre el abultado monte de Venus bajo el cual alcancé a ver un poco de mis labios, me seguí admirando un rato más comprobando que a pesar de tener un poco grandes los senos para mi edad estos están firmes y paraditos, mis pezones apenas oscuros se irguieron un poco por el frío de la noche.
Me comencé a poner la panty y luego el pantalón de mi pijama quedando ya tan solo desnuda de la parte alta, mí padre salía del baño justo en ese momento, tan embotada estaba admirándome que no me di cuenta de cuando cerró la llave del agua. Al verme desnuda de los pechos se quedo unos instantes sin saber que hacer y luego se dio la vuelta un poco avergonzado misma reacción que yo tuve, pasado este pequeño incidente ambos nos acostamos en la cama sin decir más que las buenas noches.
Rápidamente y debido al cansancio del largo viaje de cuatro horas nos quedamos dormidos, creo que primero fue mi padre el que se durmió. Mis sueños eran pesados, de esos que te están despertando a mitad de la noche, el frío también me despertó en una de las ocasiones en que creo me destapé.
No se que horas serían cuando noté que mi padre se acercó a mi y me abrazó, nuevamente me quedé dormida y desperté de nueva cuenta cuando sentí como una mano de mi padre estaba puesta sobre uno de mis senos, no se movía pero esto logró que me pusiera un poco nerviosa, mi corazón se agitó un poco pero trate de no moverme para no despertar a papá, así me medio quede dormida; leves movimientos en la mano de papá me volvieron a despertar, mi pezón estaba erecto y dos dedos de su mano me lo amasaban suavemente, nuevamente mis nervios se elevaron hasta el cielo pero no me moví, las suaves caricias que mi padre me estaba dando en el pezón erecto me estaban poniendo sumamente alterada y no sabía si salir corriendo o reclamarle algo, pero una cosa más fuerte en mi interior me impidió moverme y así seguir fingiendo que dormía.
La mano de papá se apoderó entonces de todo mi seno y lo amasó con gran suavidad, en ese instante comencé a sentir como su entrepierna se comenzaba a tensar detrás de mis nalgas que estaban pegadas a su cuerpo, en pocos segundos esa barra caliente comenzó a crecer a proporciones increíbles, esto me puso aun más nerviosas que antes pero continué sin moverme.
Lentamente los dedos de papá fueron buscando uno de los botones de la camisa de mi pijama y segundos después este salió por el ojal dejando libre paso a mi desnuda piel bajó la delicada tela de la pijama, sus tibios dedos fueron recorriendo lentamente mi carne desnuda, buscando de nueva cuenta el camino hasta mi seno, sentí que la carne se me erizaba cuando papá puso toda su mano sobre mi seno desnudo, mis pezones se erizaron al acto y la piel se me erizó completamente al mismo tiempo que una onda eléctrica se paseaba desde mi nuca y recorría todo mi cuerpo. Quise moverme pero mi cuerpo estaba como inmovilizado, ni uno solo de mis miembros se movió.
Sentí como la mano de mi padre se movió lentamente formando extensos círculos por toda la superficie de mi pecho, las caricias eran suaves y lentas, creó procurando no despertarme, pero en realidad estaba tan despierta como excitada. Sentí que mis pliegues vaginales comenzaban a humedecerse lentamente. Traté por todos los medios de seguir respirando profundamente fingiendo dormir pero la gran excitación me dificultaba la tarea aun que creó, lo logré.
Mi padre se apoderó poco tiempo después de mi erecto pezón y lo estuvo pellizcando levemente y acariciándolo con sus dedos, al mismo tiempo comenzó a mover sus caderas haciendo que su bulto se restregara entre mis nalgas, pude sentir como esa daga caliente y palpitante se movía lentamente de arriba para abajo por todo lo largo del canal que se forma al juntarse los cachetes del culo. Lo sentía enorme y aunque nunca antes había sentido o tocado o visto uno, pude imaginar su forma, su largo, su grosor gracias a lo suave que papá me lo estaba restregando, esto aun con la tela e mi pijama y la de papá.
Así permanecimos durante buen rato, los movimientos de mi padre eran lentos y pude sentir su respiración cerca de mi oído, al poco una humedad caliente me empapó las parte superior de las nalgas y supe que papá se estaba viniendo, inmediatamente la habitación se inundó con un olor intenso que no dejaba lugar a dudas de esa eyaculación. Todavía después de esto papá se estuvo moviendo hasta que comencé a sentir la lenta pero notoria desinflamación de su pene y minutos después mi padre sacaba su mano de mi teta, sin volver a abotonar la camisa de mi pijama me volvió a abrazar y se quedó profundamente dormido.
Yo me quede despierta un rato más, tratando de digerir lo que acababa de suceder, nunca en mi vida había pensado que algo así pudiera pasar y no estaba psicológicamente preparada para ello y aunque la verdad del todo no me fue desagradable pensé en las posibles repercusiones que esto podría acarrear, mi mente dio varias veces la vuelta en varios escenarios, pensé en mi madre, en que pasaría si ella se enterase de algo así, en que haría papá si yo le llegaba a reclamar su actitud, en verdad había muchas cosas que pensar y que no sabía como descifrar y mucho menos como actuar. Una cosa sí era segura, me había excitado demasiado la situación y aunque en lo racional lo trataba de negar sabía que en el fondo de mí algo deseaba que esa situación se volviera a repetir.
Algo había cambiado durante esos escasos sesenta minutos, a partir de ahora y lo intuía las cosas iban a ser diferentes con el trató de mi padre hacia mí y de mí hacía él. Sin saber ni a que hora y lentamente fui pegando más mi cuerpo al de mi padre y así como estaba abrazada por el me fui quedando dormida sin saber en que momento.
Continuará









