
Encargado de tienda, Parte 02
20 de noviembre de 2024 en Relatos SDPA, Jovencitas
Video 2: Niña de 12 años se masturba
Una niña de 12 años entra en el vestuario con una camiseta en la mano, ella es rubia de pelo largo y ojos azules, bastante delgada. Lleva puesto un vestido de verano amarillo que le llega por las rodillas.
La niña prepubescente se quita el vestido delante del espejo, para la sorpresa y delicia de Antonio la chica no lleva ropa interior debajo, sus pechos han crecido ya un poco y son tan grandes como melocotones, sus tetitas están en punta parece que se vayan a salir.
A la niña prepubescente también le han crecido ya algunos pelitos en su coño pero no muchos, son difíciles de ver ya que son rubios, la niña se pone la camiseta, esta muy sexy con ella con sus tetitas sobresaliendo y toda desnuda de cintura para abajo, la niña se mira al espejo con posturas sexy, esto le pone la polla tiesa a Antonio, la niña se gira y muestra su culo al espejo donde la cámara esta situada, pone una pierna encima del taburete del vestuario y muestra la perfecta forma de su coño de 12 años a Antonio, la niña se toca su rajita por detrás mientras se mira al espejo, se introduce sus dedos dentro de su chocho y los mueve, parece que le gusta masturbarse viéndose en el espejo, se le moja el coñete y la niña cierra sus ojos mientras sigue follándose a ella misma con sus dedos, Antonio se saca también su polla y se masturba viendo a la pequeña dándose placer, el coño de la niña derrama su primer liquido sus caderas se mueven locamente, parece que esta teniendo un orgasmo, Antonio ha perdido el control de su polla también y dispara todo el semen en la pantalla del televisor, por azar va directo a donde la raja de la niña aparece.
La niña ha dejado el suelo del vestuario mojado con sus líquidos después del orgasmo, no parece que le importe mucho, se saca la camiseta que se estaba probando, se mira de nuevo sus pechos enanos en el espejo donde la cámara de televisión que la filma esta ubicada, y sonríe, se viste y se va.
Continuará

Fiesta familiar, Parte 07 (de Cazzique)
20 de noviembre de 2024 en Relatos SDPA, Jovencitas, Incesto
Después de descansar unos instantes los dos nos volteamos a ver, sus lindos y picaros ojos me observaban tiernamente a la vez que un poco de morbo se dibujaba en ellos. Tomé la carita de Montserrat y me acerque hacia ella, luego la bese tiernamente en los labios y despacio le fui introduciendo la lengua, invadiendo la intimidad de su boca fui recorriendo sus dientes, sus muelas y luego me empecé a enredar contra su lengua; en pocos instantes la lengua de mi sobrina me correspondió el beso, su delicada lengua se enredaba junto con la mía mientras que nuestros labios se juntaban chupando y absorbiendo nuestras salivas.
Me puse de pie y me dirigí al escritorio quitando todas las cosas de encima, mi sobrina me observaba morbosa, le tendí la mano para que se acercara hasta donde yo estaba y ella así lo hizo, se veía hermosa aun con sus playera por encima de las tetas y su minifalda un poco arrugada por las manoseadas que le di minutos antes. Yo en lo que ella llegaba termine de desvestirme y cuando ella llego hasta donde yo me encontraba la tome por los costados y la subí al escritorio dejándola de pie, la fui acariciando lentamente desde los pies y subiendo por sus tobillos, sus piernas y hasta llegar a sus lindas nalguitas en las cuales me detuve por largos minutos para acariciar, besar y chupar. Luego le quite la minifalda y ella sin esperar más se quito la playera que traía, ahora por fin mi sobrinita estaba completamente desnuda ante mis ojos, era una belleza virginal, su delgado y blanco cuerpo contrastaban contra la oscuridad de la pared del fondo.
Me quede parado por unos instantes sin saber que hacer mientras que mi sobrina se sentó en la orilla del escritorio y me pidió que me acercara, con su mano tomo mi verga y la estuvo mirando y acariciando hasta que esta se puso de nueva cuenta muy dura, la roja cabeza saltaba amenazante cuando mi sobrina corría el cuero que la cubría y algunos hilillos de leche se reventaban mientras se estiraban por el movimiento de la minita de Montserrat.
La niña acerco su boca a la roja cabeza que se balanceaba delante de ella y lentamente se la fue introduciendo en la húmeda y tibia cavidad, luego, despacio, fue meneando su cabeza de arriba abajo por todo lo largo del tronco de mi macana a la que apenas y podía engullir hasta la mitad, la sensación era muy placentera y mi sobrina la estaba disfrutando tanto como yo.
Pocos minutos duro la mamada ya que yo estaba sintiendo que pronto me iba a venir y le dije a Montserrat que se detuviera, me senté en el sillón que se encuentra frente a el escritorio y le dije a mi pequeña amante que se acostara sobre el mismo, mi sobrina se recostó y subió los pies en la orilla lo que me permitía apreciar su panochita en su máxima expresión, su rosada rayita se apreciaba completamente, sus labios vaginales un poco húmedos y bajo de ellos el ano, sus dos nalgas se perdían bajo la madera del escritorio, la observe por algunos segundos y no puede evitar que mis manos acariciaran ese delicado manjar, la suavidad de su vagina era enloquecedora, sus nalgas eran de lo más exquisito y el olor que de su sexo escapaba me estaba transportando a otro mundo, la blancura de su pie y la suavidad de la misma, todo se juntaba, la juventud de mi sobrinita y sus ansias de aprender más sobre el tema sexual. Yo no iba a dejar pasar esta oportunidad y ahora me iba a preparar para enseñarle algo nuevo.
Me agache hasta que mi boca quedo a la altura de su vagina y entonces saque mi lengua para que esta atacara directamente sobre los labios vaginales de mi pequeña sobrina, de arriba hacia abajo iba lamiendo esos pliegues de carne, primero uno y luego el otro para después incrustarme un poco en medio de los dos y saborear la calidez del jugo que manaba del interior, mis manos entre tanto iban subiendo por sus costados hasta que llegue a sus axilas y de allí me pase a sus senos, palpando suavemente con mis dedos la tersura de los erectos pezones que me recibieron gustosos, luego con los dedos los apretaba y acariciaba en círculos para luego pasar a sobar toda la masa de carne de sus senos, ella gemía y suspiraba dándome a entender que estaba recibiendo mucho placer.
Mi lengua se seguía moviendo sobre la panocha de Montserrat, ahora ya empezaba a acariciar la parte alta de su conchita en busca de su botoncito de placer, baje una de mis manos y con dos dedos separe los labios vaginales para poder apreciar por completo el interior rosado, su agujerito se veía claramente y un poco más arriba el capuchón que oculta su clítoris, mi lengua se dirigió a este punto para empezar a acariciarlo y tratar de que el clítoris saliera de su escondite, mi sobrinita empezó a respirar más de prisa y en pocos segundos un orgasmo la invadió y entonces la humedad en su puchita aumento permitiéndome sorber más de ese delicioso jugo.
Con uno de mis dedos comencé a jugar con la capucha del clítoris y este de pronto salió mostrándose tierno y rojizo, inmediatamente mi lengua se apodero de él haciendo que mi sobrina soltara un fuerte gemido cuando comencé a atacarlo. Lamiendo y chupando el órgano hice que mi pequeñita llegara a un orgasmo más, largo y prolongado hizo que unos cuantos grititos salieran de la garganta de Montserrat.
La deje descansar por unos instantes después de ese fuerte orgasmo mientras me levanté para poder besarla, inmediatamente sus labios y lengua me recibieron ofreciéndose abiertamente, sus bracitos me rodearon abrazándome y pegándome con fuerza a su cuerpecito desnudo y caliente; nuestros besos continuaron por largo rato más hasta que yo me separe de ella.
Nuevamente me volvía a sentar en el sillón y a acercar mi cara al sexo de mi sobrina, solo que ahora la tome por las piernas y la levante un poco más para que en esta ocasión su ano fuera el que quedara a mi merced. La pequeña cavidad quedo expuesta y mis labios comenzaron a besar las nalgas y el canal que las separa mientras que mi lengua lubricaba cada parte del culo de Montserrat, cuando llegaba a su ano solo lo rodaba sin tocarlo, mi sobrina se estaba acariciando las piernas mientras yo me entretenía en su bonito culito.
Ya que las nalgas de mi sobrina estaban completamente lubricadas mi lengua se coloco sobre el ano de ella e hice un poco de presión para comprobar que estaba completamente cerrado, hice un poco más de presión y así más y más hasta que por fin la punta de mi lengua se introdujo en la apretada cavidad, le fui dejando ir poco a poco más y más lengua hasta que se perdió dentro de su culito gran parte de ella. Me quede con la lengua dentro de su culito por unos instantes y luego comencé a meterla y sacarla del apretado agujero hasta que por fin se fue venciendo un poco la resistencia que su esfínter ofrecía.
En una de esas al instante que saque la lengua le metí mi dedo medio y continué bombeándola lentamente con este mientras que mi boca pasaba a besarle las piernas. Su culo apretaba fuertemente mi dedo pero este ya se iba perdiendo todo poco a poco dentro del ano de Montserrat como ya se estaba perdiendo un poco la lubricación saque mi dedo y lo embarre muy bien con saliva, luego lo volvía a meter pero ahora tratando de insertar otro más y así poder dilatar lo más posible esa deliciosa entrada.
Poco a poco los dos dedos se fueron abriendo paso dentro del ano de mi sobrinita de once añitos y aunque hubo algunos quejidos de dolor por parte de ella me permitió proseguir con mi labor y ahora ya los dos dedos se perdían en el apretado hueco trasero de mi sobrina, me puse de pie frente a ella y le pedí que se tomara las piernas con las manos para que estas permanecieran abiertas ampliamente.
Con una de mis manos agarre mi garrote y dirigí la cabeza a la entrada del ano que ya se encontraba bastante bien lubricado con saliva y dilatado.
Apunte bien a la entrada y coloque la punta de mi verga en el orificio trasero de mi sobrina, poco a poco fui empujando mi cadera hacía el frente y el ano recibió en principio mi glande, allí me detuve por algunos segundos y empecé a empujar despacio para que el dolor en mi pequeña sobrinita fuera mínimo, ella se comenzó a quejar mientras que la verga se le iba incrustando en el culo pero yo no me detenía hasta que ella me lo pedía, ya se había tragado la mitad de mi garrote y continuaba avanzando, la sensación de cómo los pliegues de ese ano me apretaban la verga era fantástica parecía que un guante caliente se iba acoplando a mi pito, cuando ya estaba a un cuarto de entras ella me pidió que me detuviera y yo así lo hice.
Por unos segundos permanecí quieto disfrutando de cómo me apretaba, luego comencé a sacarle la macana lentamente para evitar que ella misma la expulsara con la fuerza de ese ano tan apretadito, cuando la cabeza comenzaba a asomarse entonces reinicie el regreso hacia el interior de ese lindo culito y ya cuando iba a llegar a los tres cuartos de verga regresaba a la entrada, así me la pase por algunos minutos pero poco a poco iba avanzando más y más hasta que por fin mis huevos chocaron contra sus nalgas.
Desde las alturas podía apreciar como su cuerpo se balanceaba a cada una de mis embestidas, sus pechos subían y bajaban rápidamente por lo agitado de su respiración, sus ojos se posaron sobre los míos como tratándose de explicar de donde sacaba yo tanto placer para darle. Los movimientos de mi cadera se aceleraron y cada vez iba más y más aprisa, mi sobrina estaba teniendo un orgasmo y las contracciones en su culo se hicieron más intensas, esto me obligo a acercarme precipitadamente a mi propia venida, en pocos segundos gruesos chorros de esperma se depositaron en lo más profundo del culo de mi pequeñita, la cual al sentir como sus intestinos se llenaban de jugo caliente tuvo otro orgasmo seguido, mis últimas gotas fueron depositadas también con los últimos movimientos de mi cadera, fue sensacional, una venida formidable, el esperma le escurría por el culo cuando le saque el pene. Los dos nos besamos y abrazamos totalmente felices y nos quedamos acostados por algunos minutos.
Continuará

La historia de Mar
19 de noviembre de 2024 en Sexo en grupo, Relatos SDPA, Jovencitas, Violacion
Me llamo Mar, Mis recuerdos de aquellos momentos son confusos, como si hubiesen ocurrido muy rápido… Yo tenía 11 años, cuando fuimos a pasar el verano una ciudad pequeña, pero muy coqueta, con mucho mar rodeándola. Allí vivían mis tíos, el hermano de mi padre y su mujer… tenían un hijo, Alfredo, mi primo, 3 años mayor que yo…
Era bastante más alta que las otras niñas de mi edad, aparentaba 14 o 15 años, aunque mentalmente no, mi madre siempre me vestía con faldas muy cortitas. Mi padre era el mas critico con mi moda, que con el cuerpo que tenía no debía llevar las faldas tan cortas,
–¿Es que no te has fijado en sus muslos y en su culo?… ¡Joder María… vístela más larga! –le decía a mi madre -
–¡Anda! ¡Anda! ¡exagerao! ¿No ves que es una niña? –le contestaba mi madre –apenas le han salido "los bultitos"
Y claro, yo no entendía esas disputas, porque yo quería seguir siendo una niña y no crecer, creía que si crecía mis sueños y juegos se acabarían…
Recuerdo que mi tía obligó a Alfredo a que me acompañara a todos lados, sobre todo al parque, que estaba cerca de la casa… Yo disfrutaba en los columpios, mientras que él, sin disimular su fastidio, daba vueltas sin perderme de vista, so pena de ser castigado por mi tía, si yo le decía que no me había vigilado… Me gustaba ser mandona, con mi primo… Creo que fueron 4 días de visitas al parque… Mi primo, hablaba con gente, mientras yo me columpiaba… Aquella noche, en la amplia azotea, mientras contemplábamos las estrellas, estuvimos conversando de nuestros gustos y aficiones… a mí me gustaban los cuentos y jugar con mis muñecas… Él de fútbol y algunos deportes… Luego de mucho rato hablando, mi primo, comenzó a relatarme historias terroríficas, que me produjeron un terror inusitado, luego me preguntó, si conocía a "Los Mantequeros" o había oído hablar de ellos
–¿Qué hacen, venden manteca? –pregunté sonriendo, para ahuyentar mi miedo -
–¡Que va… algo mucho peor! –dijo muy serio -
–¿Sí? ¿El qué? Si puede saberse –le dije desafiante –a ver el qué…
–Matan a las niñas y les sacan las mantecas –me soltó de pronto -
–¿Qué qué? –pregunté extrañada -
–Yo conozco a una que se salvó de ellos –me dijo –aunque se que hay más, que lograron salvarse haciendo lo mismo que mi amiga…
–¿Y que hizo para salvarse ¿ –pregunté intrigada -
–No te lo puedo decir –me dijo –es un secreto… ¿tú que harías si te cogen los mantequeros? ¿Eh?
–No sé… gritar muy fuerte supongo –le contesté, temblando de miedo –¿pero.. qué hizo?
–Ja, lo peor que puedes hacer –me dijo –estarías muerta en segundos
–¿Pegarle una patada y salir corriendo? –le dije -
–Peor me lo pones… ¿si te lo digo, no se lo dirás a nadie? –me preguntó -
–¡Claro! –le dije –se guardar un secreto…
–¡júramelo! –me dijo -
–Lo juro
–Ella, dejó que los mantequeros la rompiesen toda, le hizo muchísimo daño, hubo un momento según me dijo, que creyó que la reventaban y la ahogaban… ¡pero ni gritó, ni pegó patadas, ni corrió, se quedó quieta y así salvó su vida! –terminó mi primo –¡Recuérdalo, por si alguna vez te encuentras con alguno! ¡ Y de esto ni una palabra a nadie! ¿entendido? ¡a nadie! o volverán a por mi amiga…
–Lo recordaré y os guardaré el secreto –le dije algo preocupada, pero la palabra romper, aún no entraba en mi vocabulario y no lo entendí eso muy bien -
Esa noche tuve muchas pesadillas, pues siempre había tenido terror por las brujas, nunca se me había ocurrido, que hubiesen hombres malos … A la mañana siguiente, estuvimos en el parque, yo no paré de columpiarme… Mi primo no paraba de observarme… Le dije que fuese a la casa a por mis muñecos, que quería jugar y me los trajo, pero en el parque había demasiado jaleo, así que decidí, que era mejor que no… Luego vino la idea de mi primo de ir a la playa, por la tarde…
MI primo insistió, que fuésemos a un sitio que él conocía muy bien, muy cerca de la playa, allí podía jugar, con mis muñecas y cocinitas, sin ningún problema de molestias de otras niñas o niños, estorbando. Así que a la hora de la siesta, a eso de las 15' 30, accedí, me puse una faldita corta blanca plisada,, que me llegaba, por encima de mis rodillas por lo menos hasta la mitad de mis muslos, una camiseta de tirantes, suave y fresca y una camisa de manga corta con botones por detrás, zapatos negros y calcetines de hilio, que me llegaban por encima de mis tobillos, me hice dos largas trenzas en el pelo… cogí un muñeco y una muñeca, y mis cacharros de cocina, que mi primo, muy amable cargó con ellos. El camino hacia la playa, no recuerdo como lo hicimos, pues yo sólo me fijaba en mis muñecos y les hacía hablar…
–Ya hemos llegado –dijo mi primo –tenemos que entrar por ese hueco
La casa era cuadrada, roja, de dos plantas, pues arriba habían ventanas, con los cristales rotos, bueno, todos los cristales estaban rotos, en la planta baja, estaba el hueco señalado por mi primo, el hueco era muy pequeño, justo para que entrara una persona agachada… Entramos… Había luz, aunque era difusa, se oían los embates del mar, en la playa…
De la primera habitación, por la que entramos, pasamos a una especie de sala, cuadrada, que comunicaba, con otros cuartos, sin puertas en la entrada… Una escalera de hierro, conducía a las habitaciones de arriba… En una de las habitaciones inferiores, había apilados cantidades enormes de tubos redondos atados y cajas cuadradas de madera, boca abajo… Mi primo me ayudó a poner en las cajas de madera, mi cacharros de cocina… Llevaría jugando, media hora, cuando mi primo, me dijo que tenía que salir, pero que volvería enseguida… Yo le dije:
–¡Vale! ¡pero no tardes! -
Seguí jugando con mis muñecos y cocinas, hasta que oí, un ruido tenue a mis espalda, pensé que era mi primo, me volvería cuando estuviese cerca y Zas… Él estaba muy cerca, me reía para mis adentros, y sin poderme aguantar más, me levanté muy rápida me giré y
–Buuuuuuuuuuuuuuu –solté, a la vez que me reía-
La risa se me congeló en la cara, habían dos hombres, a los que no había visto en mi vida… sus ojos echaban chispas y me miraban de arriba abajo, con una extraña sonrisa, iban sucios y desaliñados, los dos rondarían los 50 años o más…
–Uy que miedo –me dijo el que parecía más mayor, con sorna –¿Qué haces aquí solita?
–Estoy… esperando a… a mi… primo –pude balbucear, presa del terror, pues su sonrisa no presagiaba nada bueno -
–¿A qué estás jugando? ¿Eh? –me preguntó, el otro –¿te gustaría jugar a otro juego?
Me encogí de hombros, pues no supe que contestar en ese momento, estaba anclada al suelo y mis piernas pesaban una tonelada… La idea de los mantequeros, empezó a martillearme el cerebro como una campana.
Uno de ellos se fue acercando a mí, sin parar de sonreír, agaché la vista… sus manos se apoyaron en mis hombros, me giró y quedé de espaldas a él… sus manos bajaron a mis caderas, luego me abrazó por la barriga, entrelazando sus manos, sin soltarme soltó su mano izquierda y me levantó la falda y las sujetó con la elástica de mis braguitas… una temblorosa mano, me palpó los glúteos y los pellizcó… Enseguida, el viejo, se pegó a mí por la espalda, mientras me decía cosas al oído que no entendí, mientras miré al otro viejo, que sonriéndome, se tocaba algo en sus pantalones…
–Tienes un culito muy mantecoso… Mpuuuffff –me suelta un resoplido en la oreja mientras me achucha suavemente, cogiéndome por las caderas, de atrás adelante, con un rítmico vaivén -
La palabra mantecoso es el detonante de mi terror… ¡Eran mantequeros!¡no había ninguna duda!… Si había albergado pensamiento de escapar, se esfumaron de sopetón…
–Eres pura goma… niña… Mpuuuffff… –resopla en mis oídos –¿Te gusta la leche de hombre? ¿eh?
Aterrada, me encogí de hombros, pues no entendí la pregunta, no sabía que los hombres tuvieran leche, miro al otro viejo, que ya no sonreía y seguía tocándose fuertemente algo en los pantalones….
–¿No te gusta? –me pregunta de nuevo mientras palpa mis glúteos –¿o si te gusta? ¿Eh? Con la cantidad de manteca que tienes en el culito… Mmmmhhhh…–y me vuelve a pellizcar los glúteos –¿Quieres que te llene el culito de leche eh?
Al escuchar la palabra manteca, aterrorizada, asiento con la cabeza repetidamente, lo que provoca una risita contenida en el otro viejo, pues se ha percatado que estoy aterrorizada…
–Creo que está dispuesta a darle lo que le pidas, Ji, Ji, Ji –dice el otro viejo –lentamente y pegado a mi espalda, resoplando sin parar en mis oídos y dándome besitos en el cuello, que me producen un extraño estado de nerviosismo, mete una de sus manos, por delante de mis braguitas y comienza a tocarme el chochin, suavemente… Me quejo levemente, pues un dedo ha entrado en mí, y aprieta hacia el interior de mi vulva, lo que hace que intente recular y me pego más a él, mis piernas empiezan a flojear…
–¡Te vamos a llenar de leche! –me dice al oído –¿Notas cómo me has puesto?… estoy lleno de leche… ¡Joer que culo más rico tienes!
–¡Mira niña lo que tengo para ti! –me dice el otro más viejo -
–¡Vaya mira como has puesto a Ramón! –me dice el viejo pegado a mi espalda –¡está también muy cargado de leche!
Miro al llamado Ramón y me quedo petrificada, con su mano derecha agarra, un extraño pedazo de carne, blanco, redondo y lleno de venas, la punta de aquella masa es de color rojo, y tiene forma de ariete redondeado, parece tener vida propia… en lo alto del ariete, hay un agujero por el que brota un hilillo transparente como agua… Mi terror, va en aumento, recuerdo las palabras de mi primo: ¡… Y dejó que la rompieran y la ahogaran…!… seguramente, pensé, me romperá o me ahogará con "eso" , lo que aumentó, más si cabe mi temor…
–Puuufffff… Mmmmhhhh… –resopla continuamente, el viejo en mis oídos, mientras me aprieta contra él –¿Notas como me tienes? ¿eh lo notas?
Estoy tan aterrorizada, que asiento con la cabeza repetidamente, pero sólo veo la masa, que el llamado Ramón sostiene y mueve, lentamente de arriba abajo… la miro como hipnotizada,
–¡pásamela Luis! –dice Ramón –¡que quiero probar su culo yo también!
El llamado Luis, sin soltarme, me lleva al lado de Ramón… durante el trayecto mi vista no se ha apartado ni un segundo de su masa blanca coronada con el gordo ariete rojo… Luis, saca su mano de dentro de mis braguitas y noto el alivio del dedo, que ha salido de mi coñito… Nerviosamente las ansiosas manos de Ramón, me cogen me dan la vuelta y se pega a mí, por mi espalda… miro al suelo aturdida y confusa… veo mis zapatos y calcetines blancos… Noto, que algo redondo y duro, está pegándose a mi culo, intentando abrir mis glúteos, mientras Ramón también resopla en mis oídos…
–Mpuuuffff… ¡Qué blandita y rica!… Mmmmhhhh… –me dice, mientras me empuja sin soltarme como antes hizo Luis, una especie de achuchones sin moverme de mi sitio –Mpuuuffff
Así, me lleva delante de un gran tubo redondo, que me llega justo a las rodillas… Luis ha quedado detrás, no lo veo, pero oigo, que resoplando se está quitando algo, por el rabilo del ojo izquierdo veo que son sus pantalones…
–¡Veamos como te hizo tu mamá! –dice Ramón muy nervioso, mientras, me desabrocha la falda y me la sube por los hombros, lo oigo resoplar, mientras me la saca por la cabeza –Mpuuuffff
Mi falda cae, sobre el tubo, No soy capaz de moverme ni de articular palabra alguna, el miedo me ha paralizado todos los sentidos excepto el de la vista y el tacto… Ramón, Me da la vuelta y veo a Luis, totalmente desnudo, él también sujeta con su mano derecha una masa blanca llena de venas y también rematado en un rojo ariete, aunque la de Luis parece mucho más grande y gruesa…
–¿te gusta mi rabo? –me dice Luis, meneando su masa de derecha a izquierda, sin que ninguna de sus manos la toque –¡te la meteré hasta que me dejes sin leche! ¡Mira mis huevos.. los tengo llenos de leche para ti!
Lo que Luis me señala, son dos bolsas redondas, llenas de pelo, que están al inicio de la gran masa blanca, llena de venas azules… efectivamente, por el tamaño de ellos, si se ven muy cargados… Ramón, comienza a quitarme la camisa y la camiseta y en un santiamén, me encuentro en bragas, zapatos y calcetines, delante de los dos hombres, que me miran con admiración y un brillo en los ojos que nunca antes había visto en nadie… me intento tapar con mis brazos los diminutos limones que son mis senos, pero Ramón, me aparta los brazos
–No, niña, no… esto es para que yo los toque… –me dice al oído suavemente, mientras sus rudas y ásperas manos se apoderan de ellos y los soban a su antojo
–Mmmmhhhh… ¡Que duritos!…
Mis senos, desaparecen entre sus manos, y no para de sobarlos, mientras observo que Luis, le está haciendo señas con sus manos a Ramón para que me pase a él… De un leve empujón, del cual estoy a punto de caerme, pues estoy sin fuerzas y las piernas no me responden, estoy otra vez en los brazos de Luis, que me da la vuelta, para enseguida pegarse a mí espalda, ahora sí que noto su dura masa, apretando mis bragas y la coloca a lo largo de mis glúteos… luego su mano derecha, coge mis dos muñecas y las sujeta fuertemente, mientras su mano izquierda obliga a que agache mi cabeza, hasta quedar casi en ángulo recto…
–Así me dice… Mpuuuffff… y no levantes la cabeza –me ordena Luis, sin parar de empujarme, sin moverme del sitio –Mmmmhhhh
Ramón se sentó en el tubo redondo, encima de mis faldas… Lentamente y empujada por Luis me voy acercando a él, veo mis piernas abiertas y las piernas de Luis casi entre las mías, abriéndomelas… Ramón se incorpora del tubo, agarrándose su blanca masa con su mano derecha, sus dientes apretados no presagian nada bueno… Luis me acerca hasta quedar mi cara, a solo unos centímetros de la roja cabeza… la miro hipnotizada, del negro ojo, está saliendo un liquido transparente, el ojo parece respirar, abriéndose y cerrándose… La mano izquierda de Ramón se apoya en mi cabeza y me empuja hacia abajo, hacia el rojo y mojado ariete de su masa… cuando mi boca toca, la cabeza, la giro hacia un lado, me moja el carrillo derecho, siento un asco horrible, porque huele a pescado podrido y orines…
–¿no la quieres chupar eh? –oigo que me dice Ramón –¡Ahora verás!
Y acto seguido, golpea mi cara a derecha e izquierda, con su enardecido miembro, varias veces, lo que produce un dolor en mis carrillos, como si me hubiesen dado muchos puñetazos…
–¿Vas a chupar o… ¿ –me dice Ramón -
Asiento con la cabeza, aturdida por los golpes, pues me han dejado mareada… Su mano izquierda, presiona mi nuca hacia la roja cabeza, esta toca mis labios y con asco los abro un poco, lo suficiente, para que Ramón apriete con su mano derecha la masa y la cuela en mi boca, a la par que aprieta mi nuca hacia abajo, la gorda cabeza, llega a mi garganta…
–Mmmmhhhh… –suspira Ramón –¡Qué calentita!… Mmmmhhhh…
–Glglglglglgloooooooglglglgl –oigo mi voz ahogada -
Me asfixio, la roja cabeza presiona mi garganta y apenas puedo respirar por la nariz, tengo toda la cavidad bucal llena de la masa endurecida y palpitante de Ramón… Lentamente, comienza a subirme y a bajarme la cabeza con su mano izquierda, con lo que la masa, sale y entra en mi boca a su ritmo… cuando sale aprovecho para poder respirar… pronto me acostumbro al vaivén aunque me marea… Luis se aparta de mi espalda y sus manos, me bajan las bragas, y me las sacan por el tobillo derecho… En seguida su masa, que está dura como el hierro y muy caliente, se incrusta en mis desnudos glúteos… me comienza a empujar como antes, me está mojando el coxis, sus manos ahora son las que soban mis tetitas… Sus gemidos ahogados, con los vaivenes me asustan y los de Ramón también, no paran de resoplar… Lentamente, comienzo a avanzar, hacia delante, Luego Ramón saca su masa de mi boca, lo cual agradezco, pues sí puedo respirar libremente, mis piernas casi no me pueden sostener, Ramón, se sienta en el tubo, se quita los pantalones por una pierna, mientras Luis con sus dos manos, apoyándolas en mis hombros, me obliga a arrodillarme, delante de Ramón… Mientras bajo, La dura masa de Luis, sale de mis glúteos y recorre toda mi espalda, noto la humedad por donde la dura cabeza de la masa roza… Ramón me coge otra vez la nuca con la mano izquierda y me obliga a que me meta su masa en la boca, mis manos se apoyan en sus muslos y él las pone, por fuera de ellos, quedándose las dos al aire , por fuera de sus muslos… Nuevamente mi boca está llena de la masa de Ramón y su mano izquierda cogiendo mi nuca marca el ritmo… Me comienzan a doler las encías, apenas puedo respirar y siento mi boca muy ensalivada y con un sabor horrible que me marea…
–Uuuuyyyyychchchchch… Mmmmhhhh… Uuuuyyyyychchchchch… –suspira y gime Ramón –Mmmmhhhh
De pronto, algo se introduce lentamente en mi ano, me quema, me quema mucho… es un dedo de Luis, ha entrado el primer nudillo, el dolor es pavoroso, para es mí como si me rompiese el alma, por aquél agujerito lo mas gordo que había entrado, era un supositorio para bebés, y ya casi no me acordaba… intento quitarme el dedo, bajando mis manos y moviendo mi culo de derecha a izquierda, pero Luis, me sujeta fuertemente las manos a mi espalda con su mano0 izquierda…
–Shhttttt… estate quieta… o será peor –me dice Luis –Shhttttt… no te muevas,,, o te mato Joder
Con mi boca llena, no puedo protestar del dolor que siento… que se amplifica al penetrar de golpe todo el dedo en mi pequeño orificio anal
–Glllllliiiiiiiglglglglglg… –se oye mi muda protesta –glooooooglglglglggl
–Así, así quietecita… –me dice Luis –ya pasó, ya pasó… ahora tranquila.. Shhttttt…
El dolor abrasa mi dolorido culito, se me saltan las lágrimas sin querer, mientras Ramón continua su mete saca en mi boca cada vez más deprisa y más adentro, como si quisiera llegar a mi tráquea…
–Mpuuuffff… Mmmmhhhh… Uuuuyyyyychchchchch –suspira sin parar –Delicio… so… Delicio… so… ¡Qué suerte tienes cabrón de habérmela ganado!… que si no… Mpuuuffff, estaría… Mmmmhhhh.. yo ahí ahora… ¿Lo tiene… tierno… Mmmmhhhh… verdad?
–Si… mucho… mucho… termina pronto… que está casi a punto –dice Luis -
Luis, comienza a sacar y meter el dedo de mi estrecho ano, varias veces, cada vez también más deprisa, luego lo hace girar a derecha e izquierda, el dolor es insoportable, gimo ahogándome… Mientras me concentro en el dolor de mi culo, Ramón ha seguido su frenético mete saca, y cual es mi sorpresa, cuando oigo un ronco estertor del viejo
–Uuuurgggghhhhggg…
y acto seguido la masa es recorrida por una extraña corriente y la cabeza se hincha y explota de golpe, lanzándome al fondo de mi garganta una especie de salivazo espeso… abro los ojos petrificada …
–¡Toma Lecheeeeeeee!… –dice Ramón fuera de sí -
Y otro extraño salivazo, tan fuerte como el anterior, vuelve a irse garganta abajo, su sabor es indefinible… retira la masa para volver a entrar en mi boca, explotar su cabeza y otro salivazo, esta vez no tan violento, que golpea en mi paladar…
–Tomaaaaaa… Lecheeeeeeee… bébetela Todaaaaaaa…. Mmmmhhhh –brama el viejo Ramón -
Los impactos van cayendo en mi boca uno tras otro, ahora si que aprecio el sabor, insípido, aunque parece agridulce y luego salado, no lo podía definir… No conté cuantos salivazos llenaron mi boca, solo se que no pude retener los últimos so pena de ahogarme y se me escaparon por las comisuras de los labios, corriéndome barbilla abajo… vi salir la masa de mi boca y un hilillo de aquél extraño líquido, iba pegado a su cabeza y unido a mis labios como una tela de araña… miré aturdida, confusa y mareada a Ramón que me miraba, sonriendo de manera extraña, como si hubiese realizado un gran esfuerzo, pues respiraba fatigosamente, yo aún más que él, y con la respiración tan agitada que tenía, iba saliéndome el líquido que no me había tragado, llenándome la barbilla… Ramón, cogió su masa con la mano derecha y se la limpió en mi cara, dejándomela pegajosa… Enseguida Luis detrás de mí, sacaba lentamente el dedo, agradeciéndole el alivio que dejó en mi culito… Luego todo ocurrió muy deprisa… Ramón se puso detrás del tubo, me cogió las manos fuertemente, yo lo miraba sin comprender nada y seguía mirando las babas blancas… El tubo redondo, ahora quedaba a la altura de mis muslos, Ramón tiró de mis manos y en un santiamén el tubo, se me pegó a la barriga, estaba frío, muy frío… mi cabeza cayó fuera y solo vi el sucio suelo… Oigo roces y jadeos Luis a mi espalda y mascullar palabras en voz muy baja… Se acerca, sus huesudas rodillas se instalan entre mis abiertas piernas… Mi terror aumenta, cuando algo muy grande, caliente, redondo y duro, me abre los glúteos y se instala en ellos
–Mmmmhhhh –gime Luis –¡Qué blandita! ¡muévete… mueve tu puto culo de atrás adelante… venga! ¡Pónmela dura!
Cogida por Ramón que me ayuda a los movimientos, comienzo a moverme, pero al hacerlo, la masa incrustada en mis glúteos, me hace daño… pero no me detengo, es una extraña sensación, que me cansa sobremanera, mi abierta, no para de lanzar al suelo, aquél extraño líquido lanzado por la masa de Ramón … me duelen las rodillas… Así estamos un buen rato… él sin parar de resoplar… Y ya la masa en mis glúteos, ha adquirido un grosor y dureza enormes… Siento algo de humedad, en la parte alta de los carrillos de mi culo, cerca de donde comienza mi espalda…
–¡vale, para ya! –dice jadeando –que me vas a hacer correr antes de tiempo, bonita…-
Me paro jadeando yo también, estoy al borde del colapso cardiaco… Los dedos índice y pulgar de su mano izquierda, abren mis carrillos luego siento que escupe en el agujerito de mi ano… levanto un poco la cabeza, pero Ramón me la agacha…
–¡ahora nenita se buena! ¿eh? –me dice Luis suavemente –si gritas… ¡Ah!… si gritas… ¡Puuufffff!… por tu bien espero que no grites… ¡Porque si no, te mato!-
La amenaza me deja confusa y expectante… vuelve a escupir en mi ano… lo hace varias veces… luego un dedo, de su mano derecha, no se cual, comienza a girar alrededor de mi ano, la saliva comienza a extenderse por todo mi ano… Siento un gran asco… Los dedos de su mano izquierda, abren más mis glúteos y siento otro escupitajo en mi estrecho agujerito, el dedo que jugueteaba alrededor de él, presiona con fuerza y penetra en mi cálido agujero, todo entero… Mi primera intención es gritar, pero recuerdo enseguida la amenaza y eso me lo impide… solo abro la boca para que saliese una especie de:
–AaaaaaGgggffffffffssssssssss –muy suave y ahogado -
–¡Eso, es, ahí, sin gritar, muy bien! –dice animándome -
El dedo, en mi culito, entra, sale, gira y vuelve a girar… Hasta que, después de unos interminables minutos, sale y entra en mi culo, ya fácilmente… Luego introduce otro dedo, pero de la mano izquierda…
–AaaaaaGgggffffffffssssssssss –vuelvo a gemir al sentir los dos dedos dentro de mi ano –Aiiiiiiichchchchchch…
Se me vuelven a saltar las lágrimas del tremendo dolor que siento… Los dos dedos entran difícilmente, me oprimen las paredes de mis intestinos, siento nuevas ganas de defecar… durante unos minutos que para mí son interminables, no para de moverlos haciendo una gran presión contra las paredes de mis entrañas… Comienza a meterlos y a sacarlos, alternativamente… Gimo y lloro en silencio, espero que termine pronto el suplicio…
–¿Es que nunca te han metido un supositorio? –me pregunta Ramón sonriendo –¿eh?
Lo miro y sollozo en silencio, el dolor me deja sin fuerzas para contestarle
–Venga contesta… –me dice otra vez Ramón –¿Qué te pasa, porqué lloras?
–Me… Me… rompeeeeeiiichchchch… –le contesto con hilo de voz -
–¿Te quejas por un supositorio? -vuelve a preguntarme -
–Es… No Son supo… sitorios… Son dedos… Aiiiiiiichchchchchch… –le contesto quejándome, casi sin voz -
Luego los dedos, comienzan a hacer fuerza hacia fuera, como si quisieran agrandar mi ano… Los comienza a sacar muy despacio, hasta sacarlos del todo. Mi agujerito. siento que está abierto y desgarrado, me escuece y quema, pero al menos ha sacado los dos dedos…
–¡vamos allá! ¡Si gritas, te parto en dos! ¿Me has oído niña? –me pregunta Luis–¡Te parto en dos! ¿Me oyes? ¡Muerde esto!
–Ssssssi… –le contesto aterrada con hilo de voz, mientras un pañuelo se coloca en mi boca abierta -
–¿Crees que le va a caber –dice Ramón -
–Eso ahora lo veremos –dice el hombre -
Lo vuelvo a sentir acercarse, ¿Qué me tiene que caber?, me pregunto… su mano izquierda abre nuevamente los carrillos de mi culo… resopla… el dedo derecho vuelve a entrar en mi ano, gira dentro de mí… sale y enseguida, otro dedo, es mas gordo… mucho mas gordo… aprieta y fuertemente mi ano, hasta que comienza a abrirse muy lentamente, el dolor es insoportable… Como una punzada ardiente… Creo que me voy a reventar… siento unas enormes ganas de defecar…
–Ggggffffffffssssssssss –gimo en silencio, y me cuesta mucho respirar, mientras el enorme dedo penetra en mi ano –meeeeiiinnnnnggggg…
–Shhhht…. Shhhht… Ya está la cabeza casi dentro… Ya… –me dice jadeante Luis -
Ni me muevo, el dolor me traspasa de parte a parte… el acerca lentamente su cuerpo contra mí, con lo que el dardo que se está clavando en mi culo, se está haciendo monstruosamente grande y mi culito lentamente se está rompiendo por efecto de aquella presión, cierro fuertemente los ojos, para hacer más fuerza…
–No hagas fuerza… Mpuuuffff… que será peor… Mpuuuffff –me dice Luis resoplando –ábrete más… que falta muy poco…
–Gaaaaaaaaaaaiiiiiiiiinnnngggggg…. Yyyyaaaaaaaaiiiiiiiiggggg… –gimo aterrorizada, pues me ha dado, otro tremendo empujón en mi culito -
–Prepárate… que te lo voy a romper del todoooommmmpppfff… –dice muy nervioso Luis -
En un segundo, mi mente asimila lo que me dice, es su masa lo que intenta meter por tan pequeño agujero, cuando quiero reaccionar y luchar, algo elástico estalla en mi culo, a la par que mis entrañas se llenan con una masa enorme redonda y dura…
–Beeeeeerrrrrrrgggggggnnnnnnn –gimo abriendo mis ojos que parecen que se me van a salir de mis cuencas –… Yyyyaaaaaaaaiiiiiiiiggggg… Noooooooooiiiiiiiiinnnnggggggg
Ramón me agarra fuertemente, no dándome opción a movimiento alguno… Me asfixio, no puedo respirar…
–Joder… ¿Las has roto ya no? –le dice Ramón a Luis –porque ha abierto los ojos como platos…
–Ssssssi… Mmmmhhhh…. Mpuuuffff –suspira Luis –yaaaaaa…. Mmmmhhhh… Que apretado está… Es pura goma…
MI cabeza me da vueltas, me siento mareada y asfixiada… Siento que estoy clavada al tubo por mi espalda, más concretamente por mi culo… Quiero levantar la cabeza, pero el Ramón me la vuelve a agachar… La enorme masa incrustada en mis intestinos, entra y sale lentamente…
–Aiiiiiiiinnnnnnggggg… Aiiiiiiiinnnnnnggggg… –gimo con cada entrada y salida del inmenso miembro dentro de mi culo –Aiiiiiiiinnnnnnggggg
Luis comienza a moverse más rápidamente, cogiéndome por las caderas, me aplasta contra el tubo y me dice al oído resoplando…
–Mpuuuffff… Mpuuuffff… voy a llenarte el culito de leche… me va a salir tanta… Que te va a llegar a las orejas… Prepárate… Prepárate que voyyyyyyyyyyyyyy… Toma lecheeeeeeee
No veo nada, aunque tengo los ojos abiertos, solo sensaciones de color marrón oscuro… Como en un sueño, adormecida por el dolor, siento que mis entrañas comienzan a recibir violentos salivazos tibios, que chocan en mis intestinos y salen despedidos por mi culo muslos abajo… Cada acometida de la masa dentro de mi, lanza un potente salivazo y… no se cuantos recibo… entre sueños, veo que una mano, me quita el pañuelo de la boca… y algo redondo se mete en ella, es la masa de Ramón, el sabor es inconfundible, a pesar del estado en que me encuentro, es entrar en mi boca y comienza a lanzar chorros, del tibio y espeso líquido… me ahogo, con aquellos salivazos, luego de recibir un montón, salen de las comisuras de mis labios y caen chapoteado al suelo, cuando sale de mi boca la babeante masa blanca… luego, sólo se, que al cabo de un rato la otra masa sale de mi dolorido ano y que mis entrañas, protestan, lanzando heces líquidas que caen a lo largo de las corvas de mis muslos, resbalando por mis rodillas hasta el suelo, acompañados de un espeso y pegajoso líquido, que se me pega por los muslos… Me sueltan las manos, y quedo libre… Lo veo todo como a cámara lenta, resbalo por el tubo, hasta que mis glúteos dan en el suelo, mi cuerpo, apoyado en el tubo, mis manos a lo largo de mis caderas, fláccidos como sin vida… Mi vista está perdida en el infinito, Veo a Ramón como se sube sus pantalones y se marcha con Luis, los dos abrazados, como borrachos, riendo por lo bajo… Miro al suelo y veo, las manchas blancas y las heces, acompañadas con un líquido más oscuro de color rojizo… Observo largo rato los charquitos, hasta que veo entrar a mi primo… está asustado, se me acerca sollozando, no sé ni lo que me pregunta, apenas puedo oír nada, algo se me revuelve en el estomago y vomito, veo salir líquidos blancos y amarillos, es la comida del mediodía y el apestoso líquido de Ramón, El vomitar, me ayuda a relajarme y caigo en un profundo sopor, quedándome adormecida… lo demás son sueños y flashes… carreras, gritos, llantos y luces blancas… y la sensación de vacio en mis entrañas…
Cuando recobré el conocimiento, estaba rodeada por mis padres, mis tios, algunos médicos o enfermeros(llevaban batas blancas) y policias de uniforme… Me preguntaron que había pasado, yo intenté explicarles lo mejor que pude, el daño que me habían hecho, pero cuando me preguntaron por quien había sido, no supe, mejor dicho no quise decirles quien , pues el miedo a decir algo de ellos, podía más que toda la policia del mundo y no se me ocurrió otras cosa que darles unas señas de aquellos hombres que en nada se parecían a la realidad.
Cuando salí del Hospital, mi primo me confesó que aquellos hombres lo habían abordado en el parque, y como lo habían visto conmigo, le preguntaron que quien era yo, él se lo dijo y le obligaron a que me llevara a la casa.. Así que todo fue una amenaza a mi primo y yo me lo creí…
Fin

Encargado de tienda, Parte 01
19 de noviembre de 2024 en Relatos SDPA, Jovencitas, Incesto, Sexo en público
Antonio tiene una tienda de ropa para niñas de 4 a 13 años, Antonio vive solo y no esta casado. Por diversión, el fin de semana pasado decidió esconder cámaras de televisión detrás de los espejos de los vestuarios, hoy va a revisar lo que las cámaras de alta definición filmaron.
Video 1: Un papa se folla a su hija de 6 años.
Dos niñas pequeñas de 4 y 6 años entran en los vestuarios con su papa y dos faldas, el papa desnuda completamente a la niña más pequeña, ella tiene ojos azules, pelo castaño corto y el pecho plano, su chochín sin pelos se puede ver claramente en la pantalla de televisión que Antonio esta observando, la niña espera de pie mientras su papa desnuda también a su hermana mayor de 6 años, de ojos azules también y pelo marrón que le llega a la altura de los hombros, un pecho lindo y plano con un coñito pelado que parece muy delicioso, a Antonio se le pone la polla tiesa viendo esto.
El papa de las niñas le toca el coño a la hija de seis años con la palma de su mano, le refriega su palma contra la suavidad de su rajita, el papa sonríe, con una mano le soba el coño de niña pequeña y con la otra mano le esta sobando el culo.
El papa se para se deshace los pantalones y se saca su polla tiesa, la dirige a la boquita de la niña desnuda de 4 años y le hace un gesto para que se la chupe.
La niña pequeña de 4 años se traga toda la verga y su papa le folla la boquita despacito, le agarra la cabeza enana y la guía dentro y fuera de su gran polla.
El papa saca su tiesa tranca fuera de la boca de la niña pequeña y agarrando a la hija de 6 años por su cintura la levanta y la ayuda a ponerle el coñito en la punta de su polla, el papa le folla el coñito sin pelos a la niña en el aire, los dos, la niña y el papa parecen disfrutar mucho, seguramente no es la primera vez que se folla a su hija.
La hermana de 4 años se los mira y se masturba su chocho sin pelos, se toca su rajita suave con los deditos mientras observa la polla de su papa entrando y saliendo del coñito liso de su hermana de 6 años, el papa tiene un orgasmo y rápidamente saca su polla fuera del coño de la niña que se esta follando y le escupe todo el semen a su otra hija de cuatro años que esta más abajo, la niña pequeña chupa el semen con una sonrisa, para acto seguido besarle a su papa su polla flácida y mojada.
El papa saca un pañuelo de papel de su bolsillo limpia el semen del rostro de la nena de 4 años, viste a sus dos hijas, se saca un billete de diez Euros y se lo da a la niña de seis años haciendo un gesto para que no diga nada a nadie mientras al tiempo la besa en la boca, las niñas sonríen implícitamente.
La polla de Antonio esta tiesa al final del video, no puede resistir más, se pone en pelotas rebobina el video y se hace una paja viendo de nuevo la escena del papa follándose a su niña de seis años a cámara lenta.
Continuará

Soldados, Parte 02
19 de noviembre de 2024 en Relatos SDPA, Jovencitas
Acciones del día 002-A
El reloj marcaba las 2:00 de la tarde en una oficina de Washington dando la inminente orden de evacuar la embajada en absoluto secreto, se tomo la decisión de mandar al comando elite de las fuerzas armadas a cargo del comandante Jhon Smith y 4 sub-alternos cada uno con código Nivel 5 en seguridad nacional, el comando de rescate ya tenia 1 mes alistándose en un refugio oculto en la provincia de otro país vecino listos para entrar en acción el resto de equipo lo conformaba 4 soldados cuyas edades iban de los 25 a los 30 años todos solteros ya que por lo riesgoso de su profesión únicamente se les permitía casarse al termina su servicio en el comando elit, lo cual era a los 35 años, a cambio de ese sacrificio eran recompensados con un excelente salario y un cargo en alguna oficina gubernamental como premio a sus servicios, únicamente el comandante a cargo John Smith cuya edad era de 38 años había sido casado, actualmente con 2 años de divorciado y sin familia, era un mujeriego aficionado a cogerse a cuanta mujer se cruzara en su camino así fuera gorda, flaca o tuerta “siempre y cuando tenga vagina” comentaba entre sus amigotes quienes lo felicitaban por su suerte con las mujeres, el comandante Smith cuya estatura alcanzaba casi los 2 metros y 90 kilos de puro músculo era de ascendencia latina por parte de su madre, de ahí el porque de su temperamento tan caliente, los otros cuatro eran Dennis de 28 años, Tom y Dave de 25 años y Rocco de 30 años el cual seria su ultimo año en el comando Elite.
A esas horas en oriente era de noche y las dos amigas se encontraban profundamente dormidas, vestidas únicamente con unos pequeños camisones blancos semitransparentes que delataban la desnudes de las chicas, los dulces pezones se levantaban traviesos por el suave roce de la tela, las dos no tenían puesto sus pequeños calzoncitos, ambas ya conocían sus intimidades desde los 10 años cuando iniciaron sus dulces jugueteos eróticos.
Todo era silencio en la habitación cuando de pronto una enorme mano tapo la boca de Nicole quien se sorprendió de ver a ese enorme hombre todo de negro quien a señas le pidió que no gritara, ella le dio a entender que no gritaría.
¿Qué sucede?
“venimos por ustedes señoritas, para llevarlas fuera de aquí ya que las dos corren peligro, acompáñenos”
Nicole despertó a su amiga quien dejo escapara un grito por el susto y fue callada por la fuerte mano del soldado Rocco.
“no tengas miedo Emily, son de nuestro país y nos llevaran a otro lugar mas seguro”
¿Y la servidumbre?
“ellos no deben enterarse de nuestra misión, podría haber un soplón y no podemos correr riesgos” –comento el comandante Smith-
“tomen algo de ropa y bajaremos en silencio”
Las dos pequeñas corrieron a buscar algo de ropa y la metieron a una maleta la cual fue tomada por el soldado Dennis, Nicole fue levantada por los fuertes brazos del Comandante Smith y Emily fue llevada también en brazos por el fornido Tom quien no pudo evitar turbarse al sentir los suaves muslos de la hermosa chiquilla quien lo abrazo del cuello para no caer, Nicole aspiro el fuerte aroma del comandante Smith no pudiendo evitar que su rajita soltara una pequeña gota de humedad, los 5 hombre no se habían dado cuenta que las dos jovencitas vestían únicamente unos ligeros camisones de dormir hasta que llegaron a la camioneta y ante sus ojos se descubrió la sensual belleza de sus rescatadas, un fuerte latigazo de electricidad recorrió las espaldas de los 5 hombres quienes no pudieron evitar recrearse la vista con los esbeltos cuerpos de las niñas, aunque traían el rostro cubierto vieron cuando sus lentes se empañaron por la calentura de estar ante esos virginales cuerpos, el comandante Smith rompió el silencio
“Rápido, veámonos de aquí”
Rocco tomo el volante y hundió el pie en el acelerador tomando carretera hacia el refugio, Nicole quedo en medio del comandante Smith y el soldado Tom, mientras Emily no podía ocultar su nerviosismo al estar en medio de dos hombres tan fornidos.
Después de un rato los 5 hombres se despojaron de sus boinas descubriendo ante las niñas su identidad, Nicole busco la mirada de Emily en el espejo para decirle con la mirada ¡están guapísimos! Las dos tenían la experiencia de la complicidad y con una mirada se decían todo sin pronunciar una palabra.
El camino al refugio llevaría 4 horas y todavía estaban con sueño, así que el comandante Smit las invito a acostarse en sus piernas, les dio una pequeña manta para que se cubrieran del frió de la noche y Nicole apoyo su cabeza en las piernas del Comandante Smith y subió sus piernas en el soldado tom, intento dormir pero el enorme bulto que sentía en la nuca la tenia con la boca seca, en su pie izquierdo sentía la protuberancia del otro hombre y la tenia atontada su dureza. Emyli mas atrevida había quedado con su cabeza arriba del miembro masculino del soldado Dave y subió sus pies sobre la verga endurecida del otro soldado, paso una mano bajo su cabeza a manera de almohada y sintió en su manita la endurecida verga del fornido hombre, aprovechaba los saltos en el camino para darle suaves caricias.
El recuerdo de la polla del jovenzuelo Dan había desaparecido por completo, bajo su mano palpitaba una real verga adulta, Dave cerro los ojos disfrutando la suave caricia y con su ruda mano acaricio el suave cabello de la niña, Nicole sintió una mano en sus nalguitas que la acariciaban y cerro los ojos esperando un poco mas, los 4 hombres en silencio se habían puesto de acuerdo para acariciar a las pequeñas y sin palabras se deleitaban con los suaves y tibios cuerpos, mas de 1 mes en campaña militar sin contacto carnal con una mujer los tenia con los huevos a reventar de leche, llegaron al refugio y en brazos llevaron sus hermosas rescatadas.
Continuará

Fiesta familiar, Parte 06 (de Cazzique)
19 de noviembre de 2024 en Relatos SDPA, Jovencitas, Incesto
Continuamos con nuestras incestuosas practicas durante toda la semana pero para el fin de la misma íbamos a tener una visita así que todos íbamos a tener que aparentar que éramos una familia normal, venía a la casa una de mis sobrinas y se iba a quedar con nosotros durante una semana ya que sus padres tuvieron que salir de emergencia y nos pidieron de favor cuidarla.
Montserrat es una niña preciosa, tiene once añitos, de cabellos de color de oro, muy rubia, su cuerpo es muy delgadito, piel blanca como la de una hoja de papel, sus piernas son largas y delgaditas, su piel se percibe como la de una princesa. Su forma de ser es también muy linda ya que ella es siempre muy sociable y le encanta platicar con los demás.
El viernes por la tarde llegó Montserrat acompañada de su padre quién la vino a dejar a la casa y después de saludarnos se despidió rápidamente ya que su vuelo saldría dentro de un par de horas y todavía iba a casa por su esposa. La niña inmediatamente se acoplo a la casa y después de unos instantes mi hija Vanesa se fue con ella para jugar en su habitación, mi mujer y yo continuamos viendo la tele.
Cuando eran cerca de las nueve de la noche llamamos a las niñas para que cenaran y luego se fueran a acostar, ambas iban a dormir en la misma habitación y nosotros por supuesto en la nuestra. Montserrat y Vanesa se llevaban bastante bien desde pequeñitas y siempre convivían alegremente.
Después de cenar ellas se fueron a dormir y yo y mi esposa hicimos el amor en la sala para después ir a nuestra habitación y dormir profundamente.
Los primeros días en que Montserrat estuvo en la casa nunca note nada fuera de lo normal hasta que la noche del martes en que salí de mi habitación a media noche para tomar un poco de agua. Al pasar por la habitación de las niñas note que la puerta estaba abierta, así que me asome para ver que estaba pasando y cual fue mi sorpresa que al asomarme vi que ambas dormían placidamente, entre en la habitación y cerré la puerta detrás de mi. Me senté en la cama de Vanesa y sobre las cobijas comencé a acariciarle levemente el cuerpo. Lentamente mis manos se iban paseando por las piernas de mi hija hasta que llegue a su monte de Venus al que acaricie muy despacio, disfrutando de cada milímetro de esa parte tan deliciosa de mi hija, en esos momentos ella se despertó, se me quedo mirando un poco confundida por que al principio no sabía quien era el que la acariciaba y aún no despertaba del todo. Pero cuando vio que era yo entonces me dedico una amplia sonrisa y me abrió las cobijas invitándome a acostarme con ella, yo me acomode a un lado de mi niña e inmediatamente comenzamos a besarnos ardientemente en la boca, mis manos le iban quitando la pijama a Vanesa dejándola completamente desnuda cuando por fin terminamos de besarnos. Ahora era mi turno y fui yo quién se desnudo bajo las cobijas de la cama, ahora ya ambos podíamos sentir nuestros cuerpos frotándose naturalmente uno contra el otro, mi pene ya rozaba la entrada de la rajada de mi pequeñita, ella abrió más sus piernitas para recibir dentro de su panocha la punta de mi verga, ya estaba un poco lubricada su rajadita por lo que la punta de mi pene se enterró sin ningún problema, solo tuve que empujar un poco mis caderas hacia el frente para ir penetrando lentamente en esa joven vagina, inmediatamente las paredes de su panocha se aferraron a la barra que las invadía y me apretaron fuertemente lo cual hizo que un leve gemido escapara de mis labios, m i hija me hizo una señal para que no hiciera ruido ya que Montserrat dormía en la cama de a lado.
Como estábamos acostados de lado no me podía acomodar bien para cogérmela así que me acosté de espaldas y monte a Vanesa sobre mi, ahora si mientras la sujetaba por la cinturita le iba incrustando poco a poco mi verga, ella se apretaba los labios para que no se le escaparan los gemidos pero de vez en cuando uno que otro lograba salir, cuando por fin la tuve completamente clavada inicié un rítmico bombeo, los jugos que de mi hija comenzaban a escapar ahora estaban produciendo leves chasquidos mientras que mi verga entraba y salía de esa apretada cuevita.
Vanesa ya no podía ocultas sus gemidos pero aún así hacia un gran esfuerzo por que estos no fueran muy fuertes, mis manos ahora se paseaban por la espalda y las nalgas de mi niña mientras que nuestras bocas se fundían en ardientes besos, mi pequeña y hermosa hija en ese entonces tuvo un fuerte orgasmo que la obligo a pegar un leve gritillo, los dos volteamos a ver a la cama de a lado para cerciorarnos de que Montserrat no se hubiese despertado, afortunadamente ella dormía profundamente y no se dio cuenta de nada. Después de que mi hija tuvo su orgasmo yo ya sentía que el mío se aproximaba pero me acorde de que no traía puesto el condón así es que me espere a que ella tuviera otro orgasmo más, le pedí que me avisara y continuamos cogiendo hasta que ella me aviso que ya mero se venía, yo acelere el movimiento de mis caderas y arroje la cobija por un lado; Vanesa se comenzó a venir y yo al mismo tiempo que ella, solo que con mi mano le saque la verga de su panocha y le empecé a eyacular sobre las nalgas mientras me la meneaba, fue algo delicioso, mi hija me abrazó fuertemente hasta que por fin ceso su orgasmo, sus propios jugos escapaban de su vagina y se escurrían hasta mi entrepierna.
Después de descansar por unos instantes y verificar de que todo estuviera en orden me vestí, me despedí de mi niña y salí de la habitación dejando a las dos niñas profundamente dormidas.
Era miércoles y ya en la tarde yo me conecte a Internet para ver un poco de pornografía, me encontraba en el estudio de la casa y mientras que mi esposa regresaba de una comida con sus amigas me había dejado a cargo de la casa, las niñas estaban jugando en la habitación de mi hija así que no me preocupe de que fueran a bajar y decidí no poner el seguro de la puerta.
Estaba yo viendo unas fotos de una chica que se iba desnudando poco a poco, cuando de pronto escucho que se empieza a abrir la puerta, inmediatamente cerré la sesión e hice como si estuviera buscando un archivo, una infantil voz se escucho a mis espaldas, era Montserrat, me dijo que Vanesa se había quedado dormida y que ella se estaba aburriendo un poco, yo le dije entonces que si quería navegar en Internet con migo y ella acepto de buena gana sentándose inmediatamente en mis piernas ya que no había otro lugar, pude sentir como sus lindas nalguitas se iban acomodando sobre mi duro pene, ella sintió la dura barra en la que se estaba sentando pero no le dio mucha importancia y se termino de acomodar, yo puse una de mis manos alrededor de su cintura como para sujetarla.
Le dije a Montserrat que era lo que tenía que hacer para poder ingresar al Internet y ella iba siguiendo mis instrucciones mientras que mi otra mano no se pudo quedar quieta y comencé a acariciarle una de las piernas por un costado, ella inició buscando las paginas de su artista favorito mientras que yo me podía deleitar con la suavidad de su piel ya que ella solo traía puesta una pequeña minifalda de color rojo que a la hora en la que ella se sentó se le subió casi hasta arriba, delicadamente mi mano se paseaba de arriba para debajo de su muslo y luego de regreso, su piel se ponía china y me decía que le hacia cosquillas.
Mi sobrina continuaba navegando en la red pero en una de esas se le ocurrió picar uno de los botones del menú favoritos y en la pantalla empezaron a aparecer las fotos de unas chicas haciendo el amor con un tipo demasiado bien dotado, mi sobrina en un principio y supongo que por la vergüenza se quedo congelada pero al ver que yo no le decía nada continuó explorando un poco las fotos, su respiración se agito un poco y mi verga empezó a crecer de nueva cuenta bajo sus lindas nalguitas. La mano con la que la tenía sujeta por el estomago comenzó a menearse en forma circular subiendo hasta el inicio de sus pequeños pechos que se dibujaban perfectamente bajo la tela de su playera blanca; mi otra mano ahora se paseaba por la parte interna de su otra pierna pero aun sin llegar mas allá, solo me quedaba como a unos diez centímetros de su vagina.
Montserrat se sorprendía más y más mientras que las imágenes iban avanzando, las estudiaba a la perfección, parecía que se quería aprender cada detalle de estas, sus manitas estaban temblorosas y lo note cuando vi que le costaba un poco mover el mouse. Mis caderas se empezaron a mover casi instintivamente y ahora le restregaba la verga a mi sobrina por todo lo largo del canal de su culito y al parecer esto a ella no le molestaba ya que no ponía ningún pero a las maniobras que yo efectuaba, esto me dio un poco más de confianza para avanzar en las caricias sobre sus muslos y ahora mi mano se alcanzaba a perder bajo su minifalda y ya estaba rozando la tela de sus bragas. La mano de arriba bajo y busco la orilla de la playera de Montserrat para introducirse y sentir directamente su tibia piel. Mi sobrina seguía sin quitar la vista de la enorme verga del chico de las fotos. Ahora mi mano se paseaba sobre la calida piel de sus pequeños senos, sus pezones estaban erectos y mis dedos se pusieron a jugar con ellos, Montserrat veía como el tipo de las fotos se dejaba mamar la verga por la preciosa modelo rubia que casi se lograba tragar todo el falo.
Sin dudarlo ni un instante deje a mi sobrina sentada y yo me puse de pie, abrí mi cinturón y deje caer mis pantalones hasta mis tobillos, la verga inmediatamente salto cuando me baje la truza, mis sobrina volteo algo asustada a ver mi verga que sin duda era mejor en vivo que en las fotos, puse mis manos en su linda carita y entonces dirigí su cara hacía mi, ella comprendió de lo que se trataba y trato de resistirse por unos instantes pero yo continué guiándola hasta lograr que mi pito quedara a la altura de su boca, Montserrat se negó a abrir su pequeña boquita entonces yo tuve que convencerla de que esto le iba a agradar y que si decidía hacerlo iba a aprender con migo muchas cosas que le agradarían mucho. Entonces no muy convencida abrió la boca y dejo que la punta de mi pene la penetrara, la estaba saboreando poco a poco, sus ojitos me volteaban a ver como pidiéndome que le dijera como hacerlo y en esos instantes yo la tome por la nuca y la fui empujando para que se fuera comiendo más de mi verga, ya cuando iba como a la mitad ella hizo intentos de retirarse pero yo la detuve y entonces retrocedí un poco para luego volver a metérsela, inicié un lento movimiento mientras le decía a mi sobrina como debería de irse tragando mi pito, le iba indicando como debería de ir mamando y chupando, primero la cabeza y después tragarse parte del tronco hasta donde le fuera posible, luego debería de chupármelo e ir recorriendo con su boquita todo el pito hasta los huevos.
Montserrat era una alumna muy viva e inmediatamente después de que le indicaba lo que debería de hacer ella lo ejecutaba, sus lindos labios estaban chupando ahora el largo de mi tronco y lentamente bajaba hasta las bolas, mis manos ya se entretenían con sus senos, su playera ya la traía levantada casi de bufanda y la blanca piel de sus pequeñas masas de carne quedaba al desnudo, sus pezones erectos y de color rosado se veían apetecibles como para chuparlos, mi sobrina perdió un poco la vergüenza y llevo sus manitas hasta mi palo, le dije como debería de moverlo para así poder gozar más, me acomode en el sillón del estudio a manera en que ella se empinara un poco mientras me mamaba la verga y entonces yo tenía la cancha libre para poder acariciar su culito, metí mis manos bajo la minifalda y le fui bajando lentamente las bragas para ir descubriendo la linda piel de ella, su linda vagina sin pelitos quedo expuesta cuando logre por fin quitarle las bragas, su olor era increíble, uno de mis dedos se paseo por lo largo de la rajadita, arriba de ella su ano se movía al ritmo de las mamadas que le daba a mi pene. No cabía duda de que mi sobrinita de once años estaba disfrutando tanto como yo de ese rico cachondeo, después de unos instantes de estar jugando con su conchita le marque el alto y decidí tomar una nueva pose; me acosté sobre la alfombra y entonces le dije a Montserrat que se acomodara encima de mi pero en sentido opuesto a manera de que formáramos un sesenta y nueve. Ella entonces quedo encima de mi y su linda vagina a la altura de mi boca, rápidamente comencé a mamársela haciendo que ella brincara por la sorpresa y las nuevas sensaciones, minutos después ella continuó mamándome la verga, así continuamos por unos instantes hasta que empecé a sentir que la verga estaba a punto de explotarme, por supuesto que yo ya había logrado que Montserrat tuviera su primer orgasmo y me lo había bebido completito, le indique que ahora era mi turno de gozar y le dije que se tenía que tragar toda la leche que saliera de mi verga, ella continuó chupando e instantes después gruesos chorros de mocos pegaban en lo más profundo de su garganta, ella hizo grandes intentos por lograr tragarse toda la leche pero aún así algunos hilillos de esta escurrieron de entre sus labios y mi verga, fue una venía fabulosa que me dejo completamente seco.
Continuará

La depravación de una madre, Parte 07
19 de noviembre de 2024 en Relatos SDPA, Jovencitas, Incesto, Jovencitos, LGBTQ+, Zoofilia
Cuando ya había caído la noche y estaban reunidos viendo televisión. María salió del cuarto con la cámara: "Niños pónganse cómodos para que vean lo que tengo aquí. Pero primero vamos hacer unas cotufas. ¿Qué dicen?"
"Sí mami." Aplaudiendo, dijo Patty.
"Buenos niñas acompáñeme a la cocina, y ustedes chicos conecten la cámara al amplificador de video y pongan la pantalla."
Los muchachos fueron rápidamente por un amplificador de pantalla que su padre había comprado y lo usaban para ver películas. El aparato tenía una pantalla plegable de un material parecido a una tela blanca, que era de dos metros por dos metros. Ellos fueron a la sala y dispusieron las cosas en su lugar, entonces conectaron la cámara. Cuando terminaron su madre y las niñas traían un bol grande lleno de cotufas y refrescos que dio a cada uno. Todos se acomodaron esperando que su mamá encendiera la película, María dijo: "Niños, después que ustedes salieron con sus abuelos, yo me prepare y fui a la colina, porque tenía curiosidad para que estaban armando esa tarima en medio del charco. ¿Recuerdan?" todos asintieron con la cabeza, "Bueno prepárense para ver esto." Y María encendió la cámara. Luego apago las luces de la casa dejando todo oscuro.
Mientras estaban viendo el video, María estaba pendiente de cómo sus hijos, tomaban aquel material. Los varones no apartaban sus ojos de la pantalla, y sus manos manoseaban su horca. Ella estaba segura que ese sería el comportamiento, de sus dos pequeños pervertidos, luego se fijo en las niñas.
Las jovencitas tampoco apartaban su mirada de la cámara y sus manos también estaban en sus horcas, Patty tenía su mano debajo de falda, y Juanita se retorcía disimuladamente en su asiento, María supo que estaba excitada. El video duró una hora y cuando sabía que iba terminar, se levanto y cuando termino encendió las luces. Ella vio las miradas de sus hijos que no podían ocultar su excitación.
"Y entonces, que les pareció" dijo María.
Los niños no atinaban a hablar. Para sorpresa de María fue Juanita quien dijo:
"A mí me gusta."
"Estaba Cool" dijo Patty.
Pedrito agrego: "Nosotros también deberíamos organizar una fiesta así."
"Estaba del carajo" dijo Pablito. Todos soltaron una risita ahogada.
María dijo: "Esta bien, ustedes pueden usar el lenguaje que quieran, pero solo aquí en la casa. Okey"
"Mami puedo decir coño."
"Si cariño, tu puedes decir coño, guevo, culo, puta perra, cualquier cosa que te dé la gana, pero solo aquí en la casa okey. Lo mismo va para todos" respondió María a Patty.
"Bueno después que termino la fiesta, yo estaba animada, y no quería regresar a la casa, entonces me acorde del camino extraño que llega al convento. Pensé que iba a perder el tiempo, pero de todas maneras no quería regresar a la casa, así es que fui al camino y empecé a caminar hacía la montaña. Ya llevaba una hora caminando y no veía nada diferente, pero de repente escuche un barbulló de voces a las afueras del camino, el lugar era un potrero, yo me desvié del camino porque quería saber que era toda esa bulla, con cuidado me acerque para que no me fueran a ver.
Entonces vi a lo lejos lo que parecía un incendio, pero cuando estaba más cerca vi que eran personas que sostenían antorchas, me acerque todo lo que pude para que no me vieran, hasta llegar a un árbol donde me sentía segura. Las voces eran canticos religiosos. Pero será mejor que vean el siguiente video."
María apago la luz y encendió de nuevo la cámara. El video era de aproximadamente otra hora. María veía como sus varones apretaban sus muslos, mientras no quitaban sus manos de la bragueta, y los ojos de la pantalla, las niñas también estaban de igual manera. Cuando el video termino María dejo que la pantalla quedara en blanco, y un susurro general de desaprobación se escucho en la casa.
"Oh mamá, esas personas son monjas." Dijo Juanita.
"Mami vio como esa mujer se metió ese palo en el culo. Que Cool"
"Me parece imposible, es eso posible." Dijo Pedrito.
"Pues si es posible, ustedes lo vieron. Y por el coño también es posible, ustedes lo vieron. Bueno eso no es extraño si tomamos en cuenta que ustedes salen por allí cuando nacen."
"No puedo creerlo, eran monjas." Volvió a decir Juanita que parecía no entender.
"Y cuál es el problema, si eran monjas. Son mujeres, como nosotras, y tienen coños como nosotras."
"Si bueno es verdad."
Después de hacer y responder preguntas, María termino la conversación mandando a sus niños a dormir, porque al otro día había colegio y ella tenía que trabajar.
Después de aquel fin de semana, las cosas empezaron a cambiar en la casa de María. Los niños y niñas empezaron a ser más abiertos, no era extraño escuchar una mala palabra. Las jovencitas empezaron a vestir sexy en la casa, con faldas cortas, y franelas que escasamente cubrían sus tetas y shorts de jean que ella les había cortado. Los pobres niños tenían que tragar duro, cada vez que sus hermanas andaban por la casa exponiendo sus nalgas a ellos. María sin embargo se dedico más a Vigilante, cuando tenía cualquier tiempo disponible lo soltaba de la cadena y jugaba con él.
Lo había bañado e incluso, lo mantenía peinado, y le había cortado las garras. El viernes en la tarde María llego con nuevas para sus hijos: "Adivinen niños, mañana vamos a conocer el convento."
La cabeza de todos se fijaron en su mamá, como si esto no era posible. María explico: "Yo estuve preguntando y me entere que el convento está abierto al público los sábados durante el día. El lugar fue declarado como sitio turístico por su arquitectura. El dinero que recaudan es una ayuda para mantener las instalaciones. Por eso mañana vamos y le echaremos una mirada."
"Yo quiero conocer a la mujer que se metió su palo por el culo." Dijo Patty
"No vayan a mencionar nada que nos comprometan. Ustedes van y se comportan como si no supieran nada, de todas maneras es difícil reconocer a las monjas una de otra, porque todas visten igual."
Los niños estaban entusiasmados.
Al siguiente día temprano María y sus hijos estaban delante del convento, también habían unas quince personas esperando, la mayoría eran familias que estaban de paso. Cuando abrió el convento una monja invito a entrar al grupo. Todos entraron a una sala de recibo grande de unos diez metros de altura, el techo era una cúpula sostenida con columnas góticas, la sala era espaciosa y todos cabían en el lugar y aun quedaba espacio.
Las paredes estaban adornadas con cuadros religiosos, y pinturas de artistas antiguos. Las personas caminaban por la sala entusiasmadas por la arquitectura. María y los niños recorrieron la sala, tomando algunas fotos con sus hijos al lado de alguna escultura o pintura. Cuando se abrió una ventana al fondo, todos se dirigieron a comprar las entradas. María también se acerco junto con sus hijos, y esperaron que todos compraran los tickets. Había una cartelera a un costado de la ventana que distorsionaba la ambientación. María se cerco para leer la información que allí se exponía. Los papeles que llenaban la cartelera era información de cómo comportarse en un aposento sagrado. A María le llamo particularmente la atención una nota que decía que el convento aceptaba contribuciones voluntarias de aquellas almas que a bien quisieran dar. Había una nota al final de la cartelera donde invitaba a los padres a abrir sus almas a Dios, invitándolos para los estudios que impartían en el convento donde enseñaba a las familias a convivir bajo la protección del creador.
Cuando todos habían comprado sus entradas María se acerco a la ventana, donde una monja cariñosa estaba vendiendo los tickets, después de dar la bienvenida y felicitar a María por haber traído a sus hijos para que se acercaran al señor. Le dio las entradas.
Cuando iban caminado a la puerta de acceso al interior del convento, Juanita le dijo en voz baja a María. "Mamá ella era una de las monjas que estaba en el video, estoy segura"
"Tú también te diste cuenta. Aunque como dije antes todas se parecen."
Cuando atravesaron la puerta entraron a un pasillo, donde estaba la multitud reunida, mientras escuchaba a otra monja que se estaba presentando y que les sería la guía por el aposento. Después que indico como sería el recorrió y que ella trataría de responder a todas las inquietudes que tuvieran, invito a seguirla. Recorrieron un pasillo espacioso que estaba lleno de pinturas de tinte religioso, el pasillo rodeaba un jardín que parecía estar en el centro del convento, a medida que iban caminando se veían puertas cerradas, que los curiosos preguntaban porque estaban allí, a lo que la monja explicaba que estaba detrás de cada una. De repente se desviaron y empezaron a subir por una escalera de madera. Al subir la escalera llegaron a un lugar que parecía ser residencial. La monja explico que era la residencia de la madre superior, y que ella los estaba esperando en su oficina, para saludarlos. Al final había una puerta grande de madera de dos hojas, que estaba de frente al pasillo. En la parte superior de la puerta se leía "Sor Teresa. Madre superiora" la monja toco la puerta y empujo, las dos hojas se abrieron y con una reverencia ella hablo, después se volteo y mando a pasar al grupo. Era una oficina digna del vaticano, y con un escritorio grande de madera, todo al mismo estilo de los muebles que habían visto. La oficina era grande y todos cabían sin ningún problema.
Detrás del escritorio estaba la madre superiora de pie. Para María no había duda, esta mujer era la líder que ella había visto en el campo. Los niños también lo notaron y se daban con el codo uno al otro en señal de conocimiento. María hizo un ademan de silencio, la madre superiora fue presentándose a cada uno y les daba la bienvenida. Cuando María estaba frente a ella no podía creer que ella había visto a esta mujer desnuda, y con un gran falo en su coño. Se preguntaba si todavía llevaba los anillos y símbolos fálicos. Disimulo, mientras la mujer le extendía la bienvenida, con una voz muy educada, y cariñosa. Lo que más le preocupo a María era el
comportamiento de sus hijos que sabían quién era esta mujer, ella noto el nerviosismo de ellos, como si estuvieran viendo un fantasma. Sor teresa noto el nerviosismo de los niños, pero no le parecía extraño, siempre le ocurría con la mayoría de los niños. Después de salir del lugar, el recorrido parecía monótono porque todos los lugares que visitaban eran parecidos. María y los muchachos no le importaban todas las explicaciones e historia que daba de cada rincón que iban visitando, ellos estaban más pendientes de las monjas que se encontraban por el camino. Luego atravesaron otra plaza, para llegar a unos salones hechos al mismo estilo con ventanales grandes y estaba lleno de jóvenes aspirantes a monjas. Al final fueron al patio trasero donde había estado María. El lugar era una mini granja, donde cultivaban, cereales, papas, vegetales, aliños, etc. A un costado estaba un establo. La monja explico que allí se quedaban algunas bestias que se utilizaban para cargar, mercancía que tenían que comprar a los granjeros locales. También dijo que a veces mantenían temporalmente un o dos toros que compraban, para luego mandarlo a matar para surtir la carne. María recordó las fotos que estaban en el afiche.
Después que termino la visita, María hablo con la monja que servía de guía, para ver si era posible hablar con la Madre Superiora. Le explico que ella había leído la cartelera y estaba interesada en colaborar. La monja inmediatamente llamo a alguien a quien llamaba hermana, después de un rato recibió la llamada de la misma persona y le dijo que la madre superiora podría atenderlos. Cuando entraron de nuevo a la oficina de la madre superiora, la madre superiora invito a los niños a sentarse en un mueble grande que estaba retirado, al lado de un ventanal. A María la invito a sentarse en una silla que estaba al otro extremo del escritorio.
"La hermana Sara me dijo que usted estaba interesada en contribuir con nuestra sagrada hermandad. Y en nombre de todas yo le estoy muy agradecida."
María le explico a la madre superiora que ella vivía en el pueblo, detrás de la colina, que era dueña de una granja, que vendía el producto a los comercios, y también tenía bajo su propiedad algunos animales. María dijo que ella podría contribuir, con mercancía que ella cultivaba en la granja, o con algún animal que ellas necesitaran o con dinero. La madre superiora agradeció. María dijo que al menos que ellas tuvieran alguna necesidad especial, ella contribuiría modestamente con algo de dinero semanalmente. La Madre superiora saco una tarjeta de la hermandad donde estaba escrito la cuenta bancaria. María objeto y dijo que si no le importaba ella haría la contribución personalmente, y si necesitaban alimento o algún animal, lo podría pedir con confianza. María le dio la dirección de la casa. La conversación se hizo amena entre las dos mujeres, empezó a nacer una filis entre ellas. María llamo a los niños que estaban mirando por la ventana, les presentó a sus hijos. Luego la conversación fue amena entre todos como si ya se hubieran conocido de hace tiempo. Para sellar la amistad la madre superiora fue a un gabinete y saco una botella de vino, que abrió y brindo. Cuando salieron del convento, había un sentimiento de frustración generalizado, no era lo que ellos esperaban. María los animo diciendo: "habrá otras oportunidades, tranquilos."
Después que estaban en casa, María salió a atender los asuntos de negocios con el capataz. Las cosas estaban mejorando y las ventas habían subido. Ella ya estaba cansada de salir a vender. Por lo que quería hablar ese asunto con el capataz.
El señor Rodrigo era un hombre que estaba en sus sesenta. Era un hombre grande y fuerte de tez trigueña. Su esposa era una mujer negra de unos cincuenta años y parecía no envejecer. Sus hijos ya estaban casados y vivían en otro pueblo. El señor Rodrigo y su esposa vivían en una de las casas que José su difunto esposo había construido para albergar a aquellas familias que trabajaban en la granja, y no tenían donde vivir. En la granja vivían diez familias que habitaban en pequeñas casas también construidas por su esposo, todos eran extranjeros. El señor Rodrigo no era extranjero pero el señor José le había pedido que viviera en la granja después que le dio el cargo de capataz para que pudiera atender de cerca los asuntos. En el campo trabajaban unas veinte personas durante todo el año. Pero en temporada de cosecha, se empleaban trabajadores temporeros, que ocupaban un salón grande que tenía cocina y baños y les servía de habitación. También se contrataba una cocinera.
Cuando ella llegaba a la casa del señor Rodrigo, él y su esposa se dedicaban a atenderla. A María siempre le gustó, el deseo de trabajar y la dedicación de él. En sus veinte años que tenía trabajando nunca conoció de él alguna falta. Era un hombre recto.
Después que ella había llegado y recibió las atenciones de siempre. María, el señor Rodrigo y su esposa, se sentaron en el corredor de la casa. María le explico al señor Rodrigo que ella le estaría eternamente agradecida si él asumía el reto de ser el repartidor de la mercancía, porque ella quería dedicarse a sus hijos como lo hacía antes que su esposo muriera. Le dijo que no conocía a otra persona a quien le pudiera dar esta responsabilidad. El señor Rodrigo acepto. Entonces ella le dijo si conocía a alguien de los trabajadores de confianza que pudiera asumir elcargo de capataz. Él le dijo que sabía quién podía asumir esa responsabilidad, y él mismo se encargaba de ese asunto. María agradeció a él y a su esposa. Después ella le explico cómo era la ruta que ella seguía. Y se despidió. María en su regreso a la casa no podía contener su felicidad, porque ahora podría tener más tiempo con su Vigilante. Sus hijos se iban en la mañana al colegio y regresaban cuando ya estaba cayendo la tarde.
Cuando ella llego a la casa, los niños estaban ante la televisión, las niñas estaban usando de nuevo los shorts de jean, con franela. Ella termino de llegar y después se sentó con ellos. Sus hijos se habían acostumbrado a las experiencias fuertes, y parecían estar aburridos, con estos programas de televisión que unas semanas atrás se peleaban por tener el mejor puesto.
María se levantó y fue por sus tijeras, entonces regreso a la sala. Se sentó y dijo: "Patty cariño ven acá." Patty se levanto de su asiento y se acerco a su mamá. María la llevo entre sus piernas, la observo y dijo: "Vamos hacer algunos arreglos a esta franela." Tomo las tijeras e hizo un corte en la franela alrededor un poco más abajo de sus pequeños meloncitos. Luego hizo cortes verticales pequeños hasta justo debajo de los senos, todo alrededor de la franela, cada tira era como medio centímetro de ancho. Después dejo las tijeras en el mueble y retiro a su hija, admirando lo sexy que le quedaba la franela. Todos los demás niños habían dejado de ver televisión y estaban pendientes de lo que estaba haciendo su mamá.
"Te gusta, anda al espejo." Patty fue al espejo, y modelo ante él. Admirando su pequeño pero bien desarrollado cuerpo, cuando regreso donde su mamá.
María agrego: "Perfecto cariño, menos mal que aquí no hay viejos, porque estarían babeándose." Patty y los demás sonrieron.
"Aún hay otro detalle que solucionar. Porque no te quitas esas pantaletas molestas."
"Mamá, ¿Puedo? Digo que hay de Pablito y Pedrito"
"cariño yo estoy segura que a ellos les encantará. Yo he visto como estos pervertidos las ven a ustedes dos. No se preocupen por ellos."
Patty fue a su cuarto y regreso sin pantaletas. La vista era para matar pervertidos que sufren del corazón. Ahora las nalgas quedaban completamente expuestas porque la horca del short se metía completamente en la raja de las nalgas, y parte se metía en la raja de su pequeño coño, exponiendo los labios externos. Las manos de los muchachos inmediatamente fueron a la horca de sus shorts, tratando de ocultar el hard-on que la vista le provocó. María vio y dijo. "No te dije cariño. Parece que tus hermanos les gusta lo que ven."
"Juanita ven ahora tu." Juanita ya había perdido sus inhibiciones y se acerco donde su mamá. María hizo lo mismo con la franela de Juanita. Entonces ella fue al espejo y sonrió ante la vista erótica de su cuerpo. María le dijo que se quitara los sostenes y las pantaletas, justo como había hecho su hermana. Juanita fue a su cuarto y cuando regreso, hasta María se lamio los labios por lo que vio. Sus tetas parecían saltar con orgullo, y sus pezones estiraban la tela de la franela. María supo que ella estaba excitada. Entonces la mirada bajo al coño de la adolecente. Que tenía la horca del short completamente metida en el coño desarrollado e hinchado, exponiendo sus labios. Luego se volteo y las nalgas blancas estaban completamente expuestas, al igual que Patty la tira de la horca se metió en la raja del culo.
"Ve así está mejor para dos pervertidas exhibicionistas."
María vio los bultos en las horcas que los niños no podían ocultar. Entonces dijo: "Bueno niños ya es hora que dejen a un lado esa timidez. Vamos quítense esos shorts sin protestar."
Los dos jovencitos hicieron justo como les dijo su mamá. Quedando en interiores. "Ahora quítense esos interiores." Los dos muchachos se quitaron sus interiores quedando en pelotas. Pero inmediatamente pusieron sus manos cubriendo sus penes erectos.
"Ya está bueno. Pongan sus manos atrás."
El pene de Pablito era de unos diez centímetros de largo, y unos dos de grueso. Pero el de Pedrito era de unos orgullosos dieciocho centímetros y tres de grueso. Las miradas de María y Juanita se admiraron por tremendo tamaño de pene para un niño de trece años.
"Yo sospecho que es lo que hacen ustedes con sus penes cuando están arriba en la colina. Y quiero que ustedes sean sinceros, con nosotras. Le prometo que nada de lo que pase aquí sale de la casa, y ustedes saben muy bien que yo les dije que las cosas que hagamos entre nosotros nadie las debe saber.
Vamos niños, no tienen que temer nada. Eso es muy normal. Mira yo se que Patty y juanita juegan juntas en la cama. Y se lamen sus coños. Yo lo sé y ustedes ahora lo saben."
Las niñas no podían creer lo que escuchaban. ¿Cómo sabía su mamá que ellas jugaban en la cama? pero era cierto.
María siguió: "vengan acá niños."
Los dos se acercaron a su mamá. Ella los acercó y los puso frente a frente, entonces ella tomo la mano de Pablito y la puso en el pene de Pedrito, luego la mano de Pedrito y la puso en el pene de Pablito. Luego los empujo. Los niños no sabían que decir o hacer, pero ya sabían que su madre conocía su secreto. El saber que su madre y sus hermanas supieran, y que su madre les hubiera prometido que sus secretos se quedaban entre ellos, los animo.
Entonces ellos se entregaron al desenfreno, como lo hacían en la colina. Se besaron como dos amantes, se mamaron sus guevos, se lamieron el culo. El espectáculo terminó después que Pedrito cogió a Pablito y Pablito cogió a Pedrito. Después que quedaron agotados en el piso, las niñas y su mamá aplaudieron. Después que ellos se repusieron y sintieron vergüenza por el desenfreno. María dijo:
"Niños, nadie debe sentirse avergonzado por lo que es. Mira todos los niños, alguna vez han tenido sexo con otros niños o incluso con hombres, y las niñas con otras niñas o mujeres. Si a ustedes les gustan los niños o los hombres ese es su problema y todos aquí lo respetamos. ¿Dime algo, les gusta sentirse femeninas?"
Los dos niños asintieron con sus cabezas. "Bueno, ya todo está dicho, si quieren se visten o se quedan desnudos. Ustedes deciden, es más les doy una idea. Porque no van y me traen un jean cada uno y le hacemos algún arreglo. Y franelas."
Los dos niños ya animados se fueron a sus cuartos y trajeron cada uno un jean y franela. María corto el jean de Pablito haciendo un short del pantalón como los que había hecho a sus niñas. Después se los dio para que se lo pusiera, sin usar interior. Pablito se puso el short y así como en sus hermanas, la tira de la horca del short se clavo en su culo exponiendo sus nalgas. La horca apenas protegía que su pene y bolas no se expusieran. María observo y dijo: "Quítate el short que no te quedan. Patty ve por unos de tus cacheteros y me lo traes."
Patty corrió y busco un cachetero. María tomo el cachetero y le hizo algunos cortes entonces se lo lanzó a Pablito. Pablito se puso el cachetero. El cachetero se ajustaba al cuerpo del jovencito, sus bolas y pene abultaban la horca. Sin embargo María había dejado una tira que se metió en la raja del culo, exponiendo sus nalgas. Después le pidió que se pusiera la franela, y María le hizo un corte como había hecho con las franelas de sus niñas.
Pablito se veía completamente femenino. Después pidió a Juanita que buscara un cachetero de ella e hizo lo mismo que había hecho con el de Patty. Cuando termino los dos niños parecían dos niñas. María agrego: "Yo voy a comprarles ropa femenina para ustedes, y lo pueden usar aquí en la casa. Es más, vamos hacer una regla. Mientras cualquiera de nosotros este en casa, está completamente prohibido usar ropa masculina. ¿Aceptan o no?"
Todos dijeron al unísono, "De cuerdo"
María agrego. "Como aquí todos estamos siendo sinceros, yo tengo un secreto que quiero que ustedes sepan. Ustedes saben que yo soy una exhibicionista."
Todos asintieron con sus miradas. "Bueno cuando ustedes se fueron con la abuela y abuelo, yo les dije que me prepare para ir a la colina. Bueno esto fue lo que paso. Me acosté a descansar un poco y me quede profundamente dormida, cuando me desperté ya era de noche. Yo decidí que iba a ir desnuda a la colina esa noche, entonces me desnude y me bañe con la loción anti repelente, después busque la linterna y la cámara. Yo me sentía excitada, pero quería que aquella noche fuera inolvidable para mí, entonces fui a la vitrina y busque una medicina, que sirve como afrodisiaco, que mi esposo una vez había traído, porque un cliente que tiene familia en la india le había mandado. La medicina la guardamos en la vitrina y nos olvidamos de ella.
Pero aquella noche me acorde de la medicina, y la saque, entonces después de leer las instrucciones me tome en un vaso de leche una copa de ese afrodisiaco, aunque recomienda que agregue cum, para mejores resultados. ¿Saben ustedes lo que es cum?"
Nadie respondió, "Cum es el semen que escupen los guevos cuando están acabando. Las mujeres también echamos cum pero normalmente queda dentro de nuestros coños cuando acabamos también. Después salí desnuda de la casa rumbo a la colina, cuando había caminado un trayecto empecé a sentir un calor por el cuerpo y una sensación de excitación que nunca había experimentado. El coño me picaba tanto que tenía que estrujarlo violentamente, pero lo que lograba era aumentar la excitación, el culo también me picaba que me tuve que meter la linterna para calmarlo, cuando llegue a la colina ya había experimentado como cinco orgasmos. A pesar que estuve andando por ahí hasta la madrugada, la excitación no menguaba, a pesar que ya había perdido la cuenta de todos los orgasmos que había tenido.
Cuando llegue a la casa en la madrugada, el perro me reconoció y se me abalanzó lamiéndome por todas partes, incluso por mi coño y culo, la lengua del perro aumento mi excitación, que incluso me abrí de piernas para darle más acceso a mi coño, yo vi su guevo rojo colgando de la barriga, para entonces mi mente no pensaba, sino mi coño. Entonces metí al perro a la casa y lo lleve a mi cuarto. Fui de nuevo a la vitrina y me prepare otro vaso de medicina y lo tome, luego busque la colchoneta que está en el cuarto de chécheres, cuando iba de regreso al cuarto vi el collar de Bianca que guardamos de recuerdo, después que murió.
Me lleve el collar y la colchoneta al cuarto, extendí la colchoneta en el piso, luego fui al espejo. Recuerdo que cuando ustedes llegaron de donde la abuela, Patty me pregunto que tenía debajo de la franela, y yo no le respondí.
Bueno cuando me vi en el espejo, los pezones habían crecido casi cinco centímetros y estaban duros como piedras, los toque y un rayo me sacudió de las tetas hasta mi coño, haciéndome chillar de placer, entonces mire mi coño y este estaba completamente hinchado las labias eran tan gruesas como los dedos pulgares míos, mi coño parecía una flor, y el clítoris parecían un pequeño pene, del tamaño de un dedo meñique, entonces me puse el collar de Bianca, y jure que sería la perra de Vigilante, incluso pensé que desde entonces me llamaría Bianca María, la perra de Vigilante. Después fui donde el perro y me cogió como nunca alguien me había cogido en la vida. Por eso es que desde aquel día, mis sentimientos hacia el perro han cambiado y me he sentido deprimida porque desde aquella noche no he podido estar de nuevo con mi amante. "
Las últimas palabras sonaron melancólicas, "Bueno, ya ahora no hay secretos entre nosotros. Pero es muy importante y quiero que juren. Que cualquier cosa que nosotros hagamos, no sale de la casa. Entendido."
Todos estaban sorprendidos por la historia que acababan de escuchar. Pero después de reaccionar dijeron con voz alta. "Lo juramos."
Juanita agrego. "Mami, no tienes porque privarte de tus placeres, ahora ya todos sabemos, y todos estamos contentos con lo que somos. Es más yo propongo algo. Desde este momento usted será llamada Bianca María, la perra de Vigilante o de cualquier otro Perro, que se quiera tirar. En esta casa usted será la perra de la casa, y nosotros la llamaremos, Bianca o Perra. El que esté de acuerdo conmigo levante la mano."
Todos levantaron la mano. Juanita agrego: ¿Mamá está usted de acuerdo con todo lo que dije? María con voz fuerte dijo: "lo estoy" Juanita agrego: Bueno levante tu mano derecha y ponga la otra en el pecho. María hizo como Juanita había dicho, Juanita agrego: "¿Jura usted a partir de este momento ser la perra de Vigilante o cualquier otro perro que se quiera tirar, y que en esta casa será llamada perra, o Bianca?" María juro con voz fuerte.
Todos aplaudieron, Juanita siguió: "no es justo que el perro este apartado de su perra, la perra debe cuidar de su perro, el perro estará siempre con la perra y dormirá con él. También debe llevar el collar que la identifica, y andar desnuda mientras esta con su perro. ¿Los que estén de acuerdo conmigo levanten la mano?"
todos al unísono levantaron la mano. Juanita siguió: Patty ve al cuarto y te traes el collar para la perra." Patty fue corriendo y trajo el collar.
"También propongo que Pedrito y Pablito sean llamados en esta casa, Pabla y Petra. Los que estén de acuerdo levanten la mano."
Todos levantaron la mano. Luego dirigiéndose de nuevo a su mamá dijo: "Ahora perra ya no tienes derecho a estar vestida en esta casa. Niñas vayan y desnuden a la perra."
Patty, Pedrito y Pablito, fueron y quitaron el vestido de María dejándola en sostenes y pantaletas. Después sin miramientos le quitaron sus sostenes y pantaletas dejando a María desnuda delante de sus hijos. María no sentía ninguna vergüenza, más bien su excitación la tenía al borde. "Vamos en cuatro perra" dijo con voz autoritaria Juanita. María se puso en cuatro sumisamente. Sus tetas redondas colgaban, y sus nalgas se erguían orgullosamente, los niños rodearon a María admirando su cuerpo, María sentía un fuego que le quemaba el coño, sin que le dijera nada ella abrió sus piernas exponiendo a los niños su coño inflado por la excitación.
Juanita dijo: "Parece que la perra esta en calor." Después ella puso el collar alrededor del cuello de su madre. "Bueno perra ve por tu perro. Pero espera, Petra anda al gabinete y traiga la medicina" Pedrito fue al gabinete y trajo un frasco que estaba escrito en un idioma extraño, junto al frasco había otro papel, lo leyó, y lo recogió trayéndolo a Juanita. Juanita leyó las instrucciones entonces dijo: "Petra y Pabla. Háganse la paja ahora" sin escrúpulos los dos niños sacaron sus penes por un lado de las licras, y comenzaron a masturbarse. Cuando acabaron vertieron el semen en un vaso que Patty había traído, después Juanita vertió una copa del afrodisiaco y lo lleno de leche.
"Vamos perra tómate tu medicina" Antes de tomar el vaso María dijo: "Vamos aclarar algunas cosas. Yo estoy de acuerdo con todo lo que tienen destinado para mí, pero como yo voy a ser una perra, significa que los quehaceres de la casa serán responsabilidad de otro, no voy a cocinar, ni lavar. Entendido" Juanita pensó y vio sentido en lo que ella estaba diciendo. María noto la preocupación entonces agrego. "Yo tengo la persona que se puede encargar de todo."
"Pero si traemos a un extraño a la casa, ya no podemos seguir con este juego."
"No hay problema, por esta persona." Luego María contó con detalle como ella había conocido a la mujer e hija del tipo aquel que se había escapado de la cárcel y que tuvo a punto de violarla.
"La mujer y la hija son unas zorras, la esposa tiene sexo con su pequeño nieto y su hija, y cualquiera que se le atraviesa, incluso con el perro. La hija trabaja en un bar y está preñada de nuevo. Ellas mantendrán silencio, estoy segura."
"Okey entonces mañana será mejor que vaya y le haga una visita, mientras tanto yo me encargo de la cocina y Pabla y Petra, de lo demás."
"otra cosa cuando me tome esa medicina será, mejor que vaya al baño, porque cuando hace efecto, inmediatamente relaja el culo y el coño, limpiando el recto y la vejiga."
"usted tiene libertad de hacer lo que quiera en esta casa, nadie le va ordenar donde ir o que hacer, será como vigilante, el andará por la casa libremente. Recuerde que usted es una perra y tiene que comportarse como una perra."
María bebió el contenido del vaso, entonces se levanto y fue a su cuarto, busco los tacones altos y salió de la casa. Los niños se quedaron admirando la espectacular figura de su madre, sus nalgas se bamboleaban de lado a lado, mientras caminaba. María salió de la casa y todavía era de día, aunque se veía que la noche se estaba acercando, ella corrió a los arbustos que estaban lejos en el patio trasero, y vacio su culo y vejiga. La medicina actuaba como una droga que le nublaba la mente, solo podía pensar en sexo, y en hacer cosas pervertidas. Miro sus pezones y estos habían crecido hasta diez centímetros, se apretó la teta derecha, provocándole un orgasmo al instante, María noto que de sus pezones botaba leche como si fuera una mujer recién parida, además sus tetas parecían más grandes, luego miro su coño y este era el doble del tamaño de lo que fue la última vez, las labias parecían querer salirse, y se inflaron que parecían dos cambures, ella abrió un poco sus piernas y el coño quedo boquiabierto. Entonces llevo su mano al culo y este estaba completamente relajado, ella se metió una mano en su culo con facilidad sin ofrecer ninguna resistencia.
Ella no podía pensar, solo quería tener algo que le consolara su culo y coño, entonces regreso a la casa. Cuando entro los niños estaban a la expectativa, la visión de su madre los impresiono. Los ojos de María parecían ser más grandes, su mirada era de excitación, su boca se veía más sensual que nunca, los labios eran más gruesos. Su coño florecía mientras su clítoris parecía el pene de Pablito, la tez de la piel se había tornado rojiza. María corrió a la cocina y los niños la siguieron, María busco desesperadamente algo, no parecía hallar nada que le satisficiera, entonces busco en un gabinete y vio una bolsa de papel. La rompió y al piso cayo un pan campesino de casi medio metro y unos diez centímetros de grueso. Ella sabía que si usaba ese pan se quedaría sin cena. Ella acostumbraba comer para la cena un emparedado con medio pan campesino relleno de tocineta y ensalada. Los muchachos vieron como su madre buscaba un cuchillo y abría el pan por la mitad, después fue a la nevera y saco el tocino haciendo rebanadas, ellos ya habían visto a su madre preparar la cena de ella, por lo que se imaginaron que quizás le había dado hambre, como reacción a la medicina. María termino de preparar el pan con tomate, lechuga, cebolla, y aceitunas que eran su debilidad. Después de preparado el pan era más grueso, los niños esperaban que su mamá se dispusiera a comerse ese pan, pero en cambio maría se puso en cuclillas, entonces grito: "Coño no se queden ahí como los mismos estúpidos, venga y me ayudan", los niños se acercaron entonces María dijo: "Petra toma el pan con las manos sin dejar caer nada y métamelo en el culo, que no aguanto la sensación de tener algo grande en mi culo. Ella agarro sus nalgas con las manos abriéndolas, exponiendo a sus hijos un culo boquiabierto, el anillo del culo estaba hinchado y sobresalía. Pedrito sin ningún pudor agarro el pan, lo centro en el culo.
"Mételo ya, no aguanto. Oh sí que rico." Pedrito metió todo el pan en el culo de su mamá hasta que este desapareció completamente en su ano. María no dejaba de gemir, y decir vulgaridades a sus hijos, cuando el pan estaba completamente en su culo, María se apoyo del mostrador para pasar el intenso orgasmo que sintió, los niños vieron como de su coño salía un liquido blanco, que baños sus mulos. Patty dijo:
"Mira el coño de la perra, como esta chorreando leche, ¿eso es cum?"
María contesto: "si cariño ese es mi cum. OH que rico. Oh sí, soy una perra feliz. "
Después de pasar el orgasmo María fue a la nevera y saco una lechosa madura, tan larga como el pan y tan gruesa, como de unos quince centímetros de diámetro, ella se apoyo su culo sobre el fregadero entonces agarro y abrió su coño que ya estaba boquiabierto. Ella empezó a gritar de placer cuando apretó sus labias hinchadas con los dedos. Cuando dejo de gemir dijo: "Ven Patty cariño consuela a la perra, necesito esa gran cosa en mi coño."
Patty fue y tomo la lechosa y empezó a empujar en el coño de su madre, mientras esta no dejaba de gritar, y vociferar de placer, Patty metió la lechosa completamente, María grito: "Empuja todo lo que puedas hasta que no pueda entrar más, vamos cariño." Patty empujo hasta que tenía medio brazo dentro del coño de su madre, cuando encontró resistencia ella saco el brazo. Los ojos de maría estaban vidriosos. Cuando se sintió calmada, ella abandono la cocina, y salió al patio de nuevo. Los niños la siguieron; a María no le importaba si alguien la podía ver, fue donde Vigilante soltó la cadena de donde estaba amarrado, luego se agacho y le dio un beso húmedo en la boca, ante la mirada de asombro de sus hijos. Ellos miraron desde la esquina de la casa, ligando que nadie fuera a pasar en ese momento por el frente de la casa. A María no le importaba, después de acariciarlo y manosearlo, María llevo a su perro a la casa. Cuando entraron a la casa María soltó al perro, mientras este no dejaba de lamerla por todas partes, María expuso su coño y culo al perro. Para que le diera un baño de baba.
Los niños se sentaron en la sala mientras miraban a su madre y al perro que parecían dos amantes en celo. María se tiro al piso y empezó a mamar el órgano de Vigilante, como lo había hecho con el reo. Casi todo el palo del perro desaparecía en la garganta, el perro bombeaba, María saco el órgano mientras el perro seguía bombeando. Unos minutos después un chorro de cum de perro fue directo a la boca de la mujer, María trago todo el cum sin desperdiciar nada, se saboreo después que el perro había vertido la carga dentro de su boca. María no le importaba más, que estaba pasando a su alrededor o quien estaba mirando, ella sentía que solo vivía para complacer a su amante. Mientras tanto los niños se habían olvidado de su madre y todos estaban desnudos en el piso en una orgía familiar. Toda la familia estaba teniendo sexo, los hermanos entre sí mientras María estaba entusiasmada con el perro. Después que el perro termino de vaciar su semen en la boca maría se incorporó y vio a sus hijos entretenidos en la más obscena orgía, ella sonrió, entonces metió su mano en el coño y saco la lechosa, que le había metido Patty. Miro su coño que parecía tan abierto que parecía que acababa de dar a luz a un hijo, ella dejo la lechosa a un lado y se dedico de nuevo a su amante. Media hora después ella y el perro estaban enganchados de nuevo. Los niños ya habían acabado la orgía y veían a su madre enganchada, así como una perra se engancha con el perro.
Ellos se levantaron de nuevo y se vistieron, entonces Juanita sugirió que Pedrito y Pablito debían parecer más femeninos, y todos fueron al cuarto de las niñas, dejando a su madre, jadeando mientras seguía enganchada. Una hora después salieron del cuarto. Juanita había maquillado a Pablito y a Pedrito, y Patty, también ella se había maquillado. Para disimular el corte de cabello de sus dos hermanos, a cada uno le hizo dos colitas, cuando ellos se vieron en el espejo, estaban irreconocibles, cualquiera que los viera de seguro los confundiría con niñas. Ellas le habían prestado zapatillas, para que no hubiera ningún rastro que los hiciera sentir masculinos. Los niños vieron a su mama que estaba tirada en el piso dormida, toda bañada de sudor y baba, sus muslos y coño chorreaban en el piso semen del perro y de ella dejando un charco en el piso. El perro se había alejado y estaba echado en un rincón.
Los niños fueron a la cocina y prepararon su cena, comieron y acomodaron la cocina. María seguía dormida en el piso.
Juanita fue y dijo, mientras la sacudía: "Perra levántate" María empezó a reaccionar y se quedo mirando al techo, como si quisiera recordar que había pasado, momentos después reacciono violentamente, sentándose en el piso mientras, sus hijos la miraban. Ella hecho una mirada alrededor, luego sonrió cuando vio que Pablito y Pedrito parecían dos niñas.
"Qué hora es dijo, mientras se levantaba del piso."
"Son las diez, ya es hora de ir a la cama." Respondió juanita.
"Oh dios que sed tengo", fue a la nevera y se tomo como un litro de agua de un solo jalón. Ella miro, en al cocina y se dio cuenta que ellos ya habían comido, entonces dijo. "Dios mío que hambre tengo, me comería un elefante."
"Sera mejor que prepare tu comida perra, ya nosotros comimos."
"Yo ya prepare mi comida, antes que ustedes, mujerzuelas." María sonrió.
"Quieren ver a la perra de su madre comerse la comida que preparo. Bueno vean. Quien de ustedes tiene que ir al baño a orinar", todos levantaron las manos. Ellos iban al baño a orinar justo antes de irse a dormir para no tener que levantarse de noche. María agrego: "Todavía no vayan." Entonces ella se puso en cuclillas y pujo duro. Los niños miraban como el pan campesino salía de su culo, todo lleno de mierda. Después que el rolo de medio metro había caído al piso, maría se levanto, y con una sonrisa como de burla dijo: "Ven yo les dije que yo ya había preparado mi comida." Los niños no podían creer lo que habían escuchado, mientras María se agachaba y tomaba el pan untado de mierda con las dos manos y empezó a comérselo, como si fuera la última comida que iba a comer en días. Cuando termino se limpio las manos con la lengua, hasta que estaban limpias y se saboreo, extrañamente este bizarro espectáculo excito a los niños. María agrego: Quien va orinar primero. Patty levanto la mano. "Bueno cariño quiero que te quites ese short" Patty se quito el short exponiendo un coñito rojo. "Un que tenemos aquí" María se agacho delante de su pequeña Patty, metió el dedo corazón en el inflado coño de su hija. "¿Quien te rompió la virginidad?"
"Petra" respondió la niña con ojos de excitación,
"Que suertudo, muchacho." María se hecho al piso boca arriaba y abrió la boca completamente. "Vamos cariño orina en la boca de la perra de tu madre." Patty se agacho hasta que su culo toco la nariz de su mamá y soltó el chorro de orines, María trago tan rápido como pudo, mientras lo demás corría por su cuellos y barriga. Entonces ordenó a Juanita hacer lo mismo. Después que Juanita vacio su vejiga en la boca de su mamá. María se incorporo y fue donde Pedrito, saco su órgano por un lado de la licra, y empezó a mamarlo hasta que su hijo acabo en su boca un chorro de semen.
"Ahora orina, vamos dale a la perra de la casa el elixir." Mientras mantenía su guevo en la boca, Pedrito soltó el chorro de orines, que María trago sin soltar ninguna gota. Después hizo lo mismo con su pequeño. Cuando todos habían vaciado sus vejigas los mando a dormir. Mientras ella esperaba que le diera sueño de nuevo.
Continuará

5 Clips T0ddl3rc0n (de Cleric)
18 de noviembre de 2024 en Videos L0L1 & Sh0t4
Clip #1
Clip #2
Clip #3
Clip #4
Clip #5

Yo 16, él 51
18 de noviembre de 2024 en Relatos SDPA, Jovencitos, LGBTQ+
Esto me pasó hace dos veranos, estando yo en la playa con mi familia. Por allí cerca hay una playa gay y me solía ir porque me gusta tomar el sol y bañarme desnudo.
Ahora tengo dieciocho años y entonces estaba para cumplir los dieciséis.
Aquél día dejé mi bici como de costumbre atada junto al camino que está junto a unas dunas donde la gente se pone a tomar el sol y después de estar un rato echado en la arena me fui hacia la playa para tomar un baño. Yo llevaba puesto un speedo que luego me quito para entrar en el agua.
Cuando iba hacia la playa me encontré con un señor muy alto y algo mayor, pero muy guapo y con un cuerpazo que hizo que mi instrumento comenzara a ponerse en plan de ataque.
Conforme lo iba viendo aproximarse me entraban ganas de decirle algo y empecé a ensayar mentalmente el saludo que le iba a dirigir, pero al cruzarnos estaba lleno de vergüenza y no le dije nada.
Cuando pasó me quedé mirando y de pronto él se volvió y me vio mirando. Me dio mucha vergüenza y me volví disimulando hacia la playa.
Me di un baño y con el agua fresca se me pasó el calentón que llevaba. Volví a las dunas y me tendí sin secarme y desnudo para tostarme un poco. Como el sol me molestaba en la cara me puse la camiseta sobre los ojos y creo que hasta me dormí un rato.
Me despertó una voz que me decía.
Hola, chico.
Me quité la camiseta de la cara y me quedé todo alucinando: era él, que estaba allí, de pie delante de mí, con los brazos cruzados y las piernas un poco abiertas, a contraluz, y su figura se recortaba en la luz del sol y me parecía una visión.
Me quedé mudo de asombro y muy cortado y le respondí con un escueto hola.
Entonces me dijo que si me molestaba que se sentara a mi lado. Yo me puse la camiseta sobre mi polla que estaba casi dura para taparme y le dije que no me molestaba que se sentara a mi lado. Me preguntó que cómo me llamaba y lo que estudiaba y si venía por aquí con frecuencia. Tenía una voz muy agradable y se veía que era una persona muy culta y educada.
Yo empecé a perder el miedo y le iba contestando a sus preguntas y preguntando también algo. Le dije que solía venir los fines de semana. Entonces me preguntó si le dejaría hacerme unas fotos porque era un chico muy guapo. Yo era bastante alto para mi edad, un poco delgado y con el pelo muy largo y sin nada de vello todavía.
Al principio le dije que no, que me daba corte estar desnudo así, y él me dijo que no hacía falta que me quitara el bañador, que era porque mi cuerpo le parecía muy bonito y la melena al viento tenía una gran belleza y cosas así. Al final le dije que sí, pero que luego no las enseñara a nadie. Él me prometió que así sería y quedamos para el siguiente fin de semana que se traería el equipo de fotos.
Toda la semana estuve pensando en él y cada vez me apetecía más estar con él y me lo imaginaba junto a mí en la cama haciendo el amor y se me ponía dura como un tronco y terminaba haciéndome una paja pensando en aquél hombre.
Llegó el fin de semana y estando yo en el mismo sitio apareció él con una bolsa y un trípode. Me dio las gracias por haber venido y me dijo que cuando quisiera empezaba con las fotos. Estuvimos un rato midiendo la luz y los enfoques y cosas de esas. Yo no entiendo mucho de fotos, pero él se notaba que era muy aficionado. Luego empezó la sesión, en las dunas con el agua del mar al fondo. Esa mañana no había nadie cerca y no nos molestó ninguno de los curiosos que se pasean para ver a los que tomamos el sol, desnudos. Me hizo fotos con la camiseta puesta, luego sin ella, atándomela a la cintura y poniéndomela como un turbante en la cabeza, con la toalla sobre los hombros y caída sobre el cuerpo y un montón de poses sentado, acostado sobre la arena jugando con ella, de pie, de espaldas, con el pelo recogido y con la melena al aire, porque soplaba una brisa que decía que era muy bonito así.
Cuando terminó todavía no sé cómo, le dije que si quería que me desnudase del todo y me hacía alguna foto así. Se paró a pensar y me dijo que él no me lo pedía, pero que si yo quería que de acuerdo. Me bajé el speedo y mi polla estaba erecta. Me dijo que así no era lo adecuado, que no quería pornografía sino arte, que me bañara a ver si se bajaba y eso hice. Luego volví y conseguí que no se pusiera dura y me hizo unas cuantas fotos más. Cuando guardó sus cosas nos despedimos y le pregunté cuándo las podría ver. Él me dijo que me avisaría, y yo le dije que prefería ir a su casa a verlas. Me dijo que las traería a la playa pero como yo insistí, al final me dijo dónde vivía. No estaba muy lejos de mi casa y podía ir con la bicicleta.
A los cuatro días me presenté allí de sopetón y al abrirme la puerta se quedó un poco sorprendido. Me dijo.
Tienes prisa por verte, ¿eh?
Yo le dije que sí, pero en realidad lo que quería era estar con él porque estaba muy pillado por aquél hombre. Pasé a su casa. Era muy bonita, un dúplex muy bien decorado, con un sofá enorme en el salón y una chimenea y todo. Tenía una habitación pequeña con cosas para revelar fotos y entró y las sacó. Nos sentamos en el sofá y empezó a enseñármelas, haciendo comentarios de cuáles eran las mejores y por qué le gustaban unas más que otras. La verdad es que a mí me parecían todas muy buenas y me veía más guapo de lo que soy.
Le pedí si podía darme alguna y me dijo que sí, que tenía copias para mí. Me dijo que si quería tomar algo antes de irme y yo le dije que sí, más que nada para poder estar más rato allí. Él se metió para adentro y salió al rato con unos vasos y unas coca-colas.
Me la fui tomando poco a poco haciendo tiempo. Cuando terminé no me pude aguantar más y me acerqué a él y le cogí la mano y le dije gracias. Él se quedó callado yme puso su mano sobre mi rodilla. Entonces yo me acerqué más y le cogí la cara y le di un beso en los labios. Se quedó muy parado y me dijo que si sabía lo que estaba haciendo, que yo era un menor y él tenía 51 años. Le dije que no me importaba, que yo lo quería y que me gustaría que él me quisiera. Lo dudó un tanto, pero al fin me cogió suavemente por los hombros, me acercó y me besó. Yo empecé a abrazarlo y a meterle la mano por dentro de la camisa y a acariciarlo. Poco a poco le fui quitando la camisa que llevaba casi desabrochada porque hacía calor. Entonces él me sacó la camiseta de tirantes que llevaba puesta y me acarició el pecho. Yo hacía lo mismo. Él tiene algo de vello, pero no mucho. Y empecé a besarle el pecho y lamerle los pezones y besarle en el cuello. Le fui acariciando su paquete que estaba muy duro y él hacía lo mismo con el mío. Me bajé los bañadores, me quedé con el calzoncillo tanga nada más. Él me decía que no había visto nada más excitante en su vida. Fue besándome desde el pecho hasta llegar a mi ombligo y empezó a lamer mi vientre hasta llegar al tanga. Entonces yo me lo bajé de golpe y me quedé desnudo ante él. Luego cogí su pantalón corto y se lo desabroché. Volvió a decirme si estaba seguro de lo que quería hacer. Le dije que sí, que ya no me importaba nada y comenzó a chuparme la polla y yo estaba que alucinaba. Luego empecé yo a hacer lo mismo. Le dije que no me penetrara, que no me gustaba y él me dijo que no pensaba hacer nada que yo no quisiera. Así estuvimos un rato que se me hizo a la vez corto y largo por lo que estaba disfrutando, hasta que ya no pude más y me corrí en su mano mientras él me masturbaba. Luego yo seguí mamándole la polla hasta que él se corrió echando todo su semen sobre mi pecho.
Yo había estado alguna vez con colegas de mi edad, pero esto no tenía nada que ver con aquello. Nadie me había tratado con ese cariño.
Esta fue la primera vez. Tardamos en vernos un par de semanas y desde entonces yo iba a su casa cada tres o cuatro días y cada vez era mejor, siempre con la delicadeza suya y a la vez el morbo que me daban sus formas educadas y su cuerpo maduro pero fantástico.
Al terminar el verano regresé con mi familia a la capital. Él vive en una zonaresidencial y yo sigo yendo a su casa desde entonces. Es el amor de mi vida y me estoy preparando para darles el disgusto a mis padres y decirles que me voy con él, porque saben que soy gay, pero no han acabado nunca de creérselo. Acabo de cumplir los dieciocho y estoy ya en la universidad, haciendo literatura que es lo que me gusta. Pienso irme a vivir con él y espero que las cosas no cambien nunca, aunque nuestra diferencia de edad sea tan grande.
Fin