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    Pervirtiendo a unas nenas inocentes, relato SDPA en blogSDPA.com

    Pervirtiendo a unas nenas inocentes, Parte 07

    28 de diciembre de 2024 en Relatos SDPA, Jovencitas

    Esta publicación es la parte 7 de un total de 24 publicadas de la serie Pervirtiendo a unas nenas inocentes

    Habían pasado 4 semanas en las que estuve con mis princesas putas, las había visto 2 veces por semana e incluso Johana me había pedido si podía ir un tercer día ya que su abuela no iría, me gustaba como Jo tomaba iniciativa para estar juntos, tenía un tesoro con esta niña.

    Estaba en la cama matrimonial de la mamá de mis putitas, tenía a Jo boca abajo y debajo de mí, se la metía fuerte y profundo por su rajita, tenía mi mano derecha en su entrepierna y le pellizcaba fuerte el clítoris mientras se la metía una y otra vez, ella pujaba a cara arremetida que le daba, ya llevábamos 1 hora cogiendo, se sostenía con sus dos manitas de las sábanas para resistir mis embates, de hecho lo hacía para que fueran más profundos, gemía fuerte cuando le apretaba más el clítoris con mis dedos, levanta sus nalguitas sosteniéndose firme de la sabanas y yo solo en la gloria sintiendo como su estrecha rajita aprisionaba mi pito como si lo quisiera ahorcar, ya estaba trabajando en el culito de ella, aún no la penetraba por ahí, solo la dilataba con mis dedos mientras me la cogía ya sea por su rajita o por la boca.

    La tome del cuello y la jale hacía mí, ella ya sabía qué hacer, giro su cara para permitir que mi lengua entrara en su boca, que en cuanto lo hiso fue recibida por su tibia lengüita, nos enroscamos en un beso pasional impropio de una nena de esa edad, la estaba pervirtiendo, aunque a veces no sabía si ella era la que me pervertía a mí.

    Me proponía cosas que ni siquiera imaginaba pasaban por su cabeza, gimió fuerte cuando acelere mis metidas

    Aaahhh aaahhh aaahhh si, así me gusta.

    Te gusta mi putita

    Sí, mucho.

    Y ¿si me pones boca arriba y me metes deditos?

    Guau, era un tesoro, ya lo habíamos hecho infinidad de veces y a ella le gustaba que le metiera dedos en su culito mientras me la cogía; se la saque y la puse boca arriba, pase mi glande por su introito y solo empuje un poco para que se perdiera dentro, le metí dos dedos en la boca y ella los chupo, más bien los ensalivó y una vez que sentía estaba muy mojados de saliva, me deje caer sobre ella y la bese metiendo mi lengua ella cerró sus ojitos verdes y me recibió con gusto, metí mi mano entre sus nalguitas y localice su culito, primero metí uno

    Aaahhh

    Fue el suspiro de ella al sentir el intruso, lo saque y metí lubricando su cuevita, ella movía su cadera y cerrando los ojitos me besada saboreando mi lengua, cuando sentía que ya estaba lubricada acomodé el segundo dedo, abrió sus ojitos solo para ver mi rostro de placer al hurgar su anito, hiso una mueca de dolor y después sonrió cuando entro el segundo dedo y volvió a cerrar los ojos y me siguió besando, ya no movía su cadera se quedaba quieta para que yo metiera y sacara los dedos de su culito, el placer era inmenso.

    Me movía como loco, recordaba las primeras veces que se lo hice, como batalle para lograr tal dilatación y que aguantara mis cogidas, me movía fuerte para que se acostumbrara a la brusquedad, si quería explotarla tenía que adelantarme a los pervertidos que se la cogerían, lo más seguro es que lo haría muy fuerte y para eso la entrenaba, para que no tuviera miedo ni dolor cuando los locos se la cogieran por todos sus agujeritos, al contrario que ella disfrutara con la brusquedad, eso haría que los clientes tuvieran mas satisfacción arrancándole orgasmos a una nena inocente.

    Estaba en mi punto máximo de excitación mi pito entraba y salía lubricado por su excitación y el líquido que escurría de su rajita era absorbido por su culito que recibía mis dedos, cabe mencionar que estos entraban y salían a la velocidad de la luz, los dos gemíamos fuerte, la cama rechinaba como catre viejo, en eso estábamos los dos, cuando escuchamos que se abrió la puerta, volteamos y vimos para a Pao

    ¿YaYa llevan mucho ya me aburrí de ver las películas, son las mismas de siempre

    ¡Lárgate! Sabes que no nos debes interrumpir ¡lárgate!

    Johana le grito a su hermanita, no le gustaba que ella estuviera presente cuando me la cogía, era muy posesiva y territorial, lo que no sabía era que igual estaba en mis planes cogérmelas a las dos y compartirlas con amigos míos, la bese en la boca para tratar de tranquilizarla, cerro sus ojitos mientras lo hice y me seguí moviendo, deje de besarla y voltee hacia Pao que nos seguía mirando seria desde la puerta

    Pasa Pao

    Jo abrió los ojos y me miró, yo le sonreí para que se tranquilizara

    Tranquila mi amor, ya es tiempo de compartir las cosas con tu hermanita, anda Pao, siéntate aquí nuestro lado

    Pero ¿qué hacen? ¿por qué tardan tanto? Siempre se encierran en los cuartos y tardan mucho, me aburro, ya vi todas las películas

    ¿te tocaste mientras las veías?

    No, ya me aburren, ya se lo que va a pasar

    Bueno entonces quédate a jugar con nosotros para que no te aburras

    Si, ¿qué hacen?

    A ver dime, ¿qué es lo que hacen las niñas en las películas que ves?

    Cogen con los adultos

    Así es, es lo que hacemos tu hermanita y yo, cogemos y a ella le gusta, y pronto lo haremos tu y yo y te gustara

    Pao sé quedó mirando, le toma la mano y la lleve a que tocara con mi pene que entraba y salía de la rajita de su hermana, mientras hablaba con Pao nunca deje de cogerme a Johana, por lo que seguía mojada, Jo había cerrado los ojitos después que le dije compartiríamos con su hermanita, termino cediendo y siguió disfrutando mi metidas en su rajita, Pao palpo mi pito duro entrando y saliendo de su rajita, sonrió emocionada sintiendo en carne viva lo que veía en las películas.

    La jale hacia mí y la bese en la boca, ella correspondió, ya sabía cómo hacerlo, me la chupaba después de que me cogía a su hermanita, le hacía aun mete y saca feroz en su boquita, ella ya toleraba eso y ya no le daba miedo, saque mi verga de Jo y se la ofrecí a Pao, era la primera vez que ella probaba mi verga con jugos vaginales de su hermanita, mamo mi pito y saboreo el moco vaginal, pensé que sería más difícil o que le daría asco, pero desde abajo me miro sin dejar de chupar y me brindo una sonrisa de gusto.

    No esperé más, la sujete de la nuca y moví mi cadera metiendo y sacando mi verga de la boquita de Pao, ella cerró sus ojos y dejo hacer por mí, cuando hiso un arqueo de vómito me detuve, la baba escurría por sus comisuras y eso me prendió, me encantaba ver como se le lagrimeaban los ojitos por la falta de aire y como escurría su baba por su boquita.

    Jo desde la cama con las piernas abiertas nos veía, tomé su manita y la lleve a su rajita para que tocara solita, me sonrió entendiendo que es lo que yo quería que hiciera, abrió su boquita cuando metió dos deditos en su cuevita, le saque los dedo se los chupe, se los ensalive y los regrese a su entrepierna, solo que ahora los guie a su culito, ella abrió los ojos sorprendida pero divertida como diciendo “como crees”, pero cuando los empuje no tuve que decirle nada y solita los metió y saco de su culito, voltee a la cámara que filmaba el suceso, ya no traía yo mascara, había aprendido como borrar rostros del video, así que ya no preocupaba ponérmela, además me hacía sudar demás.

    Pao seguía chupando con ganas, sentí que era tiempo de cambiar, la acosté al lado de su hermanita y metí mi cara en su entrepierna, ella la recibió con una sonrisa, eso si que le encantaba, que mi lengua hurgara su cuevita y que le hiciera cosquillas con ella, saboreaba su esencia tanto con mi lengua como con mi nariz, no me cansaba de ver como se iba mojando tanto de mi saliva como de sus jugos de excitación, Jo estaba a un lado, obedientemente se seguía dedeando el culito, movía su cadera saboreando el placer anal, mi mano izquierda busco la rajita de Jo, trate de penetrarla pero ya se estaba secando, me separé un poco de Pao y moje mis dedos rápidamente para no perder la excitación de Pao, regrese a su rajita con mi lengua y mis dedos se perdieron dentro de la rajita de Jo, qué gimió al sentirse penetrada por mis dedos, ahora si era un coro de gemidos infantiles, pocas veces habíamos compartido juntos, generalmente me llevaba a Jo me la cogía por un buen rato, dejábamos a Pao solita en la sala viendo las pelis porno para que se dedeara, después llegaba yo me la comía con la boca en su rajita y después le hacía chupar mi pito hasta que sacara mis mocos y dejarlos dentro de su boquita, siempre eran mínimo dos eyaculaciones cuando nos juntábamos, una en la rajita y potra en la boquita.

    Cuando sentí que ya habían alcanzado el punto máximo me separe de las dos y me puse de pie viéndolas, las dos abrieron sus ojitos y se apoyaron sobre sus codos levantándose un poco

    ¿les gustó mis putitas?

    Si—contestaron al mismo tiempo

    Bueno Jo, es hora de que empecemos a penetrar más a Pao ¿no crees?

    Jo me miró con dudas, en ese momento no sabía si pensaba en el daño que podría hacerle a su hermanita menor con mi pito o en que ya no sería mi favorita al cogerme también a su hermanita

    ¿me ayudaras? Te necesito aquí para romper a tu hermanita

    Ella asintió no muy contenta pero ya era mía y haría lo que yo le pidiera, fue ella misma quien de mi maleta sacó un pomo de crema dilatadora, la misma que había usado con ella y gentilmente esparció el líquido gelatinoso en su manita para después con la habilidad propia de una niña le fue aplicando la crema, su hermanita al sentir el frio del gel cerró un poco las piernas, pero después riendo las volvió a abrir.

    Jo estaba en cuatro sobre la cama aplicándole el gel a su hermanita, me posicione atrás de ella, apunté mi pito en su rajita y tras pasarlo de arriba a abajo para llenarlo de moco vaginal, lo hundí en la rajita, Jo gimió agachando la cabeza como queriendo ver la cama, pero sus ojitos estaban cerrados, sentí su placer en la rajita que me recibió con una contracción y además manifestado con sus manitas que apretaron la sábanas, la sujete con mis dos manos de sus pequeñas caderas e inicié mi movimiento de cadera, lo hice moderado para permitirle continuar lubricando a su hermanita que a ojitos cerrados con gusto recibía las caricias de su hermanita.

    Pao se movía inquieta, abría y cerraba las piernitas al sentir como Jo hábilmente le estaba metiendo lubricante en su rajita, metía uno y a veces dos deditos, no solo la lubricaba, además la excitaba con sus deditos, me encantaba Jo, desde mi posición veía como su rajita se comía casi entera mi verga y al mismo tiempo como estimulaba a su hermanita que cerrando ojos gemía; era un coro de gemidos, Pao por su hermanita, Jo por mi verga y yo por su estrecha rajita, voltee a la cámara que filmaba todo, sonreí y bombee más fuerte a Jo, que tuvo que dejar de dedear a su hermanita para sostenerse de las sábanas con sus manitas, casi grito cuando sintió mis feroces y potentes embestidas, pero no se quitó ni hiso muecas de dolor, abrió su boca gimiendo fuerte, ya sabía sentir placer con mis cogidas y pronto lo haría su hermanita menor, que abrió los ojos y nos vio en nuestra salvaje cogida.

    Estaba frenético embistiendo a Jo, sentí que acababa en su rajita, pero esa no era mi intención, mi intención era Pao, la desfloraría enfrente de su hermanita, ella me ayudaría; le saqué mi verga y ella se desplomó sobre la cama, cato metiendo su cara en la entrepierna de Pao, saco su lengua y la metió en la fraternal rajita, Pao solo volvió a cerrar los ojos y se volvió de dejar llevar, yo agarré aire pues lo necesitaría en verdad y me moví hacia Pao.

    Jo, tú me vas a ayudar a romperle la rajita a tu hermanita, la aremos tan puta como tú, ¿lo harás?

    Jo asintió sonriendo, iba a hacer puta a su hermanita y eso le gustaba, era controladora, dominadora, y controlaría a su hermanita a voluntad, me coloque de rodillas entre las piernas de Pao, Jo se acercó a nosotros y me miró, le ordené que tomara y guiara mi pito a la rajita de su hermanita, así lo hiso, tomo mi rígido pene y lo puso en la entrada de la rajita, yo empuje un poquito y mi glande se acomodó un poco adentro de la cuevita, Pao hiso una mueca de dolor, Jo al verla se acercó y la beso en la boca, lo hiso suavemente para relajarla, Pao correspondió el beso cerrando los ojos, Jo sin cerrarlos la siguió besando y con su mano izquierda tomo mi verga la masturbo para que no perdiera erección, besaba a su hermana y masturbaba mi pene para que siguiera rígido camino a su misión.

    Fue la misma Jo quien jaló mi verga y la metió un poco más en el introito, Pao gimió nuevamente de dolor, y este quejido quedo tapado por la boca de Jo que la seguía besando, le metía la lengua, lo hacía de una forma tan sensual que me excitaba a tope, la imagen más la masturbación y más la sensación del estrecho agujero de Pao me estaban llevando al cielo; Jo seguía besando a Pao pero no cerraba los ojos, la veía como estudiándola, cuando noto que se relajó volvió a jalar mi verga y esta llego hasta su pequeño himen, cabe decir que no poseo el mega miembro, eso facilitaba mi perversión sin tanta sensación de culpa.

    Pao gemía, sus gemidos dentro de la boca de Johana resonaban en toda la habitación, Jo volvió a jalar mi pene dentro de la rajita de su hermana y sentí que algo se desgarro, Pao grito en serio, pero Jo no desistió, me tuve que detener porque Jo me jalaba más adentro, al sentir mi resistencia me volteo a ver, estaba seria, sabía yo en ese momento que ella quería tener el control de la desfloración de su hermanita.

    Jo, mi putita, tiene que ser más lento, sino sangrara demás

    Me miro seria y regreso a besar a su hermanita, que ya ponía cara de susto, la beso tiernamente, le lamia la cara, los ojitos, era como si la consolara de un regaño, Pao recibía las caricias que su hermanita le hacía cerrando los ojitos y abriendo la boquita cuando le metía le lengua, yo seguía con mi pene duro, Jo no dejaba de masturbarlo mientras hacía caricias para calmar a su hermanita; cuando sintió que Pao se había vuelto a calmar jaló nuevamente mi pene, en esta ocasión sentí el desgarró del pequeño himen de Pao, que pujo al sentirse desflorada, Jo lo saco un poco solo para regresarlo, yo seguía el movimiento de la mano con mis caderas para facilitarle la desfloración.

    Jo tenía el control total del movimiento, movía mi verga dentro y fuera de la rajita de Pao y ahora le chupaba los diminutos pezones, Pao apretaba los ojitos mientras movía mi verga dentro y fuera de ella, ya me había cansado, pues sentía como temblaban mis piernas por el esfuerzo, me deje caer, pero no totalmente sobre Pao, solo apoye mis manos sobre la cama, sentí como mis piernas me lo agradecieron, Jo hacía movimientos mas rápidos sobre la rajita de Pao y mis caderas ya cobraban autonomía de las manos de Johana y de mi propio control, ya sentía el placer de penetrar la rajita de Pao, como resbalaba mi pene lubricado por la sangre infantil, quería meter más, mi verga así lo pedía, hice un movimiento rápido y mi verga logro entrar casi hasta la mitad, Jo se tuvo que quitar de entre Pao y yo y ahora si me deje caer por completo sobre ella; una vez estando en esa posición lo primero que hice fue besar en la boca a Pao que abrió su boquita dejando meter mi lengua, sentí la tibieza de su boquita y como la aflojo para permitir mis besos y lengüetazos, estaba poniéndome frenético, Jo esta hincada sobre la cama a un lado de nosotros y acariciaba mi espalda mientras yo me movía más rápido, Logre conseguir que Pao empezara a gemir de placer e hiciera movimientos suaves con su cadera, levanto sus piernitas y aproveche para tomarlas y sujetarlas con mis manos, la tenía toda doblada, solo era cuestión de empujar mas y penetraría a fondo a la niña, pero algo dentro de mí me detuve, si así eso podía dañarla, trate de controlarme y solo metí y saque lo que ya había logrado meter, aumente la velocidad sin dejar de besarla, sentía como Jo apretaba mi espalda queriendo que se lo hiciera más fuerte a su hermanita, así lo hice, acelere mi embestidas y sentí las lágrimas de Pao correr por su carita, con mi boca las junte y las absorbí, mis huevos ya pedía vaciarse, esa necesidad era más fuerte que yo, enloquecí por esos segundo y metí mi verga en lo más hondo de Pao pujando y gimiendo en mi placer, mis huevos dispararon la leche que se acumuló dentro de la rajita y la desbordó saliendo por los costados de mi verga que no dejaba de entrar y salir haciéndome el hombre más feliz de la faz de la tierra.

    Eyaculé copiosamente dentro de Pao y una vez conseguido mi “egoísta objetivo”, me desplomé a un lado de ella, Jo se abalanzó sobre de mí y se subió a horcajadas, me besaba con verdadera excitación, metía su lengua dentro de mi boca, su rajita quedó sobre mi aguado y ensangrentado pene, ella movía su cadera sobre mí, frotando si peque{o clítoris sobre mi verga, tenía una mano sujetando mi cuello mientras me besaba y la otra acariciaba mi pecho izquierdo, era una experta, veía en nuestras películas porno, como los adultos acariciaban a las niñas y ella lo hacía así conmigo, se retiraba para besar y chupar mi cuello y agachaba su cabeza metiendo mi pezón dentro de boca, lo chupaba como si fuera a sacar leche de él, tanto movimiento y cachondeo de ella me hiso excitar de nuevo mi verga cobro vida estimulada por su rajita que se movía de atrás hacia adelante, ella lo sintió y sonrió satisfecha por su logro, me besó en la boca metiendo su lengua y con su mano derecha pellizco mi verga.

    Ninguno de los dos nos preocupamos ya por Pao que sollozando no miraba como cachondeábamos a un lado de ella

    Puta— le dije sonriendo

    Si, tu puta, tú me hiciste así

    Contesto Jo, la tenía sujeta de las caderas y la levante poniéndola a un lado mío, la puse boca abajo y metí mi cara en su culito.

    Mi lengua se introdujo un poquito, ya estaba dilatado con mis dedeadas de hacía rato, Jo gemía como adulta, moviendo su tórax de un lado a otro apretando las sábanas, le deje mucha saliva en el oscuro hoyo y me situé sobre ella, mi verga dura buscó un agujero, estaba apoyado sobre la cama con mis rodillas y las dos manos, no podía tomar mi verga así que le dije

    Jo, toma mi verga y métetela en tu culito, demuestra lo puta que eres

    Ella sin voltear paso sus manos hacia atrás buscando mí duro pito, cuando lo halló lo dirigió obedientemente a su culo, sentí como mi verga de atoro en la entrada de este y mis caderas empujaron

    Aaahhh

    Fue el gemido que la niña dio al sentirse penetrada por mi glande, me quedé quieto, pensé que ella apretaría las sábanas con sus manitas, pero no; masturbo mi pene el tiempo que estuve quieto para no perder mi erección, con una manita, mientras la otra abría su nalga para favorecer la introducción, sabía que le dolería, pero aun así lo masturbaba para que continuara con la enculación, eso me animo y metí mi pene logrando pasar atreves del esfínter anal, Jo grito, pero fue un gritito corto, moví mi cadera logrando meter mi verga hasta la mitad de un empujón, ahora si Jo soltó mi verga y su nalga y se sujetó de las sábanas, saque mi verga solo para regresarla dentro y meter más de lo que ya había metido, Jo abrió su boca cuando lo hice pero no grito, parecía solo una lagartija con sed, apretaba sus ojitos y mi verga entraba y salía, profanando el hueco prohibido de una nena prohibida que pervertía a un punto que ni yo imaginaba fuera a ocurrir.

    Cuando mi verga entro del todo, me dejé caer sobre ella sujetándola de la cadera y el tórax e iniciando una bestial enculada, mi mano se fue a su entrepierna buscando su rajita, cuando la hallé estimule su clítoris y metí dedos dentro de ella, eso hiso que gimiera, había desflorado a su hermanita recién unos instantes, había eyaculado dentro de ella, por lo que duraría más enculándola, sentía como su esfínter oprimía mi verga, la enculé como 20 minutos hasta que por fin sentí mi eyaculación, cuando sentí que iba acabar me voltee a estar boca arriba con ella encima de mí, al hacer el cambió nunca se la saque ni deje de bombear, estando ya boca arriba la sujete de las corvas levantando un poco su cadera, eso permitió que mis caderas se movieran libremente; estaba loco, frentico, me moví como loco hasta vaciar mis huevos totalmente, Jo gimió cuando sintió mi orgasmo en su culete, cuando acabé de eyacular, solté sus piernitas exhausto y estas cayeron quedando sobre las mías, mi verga seguía dentro de ella y hacía movimientos suaves disfrutando la salida de las últimas gotas, mi pito rápidamente se aguado y salió del culo de Jo, yo recuperaba el aire, ella se bajó de mí y se puso a un lado acariciándome y tratando de secar el sudor de mi frente con sus manitas

    ¿cansado?– Fue la pregunta que hiso Jo sonriendo y oliendo mi cuello

    Fulminado

    Jajaja

    En ese momento recordé a Pao que recién la había desflorado y ni siquiera la había checado para ver cómo había quedado, me acerque a ella y ya no sollozaba, me miro con cara de miedo y duda

    Hola mi putitita, ¿cómo te sientes?

    Me duele mi tajito

    ¿tú qué?

    Mi panocha

    Ah, no te preocupes, ya pasará, deja te reviso para ver cómo te la deje mi putita

    La acosté boca arriba y le abrí la piernitas, me alarme cuando vi que había muchos coágulos, la lleve al baño y con un trapo li pio y agua tibia limpie a conciencia la niña, ella hacía muecas de dolor pero no tan intensas, cuando lave a conciencia su rajita trate de revisarla por dentro, afortunadamente no había daño serio, la saque del baño y la lleve a la cama donde le pedí a Jo la llevara su habitación y la cambiara de ropa, le di una toalla femenina para que se la pusiera y la indicación de aplicarle mucha creme anti inflamatoria, Jo lo entendió todo y se la llevo, me quede en la recamara y vi las manchas de sangre en la sabanas, y me lamente no haber preparado un hule, ni modo ya estaba hecho, fui y saque unas limpias, guarde las sucias para conseguir unas nuevas y ver como relavarlas para que no se vieran nuevas.

    Jo regreso con hermanita, ya era tarde y tenía que irme, le deje instrucciones muy precisas a Jo para que le aplicara ungüento anti inflamatorio a su hermanita y a ella misma en el culito.

    Le dije que vendría por mañana y que me esperara en el patio para darle las sábanas limpias y que las guardara en el closet de su mamá.

    Ella entendió las instrucciones y me fui sin dejar evidencia.

    Hice mi rutina de esperar a la mamá y ver indicios de sospecha, pero todo transcurrió con normalidad, me retire más tranquilo a terminar de editar mis videos y conseguir las sabanas para la cama de la mamá.


    No haré el cuento largo, los aburriría con lo mismo, pero me tomó cerca de 1 mes y medio en poder penetrar por completo a Pao, fueron faenas legendarias, no lo hubiera logrado sin la ayuda de Jo, en todo momento me ayudo para la completa y total desfloración, convirtiéndose en mi ayudante principal además de enfermera particular de su hermanita, me encantaba esa niña, su iniciativa para que yo lograra cogerme por completo a su hermanita, como la amenazaba para que no dijera algo de lo que hacíamos, la controlaba en su totalidad.

    Estaba sentado en el sillón de la sala de la casa de mis putitas, tenía a Pao sentada sobre mi verga que ya entraba sin problemas en su rajita, incluso notaba placer en ella, la niña se movía, de arriba abajo, ensartándose solita en mi dura verga, la cual estaba lubricada por los juguitos vaginales de Pao y la saliva de Jo, quien por cierto estaba sentada en el otro sillón con su faldita levantada y recogida en su cintura, su pantaleta corrida a un lado y sus deditos entrando y saliendo de su panochita, miraba como en la tele un tipo enculaba a una niña y tenía a otra parada a un lado de él besándola y dedeándola, miraba alternadamente a la tele y a nosotros, Pao sentada sobre mí cabalgaba, su falda escolar la traía puesta y ocultaba la penetración, pero sus movimientos eras más que evidentes de que me la estaba cogiendo; no había habido tiempo para desnudarnos por completo, teníamos una semana sin vernos así que apenas me vio se sacó el calzoncito y se abalanzó sobre mí haciendo que me cayera en el sillón, para después sentarse a horcajadas y con su manita guiar mi verga a su panochita hasta hacerla entrar.

    Jo estaba algo sudada, abría y cerraba su boca, lo mismo que sus ojitos y en ocasiones se quedaba mirando la nada, sintiendo sus pequeños orgasmos que ella misma se provocaba, estaba muy excitada mirando la pantalla, era una película nueva, vi como gimió cuando miró al tipo de la película que puso empinadas a las dos niñas y las azoto con un fuete, no lo hacía fuerte, pero la escena impacto a Jo que acelero sus dedeadas y gimió con más intensidad, Pao me besaba con pasión metiendo su lengua en mi boca y sus coletas escolares no me dejaban ver a Jo, la tenía que ladear para seguir besándola sin perder detalle de Jo; Pao ya estaba cansada y ya no brincaba, solo movía sus caderas de atrás a adelante, sentí mucha humedad en mi pubis y pude adivinar que Pao se orinaba en mí, algo había ocurrido y en sus orgasmos más intensos se orinaba, tal vez por la estreches de su pequeña vagina comprimía mucho su vejiga, sentía la humedad proveniente de Pao y como ella, apretando su boca a la mía, gemía con intensidad lo mismo que sus movimientos, de repente se detuvo exhausta y agarró aire, la quite de encima mío y la puse a que me mamara la verga un rato, se empinó metiendo su cabecita en mi entrepierna y mamó con fervor tratando de sacar mi leche, ahora tenía una vista panorámica de Jo que se masturbaba viendo la tortura que el tipo le aplicaba a esas niñas.

    Eran unas niñas muy parecidas a Johana y Pao, en edades y estatura, el tipo por alguna casualidad tenía mi complexión, creó que eso la hiso excitar más, el tipo dejo de flagelarlas, las dos niñas seguía moviendo sus culitos de un lado a otro ansiosas por lo que venía, mire a Jo que estaba metida en la pantalla, el tipo apareció en escena con otro hombre a un lado de él y le indico que las enculara con la verga y con sus dedos a cada una; lo hacía al mismo tiempo, mientras penetraba a una, le metía tres dedos a la otra, lo hacía fuerte, miré a Jo que frenética masturbaba su rajita, abrió su boca casi por completo y comenzó a gemir, algo en la escena la había prendido de verdad, cerró finalmente sus ojos inclinando su cabeza hacia atrás terminando su orgasmo, abrió los ojos y vio que la observaba mientras Pao me mamaba con intensidad, me brindo una sonrisa de satisfacción que casi me hace acabar en la boquita de su hermana.

    ¿Te excitó la escena putita?

    ¡Si!

    Me levante sacando la verga de la boca de Pao, me acerque a Jo y la cargue colocándola después en la mesa de centro de la sala, la puse en cuatro y me posicione en su culito, Jo seguía viendo las imágenes de las niñas siendo sodomizadas por un amigo del papá, tanto por dedo como por verga, gimió fuerte cuando mi verga se perdió en su culo, agacho la cabeza cuando se la metí, después regreso a ver las imágenes de la película; la sujete fuerte de las caderas y sin importarme si le dolía empecé un mete y saca, las niñas gemían en la tele y Jo lo hacía siendo enculada por mí.

    Sentí la estreches de su culo y bombee sin piedad, los dos gemíamos de placer, Jo estaba excitada de más con la película, el trama era nuevo para ella y lo vivía al máximo, sentía como ella misma se empujaba hacia atrás para meter más mi verga, el tipo tenía a las dos niñas empinadas en una cama y las azotaba con un fuete de cuero, Jo miraba como eran azotadas y más se movía, levante mi mano y la deje caer en su nalga derecha

    Aaahhh

    Fue el grito que dio cuando sintió mi mano, pero no se dejó de mover, yo continúe con las nalgadas cada el tipo le daba a las niñas yo lo hacía en su nalga, Jo gemía fuerte, deje de nalguearla, porque el tipo volvió a encular una de las niñas, tome con ambas manos de sus cintura y embestí su culo sin piedad, parecía pistón en su trasero, mi verga entraba y salía lubricado por la saliva de Pao, mis caderas se movía pidiendo eyacular, sentí como mis huevos explotaban y como salía mi leche directo al recto infantil

    Toma mi putita, toma toda mi leche aaahhh

    Eyacule copiosamente en el recto de Jo que se movía como serpiente sintiendo como me vaciaba en su interior, la sujete muy fuerte y metí mi verga lo más hondo que pude, bramaba como un toro con mis ojos en blanco, estaba todo sudado y mi cara desfigurada por el pervertido placer de encular a una niña de 9 años, aquel que me viera saldría horrorizado, pero a mí me valía estaba teniendo el orgasmo de mi vida en un culo infantil.

    Terminé de eyacular y me quedé un rato sintiendo como Jo contraía su culo por instinto y aprisionaba mi verga, me daba shocks eléctricos cada que hacía eso, cuando sentí mi verga se aguadaba la saque lentamente, cuando lo hice Jo soltó un pedo, a veces le pasaba eso, le salían gases por el trasero por tenerlo muy dilatado, sonrió apenada cuando lo hiso, yo también le sonreí, pero mi sonrisa era más pervertida, la jale y le metí mi verga a la boca, la chupó un rato y cuando la sentí limpia se la saque y caí desplomado en el sillón, Pao me recibió a besos y mimos, la deje acariciarme un rato y después la mande a bañar.

    Jo se acercó a mí y sentó a mi lado escurriendo mi leche de su culo

    ¿Te gusto la película mi putita?

    Mucho, nunca habías traído una así, quiero ver más así como esta, ¿la traerás?

    Se me acabo la plata mi putita no son fáciles de conseguir ni baratas

    Y no puedes conseguir más dinero

    No de momento, pero haber dime ¿qué te gusto más de la película?

    Cuando el papá invita al amigo a que se coja a sus hijas

    ¿Te gustaría estar con alguien más?

    No sé, tal vez, ¿me dejarías?

    Por supuesto mi putita, si para eso te entreno, de hecho tengo un plan que nos podrá dar plata, dime algo ¿Cuál es el maestro que crees tenga más plata?

    Mmm no sé, tal vez el profe Alvarado, trae un carro nuevo muy lujoso

    Jajaja, ese será perfecto

    Tenía un plan imaginado, que si salía bien podía ganar mucho dinero, solo tenía que ejecutarlo a la perfección, le platique como sería la cosa, ella lo entendió todo tal y como yo quería que fueran las cosas, el plan no podía fallar.


    Continuará

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    La parada de descanso, Parte 03 (de Janus)

    28 de diciembre de 2024 en Relatos SDPA, Jovencitas, Violacion, Sexo en público

    Esta publicación es la parte 3 de un total de 8 publicadas de la serie La parada de descanso

    Era la 1:30 de la mañana cuando su padre le hizo una pregunta.

    -Amanda, cariño, ¿tienes que ir al baño otra vez?

    Estaban en algún lugar de Ohio, conduciendo por la oscura carretera. Amanda era perfectamente consciente de la furgoneta que los seguía, cuyos faros mantenían el asiento trasero ligeramente iluminado.

    —No, papi —respondió ella—. Estoy bien. Podemos seguir adelante. Amanda dormitaba levemente cuando la voz de su padre la despertó. Se preguntó brevemente si el encuentro en el baño había sido solo un sueño. Entonces su dedo tocó su cintura, recordándole el botón que faltaba en sus jeans.

    "¿Estás segura?", preguntó su padre, mirándola por el espejo retrovisor.

    "Sí, papá."

    Los ojos de su padre se posaron de nuevo en la carretera antes de volver a mirarla por el espejo. "Amanda, estamos llegando a una parada de descanso y no habrá ninguna hasta dentro de una hora como mínimo", le dijo. "Voy a parar de todos modos y quiero que entres, aunque no tengas que ir al baño".

    —¡Papá, no, estoy bien! —protestó Amanda, pero ya era demasiado tarde. El coche ya estaba saliendo de la autopista hacia un área de descanso bien iluminada. Esta tenía una gasolinera y varios restaurantes adjuntos. Amanda esperaba que estuviera más concurrida que los baños, que los de antes estaban desiertos.

    Su padre aparcó el coche. "Travis", dijo, "ve con tu hermana. Quiero que tú también orines. Vete ya".

    Con los ojos vidriosos (había estado durmiendo en el asiento del pasajero), Travis salió del auto tambaleándose. Amanda se quedó cerca de su hermano mientras caminaban hacia el baño. Miró alrededor del estacionamiento, pero no vio ninguna señal de la camioneta roja. ¿Quizás se había dado por vencido? Tal vez iban demasiado rápido para que él los siguiera... Un poco reconfortada, Amanda se relajó un poco.

    Hermano y hermana entraron al baño de hombres. Amanda entró en un cubículo mientras Travis hacía sus necesidades en un urinario. Mientras Amanda se bajaba la cremallera sus jeans, gritó: "Travis, ¿podrías esperarme esta vez?"

    Él no respondió, pero escuchó el sonido de su cremallera al cerrarse. Ya había terminado. "Travis, ¿por favor?", suplicó la niña de ocho años. Estaba sentada en el inodoro y trataba de hacer pis.

    "Vamos, Amanda", le dijo. "Te espero afuera". Y luego se fue sin siquiera lavarse las manos. Amanda tragó saliva con miedo. Estaba demasiado asustada y tensa para orinar. Respiró profundamente y trató de relajarse. Finalmente, un hilo de orina comenzó a fluir de ella, ganando fuerza gradualmente. Cuando terminó, rápidamente se puso los pantalones.

    Amanda escuchó un momento antes de abrir la puerta del baño. No oyó a nadie. Entreabrió la puerta y miró hacia afuera para confirmar que estaba sola. Acababa de salir del baño cuando él entró al baño, con sus botas haciendo ruido contra el suelo como de costumbre.

    Presa del pánico, Amanda intentó salir corriendo del baño, pero él la agarró por la cintura. Ella intentó resistirse de nuevo, pero él era demasiado fuerte. La arrastró hasta el baño y cerró la puerta de golpe. Amanda retrocedió, aterrorizada, hasta que llegó al otro extremo del cubículo, donde el inodoro se conectaba a la pared. Deseó poder poner más distancia entre ella y ese hombre.

    Se giró para mirarla. —Quítate los pantalones y la ropa interior —le ordenó. Amanda estaba demasiado aterrorizada como para obedecer.

    —Quítatelos —repitió, con un tono de voz claramente cortante esta vez. Los dedos de Amanda buscaron nerviosamente mientras se bajaba la cremallera de los vaqueros y se los bajaba hasta los tobillos. Sus bragas siguieron su ejemplo. La niña de ocho años temblaba como un animal atrapado mientras permanecía de pie frente al hombre, desnuda de cintura para abajo.

    El hombre se sentó en el inodoro. "Súbete a mi regazo", dijo sin expresión alguna. Amanda avanzó con paso vacilante con los pantalones alrededor de los tobillos y obedeció dócilmente. Podía sentir la textura áspera de sus pantalones de pana contra su trasero desnudo. Sin embargo, sus piernas todavía estaban apretadas, por lo que el extraño le separó las rodillas con las manos. Ella no se resistió.

    —Ahí tienes —susurró, su aliento caliente en su oído—. ¿No te parece agradable? —Su ​​mano se había colocado entre sus piernas de nuevo y su dedo separó su coño pelado, acariciando el valle de su raja. Amanda no respondió. Volvió a sentir esa extraña sensación en su interior. La chica ingenua no sabía cómo categorizar estas nuevas sensaciones que le hacían cosquillas en el cuerpo.

    "Amanda", repitió el hombre. "Esto se siente bien, ¿no? Te gusta lo que estoy haciendo, ¿no?"

    —No... no sé... —dijo Amanda con sinceridad—. Me siento rara.

    —Te estoy dando placer —le susurró al oído. Su dedo se deslizó desde su pequeño clítoris hasta su ombligo, acariciando la carne regordeta y sin vello de su entrepierna. Se posó de nuevo sobre su clítoris, frotándolo contra su hueso púbico antes de ahondar más en su diminuta vagina. Sondeó su virginidad con el dedo, complacido de encontrar un rastro de humedad.

    —Te estás mojando, ¿no? —le dijo en tono de broma—. Eso significa que a tu cuerpo le gusta lo que estoy haciendo, aunque tu mente aún no se dé cuenta.

    Amanda estaba confundida. Él tenía razón, la niña podía sentir que se estaba mojando y se sentía extraño, como si se hubiera orinado encima. ¿Su cuerpo realmente disfrutaba lo que él estaba haciendo? Ella simplemente no podía decirlo. Amanda sabía que, aunque se sentía incómoda, al mismo tiempo no quería que él parara.

    De repente, escuchó a alguien entrar al baño. El hombre tosió varias veces, por lo que supo que no era Travis. Lo escucharon haciendo sus necesidades en un urinario. La boca de Amanda estaba descubierta. Podía gritar pidiendo ayuda.

    El hombre, que seguía acosándola, acercó la boca a su oído y le habló tan suavemente que sólo ella pudo oírla. "No digas ni una palabra", susurró. "Si gritas, te haré daño a ti. Y a tu hermano. Y a tu padre". Su dedo encontró su clítoris de nuevo y la acarició intensamente. Amanda se puso rígida en su regazo por la estimulación.

    Afuera del cubículo, escuchó al hombre terminar de limpiar y tirar de la cadena. Luego se lavó las manos. Amanda quería gritar desesperadamente pidiendo ayuda, casi podía imaginar la súplica silenciosa de sus cuerdas vocales. Pero no podía. Su dedo sondeó sin piedad sus partes íntimas y se sintió... bien.

    El hombre que estaba afuera se secó las manos y salió del baño. Amanda escuchó que su única esperanza se desvanecía cuando sus pasos se alejaron en la distancia. Desesperada, se preguntó si Travis vendría a buscarla si no salía pronto. Pero la verdad era que solo habían pasado tres minutos desde que el hombre la había llevado al baño. No fue tiempo suficiente para levantar sospechas por parte de Travis o de su padre.

    —Dame la mano —le ordenó el desconocido. Sin esperar, le tomó la muñeca. Retiró la mano de entre sus piernas y colocó la de ella allí. Le movió los dedos hasta que Amanda pudo sentir el pequeño botón debajo de ellos.

    —¿Sientes eso ahí? —le preguntó—. Ese es tu clítoris. Quiero que lo frotes. Así es, así. —Asintió con aprobación—. Ahora, baja un poco más, ¿Sientes lo húmedo que está? Eso significa que lo estás haciendo bien. —Dejó que Amanda se masturbara por un momento.

    —Eres una buena chica, ¿no? —le sonrió con picardía—. Ahora bien, este es el trato: te vi sentada en el asiento trasero del auto. Quiero que metas la mano en tus jeans y te toques así durante el viaje en auto. Entiendes.

    Amanda no respondió, pero siguió toqueteando su clítoris, explorando las nuevas sensaciones que esta acción le producía. El hombre la sacudió por el hombro. "Oye", dijo. "¿Entiendes?"

    Amanda dejó de hacer lo que estaba haciendo. "Sí", respondió tímidamente.

    —Bien —le dijo el hombre—. Te tocas así. Y si dejas de hacerlo... —Hizo una pausa para lograr un efecto dramático. Giró la cabeza de Amanda para poder mirarla a los ojos—. ¡Bam!, tu auto se sale de la carretera. —Dejó que las palabras se asimilaran—. Ahora vístete.

    Amanda se bajó de su regazo y se agachó para subirse las bragas y los vaqueros, pero el hombre la detuvo. "Espera", le ordenó. La hizo salir de los vaqueros. Los recogió, le sacó las bragas y le devolvió los vaqueros.

    "Me los voy a quedar", le dijo. Amanda no entendía por qué quería quedarse con su ropa interior, pero no discutió. Se puso los vaqueros y subió la cremallera. Se sentía extraña por no llevar ropa interior.

    El hombre asintió y sonrió con picardía. "Hasta luego", dijo. Amanda se dio la vuelta, salió rápidamente del baño. Cuando salió corriendo al vestíbulo de la parada de descanso, encontró a Travis jugueteando con la máquina expendedora. Lo apartó y pronto estaban yendo a toda velocidad por la autopista en la camioneta.

    Amanda aún anhelaba contarle a su padre lo que había sucedido, pero la amenaza del hombre la asustaba demasiado como para sacar el auto de la carretera. Recordaba su mirada sombría y sus ojos temibles cuando la amenazaba. Afligida, Amanda miró por la ventana el entorno nocturno y vacío. Se sentía muy ansiosa y molesta.

    Amanda se quedó mirando fijamente por la ventana cuando un coche se detuvo junto a la camioneta. No le dio mucha importancia hasta que vio al conductor gesticulando y saludándola. Al levantar la vista, se dio cuenta de que era su torturador del baño. Acercó su camioneta cada vez más hasta que Amanda pudo sacar la mano por la ventana y tocar el costado de la camioneta.

    —¿Qué demonios? —preguntó su padre, que vio lo cerca que se había acercado la furgoneta a su coche—. ¿Qué está haciendo este tipo? Va a matar a alguien...

    Las palabras de su padre provocaron una oleada de miedo en Amanda. Su padre aceleró y trató de poner algo de distancia entre ellos y la camioneta. Sin embargo, el otro conductor siguió el ritmo obstinadamente y se negó a dejar que se interpusiera distancia entre los dos autos. Amanda se incorporó y miró a su alrededor en la carretera. Eran los únicos dos autos que había alrededor. No podía ver ningún otro faro o luz trasera cerca.

    "No entiendo qué está intentando hacer este tipo", murmuró su padre. Amanda miró por la ventana y estableció contacto visual con el hombre. Él movió los dedos en la ventana y luego señaló su entrepierna. Amanda entendió el mensaje.

    Su padre aceleró un poco más y esta vez el conductor de la furgoneta lo dejó pasar. Amanda se dio la vuelta y vio cómo los faros de la furgoneta se alejaban en la distancia. "Me alegro de que se haya ido", se dijo su padre. Se apartó del carril de adelantamiento y volvió a ponerse dentro del límite de velocidad.

    Amanda se recostó en su asiento, jugueteando con su cinturón de seguridad. Era evidente que el hombre estaba dispuesto a cumplir su amenaza. Conteniendo un bostezo, la niña de ocho años movió discretamente su mano debajo de sus jeans en el auto oscuro. Mientras comenzaba a jugar con su pequeño clítoris como el hombre le había enseñado, Amanda se preguntó cuánto faltaba para que amaneciera.


    Continuará

    tienda de lenceria para niñas, relato erótico SDPA en blogSDPA.com

    La tienda de lencería para niñas, Parte 03 (de Peachy)

    28 de diciembre de 2024 en Relatos SDPA, Jovencitas, Incesto

    Esta publicación es la parte 3 de un total de 4 publicadas de la serie La tienda de lencería para niñas

    Shona nos hizo pasar a otra habitación y me desvestí rápidamente, mientras disfrutaba con la vista de Amy, de 6 años, perfectamente maquillada con su traje de sirvienta francesa. La tomé en mis brazos y le di un beso largo y profundo, su pequeña lengua entrelazada con la mía, mientras acariciaba sus muslos cubiertos por medias. Mi pene se había hinchado hasta alcanzar su tamaño máximo y estaba presionando contra Amy mientras la besaba.

    Lentamente, se apartó y me llevó a un sofá bajo. De rodillas, me miró con sus enormes ojos, sus labios rojo rubí me fascinaban y me excitaban. Sentí su mano sobre mi pene y miré hacia abajo para ver sus pequeños dedos con las uñas de un rojo brillante sosteniéndolo. Amy bajó la cabeza hasta que estuvo a la altura de la polla, pero mantuvo sus ojos en los míos.

    Mis sentidos estaban aturdidos. Mi polla frente a su rostro perfectamente enloquecido, la pequeña mano con las uñas rojas, los tirantes y las medias, todo se combinaba para llevarme al borde del éxtasis; y entonces sucedió. Amy apretó mi polla preparándose para llevársela a la boca, pero yo estaba tan excitado que eyaculé un chorro masivo de semen directamente en su hermoso rostro.

    Amy ya sabía de los faciales porque había visto porno conmigo. Incluso habíamos hablado de hacerlos, pero no lo habíamos hecho porque Amy disfrutaba mucho tragando mi semen. Así que no fue lo que acababa de pasar, sino la sorpresa y la fuerza del chorro de semen lo que la hizo chillar. Acababa de abrir los ojos cuando un segundo chorro de semen aterrizó en su linda y pequeña nariz. Esto la hizo reír sin control y permitió que el último chorro aterrizara en su boca abierta.

    La puerta se abrió y Shona entró corriendo, claramente preocupada por el chillido de Amy. Su mirada de consternación pronto se convirtió en una amplia sonrisa cuando vio a Amy riéndose sin control mientras una gran masa de semen se deslizaba lentamente por su rostro. Le dijo a Amy que no se moviera y salió corriendo, solo para reaparecer un momento después con una cámara con la que procedió a tomar varias fotografías de la niña de seis años empapada de semen con un traje de sirvienta francesa.

    Ella prometió enviarme las fotos por correo electrónico y nos preguntó si teníamos alguna objeción a que las añadiéramos a su galería de fotos. Amy estaba encantada con la idea y dijo que esperaba que los hombres se pusieran muy cachondos al mirarlas y que les dieran algo de esperma a sus niñas. Shona luego limpió a Amy, echándole una reprimenda en broma por estropear su maquillaje con esperma, y ​​regresamos a casa. Allí, Amy me mostró los otros conjuntos que había elegido Shona y yo tenía su vestido con un corsé negro, medias de rejilla negras con una liga negra con volantes en una pierna y zapatos rojos de tacón alto que combinaban con sus labios y uñas.

    A pesar de haberme corrido solo una hora antes, mi polla estaba dura como una roca otra vez y me abalancé sobre la niña, acariciando y besando sus muslos enfundados en medias y empujando mi lengua directamente en su suave coño sin pelo. Fue en ese momento cuando Amy me pidió que la follara en su coño. Habíamos hablado de esto durante un tiempo y yo había comprado un poco de lubricante, pero me había abstenido por miedo a lastimar a mi pequeña querida. Pero cuando Amy me rogó y dijo que quería que vaciara mis bolas en su coño de seis años, fue demasiado para mí. Apliqué un poco de lubricante y empujé la punta de mi pene en los labios de su coño como había hecho muchas veces antes. Pero esta vez envolví mis brazos debajo de sus muslos, tirando de sus piernas hacia arriba y hacia atrás (y obteniendo una maravillosa vista y sensación de sus medias) y empujé más adentro. Amy hizo una mueca pero dijo que debería continuar, y con un tirón entré por completo.

    Me avergüenza decir que me volví loco. La cara de Amy estaba enterrada bajo mi pecho y después me dijo que le costaba respirar, pero la sensación de su apretado coño de niña agarrando mi polla me puso frenético y la follé como si fuera una puta experimentada. No pasó mucho tiempo antes de que sintiera el familiar hormigueo y mis bolas desataran su carga vigorosa, profundamente en su coño de seis años.


    Amy pasó los siguientes días usando lencería y siendo follada tanto en la boca como en el coño. A los dos nos excitaba la lencería y no podíamos tener suficiente. Nos interrumpió el sonido del teléfono y Shona preguntó por Amy. Me sorprendí, pero le entregué el teléfono y Amy tuvo una breve conversación interrumpida por muchas risitas. Después de colgar el teléfono, se negó a dar detalles, pero dijo que teníamos una cita en la tienda de lencería para niñas a las 4:00 p. m. del martes siguiente. Estaba intrigado y emocionado y esto solo se hizo más fuerte a medida que se acercaba la cita.

    Por fin llegamos a la tienda y Shona se llevó a Amy y me envió a una habitación donde otros siete hombres estaban charlando y bebiendo. Apenas tuve tiempo de comprobar que también había ángeles jóvenes que habían sido llamados cuando Shona apareció y nos condujo a otra habitación donde estábamos sentados en semicírculo alrededor de un escenario en el que estaban dispuestos varios sofás. Nos dijo que, como necesitaríamos sacar nuestras pollas al final, bien podríamos sacarlas ahora, lo que hicimos debidamente.

    Había varios carteles grandes de niñas en lencería, follando y chupando, colgados sobre el escenario, y me emocioné al ver que una de ellas era Amy con mi semen corriendo por su cara. Se me ocurrió que las otras fotos habrían pertenecido a los otros hombres que estaban alrededor del escenario. Entonces, con un ruido de tacones altos, ocho niñas, incluida mi Amy, salieron al escenario. Todas estaban perfectamente arregladas y maquilladas y lucían vestidos de noche increíblemente glamorosos, todos abiertos hasta la cintura de modo que sus muslos con medias se revelaban claramente mientras caminaban. Amy llevaba un impresionante vestido verde esmeralda que le quedaba perfecto. Las chicas claramente disfrutaban del efecto que estaban teniendo en nosotras mientras todas acariciábamos nuestras pollas erectas.

    Luego, las chicas se emparejaron y se ayudaron mutuamente a quitarse sus glamorosos vestidos para revelar un alboroto de lencería en todos los colores imaginables. Amy llevaba un corsé de satén verde con medias a juego, ligueros y tacones altos. Estaba emparejada con una niñita rubia que parecía un año más joven y que llevaba un conjunto similar pero todo en rojo brillante.

    En otra parte del escenario, chicas vestidas de azul eléctrico, negro, violeta, rojo oscuro, blanco y ostra se ayudaban entre sí para quitarse los vestidos. Ninguna de ellas llevaba bragas, por lo que sus pequeñas hendiduras sin vello en el coño eran claramente visibles. Luego, cada pareja se abrazó y comenzó a darse besos largos y sensuales, sus manos explorando sus cuerpos y deteniéndose en la zona superior de las medias, antes de pasar a tocarse los coños.

    Poco a poco, cada pareja se fue retirando hacia los sofás donde continuaron haciendo el amor lésbico infantil. Con dos parejas en cada sofá, las parejas se fusionaron en cuartetos con manos y bocas vagando de una chica a otra. Amy ahora había pasado a una chica de cabello negro azabache con lencería violeta y adoptaron la posición del 69 y se lamieron apasionadamente las rajas del coño. Amy estaba abajo, su rostro enmarcado por las medias y los tirantes de la otra chica mientras su lengua acariciaba su joven coño.

    De repente, Shona, que estaba detrás de nosotros, dio una palmada. Con un repiqueteo de tacones altos, mucho alarde de muslos enfundados en medias y un absoluto derroche de satén y nailon, las niñas corrieron hacia sus respectivos hombres y se arrodillaron frente a ellos. Ocho bocas pequeñas y cálidas se cerraron alrededor de ocho pollas adultas. Ocho cabecitas empezaron a moverse de arriba a abajo. Ocho pares de testículos se vaciaron en ocho bocas que succionaban. Ocho barriguitas se llenaron de esperma. Gracias a Dios por las niñas, pensé, mientras Amy engullía chorro tras chorro de mi semen hirviente y cargado de esperma, y ​​gracias a Dios por la tienda de lencería para niñas.


    Continuará

    Nota del autor: Lamento escribir en segmentos cortos. Solo puedo hacerlo cuando tengo los huevos llenos, y después de unas 700 palabras de las aventuras de Amy, ¡tengo que vaciarlas!
    De vacaciones, relato SDPA en blogSDPA.com

    De vacaciones, Parte 07 (de UncleFrank)

    28 de diciembre de 2024 en Relatos SDPA, Jovencitas, Incesto, Jovencitos, Sexo en grupo

    Esta publicación es la parte 7 de un total de 8 publicadas de la serie De vacaciones

    Día 5, en la noche.

    Esa noche, Dan decidió sacar todo a la luz pública. Esperó a que todos se hubieran acomodado para pasar la noche y luego anunció, en voz lo suficientemente alta para que todos pudieran oír: "Mary".

    Mary se dio cuenta de que algo estaba pasando. "Sí, cariño", respondió.

    "Me follé a Karen esta mañana."

    Mary rió entre dientes: "¿Vas a dejar embarazada a la niña?"

    Dan también se rió entre dientes. "Si Jason no se me adelanta", dijo con una gran sonrisa.

    En ese momento, los tres niños escuchaban con la boca y los oídos abiertos.

    "¿Qué hay de Suzy?" preguntó Mary.

    —Ella también, si me lo permite. —Dan miró a sus hijos y les guiñó el ojo. Tranquilizados, los hermanos se acercaron para escuchar.

    "Suzy entró y nos vio", continuó Dan. "Me escuchó decirle a Karen que iba a hacer un bebé en su vientre".

    "¿Estaba sorprendida?"

    Dan volvió a reírse entre dientes. "¡No mucho!", dijo. "Ella también me pidió que le enseñara a hacer un bebé".

    La sonrisa de Mary era tan amplia como la de su marido. "¿Y bien?", preguntó. "¿Y tú?"

    Ante esto, ninguno de los dos pudo soportarlo más, los dos adultos comenzaron a reírse disimuladamente y después a carcajadas.

    Suzy decidió que ya había tenido suficiente. "¡Papá!", dijo. "¡No tiene gracia! ¿Vas a enseñarme o no?"

    Esto hizo que Mary y Dan soltaran nuevos gritos y risitas. Finalmente, Dan se controló y le hizo un gesto a Suzy para que se uniera a ellos. "Lo siento, cariño", dijo. "Algún día recordarás esto y verás qué es tan gracioso. Mientras tanto, si quieres que papá te enseñe a hacer un bebé, tendrás que desvestirte".

    "¿Te refieres a como estaba Karen esta mañana?" preguntó la niña, mientras se apresuraba a quitarse la ropa y los zapatos.

    Dan asintió mientras él también se desvestía. Detrás de ellos, Mary se estaba desvistiendo y les hizo un gesto a los dos niños mayores para que hicieran lo mismo. Cuando todos terminaron de desvestirse, Dan le hizo un gesto a Suzy para que se subiera a la cama frente a él, con las piernas abiertas.

    "Probablemente será un poco más rápido de lo que me gustaría, ya que estoy muy emocionado", dijo. "Pero intentaremos hacerlo lo mejor que podamos. Ahora, Suzy, comencemos".

    "Está bien, papá."

    "En primer lugar", dijo Dan, "un hombre se excita con la presencia de una mujer. Puedes saber cuándo un hombre está excitado cuando su pene se pone duro. Sé que ya nos has visto a mí y a tu hermano cuando estábamos excitados, ¿verdad, Suzy?"

    Suzy asintió.

    "Bueno", continuó Dan, "un hombre se excita y mete su pene en el vientre de una mujer así:". Después de esto, Dan frotó la punta de su pene goteante alrededor de la pequeña ranura de su niña, hasta que estuvo completamente lubricada, y empujó su pene hacia adentro del agujero de la niña. Hubo un jadeo colectivo de los espectadores, cuando la mitad del pene hinchado del hombre desapareció en la pequeña ranura, que se estiró tremendamente antes de tragarse el miembro obsceno del padre de la niña.

    "A continuación", jadeó Dan, excitado más allá de lo imaginable. "El hombre empuja su pene hasta el fondo dentro de la mujer. Si la mujer es virgen (como tú), entonces el hombre le rompe la virginidad a la mujer, así: ¡UHG!", gruñó, mientras introducía su pene a través de la membrana del himen de su pequeña niña.

    "¡Ay!", exclamó Suzy. Le dolió un poco, pero pronto empezó a disfrutar de la sensación de tener el pene grande de su padre deslizándose dentro y fuera de su vientre. El himen de la pequeña no era tan duro e inflexible como el de su hermana mayor.

    —Entonces el hombre mete y saca su polla, así, hasta que la mujer también se excita —continuó Dan, mientras adaptaba sus acciones a sus palabras y deslizaba su polla completamente dentro y fuera de la pequeña y apretada rajita de la niña—. ¿Te estás excitando, Suzy?

    —Sí, papá —jadeó Suzy—. ¿Qué hace entonces el hombre?

    "Bueno, a continuación, el hombre empuja su pene hasta el fondo dentro de la mujer y le arroja un líquido blanco, espeso y pegajoso en el vientre". Dan comenzaba a respirar con dificultad mientras continuaba con la "educación" de su hija. "Esta sustancia blanca hace que una mujer se sienta realmente bien por dentro".

    "Entonces", jadeó, "cuando una mujer recibe suficiente cantidad de esta sustancia blanca dentro de su vientre, un bebé comienza a crecer en su útero".

    Suzy también empezó a jadear. "¿Vas a echarme esa cosa blanca en la barriga, papi?", preguntó.

    —Sí, claro —jadeó Dan—. ¿Quieres que lo haga?

    Suzy estaba emocionada ante la perspectiva. "¡Oh, sí, papá!", dijo. "Echa en mi vientre la sustancia blanca que produce los bebés".

    María estaba emocionada mientras veía a su esposo “enseñarle” a su pequeña niña cómo “hacer un bebé”.

    La emoción de "enseñar" a su pequeña hija era demasiado para Dan. "¡Aquí viene!", jadeó. "Papá está echando en la barriga de su pequeña esa sustancia espesa y pegajosa que hace que los bebés crezcan. ¿Te gusta eso, Suzy?"

    Suzy también jadeaba. "Oh, papi, eso se siente bien", gritó. "Haz que un bebé crezca en mí, papi. Haz que mi barriga crezca con tu bebé. Embarázame, papi".

    Chorro tras chorro del esperma del hombre entró en el receptivo vientre joven de su pequeña niña de 8 años.

    Karen ya no aguantaba más. "Ven aquí, hermano mayor", dijo. "Enséñame a hacer un bebé, como hizo papá con mi hermanita".

    Fue muy excitante para Mary ver a su marido embarazar a su pequeña hija de 8 años.

    La niña parecía demasiado joven para siquiera pensar en follar, pero trabajó duro con su padre, intentando conseguir que su propio papi arrojara su espeso y pegajoso semen dentro de su pequeña y apretada barriga.

    "Preña a la niña, cariño", animó Mary a su marido. "Déjame ver cómo dejas embarazada a nuestra pequeña".

    "Sí, papi, préñame", asintió Suzy. "Déjame sentir cómo me dejas embarazada con tu semen. ¿Por favor, papi?"

    Dan dio un último empujón hacia dentro de su hija y vertió las últimas gotas pegajosas de esperma potente en el útero de su pequeña niña. "Eres demasiado joven para quedar embarazada todavía, Suzy", dijo. "Aun así, si quieres, podemos seguir intentándolo".

    "Me encantaría, papi", dijo Suzy. "¿Me follarías todo el tiempo?"

    —Bueno, no todo el tiempo —respondió Dan—. Después de todo, están tu hermana y tu madre. Si quieres, intentaré follarte todas las noches. De esa manera, podrás llevar el esperma de papá en tu vientre, toda la noche, mientras duermes. ¿Qué te parece?

    A Suzy le encantó la idea, pero: "¿Podemos follar por la mañana algún día?" preguntó.

    —Está bien, a veces también por la mañana —convino Dan.

    Ante esto, los dos amantes incestuosos miraron a su alrededor para ver qué más estaba pasando. Jason estaba ocupado follándose a Karen, en la otra cama, mientras Mary animaba al chico a dejar embarazada a su hermana pequeña.

    "Vamos, muchacho, deja embarazada a tu hermana", le dijo. "Déjame ver cómo haces un bebé con tu hermana".

    "Sí, Jason, haz un bebé en mí. Preñame como dice mamá", animó la niña, mientras se encorvaba hacia su hermano mayor y observaba su pene hinchado aparecer y desaparecer en el pequeño agujero entre sus piernas.

    Jason no pudo aguantar más. Comenzó a eyacular su espeso y pegajoso esperma directamente en la pequeña y retorcida barriguita de su propia hermana. "UnnnH", exclamó. "Aquí viene. Oh Dios, estoy inyectando la sustancia que produce bebés en mi propia hermana. Tómala, Karen. Déjame hacer un bebé en ti".

    Mary llegó al clímax junto con sus dos hijos. Estaba emocionada con la idea de aparear a sus dos hijos. Ver a su hijo aparearse con su hermana pequeña fue suficiente para entusiasmarla.

    "¡Whooohh!" fue todo lo que pudo decir mientras se desplomaba en la cama junto a su esposo, quien todavía tenía su pene enorme atrapado en la pequeña ranura de su hija menor.

    Dan observó a su hijo mientras empujaba su pene en erupción hasta el fondo del vientre de su hermana pequeña y lo mantenía allí. El hombre podía notar que su hijo se estaba corriendo dentro de la niña. Mientras Jason empujaba con fuerza su pene espasmódico dentro de su hermana, Dan pudo ver una mancha blanca aparecer en un lado del pequeño agujero apretado del niño. La diminuta vagina de Karen era demasiado pequeña para contener todo el esperma espeso y grasiento que su hermano mayor estaba chorreando dentro de su útero.

    Dan no pudo evitarlo. Tuvo que animar al niño. Ver a su hijo follando con su hermana pequeña, como lo había hecho él cuando era joven, le hizo desear que su hijo tuviera el placer pleno de hacer un bebé con su propia hermana, como él lo había hecho. "Hazlo, muchacho", lo animó. "Córrete en tu hermana. Veamos cómo puedes dejar embarazada a tu hermana pequeña".

    Jason había empezado a relajarse cuando el estímulo de su padre llegó a su cerebro. La idea de que sus padres en realidad lo estuvieran animando a dejar embarazada a su hermana pequeña era demasiado. La polla sobreestimulada del chico se expandió una vez más en el vientre de su hermana pequeña, dilatando el orificio vaginal de la niña, mientras comenzaba a arrojar chorro tras chorro cremoso de esperma espeso y viscoso directamente al útero desprotegido de su propia hermana pequeña.

    Al oír las palabras de su padre, animando a su hermano a dejarla embarazada, mientras sentía a su hermano mayor chorreando su espeso y pegajoso semen dentro de su pequeña y tensa barriguita, el clímax de Karen se intensificó hasta casi desmayarse. La pequeña agarró a su hermano mayor, lo envolvió con sus brazos y piernas y procedió a empujar su pequeño cuerpo hacia su polla hinchada con una intensidad que amenazaba con lastimarlos a ambos.

    "¡Unnh UnnnnHHHH! ¡Aaauuuuggghhh!" gruñó la niña antes de desplomarse en un montón de huesos debajo de su hermano en celo.

    Jason empujó hacia arriba una última vez dentro del vientre de la pequeña niña y eyaculó una última cucharada incestuosa de peligrosa semilla generadora de bebés directamente en el receptivo útero de su propia hermana pequeña.

    La vista era tan estimulante, que la polla de Dan, que nunca se había ablandado del todo, empezó a inflarse de nuevo en la pequeña y apretada barriga de Suzy.

    "Ooooh papi, lo siento", dijo Suzy, mientras comenzaba a retorcerse sobre el pene endurecido de su padre.

    Después de ver a su pequeño dejar embarazada a su hermana pequeña, Mary estaba tan caliente que sentía que podía encender papel con solo tocarlo. Su marido estaba ocupado otra vez, follándose a su pequeña niña, y por eso no estaba disponible. Además, Mary decidió que quería algo más. Cuando Jason sacó su gran polla del vientre de su hermana pequeña y se dio la vuelta para descansar, Mary aprovechó la oportunidad. Al ver la polla del niño, con un gran globo de esperma blanco y pegajoso rezumando de la punta, a juego con el supurante que brotaba del pequeño agujero de su hija, Mary decidió que tenía que tener un poco.

    "Aquí, muchacho, veamos si puedes hacerlo tan bien con tu madre", dijo, mientras se subía encima de su hijo, colocaba el pene rezumante de esperma del niño contra su raja babeante y se sentaba, tomando la gran polla de su propio hijo dentro de su vagina.

    "Hazlo, Jason", le animó. "Preña a tu madre. Deja que mamá sienta que la estás dejando embarazada".

    Esta vez, fue Karen quien observó cómo su hermana y su madre trabajaban para alcanzar el clímax. Cuando su padre finalmente terminó de eyacular su semilla en el vientre de su hermana pequeña, Karen le preguntó si aún le quedaba algo para ella.

    Dan había estado a punto de rendirse, pero al ver que su hija mayor le pedía que la follara, logró excitarse una última vez.

    A Karen le encantaba que su padre la cogiera como es debido. Sabía que si seguía follándose a su padre y a su hermano, se quedaría embarazada, pero ya no le importaba. No iba a parar. Si uno u otro de los dos hombres a los que amaba le metía un bebé en la barriga, Karen sabía que le encantaría. Mientras tanto, se sentía tan bien tener la gran polla de su padre deslizándose dentro y fuera de su pequeña y apretada barriga, y saber que pronto sentiría a su padre chorreando su semen generador de bebés justo dentro de su pequeña barriga, donde debía estar.

    Arriba y abajo, dentro y fuera. La pequeña trabajaba, tratando de alcanzar un clímax que esta vez no parecía llegar. Con su coño resbaladizo por la semilla de su hermano, la pequeña no parecía tener tanta sensación. Además, su padre aún no había vertido su esperma dentro de su vientre, por lo que Karen simplemente no tenía suficiente estimulación para lograrlo. La pequeña estaba casi frenética, mientras luchaba por alcanzar su clímax, sin alcanzarlo nunca, cuando notó que su hermano mayor estaba de pie detrás de ella, observándolos a los dos.

    El chico ya había derramado su semen dentro de su madre, pero con la resistencia de la juventud, estaba listo para hacerlo de nuevo. Jason se quedó allí, observando a su padre y a su hermana, mientras esperaba que la niña estuviera disponible de nuevo. Suzy le había dicho que quería tener el bebé de su padre primero, por lo que tendría que esperar hasta que ella supiera que estaba embarazada antes de follarla. Jason estaba bastante feliz. Con una hermana y su propia madre receptiva, el niño pensó que estaba en el paraíso del sexo de todos modos, así que para qué forzar las cosas. Además, Suzy había insinuado que tal vez quisiera que él fuera el padre de su segundo hijo, por lo que no quería arruinar sus oportunidades.

    Karen, al ver a su hermano detrás de ella, con la polla todavía goteando esperma, después de follar con su madre, vio una solución a su problema. "Fóllame", dijo.

    Jason no respondió, pensando que su hermana estaba hablando con su padre.

    "JASON, FÓLLAME", repitió Karen, sin dejar de deslizarse hacia arriba y hacia abajo sobre la polla de su padre.

    Jason miró a su hermana pequeña con la boca abierta mientras la niña continuaba deslizándose hacia arriba y hacia abajo sobre su padre, ordeñando el pene del hombre con su vagina. Karen se detuvo por un segundo, se estiró hacia atrás y abrió las nalgas en una invitación descarada para dejarse ver.

    —Quieres decir que quieres que… —La voz de Jason se fue apagando.

    Karen asintió.

    Jason casi no lo podía creer, pero no era de los que dejaban pasar una oportunidad. El chico tomó su pene chorreando esperma, lo frotó de arriba a abajo por la puerta trasera de su hermana pequeña y lo empujó hasta la puerta de entrada con prisas.

    "¡AA ...

    "Fóllame. Córrete dentro de mí. Prepárame. Haz un bebé en mi vientre. ¡FÓLLAME!" balbuceaba la niña, mientras un clímax tras otro sacudía su pequeño cuerpo. El culo y el coño de la niña comenzaron a apretar las pollas de su compañero sin control. La sensación de la niña apretando sus pollas fue suficiente para que ambos hombres arrojaran su esperma dentro del cuerpo de la niña, mientras intentaban vaciar sus bolas dentro de la niña. Finalmente, los tres amantes se detuvieron, con las pollas de Dan y Jason todavía atrapadas dentro del cuerpo de la niña, mientras las últimas gotas pegajosas de esperma incestuoso se filtraban en el vientre de la niña. Ambos hombres estaban demasiado exhaustos para salir de la niña.

    Suzy, que había estado observando la situación con interés, decidió que quería probarlo. "Oooh. Parece divertido", dijo. "¿Me lo harías alguna vez?". No fue hasta el día siguiente que ninguno de los miembros masculinos de la familia se recuperó lo suficiente como para hacer algo más. Sin embargo, cuando lo hicieron, Suzy casi se desmayó por la intensidad de su orgasmo.

    Ese último día, casi no salieron de la habitación del hotel, ya que primero uno y luego otro decidían que querían follar una vez más. Cuando finalmente salieron tambaleándose para desayunar, decidieron que era mejor terminar sus vacaciones, porque si regresaban a la habitación del hotel, nunca lo abandonarían.

    A partir de entonces, todas las noches, de camino a casa y después, Dan se iba a dormir con Suzy, mientras que su mujer pasaba las noches con Jason. La mujer había decidido que si sus niñas podían quedarse embarazadas, ella también iba a tener una última aventura y quería disfrutar de compartir la paternidad con su pequeño mientras aún pudiera.

    Cada noche, Dan follaba a su niñita, derramando grandes cantidades de semen en su diminuta barriguita de ocho años, mientras intentaba hacer un bebé en el vientre de la niña. Mary, al mismo tiempo, trabajaba con su hijo, mientras el niño intentaba reproducirse en el vientre de su propia madre. Karen a veces dormía con su padre y a veces con su hermano. Nunca dormía sola. Pensaba que tenía lo mejor de ambos mundos. Siempre que Karen se sentía un poco cachonda, siempre había uno de los hombres disponible para la niña. La niña iba de padre a hermano, y viceversa, primero con uno y luego con el otro para llenar su vientre de semen incestuoso para hacer bebés. La niña estaba orgullosa de que, mientras la mayoría de sus compañeros de escuela hablaban de sexo, ella podía ir a la escuela todos los días con una nueva carga de esperma de su padre o de su hermano empapando su pequeña y apretada barriguita. A menudo, mientras estaba en la escuela, Karen se daba cuenta de su hermana pequeña. Las dos niñas compartían una sonrisa secreta y una de ellas le tomaba la mano y le frotaba la barriguita con ella, en una referencia obscena a la semilla incestuosa que cada una sabía que la otra llevaba dentro de su vientre. Esto hacía que cada una se partiera de risa, mientras las otras niñas trataban de descifrar su broma privada.


    Continuará

    Pervirtiendo a unas nenas inocentes, relato SDPA en blogSDPA.com

    Pervirtiendo a unas nenas inocentes, Parte 06

    27 de diciembre de 2024 en Relatos SDPA, Jovencitas, BDSM

    Esta publicación es la parte 6 de un total de 24 publicadas de la serie Pervirtiendo a unas nenas inocentes

    Me enternecía como sumisamente hacían todo lo que les pedía, las dos niñas actuaban como perros ladrando y jadeando, para ellas era un juego inocente, para mí era un perversión; las estaba pervirtiendo, las pensaba convertir en unas putitas mamadores capaces de satisfacer cualquier capricho humano, para mis adentros imaginaba toda la plata que haría con esos dos tesoros, mi pene se erectaba mirando como seguían corriendo a cuatro patas, con sus correas y desnudas, se reían entre ellas; a veces las tomaba y las jalaba de las correas diciéndoles que las sacaría a pasear, las llevaba hasta la puerta y hacía como si la fuera a abrir, ellas reían tapándose la boca, no dejaba de filmarlas, mi pene estaba erecto de deseo por ellas, vi que aún tenía tiempo de jugar un rato más con ellas, tome a Pau, la pequeña y la lleve de la correa hasta el sillón, me senté en él y la hinque sobre este a un lado mío, necesitaba las dos manos, Jo ya sabía lo que iba a ser, nos seguía expectante a mis movimientos, relamía sus labios, mirando como acariciaba el cabello de su hermana mientras suavemente la guie hasta mi pito que apuntaba al techo emanando liquido pre seminal

    Jo, acércate, toma la cámara, filma como la perrita de tu hermana aprende a mamar

    Ella se acercó y tomo la cámara, la apunto a su hermana que empinada con la cara metida en mi entrepierna me mamaba, miraba a través del lente como movía su cabeza de arriba abajo, yo recargaba mi cabeza en el respaldo del sillón lleno de lujuria, mi mente volaba sintiendo la tibia y pequeña boca de Pau, mientras succionada mi glande, quería que la metiera más en su boca, pero no lo hacía por cuenta propia, así que la sujete del cuello y de su frente y una vez que la tuve sujeta, la baje para que le entrara más, ella por instinto puso ambas manos en mis muslos para evitar ahogarse, pero yo era más fuerte, movía mis caderas al mismo tiempo que mis manos, ya los hacía sin fijarme si a ella le gustaba, igual yo estaba en la gloria.

    Jo filmaba todo, hacía acercamientos, se alejaba, la notaba emocionada, solita se tocó su rajita y abría y cerraba su boca mientras se masturbaba y filmaba la felación de su hermana

    Jo, hermosa apunta el lente a donde te estas tocando, quiero que también filmes como te tocas solita

    Ella sonrió y me hiso caso, ahora era la salvaje cogida oral que le daba a su hermanita y la masturbación que ella se hacía, movía la cámara en ambas direcciones, lo hacía torpemente como lo haría una niña de su edad, seguramente me iba a marear tanto movimiento de la cámara cuando viera el video, pero ya no pensaba mucho en ese momento, moví con más ganas mi caderas, puse mi mano derecha en la rajita de Pau y la dedié un rato, metí mis dedos a la boca para ensalivarlos y acariciar su rajita y su culito que estaban más que estrechos, sería un verdadero acto heroico penetrar esos orificios, pero estaba metido en mi misión y cueste lo que cueste lo haría.

    Sostuve firmemente la cabeza de Pau, sentí mi orgasmo inminente y me vacié en la boca de Pau que tosía fuerte, lo mismo que mis estocadas en su boca, di un grito de placer, sentía como la ahogaba con mi leche llenando su boca, pero no podía evitar bombearla fuerte, era como si fuera otra persona, sentí como salió el ultimo chorro directo a su garganta, tenía metido la mayor parte de mi pene en su boca, podía sentir su faringe oprimiendo mi glande, fue la mejor eyaculada hasta ese momento en mi asquerosa vida, ni la prostituta más experimentada me había dado tanto placer, la solté cuando el placer fue disminuyendo, ella se levantó catapultada por la resistencia de sus brazos, respiro hondo como si hubiera salido de lo profundo de una alberca, tenía los ojos vidriosos y con lágrimas, me miraba con algo de miedo, la jale a mí y la abrace besando su carita para tranquilizarla

    Eres una campeona, serás una muy buena y gran puta, aguantaste como pocas.

    Sentí que me ahogaba

    Decía la pobre limpiando las lágrimas de sus ojos haciendo pucheros

    Sí, pero el placer fue muy rico y me has dejado seco, serás la mejor perrita, te ganaste un premio

    Volteé a ver a Jo que con ojos cerrados se tallaba fuerte la conchita, la cámara ya ni siquiera filmaba algo, estaba solo mirando al suelo, lamente el evento, pero la imagen de ella masturbándose como gente grande lo valía, tomé la cámara, ella abrió sus ojitos y me miró

    No perrita sigue en lo que estas

    Ella sonrió y volvió a cerrar los ojos pasando sus deditos por su rajita, lo hacía rápido, sí que había aprendido a hacerlo en estos pocos días, Pau hincada sentada sobre sus talones veía como su hermanita se tocaba sola cerrando los ojos y gimiendo de placer, filme el rostro atento de Pau y con mi dedo junte semen que estaba en sus labios y se lo metí en la boca, como si la alimentara de mermelada, ella chupó mi dedo sin dejar de mirar a su hermana, me hice hacia atrás para filmar ambas cosas como le daba leche con mi dedo mientras su hermanita parada en medio de la sala, con sus piernitas abiertas y semi dobladas se daba duro solita; era oro puro lo que estaba logrando en material, Jo se cansó de masturbarse y abrió los ojos dándonos una hermosa sonrisa chimuela, se sentó a mi otro lado y sin que yo se lo dijera me chupo mi pene extrayendo las ultimas gotas de leche, todo era filmado, guie de nuevo a Pau para que ayudara a su hermanita, se veían tan inocentes y hermosas lamiendo mi pene entre las dos, sentí que ya era suficiente, apague la cámara y me quite la máscara.

    Estuvieron fabulosas ¿les gusto el juego?

    Jo asintió pero note duda en Pau, creo que me había excedido con la mamada, pero ya no había vuelta a atrás

    ¿Qué pasa Pau?—ella solo me miró— eres una niña hermosa ¿lo sabías? Aguantaste como campeona, pero para la otra lo haremos más suave y tu hermanita te chupara tu rajita ¿está bien?— ella finalmente asintió— y recuerda que no debemos decir nada, sino el monstruo vendrá por ti y tu hermana

    Puso cara de miedo y asintió rápidamente, el monstruo en verdad la asustaba, me levante y las mande a bañar juntas, les pedí que mientras se bañaban se tocaran mutuamente mientras lo hacían, sonriendo asintieron, me dirigí a donde había dejado mi ropa me vestí y me prepare para irme, mi pene no se pararía ni de chiste pero aun así me dio morbo ir a verlas.

    Entre al baño y tras la cortina escuche el sonido del agua cayendo y los gemidos de Jo, pensé rápido y baje corriendo por la cámara, subí y la encendí entrando al baño, me acerque a la regadera y abrí la cortina, ahí estaban las dos niñas, Pau estaba hincada frente a su hermana, Jo la mantenía sostenida con ambas manos de su cabeza y la guiaba para que chupara su rajita, tenía los ojos cerrados y la boca abierta, movía la cabeza de su hermanita menor para darse más placer, en verdad que había encontrado una joya en Jo, era una niña que rápido aprendía y ahora ella sometía a su hermanita para darse placer, no le interesaba si su hermana disfrutaba, ella lo hacía y eso era lo importante.

    Ninguna de las dos se había dado cuenta de que yo estaba ahí filmando, grababa todo, mi pene se erecto cuando vi como Jo jalo más la cabeza de su hermanita al momento de que gimió fuerte, estaba vaciando su vagina en la boca de su hermanita, la apretaba fuerte, tanto que Pau empezó a poner resistencia pero Jo no se detuvo, la jaló hasta que llegó a su clímax; abrió los ojos con una placer y satisfacción impropios a su edad, me volteo a ver, al principio se asustó, pero después me brindo una sonrisa hermosa

    ¿Nos vite?

    Si—atiné a decir—estuviste fabulosa, estas enseñando de maravilla a tu hermanita

    Si pero de tanta chupada me quiero hacer pis—sonreí par a mis adentros, mi mente voló

    Orínate en tu hermana, orínale la cara

    Jo sonrió tapándose la boca y se acercó al rostro de la hincada Pau, y con sus dedos separó sus labios soltando el chorrito de orina, Pau se quiso quitar pero le ordene que se mantuviera y que abriera la boca para tragar la orina, sino el monstruo vendría, Pau no tuvo más remedio que hacerlo, mi pene reventaba en mis pantalones, la boca de Pau estaba llena de orina, volteo a verme y mi sola mirada le hiso saber que la tenía que tragar, lo hiso haciendo pucheros y cara de asco.

    Jo se metió al chorro de agua de la regadera y se relajó cerrando sus ojos, había vaciado su vagina y su vejiga en la boquita de su hermana y no parecía afectarle en lo más mínimo.

    Jo, eso estuvo hermoso, pero ahora yo también necesito vaciar mis huevitos, ¿me ayudas?

    Jo abrió los ojos y sonrió acercándose a mí, se hinco y abrió mi bragueta para sacar mi pene, este salió saltando cuan largo era, ella lo masturbo dos veces y lo llevó a su boca, estaba nuevamente en el cielo, sentía rico pero tenía que acabar rápido, así que la sujete con mi mano derecha de la nuca y le bombee fuerte mi verga en su boca, la sujete de los cabellos para poder guiarla, ella solo cerró sus ojos y se dejó llevar, no cabía duda que era un tesoro, no tarde ni 4 minutos en vaciarme dentro de su boca, ella lo recibió sin ningún problema, termine de eyacular y ella con el semen en su boca me miraba desde abajo, lo trago mirándome directo a los ojos, adivinado que eso me gustaba y vaya que me encantaba, la cámara filmaba todo, su mirada picara con una casi sonrisa mientras degustaba mi leche en su boca, miró mi aguado pene que goteaba lo último de le leche, con un dedito lo agarro y se lo llevó a la boca, cuando lo hiso mi pito brinco como queriendo despertar de su estupor, volvió a mirarme y miró a su hermana mientras me dijo

    Y ¿no quieres orinar también?

    ¡Guau! Estaba pervirtiendo a esa nena, pero tal parecía que solo estaba afinado detalles de una verdadera puta, me acerque más a la regadera y Johana jaló a su hermanita para estar hincadas las dos frente a mí, sin dejar de filmar tomé mi pito y le acaricié el glande para estimular mi micción, no tardó en salir el chorro de orina y lo dirigí a las dos, Jo abrió su boca y cerró sus ojitos, Pau la miraba y trataba de imitar a su hermana mayor, yo daba gusto apuntando el chorro a ambos rostros, fue largo, no había orinado en todo el día, terminé y vi el rostro de placer de Jo, de felicidad por haber hecho que orinara en las dos, Pau seguía poniendo cara de asco

    ¿te gusto la pipí?—le pregunte a Pau

    Ella negando con la cabeza dijo que no

    No, no me gustó, sabe feo, me da asco

    No sabe fea—intervino Jo— sabe rica, además si no la comes el monstruo se enojará, cómela— Jo tomo algo de orina que le escurría del rostro y se la llevó a la boca, Pau con miedo la abrió y la trago.

    Ahora si estaba yo en shock, Jo amenazaba con el monstruo a su hermanita sino hacía lo que ella quería, en verdad que sería una niña manipuladora y muy inteligente.

    Bueno ahora si báñense, Jo asegúrate de que Pau se lave bien y no huela a orina, las espero abajo

    Baje y mire el material que había grabado, no tenía idea como lo vendería pero solo sabía que era oro fílmico, conocía a varios que por lo menos le cobraría solo por verlo no por tenerlo, ya vería como contactar a alguien para comercializarlo.

    Bajaron las dos cambiadas y peinadas, estaban arregladas con ropa ligera, les dije que me iría y me despedí con un beso de lengua de las dos, el beso fue más prolongado con Jo que se me colgó del cuello para besarme mejor.

    Salí no sin antes cerciorarme que nadie pasaba y hacerlas jurar que no dirían sobre nosotros, ellas lo hicieron y me retire a mi auto, donde espere hasta que la mama llegó y fue recibida por sus hijas riendo felices, no pasó algo sospechoso, así que más tranquilo me retire del lugar.

    En mi casa no pude evitarlo y me masturbe viendo el video que hice con ellas, más me emocionaba la iniciativa que desarrollaba Jo, era más despierta e inteligente, estaba decidido, ella sería la primera en probar mi pito por sus hoyos íntimos.

    Estuve visitando la casa, me paraba por horas a una cuadra, solo la distancia suficiente para no levantar sospechas y vigilar, veía la rutina de ellas y la persona que las cuidaba, ellas como siempre jugueteaban todo el tiempo, me vi tentado ir cerca de ellas y llevar a Jo al patio trasero y que la mamara, pero era peligroso, debía que tener paciencia para disfrutar a mis dos putitas a solas.

    Me preparé con todo lo necesario para el día que iba a ver a mis dos tesoritos, compre gel relajante y dilatador para sexo anal, tenía mi mente perturbada con Johana, quería hacerla mía, sabía que con ella sería más fácil.

    Llego el día en que estarían solas, cuidadosamente me dirigí a la casa, estuve estacionado afuera y espere a que llegaran; cerca de 20 minutos después llegaron de su transporte y entraron corriendo, como si adivinaran que tenían que preparase para verme, mirando en todas direcciones vi que no había testigos y cargando mi maleta me dirigía la casa, toque, no tardó ni 3 segundo Johana en abrir la puerta, sus ojos brillaron cuando me vieron, su sonrisa me iluminó.

    Hola, entra, estamos solas

    Entré y Pao salió de la cocina tomando un vaso con agua, me sonrió y saludo con la mano, con una inocencia propia de su edad.

    Me senté en la sala, las dos se sentaron a mi lado, Pao puso el vaso con agua en la mesita de centro y me saludaron dándome beso en la boca mientras recibían mis caricias.

    ¿Cómo se portaron mis perritas?

    Muy bien, no hemos dicho nada a nadie

    Excelente, ya saben que sino el monstruo viene

    Jo me miró cómplice sabiendo que no habría ningún monstruo, pero me secundaba para mantener callada a Pau.

    Hoy jugaremos muy rico, primero subiré con Jo y después si hay Tiempo subiré contigo Pao, ¿está bien?

    Las dos asintieron al mismo tiempo, abrí mi maleta y saqué un disco, le pedí a Jo lo pusiera en la reproductora, jalé a Pau para besarla y manosearla mientras Jo hacía a lo pedido, coloque a Pao frente a mí y mis manos se perdieron bajo su falda, la tomé de las nalguitas y la jale hacía mí, ella sonriendo por las cosquillas que sentía me recibió abriendo su boquita, mi lengua se introdujo sin problemas, levante la falda y trate de quitarla, no podía, Pao lo noto y ella misma se desabotonó la falda por la parte de atrás, mirándome con una sonrisa ganadora, como diciendo “así se debe de hacer”, le sonreí y baje su falda sin ningún problema, yo mismo le quite la camisa descubriendo su corpiño, admire sus pechito sin desarrollo, pero que prometía unas suculentas tetas, estaba solo en ropa interior, calcetas y zapatos escolares, mi pene brincaba dentro del pantalón, la senté a horcajadas sobre mí y mi pene se posicionó a nivel de su rajita, la deslice hacia adelante y atrás sosteniéndola de las nalguitas y caderas.

    Ella colaboraba con los movimientos y ella misma fue quien se acercó a besarme metiendo su lengüita en mi boca, lo hacía torpemente, pero me excitaba a morir su iniciativa, la movía cada vez más rápido, mis manos locas de emoción se perdía pos debajo de la pantaleta infantil acariciando su rajita y culito, metí un dedo en este último, solo la uñita, ella dio un respingo abriendo los ojos, pero los volvió a cerrar y siguió besándome.

    Jo llegó a nuestro lado y se nos quedó mirando, como abrazaba a su hermanita acariciando su espalda hasta bajar a las nalgas y perderme hacia su rajita, todo esto sin dejar de besarla ni mover mis caderas, me separe de ella solo para besarle el cuello y chuparle un ratito su cuello, note a Jo algo celosa, por lo que me tranquilice y deje de besar a Pao y de mover mis caderas, solo movía mis manos acariciándola.

    Y díganme ¿cómo se han portado?

    Muy bien, hemos jugado nosotras solas cada que hemos podido

    Si, todas las noches nos chupamos nuestras “pepitas”—dijo Pao sonriendo

    ¿sus qué?

    Nuestras pepitas— dijo señalando su rajita

    Ah ok, pero no debes decirle pepita, dile chocha, panocha, raja, concha, pero no vuelvas a llamarla pepita

    Está bien

    A ver repítelo

    Chocha, concha… pano… ¿quéYa se me olvido

    Panocha y recuérdala que esa es mi favorita

    Ha sí, panocha

    Su vocecita sonaba tan hermosa repitiendo las palabras obscenas que le enseñaba, movía su boquita como si le estuviera enseñando las tablas de multiplicar, quite a Pao y le pedí que se desnudara por completo, en la pantalla un tipo colocaba vaselina en el culo de una niña, dilatándola con sus dedos, preparándola para la enculación, la niña estaba empinada pegando su pecho a la cama, tenía los ojos cerrados, Jo miraba la pantalla sin perder detalle, Pao terminó de quitarse la ropa y se paró frente a mí solo en calcetas y zapatos escolares, no lo pude evitar, abrí mi bragueta liberé mi pene y la jale hincándola en el sillón a un lado mío, tomé su cabeza y la guie a mi polla, ella sabiendo cómo era comenzó a chupar sin que yo le dijera como hacerlo, la sujete y lentamente la subía y bajaba saboreando su boquita en mi pito, ella dócilmente se dejaba guiar, tenía sus ojitos cerrados y sus manitas suavemente apoyadas en mi muslo, estaba empinadita, por lo que libremente acariciaba su culito y rajita con mi dedos, se lo hacía suavemente para que no se asustara, Jo nos miraba atenta con la boca abierta, por donde respiraba mientras relamía sus labios mirando como su hermanita empinada, con la cara metida en mi entrepierna, me daba un placer infinito.

    La sentí que se perdía de la acción y con una seña le pedí que se acercara, cuando la tuve a mi lado la jale y bese en la boca, ella metió su lengua que se enrosco con la mía, su boca sabía a aliento extraño, tal vez no se había lavado bien los dientes después de comer, igual me excitaba como le ponía ganas al beso, la abrace soltando a Pao, quien no dejo de mamar ni mover su cabeza de arriba abajo como lo hacía yo, lamente en lo infinito no tener más de dos manos, me hubiera gustado seguir guiando a Pao en su mamada mientras abrazaba y dedeaba a su hermanita Jo.

    Le quite la ropa a Jo como pude mientras Pao seguía en lo suyo, Jo tenía los ojos cerrados y se dejaba llevar por mis caricias, aflojaba su boquita permitiendo que mi lengua entrara y saboreara su lengua y sus labios a mi voluntad, sus manitas rodeaban mi cuello y suavemente se movían, me separé un poco de ella

    ¿Te gusta lo que hacemos?

    Si—contesto abriendo sus ojitos hermosos y sonriendo feliz

    Has pensado en esto

    Sí, todos los días ¿por qué no había venido?

    Su vocecita sonaba con algo de reproche, note que su carita se puso algo seria

    No pude mi putita porque siempre había alguien cuidándolas

    Sí, es nuestra abuela, viene 3 días a la semana y los otros no puede porque es voluntaria en un hospital

    Bueno recuerda que solo podemos jugar a las putitas cuando estamos solos, si ella se entera no nos dejara jugar más ¿quieres que eso pase?—negó rápidamente con la cabeza—bueno entonces tenemos que guardar el secreto.

    Hoy quiero que juguemos a otra cosa, lo haremos en tu habitación, solos tú y yo y Pao se quedará aquí viendo la película, ¿estás de acuerdo?

    Si– Contesto emocionada

    Me separe por completo de ella que se puso de pie y separe a Pao de mi pito, cuando lo hice sonó como un chupón, tenía saliva y liquido pre seminal en sus comisuras, sonreía mientras seguía mirando mi pene erecto, le dije a Jo que le lamiera las comisuras y que yo subiría a su habitación para preparar todo.

    Entre a la habitación donde las dos dormían y coloque mi cámara en un buró, apunte a la cama de tal forma que captara todo lo que ahí haría, me desnude y me coloque mi mascara negra, volví a cerciorarme de que la cámara estaba bien enfocada y de la maleta tomé una segunda cámara, quería captar todos los ángulos posibles.

    Una vez comprado todo estaba a la perfección salí de la habitación y desde la planta alta llame a Jo, le dije a Pau que siguiera viendo la película y que se tocara solita, que iría por ella en un rato más.

    Jo entró y encendí la cámara que estaba fija sobre el peinador y la que traía en mi mano, ella miró mi mascara y sonrió, me acerque a ella enfocándola con mi lente y grabe todo el esplendor de su cuerpecito, le dije se desnudara, ella con sonrisas nerviosas lo hiso, su piel blanca la hacían ver hermosa, su cabello rubiecito y sus ojos claros la hacían ver como una pequeña diosa.

    Di lo tuyo— le ordené, ella ya sabiendo que era sonrió y miró a la cámara

    Hola soy Johana tengo 10 años y me gusta ser una puta, me gusta que los hombres me manoseen y que me chupen toda, también me gusta que metan su cosa dentro de mi boca

    Yo la miraba asombrado, caminaba alrededor de ella, mientras ella con cara agresiva decía sus palabras, mientras lo hacía ella también giraba sobre sí misma, para no dejar de mirar hacia el lente, me detenía y yo giraba hacía el lado contrario, cuando lo hacía ella solo me seguía con la cabeza para después seguir girando sobre sí misma, era una joya, se comportaba con naturalidad como si supiera de que se trataba.

    ¿qué más te gusta?

    Que me toquen mi rajita con sus dedos, así– abrió su boca y ella sola se froto su rajita—luego que me metan la lengua

    ¿dónde?

    Aquí, señalo su rajita separando sus labiecitos

    ¿eres puta?

    Si— decía sin dejar de frotar sus deditos en su rajita

    Me acerque a ella y la hice agachar metiéndole mi pito en la boca, ella lo hiso y retiro su mano de su rajita para apoyarse en mis muslos, movía su cabeza para sacar y meter mi verga dentro de su boca, yo desde arriba filmaba, ella tenía ojos cerrados, pero de repente los abría y me daba miradas de alegría mientras seguía chupando, creo que este material valdría oro puro, estuve un rato así, la verdad estaba en la gloria; después de eso la retire y la acosté en la cama, ella camino hacia atrás hasta que topo en el borde de la misma y cayó hacia atrás, se apoyó en sus codos y se quedó mirándome, su mirada era grabada por mi cámara, me acerque, sabia necesitaría las dos manos así que le di mi cara y le dije que filmara lo que yo haría, ella sonriendo feliz la tomó, al parecer le encantaba filmar, separé sus piernitas y metí mi cara en su rajita, sentí como ella vibro y cerró los ojitos, por l que le recordé que debía abrirlo para filmar bien, ella me obedeció y enfoco la cámara hacia mi cara donde yo sacaba la lengua atreves de la máscara y la metía en su rajita, le chupaba el pequeño y carnoso clítoris, ella colabora moviendo sus cadera, volteaba a verla para ver si filmaba y ella con la boca abierta y respirando agitada seguía filmando, sus gemidos eran grabados, le pedí que enfocara su cara ella sola y lo hiso, ahora enfocaba mi mamada y después su rostro; decidí que era ya mucha chupada y le quite nuevamente la cámara para continuar filmando yo, ella seguía con las piernas abiertas, la jale más hacia el borde de la cama y sin dejar de filmar con mi mano derecha, con la izquierda tome mi pene y se lo frote en su rajita, lo hacía de arriba abajo, le enfocaba su carita y ella estaba de lado con los ojitos cerrados, escupí atreves de la máscara y e gargajo cayó sobre su rajita, esto facilito mi frotamiento, el pene era filmado como se desplazaba de arriba abajo, cuando noté que estaba ,muy lubricada empuje mi glande dentro de su rajita, ella pego uyn gritito y me miro asustada

    Tranquila mi putita, será solo un poquito y veras que después sentirás rico

    Ella asintió y cerro sus ojos, solo que ahora los apretaba, empuje un poco mas y mi glande abrió su rajita, la deje quieta mientras filmaba su carita y mi pene empezando a entrar, saque un poco pero inmediatamente empuje, ella gimió fuerte, con mi pulgar estimule un poco su clítoris ara que se relajara , ella lo hiso y saque solo para seguir metiendo, empecé un mete y saca solo de la punta, estaba haciéndolo así para que no sufriera tanto, cuando vi que relajo empuje un poco más y ella volvió a gritar, ya llevaba 15 minutos haciendo eso y sentí como mi pene topo en la barrera virginal, me agache a ella y la bese en la boca, ella lo hiso dócilmente y me volví a retirar y deje la cámara sobre la cama, la tome con ambas manos y metí mi pene desgarrando su himen, ella gritó fuerte, ya no era una niña, ahora era una mujer que emputecía cada arrepentida que le daría, ella comenzó a sollozar, eso ya lo esperaba yo, me quedé quieto nuevamente y me dedique a besarla en su carita, sus ojitos, sus pómulos, su frente, sus labios, cuando pasaba por ellos, ella sacaba su lengua y lamia mi boca, eso me dio confianza, nuevamente saque un poco mi verga y la volví a meter hasta el desgarro, ella ya no se quejó tanto y eso me dio confianza para hacer un mete y saca, lo hacía lento y continuo, para que se fuera acostumbrando, ella apretaba sus ojitos cuando mi pene entraba y los relajaba cuando salía.

    Estuve así como por 5 minutos y cuando la vi más relajada aumente un poco la velocidad, no metía todo mi pene pero lo que metía era más o menos la mitad, la sujetaba fuerte, ella ya más relajada respiraba hondo cuando la sacaba y agitaba la respiración el tiempo que se lo dejaba dentro, me encendí un poco y aumente la velocidad, los dos estábamos sudando, era una desfloración difícil, pero ya estaba hecha, la bese en la boca y aproveche para aumentar mi velocidad, ella gimió fuerte separándose de mí, bese su cuello y mi pene salió y entro rápidamente de su rajita, mis huevos quería explotar, no pude evitarlo, la excitación era demasiada, aumente mucho mi velocidad y metí mas mi pito ella gritaba ya a cada metida que le daba, me abrazaba fuerte y gritaba, yo sentí como mis huevos liberaron el semen y este salió disparado hacia la sangrada cuevita, grite mi orgasmo empujando mi pito lomas que pude, sentía calambre en mi glande por lo estrecho del agujero, salía lechazo tras lechazo, parecían interminables, ella gritaba igual que yo mientras tenía el orgasmo de mi vida; eyacule toda mi leche en su cuevita, me quede quieto disfrutando el momento, mi pene no perdía aun la rigidez, mire su carita como sollozaba y sus ojitos rojos despedían lágrimas, me enterneció tanto que sin misericordia empuje mi pene, provocándole otro grito de dolor, así lo hice una y otra vez, hasta que mi pene se aguado dentro de ella y solo salió, flácido y desmayado, seguí sobre ella que no dejaba de sollozar y la seguí besando dejando le caer todo mi peso, a pesar de que sollozaba, cada que la besaba en la boca sacaba su lengüita y me correspondía, me levante y tomé la cámara, filmando su cara roja, con lágrimas, incluso algo de moco salía por su nariz.

    Miró la cámara

    ¿Qué eres?— le pregunte, ella tallándose los ojos con sus dos manitas sollozando contesto

    Una puta

    Si lo eres, eres una puta que le gusta que se la cojan ¿verdad?

    Ella tallándose los ojos asintió, le retire las manos de su cara y le dije que lo dijera

    Soy una puta que le gusta que se la cojan—volvió a decir sollozando.

    Me levante, apague las cámaras y me dirigí al baño para tomar fomento de agua tibia y lavarle la conchita, tenía rastros de sangre y había mancha las sabanas, “rayos” no había pensado en eso, le dije dónde estaba las limpias y las cambie, doble la sucia y la eché a mi maleta, la intentaría lavar en mi casa, revise nuevamente su conchita y la hice para, ella lo hiso con dificultad y muecas de dolor, la abrace y ella me correspondió, ni me acordaba que aun traía la máscara, me la quite y la volví a besar

    Eres la putita más hermosa que he visto en mmi vida

    ¿si? ¿lo crees?

    Si, te aplicaré crema en tu panochita y te pondrás más antes de dormir, por la mañana igual y en la noche, así por 3 días, ¿entendiste?

    Si

    Me vestí y la mande a bañar, cuando salió le apliqué abundante crema antiinflamatoria y le di el pomo para que lo escondiera, acomode mi maleta y baje, ahí estaba Pao viendo la película, se dedeaba solita me enterneció me acerque y la bese

    ¿ya?—pregunto inocentemente

    Si ya, me iré porque no tengo más lechita que darles pero volveré y ahora será tu turno, ¿está bien?

    Si

    Contesto mientras me veía como quitaba el disco de la reproductora y lo guardaba en mi maleta, bajo Jo cambiada y perfumada, habíamos arreglado su cuarto así que no habría evidencia, les hice jurar guardar el secreto sino el monstruo vendría, Pao puso cara de asustada y Jo solo sonrió.

    Les di un besito en los labios a cada una y me despedí de mis perritas.

    Antes de salir puse mi dedo índice en mis labios en señal de silencio y ellas riendo hicieron lo mismo.

    Salí y me metí en mi auto, espere hasta que llegara la mama y al ver que no había ni gritos ni llamabas, ni policías, decidí irme, en mi casa tendría un buen de material que editar y cabe decir unas cuantas pajas que le dedicaría a mi video.

    Volvería con estas niñas oro… claro que si


    Continuará

    La parada de descanso, relato erótico SDPA en blogSDPA.com

    La parada de descanso, Parte 02 (de Janus)

    27 de diciembre de 2024 en Relatos SDPA, Jovencitas, Violacion, Sexo en público

    Esta publicación es la parte 2 de un total de 8 publicadas de la serie La parada de descanso

    Amanda se sentó en el asiento trasero, completamente despierta, mientras el auto avanzaba a toda velocidad por autopistas vacías y pueblos sin nombre. Había terminado su Mountain Dew una hora antes y ahora tenía que orinar otra vez. Muy mal.

    "Papá", dijo Amanda haciendo una mueca, "¿habrá una parada de descanso pronto?"

    Su padre suspiró. "Amanda, hace menos de veinte minutos que paramos a cargar gasolina", dijo exasperado. "Te pregunté si querías ir y dijiste que no".

    "¡Lo siento!", dijo la joven con tristeza. "Me dieron muchas ganas de ir de repente".

    "Está bien, está bien, creo que hay una parada de descanso más adelante".

    El coche salió de la autopista y se detuvo en una zona de descanso. Ya estaban en algún lugar de Indiana y era un poco más de medianoche. En cuanto el coche se detuvo, Amanda abrió la puerta y empezó a caminar rápidamente hacia el baño, agarrándose la entrepierna desesperadamente mientras trotaba. "Travis, ve con tu hermana", le ordenó su padre.

    —Pero papá…—protestó el niño.

    "¡Ve!"

    De mal humor, Travis salió del coche y caminó con dificultad detrás de Amanda, que, temerosa como siempre, seguía esperándolo fuera de la puerta del baño de hombres. Al entrar en el área de descanso, se dio cuenta de que había una tienda de conveniencia que estaba abierta las 24 horas.

    "Amanda, sigue caminando", le hizo un gesto para que siguiera adelante.

    "Travis", se quejó, "¡se supone que debes venir conmigo!"

    Él puso los ojos en blanco. "Está bien", murmuró y comenzó a caminar tras ella hacia el baño de hombres. Pero tan pronto como Amanda se encerró en el cubículo, él gritó: "Te esperaré en la tienda, ¿de acuerdo?"

    —¡Travis! —Amanda se estremeció. El simple hecho de que fuera más de medianoche le generaba pavor. Se bajó rápidamente los pantalones y la ropa interior y se sentó a orinar. Una oleada de alivio la invadió cuando su vejiga comenzó a vaciarse. Arrancó un poco de papel higiénico y se limpió.

    Amanda acababa de subirse los pantalones cuando oyó que se abría la puerta del baño y el extraño y familiar sonido de un tacón contra el suelo de baldosas. Sin pensarlo dos veces, abrió la puerta del cubículo y, justo cuando estaba a punto de salir, chocó con alguien.

    "Disculpe..." dijo Amanda. Luego levantó la vista y reconoció el rostro. Era el mismo hombre de la parada de descanso anterior, con el bigote tupido y la gorra naranja. "¡Oh, hola!", dijo, sorprendida de verlo.

    —¡Hola, Amanda! —dijo el hombre. Parecía feliz de verla—. ¿Tuviste que usar el baño otra vez?

    —Sí, tuve muchas ganas de ir al baño —le dijo Amanda.

    "¿Tuviste suficiente papel higiénico esta vez?" sus ojos la miraron brillando.

    —Oh, sí —respondió Amanda mientras se dirigía al lavabo para lavarse las manos.

    —¿Te has limpiado bien? —le preguntó el desconocido. Sin esperar respuesta, la tomó del hombro y trató de guiarla hacia uno de los cubículos. —Será mejor que me dejes comprobarlo —le dijo.

    —No, no pasa nada —dijo Amanda, resistiéndose—. Tengo que irme. Mi hermano me está esperando en la tienda.

    —Dije que sería mejor que me dejaras comprobarlo —repitió el desconocido. Esta vez había un tono cortante en su voz. Sorprendida, Amanda levantó la vista y vio su reflejo en el espejo. En lugar de la expresión amable que había esperado, había una mueca de disgusto en su rostro.

    Antes de que pudiera darse cuenta, el extraño la tomó por los hombros y la arrastró hasta un cubículo. "¡Oiga!", protestó Amanda mientras cerraba la puerta del cubículo. Su adrenalina estaba a toda velocidad y su corazón latía con fuerza. "¡¿Qué está haciendo?!"

    El hombre se movió demasiado rápido para ella, se agachó y le quitó los pantalones sin siquiera desabrochar el botón ni la cremallera. El botón de sus jeans se desprendió y aterrizó en el suelo con un traqueteo. Amanda estaba demasiado sorprendida para reaccionar cuando él también le quitó la ropa interior, dejándola junto con los jeans en una pila alrededor de sus tobillos.

    Al darse cuenta de que algo terrible iba a suceder, Amanda intentó gritar, pero el extraño le tapó la boca con la mano y lo único que pudo hacer fue emitir un grito ahogado. Trató de darle patadas y puñetazos, pero fue inútil. Sus dedos arañaron su chaleco, pero solo lograron deslizarse por el resbaladizo material sintético. Con la boca tapada, el hombre se colocó detrás de ella y se sentó en el inodoro. Luego, tiró de la niña de ocho años, que se retorcía, para sentarla en su regazo.

    Sus manos se extendieron entre sus piernas y comenzaron a acariciar sus partes privadas. Amanda se quedó paralizada de inmediato, sorprendida por su acción y sin saber qué hacer. Sus piernas, que habían estado pateando y luchando, se aflojaron mientras el hombre frotaba su raja sin vello.

    —Ahora cállate —le susurró al oído—. No quieres que te haga daño, ¿verdad? —Sus dedos le frotaban la entrepierna por donde había salido la orina. Amanda estaba demasiado asustada y confundida para responder. —¿O sí? —volvió a sisear el hombre. Amanda tragó saliva y negó con la cabeza. Su dedo se hundió de nuevo entre el valle carnoso de su raja sin pelo, despertando partes de ella que nunca supo que existían. Se concentró en su pequeño clítoris, frotándolo con fuerza con el dedo para que presionara contra su hueso pélvico. Amanda se estremeció levemente por la estimulación.

    —Ah, te gusta eso, ¿no? —le preguntó—. Pequeña zorra, te gusta cuando juego con tu coño. Amanda se quedó callada sin saber qué decir. Se sentía muy extraña por dentro mientras él acariciaba sus partes privadas. La niña de ocho años estaba sentada boca abajo en el regazo del hombre extraño mientras él la acosaba.

    "Escúchame bien", le dijo. "Sé lo que pasa contigo y con tu padre. Sé que tu padre conduce una camioneta azul. Sé que tu hermano se llama Travis".

    Amanda entró en pánico al oírle decir esas cosas. ¿Cómo lo sabía? ¿Le había dicho el nombre de Travis? No lo recordaba. Él no dejaba de frotarle la entrepierna mientras hablaba.

    "Sé que vas a Boston", continuó. "¿No sería una tragedia si tuvieras un accidente de coche en el camino? ¿Por ejemplo, si alguien sacara su camioneta azul de la carretera?"

    Amanda se sentó y escuchó aterrorizada. "¡BAM!", le susurró el hombre al oído. "Todos los que estaban en la camioneta morirían, ¿no?". La niña sintió que se le llenaban los ojos de lágrimas. De repente, el hombre la soltó. Ella se deslizó de su regazo y quedó de pie sobre sus propios pies, aunque casi se cayó porque los vaqueros todavía le rodeaban los tobillos.

    Él la giró para que lo mirara de frente. Amanda miró con aprensión el rostro del extraño. Estaba demasiado angustiada como para sentirse avergonzada por tener los pantalones hasta los tobillos y estar desnuda de cintura para abajo ante ese extraño. "No le dirás esto a nadie", le advirtió, agarrándola de la muñeca con fuerza. "Si se lo dices a alguien, voy a sacar su auto de la carretera". Amanda intentó dar un paso atrás, pero él le sujetó la muñeca con más fuerza.

    "¿Entiendes?"

    Asustada, Amanda asintió. Él le soltó la muñeca. "Ponte los pantalones de nuevo", le dijo. Amanda hizo lo que le dijo. El botón de sus vaqueros seguía tirado en el suelo, así que Amanda simplemente se puso los pantalones, esperando que se quedaran en su lugar. Luego él abrió la puerta del cubículo y la mantuvo abierta para ella.

    "Fuera de aquí"

    Con las rodillas temblorosas, Amanda salió corriendo del baño de hombres. Su corazón latía rápidamente y respiraba con dificultad cuando encontró a Travis en la tienda. "Vamos", soltó, agarrándole la mano.

    —Está bien, está bien —murmuró Travis. Apenas tuvo tiempo de volver a colocar la revista que estaba leyendo en el estante cuando Amanda lo arrastró—. ¿Por qué tardaste tanto?

    El encuentro no había durado más de cinco minutos, aunque Amanda sintió que el tiempo se había detenido cuando el extraño la tocó. Quería decirle a Travis exactamente por qué había tardado tanto, pero estaba dividida. Mientras caminaban por el vestíbulo de la parada de descanso, Amanda miró a su alrededor, pero no vio señales del extraño. No fue hasta que estuvieron a salvo en el auto que exhaló. Su padre arrancó el auto y puso la marcha atrás para salir del lugar de estacionamiento.

    Amanda se mordió el labio con preocupación. Se sentía muy asustada y confundida por lo que acababa de pasar. Sus padres le habían dicho muchas veces que estaba mal que alguien la tocara ahí abajo, entre las piernas. No entendía por qué se sentía tan extraña cuando el hombre le frotaba entre las piernas. La niña de ocho años quería contarle a su padre lo que había pasado.

    Pero no lo hizo. Cuando su padre salió del área de descanso, pasaron junto a una furgoneta Volkswagen roja que estaba parada en el aparcamiento. Amanda solo la vio de reojo, pero le bastó para reconocer al hombre que estaba sentado al volante de la furgoneta. Reconoció al instante su bigote y su gorra de caza naranja.

    El coche aceleró y se incorporó al tráfico de la Interestatal 90. Al estirar el cuello para poder mirar por la ventanilla trasera, Amanda confirmó lo que ya temía. La furgoneta roja también había salido del área de descanso y los seguía.


    Continuará

    tienda de lenceria para niñas, relato erótico SDPA en blogSDPA.com

    La tienda de lencería para niñas, Parte 02 (de Peachy)

    27 de diciembre de 2024 en Relatos SDPA, Jovencitas, Sexo en grupo

    Esta publicación es la parte 2 de un total de 4 publicadas de la serie La tienda de lencería para niñas

    Amy y yo nos quedamos paralizadas ante la hermosa visión de la imagen. Ver a una niña de seis años tan inmaculadamente maquillada y vestida con una lencería tan exquisita, con su perfecta raja del coño expuesta a la vista de todos, era impresionante. Nos quedamos totalmente inmóviles, absortos en la admiración, salvo por el rítmico apretón de Amy sobre mi erección dura como una roca a través de mis pantalones. En consecuencia, cuando una voz femenina detrás de nosotros comentó que era una imagen preciosa, ¡los dos saltamos!

    Nos dimos la vuelta y vimos a una atractiva mujer de unos 30 años que llevaba un elegante traje de negocios, aunque con medias negras transparentes y tacones de aguja. Se presentó como Shona, la dueña de la tienda, y dijo que normalmente entrevistaba a los nuevos clientes para asegurarse de que no estuvieran en una relación abusiva con su pequeña, pero que podía ver por las reacciones de Amy que todo estaba bien entre nosotros. Mandó a Amy a un sofá de la esquina para que mirara catálogos de lencería infantil y me sentó en una mesa para hablar de negocios.

    El servicio que me brindó no fue barato, ya que la lencería solo se producía en tiradas cortas. Afortunadamente, yo tengo un nivel económico acomodado, así que esto no fue un problema y cuando Shona me explicó que, además de vestir a Amy con lencería, también podía hacerle un cambio de imagen completo con maquillaje, peinado y joyas, acepté de inmediato. Como esto llevaría algo de tiempo, me dejó algunos DVD de pornografía infantil mientras se llevaba a Amy para trabajar en ella.

    Me instalé rápidamente con los DVD que, tal vez no sea de extrañar, mostraban niñas en lencería. Disfruté especialmente de uno en el que una niña de unos 8 años era follada por cinco hombres. Llevaba un liguero de encaje blanco con medias blancas y tacones altos rojos. Su maquillaje era inmaculado y su cabello estaba recogido para revelar una gargantilla de terciopelo negro y pendientes colgantes. También tenía guantes sin dedos de encaje blanco que combinaban con su liguero y uñas largas de un rojo brillante que combinaban con sus zapatos.

    Después de unos juegos previos en los que ella chupó y jugó con las cinco pollas, uno de los hombres se tumbó boca arriba y ella se sentó a horcajadas sobre él y, poco a poco, fue bajando su coño sin vello hasta su polla. El siguiente hombre entró por detrás y deslizó suavemente su polla por su trasero. Ahora, el tercer hombre entró por delante, ayudado por el hombre que follaba el coño que sostenía a la chica sosteniéndole el pecho plano, y comenzó a follarle la boca.

    Finalmente, la adorable niña extendió los brazos y comenzó a masturbar las otras dos pollas. En ese momento, todo lo que se podía ver de la niña era una pequeña pierna enfundada en medias que sobresalía de la pila de cuerpos masculinos, un brazo enguantado con encaje blanco que masturbaba frenéticamente una polla de cada lado y un vistazo ocasional de su cabeza con una polla bombeando dentro y fuera de su boca.

    Después de un rato, la pila de cuerpos se deshizo y los hombres se turnaron para masturbarse en la hermosa boca pintada de lápiz labial de la niña. La niña de ocho años, que claramente había disfrutado muchísimo de la experiencia, tragó con alegría cada chorro de esperma y luego se recostó y rió. En ese momento, estaba tan absorta en el DVD que casi había olvidado por qué estaba allí. Volví a la realidad de golpe cuando escuché que se abría una puerta y entró Shona llevando a Amy de la mano; fue un momento que nunca olvidaré.

    Mi pequeña Amy, de un metro y medio de altura, se acercó a mí caminando un poco insegura con unos tacones rojos que le sumaban cinco centímetros más de altura. Llevaba un traje de sirvienta francesa en miniatura que consistía en un vestido negro muy corto con una enagua con volantes debajo. El vestido era tan corto que los tirantes negros que sostenían sus medias transparentes negras con costuras eran claramente visibles. Un pequeño delantal blanco se asentaba sobre el vestido. Los brazos de Amy estaban envueltos en guantes negros largos de encaje sin dedos que se extendían mucho más arriba de sus codos, mientras que sus pequeñas manos (una de ellas sosteniendo un plumero) estaban rematadas por largas uñas rojas. Su hermoso rostro de niña de seis años se veía más encantador que nunca con la inteligente aplicación del maquillaje que hacía que sus ojos verdes parecieran simplemente enormes, mientras que sus labios eran de un hermoso rojo exuberante y besable. Su cabello estaba recogido para revelar una gargantilla de encaje negro y pendientes con forma de gota de esmeralda y todo el conjunto estaba rematado por una pequeña cofia de sirvienta blanca de encaje.

    Amy cruzó la habitación haciendo ruido con sus tacones altos y, justo antes de llegar a mi lado, se dio la vuelta y se inclinó para dar golpecitos a una mesa con su plumero. Cuando se inclinó, su diminuto vestido se levantó para mostrar que no llevaba bragas. Tuve una vista perfecta de su trasero respingón y su raja perfecta y sin vello, enmarcada por la parte superior de las medias y el liguero. Amy se enderezó y me miró directamente a los ojos y yo le devolví la mirada amorosa con cada fibra de mi ser deseando abrazarla, besarla, acariciarla y llenarla de mi esperma. En ese momento, Shona sugirió que tal vez quisiéramos irnos a otra habitación para pasar un rato en privado juntas.


    Continuará

    De vacaciones, relato SDPA en blogSDPA.com

    De vacaciones, Parte 06 (de UncleFrank)

    27 de diciembre de 2024 en Relatos SDPA, Jovencitas, Incesto

    Esta publicación es la parte 6 de un total de 8 publicadas de la serie De vacaciones

    Día 5, en la mañana.

    A la mañana siguiente, cuando Karen regresó a la habitación, encontró a su padre sentado en la cama.

    —Decidí que sería mejor dejar de fingir en el baño —dijo sonrojándose ligeramente.

    "¡Oh, papá!", dijo Karen mientras envolvía a su padre con sus brazos y lo besaba.

    Dan no sabía quién le había estado dando lecciones de besos a su pequeña, ¡pero era buena! Karen le metió la lengua en la boca, frotó sus tetas contra su pecho, le chupó la lengua, le lamió los dientes y luego el interior de la boca, mientras retorcía su cuerpecito contra el de él hasta que los dos estuvieron a punto de explotar.

    —Será mejor que nos quitemos esto —dijo Dan, sentando a su pequeña niña en la cama junto a él y comenzando a quitarle el ajustado traje de baño. Karen se estremeció, sabiendo que eso era todo. Esta vez la iban a follar de verdad. Encogiéndose de hombros para soltar los tirantes del traje de baño, Karen se puso de pie para ayudar a su padre a quitarse el último pedacito.

    Cuando su pequeña y desnuda raja apareció a la vista, Dan sintió un impulso que nunca antes había sentido. "Recuéstate en la cama y abre las piernas", le indicó.

    "¿Qué?", ​​dijo Karen, pero obedeció de todos modos. Si su papá quería follársela de esa manera, ella no se opondría.

    En lugar de meterse entre las piernas de la niña, Dan bajó la cabeza hasta que su respiración se hizo jadeante contra la pequeña rajita de la niña. No fue hasta que su padre sacó la lengua y Karen sintió que se deslizaba entre los labios de su pequeña rajita sin pelo, que la niña se dio cuenta de lo que su padre estaba tramando. Entonces fue demasiado tarde.

    "¡Ooooh! ¡Wuh! ¡Wuh! ¡WUH!" Karen jadeaba una y otra vez mientras comenzaba a alcanzar el clímax. La sensación resbaladiza de la lengua de su padre había hecho que la pequeña alcanzara el clímax de inmediato. Un orgasmo tras otro retumbaban en el cuerpo de la niña mientras su padre lamía el exceso de su pequeña vagina sobreestimulada.

    Finalmente, el hombre se detuvo y dijo: "Bueno, creo que ya era hora". Dan giró a la niña para que quedara completamente sobre la cama, se colocó entre las piernas de su hija y colocó la punta goteante de su pene contra el pequeño coño de la niña.

    "Esta es la última oportunidad", dijo. "Si no quieres esto, será mejor que me detengas ahora".

    —Hazmelo, papi —chilló Karen, medio asustada, medio abrumada por la emoción. ¡La iban a follar!

    Karen sintió una breve sensación de estiramiento y luego se sintió más llena que nunca. La niña miró hacia abajo, entre sus piernas, y vio que más de la mitad de la gran polla de su padre había desaparecido dentro de su pequeño y plano vientre. Karen podía sentir la polla de su padre presionando contra su himen intacto.

    "¿Quieres que..." Dan levantó las cejas en señal de interrogación.

    Karen asintió y ambos se empujaron juntos. Hubo un momento de intenso dolor y presión; luego, con un chasquido repentino, Karen sintió que el pene de su padre se deslizaba hasta el fondo de su vientre.

    "¡Ay! Eso duele", dijo Karen, con lágrimas en los ojos de la niña. Karen sintió como si alguien le hubiera hecho un agujero en el estómago.

    —Sólo la primera vez —aseguró Dan a su pequeña, manteniendo su polla todavía dentro del vientre de la niña, mientras esperaba que su dolor se aliviara.

    Después de un minuto, Karen se sintió un poco mejor y dijo: "Será mejor que lo hagas ahora, papá, antes de que alguien regrese".

    La idea de que alguien las encontrara así casi hizo que Dan perdiera la erección. Pero ver a su pequeña niña tendida frente a él, con su pene enterrado hasta el fondo de su pequeña barriguita plana y sentir su pene siendo masajeado por la vagina de su propia hija, era demasiado estimulante para permitir que algo así sucediera. Dan comenzó a deslizar su pene dentro y fuera de la pequeña barriguita apretada de su hija. "Oh, qué bien se siente, cariño", dijo. "Papá se va a correr dentro de ti. ¿Te gustaría?"

    Karen estaba empezando a disfrutar de la sensación de la polla de su padre entrando y saliendo. Las palabras de su padre eran aún más estimulantes. "Oh, sí, papi. Córrete dentro de mí", jadeó. "Córrete en mi vientre, papi".

    Al oír la respuesta de su pequeña niña, mientras su estrecho y pequeño agujero le masajeaba el pene, Dan se dejó llevar. Su charla se volvió cada vez más atrevida. "Papá va a chorrear esa sustancia espesa y pegajosa que hace que los bebés nazcan en el vientre de su pequeña niña", jadeó, ahora casi abrumado por la lujuria por su hija. "¿Qué te parece, Karen? ¿Te gustaría que papá te dejara embarazada?"

    Karen también se estaba dejando llevar. "¡Oh, papi!", gritó. "¡Hazlo dentro de mí! ¡Embarázame, papi! Haz un bebé en mi vientre. ¿Por favor, papi?"

    Oír a su pequeña niña rogándole que la dejara embarazada fue demasiado para Dan. El hombre comenzó a espasmar el vientre de su pequeña llena de esperma espeso y pegajoso. Chorro tras chorro de esperma potente brotó de la punta del pene espasmódico del hombre y se dirigió hacia el acogedor vientre de la pequeña de 10 años.

    "¡Oh, cariño!", exclamó. "Papá se está corriendo dentro de ti. Papá te va a dejar embarazada. Vamos, Karen, dile a papá que te deje embarazada". Esto, mientras espasmo tras espasmo sacudían al hombre mientras continuaba bombeando gran cantidad de esperma pegajoso y peligroso para la gestación en el vientre joven y apretado de su pequeña niña.

    Karen estaba casi abrumada por la emoción. Era muy duro follar con su propio padre. Si había sido excitante tener a su hermano mayor bombeando su peligroso esperma dentro de su pequeño y apretado vientre la noche anterior, fue absolutamente emocionante sentir a su viril padre eyacular su potente semilla justo dentro de su fértil y joven útero. La pequeña niña de 10 años podía sentir cada chorro incestuoso del espeso y pegajoso esperma de su padre mientras se abría paso a través de su enorme pene, dentro de su apretada vagina y dentro del cálido recoveco de su receptivo y joven útero.

    "Sí, papi, hazlo. Echa tu semen en mí. Impregname, papi". Karen nunca lo hubiera creído si le hubieran dicho que le rogaría a su propio padre que la dejara embarazada. Pero, ahora que estaba sucediendo, a la niña le parecía lo más natural del mundo que quisiera que su padre la dejara embarazada para poder llevar el bebé del hombre dentro de su vientre.

    Finalmente, las poderosas eyaculaciones del hombre se hicieron más lentas. Dan no podía creer la cantidad de esperma que había depositado dentro del vientre de su pequeña niña. Había algo en tener su propia hija que resultaba aún más estimulante, pensó.

    —Oh, Karen, gracias. Te amo tanto. —Las palabras de Dan fueron automáticas, pero mientras las decía, se dio cuenta de lo ciertas que eran. Siempre había amado a su hija, pero ahora que había sentido su esperma fluir hacia la vagina de su propia pequeña, mientras la niña le rogaba que hiciera un bebé dentro de su vientre, supo que su amor anterior por su hija había sido solo una sombra de lo que era posible. Había algo en dejar embarazada a tu propia pequeña que creaba un vínculo que de otra manera no podría ser igualado.

    "¡Guau! ¡Eso fue increíble!" La voz de la niña hizo que ambos ocupantes de la cama giraran la cabeza tan rápido que casi se enojaron. Suzy estaba de pie a solo 5 pies de la cama, con una mirada de asombro en su rostro. La niña había empezado a sospechar cuando notó que su hermana mayor desaparecía de la piscina todas las mañanas, solo para regresar más tarde luciendo sonrojada. Esta mañana, Suzy había decidido averiguar qué estaba pasando. Cuando llegó, los dos amantes incestuosos estaban llegando al clímax, y ella había escuchado sus estimulantes palabras.

    "¿Están haciendo un bebé?" preguntó ella.

    Karen decidió dejarlo pasar. "Lo estoy intentando", respondió.

    —¡Guau! —repitió Suzy—. ¿Papá? ¿Podrías enseñarme a mí también a tener un bebé? Yo quiero tener un bebé, como mamá y Karen.

    En ese momento, esto era demasiado para Dan. "Ya veremos", dijo contemporizando.

    "¿Cuándo?" Suzy no se dejó intimidar.

    "¿Qué tal esta noche? Después de que hable con tu madre. ¿Te parece bien?" Dan sonrió ante el entusiasmo de su pequeña.

    "Está bien, papá. No lo olvides". Después de eso, la pequeña de ocho años volvió a salir a terminar de nadar.

    "¡Vaya!", dijo Karen. "¿Qué vas a hacer, papá?"

    "Probablemente le enseñes a hacer un bebé", dijo Dan. "Veremos qué tiene que decir tu madre, ¿vale?"

    "Está bien", respondió Karen mientras comenzaba a vestirse, tomó un tampón del bolso de su madre y se lo metió en el pequeño orificio ligeramente dolorido. "No, papá, no estoy en mis días", explicó. "Solo quiero mantener tu esperma dentro de mí por ahora". Poco después, la niña se dirigía hacia la puerta de la piscina, después de ducharse, cuando escuchó a su padre murmurar algo en voz baja, que la hizo reír.

    "¡Como si pudiera olvidarlo! ¡Enséñale a hacer un bebé de verdad!"


    Continuará

    Fiesta familiar, relato erótico de Cazzique, en blogSDPA.com

    Fiesta familiar, Parte 42 (Final) (de Cazzique)

    27 de diciembre de 2024 en Relatos SDPA

    Esta publicación es la parte 42 de un total de 42 publicadas de la serie Fiesta familiar

    Epílogo.

    Así de este modo nos comenzamos a reunir de ese día en adelante cada que había vacaciones o que había que celebrar una reunión, las tres familias nos acoplábamos perfectamente y los años fueron pasando.

    Vanesa mi hija y Carolina ya cumplieron los 25 años, se formaron estupendamente con cuerpos esbeltos pero con todo lo que debe de tener una hermosa joven, ya las dos han tenido varios novios, en alguna ocasión uno de ellos se nos unió en una de tantas fiestas familiares pero no pudo soportar que su novia mantuviera relaciones sexuales con su propio padre, ya saben cosa de “machitos” entonces Vanesa lo mando a volar al instante, el chico se quiso desquitar contando lo que pasaba entre nuestras familias pero nadie le hizo caso y por fin se olvido del asunto. Ni Carolina ni Vanesa piensan aun en casarse y continúan muy apegadas a sus familias aunque ya son profesionistas y trabajan por su cuenta siguen viviendo en la casa familiar.

    Montserrat mi sobrina y Carmina ya cumplieron los 21 años y además de hermosas nos sumamente calientes, Montserrat anda cogiendo con uno de sus maestros pero por supuesto que no se olvida tampoco de la familia y en cada reunión ella vuelve con nosotros; es muy hermosa, su cuerpo se desarrollo de forma increíble, sus senos grandes y sus nalgas bien formaditas se ven muy bien con su pequeña cintura y sus largas piernas, con un cabello largo que le llega hasta el inicio de las caderas. Carmina no es mucho menos hermosa que mi Montserrat, su cuerpo delgado y alto tiene en su lugar sus muy firmes curvas y camina de un modo que solo de verla te hace venir, con su carita de ángel tiene a sus pies a más de diez chicos de su colegio y también varios de sus profesores le han propuesto algunas indecencias, pero ella le es muy fiel a la familia y por supuesto más a su tío Ramiro tanto que ahora viven juntos como si fueran marido y mujer y aunque aun no piensan tener hijos no lo descartan para un futuro.

    Marina mi hermana aun continua viviendo con mi padre y de igual manera lo hacen como si fueran marido y mujer, ella ahora tiene 35 años y estos le han sentado muy bien ya que después de su embarazó su cuerpo se hizo más llenito y ahora se ve espléndidamente bien cuando usa esos pantalones pegaditos, por supuesto su hijo es de mi padre y se llama Carlos, es un niño muy guapo apenas tiene cuatro añitos pero es un gran mimado de los dos (mi padre y mi hermana).

    Mónica y Armando pues siguen viviendo con su hija y ellos lograron que dos de sus primas de Carolina se incorporaran a la familia, una de ellas es Miriam y tiene 13 añitos, es una mujercita sumamente bella, fue Armando el afortunado en desvirgarla y se la estuvo cogiendo por unos meses pero después de que ella supo lo que era mi palo pues ahora yo soy su tío favorito. Su otra sobrina se llama Sofía y también es un verdadero bombón, allá tiene 16 años y es rubia, de ojos verdes, con una bella carita, su piel es muy suave y blanca, es perfecta y le encanta que se la claven entre dos, casi podría decir que le gusta más que se la metan por el culo, en verdad es muy caliente y sabe hacer unas mamadas de campeonato. A ella si le encanta coger más con su tío Armando.

    Patricia mi mujer también consiguió hacer que uno de sus sobrinos hijo de uno de sus hermanos se uniera a nosotros y a él le encanta coger con ella, se llama Nicolás, tiene 17 años y es alto, muy guapo, de ojos color miel, su tez blanca y su cuerpo musculoso, Vanesa fue su novia por un año pero luego quedaron en plan de primos, aunque claro cogen muy rico los dos cuando lo hacen pero a él le gusta más su tía Patricia, muchas de las chicas de su colegio quieren con él y ya en varias ocasiones a incitado a sus novias en turno a nuestras fiestas familiares, a ellas les a gustado mucho la idea de coger en familia pero solo una se atrevió a decírselo a su hermano y a su padre y de vez en cuando nos juntamos con ellos, ella se llama Valeria y su hermano se llama Joaquín, su padre es Jacobo, entre los tres cogen cuando no vienen con nosotros.

    Varios de mis sobrinos que alguna vez tuvieron una o varias sesiones sexuales con nosotros se nos unen cuando vienen a visitarnos pero es en muy raras ocasiones, lo mismo sucede con mi otra hermana Sara que como vive en otra ciudad pues nos es muy difícil vernos, así que de vez en cuando nos juntamos, a veces los fines de año o en navidad.

    Daniel el amigo de las chicas se volvió cien por ciento gay y de vez en cuando nos visita, el vivé con uno de sus compañeros en un pueblo cercano a la ciudad, así que luego lo visitamos Ramiro y yo solos y organizamos una rica orgía entre los tres o a veces con uno de sus amigos.

    También nos enteramos que una de las amigas de Montserrat que alguna vez cogió con nosotros y con Ramiro en un viaje que hicimos a un balneario (Ana) que en ese entonces tenía 12 años, se junto a vivir con su padre y ellos tuvieron un hijo, ella tendrá ahora 22 o 23 años.

    Así las cosas amigos por lo pronto los dejo y espero que les haya gustado la serie, si ustedes tienen alguna relación como esta y quieren hacer algún comentario pues será bien recibido en mi mail, no importan las críticas, también serán recibidas y tendrán respuesta si ustedes gustan.


    Fin