
Fiesta familiar, Parte 31 (de Cazzique)
16 de diciembre de 2024 en Jovencitas, Incesto, LGBTQ+, Sexo en grupo, Relatos SDPA
Patricia comenzó a besar el delgado cuello de Carolina, que un tanto sorprendida se quiso escapar pero ya mi mujer la tenía sujeta por la cintura, la chica lo único que pudo hacer fue quedar de frente a mi mujer y entonces sus labios se unieron en un cálido beso, al principio Carolina no supo que hacer pero luego comenzó a responder a la lengua de mi mujer y ambas se comenzaron a cachondear con pasión desenfrenada ahí paradas fuera de la puerta de la cocina; Patricia jaló a Carolina y ambas desaparecieron de nuestra vista, esperamos unos instantes calculando a que llegaran a la sala, entonces salimos sin hacer ruido y nos paramos en el pasillo que une a la cocina y la sala.
Carolina se encontraba de pie frente a mi mujer, las dos en medio de la sala, ambas se besaban apasionadamente, las manos de mi mujer estaban buscando las nalgas de la pequeña niña, sus lenguas se enroscaban ardientemente mientras que sus labios se restregaban con pasión pasando sus jugos bucales de una a otra; la mini falda de Carolina cayo al suelo dejando las hermosas nalgas de la chica a la vista ya que sus bragas estaban metidas entre el canal del culo, las manos de Patricia se recrearon con frenesí en los cálidos cachetes solo por algunos minutos ya que después sus dedos se enredaron en el elásticos de las bragas y lentamente las fue bajando, mi mujer quedo de rodillas frente a la bella mujercita y con sus manos saco las bragas mientras que Carolina levantaba uno a uno sus pies para dejar escapar la prenda. La niña quedo desnuda de la cintura para abajo, mostrando en su esplendor su bella vagina que estaba frente a mi mujer; Patricia se acerco entonces a su sexo y aspiro su aroma para luego besarlo con ternura, poco a poco sus labios se fueron pegando más y más a el monte de Venus de la jovencita, las manos de Carolina por instinto fueron a la cabeza de Patricia y la hizo pegarse más a su cuerpo.
Las manos de mi mujer estaban acariciando las largar piernas de la chicuela, de arriba para abajo y de abajo para arriba, hasta llegar a los muslos, luego fue pasando a la parte interna de los muslos e hizo que la niña los separara un poco; quedó Carolina con las piernas en forma de una letra “A” y mi mujer se acomodo mucho mejor para comenzar a lamer el sexo de la bella amiga de mi hija. Su lengua comenzó a explorar lentamente las tibias carnes del sexo abierto de par en par de Carolina, poco a poco las sensaciones fueron haciendo que la joven se relajara más y más y un fuerte gemido de satisfacción escapo de sus la bios cuando la boca de mi mujer se poso sobre su clítoris. La lengua de Patricia, experta en el sexo oral a otra vagina comenzó a menearse sobre el boto ncito y los labios vaginales de Carolina quien no tardo mucho tiempo en tener su primer orgasmo.
– ¡Únete a ellas… se ven riquísimas!– le dije a Vanesa.
Mi hija se acerco a las dos mujeres y se coloco detrás de Carolina, su amiga, beso su nuca y luego ella giro su cuello para permitir que mi hija la besara en la boca, las manos de Vanesa estaban acariciando las tetas de su amiga por encima de la blusa que aun traía puesta, los besos y caricias se prolongaron por largo rato hasta que un nuevo orgasmo escapo del cuerpo de Carolina gracias a las caricias bucales de mi mujer, los líquidos de la joven escurrían por todo lo largo de sus piernas y mi mujer se bebía los que estaban saliendo aun de su panocha.
Después de este segundo orgasmo Vanesa se acomodo en el sofá de la sala y le pidió a su amiga que se montara sobre ella, las dos chicas quedaron frente a frente, una sobre la otra y se comenzaron a besar mientras que restregaban sus sexos con movimientos circulares de sus caderas, sus senos también eran acariciados por los senos de la otra con movimientos de arriba para abajo, se podían apreciar sus pezones sumamente erectos rozándose unos con otros, las lenguas de las dos chicas se perdían profundamente dentro de la boca de la otra. Patricia entonces se acomodo entre las piernas de ambas y comenzó a besar la espalda de Carolina y lentamente fue bajando hasta llegar a su culo, ahí comenzó a meter su lengua en el ano de la bella niña y poco a poco fue haciendo que uno de sus dedos se perdiera en la profundidad de ese apretado y aun virgen agujero según nos enteramos después.
Yo estaba observando la escena desde el sillón chico que se encuentra frente al sofá, mi verga aun permanecía quieta pero ya comenzaba a mostrar signos de vida. Las tres bellezas continuaban con su orgía y sin cambiar de posición continuaban brindándose placer, mi mujer ya metía dos dedos dentro del apretado culito de Carolina mientras que ella y mi hija Vanesa continuaban enfrascadas en sus caricias y besos. Pasados unos diez minutos mi esposa les sugirió a las chicas que hici eran un sesenta y nueve, ambas entonces se acomodaron, quedo Vanesa de bajo de su amiga y ambas comenzaron a comerse respectivamente sus panochas, los labios de ambas se juntaban con los labios vaginales y a la vez que los mamaban y chupaban sus lenguas se introducían por sus agujeritos, luego se buscaban el clítoris y le daban ligeros y tiernos mordisquillos y lo chupaban, mi mujer entre tanto me había pedido que me parara frente a ella que se había sentado en la cama y me estaba dando una exquisita mamada, su lengua recorría de arriba abajo toda la longitud de mi verga y luego se la metía por completo en la boca, mamando con gran maestría.
Las chicas para esos momentos estaban teniendo un fuerte orgasmo gracias a sus mutuas mamadas, descansaron un rato observando como Patricia me la mamaba, luego le dije a mi mujer que se pusiera de pie y se empinara, ella así lo hizo, de pie inclinó su cuerpo para el frente, dejando a mi disposición todo su culo y su concha completamente humera, me situé detrás de ella y la penetre lentamente por su vagina, la sujete de las caderas y la comencé a bombear, solo se escuchaban nuestrascarnes al momento de chocar y los chasquidos que su vagina producía al ser penetrada por mi verga; Carolina y Vanesa no perdían detalle de lo que pasaba y entonces se me ocurrió pedirles que se pusieran cada una a un l ado de Patricia y en la misma posición. Las chicas no tardaron en acomodars e así y me dejaron a la mano sus hermosos traseros, mis manos se pusieron cada una en las panochitas de ellas y mientras las masturbaba metiéndoles el dedo seguía cogiendo con mi mujer. Luego dejé por unos minutos a Patricia en lo que me acomodaba de tras de Carolina y con la mano apuntaba mi herramienta en su conchita, despacio se la dejé ir hasta que mis bolas chocaron en sus piernas, la bombee por unos instantes y de lo caliente que estaba alcanzó rápido el orgasmo, esperé hasta que terminó por completo y luego me comencé a coger a mi hija en esa misma posición, su panochita estaba completamente mojada y de una sola estocada la verga se fue hasta adentro, me mantuve en su profundidad, solo moviéndome circularmente para poder sentir como sus paredes vaginales apretaban mi miembro con mucha fuerza, luego procedía a bombearla rítmicamente hasta que termino en un fuerte orgasmo que le escurrió por sus maravillosas piernitas. Después de esto regresé a la panocha de mi mujer y me la cogí hasta que juntos alcanzamos el orgasmo, las chicas seguían viéndome coger con Patricia y cuando vieron que nos corrimos y no separamos se pusieron a mamar la rajada de ella hasta dejarla completamente limpia, entre las dos mamaban y luego se besaban pasando los jugos vaginales y mi esperma de una boca a la otra, me agache para que también me tocara partede ese festín y las dos chicas me dieron a beber del néctar que aun quedabaentre las piernas de mi esposa, todos terminamos sumamente cansados de esta extenuantes sesión sexual, subimos a nuestras habitaciones y quedamos profundamente dormidos.
Continuará

Él dijo... (de Janus)
15 de diciembre de 2024 en Relatos SDPA, Jovencitas
Son las 7:30 de la mañana, pero según mi reloj interno bien podría ser la hora del almuerzo. El cálido sol del sur de California se cuela por las ventanas de la casa de mi novia y el ángulo de la luz resalta perfectamente las partículas de polvo que me rodean mientras estoy sentado en el rincón de la cocina con mi taza de café. Aunque estoy despierto desde las 2 am, esta es mi primera cafeína del día. Habiendo volado desde Maine, pensé que podría vencer el jet lag posponiendo el café. El dolor de cabeza sugiere que esta no fue la mejor estrategia.
Ignorando el dolor de cabeza lo mejor que puedo, trato de concentrarme en la lista de cosas por hacer que estoy redactando:
Cerrar la cuenta de Kennedy
Confirmar la transferencia del título del auto
Pagar las facturas finales de los servicios públicos
Reservar hotel en Vancouver
Traer cheques para el oficiante, el fotógrafo y el DJ
Las ventanas abiertas dejan entrar una brisa con olor a sal. Inhalo profundamente. Aunque viví en Maine durante las últimas dos décadas, el océano tiene un aroma marcadamente diferente en la costa oeste. En Bar Harbor, el océano parecía indómito hasta el punto de ser malévolo. No así en San Diego, donde el agua exuda una bienvenida amistosa. El sonido de las tórtolas se cuela por la ventana y, aunque es decididamente más agradable que el graznido de las gaviotas, de todos modos extraño mi antiguo estado natal. Estoy contemplando en silencio el atractivo de las langostas frente a los tamales cuando oigo pasos detrás de mí.
"Oh, hola Jason", dice una voz.
"Buenos días, Alice", respondo, dándome la vuelta para darle un abrazo a la joven. Es la hija de mi novia. Pronto será mi hijastra, si quieres ponerte técnico al respecto.
"No sabía que ibas a estar aquí hoy", dice.
"Mi proyecto en el trabajo terminó antes de lo previsto", explico, "así que decidí venir unas semanas antes para sorprender a tu madre". Tomo un sorbo de café. "Y a ti también".
Alice asiente. "¿Mamá ya se fue a trabajar?"
"A las 6 de la mañana, muy temprano. Como siempre."
Alice reprime un bostezo. Claramente se acaba de despertar porque todavía lleva puesta una camiseta sin mangas y unos pantalones cortos que apenas ocultan su ropa interior. Además, su cabello castaño está despeinado y tiene una arruga en la mejilla que le hizo una funda de almohada. Es tan adorable que debí haberme quedado mirando demasiado tiempo. Alice cruza los brazos sobre el pecho, con timidez, para ocultar los dos pequeños bultos que tiene en la camiseta sin mangas blanca.
"Um, debería ir a prepararme" dice Alice, disculpándose.
"¿Quieres que te prepare algo para desayunar?" la llamo "¿Crepas? ¿Muffin inglés?
"No, gracias, probablemente solo tomaré cereales."
Ella ya está detrás de la puerta de su dormitorio, así que su voz suena apagada. Tal vez sea mi imaginación, pero juro que los botones de sus senos han crecido un poquito desde la última vez que la vi hace cuatro semanas. Dejo mi lista de tareas a un lado del periódico sobre la mesa, luego lo paso a la encimera para guardarlo. Se me ocurre lo jodido que estaría si perdiera este trozo de papel. Termino pegándolo al refrigerador con un imán. Incluso esta tarea leve me deja exhausta, así que vuelvo a la mesa para seguir trabajando en mi café.
Estoy jugueteando con el periódico cuando el lápiz se cae de la mesa. Suspirando, me agacho para recuperarlo, pero ocurre un desastre cuando me golpeo la cabeza contra la mesa. "¡Ay! ¡Maldita sea, maldita sea, ay!"
"¿Estás bien ahí afuera?", llama Alice.
"¡Sí, estoy bien! ¡Todo está bien!" Me felicito por no soltar ninguna palabrota en los oídos vírgenes de Alice. Ahora puedo disfrutar de dos tipos de dolores de cabeza. El periódico recibe mi atención desganada. De fondo, escucho los cajones abriéndose y cerrándose, varios sonidos de agua salpicando y el zumbido furioso de un secador de pelo. Quince minutos después, Alice vuelve a entrar en la cocina.
“Eso fue rápido”, comento. Su cabello castaño está recogido en una coleta ordenada. Ahora está vestida apropiadamente, lleva una camiseta negra, una falda vaquera y calcetines azules brillantes. No puedo evitar notar que también lleva sujetador.
“Tardará más si mamá me deja usar maquillaje”, se queja Alice. Rebusca en el refrigerador. “Sigue diciendo que no tengo la edad suficiente”.
“Tu cumpleaños se acerca”. Esto sale de mi boca como una mitad afirmación, mitad pregunta. “¿No es esta semana? Vas a cumplir doce años, ¿no?”
“Sí”, dice Alice. “Dijo que podría empezar a usar maquillaje cuando cumpla doce años, pero apuesto a que cambiará de opinión”. Se sienta a la mesa.
“¿Eso es todo lo que vas a desayunar?”, pregunto, mirando el vaso de leche con chocolate que tiene en la mano.
“No tengo mucha hambre”, responde.
"Sé exactamente cómo te sientes" le digo "Odio parecer tan cobarde, pero este jet lag me está pateando el trasero. Vamos, café… haz tu trabajo" Bebo de un trago el resto de mi taza.
"¿Quieres un poco más? "Antes de que pueda responder, Alice ha traído la jarra de la cafetera y está llenando mi taza.
"Gracias, Alice."
"De nada" Devuelve la jarra a la encimera y se pavonea de nuevo hacia la mesa. "Es una mañana agradable" comenta.
"Es agradable" coincido. "Estaba pensando en lo mucho más acogedor que resulta todo en California."
"Quise decir, agradable para nosotros" dice Alice. "No es muy frecuente que, ya sabes… podamos estar solos juntos."
"Las mañanas tranquilas son definitivamente las mejores. Ya casi he terminado con esta segunda taza de café, pero noto que Alice apenas ha tocado su leche con chocolate. "¿Estás segura de que no quieres algo para desayunar? No es problema."
"No, no quiero nada" responde.
"No sé, niña. Dicen que los niños que desayunan obtienen mejores notas."
"Bueno, no quiero comida."
"Como quieras." Estoy mirando el periódico, pero las palabras se vuelven borrosas y no tienen sentido. ¿Cuánto arruinaría mi ritmo circadiano tomar una siesta ahora mismo?
"¿Jason?"
"¿Sí, Alice?" digo distraídamente.
"¿Sabes eso que hacemos a veces? ¿Crees que podríamos hacerlo ahora mismo?"
Automáticamente, mi mano lleva la taza de café a mis labios antes de que mi cerebro procese por completo lo que Alice está pidiendo. Tomo un sorbo, tratando de parecer tranquila. "Lo siento, Alice, no estoy seguro de lo que quieres decir. ¿Qué cosa?"
Alice tiene una sonrisa en su rostro, pero no me está mirando. "Ya sabes…"
"¿Quieres ir al parque de patinaje?" De repente, estoy de humor para bromear. Probablemente sea cruel, pero quiero ver cuánto tiempo puedo mantener la farsa. Alice se ríe, su sonrisa todavía está plasmada en su rostro.
"No, tonto. Quiero…" Hace una serie de movimientos de agitación con sus manos. Adopto una expresión de confusión. "Quiero que me toques."
“¿Que te toque?” Me rasco la barbilla mientras reflexiono sobre su pedido.
“Quiero decir aquí abajo”.
Mi polla se pone firme ante sus palabras. Aunque hemos jugado juntos a menudo, esta es la primera vez que Alice ha iniciado algo específicamente. La idea de que una niña de once años me proponga algo elimina cualquier timidez de mi parte. “Oh, cariño”, murmuro mientras la tomo de las muñecas y la acerco. Alice se acurruca en mi regazo. Su trasero deliciosamente delgado se acomoda agradablemente contra el bulto de mis pantalones cortos. Mis manos acarician sus piernas suaves y lechosas que se sienten increíblemente suaves. “¿Me extrañaste?”
Alice se ríe de nuevo. En lugar de responder, separa sus rodillas y deja que sus piernas caigan a ambos lados de las mías. Dejo que mis manos vaguen hacia la parte interna de sus muslos, pero me detengo en seco cuando llego al dobladillo de su falda. “Oye, te hice una pregunta: ¿me extrañaste?”
"Sí."
La premio haciendo contacto con su ropa interior. Mi dedo traza círculos ligeros sobre la tela. "Yo también te extrañé. ¿Pensaste en mí?"
"Sí."
Mis dedos se hunden más en su ropa interior, provocando que se ponga rígida y arquee la espalda mientras se sienta en mi regazo. "¿Te excitaste cuando pensaste en mí?" Incapaz de resistir más, deslizo mi mano dentro de la cintura elástica de su ropa interior donde encuentro más que un poco de humedad.
"¡Sí!" jadea Alice. Se retuerce deliciosamente en mi regazo, su cabeza cae hacia atrás sobre mi hombro. Su cabello tiene un embriagador aroma a champú más niña de once años. Dejo que un dedo se sumerja profundamente en su valle sin vello antes de posarse en el inconfundible nudo hinchado que es su clítoris.
"¿Y qué imaginabas cuando pensabas en mí?" le susurro al oído. Alice no responde. Sus dedos están agarrando mi antebrazo con tanta fuerza que está dejando marcas. Disminuyo la intensidad de mis caricias hasta que apenas la toco. Alice emite un leve gemido cuando se da cuenta de lo que estoy haciendo.
"¿Qué te imaginabas cuando pensabas en mí?"
"Pensé en lo que estás haciendo ahora mismo" me dice Alice. Abre un poco más las rodillas. Sé lo que quiere, pero quiero que este momento dure. En cambio, la tomo de los brazos y la levanto. Se tambalea de forma inestable, así que la levanto hasta sentarla en la mesa de la cocina.
La cara de Alice está sonrojada y algunos mechones de cabello están enmarañados en su frente húmeda, pero se ve absolutamente hermosa. Sus miembros desgarbados y su pecho en desarrollo solo la hacen más perfecta a mis ojos. Me consume un deseo repentino de devorarla, de engullir cada centímetro de ella.
Se ríe. "¿Por qué me miras así?"
"No puedo evitarlo. Eres tan bonita." Esto la hace reír de nuevo. "No recuerdo que llevaras sujetador la última vez que te vi."
"Mamá me lo compró hace dos semanas."
"¿Puedo verlo?"
Otra risita. “¿No podemos, ya sabes, volver a lo que estábamos haciendo?”
“¿Solo un pequeño vistazo?”
Ella comienza a quitarse la camiseta. He visto a muchas mujeres desvestirse en mi vida, pero no hay nada como ver a una niña de once años quitarse la camiseta. Es una combinación de ingenuidad y desenfreno que se mezcla como el gin tonic. Puedo decir que sabe que está haciendo algo malo, pero quiere hacerlo de todos modos. Alice saca la cabeza por el agujero del cuello y sacude su cola de caballo triunfantemente antes de doblar cuidadosamente su camiseta negra y colocarla sobre una pila de periódicos.
“Es súper lindo”, le digo. Es solo un sostén negro sencillo, justo como me gusta. Nada sofisticado, sin encaje ni estilo, solo tu sostén básico 32A. “¿Cuántos sujetadores compraste?”
“Cuatro”, dice. “Mamá no quería comprar más porque dijo…”
“¿Qué?” pregunto.
“Nada”.
"¿Puedo ver lo que hay debajo?" Pongo una mano sobre su rodilla. "¿Por favor?" Primero sus brazos se deslizan desde los tirantes de los hombros. Luego gira todo el sujetador alrededor de su pecho hasta que el broche está debajo de su barbilla, donde puede verlo. Supongo que necesita algo de práctica para desabrocharlo cuando está detrás de su espalda.
Se quita el sujetador sin ninguna fanfarria, a menos que cuentes el trompeteo victorioso en mi cabeza. El sujetador se une a su camisa doblada sobre la mesa. Intento no mirarla, pero sus pechos en ciernes son irresistibles. En este momento son simplemente protuberancias en forma de cono, coronadas por un par de pequeños pezones del rosa más hermoso, en su pecho por lo demás plano, pero son oh, tan perfectos. Como hipnotizado, lentamente alargo una mano porque DEBO tocarlos.
"Oooh" Alice se estremece cuando la punta de mi dedo roza su areola. Mi polla palpita en simpatía. Decido que la he provocado lo suficiente. Sus piernas cuelgan de la mesa, así que tomo un tobillo con cada mano y apoyo su pie sobre mis rodillas. Luego la dejo hacer el siguiente movimiento.
No tengo que esperar mucho. Manteniendo sus pies sobre mis rodillas, Alice abre las piernas. Su falda de mezclilla es lo suficientemente corta como para permitirme ver su ropa interior desde donde estoy sentado. Hay una mancha húmeda y oscura en la entrepierna. Se me está haciendo difícil contener la baba, así que meto la mano debajo de su falda y tiro de su ropa interior. Alice me ayuda levantando su trasero de la mesa.
Ahora estamos llegando a alguna parte. Pongo mis manos sobre sus rodillas y separo sus muslos. Es una repetición de la escena que acabamos de hacer, pero esta vez no hay bragas molestas en el camino y soy recompensado con una vista sin obstáculos de su raja en todo su esplendor sin vello. Su carne está hinchada hasta el punto de ser regordeta. Le subo la falda para sacarla del camino antes de sumergirme en su cofre del tesoro.
La humedad es la primera sensación. Y la suavidad. La abro para poder admirar los pétalos que adornan su coño. Noto que son exactamente del mismo tono de rosa que los capullos de su pecho. Exploro un poco más antes de finalmente asentarme en el sensible bulto que lo corona todo. En el momento en que hago contacto con su clítoris, Alice se inclina hacia atrás hasta quedar acostada sobre la mesa.
Puedo decir que se está excitando porque las plantas de sus pies siguen presionando contra mis rodillas. Estableciendo un patrón, acaricio su clítoris durante unos momentos antes de descender en picado, en el sentido de las agujas del reloj, usando su labio rosado como guía. Cuando llego al fondo de su raja, exploro hacia adentro, solo un poquito, y luego vuelvo a su clítoris mientras trazo su otro labio en el movimiento ascendente. Hago esto varias veces. Cada vez que hago contacto con su clítoris, los dedos de los pies de Alice se curvan de una manera adorable contra mis muslos.
También exploro cada vez más profundamente cuando estoy en la posición de las seis en punto. Aunque me moría de ganas de penetrarla, también ejercí la paciencia de un santo y nunca llegué tan lejos. Sigo haciendo mi movimiento circular, cada vez más profundo hasta que llego al primer nudillo de mi dedo índice.
Qué demonios. Acaricio su clítoris, me deslizo hacia abajo, pero luego rompo el ritmo empujando suavemente mi dedo dentro de su coño. No hay resistencia en absoluto. Se siente como terciopelo cuando entierro mi dedo hasta la marca de tres cuartos. Miro a Alice, pero tiene los ojos cerrados. Entre la abundante humedad entre sus piernas y sus dedos de los pies curvados, supongo que Alice no tiene objeción a lo que acabo de hacer.
Dejando mi dedo incrustado, uso mi otra mano para acariciar su clítoris. Sus músculos están apretando rítmicamente mi dedo ahora. Alice respira profundamente. Empiezo a follarla con los dedos, teniendo cuidado de ser delicado. Otra respiración profunda.
Jesucristo.
Ella aceptó mi dedo tan fácilmente que no puedo evitar preguntarme si podría tomar mi polla. ¿Tal vez? Su figura de niña es tan delgada como puede serlo. Experimentalmente, retiro mi dedo e introduzco dos dedos, el índice y el medio, uno al lado del otro.
Alice jadea. “¡Oh, Dios!” Su brazo se agita salvajemente, tirando el vaso de leche con chocolate olvidado.
Al instante me siento culpable. “¡Lo siento mucho, cariño!” Saco mis dedos de un tirón, provocando otro jadeo de ella. Ups. “¡Lo siento! Debería haber sido más gentil. ¿Te lastimé? ¡No fue mi intención!”
Se apoya sobre sus codos. “No… quiero decir, sí, está bien”, responde Alice temblorosa.
“¿Te dolió mucho?”
“Solo un poquito”.
“¿Quieres parar? ¿Deberíamos parar?” Me siento como un idiota ahora. Mis manos descansan contritas en mi regazo. Aunque sus pies todavía descansan sobre mis muslos, Alice ha trabado sus rodillas juntas.
“¿Me metiste algo dentro?”, pregunta.
"Fue mi dedo" confieso. Alice tiene una mirada de sorpresa en su rostro. La pillo mirando mi dedo. "Pensé que estaba bien, pero supongo que no. Lo siento mucho."
"Al principio estaba bien." Alice, todavía acostada en la mesa, gira la cabeza para estudiar la leche con chocolate que se ha acumulado sobre la mesa "Lo siento por haber tirado mi vaso."
"No te preocupes por eso. Puedo limpiarlo más tarde" Estoy tratando de pensar en más disculpas, pero se ha vuelto a acostar con los ojos cerrados. Ambos permanecemos inmóviles durante un largo momento. Afuera, las palomas siguen arrullando furiosamente y la brisa se ha calentado considerablemente. Sin decir nada, Alice abre lentamente las piernas de nuevo, provocando una nueva oleada de vida en mi erección marchita.
Suavemente, muy suavemente, esta vez, empiezo a acariciar su clítoris. Su coño todavía está resbaladizo con sus jugos. En todo caso, podría estar incluso más húmedo. Como no me atrevo a introducir un dedo, utilizo mi mano libre para sacar mi polla dura de mis bóxers y masturbarme. Me pregunto cómo reaccionaría Alice si me corriera sobre ella. Aunque ha visto mi polla, la joven nunca la ha tocado, y mucho menos ha presenciado una eyaculación. La paciencia es una perra, pero sé que no hay que apresurar las cosas.
En poco tiempo, la respiración de Alice vuelve a ser pesada y entrecortada. Sus dedos de los pies vuelven a retorcerse contra mis piernas. Inspirado, tomo un tobillo y muevo su pie sobre mi erección, dejando que su planta presione contra él. "¿Puedes sentir eso, Alice?", le pregunto suavemente.
"Sí".
"¿Sabes qué es eso?" Su pie está manoseando experimentalmente contra mi polla dura como una roca. Yo le correspondo empujando hacia atrás contra sus movimientos. Incluso puedo sentir sus dedos de los pies curvarse contra mi eje. Su dedo gordo se mueve contra la cabeza de mi polla morada.
"Sí."
"¿Qué es? Dime."
"Es… es tu… Ohhh…" Alice se viene de repente sin previo aviso. Mi pulgar aplasta contra su clítoris, tan fuerte que puedo sentir su hueso pélvico debajo. Alice jadea y gime en la mesa de la cocina mientras el orgasmo la arrastra. Estoy fascinado por su placer preadolescente. Ella se monta en una ola durante varios segundos antes de que su cuerpo finalmente deje de convulsionar. Su pierna ahora cuelga flácida, pero mi polla todavía está debajo de su pie. Uso mis músculos para flexionar mi pene hacia arriba, recordándole su presencia.
Alice abre los ojos de golpe. "¡Oh, Dios, mira la hora!" exclama. "Voy a perder el autobús. Agarra su sujetador y su camiseta y luego se desliza fuera de la mesa. Le toma diez segundos volver a ponerse la ropa antes de correr a su dormitorio. Alice, con la mochila colgada del hombro, se apresura hacia la puerta, donde se detiene para ponerse los zapatos.
“¿Necesitas un almuerzo?”, pregunto, sintiéndome un poco superflua.
“Estaré bien”, responde Alice. “Tengo que irme. ¡Adiós!”.
Y así, se fue. De repente, me siento avergonzada porque estoy sentada en la mesa de la cocina con mi pene todavía afuera. Mi erección ha disminuido un poco, pero todavía me duele el deseo. Recupero la ropa interior olvidada de Alice del piso de la cocina. ¿Tuvo tiempo de agarrar un par nuevo en su dormitorio? Probablemente no.
La idea de que se vaya sin ropa interior hace que mi erección sea más firme que nunca. Le doy la vuelta a su ropa interior y la coloco ingeniosamente sobre mi pene para que la entrepierna esté perfectamente alineada con el líquido preseminal que rezuma de la cabeza. Luego pienso en lo maravilloso que se sintió cuando tenía mi dedo dentro de la niña preadolescente.
Sonrío para mí misma. Si bien me veo obligada a ser paciente con Alice en el mundo real, mi imaginación no tiene tales restricciones. Sin embargo, con paciencia o sin ella, sé que es solo cuestión de tiempo hasta nuestro próximo encuentro. Ya estoy planeando cómo podría desarrollarse.
Mudarme a San Diego fue la decisión correcta después de todo.
Continuará

Colegiala, la nena de la familia, Parte 02 (de Ariel el Argentino)
15 de diciembre de 2024 en Relatos SDPA, Jovencitas, Incesto, LGBTQ+
-¿¿Te gusta así Hijo de Puta?? ¿Te gusta? ¿Eh? ¡¡Mmmmm!! - Decía Jazmín jadeando descontrolada. Se movía frenéticamente mirándome fijo con sus hermosos ojos verdes y su sonrisita diabólica, de esas que solo le salen cuando se descontrola. Sus uñas se clavaban en mi espalda provocándome cierto dolor muy placentero. Mi verga entraba y salía de su vagina una y otra vez. Jazmín Saltaba sobre mí, cabalgaba como la mejor Cowgirl.
Los vidrios del auto estaban totalmente empañados. Hacia rato no estábamos tan calientes. Apenas si yo tenía los pantalones desabrochados y ella con su faldita enrollada en la cintura y su bombacha corrida hacia un costado. Estacionamos en un lugar solitario y nos entregaos al placer mas desenfrenado. No hubo mimos y carisias, sino el sexo duro y puro.
Jazmín brincaba sobre mi verga. Le gustaba esa posición, tener todo el control. Mi boca mordía y mis dedos pellizcaban sus pezones puntiagudos. Su carita de gatita era una de las cosas que me enamoraban de Jazmín. Se retorció y me mordió el hombre jadeando con fuerza, sus orgasmos tenían eso, poderosos y electrificados. Luego se bajo de mí y sin muchos preámbulos agarro mi pene duro y ardiente para comenzar a lamerlo.
-Mmmm... ¡Aaahh!.. ¿Te gusta así Papi?...- Había cambiado de rol. Antes era una gata salvaje, ahora jugaba a ser una nenita inocente. Pegaba lametones a mi verga como si fuera una paleta de caramelo y me miraba con carita inocente.
-¿Esta bien así señor?- Preguntaba Jazmín tragando lo mas que podía de mi verga.
-Sos una nenita bien Puta, y si, esta muy bien así- Le acariciaba sus cabellos. Cuando ella jugaba a la nena de esa manera es que quería recibir unas caricias. Aunque tal vez me equivoque esa vez y ella quería sexo forzado, porque me apretó la verga bien fuerte riendo.
-Mmmm ¿Te gustas las nenas de escuela Papi?... - Seguía Jazmín. La tumbe sobre el asiento bruscamente. Jazmín nunca dejaba de sonreír. Como un hombre de las cavernas me tire sobre ella y la penetre en su conchita nuevamente. Jazmín me rodeo con sus piernas y comenzó él mete saca frenético. Me mordía la oreja y me susurraba cosas. Cuando estaba muy caliente le gustaba decir cosas guarras, cosas que la excitaban.
-¿Te gustaría cogerte a mi hermanita con su uniforme de escuela Papi?- A veces la mente de Jazmín era un misterio. Este tipo de preguntas durante el sexo la excitaba mucho... a mi me excitaba mucho.
-La partiría en dos con mi verga como té parto a vos- Decía yo y Jazmín se excitaba aun más. Jadeaba y gemía alcanzando orgasmos tremendos. Por mi mente se cruzaba la carita Angelical de Jesse... Embestí más fuerte a Jazmín. Ella me agarró de la nuca y quedamos con las cabezas bien juntas, frente con frente, mirándonos fijamente a los ojos.
-¡Aahhhhh!...¿Te gustaría que estar con las dos juntas?...- Decía Jazmín con tono desafiante, con una mirada diabólica. Mi verga entraba y salía de ella más fuerte, más rápido.
-Las tres, las culearía a las tres juntas Putita...- Estábamos a punto de acabar.
-¿Luciana también diablito? Seguro te vuelven loco esas tetotas que tiene... !!Aaahhhhhhhhhh!!...-
-¡Unas tetas tremendas, se las chuparia toda la vida!- Jazmín comenzó a acabar gritando, comencé a venirme dentro de ella cargando su conchita con chorros y chorros de leche. Nunca dejamos de mirarnos, teníamos orgasmos simultáneos. Quedamos jadeando los dos, transpirados. Ella se coloco arriba mío dándome besitos en el cuello. Le acaricie el cabello.
-Sos un pervertidito... - Me dijo riendo. Yo me reí con ella. Nos acomodamos la ropa y salimos con el auto de ese lugar. A veces no podía creer que semejante chica fuera mi novia. Rubia, ojos verdes, cuerpo de modelo un una gata salvaje en la cama. Era perfecta, salvo.... el tema del sexo anal. Peor también estaban sus hermanas y...
-¿Sabes? Creo que más adelante me voy a poner las tetas, unos centímetros mas no me vendrían mal ¿No?- Me pregunto agarrandose sus tetas por encima de la remera. A mí me parecía que estaban mas que bien, entraban perfectamente en mis manos.
-¿A que viene eso? Sabes que no te hace falta ponerte nada para ser mas linda.- Ella se quedó mirando por la ventanilla.
-Luciana tiene unas tetas increíbles, todos se babosean cuando la ven...- La mire levantando una ceja. -... No me mires así porque vos también le miras sus tetas...- Dijo riendo. -... Y Jesse ya las tiene las grandes que yo, crece muy rápido, no me quiero quedar atrás... – Todo lo que decía era verdad. Jesse crecía de manera abrumadora, y de las tres hermanas, Jazmín era la que tenia pechos “normales”, Luciana era muy voluptuosa (Y cuando digo muy es muy) y Jesse seguía el mismo camino. No sé a donde iba Jazmín con esto, ella nunca sintió celos de las tetas de sus hermanas... había otra cosa.
-A mi me gustas así, pero si queres ponerte tetas yo te “apoyo”...- Le dije y Jazmín sonrió. Luego se puso seria y me dijo.
-¿No crees que ya es hora de que nos comprometamos?- Sabia que Jazmín quería decir otra cosa.
“Creo que Jesse esta enferma, necesita tu verga en su culito para curarse”.
“¿No te gustaría chuparme las tetas junto a mi hermanita?
“¿Te imaginas a las tres hermanitas juntas con vos? ¡Ah! Cierto que tu novia no sabe nada”
“Cuándo vengas a casa te voy a chupar bien su hermosa verga ¡Algo debes tener que a mis hermanitas las volves locas!”
“¿No te gustaría culearte a mi mama también?... Mmmm... ¡Me caliento de solo pensarlo!”
Esos son solo algunos de los mensajes de texto que me enviaba Luciana, la hermana mi novia Jazmín y Jesse. Luciana me ponía muy nervioso. Desde que ella y su novio participaron en esa “Orgía ocasional” me acosaba a cada momento y oportunidad. Si yo era un pervertido por meterle los cuernos a mi novia con su hermana menor, Luciana era una terrible pervertida.
No a pasado mucho tiempo si eso es lo que creen. Solo pasaron unas semanas sin que pasara nada. A pesar de que mi mente voló hacia el infinito con lo que paso. No deje de sentirme mal por meterle los cuernos de esa manera a Jazmín... y por convertir a Jesse en una... Putita. Desde esa vez Jazmín se comportaba como la mejor novia del mundo ¡Me pidió comprometernos! (Comprometerse significa llegar a lo más formal de un noviazgo, es un gran paso en una pareja y hasta se llevan alianzas y todo...) ¿Cómo podía comprometerme con Jazmín si no podía para de pensar en su hermana menor... hasta también su hermana mayor? No significa que no la amaba, ¡No! Pero soy un hombre y tengo mis debilidades, no puedo controlarme al estar seca de Jesse, me es imposible hacerlo. Ahora mas que nunca.
Desde esa “Orgía ocasional” todo avanzo fenomenalmente con Jazmín, pero retrocedió con Jesse. Ya van a entender lo que digo.
Jesse volvía a ser la de antes. Esa chica pura inocencia e ingenuidad que tanto me vuelve loco. Volvía a ser una chica callada, recluirse en su timidez y correr a esconderse cuando me veía cerca. Me sentía mal por ella, pero también eso me encendía. Jesse tenía esa ternura que Jazmín no tenia.
Cuando visitaba la casa de mi novia era todo un tema. Jazmín era puro amor. Me abrazaba y nos besábamos frente a la familia. Sus padres estaban mas que satisfechos conmigo, el “novio” ¡Si supieran que lo había hecho con la nena de la casa, la hermanita de mi novia!. Jesse miraba con ojitos melancólicos como Jazmín y yo nos tomábamos de la mano, nos hacíamos mimos o nos besábamos. Cada vez que quería hablar con ella, Jesse salía corriendo y se encerraba en su cuarto.
Pero el gran drama era cuando estaba Luciana. Un viernes me invitaron a cenar. Estábamos todos, Jazmín, Jesse, Luciana y los padres de ella. Mirar a las tres hermanas era como ver tres fantasías sexuales frente a mí. Luciana era una perra total, la muy hija de puta sabia que tenia un cuerpo increíble, y lo mostraba sin el más mínimo pudor. Incluso frente a su familia. Esa noche iba vestida con una musculosa muy escotada, muy ajustada de color blanco. Sus tremendas tetas, enormes y redondas como pelotas de básquet se remarcaban tanto que uno podía verle claramente los pezones a través de la tela. Tenia una diminuta minifalda de negra que al sentarse dejaba ver todas sus piernas y muslos mas que apetitosos. Se maquillaje la hacia ver como su fuera una Femme Fatal, pestañas bien negras, ojos delineados, labios rojo bien brillantes... ¿Cómo es que su padre no le decía nada de cómo nadaba vestida? ¡Cada vez que la miraba inevitablemente mis ojos se desviaban hacia su escote!
Jazmín era otra cosa. Una opción distinta a la voluptuosidad y exhibicionismo de su hermana mayor. Siempre estaba bien arreglada. Tenía una camia blanca ajustada a su curvilíneo cuerpo y una falda que destacaba la redondez de su cola. Siempre tenía los cabellos con algún peinado a la moda, pero nada extravagante. Sus botas de caña alta negras, sus pulseras de plata y si fino maquillaje me hacían creer que estaba de novio con una modelo. Su mirada picara y su sonrisita me enamoraban. En medio de la comida me hablaba al oído y hacia chistes, o me tomaba de la mano y la apretaba durante un buen rato.
¿Que más podía pedir de ella?
Luego estaba la hermanita menor... oh si, estaba Jesse. Ella en unas semanas iba a cumplir años. Pero todavía seguía siendo la beba da la familia. Jesse es la opción tierna, dulce y angelical. Comía despacito, con sus hermosos ojos celestes mirando el plato. Cada vez que nuestras miradas se encontraban, ella se sonrojaba totalmente y volvía a bajar la cabeza. Era tan tierna... Esa noche traía un vestido que trataba de ocultar las insinuantes formas de su crecido cuerpo. Era celeste como sus ojos pero ya nada podía ocultar mucho sus apetitosas tetas, que eran ya algo más que grandes. Tenia medias y pantuflas, en evidencia que no salía mucho de su casa y por ello no necesitaba vestirse muy producía. Pero no falta hacia, a mí me encantaba así. Con sus rubios cabellos atrás en dos coletas que caían a los costados de su cabeza. Mirándola así, tan inocente y tímida, se me venían a la mente los hechos que habían vivido con ella ¿Cómo fue que una chica no era virgen por ninguno de sus agujeros y ya había estado en una orgía? ¡Ah claro, era mi culpa!
-¿Podes dejar de mirarle las tetas a Luciana?- Me dijo Jazmín al oído con su mano en mi entrepierna, me apretó los huevos muy fuerte. Casi escupo toda la comida. Luego me miro con u sonrisita maliciosa y siguió comiendo.
-¿Cómo va en facultad Javier?- Me pregunto el padre. Y comencé a decirle lo bien que me iba, que esto y lo otro. Jazmín Charlaba con su madre sobre ir de compras al día siguiente. En eso siento algo en mi entrepierna. Mire a Jazmín porque creí que era ella de nuevo, pero no. Mire un momento y vi un pie. Luciana estaba frente a mí mirándome y riendo contenida. Su pie me masajeaba mi verga lentamente mientras yo charlaba con su padre.
-Parece que le va muy bien en facultad, ¿No es cierto Papi?- Decía Luciana a su padre sin dejar de masajearme la verga con su pie. Jazmín todavía seguía charlando son su madre. Jesse miraba de reojo la conversión. Mi verga iba cobrando tamaño sin poder evitarlo. Apenas si podía seguir manteniéndome norma mientras charlaba.
-Creo que es el mejor novio que tuvo Jazmín, ¿No Papi?- seguía Luciana con juego. Su padre asentía y decía lo bueno que era yo y lo bien que le caía.
-¿Interrogando a mi novio?- Pregunto Jazmín uniéndose a la conversación. Su padre reía. Mi verga estaba bien dura, Luciana no dejaba de masajearla. La muy Puta inflaba su pecho y me mostraba su escote.
-Hablábamos del buen novio que tense Jazmín ¿Vos que pensas Jesse, no es el novio ideal ara Jazmín?- Pregunto Luciana mirando a su hermanita y sin dejar de masajear mi verga. Jesse levanto la mirada completamente colorada atragantada con la comida.
-Ella es muy chica para pensar en novios todavía- Dijo su padre severo.
-Espero que al día que tenga novio, sea uno tan bueno y buen mozo como Javier...- Dijo la madre. Jazmín me miro, yo estaba ya transpirando por los masajes de Luciana bajo la mesa. De un manotón saque el pie de ahí, si Jazmín veía lo que hacia su hermana, se armaba el escándalo.
-¡Un chico como Javier seria ideal para Jesse!- Exclamo Luciana riendo. Jesse no sabia donde esconderse.
-Es verdad Jesse ya esta grande y debe tener un montón de pretendientes- Dijo Jazmín.
-Termine, me pue... ¿Puedo retirar?- Tartamudeo Jesse y se fue a su cuarto roja como un tomate.
-Nada de novios para “MI NENA”- Concluyo el padre dando fin al tema del “novio” de Jesse. Me sentí como si tuviera una soga en el cuello... Y Luciana me había dejado más que caliente, caliente en todo sentido.
Antes de irme, fui al baño. Jazmín se quedo charlando con sus padres en la cocina. Se me pasó por la mente ir al cuarto de Jesse y ver que le pasaba, me tenía muy preocupado mi colegiala. Pero si tardaba mucho Jazmín me vendría a buscar o algo, así que deseche esa idea. Entre al baño de la planta baja. Y cuando termine de orinar, abren la puerta del baño cuando tenia mi pene todavía afuera del pantalón.
-¡Ocupado!- Dije tratando de guardar mi pene, pero cuando vi que la que entraba y cerraba la puerta tras de si era Luciana, deje de hacerlo. La mire de arriba abajo, ¡Qué cuerpo tenia la muy hija de puta!
-¿qué haces acá, Jazmín...?- Intente decirle recordando de Jazmín estaba a solo unos pasos, en la cocina junto a sus padres.
-¿Y no es divertido eso? ¿Qué te puedan descubrir?- Dijo ella riendo mientras se pegaba a mí y me agarra la verga con una mano. De solo sentir el tacto de esos dedos mi verga se endureció con una rapidez inhóspita.
-Esta mal Luciana, si te van a acá conmigo...- Como Luciana a pensar de ser la mayor de las tres hermanas, era bajita. Me miraba a la cara sonriendo mientras movía muy rápido su mano sobre mi verga, que ya estaba más que dura.
-¿Juegas con la putita de mi hermana pero no queres jugar conmigo?- Me pregunto riendo mientras con su mano libre se apretaba sus enormes tetas. La paja que me estaba haciendo me hacia entrar en ebullición. Me controlaba como podía. Tener a semejante mujer ante mí, con ese increíble culo, esas enormes tetas... Pero no la tocaba, mantenía mis manos a los costados sin hacer nada. Si lo hacia, si llegaba a tocarla, no me podría controlar y no pararía hasta poseerla.
-Jaz... Jazmín no es ninguna Putita- Luciana soltó una risita maquiavélica sin dejar de mover su mano sobre mi verga. Sabia que estaba a punto de hacer acabar.
-¿Jazmín? No ella, no, Jazmín es una cornuda... La putita es mi hermana menor...- Me pajeaba mas fuerte, su mano subía y bajaba a gran velocidad. Pense en Jazmín, si llegaba a entrar al baño se armaba el escándalo. Pensé en Jesse, me excite más. Sentí mi orgasmo a punto de llegar. Unos segundos más y eyecularia leche por toda la mano de Luciana.
-Bueno, ya esta- Dijo Luciana soltando mi verga y dirigiéndose a la puerta del baño. Me quede estupefacto con mi verga latiendo.
-Pero... sos una hija de puta- Le alcancé a decir. Ella solo me miró riendo mientras meneaba su culo y salía del baño. Me quede parado mirando a la puerta cuando siento la vos de Jazmín.
-¡Javier!- Mierda, me guarde la verga como pude, meterse la verga erecta en los pantalones nos es muy cómodo que digamos. Salí del baño justo cuando Jazmín llegaba.
-Ah, saliste, creí que te sentías mal o algo, como tardabas tanto...- Me dijo ella preocupada.
-No no... no pasa nada, me... me sentí un poco mal pero ya me siento mejor... – Le dije y tenia algo de verdad. ¡Su hermana Luciana me habia dejado hirviendo!
-¡Pobrecito!- Me dijo Jazmín abrazándome y dándome besitos.
-Que tiernos son... espero que no pase nada que los separe- Dijo Luciana detrás nuestro. Jazmín la miro sonriendo, pero yo sabia que se refería a otra cosa. Al final, me tuve que ir a casa con una calentura terrible. Luciana era una pervertida que jugaba conmigo muy perversamente. Me masturbe pensando en las tres hermanas. Por mi mente paso Jazmín, paso Luciana... y Jesse. Tenia que hacer algo con ella. Eyecule como nunca.
Como no encontraba momento de estar a solas con Jesse, al día siguiente fui a la salida de su colegio a buscarla. Fui caminado, así me despejaba un poco. Tener en la mente a les tres hermanas era agotador. Todavía no le había dicho a Jazmín si nos comprometíamos, me daba mala espina el juego perverso de Luciana... y quería ver que le pasaba a Jesse. Espere en la vereda de enfrente al colegio. Mierda, como me gustaba hacer eso. Desde que Jazmín había egresado de la secundaria no lo hacia. Ver a tantas chicas en uniforme de colegiala me volvía loco. Recuerdo que cuando salía Jazmín, ella se destacaba por sobre las demás. Jazmín era la”chica popular”. Sus compañeros me miraban con cierto odio al ver como Jazmín me saludaba con un beso en los labios. Me fascinaba verla con esa cortita faldita escocesa.
Ahora a la que buscaba era a Jesse. Empezaron a salir todos los colegiales. Eran muchos, mas que antes. Había chicas muy bonitas, algunas rodeadas de chicos y chicas como era Jazmín un par de años atrás. Me imagine a Jesse como la chica popular. Tenia todo para serlo, era bonita, muy bonita. Con un cuerpo increíble que en unos años seria tremendo. Pero al verla caí en la realidad. Jesse no era así, Jesse no tenía la personalidad de una chica popular. Y al verla me fue confirmado. Salía caminando despacio junto a una amiga. Nadie la miraba con interés, ni tampoco parecía tener muchos mas amigos que esa chica.
-Que estúpidos con los chicos de este colegio- Me dije a mí mismo la ver como casi todos los chicos miraban con deseos a una chica de pelo negro que sé hacia la linda. No le llegaba ni a los talones a Jesse. Ella estaba hermosa, como siempre. Su uniforme le quedaba grande. Su faldita escocesa le llevaba casi hasta las rodillas. Y su camisa era holgada, pero si uno miraba bien (como yo) podía notar unos pechos grandes. Tenia sus cabellos rubios peinados con una trenza y cargaba una gran mochila. Saludo con un beso en almejilla a su amiga y se fue caminando sola hacia su casa.
La alcance a los pocos metros.
-Jesse- Dije detrás de ella. Ella miró hacia atrás y abrió sus ojos sorprendida. Tenia unos ojos preciosos, celestes como el cielo. Se sonrojo inmediatamente. Pero luego bajo la mirada y sonrió.
-Hola...- Me dijo en vos bajita.
-¿Te puedo acompañar?-
-Bueno...- Me contesto. Caminamos uno al lado del otro sin decir nada. Agarre su mochila y la lleve yo a pesar de que se negó. ¿Qué llevaba ahí dentro? Pesaba mucho.
-Te extrañe mucho estos días, ¿Sabes?- Le dije de pronto. Ella se volvió a sonrojar.
-yo... yo también. Pero, pero...- No le salían las palabras. Se veía tan tierna. Me daban ganas de abrazarla y llenarla de besos ahí mismo. La guié caminando hacia una plaza tomándola de la mano. Ella sonrió de una manera tan dulce que me hizo erizar la piel. Sentir de nuevo su piel me fascinaba. Era muy bonito caminar tomados de la mano. Jesse se dejo llevar y la balanceaba. Llegamos a una banca que estaba oculta entre unos árboles y arbustos. La Plaza no estaba muy concurrida así que teníamos cierta intimidad. Nos sentamos en la banca. Jesse se miraba las manos mientras se las retorcía.
-¿Qué pasa bonita?- Pregunte colocándole un mechón de sus cabellos tras la oreja. Jesse suspiro el sentir mi mano.
-es que... yo... debes... debes pensar que soy...- Comenzó a decir ella casi llorando.
-¿Que sos que?-
-Que... que soy una Pu... una Putita- Me dijo escindiendo su cara entre las manos y comenzando a sollozar. ¿Pero de donde haba sacado eso? La abrase y ella sé reconformo entre mis brazos llorando.
-¿Cómo voy a pensar eso?...- Comencé a decirle mientras acariciaba sus cabellos. – Si sos la chica mas dulce y tierna que conocí en mi vida... ¿Vos crees que te extrañaría tanto si pensara así? No sé quien te dijo eso, pero esta equivocado... –
-¿En... Enserio?- Me pregunto algo mejor.
-Claro Bonita-
-yo creí... creí que no me quería mas... por... por... por las cosas que hice y...-
-Lo que haces o podes hacer es increíble y ninguna chica puede hacerlo como vos... solo te hace más perfecta de lo que sos Bonita... A mi me encanta como sos, pero si a vos te molesta...-
-No, es que.. – Intento decir Jesse pero le di un suave beso en sus rozados labios. Ella cerró los ojos y me beso. Nos besamos como dos enamorados en la plaza donde cualquiera nos podía ver. Saboreé sus labios como si nunca hubiera besado a nadie. Jesse me correspondía jugando con mi lengua cada vez mas apasionada. La abrace más fuerte, aferrándola a mi cuerpo. La deseaba, el tiempo que no nos vimos la desee como nunca. Mis manos recorrían su cuerpo que tanto me volvía loco. Fui recorriendo sus piernas hasta llegar a sus muslos. Mi otra mano se metió bajo su camisa. Jesse jadeo al sentir al tacto de mis manos en su cuerpo. Recorrí su abdomen hasta llegar a su sostén. Comencé a besarla en el cuello. Jesse suspiraba y gemía despacito, encendiéndose cada vez más. Mi mano apretó sus pechos. Baje el sostén y comencé a jugar con sus pezones erectos. Mi otra mano se colaba entre sus piernas y llego a su bombachita.
-Nos... nos pueden... ver... - Me jadeo al oído. Esa vocecita de nena inocente que no era actuada me excitaba más. Mis dedos corrieron su bombachita y comenzaron a masturbarla lentamente. Jesse temblaba y jadeaba mientras le comía la boca a besos.
-Nos.. aahhhuu.. Van a veeer...Aaahhh...- Jadeaba Jesse ya perdida en un mundo de placer. Un mundo perverso en el que yo la introducía cada vez más y no tenia retorno.
-Nadie nos va a ver... nadie... solo estamos vos y yo...- Le susurraba al oído. Mis dedos la masturbaban cada vez más rápido. Apretaba sus deliciosos pechos haciéndola jadear aun más. Mi pene pedía libertad en mis pantalones. Baje el cierre y guié unas de las delicadas manos de mi colegiala hacia ahí. Jesse ya estaba perdida. Agarro mi verga durísima con sus dedos. Sentí una corriente eléctrica el sentir su piel. Comenzó a pajearme como le había enseñado. Ella era Mi colegiala. Mi colegiala no había olvidado nada de lo que aprendió.
-Aaahhhhmmmmm...- Jadeaba Jesse apretando los labios tratando de contenerse. La ayude con eso. Poco a poco fui bajando su cabeza hacia mi entrepierna. Ella se dejaba hacer. Mis dedos en mi entrepierna se introducían en su vagina provocándole espasmos. Sentí sus labios en mi glande, no hizo falta empujar. Jesse se fue introduciendo mi verga poco a poco mientras la degustaba con su lengua. El placer era increíble.
-Mmmmmssshhp...- Emitían sus labios que me succionaban la vida. Mamaba con pasión, masturbando con una mano y bajando y subiendo su cabeza. Mis dedos entraban y salían de su mojada vagina haciéndola delirar. Estamos en una plaza... en una plaza. Mire a mí alrededor gozando como nunca. Una señora pasaba detrás de los árboles por la senda. Una chica miraba a sus dos hijos pequeños jugar en el tobogán. Un señor leía el diario en una banca. Y yo, semioculto entre los árboles, recibía la mejor mamada de mi vida de la colegiala perfecta. Si alguien miraba en nuestra dirección nos podía ver. Iba a ver a un muchacho sentado y a una jovencita subiendo y bajando su cabeza mientras recibía dedos en su entrepierna. Era muy excitante, demasiado excitante la situación. Jesse mamaba más rápido, mis dedos la taladraban. Jadeaba cada vez mas fuerte con su boquita llena de carne caliente. Comenzó a temblar. Su cuerpito convulsionaba y me apretaba la verga con fuerza dejándola quita entre sus labios. Jesse estaba acabando. No pude retrasarlo más y comencé a venirme en potentes chorros dentro de su boca. Jesse como podía tragaba y tragaba, pero su orgasmo, y la cantidad de leche se lo impedía. Un poco de leche se le escurría por la comisura de los labios. Quedamos jadeando. Ella recostada en mis piernas mirándome pensativa. Vi mi leche en sus labios chorreando. Muy suavemente con mis dedos la fui juntando. Jesse abría la boca y me chupaba los dedos. Era como dar de comer a una gatita mimosa. Luego me miro con una sonrisita muy dulce.
-Hola- Le dije sonriendo.
-Hola...- Me dijo ella.
-Te extrañe mucho ¿Sabias?
-Yo te extrañe mas...- Me dijo riendo algo sonrojada.
Camine junto a Jesse por la cuidad. Ella mandó un mensaje a su Madre diciendo que se quedaba hasta la tarde en casa de una amiga a estudiar. Puse mi brazo en forma de jarra y ella cruzo el suyo. Caminamos muy juntos por lugares donde nadie conocido nos podía ver. No podía dejar de mirarla. Hablábamos de tonterías, nada referido al sexo. Me encantaba verla sonreír, hablar con soltura. Era una colegiala preciosa. El tiempo paso volando junto a ella. Mientras volvíamos hacia su casa, le pregunte quien le había dicho que era una “Putita”. Jesse se sonrojo totalmente y me dijo “Me da vergüenza”. Era tan dulce.. Pero tenia que saber. Aunque ya presentía saber quien era.
-Quiero decírtelo... pero... pero... - A Jesse no le salina las palabras cuando estaba muy tímida o nerviosa.
-Si queres podes escribirlo y me lo mandas por E-mail, ¿Qué te parece?- Ella sonrió y dijo “Bueno”. Al final la acompañe hasta la casa. Su madre nos miró raro al vernos llegar juntos.
-La encontré mientras venia para jaca y decidí acompañarla, no quería dejarla sola en la calle... - Le dije muy naturalmente.
-Ah, bueno. Sos muy buen chico Javier... - Me dijo ella con una extraña sonrisa. Al rato llegó Jazmín. Se alegro mucho de ver a su novio en casa.
Había vuelto a mis jugarretas. Con Jazmín la relación se afianzaba cada vez más y más. Y el sexo... Mierda, el sexo con Jazmín era increíble. Pensaran que el sexo con Jesse era mejor ¿No? No, era distinto... E igual de increíble. Luciana era una cosa terrible, sabia como usar su voluptuoso cuerpo y calentar hasta a un muerto. La muy hija de puta ya me tenia las bolas llenas. Me calentaba todo el tiempo y cada vez que podía. Me tocaba disimuladamente, me fregaba su tremendo culo contra mi bulto. Me mostraba descaradamente su escote para que vea sus tremendas tetas... Y siempre me dejaba hirviendo. Además estaba Jesse... ella me daba miraditas muy dulces a escondidas. Prácticamente no tenía tiempo o momentos de estar a solas con ella. Luciana siempre revoloteaba a nuestro alrededor buscando la oportunidad de hacer de las suyas. Y cada ve que miraba a Jesse deliraba. Imagínese tener a la colegiala de sus sueños tan cerca, tan cerca... y no poder hacer nada. Cada vez que la veía con ese uniforme, dios, me volvía loco de deseo.
Tenia pensamientos en la cabeza por lo que le hacia a Jazmín. La amaba, pero debía muy bien que lo que hacia no era para nada justo. Pero esos pensamientos los dejaba bien escondidos en el fondo de mi mente. Mi instinto animal me decía que viva el momento y no piense en compromisos.
El viernes siguiente después de cenar en casa de Jazmín (Y sufrir los acosos de Luciana y gozar de las miraditas de Jesse) Salimos a una disco a divertirnos. Jazmín fue vestida de tal manera que quitaba la respiración. Una minifaldita de cuero negra ajustada a su redondito culo y una camisa semitransparente ajustada que no dejaba nada a la imaginación. En la disco además de divertirme con ella, tuve que ocuparme de alejar a varios hombres babosos de su alrededor. Ella se encontró con unas amigas de la facultad y se pusieron a festejar no sé que. Comenzamos a beber tragos de todo tipo. Pero me recate al pensar que tenia que manejar el auto. Jazmín y sus amigas bebían y bebían. Luego salimos a bailar, a pesar de que no me gusta bailar. Pero Jazmín estaba tan borracha que era muy divertido. Luego siguieron tomando hasta quedar ya muy borrachas. Y viendo que la noche no daba para más, decidí que era hora de irnos. Tuve que llevar en el auto a las tres amigas de Jazmín, no podía dejarlas solas en ese estado.
-Que buen novio tenes Jazmín-
-Es tan bueno, nos lleva a casa, pero yo me quería quedar...-
-es muy bonito Jazmín... - Decían sus tres amigas riendo en el asiento de atrás del auto. Jazmín estaba a mi lado también riendo. Todas borrachas.
-Nos lo podrías prestar un ratito para jugar Jazmín...- Decían sus amigas y se descostillaban de la risa.
-Él es solo mío y de nadie más. Además seguro que el no quiere que lo preste... ¿O queres que te preste Javi?- Me dijo Jazmín acariciándome la entrepierna. Me imagine enfiestándome con todas ellas. Eso si seria una buena noche.
-Yo hago lo que vos me digas...- Le dije sonriendo.
-¿Lo que yo diga eh?... ¿Y si te digo que tengamos sexo con todas mis amigas lo arias?- Me dijo Jazmín Apretando mi bulto. La cosa iba por buen camino.
-Claro, si vos me dejas y queres que lo haga... yo lo hago...- Las amigas de Jazmín rieron emocionadas. Una de ellas miro por la ventanilla y comenzó a gritar “Acá, Acá”. Era su casa, y se bajaron dos chicas porque una se quedaba a dormir con ella. Bueno, quedaban Jazmín y una amiga, todavía podía haber “Fiesta”.Jazmín me masajeaba el bulto mientras yo manejaba.
-¿Cuándo me prestas a tu novio Jazmín?- Le pregunto su amiga riendo.
-mmm... No sé, tengo que pensarlo. Aunque... Mira como esta- La amiga de Jazmín se apoyo detrás de mí y miro como la mano de Jazmín masajeaba mi bulto que estaba bien hinchado bajo su pantalón.
-seguro que a él le gusta si jugamos un ratito ¿No?..- Dijo si amiga recorriendo mi pecho con sus manos. Jazmín seguía masajeándome el bulto y comenzó a darme besitos en el cuello. ¡Apenas si podía manejar con las dos haciendo lo que hacían! Las manos de la amiga bajaban para encontrarse con las manos de Jazmín en mi bulto. Ella mientras Jazmín me besaba el cuello, comenzó a morderme el lóbulo de la oreja. Me aferré al volante para no descarrilar el auto. Tenia que estacionar, y tenia que hacerlo enseguida.
-¡Acá!- Grito su amiga de pronto. -... Esta es mi casa. Bueno, los dejo solitos...- Dijo cuando frente y se bajo del auto. Jazmín me miro y comenzó a reírse. Yo estaba que hervía, no bien estacionara el auto agarraría a Jazmín y la poseería como nunca en su vida.
-¿Te gusto Picaron?- Me decía Jazmín riendo. Yo manejaba ahora hacia su casa.
-A vos te gusto más ¿No?- Le pregunte, ahora que estaba borracha ella estaba mas suelta y tal vez podría sacarle algo.
-No estuvo mal... tendríamos que hacer... No, Mejor no...- Decía Jazmín riendo.
-¿No te gustaría hacer un trío?- Jazmín me miro y comenzó a reír a carcajadas.
-¡Sí! ¡Con una chica!- Exclamó ella de pronto.
-¿Qué chica?-
-Que sé yo, alguna... – Decía ella. Había llegado al frente de su casa. Estacione y sin mas abrace a Jazmín y comencé a besarla. Ella se dejó hacer por unos momentos mientras mis manos se metían por debajo de su ropa.
-vamos adentro, tengo frió...- Me dijo y abrió la puerta del auto dejándome bien caliente. Entre con ella a la casa tratando de no hacer ruido. Jazmín apenas si podía caminar. Y cada vez que tropezaba con algo se reía tapándose la boca con la mano. Llegamos al living y ella se tiró en el sofá rendida. Me acerque a ella para comenzar a “jugar” pero ni bien recostó la cabeza quedo completamente dormida.
-¿Jazmín?-
-Mmmmmm...- Decía ella entre sueños acurrucándose. Mierda, mierda, mierda. Parece que me iba a quedar caliente sin hacer nada esa noche. Cargue a Jazmín en mis brazos y subí las esclareas hacia su cuarto lo sin hacer ruido. La acosté en su cama, le saque sus botas y la faldita. Ella se acurrucó y entre sueños me dijo:
-Acostate conmigo...- Pero agarro una almohada creyendo que era yo y la abrazo. Ronroneaba como una gatita así dormida. La casa estaba completamente en silencio. Fui al baño y volví a cuarto de Jazmín. Me disponía a dormir con ella unas horas antes de que se despierten sus padres. Pero se me ocurrió hacerle una visita a Jesse. Estaba bien caliente y con Jazmín en ese estado no podía hacer nada. Salí del cuarto y me dirigí al de Jesse. Escuche un ruido y pensando que era alguno de sus padres corrí al baño y me encerré ahí dentro. Vi como el picaporte se movía, pero pense que no había nada de que preocuparme, No hacia nada mal o. La puerta se abrió y pareció Luciana. Ella cerró la puerta detrás de ella. La mire de arriba abajo. ¡Que cuerpo tenia la hija de puta! Tenía solo puesto una remera larga y evidentemente nada debajo. Se le veían sus piernas en todo su esplendor y se notaban claramente los pezones de sus tetotas. Llevaba sus largos cabellos rubios sueltos y me miraba con una sonrisita.
-¿Querías visitar a mi hermanita en medio de la noche? Sos un chico malo, muy malo...- Decía y reía.
-Trajiste a Jazmín muy borracha, seguro le metiste su verga sin que ella se enterara ¿No es cierto? – Comenzó a caminar hacia mí. Yo Solo la miraba, no sabia bien que hacer. Luciana era capaz de armar un escándalo por solo divertirse.
-¿Te dejo bien caliente? ¿Por eso te querías meter en el cuarto de mi hermanita menor?- Luciana ya frente a mi agarro mi bulto y lo apretó con fuerza.
-¿Le querías meter tu vergota a la Nenita de Papa, chico malo?- Me apretó la verga con mas fuerza. -... Pero eso no va a suceder, te vas a quedar bien caliente... –
-Sos una hija de puta, ¿Sabias?- Le dije enojado y excitado a la vez. Mi cuerpo hervía, y tener a semejante mujer frente a mí jugando conmigo me estaba sacando de mis cabales.
-Putita como mis hermanas... Especialmente la más chica...- Dijo Luciana pegando un ultimo apretón a mi verga. Luego la soltó y comenzó a caminar hacia la puerta. Esto no podía quedar así. Luciana no alcanzó el picaporte que al agarre de un brazo y bruscamente la di vuelta. Ella me miró sorprendida y divertida a la vez.
-Puedo hacer un escándalo- Me dijo aun más divertida. Comenzamos a forcejear. Pero yo era más grande que ella. Luciana era petiza y no tenia dramas en dominarla. Yo estaba fuera de mí. Tenia tanta calentura de toda la noche que ese tremendo culo y esas tremendas tetas no se me iban a escapar. La di vuelta colocándola de espaldas a mí. Luciana quedó frente al espejo del lavatorio. Pegue mi bulto contra su culo mientras le apretaba sus tetotas con fuerza. Luciana apretó los dientes, pero no grito. Solo me miro riendo a través del espejo.
-Voy a gritar, voy a gritar y Jazmín se va a enterar de todo. Todos se van a enterar de todo...- Me decía Luciana forcejeando. Pero yo la tenía bien sujeta. Como pude me desabroche mi pantalón y mi verga salió en libertad. En mi mente sólo había una imagen. Mi verga entrando y rompiendo ese tremendo culo que tanto se me había hecho desear. Mis manos estrujaban estas tremendas tetas y pellizcaban sus pezones. A Luciana le gustaba. No podía disimular su sonrisa. Ella seguía forcejeando, pero más que para escarparse, era para fregar más mi verga contra los cachetes de su culo. Una de mis manos se metió entre sus piernas bruscamente. Luciana Jadeo apretando sus labios. Mi verga pedía acción. Luciana iba a tener su merecido. Mientras ella se retorcía, enrolle la remera hasta la cintura dejando su tremendo culo desnudo. Deje caer un chorro de saliva, acomode mi verga a la vez que tapaba su boca con una de mis manos. Ahora Luciana forcejeaba de verdad para salirme de mí.
-¡Mmmmmm!- Grito y me mordió la mano el sentir la cabeza de mi verga entrando en su ano. No había amor, no había dulzura, era puro instinto animal del más salvaje. No dude ni un segundo. Empuje con todas mis fuerzas y enterré mi verga hasta lo mas profundo de su recto. Luciana corvo su cuerpo quedando dura en esa posición.
-¿No era lo que querías Putita?- Le decía al oído mientras movías mis caderas. Sacaba casi totalmente mi verga para volverla a meter con toda la fuerza que podía. Los cachetes de ese increíble culo vibraban como gelatina en cada estocada. Luciana Gemía y estaría gritando si no fuera porque le estaba tapando la boca. Ella me mordía la mano y unas gotas de sangre comenzaron a caer de mis dedos. Pero no sentía dolor, solo el placer de por fin poder partir en dos ese culo que tanto me volvía loco.
-¡Mmmmmm! ¡Mmmmmm! ¡¡¡Mmmmmm!!!- Emitía Luciana recibiendo la culeada más brutal. Mi otra mano apretaba como podía esas tremendas tetas. Eran tan grandes que no podía agarrarlas. Ella tenia su cara pegada al espejo y estaba de puntas de pie, a punto de perder el equilibrio por mis fuertes embestidas. Pellizque con fuerza sus tetas y pezones. Me canse de masajearlos y estrujarlos. Luego bajo mi mano y comencé a meterle dedos en su vagina. La muy puta estaba completamente mojada, gozaba con la brutal culeada.
-Aahhummmm... Aaaahhhmmmm...- Solté su boca y ella contenía sus jadeos apretando los labios. Se agarraba del lavatorio mientras yo la sostenía de sus caderas embistiendo más y más rápido su culo. La mire a través del espejo. Ella ahora me miraba sonriendo. Disfrutaba de la cogida. Parecía una vampiresa. Tenia sangre de mi mano chorreando por su boca. Se veía increíblemente sexy. Una voluptuosa vampiresa increíblemente sexy.
-¡¡Aauuhgmmmmmmm!!- Comenzó a Jadear fuertemente Luciana apretando los dientes. Su orgasmo era increíblemente fuerte. Mientras ella acababa, saque mi verga de su culo y la arrodille en el suelo. La tome de los pelos y de un empujón metí mi verga en su boca hasta la garganta. Dejando quita su cabeza comencé a culearle la boca a gran velocidad. Ella se aferraba a mis caderas aguatando. Cuando estaba por acabar, saque mi verga de su boca. Con una mano agarre sus mejillas e incline su cabeza hacia mí, para que me mirara. Mi otra mano apunto mi verga a su cara y comencé a venirme con los potentes chorros que me aguante toda la noche. Embardune toda la cara y su pelo. Luego la solté y pase mi verga por toda su cara. Luciana, muy excitada evidentemente, pegaba lametones provocándome descargas eléctricas.
-Esta vez ganaste vos... pero la próxima, la que manda soy Yo...- Me dijo dándole un apretón a mi verga y salió de baño como si ada hubiera pasado. Me acomode la ropa y salí también. Ya era tarde para visitar a Jesse. Además me había sacado bien las ganas con Luciana. Salí en silencio de la casa. Había tendió sexo con las tres hermanas. Si tenía sexo con la madre, seguro entraba en el Libro de los Record Guinnes. No pude evitar comenzar a reírme a carcajadas mientras manejaba por tan absurdo pensamiento
“Me gusto mucho que me hayas buscado a la salida del Cole... ¡Besos!”
“Extraño nuestras charlas... ¿Cuándo será que podremos estar solos?”
“Gracias por ser mi chico especial”
“Té extraño”
Esos eran algunos delos mensajes de texto que me enviaba Jesse a mi celular. No sé porque me encantaba recibirlos, me hacia sonreír de una manera el ver que tenia un mensaje de ella. Era tan dulce, ni siquiera Jazmín (ni hablar de Luciana) tenían esa ternura que Jesse emanaba de todo su ser. Pero cuando más dulce e ingenua era ella, más perversos eran mis pensamientos. No podía dejar de pensar en ella vestida en su trajecito de colegio bailándome un Lap-Dance o haciendo cosas que solo Luciana se animaría a hacer por propia iniciativa.
Una de las pocas alternativas de estar a solas con Jesse era ir a buscarla a la salida del colegio. Así que para darle una sorpresa a ella (Y sacarme mis deseos de estar con ella), la fui a buscar. Nuevamente mi mente deliro al ver tantas chicas con uniforme. No quería que Jesse se convierta en la chica popular. Quería que siga siendo para siempre la colegiala inocente y tierna. Pero sabía muy bien que su dulzura ya tenia los días contados. Los chicos no tardarían en darse cuenta de lo buena que estaba Jesse, y cuando se fijen en ella, Jesse se convertiría en otra persona, seria la “Chica Popular”. Tenia que aprovechar ese tiempo con ella los más posible, sin desperdiciar un segundo.
-Hola Princesa- Le dije sentado en una banca que había a dos cuadras de su colegio. Sabia que Jesse pasaría caminado por ahí. Ella iba muy sumida en sus pensamientos. La vi venir de lejos. Nada podía hacer que no reconociera a mil metros a mi colegiala en uniforme.
-¡Hola! ¡Que sorpresa!- Me dijo ella emocionada al verme. Me abrazo y me dio un sonoro beso en la mejilla algo sonrojada.
-Casi no me ves ¿En qué pensabas?- Le pregunte mientras caminábamos muy juntos y lentamente. Ella sonrió bajando la mirada y se sonrojo de nuevo. Como me gustaba cuando se sonrojaba.
-Yo... Venia pensando en vos...- No le dije nada, La tome de la mano y ella apretó al mía con sus deditos. Sin que le diga nada, mando un mensaje a su madre diciendo que llegaría unas horas tarde porque se quedaba en la biblioteca. La lleve a tomar algo a una cafetería de un shooping. Ella estaba muy nerviosa. Se senté en la mesa frente a mí mirando hacia todos lados algo sonrojada.
-¿Que pasa? Si alguien nos ve no pasa nada, no hacemos nada malo... – Le dije para tranquilizarla. Pero ella me miró con esos ojitos celestes y me dijo:
-No Es... Eso... – Dijo con dificultad. Cada vez que hacia eso me daban ganas de abrazarla y comerla a besos (Y algo mas...)
-Es que... Que... Es que nunca... – Siguió Jesse –Es que nunca... salí con un chico a tomar algo... – Me dijo muerta de vergüenza.
-Sos muy dulce ¿Sabias? No cambies nunca Princesa...- Dije en una de las pocas veces que hablaba con total sinceridad. Comenzamos a charlar de cosas mientras pensábamos que podíamos tomar. Le conté sobre mi facultad como a ella le gustaba escuchar.
-¿Que queres tomar Jesse?- Le pregunte.
-No sé... ¿Qué puedo tomar? ¿Vos que vas a tomar?- Me pregunto.
-Un Café-
-Entonces yo también quiero un café- Me dijo decidida.
-¿Tomas café? Mira que puede no gustarte mucho...-
-Quiero tomar lo que vos tomas...- Me dijo así que pedimos dos cafés. Fue muy gracioso ver arrugar un poco los labios a Jesse al probarlo. En su casa no le dejaban tomar café porque decían que todavía era muy chica (eran extremistas con ella). Hablamos de ella, quería saber de ella. Me contó que escribió muchas poesías, que comenzó a dibujar como le había aconsejado... que escuchaba la música que yo le dije que a mí me gustaba... ¿Era yo o estaba influenciando a Jesse? ¿Era posible eso? ¿Eras posible encaminar a Jesse hacia mis gustos y convertirla en la chica perfecta? ¿Una colegiala perfecta? Eso a lo era, para mí era perfecta así como era...
-... Y esa película me encanto... me hubiera encantado verla en cine...- Me decía ella. Sin darnos cuenta, los dos estábamos con las manos en la mesa. Nuestros dedos se enredaban unos contra otros, jugando. Como queriendo tomarnos de la mano peor sin animarnos totalmente. Jesse balanceaba sus pies como una nena pequeña. Se notaba en la expresión de su cara que la estaba pasando realmente bien. Yo la estaba pasando realmente bien.
-En estos días te invito al cine, de alguna forma...- Ella me miro con ojos radiantes.
-¡Ay una película que me fascinaría ver!... – ¿Porque era tan especial? ¿Será porque se ponía muy feliz por detalles? Jazmín era feliz con ropas a la moda y salidas costosas además del amor de estar de novios... Luciana hasta donde sabia era feliz haciendo cosas “maléficas” y solo se preocupaba por su placer sexual.. Pero Jesse era feliz con otras cosas, con cositas, detalles pequeños. Leer un libro, escribir, o como ahora, tomar un café y charlar...
Mirar sus sugerentes labios sonreír, ver como jugaba con un mechón de sus cabellos rubios, como balanceaba sus piecitos o sentir su manita contra la mía me hacina arder de deseos por ella. Comenzamos a caminar por el shooping tomados de la mano. Que nos vieran era un riesgo que valía la pena correr. Era fascínate para mi ver las redondas formas de su camisa tratando de ocultar sus generosos pechos, su corbata cayendo entre ellos, su faldita tableada ondear con su dulce caminar... No aguante más. Caminado la dirigí hacia el segundo piso del shooping. Jesse me hablaba de las cosas que veía en las vidrieras y le gustaría comprarse si sus padres le dieran permiso. Yo solo pensaba en una cosa, en estar a solas con ella. Mientras Jesse miraba emocionada una vidriera, yo miraba el pasillo que daba a los baños. Vi que nadie entraba ni salía, así que tomándola de la mano lleve.
-No podemos entrar los dos... es el de señoritas... – Me dijo ella mirándome, pero entramos. Ella miraba hacia todos lados algo asustada, pero con una sonrisita divertida. La mire a los ojos sonriendo para darle confianza. Ella me devolvió la sonrisa. Era como ver a una pequeña a punto de hacer una travesura. Nos metimos en él último de los cubicuelos y nos encerramos dentro. El lugar era chiquito. No era para dos personas. Pero para mí era más que suficiente.
-Nos pueden ver en cualqui... Mmmmm...- No la deje terninar. La abrase con fuerza y ternura besándola. Ella cerró los ojos y se derritió en mis brazos. Nos besábamos con pasión, con lujuria. Jesse me abrazo con fuerza. Mis manos recorrían el cuerpo de mi colegiala. Acariciaba sus piernas metiendo más manos bajo su falda. Luego las metí debajo de su camisa recorriendo su espalda. Jesse respiraba cada vez más fuerte. Fui besando su cuello y bajando. Jesse se recostó contra la pared mientras mi cabeza se colocaba entre sus piernitas y bajo su falda. No hizo falta bajar su bombachita, la corrí hacia un costado y comencé a pasar mi lengua rápidamente por su botoncito. Jesse pego un grito y luego se contuvo. Se coloco su corbata entre los dientes. Mi lengua hacia estragos en ella. Jesse se retorcía contra la pared y me apretaba la cabeza contra su vagina.
-¡Mmmmm! ¡¡Mmmmmmm!! ¡¡¡¡Mmmmmmmmmmm!!!! – Jesse comenzó a acabar temblando, cerraba y abría sus pequeños y sus piernas apenas si la podían sostener. Pero yo no paraba. Mi lengua se colaba entre sus labios vaginales. Mis manos buscaron sus pechos y comenzaron a amasarlos por encima de la camisa. No se cuento tiempo había pasado. Pero Jesse comenzó a tener otro orgasmo. Me volvía loco verla tan excitada. Mi lengua dejo de saborearla y subí hasta estar cara a cara. Jesse me agarro la cara y me beso con pasión, como nunca me había besado. Mientras yo metía nuevamente mis manos bajo su camisa y comenzaba a amasar sus pechos, Jesse solita y sin que le diga nada bajo el cierre de mi pantalón y busco mi verga. Yo la tenia ardiendo y dura como un mástil. Sentir sus deditos liberándola me sacaron de quicio.
-Sos hermosa nena... Hermosa... - Le susurraba en el oído excitándola más mientras Jesse me masturbaba con sus manitas. Mientras nos retorcíamos entre abrazos y toqueteos, perdí un poco el equilibrio y para no caerme me senté en el inodoro. Jesse miro mi verga dura con una carita golosa, con una sonrisita traviesa que me encanto. Tomándola de la mano suavemente, la invite a arrodillarse. Ella lo hizo encantada. Tomo mi verga con sus manitas mientras me miraba dulcemente. Me pajeaba lentamente sin dejar de mirarme. No eran como Jazmín o Luciana que harina eso solo para hacerme desear que le chupen ya, Jesse yo hacia porque ella era así, era dulce. Apreté mis dientes para no jadear a los gritos cuando Jesse comenzó a pegar lentos lametones al glande.
-Mmmmmssshhhp- Emitía su boca. Ella lo hacia disfrutándolo, como queriendo alargar el momento eternamente. Luego poco a poco la fue metiendo en su boca para comenzar a mamarla como su fuera una mamadera. Sentía su lengua moverse despacito sobre mi tronco y me hacia delirar. Me recosté contra la pared a disfrutar como la hermanita de mi novia me daba la mejor mamada de mi vida. Acaricié mus cabellos dejándola hacer lo que ella quería. Jesse se la sacaba de la oca y la pajeaba, la lamía y se la volvía a meter. A veces levantaba la mirada y me encontraba con sus ojitos celeste mirándome tiernamente.
-Acabo Princesa- Le dije conteniéndome. Pero Jesse se metió mi verga bien adentro de su boca y comenzó a chupar mas fuerte. Los chorros de leche salían de mi pene sin control hacia su garganta. Jesse succionaba y tragaba todo sin desperdiciar nada. Luego lamió mi verga hasta dejarla limpia y me miro sonriendo.
-Lo hice bien ¿No?- Me pregunto con toda la ingenuidad del mundo. No le dije nada, mi cara de placer lo decía todo. La abrase atrayéndola. La senté sobre mí y comenzamos a besarnos. No era el lugar más cómodo pero no importaba. Nos besábamos lento, muy suavemente. Uno a uno fui desabrochando los botones de su camisa. Saque sus pechos afuera y comencé a lamerlos, pasando mi lengua especialmente por sus pezones. Jesse tenia mi verga entre sus manitas y me pajeaba. Su tacto me hacia cobrar vigor de nuevo. Para hacer mutuo el placer, mis dedos buscaron su rajita y comenzaron a frotarla. Jesse comenzó a jadear despacito en mi oído enloqueciéndome.
-Te amo...- Me dijo mirándome directo a los ojos mientras mi verga entraba lentamente en su vagina. Luego cerro los ojos tirando la cabeza hacia tras conteniendo el jadeo. Se sentía tan bien estar dentro de mi colegiala. La agarre de la cintura y comencé a subirla y a bajarla. Jesse busco mi boca para evitar jadear y que nos escucharan. Mi verga entraba y salía de dentro de ella. Jesse sola comenzaba a cabalgarme más rápido.
-... Mi marido dice que... – Escuchamos en el baño y nos quedamos como estatuas de piedra mirando hacia la puerta. Por las voces habían entrado dos señoras chismosas. Jesse me miro con los ojos muy abiertos. Yo le sonreí divertido.
-Y esta mujer se cree una diosa vistiendo esos trajes ¡Qué barbaridad!- Seguían charlando las señoras. Agarra a Jesse de los cachetes de su cola y la subí un poco. Ella me miraba asustada y me decía que “NO” con la cabeza. La baje lentamente volviéndola a penetrar hasta los huevos. Jesse se mordía los labios tratando de que no se escuche sus jadeos. Volví a subirla un poco, y luego la volvía a bajar. Jesse sudaba sin dejar de mirarme.
-¡Ay sí! ¿Sabias que tiene como dos amantes?- Seguían las señoras. Jesse respiraba por la nariz agitada mientras yo la subía y la bajaba ensartándole mi verga. Cuando puedo controlarse me miro divertida todavía mordiéndose los labios. Su mirada me decía “¿Ves?, puede controlarlo”. Así que le agregue emoción al asunto. Me chupe los dedos y los dirigí hacia su cola, directamente hacia su anito. Jesse me miro de nuevo asustada moviendo rápidamente su cabeza hacia os lados, gritando silenciosamente “¡No lo hagas!”. Peor lo hice y metí dos dedos directamente en su anito mientras no dejaba de penetrarla por la vagina..
-¡¡¡¡Mmmmmmmmm!!!!- Grito Jesse Apretando los dientes.
-Y esa otra, no sabes, ella... ¿Escuchaste eso? ¿Hola?- Dijo una de las señoras. Jesse tenia su carita arrugada mientras yo la hacia subiré y bajar sobre mi verga y movía en círculos mis dos dedos por su anito. Y no era que le dolía, sino que ya no podía contener más sus jadeos.
-¡¡¡Hhugggmmmm!!!- Se le escapo a Jesse de la boca cuando metí bien hasta el fondo mis dedos en su anito. Escuchamos golpear la puerta de nuestro cubículo.
-¿Hola? ¿Se encuentra bien?- Preguntaba la señora. Deje a Jesse unos segundos en Paz.
-Si... Si... Graciaaaahhss...- Dijo Jesse casi gimiendo. Yo la miraba divertido.
-¿Seguro?- Pregunto la señora. Yo Comencé a subirla y a bajarla de nuevo por mi verga, enterrándosela hasta el fondo de su vagina.
-¡Sí! .. Gracias, es... Estoy... bien...- Dijo Jesse mirándome. Las señoras dijeron “Bueno” y escudamos como salían del baño. Baje a Jesse sobre mi verga nuevamente.
-¡¡¡Dioooosss!!!- Grito jadeando y riendo a la vez. Comenzó a temblar sin control alguno en un potente orgasmo. Me calvo las uñas en la espalda con fuerza. Aprovechando que estaba jadeando recuperándose, la saque de encima de mí y la coloque dándome la espalda contra la pared. Dirigí mi verga hacia su anito y comete a metersela lentamente.
-Des.... Despaci... toooommmmmmmmm....- Dijo jadeando largamente mientras se la metía hasta el fondo. Me abrace y agarre sus pechos para masajearlos mientras su anito se acostumbraba al grosor de mi verga. Jesse giro un poco su cabeza hacia atrás y se encontró con mis labios. Comenzamos a besarnos ruidosamente mientras comenzaba a bombearla. Primero lentamente, luego cada vez más rápido. Jesse jadeaba dulcemente recostando su cabeza contra la pared. Yo me aferraba a sus tetas y me besaba el cuello.
-Ahhhhmmmmm...- Ronroneaba Jesse calentándome más si eso era posible. Me volvía loco verla de espadas a mí, con mi verga entrando y saliendo de mi colegiala en uniforme. Comencé a embestirla más rápido. El sudor caía por nuestras frentes. Respirábamos agitados gozando como nunca. Jesse me miro y se coloco la corbata en la boca, mordiéndola. La tome firme de la cintura con las dos manos y comencé a bombear con fuerza. La aplastaba contra la pared. Jesse se para de puntas de pie en cada embestida. Una, dos tres... Ya no aguantaba más. Jesse comenzó a convulsionar de nuevo. Entere mi verga en lo más profundo de su recto y comencé a descargarme a chorros y chorros. Jesse quedo como desinflada, la corbata cayo de su boca mientras ella trataba de recuperar el aliento. Yo estaba casi sin respiración. Ella se dio vuelta y nos besamos tiernamente durante un buen rato. Luego le acomode la ropa y salimos precavidamente del baño. Por suerte no había nadie a la vista.
-¿Qué tal te pareció lo de recién, te gusto?- Le pregunte mientras caminábamos hacia la salida del shooping. Jesse me miro sonriendo algo sonrojada.
-Fue... Muy excitante... Me gusto... y Mucho...- Esta colegiala era increíble.
La lleve de nuevo a su casa. No había nadie. Pero su madre había dejado una nota diciendo que vendría en un rato. Así que dándole un último beso y una buena manoseada en sus pechos y cola, me fui mas que contento y satisfecho a mí casa.
Me hubiera encantado buscar a Jesse todos los días al colegio, pero hacer eso significada levantar sospechas. Así que me tenía que aguantar. En poco menos de dos semanas seria su cumpleaños. Me sentía como una especie de padre, no quería que Jesse creciera, quería se quedara como estaba por toda la eternidad.
Luciana seguía con sus jueguitos a toda hora. Y Gracias a dios, no Jesse, ni Jazmín se dieron cuenta de ello. Cada día Luciana estaba más descarada. Podíamos estar mirando tv, que esperaba a que Jazmín mire hacia otro lado para agarrarme la verga y apretarla con fuerza. O sin que nadie nos viera, se agarraba las tetas y se las masajeaba. Una vez, mientras Jazmín estaba de espaldas a ella, Luciana se sacó una de sus enormes tetas afuera de la remera y se lamió el pezón. ¡Era una hija de puta! Sabia como calentarme a sobremanera. Un día de estos la iba a agarrar y pegarle una buena culeada.
A pesar de que Jazmín era la hermana del medio y salía conmigo hace bastante tiempo, no la dejaban quedarse a dormir en mi casa. Yo podía ir a la de ella, y tal vez en una de esas me invitan a quedarme a dormir, pero en el cuarto de huéspedes, no en el de ella. Y hasta hoy nunca me había quedado a dormir en su casa. Así que teníamos que arreglarnos para tener sexo en otro lado. Aun vivía con mis padres, así que no podía traer a ni novia en cualquier momento para tener un poco de sexo salvaje. El auto siempre era una buena opción. Era una lastima que mi casa no estaba a solas cuando Jesse salía del Colegio, porque si no la llevaría y... Ustedes saben. Pero bueno, no me podía quejar para nada de mi vida sexual, porque era más que satisfactoria ¿No creen?
El viernes por la noche mis padres habían salido hasta el sábado a visitar unos parientes. Así que era una ocasión especial para llevar a Jazmín a casa. No era que Jazmín no conocía mi casa, para nada, ella había ido muchas veces e incluso se había quedado a dormir. Pero tener sexo tratando de que no escuchen mis padres era todo un tema. Mas para Jazmín, que le encantaba gritar y jadear a toda voz y hablar guarradas mientras teníamos sexo. Por eso este viernes era especial porque estaríamos solos y Jazmín podía gritar todo lo que quería.
-¡Hooouuuu! ¿Te gusta como te monto? ¿Eh, caballito?- Gemía Jazmín subiendo y bajando sobre mí. Estábamos en mi casa, gozando como locos en mi cama. Jazmín completamente desnuda, con sus cabellos rubios sueltos y ondeando por sus movimientos. Mis manos estaban en sus tetas y las masajeaban. A Jazmín la volvía loca que le apretaran los pezones. Ella subía sacándose casi toda mi verga de su rajita y volvía a bajar enterrándola totalmente.
-¡¡Sos todo un semental Caballito... Aaaaahhhhh!!- Jadeaba Jazmín sin parar de saltar sobre mi vientre. Le pellizque suavemente sus pezones y ella jadeo aun más fuerte. Luego comenzó a jadear, a respirar muy fuerte y cabalgarme más y más rápido. Sus orgasmos eran tremendos. Pero una vez que acababa seguía como si nada. Continuaba moviendo sus caderas mirándome fijamente a los ojos con una sonrisita maquiavélica.
-Ahora vos sos mi perrita- Le dije tumbándola en la cama y colocándola a cuatro patas. Jazmín levanto su cola bien hacia arriba ofreciéndome ese manjar. Mi verga se deslizo como en mantequilla dentro de su vagina. La tome de las caderas y comencé a bombear rápido, haciendo vibrar los cachetes de su perfecta cola.
-¿Te gusta mi perrita? Sos una perrita golosa... - Le decía yo excitándola mas y más. Jazmín jadeaba sin parar.
-¡¡Siiii!! ¡Tu perrita!...- Gritaba ella transpirada y gimiendo como loca. Le recosté sobre su espalda y comencé a jugar con sus pechos.
-¡Mmmmm! ¿Te gustan mis tetitas papi?- Comenzó ella. Ahí venia, era el momento de decir guarradas.
-Me encantan Perrita, me vuelven loco...-
-¡Aahhh! ¿Te gustaria agarrar las tetotas de mi hermana? ¿Eh? Aaaaahhh...- Jadeaba Jazmín clavándose mi verga lo mas profundo posible.
-Me fascinan las tetas de tu hermana ¿No te gustaría chuparlas perrita?...-
-Son enormes... Aaahhhhh... No podría con ellas... Ahhh... Son enormes...-
-Y no te gustaría chupar las tetitas de tu hermanita menor ¿Eh, perrita?-
-¡¡Aaaahhhhhh!! Tiene tetas hermosas... Ahhhh... Hermosas... – Gemia Jazmín.
-¿Las chuparias Perrita?
-¡¡¡Sí!!! ¡¡¡Aaaahhhhh!!-
-¿Les chuparias las tetas a tus dos hermanitas?
-¡¡¡¡Sí!!!!! ¡¡¡Aahhhhhhh!!! ¡¡¡Y ellas a mí!!!-
-¿Te gustaría que pasen sus lenguas por todo tu cuerpo?-
-¡¡¡Me volvería loca!!! ¡¡¡Loca!!! Aahhhhhhhhhhh... ¡Diossss!- Comenzó a gritar Jazmín acabando en un fuerte orgasmo. Yo no aguante más y comencé a llenarle su vagina de caliente leche. Ambos respirábamos agitados, totalmente transpirados. Quedamos rendidos. Esa noche había eyeculado ya tres veces. Jazmín se acostó a mi lado y me abrazo.
-Sos una pervertidita... - Le dije dándole un beso.
-Pero no se lo digas a nadie... - Dijo ella con su sonrisita. Luego, así abrazados, nos quedamos dormidos. Soñé que estaba en un colegio, y que yo era profesor. Sonaba el timbre y todos los chicos salían del aula. Solo se quedaron tres alumnas. Eran Jazmín, Jesse Y Luciana. Las tres vestidas de colegialas. Sus uniformes eran muy chiquitos para sus cuerpos. Las tres tenían el uniforme de colegio a donde asistía Jesse (Y a la cual asistieron sus hermanas mayores). Jazmín iba con el uniforme de porrista. Era todo rojo con líneas blancas. La tela se pegaba a su cuerpo de tan ajustada. Su perfecta figura de largas piernas, estrecha cintura y pechos perfectos podían verse con total claridad atreves de ese pequeño uniforme de porrista. Luciana tenía puesto el uniforme de gimnasia. Una calza negra de lycra negra muy ajustada en sus piernas. Remarcaba su tremendo e impresionante culo y no dejaba nada a la imaginación. Sus tetotas parecían estallar en la ajustada remera blanca con él logo del colegio. Luego estaba Jesse... llevaba el uniforme del colegio, faldita escocesa tableaba, corbata y camisa blanca. Le quedaba pequeño, la faldita muy cortita y la camisa muy ajustada. Era increíble verla de esa manera, no era la Jesse tímida que ocultaba su tremendo cuerpo, este era una Jesse “popular” que hacia que me baboseara mirándola. Las tres juntitas me miraban divertidas. Se acercaban a mí contoneando sus cuerpos sugerentemente.
-Nos portamos mal Profe...- Dijo Luciana agarrandose sus tetas y masajeándolas.
-Somos unas chicas malas, muy malas- Dijo Jazmín abrazando a su hermana Luciana léxicamente.
-Merecemos una lección ¿No Profe?- Dijo Jesse uniéndose a sus hermanas. Beso a Jazmín en la boca entrelazando sus lenguas. Luego beso a Luciana y chupo su boca. Las tres comenzaron a tocarse por todos lados mientras no araban de besarse. Quería ir con ellas, deseaba hacerlo con toda mi alma. Pero no podía moverme. Las tres hermanas comenzaron a sacarse la ropita del colegio mientras yo corría hacia ellas. Pero cuando más Corría, más me alejaba. Las tres hermanas jugaban juntas y yo me alejaba más y más.
-Hoooooofffffhhhh!!!- Desperté respirando agitadamente y con una sensación de que me estaba vaciando. Mis manos temblaban y sentía unas descargas inmensas de placer. Mire hacia mi entrepierna y allí estaba Jazmín, con mi verga en la boca recibiendo mis descargas de leche. Ella tragaba todo muy golosa mientras yo me daba cuenta de que esto si era la realidad. Luego Jazmín siguió mamando unos segundos mas hasta dejarme seco y sin ninguna gota de leche desperdigada.
-Buenos días dormilón- Me dijo con su miradita sonriente. Fue una buna manera de empezar el día.
Ese fin de semana fue de lo más normal. Y con el comienzo de la semana siguiente, tuve que ponerme a estudiar para la facultad al igual que Jazmín. Estábamos en época de exámenes, así que no tenia mucho tiempo de visitarla... y de visitar a Jesse. Jazmín había vuelto a insistir con el tema de comprometernos, pero yo rehuía como podía de darle una contestación. Me la pasaba todo el tiempo pensado en Jesse, me moría de ganas de buscarla a su colegio para estar a solas con ella. Jesse me enviaba mensajitos muy dulces al celular y eso era una manera de saber que no se olvidaba de mí. También me envió un mail contando quien le había metido en la cabeza que ella era una “putita”. Pero como era un archivo Word bastante pensado lo deje para leerlo cuando estuviera tranquilo. Además, el sábado (Que era 21 de septiembre) era el cumpleaños de Jesse. Tenia que prepararle algo especial.
Paso la semana sin grandes inconvenientes, y el viernes ya me encontraba en casa de Jazmín cenando antes de salir a algún lado con ella por la noche. Si todo salía bien y según lo planeado, el cumpleaños de Jesse seria muy especial. En la cena confirme mis sospechas. Sus padres no estarían en casa el sábado desde la mañana hasta la tarde. Luciana esta noche saldría con su novio y tampoco volvería hasta el sábado a la noche. Jazmín tenía clases en la facultad y él ultimo examen hasta la tarde... Todo era perfecto. Jesse estaría sola desde la mañana hasta la tarde.
-Mañana a la noche vamos a festejar tu cumpleaños Jesse, si queres invita a algunas de tus amiguitas- Le dijo su madre en la cena. Jesse me miraba diciéndome con los ojos “mañana voy a estar sola”. Luciana miraba todo muy atenta, seguramente ella también tenia planeado alguna de sus guarradas. Y para hacer todo aun más especial, dije:
-mañana tengo unos examines, así que voy a venir a la tarde... – Jesse me miro muy triste al saber que yo no vendría temprano. Se llevaría una gran sorpresa. Luciana me miro atentamente, pero luego se encogió de hombros y siguió comiendo.
Esa noche luego de salir con Jazmín evite sutilmente tener sexo con ella. Volvimos temprano porque “ambos” teníamos exámenes al día siguiente. Trate de dormir bien, pero mucho no pude hacerlo. El solo imaginar a Jesse solita conmigo durante casi medio día era algo que me estaba sacando de mis cabales.
El sábado a las 10 en punto de la mañana, estaba ya frente a la puerta de la casa de Jazmín. Sabía que Jesse ya estaría solita. Sabía que la llave que había copiado del llavero de Jazmín un día me seria de utilidad. Abrí la puerta de entrada en silencio. Jesse debería estar todavía dormida. Fui a la cocina y prepare un rico desayuno. Café con leche, jugo, unas tostadas con mermelada... Puse todo en una bandeja y subí las escaleras descalzo para no hacer el menor ruido. Abrí muy lentamente la puerta del cuarto de Jesse. Todavía dormía. Me acerque a ella y me senté a su lado en la cama. Estaba profundamente dormida, acurrucada como un bebe abrazando un oso de peluche. Se veía preciosa de esa manera. Acaricie sus mejillas y Jesse suspiro dormida.
Deje el desayuno en la mesita de luz al lado de la cama con una nota que decía “Feliz cumpleaños Bonita”. Luego toca su pierna para que despertara y me escondí en el placard. Jesse despertó fregándose los ojitos con la mano. Miro hacia un costado y se encontró con el desayuno. Fue muy bonito verla sonreír de esa manera. Miro la tarjeta y la dio vuelta buscando un nombre. Sin dejar de sonreír se levanto de la cama y fue hasta la puerta para ver quien era el que le había dejado el desayuno. Jesse tenía un pijama de dos piezas, una pantaloncito y camisita celestes de algodón que la hacían verse muy sexy. Como no vio a nadie salió del cuarto. Aproveche la oportunidad y salí del placard y fui hasta su cama. A los segundo Jesse entro de nuevo en el cuarto mirando la tarjeta. Cuando me vio sentado en su cama me miro de tal manera que hubiera querido sacarle una fotografía. Sonrió ampliamente mientras sus ojitos celestes brillaban por a luz del sol que entran por al ventana.
-Feliz cumpleaños- Le dije y ella corrió hasta la cama y se tiro arriba mío abrazándome.
-¡Gracias!- Le dijo dándome un beso muy dulce en los labios. Luego se acurruco entre mis brazos y se quedo quietita allí.
-Es el mejor regalo de cumpleaños que recibí...- Dijo tomando la bandeja del desayuno y colocando arriba de sus piernas. La acompañe en el desayuno. Jesse me miraba a cada rato y sonreirá.
-¿Que pasa?- Le pregunte divertido.
-Nada... es que... no puedo creer que estés acá, en mi cuarto... conmigo... - Dijo Sonrojada. Jesse era única. Deseaba con toda mi alma que no creciera y fuera así por siempre. Controle mis instintos de sacarle todo el pijama y poseerla ahí mismo. Me controle porque la estaba pasando realmente bien sentado a su lado desayunando. Pero al terminar Jesse me miro dé tal manera que no pude evitar besarla. Ella me correspondió y metía su lengüita jugando con la mía. Mis manos recorrieron su cuerpo y buscaron sus ya grandes pechos. Eran tan suaves y esponjosos, ya eran mucho más grandes que los de Jazmín, pero de la mitad de los de Luciana (Que tenia tetas E-Nor-Mes). Solita y sin que le diga nada, Jesse busco con sus manitas en mi entrepierna. Saco mi verga y se puso a masajearla. Mis manos buscaron su entrepierna para devolverle el favor. Jesse se estremeció el sentir mis dedos en su rajita. Mí otra mano fue bajando la cabeza de Jesse hacia mi verga.
-Todavía hay más lechita para tu desayuno... – Jesse rió sonrojada mientras lentamente metía mi verga entre sus carnosos labios. Mamaba de una manera tan especial, con experiencia y timidez a la vez. Degustaba mi verga con la lengua, saboreándola. Sus manitas pajeaban mi tronco haciéndome delirar. Mi mano se metió bajo su pijama y fue hasta su redondita cola. Con unos dedos jugaba con su rajita y ella jadeaba con la boca llena de carne. Mi pulgar ensalivado comenzó a jugar con su anito y Jesse temblaba de placer.
-Mmmmmmmm...- Ronroneaba mi chiquita sin dejar de mamar mi verga. Mis dedos se metía lentamente por sus agujeritos. Jesse disfrutaba y aceleraba el ritmo de su lengua. Sus labios iban y venían cada vez a más velocidad. Mi Pulgar ya estaba completamente dentro de su anito. Su rajita mojaba mis otros dedos. Jesse respiraba cada vez más fuerte y gemía sin parar. Ambos estábamos a punto de acabar sin control.
-Acá tenes tu lechita bebe...- Le dije jadeando mientras me descargaba en su garganta en grandes cantidades. Jesse apretaba mi verga exprimiéndola y tragaba todo apurada. Su orgasmo la agarro en medio de mi eyeculación, se saco mi verga de la boca y un chorro fue a sus labios, otros a su nariz y otro a su pelo. Mis dedos se movían a gran velocidad en sus agujeritos. Jesse temblaba convulsionado.
-¡¡¡AAAhhhhh!!! ¡¡Dios!!- Gimió ella con su orgasmo sin dejar de apretarme la verga fuertemente. Luego dejo caer su cabeza en mis piernas mientras subía y bajaba lentamente su manita por mi verga. Con mi mano junte los restos de semen que tenia por su caria y se los metí en la boca. Jesse me lamió y chupo los dedos golosa. Era tremendamente excitante verla haciendo eso.
-¿Te gusto el desayuno?- Le pregunte.
-Nunca comí uno tan rico...- Me dijo ella escondiendo su carita entre mis piernas sonrojada, con vergüenza de lo que había dicho. Me enamoraba verla comportarse así.
-Me voy a dar un baño... – Me dijo ella luego de que nos calamos un poco.
-Me parece bien, ponete Bonita como vos sabes... –
-¿Cómo queres que me vista?- Me pregunto.
-Es tu cumpleaños... Podes vestirte como quieras que va a estar bonita igual- Dije mientras tomaba la bandeja del desayuno. Ella sonrió sonrojada y se acerco a mí. Se paro en puntas de pie y me dio un besito en la mejilla. Luego se metió en el cuarto de baño. Baje hasta la cocina, ya era pasados el mediodía. Me contuve de ir al baño a ver a Jesse bañarse (De solo pensarlo mi pene golpeaba mi pantalón) y comencé a preparar las cosas para pasar la mejor tarde de mi vida... O ese era el plan.
Cuando termine de hacer todo, que no eran muchas cosas por cierto, me senté en el living a esperarla mientras escuchaba música (claro que era música lenta y melosa, como a Jesse le gustaba). Escuche unos pasos en las escaleras y mire hacia ahí. Jesse estaba bajando mirándome con una sonrisita tímida. Me quede pasmado de solo verla. Ella con una mano apoyada en él pasamanos, bajaba lentamente, como estirando el momento.
-Gau...- Dije sin contenerte. Había seleccionado unas ropitas que la hacían verse algo más que sexy. Era una colegiala... distinta. No sé de donde había sacado esas prendas, pero le quedaban fenomenal. Comencemos a describirla como yo la había mirado. Desde los pies a la cabeza. Jesse tenía unos zapatos negros con solo un poquito de taco brillantes, mi mirada subía por sus torneadas piernitas que estaban enfundadas en unas medias bucaneras blancas que las cubrían hasta por encima de sus rodillas. Seguí mirando y llevaba una faldita muy cortita tableada, también negra, que dejaba ver en esplendor sus apetecibles muslos. Mi mirada fue más arriba, una camisa blanca de marinerita ajustada a su cuerpo dejaba notar su estrechita cintura y remarcaba las redondeases de sus grandes y esponjosas tetas las cuales podía apreciar por el generoso escote. Mire su carita. Estaba preciosa. Sus carnosos labios pintados de un Rosado con brillo y el delineador con negro resaltaban sus celestes ojos. Para terminar de dejarme sin aliento, tenía sus rubios cabellos peinados con dos trencitas que caían a los costados de su cabeza, ambos atados con lazos rozados. Como dije, estaba increíblemente sexy de esa forma... tan sensual e inocente a la vez.
-¿Te gusta?- Me pregunto parándose frente a mí.
-Me... Encanta. Estas preciosa- Le dije sin aliento devorándola con los ojos.
-No sé porque te gusta tanto mi uniforme del colegio... así que pense que esto té tenia que gustar ¿Me queda algo ajustado no?- Me dijo dando una vuelta para que la mire bien.
-Té queda perfecto- Dije tomándola de la cintura. Jesse se paro de puntas de pie y nos dimos un largo y lento beso. Luego nos sentamos en el sillón le di uno de los regalos de cumpleaños que tenia para ella. Era él ultimo Cd de “ColdPlay”. Jesse lo miro maravillada y me abrazo dándome las gracias. Luego lo puse en el equipo de música para escucharlo. La ver las botellas que haba en la mesita ratona me pregunto.
-¿Y esto? –
-Vamos a tomar unos tragos- Le dije mientras destapaba una botella.
-Mamá y Papá no me dejan tomar alcohol... dicen que soy muy chica todavía...- Me dijo Jesse apenada sentándose a mi lado.
-Bueno, yo no soy Mamá y Papá, para mí ya podes hacerlo, y mejor si lo haces conmigo, ¿No?- Ella me mira sonriendo. Había traído licores dulces y de fruta, no le iba a dar Wodka porque sabía que no le iba a gustar. Le di un vasito con Licor de Chocolate y Jesse me miro con su miradita de nena a punto de cometer una travesura.
-¡Que rico!- Me dijo cuando lo probo. Y tomo un largo trago.
-Despacito, no quiero que termines súper borracha- Le dije riendo y ella me dijo “Bueno” sonrojada. Mientras charlábamos de música y cine (Jesse era dulce e inocente, pero al fin y al cabo una chica muy inteligente) ella fue probando varios licores. Note como sus mejillas se sonrojaban por el efecto del alcohol. Yo no quería emborracharla, solo quería desinhibirla un poquito.
-Que bonito tema... – Me dijo ella mirando el equipo de música. Me pare y tomándola de la mano la invite a bailar. La estreche de su cintura y ella rodeo mi cuello con sus brazos. Comenzamos a bailar lentamente al compás de la música. Jesse apoyaba su cabeza en mi pecho reconfortada. No intente nada, me gustaba estar con ella así, abrazados. Pero luego de dos temas, mis instintos decían otra cosa. Pero quería que ella disfrutara, no yo. Controlando el animal que tenia dentro, nos sentamos en el sofá de nuevo y comenzamos a beber. Jesse había agarrado el gustito a él alcohol y bebía sin problemas. Y me di cuenta de que le gustaba mucho el licor de frutilla. Comenzó a sonar un tema lento, romántico y muy sensual.
-Sabes bailar ¿No?- Le pregunte a Jesse.
-Sí... Un poquito, no mucho- Me dijo ella.
-¿Bailarías para mí?- Pregunte ansioso. Jesse rió sonrojada.
-Me... me da vergüenza... – Se veía tan linda cuando le daba vergüenza.
-Por favor, para mi solo ¿Sí? Me encantaría verte bailar- Me suplique. Jesse no se pudo negar.
-Bueno...- Dijo parándose y colocándose frente a mi. Se tambaleo un poco y comenzó a reír. Era el efecto del alcohol. Luego se sereno y me miro tímidamente de nuevo.
-¿Que queres que Baile?- Me pregunto.
-¿Sabes lo que es un Strip-Tease?- Ella me dijo que no con la cabeza.
-¿Nunca viste en una película cuando una chica baila sensualmente a su chico?- Le dije divertido. Jesse abrió sus ojos dándose cuenta a lo que me refería.
-¡Ay! Si vi una Película con eso... Me da mucha vergüenza...- Me dijo totalmente sonrojada.
-Por favor.. Serra los ojos así no te da vergüenza ¿Sí?...- Jesse aspiro profundo y sonriendo me dijo “bueno”. Yo Estaba muriéndome de ansias de ver a mi colegiala bailar frente a mí. Jesse se concentro unos instantes, y muy lentamente, comenzó a mover su cuerpo. Yo sabía que Jesse había practicado Danza Clásica desde chica, así que no lo podía hacer mal.
Mientras la música lenta sonaba en todo el living. Sin hacer ruido busque en mi mochila la cámara digital y me prepare para tomar unas fotos de mi colegiala. Era algo que había querido hacer desde que vi a Jesse. Ella se movía despacio. Meneaba sensualmente sus caderas hacia los costados mientras sus manos recorrían su propio cuerpo. Se estaba dejando llevar por la música. Sin abrir sus ojitos, Jesse contoneaba su cintura de atrás hacia delante y en circulo. Mantenía sus piernas abiertas en una “V” invertida mientas sus manos iban desde ellas pasando por su cintura hasta llegar a sus redondos pechos. Movía su cabeza hacia los lados cada vez mas metida en su baile. Comencé a sacarle fotos, una mejor que la otra. Jesse se dio vuelta dándome la espalda y comenzó a mover su vientre de atrás hacia delante. Su faldita se contoneaba por sus movimientos y podría ver su bombachita negra metida entre los cachetes de su cola. Se fue doblando, sus manos tocaban el suelo. Podía ver su increíble culo con toda claridad. No dejaba de tomar fotos de eso. Se fue incorporando lentamente, arqueando su cintura. Luego miro hacia atrás y abrió sus ojos mirándome. Tenía una sonrisita y una carita de gatita sensual que me excito aun más de lo que ya estaba. La foto que tome de ese momento fue increíble. Creí que Jesse se iba a enojar por la cámara de fotos, pero no. Sus ojos me decían que le gustaba. Su sonrisita y sus mejillas sonrojadas me decían que le encantaba que le tome fotografías.
Se dio vuelta y quedo frente a mí. Comenzó a sonar un tema más rápido en el equipo de música. Jesse miraba fijamente a la cámara. Nuevamente comenzó a contonear su cintura hacia los costados mientras desabrochaba unos botones de su camisa muy lentamente. Mi cámara disparaba fotos unas tras otra. Jesse no desabrocho todos los botones, sino que dejo un gran escote donde podía apreciar la mayor parte de sus voluminosos pechos. Sin dejar de moverse y contonear su cuerpo, me dio la espalda nuevamente. Movía su cola hacia mí en círculos y se agachaba mostrando su bombachita. Mientras tomaba fotos con una mano, con la otra masajeaba mi verga por encima del pantalón. Verla a mi tan inocente colegiala comportándose de esa manera me volvía loco.
Jesse arqueaba su cintura dándome la espalda mientras veía como se terminaba de desabrochar la camisa. No se como lo hizo, peor sin sacarse la camisa, vi como saco su sostén y lo tiro a un costado. Luego miro hacia atrás con una sonrisita picara y se dio vuelta, quedando frente a mí.
La camisa abierta tapaba la mitad de sus grandes pechos desnudos. Jesse tiro su cabeza hacia atrás mientras colocaba sus manos entre sus piernas y movía sus caderas. Parecía que se estaba masturbando al compás de la música. ¡Que cuerpo tenia la nena! Sin dudarlo podía afirmar que era el mejor de a las tres hermanas. No podía creer que mi colegiala tuviera ese cuerpazo de conejita playboy. Jesse miro directamente a la cámara y lentamente fue abriendo su camisa. Pero se tapo sus pechos con las manitas. Poso para mi y mi cámara muy sensualmente. Estaba como transformada, no parecía tímida y dulce. Parecía una mujer extremadamente sensual y experta en lo que hacia.
-Guau...- Dije sin aliento cuando Jesse saco sus manitas de sus senos y los dejo a la vista. Comencé a sacar fotos rápidamente. Era como tener a una conejita Playboy posando frente a mí. No podía creer que Jesse se comportara de esa manera solita y por iniciativa propia. Poso de varias maneras, ponía carita de nenita inocente, cara de diablita, se metía un dedo en la boca y lo chupaba muy sexy... Mi verga pedía por favor que le den algo de atención. Pero quería sacar todas las fotos posibles de Jesse.
Jesse se acerco a mí contoneando sus caderas. Subió al sillón colocando sus piernas a mis costados. Yo entre ellas tenía una perspectiva increíble. Sus pechos mirados desde abajo parecían dos globos. Jesse comenzó a bailar sensualmente arriba mío. Quise tocarla pero ella no me dejó. Siguió bailando sensualmente haciéndome hervir. Deje la cámara a un lado y me dedique a gozar.
Jesse se arrodillo y comenzó a pasarme sus pechos por mi cara. Cada vez que sacaba mi lengua para lamerlos ella los sacaba dejándome con las ganas. Sus manitas recorrían mi pecho y se metían dentro de mi pantalón... pero no agarraba mi verga. Estaba que explotaba. No podía creer que lo Jesse estaba haciendo. Se dio vuelta quedando de espaldas a mí y comenzó a moverse arriba mío. Movía su cola encima de mi bulto y ronroneaba como una gatita mimosa. Pose mis manos sobre sus pechos y ella me agarro las manos. No me dejo hacer anda más. Su cola sobre mi bulto hacia estragos en mí. Sentir sus grandes y esponjosos pechos entre mis manos me sacaban de quicio. Cuando ya no aguantaba más, Jesse se fue bajando de mí hasta quedar en el suelo.
Arrodilla entre mis piernas, me miraba con las mejillas coloradas (ya no de timidez, sino de excitación) y una sonrisita. Sus manitas muy lentamente desabrochaban mi pantalón. Agarre la cámara digital de nuevo. Comencé a sacar mas fotos de mi nena. Jesse saco mi verga la cual salto como un resorte, nunca la había tenido tan dura. Ella nunca dejaba de mirarme. Saco su lengüita y pego un lametón. Apenas si podía mantener la cámara en cuadro y sacar las fotos. Sus manitas comenzaron a masturbar mi verga lentamente, haciéndome jadear. Su lengua la recorría desde mis huevos hasta el glande.
-Mmmmmmmmmmmmm... – Jadeo Largamente ella cuando la fue metiendo en su boca lo mas que podía. La próxima vez tenía que grabar en video esto, las fotos no podían expresar lo excitante de la situación. Jesse mamaba con ganas, pajeando mi verga y chupando cada vez más rápido. Tire la cámara digital a un costado. Suavemente tumbe a Jesse en la alfombra. Ella me miraba excitada mientras yo le iba sacando su bombachita.
-¿Dónde aprendiste a bailar así?- Le pregunte excitado.
-De una película... - Me dijo ella ya jadeando.
-¿Qué clase de Película?-
-Una muy cochina que me presto una amiga del cole... Aahhhhhhh....- No pude terminar de habar porque yo ya tenía mi cabeza entre sus piernas y lamía vorazmente su rajita. Jesse se retorcía en la alfombra jadeando y gimiendo con soltura. Chupe su clitorias mientras metía mis dedos en su rajita.
-¡¡¡Aaahhhhhhhhh!!! ¡¡¡¡Aaaaaaaaaaahhhhhhhhhh!!!!!- Comenzó a gritar Jesse teniendo un orgasmo que venia conteniendo desde hace rato. Luego rodeo mi cuello con sus piernas volviendo a gozar de mi lengua en su rajita. Sus manitas me hundía la cabeza como queriendo meterla dentro de ella. Mis dedos se movían muy rápido y mi lengua no se quedaba atrás. Sus gemidos eran ensordecedores. Arqueaba si cintura y se agarraba sus pechos, los apretaba gozando como nunca.
Me saque mi remera porque el ambiente ya estaba muy caluroso. Agarre sus piernas con mis manos y las abría lomas que podía, Jesse tenia una elasticidad increíble. Abría sus piernas completamente. Mi inocente colegiala me sorprendía a cada instante. Coloque mi palpitante verga sobre su rajita y comencé a frotarla. Jesse jadeaba y respiraba muy fuerte.
-aaahhhhmmm... Por... Ahhmmmm... Favor...- Gemía ella.
-¿Por favor que?- Le pregunte aunque ya sabia la respuesta.
-Metela... Aaahh... Por.. Favor... Ahhhh... Metela...- No la hice esperar más. De un empujón mi verga se deslizo en su rajita sin dificultad. Jesse Jadeo largamente al sentirla tan dentro de ella. Comencé a mover mis caderas despacio, disfrutando cada penetración. Tenía a Jesse agarrada de sus muslos, sus grandes pechos se movían como flanes en cada embestida. Se veía increíblemente sensual con ese trajecito de marinerita. Su faldita negra enrollada en la cintura, sus largas medias cubriendo sus perfectas piernas, la camisa abierta mostrando sus pechos, su peinado de nenita inocente recibiendo verga hasta las entrañas...
-Aaaahhhhh... Aaaahhhh... Ooooohhhh... ¡Oooooohhhhh¡- Gritaba ella. Embestía cada vez más fuerte. Sin parar. El sudor corría por mi frente. Coloque las piernas de Jesse juntas sobre uno de mis hombros. Ahora le penetración era más lenta, pero con estocadas más fuertes.
-¡¡AAAhhhh!! ¡¡AAAhhhh!! ¡¡AAAhhhh!!- Gritaba Jesse fuera de sí. Me hipnotizaban sus tetas bailando hacia todos lados. Mi verga entraba y salía de su rajita que parecía comérsela, devorarla. Salí de dentro de ella. Sin que le diga nada, Jesse se coloco en cuatro patas, como una perrita. Apoyó los codos en la alfombra con su culito bien hacia arriba. Me fascino esa perspectiva de ella.
-¡¡¡Aaahhhhhuuummmmmmm!!! – Grito cuando agarrandola de sus caderas le enterré mi verga en su rajita hasta los huevos. Embestía con rápido, como un actor porno. Escupí su anito y comencé a meter el pulgar y a moverlo en círculos. Jesse no se quejaba, sino que no paraba de jadear más fuerte. Saque mi verga de su rajita y la apoye en la entrada de su ano. Al notar que yo no la metía porque la quería hacer desearla, Jesse empujo su culito hacia atrás y se la fue enterrando solita.
-Aaaaaggghhhmmmmmmm- Emitía ella apretando los dientes con sus cabellos pegados a su cara por la transpiración. Ambos sudábamos a raudales. Jesse se metió mi verga completa en su anito. Y sin mas comenzó a moverse de atrás hacia delante auto penetrándose. Me recosté sobre su espalda y agarrandola de sus pechos comencé a culearla fuertemente.
-Huuuuffff... Huuuuuffffff... Huuuuffffff...- resoplaba Jesse en cada embestida. Le estruje sus pechos y pellizque sus pezones haciéndola jadear aun más. Estaba gozando como nunca en mi vida. Jesse era perfecta, una perrita perfecta. La tome de sus caderas y aumente la fuerza de las embestidas. Jesse se aferraba a la alfombra y apretaba los dientes. La agarre de sus trencitas aumentando la fuerza de mis embestidas. El sudor corría por nuestros cuerpos. Mi verga entraba y salía de su culito a una velocidad increíble. Ella comenzó a temblar sin poder hacer nada ante su nuevo y más fuerte orgasmo.
-¡¡¡AAAAhhhhhhhhhhhhh!!!! ¡¡¡AAAaaaaahhhhhhhh!!!- Gritaba ella mientras yo la culeaba de una manera tal que los cachetes de su culito vibraban y están ya colorados de tanto chocar mi vientre contra ellos. No aguantaba mas, ya no podía retrasar mi orgasmo. Saque mi verga de su culito y fui hasta su cara. Ni bien llegue comencé a explotar a chorros que salina sin control hacia todos lados. Jesse abría su boca y sacaba su lengua tratando de agarrarlos. Pero mi semen se escapaba hacia todos lados. Caían en sus pechos, en sus mejillas, en su pelo, en su boca... Cuando termine de eyecular Jesse agarro mi verga y comenzó a chuparla para sacarle hasta la última gota. Luego se pasaba mi verga pos su carita juntando el semen y llevándoselo a la boca mirándome con una sonrisita y respirando agitada. No había una chica como ella, Jesse era única.
-¡Bravo!- Escuchamos exclamar cerca de nosotros. Jesse y yo miramos inmediatamente hacia donde provenía la voz. Luciana estaba sentada en uno de los sillones con la cámara de fotos digital. Tenía una sonrisa perversa en la cara, una sonrisa de total satisfacción.
-¡Saque unas fotos increíbles!- Nos dijo riendo. Jesse y yo no salíamos de nuestro asombro.
Luciana se acercó a nosotros. Jesse tímidamente trataba de taparse sus pechos con la camisa. Yo iba a intentar guardar mi verga, pero Luciana me dijo que “no” con el dedo de su mano.
-No, no chicos, todavía hay tiempo para que me den una función especial... – Dijo riendo mientras se sentaba en un sillón justo frente a nosotros.
-Vos Putita déjate esas lindas tetas afuera...- Le dijo a Jesse. La chiquita estaba completamente sonrojada y apretado los labios nerviosa. Luciana tenía una sonrisa ganadora, sin decirnos porque, nos tenía bajo su absoluto control. Me excitaba la situación, dentro de mí comencé a desear ensartarle mi verga en el culo a Luciana y hacerla gritar como la perra que era.
-Agarra la pija de el NOVIO de tu hermana... quiero que la dejes bien durita...- Le ordeno a Jesse riendo maléficamente. Ella tímidamente agarró mi verga con su manita y comenzó a masturbarme. Jesse me miro a los ojos como pidiendo ayuda. Luciana miraba todo atentamente.
-Chupasela con tu linda lenguita... – Jesse hacia todo lo que su hermana mayor decía. Ella me miró a los ojos por ultima vez mientras se metía mi verga en la boca. La situación me excitaba muchísimo. Mi verga cobraba vigor y estaba quedando dura como una roca. Mire a Luciana. La muy perra era una mujer increíblemente sexy. Tenia unas botas negras de caña alta con taco y una minúscula minifalda también negra. Arriba tenia una musculosa que apenas si cubría sus enormes tetas. Sus pezones se remarcaban en la tela ya erectos. Luciana tenia sus piernas abiertas, rápidamente se saco su minifalda y quedo en una diminuta tanga que se incrustaba en su rajita. Metió una de sus manos dentro de ella y comenzó a masturbarse mirando como su hermana menor me mamaba la verga placidamente.
-Como te gusta mamar esa verga Putita... – Le decía Luciana a su hermanita mientras con su mano enrollo su musculosa dejando sus increíblemente grandes tetas afuera. Mi verga estaba durísima de verla así, de tener a Luciana masturbándose a mi lado y a Jesse mamando mí la verga. La cabeza de Jesse iba y venia. Sabía que estaba muerte de vergüenza, pero también estaba excitada. Comenzaba a respirar agitadamente y a mamar más rápido.
-Tócate Putita, masturbate mientras chupas la verga del noviecito de tu hermana...- Jesse obedeció. Metió su manita entre sus piernas y comenzó a masturbarse. Se estaba dejando llevar por la situación y a disfrutar como lo estaba haciendo yo. Respiraba cada vez mas fuerte. Sus deditos se movían rápidamente estimulando su clítoris. Luciana tenia dos dedos metidos en su vagina y los movía rápidamente. Con su otra mano se pellizcaba sus pezones y miraba todo jadeando lentamente sin perder su perversa sonrisa.
-Mmmmaasshhhp... Mmmmmmssshhhppp... ¡¡Mmmmsshhhppp!!- Jesse movía sus caderas de atrás hacia delante instintivamente mientras se masturbaba. Chupaba mi verga muy rápido, con fuerza. Se la metía hasta la garganta sin quejarse. Notaba como estaba llegando a su orgasmo. Luciana también noto esto.
-Ahora Putita, venia acá y dale placer a tu hermana...- Ordeno Luciana y Jesse se la quedo mirando. Luciana dijo “Ahora Putita” y Jesse sin pero se incorporo y camino hasta estar frente a su hermana.
-Usa tu lengüita en mí como bien sabes... – Dijo Luciana bien abierta de piernas. Jesse la miro y sin decir anda se arrodillo. Metió su cabeza entre las piernas de su hermana y sacando su lengua, comenzó a pasarla por su rajita.
-¡Ooooohhhhhhh siiiii!- Jadeo largamente Luciana tirando su cabeza hacia atrás. Con sus manos agarro la cabeza de Jesse y la apretó contra su vagina. Bruscamente y agarrandola de los pelos movía la cabeza de Jesse para meterse mas y más esa lengua. Yo estaba parado a su lado, con mi verga durísima en mi mano mirando como Jesse era sometida a hacer sexo orla a su hermana mayor.
-¿Y vos que esperas? Dame de comer esa rica verga que tanto le gusta a mi hermanita- Me dijo y no la hice esperar. Subí al sillón y de un empujón le ensarte mi verga a Luciana hasta la garganta. Agarre la cabeza de Luciana y comencé a embestir su boca como si me la estuviera culeando. No quería tener piedad con ella. Se la metía bien adentro de su garganta, pero cuando más fuerte lo hacia, mas parecía disfrutarlo la muy perra. Jesse sin un segundo de respiro, porque Luciana tenía bien sujeta su cabeza, chupaba la vagina de su hermana. Estire mis manos y pellizque bien fuerte los pezones de Luciana. Ella gimió con su boca llena de mi verga. Se los retorcía más fuerte, ella jadeo más fuerte pero no intento detenerme.
-¡¡¡Ahhhhggggghhhhh!!! ¡¡¡Mierdddaaaaaaaa!!!- Comenzó a gritar Luciana sacándose mi verga de la boca y comenzando a tener un potente orgasmo. Jesse aprovecho el momento de locura de su desquiciada hermana y saco su cabeza de entre las piernas de su hermana. Jesse respiraba a agitadamente, casi no había podido respirar con su cabeza metida ahí dentro.
-¿Querías verga? ¡Acá tenes verga!- Le grite a Luciana colocándome entre sus piernas y penetrándola de un fuerte empujón en su vagina. Embestí con fuerza, bien salvaje. Las tetotas de Luciana bamboleaban para todos lados.
-¡Aaaaahhh! ¡¡Aaaahhhhh!! ¡¡¡Aaaaaahhhhh!!!- Gritaba Luciana sin control. Yo la sostenía de las piernas y no tenia piedad, quería partirla en dos. Jesse miraba como yo cogía a su hermana muy atenta.
-Que te chupe Jesse, que haga lo que te obligo a hacer a vos- Jesse me miro unos segundos muy seria. Pero luego sonrió. Su subió al sillón arriba de su hermana. Su rajita quedaba justo en la cabeza de Luciana. Jesse agarro su cabeza y la obligo a chuparle su rajita. Luciana apenas si podía hacerlo por mis fuertes embestidas.
-Aaaahhhmmmmm...- Comenzó a jadear Jesse moviendo sus caderas y disfrutando de la lengua de su hermana mayor. Era terriblemente excitante la escena. Al fin Luciana era sometida por Jesse y por mí juntos. Y la muy puta lo estaba disfrutando. La putita no era Jesse, la Putita era Luciana.
-Ahhhhhhhhhh..... ¡¡Aaaaaaaaaahhhhhhhhh!!- Comenzó a gritar Jesse temblando agarrada a la cabeza de su hermana. Su orgasmo la hacia temblar y jadear largamente. Luego cayó a un lado recuperando la respiración. Luciana volvía a gritar libremente de mis embestidas. Yo estaba echo una maquina, no dejaba de penetrarla con mucha fuerza y violencia. Jesse vino y se paro detrás de mí, abrazándome y apoyando su cabeza en mi hombro.
-¿Te gusta como meto mi verga bien fuerte en la rajita de tu hermana?- Le pregunte con la transpiración cayendo de mi frente. Jesse solo me miro y sonrió. Sus ojitos celestes iban y venían siguiendo el movimiento de mi verga en la vagina de su hermana. Luciana no paraba de Jadear y estaba a punto de llegar a su orgasmo. Jadeaba muy fuerte y arqueaba su cintura.
-No... No la dejes acabar- Me dijo Jesse al oído. La idea me encanto. Inmediatamente saque mi verga de dentro de Luciana. Ella levantó su cabeza y me miro sin entender, jadeaba y respiraba fuertemente con el orgasmo a punto de estallar.
-Aaahhhgg... ¿Qué paso? ¡Volvé a meterla!- Grito fuera de sí. Jesse reía al verla así.
-¿Qué queres que haga ahora Bonita?- Le pregunte a Jesse. Ella me miró y se sonrojo por la idea que se la acababa de ocurrir. Pero me la susurro al oído.
-Metela en... Metela en su cola... Que grite... Que grite como nunca y sufra- Me dijo tímidamente. La chiquita tenia buenas ideas. Luciana que todavía nos miraba sin entender nada, fue agarrada por mis manos y dada vuelta bruscamente. Quedo en cuatro con los codos apoyados en el sillón y las rodillas en la alfombra. Su tremendo culo era una imagen impresiónate. Agarre mi verga y comencé a frotarla por el ano de Luciana. Ella jadeaba y movía su culo intentando meterla.
-¡Metela! ¡Metela ya!- Gritaba Luciana fuera de sí. Jesse se fue corriendo unos segundos y luego volvió a mi lado con la cámara digital. Me miro con su carita a punto de hacer una travesura.
-¡Por favor! ¡No aguanto mas hijo de puta!- Gritaba Luciana y yo todavía no le ensartaba mi verga. Jesse reía divertida y sacaba fotos de la escena. La mira y ella asintió con su cabeza. Tome envión y de la mas fuerte estocada de al tarde, enterré mi verga hasta los huevos en el recto de Luciana. Ela no gritó, sino que se quedo muy quieta y con la boca abierta. No respiraba. Su cuerpo vibraba al sentirse completamente ensartada por mi verga en su culo. Jesse corrió hacia el frente de su hermana y saco unas fotos de esa expresión de su cara. Saque lentamente mi verga del ano de Luciana y la volví a meter con fuerza. Esta vez si que grito.
-¡¡¡¡Aaahhhhhhgggggggggghhhhhhhhh!!!! – La agarre de las caderas y comencé a embestir salvajemente, sacando mi verga casi en su totalidad y volviendo a meterla hasta los huevos. Jesse se movía alrededor nuestros sacando fotos de la tremenda culeada a Luciana desde todos los ángulos muy divertida.
-¡¡¡AAAAHHHH!!! ¡¡¡AAAAHHHHHH!!!! ¡¡¡¡AAAAHHHHHHH!!!!- Gritaba Luciana sin control. Se aferraba al sillón aguantando la brutal cogida que recibía. Los cachetes de su increíble culo vibraban a cada estocada. La agarre de los pelos y tire de ellos. Luciana tiro su cabeza hacia atrás apretando los dientes. Mi verga no paraba de entrar y salir sin piedad de su culo. Jesse seguía sacando fotos y fotos. Mientras con una mano tiraba de los cabellos de Luciana, con la otra empecé a pegarle nalgadas en su culo.
-¡¡¡AAAAHHHUUUUU!!! ¡¡¡AAAAHHHUUUUGGG!!!!!- Gritaba ella sin poder hacer nada apara evitarlo. Jesse parecía mas que satisfecha por los gritos de su hermana. Mi mano golpeaba fuertemente en los cachetes de su culo y se lo estaba dejando bien colorado. Luciana comenzó a temblar arqueando su espalda y a gritar mas fuerte. Su orgasmo explotaba e ella con una fuerza increíble.
-¡¡¡AAAHHHHHGGG!!! ¡¡¡ MMIERDDDAAAA!!!- Gritaba fuera de control. Yo no estaba muy lejos también de mi orgasmo. Embestí con mucha fuerza unas veces más y saque mi verga de su culo. Rápidamente fui hasta la cara de Luciana con verga en mano a punto de explotar. Jesse ya estaba ahí con la cámara preparada. Sin aguantar más comencé a eyecular en la cara de Luciana que todavía estaba recuperándose de su orgasmo. Mis chorros saltaron sin control sobre su cara y la embardunaban por todos lados. Sus mejillas, sus labios, sus ojos y pelo chorreaban semen por doquier. Agitado, pase mi verga por toda su cara y luego se la metí en la boca ara que me a chupe y deje bien limpia. Luciana me la chupo con las pocas fuerzas que le quedaban mientras Jesse no se perdía ninguna foto que podía sacar de esa escena.
Me tire en un sillón totalmente fatigado a descansar. Jesse se sentó a mi lado y se acurruco. Ambos mirábamos a Luciana. Ella todavía estaba a cuatro patas jadeando.
-Son unos hijos de puta...- Nos dijo mirándonos. -...¡Fue la mejor culeada de mi vida!...- Y parándose dolorida, agarro una de las botellas de licor y tomo un largo trago. -... Tenemos que repartirlo algún día... – Nos dijo finalmente mientras se metía en el baño de la planta baja. Mire la hora, no faltaba mucho para que comenzaran a llegar Jazmín o sus padres.
-Estuvo bueno, ¿No?- Le pregunte a Jesse.
-Genial- Dijo sonrojándose por lo que acababa de decir. Ayude a Jesse a limpiar el living y luego me fui a mi casa a bañarme y cambiarme de ropa. Jesse hizo lo mismo. Nos despedimos con un largo beso aunque al rato nos veríamos de nuevo. A pesar de que mi plan se había desbaratado totalmente, la tarde salió mejor de lo planeado.
El cumpleaños de Jesse estuvo muy tranquilo. Ella invitó solo a una amiga. Era una jovencita muy bonita llamada Laura. Luego estuvieron sus padres y sus dos hermanas. Luciana caminaba con cierta dificultad, pero cada vez que me miraba sonreirá maléficamente. Jesse estaba divina con una vestidito celeste. Jazmín bella como siempre, me tomaba de la mano muy mimosa. Yo rogaba de no se le ocurra tener sexo esta noche, porque estaba mas que agotado de tanta acción. Jesse recibió otro regalo de mi parte, un Diario personal muy bonito. Me agradeció de mil maneras por ello. Jazmín le regalo ropa y hasta Luciana tenia regalo para su hermana menor.
-... ¡Que lo cumpla Feliz!...- Cantamos todos a Jesse que se emociono mucho. Fue una fiesta chiquita pero la pasamos bien. Aproveche el momento en que Jazmín fue a atender una llamada telefónica para charlar con Jesse.
-Tengo un regalo mas... en la semana vamos a ir al cine los dos, ¿Qué te parece?- Le dije sin que nadie mas escuche. Ella sonrió ampliamente y me dijo “Me encantaría”. Luego Jazmín volvió y ya no pude charlar más con mi colegiala. Note una mirada extraña en Jazmín. Pero no le di mucha importancia. Ya era tarde, y los padres de Samantha vinieron a buscarla.
-¿Queres salir hoy Jazmín?- Le pegunte a mi novia oficial una vez solos. Ella me miró fijamente. Algo pasaba, pero no sabia que.
-No... Estoy cansada y tengo mucho en que pensar... Después te llamo- Me dijo. Me alegre por ello, porque yo estaba fatigado. Cuando me iba a mi casa, Jazmín me acompaño a la puerta. Nos despedimos con un beso. Peor cuando di unos pocos pasos hacia la calle Jazmín me grito.
-¡Javier!... Te olvidas tu cámara...- Me dijo entregándome mi cámara digital. Luego se dio vuelta y entro a la casa. En ese momento no pensé nada extraño. Todavía estaban en mi mente los sucesos vividos en la tarde. Llegue a mi casa y al ver al cámara digital en mi bolsillo, se me ocurro ver las fotos antes de irme a dormir. Tenía un E-Mail de Jesse, el que no había leído. Mientras enchufaba la cámara digital a la computadora mi cerebro hizo una conexión básica que antes no había hecho.
JAZMÍN + COMPORTAMIENTO EXTRAÑO + CÁMARA DIGITAL: ¿?.
Mierda. ¿Jazmín había visto las fotos? Como Jesse fue la ultima en usarla me había olvidado completamente de ella hasta que Jazmín me la dio. Me recorrió un escalofrió de solo pensar que Jazmín había visto las fotos. Pero no estaba seguro de ello. No podía saber con certeza si las había visto o no.
Mi instinto decía que estaba en un aprieto.
Continuará

Mi historia, Parte 14 (Final) (de Falkop3d)
15 de diciembre de 2024 en Relatos SDPA, Jovencitas, Incesto, Jovencitos
Durante horas, Roberto y Malu estuvieron conversando y no se sintio ningun grito o golpe. Mientras tanto el resto de nosotro, primeramente colocamos a Bianca en una cama y posteriormente disfrutamos de la casa quinta y de su pileta como si todo lo pasado anteriormente no hubiera existido y solo hubiera sido un sueño. Lo unico que nos volvia a la realidad era vernos desnudos divirtiendonos y jugando como si fueramos una famila nudista.
Al mediodia, la presencia de Roberto nos hizo saber que su conversacion habia culminado. Cuando le preguntamos si todo estaba bien, repondio que si y se largo a llorar como un chiquillo en los hombros de su amante travesti Pamela.
Durante el almuerzo Roberto nos conto algunas cosas; cosas como que habia liberado a Malu de la cadena y que esta le pidio perdon por todos los años de tormento sicologicos; su esposa habia aceptado no solo darle el divorcio, sino que tambien le daba la tenencia y custodia de Bianca. Roberto le prometio entregarle una suma de dinero como para que empesara una nueva vida pero lejo, muy lejos de esta ciudad; Malu acepto y prometió nunca volver. Le explico que se iría un par de días con Pamela y que quedaria al cuidado de su padre, de Flavia y de mi. Que solo cuando el volviera seria totalmente libre, mientras tanto deberia obedecernos y que no la volveriamos a lastimar o violar. Por ultimo, nos dijo que le habia permitido hablar por telefono con su abogado para que inicie los tramite. Esto realmente nos sorprendio a todos. Depues de todo esto, Roberto y Pamela se vistiron y se marcharon; pasarian unos dias hasta que los volvieramos a ver.
Flavia le llevo comida buena a Malu y la encontró sentada en una esquina de la habitacion, ninguna de las dos se dirijieron la palabra. Ya a media tarde, con su cuerpo adolorido y cubriéndose su desnudez salio de la habitacion y se dirijo al jardin donde estabamos nosotros. El vernos desnudos no la sorprendio tanto como ver a Don Francisco jugar con las genitales de Cecilia/Carlitos y de Julia. Don Francisco al verla parada en el umbral de la puerta se petrifico por unos segundos, para despues acercarcele raudamente.
Malu y el viejo doctor ingresaron a la casa y yo los segui hasta la habitacion, pregunte si necesitaban ayuda y me dijo que le alcanzara la crema cicatrizante. Don francisco la recosto boca abajo en el colchon y yo le di el pote de crema, la cual esparcio por las heridas de la mujer. Malu solo dijo = he sido una mala mujer, una mala esposa y una mala madre. Don francisco solo le dijo que con la crema en muy poco tiempo estaria mejor y que podia salir de la casa. Le dijimos que si necesitaba algo solo debia llamarnos a lo que respondio si le podiamos quitar los candados y la bola vibradora de su vagina. Nos miramos con el viejo y una picara sonrisa se dibujo en nuestras cara. Tome las llaves que estaban en un escritorio y abriéndole las piernas suavemente intente sacar el primero, pero había equivocado la llave; para cuando lo volvi a intentar; Malu levanto la cola sin que se lo pidiera y asi se mantuvo. Una ves que quite los tres candados prosegui a retirar a retirar la bola, pero al estar la vagina seca parecia estar atorada adentro de esta. Al ver esto, Don francisco me dijo que le trajera el pote de vaselina; cosa que hice. El viejo doctor, se esparcio vaselina en toda su mano y le dijo a Malu que tendria que meterla para asi lubricar el aparato y poder sacarlo.
Malu no dijo nada solo se dejo hacer. Don francisco comenzó a introducir dos dedos y despues un tercero; los retiro y volvió a colocarse mas vaselina, la proxima ingresaron los cuatros dedos y segundos después toda la mano. Con la mano dentro de su vagina; Malu gimió. Don Francisco giro su mano un par de veces dentro de la mujer y esta gemia ante cada giro. De repente, la mano del viejo doctor salio acompañado de la bola vibradora, una gran cantidad de flujo vaginal comenzo a enamar de Malu y sus piernas tenían un leve temblor. Don Francisco le dijo que ya lo habia retirado y le pregunto si estaba bien. Ante la falta de su respuesta, nos retiramos diciendole que cualquier cosa nos llamara y que si ella queria a la noche podia cenar con nosotros.
La tarde paso muy rapido y pronto se hizo la hora de la cena. Bianca aun dormia en la cama que anteriormente usara Roberto y Pamela. Estabamos por sentarnos a cenar cuando aparecio Malu y pregunto si podia cena con nosotro; a lo cual le hicimos un lugar en la mesa. De forma algo dificultosa se sento y ceno casi sin decir una palabra. Una ves finalizada la cena, Malu agradecio la comida, felicito a quien la hubiera preparado y nos pidio disculpas por todos los inconvenientes ocasionados, como asi las groseria e insultos que nos profirio durante su tortura; asegurandonos que esta experiencia la habia transformado totalmente. Don Francisco al tener nas conocimiento de como era ella y despues de escuchar la forma en que se expresabasu nuera le dijo que no debia ninguna disculpa y que su tono de vos demostraba un cambio en su persona que esperaba fuese verdadero. Flavia comenzo a juntar los platos; Malu se ofrecio a ayudarle, lo cual Flavia agradecio y juntas llevaron los platos a la cocina para lavarlos.
Uno minutos despues, Don francisco comenzo a juguetear con los niños y yo me diriji hacia la cocina. Una vez alli tome a Flavia por la cintura y le di un calido beso en el cuello mientras acariciaba uno de sus pechos.
* Flavia = me parece que necesitas mimos vos???
* Yo = es que hace dias que no nos mimamos, linda
* Malu = cuantos años tienen ustedes chicos??? (observandonos)
* Yo = ella tiene 16 años y yo 28 años
* Malu = que jovenes son ( con una picara sonrisa)
* Don francisco = Malu deberiamos colocarte mas crema para que cicatrice y no te queden marcas (en el umbral de la puerta de la cocina y con una leve ereccion en su verga)
* Malu = si usted lo dice Don Francisco. Me la aplicaria por favor (con algo de verguenza en su rostro observando el miembro de sus suegro)
Don Francisco al notar esa verguenza le dijo que nunca mas deberia tener verguenza de la desnudez humana y ni del sexo. Malu le respondi que aun era algo extraño para ella ver todo esto y que esperaba acostumbrarse ya que como lo habia mencionado en la mesa sentia un renacer de su vida. Una ves terminada la limpieza de los platos y haciendole caso a Don Francisco; Malu se recosto boca abajo en uno de los sillones y este comenzó a aplicarle la crema que le habia mencionado. Mientras tanto yo le contaba la historia de mi vida, la de flavia y la de su pequeño hermano travesti. Tambien le contamos la historia de Julia y lo que sabiamos de Pamela, que nos lo pregunto. El viejo doctor, por su parte le conto que despues de enviudar hace mas de 30 año comenzo con sus gustos pedofilos; he incluso reconocio que que los gustos sexuales de su hijo se devieran a los tocamientos que le realizara cuando este fue niño. Tambien le confeso que Cecila/Carlitos era su amante y que hacia mucho que no se entregaba al sexo como lo hacia con el niño travesti.
Nuestras historias de vida y confesiones, no solo parecio sorprenderla sino que tambien entender el grado de frustración de su vida y seguiria agradeciendonos por tarnsformarla. Ella nos confeso que jamas habia tenido un orgasmo, a lo cual Don Francisco le dijo que eso era una mentira ya que cuando este le retiro la bola vibradora si lo habia tenido. Malu le respondio que habia desconocido la sensacion de ese momento y que de haber sido el primero fue la mejor que habia sentido en su vida. Dicho esto comenzo a reirse y nosotros tambien.
Las risas fueron interrumpidas por la pequeña Julia, que dijo desear tener piercing como los que tenian Flavia, Malu o como el que poseia Cecilia/Carlitos. Malu al percatarce de lo dicho por la pequeña y al observar el piercing que poseia en la base de su diminuto pene el pequeño travesti, le pidio que se acercara para verlo. Cecilia/Carlitos se acerco y la mujer al tenerlo frente de ella lo examino; con una de sus manos tomo los testiculos y con la otra el pequeño miembro. Hizo que el niño se diera la vuelta y con sus mano separo las nalgas de este; expreso que no podia creer o imaginarse que una verga adulta como la de Don Francisco o la mia podiera ingresar en un trasero tan pequeño como ese. Julia le dijo que en su cola tambien le ingresaba, acercandose y separando sus nalgas con las manos. Malu al ver los dos pequeños traseros abierto frente a ella no podia creerlo. Julia le dijo que en su cola habia entrado la pija de un perro que era mas grande aun que la de Don Francisco.
Este comentario por parte de la pequeña hizo que le contara como habia sucedido ya que habia lo habia omitido anteriormente. Mientras se lo relataba; Malu llevo una de sus manos a su entrepierna y comenzo a tocarse. Julia y Cecilia/Carlitos se aproximaron a Don Francisco y comenzaron a acariciar la verga de este. Flavia hizo lo mismo conmigo. Para cuando termine el relato Don Francisco y yo teniamos una terrible erecion.
Flavia se sento sobre mi y comenzo a cabalgarme suavemente. Don Francisco habia echo recostar a los pequeños en un sillon y lamia sus genitales altenadamente. Minutos despues, comenzo a penetrar su ano con los dedos, llevandose la mayoria la pequeña julia; ya que a esta, el viejo doctor la penetraba con dos dedos en la vagina y dos en el ano, mientras que a Cecilia/Carlitos solo le metia dos en el ano.
Despues de unos minutos, flavia introdujo mi verga en su ano y siguio cabalgandome suavemente. Don Francisco habia echo colocar a los niños un sobre el otro y comenzo a penetrarlos en sus agujeros recientemente dilatados por sus dedos. Malu continuaba masturbandose sin dejar de observarnos. Poco despues yo acabe dentro del ano de Flavia; Don Francisco lo hizo fuera de los niños sobre sus genitales y Malu lo hizo mojando el sillon.
Cuando todos recuperamos el aliento, Malu le pidio a los niños que se acercaran ya que deseaba ver como habian quedado sus anos. Julia y Cecilia/Carlitos se acercaron a ella, dandole la espalda con aua manos separaron sus respectivas nalgasfrente a esta. Malu acaricio el canal separador de cada uno hasta llegar a sus enrojecidos anos que volvian a su forma natural. Despues de esto le dio un beso a cada uno de ellos.
Flavia le pregunto a Malu si tambien deseaba ver su ano, aclarandole que yo habia acabado dentro de ella y como lo habia echo Don Francisco, que acabo fuera de los niños y entre medio de ellos y en sus genitales. Malu dijo que no le importaba el semen que tuviera y que con gusto le veria su trasero. Flavia se posiciono de la misma forma que los niños frente a ella y cuando separo las nalgas con sus manos, de su ano comenzo a caer un fino chorro de mi semen. La mujer al ver esto le dijo que si deseaba mantener el liquido dentro deberia colocarle un tapon e introdujo su dedo medio en el. Al sentir la introducion del dedo, Flavia gimio. La mujer noto que en unas de las nalgas de Flavia habia una cicatris que decia "PUTA" y pregunto a que se debia, lo cual me llevo a relatarle el motivo que tambien habia omitido. Malu nos pregunto si dentro eso mismo teniamos planeado para con ella en su tormentos ya que ella y Flavia poseian piercing en las mismas zonas; nuestra respuesta fue que si lo habiamos contemplado pero que no volveriamos a torturala o sodomizarla. Malu medito unos segundos y nos pidio que cuando se el momento en que ella deba de irse la marcarmos a fuego como a Flavia, para asi no olvidarse lo que aqui habia ocurrido. Con su otra mano caricio la cicatriz y le dio un calido beso.
Cecilia/Carlitos se dio media vuelta mostrandole su pequeño pene a la mujer. Esta observo que lo que le habia dicho anteriormente Flavia era verdad ya que en los genitales del niño habia rastros de semen de Don Francisco. Malu lo tomo de las nalgas para acercarlo a su rostro e introdujo en su boca su pequeño miembro y sus testiculos succionandolos, mientras su mano acariciaba la vagina y su dedo ungaba el ano de Flavia.
Don Francisco y yo tomamos a julia y comenzamos a tocar su desnudo cuerpo infantil, mientras ella nos acariciaba nuestras flacidas vergas haciendo que estas recobraran vida en poco tiempo. Malu y Flavia se colocaron en posicion de 69 lamiendose sus vaginas mutuamente. Don Francisco tomo a Cecilia/Carlitos y lo penetro. Yo hice lo mismo con Julia. Las tres parejas acabamos casi al unisono y totalmente agotados nos fuimos a dormir.
La primera en despertase al dia siguiente fue Bianca; quien habia dormido todo el dia anterior producto del gas nitroso que e aplicara su abuelo. Bianca algo aturdida y desorientada se encontro con su madre durmiend en un sillon del living y que en su cara habia una pequeña sonrisa. Uno a uno nos fuimos levantando y hasta que no nos hubieramos sentado a desayunar no mencionada de lo ocurrido a Bianca. Cuando comenzamos a explicarle lo ocurrido y los motivos del por que de su anesteciamiento. Malu le conto todo lo que habia hablado con Roberto (su padre) y el por que el no se encontraba presente. Al final madre e hija se convencieron de que todo lo ocurrido hasta el momento habia sido para el bien de las dos; ambas se perdonaron mutuamente y se abrazaron y lloraron por unos minutos.
El resto de la mañana transcurrio por demas de tranquilo. Entre charlas vanales, disfrutando de la piscina y tomando el sol todos desnudos. Durante el almuerzo; Flavia me hizo saber que habria que ir a la ciudad por alimentos y otros quehaceres, asi que con Don Francisco quedamos que iriamos a buscarlos, mientras ella, Malu y Bianca limpiaban la casa. Para cuando volvimos a la casa quinta ya era media tarde; las mujeres y los niños estaban en la piscina nadando. En cuanto a nosotro nos deseperabamos por estar desnudos nuevamente. Descargamos las proviciones y despues de desnudarnos nos sambullimos en la piscina.
Despues de un rato, Don Francisco salio de la piscina y se recosto en un sillon, detras de el salieron Julia y Cecilia/Carlitos quienes se acostaron uno a cada lado y comenzaron a jugar con su flasida verga. Flavia y Malu comenzaron a besarse apasionadamente, mientras se tocaban sus vaginas mutuamente por debajo del agua y yo me masturbaba observandolas. Bianca que habia ido al baño de la casa al salir y encontrarse con esta escena se quedo inmobil observando por unos segundos y como si todo fuera normal volvio a meterse en la piscina. Se acerco a su madre y esta separandose de los labios de Flavia le dijo un pequeño beso en la comisura de los labios. Despues de esto, Flavia la tomo por la nuca y le dio un apacionado beso de lengua. Las tres salieron de la piscina y se dirigieron donde estaba Don Francisco y yo las segui.
Don Francisco estaba recostado boca arriba, sobre su cara tenia a Julia a la cual le lamia su concha y sobre sus caderas estaba Cecilia/Carlitos siendo penetrado en su ano. Malu se acerco a ellos y comenzo a lamer los testiculos del vuejo doctor y de Cecilia/Carlitos. Yo abrase a Bianca y a Flavia; esta ultima al sentir mi ereccion tomo una de las manos de la niña y la guio hasta esta y comenzaron a masturbarme, para despues arrodillarse y comenzar a chuparme la verga por unos minutos. Nos recostamos en el piso y mientras Bianca me succionaba la verga, Flavia fue raudamente hasta la habitacion de torturas y regreso junto al arnes con consolador y se lo coloco. Bianca al verla dijo que era muy grande y yo le dije que no se preocupara que no era para ella. Comenze a lamer la lampiña vagina de la niña y esta comenso a gemir. Mientras tanto Flavia lamia mi ano y lo dilataba con sus dedos.
Minutos despues; Flavia apoyo la punta del consolador en mi ano y yo la punta de mi verga en la vagina de Bianca. Con un leve moviento, Flavia se introdujo dentro de mi y yo dentro de Bianca desvirgandola. Comenzamos a movernos ritmicamente por un rato hasta que acabe dentro del utero de Bianca en el preciso instante en que ella llegaba a su orgasmo. Malu al observar esto se acerco a nosotros y beso apasionadamente. Don Francisco, hacia ya rato habia acabado nos felicito a los cuatros. Cecilia/Carlitos se acerco a Bianca, le dio un beso en la frente y le dijo que ya era una putita. A lo que ella respondio que recien empezaba a aprender.
Malu y Flavia tomaron a Cecilia/Carlitos y comenzaron a besarlo y a besarse. Julia comenzo a lamer la verga de Don Francisco haciendo que esta se parara nuevamente. Yo comenze a lamer el ano de Bianca y a introducirle un dedo para dilatarlo, despues de unos minutos fueron dos y hasta tres dentro de ella.
Me recoste boca a arriba y le pedi a Bianca que se ubicara arriba mio dandome la espalda. Lentamente la niña fue sentadose en mi verga hasta que logro una completa penetracion. Entonces se acerco Don Francisco, quien beso a su nieta y despues se posiciono entre sus piernas para penetrarla. Cuando lo hizo comenzamos a movernos ritmicamente mientras ella gemia.
Mientras tanto, Flavia le habia cedido el arnes consolador a Malu, quien se lo coloco mientras Cecilia/Carlitos lo lamia y succionaba. Despues, la mujer hizo que se colocara recostara en un sillon y levantandole las piernas introdujo el enorme consolador de 30 x 9 en el ano de su amante niño travesti. Esta al recibirlo dio un pequeño grito y comenzo a gemir a medida que la mujer se lo introducia y se lo sacaba de su pequeño trasero.
Flavia por su parte habia formado sobre el sillon grande un 69 con la pequeña Julia sobre ella. Mutuamente se lamian sus vaginas. La pequeña niña comenzo a introducile sus dedos a Flavia, mientra que esta hacia lo mismo con la niña. Uno a uno comenzo a tener su orgasmo y todos terminamos agotados siendo ya casi la hora de preparar la cena. Despues de cenar volvimos a repetir lo de esa tarde hasta quedarnos dormidos.
Los dias pasaron rapidamente de orgia en orgia entre nosotros siete. Casi dos semanas despues de su partida, regreso Roberto junto a Pamela. Le contamos todo lo sucedido durante sus ausencias; Pamela se lamento de no haber estado para desvirgar a Bianca y esta le dijo que que podria ser suya cuando, donde y como lo quisiera. Roberto por su parte se alegro que su aun esposa hubiera gozado y dsifrutado de todo eso y por eso le permitio quedarse un par de dias mas a pesar de que ya tenia los papeles del divorcio.
Durante una semana mas; los siete junto a Roberto y Pamela seguimos disfrutando de unas orgias espectaculares. El dia en que Malu se fue, tal como se lo prometimos y despues de una de nuestras orgias la marcamos a fuego con las palabras de "PUTA". Despues de eso no la volvimos a ver.
Durante un año quienes nos quedamos disfrutamos de encontrarmos casi semanalmente para divertirnos. Cuando Flavia cumpli los 18 años me case con ella. A los pocos meses de nuetro regreso de nuestra luna de miel y como era verano y los niños estabas de vacaciones Roberto los llevo de viaje junto a Pamela y a Don Francisco. Lamentablemente sufrieron un accidente y la unica sobreviviente fue Bianca. Este hecho nos destrozo emocional y espiritualmente a Flavia y a Mi. Tome todos los recaudo posible y logre obtener la custodia de Bianca hasta que cumpliera los 18 años. Durante 8 años convivimos juntos los tres y compartiamos la misma cama. Cuando Bianca se fue a la capital a estudiar comenzo el fin de nuestra historia entre Flavia y yo. Poco despues y de comun acuerdo nos separamos. Ella se fue de la cuidad y con el tiempo formo otra familia, la cual nunca supo de su pasado; yo continuo en esta maldita ciudad con mis negocios y mi estudio contable.
Continuará

Fiesta familiar, Parte 30 (de Cazzique)
15 de diciembre de 2024 en Relatos SDPA, Jovencitas, Incesto
Salimos del cine bastante excitados y nos dirigimos a casa, todos íbamos comentando las escenas de la película, Vanesa y mi mujer iban sentadas en la parte trasera del auto mientras que de copiloto la hacia Carolina, de vez en cuando y disimuladamente mientras hacia los cambios le rozaba los muslos a la pequeña, llegando a casa yo les sugería a todas que lo mejor sería seguir viendo películas de estas y mi mujer y mi hija dijeron que si aunque noté un poco de desconcierto en mi nueva y joven amante, ante la insistencia de todos, nos sentamos los cuatro muy pegaditos en el sofá de la sala y yo puse un DVD porno, las escenas comenzaron y apenas como a los cinco minutos comencé a abrazar a mi hija que estaba a mi lado derecho, Carolina estaba sentada a mi lado izquierdo y mi mujer al otro lado de ella. Mis manos acariciaban disimuladamente la espalda de mi hija y su amiga lo notó, ya más nerviosa y excitada de repente echaba una mirada para ver que era lo que yo le estaba haciendo a mi hija, pase mis manos de la espalda de Vanesa a sus firmes senos, metí la mano por debajo de su blusa así como la abrazaba y ahora masajeaba la fina carne de mi niña, noté la turbación de Carolina al notar como mi mano se mene aba por debajo de la blusa de mi hija y ya eran más insistentes sus miradas pero nosotros seguíamos como si nada pasara, como por distracción deje caer mi mano derecha entre las pierna de Carolina y la mía y con suaves movimientos comencé a acariciarla, la niña se puso muy nerviosa y volteaba a ver disimuladamente a mi mujer para ver si ella no se percataba de lo que sucedía.
Con más me paré y le pedía a Vanesa que me acompañara a la cocina para preparar algo, ella se puso de pie y ambos salimos con rumbo a la cocina, llegando nos comenzamos a besar apasionadamente, yo de pie y Vanesa recargada sobre la mesa del desayunador, obviamente nos comenzamos a tardar más de la cuenta y mi mujer le dijo a Carolina que fuera a ver por que nos tardábamos tanto con lo que estábamos preparando, por supuesto que ella sabía lo que estábamos haciendo y se divertía al igual que nosotros con las acciones de Carolina, nerviosamente la jovencita se acerco a la puerta de la cocina, Vanesa la vio asomándose por al ventanilla y me lo informó con un leve pellizco en la espalda, entonces yo pasé mis manos de su espalda a sus nalgas, metiéndolas por debajo de la minifalda de mi hija, las sobaba con lujuria y ella se restregaba más a mi, podía sentir sus firmes senos pegándose a mi pecho y ella los restregaba de un lado para otro; la pequeña Carolina no podía creer lo que veía y su morbo no le permitía tampoco apartarse de la ventanilla de la puerta de cocina, entonces yo me separé un poco de mi hija y fui abriéndole lentamente la blusa, dejando al aire sus hermosos senos, me agache y comencé a mamárselos a la vez que con mis manos los estrujaba tiernamente, las manos de Vanesa fueron hasta mi cabeza e hizo presión para que fuera descendiendo por su vientre, llegue entonces hasta la orilla de su minifalda y se la quite, la prenda calló al suelo dejando ver las bragas negras de encaje que mi hija traía puesta, nuevamente mis manos pasaron a sus nalgas y luego fui bajando sus bragas, su linda vagina quedo libre y mi boca se pegó a ella como una sanguijuela, mi lengua comenzó a explorar su clítoris dando lengüeteadas de arriba para abajo; Vanesa se subió a la mesa y s e dejó caer de espaldas sobre la lisa superficie sus pies quedaron al borde de la mesa dejándome ampliamente abierta su rajada, me acerque para comenzar a mamársela, sus jugos escapaban como ríos gracias al morbo de estar siendo observados por su amiguita.
Después de un rato de mamar su rica conchita me puse de pie y me desnude por completo, mi verga estaba completamente dura, la tome con la mano y me acomode entre las piernas de mi hija, puse la cabeza entre los labios vaginales de ella y poco a poco fui penetrándola, Vanesa gemía y suspiraba con gran placer, en pocos segundos toda mi verga estaba en el interior de mi pequeña, comencé un leve bombeo, despacio, como para poder sentir como sus pliegues se agarraban de la carne de mi tronco, las caderas de Vanesa se comenzaron a mover circularmente y de pronto ella comenzó a venirse con fuertes jadeos y gemidos. Su vagina comenzó a apretarme la verga fuertemente, tanto que tuve que detenerme por unos instantes para que ella no me ordeñara toda la leche ya que quería que esto continuara por más tiempo, descansamos solo unos segundos y luego en la misma posición continuamos cogiendo.
Cuando Vanesa tuvo su segundo orgasmo entonces me pidió cambiar de posición, se levanto de la mesa y se puso frente a ella, luego se empino dejando su hermoso culo en pompa, de su vagina chorreaban gran cantidad de jugos, mi verga también estaba completamente empapada.
–Así papá… métemela por el culo. – Dijo Vanesa mientras se abría los cachetes de las nalgas mostrándome su apretado ano descaradamente.
–Claro que si mi amor… prepárate…– le conteste lujuriosamente.
Me acerque a mi pequeña y apunte directo mi pene a su ano, lentamente la fui penetrando, primero la cabeza, despacito, empuje más y el tronco fue abriéndose paso en su interior, su ano se iba abriendo y recibiéndome sin ninguna dificultad, después de unos cuantos minutos mis bolas chocaron con vagina, inicié el bombeo lentamente y sacaba mi verga hasta la cabeza para luego sumergirla en lo más profundo de su culo.
–Así, papá, así… que delicia… más… no dejes de moverte. –
Yo empujaba una y otra vez, mientras que mis manos sujetaban por la cadera a mi Vanesa, en cada estocada ella meneaba su culito circularmente y este movimiento me estaba llevando hasta el final, una, otra y otra vez le hundí mi verga en su culito, traté de retener mi venida lo más que pude pero de pronto mis jugos comenzaron a salir disparados dentro de lo más profundo de mi hija, ella llevó sus manos a mis nalgas y me apretó contra ella para poder sentir como la inundaba con mi semen para momentos después comenzar ella también a venirse gracias a que siguió moviendo su cadera en mi palo.
– ¡Ho si papi… puedo sentir tu leche caliente dentro de mi! ¡Ahh… que delicia!–
Pronto gruesas gotas de semen comenzaron a escurrir por sus muslos y su vagina cayendo al suelo, yo me agache para poder besarle el cuello y mis manos pasaron a masajear sus tetas, ambos continuábamos meneando nuestras caderas para así poder dejar en su interior toda la leche que me pudiera quedar, las sensaciones se agolpaban en mi cabeza haciéndolas casi insoportables, la dicha era completa, Vanesa experimentaba también lo mismo y se notaba por el ruido de sus jadeos y las palabras que me decía, mi verga seguía aun un poco dura después de la potente vendida que acababa de tener y esto nos permitía seguir moviéndonos ahora ya más calmadamente, en realidad no me quería salir de ese apretado agujero de mi hija, ella seguía acariciando con sus manos mis nalgas, apretándolas para informarme que lo quería lo más adentro posible, yo me pegaba entonces más a ella para que la penetración fuera más profunda aún. Cuando mi verga comenzó entonces a perder el vigor y la dureza entonces los dos volteamos a ver a la ventanilla de la cocina y ahí seguía incrédula Carolina, no se inmutó al ver que la estábamos viendo y después de un par de minutos así vimos que una sombra se acercaba por detrás de ella.
Continuará

3 clips L0L1 y SH0T4 (de Datalx)
14 de diciembre de 2024 en Videos L0L1 & Sh0t4