
En el metro
4 de febrero de 2025 en Jovencitas, Sexo en público, Relatos SDPA
Bueno venia de comprar una compu ya se imaginaran con mi cajas estorbando a todo mundo, bueno me ubique en la parte de atrás del vagón donde esta la escalera de emergencias, bueno ahi iba yo, me subí en la estación Juarez y tania que bajarme en copilco son mas de 12 estaciones en eso en frente se mi había un asiento en el cual un wey lo ocupaba pero iba bien dormido en la siguiente estación subió una señora con su nena. Una preciosidad de nena al parecer venían de la escuela ya que la nena traía un short blanco tan cortito y una camisa de deportes que transparentaba todo, pero lo mejor es que no traía nada debajo y eso hizo que se me parara la verga, se veía que la nena tendría unos 12 añitos ya que apenas se le asomaban los pezoncitos de sus pechitos.
Se situaron enfrente de mi, la señora parecía una lela ya que me puso a la nena justo enfrente y de frente, luego un wey bien pero bien gordo se situó a un lado tapando prácticamente toda visión a mirones, en eso lo primero que hice fue bajarme el cierre y sacarme la verga que ya la tenia bien parada y ponerla muy cerca de sus manitas ya que venia agarrando su mochila, la nena me la vio y subió su mirada y me vio a los ojos y después a su mama, como la señora estaba bien lela viendo quien sabe que en la ventana no se percato que su nena tenia al alcance de sus manitas una verga bien parada dispuesta a darle mucha lechita.
Ella volvió a bajar la mirada solo que esta vez no quitaba la mirada de mi verga, en eso yo la acerque lo mas que puede y se la puse en sus manitas y ella solo tuvo que abrir sus deditos y tocarla, me volvió a mirar solo que esta vez se estaba mordiendo el labio como con ganas de chuparla, y dicho y echo volvió a mirar a su mama y vio que no había problema y se agacho simulando que buscaba algo en su mochila para despues subir la mirada y ver a su mama, como la vieja lela no prestaba atención saco su lenguita y la paso en la cabezota se mi verga y viendo para todos lados que no había problema se empezó a querer meter toda mi verga en su boquita la cual sorprendentemente le cabía con mucha facilidad, se veía que seguido mamaba verga por que en la próxima estación ya quería echarle mi lechita en su carita, aguante un poco mas y le eche toda la lechita dentro de su boquita la cual seguía succionando para sacar hasta la ultima gota de leche.
Yo solo tube que guardarme la verga pero, esta nena se levanto y le dio un beso a su mama en el cachete y abrazándola diciendo: “Te quiero mamá” pero parando su culito k quedo justo a la altura de mi verga que al rose de su culito se volvió a parar, acerque mis manos ya descaradamente para tocador su culito y empece a sobarselo al sentir esto ella solo paro más aun su culito y se acerco a mi, aun seguía abrazada de su mamá la cual tuvo que agarrarse del tuvo para no caer pero seguía igual de boba en la ventana, el metro se seguía llenando hasta quedo prácticamente pegada a mi verga, la volví a sacar y se la pase entre sus piernas, ella con una mano abrazaba a su mama y con la otra me agarraba la cabeza de mi verga sobándola y restregándosela en su coñito.
Después de un par de estaciones seguía agarrando su culito y restregando-punteando con mi verga ese culito tan rico que se veía había tanta gente que no se podía percatar que me estaba masturbando con el culito de una nena, en eso llegamos a una estación donde baja gente pero sube también mucha gente, quise guardarme la verga que estaba paradisima pero la nena en un movimiento rápido se bajo un poco su short y paro su colita, como invitando a que le metiera la verga por su culito o coñito.
Pase mi verga por su coñito y se resbalaba de tantos jugos que soltaba la nena, la puse en su entrada y trate de metería pero se resbalo y se fue por un lado, volví a intentar pero se fue para el otro lado, se resbalaba tanto que me empece a desesperar, ella paso una mano hacia atrás tomo mi verga y la puso en su coñito y luego se puso de puntitas y le dio un beso a su mama y se dejo caer ensartandose mas de la mitad de mi verga de un solo intento. Nos quedamos quietos, su mama le pregunto como iba y ella respondió que bien solo que hacia calor y que no podía respirar muy bien, cuando el metro inicio su marcha ella solita se ponía de puntitas y se dejaba caer ensartandose ya toda mi verga, se sentía riquísimo no podía creer como una niñita como esa podía tragarse tanta verga, como veníamos tan apretados podía meterle toda la verga fácilmente.
Llegamos a un estación donde baja bastante gente así fue y yo quería sacar la verga de su coñito tan apretado por si las moscas, pero ella se hacia hacia atrás ensartándosela más como diciendo: “Está verga ea mía y solo mía” Por fortuna mía no bajo mucha gente pero subió otro tanto entre ellas una chava flaca, pero flaca parecía un palillo bueno se puso a lado de nosotros, ósea de frente en pocas palabras si bajaba la mirada prácticamente podría ver como le ensartaba la verga a la niñita. Así estábamos yo penetrando la conchita de esta nena y con mi mano izquierda atrayendo hacia mi para que se encajara toda mi verga, pero algo como que no cuadro ya que la chava hacia como gestos. Yo pienso que le estaban sobando su culito o le estaban recargando toda una verga, por qué al parecer que le estaba encantando, yo mientras seguía en lo mío y ella sin querer como que la aventaron y tuvo que sostenerse de la nena a la que le estaba metiendo la verga, en eso ella se dio cuenta como salía y entraba mi verga de la nena porque abrió los ojos como platos, volteo a verme y sonrió.
La nena ya estaba bien casada por que hacia muchos gestos se la enterré toda y la deje así un par de estaciones, aun que para ser honestos ya quería echar toda mi leche dentro y dejarle su conchita bien llenita como lo había hecho con su boquita se mamadora que tenia, así que la flaca se puso casi en medio de mama e hija y eso me dio el pretexto de jalarla u encajarle más mi verga en su coñito la flaca tapaba justamente la mirada de la señora lela así que la nena dio rienda suelta a lo que quería… verga. Empezó a mover sus caderas importándonos poco si nos veían o no, yo estaba fascinado como una nena podría comerse tanta verga, ahí fue que ya no aguante y descargue toda mi lechita dentro de esta criatura que al sentir la leche en su coñito se hecho hacia atrás para que se la dejara hasta el fondo, después se subió su short tan pequeñito que traía he hizo aun lado a la flaca para volver a abrazar a su mamá, llegamos a la penultima estación y empezó la gente a bajarse, lo mas sorprendente fue que me volvió a ver la señora y me dijo “Gracias!
Fin

Pequeña ninfómana, Parte 02
4 de febrero de 2025 en Jovencitas, Relatos SDPA
Ya con 2 años, deje de usar pañal y comence a usar braguitas. En esta epoca debido a que no habia nadie que me cuidara mi mami decidio dejarme en la guarderia que habia en el barrio, apesar de que ese lugar no tenia muy buena reputacion, mi mami no tenia de otra.
Recuerdo que hice muchos amiguitos y amiguitas, pero aun asi me aburria mucho al jugar con ellos, yo solo pensaba en las cosquillas que me hacia sentir mi tio y su lechita, no podia sacarme eso de la cabeza
Bueno en la una ocasion, estaba como siempre en la guarderia jugando con otras niñas cuando, de pronto, el dirigente de la guarderia me llamo mientras nuestras cuidadoras no estaba (habian salido un momento), entonces el señor me llevo a su oficina, la cerro y se bajo los pantalones, pude ver que su verga era como la de mi tio, entonces me dijo que me acercara y puso su verga cerca de mi cara, entonces yo ni tonta ni peresosa la tome con la smanos y me meti la punta de su verga en mi boca y comence a chupar como lo hacia con mi tio, el señor se quedo atonito, supongo que nunca espero que una niña tomara la iniciativa, a lo mejor el esperaba obligarme a hacerlo. Continue con la mamada, a los 20 minutos, el señor ya se estaba corriendo en mi boca, esa fue la primera vez que logre tragarme toda la lechita de alguien. y asi se volvio una costumbre, cada vez que iba a la guarderia, se la mamaba al director de la misma manera, cuando las cuidadoras se descuidaban. pero en ocasiones me ponia furiosa puesto, en ves de llevarme a mi asu oficina a que se la mamara, se llevaba a otras niñas. Y asi paso un año, en el cual casi a diario le estuve mamando la verga al director, fueron tantas veces que me volvi adicta a la lechita, puesto no podia pasar un dia sin ella, por que me ponia de mal humor. En una ocasion, descubrieron lo que el director hacia y se hizo un escandalo, puesto una niña rompio el secreto. Mi mami preocupada me saco de esa guarderia.
Ya con 3 años, ya estaba muy desarrolladita para mi edad. En esa temporada mi mami me compro unas bragas muy extrañas, puesto parecian tangas, sumando a eso que tambien me compro muchas faldas cortitas. Francamente a esa edad yo parecia una miniputa. Bueno, a esa edad pase 6 meses sin probar nada de lechita, puesto mi mami contrato a una niñera la cual siempre estuvo pendiente de mi, durante ese tiempo la pase muy mal puesto, siempre andaba de mal humor. pasando esos 6 meses la niñera renuncio, entonces mi mami tuvo que contratar a otra niñera. durante esa temporada el casero, dueño del edificio donde viviamos mi mami y yo, contrato a una contructura para que remodelara los departamentos, asi que durante ese tiempo estuvieron unos obreros trabajando en todos los departamentos. La niñera a ver que habia trabajadores en la casa todo el dia, ella se iba dejandome sola, yo al principio quise entablar conversacion con los obreros pero ellos eran muy groceros, asi que el unico que me hablaba bien, era el ingeriero que los andaba supervisando. Al principio el fue muy amable, yo le agarre cariño, puesto siempre platicaba con el, nuestra confianza llego al tal punto que el me tomaba en brazos.
En una ocasion, como uno de tantos dias, los obreros seguian trabajando en mi casa, entonces como siempre yo estaba platicando con el ingeniero, entonces note que mientras me tenia en sus brazos, sus manos acariciaban disimuladamente mis nalguitas, a mi esas caricias me hacian sentir las cosquillas que tanto me gustaban, entonces se pues prosiguio con sus caricias, luego con un dedo comenzo a sobarme lentamente la panochita, entonces por primera ves yo comence a ponerme humeda, el a seguir metiendo mano en mi vaginita noto que yo estaba humeda, me vio a los ojos y dio una sonrisa, entonces me llevo a uno d elos departamentos que estaban vacios, ahi el se bajo los pantalones y saco su verga de sus boxer, yo ni tonta ni peresosa me abalance contra esa verga, me meti la punta de la cabeza como lo hacia siempre y comenze a mamar como lo hacia con el director de la guarderia, no tardo mucho hasta que el ingeniero descargo toda su lechita en mi boquita, la cual trague con mucho gusto, el sabor del semen me encantaba. Despues de 20 minutos el ya tenia parada la verga de nuevo y yo volvi a mamar su verga hasta que de nuevo se corrio, pero estaba ves fue mas semen, y por lo tanto no pude tragar todo. Ese dia le chupe 3 veces la verga al ingeniero. Y asi pasaron los dias, durante 6 meses, yo le chupaba la verga al ingeniero 3 veces al dia de lunes a viernes en lo que esa contructura hacia la remodelacion del edificio. El siempre me regresaba a mi casa antes que llegara la niñera y la niñera siempre llegaba a casa antes de que volviera mi mami.
La ultima ves que se la chupe al ingeniero, yo ya tenia 4 años, esa ves el no estaba solo, habia invitado a 2 amigos y entonces pronto estuvieron los tres rodeandome, me desnudaron completamente, luego uno comenzo a besarme en mis labios y me metia su enorme lengua en mi boquita, otro puso su boca entre mis nalguitas y comenzo a lamerme y chuparme mi ano y el restante, el ingeniero comenzo a chuparme y lamer mi panochita, yo me sentia muy bien puesto sentia las cosquillas que me gustaban tanto, luego esas cosquillas se transformaron en algo mas, algo que me gustaba aun mas, una sensacion placentera que hacia que comenzara a gemir, aunque a esa edad nunca supe que fue lo que senti, pero tiempo despues me di cuenta que habia tenido mi primer orgasmo. Despues ellos sacaron su verga y uno puso su verga en mi boquita y comence a chupar la cabeza como siempre lo hacia, otro puso la cabeza de su verga en mi anito y comenzo a precionar como si quisiera metermela por el culito pero no lo hizo solamente presionaba su verga contra mi anito, el ingeniero puse su verga en la entrada de panochita y comenzo a darme el mismo tratamiento que me estaba dando el otro tipo que tenia su verga en la entrada de mi culito, senti como presionaba su verga contra mi panochita de manera fuerte pero no tanto como para penetrarme. asi estuvieron los 3 tipos durante 2 horas, durante esas 2 horas se turnaron de posiciones, todo se corrieron en mi boca, vaginita, en mis nalguitas y en mi pancita, Cuando ya me estaban hechando su ultima lechita yo me desmayer del placer que sentia.
Desperte ya en mi cama, limpia, al parecer los tipos me habian limpiado y dejado en mi casa y la niñera cuando llego me vio dormida asi ella me acosto en mi cama.
Continuará

Alicia, Parte 02
4 de febrero de 2025 en Relatos SDPA, Jovencitas, Incesto
El día siguiente fue especialmente largo al esperar el retorno del colegio, más las horas hasta la aplicación del medicamento. Creo que los pensamientos se focalizaban en ese instante de subir su pollerita, es ese momento que sería el inicio de una nueva vida, la finalización de deseos largamente incumplidos.
Es gracioso cómo las prioridades van cambiando desde planes majestuosos hasta simples deseos carnales, de cómo nos carcome el ansia de algo tan banal como ver debajo de un vestido, que era una meta de pibitos pero no ahora.
Al llegar Alicia del cole el recibimiento mutuo fue más afectuoso que otras veces, parece que ambos esperábamos con ansias el reencuentro. Vino corriendo a mis brazos y la alcé sosteniéndola por la cola mientras me abrazaba, hablamos montones de pavadas para disimular los reales pensamientos que nos avergonzaban pero también nos arrojaban en brazos del otro.
Tal vez allí se selló ese pacto de silencio cómplice, ese hablar con las miradas que usábamos después al estar en público, ese saber que se comparte algo tan hermoso sin poder mencionarlo para no ensuciarlo.
Preparamos juntos una comida rápida utilizando todos los pretextos posibles para rozarnos, para sentir nuestra piel tocarse, para sabernos uno en la dualidad imposible.
El ritual para ir a sentarnos a mirar el noticiero cobraba otro significado, ya no importaba el mensaje que escupía el relator, eso era invisible frente a las sensaciones de sentarnos juntos, uno arriba del otro para ser más exactos. Pero exteriorizar en palabras la situación no era nada fácil, hablábamos de tonterías mientras nuestras manos se buscaban, mientras recorría su espalda en una caricia interminable, mientras bajaba mi mano por un camino eterno que quería llegar yá, pero a la vez quería quedarse en todo el recorrido.
Como todo llega, así llegaron mis traviesos dedos al final de su espalda, a eso que aún no es la cola, a esa zona casi prohibida donde aún existe un retorno honorable pero ambos asentimos con la mirada que debíamos seguir.
Así que Alicia cerrando sus ojitos se dedicó a sentir ese mar de sensaciones, oleaje que yo solamente podía adivinar através de su respiración, por esos pequeños sonidos, casi quejidos, casi sensuales, todo casi, menos la certeza de que seguiríamos navegando esas aguas prohibidas.
Esas aguas contaban con muchos puertos pero ninguno definitivo, todos pasos obligados, todos con paisajes para descubrir y zonas para explorar. El anclaje más próximo estaba en sentir realmente su colita, acariciarla ya sin pretender accidente alguno, juego alguno, acariciarla sabiendo ambos que estamos haciendo justamente eso, deseándolo, temiéndolo, pero cual droga adictiva sin poder negarnos.
Yo pensaba cómo podía ser que una mujer tan chiquita, un proyecto de mujer realmente, pudiese tener sensaciones similares a la excitación sexual; o si solamente era un juego para ella. Pero verla suspirar calladita entre mis brazos echaban por tierra tales elucubraciones desatando al animal interno que llevaba sometido por tanto tiempo. Olvidaba que era la hija de mi señora, casi una hija mía la dueña de esa bombachita que mis yemas recorrían.
En un instante así no se piensa en la satisfacción sexual convencional, en eyacular o algo así, solamente quería acariciarla con el ritmo adecuado para darle placer, con la presión justa en las zonas exactas. Para arrancarle un suspiro más profundo, para saber que pude hallar la zona más sensible donde concentrar mi amor en forma dactilar.
Lentamente fui deslizando la mano por sus piernas y nuevamente camino arriba, pero esta vez por debajo de su camisón que era tan holgado como soñaba. Subir la mano por la parte de atrás de sus piernas fue un sueño, el sentir que llegaba lentamente a unas montañitas de carne, su cola cubierta por esa eterna bombacha blanca que ahora descubría con dibujitos al verla de cerca.
Mis manos recorrían con total deleite cada centímetro de su humanidad trasera, se deleitaban dibujando a dedo los bordes de la tela, sintiendo la carnecita que venía al final de ella, y nuevamente pasaban al centro, a caminar en ese valle, centro de las dos montañas que lo flanqueaban. Mi dedo hacía presión suavemente hacia adentro dejando la tela enterrada en esa colita y aumentando mis ganas de recorrerla nuevamente. Así pasamos un rato, como jugando, ella con su manito que suavemente recorría mi indisimulable erección y yo recorriendo su trasero. Nos sacó de la situación un llamado telefónico y debí seguir trabajando para lograr entregar algo en plazo.
Habíamos roto aquella barrera de la indecisión, esos juegos con “accidentes” que eran realmente un reconocimiento del terreno, una preparación para la batalla.
Sabíamos que las batallas se librarían en algún momento, que la guerra era prolongada y con final incierto, pero toda la artillería hormonal nos llevaba indefectiblemente a la confrontación.
Cayendo el atardecer regresó mi mujer cansada y comió algo dirigiéndose a dormir pero recordándome la obligación de atender a la pequeña en sus asuntos de salud.
Pasada una hora aproximadamente, me dirigí a nuestro dormitorio con un vaso de leche para ofrecerle, pero con la secreta intención de verificar su pesado sueño. Saliendo con paso gatuno, (ahora me río de esas actitudes infantiles) me dirigí a la sala y con una sola mirada nos comunicamos con Alicia que el momento había llegado.
Vino hacia mí recordándome el tema pendiente y preguntó si traía las cosas para curarla, le sugerí que también trajese la crema que se usa para las manos. El sólo hecho de pensar en una crema y en la colita de mi nena me produjo una tremenda excitación, casi de adolescente primerizo.
El brillo en su mirada al regresar con las cosas me dio a entender que sabía y esperaba lo que estuviese por suceder. Con parsimonia, intentando eternizar el instante, le expliqué que la crema era para lubricar la entrada de su anito y la cápsula que debía introducirle allí. Mientras desgranaba las palabras le acariciaba la colita desde abajo del camisón, tocando directamente esas zonas prohibidas.
Me preguntó si se quitaba la ropa pero le aconsejé que sería mejor levantarla solamente, me producía más morbo el subirle lentamente la prenda dejando al descubierto su bombachita.
Una vez en esa situación convinimos que sería más práctico si ella se acostaba de pancita en mi falda, dejando las piernas colgando y su colita en mis manos.
No pude resistirme de acariciar ese trasero aún enfundado en la prenda blanca, tocar esos ositos que adornaban su bombachita, procediendo muy lentamente a bajarla hasta la mitad de sus piernitas. Allí estaba esa línea que divide ambos promontorios, esa raya profunda que culmina en un agujerito imposible, ese agujerito que era para hacer caquita pero que yo imaginaba como un hoyo al cielo.
Tenía los cachetes algo fríos por lo que me dediqué a masajearlos con fruición, haciendo circular la sangre y separando un poquito las masas de carne para apreciar aquel interminable valle.
Le hice entender que debía preparar la zona antes de la inserción para que resulte menos traumática y tomando un poco de crema del pote deslicé el dedo hacia el canal, hacia el centro pasando el índice suavemente de arriba abajo, por toda la ranurita que se me antojaba inmensa hasta llegar al hoyito oscuro, allí trazaba círculos tratando de distender aquel esfínter minúsculo, pequeño hasta comparado con mi dedo ni pensar en un aparato masculino penetrando allí.
Podía apreciar en su respiración acelerada que aquellos frotamientos le producían gran placer y creo que tanto como a mí, dediqué bastante tiempo a ese menester hasta llegar a introducir la puntita del dedo por su ano, sintiendo cómo de apoco se aflojaban aquellos músculos que mantenían cerrada la puertita.
Al rato me pareció prudente aplicar la medicina y tomando el supositorio lo embarré con la crema de manos, apuntando a su orificio inicié la presión y se introdujo casi solito, no podía creer lo fácil que era, por lo que empujé un poco con el índice para que entre más profundo diciéndole que era mejor mantener el dedo allí para que no se salga.
Con todas estas maniobras tenía un bulto descomunal acompañado por mi pantalón tipo pijamas de tela delgada que hacía sentirle a Alicia todo mi aparato en su pancita. Al finalizar le dije “viste que no era doloroso en absoluto, solamente había que hacerlo con cariño”, dibujándose una tremenda sonrisa en su carita se sentó como siempre en mi falda.
La expresión “como siempre” es relativa, ya que ella seguía con su bombachita abajo moviéndose lentamente para buscar diferentes puntos de contacto, sintiendo en su carnecita pelada al monstruo que la amenazaba debajo.
Ambos pensamos lo mismo, Alicia se sentó medio inclinada para que mi mano llegase a sus partes, y de paso ella tenía el campo libre para apretar su nuevo juguete. Supuse que sentía gran curiosidad por mejorar el tacto logrado, por lo que suavemente dirigí su mano al inicio de mi pantalón con elástico suave, así ella decidiría si quería continuar explorando.
Mis dudas se disiparon al sentir su manita bajando tranquilamente sobre mi piel desnuda hasta llegar a la punta del animal, allí se asustó un poco del tamaño pero muy suavemente lo fue recorriendo con los dedos, temiendo apretarlo y lastimarlo, hasta que finalmente lo rodeó completamente con la mano analizando mi expresión en busca de aprobación o mueca de dolor. Demás decir que mi cara era un poema, la sensación de tener a mi bella nena tomando la carne directamente entre sus manos era estremecedora.
En esa posición fui acariciando suavemente su colita, como reponiéndola de un supuesto sufrimiento y recorriendo con la mano aquella zona donde se convierte en las piernas, esos muslos que enloquece mirar en la ropa de las mujeres. Mis dedos recorrían toda esa geografía explorando algunas áreas que habría obviado anteriormente hasta descansar en el centro, en ese hoyito donde había penetrado un intruso cubierto de crema.
Ese agujerito ya no se sentía tan fuertemente cerrado como la primera vez, parecía relajarse al pasarle el dedo y amagar entradas furtivas, por lo que metí el índice en el pote de crema y lo deposité nuevamente en el glorioso centro, esta vez haciendo ligera presión circular aver si se permitía la entrada. Fue cuestión de un ratito que tenía medio dedo insertado en el culito de mi nena y lo movía suavemente buscando puntos de placer.
Creo que su carita era tan un poema como mi expresión, yo trataba de no sentir demasiado su mano jugando en mi aparato para no terminar eyaculando, por lo que me concentraba en sentir mi mano en su trasero mientras que con otro dedo repasaba suavemente los labiecitos vaginales, en ese bultito que antes no había tocado.
Casi estaba con ganas de introducir un dedo allí también, pero me contuve y dediqué a la parte externa.
Algún punto por allí le producía especial placer, ella detenía el movimiento masturbatorio que me estaba realizando para entornar los párpados y sentir mis dedos viajeros, supuse que sería en su vaginita y allí redoblé mis esfuerzos y velocidad, hasta que la nena entró a emitir gemidos entre pequeñas convulsiones, lo que me hizo comprender que había logrado un orgasmo.
Con su cuerpito ya relajado de tanta tensión me dedicó una mirada y sonrisa que aún llevo grabada en mi mente, una especie de agradecimiento mezclado de amor, ternura y picardía, algo que me llevó a buscar sus labios con los míos y así sellar nuestro primer beso oficial.
La paré a mi lado, y luego de acomodarle bien la bombachita y su camisón la subí nuevamente a mi falda, para acariciarla lentamente y caer así abrazados y fundidos en un solo espíritu, en brazos de Morfeo.
Continuará

Crónicas de un profesor, Parte 04 (de El Teacher)
4 de febrero de 2025 en Relatos SDPA, Jovencitas
Había pasado ya un mes y medio desde que Valeria se fue de el colegio, en realidad sentía su vacio y ya me había acostumbrado a ir a su casa casi todas las tardes a estar con ella y disfrutar de su hermoso cuerpo. Aparte de que ya tenía también un mes y medio de no tener nada de sexo, ni contacto con alguna mujer, ya que no me gustan las prostitutas. Lo único que me había quedado era hacerme pajas todas las tardes pensando en diferentes de mis alumnas, pero casi siempre solo lo hacía pensando en niñas del segundo grado porque esas niñas se me insinuaban de una manera tan atrevida y todas las niñas de ese salón eran unas calientes, muy calientes para su corta edad.
Cierta vez, era un día como cualquier otro, me tocaba que darle clases al segundo grado, como ya era rutina, siempre que llegaba a ese grado las niñas me recibían con muchos abrazos y algunas con besos. Siempre que eso pasaba aprovechaba a tocar una que otra nalguita y algunos conejitos. Me fui a sentar y explique la clase, luego les puse trabajo. Luego una nena se me acerco y como era costumbre de esa niña, se me sentó en las piernas, y yo la agarre de la cintura:
Deme dinero profe. Me dijo la nena. Que por cierto se llamaba Amalia.
Que me va a dar si le doy dinero? Le pregunte. Mi pregunta llevaba mucho doble sentido y por suerte recibí la respuesta que quería.
Le voy a dar un beso en la mejilla. Me respondió.
No. Le dije. En la mejilla muy aburrido. Mejor en la boca. Le dije de una forma atrevida.
Vaya pues. Me respondió.
Había aceptado a darme un beso en la boca. Solo tenía que buscar la hora y el lugar. Yo le explique mi plan:
Salga de el salón y métase en el baño numero 3 y ahí espéreme que ya llego.
Tal como le dije, la nena se fue para el baño que le indiqué y a los diez minutos Salí y me metí en el baño con ella. Me arrodillé ya que la niña era muy bajita. A tome de la cara. Ella solo cerró los ojos muy fuerte como de nervios pero justo cuando le iba a dar el beso:
Espéreme. Cuanto me va a dar?
Cuanto quiere.
Deme $0.25 centavos por el beso. Me respondió.
Y si le doy más? Que se dejaría hacer. Si le doy $5.00?
Lo que usted quiera. Me respondió.
Saque cinco dólares de mi cartera y se los metí en la bolsa de la falda, y comencé mi trabajo. La comencé a besar, se notaba que nunca había besado porque no movía los labios solo abría la boca. Yo mordía sus labios. Luego le dije:
Siéntese.
Me hizo caso, se sentó en el baño y le abrí las piernas, y le hice el calzón a un lado, y vi la vaginita más linda que había visto. Su rajita era muy grande, y larga para su edad. De seguro ahí cabía mi pene completito, pensé yo. Le iba a hacer el sexo oral pero al ver esa cosita me volví loco. Saque mi pene y trate de metérsela y como me lo imagine. La nena no era virgen. Solo tenía 8 años y ya no era virgen. Mi pene entro de golpe en su vagina lo cual me quito un peso de encima ya que no tenía que desvirgarla.
Comencé a bombear en su hermosa vagina. La nena pujaba y gemía con tanto placer. La puse en posición de perrito y la comencé a culiar como si fuera una mujer mayor ya no aguantaba más, sentía que me venía y quería hacerlo adentro. Y en un minuto más me vine dentro de la nena. Me vine como nunca me había venido. Sentía que me estaba vaciando dentro de la nena. Hasta que saque mi pene. La nena se paro y se tocaba el estomago como que le dolía. De repente la nena comenzó a vomitar. Quien sabe hasta dónde llego mi leche para hacerla vomitar. Luego de eso Salí yo primero de el baño y luego ella. Muy buena experiencia. De seguro esa niña cuando crezca será una puta y muy barata. Regrese al salón y ya estaban en recreo, trate de abrir la puerta del salo de cases pero como que estaba bloqueada.
Cuando al fin logre entrar vi a un niño del mismo grado con los pantalones abajo, y una niña del mismo grado cuadrándose para mamársela al niño. Solo me quede viendo, cuando ellos notaron mi presencia el niño levanto sus pantalones y la niña se paro roja de la pena quizás. No supe que hacer y me corte por un momento.
Continuará

Pequeña ninfómana, Parte 01
3 de febrero de 2025 en Jovencitas, Incesto, Relatos SDPA
Este relato es fantasía, en el una niña relata como es que es abusada sexualmente cuando solo era un bebe y como influyo para que ella convirtiera una putita y una ninfomana desde muy pequeña.
Hola soy Susana, actualmente tengo 15 años, soy una mujer que me encanta tener sexo, he hecho de todo, y todo me ha gustado. Les contare como comenzo todo.
Mis primeros recuerdos se remontan a cuando tenia solamente 6 meses de edad. Recuerdo que mi papa me queria mucho, me daba mucho amor, me besaba mi cuerpecito, recuerdo especialmente que metia su lenga entre mis nalguitas y lamia mi pequeño ano, tambien lamia mi pequeña vagina, a mi eso me provocaba un cosquilleo que si bien a esa edad no sabia que era el placer, ese cosquilleo me gustaba. Todo esto lo hacia mi papi mientra mi mami no estaba en casa, puesto mami trabajaba de tarde y mi padre trabajaba de noche. Comas un poco mas de edad, 8 meses aproximadamente mi papi tallaba mi panochita con su verga, tambien ponia su verga entre mis nalguitas se movia de forma de vaiven. Tambien recuerdo que me daba lo que el llamaba “la lechita de papa”, ponia la punta de su verga en mi boca, metia solamente la punta (no me cabia en la boca) y empezaba a soltar su leche en mi boca, yo siempre la tragaba como si fuera le leche que me daba mi mami, y luego de trabagar la leche comenzaba a mamar la verga como si fuera un biberon.
Cuando ya tenia 1 año de edad mi papi jugaba conmigo de otras maneras, presionaba la punta de su verga contra mi diminuto ano, como si me la quisiera meter, a mi eso me daba tanto de esas cosquillas que tanto me gustaba, recuerdo que aveces me hechaba la leche de papi en mis nalguitas, en mi panochita o en mi pancita.
En una ocasion, mi papi me estaba picando suavemente el ano con su ver como lo hacia siempre, entonces sin previo aviso mi mami nos descubrio, ella habia regresado temprano del trabajo, de ahi no recuerdo nada mas, solamente recuerdo que mi mami y yo nos fuimos a vivir a otra casa y a mi papi nunca lo volvi a ver, tiempo despues me entere que a mi papi lo meteiron a la carcel.
La nueva casa era un departamento ubicado en una zona algo peligrosa de la ciudad, puesto es todo lo que podia pagar mi mami, debido a que sin el apoyo economico de mi papi, no podia sostener la otra casa. Mi siguiente recuerdo de remonta a cuando mi tio, hermano de mi mama se fue a mudar con nosotros, puesto el estaria trabajando una temporada en la ciudad. Yo por aquel entonces tendria 1 año con 6 meses aproximadamente, en ese entonces yo ya caminaba. Recuerdo que en una ocasion mi tio se quedo a mi ciudado, y como toda niña inocente fui con mi tio que estaba viendo la television y me sente en sus piernas, de tal modo que mi nalguitas quedaron encima de su pene, al poco tiempo comence a sentir un bulto entre mi nalguitas, entonces comence a sentir cosquillas como las que sentia cuando mi papi juagaba conmigo, entonces de manera inconciente comence a moverme en forma de vaiven como cuando mi papi tallaba su verga en mi nalguitas; entonces senti que el bulto de mi tio comenzo a crecer, se sentia mas duro, entonces de pronto me quito de encima y se fue al baño, al rato salio algo agitado y el resto de la tarde evito que me sentara en sus piernas, desde ese dia note que me miraba con otros ojos.
A dia siquiente de igual manera el se quedo a mi cuidado, y otra ves me sente en sus piernas y puse mis nalguitas sobre su verga, yo queria seguir sintiendo cosquillas, entonces de igual manera comence el vaiven sobre su verga, y de nuevo comence a sentir como su verga crecia, entoces pasados unos 20 minutos, me quitaba de encima y se iba al baño. esto se repitio durante 1 semana.
Un dia, de nuevo mi tio me estaba cuidando y de nuevo se repitio la misma escena solo que ahora mi tio estaba desnudo con su verga un poco dura, entonces yo fui a sentarme en sus piernas de nuevo pero antes de que lo hiciera el me detuvo, subio mis vestido y me quito el pañal, despues me puse en sus piernas de tal modo que mis nalguitas quedaron subre su verga, entonces pude sentir como su verga comenzaba a crecer, senti a entre mis nalguitas la piel suave, dura y calida de su verga. Entonces comenze el vaiven de siempre solo que ahora sentia que las cosquillas eran mas intensas, se sentia muy bien, muy rico, entonces senti como la verga de mi tio comenzo a temblar, ese temblor era similar a que tenia la verga de mi papi cuando me iba a dar su lechita. Entonces rapidamente me quite d esus piernas y me meti la punta de su verga en la boca como lo hacia con la de mi papi y comence a mamar como si fuera un biberon, entonces comence a beber toda esa lechita, sabia igual a la de mi papi, trague tanta como pude, pero aun asi un poco se escapo por las comisuras de mi boca. recuerdo que me dijo que nunca debia decirle a nadie lo que haciamos puesto a el lo podian meter a la carcel, entonces recorde lo que le hicieron mi papi y acepte.
Despues de esa tarde mi tio comenzo a jugar conmigo de otras maneras, a veces tallaba su verga contra mi panochita, otras veces entre mis nalguitas, pero siempre me daba la lechita en mi boca.Pasaron 6 meses y en ese tiempo mi tio dio lechita casi todos los dias. pero desafortunadamente el se tubo que ir asi que me puse muy triste.
Continuará

Alicia, Parte 01
3 de febrero de 2025 en Relatos SDPA, Jovencitas, Incesto
Hace poco he conocido a una mujer, madre soltera, con quien hemos logrado gran afinidad. Ella estaba pasando por algunos apuros económicos por lo que hemos decidido que se mudarían conmigo y así no gastar en alquiler.
Por suerte yo vivía en una casa grande producto de unos planes de casamiento que no se realizaron, pero quedó la vivienda. En ella pudimos acomodar bien a Alicia, mi nueva hija; que resultó muy dócil contra mis vaticinios poco esperanzados.
Nuestra vida era la normal de toda pareja, yo trabajaba en casa realizando proyectos de arquitectura debiendo entregar regularmente mis avances vía Internet. Mi flamante señora seguía con sus tareas de enfermera, con el beneplácito de tener quien estuviera con la criatura en sus horas de ausencia.
Nuestra vida conyugal era la habitual, casi rayaba en la rutina y nuestras apetencias sexuales eran satisfechas de un modo aceptable.
Por la mañana temprano llevaba a Alicia al colegio , y ella volvía sola al mediodía. Me encantaba verla en su uniforme escolar que le sentaba muy bien, acentuaba sus formas de futura mujer y la pollerita algo corta que dejaba ver parte de sus muslos y hasta la bombachita cuando se agachaba a jugar.
Normalmente no la veía como una mujercita en ciernes salvo las veces en que su colita captaba mi atención. Por alguna razón desconocida, en ese cuerpito algo relleno (sin ser gordita) resaltaba la parte posterior, tiene una cola muy desarrollada para su edad, con la forma ideal que uno imagina acariciando.
Luego del colegio al finalizar de almorzar, se cambiaba con algo de entrecasa ya que el calor del verano no invitaba a usar mucha ropa. Al salir de su habitación la contemplaba en su metamorfosis: entraba una nena colegiala y salía una princesita con el cabello suelto, ya sin esas gomitas que le obligaban a usar. En sandalias abiertas y con una camiseta algo larga que oficiaba también de vestido. Así vestidita venía hasta la sala donde me hallaba viendo el noticiario y relajándome para una digestión apropiada, y aunque en el sofá había espacio de sobra le gustaba treparse a mi falda y sentarse allí a mirar la tele juntos.
Yo aprovechaba la ocasión para introducir nuevos conceptos en su mente virginal, las noticias eran el puntapié para arrancar con temáticas áridas si se las tomase en frío, pero relacionadas con algún hecho real parecían mas sencillas de comprender. En medio de estas charlas, casi monólogos, a ella le gustaba que la abrace y le tome las manitas, o que le acaricie lentamente la pancita o baje por las piernas como dibujando con el dedo. Esta acción la realizaba sin pensar que era una mujercita entre mis brazos, solamente veía a la nena que de a poco estaba ganando mi amor y admiración.
Esto fue cambiando gradualmente, no recuerdo el momento bisagra en que empecé a ver sus curvitas como algo sensual. El tema es que ya me agradaba darle unas palmadas en la cola, jugando, pero dejando la mano un poco más de tiempo en sus cachetes. Por supuesto ella estaba encantada con estas formas de atención, ya que parece que antes estaba un poco relegada al estar todo el día sola y la madre que volvía de noche con mucho cansancio no era precisamente muy efusiva.
El asunto de las palmaditas fue siendo poco suficiente para calmar mis deseos de sentir esa carnecita, en mis ratos de ocio recordaba esa tersura de su piel, esa dureza de glúteos, ese tamaño y formas que parecían corresponder a una mayor edad. Para satisfacer esas recientes ansias de un mayor contacto, me agachaba al lado de ella cuando estaba paradita haciendo algo e iniciaba una conversación trivial. Esa conversación hacía nuestras posiciones absolutamente naturales y era perfecta para abrazarla por el talle. Acariciarle los cabellos, bajar por su espaldita y detenerme en su colita, esa cola que me tenia mas desquiciado cada día.
Dado lo fino de la tela, la camiseta larga parecía otra piel permitiendo sentir el calorcito que emanaba desde su interior. Ese calorcito se acentuaba en la medida que mi mano recorría territorios más abajo, acercándome a su trasero podía sentir el inicio de su bombachita, el fino elástico que iniciaba la prenda prohibida. Esa prenda que asomaba cuando se agachaba a jugar, esa prenda que estaba en contacto con esas dos hermosas semiesferas de su cola.
En esa zona el explorar de mi mano se hacía mas lento, mas profundo, quería sentir bien las formas de eso, el límite que se forma entre la bombachita y la colita, ese calorcito que emana naturalmente.
Esas caricias se fueron haciendo más comunes hasta casi convertirse en una costumbre, cuando algún día mis actividades no permitían que estuviese mucho tiempo con ella, venía a mi oficina con cualquier pretexto para que la abrace y acaricie un poco. Claro que esos momentos me sabían a gloria comprendiendo que yo no era el único necesitado de esos roces, que era algo que compartíamos como si fuese mi noviecita. Además mi mano extrañaba ese explorar, ese sentir la piel como estremecerse al contacto con su trasero, esas carnecitas que pedían a gritos que las apriete entre mis dedos.
Para ese tiempo mi mente ya aceptaba la situación, era natural la excitación que me producía llegando a tremendas erecciones que trataba de disimular. Supongo que a Alicia también le producía entre satisfacción y curiosidad, ya que su vista se dirigía a mi entrepierna en los momentos en que parecía que yo estaba en otra cosa. Tal vez haya sido la razón inicial para que aveces me rozara esa parte, como jugando, como accidente, pero el tiempo que permanecían sus deditos hacía pensar que era intencional.
Una vez dejó la manita en ese sitio y cerrando los dedos apretaba suavemente, yo no sabía cómo reaccionar ante ésto pero ella alivió la situación al preguntar inocentemente porqué se me ponía mas duro y grande en ciertos momentos. Allí no tuve más remedio que explicarle con términos casi médicos el mecanismo de reproducción, mientras estaba paradita a mi lado le acariciaba la colita por arriba del camisón explicándole que esos actos hacían disparar una reacción involuntaria que llenaba mi órgano de sangre preparándolo para el acto reproductor.
Para reafirmar estas palabras la instaba a sentir bien el contorno que se marcaba bajo mi pantalón y con sus manitas apretaba gustosa sintiendo las formas y tal vez adivinando cómo sería sin esa tela cubriendo todo.
Yo no estaba seguro de que fuese una situación sexual o solamente una etapa en el aprendizaje de la pequeña, difícil adivinar o imposible de preguntar si estaba excitada, solamente podía apreciar la naturalidad de su accionar mientras pasaba su mano y sentía a su vez mis dedos recorriendo su geografía posterior.
Si bien en los días siguientes ardía en deseos de levantarle la pollerita por detrás para apreciar esa bombachita preciosa y deleitar mis ojos en esa colita deseada, no hallaba pretexto u ocasión para tal acto.
Esto por un tiempito hasta que se contagió con una especie de virus en el cole, no era algo maligno pero debía medicarse y guardar un poco de reposo. Siendo mi mujer profesional de la salud le dio poca importancia al asunto, tal vez recordando casos mucho más graves de su experiencia diaria. El caso es que le debía suministrar un jarabe y aplicar unos supositorios hasta el nuevo análisis que aconsejaría los pasos a seguir.
El primer día mi mujer venía cansada, con pocas ganas de nada cuando la llama a la nena al comedor para aplicarle el supositorio. Haciéndola inclinar con los brazos en una silla en forma de L con la colita levantada, le sube el camisón ofreciéndome el espectáculo de mi vida. Yo estaba sentado pensando en otras cosas cuando esto se desarrolla frente a mi vista: aparece esa bombachita blanca que tanto he imaginado cubriendo esa colita hermosa, más hermosa que lo que dejaban adivinar las prendas, tan apetecible que daban ganas de ir allí y morder esos cachetes.
Eso duró muy poquito tiempo aunque me pareció un deleite larguísimo que se ajustaba a mis deseos irrealizables, acto seguido tomó la bombachita y la bajó dejando al aire esos dos globitos que yo había degustado por encima de la ropa nomás. Con una mano le abrió los cachetes y con la otra le introdujo el supositorio repentinamente; en ése momento yo no percibía la tosquedad de sus actos ya que estaba deleitado con esa profundidad que tenía el surco, yo lo imaginaba más llano. Era algo admirable lo hondo que estaba ese hoyito marrón acostumbrado a hacer caquita, pero no a sentir algo en sentido contrario, que le entre y de esa forma brusca. Alicia pegó un gritito con algo de llanto mientras la madre le decía que eso no era nada, que se lo aguante.
Supongo que toda la ternura acumulada en mi corazón explotó en ese momento ya que sentía unas gotas resbalar por mi mejillas, así como un deseo irrefrenable de ir corriendo a abrazar a mi bebita para consolarla y compartir su pesar. Eso no lo pude hacer por razones obvias, pero la solución fue provista por mi propia esposa al decirme que las próximas aplicaciones me correspondían a mí, que le tenía más paciencia a la mocosa malcriada.
Al menos pude disfrutar de su compañía cuando vino con carita llorosa a sentarse sobre mi falda, en el camino se subía y acomodaba la bombachita lo que me ofreció la vista de su parte delantera, aún no había ni vislumbrado su tajito imberbe, y ese bultito se me antojó lo más gustoso que hubiese visto.
Como si fuese a reconfortarla la sentaba algo inclinada para poder llegar bien con mis manos a su parte posterior. Le acariciaba la colita mientras susurraba en su oreja que ya había pasado todo, que no fue tan grave al final, que mañana me tocaría ponerle la medicina y que por supuesto yo sería mucho mas suave y gentil, sin hacerle doler nada.
En ese hablarle al oído sentía su cabello acariciar mi cara, podía aspirar ese aroma a mujercita que no había percibido antes, con mi nariz frotaba suavemente su cabecita y unas sensaciones embriagadoras me invadían, mientras luchaba para evitar la erección que crecía debajo de mi nena.
Las imágenes de la tele eran invisibles mientras permanecía en ese sillón abrazando a mi pequeña, acariciándola suavemente mientras pensaba cómo sería la tarde siguiente cuando me tocase aplicarle el supositorio.
Continuará

Dejando mi inocencia con mi prima
3 de febrero de 2025 en Relatos SDPA, Jovencitas, Incesto, Jovencitos
Sucedió cuando tenía aproximadamente 10 años y que fue el resultado inevitable de lo que se vino acumulando con los años y no sé si decir si las circunstancias fueron las culpables o yo por ser el protagonista de esta historia.
Cerca de mi ciudad aproximadamente a unos 10 minutos vivía mí una tía la cual tenía dos hijos con los que siempre conviví desde muy niño, a lo cual el juego era muy común entre nosotros.
A mí siempre me gusto convivir con ellos y quedarme a dormir los fines de semana, mi tía que era una mujer que vivía sola no tenía ningún inconveniente de que yo pasara tiempo con mis primos porque de todos modos no se tomaría la molestia de ponerme mucha atención, ella de las que prefería que hiciéramos a un cierto grado lo que quisiéramos con tal de que no le diéramos lata.
Mi tía tenía dos hijos como menciones, un chico como un poco mayor que yo y una hija de mi edad. Yo siempre vi normal el compartir casi todo con mis primos por lo mismo no me era raro dormir con ellos dos o con uno de los do. A veces dormía con mi primo y otras tantas con mi prima con una naturalidad de familia pues no existía morbo alguno.
Por esa misma normalidad y un poco por el descuido de mi tía llego algunas veces que por las prisas de salir a algunas fiesta, hacia que tuviéramos una ducha colectiva donde nos bañáramos los tres, mi primo, mi prima y yo, viéndolo como antes mencione con mucha naturalidad el que compartiéramos el baño.
El tiempo pasó y llegaron veces en que nos mandó a bañar a mi prima y a mí que para ese entonces mi prima era una niña con un cuerpo común de una niña de 9 años. Por lo mismo no recuerdo muchos detalles de esas duchas, solo que las teníamos juntos.
Siguió pasando el tiempo y yo con mi constante visita de fin de semana debido a que en mi casa me aburría y a mis primos les encantaba que estuviera ahí para jugar. Creo que fue como a los 10 años cuando todo empezó a cambiar.
Yo a mis 10 años era un chaval normal con un cuerpo de un niño de esa edad, en cambio mi prima a sus casi 11 de repente había cambiado mucho aunque en ese momento no sabia que era lo que pasaba cuando la observaba mas detenidamente. Ella a pesar de su corta edad se había desarrollado bastante. Mi prima no era una diosa no les engañare, pero a su edad tenia unas tetas bastante grandes y las nalgas se le habían desarrollado bastante bien osea que eran paradas de buen tamaño que me imagino que para su edad les despertaba al morbo a chicos mas grande, por que cuando salía con ella a comprar o hacer algo veía a los chavales mas grandes le decían cosas acerca de ella y le chiflaban y recuerdo que la chuleaban cosas que pasan en algunos pueblos.
Ella siempre usaba algunas calzas muy ceñidas al cuerpo que mostraban las nalgas grandes que tenia y paradas que para ese entonces me parecía algo muy normal y nada llamativo
Mas sin embargo ella creo que no lo notaba y menos mi tia, puesto que a esa edad no cambio lo de dormir solos y juntos y menos las ducha.
No seguía mandando a bañarnos juntos, pero no se que paso que las demás duchas no las recuerdo pero esta como que si la tengo mas presente. Un dia como cualquiera nos mando a bañarnos juntos y se salio de la casa, recuerdo que como normal lo hacíamos nos fuimos a desvestir ella regreso al baño solo con un calzon color blanco y sin nada arriba que me imagino que no le incomodaba que las tetas ya no las tenia planas, ahora se abultaban un poco mas y los pezones rosados eran mas grandes. Aun así nos metimos a la ducha como sin nada, en esta siempre teníamos juegos que aunque no lo crean eran sanos eran de echarse agua en la cara o tirarse espuma y cosas de niños. Mas ese dia nos metimos y recuerdo que estaba en unos calzones blancos con un encaje asi en las orillas de las piernas y yo como siempre me meti en trusa recuerdo que el ritual siempre de bañarse era primero mojarse con todo y ropa interior y después de un poco de lavado de pelo seguíamos con el cuerpo y empezábamos a quitarnos la ropa interior. Ese dia la observe con una leve diferencia, no sabía por qué pero pues cuando se metió a la ducha, le abrió a la regadera y el agua le empezó a caer en el cuerpo y se empezó a mojar su calzon blanco el cual como se le pegaba a su cuerpo y se le notaba la parte de su pubis que para ese entonces como todo niño era casi lampiña, siempre nos enjabonábamos el pelo y después cuando tocaba el cuerpo ya nos quitábamos la ropa interior, pero esta vez no se por que, cuando se quito mi prima la ropa interior no se que sentía, posiblemente una confusión de verla desnudándose, no se si era pena que me daba, pero la observaba y ella no le daba ninguna pena se quito su calzon y la vi como siempre al bañarnos asi desnuda, pero ya empezaba a notarse en su zona vaginal que se avecinaba la crecida de bello, los cuales eran pequeñitos como si fueran el bello de los brazos.
Siempre al enjabonarnos uno le enjabonaba la parte de la espalda al otro y a veces muy naturalmente ella con la esponja me enjabonaba la espalda, atrás de las rodillas y hasta se agachaba y se ponía de rodillas y me ponía de frente y me enjabonaba la pansa y hasta pasaba la esponja por mi pene y me labava. Yo lo veía normal y ella también y ese dia igualmente me toco enjabornar su espalda y también me arrodillaba y le tallaba sus nalgas de una forma muy normal sin ningún morbo y como otras veces me levantaba quedando casi su espalda pegada con mi pecho y mi pene pegando con sus nalgas mientras enjabonaba la parte trasera del cuello.
Ahora de grande al recordar eso se me hace muy morboso, mas por el cuerpo que tenia mi prima.
Desde ese dia no se que me pasaba en la cabeza, me gustaba dormir mas con mi prima sin despegarmele en las noches, como dormíamos solos y yo me pegaba a su espalda haciéndome capullito con ella, y ella siempre usando mucho calzas muy ceñidas al cuerpo no se como que esa sensación era hermosa.
Ya no se diga el bañarme con ella y tallarnos el cuerpo.
Pero un día paso algo que no nos esperábamos ambos. Era una tarde calurosa como lo suelen ser donde ella vive era sábado por el medio dia y a mi tia se le ocurrio ir a refrescarnos en un arrollo cercano a su casa. Todo transcurría de forma normal y no recuerdo el motivo pero solo estábamos en casa mi tia, mi prima y yo, mi primo había salido quizá a alguna actividad con sus amigo o que se yo.
Recuerdo que ya tenía un poco de comida preparada mi tía, la guardo en unos trastes y cogió tres toallas , jabones y shampo para bañarse de una vez ahí y nos dispusimos a ir, nosotros contentos y felices como se puede esperar de unos chavillos de 11 años que se emocionan por darse un chapuzon en donde sea. Yo iva con un short normal y una playera, mi tia con unas bermudas no muy sexys y una blusa, y mi prima ,esta se había puesto una falda muy corta como de porrista, y bajo esta una calza color negra, muy ajustada al cuerpo, creo que era la mas ceñida que tenia y la mas corta de sus piernas puesto que le llegaba solo un poco debajo de sus nalgas, pero aun asi todo normal, al menos yo solo lo veía como un dia que pasaríamos en el agua disfrutando.
Llegamos y mi tia se dispuso a darse una bañada en el arrollo que a ella le llegaba el agua a la altura de la cintura, yo enseguida me quite la playera, las sandalias y me eche un chapuzon como de bomba, recuerdo que desde la orilla veía a mi prima como se despojo de la falda quedándose solo en la diminuta calza negra y también se avento al agua.
Jugamos entre mi tia, mi prima y yo, mi prima se me montaba en la espalda, yo le hacia caballito y nos aventábamos al agua y reíamos, hacíamos lo común de unos niños, asi seguimos por un rato hasta que como a las 4 de la tarde mi tia decidio salirse del agua y descansar, se tumbo en una toalla debajo de un árbol que había junto al arrollo y empezó una siesta, el lugar no era peligroso pues el agua no nos llegaba mas arriba del pecho.
Mi prima y yo sin ningún cambio seguimos jugando, conversavamos de cosas sin sentido me imagino y de chismes de niños, jugábamos al caballito , la abrazaba de frente ella me rodeaba con sus piernas la cintura, la cargaba y le hacia una especie de quebradora en el agua, asi por un buen rato.
En un momento salimos nos tumbamos en una toalla y comimos un poco ligero, pero aun asi nos esperamos alrededor de una hora para entrar al agua. Cuando decidimos regresar al agua yo me adelante y me empece a bañar en el arrollo y al cabo de un momento sentí algo que golpeo mi espalda, me di la vuelta y me percate que era un tronco como de unos 2 metros de largo un poco grueso el cual flotaba, lo vi y lo trate de undir con el peso de mi cuerpo para ver que tanto flotaba y vi que en realidad me aguantaba bien, entonces se me ocurrio una idea, me acerque por un costado y subiendo una pierna me le monte como si fuera un caballo, ya con mi peso un completo encima de este vi que de puntitas tocaba el fondo del arrollo, y saltaba en el como si fuese un caballo galopante y al ver esto mi prima me pregunto que que hacia y le dije que me había encontrado un tronco que estaba muy bien para jugar ya que flotaba.
Ella se acerco en el agua y me dijo que se queri montar igual que yo, a lo que le ayude a subir, pero al ser mas pequeña de estatura ella no tocaba el fondo del arrollo y no se equilibraba, callendose al agua del tronco. Lo intento varias veces, fallidas tratándose de sostener de mi cintura y desistio.
Entonces le dije que se subiera a él delante mio y que yo la agarraría de la cintura para sostenerla a lo que ella acepto y haciéndome hacia atrás la ayude a que subiera una pierna y de un salto se trepara al tronco. Ella lo logro de inmediato y yo la sostuve de la cintura a una distancia de seperacion de nuestros cuerpos a lo cual como se sentía insegura me dijo que me acercara mas y entonces accedi me acerque mas.
Empezamos un juego de hacer undir el tronco como dando saltos en un caballo que saltaba, de arriba abajo empujándolo hacia adelante dando un rondin en círculos en aquel arrollito de modo que nuestros cuerpos chocaban el uno con el otro lo que trajo consigo que después de un rato nuestros cuerpos estuvieran juntos bien pegados el uno al otro, para ese entonces era normal para mi y para ella, veíamos a mi tia dormida bajo aquellos arboles y nosotros jugábamos yo bien agarrado de la cintura de mi prima que para ese entonces sus nalgas se pegaban bien a mi pubis.
Asi seguimos y después de un rato mi prima y yo completamente pegados el uno del otro solo brincábamos arriba del tronco sintiendo como mi cuerpo apretaba el de ella repegando mi pene entre sus nalgas y ninguno de los dos decía ni una sola palabra, quien sabe que nos hizo quedarnos callados pero asi estuvimos creo que por mas de media hora.
Ya atardecia y cada vez la luz del sol se iva acabando debajo de la arboleda y pero inexplicablemente mi corazón se aceleraba al ritmo de aquella danza del troco saltarin y mi prima parecía que contenia la respiración y después soltaba el aliento sin medida en un especie de suspiro.
Sé que ella tampoco se explicaba que fuerza nos mantenía ahí uno pegado del otro sin querer parar de hacer aquella actividad, por que ninguno de los dos decía palabra alguna, simplemente aumentaba la frecuencia del bricar en el agua con ese tronco que se perdia debajo de nosotros y cada vez con mas frecuencia me restregaba mas a ella.
En un momento nos cansamos de andar jugando asi y le dije que que hacíamos entonces ella me dijo que de una vez iva a traer el shampo y jabon para bañarnos ya en el arrollo, se bajo del tronco y salio a la orilla, recuerdo que vi su calza casi metida entre las nalgas se agacho por el jabon y shampoo a recogerlos de una bolsa y es cuando vi esa imagen que me llamo la atención de una manera muy rara no le quite la vista de la calza y de sus nalgas.
Se dio la vuelta y se metio al agua yo aun asi como ido arriba del tronco le dije bueno ya se acabo el juego a bañarse
A lo que me contesto
— no primo me subiré un rato mas y jugamos y después nos bañamos.
Puso el jabon y shampo en una piedra dentro del rio y se nuevo la ayude a montarse pero esta vez ella sola se fue y se repego en mi dejando caer su cola en mi pene y volví a sentir esa sensación que me producia cuando nos bañábamos y restregaba su espalda y mi pene se metia entre sus piernas asi de espalda, recordaba que a veces me crecia de una manera muy chistosa, como ahora me estaba pasando.
Seguimos con el juego del sube y baja en el tronco ahora yo la agarraba con mas fuerzas de la cintura y la apretaba a mi, ella en un movimiento involuntario levantaba la cola y se acomodaba mejor de modo que se sentaba en la punta de mi pene que quedaba prácticamente entre sus nalgas a lo que me dijo después de un rato.
— oye primo a veces te crece el pene mas, por que será?
Yo honestamente no sabia que decirle, por que en realidad no sabia que pasaba, y le dije
— creo que se inflama por el agua pues cuando nos bañamos eso pasa y ahorita que estoy en el agua eso ha de pasar.
A lo que contestos
—- creo que si
Seguimos jugando y después de un rato mi pene inflamado se encontraba casi metido entre sus nalgas que en cada sentón que se daba al seguir el juego es se aprisionaba cada vez mas entre sus nalgas y sentía una sensación rica y no me quería despegar.
Llegamos en uno de los recorridos que dimos junto a la piedra donde había dejado el jabon y el shampoo y los cogio y me dijo
— a bañarse
Yo le conteste
— vamos a bajarnos del tronco.
Ella me dijo
—- no aquí nos lavamos el pelo y el cuerpo
Y yo asentí sin ninguna objeción.
Se puso shampo en el pelo se lo empezó a lavar y me pidió que le ayudara a lavárselo ya que estaba a su espalda. Se lo empece a frotar, dando masaje en su cabeza por las orejas y ella me decía que le daba cosquillas y se arqueba hacia atrás mio pegando mas su cola a mi pene el cual sentía que se clavaba en sus nalgas. Segui asi por un rato después me dijo que se iva a enjuagar tomo agua con las manos y se la derramaba en el pelo yo le ayudaba con mis manos y el jabon le escurria por el cuerpo, después me dijo que me tocaba a mi a lo que se bajo del tronco y me dijo que nos fueramos a una parte mas baja del arrollo. Se subio detrás mio sentándose en el tronco y me empezó a poner shampo me froto el pelo las orejas y el cuello y sentía riquísimo, después me empezó a echar agua con sus manos y enjuagarme. Luego tomo el jabon y me empezó a enjabonar la espalda, brazos como normalmente lo hacíamos pero de espalda y pecho y cuando llego a la cintura me dijo que me quitara el short, yo lo veía normal y me lo quite, también retirándome la ropa interior.
Me quede desnudo me volvi a sentar sobre el tronco que era nuestro juguete en el agua y haciendo espuma con la propia agua del arrollo empezó a frotarme la cintura después mi espalda y recorrio mis piernas tallandomelas con sus manos.
Yo sentía su aliento detrás mio y sus manos recorriendo ya mis piernas que las lavaba, le sentía la respiración acelerada y yo me quedaba quieto, siguió con sus manos hasta que sentí que se paraban en mis ingles porque yo habría las piernas un poco y me dijo
—primito a ver te voy a lavar hasta tu pajarito jajajajajaja,
Con cierto nerviosismo llevo sus manos hasta mi pene que estaba muy inflamado no sabia yo porque y me empezó a frotar como lavándome en mis testículos agarro el tronco de mi pene y lo tomo con sus manos y lo froto de arriba abajo a lo que me dijo.
—- primo no será malo que tu pene este muy inflamado, alguna vez lo sentí inflamado entre mis piernas cuando nos bañamos y tu me tallas la espalda y te me juntas muchos y te pegas a mi, pero un poco menos grueso, no estaras enfermo?
Y yo le dije no creo por que no me duele.
Siguió un rato asi y yo me sentía muy bien, no se una sensación en el cuerpo muy agradable.
Se detuvo y me dijo que me tocaba ahora a mi ponerle jabon.
Entonces aquí cambio mi vida.
Mi prima se bajo de atrás del tronco se puso en pie y se quito la calza quedando en unos pequeños calzoncitos, se quito la blusa y se fue delante mio y se sento en el tronco de una forma bastante pegada a mi casi aplastando mi pene con las nalgas. Tome el jabon de la piedra y lo empece a frotar en su espalda haciéndole un masajes desde el cuello hasta la parte baja de la espalda, pero como ya estábamos en una parte mas baja del arrollo ya veía su cintura salir del agua y por lo tanto observaba el calzoncito blanco que traía y veía como mi pene inflamado se ensartaba casi en las nalgas, yo le enjabonaba la espalda después segui con el estomago subi asus pechos que nunca los había tocado y los cuales estaban duritos de los pezones y se los frotaba. Mi respiración acelerada y yo me juntaba mas a ella masajeando su espalda con mi pecho también enjabonado y cuando llegue a la cintura le dije.
— prima tus chones.
Ella no dijo nada solo levanto la cola y se los bajo, hasta que se los saco todos, se volvió a sentar del mismo modo con mi pene metido entre sus nalgas. Yo empece a tallarle su cola, sus piernas y ella empezó a abrirlas de modo que segui con mis manos hasta las rodillas obligando con esto que mi cuerpo se pegara mas al suyo y mi pene se aplastara mas entre sus nalgas y después regrese y llegue a su ingle y empece a frotar.
Ella abria mas las piernas y detenia su respiración y le dije.
—- primita te lavo tu cosita.
Ella contesto
—- si primito. Con la voz cortada. Y yo empece a frotarle su vagina que ya se sentía con un poco de vellos y con mi mano toda abierta le sobaba y con mis dedos pasaba justo en su rajita y ella se arqueba aventando mas la cola hacia a mi. En eso se empezó a arquear mas y levantar mas la cola de modo que mi pene inflamado se empezó a acomodar entre sus nalgas y ano y ella se movia como queriéndose montar en mi. Yo sentía muy rico pero no sabia que pasaba, hasta que en un momento dado mi pene por el jabon se empezó a abrir paso en el ano de mi prima y ella como que se quejaba pero empujaba mas y yo no daba crédito que mi pene se pudiera meter en el ano de mi prima nunca lo había pensado, y asi insistiendo ella en sus arqueadas se acomodo hasta que se lo metio todo.
Le dije
— que hago prima.
Ella contesto
— no se solo briquemos como lo hacíamos con el tronco pues se sentía rico.
Empezamos a brincar y mi pene empezó a meterse y a salirse del ano de mi prima ella ya se levantaba sola dando de brinquitos y moviéndose como si se retorciera y yo no podía creer y no sabia que era lo que sentía. De repente me vino un calambre que me recorrio todo el cuerpo y termino en la punta de mi pene. Tome a mi prima de la cintura y la empece a mover de arriba abajo ayudándola en sus movimientos que ella hacia hasta que sentí que me desmallaba por algo extraño que sentía entre las piernas. El calambre mas rico de mi vida y ella empezó a jadear y decir cosas como
—— que bonito primito, que bonito juego, pero jadeando y saltando hasta que se quedo recargada en mi espalda.
Se bajo de mi y se saco el pene y no sabíamos que habíamos hecho solo que con una sonrisa complice creo que ella y yo decidimos no comentarlo con la intención de hacerlo otras veces.
Salimos del agua y nos cambiamos y fuimos a despertar a mi tia.
De ahí empezó una historia sexual con mi prima, la cual fue mi primer mujer en mi vida.
Fin

Crónicas de un profesor, Parte 03 (de El Teacher)
3 de febrero de 2025 en Relatos SDPA, Jovencitas
Luego de la pregunta que me hizo la hermana de Valeria que por cierto se llama Katherine, me dejo helado porque fui muy cuidadoso al no dejar que nadie nos descubriera. Pero al pareces alguien fue más lista que yo.
– No sé de qué me estás hablando. Le dije disimulando mi nerviosismo.
– No te hagas el idiota que hasta mi cuarto se oían los gemidos de mi hermana. Me dijo. Y luego continúo. Mi mama se va a enterar de esto, te lo juro.
– Espera, está bien si me cogí a tu hermana, pero por favor no le digas a tu mama sino me va a ir muy mal. Le rogué.
– Ok está bien, no se lo diré con una condición. Me dijo.
– Aja dime, con que condición? Pregunte.
– Que me hagas lo mismo que a mi hermanita, pero no se lo digas a nadie. Si o no?
Sin pensarlo dos veces le conteste que si, sin dudarlo. Solo imaginarme que llegue a esa casa por cogerme a Valeria y también me iba a coger a Katherine. Wow.
Nos metimos a su cuarto y me dijo:
– Me voy a dar un baño, cuando regrese espero ya estés listo.
Cuando salió de el baño salió sin toalla, mojadita, desnudita. Un cuerpazo tremendo, se veía que el novio la tenía en forma. Unas tetas bastante desarrolladas para una niña de 14 años, pero pequeñas como a mí me gustaban, una panochota tan deliciosa y unos pies deliciosos. En seguida ella se tiro a la cama y sin dejarme tomar posición, tomo mi pene y lo comenzó a chupar. Que rico chupaba esa nena. La lamia como si era una paleta y yo no pude evitar y me vine de esa gran mamada, es increíble, no dure ni 5 minutos. Pero luego me recupere muy rápido.
Luego se me comenzó a hacer una paja con sus lindos pies blanquitos y rosaditos y suavecitos. Muy deliciosos.
Al terminar la paja se me subió encima y se comenzó a menear tan rico saltaba en mi pene y gritaba de placer, esa nena sabia como moverse y sabia como complacer a un hombre. Estaba a punto de terminar dentro de ella cuando de pronto:
– Katherine!!!????
Era Valeria, había abierto la puerta y había visto a su hermana saltando encima de mi pene, yo le dije lo primero que se me vino a la mente sin esperar una buena reacción:
– No te pongas celosa Vale, para las dos tengo
5 minutos después tenía a las dos hermanitas lamiendo mi pene. Mientras Katherine lamia mi pene, Valeria lamia mis testículos. Era algo mágico. Tenía a dos nenas completamente hermosas mamando mi pene, dándome mucho placer. Así pasaron las horas, folle con las dos y de todas las formas posibles. Nos quedamos los tres acostados, una a cada lado abrasado, tanto fue el placer que sentía que perdí la noción del tiempo. Al ver el reloj vi la hora y para mi sorpresa eran las 10:00 de la noche. Escuche un carro. Las nenas se despertaron y me dijeron:
– Mi mamá!!!?
Me vestí rápido y Salí por la ventana. Valeria se fue a su cuarto a darse un baño y Katherine hizo lo mismo. Mientras yo me iba. Luego de ese día nunca más las volví a ver ya que Katherine quedo embarazada después de la gran cogida que dimos y el novio sabía que no era de él. Por eso la mama decidió irse de ese lugar hacia otro departamento, también Valeria dejo de ir al colegio. Pero nunca olvidare la experiencia que pase con esa nena esa tarde. Perdí a Valeria pero sabía que tendría muchas experiencias más con otras nenas. Así que Las crónicas de este profesor no terminan aquí…
Continuará