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    Pervirtiendo a unas nenas inocentes, relato SDPA en blogSDPA.com

    Pervirtiendo a unas nenas inocentes, Parte 14

    4 de enero de 2025 en Relatos SDPA

    Esta publicación es la parte 14 de un total de 24 publicadas de la serie Pervirtiendo a unas nenas inocentes

    — Alvarado contesta, ¿qué hiciste con Diana?

    Margarita con una mano en la cintura recriminaba a Alvarado, quien ya tenía la almohada tapando su cara de la vergüenza, el pobre quería llorar, no sabía que responder, era como si su vida fuera un castillo de naipes y un solo soplido lo había derribado, escuchaba la recriminación de su esposa.

    — ¡Alvarado!

    — No quise hacerlo, no la dañe, es que una cosa llevo a la otra…

    — ¿Qué hiciste?—la voz de ella era de recriminación

    — Tenía dudas sobre cosas de la escuela, y para cuando acorde quería que la revisara de sus pechitos que habían crecido, también tenía dudas sobre la menstruación, no supe cómo me enredé y la toque, ella se emocionó de más y sentí que si paraba la iba a traumar, traté de hacerlo ver normal, no la dañe, prometido, si quieres habla con ella

    — Por supuesto que voy a hablar con ella, pero no me has dicho que hiciste

    Alvarado sentado, cabizbajo, lleno de vergüenza y remordimiento, le explico a su esposa lo que había pasado con su hija los últimos dos días, obviamente que no menciono lo mucho que el disfruto ni que el favoreció algunas cosas, Margarita atenta la veía con el ceño fruncido, abrió los ojos como platos cuando el mencionó como ella insistió en verle la erección, que quiso hacer natural el rechazo, pero ella insistió tanto que mejor cedió y ahora lo natural fue para que ella lo viera y no se traumara.

    — Margarita, de verdad no quise hacerle daño al rechazarla, la verdad no sé si actué mal, pero no lo hice con dolo, lo hice para protegerla, tu sabes cuánto la quiero y que la cuido, yo mismo les he hablado de cómo cuidarse, Margarita… Marga, mi amor, por favor créeme

    — No lo sé Alvarado, no debiste hacerlo, debiste recurrir a mí y yo debía hablar con ella no tú

    — Lo sé, solo quise quitarle morbo, que lo viera natural, sólo que ahora tengo un problema, ella quiere que sigamos jugando a eso

    — Por su puesto que no lo vas a volver a hacer, hablaré con ella y esto terminará, no le vamos a enseñar sexo de forma teórica y práctica

    — Marga, mi amor, ¿sigues enojada conmigo— Prometido no lo haré, sólo haré lo que tú me pidas, pero no quiero que pienses que soy un pervertido

    — No sé Alvarado, nunca lo hubiera pensado de ti, ahora no sé qué pensar, no dormiré aquí contigo, hoy no me apetece compartir cama

    — Entiendo—contesto un resignado Alvarado

    — Dormiré en otra habitación

    — No, lo haré yo…

    — No, dije que yo dormiré en otra habitación—la voz de Margarita fue contundente y autoritaria, Alvarado no quiso más lío

    — Está bien, ve a donde este mejor en este momento

    — Mañana volveremos a hablar de esto, ahora hay que resolver como vamos a manejar a Diana

    — Si

    Margarita salió de la habitación, Alvarado se quedó pensando sentado sobre la cama, no podría dormir eso era obvio, quedarse sin hacer algo tampoco era una opción, pensó con las manos tapando su rostro, no sabía si quedarse o irse, de pronto algo se cruzó por su mente, se levantó puso ropa y salió de su casa, tomando su auto.

    Joaquín dormía como un cerdo, sus ronquidos retumbaban en toda la habitación, sus sábanas aun manchadas con la reciente masturbación cubría su gordo cuerpo, se había masturbado liberando mucha leche mientras veía una de sus pervertidas películas, pensaba en Jo y Pao como las encularía salvajemente mientras.

    Joaquín soñaba ser el amo de un campus escolar, era el macho alfa y semental del lugar, las niñas se formaban para estar con él, había de todos los colores imaginados, rubias, orientales, latinas, afro, etc.

    El con su pene siempre erecto las haría gozar a todas por todos sus agujeros, uno de sus súbditos llamo a la primer niña, una oriental toda hecha risitas que se desnudó frente a él ofreciéndole su desnudez, solo a él, pues era el amo, se dirigió con su verga dura hacía la niña oriental y justo cuando la tomó de la mano el ruido de su celular hiso que ella se esfumará y lo despertó, miró su oscura habitación y maldijo mil veces a aquel que había osado despertarlo de ese sueño celestial, medio dormido buscó el origen del ruido, ubico su celular y lo contestó

    — Aló

    — Joaquín, soy yo Alvarado, me urge hablar contigo

    — ¿Qué horas son— ¿Qué quieres?

    — Voy a tu casa es importante hablar

    Alvarado colgó y Joaquín aun dormido y erecto se levantó poniéndose su vieja bata y sus pantuflas, se dirigió a la sala y esperó a su “socio”; el toc toc de la puerta anunció la llegada, abrió y vio a un desencajado Alvarado

    — Pasa hombre, ¿qué horas son?

    — La 1:00 AM

    Alvarado pasó y se sentó en la sucia sala, miró al intrigado Joaquín que se sentó en el sillón de enfrente

    — ¿Qué pasa?

    — Ya conseguí vendedor y comprador para los primeros filmes, pagarán mucho por ellos, más de lo que iba a pedir, de hecho quieren más filmes a la brevedad

    — Eso no será problema ya tengo mucho filmados y puedo hacer más, pero eso me lo pudiste decir por la mañana ¿qué pasa?

    — Estoy en apuros…

    Alvarado con lujo de detalles le contó lo que pasó con su hija, a Joaquín no le oculto el deseo desarrollado ni las ganas de repetir, vio la cara de susto cuando le dijo que su esposa los había visto y le aunó la preocupación e incertidumbre de ¿qué iba a pasar ahora?

    — Hermano de verdad ¿eso le hiciste a tu hija— ¿No lo grabaste?—la mirada de Alvarado le hiso retractarse— perdón es que no me imaginaba hacerle eso a tu hija y hubiera estado padre filmarlo, pero bueno no te adelantes, tal y como me contaste abriste una ventada de escape, mira tu mujer te quiere y de seguro ella tampoco quiere acabar mal, se enojara te castigara, pero terminara perdonándote, tu tranquilo

    Alvarado acudió a Joaquín, porque no tenía amigos para platicar estas cosas, él era su único amigo o cómplice de fechorías, pero las palabras que acababa de escuchar eran exactamente las que necesita, esa palabras de alivió cuando se está en crisis.

    — ¿Tú crees?—decía Alvarado tratando de creerlo el mismo

    — Mi estimado, eres un “partidazo”, buen sueldo, buena casa, buen cuerpo, buen rostro, ella te perdonará, solo deja que las aguas fluyan por sí mismas y sobre todo hazle caso en todo lo que te diga

    — Jajaja gracias por lo que me toca

    Alvarado se sintió aliviado, ya llevaban 2 horas platicando, miró el reloj y decidió que era tiempo de irse

    — Gracias Joaquín, no sabía a quién acudir

    — No te preocupes mi hermano, total si te corren seremos dos en este palacio jajaja

    — Jajaja

    Alvarado se puso de buenas, Joaquín lo había tranquilizado y hasta lo había hecho reír, si hubiera sido algo gay lo habría besado, pero no había que exagerar las cosas

    — Me retiro y seguimos en lo mismo

    — Ok, descansa y mañana me cuentas que pasó


    Margarita escuchó cuando Alvarado su flamante esposo salió de la casa, se sentía como su hubiera sido doblemente infiel, había sido traicionada por su esposo y su propia hija, no sabía que le podía más, si el hecho de que él se fijara en otra mujer o el que fuera su hija, la cual sabía era hermosa y mucho más joven, ¿cómo podría competir con eso?

    Camino por el pasillo de la segunda planta, no quería regresar a la habitación para no toparse con su esposo si regresaba y tampoco quería estar con Diana, se sentía enojada y sobre todo muy celosa de ella, solo quedaba una habitación, la de Samuel.

    Abrió lentamente la puerta y se metió en la cama de su hijo mayor, el adolescente sintió el movimiento y despertó

    — ¿Qué pasa mamá?

    — Hijo ¿me permites dormir contigo— Por favor, sólo esta noche

    — ¿Estas llorando— ¿Te peleaste con papá?

    — Si, peleamos y no quiero dormir con él ¿me dejas dormir aquí— Prometo no molestarte

    — Si mama, ven

    Samuel amaba a su mamá, admiraba y respetaba a su papá pero amaba a su mamá sobre todas las cosas, levantó las sábanas para que ella se metiera debajo, su mamá era su adoración y sintió deseos de ir a golpear a su papá por hacer llorar a su madre, Margarita tímidamente se acostó de lado dándole la espalda, con una mano limpiaba sus lágrimas y con la otra sujetaba la sábana.

    Samuel se acomodó atrás de ella y la abrazó, lo hiso de amor puro y verdadero, tratando de consolarla, ella giro su rostro hacia él y sintió la tibia boca que beso sus ojos, como tratando de secar sus lágrimas.

    — Ya no llores mamá, mañana se resolverá todo.

    Margarita se sintió confortada por su hijo mayor, tenía demasiadas cosas en la cabeza, ira, tristeza, decepción, celos, envidia, más coraje, todo al mismo tiempo, pero ahora sólo sentía el confort de su hijo, el único que no la había traicionado.

    Trato de dormir, pero no podía, cerraba los ojos e imaginaba a su esposo e hija en las posiciones más aberrantes del mundo copulando como condenados, posiciones que nunca le haría a ella, cosas que jamás harían juntos, ella recordó el sexo anal cuando él se lo pidió y ella simplemente lo botó, le daba asco, pero ahora en imaginación su hija se lo ofrecería y lo disfrutaban, ella quedaría fuera de la jugada por recatada y negada.

    ¿Sería ese el problema— ¿Ella no era lo suficiente hembra para satisfacerlo— ¿Cualquier escuincla mugrosa lo llenaría más que ella— Estas preguntas la atormentaban, su mente daba vueltas, sentía coraje consigo misma, debía de haber sido más audaz, si eso era, tenía que ser lo que un amigo gay le dijo una vez “Querida, la mujer debe ser tres cosas para un hombre: la primera una dama en la sociedad, la segunda un chef en la cocina y la tercera y más importante una puta en la cama” esa idea le daba vueltas, debió haber sido esa puta en la cama, las otras dos cosas siempre lo fue.

    Sus ojos seguían llorando de coraje e impotencia y de repente sintió algo, algo diferente, la mano de Samuel se posicionó sobre su cadera, no fue algo fortuito, la mano la sujetaba con firmeza, esa misma sensación que sentía cuando Alvarado quería sexo con ella.

    Margarita confirmo sus sospechas cuando sintió como entre sus nalgas una erección adolescente se desarrollaba, podía sentir como el pulso de sangre lo iba llenado hasta dejarlo duro como roca, era grande para su edad, tenía la genética del padre, podría satisfacer a cualquier escuincla mugrosa de su escuela; después sintió el movimiento tímido del muchacho, cómo sus caderas hacía pequeños movimientos desplazando el pene entre sus nalgas, ella no se movía, solo sentía como su hijo la disfrutaba, escucho su respiración acelerarse, sintió la respiración adolescente en su nuca y como la mano oprimió más su cadera.

    El movimiento de Samuel ya era más pleno, la mano oprimía y acariciaba la cadera, Margarita se dejaba hacer, por alguna razón (venganza, odio o despecho) sentía que lo debía dejar hacer, si su esposo le había “enseñado” a su hija, ¿por qué ella no podía hacer lo mismo con su hijo— Con esa pregunta retórica continúo quieta.

    se sintió sorprendida cuando la mano de Samuel lentamente bajo por su muslo hasta llegar al borde la bata de dormir y la fue subiendo hasta por arriba de la cintura, la mano regreso al muslo y lo acarició de forma lenta y suave, era como si disfrutara de su máxima fantasía mientras lo hacía, Margarita no pudo evitar sentir calor en su raja, más cuando la mano después de acariciar su muslo se dirigió hacia adelante llegando a su entrepierna acariciando ahora con el mismo amor a su rajita por encima de la suave pantaleta de algodón.

    — Aaahhh

    Margarita sin poder evitarlo gimió, en ese momento se puso a pensar cuando había sido la última vez que Alvarado se la cogió, haciendo memoria habían pasado cerca de tres semanas, su vida marital había dejado el sexo como tercer término, ahora solo se conformaba con besos o caricias tranquilas, eso estaba bien para ella y aparentemente para él.

    La mano de Samuel palpó la humedad de la raja materna y sintió como su pene brincó cuando su madre separa un poco las piernas, facilitando la masturbación

    — Aaahhh

    Ella volvió a gemir, y su cadera se movió disimuladamente al ritmo lento de la mano de su hijo, que además de mover la mano movía la cadera, desplazando la verga sobre la pantaleta materna, margarita tenía ambas manos cerca de su cara, sostenía las sábanas para evitar que se movieran y los destapara, era como hacerlo bajo las sábanas fuera bueno, pero hacerlo sobre ellas sería descarado.

    Era una danza lenta, pero inequívoca de intento de copulación, ella se dejaba hacer y en su mente surgía la pregunta hasta donde llegaría su hijo con ella, la respuesta llego al segundo cuando sintió como él desplazo su mano hasta el borde superior de la pantaleta y se introdujo hasta llegar a la húmeda raja; si definitivamente que él quería llegar muy lejos, ella no estaba segura de hasta dónde llegaría, pero tampoco oponía resistencia a lo que el muchacho le hacía.

    Los movimientos de ambos ya eran descarados, el hijo se movía muy fuerte oprimiendo su verga en las nalgas maternas y ella abría su boca teniendo una gran excitación al ser masturbada por su hijo, la mano de este salió de la pantaleta y subió desplazando mas hacia arriba la bata de dormir, llegó al punto donde ya no podía subir más sin la ayuda de su madre, ella así lo sintió y no supo porque se levantó un poco para facilitar ser despojada de su ropa, ahora estaba en ropa interior solamente con su pantaleta toda mojada de la raja.

    Samuel jaló lentamente la sábana, ella quiso detenerla pero su mano se abrió de forma involuntaria, se quedó destapada, y semidesnuda, la habitación tenía una pequeña lámpara de pared que se quedaba encendida y esa escasa luz alumbraba la habitación, esa misma luz alumbro el escultural cuerpo de margarita que tímidamente junto sus piernas.

    — Mamá, te amo… te amo demasiado

    — Y yo a ti hijo, siempre te amaré

    Samuel se acercó al rostro de su madre y sus bocas quedaron muy cerca una de la otra, él había avanzado las tres cuartas partes, y ella tendría que hacer el resto, eso lo entendió ella y entreabrió su boca y la unió a la de su hijo que recibió el cálido beso de su madre.

    Madre e hijo se entrelazaron en un beso prohibido, la lengua de él tímidamente salió para introducirse en la de su madre, que la recibió con gusto, sus lenguas se enlazaron y las manos del muchacho bajaron a los medianos y suculentos pechos maternos, los palpó por encima del sostén, el pobre no tenía idea como desplazarlo o quitarlo, nunca lo había hecho, su novia no se dejaba acariciar demás, así que no sabía cómo retirarlo, su mano derecha se desplazó hacia la espalda materna y busco el seguro que lo detenía, se desesperó porque no lo hallaba, miro directamente a los ojos de su madre que sonriendo lo miraba también

    — Hijo, ese no se desabrocha de ahí, es de aquí

    Señalo la parte delantera entre las copas, ella lo pudo haber hecho, pero quería que su hijo lo hiciera, el pobre con las manos temblando intento quitarlo, sólo aquellos que han quitado un sostén de la parte de adelante saben lo complicado que es la primera vez, no pudo hacerlo y la miro a los ojos, ella le correspondió con una sonrisa

    — Hijo, este se quita así mira, primero lo doblas y después mueves uno hacia arriba y el otro hacía abajo

    El sostén se abrió ante la mirada de su hijo que apreció las tetas desnudas de su madre por primera vez, eran tal y como él las había imaginado, firmes, blancas y con el pezón del color café más claro que había visto en su corta vida, lentamente los acarició ante los suspiros de su madre que abrió la boca sin poder evitarlo y tampoco pudo evitar gemir al sentir los labios de su hijo posarse sobre el pezón izquierdo de ella.

    — Aaahhh hijo ¿qué haces— Aaahhh

    Mamó los pezones alternativamente mientras su mano izquierda regresaba a la raja por debajo de la pantaleta, ella se portó más participativa, su mano se desplazó a la entrepierna de su hijo y palpo el duro palo que el muchacho tenía, se sintió tan orgullosa de palparlo grande y duro, con habilidad abrió su pijama y lo masturbo, continuó boca arriba, con su hijo a su lado izquierdo, mamándole los pezones y metiendo mano en su raja

    — Aaahhh mamá te amo, aaahhh

    Él sentía una mano que no fuera la de él masturbándolo, eso le gusto y estaba muy excitado, tanto que no supo cómo agarró valor para bajar la pantaleta de su madre, quien colaboro asustada, pero colaboró y se puso sobre ella

    Hijo, bebé, ¿qué vas a hacer?

    La pregunta era estúpida, pues el pene se acomodó en el introito, ella abrió los ojos como platos cuando lo sintió

    — Hijo, espera, no debemos

    Lo decía mientras lo abrazaba fuerte y sus ojos se nublaban de deseo, lo decía, pero su cuerpo no le obedecía, abrió más sus piernas para permitir que su hijo avanzara más

    — Hijo, detente por favor

    Lo volvió a decir, pero esta vez no solo abrió más las piernas, sino que además lo beso apasionadamente metiendo legua

    — Aaahhh hijo, mi bebé, aaahhh

    El pene entro hasta la mitad, lo saco casi todo solo para meterlo de nuevo y esta vez lo hiso hasta la base.

    — Hijo, mi amor aaahhh

    — Mamá, te amo, siempre te cuidaré aaahhh

    Saco el pene por segunda vez y lo volvió meter, lo hiso en tres ocasiones y la cuarta casi grito

    — Mamá… mamá… mamaaaa aaahhh

    Puso cara de asustado y se vació precozmente en la raja de su madre que contrajo su vagina una y otra vez para ordeñarlo y tener su orgasmo

    — Mamá perdón, no quería…

    — Sshhh está bien, no digas nada, solo quédate así sobre mi

    Se quedaron en la misma posición, ella boca arriba y él sobre ella, madre e hijo habían compartido sexo, y ahora iniciaba la culpa postcoito, Samuel sobre ella, sin voltear a verla le preguntó

    — Mamá ¿estás enojada conmigo?

    — No mi amor, nos dejamos llevar, esto no está bien, pero no estoy enojada contigo—Samuel se levantó un poco y la miró a los ojos

    — Mamá lo que dije es cierto, te amo y siempre te cuidaré

    — Lo sé mi cielo, lo sé

    Sus caras quedaron juntas nuevamente, sus bocas se volvieron a unir en un beso intercambiando caricias linguales, el pene de Samuel aún estaba dentro de la raja materna.

    — Aaahhh

    Margarita gimió cuando sintió que el pene volvió a crecer dentro de ella separando sus paredes vaginales de una forma deliciosa, era un adolescente excitado, así que no batallaría para tener erección, mas con el mujerón con el que estaba, Samuel se sentía mal porque en muchas ocasiones se masturbo pensando en ella, fantaseaba en cómo sería desnuda y cogérsela una y otra vez, ahora estaba desnuda debajo de él con su pene dentro que recuperaba dureza

    — Mi amor, mi bebé ¿quiere de nuevo— Aaahhh aaahhh

    La respuesta no llegó verbal, Samuel inició un mete y saca franco y constante, se acababa de correr así que ahora tenía mejor oportunidad de coger más tiempo, tomó las corvas de su madre y las subió flexionándola y elevando su cadera, metió su verga lo más que pudo arrancándole gemidos a su progenitora, que cerró los ojos dejándose llevar por su hijo mayor.

    — Mmm aaahhh mamá esto es delicioso

    — Si mi amor lo sé, no te detengas, házmelo aaahhh

    Samuel se dio gusto con su madre, la bombeaba lo más profundo que podía y fuerte, ella gemía ante las embestidas de su hijo, estaba todos sudados, ella misma fue quien cambio de posición y se montó en él, Samuel admiró el desnudo y sudado cuerpo de su madre y como se movía sobre él, era una máquina sexual, era como si ella hubiera nacido para hacer el sexo más delicioso del mundo, la tomó de ambas tetas y se las estrujo, ella gimió de agradecimiento, bajo a ambas caderas y sintió los potentes movimientos de ella, como se movía de atrás a adelante con su pene dentro.

    ********

    Alvarado más aliviado regreso a su casa, entro tratando de no hacer ruido, subió las escaleras y justo en el pasillo escucho ruidos y gemidos, desconcertado agudizó su oído buscando la fuente, más se desconcertó cuando vio que venían del cuarto de Samuel, caminó despacio y llego a la puerta, la abrió un poco, solo para ver qué pasaba, la escena lo impacto,

    — Aaahhh

    — Aaahhh

    Madre e hijo gemían al mismo tiempo, Margarita su esposa cabalgaba ferozmente a Samuel, su hijo mayor, estaba toda sudada, brillaba como perla, se movía como posesa

    — Mamá… mamá, me llega otra vez

    — Si hijo, lo puedo sentir, acaba mi amor, acaba dentro ay aaahhh aaahhh

    Margarita se movió rápidamente sobre la verga se su hijo y se arqueo hacía atrás, lo hiso hasta que su manos se apoyaron sobre la cama y ahí movió aún más rápido la cadera

    — Aaahhh mamá aaahhh

    — Mmmgggg aaahhh

    Alvarado sintió envidia, no recordaba cuando había cogido así con él, si lo habían hecho, pero últimamente se habían distanciado en lo sexual, no había sido problema para él, pero ahora la veía como de forma eróticamente sexual se movía tendiendo un orgasmo simultaneo con su hijo, cerró siendo escuchado por los copuladores, que voltearon al mismo tiempo a la puerta

    — Mamá

    — Tranquilo hijo, acaba bien, ya veremos mañana que pasa aaahhh si así


    La mañana despertó a Alvarado con los rayos del sol que entraron por su ventana, se sentía con cefalea y malestar, había pasado una noche horrible, durmió muy poco y solo, porque margarita no regresó con él, se puso su bata de dormir, miró el reloj y vio que ya eran pasadas las 8 am, era la hora de entrada a la escuela y no se había levantado temprano, no puso despertador la noche anterior, eso lo hacía margarita; se puso sus pantuflas y bajo a la cocina, escucho ruidos y vio a margarita también en bata, preparando deliciosos hot cakes a sus dos hijos que atentos la miraba sentados en la mesa de la cocina

    — Buenos días—lo recibió ella con una sonrisa amable

    — Buenos días

    Contesto Alvarado entre serio y desconcertado, era como si no hubiera pasado algo, Samuel y diana estaba también en bata de dormir, nadie estaba cambiado

    — Margarita ¿por qué no me despertaste?

    — Nadie ira a la escuela hoy, será un día familiar

    — ¿Familiar?

    — Sí, tenemos esta horrible rutina y creo que es ya necesario romperla

    — ¿Romperla?— Alvarado estaba desconcertado

    — Niños, empiecen a comer, su padre y yo subiremos a la recámara a hablar

    — Si mamá

    Contestaron los dos al unísono, Samuel nunca miró a su padre, no se atrevió a pesar de que Alvarado le busco la mirada, margarita subió las escaleras y con la mano lo invitó a quela tomara y la siguiera; de la mano entraron a la habitación y ella cerró

    — Margarita ¿qué pasó ayer?

    Margarita no contesto, se hincó frente a él y abriendo su bata saco el pene del bóxer y lo mamó, Alvarado no pudo evitar gemir al sentir la boca tibia de su mujer rodear su pene, lo mamó un rato, lo masturbo al mismo tiempo hasta hacer que desarrollara una erección.

    Ella se levantó una vez que logró la erección de su marido, frente a él se quitó la bata y ese escultural cuerpo emergió, el pene de Alvarado brincó al verlo, margarita con una paz y tranquilidad camino contoneado su cuerpo hasta el peinador de ella, abrió el cajón y sacó el tarro de vaselina de ahí, tomó con sus dedos abundante crema y se puso de espaldas al espejo y girando la cabeza para ver el reflejo la llevo a su culo, puso cara raras cuando metió un dedo y después otro, metió y sacó los dos dedos embarrando toda la vaselina que pudo.

    Alvarado la veía como un tonto con su pene erecto de fuera de su bóxer, él solo observaba y vio como ella tomó más vaselina y camino mirándolo a los ojos hacia él, embarró la vaselina en el pene y después se hincó en la cama, para lentamente bajar las manos hasta quedar en cuatro como una perra, giró su cabeza y lo miró

    — ¿Quieres mi culo o prefieres que Samuel lo tome?

    Alvarado no contestó, sólo caminó a ella y tomando el pene de la base lo guio al rosado y estrecho culo de ella, margarita regreso la mirada el afrente cuando sintió el glande entrar al introito

    — Ay aaahhh

    Gimió y puso cara de dolor cuando sintió que el intruso fue desplazándose, el pene de Alvarado entro hasta la mitad y se quedó quito, mirando como ella se retorcía, la tomó de las caderas, saco un poco solo para meter el resto

    — Ay

    Se volvió a quejar y él se quedó quieto de nuevo, respiro hondo e inició un mete y saca en el culo de ella que sin inhibirse gimió

    Aaahhh aaahhh Alvarado mi amor ay ay

    Mmmm— Alvarado pujaba de placer

    Te lo doy a ti, ¿te gusta— ¿Eso quieres— Seré lo que tú quieras, seré tu esposa, una dama en sociedad, una cocinera, pero sobre todo seré tu puta, podrás hacerme lo que quieras, eso seré tu puta… tu puta ay ay aaahhh

    Si mi amor, siempre serás mía—Alvarado la sujetaba fuerte de las caderas y la bombeaba sin piedad

    Si, lo seré ay ay mi amor cógeme, rómpeme como una puta ay ay

    Mi amor, acabo

    Si, acaba en mi culo, en el culo de tu puta

    Eso fue demasiado, ella siempre hablaba y se comportaba con propiedad, ahora era eso, una verdadera puta, descargo mucha leche en el culo de ella, lo hiso tan fuerte que cayó sobre ella quedando los dos acostados en la cama

    — ¿Te gusto?

    — Si mucho

    Contesto él recuperando el aire y recibiéndolas caricias de ella en su rostro, se desacopló de ella y se acostó a un lado, ella se acurrucó en el sintiendo como salía la leche de su culo

    — Y ¿ahora qué haremos?— pregunto Alvarado

    — ¿Me amas?

    — Si

    — ¿Amas a tu hija?

    — Si

    — ¿Amas a tu hijo?

    — También

    — Entonces estamos de acuerdo en algo, nos amamos los cuatro, anoche entendí que podemos compartir cosas, y sé que tú también lo quieres, solo te pido que cuando te cojas a Dianita seas gentil

    — Pero yo…

    — Calla tonto, sé que lo terminarás haciendo, está bien, nos uniremos más

    Margarita se fundió en un apasionado beso con su amado y flamante esposo, una nueva faceta se había iniciado en la familia, compartirían cosas que las demás familias no harían, la raja de ella se mojó de pensarlo.


    Continuará

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    Capítulo 3. Jessi se pone en marcha.

    El tío de Jessi saca un fajo de billetes de veinte de su cartera y los pone sobre su tocador. "Ahí tienes, doscientos dólares", dice, sonriéndole. Ella sonríe, más bien dócilmente. Está bastante nerviosa.

    "¿Estás segura de que estás de acuerdo con esto?", le pregunta. Es un buen tipo, realmente se preocupa por ella y ella lo sabe.

    "Estoy bien", dice ella.

    "Está bien", dice, sentándose en la cama. "Supongo que por doscientos dólares obtengo el paquete completo".

    "¿Qué quieres decir?"

    "Bueno, vamos a empezar contigo desnudándote para mí".

    "¿Desnudarme?"

    "Sí. Quítate toda la ropa. Por doscientos dólares te quiero completamente desnuda".

    Jessi nunca había estado desnuda delante de un chico, excepto su padre, pero nunca desde que entró en la pubertad. Claro, muchos chicos la habían tocado de arriba a abajo, pero nunca había estado desnuda antes. "Entonces, ¿debería empezar con mi camiseta?"

    "Claro, lo que sea. Tú eres la stripper".

    Mientras se agarra el dobladillo inferior de la camiseta, se arrepiente de no haberse puesto un sujetador esta mañana. No es que realmente necesite un sujetador, no tiene pechos, solo algo más parecido a "picaduras de abeja", y mientras su camiseta sea lo suficientemente gruesa, sus pezones apenas se notaban. Y esta mañana pensó que él la estaría manoseando mucho y que sería más cómodo no tener un sujetador en el medio. Pero ahora, mientras se subía la camiseta, realmente deseaba tener algo más puesto, incluso si tendría que quitárselo más tarde.

    Ella se quita la camiseta y rápidamente se rodea el pecho con los brazos. Él le sonríe. "Está bien, sigue... Desnuda, recuerda". Ella se da la vuelta, se quita los pantalones y las bragas, luego se da la vuelta, con un brazo cruzado sobre el pecho y la otra mano cubriendo su entrepierna. Él sonríe ampliamente. "Ven aquí", le dice. Ella camina hacia él y él le agarra las muñecas y le aparta los brazos del cuerpo. "Ahí tienes", dice, y ella puede sentir su mirada ardiente mientras sus ojos revolotean de un pecho a otro, luego bajan a su vello púbico, luego vuelven a subir a sus pechos. Ella simplemente se queda allí, con la cara roja y brillante, y deja que él la mire.

    Al cabo de un rato se levanta y dice: "Bueno, ahora quítame los pantalones".

    Ella se pone de rodillas y le desabrocha los pantalones, luego se los baja junto con la ropa interior. Su pene sale, completamente erecto, y en ese momento se ve amenazadoramente grande para ella. Él pone sus manos en la parte posterior de su cabeza y la atrae hacia él. Ella abre la boca y obedientemente le permite comenzar a bombear dentro y fuera. Después de un rato, él se retira y levanta su miembro, y ella se agacha debajo de sus bolas y comienza a lamerlas. Él le da unas bofetadas en la cara con su pene.

    —Está bien —dice, sentándose de nuevo en la cama—, ven a sentarte en mi regazo, cariño.

    Ella se sienta en su regazo. "No, siéntate a horcajadas sobre mí", le dice él, y ella levanta una pierna y se pone de frente a él. Su enorme pene está ahora a apenas una pulgada de su sexo.

    Él comienza a acariciarle los pechos, apretándolos. "Tus pequeñas tetas son tan lindas", dice. Ella sonríe nerviosamente. Él se inclina hacia adelante y la besa, justo en los labios, algo que nunca había hecho antes. Luego se inclina hacia atrás nuevamente. "Quiero que abras tu coño", dice, "quiero ver tu pequeña virginidad"

    "Oh, Dios mío", dice ella, terriblemente avergonzada. Pero baja las manos y abre los labios de su coño.

    "Inclínate un poco hacia atrás para que pueda verte". Ella se inclina un poco hacia atrás. "¡Qué lindo!", dice él, mirando fijamente el interior rosado de su coñito peludo. "Pero no puedo verte bien. Te diré algo, recuéstate en la cama".

    Ella se baja de él y se recuesta en la cama. Él se levanta, toma una toalla y la coloca debajo de su trasero. "Abre las piernas", le dice. Ella abre las piernas, sintiéndose asustada y avergonzada al mismo tiempo. "Ahora abre tu coño de nuevo", dice él.

    "Oh, Dios mío", dice de nuevo. Se inclina y vuelve a abrir los labios.

    Sonríe mientras observa cómo su interior rosado se revela de nuevo ante él. "Un poco más", dice, "quiero ver esa pequeña virginidad".

    Ella abre aún más los labios, sintiéndose avergonzada, sucia y hasta un poco humillada.

    —Ahí tienes —dice él—, ¡ahí está! —Alarga un dedo y toca suavemente la piel tensa de su himen—. ¡Qué hermosa! —Desliza el dedo hacia arriba y comienza a frotarle el clítoris. Ella cierra los ojos, disfrutando de la sensación de hormigueo.

    —¿Estás lista? —dice él, sin dejar de frotarle el clítoris. Ella abre un poco los ojos y asiente. Él vuelve a deslizar el dedo hacia abajo, hasta el himen, y luego comienza a subirse encima de ella. Ella siente su erección contra su monte de Venus mientras él se inclina sobre ella y la besa en la frente.

    Ella le sonríe bastante débilmente.

    Él se acerca a su pene y ella siente que su cabeza se desliza hacia abajo a través de su vello púbico, sobre su clítoris y hacia los pliegues de su vagina. Oh, joder, piensa, aquí vamos. Se prepara para el dolor que espera. Pero él no la empuja, todavía no, simplemente frota su cabeza de arriba a abajo a lo largo de sus labios vaginales. Se siente realmente agradable cuando la frota sobre su clítoris. Ella cierra los ojos, tratando de calmar sus nervios y disfrutar de la sensación de hormigueo.

    Él empuja la cabeza hacia abajo. Luego empuja dentro de ella por primera vez, con mucha suavidad. Ella abre los ojos y lo mira. Duele, pero solo un poco. Él afloja la presión y vuelve a frotarle el clítoris con la cabeza. Luego desliza la cabeza hacia abajo y empuja de nuevo, un poco más fuerte esta vez. Lo hace tres o cuatro veces, frotando su clítoris con la cabeza, luego empujando contra su himen, un poco más fuerte cada vez. Aunque duele cuando empuja dentro de ella, se siente realmente bien cuando frota su clítoris. Sin embargo, ella no puede evitar pensar que él está tardando mucho en romper su virginidad. Obviamente lo está disfrutando inmensamente -está sonriendo ampliamente- pero está empezando a ser como una tortura para ella. Sabe que va a doler, probablemente mucho, y desea que él termine con esto de una vez. Por supuesto, tal vez la esté torturando intencionalmente. A ella no le sorprendería que lo hiciera.

    Finalmente, él empieza a empujar más fuerte. Ahora duele, eso es seguro. Ella entrecierra los ojos por el dolor, pero puede verlo sonreír. ¡Vamos, cabrón, rómpelo! ¡Acaba con esto de una vez! Él afloja la presión y luego empuja de nuevo, incluso más fuerte. Se siente como si la estuviera destrozando ahora. Ella quiere gritar de dolor, pero él se ríe. ¡Realmente se ríe! Afloja la presión de nuevo y se ríe de nuevo. "¡Oh, sí! ¡Tu pequeña virginidad es mía ahora!" Y empuja de nuevo, usando toda su fuerza esta vez, todo el peso de su cuerpo concentrado en la punta de su glande, su mano agarrando su polla con fuerza para darle más firmeza. Ella siente un dolor abrasador. ¡Oh, Dios mío, no entra! ¡Me está destrozando!

    Al mismo tiempo, sin embargo, ella siente algo más, algo más profundo en su interior, y tarda medio segundo en darse cuenta de lo que es. Es su cabeza, ahora más allá de su himen, dentro de ella. Él se retira de nuevo, luego empuja muy fuerte y aunque duele, ella siente la misma sensación, incluso más profunda, enterrándose en ella. "¡Allí vamos!", dice él. Le está sonriendo ampliamente, obviamente muy feliz. Ella siente sus bolas ahora, acomodándose contra su trasero, y se da cuenta de que debe estar completamente dentro de ella. "Allí vamos", dice de nuevo, besándola en la frente.

    Él se retira por completo y ella se siente aliviada de haber sacado esa cosa grande y desagradable de su interior. Le dolió mucho, incluso más de lo que esperaba, y todavía le duele. Ella está contenta de que haya terminado, ahora ella tiene sus doscientos dólares y él la dejará en paz para que pueda sanar. Él se limpia la polla con la toalla, luego le limpia también el coño. "Hay un poco de sangre", dice. Luego se sube sobre ella y se agacha y dirige su polla hacia ella nuevamente. Mierda, ¿la va a meter otra vez? ¡De ninguna manera!

    Ella gruñe de dolor cuando él la penetra. "Me encanta tu coño", dice él en voz baja, besándola mientras la empala de nuevo.

    "Me duele", dice ella.

    "Lo siento, cariño", dice, "intentaré ser amable".

    Pero ella no quiere que él sea gentil. Ella solo quiere que termine. Él comienza a mover sus caderas, tirando su polla hacia atrás, luego empujándola hacia adentro. La besa en la boca, empujando su lengua dentro de ella. Ella cierra los ojos e intenta disfrutar la sensación de su gran polla llenándola; puede entender por qué a las chicas les gusta, se siente bien, si tan solo no estuviera todavía sufriendo por el sexo.

    Poco a poco, él aumenta el ritmo hasta que la folla con bastante fuerza. Todavía le duele bastante, pero empieza a sentirse bien. Pero entonces ella se da cuenta de que ahora tiene algo más de qué preocuparse; él respira con dificultad y tiene las manos envueltas en su cabello, y ella sabe lo que eso significa. Está a punto de correrse.

    "Creo que no deberías acabar dentro de mí", dice ella.

    "No te preocupes", dice, con las palabras entrecortadas por su respiración agitada, "no puedes quedar embarazada la primera vez".

    Ella sabe que no es cierto. "No creo que debas terminar dentro", insiste.

    "Oye, te lo dije, por doscientos dólares obtengo el paquete completo, y eso significa que puedo hacer lo que quiera".

    "Puedes termiar en mi boca", dice ella. "Te prometo que lo tragaré".

    —Eso sí que es tentador —dice él—. Quizá la próxima vez. —Luego la agarra fuerte, le mete la polla un par de veces más y luego gruñe y ella sabe que se va a correr. ¡Lo ha conseguido, el muy cabrón lo ha conseguido de verdad! Ella quiere empujarlo, pero él la sujeta con fuerza y ​​se tumba encima de ella con todo su peso y no hay nada que ella pueda hacer más que quedarse tumbada allí y esperar a que acabe. Él sigue follándola y ella se da cuenta de que está mucho más mojada ahí abajo al instante y sabe por qué. Al final, él termina de correrse y se tumba encima de ella, recuperando el aliento, con la polla dentro de ella.

    Capítulo 4. Jessi sigue insistiendo.

    Jessi está de rodillas y con los codos apoyados en la cama. Su tío está de pie detrás de ella, deslizando su gruesa polla dentro y fuera de ella.

    Después de la primera vez, ella había esperado nerviosamente a que le llegara el período, pero finalmente, para su gran alivio, lo consiguió. Después de eso, tuvieron algunas negociaciones bastante difíciles. Jessi sostuvo que él debería darle cien dólares por el coño, y que no podía correrse dentro de ella. Él dijo: "Al diablo con eso, no voy a pagar cien dólares por un coño usado en el que ni siquiera puedo correrme. No te pongas arrogante, es solo un coño, prefiero que me lo chupes. ¿Qué tal si te doy diez dólares por el coño si no puedo correrme?"

    Entonces ella dice: "Que te jodan, sé que quieres mi coño, cabrón. Cincuenta pavos y no te corres".

    "Eres una chica altanera, ¿no? Bien, aquí está mi última oferta: te daré cincuenta dólares por un coño, pero cuando termine me correré en tu boca y tú tendrás que tragar".

    Ella resopló. "Si quieres que lo trague, tendrás que darme más que eso. Sesenta dólares y te dejaré terminar en mi boca y lo tragaré".

    "Está bien, trato hecho. Pero ¿y si uso condón? Te daré veinte dólares si uso condón".

    "¿Veinte dólares? De ninguna manera, no se consigue ningún coño por menos de cincuenta".

    "Este es el trato: te daré sesenta dólares si uso condón, pero aún así tendrás que tragártelo cuando termine".

    "¡Qué asco! Vale, lo que sea."

    Hoy está desnudo dentro de ella, aunque dijo que iba a usar un condón. A ella realmente no le importa lo que él haga, siempre y cuando no se corra dentro de ella. De cualquier manera, ella tiene que tragarse su sustancia desagradable. Él está agarrando sus caderas con fuerza y ​​​​realmente la está penetrando con fuerza dentro y fuera. Ya no duele mucho, sí las primeras veces después de que le hizo estallar la virginidad, pero ahora está acostumbrada.

    Después de follarla un rato, él se retira y se pone un condón, luego se lo vuelve a meter y un minuto después gruñe hasta llegar al orgasmo. Cuando termina, se retira y ella se sienta frente a él, le quita el condón de la polla, se lo lleva a la boca y lo inclina hacia arriba, dejando que su semen fluya hacia su boca. Ella ya se ha acostumbrado. Lo principal es tragárselo rápido.

    Por suerte para su tío, a Jessi le gusta mucho el dinero. Y por suerte para Jessi, su tío tiene un apetito sexual insaciable. Y por suerte para su tía, Jessi está allí para ayudar con cualquier "dificultad matrimonial" que su apetito pueda causar, aunque su tía no sabe que Jessi la ayuda. Es un buen plan, los hace muy felices a todos.


    Fin

    La pequeña monita, relato erótico SDPA en blogSDPA.com

    La pequeña monita (de Chjor)

    3 de enero de 2025 en Jovencitas, Relatos SDPA

    Esta publicación es la parte 3 de un total de 4 publicadas de la serie Animalitos

    Una historia de una vecina que se hace pasar por un mono y del hombre que se enamora de ella. Esta es la tercera historia de mi serie de "animalitos", que comenzó con "La pequeña gatita" y continuó con "La pequeña perrita". En el capítulo siguiente: "La pequeña conejita".

    Pervirtiendo a unas nenas inocentes, relato SDPA en blogSDPA.com

    Pervirtiendo a unas nenas inocentes, Parte 13

    3 de enero de 2025 en Relatos SDPA, Jovencitas

    Esta publicación es la parte 13 de un total de 24 publicadas de la serie Pervirtiendo a unas nenas inocentes

    Jo iba caminando por el pasillo de la escuela, apretaba sus nalgas porque si no lo hacía, sentía que la leche le escurriría por las piernas hasta sus tobillos, acaba de coger con el profe Alvarado y recordó la conversación de coger con su hija, ella misma se había excitado de imaginar incluir a otra niña de su edad en el pequeño club que estaba formando sus dos pseudo papas, sonreía para sus adentros de recordarlo, pero también sonreía porque sabía que ese día tendría la tarde libre para probar que tanto podía seducir a un hombre ella solita, ya lo había hecho con su profesor, pero bajo la supervisión de Joaquín, si algo no hubiera salido mal Joaquín hubiera entrado en su defensa o al menos eso creía ella; apretó más las nalgas al sentir que la leche quiso salir, la conservaría para ella un rato más.

    Feliz continuo su día y ya por la tarde, en su casa, ella y su hermanita esperaban con júbilo al pastor que vendría a “evangelizarlas”

    — Jo, ¿estás segura de esto— Yo tengo miedo

    Pao era más pequeña y ella percibía la inseguridad de lo que su hermana mayor pretendía

    — No seas miedosa, tu sigue el juego, recuerda tú te quedarás aquí, y tendrás el teléfono a la mano, si algo sale mal grito “llama” con todas mis fuerzas y tu llamaras por teléfono

    — ¿A la policía?

    — No tonta, ya habíamos quedado que a ellos no, hablaras a Joaquín ya está marcado el número, solo oprimes remarcar y la llamada entrara al instante

    Jo, dentro de su niñez e inocencia, trataba de no dejar las cosas tan a la suerte, sabía que si hablaba a la policía su madre se enteraría y las vigilaría más o contrataría una niñera y ya no podría hacer lo que le gustaba (coger como coneja con adultos), por eso prefería marcarle a Joaquín, total él se enojaría un rato con ella, pero se lo cogería con todas sus ganas para contentarlo.

    Eran cerca de las 3 de la tarde cuando escucharon los toquidos en la puerta, el “toc toc” hiso que el pulso de Jo se acelerara, esa era la prueba de fuego que ella misma se había puesto; tratando de lucir tranquila fue a abrir la puerta

    — Hola señor—dijo al abrir

    — Hola pequeña, ¿está tu mamá?

    — No ha llegado, pero pase, la esperaremos juntos…

    El hombre de religión y fuertes convicciones entro lentamente cerrando tras de sí, miró a su alrededor contemplando la barata decoración que adornaba la sala, después miró a las dos niñas que atentas lo miraban con sus manitas cruzadas hacia atrás y les brindo una sonrisa, las dos al mismo tiempo le sonrieron en respuesta, ese fue el comienzo…

    Cerca de 40 minutos después…

    — Aaahhh aaahhh ay ay aaahhh

    Jo empinada en la cama recibía los embates del pastor que sudoroso la penetraba, su cara era de miedo, excitación y confusión al mismo tiempo, se la clavaba fuerte y desesperado, cuando llegó no pensó acabar así, ahora penetraba a una niña sin misericordia.

    La recámara estaba llena de ropa suelta, habían aventado todo sin fijarse donde caía, Jo empinada sonreía por su logro, recordaba como lo llevo con engaños, diciéndole que necesitaba un consejo de él, como lo hiso que le revisara su entrepierna, diciéndole también que confiaba en él por ser un hombre de “fe”, como el hombre tembloroso la exploró poco a poco cada vez más, para después terminar en un cunnilingus arrodillado frente a ella, su rostro era tapado por la falda, el hombro degusto la raja infantil con aroma a orina, Jo no se había limpiado, quería que el hombre oliera su orina y se saciara de ella.

    La hiso ver estrellitas con su lengua, por poco y ella se orina de placer en su rostro y en compensación la niña le mamó la verga con una técnica depurada, haciendo que el religioso pusiera los ojos en blanco y abriera su boca de placer.

    Jo recibía la verga del pastor en su raja, la había penetrado en varias posiciones, empezando obvio con la del misionero, ella misma fue la que cambio de posición, ahora empinada lo recibía, quería que el tipo le viera el culo, a ver si se atrevía a sodomizarla.

    El conservador hombre nunca había experimentado el sexo anal, había visto porno en su adolescencia, pero desde que había entrado de lleno en su iglesia esas cosas desparecieron de su vida y mente, cogía una vez a la semana a su esposa que usaba pantaletas de abuela, falda larga, sin maquillaje, cabello recogido, no se depilaba, su entrepierna parecía un bosque espeso que llegaba más allá del pubis y más allá de los muslos, siempre en la misma posición, siempre a la misma hora, siempre los 7 minutos máximos que ella le permitía, porque abusar de la lujuria sería pecado; era el único que la había visto desnuda, cabe mencionar que a pesar del conservadurismo de ella, poseía un cuerpo de diosa, sus curvas perfectas hacía armonía con sus senos medianos, ella era 10 años menor que él, se la hubiera cogido a diario y hubiera hecho las cosas más depravadas del mundo, pero ella no se lo permitía.

    La vida marital había sido una completa tortura para él, tenía un mujerón a su lado con suculentas tetas y firmes nalgas, pero no podía gozarla como él quería, eso lo atormentaba y algunas noches solo en su baño se masturbó pensando en todo lo que le hubiera hecho a ella si tan solo le hubiera permitido la mitad de lo que el imaginaba.

    Ahora estaba atrás de una niña, ¡y era solo una niña! que no supo cómo acabo cogiendo, quería que la vida se detuviera en ese instante y este momento fuera eterno, veía la piel blanca de su espalda sudada y delgada que brillaba, veía como la cría se retorcía de placer cuando el aceleraba sus embestidas, ella estaba completamente empinada su cara pegada a la cama, aferrándose fuerte a las sabanas para permitirle hacérselo fuerte, el pastor sintió un chispazo cuando vio como ella con sus manitas, tomó sus nalgas al mismo tiempo y las abrió para facilitar las embestidas, pero las abrió tanto que su culo se hiso oval, dejando al abertura como un ojo que lo miraba.

    — Aaahhh si, si… señor que rico siento, ¡más fuerte!… mas

    El hombre obediente acelero sus arremetidas, y con ojos de asombro vio como Jo metió al mismo tiempo sus dedos medios en el culo y los jalo hacía los lado, el culo se abrió tanto que él pudo ver lo rosa de su interior, si hubiera sabido de anatomía humana hubiera reconocido con facilidad los plexos hemorroidales interiores y la línea dentada que una al esfínter con la mucosa rectal, pero solo percibió el olor a recto que por alguna extraña razón lo excitó mas

    — Niña que rico siento

    — Yo más señor, yo más… Aaahhh

    Jo no pudo evitar gemir al sentir como un dedo masculino hurgó su hoyo prohibido, se introdujo justo entre los deditos de Jo, qué sintió como su raja se mojó, teniendo un orgasmo de sentir la osadía del hombre, que no contento con ello sacó su jugosa y lubricada verga llevándola al hoyo posterior de Jo, quien ya muerta de excitación, no pudo evitar sonreír de placer al adivinar lo que le haría

    — Aguanta niña, aguanta

    — Sí señor, aguanto todo lo que usted quiera aaahhh aaahhh si aaahhh

    Abrió su boquita al sentir el glande invadir su interior, sacó sus deditos para facilitar la penetración, el hombre empujo hasta meter la mitad, según él lo quería hacer con cuidado, no quería lastimarla y traumarla para toda la vida, en el segundo envión la metió hasta su base haciendo que sus huevos quedaran pegados a la vulva infantil, se quedó quieto para que ella se acostumbrara, pero cuál fue su asombro al sentir como ella solita se movió de adelante a atrás, para meterse y sacarse la verga de su culito, él podía sentir como la piel que cubre su verga era jalada por la estreches de ese culo que totalmente dilatado le daba el mayor placer que siquiera hubiera imaginado.

    La tomó de las caderas y se movió tras Jo que gritaba loca de excitación, la niña se desquició e hiso lo que ya le habían enseñado a hacer, decir las palabras más obscenas para “excitar más” a los supuestos clientes

    — Ay cabrón, me partes el culo, sí que rico, pártemelo como a una puta pártemelo

    El pobre pastor confundido, pero muy excitado arremetió contra ese culo y trato de partírselo como la cría se lo pedía.

    — Tu verga me abre mi culo, ay ay ay que rico, siento como entra y me abre, méteme deditos en mi rajita anda lo necesito… ¡si así!

    El pastor hacía todo al pie de la letra como ella se lo pedía, metió dos dedos en la raja, batalló para ubicarse, no era algo que tuviera muy ensayado, hiso su mayor esfuerzo agachándose sin dejar de penetrar el culo y meter su mano en la entrepierna de Jo que loca de excitación se desinhibió moviéndose como una desquiciada.

    Todo esto era demasiado para este hombre de religión, miro su reflejo en el espejo de la recámara y vio como ella era tan pequeña a su lado y como los dos se movían como si quisiera pucharla y aventarla hasta el infinito, más enfoco y vio la imagen de Pao que desde el umbral de la puerta los veía, volteo a la puerta y miro a la menor de las hermanitas con la falda levantada y su manita dentro de su calzoncito infantil dedeándose solita, su boquita estaba abierta, sus pupilas dilatadas miraban cómo se cogía a su hermanita por el culo.

    Jo seguía gritando sandeces propias de la mujer más vulgar y puta del mundo, le describía de la manera más vulgar como le estaba partiendo el culo y como ella lo disfrutaba, como le mamaría la verga sin importar si tenía mierda, que se tragaría toda su leche; decía eso y cuanta cosa se le venía a la mente.

    El hombre tenía demasiada excitación, tanta que no pudo evitar bramar al sentir como sus huevos expulsaron leche, fue un orgasmo casi doloroso, sentía algo como agonía placentera, nuca había eyaculado así, tanta leche y con tanta fuerza, cada eyaculación que daba era una bombeada a lo profundo del recto infantil

    — Aaahhh—grito Jo sintiendo la eyaculación masculina

    — Mmmmmgggghhhhhh—fue el gemido del pastor al sentir como salía la leche

    Se movió un poco más después de haber eyaculado, sentía que le quedaba leche y que esta seguía saliendo, pero más despacio; el silencio retornó a la habitación, los dos respiraban agitados y recuperaban el aliento, el pastor poco a poco sacó la verga del culo infantil, al hacerlo se escuchó como escurrió la leche y ruidos a flatulencias emergieron del pequeño hoyo, Jo desde su posición volteo a verlo y sonrió apenada, poniendo roja y tapando sus ojitos claros con su manita.

    — Perdón señor, que pena, no lo puedo evitar, no crea que lo haga a propósito

    — No te preocupes pequeña, sé que no lo puedes evitar

    Se desplomó al lado de la empinada y apenada Jo que lo vio sonriendo con esos ojitos claros que rompían corazones, Jo volteo a ver a Pao y sus miradas se cruzaron, Jo volteo a mirar el aguado y mojado pito del pastor y Pao entendió, entro caminando lento, el pastor la vio y vio como ella se subió a la cama y se hincó perpendicular a un lado de él, se agacho y ante el asombro del hombre, metió su verga a la boca y la mamó extrayendo las últimas gotas.

    La cabeza de Pao se movía sensualmente de arriba abajo con el pene del hombre que volvía a recobrar dureza, Pao lo sintió y volteo a verlo sonriéndole feliz sin sacarlo de su boca, regresó la mirada al pene y continuó mamando, las manos del pastor no pudieron evitar posarse por la castaña cabellera de Pao, guiándola en su cometido.

    Jo se enderezó para mirar mejor como Pao lo volvía aponer duro, puso su manita en la base del pene y lo masturbó al mismo tiempo que Pao lo mamaba, el pastor abrió su boca y gimió de placer, sintió que Jo le soltó la verga y abrió sus ojos, miro como ella se puso de pie en la cama, era tan delgada, pero su cuerpecito ya tomaba formas de mujer, su piel blanca estaba enrojecida a nivel de las caderas conde él la tomo para cogérsela fuerte, se giró y pudo apreciar sus nalgas rojas después de haber recibido los embates de él.

    Jo de un brinco divertido se bajó de la cama, caminó hacía donde Pao empinada le mamaba la verga y se situó atrás de ella, ante la mirada de él le levanto la falda y metió su cara entre las nalgas de Pao que gimió con la verga dentro de su boca, al sentir como su hermanita le olía el trasero.

    Jo con habilidad impropia de una nena de esa edad le bajo la pantaleta a su hermanita para regresar su cara y meterle la lengua en el culo y la raja alternativamente, eso hiso que Pao acelerara el movimiento de su cabeza sobre la verga del pastor.

    Salió Jo debajo de la falda de su hermanita y el pastor asombrado vio como estaba toda mojada a nivel de su boquita de los jugos de su hermanita, se acercó a él y lo beso pasándole el sabor de su hermanita con su lengüita, él soltó a Pao y tomó a Jo con sus dos manos para besarla con mucha pasión, se retiró de él y regreso a la falda de su hermanita, pero esta vez le bajo el cierre y se la quitó, Pao ya estaba desnuda de la cintura hacia abajo, el pastor miraba el subdesarrollado cuerpo de la niña que le mamaba la verga con fervor, miraba como Jo le metía dos dedos en la raja para después sacarlos empapados y metérselos en la boca a él.

    La habitación olía a sexo, el hombre por primera vez conoció lo más cercano al cielo, un cielo terrenal que pocos habrán de conocer con ese desborde como él lo estaba haciendo, Pao movía su cabeza con maestría impropia de su edad, al mismo tiempo el degustaba los jugos de su rajita a través de los dedos de su hermana mayor.

    Jo tomó a Pao de las caderas y la movió hacia el enajenado hombre que percibió como Jo le colocaba a Pao a horcajadas sobre su rostro, el olor a raja entro por sus fosas nasales y vio lo lindo que lucían los labios mayores, eran como una pequeña boca que lo invitaba a besar, miro como se veía algo hinchados, era una raja infantil, pero que ya había sido penetrada en muchas ocasiones.

    — Chúpela, a ella le gusta mucho y más que le metan la lengua

    — Pero, ¿no la dañare?

    — No, hágalo y gócela

    Eso fue más que una invitación de Jo al pobre pastor que saco su lengua y con ella palpo la abertura entre los labios

    — Aaahhh

    La pequeña Pao se sacó la verga de la boca y gimió ladeando su cabecita, a ella le encantaba los cunnilingus y recibió por largo rato las lengüeteadas que le daban, sonreía de placer al sentir como la lengua iba de arriba abajo y después la penetraba.

    Ya habían pasado 15 minutos de sexo oral, Jo consideró que era hora de cambiar, levantó a Pao y la giró quedando la niña sentada sobe el pito del hombre que por iniciativa propia tomó su verga y la apuntó a la rajita de Pao que con el ceño fruncido no pudo evitar demostrar el placer que sentía; la verga se perdió hasta la mitad, el pastor imaginaba que la iba a desflorar, pero vio cómo se fue como en mantequilla, la niña sola se la saco solo para dejarse caer y penetrarse completamente

    — Aaahhh—gimió Pao

    — Mmmmgggghhhh— pujo el pastor de tanto placer

    El coro de gemidos entre un adulto y una niña inició, Jo no quería quedarse fuera y se sentó en el rostro del pastor que al instante metió su lengua en la raja y sintió como la leche que le salía del culo iba a parar a su frente y nariz, pero eso no le importo y siguió metiendo su lengua lo más profundo que pudo mientras Pao lo cabalgaba con una experiencia impropia.

    Los minutos transcurrieron y convirtieron en una hora, el cuarto estaba inundado de olor a sexo, las dos niñas gemían como locas y el pastor disfrutaba del mejor sexo de su vida, tenía a Pao acostada de lado y el sentado sobre sus talones la penetraba por la rajita, sus huevos golpeaban en la nalga derecha de Pao y él desde arriba le pellizcaba los pezones con fuerza para que gimiera con más ganas, esto último a petición de Jo que supervisaba la penetración y al oído le susurraba cosas para que le hiciera a su hermanita

    — Señor, métasela por el culo

    — ¿no la lastimaré?

    — No, hágalo despacio y después se la coge con fuerzas

    El obediente sacó la mojada verga, apenas lo hiso Jo se prendió de ella y la mamó, pero al mismo tiempo la dejo completamente llena de saliva, ella misma tomó la verga y la guio al culo de su hermanita que se quejó al sentir el intruso buscar se hueco posterior

    — Ay aaahhh

    — No se detenga— Le dijo Jo al pastor cuando vio que se la iba a sacar

    — Déjesela dentro, ahorita se acostumbra, ande métala más

    Así lo hiso, metió lo que faltaba y el pene quedo dentro del hueco infantil, se quedó quieto un momento y miró a Jo que estaba atenta al rostro de su hermanita, cuando vio que la pequeña quito la cara de sufrimiento volteo con el hombre

    — Ya, cójasela fuerte, con ganas

    — Ay ay ay ay

    Pao se quejó al sentir el bombeo masculino, pero no se detuvieron, la bombeo si piedad ante los quejidos de la pequeña que abrió sus ojitos y los puso en blanco; como Pao seguía acostada de lado el hombre la sujeto de la corva de la pierna que tenía arriba y se la pegó al abdomen, con la otra mano la sujeto de entre el hombro y el cuello e inició un bombeo bestial al tenerla completamente sujeta, inmovilizada y poder hacer palanca con su cuerpo

    — Aaahhh aaahhh aaahhh

    Pao gemía a grito abierto y Jo le metió una pantaleta en la boca para no provocar tanto ruido

    — Mmmgggghhhhh mmmmmggggghhhhhh

    La pequeña gemía con la pantaleta en su boca, mientras el pastor la sodomizaba con la cara desencajada de placer; si el culo de Jo apretaba el de Pao era una agonía de placer, era más estrecha que su hermanita y su pene lo percibía, de hecho pensó que no aguantaría más, su clima estaba por llegar

    — Aaaahhhh mi niña me vengo, no puedo creerlo me vengo, como siento aaahhh

    El hombre grito su orgasmo bombeando casi a velocidad de la luz en el culo de una gritona Pao, mientras Jo sin poder evitarlo se dedeaba mirando la pervertida escena, todo sudoroso el pastor no dejaba de moverse, ya había vaciado sus huevos por segunda vez, en un segundo culo, de una segunda niña, eso era una hazaña que jamás hubiera imaginado, lentamente saco la verga del culo de Pao y se acostó boca arriba, recuperando el aire y brindándole una sonrisa que él correspondió acariciándole una mejilla; Jo se acercó y metió su pene a la boca, lo mamó igual que Pao recién lo hiso cuando acabó con Jo

    — No mi niña, ya no puedo más

    — No se preocupe solo se lo quiero limpiar

    Dijo masturbándolo suavemente, el pobre se dejó caer en la cama con la cría prendida a su verga y admiró el trabajo de Jo que le dejo el pene sin un rastro de semen, hasta sus huevos higienizó.

    Se quedaron los tres en la cama en silencio, los tres desnudos boca arriba, el en medio de las dos, tenía sus manos en los muslos de las niñas

    — Oye y ¿si iba a venir tu mamá?

    — No, llega hasta las nueve

    — O sea que lo planeaste

    — Sip, quería coger con alguien que no fuera…

    Iba a hablar de más, el pastor lo notó

    — ¿Con quién han estado— Se nota que no es la primera vez, las dos cogen mejor que mi esposa

    — Es secreto, nos gustó compartir con usted, pero no podemos hablar de lo otro, lo siento

    — Está bien, disfrute mucho esto como nunca hubiera imaginado, creo qu eme cambio para irme, fue un gusto conocerlas

    — ¿Se despide?

    — Si, así es

    — ¿No quiere regresar después?

    — ¿Quieres que regrese?

    — Sí, me encantaría, fue rico coger con usted

    — Bueno, dime ¿cuándo quieres que regrese?

    — Deme su teléfono y cuando estemos solas yo le hablo ¿de acuerdo?

    — Si claro, mira aquí en el pantalón traigo una tarjeta

    El hombre se vistió frente a las desnudas niñas, que abiertas de piernas le mostraban sus rajitas, él con delicadeza se colocó su ropa hasta quedar completamente vestido; las dos desnudas bajaron a acompañarlo hasta la puerta y antes de irse se besaron los tres con pasión desbordante, el hombre iba más que feliz, no solo se había cogido dos hermosas y experimentadas niñas, sino que además tenía la promesa de repetir, no pudo evitar meter los dedos en las rajitas de las hermanitas al mismo tiempo, mientras las besaba a lengua suelta.

    El pastor que por cierto se llamaba Salvador, salió por la puerta con la prudencia que el momento aclamaba, Jo dentro de la sala se quedó pensativa, Pao lo percibió

    — ¿qué piensas Johana?

    — ¿Qué horas son?

    — No sé

    — Pues checa boba

    — Ah si— Pao miró el reloj del comedor—son las 5:10 ¿Por qué quieres saber la hora?

    — Vamos a vestirnos, tengo otra idea

    — Y ¿qué me pongo— ¿para qué— ¿a dónde vamos— Recuerda que no podemos salir

    — Podemos y lo haremos, entiende algo, podemos hacer lo que queramos, ya nadie no dominará ni nos dirá que hacer.

    — Pero…

    — Pero nada, ponte tu vestido rosa y yo también me cambiaré

    Johana tomó un viejo celular de su mamá y salieron las dos muy correctamente vestidas, las dos en faldas formales, propias de su edad, Jo además tomó su bolso con dinero que había ahorrado del que les daba su mamá, miró un taxi y le hiso señal de alto, en cuanto vio que el taxi se detuvo frente a ellas para que abordaran, tomó su celular y fingió un llamada

    — Hola abue… si… si ya vamos para allá… hay abue, no es necesario yo… está bien, es el taxi numero 223154… si abue… si yo también te quiero chao

    El taxista desde el retrovisor las miró estudiándolas y finalmente pregunto

    — ¿A dónde se dirigen?

    — Ay disculpe, lo que pasa es que mi abuela es precavida y no quiere que nos subamos a un taxi sin reportarle el número, no crea que es que yo desconfíe eh

    — Está bien niña, estoy acostumbrado ¿A dónde quieren ir?

    — A la parroquia cruz del milagro, mi mamá nos espera allá

    — Si, se dónde es.

    Arrancó el taxi y Pao miro desconcertada a la actriz de Jo que con la mirada le pidió silencio, llegaron más rápido de lo que esperaban, pagaron al taxi y bajaron; la iglesia era la típica construcción de 80 años de antigüedad, aún conservaba los detalles barrocos de la época de construcción, era una iglesia moderadamente grande, en ocasiones su mamá las llevó a misa y era el lugar a dónde iban, era la única que ella conocía.

    Entraron las dos hermanitas, miraban la decoración eclesiástica del lugar, las figuras y las pinturas que adornaban, Jo se sentó en una banca y estudió el lugar, miró lo vacía que lucía y sobre todo lo silenciosa

    — Pao, tú te quedas aquí y vigilas

    — ¿Qué vigilo?

    — No sé, así se dice

    — Oye no sé qué quieres hacer, pero no me gusta

    — Ssshhh no hagas ruido, tu quédate aquí has caso

    Jo tomando valor se levantó y se dirigió al confesionario, lo vio vacío, eso no era lo que esperaba, miró y caminó por la iglesia, de pronto un hombre en sotana la abordo

    — Hola niña ¿qué haces aquí?

    — Hola padre, es que quiero confesarme

    — ¿Eres católica?

    — Si, bautizada en esta iglesia

    — Y ¿tu mamá?

    — Llega en un rato más y me pidió que me confesara—mintió Jo

    — Mmm bueno pasa al confesionario

    Pao desde donde estaba vio como el sacerdote se colocó su estola para confesión y se metió al confesionario, Jo se hincó a un lado y la charla comenzó, Pao no escuchaba, solo veía como su hermana hablaba en voz baja, su boca se movía rápido, el sacerdote fruncía el ceño mientras la escuchaba y volteaba a verla para después regresar la mirada al frente, Jo seguía hablando y en un momento el hombre se llevó la mano a la boca de asombro, volteo a ver a la niña, que siguió hablando y se santiguo asustado, Pao no imaginaba lo que ella le estaría diciendo, pero por la cara que el hombre ponía no debía ser algo bueno.

    Pao vio como Jo le decía cosas y el hombre empezó a asentir, ella algo le había preguntado y el contesto si, miró como el sacerdote se puso de pie y salió del confesionario, miro la iglesia sola y a la pequeña Pao sentada al final de las bancas, Jo se levantó desde su hincada posición y se situó a un lado del hombre de iglesia, el señalo a una puerta al fondo de la iglesia y los dos caminaron al unísono; la pequeña Pao asustada vio como el sacerdote abrió la puerta de la sacristía y Jo se metió al instante, después él no sin antes darle una última mirada a la iglesia.

    La soledad volvió a reinar en ese lugar, Pao miró el viejo y apagado celular con el Jo fingió la llamada, sabía que a su hermana mayor no le gustaban las cosas al azar, y se había asegurado que el hombre del taxi lo pensara dos veces antes de querer hacerles algo.

    }

    Ya habían pasado 20 minutos y los dos seguían encerrados en la sacristía, Pao aburrida se levantó y se dirigió al lugar dónde había entrado su hermanita, se acercó a la puerta, no escuchaba ruidos, pegó su oreja a la antigua madera y ahora si escucho los ruidos que adentro se generaban

    — Aaahhh aaahhh padre… padre

    — Mmmgggghhh mmmmggghhhh

    Se asustó Pao, sabía que ruidos eran, esos ruidos su hermana los hacía solo cuando cogía, ¡el sacerdote se la estaba cogiendo!

    Casi una hora después, Pao escucho ruidos en la puerta, la cual se abrió y emergió una despeinada Jo, su cara estaba roja como un tomate, su vestido todo arrugado y desalineado; traía una sonrisa de placer, se acercó a la asustada Pao y la beso en la boca, Jo aun traía leche en la comisura, Pao lo percibió

    — Jo, traes leche en la boca

    — Y en el culo Pao, mucha en el culo

    — Tu cara está muy roja

    — Deberías ver mis nalgas, me nalgueó muy fuerte casi todo el rato, es un salvaje y me encantó

    — Y ¿ahora?

    — ¿Ahora— Mira— le mostró una tarjeta con un número telefónico– Pues tenemos un nuevo amigo, uno con muchas ideas depravadas, ¡como en los videos que hemos visto!

    Jo emocionada se acercó y beso nuevamente a Pao que no tuvo más remedio que cerrar los ojos y dejarse llevar por el beso incestuoso que su hermanita mayor le daba, mientras abría las piernas para que Jo le acariciara la rajita por encima de la pantaleta tal y como a ella le gustaba, desde la puerta el sacerdote las miraba con lujuria, su mente volaba en todo lo que les haría a estas dos.

    Pero esa será otra historia…


    Continuará

    Mis vacaciones con papi, en blogSDPA.com

    Clip L0l1: "Mis vacaciones con papi"

    2 de enero de 2025 en Videos L0L1 & Sh0t4

    Esta publicación es la parte 20 de un total de 32 publicadas de la serie Videos L0L1 & Sh0T4


    Jessi vende su virginidad - relato erótico SDPA en blogSDPA.com

    Jessi vende su virginidad, Parte 01 (de Chjor)

    2 de enero de 2025 en Jovencitas, Incesto, Relatos SDPA

    Esta publicación es la parte 1 de un total de 2 publicadas de la serie Jessi vende su virginidad

    Capítulo 1. Jessi es una gran chupapollas.

    Jessi tiene la polla de su tío en la boca. Ella está de rodillas y él está de pie frente a ella, con una mano en la nuca y la otra deslizándose por debajo de su camisa y sujetador. Él bombea su polla dentro y fuera de su boca, su cabeza se desliza hacia atrás a través de sus labios, luego empuja hacia adentro y llena su boca por completo. Ella tiene una mano acunando sus bolas, la otra envuelta libremente alrededor de su eje.

    A ella le gusta hacer esto, al menos un poco. Encuentra fascinante su polla; sus testículos son grandes y pesados, su eje es duro como una roca y casi intimidantemente grande. Pero la cabeza de su pene, eso ella lo conoce más íntimamente porque lo ha explorado tantas veces con su lengua. Es muy grande, gruesa, mucho más gruesa que su grueso eje; su cabeza sola llena su boca casi por completo. Se pregunta, mientras pasa la lengua sobre ella, cómo su tía puede siquiera meterse esa gran cabeza en su vagina. También es extrañamente suave, esponjosa, aunque si chupa lo suficientemente fuerte puede sentir la dureza dentro de ella. Y tiene un sabor extraño, muy masculino. El sabor solo hace que ella comience a humedecerse entre sus piernas.

    La única parte que realmente no le gusta de hacer esto es cuando él se viene. Su semen tiene un sabor realmente desagradable y siempre hay mucho. Pero él le da veinte dólares cada vez que se viene en su boca, y eso es mucho dinero para una niña de trece años. Así que ella lo aguanta. Él siempre le dice que le dará cien dólares si le permite abrirle la vagina, y eso es *realmente* mucho dinero, así que está muy tentada. Pero, de nuevo, ella puede dejar que se corra en su boca cinco veces y obtener cien dólares. En realidad, él debería darle mucho más que eso por su vagina. Ella siempre le dice que tal vez si él le ofreciera doscientos, ella lo dejaría hacerlo. Pero, él siempre dice, si ella no es virgen, él no le dará esa cantidad de dinero. "No vayas a perder tu virginidad con un chico de la escuela", dice, "y luego pienses que te daré esa cantidad de dinero por un coño de segunda mano". Definitivamente hay algunos chicos en la escuela con los que consideraría hacerlo, pero si puede conseguir un par de cientos de dólares de su tío por su virginidad, simplemente tendrán que esperar.

    Él saca su polla de su boca y levanta su miembro. Ella sabe lo que eso significa, él quiere que ella le bese las pelotas. A ella no le importa, le gustan sus pelotas. Le da un gran beso en su escroto, luego le da una gran lamida a cada una de sus pelotas. Le gusta el sabor, muy extraño y masculino como su cabeza. El sabor le hace sentir un hormigueo entre las piernas. A él le gusta que ella las deje bien mojadas, así que ella moja con su saliva y lame cada bola. Son muy peludas, y a ella no le gusta la sensación de su vello púbico en su boca, pero lo soporta. Veinte dólares es mucho dinero para una niña de trece años.

    "Entonces", dice él mientras ella chupa una de sus bolas en su boca, "¿pensaste en esos cien dólares?"

    Ella niega con la cabeza mientras chupa la otra bola.

    "Aún tienes tu virginidad, ¿verdad? No has dejado que ningún chico de la escuela la haya roto todavía, ¿verdad?"

    Ella se inclina hacia atrás. "No te preocupes, todavía tengo mi virginidad".

    "¿Cuándo me vas a dejar reventarla?"

    Ella le sonríe. "Te lo dije, doscientos dólares".

    "¿Sí?" dice "Entonces, si te doy doscientos ahora mismo, ¿me dejarías que te rompa la virginidad?"

    Ella le sonrió de nuevo. "Tal vez."

    "Voy a buscar mi billetera."

    Ella envuelve su miembro con una mano. "¿Por qué no te corres en mi boca hoy, y tal vez la próxima vez te deje tener mi virginidad?"

    Vuelve a bombear dentro y fuera de su boca. "Está bien, tenemos un trato", dice. "Pero no dejes que un chico de la escuela se la lleve antes que yo. Ella es mía, ¿no?"

    Ella lo mira y asiente.

    No tarda mucho en correrse, quizá un minuto, y ella siente que su polla se pone aún más rígida y él le agarra la nuca y ella sabe lo que viene. Primero, ella solo prueba un poco de su semen en la boca, pero medio segundo después, su primer chorro sale disparado. "¡Oh, joder!", dice en voz alta. Le da en la parte de atrás de la boca y al instante su boca está llena de un líquido de sabor desagradable. La sujeta firmemente en su lugar mientras descarga otro par de grandes chorros, luego la mantiene allí para los últimos chorros más pequeños. Eso es parte del trato, ella tiene que tomarlo todo en su boca para obtener los veinte dólares. Después de que él se retira, ella escupe su semen en su mano. Él siempre le dice que le dará cinco dólares extra si lo traga, y ella lo tragó una vez, pero casi vomitó. Entonces, aunque le gustaría los cinco dólares adicionales, no lo ha vuelto a intentar desde entonces.

    Capítulo 2. Jessi piensa en lo inevitable.

    Jessi deja el libro y apaga la luz. Luego se sienta en la cama y piensa: ¿De verdad va a hacerlo? ¿De verdad va a entregar su virginidad? Parece dispuesto a darle doscientos dólares por ello, eso es seguro.

    Se desliza una mano por las bragas y pasa los dedos por la hendidura entre las piernas. Definitivamente quiere tener sexo, y mucho. Y eso significa que algún chico va a conquistarla, es inevitable. Podría esperar y dárselo a esa "persona especial", como siempre dicen las mujeres. Pero no hay nadie especial en su vida en este momento, y tampoco parece haber nadie en el horizonte. Si lo hiciera con alguno de los chicos de la escuela, sería solo por diversión. Entonces, ¿por qué alguno de ellos debería conquistarla? También será divertido con su tío, además de que obtendrá doscientos dólares del trato.

    Se introduce un dedo en la hendidura y lo hace girar alrededor de la pequeña abertura de su vagina. ¿De verdad sería divertido con su tío? Piensa en esa cabeza enorme y gruesa. ¡No hay forma de que quepa! ¡La desgarrará! Una cosa sobre los chicos de la escuela, que ella sabe por experiencia personal, es que sus penes son mucho más pequeños que los de su tío.

    Desliza su dedo hasta su clítoris y comienza a frotarlo. Unas sensaciones familiares comienzan a fluir por su coño, un hormigueo cálido y húmedo. Siempre piensa en sexo cuando se masturba. Se abre de piernas, se masturba, se entrega. Ese es el tipo de chica que es, se masturba como loca.

    Está bien, está bien. El gilipollas puede reventar su virginidad.


    Continuará

    La pequeña perrita, relato erótico SDPA en blogSDPA.com

    La pequeña perrita (de Chjor)

    2 de enero de 2025 en Relatos SDPA, Jovencitas

    Esta publicación es la parte 2 de un total de 4 publicadas de la serie Animalitos

    Una historia sobre una niña que se hace pasar por una cachorrita y el hombre que se enamora de ella. Esta es la segunda historia de una serie que comenzó con "La pequeña gatita".

    Esta historia se puede leer sola o puedes comenzar con "La pequeña gatita" para tener una mejor idea de la progresión de su relación.

    Después de este relato sigue "la pequeña conejita".