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    Abandonada, relato sdpa en blogSDPA.com

    Abandonada, Parte 01

    29 de enero de 2025 en Relatos SDPA, Jovencitas, LGBTQ+

    Esta publicación es la parte 1 de un total de 4 publicadas de la serie Abandonada

    Era la enésima vez que discutía con mi novio, y por enésima vez, por la misma razón. Era ya muy noche, una muy helada noche, pero los ánimos estaban bastante encendidos entre él y yo.

    Jorge y yo teníamos como año y medio de novios, no recuerdo exactamente. Lo conocí en el segundo año de la carrera, en una fiesta. Él va un año adelantado de mí. Desde entonces, hemos tenido bastantes altibajos en nuestra relación… más bajos que altos, para ser honesta.

    Mi vida ha sido lo que puede considerarse privilegiada. Tuve la fortuna (o disfortuna) de nacer en el seno de una familia muy adinerada. Ropa, viajes, autos, formaban parte de mi vida cotidiana. Hace poco mi familia se fue a vivir a la capital, pero yo decidí quedarme en ésta ciudad pues mi círculo social era de aquí.

    Siempre fuí a las mejores (y más caras) escuelas, con mi auto de lujo propio, y tras la mudanza de mis padres, con una casa de 600 metros cuadrados para mí sola.

    Podría creerse que lo tenía todo (y así era hasta cierto punto) pero estaba lejos de sentirme feliz. No me ubicaba en mi propio medio, a pesar de haber nacido en él. Desde la secundaria, muchos chicos comenzaban a seguirme. No los culpo. Siempre fui muy atractiva: tez clara, cabello largo negro como la noche, ojos verdes, labios carnosos, alta, con un cuerpo envidiable producto de mis horas en el gimnasio, pero también por bendición genética. Mis senos eran firmes, redonditos, copa DD, mi cintura de avispa, mis caderas voluptuosas, sin celulitis, terminando en unas largas y torneadas piernas.

    Como decía, era producto de miradas, envidias y deseos. Sin embargo, nunca me emocionó mucho la idea de tener novio. De cuando en cuando me metía en una relación con el chico más popular del momento, pero más para ser el producto de elogios y comentarios, que porque realmente lo deseara. Mis relaciones usualmente duraban menos de 3 meses. La más larga fue de 6, y eso porque hize un viaje a Japón de 3 meses.

    Podía decirse que, a pesar de estar siempre rodeada de gente que me adulaba y complacía, siempre tuve una constante sensación de soledad en mi interior.

    Jorge era bastante acaudalado. Hijo de políticos, muy allegados a mi padre. Lo conocí en la universidad. Unas “amigas” me lo presentaron. Él era bastante popular, y atractivo, he de admitirlo. Pero no sentí la chispa que me hubiera gustado sentir al conocer a alguien así. Comenzé a salir con él más que nada porque mis padres así me lo recomendaron, y para ser la envidia de mis compañeras. Sólo mi única verdadera amiga, Sandra, siempre me decía que si no lo quería, debía dejarlo.

    Sandra ha sido mi amiga desde la primaria. Ella iba a mi escuela, con una beca especial que proporcionaba el colegio. Ella no era como yo. Ella era de clase trabajadora, hija de un carpintero y una maestra de preescolar. Me identifiqué mucho con ella desde el principio. Podía ser auténtica con ella y quitarme la máscara de mujer de sociedad. A veces íbamos al cine y a lugares menos opulentos a pasear. Ella siempre fue una hermana para mí (a pesar de que tengo otras dos hermanas mayores).

    Hace unos meses, Sandra me dijo que se casaría. Yo me emocioné. Fue antes de andar con Jorge. La ayudé a planear la boda y fui madrina de ramo. Luego, empezé a andar con Jorge, y cuando se acercaba la boda, tuvimos nuestro primer gran pleito, precisamente por eso: él no quería ir a una boda de la prole. Tragándome mi coraje, fui sola. Luego jorge se disculpó y me dió algún regalo caro que ya ni conservo.

    Pero los pleitos fueron más y más frecuentes, pero por otra causa, y siempre la misma. Sexo. De hecho, ésta era la principal razón de mis rompimientos en relaciones previas. No porque fuera malo, sino porque estaba ausente. Yo me negaba a tener sexo con mis novios. Es más, de hecho, mis relaciones eran más bien de “manita sudada”: manos tomadas, abrazos, uno que otro besito. Y nada más. No hubo fajes, ni frotes, ni masturbación, ni sexo oral, ni nada.

    No me explicaba el porqué de ésto. Mis novios se veían sumamente excitados cuando estaban conmigo. Yo estaba seca y fría. No suelo ser una chica muy sexual. Rara vez me excito, y cuando lo hago, curiosamente, es cuando me maquillo, o me pongo alguna ropa sexy. Me arreglo y me visto sexy, sí, pero para mí, y para que me vean, no para tener acción en la cama esa noche.

    Me las arreglé para convencer a Jorge que quería llegar virgen al matrimonio. Y así estuvimos, no sin algunas peleas porque me negaba a darle ni siquiera un faje. Realmente no creo haberlo querido en serio, pero estaba con él, y la gente que me rodeaba parecía feliz por ello, así que me dejé llevar por la corriente.

    Tras un año de relación (aunque fue menos si contamos los meses que o él o yo estábamos de viaje), me invita a un viaje en globo, y allí, cual cliché hollywoodense, saca una botella de champagne y un anillo de diamantes y me pide matrimonio. Al decirle que sí, lo hice pensando en mi familia y amigos más que en mí misma.

    Y ya comprometidos, creo que se sintió con más derecho sobre mí, y me presionaba más y más para tener sexo. “espérate a la luna de miel”, le decía. Pero él seguía muy molesto, y cada vez, más por esa situación.

    Esa noche, pasó lo mismo. – Siempre es lo mismo contigo Ari!- me decía él. -Siempre sacas eso de llegar virgen, carajo, ya nos vamos a casar, qué más quieres!-

    – Y qué quieres?, que finja?- le dije, llorando de coraje: – Que me entregue a tí con remordimiento y culpa y no lo disfrute?- El coraje en sus ojos era más que evidente. Los tenía rojos, en parte debido al enojo, y en parte debido a su frecuente hábito de beber para pasarla bien: “soy bebedor social”, decía siempre.

    Discutimos, fuertemente. Fue nuestra peor pelea, y a tan sólo un mes de la boda. Dejé salir todo. Le dije que no me gustaba su manera de beber, su estilo de vida fiestero y parrandero, que no me gustaban las fiestas de “la alta”, que no quería acostarme con él sólo porque él me lo exigiera… en fin.

    Al final de la pelea, mientras los dos nos gritábamos cosas, tomo el anillo de más de medio millón de pesos, y lo arrojo al piso. Salgo de su casa. Él no vino tras de mí, pero se quedó gritándome groserías. Subo a mi Volvo S60 rojo y salgo de ahí, a toda velocidad.

    Recorrí varias calles un rato, iba muy rápido, y lo peor de todo, enojada y… distraíada. Me pasé no sé cuantos rojos, brinqué no sé cuantos topes… afortunadamente ya eran las 3 de la mañana y las calles estaban desiertas. Terminé sin darme cuenta en calles del oriente de la ciudad, en un barrio popular. Yo seguía a todo lo que daba, en eso, veo a lo lejos una figura humana que se atraviesa. Freno a fondo dejando escapar un sonido aterrador. Con todo y eso, y a pesar del sistema del auto para evitar este tipo de circunstancias, golpeo a esa figura.

    Me quedé paralizada. La sangre se me fue a los pies. Estaba temblando del miedo. Que podía hacer? Escapar? Quedarme ahí como tonta? Bajarme a ayudar a esa persona?

    La tentación de escapar era mucha, pero mi conciencia me hace bajar del vehículo. Me acerco al cuerpo de la persona que golpee. Oigo algunos quejidos.

    – está bien?- pregunto, con mi boca seca y amarga.

    La persona voltea a verme. En eso veo que se trata de una niña, de unos diez años. Sucia de la cara y el cabello, con su ropa sucia y deshecha. Descalza, y con un fuerte olor a mugre.

    – sí, señorita, sólo algo raspada…- responde ella – y me duele la cabeza-

    – segura? Mejor te llevo al hospital a que te revisen, de acuerdo?- Estaba muy nerviosa por ello, no quería meter en ésto al seguro o a la policía, así que pensé que lo mejor sería llevarla yo misma a que la revisaran. – y tus padres?- le pregunté. Necesitaba el permiso de ellos, y quizá tendría que darles algo de dinero para no involucrar a la policía.

    – eh…- titubeó ella. En eso, caí en la cuenta de que seguramente la habrían abandonado. Es decir, era más que claro que ella era una niña de la calle.

    Así, opto por cargarla, y la recuesto en el asiento de atrás. Me llamó la atención la ligereza de su delgado cuerpo. Por algún motivo, no me importó su fétido olor o que fuera a ensuciar el asiento del auto. Lo importante era que estuviera bien. Arranco el auto y me dirijo a la clínica donde laboraba Sandra.

    En el camino la niña me sigue diciendo: – estoy bien señorita, de veras, no se preocupe… bájeme aquí-.

    – No, tenemos que asegurarnos que estés bien- le dije. Obviamente mi miedo era meterme en problemas legales, pero también me sentía genuinamente preocupada por esa frágil niña.

    En el trayecto, la niña seguía diciendo que no era necesario que me tomara todas esas molestias. Su manera de expresarse era muy peculiar. No parecía niña de la calle. Empleaba palabras muy sofisticadas y las pronunciaba correctamente. La miro por el retrovisor. Estaba sentada, con la cara con algo de sangre en el rostro. Sus rubios cabellos sucios, enmarañados, pegajosos. Su carita era finita. Su nariz respingada y sus ojos grandes y verdes. Me llamó la atención su dentadura: perfecta completamente. Eso me hizo pensar aún más que no se trataba de una niña de la calle como otras. Su blusa estaba sumamente sucia y con algunas rasgaduras, cubriendo su esbelto torso. Un pantalón de mezclilla viejo y manchado cubría sus largas piernas. Sus piez, descalzos por completo. Pero, insisto, no tenían ni hongos ni nada anormal. La pobre niña despedía un desagradable aroma, a suciedad, a basura o comida descompuesta.

    Llegamos al hospital, a urgencias, y pregunto por la Dra. Ramírez. Llega Sandra tras unos minutos, y le comento la situación, omitiendo el pequeño detalle de la pelea con Jorge (de hecho, en ese momento ni me acordaba ya).

    -Ya veo- Me dijo. -La mantendremos en observación por la noche. Hoy tengo guardia así que no te apures, yo la vigilaré personalmente y te reportaré cualquier cosa ¿de acuerdo?-

    Acordó en no reportar nada a la policía, y que daría aviso a trabajo social hasta que yo me tranquilizara y decidiera qué acción tomar.

    – Ésta noche te quedarás aquí… eh… cómo te llamas mija?- le pregunto. – Alicia- responde ella. -Muy bien Alicia, no te vayas a escapar ni nada de acuerdo? Por la mañana vendré a recogerte y te dejaré en donde me pidas OK?-. – Está bien señorita, pero estaré bien, no se apure. Para mañana todo éste episodio quedará en el pasado-.

    Así, me dirigí a la salida de la sala de urgencias, pero Alicia me dice: -Señorita, lo siento mucho! Estaba distraída y me atravesé sin fijarme!- Volteo y sonrío, y le digo adiós con la mano.

    Subo al auto, y casi en automático, conduzco a casa. Al llegar, me siento, me recargo en la puerta y rompo a llorar. Lloré como nunca, gritando, moqueando. No lloraba por lo de Jorge ni porque estaba por cancelar la boda. Lloraba por las palabras de Alicia. Yo fui la irresponsable que casi la mata, y ella fue la que pidió perdón. Esa pobre niña, desamparada, frágil, delicada, con un incierto futuro por delante, con todas las de perder en la vida, fue quien me pidió perdón. Sentí el impulso por regresar al hospital a verla, pero me detuve. Estaba cansada, triste, asustada. No quería causar otro accidente. Así, tomé un baño y fuí a dormir.

    Por la mañana, en lugar de ir a la escuela a perder el tiempo, me dirigí al hospital. Aún encontré a Sandra. Su turno había finalizado hace una hora, pero me esperó. Esa era la clase de persona que era. Ella finalizó su carrera antes que yo, pues mis padres me enviaron por año y medio a viajar por el mundo. Por eso, ella ya estaba trabajando mientras yo seguía estudiando.

    – Todos los exámenes están bien, no te apures- Me dijo. Suspiré de alivio. -Únicamente tiene algo de desnutrición, pero eso no es culpa tuya-

    – Puedo verla?- pregunto, con un rastro de emoción en mi voz que incluso yo misma noté para mi sorpresa. Sonriendo, Sandra me indica el cuarto donde está internada la niña, y me dirijo hacia él.

    Llego frente a la puerta, y toco. Escucho una vocecilla, la cual responde “adelante”. Abro la puerta y la veo, acostada en la cama, cubierta con su batita color rosa. Casi no la reconozco al verla, tanto así que tuve que ver su ficha de identificación de la pared para ver que su nombre coincidiera. “Alicia” reza el papel, con letras grandes color negro, seguido de la leyenda: “12 años”. “12 años!?” Pensé. Se veía más chica en realidad.

    Al irme acercando, vi que la niña estaba totalmente irreconocible, con su cabello dorado, lavado, su carita limpia, y sin ese olorcito desagradable.

    Me paro junto a la cama donde está sentada. Observé que en realidad era una niña bastante bonita. Sus ojos grandes con unas largas pestañas, su nariz finita, con unos labios carnosos. La batita cubría su desnudo cuerpo, pero se notaba su pecho en desarrollo, con sus erectos pezones resaltando a través de la tela.

    – Hola señorita!- Me saludó. Al momento, sentí que mi rostro se encendía, sonrojándome. Quizá fue el escuchar su voz, o quizá el ver su belleza inesperada, o quizá el hecho de que estaba observando sus senos cuando me saludó. Sonrojarme no era algo que me pasara muy a menudo, ni siquiera cuando estaba con alguno de mis ex novios dándonos un beso o tomándonos de las manos.

    – Hola Alicia- Respondo el saludo. -Cómo te sientes?-. – Muy bien señorita, sólo fueron algunos golpes. Usted fue quien se veía más asustado que yo?, se encuentra bien?-

    Sonrío tiernamente ante su genuina preocupación. Extiendo mi mano y para mi sopresa, comenzé a acariciarle su cabecita. Ella cerró los ojos, sonriendo, divertida. – Me da gusto que estés bien Alicia-.

    Yo seguía sorprendida por su radical cambio. Ésta hermosa niña no se parecía nada a la pequeña que atropellé ayer. En realidad, más que por el cambio que ví en ella, seguía impresionada por su belleza. Realmente era hermosa.

    En eso oigo que entra Sandra. – Alicia está muy bien, le curamos sus heridas y la bañamos, de hecho puede irse ya si así lo desea, pero…- me dice con la cara en expresión de preocupación, mientras señalaba con la mirada una bolsa en un rincón de la habitación. Me acerco a la bolsa, y al percibir un aroma a suciedad, me doy cuenta de que era la ropita de Alicia. En ese momento me doy cuenta de que no sería agradable salir de un hospital con ropa sucia. Sandra me toma el brazo y me lleva hacia afuera de la habitación. – Creo que no tiene padres o se escapó de su casa- me dice. – Le preguntamos al respecto y ella no dice nada, sólo que no tiene casa ni padres. Pensé en llamar a trabajo social, pero quise preguntarte primero sobre qué podíamos hacer-. Cerré mis ojos, pensando. Ella no quería que localizaran a sus padres, o bien no tenía padres en realidad. Me imagino que tendría sus motivos, y eso lo respetaría. Pero la ropa para sacarla de ahí… definitivamente no dejaría que saliera con esas prendas tan sucias. – Si ella no quiere decir nada, déjala- Le dije a Sandra. – En cuanto a la ropa… iré a comprarle algo para que pueda salir del hospital, no creo que sea muy cómodo el salir con ropa sucia-. Sandra sonríe. Le doy las gracias y tras abrazarnos, se retira a casa a descansar. Antes de irme, me asomo a la habitación y le digo a Alicia que espere ahí, que regreso en un ratito para sacarla ya del hospital.

    Así, me dirijo a una tienda departamental cercana al hospital. Me encantaba comprar ropa, pero era la primera vez que lo hacía para alguien más. Comenzé por comprarle algunas blusitas. Algo no tan infantil, no creo que las que tenían figuritas de Disney fueran las más apropiadas, es decir, la niña ya tenía 12 años. Así que busqué algo más coqueto. Tomé algunas camisetas, unas blusas lisas y otras con estampado. Una linda blusa formal que pensé que se vería muy bien en ella. Como hacía algo de frío, compré algunas blusas de manga larga también. Y un par de suéteres, un par de sacos, y una encantadora chamarra. Compré también algunos pantalones, unos de vestir, y obvio, los infaltables jeans. Le compré unos de lycra, pues insisto, ya no era una niña. También tomé unos yogapants y una falda escosesa. Claro, era obvio que necesitaría algo de calzado, así que compré un par de tenis y unas sandalias muy coquetas, así como unas zapatillas de vestir. Sus pies no eran tan grandes, era como de mi talla, así que me las probé antes de comprarlos. Realmente estaba muy metida en todo ésto. Mientras estaba comprando la ropa para Alicia, cruzo frente a un espejo, y me doy cuenta de algo raro: estoy sonriendo. Una sonrisa auténtica. No una sonrisa falsa como cuando me pidieron matrimonio o me dijeron que había ganado el concurso de belleza de la prepa. No, era una sonrisa de verdadera felicidad. Me sonrojo como nunca, y siento un nudo en la garganta. Estoy a punto de llorar. No queriendo hacer una escena, respiro profundo y sigo en mi frenesí de compras.

    Voy a la caja, pero reparo en que me hace falta algo crucial: ropa interior. Tragué saliva por alguna razón. Y me dirijo al departamento de lencería y corsetería. Me sentía nerviosa sin saber bien por qué. Tomo algunos sostenes entrenadores muy tiernos y delicados. Vino a mi mente la imagen de Alicia, sentada, semidesnuda, con sus pequeños senos protruyendo a través de la bata. De nuevo me sonrojo. Tomo algunas medias y calcetines, y finalmente, lo que había estado evitando hasta el momento: las pantaletas. Titubée. No sabía que llevarle: ¿algo infantil? ¿Algo sexy? ¿Algo tierno? Opté por llevar algunos bikinis convencionales, muy coloridos. En eso, veo una tanga. Una de algodón, color rosa intenso. Como un rayo, cruza por mi cabeza la imagen de la niña usando ésta tanga. Sacudo mi cabeza, y me dispongo a irme, pero de último momento, decido tomar la prenda y comprarla.

    ¿Cuánto gaste? Ni idea. Quizá diez o veinte mil pesos. No lo sé. Satisfecha, me dirigo de vuelta al hospital hacia la habitación de Alicia.

    – Hola Alicia, ¿lista para cambiarte e irte?- Le digo mientras entro. La niña estaba almorzando. Eso me recordó que yo no había ni desayunado, por lo que tendría que pasar a algún lado a comer. Alicia comía algo acelerada. Parecía que no había comido en días, y probablemente así habría sido. Me mira, sonríe, y al acabar de comer, se incorpora a ver la ropa.

    – ¿dónde está mi ropa señorita?- Señalo la bolsa con su ropa sucia.

    -Es ésa la ropa que traías, pero como ya estába muy gastada, te compré más – Alicia observa el montón de bolsas y cajas que traje. Comenzé a mostrarle una y otra prenda. -¿Y cuál de todas es la mía?- me pregunta. Levantándo la mirada para verla, le digo que toda ésta es su ropa. – Pero es demasiada señorita, no tengo dinero para pagarla-. Sonrío y le digo: – no es necesario que lo hagas, yo las compré como regalo para tí-. Alicia se sienta, se cubre la cara con las manos y comienza a llorar. Sorprendida, la observo. En eso, se descubre su rostro dejando ver la más hermosa de las sonrisas que halla visto en mi vida, tanto que me hizo sonrojar (de nuevo y por enésima vez en menos de un día). Y me dice: – gracias señorita…- y completando su frase, le digo mi nombre: – Ariana, me llamo Ariana, mija-

    Espero mientras Alicia se cambia en el vestidor. Optó por unos jeans y una blusa de manga larga. Y no, no escogió la tanga (creo que ni la vió). Sale del vestidor y al tiempo que da una vuelta me pregunta

    -¿cómo me veo?-. Se veía realmente linda. – Te vez muy bien Alicia-. Le doy una chamarra que compré para ella, pues hacía frío afuera. Íbamos saliendo, cuando la detengo. – Espera- Le digo, me coloco detrás de ella. Me quito del cabello uno de mis broches, y peinándola con una colita, se lo pongo a ella. -Ahora sí, ya estás lista!- Alicia voltea a verme, sonriendo, y muy sonrojada.

    Mientras nos dirigíamos al auto pensaba en qué rayos haría a continuación. Lo más prudente sería llevarla a su casa, pero algo dentro de mí no quería hacerlo. Trataba de convencerme a mí misma de que sentía eso porque tenía miedo de que me denunciaran, pero en realidad no era eso. Le abro la puerta, y subo al auto. Enciendo el motor y le pregunto: -y, ¿a dónde quieres ir?- Ella sólo encogío los hombros. No quería preguntar más, sobre todo teniendo en cuenta que tampoco le quiso decir nada a Sandra, pero aún así lo hice.

    Apago el auto, y le pregunto: – ¿tienes a dónde llegar?-. Con los ojos con lágrimas, me dice que no. Siento mis propios ojos al borde del llanto. Pero me logro contener y le pregunto nuevamente: – ¿y tu familia?-. – No tengo familia. Ni siquiera los niños de la vecindad me quieren. Estoy sola, totalmente abandonada -.


    Continuará

    Las niñas de mi tesis, relato erótico en blogSDPA.com

    Las niñas de mi tesis, Parte 05 (de DagonX)

    29 de enero de 2025 en Relatos SDPA, Jovencitas

    Esta publicación es la parte 4 de un total de 4 publicadas de la serie Las niñas de mi tesis

    Habían pasado ya cinco minutos después de nuestra pequeña pelea, y mis dos niñas se encontraban ahora más tranquilas y sumisas esperando quizá que yo haga el primer movimiento sobre ellas, con Samantha no había ningún problema, me la había cogido tantas veces que ya sabía de memoria toda su anatomía, pero con Belén era distinto, aparte de que le encantaban los masajes manuales no sabía más de ella, a parte estaba el hecho de que era una total primeriza, mi primera virgen. Por mi cabeza pasaban múltiples pensamientos e ideas sobre cómo proceder con ella, seria rudo y salvaje como inicie con Samantha o quizá sería gentil y delicado para evitar cualquier daño corporal o psicológico en ella, claramente comparar a Belén con Samantha era inútil, en ese instante me maldecía por no tener suficiente experiencia en lo que a vírgenes se trataba.

    Al final opte por la segunda opción, lo más importante ahora es dejar una buena impresión en mi pequeña virgen y hacer que ella en verdad disfrute de lo que iba a hacerle a su cuerpo, para luego convertirla en una adicta al sexo, según escuche las primerizas luego de su primera vez se convertían en totales fieras para las siguientes ocasiones, no sería mala idea comprobar tal mito en mi pequeña doncella que tímidamente me miraba sentada en una esquina de la cama, abriendo sus piernas y esperando a que me acerque a ella para hacerla gozar como aquellas tardes pasajeras en el café internet . Supongo que ya era hora de empezar con nuestro pequeño juego.

    – Muy bien Belén, estas lista?

    – Si, ya no aguanto más, ven rápido Javi.- Decía mientras se ponía de pie y lentamente se quitaba las braguitas celestes que llevaba mientras con ambas manos se subía la falda mostrándome su tesoro virginal listo a ser tomado.

    Mi mirada se perdió en su entrepierna, sus pequeños labios vaginales, las había tenido tantas veces entre mis manos hace unos meses, pero ahora mismo era como si nunca las hubiera sentido. Quede embobado por la maravillosa vista y mi miembro se empezaba a endurecer por la lujuria que poco a poco recorría mi cuerpo, me acerque hacia ella lentamente y acerque mis labios a los suyos, nos besamos apasionadamente chocando y enredando nuestras lenguas durante unos cincuenta segundos, sus manitas me rodeaban la espalda acariciándome gentilmente yo en cambio desate su cola de caballo y la tome de su cintura violentamente para luego tirarla a la cama detrás de ella. Ahí de espaldas en la cama totalmente perdida aun por el beso de hace rato abrió sus piernas y espero a que mis manos jugaran con ella.

    – Belén, mi niña… ahí voy. – Mis dedos se movían por aquel terreno hábilmente, acariciando, pellizcando, estimulando. Conforme recordaba su anatomía iba adentrándome más con confianza y aumentaba la velocidad, ella solo se retorcía de gozo en la cama disfrutando de mis dedos, sus piernas se movían incesantemente y empezó a gemir como puta conforme pasaban los minutos.

    – hmmmm… aahhaa. Si así era, esa… sensación… hmmm. No pares, no pares… no… pares… ahhh. – En cuanto pronuncio la frase se vino como nunca, ella en verdad había estado esperando algo como esto desde hace mucho tiempo, su respiración era acelerada y su cuerpo temblaba ligeramente mientras el líquido que había soltado manchaba las sabanas de la cama infantil de Samantha.

    – Waooo sí que la acabaste en un instante Javier. – Era Samantha que había estado sentada en su escritorio grabando con mi celular toda la escena, supongo que estaba siendo un poco considerada con nuestro reencuentro y permanecía inmóvil en ese rincón siendo testigo del fugaz orgasmo que había sufrido Belén, pero ya era hora de que ella entre a la escena, después de todo esta era su casa y en su mente retorcida yo le pertenecía.

    – Veo que en verdad ustedes dos se llevaban bien en el pasado, pero es lo que es niña… el pasado. Debes hacer que Javier se esfuerce un poco más, de lo contrario se aburrirá de ti y te dejara tontuela. – Sus ropas iban cayendo una a una mientras se alejaba del asiento donde había estado grabando inmóvil, llegando totalmente desnuda ante mí.

    – Ahora es mi turno Javi, ya sabes cómo me gusta. – me acerco el celular y yo lo tome para seguir grabando.

    – ….. Esta es una nueva faceta tuya que no había visto antes Samy, son los celos los que la hicieron salir?

    – Ehhh, de que hablas tonto, yo siempre he sido así.

    – Nunca te había visto tan posesiva y dominante como ahora, no es que me disguste, es más me excita. Me encanta esta nueva faceta tuya pequeña puta. – Sus ojos se desviaron de los míos, y poco a poco se sonrojo, dejando a un lado la actitud dominante que había tomado.

    – Muy bien ahora ponte de rodillas es hora de que le enseñes a Belén como jugar con una verga. – Me baje los pantalones y deje a la vista mi miembro erecto, Samy ya lo había visto varias veces pero era la primera vez para Belén quien lejos de saltar atemorizada por el tamaño se mostró curiosa.

    – Porque tengo yo que enseñarle, deberías hacerlo tú tal como lo hiciste conmigo a lo animal. – Tomó con una mano mi punta y procedió a metérselo en la boca, su saliva empezó a lubricar mi pene erecto mientras su lengua se deslizaba por toda mi longitud lamiendo desesperadamente desde la punta hasta la base, besando y chupando aquel pedazo de carne que tantas veces la había satisfecho Samantha se esforzaba más de lo debido quizá para mostrarle a Belén quien era la numero uno.

    – Ahhh si Samy, tu lengua se está volviendo más experta, vas a hacer que me corra ya mismo… hmm, Belén mira… mira así es como debes jugar, quieres intentarlo?

    – Claro Javi ahora quiero probar yo, levántate Sam. – La empujo rápidamente y se instaló de rodillas frente a mi miembro intentando comprender como le haría para meter todo eso en su boquita.

    – Hmm niña tonta a ver si eres capaz de igualarme, la única que puede hacer correr a Javi soy yo sabes. – Dijo Samantha mientras se limpiaba con una mano los restos de saliva que se deslizaba por su boca y tomando el celular de mis manos para grabar a Belén en su primera mamada desde todos los ángulos.

    – Déjala probar Samantha, además esta es su primera vez así que no seré tan exigente con ella por ahora, Belén viste como se juega verdad, vamos empieza.

    – Bien… pero no te enojes si lo hago mal… – Lentamente acerco sus labios a mi glande y le dio un tímido beso, luego otro y otro, su lengua empezó a rodear mi punta despacio, se acostumbró al sabor de mi pene con cada lengüetazo que daba hasta que por fin de un solo bocado fue engullendo con su boquita rosada mi pedazo, ayudada con una mano que iba deslizándose constantemente desde la base masajeando y haciéndome sentir en el paraíso, si bien sus chupadas no eran del todo profundas el masaje que me hacía con la mano la ayudaba a mantenerme completamente excitado.

    – hmm… hmmm… ahh, lo hago bien Javi?

    – Si Belén ahhh… que bien juegas, vamos sigue así, aumenta la velocidad.

    – Asi? – Su mano se movió mas rápido de arriba abajo.

    – ohh si… ahora con tu boca empieza a chupar más profundo… mas

    – Bien. – Abrió su boca y trago lo más que pudo a la primera pude sentir como mi punta tocaba su garganta con cada empuje que ella hacía, la sensación de suavidad y humedad que rodeaba mi verga hizo que mi líquido seminal se prepare a salir y que mejor que hacerlo dentro la boca de una niña de diez años.

    – Ahhh… ahh… Belén vas bien, sigue asi, sigue… ahhh. Vas a probar… ahh si, vas a probar mi lechita, ahí sale… ahhhh. – Acto seguido solté todo el semen que se encontraba en mis bolas dentro su angelical boca, al sentir el sabor salado que la inundaba intento zafarse pero yo la sostuve con mis manos he hice que se trague lo más que pudiera, cuando la solté se hizo a un lado y empezó a toser y a escupir lo que no había podido tragar, tomo largas bocanadas de aire y me miró, de sus labios rosas se deslizaba un hilo de saliva y semen, que maravillosa vista.

    – Pftt, pftt, que fue eso, waakk… me lo trague casi todo, Javi que fue eso.

    – Jajajaja, eso es semen niña tonta, es lo que recibimos cuando nos portamos bien o mal con Javi, blanca y espesa leche de hombre, es delicioso verdad?

    – ahhhk no sé, se sintió raro, tú de seguro ya estas acostumbrada pero yo aún no.

    – Tranquila Belén, como dijo Samy ya te iras acostumbrando al sabor de esta nueva leche, lo grabaste todo verdad? – Samantha asintió en silencio.

    – Si es tu leche no tengo ningún problema Javi, es más creo que el sabor ya me empieza a gustar. – Dijo mientras con un dedo se llevaba a la boca los restos que se deslizaban de sus labios y una sonrisa se dibujaba en su rostro.

    – Me alegra que te guste Belén, bien sigamos con el siguiente juego, aunque te advierto que esto te va doler un poco, vas a ser una niña valiente y aguantar verdad princesa.

    – Si Javi voy a aguantar lo que sea. Si eso te hace feliz.

    – Estas seguro Javier, esta niña es virgen aun y te digo por experiencia que la primera vez es lo más horrible, mi papi me desvirgo pero como te dije su pito no era como el tuyo así que solo imaginar cómo se lo harás a ella con ese monstruo me da un poco de pena por la pobre.
    Samantha tenía razón pero ya sabía que ese iba a ser el caso y me dije a mi mismo que iba a mantener la compostura con Belén y no la iba a penetrar salvajemente hasta el fondo hasta que esté del todo acostumbrada, esta primera vez solo iba a metérsela hasta la mitad y quizá un poco menos, ya estaba todo planeado en mi cabeza. Pero luego de escuchar las palabras de Samantha fue Belén quien empezó a tener ciertas dudas con lo que iba a pasarle, si bien había visto en los videos que le había mostrado como iba a ser el siguiente juego, algo dentro de ella la hacía sentir temerosa y su cuerpo empezó entonces a temblar ligeramente.

    – Tranquila Belén, voy a ser amable contigo, primero vamos a lubricarte bien esa área así va a entrar rápido y con poco dolor, no tengas miedo.

    – Me acerque hacia ella y la acaricie su carita, para después desabotonar su blusa y bajar su falda dejándola así totalmente desnuda al igual que Samantha que no se perdía ningún detalle con el celular, mire de reojo su cuerpito desnudo haciéndola sentir un poco avergonzada, era lo más hermoso que vi en mi vida, la recosté en la cama mientras mis manos masajeaban sus pezoncitos rosados aun sin desarrollar lo cual los hizo endurecer de excitación, conforme se iba calmando baje hasta su vaginita y comencé a chupársela, la sensación de mi lengua húmeda abriéndose paso por sus labios la hizo inquietar y empezaba a oponer un poco de resistencia.

    – Calma Belén esto es solo el comienzo… ya verás cómo te va a gustar dentro de poco. – Samantha se acercó aún más con el celular grabando como esa vaginita virgen era lubricada y explorada por mi lengua, luego se acercó a Belén y capturo el sonido de sus suspiros y jadeos al igual que su rostro lloroso y sonrojado en el video, al ver sus expresiones Samantha se fue excitando sin saberlo.

    – Sí, creo que ya está… sus jugos ya empezaron a salir otra vez. Es ahora o nunca mi Belén, como te sientes.

    – Hahh, hahh, tengo miedo… me va doler?

    – Solo al principio, pero luego vas a ver como lo sientes rico y no vas a querer parar, te lo aseguro.

    – Hazlo rápido, antes que me dé más miedo, dale Javier. – Abrió lo más que pudo sus piernas mostrando su vaginita dilatada y enrojecida por la excitación.

    – Samy no pierdas ningún detalle, grábalo todo. Esta virgen es mía, solo mía.

    -………..

    -…………………AHHHHHH

    – Huh… huhh…hahh… Ayyyyy, AAYYYYY, ya basta… yaaaa.

    – Javi YAAAAA me duele…AHHHHHHH

    – OOhhh sí que apretado esta… Belén preciosa, ahhh si aguanta…. Aguanta un poco más… lo estás haciendo bien.

    – Nooo aaauuu, me duele ya basta, ya basta. – Lagrimas empezaron a caer de sus ojos ya los gritos no eran suficientes para expresar el dolor que su cuerpo infantil sentía al ser penetrado por primera vez, ya había logrado meter cerca de la mitad de mi miembro en ella, podía sentir su himen en mi punta bloqueando la entrada e interrumpiendo por unos segundos mi avance, pero con un leve empujón no hizo más que solo ceder, ahora si había tomado la virginidad de esta niña.

    – AAGGGGGHHHHH, AYYYY… QUE ME HICISTEE, AHHH. – Lanzo un terrible grito de dolor mientras sentía como algo dentro de ella había colapsado, liberando pequeños hilos de sangre que manchaban mi pene y parte de su cuerpecito.

    – Calma Belén. Lo hiciste bien, eres valiente, lo peor ya paso, eres tan preciosa. Ahora es solo cuestión que te acostumbres a mi pene. Solo será unos segundos Belén.

    – Noooo. Ya sácalo, se siente raro, todavía me duele. Sam ayúdame dile que pare.

    – Estas loca? Ya falta poquito dentro de nada vas a empezar a sentirte entre las nubes, es como dice Javi solo acostúmbrate un rato a su tamaño y ya verás.

    Resignada a su destino, Belén solo tuvo que aguantar el dolor que sentía en su entrepierna totalmente invadida por mi pedazo de carne, limpiándose las lágrimas e intentando respirar con calma cosa que no podía hacer por la excitación y el calor que de a poco sentía subir en su vientre conforme pasaba el tiempo. Al ver que sus quejidos iban disminuyendo procedí a empujar un poco más en su interior, haciendo que sus piernas nuevamente ofrecieran pelea intentando alejarme de ella, la sujete con fuerza y seguí con mi tarea, sus paredes internas se acomodaban como podían a mi pene con cada centímetro que penetraba, su interior era apretado y raramente podía sentir su pulso, para ser la primera vez creo que era suficiente, así que empecé a salir lentamente de ella para entrar nuevamente de manera suave, clave mis manos en su cintura y empecé a balancearla hacia mí, con cada movimiento ella soltaba un gemido y sus manitos apretaban con todas sus fuerzas las sabanas de la cama aguantando esa extraña sensación de dolor y placer al mismo tiempo.

    – Huuh…huhh… Javier… huuhh… siento como si me estuvieras partiendo…huhhh… creo… creo que voy a rompermeeee… huhhh.

    – Es normal Belén, ves como ya casi no te duele.

    – Si…mmmm… se siente bien… huhh. Hazlo más rápido… mi corazón late como nunca…. Huuhh… más rápido Javi.

    En cuanto oigo sus suplicas mi vaivén se torna más veloz y mi pene se excita como nunca al sentir la presión de su vagina en todo su alrededor, mis manos clavadas en su cintura la aprietan con fuerza y siento como su fina piel se eriza por el orgasmo que acaba de sentir en su interior. Mi miembro se mueve cada vez con más facilidad gracias a los nuevos jugos que su cuerpo libera y poco a poco se prepara también para liberar en su interior mi blanca esencia. Doy un vistazo a su rostro y veo su boca abierta lanzando gemidos ahogados y sus ojos cerrados aun con unas cuantas lagrimas cayendo de sus mejillas, por otro lado Samy había caído también en la lujuria, ya que con su mano libre se encontraba masturbándose hábilmente mientras con la otra grababa la escena de sexo que tenía en frente, ella también estaba a punto de acabar.

    – Ohhh Belén estas lista para recibir mi leche otra vez?

    – Si, hazlo damelo todo… haaa… hahh… rápido, acaba…. Acabaaaa.

    – OOhhhh ahí… ahí va… uoohhhh. – fueron como cinco chorros que libere dentro de ella inundando su cavidad casi por completo, Belén lanzo un pequeño grito mientras sentía como cada gota de semen chocaba con sus paredes. Lentamente saque mi pene ensangrentado de ella y el líquido blanco que no retuvo fue saliendo de su hoyito, se quedó unos minutos ahí desparramada en la cama tratando de entender todas esas sensaciones que su cuerpito había experimentado en unos cuantos minutos.

    -Eso… fue magnifico Javi. – Era Samantha que luego de haberse satisfecho por si misma se puso a enfocar el líquido que salía del interior de Belén con el celular.

    – Si fue lo mejor para mí también, nunca creí que una virgen podría ser tan estrecha, es de otro mundo.

    – De seguro mi papi lo disfruto como tú cuando me lo hizo, hubiera querido que fueras tú el que me iniciara Javi. – Me abrazo cariñosamente por la espalda luego de terminar la grabación.

    – Belén estas bien? Heey Belén…

    – Estoy agotada Javi, no puedo ni sentarme, fue algo totalmente único, no sé qué paso en mi cuerpo, todavía me siento cálida en mi interior. Fue… maravilloso.

    – Fue tal como te lo prometí, ahora ya eres toda una mujer, mi mujer. A ver si para la próxima vamos más adentro aun.

    – Qué entonces lo que me entro… no era toda tu cosa?

    – Nop, como era tu primera vez me contuve, pero no te preocupes pronto veras como te entra todo al igual que Samantha, quizá ella te pueda dar algunos consejos, ya que es más experimentada.

    – Humm a esa tonta yo no le explico nada, que aprenda sola.

    – Jajaja eso lo discutimos después por ahora solo descansemos un poco. Tu hermano idiota llega en media hora más. Tomemos un baño niñas.

    – Siii.


    Continuará

    La hijita de Paola, relato SDPA en blogSDPA.com

    La hijita de Paola, Parte 01 (de Sol y Lucas)

    28 de enero de 2025 en Relatos SDPA, Jovencitas

    Esta publicación es la parte 1 de un total de 2 publicadas de la serie La hijita de Paola

    La amiga de mi hermana mayor me coqueteaba y me dejó caliente. El karma hizo que sin buscarlo me desahogue con su hija.

    Hacia poco que me habia separado por una infidelidad de mi novia anterior a Sol, tenia 25 años y me tuve que volver a vivir con mi madre. Mi hermana, madre soltera, tambien vivia ahí por la misma razon, ella y mi sobrino.

    Al tiempo de separarse comenzo a hacer lo que muchas separadas, disfrutar y recuperar el tiempo perdido. Yo todavia no queria saber nada con las mujeres y las relaciones, de cierta forma tambien me dedicaba a disfrutar mi solteria, hacer actividades que me gustaban, salir con amigos, emborracharme, etc.

    A mi hermana le gustaba mucho invitar a sus amigas. La mayoria madres solteras o separadas.

    Ellas y mi hermana rondaban los 35 años, pero ninguna era atractiva para mi. Aunque una de ellas que la conoci estando algo gordita despues de parir, adelgazó mucho y con la cara de putita que tenia, me daba un poco de morbo.

    En una de esas reuniones, alcohol de por medio, chamuyamos un poco ella y yo. Paola era toda una milf; petisa, culona y tetona, cabello negro y actitud provocativa, estaba separada hace 6 meses y tenia una nena de 3 años que casi siempre traia con ella porque el padre se fue con otra y se desentendió de ellas.

    Mili, la bebota, tenia rulitos oscuros, cara muy picara que revelaba su caracter inquieto y jugueton, no era gordita pero tenia su pancita de genetica y bien alimentada. Paola la llamaba «Buu» por el parecido con el personaje de Monsters Inc.

    Despues de esa noche Paola y yo empezamos a hablar por redes. Y aunque siempre me quiso hacer calentar nunca quiso dar el siguiente paso (tipica calienta pijas) y como dije antes, no tenia ganas de renegar con mujeres asi que deje de hablarle.

    Una noche de verano mi hermana hace una reunion con sus amigas, comida, alcohol, musica alta… lo de siempre. Estaba Paola con su hija que me saluda casi como si no me conociera, cosa que me molestó un poco.

    Tenia puesta una remera escotada que se le notaban sus enormes pechos. Noto que no trae corpiño y se le marcan los pezones… eso me calentó mucho.

    Hacia semanas que no cogia y venia re alsado, y traicionando mi dignidad (cabe decir que soy muy orgulloso) me quedé un rato ahi para chamuyarme a Paola pero me ignoró asi que me fuí. En el patio de la casa estaban mi sobrino, Mili y los hijos de las demas amigas de mi hermana.Me quede un rato entreteniendolos mientras terminaba mi 4ta cerveza.

    Mili que enseguida se tomó confianza conmigo, se me colgaba y en una de esas maniobras la agarré sin quererlo de la colita. Ella estaba con una calza finita, asi que senti la ternura de sus nalgas bien gorditas. Instantaneamente sentí que me invadia un morbo tremendo. Mi cuerpo se calentaba y mi pene se estaba poniendo duro.

    Como los otros nenes eran casi todos varones y mas grandes no le daban mucha atencion. La nena me buscó de nuevo y yo que seguia tomando cerveza mientras mi hermanas y sus amigas hacian lo mismo en la otra punta de la casa, no me negue y la hice jugar. Esta vez con intencion, volví a tocar sus nalgas gorditas y me anime a masajearlas mientras la distraia con algo. La agarré de forma que las yemas de mis dedos mayor y anular quedaran en contacto con su conchita abultada y tibia. Sentir esa vulva y ese calor en mis dedos hizo recorrer un rayo de excitacion por todo mi cuerpo…estaba muy caliente aunque lo disimulaba.

    El patio era grande, estaba algo oscuro y los nenes estaban en su asunto, eramos solo ella y yo.

    Ya con todo el alcohol encima y la excitacion, mientras Mili seguia colgada a mí como un koala, se reia y balbuceba cosas como la niña de Monsters Inc, entonces me atrevi a meter mi mano dentro de su calza y su bombachita, agarré toda su cola y deslicé mi dedo mayor entre sus gluteos gorditos y tiernos, y dejé la yema apoyada sobre su orificio anal. Ella sintio la invasion y quiso voltear a verse. Vió mi mano en su colita y yo le hice una cara de sorpresa como payaso y le dije:

    -Ey! Que pasoo ahi ? No tendras la colita sucia no? Jeje

    – Noooo! – respondio y se rió tapandose la boca de cara picara y avergonzada.

    -A ver, vamos a ver.. – le dije mientras con el dedo de masajeaba en circulos el esfinter.

    Saqué la mano y le dije

    -Vamos a ver si esta limpita… – y me acerque el dedo a la nariz y olí.

    (Ufff.. se ve que tenia el culito bien limpio y me dejó el dedo impregnado con el aroma caracteristico).

    Ya embriagado por las cervezas y la calentura le dije

    -Mmmm Mili… que rico huele tu colita! Como me gustaria chupartela toda!- le dije llevandome mi dedo a la boca y chupandolo con ganas como si fuera un dulce o un helado.

    Paso seguido la mire a los ojos y le pregunte

    – Y la chulita como esta? A ver…

    E introduje mi mano por delante mientras ella miraba hacia bajo cono mis dedos entraban dentro de su bombachita y palpaban esa vulva carnosa y esponjosita.

    Mili se reia porque le parecia gracioso aunque no creo que entendiera la situacion.

    Yo estaba excitadisimo y feliz que la hija de Paola sea tan entregada y notan histerica como ella.

    La bajé porque se acercaban los nenes y aproveche para acomodarme el pene que ya me dolia.

    A los segundos escucho que viene Paola buscandola. Yo trato disimular mi ereccion en mi short de futbol que tenia puesto.

    Simulé ir a buscar algo a mi habitacion, cabe aclarar que la misma esta separada de la casa y tengo mi propio baño. Es como un monoambiente.

    Eso me sirvio para que nadie me vea asi y poder ir tranquilo a hacerme las pajas mas intensas en mucho tiempo. Oliendo mi dedo con el aroma a la intimidad de esa nenita de 3 años no dure más de dos minutos hasta que acabe tan espeso y tanta cantidad que me sorprendí.

    Así y todo seguía caliente y erecto. Por lo que le iba a dedicar otra paja en su honor… o así hubiese sido si no fuera porque en medio de la tarea escucho a Mili intentando abrir la puerta.


    Continuará

    El chico de barrio, relato sdpa en blogSDPA.com

    El chico de barrio (de Jorcol)

    28 de enero de 2025 en Relatos SDPA, Jovencitos, LGBTQ+

    Ocho años tenía cuando en mi barrio en la zona norte de la ciudad de Quito, salía a la calle a jugar con los chicos del barrio, era una zona llena de chicos de toda edad, jugábamos hasta muy tarde en la noche, todo dependía de los ánimos de las madre o de nuestros quehaceres del colegio, o quizá un fin de semana que casi jugábamos hasta la 1 de la mañana, si por casualidad había una fiesta en el barrio lo hacíamos hasta más tarde, aprovechábamos que nuestros padres se ponían a tomar y a bailar en la casa de algún vecino. Mi zona era un poco movida, vivían delincuentes, gente sana muy humilde y pandilleros, pero los chicos no “ chocaban” con la gente de la zona. Comas como se llama mi distrito tenía su fama de violento, pero yo no me daba cuenta de como era, ya me había acostumbrado a esa vida, mis amigos oscilaban entre los 10 y 17 años, yo era el menor, pero casi no se notaba por el tamaño que tenía, media como 1.50, era bastante delgadito y bien blanco, pero tenía un culito bastante respingón, redondo y sobre salía bastante del resto de mi cuerpo, además era lampiño y tenía bonito rostro, labios bien rojos y carnosos, cuando alguna vez en vacaciones me deje crecer un poco de más el pelo, parecía una niña.

    Hijo único de madre soltera que trabajaba casi todo el día, me fui criando solo, muchas veces almorzaba donde una vecina, madre de 3 hijos hombres, que eran terribles, Raúl el mayor de 17, Miguel de 15 y Willy de 13, eran como mis hermanos mayores, pero al jugar todos éramos de la misma edad. Mi madre confiaba mucho en la vecina Lidia, así se llamaba la madre de mis amigos, ella tenía un novio que era el profesor del colegio de la zona, un muchacho bastante bien parecido de 26 años, Rubén; de mas esta decir que era bastante menor que ella, pero ese era el comentario de la gente, yo no veía la diferencia. Así fue transcurriendo mi vida, lo más lindo era salir a jugar por la tarde en la calle o al parque que quedaba a la vuelta de la casa, jugábamos futbol, carreras y algunas veces juegos en internet, en la casa de algunos de los amigos.

    Un sábado, iba a ver una fiesta en la cuadra, estarían todos los padres tomando y bailando, así que sabíamos que ese día seria la juerga para nosotros, la fiesta fue en la calle, yo ya tenía casi 9 años, así que nos fuimos a jugar play a la casa de un amigo de por ahí, estábamos además de mis 3 amigos hijos de la vecina Lidia, otros cuantos más, todos pasándola bien, en un rato Raúl y Miguel se desaparecieron, luego regresaron y yo les sentí un tufillo a licor, estaba tomado cerveza, el juego se fue prolongando, y poco a poco los chicos fueron perdiendo y se fueron yendo, quedamos Willy y yo, era ya muy tarde casi pasada la media noche, cuando perdí me salí de la casa y deje a Willy con el dueño del juego, al salir note a los chicos viendo como sus papas bailaban y tomaban, fui a hacerles compañía pero no me parecía divertido estar ahí mirando lo que hacían nuestros padres, de repente note como Raúl y Willy con disimulo se robaban las cerveza de la fiesta y se iban para su casa.

    Entonces despacio los seguí, entre a la casa despacio, vale decir que en la zona casi todas las puertas estaban abiertas, porque todos los vecinos estaban en la fiesta y sus hijos en la calle, estaba la casa oscura, fui avanzando despacio por el corredor hasta el final al cuarto de los chicos, se veía una luz bastante tenue, cuando iba a entrar note que era el tv que estaba prendida, me sorprendió ver las imágenes en la pantalla, era una película, en ella se veía a una mujer chupándole la verga a un moreno, la pieza era tan grande que la mujer hacia esfuerzos por engullir ese pedazo en su boca, luego vi las piernas de los chicos que colgaban de la cama, me asome por la rendija de la puerta con el marco y me sorprendí mucho más, los dos estaban masturbándose, cada uno tenía su botella de cerveza grande y se daban sorbos de a pocos viendo la película, era la primera vez que veía un sexo de hombre así de erecto y de grande. Raúl tenía una verga de unos 18 cm, delgada y con una cabeza roja y brillante bastante gorda, los huevos eran grandes y llenos de pelos, Miguel la tenía más gruesa que la de su hermano, un poco más chica y casi no tenía vellos, se las sobaban de arriba abajo, gemían pero casi no parpadeaban, estaban atentos a la tv, yo me sentía raro, sentía una corriente por mi cuerpo, también observaba la tele y veía como la mujer chupaba aquella verga, poco a poco se la fue engullendo hasta el fondo de su garganta, le salían lágrimas, tosía y parecía que vomitaría del esfuerzo, acto seguido vino otro hombre que la tenía más grande y así fue chupando como poseída, seguí mirando absorto y pasmado con esas escenas que jamás había visto, y no me percate que Miguel estaba saliendo del cuarto, cuando me di cuenta estaba frente a mí: Que mierda haces aquí ? yo me asusté, y salí corriendo, me senté en la vereda y el salió mirándome muy molesto, lo vi que se sacó otra cerveza, al regreso me llamó con una seña, entre tras el al pasillo de la casa y me dijo: Que hacías ahí en la puerta?

    Yo asustado conteste : Nada miki, nada de verdad; no le digas nada a Raúl, me miro me acaricio el rostro y me dijo: Ta bien huevon; y se fue otra vez para el cuarto, yo me quede asustado. Esa imagen se quedó en mis ojos, estaba sentado viendo la fiesta y las horas pasaban, la imagen de esa mujer chupando las vergas estaba presente, vi salir otra vez a Miguel y esta vez agarro dos botella de cerveza, paso como una hora y Raúl salió, se fue caminando hacia al otra cuadra y no lo vi más, ya sería como las 3 de la mañana y pensé que Miguel estaba solo, no sé porque entre otra vez a la casa, aun se veía la tv prendida, me asome despacito y vi a Miki metido en la cama tapado con las sabanas y un bulto que se movía con su mano, ahora había una mujer chupando muchas vergas de todo tamaño y color en la película, se me hacia agua la boca, no sé por qué, pero sentía ganas de hacer lo mismo, miraba extasiado en eso entro el novio de la vecina Lidia, no sabía qué hacer, venia al baño, estaba tambaleándose, lo mire asustado, y me dijo: alumno Ramírez que haces ahí? No sabía que responder, quede en shock, en eso apareció Miki y dijo: ha venido a dormir Rubén, me tomo de la mano y me metió al cuarto; me hizo una seña de que no diga nada, y entramos al cuarto. La tele estaba apagada, Miki se quedó observando que su padrastro salga del baño, y otra vez fue a la fiesta, Miki voltio y me dijo: Te gusta estar de mirón no huevoncito? Y fue avanzando hacia mí, estaba desnudo del torso, era delgado, pero fibroso, tenía pocos velos en el cuerpo, solo en los brazos y en la parte baja de las piernas, tenía manos y pies grandes y delgados, no tenía vello en el rostro, tenía un bóxer blanco que dejaba ver la erección que traía. Te quedas a dormir? me pregunto, yo solo dije: sí.

    No era novedad, ya antes me había quedado muchas veces, otra vez prendía la tele, y activo otra vez la peli, seguía la mamada de vergas; Quítate la ropa y metete a la cama, y bien obediente lo hice, el junto un poco más la puerta, en realidad era una madera que fungía de puerta, y se metió a la cama, nos tapamos y me digo: Te gusta lo que hace esa mujer? Yo conteste: si; se acercó a mi oído y me pregunto: Te gustaría hacer lo mismo? Es bien rico, se que te va a gustar mucho; la sensación de sentir su voz tan cerca en mi oído me hizo sentir algo dentro de mí, mientras me decía eso, su mano se aferró de la mía y la llevo a su pene enhiesto, el calor que emanaba ese trozo de carne era increíble, temblaba y parecía tener vida propia, yo me dejaba llevar, todo lo que estaba pasando me estaba gustando mucho, lo cogí con mis manos y me deje guiar, lo estaba masturbando, subía y bajaba mis manos al ritmo de la suya, estaba algo húmedo, ahora comprendo que era porque estaba Miguel bien excitado y emanaba liquido pre seminal, había un olor raro, una mezcla de sudor y olor de sexo, era extraño, pero rico, otra vez se acercó a mi oído y me dijo: Que manitos tan suaves, se siente tan rico, ahora quiero que te lo metas a la boca, como en la película, voltio mi rostro y me beso;

    Fue mi primer beso, mordió con cadencia mis labios, despacio, con sus manos acariciaba mis oídos, mi pelo, fue hurgando mi boca con su lengua, y me la fue metiendo despacio, abrí los labios y empezamos a jugar con muestras lenguas, era mi primer beso, profundo, tierno, suave, poco a poco me fue abrazando acariciando, mi espalda, por momentos se aferraba a mi culo, diciendo: hhhmmm qué rico esta esto, suave, gordito, durito, algún día será todo mío; eso me sonó a gloria, me sentía amado por primera vez, luego me fue llevando hacia su verga, primero bese el glande, y luego poco a poco me lo fui metiendo en mi boca, a mi memoria venían las imagines de la mujer de la película haciendo lo mismo, y así lo hice, sentía como Miguel se ponía más duro, gemía y me hundía mi cabeza contra su pieza, también botaba lágrimas, y me daba sensación de vomitar el sentir su pene dentro de mi garganta, así poco a poco fui tomando ritmo, gusto y placer por lo que hacía; Que rico lo haces bebe, estas aprendiendo muy rápido, si sigues así serás un experto chupando verga;

    Eso me sonaba a gloria, lo hacía más profundamente y con pasión, Miki acariciaba mi espalda, llevaba sus manos a mi culo, buscaba mi ano y lo masajeaba con sus dedos, los ensalivaba y me los pasaba por mi huequito, la sensación era realmente exquisita, así por mucho rato, ya casi me dolía la mandíbula del tanta chupada, luego supe que el alcohol hace que el hombre demore la eyaculación, así seguí chupando, me metí sus bolas a mi boca jugué con ellas y sentí como se volvía loco de placer Miguel, luego volví a lo mío chupar esa verga hermosa, chupe y chupe, hasta que sentí que se ponía más dura, parecía que crecía mas, y de repente Mike hundió mi cabeza hasta el fondo de su pieza, tenía su vientre en mi nariz y su verga en el fondo de mi garganta, lo sentí gemir y casi gritar de placer, arqueo su cuerpo, se puso rigido para luego sentir como latía su verga y recibir un líquido espeso y caliente en mi estómago,

    Trate de zafarme pero fue casi imposible, al conseguirlo pude saborear las ultima gotas de ese líquido raro y espeso, algo amargo, pero no me disgusto hacerlo, era semen, si su néctar de Miki me lo había dado en mi boca, él estaba feliz, había gozado de lo lindo conmigo y yo también, me miro con dulzura y me hizo prometer que no le diría a nadie lo que paso y así lo hice. Nos echamos a dormir, apago la tele y nos dormidos, como pasada una hora, sentí que me bajaba el calzoncillo, acariciaba mis nalgas, me besaba la nuca, mordía mis orejas y sus brazos pasaron por debajo de los míos y me sobaba las tetillas, me atraía hacia el sentía su verga dura y muy caliente, aun a lo lejos se sentía la música, voces de gente borracha, y ya casi estaba aclarando el día, yo me dejaba llevar, Miki puso su pene enhiesto entre mis glúteos y ese movía dulcemente, así por mucho rato lo hizo, por ratos hurgaba mi anito, empujaba pero no me penetraba, lo mojaba con saliva y me lo pasaba por mis nalgas, así hasta que otra vez lo acomodo entre mis nalgas y se movió rítmicamente hasta que exploto, me lleno las nalgas y parte de mi espalada de su semen espeso y caliente, y abrazados nos quedamos dormidos, era el principio de lo que sería la etapa más excitante de mi vida sexual. Luego gozaríamos de muchas más cosas.


    Fin

    Clarita, en una noche hizo de todo, relato sdpa en blogSDPA.com

    Clarita, en una noche hizo de todo

    28 de enero de 2025 en Jovencitas, Relatos SDPA

    Para empezar les contare algo de mí, tengo 21 años y vivo en Colombia, en la capital. Ahora mismo soy estudiante universitario, pero por cuestiones de la familia, siempre hemos tenido mucho contacto con el campo, siempre hemos ido a la finca y cosas así, mi afición por las nenas empezó cuando yo tenia 18 años aproximadamente y desde ese momento me gustan mas las nenitas de 10 como hasta 14 o 15 años… ahora si al grano…

    Mi papa tenia que ir por cuestiones de trabajo a un una zona del país que es bastante pobre y bueno él me pidió que lo acompañara, yo estaba en vacaciones de la universidad… Al llegar a este poblado, nos quedamos en una casa donde mi papa tiene arrendada una habitación, pero allí mismo viven otras personas, mas que todo son las profesoras del pueblo y algunas mujeres que han quedado viudas con sus hijos por culpa de la violencia.

    Ya estando allí, acompañe a mi papa el trabajo durante todo el DIA y en la noche fuimos a la habitación y el baño es para uso comunitario, lo usan todos los de la casa, entonces yo me desvestí en la habitación y salí envuelto en una toalla al baño, me entre, me bañe y me salí de nuevo envuelto en la toalla cuando de repente veo a una señora que viene con 2 niñas, una de 6 años y otra (clara) de 12 años, esta ultima, clara, es una verdadera hermosura, cabello negro liso casi hasta la cintura, ojos cafés, una cara preciosa, unas piernas muy bonitas, un cola muy bien formada, bastante grande para sus apenas 12 años de edad, los senos, chiquitos, apenas formándose, y unos pezoncitos que parece que siempre estuvieran duritos, en fin, un encanto de niña…

    Cuando clarita me vio, lo único que me dijo fue:

    Buenas noches señor.

    Yo: Buenas noches niña, como estas?

    Clara: bien señor, muchas gracias, …. bueno señor que pase buena noche.

    Yo: Igualmente, que pases buena noche.

    Por esa noche no fue mas lo que hablamos, pero al llegar a mi cama, no pude conciliar el sueño, me quede pensando en esa hermosa nenita de 12 años, estaba pensando en que de alguna forma tenia que hacerla mia, fue así como comencé a idear mi plan.

    La madre de clara, la señora aurora, trabajaba como a 1 hora del pueblo, así es que ella salía diariamente a las 5am a vender billetes de lotería y chance, luego regresaba como a las 5pm en la tarde. Durante ese tiempo dejaba a las dos niñas en la casa, al cuidado de una señora muy descuidada que solo servia para cobrarle dinero a la señora aurora pero que nunca cuidaba con responsabilidad a las pequeñas…

    Al día siguiente llegue a la casa como a las 2pm, entonces no vi a nadie por ahí, al ratico paso clarita, iba vestida con uno de esos chicles que se les quedan bien pegaditos al cuerpo, arriba llevaba una camiseta cortita, entonces al verme por la puerta, me saludo, yo igualmente la salude… no paso mas por ese momento, pero después de un rato pensé que ese era el momento que estaba esperando, entonces decidí ir a la habitación donde dormía clara, su hermana y su mama y le dije:

    yo: hola nena, como estas?

    Clara: bien señor.

    Yo: y dime, como te llamas?

    Clara: me llamo clara, y dígame como paso la noche?

    Yo: bueno clara, primero que todo te pediré el favor que no me digas señor, dime Raúl, y segundo, tutéame que así tendremos mas confianza.

    Clara: ok Raúl, será como quieras.

    Yo: clarita, quieres ir a tomar un helado?

    Clara: esta bien, así aprovecho que mi hermana esta con la señora que nos cuida.

    En ese momento vi que la nenita no seria presa difícil, además me di cuenta que vivían en unas condiciones muy precarias por lo que decidí aprovecharme de eso, fuimos a tomar el helado y charlamos de si ella tenia novio a lo que me respondió que no, y que además en ese pueblo eran unos corrompidos porque a menudo le hablaban señores de 30 años y de ahí para arriba, y que ya su mama le había dicho que evitara esas amistades porque solo querían acostarse con ella y nada mas. En ese momento me di cuenta que esta nenita sabia mucho mas acerca del sexo de lo que yo pensaba, eso aceleraba mis planes con esta nenita, ya para ese instante estaba decidido a comérmela, y no tendría que pasar dos días antes de haberme roto ese precioso culito de esta nenita. Durante esa tarde no paso nada mas, al rato volvimos a la casa y cuando llegamos, ya estaba la señora aurora esperando a clarita, yo pensé que la señora aurora se pondría de mal genio porque clara no estaba en la casa, pero no fue así, al verme entrar a mi con su hija, solo dijo:

    aurora: buenas tardes joven.

    Yo: buenas tardes señora, hasta mañana señora,

    Hasta mañana joven que pase buena noche.

    Al día siguiente me levante temprano, a las 5 mas o menos, en ese momento salí del baño envuelto en la toalla y me dirigí a bañarme, en ese momento me intercepto la señora aurora, en ese momento iniciamos una conversación:

    aurora: buenos días joven Raúl,

    yo: buenos días Sra. aurora.

    Aurora: mi hija clara me ah contado que ud la invito a tomar un helado ayer, quería agradecérselo.

    Yo: no es nada señora, además creo que la niña lo disfruto.

    Aurora: si, si que lo disfruto, toda la noche me estuvo hablando de ti y me dijo que le habías caído muy bien.

    Yo: que bien, me alegro que le haya caído bien a clarita.

    Aurora: Raúl, es que te quería pedir un favor.

    Yo: claro Sra., el que sea, dígame nada mas.

    Aurora: lo que sucede es que tengo que ir a la capital con mi hija menor porque parece que ah estado muy enferma últimamente, y por las noches se queja mucho, entonces ya eh podido reunir algún dinero para llevarla donde un medico de la capital porque los de acá no saben nada de nada, pero no puedo ir con clarita porque ya no me alcanzaría para los pasajes, además tenemos que quedarnos una noche en bogota porque no alcanzamos a ir y volver en un solo día y ella me ah dicho que la señora que acá las cuida, no les presta atención y ella anoche me dijo que ella se quería quedar contigo…

    En ese momento no reaccionaba, no podía creer lo que estaba escuchando, no podía creer que la Sra. aurora me estaba pidiendo que me quedara todo un día con noche incluida con su hermosísima hija, mas cuando sabia que ese día mi Papa tampoco se quedaría en la casa ya que tenia que irse a otra población pero me dejo encargado de recibir una encomienda… es decir, para este momento tenia todo el día y noche libre y lo pasaría con clarita. Ahora todo dependía de mi habilidad.

    yo: pero claro Sra. aurora, para mi será un placer cuidar a clara, seguro que lo pasaremos muy bien,

    en ese momento vi que clarita se acercaba y me sonreía…

    aurora: muchas gracias Raúl, clarita es una niña muy obediente, seguro que no te pondrá problema.

    Ya para las 8am, clarita se había bañado y yo igual, entonces le dije que saliéramos a caminar, había decidido tomarme toda la mañana para ganarme la confianza de esta preciosa. Y lo logre.

    Pasamos todo el día juntos, le compre alguna ropa y comida, todo lo que ella quería, ella se sentía muy bien conmigo y yo con ella.

    Ya a eso de las 7pm, le dije:

    yo: clarita, ya que todo el día hemos pasado juntos, que te parece si te quedas esta noche en mi habitación, allí tengo TV y aire acondicionado, además tengo muchos dulces…

    clara: bueno Raúl, vale, solo déjame que traiga ropa para dormir y cierre mi habitación.
    Yo: ok preciosa, pero no te demores,

    Clara: ya esta, deja y me cambio,

    En eso, fue al baño y cuando regreso no lo podía creer, estaba hecha un amor, además toda su ropa re dormir era muy sexy, toda pegadita al cuerpo y se le marcaba el calzoncito de colegiala.

    yo: clarita, estas preciosa, bueno mi amor, me voy a bañar,

    En eso me comencé a desvestir enfrente de ella,… parecía que ella tenia pena que yo hiciera eso enfrente de ella, pero yo solo me quede en calzoncillos y me puse la toalla, y me fui a bañar.

    Cuando me termine de bañar tenia una erección increíble, y no se me pasaba, entonces decidí ir así donde clarita, claro que con los calzoncillos puestos y decidí ver que reacción tomaba ella.

    yo: hola mi amor, ya me bañe, tenia mucho calor….

    ella se me queda viendo el bulto que tenia debajo del calzoncillo y me dijo

    clara: vaya, pero parece que sí tenias calor

    yo: porque lo dices clarita.

    Clara: no por nada, olvídalo.

    En ese momento supe que ella lo decía por lo que había visto mi bulto,… ahí comencé a hablarle de sexo y a preguntarle que sabia ella sobre el sexo y me dijo que en el colegio le habían enseñado algo y que una amiguita suya había llevado una vez una revista al colegio y había visto hombres desnudos ahí. Yo para ese momento seguía con mi erección que no se me quitaba, cada vez era mas fuerte, casi me dolía la verga.

    yo: bueno preciosa pues mira que no se me ah quitado el calor, y además es que tú eres una nena muy preciosa, mira como me has puesto.

    Clara: si Raúl, pero disculpa, no era mi intención ponerte así.

    Yo: por el contrario clarita, antes me gusta estar así… haz visto algún pené antes en vivo?
    Clara: no, no lo eh visto.

    Yo: bueno mi amor, te voy a mostrar el mío, yo creo que tu ya estas en edad de saber mas cosas acerca del sexo, además por lo que veo ya estas suficientemente desarrolladita y hasta podrías empezar a practicarlo, ya te viene la regla verdad?

    Clara: si, hace 6 meses que me vino por primer vez.

    Yo: bueno clara, entonces dime si quieres ver mi pene.

    Clara: este no se… mmm…. bueno dale, muéstramelo.

    Yo: bueno clara, pero sabes, a mi también me gustaría verte, porque no se quitas algo de ropa,

    La niña accedió y se quito la camisetita, y al short de dormir, parecía que me hacia caso en todo…

    yo: clarita, mi amor, date una vuelta, eres preciosa, tienes un cuerpo muy bonito.

    Clara: gracias Raúl, bueno ya cumplí mi parte del trato, ahora te toca a ti.

    Yo: esta bien clarita, me voy a desnudar

    En ese momento me quite los calzoncillos y vi como la niña clavo su mirada en mi pene, como que no podía creer que los hombres tuvieran algo tan grande, en ese momento me quedo una imagen guardada en mi mente y fue ver como estaba yo desnudo con una nenita de 12 años que solo tenia puesto un calzoncito blanco.

    yo: como te parece mi pene clara?

    Clara: es grande, muy grande, no pensé que un pene fuera tan grande.

    Yo: pues así es mi amor, y este es el que te va a dar placer durante toda la vida, bueno mi amor, creo que es hora de que seas una mujer…

    Clara: como? A que te refieres?

    Yo: mi amor es que me gustas mucho y me gustaría acostarme contigo.

    Clara: nooooo, como se te ocurre, yo estoy muy pequeña para andar en esas, además ya es demasiado que este casi desnuda aquí contigo.
    Yo: no estas muy pequeña, además mírate, ya estas desarrolladita,

    Clara: definitivamente no.

    En ese momento me hice el que tenia mal genio y le dije que se fuera de ahí y que le diría a su mama que me había desobedecido y que se había portado mal, y afortunadamente mis palabras surgieron efecto en la nena.

    clara: nooo, por favor no le digas a mi mama, se pondrá de mal genio y me castigara.

    Yo: entonces tienes que hacer lo que yo le diga, sin reclamar, esta claro?

    Clara: esta bien, lo haré, pero es que a una amiga la violaron y ella me dijo que le dolió muchísimo.

    Yo: no te preocupes clarita, no te dolerá, solo un poco al principio pero nada mas. Bueno basta de charla, quítate el calzón.

    Clara: esta bien.

    Yo: ahora ven, acércate a mi

    En ese momento empecé a manosear a clarita, le cogía duro sus senitos, se los apretaba, le cogía la cola, se la masajeaba, me estaba dando un banquete con esta neta.

    yo: clarita, ábrete las piernas que te voy a ver como tienes ahí abajo

    clara: ok Raúl, pero ten cuidado por favor.

    Yo: mmm clarita, eres muy bonita….

    Le vi esa conchita ni un pelito, toda rosadita, preciosa, además se veía muy estrecha, se la abrí con los dedos un poquito y le lamí el botoncito del clítoris, ella se estremeció y lanzo un pequeño grito, yo seguí lamiéndole su conchita, después de unos 5 minutos, note que clarita ya estaba algo caliente…

    yo: bueno clarita, ahora quiero que te arrodilles y cojas mi pene en la mano,

    clarita: Cómo, así??
    Yo: sii clarita, ahora mueve tu mano adelante y atrás, con fuerza.

    mmmmm…. eso mi amor, así….. ahora quiero que chupes mi pene, como si fuera un helado.

    clara: pero no se, me da asco hacer eso,

    yo: bueno clara entonces dejemos así y mañana mismo hablo con tu mama sobre lo sucedido.

    Clara: nooo Raúl, perdóname, esta bien, te lo chupo, mira, mira como lo hago, te gusta, te gusta…

    En ese momento no podía del placer que estaba sintiendo, pero tenia que controlarme y ser fuerte para que ella quedara totalmente doblegada ante mi.

    yo: no clara, ya no te creo, hace un rato me dijiste que hacías lo que y quisiera y mira que no has cumplido, creo que lo mejor es que hable con tu mama.

    Clara: no Raúl, por favor no, te lo pido, te juro que ahora voy a cumplir todo como quieras, dime no mas que quieres que haga…

    Yo: esta bien clara, pero es la ultima oportunidad…. bueno, entonces chápame el pene… mete lo mas que puedas en tu boca, hazlo como si fuera una paleta.

    En eso la niña se metió mi palo en su boca y comenzó a chaparlo, inexpertamente, pero lo lo hizo.

    yo: para clarita, ahora quiero que te acuestes boca arriba, con la cabeza en la esquina de la cama, deja la cabeza en el aire, pero quédate boca arriba,

    clara: como?, así?

    Yo: si mi amor, ahora pon esta almohada debajo de tu espalda, es para que quedes un poco mas elevada, ahora me voy a meter mi pene en tu boca, en esta posición te podrás meter un pedazo mas grande ok?

    Clara: ok, esta bien.

    En ese momento le cogí la cabeza a la niña con una mano y la otra mano se la puse sobre la garganta, a fin de poder tener control sobre las embestidas que le estaba dando por la boca a esta clarita. Después de un rato de mete y saca sentí que ya estaba cerca de venirme, entonces comencé a metersela mas rápido y fuerte, parecía que ella no podía respirar bien,
    pero mi excitación era mas grande

    .yo: ahiiiiiiii clara mi amor, eres estupenda….. siiii.. siiiiiiiiii…. ahhhhhhhhhhggg… ahhhhhhh, me vengo mi amor , me vengo….. aaaahhhhh ahhhhhhhhg……

    en ese momento me vine, y le inunde la boca de mi leche bien caliente, en ese momento le saque el pene de la boca y me tire sobre la cama

    clara: Raúl, que fue lo que me hiciste, me orinaste en la boca, guacala,

    yo: jajaja, no clarita, no te orine, eso blanco es mi leche, bébela, no la botes, eso te hará mas bonita cada día

    clara: pero sabe raro, parece como avena, pero no sabe muy bien, pero bueno si tu me dices que me hará bien entonces la tomare…

    en eso, clarita trago el semen que le quedaba en la boca y de chupo los dedos que también los tenia untados…

    clara: oye Raúl, pero yo creía que tener sexo era otra cosa…

    yo: claro que si es otra cosa, es decir, son mas cosas, es que hasta ahora estamos empezando, ahora si te vas a convertir en una mujer de verdad, ahora te voy a meter el pene por tu vagina clarita.

    Clara: quee?? Pero es muy grande, no creo que entre Raúl, en serio, no creo que entre nunca por ahí,

    Yo: no te preocupes clarita, si entrara, pero primero debo estimularte y para eso necesito que te abras de piernas otra vez,

    Clara: esta bien

    En eso la nena abrió las piernas de nuevo y comencé a lamerle la conchita, estuve ahí lamiéndole hasta que empecé a notar de nuevo sus gemidos, le pregunte si le gustaba a lo que me respondió que si, seguí así hasta que la nena grito tanto que me di cuenta que estaba teniendo el primer orgasmo de su vida, entonces en eso ella me dijo que se sentía muy bien, ya para ese momento me di cuenta que su paginita algo se había dilatado, para ese momento mi pene ya estaba duro de nuevo, como una roca.

    ­yo: bueno clarita, muerde este pañuelo, si te duele mucho entonces muerde el pañuelo duro
    que esto te calmara un poco el dolor

    clara: esta bien, pero ten cuidado por favor, no me lastimes.

    Yo: tendré cuidado.

    Le puse mi pene en la punta de la vagina y empecé con un pedacito, solo le metí la punta, pero me di cuenta que era muy estrecha, yo gozaría mas, pero de seguro a ella también le dolería, cada vez que le metía y le sacaba el pene, la nena gemía, y cerraba los ojos, parece que era una mezcla de dolor y placer, estaba yo bombeándola a un solo ritmo cuando de repente la embestí de una sola vez, le metí mis 18 cms de verga y clarita grito de dolor

    clara: ahiiiiii sácamela, por favor, me duele, no me hagas esto.

    Yo: muerde el pañuelo clarita, esto solo durara un segundo.

    Clara: nooo, me duele ahiii, Raúl, me duele…

    Yo no prestaba atención y la seguía bombeando, me di cuenta que comenzó a salir sangre del himen roto de la nena, yo estaba feliz porque sabia que ya estaba desvirgada. Después de un rato de mete y saca, la niña se transformo, sus gritos de dolor se transformaron en gritos de placer,

    yo: aun te duele clarita?

    Clara: no, sigue que ya me siento mejor.

    La cogí a toda velocidad, era increíble, y después de un rato me vine, pero esta vez lo hice un su conchita, la niña al ver la lecha intento acogerla con los dedos, pero le dije que la dejara ahí ya que esta estaba revuelta con sangre, en ese momento ella se asusto y vio que había botado sangre por su vagina, en ese momento le explique todo acerca del rompimiento del himen… ella comprendió y pareció tomarlo de forma natural, la invite a que nos bañáramos, para ese momento eran como las 2am, así pues, nos dirigimos al baño y nos duchamos, ella se limpio bien y yo hice lo mismo, al rato volvimos a la cama, pero nos acostamos desnudos, ella se acostó boca abajo dejándome ver su linda cola

    yo: que te ah parecido todo clara?

    Clara: bien Raúl, me dolió mucho apenas me la metiste toda pero a la final ya no me dolió y me gusto mucho
    Yo: me alegro mi clarita, me alegro que te haya gustado.

    Clara: también me asuste un poco cuando me lo metiste por la boca porque casi no podía respirar.

    Yo: lo siento clarita, no era mi intención, a la próxima tendré mas cuidado.

    Clara: oye Raúl, mira, ya tienes tu pene otra vez duro!

    Yo: ahii si clarita, es que tu me tienes loco, que te parece ti tenemos relaciones otra vez, tenemos que aprovechar porque tu mama llega mañana y quien sabe cuando podamos volver a estar juntos…

    Clara: esta bien Raúl, será como tu quieras.

    Yo: bueno clarita, ahora quiero que te pongas en 4, como si fueras a gatear…

    La niña obedeció y esta vista fue increíble, no podía creer como una nena de tan solo 12 años se podía ver tan mujer cuando estaba en 4, en ese momento me la comencé a coger por la conchita, ella gemía y gemía de placer, pero que creen, en esa posición el precioso ano de esta nenita estaba que me decía que me lo comiera, además era hasta bonito, era como rozadito, y como estaba recién bañado, no tenia mal aspecto, en ese momento decidí untar algo de crema para la cara en mis dedos y comencé a untárselo a ella en el ano, ella no preguntaba nada, sol gemía… de un momento a otro decidí sacársela de la vagina y sin decir nada, le metí la cabeza de mi pene en el ano, este puso harta resistencia, pero gracias a la crema, entro, ella volvió a gritar, pero yo le dije que se callara y disfrutara, que eso hacia parte del sexo, ella no hizo mas que meter la cabeza entre las cobijas , en eso yo la seguía embistiendo por su culito, era preciosa esta imagen, una pequeña de 12 años siendo desvirgada por el la vagina y por el ano, todo en una misma noche, que aguante el de esta nena, y lo mejor es que se aguantaba el dolor y no lloraba.

    ­yo: que rica estas clarita, que rica, ohh siiiii

    clarita: ahii, me duele, acaba rápido, por favor me duele estoo… ahiii…

    yo: ya casi mi amor, ten paciencia,… ahhhh

    yo: Ho siiii, ohhhhhh siiii…. ahhh me vengo, alista tu boca clarita,

    En ese momento la nena abrió su boca y yo saque mi pene de su ano y me vine a chorros en su boca.
    yo: oh clarita, que rica eres mi nena

    clara: oye si te diste cuenta lo que hiciste, me la metiste por donde no era, me la metiste por donde …… bueno ya sabes que…

    yo: no te preocupes clarita, yo se por donde te me ti mi pene, es que por ahí también se les puede meter el pene a las mujeres, algunas llegan a disfrutarlo mucho.

    Clara: bueno yo no se, pero mira, me dejaste abierto ahí atrás, me da miedo

    Yo: no te preocupes, mañana cuando te bañes con agua fría el ano vuelve y se te cierra, y quedas como antes,

    Clara: eso espero porque mira, además me quedo doliendo,

    Yo: créeme que mañana estará cerrado, además por ahí en un tiempo no sentirás dolor, todo estará bien…. bueno clarita ahora si tenemos que dormir porque ya esta tarde.

    Clara: esta bien, es cierto, ya es tarde.

    En eso la nena había comprendido muchas cosas, tanto asi que después de vestirnos para acostarnos, ella me dio un beso en la boca, era el beso de las buenas noches, ella había comprendido que era algo asi como “mi mujer”…. eso me alegro mucho.

    Al día siguiente al levantaros hable con clara y le dije que no podía hablar de lo sucedido con nadie, que seria un secreto de los dos, porque sino ella iba a tener mas problemas que yo, ella me dijo que perdiera cuidado, que ella no le comentaría a nadie, entonces me dijo que éramos, yo le dije que éramos novios, pero que desafortunadamente yo tenia que volver esa tarde a bogota así que no la podía ver tan seguido, solo cada vez que fuera con mi papa, ella supo comprender, con algo de tristeza pero comprendió.

    A eso del medio día, llego la señora aurora, me pregunto que tal se había portado clara, yo le dije que muy bien, luego le pregunto a clara que como la había pasado conmigo a lo que ella respondió con una sonrisa y dijo que había estado muy contenta. Ya en la tarde llego mi papa y nos marchamos a bogota,

    Ahora voy como cada dos meses a visitar a clarita y siempre tenemos sexo, ella parece que esta muy enamorada de mi, y bueno, hoy en día han pasado mas cosas, resulta que clara cometió el error de comentarle a algunas de sus amigas sobre las cosas que hacemos y bueno eso ah pasado de ser un error a ser algo muy bueno, ya se imaginaran porque. Si, lo que pasa
    es que ahora no mantengo relaciones solo con clara sino con otras niñas del pueblo, pero eso se los contare en otro relato.

    Espero que les haya gustado este relato, la verdad es la primera vez que escribo algo asi por que no me había animado a contar, de pronto por miedo a que me descubrieran, pero pienso que seria egoísta de mi parte no comentar lo que eh vivido.


    Fin

    Las niñas de mi tesis, relato erótico en blogSDPA.com

    Las niñas de mi tesis, Parte 04 (de DagonX)

    28 de enero de 2025 en Relatos SDPA, Jovencitas

    Esta publicación es la parte 3 de un total de 4 publicadas de la serie Las niñas de mi tesis

    El agua que caía de la regadera sobre mi estaba fría, debía estarlo para despejar mi cabeza y enfriar mi cuerpo, cada gota que caía en mi piel se llevaba consigo el aroma de la niña a la cual había estado acosando durante las últimas dos semanas, luego de haber saciado mis deseos más bajos con ella ahora solo había paz en mi interior. Con el agua golpeando mis rostro y aclarando mis ideas me puse a pensar en lo que había ganado y lo que había perdido con aquel asalto, sin duda alguna era una situación cincuenta y cincuenta, por un lado había obtenido una maravillosa niña dispuesta a hacer todo lo que mi cuerpo salvaje desee hacer con ella, pero por otro lado también había perdido otra magnifica niña que pese a no ser tan puta y directa como la anterior, era inocente, angelical y por sobre todo virginal. Los minutos pasaban y en mi mente se habría el debate sobre estas dos niñas que habían aparecido en mi vida hace tan solo pocos meses, debía conformarme con una o quizá debería obtener a ambas; la opción más simple sería la primera ya que prácticamente el terreno estaba todo explorado y no hacía falta esforzarse en lo más mínimo, pero algo muy dentro mío me decía que no podía dejar a la pobre Belén a medio camino, había iniciado con ella y con un carajo debía terminar con ella.

    – No se diga más. – Apague rápidamente la regadera y me dirigí apresurado a mi pequeño cuarto, era hora de trazar un nuevo plan para mi tesis secreta.

    Luego de haberme venido dentro su pequeño cuerpo y acabar completamente agotados sobre el piso alfombrado de su habitación, fijamos con Samantha algunos horarios y días para vernos y así continuar con las sesiones de sexo salvaje que al final parecían haberle gustado. Hoy era uno de esos días, llevábamos ya una semana y media de encuentros de todo tipo, prácticamente en cada sesión que teníamos lo habíamos estado haciendo en un cuarto distinto de su casa y en diferentes poses para variar, hoy tocaba el baño, mientras se iba desnudando me iba contando que su estúpido hermano ya empezaba a sospechar de nosotros ya que había veces que el no quería salir a jugar al internet por las tardes y prefería quedarse en la casa para mirar caricaturas o jugar su PlayStation, por lo cual nuestros encuentros en esta casa solitaria estaban casi llegando a su fin, de verdad que lo niños entrometidos son una molestia, puso una carita triste mientras se quitaba lentamente las braguitas naranjas que llevaba aquel día.

    – Que hacemos Javi, yo no quiero que nuestras citas acaben, no podemos ir a tu casa?

    – Mmmm eso va a ser difícil como te dije mi casera es una amargada que no sale de esa casa para nada, pero tu tranquila ya pensare en algo, te prometo que nuestras sesiones no van a acabar. – diciendo aquello la tome de la mano y la jale hacia mí, la bese desesperadamente mientras mis manos rodeaban sus nalguitas redondas y las apretaban como locos, ella mientras tanto instintivamente arañaba mi espalda con sus uñitas y me sujetaba fuertemente como pidiendo que no la deje sola.

    – Javi, Javi, rápido… rápido… humm, ahhh.

    -Samy, nunca te voy a dejar sola, eres mía… si, eres mía…

    La levante del suelo mientras nos besábamos y ella entrelazo sus piernas a mi cuerpo mientras la sostenía en el aire, me rodeo con sus brazos y clavo nuevamente sus uñas en mi espalda, ese gesto hizo que mi miembro se pusiera duro y rosara ligeramente su vaginita y anito, como intentando descifrar a cual de esos hoyitos incrustarse, lamentablemente su padre aun no la había cogido analmente por lo cual yo tampoco podía, esto era uno de los pequeños problemas de ser el amante secreto pero bueno nada es perfecto en estos días, además no es que yo sea un fanático del sexo anal, por mi preferiría evitar esa situación a como dé lugar. Dirigí con una mano mi pene erecto y se la incruste de un solo golpe en su vaginita, eso hizo que Samantha abriera los ojos como platos, soltara un gemido y que su cuerpo se sacudiera violentamente, permanecí así abrazado a ella unos segundos hasta hacerla acostumbrar al pedazo de carne que invadía el más íntimo rincón de su cuerpo y entonces empezó a balancearse sobre mi miembro duro de manera lenta y torpe, sus frágiles impulsos sobre mi verga no eran del todo satisfactorios y claramente podía notar que las fuerzas habían abandonado su cuerpo y solo se concentraba en aferrarse a mí con lo que le quedaba, al percatarme de ello deje de sostenerla por la espalda y rápidamente la tome de sus nalguitas y empecé a levantarla de a poco sacándola de mi pene hasta cerca de la punta para luego de golpe dejarla caer sobre él lo que la hizo gemir con más fuerza aun, el oír esos gemidos tan cerca de mí me lleno de lujuria y seguí procediendo con aquel movimiento, la subía y la bajaba una y otra y otra vez hasta por fin agarrar ritmo.

    Mi pene llegaba hasta lo más profundo de su interior, golpeando sus paredes y dejando salir sus fluidos con cada embiste los cuales iban cayendo al suelo de azulejos blancos sobre el que nos encontrábamos, mientras Samantha no paraba de gemir y llorar yo me concentraba solo en perforarla cada vez más y más rápido haciendo que nuestros cuerpos produzcan ese peculiar sonido de choque piel con piel, los gemidos seguían cada vez más ahogados y desesperados mientras su rostro pedía a gritos que acabara de una vez por todas con el placer que cada embiste provocaba en su interior, ya estaba en mi limite y mientras aumentaba la velocidad en mis caderas y me preparaba para lanzar mi liquido ella lanzaba un último grito de placer mientras sentía como su interior era llenado por el blanco semen espeso que salía de mi miembro endurecido el cual iba perdiendo su firmeza luego de cuatro disparos certeros dentro su pequeño cuerpo.

    – huuh, huhhh, huhhh, huuhhh, ahhhhhh, Javiiiiii, Javiiii, huhh mi cu… mi cuerpo, haaaahh, mi cuerpo.

    -Huhh, haah, que pasa Samy estas bien.

    – Si es solo…. Solo… que hace ratos que… no lo hacíamos tan… tan salvaje, huhh huhhh

    – Ahh bueno no me asustes así, pensé que te había hecho daño, tú eres mi putita después de todo, no puedo dejar que te hagas daño mi niña preciosa. – Acerque mis labios a los suyos y la bese para calmarla un poco, luego bese su delicado cuello y por ultimo sus pezoncitos rosados, los cuales saboree con mi lengua mientras ella reía por las cosquillas que le provocaba y la reponía lentamente del orgasmo salvaje que había sufrido.

    Quince minutos después, nos encontrábamos en la tina que había en el baño la cual habíamos llenado de agua y perfumado con sales, era una escena muy romántica a comparación de la anterior, la tenía entre mis brazos y jugaba con sus cabellitos rubios mientras ella solamente apoyaba su cabeza en mi pecho oyendo los latidos de mi corazón, fue ahí cuando decidí poner mi segundo plan en acción, si quería recuperar a Belén, Samantha tenía que darme una mano, pero el saber que quiero a otra niña en nuestras sesiones a parte de ella tal vez la coloque de mal humor, y quizá termine mandándome al carajo por completo acabando así con nuestro relación, ese sería quizá el escenario más pesimista de mi plan pero no habían más opciones, tenía que soltar este tema cuando ella estuviera más calmada y con la guardia baja, justo como ahora.

    – Samy ya casi es hora, no crees que ya deberíamos salir de esta tina.

    – Hauhh, no quiero salir de acá, contigo la paso de maravilla siempre, no como con mi papi, con el encima mío no siento casi nada, creo que él también se está empezando a dar cuenta de esto y se pone más violento cada vez, ojala se muera.

    – Oye no digas eso, además solo tienes que aguantarlo unos meses al año luego se regresa a los campos petrolíferos verdad? La vida de un ingeniero sí que es dura, de seguro esos meses del año apartado de ti lo ponen como loco jajaja.

    – mmm si tienes razón, pero igual aun cuando se vaya mientras no consigas otro lugar nuestras citas serán cosa del pasado. Vaaamoooos déjame ir a tu casa esa vieja de seguro ni cuenta se da.

    – Ehh pues con los gritos que pegas cada vez lo dudo, por el momento sigamos normalmente con nuestra rutina semanal, ya cuando todo se empiece a poner difícil de seguro habré conseguido otro lugar para poder vernos, te lo prometo Samy.

    – Esta bien, confío en ti… confío en ti.

    Ni bien había acabado de decir esa frase se levantó de mi lado y se puso encima de mí abriendo sus piernas y dejándose caer en mi pene que se encontraba descansando bajo el agua perfumada, empezó a frotarse sobre el con su vaginita mientras sus pequeñas manos masajeaban sensualmente mi pecho, poco a poco mi fiel amigo iba endureciéndose con el roce de su diminuto cuerpo e iba golpeando su vientre bajo el agua que nos cubría, la tome gentilmente entre sus brazos y la levante para nuevamente encajarla violentamente sobre mi miembro endurecido, con cada penetrada la llenaba no solo con mi pedazo sino también con el agua que nos rodeaba, la sensación era indescriptible, sus labios vaginales eran más suaves y mi pene se deslizaba dentro de ellos como nunca antes, sentía que podía estar así todo el día sin cansarme. Por otro lado Samantha estaba totalmente perdida en el placer sus ojos desorbitados y su boquita totalmente abierta jadeando como perra en celo, era el momento para actuar, sentía que si le pedía cualquier cosa en este preciso instante de pasión ella no se negaría, comencé a acelerar mis movimientos y a acariciar nuevamente sus pechitos para llevarla más rápido a su clímax.

    – Samy, Samantha, ahhh… mi putita.

    – Javi, Javi… ahhh sigue, más rápido… rápido, ya casi… ahhh… ya casi.

    – Samy, uhhh, puedes hacerme un favor, huhh… hazme un favor.

    – Nhhh, que Javi… dime… dime rápido.

    – Uhh ayúdame… ayúdame con otra niña… Samy ahhh… ayúdameee.

    – Huuahh, otra?… ahhh… que niña, cual niña…. Haahh.

    – La pequeña de a lado, llevan el mismo uniforme, de seguro se ven en la escuela todos los días… ayúdame, no… ayúdala a unirse a nosotros, yo sé que tú puedes, tu eres la mejor, Samy, eres la mejor…uhhh ya… ya me vengo.

    – Nuooh, nooo, aun no… no… noo… uhhhh… Javi… ahhh…me vengo ahhhhhh. – su grito me lleno de tanto placer que yo también acabe junto con ella inundándola nuevamente con el líquido blanco en su interior.

    Totalmente agotada se tendió sobre mi mientras regulaba de a poco su respiración con la mía, me miro con sus ojos celestes e hizo una mueca de satisfacción.

    – Ahh Javi y pensar que quieres hacer esto con otra niña a parte de mí, que no soy yo suficiente para ti?

    – Hay que probar de todo en esta vida Samy, además con otra niña más podríamos probar otro tipo de juegos más atrevidos. No te pica la curiosidad.

    – Jajaja, es lo más gracioso y tonto que has dicho desde que te conocí Javier….- su rostro alegre se puso serio y me miro profundamente con sus ojos celestes, penetrando mis pensamientos en busca de algún instante de duda pero yo estaba firme con mi posición, necesitaba acabar las cosas con Belén, al ver que mis intenciones de atrapar otra niña eran genuinas volvió a poner su gesto alegre mientras aun me miraba con esos ojos celestes tan hermosos que tenía.

    – Haaay Javi, bueno, supongo que el tenerte solo para mí no era del todo justo por así decirlo, después de todo tú también me compartes con mi papi. Así que… supongo que convenceré a la tonta de a lado a unirse a nosotros.

    – Samantha… . – ni bien acepto mi propuesta la abrace lo más fuerte que pude y la bese por toda su carita haciendo que ella se sonroje un poco, en verdad esta niña era la mejor.

    Habíamos quedado con Samantha nuevamente esa tarde, ya había pasado un mes desde que ella se había hecho amiguita de Belén con la que pese a ser vecinas y compañeras de escuela, se encontraban en clases y mundos distintos. Una era vivaz y alocada mientras la otra era inocente y torpe; para que el plan función le había contado a Samantha mis experiencias previas con la pequeña Belén, lo que la hizo poner furiosa, pero nada que una cogida salvaje no pudiera arreglar.

    El plan era simple, como Samantha ya sabía que Belén prácticamente había sido manoseada por mí, ella le diría que también practicaba ese tipo de juego con un “amigo” y que juntos hacían todo tipo de cosas divertidas aparte del pequeño juego que le había enseñado, obviamente ella no le diría que ese “amigo” era yo, después de tanto tiempo de haberla abandonado de seguro el escuchar mi nombre la pondría a la defensiva y la desanimaría a probar esos otros jueguitos. Día a día Samantha iría mostrándole a Belén videos nuestros que habíamos grabado para la ocasión, donde se mostraba solamente la cara de Samantha toda alegre chupando desenfrenadamente mi verga dura o también siendo penetrada en posición de perrito igual con una expresión de felicidad. Por lo que me contaba Samantha la expresión de la inocente Belén era de asombro y curiosidad, ella se había encargado todo este tiempo de lavarle el cerebro a la inocente niña y hacerla creer que este tipo de juegos era del todo normal, siempre y cuando sea con la persona correcta, en este caso yo. Varias veces Belén le había pedido que la presentara a mí, al parecer el jueguito de dedos con la que la inicie la había vuelto adicta y había intentado varias formas de replicar el placer que mis dedos le daban pero ninguna era del todo satisfactoria, incluso había intentado hacerse amiguita de otros hombres pero estos la mandaban al carajo y la hacían reprender con su madre, claramente estaba desesperada por volver a sentir ese hormigueo en su interior. El plan había funcionado y Belén estaba ahora mentalmente lista para lo que iba a hacerle si es que volvía a aceptarme en su vida, era tiempo de volverme a reencontrar con mi primer amor.

    Me encontraba en la casa vacía de Samantha sentado en las gradas a lado de su habitación, ella se encontraba afuera guiando a la pequeña Belén hacia mí, ese era el día, el día en que iba a presentarle a su preciado amigo de juegos, el que iba a volver a hacerla sentir en la nubes, el que iba a enseñarle los juegos restantes que su anterior amigo no le había enseñado. Ahí sentado la duda y el remordimiento empezó a invadir mi cuerpo, sería capaz de volverla a ver a los ojos? Acaso volvería a confiar en mi después de haberla ignorado todo este tiempo? Que es lo que pensaría de mi al enterarse que la había cambiado por esa niña rubia de ojos celestes, quizás el poco afecto que aun guardaba muy dentro suyo hacia mi desaparecería por completo. Las voces se acercaban de a poco, se encontraban a unos metros de mí detrás de la puerta principal, me puse de pie y me dirigí despacio al cuarto de Samantha, justo cuando ambas niñas entraban a la casa vacía, Belén miraba asombrada la enormidad de la casa que la rodeaba, mientras Samantha la dirigía hacia su habitación, lugar en el que yo me encontraba, mi corazón latía rápidamente, como reaccionaria al verme, como reaccionaria al enterarse que el amiguito de esos videos eróticos con esa niña rubia era yo. La puerta se abrió y ahí aparecieron ambas.

    – Javi, ya llegue, traje a la amiguita de la que te había hablado. – todo esto era parte del pan, ella debía fingir que no sabía absolutamente nada sobre nosotros.

    – Javi??? Que haces… que haces acá, porque estas acá.

    -……………………..

    – Javi????

    – ……………………….

    – CONTESTA!!!!!

    – Ara, ya se conocían? Debiste haberme dicho antes amorcito, no me gusta que me guardes secretitos amorcito. – Ok, eso no era parte del plan maldita Samy, con esas frases cariñosas vas a hacer que Belén se altere más, carajo, se supone que debías quedarte callada y esperar que yo haga las negociaciones.

    – Como que amorcito, eres su novio? Javi habla, creí que yo era tu noviecita… todo este tiempo… todo este tiempo que no me visitabas, todo este tiempo… yo estaba esperando… esperando…snif, snif… y vos estabas aquí, con esta… con esta zorra. BUAHHH. – Sus palabras y lágrimas cortaron mi alma y me desgarraron por completo, que idiota fui, aparecer de la nada a lado de otra niña, Belén lloraba tendida en el piso mientras Samantha la veía desde arriba con una mirada burlona, y yo aquí sentado sin hacer nada, como todos estos meses, había sido un cobarde todo este tiempo, era hora de arreglar lo que había dañado.

    – Belén, Belencita, no llores, ven, todo es culpa mía. – Me acerque hacia ella me puse de rodillas y trate de secar sus lágrimas con un pañuelo que tenía en el bolsillo, pero inmediatamente ella alejo mi mano de su rostro violentamente y me miro con furia.

    – No me toques, ya… ya no quiero nada de ti… nada me oyes… déjame… déjame ir. – Intento zafarse de mis manos que la sostenían fuertemente para evitar que huyera e hiciera un escándalo aún mayor.

    – No Belén escucha… escucha lo que tengo que decir… perdóname… perdóname por haberte abandonado así de la nada, perdóname por haberte cambiado por otra, no me di cuenta, que estaba haciéndote daño solo por satisfacer mis propios deseos y hacer a un lado los tuyos, fui egoísta y merezco que me odies, en cuanto a Samantha ella… ella no es tu. Nadie podrá llenar el espacio que abriste en mi vida con tus brincos alegres tus juegos infantiles y tu mirada inocente… esa mirada inocente. – Me miro con los ojos llorosos, y vi como lentamente su rostro dibujaba una leve sonrisa.

    – Snif, eres un tonto.

    – Sí.

    – Egoísta.

    – Sí.

    – Infiel.

    – Jeje, sehh.

    – Pero aun así… aun así, para mí, sigues siendo mi novio.

    – Y tu Belén, para mí siempre serás mi noviecita, la que siempre quise. – La solté despacio y acerque sus labios a los míos, y nuevamente dos meses y medio después de nuestro último encuentro volví a probar el sabor dulce de su boquita y nuestras lenguas volvieron a cruzarse entre si tal como le había enseñado, nos pusimos de pie y ella entonces fijo su atención en Samantha que había estado totalmente callada todo este tiempo.

    – mmm si yo soy tu novia… entonces que es ella para ti Javi. – dijo señalando a Samantha

    – Juh niña tonta… para que sepas yo soy su puta. Que es mucho mejor que ser una cursi y boba novia como tú, verdad Javi? . – se acercó a mí y me rodeo con sus brazos haciendo a un lado a Belén que nos veía celosamente.

    – noohh, Javi es solo mío, suéltalo.

    – aaayy no me jales el cabello boba.

    – Ya niñas calma, calma, hay bastante Javier para las dos.


    Continuará

    Su primer trio a los cuatro años, relato sdpa en blogSDPA.com

    Su primer trío a los cuatro años

    27 de enero de 2025 en Sexo en grupo, Relatos SDPA, Jovencitas, Violacion

    1996, es la historia de Naty una zorrita de 4 años en aquel entonces, estaba en la playa visitando a mi sobrino de 19 años que le encanta violar pequeñas rajitas extranjeras, tenía un bote donde llevaba a turistas de isla en isla, me lo encontré en el puerto esperándome ya con una regalo de bienvenida una nena de 4 años dormidita en los asientos de su lancha.

    Con rumbo a mar abierto tenia a la zorrita bien sedada sobre mis piernas mientras que una de mis manos dentro de su calzoncito de ositos se dedicaban a dedear su rajita reventando su diminuto himen, humedeciendo y estirando su rajita con su sangre, mientras que con la otra sostenía su cabeza metiendo mi lengua en su boquita dándole su primer beso dejando en su boquita de bebe el sabor de mi saliva.

    Ya con tres dedos ensanchando su recién estirada rajita, saque mi verga y la puse entre sus piernas atravesando su calzoncito embarrándola de sangre y líquidos que salían de su rajita, la tenía dura e hinchando ansiosa de penetrar el útero de la pequeña zorrita en mis piernas, escupí sobre mi verga untándola bien de saliva, baje sus calzoncitos y empecé hacer presión en su apretadita vagina obligando sus labios a estirarse hasta desaparecer su clítoris para poder aguantar el calibre de mi glande, tenía totalmente rojos sus estirados labios, su clítoris era imperceptible, la estreches de sus paredes trataban de acostumbrarse a mi glande me excitó tanto que expulse mi primera corrida llenando su pequeña vagina de 4 años con los primeros espermas de adulto sin dejar escapar nada, con la ayuda de mi esperma empuje mi pene metiendo lo más posible hasta topar con la entrada de su útero y con mucha fuerza empuje haciendo ceder su cuello uterino aceptando mi glande en su interior de su estrecho útero, mi sobrino me vio y sacando su ya hinchada verga se la metió en la boca a la nena tomándola de la cabeza empezó a meter y sacar de su desmayada boca dándole su primera lección de sexo oral, mientras que yo disfrutaba como su útero y vagina se adaptaban a mi verga.

    Después de un rato mi sobrino le dio a probar el sabor del esperma, tapándole la nariz y con una verga en la boca la hizo tragar su corrida, me pare y sacándole mi verga la voltee dejando su culito al aire libre disponible a mi sobro el comenzó a saborearle su cerrado hoyito, mientras que volvía a enterrarle mi hinchada verga hasta el fondo de su útero lleno de esperma, dejándola empalada, todo su peso sobre mi verga y su estreche era el cielo.

    Mi sobrino no tardo tanto pues separando sus nalguitas comenzó hacer presión en su apretado culito y sin parar hiso devorar al culito de la nenita toda su verga invadiendo su intestino, una pequeña zorrita de 4 años sedada en su primera doble penetración suspendida en el aire, en su culito la verga de mi sobrino hasta el fondo y en su vagina mi verga invadiendo y deformando su útero, el salía yo empujaba y cuando yo salía el empujaba, en un doble bobeo a sus ya estirados y lubricado hoyitos rellenándoselos de esperma que con cada embestida salía de sus orificios escurriendo por sus piernitas güeras manchando su ropa y haciendo un pequeño charco de sangre, esperma y jugos vaginales.

    Mi sobrino aburrido puso sus manos en la pequeña zorrita y alzándola le saco de su interior las dos enormes vergas aun deseosas de su interior, por sus piernas escurría una enorme cantidad de esperma provenientes de sus orificios, mi sobrino volteo a la niña cambiando de orificio, tome sus nalguitas blancas y abriéndola comencé hacer presión con mi anchado glande y sin mucha resistencia comenzó a entrar mi morena verga en el interior de su blanco culito y sin percibir mucha resistencia puse mis manos sobre sus delicados hombros hice más presión hasta que mi testículos pegaron a sus piernitas enterrándole toda mi prieta verga en su estrecho culito, mi sobrino no tardo tanto y comenzó a sobar su glande entre los rojos labios de la nena mientras ya la sostenía y empezó forzar la entrada de sus labios y sin mucho esfuerzo logro que su glande llegara al útero de la zorrita, empezando otro doble bombeo la nene comenzó a despertar y entre el sonido de nuestros testículos pegando a sus piernitas empezamos a escuchar una mescla de llantos y jadeos, sin parar seguimos arremetiendo a sus estirados ayitos cada uno disfrutando de su estreches, soltando sin parar el esperma en su interior, la niña al final perdió el conocimiento en medio del doble bombeo.

    Para el final yo y mi sobrino acostamos a la niña le abrimos su boquita rellenándola con lo último de nuestro coctel de esperma y tapándole la nariz y boca trago todo, mi sobrino la volvió a sedar limpiamos nuestra ya no tan duras vergas en su ropitas y pusimos rumbo a la playa, durante el camino la turnábamos sin dejarle descansar sus orificios la abandonamos en la playa donde la encontró y emprendimos rumbo a su casa donde nos esperaba su preñada hermana de 13 años lista para recibir la verga de su tío favorito.

    Hoy en día seguimos sin saber si la niña es de mi sobrino o mía pero sin importarnos le dimos su primer trio a los 3 años.


    Fin

    Dulce venganza, relato sdpa en blogSDPA.com

    Dulce y tierna venganza, Parte 02 (Final) (de Sol y Lucas)

    27 de enero de 2025 en Relatos SDPA, Jovencitas

    Esta publicación es la parte 2 de un total de 2 publicadas de la serie Dulce y tierna venganza

    Evelyn viene de sorpresa a pedir que cuidemos a su hija y yo aprovecho la oportunidad para llevar a cabo mí ansiada venganza.

    Después de ver a la tierna Zaira desnuda, esa nena de 5 aunque delgada y alta como una de 8, la vi y me obsesioné con poder tenerla para mí y de paso cobrarme las maldades de su mamá.

    Pasaron algunos días, mi novia la seguía cuidando, una o dos veces por semana, cuando tenía ganas. Una calurosa tarde llegue de trabajar quise meterme a la piscina ( tenemos de esas de fibra que vienen con un deck de madera externo) teníamos planeado salir a tomar algo y coger como animales. Pero al rato llega Evelyn con Zaira, venía como apurada, entró y pidió por favor a mí novia si podía cuidar a la nena porque tenía que trabajar y se le hacía tarde. No había preguntado con anticipación a mi novia, que de mala gana, igualmente no se pudo negar.

    Es decir nuestros planes de salir y coger se arruinaron. Eso no era todo, sino que mí novia chateando con otra amiga que trabaja en el mismo bar le dijo que Evelyn se había pedido el día, que le había contado que se iba a coger con un hombre que le sirvió de camarera y la invitó a su casa.

    Mí novia ardió de la ira, su amiga le había tomado el pelo, entonces la llamaba pero está no respondía. En eso le dice a la nena si se quería meter a la pile, donde yo estaba.

    Mando a la nena a cambiarse, Zaira salió con una bikini nueva color blanca que se ataba con tiritas, era muy sexy, yo ya iba sintiendo mí pene crecer un poco.

    -Andá y metete con el tío, Zairi- le dijo. Relevandome la responsabilidad… nunca fue de saber cómo entretener a un niño, ni tampoco le gustaban.

    -Voy adentro a llamar a Eve, amor. A mí no me va a tomar de pelotuda esta zorra, ya me va a escuchar- me susurró con poco cuidado de que la nena escuchara. Y se metió a la casa azotando la puerta.

    Yo por el contrario no podía estar más feliz, viendo cómo Zaira se sentaba al borde de la pileta mojándose los piecitos, con esa cara de perrito castigado que solía tener. Conmigo casi no dirigía palabra y tampoco era que nos viéramos mucho, era la primera vez que estábamos «solos» aparte de ese instante de la ducha que conté.

    -Veni Zai, metete, no tengas miedo, vení que te pongo el flota flota (cilindro de espuma).

    Se metió tímidamente y me acerqué a ella y le até el cilindro alrededor como un cinto para que la ayude a flotar. Aproveché para ponerme bien cerca de ella, tocar su cintura, su pancita. Ella se paró de nuevo en la escalinata y pude ver cómo el agua hacia traslucir su bikini blanco y se le marcaban las nalguitas y se le metían entre esa colita suave de nena. Me acerqué arrodillado y le dije

    -A ver date vuelta que quiero ver si te lo até bien al flotador- ahí con ella parada en la escalinata y yo de rodillas pude ver esos labios de conejito pegados a la bikini demasiado traslúcida para que lo use una nena (parecía lencería erótica!) La verdad es que daban ganas de comerle el sapito de lo apetitoso que se veía.

    Para que entre en confianza le propuse un juego, el clásico juego del tiburón, pero le dije que iba a ser un pulpo (así la podía tocar más)

    Entonces ella se escapa y yo la atrapaba de sus piernas y sus muslos, la abrazaba y le decía

    -El pulpo se quiere a comer está nena AAARG ! – y le mordisqueaba los bracitos la oreja mientras le manoseaba los cachetitos de la cola o rosaba su pubis con los dedos .

    -Noo pulpoo feooo soltame me haces cosquillas -Ella gritaba y se reía.

    Era realmente satisfactorio verla sonreir y escuchar su risa, me ponía feliz.

    La solté, me metí bajo el agua la tiempo la volví a agarrar, ella me dio la espalda y pataleaba intentando safarse entonces yo, viendo bajo el agua acerqué mí cara a su cola y le morsdisquie y succione un glúteo mientras la sujetaba de la cintura y posaba mi mano en su conchita. Saco la cabeza del agua y digo

    -Ammmm que nena rica me voy a comer!

    Ella se reía y decía – No me comas la cola pulpo cochino!

    -Pero es que sos una nena muy rica! Aaam- haciendo voz de monstruo.

    Luego se le sale el flotador y lo aprovecha para matar al pulpo de un golpe en la cabeza. Entonces aprovechamos para descansar, ya que a mí tampoco la verga no me daba más. Le propuse otro juego que era «la búsqueda del tesoro», consistía en tirar monedas a la piscina y el que juntara más ganaba. Ella aceptó encantada y esa seriedad predeterminada en su rostro se convirtió en una sonrisa que iluminaba todo su ser.

    Entonces entré a la casa para buscar las monedas y orinar así bajar la erección. Cuando entré me encontré con que mí novia se había dormido mirando Netflix, me dije a mí mismo, «es ahora». Agarré las monedas y no oriné en el baño sino que salí al patio. Dejé las monedas al borde de la piscina. Zaira estaba sentadita como esperándome. Me vió y la ví mirarme el paquete, claro, yo me había puesto una especie de boxer de baño, que a mí novia le encanta porque me marcaba todo el pedazo, a ella le encanta darme mamadas en la piscina cuando estoy sentado en el borde.

    -Espera que voy hacer pipí – le dije

    Y me pare frente a un arbusto, dándole la espalda pero en un ángulo que ella pudiera ver y saque mi pija todavía bien parada, totalmente depilada, mojada y brillante ante sus ojitos. Ella hizo como que se volteó para no ver pero luego volteo de vuelta para mirar de reojo, mí intención era que vea lo que es la verga de un macho y aunque no lo supiera que ella me hizo poner así.

    Tomé las monedas y las tire por toda la pileta y empezamos a jugar.

    A veces nos peleábamos para agarrar la misma moneda o ella me robaba las mías cuando yo me sumergía entonces tenía que ir a recuperarlas, todo eso hacia que tengamos contacto entonces yo la agarraba y la tocaba con más seguridad porque sabía que mí novia dormía. Ella accidentalmente (creo) tambien tocaba mí pene tratando de robarme las monedas. Todo era risas y diversión.

    En un momento me dice:

    -Encontre muchas monedas papi!- inmediatamente se dio cuenta de su acto fallido y se tapó la cara de vergüenza.

    Me entiernizó y la abracé por detrás.

    -Eu no pasa nada, te confundiste… Yo no soy tu papi pero me encantaría tener una hija tan linda y buena como vos- le dije dándole un beso en la mejilla rozando sus labios mientras debajo del agua le acariciaba su barriguita en circulos, acercando mí mano al borde de su bikini. Ella se relajó y yo con mis dedos jugaba con el límite de su bikini, con la tela que cubría su tesoro, que era mucho más valioso que algunas monedas. Seguí acariciando por el borde, pasando uno o dos dedos deslizando la parte interior de sus muslos cerca a su monte de Venus. Zairita respiraba más profundo y se mantenía quietesita, supongo que mis caricias le estaban gustando, eso me dio valor para seguir adelante.

    -Creo que acá encontré un tesorito- le susurré mientras decidí que mí dedos mayor y anular se colaran bajo la telita traslúcida del conjunto. Sentí la suavidad y la textura de esa vagina gomosa y cerradita con mis dedos provocó que mí pene se ponga como piedra. Zaira se tensó y se aferró al borde pero no dijo nada, yo esperaba una respuesta verbal, un movimiento, algo. No sabía si estaba asustada o a gusto. Deslizaba mis dedos suavemente por la línea de su tajito, de abajo hacia arriba como acariciando un gatito. Sus piernas dejaron de estar tensas y se pusieron muy flojas, por lo que podía llegar más abajo con mis dedos hasta sentir el tibio pequeño huequito de su entrada vaginal, su cuevita del tesoro. Ella seguía sin demostrar expresión cosa que me sorprendío. No quise preguntarle si le gustaba por miedo a una respuesta negativa que me obligue a detenerme.

    Me sentí culpable por estar tocando las partes íntimas de una nenita de 5 o 6 años, ella era muy dulce, le faltaba su figura paterna, extrañaba al papá y ya me había se había ganado mí corazón… pero enseguida se me vino a la mente todo lo que me hizo Eve y aún peor que nos había dejado a su hija para irse a coger con un cualquiera. Tenía que ser adelante y no ablandarme. Me dije a mí mismo «si la dejaste para que te den pija ahora a tu nena tambien se la van a dar», «vamos a ver si le gusta tanto el pito como a la mamá».

    Saque la mano de su bombacha, la tomé de la cintura y la puse de frente.

    -Vamos a contar todas las monedas – le dije actuando como si hace un segundo no hubiese estado manoseandola en su parte íntima.

    La dejé parada frente a mí en un peldaño, el agua le llegaba un poco más arriba del ombligo. Apoyamos la canasta y empezamos a contar, lo que en realidad era un distracción o una excusa para poder seguir tocándola.

    Decidí avanzar y sentí que era hora de liberar mi salchicha, mí novia le dice así por el tamaño y el sabor.

    Ella no la veía porque estaba bajo el agua y tenía la atención en las monedas. Comencé a rozar mí pene por sus piernas, por su pancita, se lo apoyaba en su chulita sobre la bikini, mientras le acariciaba la espalda y la cola, sin dejar de contar las monedas y fijandome que ningún vecino nos viera. El corazón me latía a mil y la adrenalina a tope por lo que estaba haciendo y lo que quería hacer.

    Mientras le hablaba y le hacía preguntas

    -Te gusta este juego? – pregunté capciosamente con doble sentido y para desviar su atención. Con una mano bajo el agua tiré lentamente de una de las cuerditas laterales de su bikini para desatar el nudo. Atento a su expresión facial parecía no haberse dado cuenta de que tenía bikini suelta de un lado y por lo tanto la conchita expuesta a centímetros de mí pene. Iba a suceder… La abracé por la cintura, me acomodé, separé un poco sus piernitas y apoyé la verga justo en medio de sus labios vaginales, albergando mi glande entre ellos.

    Zairita al instante lo sintió y me miró con una expresión difícil de interpretar; denotaba sorpresa temor o cierta decepción… Esa mirada tan profunda en mis ojos no me la voy a olvidar nunca.

    Paso seguido miro hacia abajo y se encontró con aquella escena, nos vio, a mí con el boxer hasta abajo de los huevos con mí salchicha afuera y a ella con la mayita suelta y el pito del novio de su ‘tia’ metido en su chulita.

    Ella no decía nada solo se quedó mirando, entonces yo comence a deslizar mí verga por su vagina. La tomé de la cintura y la cargue contra el borde, agarrándole una nalguita, que me entraba entera en la mano y se la apretaba mientras le frotaba la verga. Zaira estaba como hipnotizada, miraba el pene separar su labios vaginales y luego me miraba a mí a los ojos, con la mirada de perrito mojado y pero los párpados caídos embriagada del placer que le hacía daba mí pija.

    -Te gusta jugar conmigo, no? Tu mamá está haciendo lo mismo ahora con un hombre, le están metiendo el pito por la chula, pero le meten todo el pito adentro. A ella le encanta que hombres le metan el pito.

    Yo no te lo puedo meter porque no te entra sino te la metería Zai, sos tan linda…

    Desbordado por la calentura, lejos de medir la realidad y las consecuencias, acomodé mí verga apoyando el glande en la entradita de su vagina. Zaira tensó sus piernas, me miró a los ojos y luego hacia abajo mientras yo hacía un movimiento suave de mete y saca. La puntita del glande entraba y salía de a poco de su cuevita. Ella respiraba agitada, sus labios vaginales se iban separando y el canal se dilataba, mi glande de a poco entrada un poquito más en cada empujoncito, primero la puntita… después la mitad, luego casi toda hasta el borde del capuchón… hasta que por fin entro todita la cabeza. Ufff! Ya era un hecho, me la estaba cogiendo… mí verga entraba y salía con delicadeza, ya que era muy estrecha… cuando entrada todo el glande me topaba con su himen.

    Zaira miraba hacia abajo como la cabecita salía y se metía en ella.

    En ese momento tenía que decidir, si a penetraba más y la desvirgaba o me detenía ahí.

    Aunque no sería motivo de orgullo, por ese momento sí me hubiese gustado hacer un buen empujón y romperle el himen ya me la imaginaba a ella con su vocecita -Aaaay… Aiaaa.. uuuuumm- sollozando… o llorando desconsoladamente mientras un hombre de 30 años le mete el pene y comienza a violarla hasta acabar y llenar de semen su vagina infantil.

    Pero el cariño que ya le tenía era más grande que el odio hacia la puta de su mamá.

    Así que con el pene todavía en su huequito seguí haciendo empujones leves, deje lo que entraba de mí glande y lo que había imaginado recién me vinieron las ganas de acabar.

    -Uff Zaira que rica que estás, como me gustaría meterte todo mi pito!- le susurraba mientras bajo el agua la agarraba con mis manos cada nalga y chorros de semen salían disparados dentro de su vagina chocando con su himen superviviente.

    Cuando acabé, la abracé, le bese la frente de manera paternal y ella apoyo su cara en mí pecho.

    Quedamos en silencio unos segundos, tal vez un minuto.

    -Me parece que la bikini se te soltó, vamos a atarla, si?

    La levanté de su cintura si la senté en el borde de la pileta. Le acaricié la vagina que estaba un poquito inflada por el estímulo que estuvo recibiendo, me imagino.

    -Que linda que la tenés… Le puedo dar un besito?

    -Por que me querés dar un beso en la cola? Por ahí se hace pis.

    -Pero ahora está limpita porque estamos en el agua y se ve muy linda, parece la boca de un conejito. – se miró para comprobar y buscar el parecido.

    -Está bien…- suspiró algo apesadumbrada.

    Tomé sus piernas y empecé a besarlas hasta llegar a su conejito.

    Le di unos besitos como piquitos, después lo fui besando románticamente engranando mis labios bucales con sus vaginales.

    Zaira apoyaba sus manitos en el borde de la pileta y me miraba hipnotizada, suspirando… Luego esos suspiros se transformaron en gemidos… le estaba gustando ! Más que con mí verga.

    -Mmm este conejito está bien rechonchito, me lo voy a comer a besos! –

    -Umm.. me hace cosquillitas en la panza- decía en medio de los pequeños gemidos de niña, ahogados tratando de contenerlos mientras se retorcía.

    Puse sus piernitas en mí hombro y empecé a darle lengua alternando con besos y chupaditas.

    -Aiiiii- gemia Zaira mientras me agarraba del pelo

    -Que rico conejito- le decía aunque debido al cloro de la pileta no podía disfrutar de su sabor vaginal, pero la textura, el calor y escucharla disfrutar era más que placentero.

    Le estuve mandando la vagina uno minutos, mientras sus gemidos eran música de ambiente y motivación para seguir.-

    Tengo ganas de hacer pis… Me hago pis.-

    Hacete pis.. hacé tranquila bebé- le dije anticipando su orgasmo.

    -Aiiii…. aiaaa… genia cuando me apretó con sus piernas y clavó sus uñitas en mi cabeza regalándome sus juguitos orgásmicos.

    Terminado el orgasmo, se recostó y yo procedí a tirarle agüita en su vagina para limpiar y refrescar la zona. Por mí parte yo seguía con la maya abajo del culo y la pija me latía ya que ni me masturbé mientras le hacía sexo oral a una nena que recién había terminado el prescolar. Por lo que era hora de la devolución de favores.

    -Te gustan los panchos o la salchicha a vos Zai-? Pregunté a lo que ella afirmó en silencio moviendo la cabeza. Entonces me paré y vió salir mí pene del agua, la baje a la escalinata y me senté unos peldaños más arriba, el agua me quedaba justo abajo de los huevos.

    – Ahora te toca a vos, Zai- le dije acariciando su cabecita mientas del brazo la posicionaba entre mis piernas abiertas.

    Ella vio otra vez mí pene erecto, está vez mucho más cerca, frente a su cara.

    -Te gusta mí salchicha? Le pregunte mientras lo analizaba y lo contemplaba

    -Te tengo que besar ahí?-

    -Si querés sí, así siento lindo como vos recién cuando me comí tu conejito- le recordé.

    -A tu mami le gusta mucho hacer esto- (y si mamá lo hace está bien, pensé)

    Zaira se quedó un momento mirando ese pene, que sí se parecía a una salchicha por tamaño y color. Me miró a los ojos buscando aprobación a lo que yo sonreí. Acercó su carita y le dio un besito en el falo que me electrifico todo el cuerpo y me volvió a mirar.

    -Qué lindo besito- alenté

    Ella lo agarro con su manita y le dio otros besos en el glande.

    -Podes usar la lengüita si querés Zairi, como un heladito hacé, así bebe- tomé su mano, y le lami y le mamé un dedito unos segundos en forma de tutorial.

    Ella hizo caso y le dió varias lamiditas, mientras yo miraba orgulloso como tenía a la hija de mi enemiga lamiéndone el pene. Lamia desde donde empezaba el tronco hasta el glande. Duró unos segundos y me preguntó -Tiene sabor a salchicha?

    -No sé… Probá si querés, Metetela en la boquita y chupala… Pero no la muerdas, chupara como un chupetín o un heladito, como te dije.

    Parecía no decidirse… Así que tomé su cabecita y apoye sus labios algo morados sobre mi glande. Pero tenía la boquita cerrada, se ve que no quería chupármela.

    -Pero por acá hacen pis los nenes- me recriminó con cara de disgusto.

    -Ssssi… Pero ahora no estoy haciendo pis… y está limpito como tu colita.

    Yo insistía sosteniendo su cabeza dando empujoncitos demostrando que no tenía otra alternativa. Temerosa, fue separando sus labios y metí mí glande entre sus labios chocando con sus dientes.

    Zaira fue cediendo y abriendo más la boquita hasta que se metió en la boca la cabeza de mi verga ella sola.

    El sólo sentir la calidez de su boquita albergando mí miembro me daban ganas de llenarsela de leche. Sentía a mí cuerpo liberar dopamina más que si de una droga se tratase. Ella se mantuvo estática y saboreaba mí glande, se la sacó de la boca.

    -No tiene gusto a salchicha- me reclamó.

    -Ahora no tiene gusto a nada por el agua, otro día te la voy a dar de probar seca y vas a ver.. querés?

    La guíe de nuevo a comersela y fui guiando su cabecita arriba y abajo para que me haga una mamada.

    Mi verga no entraba mucho más que el glande y un tercio del rabo pero era más que suficiente. A veces, al tener la boca tan pequeña me raspaba con sus dientitos de leche pero hasta eso era placentero.

    -Uuuff… Zairaaa… que rico que la chupaaas nenita…

    -Te voy a dar un poco de leche, sabes?

    -A los papás en vez de salirnos leche de las tetis como a las mamás nos sale del pito.

    -De verdad? Y por qué los papás no le dan leche a los bebés- cuestionó sacándose otra vez la pija.

    -Porque no nos sale mucho entonces no se llenan y la leche de las mamás es más nutritiva- se me ocurrió decirle mientras la seguía haciendo mamar.

    -Sos una nena muy linda y buena.

    Te vas a tomar toda la leche no?

    Mí verga estaba toda lubricada por su saliva y mí líquido provocaban una sensación y un sonido maravilloso en esa boquita. Miraba hacia los lados que no hubiera moros en la costa y contemplaba ese momento mágico, los árboles, el sol cayendo y yo en una pileta con una nena haciéndome el oral más dulce y excitante de mi vida, era el paraíso.

    -Uuuf… Cómo te comes la salchicha… Que lindo tener el pito en tu boquita.

    -Cuando vayas a dormir sola a lo de tu papi, lo tenés que despertar así, chupándole el pito sabes? Así nunca te va a dejar- le recomendé morbosamente sin saber por qué.

    -Y te tenés que tomar toda la lechita que le salga del pito para ser una la mejor hija.

    -Ahora tomate la mía Zai…

    A ver cómo se toma toda la chechona la nena…

    La hice mamarmela unos pocos segundos más, mientras que con una mano masturbaba la base del falo y también se la guiaba en su boquita. Al fin cuando sentí venir la acabada le anuncié

    -Ahí se viene la leche Zai, ahí sale, ahí salee

    La sujete bien de la nuca con la otra mano y se la mandé lo más adentro que se podía sin atragantarla.

    -Aaaaaa aaaa ah… Seeee… Sii bebeeé, tomate toda la leche… tragatela toda Zaira. Tomate toda mí leche, pendeja.

    La nena claramente no pudo con la cantidad de semen espeso y caliente que le estaba ofrendando pero si tragó una gran cantidad. Se la empujé un par de veces en su boquita y cuando estaba perdiendo erección se la saque.

    Ella con ojos vidriosos haciendo arcadas por el atragantamiento me miró y se limpió con agua el semen que le salía por la comisura de los labios hasta su mentón.

    -Era un montón de leche, no era poquito mentiroso! – me reclamó dandome un golpecito castigador.

    -Salio mucho porque mientras mejor lo hagas más leche sale. Así que lo hiciste muy bien… te gustó mi leche?- le dije felizmente acariciando sus mejillas.

    -emmm No sé… Era dulce y también salada y me hace picar la garganta. Y estaba calentita.

    -Bueno, otro día podes tomar de vuelta cuando quieras. Sabes?

    -Bueno, salimos de la pile ya? Tengo frío y hambre, tu leche no me sacó el hambre. Me haces una chocolatada? -me dijo en tono más normal y ya con más confianza que antes.

    Le di su toallón, la abracé y le di un beso en la mejilla y le dije que era una nena hermosa que la quería mucho.

    Por lo pronto con eso mi sed venganza hacia su mamá ya estaba más que satisfecha, las cuentas estaban saldadas… aunque ella no lo supiera. Es más, ya no me importaba lo que Evelyn hizo o hiciera hasta me sentía yo en deuda o debiera agradecerle siempre y cuando siga dejando eventualmente a Zaira a cuidado nuestro.


    Fin

    Las niñas de mi tesis, relato erótico en blogSDPA.com

    Las niñas de mi tesis, Parte 03 (de DagonX)

    27 de enero de 2025 en Jovencitas, Relatos SDPA

    Esta publicación es la parte 2 de un total de 4 publicadas de la serie Las niñas de mi tesis

    – Primero lo primero, dime tu nombre.- sostenía una toalla grande dentro del baño y comenzaba a averiguar la identidad de mi pequeña ninfa a la que había terminado de limpiar de mi esencia que antes le cubría toda la carita.

    – Me llamo Samantha, y vos cuál es tu nombre.

    – Me llamo Javier, tengo 23 años y vos tu edad, que edad tienes Samantita.

    – Diez- dijo levantado sus manos y enseñando frente a mí los diez dedos de su mano.- diez años, pero este año cumplo once sabes, me vas a regalar algo?

    – Mmmm no sé, primero tienes que ganártelo, tal vez luego lo piense, ahora eres mía después de todo. Sabes lo que hacen las putitas verdad Samantita?

    – No, que hacen, yo solo te dije que quería ser tu putita sin saber, me explicas.

    – Tu deber como mi putita es el de hacerme feliz con tu cuerpecito, nada más, y a cambio yo te compro todos los dulces y juguetes que quieras si, estás de acuerdo?

    – Mmmm no sé, mi papi tal vez se enoje cuando le diga.

    – Ehh, no no no no, no le tienes que decir nada a tu papi, si no ya no te deja ser mi putita y te pega más fuerte de lo que te imaginas, entiendes, esto va a ser un secretito, no le tienes que decir a nadie, ni a tu hermano siquiera.

    – …. Pero me vas a comprar lo que quiera verdad?

    – Si, siempre y cuando no sea algo alocado como un poni o un auto.

    – No, yo solo quiero unas muñecas que mi papi no puede comprar porque tengo miedo pedirle nada más, él se enoja feo cada vez que le pido algo.

    – Si es eso no hay problema, pero ahora tienes que ganártelo. – la tome de su carita recién lavadita y la acaricie sus mejillitas rosadas mientras poco a poco acercaba mis labios a los suyos, sus grandes ojos celestes que me miraban con ternura hace un momento se cerraron automáticamente como anticipando el profundo beso que iba a darle en su boquita enjuagada.- Ven Samantita, hora de trabajar.

    Tener a una niña acostumbrada al sexo como Samantha fue en verdad un golpe de suerte, es cierto que niñas como el caso de ella había por montones en el mundo ultrajadas a la fuerza y provocando luego desconfianza de todo ser que se le acerque por el resto de sus vidas, pero toparse con una así a la vuelta de mi casa y de paso que el sexo salvaje y no consentido con alguien mayor que ella le pareciera lo más normal era uno en un millón. Con una niña así uno ya no debía esforzarse en hablar bonito ni en ganar su confianza de a poco, ya que algún otro idiota lo había hecho antes, quizá lo único que me disgustaba del asunto era que no iba a ser el primero o el único en hundirme dentro su pequeño cuerpo, pero eso eran solo detalles menores que estaba dispuesto a obviar.

    Aun con su uniforme manchado y sus labios enrojecidos por la brutal cogida oral de hace unos minutos, la cargue entre mis brazos como una noviecita y la iba besando como loco mientras la llevaba a su pequeña habitación rosada, ese era el lugar en el que quería hacérselo después de todo, no hay nada mejor que cogerse a una niña en su hábitat natural, no iba a dejar pasar esa fantasía así por así. Una vez dentro su habitación la tire violentamente en su cama haciéndola rebotar unas tres veces sobre el colchón, me miro con una sonrisa pícara y juguetona y empezó a dar brinquitos desenfrenados como si estuviera emocionada por lo que estaba a punto de suceder, me saque la camisa que traía puesta y deje al descubierto mi torso que si bien no era del todo musculoso tenia cierto aire de tonificación, Samanta solo miraba sentadita abrazando una almohada blanca que estaba a su lado y ocultando lentamente su carita detrás de forma juguetona.

    De verdad esta niña estaba consciente de lo que sucedía? Quizá para ella solo se trataba de un inocente juego, uno que siempre había jugado con su padre; pero claramente aun obviaba las futuras consecuencias de tal juego si no se tomaban las debidas precauciones, tal vez después iba a ser yo quien le explique los placeres y riesgos de este singular jueguito, pero por ahora solo me dedicaría a disfrutar de ese angelical cuerpecito que me había llevado al borde del delirio por casi un mes.

    Subí a la cama aun con los pantalones puestos, y empecé a tocar las piernitas de Samanta con mis viriles manos, iba recorriendo poco a poco desde la punta de sus dedos hasta la suavidad de sus muslos, bien formados por esa caderita sensual.

    – Mi papi no tiene el cuerpo como vos Javier, y cada vez que me toca siempre está apretando y haciéndome doler mis piernas a veces me saca moretes también, pero vos me haces cosquillitas cuando me tocas, eso me gusta más je je.- la mire a los ojos celestes mientras hablaba y sentí en su mirada como en verdad esta niña ninfómana iba deseando que la tomara de una vez por todas.

    Al ver una foto que había en la cabecera de su cama confirme lo que me había dicho, en verdad su padre era un puto gordo con suerte, poder cogerse a esta preciosura de niña las veces que quiera, ahora sí que estaba celoso.

    – Tu solo estate quietita, ya vas a ver que en un rato te olvidas de tu papi y de lo que te hacía.

    Mis manos llegaron hasta su cintura curveada, y rápidamente desabotonaron la faldita a cuadros que cubría parte de sus piernitas, la saque de un tirón y las avente al piso, lo siguiente eran sus braguitas rosadas que cubrían su más preciado tesoro de mis ojos, se encontraban abrazando su cadera sensual con unas frágiles lazos fáciles de romper si se ejercía la fuerza necesaria en ellos que al verlos hizo que quisiera arrancarlos con violencia lo cual en efecto hice, haciendo que Samantita suelte un ligero suspiro al sentir como su frágil prenda se rompía y se deslizaba fuera de su cuerpo. Al ver nuevamente su carita vi que tenía la boquita abierta mientras empezaba a acelerar la respiración, ver como la iba desnudando la excitaba de cierta manera.

    Ante mí se encontraba lo que tanto habida deseado obtener, esa abertura mágica libre de vello púbico totalmente liso solo para mí, al ver como la miraba Samantha instintivamente iba abriendo más sus piernitas como si me invitara a hundirme en lo más profundo de esos jugosos labios rosaditos, solo unos centímetros nos separaban de la lujuria y yo rápidamente procedí con mi fechoría, bese salvajemente esos labios superiores e inferiores y tantee poco a poco con mi lengua en su interior, en cuanto procedí a ello Samantha se estremeció y rápidamente sus manos tomaron mi cabeza y la empujaban con fuerza hacia un costado, tratando de resistirse a lo que le hacía, pero fue inútil porque yo me hundí aún más en ella haciendo que suelte un grito de placer como nunca había oído antes, normalmente eso me asustaría si estuviéramos en el café internet de a lado frente a tantas personas escuchando pero acá me sentía en total confianza ya que no había nadie en los alrededores, dicho esto aumente aún más la velocidad con la que mi lengua se movía en su interior masajeando su clítoris como un enfermo, Samantha solo podía retorcerse y agitar sus piernas alrededor de mi cabeza mientras sus manos continuaban empujando desesperados por interrumpir el placer que iba generando en su cuerpecito. Mis manos que se encontraban sosteniéndola de su cintura subieron de a poco hasta sus crecientes pechos cuya redondez apenas si se notaba pero eran de lejos mucho más desarrolladas que las de Belén, comenzando de a poco el masaje erótico entre sus pezones rosados que se ponían duros con cada roce que hacía a sus alrededores, gemía cada vez más fuerte y sus movimientos se volvían cada vez más desenfrenados, pronto iba llegar al clímax, yo solo seguía concentrado en el movimiento de mi lengua, ciego a lo que me rodeaba, masajeando su vaginita y sintiendo el roce de sus piernitas abiertas entre mis orejas retorciéndose y haciendo un esfuerzo por liberarse de la excitación que mis labios le producían, habían pasado ya unos siete minutos de intenso trabajo oral por parte mía en su vaginita cuando repentinamente sentí sus cálidos jugos entrar en mis labios y salpicando mi rostro, estalló de una manera violenta y tomándome completamente por sorpresa, nunca me había imaginado en este tipo de situación con una mujer y menos aún con una niña, mientras se venía en mis rostro lanzo un grito de placer que se oyó por toda la casa vacía, seguido de múltiples gritos y gemidos ahogados por la lujuria que de seguro estaba sintiendo en el interior de su cuerpo , su cálido liquido corría entre sus piernas y se juntaba alrededor de la pequeña cama rosada en la que nos encontrábamos manchándola y dejándola humedecida.

    – hha, haa, haaaah, que… que es lo que me hiciste, huhh, haah.- suspirando y tratando de tomar un poco de aire Samantha se reponía de su reciente orgasmo y preguntaba con desesperación qué es lo que hormigueaba en su cuerpo, sus ojitos celestes iban derramando pequeñas lagrimas que iba limpiando de a poco con sus manitos.

    – Eso preciosa es un orgasmo, de seguro tu papi también te los provoca cuando te coge, pensé que ya estarías acostumbrada a esas sensaciones en tu cuerpito.

    – Si, pero no de esta forma, esto es más que con mi papi, debiste avisarme que ibas a hacer eso primero, generalmente mi papi solo me coge con fuerza y nada más luego se va y me deja con un hormigueo dentro, pero no como el tuyo.- su expresión comenzó a cambiar y claramente se veía el miedo y la duda en sus ojitos vidriosos.

    – Y eso que aún no te cojo Samantita, ahora si empieza lo divertido.

    – No, ya no quiero, tengo miedo.- mis manos la soltaron un instante debido a que ella lanzaba pequeñas pataditas al aire alejándome de su cuerpo semidesnudo lo mas que pudieran, pero eso solo me excitaba y enloquecía aún más, salto en un instante de la cama y se puso en plan de huir de mí lo más rápido que pudiera, quizá la idea de tener mi pene en su interior ya no le parecía divertida luego de haber vivido semejante orgasmo solo con el suave masaje de mi lengua.

    Verla escapar con solo su blusita de escuela puesta activo mi instinto salvaje y rápidamente la tome del brazo a unos pasos de la escalera a lado de la puerta de su habitación, ella forcejeo e intento rascarme y morderme, pero al ver que era inútil comenzó a pedir auxilio desesperadamente, acción que también era inútil ya que no había nadie que respondiera a su llamado en esta vacía casa, le tape la boca con mi otra mano y la volví a meter dentro su habitación, su carita llorosa me hacía sentir un poco de lastima pero luego recordé que era ella la que me había pedido mostrarle lo que se sentía tener un miembro de mi tamaño en su cuerpecito.

    – Ya te tengo putita, vas a ver que lo de hace rato no es nada con lo que te espera ahora, te va a doler un poquito al principio pero después la vas a pasar gozando.- la tenía en mis brazos con vista hacia mi mientras mi verga chocaba con su pechito acolchado, todavía forcejeaba pero yo la tenía controlada, la tire al piso alfombrado de su habitación y rápidamente empecé a besarla nuevamente con fuerza en su boquita, mi lengua se enlazaba con la suya cada tanto y nuestras respiraciones se chocaban con cada roce de labios, de alguna manera esto la calmo un poco, pero aun derramaba lágrimas de angustia que mojaban también parte de mis mejillas, la mire un momento desde mi posición y vi que estaba resignada a lo que iba a sucederle, muy bien, era hora de empezar, comencé a buscar su vaginita con mi miembro endurecido mientras ella solo observaba asustada como ese pedazo de carne poco a poco se perdía dentro su humanidad haciéndola sentir inmediatamente en otra dimensión.

    La sensación que recorría en mi cuerpo era indescriptible, se estaba estrecho dentro su vaginita pero los fluidos de su corrida anterior habían hecho más fáciles para mi miembro el seguir entrando casi sin dificultad, nunca había sentido algo así en mi vida, con cada centímetro que penetraba su cavidad me apretaba aún más, la calidez y suavidad que rodeaba a mi pene hacia que quisiera hundirme aún más en su interior, luego de unos segundos había llegado justo al tope de su intimidad, claramente pude sentir como mi punta iba tocando algo raro, debía ser su útero no había otra respuesta, el recibir casi a totalidad a la bestia que había visto en las películas porno de su padre hizo que Samantha nuevamente soltara un grito de dolor, aún más fuerte que los anteriores, seguido de otro y otro. El escuchar esos desenfrenados gritos de angustia uno tras otro hizo que mi cuerpo se estremeciera, y se paralizara un instante, Samantha seguía gritando y sus manos empezaron nuevamente a dar pelea, velozmente las tome y las estrelle contra el piso alfombrado mientras lentamente iba sacando mi masculinidad de su interior para nuevamente volverlo a meter.

    Sus piernas, abiertas a los costados de mi cuerpo, pataleaban descontroladas sin poder hacer nada para evitar la salvaje cogida que su dueña estaba experimentando en ese instante, el bombeo de mi sexualidad se había vuelto más fluido y Samantha con cada empuje que recibía en su interior liberaba un grito fuerte de dolor mezclado también con sus sollozos y gemidos. Su cuerpo temblaba con cada embiste de mi punta con su útero y de su interior empezaba a salir el mismo fluido que había manchado tanto mi rostro como su cama de princesita, esto lubricaba sus paredes vaginales con cada ida y venida de mi pene haciendo que poco a poco el dolor disminuyera dando lugar solo al placer. Una vez que había sentido que sus gritos de agonía se habían convertido solo en pequeños gemidos y suspiros empecé a acelerar los movimientos de mi pelvis y a penetrar aun con más fuerza haciendo que nuestros cuerpos chocaran con cada embestida salvaje produciendo un ligero sonido que me ponía a mil al escucharlo, el sudor de nuestros cuerpos se mezclaba con los aromas eróticos que salían despedidos con cada esfuerzo de placer que liberábamos a cada minuto. Mis salvajes empujes la hacían retorcer y los orgasmos llegaban cada minuto dentro de ella de seguro estaban a punto de enloquecerla, solté sus manitas las cuales sostenía contra el piso e instantáneamente fueron a para a sus dorados cabellos apretándolos y jalándolos con fuerza, en cambio yo me dirigí a su blanca blusita y la desabotone completamente dejando a la vista sus infantiles pezones que fui acariciando mientras la seguía penetrando con fuerza.

    Luego de diez minutos desenfrenados pare un momento para tomar un respiro y poder ver la expresión en su rostro que estaba totalmente rojo y ahogado por la excitación, en verdad esta niña era de aguante, una verdadera fiera, ya que aún mantenía un ligero tono de consciencia aun después de todo lo sufrido. Su agitada respiración se entremezclaba con la mía y nuestros ojos se encontraron como aquella primera vez, sonrió ligeramente con sus cabellos dorados totalmente desparramados en el piso y las manos tocando su vientre que no dejaba de producir ese hormigueo sutil en su interior que la enloquecía con cada minuto que pasaba.

    – Ya casi acabamos preciosa, solo un poco más y vas a estar completamente satisfecha.

    – Vamos, hazlo rápido, hah, hah, hah, ya no aguanto más este hormigueo.

    – OK, ven aca.- la tome de su cuerpecito infantil y la levante del piso duro quitando rapidamente su blusita blanca dejándola completamente desnuda para después ponerla de cuatro.- ya lo habías hecho de perrito con tu papi Samantita?

    -Hah, hah, si varias veces, pero generalmente él prefiere la de misionero.

    – Pues a mí siempre me ha gustado de esta forma, ahora eres mi perrita.

    Dicho aquello comencé nuevamente con el bombeo salvaje de hace rato, haciendo que Samantha soltara un gemido fugaz para volver nuevamente a soltar otro con cada empuje de mi dura asta dentro de su cálido ser, mis manos sostenían sus caderas curveadas como si fueran tenazas y empujaban su cuerpo contra el mío de manera violenta haciendo que mis bolas chocaran con la redondez de sus nalguitas suaves con cada penetrada que le daba. Su mirada se dirigió hacia el suelo y sus manitas le empezaron a fallar haciéndola desplomar nuevamente contra el piso alfombrado, su traserito también cedió y al poco rato la tenía ensartada de espaldas otra vez en el suelo, no me importo y yo seguí con lo mío, profanando más y más su interior hasta el punto del agotamiento, podía sentir como mi esencia se preparaba para liberarse de mí para adentrarse en la pequeña niña que tenía encajada contra el piso gimiendo como puta cada vez más rápido y cada vez más fuerte, era hora, ya no podría contenerlo por más tiempo, los embistes se volvieron más acelerados y violentos y en unos segundos toda la blanca esencia que tenía guardada en mis bolas se depositó dentro del estrecho útero de la pequeña niña de diez años.

    – Ahhhh si, ahhh si, si, si, AHHHH, Samantha.

    – AHHHHHH, ay, ay, ay, ay, ahhhh, ha, ha, ha, ha, ya… ya… ya basta AAYY, ya basta, ya acabaste, uuy eso estuvo… muy adentro, siento algo caliente en mi vientre, que has hecho, hah, hah.

    Samantha no paraba de jadear y retorcerse en el suelo mientras yo caía exhausto encima su curveada espalda, mojada por el sudor y manchada con un poco de semen que había liberado después de acabar en su interior. La voltee y la abrace fuertemente contra mí, al hacerlo pude oír los latidos de su corazón golpear como tambor de guerra mi pecho duro y pude observar las lágrimas que caían por sus mejillas esta vez de placer y no de dolor, acaricie su suave cabello rubio y le di un beso en la frente.

    -Estuviste fantástica Samantita. Has hecho realidad una de mis más grandes fantasías que tenía reprimida dentro mío desde hace bastante tiempo, si te hice daño al principio fue porque estaba perdido por la lujuria que tu cuerpito provoco en mi te pido perdón mi princesita.

    – No Javier, no te preocupes por eso, pero uff esto de verdad fue de otro mundo para mí. Al principio si me dolió, pero luego ya empezó a sentirse bonito, puede que me acostumbre a eso. – la oí decir ya más calmada y volviendo a tomar esa actitud de niña grande, se puso de rodillas y se acercó sus labios a mi boca besándola lujuriosamente.

    – Y ahora que Samantita, quieres seguir con nuestro acuerdo secreto, o prefieres que lo de hoy sea lo último.- solté la pregunta cuando dejo de besarme, ella solo me miro y haciendo una mueca de reflexión contesto.

    – Fuiste muy rudo conmigo Javier, mi boca se va aponer toda hinchada por la cogida que me hiciste por ahí cuando entraste y por un rato pensé que tu cosa iba a partirme en dos cuando empujabas fuerte, no se Javier… tal veeez… – hizo una pausa dramática mientras yo estaba listo para oír su negativa a la propuesta, después de todo tenía razón la había tratado mal desde el principio, con solo el hecho de violar su boca de la forma en que lo hice no merezco perdón, supongo que era hora de volver a la rutina de siempre y acabar la tesis para así poder graduarme e irme muy lejos de acá. Volví mi atención nuevamente hacia ella mientras me daba su respuesta definitiva.

    – Tal vez, no se… pueda acostumbrarme. Sí, creo que puedo acostumbrarme a tu forma de jugar, pero para la otra avisas antes de entrar a mi casa para que me prepare está bien?

    Yo quede impactado con su respuesta, aun después de como la había poseído salvajemente ella aun confiaba en mí, mi cara se llenó de alegría y mis memorias hicieron un nuevo lugar para este momento colocándolo en el primer puesto entre los mejores recuerdos de mi vida. Todavía tendido en el suelo, Samantha apoyo su cabecita en mi cuerpo y descanso al fin de todas las emociones que había experimentado en esos últimos cuarenta minutos, totalmente agotada y somnolienta, tomo mi brazo y se cubrió con ella, era una escena tierna y romántica como salida de una película.

    – Samantha, eres la mejor.


    Continuará