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    La inocencia de Lili, relato erótico SDPA en blogSDPA.com

    La inocencia de Lili

    11 de noviembre de 2024 en Relatos SDPA, Jovencitas

    Esta publicación es la parte 1 de un total de 9 publicadas de la serie Federico

    Hola. Es un placer poder comenzar en esta fabulosa pagina de relatos; mi nombre es Federico e intentare deleitarlos con algunas de las experiencias que he tenido a lo largo de mis 21 años de vida. Yo no tengo muchas historias y, en algunos casos, escribiré todas las fantasías que me vengan a la mente. Pero eso si, tratare de que les guste mi forma de escribir aunque algunas historias sean fantasías. Pero también les puedo decir que las historias sobre mi, todas son verdaderas. Sin mas que decir, comenzare. Para empezar esta anécdota debo comenzar diciendo que no soy muy apuesto, como muchos se describen en algunos relatos.

    Mido 1.70m; peso 75kg; no soy atlético; soy moreno de ojos negros; cabello crespo, del mismo color que mis ojos; estoy pasado de peso, pero no estoy gordo; soy bastante velludo; y por ultimo, y espero que me crean, mi verga mide 10 pulgadas de largo por 7 pulgadas de circunferencia. Mi verga es lo único que me gusta de mi.

    Este relato comienza cuando tenia 18 años; en esos tiempos tenia la misma figura que describo, pero con 1 pulgada menos en cada medida de mi pene. En esos tiempos, la crisis me obligo a conseguir trabajo en un pequeño colegio religioso para poder pagar mis estudios y ayudar a mi familia.

    Como seguramente muchos de ustedes ya se lo imaginaban; la escuela era y es única y exclusivamente para señoritas de entre 8 y 18 años, sin un hombre a la vista a excepción de algunos maestros y de su servidor. Y como en todo colegio, las estudiantes regresaban a sus casas hasta las vacaciones; pasando la mayor parte del año en aquel lugar donde yo trabajaba. Yo era el encargado de la limpieza junto con dos mujeres, Josefa y Agustina, 20 años mayores que yo. Entre los tres nos encargábamos de la limpieza de las habitaciones de las alumnas mientras ellas iban a sus clases. Josefa, una señora de 40 años bastante fea y siempre malhumorada, se encargaba de la limpieza de las habitaciones de las niñas de los 4 primeros cursos (8 a 11 años) y siempre se quejaba de lo sucias que eran las pobres chiquillas, llegando hasta el punto de amenazar a las infantes; algo que detestaba de ella. Por otro lado; Agustina, una mujer de 38 años bastante gordita pero que siempre tenia una sonrisa en la cara, se encargaba de las habitaciones de la niñas de cursos intermedios (12 a 15 años) y en ninguna ocasión la había oído quejarse de su trabajo, era muy buena con las niñas y a mi me agradaba mucho. Y como ustedes supondrán, yo era el encargado de la limpieza de los últimos cursos (16 a 18 años) y las demás áreas del colegio( sanitarios, áreas verdes, oficinas, gimnasio), por lo que me pagaban un poco mas que a mis otras dos compañeras. Un día, mientras limpiaba la habitación de tres alumnas del ultimo grado, me encontré con unas hermosas bragas de algodón en la cima de una montaña de ropa sucia que estaba amontonada en una esquina de la habitación.

    No podía evitar excitarme con semejantes objetos a la vista; tome una braga de color blanco y me la lleve directamente a la cara, olfateando el excitante aroma que despedía aquella preciosa prenda mientras con mi mano derecha acariciaba mi grueso pene por encima del pantalón. El suave perfume unido al aroma corporal de la dueña me trastornaban bastante, obligándome incluso a bajarme los pantalones y masturbarme con aquellas bragas que tenia a mi disposición.

    -¡¡¡Quico!!!- grito una voz atrás de mi. Cuando voltee me encontré cara a cara
    con Agustina. Yo no sabia que hacer, estaba consternado. Rápidamente lance

    las bragas hacia la montaña de ropa sucia y me subí los pantalones con algo de dificultad debido a mi enorme erección. Mire con nerviosismo a la señora y con bastante temor.

    -No deberías hacer eso- me dijo con suavidad la señora- si alguien te hubiera descubierto te habrías metido en muchos problemas.

    -perdóneme Agustina- dije nervioso- no quería, no sabia que, discúlpeme.

    -no te preocupes- comento amablemente- yo tengo dos hijos de tu misma edad, y se la pasan robándole las bragas a las vecinas, jajaja- me dijo bromeando.

    -¿entonces no se lo dirá a nadie?- le pregunte un poco aliviado, pero con un tono nervioso en mi voz.

    - solo evita que no te descubran las alumnas- me dijo- y mucho menos que te descubra la ogra de Josefa- termino diciendo y se retiro de la habitación. Desde ese momento le tenia mas confianza a la señora Agustina.

    Desde que había empezado en ese colegio, hasta el día que renuncie, siempre
    fue como una segunda madre para mi. Entonces termine de limpiar ese día la
    habitación y me fui a terminar los otros deberes que tenia. Al día siguiente me encontré con la señora Agustina en la entrada del colegio.

    -Hola Quico- me saludo amablemente- la directora nos esta esperando en su oficina, vamos rápido.

    -¿la directora?- pregunte confundido- ¿para que nos quiere en su oficina?

    -no lo se- me contesto sonriendo al ver mi nerviosismo- tal vez es para que dejes de oler las bragas de las alumnas, jajaja.

    Me puse nervioso al oír esas palabras, pero sabia que la señora Agustina solo estaba bromeando y eso me confortaba un poco. Mientras caminábamos por el pasillo hacia la oficina de la directora, observaba a las alumnas corriendo para no llegar tarde a sus salones mientras sus faldas se levantaban por la velocidad. Cuando llegamos a la oficina de la directora nos encontramos con la vieja malhumorada de Josefa; con una cara aun mas fea de lo que jamás pudiera haber imaginado, y eso ya era casi imposible. Estaba sumamente enojada mientras mantenía su vista apartada de todos los presentes, tratando de evitar aun mas a la directora Guadalupe que se encontraba enfrente de nosotros sentada en su silla tapizada del otro lado del escritorio.

    -buenos días Agustina, Federico- dijo cortésmente.

    -buenos días señora directora- contestamos al unísono con la misma cortesía.

    -la razón por la que los mande llamar- dijo la directora con un tono bastante serio- es porque he recibido quejas de algunas alumnas, diciendo que la señora Josefa hace llorar a las alumnas de los primeros grados- dijo mientras yo observaba como la bruja Josefa apretaba cada vez mas los puños y trataba de guardarse las ganas de insultar a la señora directora.

    -yo no he hecho nada malo- dijo la bruja- no puede despedirme- termino con un tono retador en la voz.

    -no se preocupe Josefa- contesto la directora con calma- lo único que hare será cambiarle sus actividades para que ya no tengamos problemas con las alumnas, ¿están de acuerdo?- pregunto la directora.

    -claro que si, señora directora- conteste alegrándome por las pequeñas que ya no tendrían que soportar al adefesio ese.

    -¿y usted Agustina?- pregunto la directora a la señora Agustina.

    -por mi no hay ningún problema señora directora- contestó jovialmente Agustina.

    -bueno- dijo la directora- entonces esto quedara así. Josefa, tu te encargaras de los últimos cuatro grupos (15 a 18 años); Agustina, te encargaras de los grupos de 11 a 14 años; y tu Federico te encargaras de la limpieza de las habitaciones de las niñas de los primeros cursos (8 a 10 años) y de las otras tareas que ya tenias antes. ¿les parece correcto?

    -Si señora Directora- contestamos los tres empleados al mismo tiempo.

    -bien, pueden retirarse a hacer sus labores de siempre y mañana empezaran con sus tareas asignadas el día de hoy- contesto la directora con

    amabilidad.

    Al salir de aquella oficina, Josefa se retiro inmediatamente mirándonos con cara de satisfacción mientras Agustina y yo la mirábamos alejarse. Después de un rato, nos encaminamos directamente a empezar con nuestras labores de siempre, pensando en las nuevas áreas que nos tocarían a cada uno de nosotros.

    -solo esperemos que no te descubra con las bragas de las niñas en la cara, jajaja- me comento jovialmente Agustina.

    -no se preocupe Agustina- le dije nervioso- me gustan mas grandes, jajaja- le conteste fingiendo una risa.

    -pues esperemos que así sea Quico- me dijo- no queremos a "maicol yacson" en esta escuela, jajaja- contesto la señora, acordándose de los problemas que sufrió el cantante mencionado sobre el abuso a menores. Los dos nos reíamos juntos hasta llegar a una bifurcación donde tomamos caminos diferentes para poder realizar nuestras actividades del día.

    Tal vez muchos de ustedes se están desesperando por la falta de acción que llevo por el momento, pero no quiero que este relato parezca vulgar y quisiera compartir con ustedes mi aprecio por aquel colegio. Al día siguiente, después de encontrarme con la señora Agustina en la puerta del colegio y bromear un poco, me encamine a realizar mis labores recién asignadas, empezando por las habitaciones de las niñas de 10 años. Cada vez que entraba en alguna habitación de estas infantes me daba cuenta de las decoraciones infantiles con las que adornaban sus dormitorios. Dibujos de animales, listones rosas y una infinidad de muñecos de peluches que dejaban sobre la cama.

    Inmediatamente me ponía a ordenar aquellas habitaciones, teniendo cuidado de no echar a perder sus lindas decoraciones. Estaba muy contento de que me asignaran a estos grupos debido a que me gustaba lidiar con las menores. Siempre inocentes, aborrecía como las trataba esa vieja bruja de Josefa. Me caían bien las niñas y, por lo que me di cuenta una semana después de mi entrada al colegio, yo les agradaba mucho a todas las chicas del colegio.

    Después de limpiar algunas habitaciones demasiado decoradas, me encamine a la ultima habitación de las alumnas de 10 años. En esta habitación había tres camas, lógicamente para tres alumnas, y dos de ellas estaban cubiertas con muñecos grandes y pequeños. Pero una de las camas no tenia ningún muñeco, no; la ultima cama, que se encontraba cerca de la ventana que daba hacia las oficinas, no tenia ningún muñeco de peluche pues, en esa linda camita, se encontraba acostada una linda muñequita de 10 años.

    De pelo negro y carita angelical, esta jovencita se había quedado dormida y no pudo asistir a su primera clase.

    -oye- susurre- pequeña. Despierta, se te ha hecho tarde- le dije mientras la movía suavemente para despertarla.

    -aaaaaaffffbostezo la pequeña sin abrir los ojos. Se acomodo debajo de la sabana y se acurruco bastante feliz.

    -preciosa- le dije sin malas intenciones- despierta. Ya no es hora de que duermas. La pequeña empezó a abrir los ojos con un poco de dificultad y me miro con sus tiernos ojitos negros que delataban la ingenuidad que en ella habitaba. Rápidamente se quito la sabana dejando al descubierto un lindo cuerpecito vestido con un pequeño camisón que me permitía observar sus

    lindas braguitas rosas y contemplar sus delicadas piernitas infantiles.

    ¿que horaaaaaaaaaafff es?- hablo sin poder evitar el suave bostezo.

    -son las 9am- le dije suavemente- te has perdido las primeras clases.

    -¿queee?-grito inocentemente- noooo- termino con una leve tristeza en su voz.

    -no te preocupes- le dije mirándola a los ojos con una sonrisa amistosa- puedes entrar a tu clase de las 10:30. Ella me miro con unos ojitos vidriosos que me mostraban que quería llorar; pero vio mi sonrisa, se seco las pequeñas lagrimas que le estaban saliendo, y me sonrió dulcemente.

    -tienes razón- me dijo mas alegre.

    -Así esta bien preciosa- le dije con alegría- las niñas bonitas no deben llorar mucho porque se vuelven feas como doña Josefa, jejeje.

    -nooooo- me dijo con ternura y preocupación- yo no quiero ser como esa señora, es muy mala y esta muy fea. Lo hermoso de los niños, y tal vez su peor defecto, es que siempre dicen la verdad. Y en algunos casos, decir la verdad puede lastimar mas que una mentira contada por los adultos. Sin embargo, estaba de acuerdo con la pequeña sobre doña Josefa, vieja bruja.

    -tienes razón- le dije- debe ser porque lloro mucho cuando tenia la misma edad que tu.

    -¿ella también fue niña?- me pregunto inocentemente. -claro que si corazón, todos los adultos fuimos niñosalguna vez- le respondí con naturalidad.

    Ella me miro, sonrió y luego me dijo: "tu eres un niño".

    -¿porque lo dices, corazón?- le pregunte confundido.

    -pues porque pareces niño, jijiji- dijo con la mayor naturalidad posible y existente.

    La verdad, esta pequeña tenia mucha razón. Y es que hasta hoy día, a pesar de mis 21 años y mi falta de condición física, todavía presento una apariencia infantil que me llena de burlas en mi escuela por parte de mis compañeros, pero también me llena de sonrisas por parte de mis compañeras que me consideran tierno.

    -tienes razón, jejeje- le dije sonriendo- ¿y como te llamas pequeña?

    -yo me llamo Liliana- me contesto con una sonrisa.

    -hola Lili- le dije dulcemente- yo me llamo Federico, pero me puedes decir Quico.

    -¿Quico?, que chistoso nombre, jijiji- echo a reír delicadamente.

    -dime Lili- le dije- ¿qué clase tienes a las diez?

    Ella reacciono, acordándose de que debía asistir a sus clases. Rápidamente se
    dirigió al armario y empezó a aventar toda la ropa que había sobre la cama.

    -¿Lili?- pregunte confundido.

    -tengo clases de gimnasia- me contesto con alegría- estoy buscando mi ropa de gimnasia.

    -bueno, Lili- le dije- yo tengo que seguir con la limpieza. ¿Dónde esta tu ropa sucia y la de tus compañeritas? Lili salió apresuradamente del armario con un pequeño leotardo de gimnasia azul cielo, color de la escuela, y me miro a los ojos con ternura mientras dejaba el atuendo sobre su cama.

    -ahora te la traigo- me dijo decidida.

    -esta bien, Lili. Aquí te espero- le dije mientras me sentaba en la cama.

    Liliana se retiro velozmente vestida con su pequeño camisón que le daba un aire sensual e infantil cuando caminaba. Se metió en el cuarto de baño y desapareció de mi vista. No sabría como explicar lo que sucedió a continuación. Estaba sentado sobre la cama de Lili, con el pequeño leotardo Azul cielo frente a mi y me dieron ganas de olfatear aquella prenda de licra con la cual seguramente Liliana se veía preciosa. Tome la prenda y me la puse en la nariz; la sensación no fue muy excitante, aquel leotardo olía a recién lavado, olía a jabón. Entonces escuche unos pequeños pasos pautados y coloque el pequeño leotardo azul sobre la cama mientras me levantaba para ver como estaba la niña.

    -aquí......esta...la ropa- decía la niña mientras jalaba un cesto repleto y que la hacia esforzarse mucho.

    -tu no debes jalar estas cosas si están tan pesadas- le dije acercándome a ella y tomando el cesto con mis manos.

    -waoooooo- dijo asombrada- eres muy fuerte.

    -a mi no me pesa mucho porque ya soy grande- le respondí con una sonrisa- ¿falta algo mas?- pregunte mientras volteaba a todas partes buscando mas ropa sucia.

    -mmmmmmmm, no se- se detuvo a pensar- ¡¡¡ya se!!-grito muy emocionada.

    Entonces, sin siquiera esperármelo, la pequeña Liliana se empezó a bajar sus lindas braguitas rosas hasta los tobillos para luego quitárselas y ponerlas sobre el cesto; luego se quito su pequeño camisón hasta quedar completamente desnuda frente a mis ojos. Yo no podía dar crédito a lo que la inocente niña estaba haciendo mientras yo contemplaba su hermosa figurilla infantil totalmente desnuda. La mire de arriba abajo, deteniéndome unos momento en una diminuta rayita que sobresalía entre sus lindas piernas.

    -¿por qué te desnudaste Lili?- reaccione mientras volteaba a todos lados para

    asegurarme que no hubiera nadie.

    -¿qué tiene de malo?- me pregunto con inocencia- siempre me quito la ropa frente a mis amiguitas y no dicen nada- termino con una carita confundida y alegre.

    -pero....pero...- no podía hablar -pero tus compañeritas también son niñas, con ellas si esta bien. Pero yo soy un niño y no debes hacer eso.

    -¿quién dice eso?- me pregunto con una linda carita molesta y poniéndose las manos en la caderita, dejándome observar su lindo pecho falto de senos y que se veía tan suave- yo no he escuchado eso.

    -¿nunca te lo dijeron tus papas?- le pregunte. -¿mis papas?- dijo con un tono triste y bajando la mirada- ellos nunca están conmigo- decía mientras una pequeña lagrima recorría sus mejillas. Tal vez fue la excitación, o fue la tristeza que rodeaba a la niña lo que me indujo a soltar el cesto de ropa sucia y a abrazar a la pequeña con mis brazos desnudos, sintiendo la suavidad de su piel y oliendo su delicado aroma dulce, mientras la pequeña Lili me abrazaba y rompía en llanto sobre mi hombro.

    -ya no llores pequeña. No quiero que te vuelvas fea como doña Josefa- le dije para tratar de consolarla.

    -esta bien......*snif*- contesto mientras se apartaba de mi y se secaba las lagrimas con la sabana de su cama.

    -mira- le dije- ponte tu traje de gimnasia y ahorita vuelvo.

    -esta bien- me contesto un poco triste. Sin perder tiempo salí de la habitación y fui al cuarto de empleados en el que solía comer con Agustina, pues doña Josefa salía a un pequeño restaurante afuera de la escuela. Al llegar, tome mi mochila y de ella saque unos dulcecitos y una paletas de caramelo que tenia para comer mientras trabajaba. Después, y con la misma velocidad, regrese al dormitorio donde se encontraba Lili y la encontré vestida con su leotardo azul cielo. Mis pensamiento fueron acertados cuando me dije que Lili se veía preciosa con aquella ropita.

    Acomodándose el pequeño leotardo para que no la lastimara, Liliana se dio

    cuenta de que había regresado y que traía la mano llena de dulces. Se emociono mucho.

    -¡¡¡Que rico, dulces!!!- grito la pequeña muy contenta.

    -son para ti Lili, por no llorar- le decía mientras le entregaba las golosinas en sus pequeñas manos. Liliana inmediatamente tomo una pequeña paleta de caramelo, la desenvolvió y se la metió a la boca muy risueña. Después me tomo de la mano, me acerco a su cama para que me sentara en ella; inmediatamente después de que me senté en aquella cómoda cama, la niña se sentó sobre mis piernas y me rodeo el cuello con sus lindos brazos.

    -gracias- me dijo dulcemente- ¿me das mas dulces?- me pregunto mientras se contoneaba sobre mis piernas, aumentando la excitación que ya tenia desde que la vi desnudita.

    -si....aquí tienes- dije nervioso mientras le daba otros dulces. Jamás en mi vida había tenido a una muchacha sobre mis piernas y menos aun a una infante de 10 años que se meneaba excitándome sobrecogedoramente.

    -ahora yo debo darte algo- me dijo quitando sus brazos de mi cuello, bajándose de mis piernas y corriendo rápidamente al armario para buscar una vez mas. Yo estaba muy caliente con los contoneos de Lili sobre mis piernas, contemplando su hermoso trasero mientras ella se arrodillaba dentro de armario para buscar algo que regalarme.

    Moviéndose su linda colita mientras tarareaba una tonada de "brytny espirs" y arrojaba la ropa del armario por todo el dormitorio. Mire mi reloj, eran las 9:30 y todavía no terminaba con aquella habitación. Me levante y me dispuse a decirle a la niña que ya era hora de que me retirara para poder limpiar las demas habitaciones.
    -Lili- dije- ya tengo que retirarme- le dije sin recibir respuesta.

    -¡¡¡Aquí esta!!!- grito emocionada. Se levanto y salió del armario, acercándose a mi y obligándome a sentarme una vez mas sobre su cama- ten, te regalo esto. Sofi me dijo que esto le gustaba mucho a los niños.

    -¿quién es Sofi?- pregunte, pero me quede con la boca abierta al contemplar el regalo que me había dado la pequeña. Una revista pornográfica, y no cualquier revista, una de las revistas mas pornográficas (guarras) que había visto antes. Llena de mujeres desnudas bañadas en semen y penetradas por todas los orificios conocidos. Mujeres siendo cogidas por hombres negros de enormes penes; mujeres siendo folladas por animales; mujeres practicando sadomasoquismo. Esta revista tenia todas las desviaciones conocidas en casi 300 paginas a todo color. Pasaba de pagina en pagina observando muy detenidamente cada imagen sin darme cuenta de la mirada curiosa de Lili.

    Creí que esa revista no terminaría nunca; con todas esas imágenes tan excitantes. Hasta que llegue a las paginas centrales y una de las paginas decía en letras grandes "PEDO" mientras debajo de la palabra se podía observar a una pequeña de no mas de 10 años cubierta en semen y rodeada por tres enorme penes negros. Voltee la pagina y encontré la foto de otra niña, pelirroja, aparentemente con la misma edad que la otra siendo penetrada por un viejo asqueroso que le metía la verga por el ano mientras la pequeña cerraba los ojos y aguantaba la intrusión. Las paginas siguientes fueron básicamente las mismas y me excitaron de tal manera que mi verga empezaba a notarse mucho mas por debajo de mi pantalón, hasta que una pequeña voz me bajo de las nubes.

    -¿tu crees que le duela?- me pregunto la pequeña Liliana mirando la foto de un hombre gordo metiendosela a una niña de pelo negro muy parecida a ella.

    -no....no se- le dije consternado, tanto por la revista que me regalo como por la pregunta.

    -¿qué sentirán?- volvió a preguntar mientras miraba la revista y me miraba a mi alternamente.

    -no deberías hacer esas preguntas, Lili- le dije algo molesto y preocupado- tu y tus amiguitas no deben ver estas revistas, ¿cómo la consiguió Sofi?.

    - se la encontró en la casita abandonada del jardín- me dijo con una sonrisa, sin notar mi enojo.

    -¿la casita del jardín?, ah, ya recuerdo- le dije, acordándome de la pequeña casa maltrecha que había en el jardín y que había pertenecido al antiguo encargado de la limpieza (conserje). En parte, ya sabia la razón del porque esa casa estaba abandonada. Me lo dijo la directora el mismo día en que empecé a laborar. El antiguo encargado era un viejo bastante repugnante de unos 65 años que se pasaba todo el tiempo metido en los dormitorios de las niñas de once años para robar las bragas de las infantes. Un día intento violar a una de las niñas, pero esta grito tan fuerte cuando sintió las intenciones del viejo, que todas las maestras(10 que todavía dan clases) y los maestros (3 que renunciaron antes de que yo me fuera del colegio) fueron a ver que pasaba y encontraron al viejo con los pantalones en el suelo y la verga al aire mientras la pequeña lloraba frente a el. Fue inmediatamente denunciado y encarcelado, sin muchos cargos debido a que la niña que intento violar no sufrió ningún daño por sus rápidos reflejos.

    -¿y por que no debo ver esa revista?- me pregunto la pequeña con suma inocencia. -porque esta revista solo es para adultos- le dije con autoridad.

    -¿pero porque?- me pregunto de nuevo con mas inocencia. Al parecer estaba en la edad de preguntar.

    -porque....porque- no sabia que responder. Jamás me había pasado nada así antes, ni siquiera con mis hermanitas.

    -ves- sonrió- tu no sabes, jijiji.

    -no debes ver estas revistas, porque tu no sabes de esto- le respondí pensando que aquella respuesta era por demas idiota. Liliana me miro con una sonrisa y se subió a la cama, levanto sus piernitas sobre su pecho y se aparto el leotardo de la vagina. Empezó a tocarse su pequeño conejito y a acariciar su lindo anito de un color rosa claro.

    -¿qué haces?- le pregunte excitado y confundido

    -no es tan complicado- me dijo con una sonrisa en su rostro- hace cosquillas, jijiji.

    Empezó a acariciarse su pequeña vagina lampiña de manera mas excitante, introduciendo suavemente sus pequeños deditos en su conejito para luego sacarlos completamente húmedos y llevárselos a la boca. Yo estaba poniéndome mas excitado, mi verga quería romper mi pantalón mientras veía como la pequeña, en lugar de excitarse con sus caricias, se reía lo mas tiernamente posible.

    -que chistoso sabe- dijo Lili después de haber saboreado su propia miel.

    -Lili, ¿me dejas acariciarte?- le pregunte sin siquiera saber porque demonios le había hecho esa pregunta.

    Jamás había tenido novia y mis relaciones sociales eran un desastre, pero aun
    así me atreví a preguntarle eso a una niña de 10 años.

    -esta bien- dijo sonriendo- pero si me prometes que me harás lo que esos señores le hicieron a las niñas de las fotos. A pesar de sus diez años, Liliana ya tenia pinta de que seria muy coqueta. Las niñas ya no eran ni son como antes, ahora son mas abiertas en cuanto al sexo y mas curiosas en todo lo relacionado con el mismo. Pero aunque parecía que era muy coqueta, todavía tenia mucha inocencia que desbordaba a raudales por todo su lindo cuerpo.

    -esta bien- le respondí muy nervioso. Jamás había tocado a una mujer en los 18 años que tenia en esos momentos.

    -¡¡¡siiiii!!!- grito entusiasmada mientras apartaba sus manos de su pequeña vagina. Lentamente acerque mi boca a su pequeño conejito, sosteniendo mi peso con las manos sobre la cama. Entonces empecé a saborear aquel conejito con olor a perfume infantil mientras Lili apartaba su pequeño leotardo azul cielo para darme una mejor visión de su vagina y su ano. Lamía cada vez mas lento para disfrutar de aquel delicioso manjar, dándome cuenta de una ligera humedad que se iba produciendo en la vagina de Lili y que no era mi saliva. Aquel liquido transparente salía lentamente del conejito de Liliana, mojando sus labios vaginales y proporcionándome un placer sin igual al saborearlo. Aparte mi cara de aquella infantil vagina y mire el rostro de Lili.

    Ella tenia los ojos cerrados delicadamente y tenia la boca abierta, respirando agitadamente. Volví a mirar mi reloj, las 10am, tenia que irme pero no quería dejar esta oportunidad. Seguí pasando mi lengua sobre la dulce vagina de Lili mientras ella empezaba a lanzar pequeños gritos de placer, los gritos de placer que no se oyen como los de una mujer mayor, unos gritos de placer que irradiaban ternura e inocencia. Lili tenia la cara completamente enrojecida; su cuerpecito empezaba a sudar por todas partes y empezaba a desprender un aroma muy excitante mientras seguía sosteniendo su leotardo para que le pasara mi lengua muchas veces mas. Hasta que en un momento, Liliana se agito completamente y lanzo un hermoso grito de placer y ternura unidos al desbordante chorro de néctar que salía de su conejito y mojaba su culito con mucha inocencia. Se tendió sobre la cama exhausta, dejando de sostener su leotardo y empezó a respirar mas tranquilamente con la cabeza recostada en la almohada.

    -bueno, ya es hora de irme- le dije al notar que mis pantalones estaban totalmente húmedos por la excitación que me hizo chorrear bastante liquido preseminal.

    -no- respondió ella con una voz suave y falta de energía- tu me lo prometiste.

    -pero ya son las 10:10, Lili- no nos va a dar tiempo, mejor mañana.

    -no, yo quiero ahora- dijo apoyándose con sus manos sobre la cama y mirándome con tristeza.

    -pero tu tienes que ir a tus clases, corazón- le dije para tranquilizarla un poco.

    -no, yo quiero que me hagas como a las niñas de la revista- me dijo con una mirada de enojo y ternura. Mire mi reloj una vez mas, apenas tenia tiempo para poder hacer lo que me pedía. -pero Lili, no te va a dar tiempo para ir a tus clases- le dije intentando convencerla.

    -pues no voy- me dijo con mucha naturalidad.

    -eso si que no jovencita- le dije un poco molesto- tu tienes que ir a clases para que no te conviertas en doña Josefa- le dije esperando que ahora si se convenciera.

    -esta bien- me dijo bajando la mirada -pero debo bañarme primero, tengo mucho sudor- dijo la pequeña con su alegría característica mientras se quitaba el leotardo hasta quedar completamente desnuda, una ves mas, frente a mi.

    Liliana me tomo de la mano y me levanto de la cama llevándome hasta el cuarto de baño donde me dijo: "báñate conmigo". Entonces abrió el paso del agua para la tina y espero a que se llenara, inclinándose sin doblar las rodillas para ver como subía el agua en la tina y enseñándome su hermoso culito que se veía precioso en ese momento. Cuando el agua estuvo lista, Liliana se metió rápidamente en la tina y se mojo completamente. Echo algunos perfumes en el agua y se empezó a enjabonar mientras yo la miraba embelesado. Ella se dio cuenta de mi mirada y me sonrió, salió de la tina totalmente empapada y cubierta de espuma y me tomo de la mano acercándome a la tina diciéndome: "vamos, báñate conmigo".

    Ya no podía mas; mirarla cubierta de espuma y completamente mojada me daban la impresión de que alguien mas la había cubierto de semen y que a ella le había gustado por la forma en que se enjabonaba el cuerpo, esparciéndose la espuma por todos sus rincones.

    -estoy muy cansada- me dijo suspirando- anda, entra conmigo para que me bañes- me dijo con inocencia.

    -esta bien, espérame un poco- le decía mientras salía del baño e iba a cerrar las puertas y ventanas del dormitorio para que nadie me descubriera. Luego regrese y empecé a quitarme la ropa, dejando al descubierto mi mal formado cuerpo velludo, con mi pene cubierto por la ropa interior.

    -jijiji, tienes mucho pelo- me contesto risueña- oye, eso no se vale, tienes que quitarte la truza- me respondió señalando mi ropa interior con un poco de desagrado.

    -esta bien, esta bien, no te enojes- le decía mientras tomaba por ambos lados mi truza y la bajaba completamente hasta mis tobillos sin doblar las piernas y quitármela completamente, dejando al descubierto mis 9 pulgadas de enorme y gruesa verga que tenia en esos tiempos.

    -waaaaaaaaaoooooo- grito emocionada- que grande tienes tu cosa, y también tiene mucho pelo, jijiji- sonrió sin apartar la vista de mi verga- vamos, ya metete para que me bañes. Lentamente me acerque a la tina y contemple la carita infantil de Liliana que me miraba sentada dentro de la tina de baño.

    Ella se aparto para que yo entrara en la tina. Cuando me senté en la tina, cubriéndome con el agua caliente y reconfortante que había, me relaje mucho; me olvide de todos los problemas y me sentía aliviado con el reconfortante calor del agua hasta que un suave cuerpecito se sentó sobre mi. Lili se había sentado sobre mis piernas en la misma dirección que yo y había puesto delicadamente mi verga entre sus piernitas, repegando su conejito en mi grueso palo. Con el calor que sentía debido a la excitación, le abracé su estomago con uno de mis brazos mientras que con el otro me masturbaba frente a la niña para después acariciar aquella suave vagina infantil que me hacia arder en calentura. Liliana noto esto y aparto mis manos para poner las suyas sobre mi grueso pene, realizando torpes movimientos que lastimaban levemente mis testículos debido a la fuerza con que lo hacia.

    -jijiji, que gracioso - me decía mientras seguía con la torpe masturbación.

    -si cariño, pero hazlo mas despacio- le dije cerrando los ojos por la excitación y el dolor.

    -esta bien Quico- me decía alegremente, con mas confianza y relajando sus movimientos sobre mi verga. Yo estaba mucho mas relajado al sentir la suavidad con la que Lili me estaba masturbando. Hasta que sentí que la pequeña se recargaba mas a mi, y con una de sus manitas tomaba mi gruesa verga mientras con la otra se intentaba abrir un poco mas su pequeña vagina infantil para introducir aquel enorme falo que masturbaba hace rato.

    -no lo hagas Lili- le dije quitando su manita de mi verga y acomodándola en la
    posición anterior.

    -pero quiero saber que se siente- me miro por encima de su hombro y se metió un dedito en la boca haciéndola lucir muy coqueta.

    -es que esta muy grande, corazón- le dije para calmarla un poco- no te va a caber.

    -a que si me cabe- me dijo con mirada decidida. La niña volvió a acomodarse encima de mi y volvió a tomar mi pene con su manita mientras con la otra se abría su conejito.

    -te vas a lastimar- le dije preocupado, pero ya era un poco tarde. La niña había introducido mi glande en su pequeña vagina con mucho éxito. Liliana se movía risueña al sentir mi glande dentro de ella, haciéndola sentir como cuando le había lamido su vagina en la cama.

    -jijiji, se siente mas rico- me dijo sin dejar de moverse y sosteniendo mi verga para que no se saliera de donde estaba. Yo no decía nada; me quede completamente mudo en esos momentos, sintiendo la apretada vagina de la pequeña y sus suaves movimientos que me excitaban cada vez mas con cada contoneo que daba.

    Luego se detuvo y se miro su conejito.

    -pero todavía no entra completa- murmuro mientras me seguía sosteniendo la verga con una mano y con la otra se acariciaba su vagina.

    -es mejor así- le dije preocupado, pensando en lo que quería hacer- mejor te termino de bañar.

    -espérame un momentito, porfis- me dijo volteando su mirada hacia la mía con tristeza.

    -esta bien, pero no te la metas completa- le advertí. Liliana no parecía escucharme; estaba completamente hipnotizada con el pequeño espectáculo que tenia frente a sus ojos. Se acomodo una vez mas y, sin que pudiera hacer algo, se fue clavando lentamente mi verga en su pequeña hendidura hasta que sentí la pequeña muralla virginal de la niña y la detuve antes de que hiciera algo. La pequeña tenia los ojitos cerrados y respiraba cada vez mas agitada mientras yo la sostenía para que no se fuera a romper su virginidad.

    -anda, vamos, metela completa- me dijo agitadamente la pequeña al darse cuenta que la sostenía.

    -¿estas segura?- le pregunte sin siquiera pensarlo- te va a doler mucho.

    -me aguanto- me dijo volteando su agotada carita hacia mi.

    -esta bien- le dije. Entonces saque mi verga de su conejito, la voltee con el frente hacia mi, puse sus piernitas rodeando mi velludo cuerpo y volví a colocar mi verga en su delicada rajita hasta hacer contacto con el himen- ya esta, aguanta un poco, si quieres cierra los ojos. Como si supiera lo que le esperaba, la niña se aferró a mi cuello fuertemente con sus bracitos y cerro los ojos como si estuviera viendo una película de terror. Entonces fui metiendo lentamente mi pene, intentando atravesar aquella barrera elástica que mantenía virgen a la pequeña mientras la niña me apretaba con mas fuerza el cuello; seguía introduciéndome cada vez mas lento hasta que me di cuenta que eso le causaba mas dolor a la pequeña.

    Tome a Liliana de la cintura y le saque parte de mi pene; ella seguía respirando cada vez mas agitadamente hasta que sin decir ni una palabra, la deje caer sobre mi grueso miembro sintiendo como rompía aquella barrera virginal que tenia la pequeña y que escurría con sangre mi verga, mientras la pequeña se aferraba a mi cuello lanzando un grito ahogado y tratando de evitar las lagrimas que querían salir por el dolor. Instintivamente empecé con el clásico movimiento de arriba abajo mientras veía como el agua se teñía de rojo y parte de mi verga no podía entrar mas profundo. Luego sentí como los delicados brazos de Liliana se desprendían suavemente con unos tiernos gemidos de placer.

    -ya pequeña- le decía- ya paso todo, ya no te va a doler mas.

    -se siente muy rico- me decía con los ojos medio abiertos y con las manos sobre mis hombros, mientras seguía metiendo y sacando mi verga de su pequeño conejito- que rico, que rico.......¡¡¡Que rico!!!- grito mientras chorreaba su néctar sobre mi gruesa verga que se mantenía erguida dentro de su vagina. Liliana se acostó sobre mi hombro bastante agotada mientras mi verga no dejaba de moverse dentro de ella hasta que por fin, sentí como se contraía mi grueso pene dentro de la pequeña y empezaba a chorrear litros de semen dentro de su conchita. -esta caliente, se siente rico, aaaaaaaaahhhh- dijo la pequeña con un gemido de placer. Cuando deje de emanar enormes cantidades de semen, tome a la niña de la cintura y la levante sacando mi verga de su vagina que escurria chorros de liquido blanco con algunas manchitas rojas que ya casi no se percibían.

    Saque a Lili de la tina del baño y la seque con una de las toallas con dibujos animados estampados en ella. La cargue hacia su cama y la recosté en ella. Mire mi reloj, las 11:30. ya se me había hecho demasiado tarde. Fui rápidamente al armario de la pequeña y busque un poco de ropa; tome unas bragas y se las puse a la niña con mucho cuidado, le puse un vestido rosa que había encontrado y la cubrí con las sabanas para que siguiera durmiendo.

    -fuiste muy valiente, corazón- le dije dándole un beso en la frente, me vestí, y tomando el cesto de ropa sucia para luego abrir la puerta y fijarme si había alguien. Entonces salí y me fui directamente a terminar todo el trabajo que tenia. Pensando en la pequeña Liliana.

    Continuará

    La niña de mis orgasmos - relato SDPA en blogSDPA.com

    La niña de mis orgasmos

    11 de noviembre de 2024 en Jovencitas, Relatos SDPA

    Un hombre relata sus primeras experiencias sexuales con una pequeña amiga...

    Destino - relato erótico SDPA en blogSDPA.com

    Destino, Parte 02 (Final) (de Mr. Snuff)

    11 de noviembre de 2024 en Relatos SDPA, Jovencitas, BDSM

    Esta publicación es la parte 2 de un total de 2 publicadas de la serie Destino

    Relato corto con referencias a sexo extremo y tortura.

    - Ahhh , tenía razón, Sra. K, Helena es una gran puta cogedora. ¿Cómo sabía qué seguía siendo virgen, hasta hace unos minutos?

    - Porqué, Sr. O, ese es mi trabajo, después de todo. Me ocupo de estas chicas y he aprendido a reconocer cuáles de ellas son buenas putas y cuales buenos asados. Helena es una de las pocas que es ambas cosas. Es por eso que es tan costosa y es por eso que sabía de inmediato que debía comprarla. Sé lo mucho que disfruta violando a sus jóvenes esclavas. Y se lo mucho que disfruta torturarlas y comerlas una vez que las ha usado.

    - Me conoce demasiado bien. Pero no puedo creer que sea suficiente con ver a una pequeña niña para saber que tiene una vagina apretada y sensible, que llorará y gemirá, no como una muñeca sin vida. O que responderá sexualmente ante una violación, como esta hermosa niña de diez años, con pezones completamente erectos y el clitoris punzante de placer mientras es cogida por su dueño.

    - Bueno, si tengo que ser honesta, me he puesto al tanto de que su madre y todas sus hermanas mayores han sido esclavas maravillosas, excelentes putas y asados increiblemente tiernos. Estuve tan complacida, que me quedé con la hermana menor de Helena, Bea, para mí misma. Ya he entrenado a esa pequeña de cuatro años a lamer y chupar mi vagina como una profesional y voy a adorar humillarla y torturarla a medida que crece. Incluso podría perdonarle la vida, estoy pensando en convertirla en una criadora, considerando la cantidad de dinero y diversión que me han dado sus hermanas, debe estar en los genes.

    - Ohhh, ¿talvez podría perdonar la vida de Helena también, sólo por ahora, y dejarla embarazada? Quiero decir, si tiene diez años debe empezar a menstruar muy pronto... Puedo hacerla parir algunas hijas y luego tenerla en mi mesa, asada, con su gran barriga.

    - Esa es una idea maravillosa, Sr. O, pero no sabía que le gustaban las adolescentes embarazadas. Pensé que sólo le gustaban las niñas pequeñas, sin pecho ni pelo, justo al borde de la pubertad.

    - Sí, por lo general eso es lo que me gusta, niñas en la cima de su belleza y el encanto de la niñez. Pero luego miro a esta pequeña puta haciendo un gran trabajo con su culo, que no me importaría mantenerla a mi lado para disfrutarla unos cuantos años. Y las esclavas de primera que estaría produciendo son una buena motivación para mí.

    - Bueno, si piensa eso, puedo hacerme cargo de sus bebés hasta que estén listas para convertirse en niñas cogedoras como su madre.

    - Sí, me encantaría. Y tú, pequeña, ¿te gusta la idea de mantenerte con vida y embarazada unos cuantos años? Eso sí, voy a torturarle todos los días, y matarte en algún momento...

    - Ajá, si, creo que le parece buena idea, Sr. O, puedo ver claramente el miedo en sus ojos ante de la idea, esa es señal de que es un buen plan.

    Fin

    Destino - relato erótico SDPA en blogSDPA.com

    Destino, Parte 01 (de Mr. Snuff)

    11 de noviembre de 2024 en Relatos SDPA, Jovencitas, BDSM

    Esta publicación es la parte 1 de un total de 2 publicadas de la serie Destino

    Relato corto con referencias a tortura y violación de una niña de 10 años.

    - Aquí está su esclava para esta noche, Sr. J. Veo que ya tiene una buena erección, estoy segura de que va a hacer un buen uso de Angélica. Recuerde que está clasificada para cualquier tipo de abuso y acto sexual, puede hacer lo que quiera con ella. Sólo tenga cuidado de dejarla con vida y entera, o nos veremos obligados a cobrarle la cuota por tortura y mutilación o la cuota por asesinato mañana por la mañana.

    - No se preocupe, señora K., voy a tener cuidado de no provocarle daño permanente. Me he dado cuenta de que la chica ya tiene tetas pero su vagina está libre de vello. ¿Está afeitada? Usted sabe que yo sólo quiero niñas prepúberes como esclavas sexuales.

    - No, no. No se preocupe, ella todavía es un niña. Esas no son tetas de verdad, es sólo una perra gorda. Es por eso que es tan barata alquilarla, nadie quiere una puta de diez años que parezca de trece. Es por eso que ya está en la categoría de lista para masacrar, donde la mayoría de las niñas entran sólo cuando tienen doce años.

    - Bueno, entonces voy a disfrutar de ella aún más, sabiendo que podría convertirse en una barbacoa en cualquier momento. Tal vez la compre para el cumpleaños de mi hija, el próximo mes, todavía estamos buscando una esclava a la cual torturar.

    - Si la chica todavía está viva, ¿por qué no? Pero yo le aconsejo que la reserve tan pronto como sea posible, su mirada temerosa y su próxima muerte atraen una gran cantidad de violencia, ya la han regresado del alquiler bastante golpeada. No sería sorpresa si una de estas mañanas la encontrara destripada o estrangulada en el piso de la habitación.

    - Gracias por la sugerencia, me lo pensaré, pero hasta después de haber probado la mercancía por toda la noche, ¿verdad Angelica? ¿Te gustaría ser torturada y preparada para el disfrute de mi hija?

    - Estoy segura de que le encantaría eso. Buenas noches, Sr. J. te veré en la mañana. Que se diviertan. Y tú , esclava, recuerda que cualquier cosa que te obliguen a hacer y no quieras, tendrá lugar a más castigo mañana, así que se un buen juguete sexual como te enseñamos. Y usted, Sr. W , ¿ha terminado de cogerse la boca de Lory? Estamos programados para comenzar su tratamiento, sino su carne no estará lista para el almuerzo de mañana.

    - Estoy a punto de terminar, señora K, esta niña sin duda sabe mover la lengua, que es casi una pena que vallamos a cocinarla.

    - No se preocupe, Sr. W. tenemos muchas más niñas como ella que pueden chupar un pene como ella. Y algunas son incluso más jovenes y más bellas que ésta puta rubia de nueve años.

    - Bueno, entonces, mi hermosa Lory, toma tu última comida y ve a que te preparen para convertirte en MI comida. Voy a extrañar tu talentosa lengua y tu apretado culo y vagina, pero no te preocupes, voy a comprar otra niña para compartir mi cama. Si puedo, voy a comprar una incluso antes de que te hayan puesto en el horno, mañana por la mañana, de modo que las dos puedan chuparme el pene juntas por última ves, y para que después pueda ver su futuro destino viendo como lentamente te asamos y mueres en las llamas.

    Continuará

    Los amigos de papá 2 - blogSDPA.com

    Los amigos de papá, Parte 06

    11 de noviembre de 2024 en Jovencitas, Incesto, Relatos SDPA

    Esta publicación es la parte 6 de un total de 6 publicadas de la serie Los amigos de papá

    Yo iba muy cansada en el asiento trasero, aun podía sentir las pulsaciones de mi hoyito trasero así como también de mi puchita luego que Tony y Benito se vinieran en cada uno de ellos, no me podía dormir, pero si cerré mis ojitos para revivir esos momentos, creo que realmente me está gustando mucho estos juegos que me enseñan los amigos de papá.

    En menos de 15 minutos estábamos llegando al edificio de oficinas donde trabajaba mi mamita, nuevamente mi papito saco su celular y le marco, indicándole que estábamos llegando a su edificio; por lo que entendí, mi mamita ya estaba abajo esperándonos por lo que no tuvo necesidad mi papi de entrar al estacionamiento, sin pensarlo me puse triste por ello, creo que en mi interior esperaba que pudiéramos jugar con mi papi un poco como la ves pasada.

    En un ratito se estaba subiendo mi mami al carro, venia como siempre bien hermosa, mi mamita es delgada aunque tiene muy bonitos pechos y sus nalgas son muy pronunciadas, mi papi siempre le ha dicho que se parece a Reese Witherspoon, – Hola mija como te fue en el colegio – me pregunto al verme en el asiento trasero – bien mami – le respondí – mmm mija vienes muy colorada, ¿te sientes bien, no tendrás fiebre? – me indico tocando mi frente para verificar su afirmación, sin embargo no noto nada extraño ya que me sonrió y volvió la vista al frente y a platicar con mi papi.

    El camino fue aburrido, por lo que opte por recostarme en el asiento y esperar a que llegáramos a casa.

    Ya en casa cenando, mi papi le comento a mamá que tendría que revisar unos problemas con uno de los locales que tiene en el centro de la ciudad, ella se le quedo viendo como molesta y le soltó – ¿Entonces quien recogerá a Vicky?, ¡yo no puedo salir esta semana más temprano!, estamos en una demanda que está consumiendo todo mi tiempo – mi papa se encogió de hombros y le dijo que no habría problema si yo no me aburría quedándome en el carro mientras el revisaba el local, pero que ella tendría que tomar un taxi para venirse a la casa, voltearon a verme al mismo tiempo y yo simplemente levante los hombros de manera displicente diciendo – no hay problema, de todas maneras tengo mis libros para estudiar para mientras – mire a mi mamá y su mirada cambio de molesta a aliviada – No hay problema, es más de la oficina me pueden venir a dejar alguno de los colegas.

    – Entonces está decidido mi princesa, paso por ti a la escuela mañana y te vas con migo al centro Ok? – me dijo mi papi guiñándome un ojo sin que mi mamá se diera cuenta.

    Luego nos fuimos a ver tele un rato en la sala, mi papi se sentó en medio de las dos y mi mami se recostó poniendo sus piernas sobre el brazo del sofá y yo hice lo mismo de mi lado, quedando nuestras cabezas sobre cada pierna de mi papito, el cómodamente tenía sus manos en la cabeza de mi mami acariciándola, pero su otra mano no acariciaba mi cabeza, si no que me empezó acariciar la cara muy despacito, yo sentía su calor en los dedos, me agradaba mucho, tanto que poco a poco me fui quedando dormida, luego no recuerdo nada hasta que me despertó un sensación de humedad en mi puchita, cuando abrí mis ojitos vi que estaba todo a oscuras y que estaba acostada, aun en la oscuridad sabía que estaba en mi habitación porque podía ver apenas la ventana que da al patio y la luna entraba tímidamente por las persianas, luego volví a pestañar y voltee a mi mesita de noche y pude ver que eran las 11 de la noche, y sentí nuevamente la humedad en mi puchita y algo intentando meterse con mucha fuerza, mire hacia abajo y solo se veía un gran bulto en mis sabanas a la altura de mi vaginita, la levante y pude encontrarme con lo hermosos ojos de mi papito que estaba sorbiendo mis juguitos de mi puchita – Hola princesa, lamento despertarte pero me quede con muchas ganas de probar tu puchita, ¿te gusta? – me pregunto hablando bien quedito.

    – Si papi – le respondí – pero mi mami se puede dar cuenta, ¿no crees? – le indique alarmada ya que la puerta de mi habitación estaba entre abierta y podía ver una leve luz al fondo donde estaba la habitación de mis papitos,

    – No te preocupes mi cielo – me dijo – tu mami toma pastillas para dormir cuando está muy tensa del trabajo y ahorita está bien dormida.

    – ¡Aaaah bueneeeeno! – le respondí – entonces sigamos jugando ¿sí?

    – Si mija, ahorita voy a seguir jugando contigo – me indico mi papito y diciendo esto se irguió en mi camita acomodándose de rodillas entre mis piernitas – abre bien mija porque ahorita te la voy a meter todita, ¿te parece? – me dijo mi papa, sobándose su ya erecto manubrio, que se miraba lindo todo lubricado, sobándoselo con su mano y apuntando hacia mi agujerito, que ya estaba todo encharcado por mis jugos y la saliva de mi papi.

    – ¡Ahí te voy mi nena! – me susurro al oído mi papi mientras su vergota empezaba a estirar mi pequeña cuevita, ahora ya lo recibía con mayor facilidad, no sentía mucho dolor como antes y casi de inmediato sentía esta sensación deliciosa al rozarme por dentro con su cipote.

    Empezó despacito el mete y saca, mientras me besaba todo mi cuellito y mis inexistentes chichis, yo sentía mucho placer a pesar de tener el cuerpo grande de mi papito encima, si pudiera tomarme una foto, creo que solo mis piernitas y mis bracitos se verían, ji ji ji.

    Empezó acelerar sus movimientos, enterrándome todo su miembro, sentía que a cada empujón el grosor de su palo era mayor, en unos segundos más empecé nuevamente a sentir que me elevaba y a ver esas lucecitas lindas cuando mi cuerpo llegaba a ese límite, mi papi de plano que se dio cuenta que acababa de hacer venir a su hijita porque empezó más rápido sus movimientos y en un momento dado se salió de mi puchita y se impulsó hacia arriba diciéndome – ¡ya me vengo mija, abrí la boquita y chúpala, quiero te tomes mi lecheeeeee!, – diciendo esto, me agarro mi cabecita y me hundió la cabeza de su pene en la boca, justo al tiempo que sentía como pulsaba su pene y expulsaba una gran cantidad de lechita, yo como buena hija empecé a tragar como podía, hasta que se quedó quieto y yo me quede limpiando todo su poderoso miembro con mi lengüita, dejándolo limpio y brillante, quedando poco a poco reducido en tamaño.

    – Gracias mija, pasa feliz noche. – Me dijo mi papa mientras se levantaba de mi cama y procedía a arroparme como miles de veces lo había hecho antes.

    – Feliz noche papito – le dije aun saboreándome su semen que segundos antes me había tragado.

    Cuando estaba por irse por la puerta voltio a verme y me dijo – descansa bien mi nena, que mañana será un día muy especial, te lo aseguro – y luego se fue, dejándome con una gran cantidad de sueño, pero a la vez emocionada por el día de mañana…

    Al día siguiente amanecí muy contenta, aún tenía el sabor del pene de papa en la boca, más bien el sabor de su lechita, me estire en mi cama y casi como si me pudiera haber visto despertar, oí la vos de mi mami gritando como siempre – ¡Victoriaaaaaaaaaaaaaa baja a desayunar mijaaaa!

    Rápidamente me metí al baño y me duche, luego me puse mis calzoncitos blancos con muñequitos de HelloKitty y mi uniforme del colegio, y baje saltando casi las escaleras, cuando llegue a la cocina me quede parada como una tonta en la puerta, solo estaba mi mama en la mesa y otro plato de cereal que era obviamente para mí – ¿y mi papito? – Pregunte procurando no sonar muy triste.

    – Tu papi salió temprano mija, tiene unos asuntos que discutir con sus amigos, pero quedo de ir a buscarte al colegio, ¿no te recuerdas? – me dijo mi mami mientras sorbía su café.

    – Ah! Si pero no entendí que él se iba ir temprano – le dije sentándome a devorar mi cereal.

    – Bueno pues apresúrate que te tengo que pasar dejando a tu colegio camino a mi oficina, y como no me pasaran a traer me vendrán a recoger en unos momentos mis colegas de la firma – me indico moviendo las manos con el ademan que me apresurara.

    A los 5 minutos escuchamos el sonido de una bocina afuera de la casa, – vamos mija que ya llegaron – me indico mi mama agarrando su bolsa, llaves y enfilando hacia afuera, solo me dio tiempo de agarrar mi mochila y mi suéter y salimos las dos por la puerta, afuera nos esperaba un carro grande color negro, me parece que era marca FORD Explorer o algo así, pero era muy grande, más grande que la camioneta de mi papi, mi mami abrió una de las puertas traseras y me ayudo a subir, ya que tenía una pequeña gradita para ello – di buenos días – me espeto mi mama.

    – Buenos días – dije tímidamente, ya que dentro del vehículo en el sillón de atrás iba un señor canche, parecía extranjero y muy grande de altura y con una barriga que no disimulaba debajo del traje – hola nena – me dijo en un acento que parecía gringo.

    – Buenos días pequeña – me dijo el señor que iba manejando, este al contrario del señor que estaba sentado a la par mía era de color negro aunque igual o más grande que el canche, me llamo la atención ya que como contrastaba su tez con su sonrisa blanca.

    – Licenciado Jones, Licenciado Méndez, ella es mi hija Victoria – dijo mi mama al subirse en el asiento del copiloto.

    – Hola nena, ¿qué edad tienes? – me pregunto el llamado Jones con ese acento gracioso – tiene nueve años aunque ¿parece de más edad verdad? – dijo mi mama sin darme tiempo a contestar.

    – Pues ya se vislumbra como toda una bella señorita, igual que su mamita, verdad Jones – dijo el llamado Méndez volteando a ver a mi mama y posando una de sus inmensas manos en mi cabeza y luego acariciando mi barbilla, para luego depositarla como si fuera ya costumbre en la pierna de mi mama, que no hizo nada por retirarla si no que se rio sonrojándose – Ay Licenciado, como es usted de adulador – dijo mi mami, enderezándose en el sillón al darse cuenta que mi mirada estaba en la mano del negro que tenía sobre su pierna, obligando a separarse de ella. – Nos vamos – apremio mi mamita que se vio un tanto descompuesta.

    – Pues nos vamos – dijo Méndez encendiendo el motor del vehículo y enfilando hacia la carretera con una sonrisa en el rostro.

    Durante el viaje pude notar que Jones se me quedaba viendo disimuladamente a mis piernitas, esto me volvió a provocar una sensaciones muy agradables, como cuando se quedaron viendo mis profesores la ves pasada, de cuando en cuando pasábamos unos baches y yo hacía como que no lo notaba pero se me subía un poco mi falda, lo cual parecía que encantaba al viejo jones, ya que poco a poco sus miradas eran más descaradas, esto de alguna manera me gustaba, ¿realmente podía yo excitar a hombre maduros?, pues creo que sí, ya que casi llegando al colegio me di cuenta que Méndez también estaba dándose gusto por el retrovisor.

    Al llegar a mi colegio, y antes de que volteara a ver mi mama, me arregle nuevamente mi faldita, que ya casi me llegaba a mi calzoncito, – bueno despídase pues mija – me dijo mi mami, como buena niña educada que era me levante un poco y le dijo adiós a el Sr. Jones con un beso en la mejilla, fue algo rápido pero que no pude evitar oír como aspiraba profundamente el viejo pervertido del Sr. Jones., luego le di un mejor regalo de despedida ya que me incline hacia adelante para despedirme de la misma forma del Sr. Méndez y estoy segura que Jones pudo ver completamente debajo de mi faldita mi calzoncito de HelloKitty. Y digo que estoy segura ya que al bajarme pude ver que Jones se acomodaba en su asiento para disimular una gran erección en su pantalón.

    Salte del carro y mi mama me grito que esperara a mi papa al mediodía, pero algo me dijo que saltara de regreso a la ventana del copiloto donde iba mi mama, al hacerlo casi estoy segura que vi como el negro de Méndez retiraba la mano a toda prisa de las piernas de mi mama. Le estampe un beso a mi mami en su mejilla que note muy roja, y le dije que no se preocupara, que esperaría a mi papa.

    Realmente mi mente había cambiado, esas acciones hace unos días habrían pasado desapercibidas para mí, pero ahora mi mente me dice que otras cosas están sucediendo, cosas que mi mamita está realizando y que no estamos enterados con mi papi. Bueno, me quedo la duda y esta no me la voy a sacar hasta averiguar de qué se trata.
    Bueno llegue al colegio y mis amigas Mandy y Samy me estaban ya esperando en la entrada, ellas son mis mejores amigas, y siempre andamos juntas, hasta hace unos días nos contábamos todo, ahora no se si debería contarles lo que me está pasando con mi papi y los amigos de papa.

    Mandy es más grande que Samy y que yo, ya que tiene 10 años, Samy tiene 9 igual que yo, aunque nos conocemos desde el jardín de niños cuando teníamos apenas 4 o 5. Mandy es la más pilas de las tres, sus papis tienen un restaurante en el centro, Samy vive con su mami su padrastro ya que su papi falleció hace unos 5 años, es la más callada de las tres, pero igual de pilas que nosotras. Mandy tiene el pelo negro aunque su tez es blanquita, Samy tiene el mismo color de pelo que yo, muchos nos molestaban diciendo que éramos hermanas, aunque nuestra amistad es muy fuerte y no nos molesta que nos lo digan ya que así nos consideramos las tres, hermanas ya que ninguna tiene hermanos o hermanas de sangre.

    Entramos a la clase y nuevamente me puse a ver las entrepiernas de los hombres, seguía con esa obsesión que estaba creciendo en mí, mis amigas llegaron a darse cuenta y me empezaron a molestar de que era una juzgona, y me decían que si llegaba a ver un pene de alguien me pondría a llorar… por dentro me reía como loca… Si supieran me decía …. Si supieran….

    Continuará, pero no tengo la continuación 🙁

    Los amigos de papá 2 - blogSDPA.com

    Los amigos de papá, Parte 05

    11 de noviembre de 2024 en Incesto, Sexo en público, Sexo en grupo, Relatos SDPA, Jovencitas

    Esta publicación es la parte 5 de un total de 6 publicadas de la serie Los amigos de papá

    Eso ha sido muy memorable muchachos – comento don Juan viendo hacia los lados a los otros hombres, Tony a la par de él en medio y a los lados Benito y mi papa.

    Las chicas, ya habíamos terminado de limpiar los penes de nuestros respectivos papitos, y cada uno de ellos estaban fumando, yo me extrañe un poco, ya que no había visto fumar a mi papá, pero me imagino que eso se debía a que a mi mamá no le gustaba para nada el olor del cigarrillo.

    Anita se encontraba a la par de su papito, y le acariciaba las piernas igual que Martita a don Juan, aunque ella le acariciaba más arriba agarrándoles las pelotas, María solo estaba recostada en las piernas de Benito y era él quien le acariciaba sus inexistentes tetitas, digo inexistentes porque de las cuatro solo Anita tenía unos nacientes pechitos, que apenas se veía, las demás no teníamos nada de nada, yo me entretenía sentada en las piernas de mi papi abrazada a su pecho, y observando a los demás.

    Pude notar que si bien todos tenían pancita, no estaban descuidados, don Juan era el más viejo, pero se notaba que no estaba descuidado, más adelante me entere que tenía 60 años, después le seguía Tony con 47, luego mi papi con 43 y el más joven era Benito con 37.

    En resumen me puse a pensar que estábamos entonces así, mi papi 43 y yo 9, Tony con 47 y Anita 11, don Juan con 60 y su nieta Martita con 10, luego Benito con 37 y su hija María con 8.

    Apenas eran las 4:15 y entre plática y plática vi como cada uno de los amigos de papá se empezaba a poner duritos otra vez, las manitos de cada una de las niñas nos encargábamos de ello, acariciándolas primero con las manitos y luego con nuestras bocas.

    Levante la vista y puede ver que de todos Tony tenía la más larga y cabezona, mi papito la tenía más gruesa aunque con menos cabeza, Benito la tenía regular y muy lisa, su cabeza era del mismo grueso que el resto de su pipi, la de don Juan era regular también aunque la marcaban muchas venas.

    -Bueno chicos que dicen si nos echamos el segundo round – exclamo Tony levantándose y tomando de la mano a Martita – Ven aquí mi cielo, te voy romper ese culito hermoso que tienes – le dijo a la nieta de
    Juan, que solo voltio a ver a su Abuelito que solo sonreía y me volteaba a ver guiñando un ojo a mi papito, el cual me levanto y me dio una nalgada empujándome hacia don Juan.

    -Pues demole pues – dijo Benito acercándose a Anita la cual ya estaba colocándose en cuatro, creo que a esa niña le encanta esa posición.

    Al levantarme y dirigirme con don Juan pude ver que María se acercaba a mi papito, nuevamente sentí ese sentimiento como de celos, pero no pude pensar mucho, ya que don Juan me tenía de los hombros y me hacía colocarme en cuatro patas.

    A decir verdad, todas las niñas estábamos en cuatro patas, y nos colocaron en círculo con viendo hacia adentro a todas, podía ver la cara de cada una de ellas, así como también podía ver a cada hombre detrás de cada una de ellas, la que me quedo de frente era María, su carita me dio mucha ternura, se veía mucho más joven de lo que en verdad era, realmente tenía una carita linda, de tez blanquita y rubia igual que su papa, que en ese momento estaba colorado y sudando, ya que por lo que entendí estaba en ese momento iniciando la penetración de Anita, la cual en su carita solo podía adivinar gozo, ya que tenía los ojos cerrados y los labios apretados en un rictus de disfrute.

    Yo empecé a sentir como don Juan lubricaba mi anito con el gel que uso hace un rato y se lo lanzaba a mi papa, el cual se unto un poco en su mano y luego supongo que se lo empezó a untar a María, la cual tenía sus ojitos abiertos, me le quede viendo y me pregunto – ¿Ya te la habían metido por ahí? – y le respondí, mintiéndole – No.

    -Pues no te preocupes – me dijo haciéndose la niña grande – solo relájate, ponte suavecita y cuando sientas el cabezón en la entrada, haz como cuando vas a hacer del 2 al baño, así es más fácil que entre y te duela menos, luego aguantas un rato el ardor y al ratito ya empiezas a sentir ricooooooooo.

    La última parte de su indicación se encadeno con un aspaviento que expiro junto con que sus ojos se abrieron como platos, y lógico, era porque mi papito estaba entrando en ella en ese momento.

    – Huy, huy, huy… tu papi la tiene muy… la tiene muy… ahhhhhgggg…. – escuche que decía, y luego apretó los dientes, en ese momento vi hacia arriba y pude ver la cara de mi papito, todo colorado con gotas de sudor cayendo por su frente, sus manos completamente aferradas a la cinturita de María y murmurando – Oh, mierda, oh, mierda que apretada estas María, que rico como esta de apretado tu culito.

    María, abrió la boca como para tragar aire y vi que rodaban unas lágrimas de sus ojitos, por un momento pensé ¿no que muy grandecita pues?, pero en ese momento me tocó a mí, y empecé a sentir como una brasa caliente empezó a hacer ingreso por mi parte trasera, pero al contrario de María yo ya había recibido el grueso de mi papi, así que el de don Juan no lo sentí tan doloroso, es más, me dolió tanto menos que empecé a sentir rico en menos tiempo, sin embargo tenia cerrado mis ojitos y solo sentía como estaba entrando y saliendo el palo de don Juan, lo oía murmurar a mis espaldas – Oh mija, oh mija, que anito tan rico, que deliciosoooo, – luego alzo un poco la vos y le dijo a mi papi – Víctor! Que culito más rico tiene tu hijita, creo que este trato esta cumplido, te lo has ganado… – yo no entendí en ese momento, pero luego lo llegaría a saber.

    Luego abrí los ojos y vi que Tony estaba entrando y saliendo del culito de Martita a gran velocidad, pude ver en la cara de Martita que estaba llegando a su orgasmo, por sus quejidos, y en ese momento se descorcho del culito de Martita quedando ella tendida sobre la sabana.

    Tony se inclinó un poco sobre la cara de Martita y le dijo – ok mija límpiala y ensalívala que voy a ayudar a tu abuelito – yo no entendí, pero luego que Martita la chupo un ratito y le dejo la verga bien pringosa de saliva, vi que Tony le guiñaba el ojo a don Juan, y él se descorcho de mí, dando lugar a Tony, que se colocó detrás de mi colita y me susurro al oído – bueno Vicky es tu turno de probar a Tony.

    Luego coloco su glande en mi anito que ya estaba dilatado y entro sin problema, y empezó el mete y saca violento, como a él le gusta, sentía que me tenía agarrada por unas tenazas por la cintura y sentía como sus envites eran fuertes y cimbreantes, sentía que su cabezón me llegaba hasta el estómago, solo pude levantar la vista un minuto para ver como Benito recostaba a Anita en la sabana la cual tenía una cara de satisfacción, de plano porque se había venido por la cogida por el culo, luego sentí como Tony me la metía hasta el fondo, luego sin sacarla me levanta por la cintura como si fuera de trapo, Benito se recostó en la sabana con su verga parada y vi como Tony me llevaba hacia él y luego me bajaba hacia él, me di cuenta de lo que iba a pasar…

    Me iban a penetrar por los dos lados, solo me dio tiempo de cerrar los ojos, y sentir como Benito ingresaba en mi puchita. Podía sentir las dos barras de carne en mi interior, por unos segundos se quedaron quietos, y luego empezaron a bombear con ritmo, bueno con el ritmo que Tony ponía que era
    muy vertiginoso, voltee a ver y la escena a la par no distaba mucho de lo que yo estaba pasando: Mi papi entraba y salía como poseso del culito de María que estaba a horcajadas sobre don Juan que la penetraba por la vaginita.

    Si algún espectador hubiera llegado en ese momento, la escena que hubiera encontrado sería la de dos niñas en medio de 4 hombres, siendo penetradas de forma violenta, apenas si nuestros cuerpitos se veían entre las pancitas de los hombres.

    María tenía los ojos entre cerrados, y solo los abrió cuando casi al unísono mi papa y don Juan bufaron indicando que se estaban viniendo en la pequeña niña.

    Tony aumento el ritmo y Benito no se quedaba atrás, y en segundos pude sentir como mi orgasmo se acumuló y exploto en el momento de sentir sendos chorros en mis intestinos y mi puchita, signo de que los dos hombrones que me estaban cogiendo se habían venido por completo.

    Tony y mi papa se descorcharon de sus respectivos anitos y Mariita y yo quedamos despatarradas sobre don Juan y Benito.

    Yo caí en un sopor delicioso, y rodé sobre la sabana, – joder mucha son casi las 5:00 – exclamo alguien.

    – Bueno es hora de irnos muchachos, nos vemos mañana – índico don Juan tomando en sus brazos a su nieta y su ropa dirigiéndose a su vehículo donde se vistió y la vistió a ella, haciendo todos
    exactamente lo mismo.

    Mi papa me limpio todita y luego de vestirme me acomodo en el sillón trasero, luego arranco y se dirigió a recoger a mi mamita…

    Continuará

    Los amigos de papá 2 - blogSDPA.com

    Los amigos de papá, Parte 04

    11 de noviembre de 2024 en Jovencitas, Incesto, Sexo en público

    Esta publicación es la parte 4 de un total de 6 publicadas de la serie Los amigos de papá

    Continua las aventuras de Vicky y su amado papaito, y por su puesto los amigos de él, ahora veremos que paso luego de que llegaron a recojer a su mama y como cambio la vida de Vicky a partir de conocer a “Los amigos de Papá” ??
    Cuando desperté estaba en mi cama, sentía unas manos aplicando algo a mi culito y mi puchita, (ji ji ahora ya le digo como le puso mi papi a mi vaginita), baje la mirada y vi a mi papito que me dijo – hola princesa, esto ayudara a calmar el ardor que de plano sientes, ya verás que mañana estarás como nueva, ¿sí? –
    Yo solo asentí y volví a cerrar mis ojos y me quede profundamente dormida.

    A la mañana siguiente me desperté con los gritos de mi mama – ¡Vickyyyyy, vas a llegar tarde al colegiooooo, apúrate y baja a desayunar!

    Me incorpore en mi cama y pude ver que tenía mi camisón de dormir y mis calzoncitos puestos, me pare y me los baje para ver cómo estaba mi puchita y comprobé que mi papi tenía razón, la vi rosadita y normal, pase mis deditos por mi anito y también lo sentí normal, sin dolor o ardor, pero al pasar los dedos también sentí un cosquilleo que me erizo la piel, en ese momento me paso por mi mente el momento en que la vergota de mi papa estaba dentro de él y sentí como el calorcito en mi estomaguito regresaba… y suspire profundamente. Luego abrí mis ojos y me metí corriendo al baño para ducharme, ya que mi mama seguía gritando abajo.

    Baje saltando las escaleras y mi faldita escocesa se elevaba de arriba abajo, me sentía feliz y entusiasmada, cuando llegue a la cocina vi que mi mama estaba sirviéndole el café a mi papa que estaba leyendo el periódico, al verlo de inmediato se me vino a mi mente la imagen de él recostado en el sillón trasero del auto con su verga erecta apuntando al cielo y su mirada de lujuria cuando me empezó a bajar a ella, sentí escalofríos deliciosos; sacudí mi cabecita y me senté en la mesa, ya mi mami había servido mis panqueques y los bañe en miel y empecé a devorarlos, levante la vista para ver a mis papas, mi mami como siempre comiendo un yogurt, siempre decía que se miraba gorda aunque yo nunca lo note, siempre habíamos comentado con mis amigas que se parecía mucho a Reese Witherspoon, bajita y rubia.

    Mi papa estaba tomando su café y mordisqueaba un panecillo, se miraba guapísimo con su camisa polo blanca, sus pantalones caqui, se notaba su panza, pero no era muy prominente, como era dueño de varios centros comerciales no tenía que llegar a ningún trabajo a ninguna hora, tenía sus oficinas en el centro de la ciudad pero podía llegar a la hora que quisiera, mi mama me llevaba siempre al colegio pero cuando mi mama tenía que llegar temprano a su bufete entonces él me llevaba.

    – Amor, podrás llevar a Vicky hoy, por favor, tengo que irme ya me están esperando – le dijo mi mama a papi, mientras se levantaba y agarraba sus cosas.

    – De acuerdo – dijo mi papa sin siquiera apartar su vista del periódico, me puse en alerta, pensé que algo diferente pasaría.

    Mi mama se fue y entonces termine de comer mis panqueques, me quede mirando a mi papito y el muy despacio, levanto la mirada y pude ver su ojos azules fijos en mi – bueno princesa, ¿nos vamos?

    – Si papi, voy por mi mochila – dije y subí corriendo a mi habitación, baje y mi papa ya me esperaba en la puerta, cuando pase a la par suya me tomo de la mano y salimos, nos subimos a su carro y enfilo hacia mi colegio, el cual estaba a unos 20 minutos de la casa.

    Cuando me senté en el sillón mi faldita se levantó un poco y se podían apreciar mis piernitas, esto no pasó desapercibido a mi papito, – ¿Desayunaste bien mija? – Me pregunto – Si papi – le respondí.

    Luego con su mano derecha comenzó acariciar mis piernitas – pero no vi que tomaras tu vaso de leche – me indico y ciertamente me recordé que por salir corriendo no me tome mi leche – no papi, se me olvido – le dije.

    El colegio se encuentra prácticamente en línea recta de mi casa y era prácticamente una autopista libre, coloco el carro en modalidad crucero (funcionalidad que permite que el carro avance con la velocidad y timón fijados en la última posición definida) retiro un poco el sillón y se abrió el cierre del pantalón, luego saco su pene ya erecto y me dijo con una sonrisa – bueno mija, tendrás que tomar otra clase de lechita, ven, chúpame la verga, ¿sí?

    Yo ni lerda ni perezosa me abalance sobre mi papi y me lleve su hermoso pene a mi boca y comencé a mamársela, mi papi solo llevaba la vista fija en el camino y de vez en cuando cerraba los ojos en un rictus de placer que le estaba proporcionando, me esforzaba por metérmela toda en mi boquita, apenas lograba llegar a la mitad, pero lo intentaba más y más, y entre más lograba meterme oía que mi papito más pujaba, cuando me la sacaba le lamia sus huevos, en ese momento me percate que mi papito se había rasurado todo ahí abajo, ¡que bueno es mi papito! con tal que no me atragantara con sus pelitos.

    Ya llevaba como unos 10 minutos realizando la mamada al pene de mi papito cuando sentí que su mano me sostenía mi cabecita con su pene dentro de mi boca y entonces pude sentir como empezó a palpitar y de inmediato sentí como impactaban en el fondo de mi boca sendos chorros de semen, intente tragarlos como iban saliendo pero fueron 5 o 6 fuertes que no los pude tragar de un solo y tuve que retenerlos en mi boca, cuando sentí que me soltó la cabeza pude voltear a verlo y pude ver su expresión de placer reflejado en su mirada entrecerrada, bajo la mirada y me sonrió, posiblemente al ver mi cachetes inflados con su “lechita”, – bueno mija trágatela pues – me ordeno, y yo con gusto procedí a tragármela, realmente le estaba tomándole gusto al semen – bueno ahora límpiame bien – me indico y yo procedí a limpiar toda su verga que poco a poco se estaba desinflando, cuando estuvo todo limpio él se subió el cierre y retorno su asiento a su lugar original, yo me senté en el mío con una sonrisa de oreja a oreja.

    – Te está gustando esto verdad mija – me dijo mi papito también sonriendo – Si papito, realmente me gusta mucho – le respondí sacando mi lengüita en forma de burla.

    En ese momento llegamos al colegio, mis amigas me esperaban en la entrada y yo me despedí de mi papito con un beso en los labios, pero esta vez no fue solo un topón como siempre, si no que metió su lengua en mi boquita, me gustó mucho, y luego cuando me estaba bajando me paso su mano por mi culito, eso también me gusto. Realmente no aguantaba las ganas de que llegara la hora de salida para volver a ver a mi papaíto.

    Realmente algo había cambiado en mí, lo sentía, ahora me fijaba más en los maestros hombres, sin querer me fijaba en sus pantalones, específicamente en sus braguetas, en los muy viejos que usaban pantalones holgados no se notaba nada, pero en los que usaban pantalones de lona si podía apreciar algo. Realmente me moría de la curiosidad de verles los penes, no sé porque pero tenía esa urgencia ahora, y creo que algunos de ellos se dieron cuenta, pero eso se los contare más adelante.

    Bueno, logre pasar toda la mañana y el almuerzo lo mejor que pude, ya no aguantaba las ganas que fueran las 2 de la tarde para que pasara a traerme mi papito. Y por fin dieron las 3, salí corriendo despidiéndome de mis amigas, y pude ver a mi papaíto esperándome en su vehículo, se veía muy feliz y sonriendo, al llegar me arroje a sus brazos y le plante un beso en su boca, esta vez solo fue un taponcito, ya que me separo rápidamente a la vez que me susurraba – ahorita no mi nena, nos están viendo – y ciertamente mis amigas no nos perdían de vista, eso me encanto y me sentí como toda una mujer grande a la cual admiraban, así que sin perder mi sonrisa de oreja a oreja me metí al carro y nos fuimos del colegio.

    Durante el trayecto mi papa no dejaba de ver mis piernitas blancas, yo con tal de verlo feliz, subía mi faldita hasta la orilla de mi calzoncito, y mi papa me recrimino – mija deja de hacer eso si no ya no llegamos al parque y nos perderemos de la diversión, a propósito necesito que hagamos un juego ¿sí? – Me dijo guiñándome un ojo, lo cual me divirtió, – claro papi lo que digas – le dije.

    – Bueno cuando lleguemos no les debes contar que ya mi verga jugo con tu puchita y tu culito, ¿de acuerdo?, ellos posiblemente te pregunten cuando no me percate yo, y tú debes hacerte la que no sabe nada, ¿sí?

    – Ok, papi no les diré nada. – le dije, haciéndome la cómplice le guiñe un ojo y me sentí feliz de tener esos secretos con mi papi.
    En poco tiempo divise el parque, solitario como siempre, y al fondo solo pude ver 3 vehículos, reconocí el de Tony siempre al fondo, el siguiente no lo recordaba, y el tercero era el de Benito.

    Mi papi se parqueo y bajamos del carro juntos, me tomo de la mano y caminamos hacia el carro de Tony, pasamos por el carro de Benito y este estaba con la cabeza recostada en su sillón con los brazos cruzados atrás de su cabeza, como descansando, pero al acercarnos pude ver una cabecita que subía y bajaba, de inmediato reconocí que era una niña, y al estar cerca del carro bajo la ventana y Benito saludo a mi papito – Hola Víctor ¡cómo están!

    – Bien Benito – respondió mi papa – veo que hoy si pudo venir María – dijo mirando la cabecita de la niña que estaba tratando de meterse toda la tranca de Benito en su boquita, – Mija salude a Víctor – le dijo Benito levantando la cara de la niña por la barbilla, la niña descorcho su boquita del glande del pene de su padre y nos dirigió una sonrisa diciendo – Buenas tardes Don Víctor.

    – Buenas María – respondió mi papa y dirigiéndose a mi le dijo – esta es mi hija Vicky creo que serán buenas amigas – Hola María – atine a decir mientras miraba como un hilo de saliva caía de la boquita de María a la verga de Benito.

    – Hola Vicky – me respondió la niña, le calcule unos 7 o 8 años ya que se veía que era más pequeña que yo.
    – En unos minutos llego por ahí con ustedes – dijo Benito mientras le dirigía la cabeza de Maira de nuevo hacia su pene y recostaba su cabeza en el sillón nuevamente.

    Seguimos caminando hacia el carro de Tony, yo ya había empezado a sentir nuevamente ese calorcito rico en mi interior solo con ver como María le chupaba la verga a su papa, a papa también parecía haberle gustado lo que vio ya que ya no me llevaba de la mano si no que su mano estaba depositada en mis nalguitas y su pantalón acusaba ya una erección.

    Llegamos al siguiente vehículo y entonces pude recordar que era del viejito de la ves pasada, que tenía a su niña sobre sus piernas y que solo se veía moverse de arriba abajo, pero ahora, no vi a nadie dentro del vehículo, me extraño, pero de repente pude ver que Tony estaba platicando con él recostados en el vehículo de Tony, al llegar lo pude ver bien, si se miraba viejito pero era por las canas, talvez tendría unos 50 o 60 años, era un poco más bajo que mi Papa y que Tony y tenía un bigote blanco como el pelo de su cabeza. Cuando llegamos del lado que estaban recostados pude ver que solo tenían puestas sus camisas, ya que de la cintura para abajo estaban desnudos, y de rodillas a sus pies estaban dos niñas, ambas estaban con los penes de los hombres en sus boquitas, estaban sobre una sábana muy ancha que estaba en el césped, pude reconocer a Anita hija de Tony con el pene del viejito, era grande, talvez como el de Benito, pero tenía muchas venas que lo hacía ver muy amenazante, Anita se lo metía completamente en la boca y lo sacaba, pude ver que su glande parecía una punta de flecha, no tan cabezón como el de Benito sino más bien del grueso del resto del tronco; la otra niña me pareció que era la que estaba con el viejito la ves pasada, le calcule que tenía unos 10 años lo cual me lo confirmaron después, ella estaba haciendo todo lo posible por meterse la gran vergota de Tony, ambas estaban todavía con sus uniformes, pude reconocer el color de ambos uniformes que realmente eran del mismo colegio, uno que me habían comentado que es muy caro y que van casi solo “niñ@s bien”.

    Al vernos saludaron a mi papi – ¡Hola Víctor qué bueno que viniste! – Le dijo Tony – Hola Tony, Hola Sr. González – dijo mi papi saludando a ambos hombres con un apretón de manos – Hola Víctor, ya te he dicho que me puedes decir Juan – le dijo el viejito – prácticamente somos “hermanos de cueva”, verdad Martita – le respondió el viejito sobándole la cabeza a la niña que le chupaba la verga a Tony.

    – Bueno eso es cierto Juan, claro que gracias a Martita – y los tres hombres se rieron, yo no entendí la broma pero me imagino que es un chiste de hombres.

    – Ella es tu hija Vicky ¿verdad? – le pregunto Juan a mi papa, al hacerlo no pude evitar ver que se pasaba la lengua por los labios – Si Juan es mi nena – respondió mi papa.

    – Y por lo visto ya conoció a Tony y Benito, según me cuentan – dijo mirando a Tony a lo cual este solo asintió con una sonrisa en su cara – que te parece si ahora si hacemos el trato del que platicamos Víctor.
    – Por mi excelente, pero veo que solo vino Martita hoy, no trajiste a tu otra nieta Juan – Le dijo mi papa viendo hacia el vehículo del viejito.

    – No hay problema Víctor, Danielita esta con su abuela comprando en el Mall, pero te aseguro que mañana estará aquí, ¿entonces qué dices, lo hacemos?

    – De acuerdo – le dijo mi papa, luego me voltio a ver y me dijo – mija ¿te gustaría ayudar a Anita?

    Yo pestañe dos veces y voltee a ver a Anita que en ese momento pasaba su lengüita por los huevos de Juan – Si papi, si es lo que quieres – le respondí y me acerque a Anita que se apartó un poco para darme lugar a que me arrodillara.

    En esa posición pude ver de cerca la verga de Juan, la agarre con mi manita y empecé a masturbarlo, la saliva de Anita permitía que mi mano resbalara fácilmente, pude sentir el tacto de esas venas que tanto me intrigaban, pensé que las sentiría duras, pero se desaparecían al contacto con mis dedos, así que empecé a apretar a lo que Juan solo me decía – wow mijita, tranquila que no es de hule, mejor chúpala ¿sí?

    Empecé a pasar la lengua por todo el tronco y luego abrí mi boca para intentar metérmela, me cupo casi ¾ partes, empecé hacer el mete y saca echándole mucha saliva, lo chupaba y chupaba, de momento me percate que ya no estaba Anita con migo, y al voltear a buscarla pude ver que estaba en cuatro patas, con la falda levantada y sin calzones, y tenía la cara de mi papa completamente introducida en sus panochita, parecía que mi papa estaba intentando entrar en ella por ese agujerito, me causo mucha gracia, pero también empecé a sentirme un poco celosa, en ese momento vi que Martita también era puesta en cuatro patas enfrente de Anita y las dos empezaron a besarse, eso me intrigo un poco, no sabía que ellas fueran lesbianas, aunque no creo que lo fueran si estaban con estos hombres, realmente me confundí un poco, pero parecía que no era la primera vez que lo hacían.

    Por atrás de Martita estaba Tony realizando exactamente la misma operación que mi papa, ambas niñas estaban súper coloradas, me imagino por el trabajo oral que estaban realizando los hombres adultos que tenían en sus colitas. Sentí una mano que me sujetaba la barbilla y vi que el viejito se me acercaba con su boca y me planto un beso largo, y su lengua penetraba mi boquita registrándola completa con su lengua, luego me tomo del brazo y me llevo junto con las otras niñas, indicándome que me pusiera igual que ellas, lo hice y entonces Martita y Ana dejaron de besarse para mírame y sonreírme – Hola Vicky, bienvenida – me dijo Anita y me dio un beso también de lengua, voltee a ver a Martita y su carita estaba compungida, con sus ojitos cerrados y su boquita semi abierta, luego viendo un poco más atrás me di cuenta porque, mi papa estaba maniobrando detrás de ella y seguro estaba introduciendo su pedazo de carne gruesa en la puchita de Martita, mi papito estaba súper concentrado guiando con su mano su pene, aunque no lo podía ver desde mis posición si podía imaginarme cómo iba entrando en la cuevita de Martita, ¡Ja! Ahora entiendo el chiste… “hermanos de cueva” ji ji.

    Por lo visto ya había podido penetrarla ya que pude ver que la asió con sus dos manos en su cinturita, casi la podía rodear con ellas, y empezó el mete y saca consabido, Martita tenía los ojos entornados, se veía que lo estaba disfrutando, sentí otro beso en mi mejilla y a la vez un beso en mi puchita, wow, no sentí en que momento el viejito me había quitado los calzoncitos, y tenía ya su cara pegada a mi puchita, sentí como su lengua penetraba mi cuevita y sentí riquísimo, voltee a ver a Anita y está ya estaba recibiendo los empujones de su papa, que la tenía sujeta de la cintura y le estaba dando duro, pude apreciar la diferencia, mi papa le daba despacio a Martita, empujando suavemente su vergota y sacándola con un ritmo cadencioso, mientras que Tony parecía que quería partir a su hija en dos de lo fuerte que la penetraba, ambas niñas tenían sus boquitas semiabiertas como esperando que algo se depositara en ellas.

    De repente sentí una respiración en mi espalda, y escuche a don Juan preguntarme – bueno Vicky, ¿ya te han cogido por tu conchita? – Y me recordé de lo que mi papi me dijo – No don Juan, todavía no – le respondí.

    Mi respuesta fue como un toque eléctrico para el viejito que me empezó acariciar la espalda, sobre la blusa, y me dijo – pues mija hoy voy a disfrutar de tu conchita, espero que te guste ya que es un trato con tu papi, así que se fuerte y no me vayas a chillar.

    – Está bien don Juan le dije – entonces el viejito desabrocho mi blusa y me empezó a apretar mis penzoncitos, que apenas eran un par de núbiles puntos sobre mi pecho, luego se colocó atrás de mí y sentí como su barra de carne empezó a buscar la entrada de mi puchita.

    Cuando la coloco en ella, sentí como fue penetrando poco a poco dentro de mí, por lo visto no me había estirado lo suficiente mi papito, ya que sentí enorme la verga de don Juan, a pesar que yo sabía que era más delgada que la de mi papi. Así que apreté los labios y los ojos y sin querer se me escaparon un par de lágrimas cuando el viejito llevaba la mitad dentro, – Ve despacio Juan que le está doliendo – escuche decir a mi Papa y abrí mis ojitos y lo vi a la par mía, su pene estaba goteando semen, lo que me imagine que el resto su descarga estaría dentro de Martita que estaba sentada en la sabana observando atenta hacia mí.

    – Perame un ratito ahorita vengo – dijo Tony y se descorcho de su hija y fue a su vehículo, regresando con un tubo que le paso a Juan – échate un poco de esto, es lubricante ayudara para que entre más fácil – diciendo esto Juan se retiró un poco de mi sacando solo parte de su pene y hecho un poco en el tronco y luego volvió a ingresar lentamente en mi puchita, hasta la mitad, luego saco otro poco y de un envión me la dejo ir toda, abrí como platos los ojos y mi papa me estampo un beso en la boca que no me dejo gritar.

    Tony había regresado con su hija, solo que ahora estaba recostado y Anita estaba sobre su cara, mientras Martita está a horcajadas sobre su pene y estaba introduciéndoselo poco a poco con una cara de satisfacción increíble, don Juan empezó a agarrar ritmo en mi puchita, entrando y saliendo, yo me sujetaba de los brazos de mi papa, el cual no se perdía detalle de la cogida que le estaban dando a su hijita, y le gustaba, porque por la posición que estaba su verga que estaba flácida ya estaba recuperando su dureza, y en menos de lo que cuento ya me estaba guiando mi cabecita hacia ella, yo solo atine a abrir la boca y dejar entrar su vergota, ya que en ese momento sentía que mi orgasmo se acercaba rápidamente, don Juan había agarrado buen ritmo en su mete y saca y en un momento que voltee a verlo, solo pude apreciar que apretaba los dientes y repetía como para si mismo – Que apretado, que apretado, que rico, que rico, me encanta tu conchita mija, me estas succionando la verga, me encanta, que rico, que rico.

    Mi papa seguía observando como el pene del viejito desaparecía una y otra vez en mi vaginita, y justo cuando me estaba llegando mi orgasmo y sentía que estaba flotando, pude sentir como un sendos chorros de semen golpeaban en mi interior, y pude escuchar como el viejito decía – Mierda me vengooooo, que ricoooo, hahhh, que rico aprietas mijaaaaaa, haah.

    Después de sentir como palpitaba el tronco del viejito este se separó de mí, descorchándose de mi puchita, yo ya había vuelto a la tierra y me esmeraba en chuparle la verga a mi papa. Podía ver como Tony seguía penetrando a Martita, Anita no estaba con ellos y supuse por un momento que se había ido al carro de su papa, pero al voltear a ver pude notar que don Juan se sentaba a la par de otra niña, la reconocí de inmediato, era María la hija de Benito, no se cuánto tiempo llevaba ahí, pero luego pude ver que Anita estaba en cuatro y estaba recibiendo a Benito por su culito, Wow, esta niña sí que es insaciable me dije para mí misma.

    En ese momento pude escuchar a Tony bufar y sujetar de manera fuerte a Martita de la cintura y exclamar que se estaba viniendo, y por lo visto fuerte, dos segundos después estaba Benito también bufando descargando su lechita en los intestinos de Anita, viendo esto solo sentí unos fuertes chorros de semen en mi garganta, mi papito se estaba vaciando en mi boquita, ¡que rico!, Luego los cuatro hombres estaban sentados sobre la sabana, permitiendo que cada una de sus niñas los limpiaran bien, a todo esto eran apenas las 4 de la tarde…

    Continuará

    Los amigos de papá 2 - blogSDPA.com

    Los amigos de papá, Parte 03

    11 de noviembre de 2024 en Relatos SDPA, Jovencitas

    Esta publicación es la parte 3 de un total de 6 publicadas de la serie Los amigos de papá

    Continuo con el relato de Vicky, que empieza a conocer y experimentar los deseos de su papa y sus amigos, ahora nos veremos trasladados al momento en que es estrenada nuestra heroina por su amado papaito.

    Estábamos a 5 minutos de la oficina de mama, mi papi conducía muy tranquilo, yo no dejaba de pensar en todo lo que había pasado hace unos minutos en el parque, repasaba una y otra vez las escenas vividas y no podía quitar de mi mente la forma en que fue penetrada Anita por todos sus agujeritos, y principalmente no podía olvidar su cara de gozo que tenía cuando los tres hombres la tenían totalmente ensartada.

    Realmente solo de repasar esos momentos sentía como mi cuerpo era recorrido por escalofríos y un calor muy rico sentía que se producía en mis calzoncitos, específicamente en mi conejito. Con mucho cuidado deslice mi manito dentro de mi falda escocesa y pude sentir sobre mi calzoncito como estaba todo húmedo en la parte de mi conejito.

    Voltee a ver a mi papa y podría jurar que él también estaba recordando ya que su sonrisa era muy evidente así como también el bulto que se estaba formando en su pantalón.
    Llegamos al edificio donde estaba la oficina de mi mama, ella trabaja en una oficina de abogados ya que ella también es abogada. Usualmente sale a las 5 de la tarde, y antes de entrar al parqueo mi papa la llamo al móvil.

    – Hola, Susy, ya estamos aquí…, aja…, ok, te esperaremos en el sótano me avisas cuando estés lista y subimos por ti al frente del edificio – luego colgó y dijo en voz alta sin voltear a verme – Dice tu mami que está en una reunión que se extendió, espera salir en unos 40 minutos, esperaremos en el sótano.

    Diciendo esto se dirigió en hacia el sótano, nuestro vehículo se desplazaba suavemente, me gusta el carro de mi papa, es una Hyundai Tucson, cuando entramos en el sótano todo se oscureció, y pude entonces mover mi manito debajo de mi calzoncito para sentir mi conchita, que estaba toda mojada. Mi papa encontró un parqueo en el primer nivel, pero al llegar él voltio a verme y no pude evitar que se fijara que tenía mi manita dentro de mi falda, solo me sonrió y yo le devolví la sonrisa. Me guiño el ojo y me dijo – creo que mejor esperamos en otro parqueo más adentro, ¿te parece? – y diciendo esto se dirigió hacia el sótano número 4 en la profundidad del parqueo, el cual apenas si tenía luces y estaba completamente vacío, dirigió el vehículo al fondo del mismo y luego apago el motor, activo el tinte de los vidrios, ya que este carro al activar un botón los vidrios se oscurecen completamente y no se ve nada de afuera hacia adentro, aunque estén encendidas las luces interiores.

    Mi papi, volteo y me dijo – bueno Vicky, ¿con que estás jugando? – me dijo mientras me acariciaba la cabeza, yo solo le pude decir – con mi conejito, lo sentí muy húmedo, y lo siento muy calientito.

    Mi papa acerco su cara a mi cintura y aspiro profundamente, pude ver de cerca su cabeza calva, ya que mi papa ya casi no tiene pelo en su cabeza – mmm, que rico huele por ahí – me dijo – creo que será mejor que nos pasemos al asiento de atrás, ¿te parece? – y con un movimiento afirmativo de cabeza de mi parte nos pasamos al asiento trasero.

    El inclino los asientos de manera que quedo una especie de pequeña camita en la parte trasera, luego puso en el radio una música instrumental muy suavecita, me gustó mucho.

    Ya estando en la parte de atrás mi papa me recostó y yo me deje hacer sintiendo un nerviosismo como nunca había sentido en mis 9 añitos, pero sentía un calor y unas palpitaciones muy ricas, mi papa me subió mi faldita poco a poco, acariciando mis piernitas, que son bien blanquitas como la piel de mi mama, luego sentí como llegaba a mis calzoncitos de vuelitos que mi mama le encantaba comprarme, con pequeños dibujitos de ponis en ellos, mi papa no dejaba de sobarme las piernitas de arriba abajo y acercando su cara a mi conejito hundió su nariz en él, aspirando con fuerza, pude sentir como su nariz se metía profundamente en mi rajita y eso hizo que me dieran unos pequeños choques eléctricos que me hicieron suspirar profundamente, mi papa levanto su cabeza y me miro desde abajo con sus ojos azules profundos diciéndome – ¿Te gusta esto princesa? – a lo cual le respondí moviendo mi cabeza de arriba abajo.

    Entonces mi papa tomo con sus dedos mi calzoncito y lo bajo de un tirón hasta quitármelo, dejándome desnuda de la cintura hacia abajo, y luego me dijo – Separa tu piernitas nena – y yo obedecí de inmediato, dejando totalmente expuesto mi conejito a sus exploraciones que inicio con sus manos, que parecían multiplicarse, sobando y acariciando mis nalguitas y mi cuevita, yo sentía delicioso como me acariciaban sus enormes dedos, y de repente sentí algo más suave y húmedo en mi conejito, algo más flexible y que se intentaba meter en él, baje la vista y solo pude ver la calva de mi papa moviéndose entre mis piernitas, y entendí que era su lengua la que estaba escudriñando en mi cuevita, podía sentir su lengua moviéndose en mi agujerito y como se desplazaba de arriba abajo como intentando estar en toda mi parte baja, ya que también pude sentir como la punta de su lengua intentaba entrar en otro hoyito, en el ano, lo cual me tomo por sorpresa y tuve una sensación de cosquilleo pero del bueno, y lo único que podía hacer era abrir más mis piernitas, y con mi manito empecé a acariciar la cabeza pelona de mi papi, haciéndole entender que disfrutaba con todas sus caricias, en un momento sentí como algo se empezaba acumular dentro de mí, como se acumulaba una presión deliciosa desde mis estomaguito y de pronto sentí la urgencia como cuando quería ir a orinar y le dije a mi papaíto – papi siento que me hago pipi – el levanto su cabeza y miro hacia arriba, pude ver su boca toda brillosa con los jugos de mi conchita y me dijo – tranquila mija, está por llegar a tu orgasmo, no te retengas, disfrútalo – y volvió a hundir su cabeza en mi conejito y su lengua empezó a alternarse entre mi conchita y mi culito, lo cual lo sentía delicioso y la sensación siguió creciendo en mi hasta que sentí que algo dentro de mí se derramaba como un calor delicioso que fluía desde mi cabeza y recorría todo mi cuerpito y desembocaba en mi conchita – haaaa, haaa, siiiiiiiiiiiii, siiiiii, que ricoooooo, papiiiiii, se siente bieeeeeeen ricooooo – empecé a gritar, sentí por un momento que volaba y vi hasta lucecitas con mis ojitos cerrados, luego sentí que caía en un cansancio delicioso, hasta en ese momento me di cuenta que mi papa ya no estaba en mis piernitas si no a la par mía con su cara toda mojada por mis juguitos, me miraba con sus ojos azules y me acariciaba con sus manos mis cabellos rojizos

    – Que te pareció mi nena, ¿te gusto? – me dijo – Si papi, fue muy bonito, me siento toda mojada allá abajo ¿me hice pipi? – pregunte un poco asustada.

    – No mija, simplemente te viniste, es lo que se llama un orgasmo, solo lo sienten las niñas buenas que disfrutan del sexo, y por lo visto tú lo vas a disfrutar mucho, ahora me toca a mí ¿no crees? – diciendo esto vi cómo se ponía de rodillas y empezó a desabrochar su pantalón.

    Se bajó los pantalones y el calzoncillo, dejando libre su pene ya erecto, ya lo había visto recién y aun así no dejaba de asustarme su grosor, no era muy larga, talvez unas 6 pulgadas, no como las 7 de su amigo Tony, pero si era más gruesa no soy muy buena para calcular grosores pero podría apostar que talvez unas 5 pulgadas.

    Se recostó sobre su espalda y no tuvo que decirme nada, yo misma me levante y me acerque hacia su pene, – ok, mija esta se llama una verga, ok, y ahora tienes que chuparla como hiciste hace poco, te recuerdas – me indico señalando su erección.

    – Si papi, ya se – dije de forma que pareciera que ya sabía mucho, quería que mi papito supiera que aprendo rápido.

    Acerque mi cara a su pene, perdón, su verga y pude sentir su olor característico que ya había sentido hace poco, la tome con mis manitos que apenas lograba rodearla, y empecé a subir y bajar su piel, luego lleve mi boca hacia la cabeza y abriendo lo más que pude empecé a introducirla.

    – Procura echarle mucha saliva mija, así la podrás meter mucho más, hoooo, hooo, asiiii, asiiiiiii mijita, deliciosooooooo, sigue así mijita….. me encanta coger tu boquita princesita…. – me indicaba mi papi, yo procuraba seguir sus indicaciones y realmente disfrutaba oyéndolo como pujaba y me decía esas cosas lindas cuando lograba meterme más de la mitad de su palote en mi boquita.

    Lo curioso es que entre más salivaba y lamia y chupaba su verga, sentía que el calorcito en mi conejito comenzaba nuevamente, ¿será posible que me excitaba con solo mamarle la verga? Pues por lo visto si, automáticamente me lleve una de mis manitos hacia mi conejito y empecé a introducir uno de mis cedidos dentro de él y lo sentí delicioso.

    Mi papi como que noto que solo una mano lo estaba masturbando junto con mi boca y voltio a ver hacia abajo y al ver que tenía mi otra manita en mi conejito, se inclinó un poco y me agarro de mi cintura, y me coloco encima de él, solo que al revés, es decir con mi boquita aun encorchada en su verga y mi conejito quedo a la altura de su cara abriendo mis piernitas y empezó a jugar nuevamente con su lengua mi conejito y sus dedos empezaron nuevamente a jugar con mis hoyitos. Lugo me dijo mi papi que a eso le llamaba un 69.

    Sentí como sus dedotes empezaron a hurgar en mi conchita y también en mi anito, sentía delicioso, por un momento sentí como no solo uno entraba en mi conchita si no dos, y los metía y los sacaba, al principio me dolió un poco, pero luego sentía delicioso, yo no dejaba de chupar y mamar su verga que parecía una barra caliente de lo dura que estaba. Luego sentí como también empezó a meter otro dedo en mi anito, tenía dos dedos metidos en mi conchita y dos en mi anito, sentía nuevamente como se acumulaba la sensación que mi papi me dijo que iba a ser mi orgasmo, así que empecé a mover mis caderas buscando los dedos de papi, mientras seguía chupando y lamiendo su verga.

    – Ya no puedo más – bufo mi papa – lo siento mija pero no aguanto más las ganas – me dijo mi papa y tomándome de la cintura me puso a un lado, luego se sentó con su verga apuntando hacia arriba y tomando por mi cintura me coloco sobre él, apuntando el cabezón de su pene a mi conchita – te va a doler un poquito princesa, ¿aguanta si? – me dijo, podía ver su cara rubicunda colorada, puse mis manos sobre sus hombros y a horcajadas me prepare para la penetración. – Dale papi, estoy lista, quiero que me la metas ya – pude ver mi expresión en el vidrio del vehículo, ¡estaba sudando y mi carita estaba toda roja!

    – Bueno mija, ahí voy – y diciendo esto me tomo de la cintura y empezó a introducir su cabezote en mi conchita, pude sentir como su pene empezaba a introducirse poco apoco, y sentía como si me estuvieran cortando con cuchillo adentro de mi vagina, pero apreté los dientes y cerré los ojos que empezaron a lagrimear sin que pudiera evitarlo.

    Cuando ya tenía la cabeza adentro mi papa se detuvo, y abrí los ojos, y lo pude ver de frente, estaba como extasiado, su boca semi abierta, jadeando, y viéndome a los ojos, me abrió lentamente mi blusita, dejando al descubierto mi pechito plano, y comenzó a sobar y besar mis pequeños pezoncitos que se pusieron duritos, yo no dejaba de acariciar su cabeza y de repente sentí que movió su caderas un poco más hacia arriba y al mismo tiempo haciendo presión en mi cintura hacia abajo, en ese momento ya no pude más porque el dolor se hizo desgarrador y pegue un grito que me imagino que se hoy en todo el parqueo, aunque como no había nadie, paso totalmente desapercibido, me separe un poco y a través de mis ojos llorosos puede ver hacia abajo y vi que llevaba apenas la mitad de su tronco.

    – Ayyyy papi, ya no cabe, ya noooo, por favor para, sacalooooo, me duele mucho papaíto….
    Empecé a suplicar, pero al ver los ojos de mi papa, puede saber que no pensaba salir de mí, tenía la misma mirada que tenía cuando estaba penetrando a Anita en el parque.

    – No mijita, hoy termito de cogerte, ya no aguanto maaaaas – diciendo eso empujo de un solo envite su cadera y sentí que me partían en dos, como si me estuvieran metiendo un palo ardiente dentro de mi conejito, el dolor hizo que la cabeza me diera vueltas y por un momento pensé que perdía el sentido. Pero no, las caricias de mi papa a mis pezoncitos hicieron que me mantuviera lucida y mi papa no se movió por unos minutos, mientras mi conchita se acostumbraba el tremendo intruso.

    Por un momento sentí en mis nalguitas los huevos de mi papi, fue cuando comprendí que tenía dentro de mi toda la verga de mi papi, me entro un poco de pánico, pero al momento sentí como empezó a moverse, sacando un poco de su pene y volviendo a introducirlo, sentía que me quemaba por dentro, pero luego de varios mete y saca empecé nuevamente a sentir calientito y cuando me di cuenta ya estaba yo moviéndome junto con mi papaíto.

    Empecé a brincar prácticamente sobre mi papa, ya que sentía delicioso como rozaba toda su dura verga dentro de mí. Mi papa bufaba como toro y no me soltaba la cinturita y me subía y bajaba a su antojo. De repente sentí como nuevamente la sensación me lleno por completo y pujando casi desvaneciéndome – ahhh, ahhh, ahhh, papi, me vengo, me vengo, métemela más papi, méteme toda tu verga, metemelaaaaaaa – y diciendo esto sentí mi orgasmo nuevamente, pero casi al mismo tiempo, sentí como el pene de mi papa empezó a crecer más si se pudiera y sentí como empezó a pulsar dentro de mí, y algo muy caliente se depositaba dentro de mí. Al ver la cara de mi papa supe que se estaba derramando dentro de mí, ya que su cara roja parecía que iba a estallar – Me vengo mija, me vengoooo, toma mi lecheeee, que ricooooo.

    Al instante me quede desparramada sobre mi papi, que me abrazaba como si me fuera a ir volando, pude sentir como me acariciaba mi cabeza y mi cabello, mi pechito desnudo reposaba sobre su camisa, me daba besos en mi frente y sus manos recorrían todo mi cuerpo, sobando mis nalguitas una y otra vez, su pene aun semi erecto no había salido aun de mi conchita – te amo mucho mi princesita – me decía mi papa mientras me seguía acariciando, yo sentía como el calorcito que me daba después del orgasmo aún seguía latiendo a través de todo mi cuerpito.

    – Te amo mi nena linda – seguía repitiendo mi papi, sobándome y acariciándome, sus manos pasaban una y otra vez en mis nalguitas, hasta que su pene se desinflo lo suficiente para que se descorchara de mi conchita, haciendo un pequeño “Plop”, que pude perfectamente oír, lleve mis manos hacia mi conejito y sentía un ardor, aunque no había mucho dolor si sentía empapado allá abajo.

    Mi papi me dijo, – bueno mija déjame ver como quedaste de tu “puchita” – me causo risa oírlo llamar así a mi vaginita, pero me gusto, me coloco en cuatro patas levantando mi colita y bajando mi bracitos, me sentí muy cómoda en esa posición.

    Sentí como sus manos me exploraban mire hacia debajo de mí y pude ver su cintura y su pene flácido a través de mis piernas y luego el con una pequeña lamparita que tenía en su guantera se puso a revisarme, pude sentir sus dedos como me escudriñaba mi conchita, sentí como sus dedos me hurgaban y oía como jugaba con mis jugos y su semen mesclado, sentí como empezó a regar toda esa mezcla entre mi puchita y de repente sentí que la llevaba con sus dedos hacia mi culito, eso me puso en alerta, e inmediatamente me recordé que exactamente lo mismo hizo Tony con Anita, ¿será que mi papito quiere hacer lo mismo? ¡Por Dios, no creo que pueda meter su vergota en mi culo! Me entro pánico y volví a ver entre mis piernas, estaba segura que su pene estaba flácido, ojala y continuara así, pero mi suerte estaba echada, cuando volví a ver pude perfectamente ver que su pene estaba nuevamente erecto, como si no se acabara de descargar.

    – Papi… ya terminamos ¿verdad? – le dije con vos temblorosa.
    – Mmm mija, creo que aún nos quedan 15 minutos para que llame tu mami, será mejor que apuremos toda tu enseñanza, te parece – diciendo esto desplazo uno de sus dedos ya lubricados con los jugos de mi puchita en mi ano, sentí como un pulso eléctrico al sentir la penetración, y tensé todos mis músculos apretando automáticamente mi anito – tranquila mija, será rápido, relájate – me dijo mi papi a la vez que metía otro dedo en mi puchita y luego otro en mi anito.

    Intente tranquilizarme y sentía como me acariciaban sus manos, y poco a poco sentí que el calorcito empezó a volver, de repente sentí que metía otro dedo más en mi anito, ¡Wow, tenía tres dedos en mi hoyito! – Bueno mija, ahí te voy – me dijo mi papa, y se puso a horcajadas sobre mi colita, voltee mi cabecita y pude ver que con su mano guiaba lo que me imagine era su verga hacia mi anito, y de repente lo sentí en mi entrada, su cabezota se empezaba abrir paso, ¡Oh por Dios, el dolor fue indescriptible!, grite como loca – Ayyyy papi, me estas partiendo, sacalooooo, sacaloooo, me ardeeee, uff, uff, uff, uff, papaíto no lo aguantoooo.

    Pero nuevamente volví a ver en la mirada de mi papa ese brillo de deseo y estaba totalmente aferrado a mis nalguitas y sentía como su barra de carne iba abriéndose paso por mi ano, el dolor era increíble, mis ojos estaban completamente inundados en lágrimas, sin embargo logro meter todo su pene, y sentí en unos momentos como golpeaban sus huevos en mi conchita. Se quedó quieto, pensé que para que me acostumbrara, pero al voltear a verlo nuevamente, pude ver que tenía los ojos cerrados y su cara en un rictus de placer, entendí que estaba disfrutando lo cerrado que tenía mi agujerito. Aunque en realidad me sirvió ese momento ya que mi anito empezó a relajarse, así cuando el empezó a moverse, el ardor empezó a ceder y pude sentir como se deslizaba su verga en mis intestinos.

    Mi papa estaba empezando a agarrar ritmo, su pene entraba y salía de mi anito, y yo había empezado a buscarlo con mi culito, empujando más y más, el ritmo que empezó a tomar mi papa, fue vertiginoso, mi sensación de orgasmo se fue acercando más y más y cuando empecé a pujar con el orgasmo que sobrevino, también mi papaíto empezó a bufar y atrayéndome me penetro con toda su fuerza, y sentí como su verga empezó a palpitar dentro de mis intestinos rociándome con su semen nuevamente, sentí como latigazos su chorros, fueron como 5 o 6, luego de ello mi papi se desplomo sobre mí, venciendo mi posición y quedamos los dos acostados, uno al lado del otro, yo con mi padre a mi espalda y con su pene completamente introducido en mi culito.

    Fue totalmente devastador, sentía que flotaba dentro del carro, podía sentir como el pene de mi papi aun palpitaba en mi interior y poco apoco perdía su dureza – oh mi nena, como te amo – decía mi papi acariciándome la cabeza – realmente voy a gozar mucho contigo mi bebita – decía mientras me seguía acariciando mi cabeza y su cabezón hacia un “Plop” al descorcharse de mi anito.

    Saco de la guantera una toalla y se limpió, luego me limpio completamente y con unas toallitas húmedas me termino de dejar como nueva. Sentía ardor en mi conchita y mi anito, pero estaba feliz, y se lo dejaba ver viéndolo a sus ojos con mi sonrisa de oreja a oreja, me puso mi calzoncito y se subió sus pantalones – mejor si te recuestas aquí mientras pasamos por tu mami – me dijo mientras se pasaba al asiento de adelante y le marcaba a mi mami – Hola, Susy, ¿ya estas lista?, ok ahorita subimos…, no te preocupes, se aburrió y se quedó dormida en el asiento de atrás, ok. – y colgó arrancando el carro y tomando camino hacia fuera del sótano.

    Y bueno, solo era una verdad a medias, porque si me dio mucho sueño y me dormí, aunque realmente no fue por aburrirme…

    Continuará

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    Video L0L1, Parte 01

    11 de noviembre de 2024 en Videos L0L1 & Sh0t4

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