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    Chantajeando a Mary, relato SDPA en blogSDPA.com

    Chantajeando a Mary, Parte 03 (de Johernan)

    25 de febrero de 2025 en Jovencitos, BDSM, Sexo en público, Sexo en grupo, Relatos SDPA

    Esta publicación es la parte 3 de un total de 5 publicadas de la serie Chantajeando a Mary

    El hecho que ella había violado sus votos matrimoniales por segunda vez ya no estaba haciendo mella en ella, y empezó aceptar que era una esposa más de tantas esposas que engañaban a sus esposos. Lo que había comenzado como un sentimiento de culpabilidad que no la dejaba dormir desde aquel día con el tipo en el gimnasio, ella lo acepto como un camino a la que no tenía otra opción mientras el personaje de las fotos la siguiera chantajeando, este nuevo sentimiento la relajo y empezó a sentirse a gusto. Había trascurrido un par de días desde la orgía en su cuarto, y ella estaba de nuevo revisando su correo cuando de nuevo había otro del mismo destinatario, ella lo abrió desesperadamente y de nuevo había otro set de fotografías, pero no del gimnasio, sino de su propio cuarto, mientras ella estaba abandonada al desenfreno y la lujuria con aquellos cinco tipos mal encarados comportándose como una puta. Un miedo de nuevo atravesó su cuerpo, pero ya no tanto como la primera vez. Ya el daño estaba hecho y ella lo había aceptado de esa manera. Ella recordó que siempre habían cuatro cogiéndola mientras uno tenía una cámara, y estaba filmando todo, `que mas da' pensaba para sí. El mensaje solo rezaba: "Bonitas fotos estaremos en contacto" Mary ni le prestó atención al mensaje simplemente se puso a detallar cada fotografía, todas eran tomas de ella, siempre se aseguraron que el rostro de ninguno de los hombres saliera en la foto. El de ella en cambio salía en casi todos. No podía ocultar la mirada de puta y deseo en cada fotografía tomada, extrañamente a Mary le gustó lo que vio y se puso a tocarse su coño allí mismo. Como era habitual en ella siempre llevaba ropa suave en casa y sin pantaletas ni sostenes.

    El siguiente viernes ella de nuevo recibió la llamada del extraño. Cuando oyó la voz entrecortada su corazón latió rápidamente pero no de miedo como la primera vez, sino de emoción como una jovencita que está esperando ansiosamente la llamada de su novio. La voz solo le dijo:

    "Estas haciéndolo muy bien puta. Mañana sábado vas a ir al centro comercial con tu hijo, pero solo vas vestida con un abrigo, su hijo no extrañara nada porque estos son días de frio. Escribe algunos tatuajes vulgares en tu cuerpo, inspírate. Pero sobre tu pecho escribe `déjame mamártelo'. Luego que llegues al centro comercial deja a tu hijo en la sala de video juegos y vas al baño de hombres y le mamas el guevo a cada uno que entre al baño sin importar la edad de él. Entendido puta." Con eso colgó dejando a Mary sin atinar a decir nada.

    Su cuerpo fue estremecido por un rayo de miedo, emoción y placer. De miedo porque ella no esperaba que la voz la mandara a un lugar público, de emoción y placer porque este era un fetiche que ella siempre amo. Ella amaba cuando su esposo la exponía en lugares públicos con esos vestidos que hacía voltear miradas a cualquiera que pasara al lado de ella, pero ella deseaba que su esposo la llevara por la calle cubierta solo en un abrigo y entonces, abriera el abrigo a todo aquel o aquella que él quisiera. Ese sueño de ser expuesta a todos, e imaginarse las miradas de los transeúntes que vieran su coño y tetas peladas a ellos o incluso su culo, la excitaba tanto que siempre terminaba masturbándose. Este personaje del teléfono no solo la estaba obligando a llevar simplemente un abrigo, sino que además debería llevar escrita en su cuerpo cosas vulgares. Las imágenes de las miradas de los tipos que la vieran así, no solo mirando su coño, tetas y culo sino además todas esas vulgaridades por su cuerpo la excito más que Mary casi tuvo un orgasmo allí mismo en la sala de su casa.

    El sábado en la mañana cuando Mary se levantó, su esposo había dejado la casa para ir a la oficina, eso fue lo que le dijo, su hija también había salido para ir con algunas amigas, ella fue al cuarto de su hijo y este aún estaba durmiendo aunque ya eran casi las once de la mañana. Entonces regresó a su cuarto para prepararse para la cita, ella poso desnuda frente al espejo admirando su figura, sus tetas eran grandes y aún conservaban la firmeza de la juventud, sus pezones eran gruesos y sobresalían unos dos centímetros, a ella le gustaban sus pezones porque la hacían sentir sexy. Entonces bajo la mirada a su coño, ella siempre admiraba su coño, siempre se esforzó para mantenerlo firme a pesar que ya había tenido dos hijos, ella tenía en su computadora una fotografía en acercamiento del coño, su esposo le había tomado recientemente y para cualquiera que lo viera juraría que se trataba del coño de una adolescente. Se giro y admiro sus nalgas, estas eran grandes y apetitosas, los hombres siempre tenían algo que decir de su trasero, ella amaba su trasero, este era uno de los rasgos que más le gustaba exponer junto con sus piernas esculturales. Mary se imagino desnuda llena de vulgaridades escritas en su cuerpo en un baño público donde entraba mucha gente e inconscientemente empezó a tocarse. Le hubiese gustado si la voz extraña le hubiera ordenado que llevara un vibrador pegado a su clítoris, pero esa tonta voz no lo hizo, ella pensó en hacerlo pero no quería desobedecer. Entonces buscó un marcador rojo en una gaveta y empezó a escribir cosas por su cuerpo.

    La primera cosa que escribió fue la que le habían ordenado, justo en su pecho. "DEJAME MAMARTELO" en letras grandes, se admiro como se veía y le gustó. Pensaba que más iba a escribir, duro un rato frente al espejo como si no se le ocurriera nada, y entonces empezó a escribir: justo sobre el ombligo escribió "SOY UNA PUTA DECLARADA" debajo del ombligo en su vientre:

    "COJE MI COÑO ADULTERO" entonces se giro y en la nalga derecha: "METELO EN MI CULO" y en la izquierda pinto un pene erecto apuntando su culo. Después se admiro lo que había escrito y le gusto, fue por un abrigo negro que era uno de sus favoritos y se cubrió la desnudez, también busco unos tacones altos y se calzó. Entonces salió del cuarto y vio a su hijo que ya se había levantado y estaba mirando la tv.

    Ella dijo: "Juan cariño vístete para que me acompañes al centro comercial" el pequeño Juan rápidamente se levanto de su asiento y corrió a su cuarto, a él siempre le gustaba cuando su mamá lo llevaba al centro comercial, porque lo dejaba jugando en los video juegos mientras ella iba hacer las compras. El centro comercial al que hacía referencia la voz era uno que estaba cerca de su casa a escasas unas cuatro cuadras, por lo que ella siempre iba caminando. Mientras caminaba con su hijo al lado, no dejaba de sentirse excitada, si él supiera que su madre iba desnuda bajo ese abrigo y que tenía unas ganas locas de abrirlo a todo el que pasaba junto a ella, ese pensamiento morboso no la hacía sentir vergüenza, al contrario de alguna manera le generaba placer, incluso más que si fuera su esposo el que estuviera caminando con ella. Cuando llegaron al centro comercial este estaba lleno de gente como era normal cada sábado, Mary se dirigió al nivel donde siempre dejaba a su hijo jugando en una de las salas de juegos:

    "Cariño me esperas aquí, mami tiene que hacer una diligencia." Juan ni se molesto en preguntar, a él le gustaba quedarse jugando, le parecía aburrido andar detrás de su mamá mientras iba de tienda en tienda por horas.

    Mary dejo a su hijo y se dirigió a uno de los tantos baños públicos que había. Mientras se acercaba su corazón parecía salirse de su pecho, ella era un manojo de nervios y excitación, se sentía como el primer día cuando su esposo la vistió con aquel vestido tipo fondo, ajustado que era trasparente con la luz, y la llevo a este mismo centro comercial, al principio ella quería que la tierra se la tragara pero después de los primeros quince minutos ya se sentía cómoda y le gustaba como los hombres la miraban. Hoy se encontraba en una situación parecida porque aunque ella ya estaba acostumbrada a exhibirse, era la primera vez que iba a hacer cosas pervertidas en un baño público y no tenía el apoyo de su esposo.

    Ella llego al baño y se aseguró que nadie la viera entrar en el baño de varones, cuando ella entro quiso salir corriendo de nuevo pero cuando se disponía a salir un hombre negro de unos 45 años que tenía apariencia de vagabundo se apareció justo a le entrada bloqueándole la salida, él la empujo adentro de nuevo y dijo: "Para dónde vas puta"

    "Déjame ir sólo me equivoque de baño, pensé que era el de mujeres, déjame o grito"

    "Usted no va para ninguna parte perra, y tampoco vas a gritar."

    Mientras decía eso él saco una cámara que tenía y la puso en un lugar estratégico y la encendió. Mary supo de inmediato que el hombre no había entrado por casualidad.

    El hombre negro continuo: "Voy a estar afuera, para asegurarme que no vas para ninguna parte, ahora quítate ese abrigo y me lo das o yo te lo quito usted decide."

    Mary con manos temblorosas se quito el abrigo quedando completamente desnuda, entonces alargo la mano y le entrego al hombre el abrigo. El hombre se quedo admirando su cuerpo por un momento, entonces tomo el abrigo y salió.

    Desde que salió el hombre habrían pasado escasamente dos minutos pero para Mary era toda una eternidad, ella fue a la pared que estaba al final de los urinarios y esperó, momentos después escucho risas que venían de afuera y dos jóvenes de unos dieciocho años entraron jugando entre sí, al momento que entraron se quedaron atónitos cuando vieron al final, apoyada a la pared una escultural mujer desnuda con tatuajes escritos sobre su cuerpo, ellos se miraron entre sí y dejaron de reír, entonces fueron a los urinarios y cuando salían miraron de nuevo a Mary.

    Un sentimiento de frustración recorrió el cuerpo de Mary, ella ya se estaba acostumbrando a esta nueva situación y los primeros clientes ni siquiera la habían tomado en cuenta, ella siguió esperando. La siguiente persona que entro era un hombre mayor de unos sesenta años, él también quedo impactado por la figura y la exposición de la mujer, pero al igual que los jóvenes fue al urinario, Mary ya estaba excitada y no quería dejar escapar a este cliente, entonces mientras el hombre estaba en su asunto ella se acercó por su espalda y bajando su mano derecha tomo desde atrás al guevo del hombre, mientras dijo:

    "Que pasa cariño no te gusto, déjame ayudarte." El hombre quedo tieso, sin siquiera poder decir nada, Mary entonces tomo la iniciativa cuando vio la sumisión del tipo mayor y después que el tipo orino, ella se agacho y suavemente halándolo por el pene giro al hombre y empezó a mamarlo, momentos después el hombre ya se había relajado y empezó a cogerle la boca de la mujer con su guevo hasta que vertió su leche en la boca. Mary levantó la cabeza y sonrió al tipo mientras con su lengua se lamía sus labios, después amablemente ella metió el miembro flácido del hombre en su bragueta y se levantó y fue de nuevo a la pared a esperar al siguiente. Mary perdió toda vergüenza y desde esta primera experiencia le siguieron muchas como ella, Mary se fue poniendo más atrevida cuando el tipo también perdía su temor y de alguna manera respondía a sus perversidades, algunos incluso cojiendo sus tetas y boca y vertían su semen en las tetas.

    Ya había pasado una hora desde que entraron aquellos jovencitos y había vaciado las bolas de por lo menos unos diez hombres. Algunos incluso quisieron ser amigables con ella, otros la trataron como una puta de dos peniques, ella le gustó toda esa experiencia.

    El tipo negro entró de nuevo con el abrigo en la mano y se lo lanzó diciendo, ya esta bueno puta vístete y vete, Mary le dijo con voz de lujuria y mirada de puta que ella quería quedarse un rato más, el tipo acepto sólo otro cliente y salió. Cuando el negro había abandonado el baño apenas un minuto Mary quedó estupefacta cuando en la puerta estaban de nuevo los dos jovencitos junto con otros cuatro, mucho más jóvenes que ellos, incluso había un niño de unos diez años que se parecía a su propio hijo. La excitación de Mary estaba al borde de un orgasmo y no le importo nada, ella corrió a la puerta del baño y la cerró entonces se volteo mirando a los niños que la miraban de arriba abajo con curiosidad y dijo:

    "A ver queridos déjame ayudarlos." Con eso ella se adelanto y fue donde el joven que se veía mayor y parecía ser el más experto, se agacho frente a él y abriéndole la bragueta saco un bonito miembro blanco de unos quince centímetros y empezó a mamarlo bajo la mirada de asombro y curiosidad de los demás. Rápidamente Mary alcanzó un orgasmo, ella no entendía por qué estar mamando el guevo de un jovencito mientras era mirada por otros jovencitos, incluso unos niños la excitaran tanto. Después que él joven vacio sus bolas en la boca ella, le dio un piquito al miembro como si quisiera agradecerle y se movió al otro joven que era como de la misma edad y empezó aplicar el mismo tratamiento, quizás los niños más jóvenes no entendían nada de lo que estaba sucediendo pero no apartaban la mirada de la mujer que parecía estar exprimiendo a su compañero, con la boca. Cuando finalizó con el otro joven, Mary volteo la mirada a los niños que la miraban con curiosidad y entusiasmo, ya su excitación no la dejaban pensar y se movió al niño que estaba más cerca, y como si se tratara de una fiera persiguiendo su presa se abalanzo sobre su bragueta y saco un pequeño miembro de unos escasos 10 centímetros de largo y unos dos de diámetro, el pequeño pene estaba erecto y Mary empezó a mamarlo, cuando había dado algunas mamadas le dijo al niño en tono maternal y de lujuria:

    "¿Te gusta cariño, es la primera vez que una mujer ha mamado tu pequeño palo? ¿Has puesto a tu hermanita a que lo haga? ¿Acaso tú prima? ¿O tu mamá te ha estado mimando?" el niño no entendía lo que esta lujuriosa mujer le decía pero, pero parecía estar haciendo un efecto en él porque momentos después vacio su semen en la boca de Mary, mientras ella lo chupaba con entusiasmo, y termino limpiándolo con la lengua. Cuando le toco el turno al más joven ella se quedo mirándolo y le parecía ver a su hijo frente a ella, mirándola con curiosidad. Ella abrió la bragueta y empezó a darle piquitos al pequeño miembro que era del mismo tamaño que el de su pequeño Juan, así como ella hacía cuando ella y su hijo estaban bañándose, ella daba piquitos al miembro erecto de su hijo. Después de darle algunos piquitos al pequeño miembro, Mary se ocupo en mamarlo hasta que el jovencito dio un pequeño gemido y vacio su semilla en su boca, Mary termino besándolo, con cariño. Cuando Mary termino de mamar el último miembro estaba experimentado otro orgasmo, entonces se levantó y fue se apoyo contra la pared y se inclino contra ella, dio unas palmaditas y meneando su culo a los jovencitos dijo:

    "Ven acá cariño, cógeme como una puta, ¿nunca has cogido una puta?" señalando al joven que parecía ser el más experto. El joven parecía entender y se acercó a ella con su palo erecto en la mano, y penetro el coño mojado de Mary sin compasión, cuando Mary sintió la carne caliente que quemaba su coño gimió de placer y empezó a menear sus caderas como si sintiera que aquel palo era lo más rico que la había penetrado en su vida.

    Cuando Mary estaba sintiendo su orgasmo el joven vacio de nuevo sus guevos en aquel coño adultero. Momentos después que se recupero fue de rodillas al piso y se posicionó al alcance de los otros jovencitos que aun tenían sus miembros colgando de la bragueta del pantalón y algunos incluso ya había superado la timidez y estaban manoseándoselo mientras no apartaban la mirada de su compañero cogiendo aquella voluptuosa mujer, Mary dijo:

    "Vengan acá y vacíen esa leche sobre mis tetas." mientras tomaba con sus dos manos las grandes tetas y las apuntaba a ellos. Los jovencitos como si fueran impulsados por un rayo empezaron a masturbarse vigorosamente y momentos después estaban llenando de cum las tetas, pecho, barriga y cara de Mary, cuando Mary supo que ellos habían acabado ella se levantó, tomo el abrigo que el hombre negro había dejado en el piso del baño y salió del baño.

    Mientras caminaba rumbo a la sala de video juegos en busca de su hijo Mary se limpio el semen que escurría por su cara con las manos, ella se sentía sucia y excitada. Mary había perdido de nuevo el control en el baño y había dado un muy buen show a la persona que la estaba chantajeando, ni la persona más inocente del mundo creería alguna vez que ella fue forzada hacer semejante acto tan vulgar, su coño le picaba por el sentimiento y ella se hubiera tocado allí mismo a no ser por la cantidad de gente que estaba a su alrededor y lo que atino hacer fue presionar su coño con sus piernas, como siempre hacía cuando estaba excitada y no podía consentirlo.


    Continuará

    aventuras pornográficas de pedófilos, relato SDPA en blogSDPA.com

    Aventuras pornográficas de pedófilos, Parte 04 (de CuPed)

    25 de febrero de 2025 en Relatos SDPA, Jovencitas

    Esta publicación es la parte 4 de un total de 22 publicadas de la serie Aventuras pornográficas de pedófilos

    Jack sonrió y le hizo un gesto a Nina para que se pusiera de pie y tomara un lugar frente a él. Nina se puso de pie de un salto y se paró orgullosa frente a Jack. Jack extendió la mano y comenzó a pasar los dedos por los brazos desnudos de la niña de diez años, haciéndola temblar y reír. Jack movió sus manos hacia las caderas de la niña y, mirándola a los ojos, dijo: —Voy a desvestirte ahora. ¿De acuerdo?

    Cuando Nina se sonrojó y asintió, Jack agarró su camisa y comenzó a subirla. Al quitársela, dejó al descubierto su vientre tenso y apretado, y se sorprendió al saber que la niña estaba floreciendo antes de tiempo. Tenía los primeros senos. Pequeños bultos en ese momento. Jack extendió la mano y agarró el pezón izquierdo de la niña, lo que la hizo jadear y acelerar su respiración. Sonrió cuando sintió que el bulto se endurecía bajo sus dedos.

    Dejando de lado por un momento su pecho en desarrollo, se agachó y enganchó los dedos en los pantalones cortos y las bragas de la niña. Los bajó por sus largas piernas y luego los colocó con su camisa cuando ella se los quitó, dejando a la niña de diez años desnuda a excepción de sus sandalias. Jack se enorgulleció de notar que la niña mantenía su orgullo mientras sus ojos hambrientos bebían la vista de su montículo sin vello.

    —Ahora, quiero que te des la vuelta lentamente para mí, déjame mirarte bien—, ordenó Jack. Nina se movió para obedecer, girándose lentamente. Cuando estuvo de espaldas por completo, revelando su pequeño trasero perfecto en forma de corazón, Jack dijo: —Me encanta tu cola de caballo—. Mientras extendía la mano y le daba un tirón juguetón, agregó: —Siempre que tenemos citas para jugar, siempre usarás tu cabello así o en coletas. No solo para mantener tu cabello fuera del camino de la filmación, ¡sino simplemente porque es muy lindo!

    Nina se rió y continuó dándose la vuelta cuando Jack le soltó la cola de caballo. Cuando estuvo frente a él una vez más, Jack suspiró: —Eres una chica hermosa, Nina.

    —Gracias, señor—, respondió Nina tímidamente ante el cumplido.

    —Estamos a punto de hacer el amor —le advirtió Jack en tono burlón—. Puedes llamarme Sam.

    —Pero ese no es tu verdadero nombre —protestó Nina.

    —Bueno, creo que pronto sabrás mi verdadero nombre —respondió Jack con una sonrisa ganadora—. Por ahora, puedes llamarme Sam.

    —Está bien, Sam —respondió Nina devolviéndole la sonrisa.

    —Cuando actuemos frente a la cámara, usarás nombres falsos para tus amantes masculinos—, explicó Jack. —Es solo una farsa.

    —Entiendo—, respondió la niña de diez años.

    —Ahora, ¿podrías darme un beso, por favor? —preguntó Jack extendiendo los brazos. Nina se acercó a él y acercó sus labios a los de él. Jack besó a la chica con cautela al principio, luego con más pasión cuando ella respondió. Sintió que sus pequeños y carnosos labios se abrían mientras los exploraba con su lengua. Su propia lengua salió disparada para encontrarse con la de él mientras ella le devolvía el beso. Mientras lo hacía, Jack comenzó a explorar el cuerpo de la joven con sus manos.

    Nina gimió cuando sus manos encontraron el camino hacia su trasero. Primero le acarició las mejillas con suavidad, luego con más firmeza. Luego, una de sus manos se deslizó por sus caderas y la deslizó entre los muslos separados de Nina mientras ahuecaba su coño sin vello. Nina gimió una vez más cuando los flequillos de Jack encontraron el punto de su clítoris y comenzaron a frotarlo. Jack podía sentir que la chica se humedecía en su mano y su respiración se aceleraba.

    De repente, Jack rompió el contacto, se inclinó hacia atrás y se quitó la camisa. Al hacerlo, notó que Renee estaba recostada en el sofá y que su mano se estaba metiendo en su propio coño a través de su traje pantalón. Su mano derecha estaba apretando su propio pecho. Al parecer, ver a Nina en acción excitaba a la mujer. Jack ciertamente podía entender eso.

    Nina dio un paso atrás mientras Jack se ponía de pie. Jack miró a la pequeña niña a los ojos y le preguntó: —¿Te gustaría quitarme los pantalones?—. Nina asintió y sus pequeñas manos se dirigieron al cinturón de Jack. Jack estaba complacido con la confianza que la niña mostraba mientras le desabrochaba el cinturón. Sin duda, ya lo había hecho antes.

    Jack se quitó los mocasines mientras las manos de Nina se pusieron a trabajar primero desabrochando y luego bajando la cremallera de sus pantalones. Como Jack había hecho con ella, Nina enganchó sus dedos en sus pantalones y ropa interior y los sacó como si fueran uno solo. Se inclinó para hacerlo y jadeó de sorpresa cuando soltó la polla completamente erecta de Jack. Su polla se levantó de golpe y le dio una palmada debajo de la barbilla.

    Los ojos de la preadolescente se abrieron como platos y su pequeña mano se disparó para agarrar la polla de Jack. —¡Mira mami!—, dijo Nina, haciéndose a un lado para que su madre pudiera ver sin obstáculos su enorme pene. —¡Se parece al de papá!—, continuó encantada.

    —¡Sí, cariño! —La madre de Nina suspiró en señal de acuerdo. Pero Nina ya se había dado vuelta para mirar la gran polla que llenaba su mano. Jack se quitó los pantalones de una patada mientras Nina comenzaba a mover lentamente la mano de un lado a otro.

    Jack suspiró de placer mientras se sentaba de nuevo en el mullido sillón. Nina, sin perder el contacto de la mano con su pene, se dejó caer de rodillas frente a él. Sonriéndole a Jack, Nina acercó su rostro y besó su pene en las glándulas debajo de la cabeza. Jack suspiró de nuevo, luego jadeó cuando sintió su pequeña lengua caliente hacer contacto.

    Jack cerró los ojos de placer mientras Nina lamía su gran polla, moviéndose desde la parte inferior hasta la superior, lamiendo su camino hacia abajo con firmeza, luego volvió a la parte inferior para lamer su camino hacia arriba. Jack abrió los ojos justo a tiempo para ver cómo la preadolescente llegaba a la cabeza de su pene y abría bien la boca para succionarlo. Casi lo perdió cuando vio que los labios de la chica se tensaban y sintió que intentaba mantener las mandíbulas lo más abiertas posible para mantener sus dientes con el menor contacto posible. Se emocionó cuando sintió que la chica pasaba la lengua por la cabeza de su polla, luego jadeó cuando sus mejillas se hundieron mientras daba una poderosa mamada. Mientras Nina hacía esto, se permitió mover su polla, moviendo lentamente la cabeza hacia abajo.

    —Dios, esto me trae recuerdos —dijo la voz de Renee. Jack miró hacia arriba y vio que se había acercado a la mesa de café para ver mejor a su hija haciendo una mamada—. ¡Imagínensela intentando recibir una polla así de grande cuando tenía cuatro años! Apenas podía meter la cabeza de la polla de su padre entre sus labios en ese entonces. Nina gimió de acuerdo con el recuerdo. Jack vio que había hundido la mano izquierda para jugar con su coño mientras lo chupaba. Cuando Nina empezó a mover la cabeza hacia arriba y hacia abajo más rápido en su excitación, llevándolo a unos ocho centímetros de profundidad cada vez, Renee dijo con nostalgia en el recuerdo: —Incluso en ese entonces, a Nina le encantaba hacerle una mamada a su padre. Le encantaba que le agarrara la cabeza y tratara de obligarla a recibir más. Nunca la atragantaba mientras no intentara metérsela por la garganta. Sam, si no se la está metiendo hasta la garganta, ¡siéntete libre de empujarla más abajo!

    Una vez más, Nina gimió en señal de acuerdo, esforzándose por recibir más de la enorme verga de Jack. Sus gemidos le provocaron escalofríos en todo el cuerpo y notó que cada vez que la chica se apartaba de su polla, apretaba los labios. Cada vez que solo quedaba la cabeza entre sus labios, le daba una fuerte mamada que parecía atraerla hacia su miembro. Jack gimió por el placer que le estaba dando la preadolescente. ¡Se estaba acercando al clímax y ella apenas había comenzado!

    Nina pareció darse cuenta. Rompiendo el ritmo, apartó la boca por completo de su miembro y dijo sin aliento, con los ojos vidriosos: —¡Oh, Sam! ¡Mi boca no ha estado tan llena desde que estuve con papá! ¡Me encanta tu polla! ¡Por favor, por favor, haz que me entre más!—. Con eso, la niña de diez años agachó la cabeza para lamer las nueces de Jack antes de volver a lamer su miembro y envolver una vez más su polla entre sus ávidos labios.

    —¡Sí, sí! —dijo Renee con lujuria—. ¡Haz que reciba más! ¡Arrastra la cabeza de esa pequeña perra hacia abajo lo más que puedas! —Una vez más, Nina gimió en señal de acuerdo. Renee ahora tenía la mano dentro de su traje de pantalón y se movía furiosamente mientras la mujer se masturbaba. Jack podía decir por la mirada en sus ojos que estaba cerca de llegar al clímax.

    Accediendo a los deseos de ambas mujeres, Jack movió sus manos hacia la cabeza de la niña de diez años. Ahora estaba tomando aproximadamente diez centímetros de su polla en cada embestida, y Jack podía decir que no podía tomar mucho más. Su boca parecía calentarse más con cada movimiento de su cabeza. Jack podía ver a la niña cada vez más excitada mientras chupaba su polla y se masturbaba. Su cuerpo se estaba poniendo rojo de excitación, y su respiración se estaba volviendo entrecortada, aumentando la succión en su polla. Jack estaba una vez más cerca de descargar su carga en la ansiosa boca de la niña, pero esta vez fue él quien rompió el ritmo. Cuando Nina alcanzó el límite inferior de lo que podía tomar de su polla por sí sola, las manos de Jack se apretaron y tiraron. Sintió que la cabeza de su polla se alojaba en la garganta apretada de la niña mientras la tocaba hasta el fondo.

    El efecto fue inmediato. En la mesa de café, la madre de Nina comenzó a temblar y a estremecerse. Su orgasmo golpeó con fuerza y ​​​​comenzó a gritar suavemente en reacción. Jack sostuvo la cabeza de Nina por un momento antes de soltarla. Nina apartó completamente su cabeza de la polla de Jack y volvió sus ojos vidriosos hacia los de Jack mientras casi gritaba —¡Oh, Dios, sí! ¡Así de fácil! ¡Hazlo otra vez!— Antes de volver a llevar su boca a su polla. Jack dejó que la chica lo chupara por unos momentos antes de bajar su cabeza una vez más. Esta vez, cuando la soltó, sintió que la niña entraba en su propio orgasmo.

    El cuerpo de Nina comenzó a temblar y a estremecerse como lo había hecho el de su madre. Sus piernas se abrieron y cerraron de golpe, provocando una sensación de ardor en la alfombra mientras se masturbaba furiosamente. Nina comenzó a gritar sobre la polla de Jack mientras cabalgaba su orgasmo hasta alturas que Jack solo podía imaginar. Jack la dejó cabalgar, disfrutando de las vibraciones de sus primeros gritos y luego de sus gemidos sobre su polla mientras su orgasmo comenzaba a disminuir. Por un momento, la chica solo pudo descansar, con la boca todavía empalada en la enorme polla de Jack.

    Luego, lentamente, comenzó a succionar hacia abajo una vez más. Solo logró dos embestidas antes de que Jack sintiera que su propio clímax lo invadía. —¡Oh, Dios, MALDITA SEA, AQUÍ VIENE!—, gritó Jack. Nina se movió rápidamente hacia arriba hasta donde solo la cabeza de la polla de Jack estaba entre sus labios. Apenas lo logró antes de que el primer chorro de la semilla de Jack inundara su boca. La chica soltó un pequeño maullido de sorpresa y luego comenzó a tragar lo más rápido que pudo. La sensación de su boca y lengua trabajando para tragar su semen, más los sonidos audibles de tragar saliva que hizo mientras lo hacía, enviaron a Jack a alturas aún mayores. ¡Su polla realmente movió la cabeza de la chica mientras sufría espasmos, haciéndola parecer como si estuviera asintiendo!

    Cuando su polla finalmente dejó de chorrear, Jack se alegró de ver que la ansiosa niña de diez años no se había perdido ni una gota. Nina sonrió mientras dejaba que la polla del hombre se deslizara fuera de sus labios. Jack se sentó de repente y agarró a la chica por los brazos. Nina registró una mirada de sorpresa cuando Jack la levantó fácilmente en el aire. Dándose la vuelta, Jack dejó caer a la chica en la silla, empujándola hacia atrás para que se apoyara contra el respaldo mientras su cabeza se movía rápidamente entre sus piernas. Nina dio un fuerte chillido cuando sintió que la lengua de Jack hacía contacto con su coño empapado.

    Recién salida de un orgasmo, la niña de diez años no tardó mucho en llegar a otro. A cuatro patas, Jack se movió ligeramente hacia adelante y levantó las piernas de Nina sobre sus hombros, haciendo que sus pies descansaran sobre su espalda. Usando los pulgares de ambas manos, separó los labios del coño de la niña para tener un acceso más fácil. Dejando su clítoris, Jack endureció su lengua y la bajó para clavársela en su apretado y húmedo túnel del amor, provocando un gemido de placer muy fuerte de los labios de la excitada niña.

    Mientras Jack follaba a la niña con su lengua, sintió una mano que le acariciaba los testículos. Renee se había deslizado sobre la mesa de café. —Sé que esto es solo para Nina—, explicó mientras su mano dejaba sus testículos para agarrar el eje de su polla. —Pero Nina tiene razón, tu polla me recuerda mucho a mi difunto esposo. ¡No puedo quitarle las manos de encima!— Comenzó a acariciar su polla como si fuera una ubre, apretando la mano mientras tiraba hacia abajo y luego subiendo para comenzar de nuevo. Su atención a su polla hizo que volviera a cobrar vida. Solo se había desinflado a medias en primer lugar.

    Jack folló con la lengua a la preadolescente durante varios minutos, disfrutando de su dulce sabor. Los talones de Nina se clavaron en su espalda mientras ella comenzaba a empujar su coño hacia arriba para encontrarse con su lengua mientras la movía dentro y fuera de su coño. El coño de Nina se ponía más caliente y más rojo a cada segundo a medida que se acercaba a su próximo clímax. Jack sacó su lengua de su agujero y la reemplazó con un dedo mientras volvía a subir para mordisquear y lamer su clítoris. Las paredes del coño de Nina ordeñaron su dedo mientras lo empujaba profunda y rápidamente de un lado a otro. Pronto agregó otro dedo, estirándola para cuando la follaría.

    De repente, cuando Jack empezó a introducir y sacar sus dos dedos del coño de la niña, Nina empezó a mover la cabeza hacia adelante y hacia atrás. Sus caderas se movían hacia arriba y hacia abajo a un ritmo frenético. De repente, todo su cuerpo se puso rígido. —¡¡¡AIEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!!! ¡Dios, dios, dios!—, gritó cuando llegó al orgasmo. ¡Jack se alegró de que el grueso cristal y las paredes bien aisladas hicieran que la habitación fuera insonorizada!

    Jack ni siquiera esperó a que el orgasmo de la niña se calmara antes de sentarse y apuntar su pene dolorosamente erecto hacia su coño. Sosteniendo sus piernas contra su pecho, Jack colocó su pene en la abertura de su resbaladizo agujero y empujó hacia adelante. —¡Ay, ay, ay, ay!—, gritó Nina cuando sintió que la enorme polla le abría el coño. Jack lo ignoró y continuó empujando hacia adelante. Llegó a introducirse diecisiete centímetros dentro de ella antes de sentir la abertura de su útero en la cabeza de su pene.

    Se detuvo allí, dejando que la niña de diez años se acostumbrara a su enorme polla dentro de ella. Las caderas de Nina todavía se movían lentamente hacia arriba y hacia abajo en reacción a su orgasmo. Tenía los ojos cerrados con fuerza y ​​​​gimió: —Oh, Dios, oh, Dios, oh, Dios. ¡Se siente igual que antes cuando papi me follaba!

    —¡Parece exactamente igual!—, comentó Renee. —¡Oh, nena, estás tan abierta ahora mismo! ¡Has crecido tanto! ¡Sam tiene más dentro de ti de lo que tu papá jamás podría introducir! ¡Estoy tan orgullosa de ti!

    Nina, con los ojos cerrados con fuerza, sonrió ante el elogio de su madre. Jack empezó a sacar lentamente su polla de la niña, disfrutando de la sensación de las paredes de su coño mientras agarraba su polla con fuerza, aparentemente sin querer soltarlo. Jack se apartó hasta que solo quedaron un par de pulgadas dentro de la chica, luego lentamente comenzó a empujar sus caderas hacia adelante nuevamente. Nina gimió y abrió los ojos para mirar fijamente a Jack. Sus ojos azules estaban casi grises por la excitación. Jack se retiró y empujó una vez más.

    Al ver que la chica lo estaba tomando bien, Jack aceleró sus embestidas. —Ugh ugh ugh ugh—, puntualizaba Nina con cada embestida hacia adelante. Jack se deleitó con el sonido ronco. Comenzó a follar a la niña de diez años con seriedad.

    —¡Oh, Dios, esto es tan sexy!—, exclamó la madre de Nina. —¡Ha pasado tanto tiempo desde que la vi follada así! ¡Fóllatela, Sam!—.

    —¡Sí! —asintió Nina—. ¡Fóllame como lo hacía mi papá! ¡Fóllame como si fuera tu hija, Sam! ¡FÓLLAME!

    Jack estaba feliz de poder complacerlo. Comenzó a embestir con su polla a la excitada preadolescente, teniendo cuidado de no empujar demasiado profundamente. Dentro y fuera. Dentro y fuera... De un lado a otro, moviéndose cada vez más rápido. Jack, a pesar de que no hacía ni diez minutos que había depositado una carga de semen en el vientre de esta niña, podía sentir que se acercaba al clímax una vez más.

    Pero Nina se le adelantó. Una vez más, la garganta de la preadolescente se abrió y gritó: —¡AIIEEEEEEEEEEE! ¡Me corro! ¡Oh, Sam, se siente tan jodidamente genial!—. Luego, su garganta se cerró cuando su cuerpo comenzó a sufrir espasmos. La sensación de las paredes de su coño agarrando su polla mientras se expandían y contraían provocó el orgasmo de Jack.

    —¡Joder, joder, joder, aquí viene! —gritó Jack, con el cuerpo rígido mientras su polla comenzaba a tener espasmos y a llenar el coño de la niña con su semen caliente. Su cuerpo comenzó a sacudirse, moviendo su polla rápidamente en la mitad del coño de la niña y avanzando lentamente hacia adelante y hacia atrás, aumentando su orgasmo. Parecía que disparaba carga tras carga de su semilla en el coño rojo y caliente de Nina. Finalmente, sin embargo, su pasión comenzó a decaer. Casi cayendo sobre la niña que estaba debajo de él, acercó sus labios tiernamente a los de ella. Sin embargo, no sintió una respuesta. Mirando hacia abajo, notó que sus ojos estaban cerrados y su rostro estaba en paz. ¡Jack entonces se dio cuenta de que la pequeña y caliente niña de diez años se había desmayado de placer!

    Jack estaba a punto de desmayarse. Le costó un gran esfuerzo levantar su cuerpo jadeante de encima de la chica y dejar que su pene desinflado se deslizara fuera de su coño desbordante. Jack se desplomó de costado y terminó sentado en el piso alfombrado.

    Casi antes de que su cuerpo quedara libre, Renee se arrodilló entre las piernas de la chica para atrapar el flujo de esperma de Jack en su lengua. Mientras limpiaba a su hija, Nina se acercó y comenzó a gemir —Oh oh oh—.

    Jack tardó unos minutos en recuperar el aliento. Cuando por fin pudo hablar, dijo: —¡Eso... eso fue increíble! ¡Increíble! Estoy totalmente agotado. ¡Me llevará dos semanas recargarme después de hoy!—. Mientras decía esto, Jack se dejó caer al suelo. Se tumbó boca arriba y añadió: —¡Nina, eres la mejor que he tenido!—.

    —Gracias Sam—, fue la débil respuesta.

    —Jack— dijo Jack, —Mi nombre es Jack.

    —¿Jack? —dijo Nina—. ¡No lo puedo creer! ¡Jack era el nombre de mi papá!

    Jack levantó la vista sorprendido y vio que Renee asentía para confirmarlo. La mujer ya estaba vistiendo a su hija de nuevo. —Oh, Dios mío—, dijo Jack sonriendo. —Parece que tengo muchas cosas en común con tu padre. El mismo nombre, el mismo tamaño de equipo, la misma experiencia increíble con su hija...

    Nina se rió y dejó que su mamá la ayudara a ponerse de pie. Jack también se puso de pie con gran esfuerzo y comenzó a vestirse. Nina se rió de nuevo cuando Jack exageró lo débil que estaba y dijo: —¡Maldita sea, niña, me dejaste exhausto!.

    Cuando todos estuvieron vestidos y se miraron cálidamente, Renee preguntó con picardía: —Entonces, Jack. ¿Pasamos la audición?

    Jack sonrió ampliamente y respondió: —¡Oh, claro que sí!

    La mujer se puso seria y preguntó: —¿Qué pasa después?

    —Ahora, Dan se pondrá en contacto contigo y comenzará a presentarte a los demás—, respondió Jack. Dan era el hombre de 36 años con el que Nina había hablado de tener relaciones sexuales. La idea de que alguien estuviera allí antes que él le provocó un dejo de celos. Dan había organizado que la madre y la hija lo conocieran. —Después de que hayas conocido a otras personas como nosotros, las cosas avanzarán rápidamente. El próximo fin de semana hay una fiesta a la que eres más que bienvenida a asistir. Una de las chicas está de cumpleaños. Conocerás a la familia en algún momento de esta semana, viven a solo unas cuadras de tu casa. Dan es tu patrocinador en nuestro grupo, así que él será quien te muestre los trucos y demás.

    —¿Cuánto falta para mi primera cita para jugar?— preguntó Nina con entusiasmo.

    —Oh, todavía no por un par de meses —respondió Jack. Cuando la expresión esperanzada de Nina se desvaneció, Jack explicó—: Te llevará tiempo conocer a los hombres con los que podrías estar actuando, querida. No olvides que me llevó casi tres años conocer a todos, y en ese entonces solo había seis familias en el grupo. ¡Ahora eso es el doble! Nina frunció el ceño, pero asintió con la cabeza en comprensión.

    —La semana que viene, Nina tendrá que hacerse la prueba para la máscara de la cita de juegos—, le dijo Jack a la madre de Nina. —Si decides venir a la fiesta de cumpleaños el sábado, conocerás a mi maquillador. Si no, Dan te lo presentará. Lo más probable es que venga a tu casa para hacer el molde de la máscara. Si tú y tus hijos deciden participar, entonces tendría sentido que lo hicieran todos al mismo tiempo.

    Cuando su madre asintió en señal de comprensión, Nina preguntó: —Jack, ¿estarás en la fiesta de cumpleaños?

    —Debo estar —respondió Jack—. ¿Por qué lo preguntas?

    —¡Porque quiero divertirme más contigo!—, respondió Nina poniendo los ojos en blanco. Jack se rió entre dientes y le dio un abrazo a la preadolescente.

    —Será mejor que nos vayamos—, dijo Renee. —Los chicos se ponen nerviosos cuando tienen que quedarse con una niñera—. La mujer se acercó a Jack y lo agarró para darle un beso apasionado. Cuando se interrumpió, le dijo al hombre sin aliento con voz ronca: —¡Yo también quiero divertirme contigo!—. Alejándose de él, agregó: —Fue muy agradable conocerte.

    —Créeme, fue un placer... totalmente—, respondió Jack moviendo las cejas hacia Nina, lo que provocó otra risa deliciosa. Jack cruzó la puerta para abrir la puerta de la oficina y abrir la puerta exterior para dejar salir a la pareja. La madre y la hija salieron de la oficina, teniendo cuidado de no parecer demasiado amistosas. Jack estaba contento. Mientras se dirigían a su auto, Jack cerró la puerta y volvió a cerrarla con llave. Al regresar a la oficina, pasó unos minutos asegurándose de que todo estaba como lo habían encontrado. Luego apagó las luces, apagó la computadora en el escritorio de la secretaria y salió del edificio asegurándose de cerrar con llave detrás de él.

    Jack se subió a su coche y dio toda la vuelta a la manzana antes de entrar en el aparcamiento del otro lado de la calle. Se detuvo junto al coche de Carol y bajó la ventanilla. La mujer de cincuenta años le echó un vistazo y preguntó con asombro: —Estuvo bien, ¿eh?

    Jack esbozó una sonrisa brillante y respondió: —¡Mejor!—


    Continuará

    Mi aventura, relato SDPA en blogSDPA.com

    Mi aventura, Parte 07 (de Melkor)

    25 de febrero de 2025 en Relatos SDPA, Jovencitas, Incesto, Zoofilia

    Esta publicación es la parte 14 de un total de 20 publicadas de la serie La experiencia de mi hija Amy

    —¿Papá? Realmente necesita un nombre.— Creo que mi pregunta interrumpió algún pensamiento que papá estaba teniendo. Pude ver cómo se sobresaltó. Solo logró responder con un confundido —¿Qué?—.

    Lo siento, me hizo reír. —No seas tonto, papá. Mi perro necesita un nombre. Tenemos que llamarlo de alguna manera. No podemos llamarlo simplemente Perro.

    —Bueno, ¿tienes algo en mente? Creo que dadas las circunstancias deberías elegir tú el nombre.

    Eso me hizo reír aún más fuerte: —Papá, eso es muy gracioso. 'Dadas las circunstancias...'—. Yo todavía estaba pegada a mi perro por el coño y él pensaba que debía ser yo quien le pusiera nombre a mi propio perro. Pónganse serios.

    Volví a mirar a mi amante perruno, imaginando diferentes nombres para ver si encajaban. Tenía que ser un nombre fuerte, sin duda. Él me miró, con la lengua fuera de la boca, mirándome con esa sonrisa tonta suya. Su nombre tenía que evocar esa mirada traviesa suya. Tenía que ser inusual. Tenía que ser...

    ¡Ajá! Se me ocurrió el nombre perfecto. Acabábamos de terminar de estudiar a los vikingos en la clase de historia, así que eso puede haber influido en mi elección, ¡pero era perfecto! Lo probé en mi mente mientras lo miraba y encajó a la perfección.

    ¡No podía esperar para decirle a papá el nombre de nuestro nuevo perro! Desafortunadamente, en mi entusiasmo, debo haber tirado un poco demasiado fuerte de la polla de mi perro recién nombrado donde estaba incrustada dentro de mí. Al parecer, nos dolió a ambos, porque hice una mueca y él gimió. No importó: —Lo siento, muchacho, pero ya decidí tu nombre. ¡Tu nombre es Loki!

    Pude ver la sorpresa que el nombre de Loki causó inicialmente en papá. Lo vi mirar con una mirada evaluativa a mi amante perruno durante unos segundos antes de asentir. Se acercó a Loki para rascarle detrás de las orejas y saludó oficialmente a mi nuevo perro. —Hola Loki, es un placer conocerte.

    Estaba extasiada. ¡Papá aceptó a Loki! ¡No había forma de que no me dejara quedarme con mi perro ahora! Otro tirón levemente doloroso en mi coño hizo que papá estuviera acariciando a Loki con la mano que se suponía que debía estar frotando mi barriga.

    —¡Papá, no dejes de acariciarme la barriga! —Al menos tuvo el valor de parecer que lo habían pillado, como si tuviera las manos en la masa.

    Fue bastante agradable estar los tres en el patio. Papá me frotaba la barriga, tan llena que podía decir que se estaba hinchando sin siquiera mirarla. Loki con su polla de perro enterrada dentro de mí, todavía preñándome. Al menos esos chorros finalmente habían disminuido.

    Fue el turno de papá de romper el silencio de simplemente disfrutar de la compañía del otro.

    —Amy, ¿no tienes un examen de matemáticas el lunes? ¿Estás preparada para ello?

    ¿De dónde salió ESO? ¿Él sabía de alguna manera que yo estaba fantaseando con lo que esperaba que sería su reacción ante mi nuevo bikini durante la mayor parte de la revisión de hoy? (El hecho de que lo que realmente había sucedido fuera mucho más allá de mi insulsa ensoñación era casi gracioso). Además, era apenas viernes. ¡Tenía todo el fin de semana para prepararme! Aun así, la costumbre me llevó a un obediente: —Sí, papá, pero tengo todo el fin de semana para estudiar.

    —Siempre y cuando no esperes hasta el último minuto, estaré pendiente de ti—. Dios, papá podía ser TAN anticuado.

    Mi respuesta de —Sí, papi— me llevó a pasar el mejor momento que he compartido con papi. He leído la descripción de papi. No te haré perder el tiempo con más detalles. Simplemente disfruté de nuestra conversación, ya que cada uno de nosotros se turnó para acariciar a Loki (aunque fue MUY incómodo para mí llegar hasta él), que pensé que se derretiría de tanta atención. Era un perro tan bueno, y no solo porque fuera un cogida increíble. ¡Ja, metí otra cogida más!

    Creo que papá llevaba mejor la cuenta del tiempo que yo, pero 40 minutos suenan bien. Creo que estaba a punto de quedarme dormida cuando, de repente, Loki empezó a tirar con fuerza de mi pobre coño. Me había acostumbrado tanto a la sensación de estiramiento de la polla de Loki tan profundamente en mi vientre que no me di cuenta de que empezó a... encogerse.

    A medida que el tirón se hacía más firme, podía SENTIR que mi vientre... empujaba... al intruso que se desinflaba constantemente fuera de mi útero, el anillo de mi cuello uterino apretaba a lo largo de su longitud mientras se tensaba de nuevo... a la normalidad, supongo. Lo que sea que estuviera sucediendo, todavía dejaba mi vientre incómodamente lleno, pero ahora con una sensación de chapoteo. Realmente extraño.

    Luego, con un último tirón doloroso y un audible "POP", no como un globo o una lata de refresco, sino mucho más suave, mi pobre coño dolorido finalmente liberó esa increíble polla de perro. Papá dijo que se deslizó hacia afuera, lo que suena asqueroso, pero coincide con la sensación. Además, un montón de semen de perro de Loki salió de mi vagina. Me sentí tan aliviada de liberarme de esa sensación de congestión, pero también triste de tener ahora esta... sensación de vacío... en mi coño y en mi vientre. Muy extraño.

    Me desplomé de alivio contra mi tumbona. Estaba AGOTADA. Sentí que Loki me lamía brevemente el trasero y el muslo, por donde debían haber corrido algunos de nuestros jugos. De repente me preocupé de que pudiera empezar a lamerme el coño dolorido. ¡Oh, por favor, no lo hagas! ¡Me dolía TANTO! Eso solo dolería más. Di un suspiro de alivio cuando se detuvo.

    Fue el sonido de las uñas de Loki en la terraza del patio lo que me llamó la atención. ¿Qué estaba haciendo? Somnolienta, miré hacia arriba y hacia atrás, y lo vi dirigirse hacia la puerta abierta. ¿Adónde iba? ¿Había hecho algo mal? ¿Qué estaba pasando? ¿Loki no podía irse así como así? ¡Acababa de llegar! En pánico, grité: —¡Loki, no te vayas!— Pero era demasiado tarde, se había ido.

    ¡No lo podía creer! Debí haber hecho algo malo para que se fuera. Escuché a alguien sollozando y me di cuenta de que era yo. Si hubiera tenido más energía, me habría lanzado sobre papá y habría llorado a lágrima viva. O, más probablemente, habría corrido desnuda detrás de Loki para traerlo de vuelta.

    En realidad, apenas logré decir: —No es justo. Se fue y ni siquiera tuve la oportunidad de despedirme—. Mi corazón estaba roto y nunca volvería a ser la misma. Mi amante perruno, a quien yo... amaba... quien me había... robado... el regalo de mi virginidad que estaba guardando para papá, se había ido. Oh Dios, ¿qué había hecho para merecer esto?

    Fue papá quien aportó un rayo de luz en la oscuridad de mi angustia. Ah, ah, otra novela romántica. Aun así, cuando dijo: —Está bien, cariño. Estoy seguro de que volverá. Solo tendremos que estar atentos—, logró apaciguar el gemido angustiado que se acumulaba en mi pecho. ¡Acepté la idea de inmediato!

    —¿Crees eso? ¿En serio? ¡Gracias, papá!—. Estaba muy contenta, ¡papá siempre tenía razón! Loki llegaría a casa antes de que nos diéramos cuenta y, entre papá y él, mi vida estaría completa.

    Su siguiente comentario me recordó lo adolorida que estaba por mi experiencia. —Creo que es hora de llevarte adentro y limpiarte. Loki accidentalmente te arañó muchísimo y tu cuello todavía sangra. Me imagino que estás bastante adolorida por haber estado tan profundamente dentro de ti.

    ¡Ah, papá tenía razón! No creo que pudiera haber dado más de tres pasos. No recuerdo haberme frotado el cuello, pero me sorprendió tener sangre en las yemas de los dedos. ¡Ah, estar limpia! ¡Qué idea tan maravillosa! Extendí las manos hacia papá y le pedí: —¡Llévame, papá!—. Entonces vi que la parte de abajo de mi bikini estaba en un charco solitario de tela donde había caído. —Ah, y no te olvides de mi bikini nuevo, no quiero perderlo.

    Vi el brillo en sus ojos antes de que se diera la vuelta y se acercara para agarrar mi nueva braguita de bikini. La parte superior de mi bikini se había desatado detrás de mi espalda en algún momento de la última hora y estaba colgando de mi cuello. Me la quité por completo justo cuando papá se dio la vuelta para volver. ¿Por qué dejármela puesta ahora? Ya no me sentía ni un poco cohibida por estar desnuda para papá después de lo que acababa de pasar.

    Me encantó la dulce sonrisa de papá mientras me levantaba suavemente en sus brazos, sosteniéndome por debajo de los hombros y las rodillas, dejándome descansar la cabeza sobre sus hombros. Aunque todavía podía sentir el semen de perro de Loki goteando de mi coño, la sensación de los brazos de papá sosteniéndome era muy reconfortante. Me acurruqué mientras entrábamos a la casa.

    Hacía frío en la casa. Cuando pasamos de las baldosas de la cocina a la alfombra, papá tuvo el descaro de advertirme sobre que no goteara en la alfombra. No era mi culpa que estuviera goteando por todas partes. De todos modos, tenía razón: podía sentir el chapoteo en mi vientre. Empecé a reírme.

    —Intentaré no salpicar nada papá, pero no creo que pueda. Todavía tengo muchas cosas de Loki en mi interior.

    Pensé que papá me iba a dejar caer cuando de repente me movió y casi me puso boca abajo. Me partí de risa. Antes de darme cuenta, estábamos en el baño y me había dejado de pie.

    Se volvió hacia la ducha, la puso en marcha y ajustó la temperatura. Me quedé allí, sin ganas de moverme todavía. Cuando estuvo satisfecho con la temperatura, se volvió hacia mí y... se quedó paralizado. Debí de tener un aspecto espantoso. Me sentí absolutamente espantosa. Vi que sus ojos se oscurecían de preocupación mientras miraba mi cuerpo. Hizo una mueca varias veces. Vi que sus labios se estiraban mientras tomaba algún tipo de decisión y se daba la vuelta.

    ¿Adónde iba? ¿No se daba cuenta de lo mucho que lo necesitaba todavía? ¿Se había dado cuenta de que me estaba guardando para él y estaba molesto porque había... había... dejado que Loki tomara mi regalo destinado a él? ¿No se daba cuenta de que había estado tratando de que se fijara en mí como mujer durante meses? ¿Se había dado cuenta, pero algo en mí le impedía estar interesado en mí? ¿Estaba celoso de Loki? ¿No estaba dispuesto a compartirme con mi perro? ¿Qué pasaba?

    Apenas logré decir "¿Papá?"

    Se volvió hacia mí y me dijo: —¿Sí, cariño?—. Sus ojos estaban muy oscuros. No podía ver nada detrás de ellos. El hecho de que no supiera lo que había hecho y que lo hiciera querer irse me asustó.

    Casi no podía preguntar. Temía su respuesta, pero tenía que saberlo. En voz muy baja, hice la pregunta que abarcaba tanto, la respuesta que me permitiría saber si alguna vez tendría la oportunidad de compartir ese lugar especial en su corazón junto a mamá. Ese lugar que tanto quería que compartiera con Loki ahora en mi propio corazón. Saber si alguna vez haría realidad mi sueño de hacer el amor con el hombre más sexy que jamás había conocido. Solo para... saber. Me sentí completamente perdida.

    —Papá, ¿crees que soy fea?

    Me encontré envuelta en un abrazo tan fuerte que casi me dolió. Estaba tan agotada, dolorida y sucia que no creo saber lo que sentí. Aun así, escuché la voz de papá mientras intentaba consolarme. —No, cariño, creo que eres la joven más hermosa que conozco. ¿Por qué lo preguntas?

    ¿No lo podía ver? Casi sollocé cuando empecé. —Por lo que pasó. Porque dejé que un perro me cogiera. Porque... porque creo que me GUSTÓ. Al principio no, estaba tan asustada y me dolía tanto. Pero luego estabas tú allí, y fue bueno en vez de malo. Me hiciste sentir segura a pesar de todo, ¡aunque me dolía tanto! ¡Y la parte en la que me apareaba se sentía tan BIEN! ¿Qué me pasa? ¿Por qué me dejas? ¡Ya lo extraño!— Para entonces estaba sollozando histéricamente.

    No recuerdo lo que papá me decía mientras me mecía suavemente, solo que era lo que necesitaba escuchar. Finalmente logré controlar mis emociones. Me tomó un segundo procesar su último comentario. Algo sobre que me revisaran los cortes y rasguños antes de la cena.

    Eso me llamó la atención. ¿Que me los examinara QUIÉN? —¡Dios mío! ¡No! ¿Y si se enteran de lo que pasó realmente? ¡Simplemente moriría!— ¿Podría un médico mirarme y darse cuenta de que soy un follador de perros? Me enviarían a un hospital psiquiátrico. ¡No hay forma de que pudiera ir!

    Afortunadamente, el tono sensato y anticuado de papá logró calmarme. Solo quería bajarme de esa montaña rusa emocional. —Amy, realmente deberían revisarte esto. Podemos decirle al médico que te atacó un perro. No estaría muy lejos de la verdad. Si solo mostramos los rasguños y las marcas de mordeduras, todo estará bien.

    Todavía tenía miedo de que un médico supiera lo que realmente había pasado, pero supongo que papá tenía razón. Miré mis pies y murmuré algo en señal de asentimiento. Sentí que papá retrocedía y comenzaba a darse la vuelta de nuevo. Levanté los ojos de golpe. ¡Me estaba dejando!

    —¿Papá?— ¡Se detuvo y se dio la vuelta!

    —¿Sí, bebé?

    —Por favor, quédate. No quiero que te vayas. —No quería que me dejara, nunca.

    —Realmente necesitas limpiarte.

    Dios, a veces papá podía ser tan tonto. Pero esta era mi oportunidad, mi gran oportunidad. Necesitaba a papá conmigo. Para que me mantuviera a salvo. Para que me aceptara. Para que me amara. Esta era mi oportunidad de hacer realidad mis sueños de tener un papá. ¡Podía decir que el momento era AHORA!

    —Lo sé, pero quiero que te quedes... Para ayudarme... En la ducha... ¿Por favor?

    Contuve la respiración. Podía ver la indecisión en sus ojos. Vi un destello de... ¿deseo? ¿Deseo por mí? ¿Después de todo? Estaba empezando a sentirme mareada por la anticipación. ¿Qué haría papá? Entonces vi su mandíbula apretada. Era como si se estuviera preparando para poner su mano en el fuego. ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué iba a hacer?

    A pesar de todo, de todos mis planes, de todos mis sueños, de todos mis deseos, me sorprendía lo... simple... que podía ser un cambio tan grande en nuestras vidas. Él sonrió con la sonrisa más amorosa que se pueda imaginar, se aflojó los pantalones cortos y los dejó caer alrededor de sus tobillos, dejándolo tan desnudo como yo, tomó mi mano y me llevó a la ducha. ¡Punto, Set y Partido, me voy de aquí! ¡Se acabó el juego! Creo que si no hubiera estado tan cansada, habría aplaudido.


    Continuará

    El señor de las golosinas, relato SDPA en blogSDPA.com

    El señor de las golosinas, Parte 07 (de Falkop3d)

    25 de febrero de 2025 en Jovencitas, BDSM, Sexo en grupo, Relatos SDPA

    Esta publicación es la parte 7 de un total de 11 publicadas de la serie El señor de las golosinas

    Belén, Laura y mateo se convirtieron en objetos muy solicitados en el prostíbulo desde su primer día allí. Lorena por otra parte; concurría muy ocasionalmente al establecimiento, lo cual le permitió en una de esas ocasiones acostarse con su padre y su tío.

    Estos no solo se enteraron de que era la hija de Yoli; sino que también habían sido filmados en esos momentos. Por ello, las extorciones y amenazas de clausura del negocio cesaron inmediatamente al tener el amparo del Señor Intendente y de su hermano el diputado nacional.

    También filme a varios jueces, poderosos empresarios y miembros de las fuerzas de seguridad. Esto me brindo mucha más seguridad para mis negocios. Aunque el que más fuera de la ley estaba era el burdel.

    Yoli me había comentado que conocía a varios dueños de otros burdeles y que hay un que de seguro se interesaría por Mateo. Después de algunas conversaciones telefónicas; esta persona concurrió al negocio y después de las presentaciones correspondientes llegamos a un acuerdo monetario por el niño transexual hormonado.

    Casualmente; Mateo ese día cumplía 7 años. El proxeneta también se llevó a Laura que hacía unos meses había cumplido los 11 años y a Belén que hacía poco había cumplido los 16 años. Sería la última vez que los vería o supiera algo de ellos y realmente no sentí culpa por ellos ni remordimiento por lo que les pasara.

    Las enseñanzas de “SHIBARI” continuaron con Yoli y su hija. Ambas notaron que últimamente mi interés decaída al igual que mi humor. Pero cuando Lorena me comento que tenía una amiga de su edad y que tenía un serio problema; todo quedo en el olvido.

    Lorena me conto que su amiga tenía 14 años ya; su nombre era Camila y que desde hacía dos días estaba viviendo escondida en la casa de la niña ya que sus padres la había echado a la calle al enterarse de que estaba embarazada y quien la preño no se hizo cargo del asunto.

    Le pregunte qué tan amigas eran y si sabía algo sobre sus actividades. La respuesta me sorprendió ya que me dijo que no solo era su mejor y única amiga; sino que también eran confidentes entre sí.

    Le ordene a Yoli que inmediatamente fuera a buscar a la niña acompañada de su hija Lorena. Media hora después regresaron a la finca junto a Camila.

    Después de una breve presentación; interrogue a la niña de 14 años. Esta me dijo que sus padres eran de clase humilde pero trabajadora y muy religiosa. Me conto sobre sus escasos encuentros sexuales y sobre el chico que la embarazo. En cuanto a su amiga Lorena; esta me dijo que hasta sabía las dimensiones de mi verga y sobre sus aprendizajes y sus ocasionales trabajos en el prostíbulo.

    Le explique que la ayudaría; pero que esta tendría un elevado costo para con ella. Aunque la niña acepto mi propuesta y expresándose con timidez me confeso que estaba dispuesta a hacer todo lo que le ordenara a cambio de un lugar tranquilo donde finalizar su embarazo.

    Finalizada la charla; nos dirigimos a la mazmorra. Allí; Camila no solo se sorprendió por el lugar, sino que también porque le dije que este sería su hogar por unos días. Después de eso les ordene que se desnudaran.

    Cuando Camila quedo completamente desnuda; vi que poseía unas tetas más grandes que su amiga Lorena y que su abdomen estaba hinchado por su estado.

      -De cuantos meses estas embarazada – pregunte –

      -Creo que de 6 – respondió ella algo avergonzada –

      -Crees… - dije yo – nunca fuiste al medico

      -Yo creo que debe estar en 7 u 8 meses – agrego la meretriz acariciando su panza –

      -Eso lo vamos a averiguar mañana cuando te llevemos de un médico de confianza – dije yo sonriendo maliciosamente –

      -Lorena – ordene – me has mentido y sabes que serás castigada.

      -Si amo. – dijo la niña de 13 años agachando su cabeza –

      -Trae la fusta y 2 collares – le ordene – rápido

      -Yoli – dije secamente – prepara una enema, la depiladora y el baño

      -Si mi amo – dijo la meretriz sonriente –

      -Aquí esta lo que pidió amo – dijo la niña –

      -Colócale uno a tu amiga y el otro es para ti – ordene –

      -Aaayyy!!! – exclamo a recibir un fuerte fustazo en su nalga –

      -Como veras Camila… - dije yo – aquí el que manda soy yo, entendido

      -Aaayyy!!! – volvió a exclamar Lorena –

      -Si señor – dijo la niña preñada –

      -Pónganse en cuatro, perras – grite –

      -Ya está todo listo mi amo – dijo la meretriz –

      -Llévate a esta y ya sabes que hacer – dije yo, dándole la correa que sujetaba a la niña embarazada –

      -Si mi amo – respondió –

    Yoli tomo la correa y condujo a la pequeña embarazada hacia el baño; donde le haría un enema, le depilaría su entrepierna, la bañaría y la iniciaría en el lesbianismo levemente.

    Yo por mi parte; coloque a Lorena en un cepo, donde quedo inmovilizada por su cuello y sus manos. Le susurre que gritara lo más fuerte que pudiera para después darle varios fustazos en las nalgas hasta que estas quedaron enrojecidas.

    Para cuando Yoli salió del sector de aseo con Camila; Lorena se encontraba en una camilla en posición "FROG-TIE” que es una postura de esclavitud en donde se atan los tobillos junto con los muslos, quedando una posición que se asemeja a una rana agachada. Sus muñecas también estaban atadas con los muslos respectivos. Esto la dejaba muy vulnerable, pero no completamente inmovilizado para la penetración vaginal que le estaba haciendo.

    La meretriz acompañada por la niña embarazada se acercaron a nosotros y observaron detenidamente como sodomizaba a la otra niña de 13 años.

      -Ya está lista, amo – dijo la meretriz –

      -Aaaggghhh – exclamo Lorena llegando al orgasmo a la vez que la penetraba vaginalmente –

      -Bien – respondí – ya casi termino con esta zorrita.

      -Amo; ya le sale calostro a la preñada – dijo la madre prostituta –

      -Mmm – pronuncie yo – eso significa que estas más avanzada de lo que pensé.

      -Guau – dijo sorprendida Camila al observar mi verga salir de la vagina de Lorena– es inmensa.

      -Jajaja – rio Lorena y dijo – viste que te decía la verdad.

      -Me va a matar con esa cosa – dijo algo preocupada la niña embarazada –

      -No te va a lastimar – dijo la meretriz –

      -Muéstrame como chupas verga putita – ordene yo -

    Yoli hizo que la niña se arrodillara frente a mí para después empezar a mamarme mi descomunal verga. Camila demostró tener bastante conocimiento de cómo chupar una verga y hasta llegaba a tragarse casi ¾ parte de mi miembro sin ahogarse.

    Interrumpí a la niña en su labor para recostarme en la cama y ordene que continuara. Mientras tanto; Yoli desataba a su hija.

    La meretriz y su hija se colocaron una a cada lado de Camila y comenzaron a succionar mi verga alternadamente.

    Después de unos minutos; las interrumpí ordenándole a la niña embarazada que se montara sobre mi verga. Esta, algo temerosa obedeció y con la ayuda de Yoli y Lorena lentamente se fue introduciendo mi verga en su concha.

    Aunque no era virgen; la vagina de Camila era algo estrecha y a medida que se iba introduciendo mi falo en su cara se dibujaban diversas muecas de dolor mezcladas con placer.

    Cuando quedo completamente ensartada; nos quedamos unos segundos inmóviles para que se acostumbrara a mi ariete. Lorena y su madre le succionaban los pechos y le acariciaban su clítoris y sus nalgas.

    Lentamente la niña comenzó a cabalgarme; a la vez que empezaba a gemir suavemente. Pude sentir como; primero uno y después dos dedos ingresaban en su ano, aunque no supe si eran de su amiga, de la meretriz o de ambas. Camila también lo sintió y solo emitió un leve quejido.

      -Sea lo que sea que llevas dentro de esa panza – dije yo – también lo estoy cogiendo.

      -Ohhh!! Si señor – respondió ella – puedo sentirlo

    Camila tuvo un fuerte orgasmo después de eso y entonces decidí hacer que se colocara en posición de perrito. Yoli y Lorena habían dilatado muy bien el ano de la niña con sus dedos; pero en cuanto apoye mi verga en su rosado agujero trasero y presione en él, la niña se sorprendió.

    Al entrar mi glande; Camila arqueo su espalda y giro su cabeza para observarme. Mi ariete se fue introduciendo lentamente. La niña bufaba de dolor y solo se calmó cuando tubo toda mi verga estuvo completamente dentro de sus intestino.

    Lorena se colocó debajo de su amiga, para así formar un 69 entre ella mientras yo movía mi verga perforando el ano infantil.

    Después de hacer mi descarga de semen en el ano de Camila, cedi mi lugar a Yoli; que se había colocado un arnés con dos consoladores del tamaño de mi verga y la penetro doblemente a la niña. Esta bramo no solo de dolor; sino que también de placer ya que otro orgasmo le había llegado.

    Observe como se desarrollaba ese trio lésbico espectacular hasta que mi verga se irguió nuevamente; para  así introducírsela a Lorena en su vagina.


    Continuará

    La hermana menor de mi novia, relato SDPA

    La hermana menor de mi novia, Parte 01

    24 de febrero de 2025 en Relatos SDPA, Jovencitas

    Esta publicación es la parte 1 de un total de 2 publicadas de la serie La hermana menor de mi novia

    Tuve una novia cuando iba a la preparatoria yo tenia 19 y ella 18 años, su casa tenia 2 puertas a calle, una puerta daba al negocio de la familia (cabina de internet), también estaba el comedor, cuarto de sus padres y hermana menor, la otra puerta llevaba al 2do piso donde había una sala grande con pocos muebles, un cuarto donde ella dormía y una conexión al 3er piso donde tendían la ropa.

    Mi novia ha tenido malas elecciones con novios pasados, vagos o pandilleros, sus padres me tenian mucho aprecio y confianza por ser académico y provenir de una familia decente, en fin, los días que iba a su casa no siempre estaba presente, a veces ella iba al gym o llegaba tarde de sus cursos, por ende me daban autorización de esperarla en el 2do piso, su hermana menor Hana de 6 años me tenia mucho cariño, cada vez que me veía corría hacia mi y se aventaba, yo siempre la engreía mucho comprándole juguetes o antojitos y casi siempre salíamos los 3 a pasear (mi novia, su hermana y yo).

    Como Hana no tenia talento para los números, sus padres me pidieron que le enseñara, así que prácticamente todos los días iba a su casa, almorzaba y cenaba con la familia y me regresaba, al principio las clases eran en el comedor del primer piso pero por los ruidos de los chicos de la cabina de internet, quedamos en que le de clases en el 2do piso, menos ruido y menos distracción, y así fue como empezó esta historia.

    La contextura de la familia de mi entonces novia era la envidia de muchas amigas y conocidas, tanto la madre como la hija, test blanca, caballo laceo, achinadas, con curvas de cadera muy bien pronunciadas, no eran de pechos grandes pero "madre mía" que piernas y culos que se manejaban y por supuesto la niña no era la excepción, a su corta edad de 6 añitos ya era de contextura y piernas gruesas, quebrada y unas nalgotas paradas que hacian que cualquier pantalon, short o falda sobresalte. Me gustaba ir los jueves porque le tocaba educación fisica y su vestimenta era un polito blanco con un short licra de aerobics, su padre la traia del colegio y ella corriendo iba al 2do piso a saludarme, fue en una de esos jueves donde me pidieron enseñarle mate y que despues les avise para que la niña se vaya a bañar.

    Como les comente Hana era muy cariñosa y cuando ella quiere sentarse en mis piernas no la dejo porque casi siempre esta mi novia o su familia presente, se que lo hace con inocencia pero me conozco y se que me iba a entrar el morbo, prefería evitar problemas, ese día le compre un chocolate, y cuando estábamos haciendo tarea en el 2do piso se sentó en mi pierna mientras comía su chocolate y le iba explicando, ya para eso en una ocasión Hana entro al cuarto de su hermana cuando tenia sexo anal con ella, la tenia en modo perrito, mi novia nunca se dio cuenta pero Hana y yo nos quedamos viendo y le agrande los ojos como diciendo que se vaya, ella se asusto y se fue en silencio.

    La cuestión es que en plena clase me pregunto que porque le hacia eso a su hermana, que estabamos haciendo, lo que le conteste es que los adultos, la gente grande hace esas cosas porque se quieren mucho pero que es privado, nadie debe ver nadie debe saber, le hice cosquillitas y le dije "tu de grande harás lo mismo con tu novio" a lo que ella se sonrió y dijo "yo ya soy grande", la conversación se torno en un juego de diretes de "tu eres niña" y "no no lo soy" mientras que jugaba y le hacia cosquillas (para ello mi pene ya se habia puesto duro), obvio aproveche y la fui arrimando para que se siente encima mio y su raya del culo encaje perfectamente, asi estuvimos un buen rato yo tratando de moverla de arriba hacia abajo suavemente mientras reiamos, cuando la solte, ella se apoyo con la mesa y con su trasero empezo a frotar mi miembro, pero no un frotamiento morboso si no como adivinando que cosa era, volteó su rostro y me dijo, "tu pipi siento tu pipi grande" a lo que conteste "déjalo tranquilo, no te hace daño, no te sigas moviendo asi porque lo vas aplastar, pobrecito, eso solo lo puede hacer tu hermana" a lo que ella rio y grito "lo aplasto lo aplasto" entre risas (sentada encima mío sus pies no llegaban al piso asi que para aplastarme se paro y así de pie empezó a empujar su culo con fuerza a mi pene), al rato empezó a saltar encima mío al punto que los choques de su cuerpo se escuchaban fuerte y ella emitía ruidos tipo suspiros de esfuerzo al hacer ejercicios y la silla empezaba a moverse y hacer ruidos escandalosos, a lo que me preocupe porque su papa podía escuchar, asi que le dije "te gusta molestarme no?" ella solo volteaba su rostro chaposos y se carcajeaba, le dije "vayamos al mueble xq la silla hace ruido y tu papa puede subir" le dije esto para que su mente vaya acostumbrándose a no decir nada o que piense que nos pueden castigar, la lleve al mueble y ella siguió haciendo lo mismo conmigo, mi pene estaba tan parado que por ratos ella se sobaba el poto mientras se reía y se paraba para descansar, en una de esas que se volvió a aventar la abrase por la cintura para que no se vaya y empecé a soplar y besar lentamente su orejita y cachetes, la sobe con mi nariz tiernamente buscando que ella voltee y fue allí donde nos dimos el primer beso, al rato escuchamos que la puerta de la calle de afuera se abría así que los 2 fuimos corriendo a la mesa como si supiéramos que habíamos hecho travesuras y se puso a dibujar en su cuaderno mientras yo veía el libro de matemática, era mi novia que había llegado del gym, nos saludo pregunto que hacíamos y al rato dijo que antes de meterse a la ducha tenia que ir hacer compras al mercado, que no me preocupara que siga enseñando mate a Hanna.

    La verdad que yo ya estaba todo loco, jamas me pare de mi silla hasta que se fuera porque sino se daría cuenta de lo excitado que estaba, lo único que quería era bajarle el short a hanna e insertarsela, para mi fortuna mi novia se fue rápido a comprar, solo teníamos 20 a 30 minutos, asique ni bien se fue, Hanna se me acerco toda timida y me dijo "Casi nos descubren" a lo que le conteste "Si quiere hacer las cosas de una niña grande" ella me dijo que ya, asi que fuimos al cuarto de mi novia, la puse de perrito y le fui bajando el short y pantaloneta, y para mi sorpresa, su vulva estaba mojada, a su corta edad presento excitación, pero no me sorprendió, mi novia me dijo que ella menstruo a los 10 años y desarrollo el mismo año, como les mencione al inicio sus nalgas eran tan grandes y bien formadas que bastaba estirar un poco para verles el buen orto que se manejaba la pequeña, me di cuenta de eso xq su pantaloneta era tragado totalmente por su ano, saque mi miembro y poco a poco empecé a meterlo, mis líquidos lubricaban la cabeza así que no fue difícil que ingrese por ahí, primero fue la cabecita, Hanna no emitió ningún ruido de queja, mas bien mientras lo iba metiendo ella se acomodo mejor, era como si nuestros cuerpo se sincronizaran, a los 3 o 4 minutos de intento ya estábamos con el baile del va y viene, estuvimos así por 10 minutos hasta que todo mi miembro entraba y salía de su orto, no tuve reparos en insertárselo hasta el fondo y quedarme ahí un rato mientras con mis manos movía sus caderas en circulo, Hanna daba suspiros y gritos pero ella solita se taba la boca cuando exageraba, luego empecé a moverme rápido hasta que no pude mas y termine eyaculando dentro de ella, cuando saque mi miembro estaba embarrado con eses, así que rápidamente la lleve al baño cargada, ella estaba como en shock, con los ojos adormitados apunto de desmayarse, en el baño la acicale y limpie su trasero, trate de que hiciera popo pero no quiso, lo que si hizo fue orinar a chorros, dijo que nunca había orinado tanto, salimos del baño y fuimos al cuarto de mi novia, prendimos la tele y mientras ella veía kunfu-panda yo ordenaba y limpiaba todo para borrar las evidencias, cuando regrese de limpiar Hana se quedo dormida, yo regrese a la mesa y me puse hacer la tarea, a los pocos minutos llego mi novia, se baño y nos echamos con Hanna para seguir viendo series, al final los 3 nos quedamos dormidos.

    Así pasaron varios años, y era nuestro secreto, siempre era sexo anal hasta que cumplió los 10 años, dicho sea de paso empezó a menstruar y a los 2 meses tuvimos nuestra primera relacion sexual vaginal en el cuarto del 3er piso, recuerdo era de noche y habia fiesta en su casa (primer piso), los niños jugaban en el 2do piso bajo la supervisión de mi novia y yo, mi novia se quedo dormida y fue donde aprovechamos. Ese día tuvimos sexo por 4 horas, no salimos de ese cuarto, la verdad pensé que ya nos estaban buscando y que se iban a dar cuenta, gran parte de que no saliéramos del cuarto era ese temor, pero cuando bajamos para sorpresa de nosotros todos dormían y los niños estaban jugando en la cabina del 3er piso, entramos al cuarto de mi novia y ella seguía dormida, así que cuando bajamos dijimos que nos quedamos dormidos tambien. Ese día estuve asustado porque pensé que podía quedar embarazada, así pasaron las semanas y mi novia y yo terminamos (ya veníamos discutiendo), En ese tiempo de discusión nunca se dio la oportunidad de estar a solas con Hanna, solo me pude despedir de ella por teléfono (ella me llamo de un público) y le prometí que pronto nos volveríamos a ver.

    Así pasaron 10 años , nunca supe nada de ellos, un día de las raras veces que entro a mi facebook vi un mensaje de alguien que no tenia en contacto, era Hanna, con 20 años de edad, escribiéndome como estoy que si nos podíamos ver, vi sus fotos de perfil y wao, una mujer espectacular en todo sentido, le respondí después de varias semanas por temor de que pueda ser una trampa y me halla denunciado, pero al encontrarnos todo fue muy tranquilo y nostálgico, le dije que siempre pensaba en ella y ella me dijo lo mismo, a pesar que ambos hemos tenido parejas, nos seguíamos recordando, actualmente tenemos 6 años de novios, nos cazamos a los 4 años, (su hermana y su familia no estuvo de acuerdo los primeros años pero cuando tuvimos nuestro primer hijo lo aceptaron), toda esta anécdota quedo solo para nosotros como algo mágico que ocurrió entre una niña y un adulto y que el amor de cierta y extraña forma sin obligaciones se puede dar.


    continuará

    La fiesta de cumpleaños de Michelle, relato SDPA en blogSDPA.com

    La fiesta de cumpleaños de Michelle, Parte 02 (Final) (de InfamousI)

    24 de febrero de 2025 en Jovencitas, Incesto, Sexo en grupo, Relatos SDPA

    Esta publicación es la parte 2 de un total de 2 publicadas de la serie La fiesta de cumpleaños de Michelle

    —¿Lista para más?— Ella asintió y en mi siguiente embestida, cavé un poco más profundo en su agujero húmedo y ensangrentado mientras mi esposa lamía diligentemente el desastre que salía. Michelle hizo una mueca y gritó, pero entré un centímetro más antes de retroceder y repetir el proceso de moverme hacia adelante y hacia atrás para que se acostumbrara, pero esta vez, con cada embestida, cavé un poco más profundo, abriéndome paso lentamente con un martillo neumático hasta su cuello uterino, casi veinte centímetros adentro, sus jugos de coño joven comenzaron a fluir nuevamente mientras el placer comenzaba a superar al dolor. —Está bien, cariño, ¿estás lista para hacerme correrme?

    —Sí, papi, quiero ser tu pequeño y sucio basurero de semen, llena mi pequeño coño con tu leche.

    Para entonces, Lawrence ya se había pasado al otro lado, filmando la cara de mi angelito mientras hablaba sucio, mientras Suzie ocupaba su antiguo lugar y se inclinaba para lamer el semen que había dejado en la cara de Rachel. Luego hizo un zoom para capturar toda la escena mientras yo ponía mis manos en el trasero de la cumpleañera, lo que la hizo gritar en protesta, todavía dolorida por la paliza que le había dado. Así que, en lugar de eso, puse mis manos sobre la mesa para estabilizarme y tiré de él hacia atrás hasta que estuvo casi completamente afuera, luego empujé hasta el fondo hasta que volví a golpear su cuello uterino, repitiendo esto unas cuantas veces hasta que tuve una buena idea de dónde estaba para no lastimarla más de lo que ya lo había hecho cuando comencé a meterme de verdad de nuevo. Con la distancia correctamente calibrada, comencé a bombear con seriedad, y cuando Suzie terminó de limpiar el semen de su esposo de la cara de su hija, sentí que se movía detrás de mí para ahuecar amorosamente mis bolas con una mano y abrir mi nalga con la otra antes de comenzar a lamer desde la parte de atrás de mi saco hasta la grieta de mi trasero hasta que encontró su agujero y luego movió su lengua adentro.

    Rápidamente me perdí en el éxtasis. He tenido mucho sexo maravilloso con varias mujeres al mismo tiempo gracias a mi esposa, pero esto fue mejor que cualquier cosa que haya experimentado antes. Mi miembro duro como una roca se deslizaba dentro y fuera del coño increíblemente apretado y caliente de siete años de mi hija mientras mi esposa lamía lo que no entraba y mi hermosa y joven suegra lamía mi ano. No puedo decir cuánto tiempo pasé bombeando su pequeño coño, solo que pareció durar una eternidad pero terminó demasiado pronto.

    —¡Oh, joder, papi, esto empieza a sentirse realmente jodidamente bien! ¡Follate mi coñito apretado, papi! ¡Oh, joder, más fuerte! ¡Más rápido! Oh, joder, joder, así como así, papi, ¡haz que tu pequeña zorra se corra! ¡Corre conmigo, papi! ¡Corre dentro de mí! ¡Muy dentro! ¡Oh, joder, papi, me estoy corriendo!

    —¡Oh, mierda!— Y con eso hundí mi polla justo contra el cuello uterino de mi bebé mientras mis bolas se hinchaban y se contraían, bombeando un espeso y caliente chorro de semen en su estéril útero preadolescente. Convulsioné unas cuantas veces, sacudiéndome rápidamente mientras chorro tras chorro salía a borbotones en su interior, llenándola rápidamente hasta su capacidad máxima y haciendo que un hilo de semen y sangre se derramara alrededor de mi polla y en la boca hambrienta y expectante de mi esposa mientras su padre lo filmaba todo.

    —Joder, date prisa y limpia ese coñito sucio, ya estoy listo para correrme otra vez y necesito el coño de mi nieta ahora —exigió Lawrence.

    Mientras me retiraba, seguía chorreando semen y el goteo se convirtió en un aluvión de tierra mientras mi vara traía consigo un flujo de semen mezclado con sangre virginal al salir, llenando la boca de mi esposa. —¡No tragues, déjame probar!—, gritó Suzie y se levantó para meter su lengua entre los labios abiertos y llenos de semen de mi esposa, sacando y chupando tanto como pudo mientras se besaban apasionadamente, ambas gimiendo mientras llegaban al orgasmo al unísono una vez más.

    Luego ambas se pusieron a trabajar lamiendo y chupando cada gota de semen que pudieron del ojete de la pequeña Michelle, mientras Suzie introducía sus dedos profundamente para ayudar. Después de un minuto o dos, Lawrence se impacientó y empujó a su esposa para que se apartara. —Ya es suficiente, es hora de sentir lo apretada que está esta pequeña vagina—. Empujó su arrugada y abultada vara dentro de mi hija mientras yo observaba, todavía con su cámara en la mano, esta vez dándole una vista en primera persona de su nieta siendo follada.

    Mientras tanto, su esposa cumplió su promesa anterior y se dio la vuelta para empezar a chupármela, aunque mi polla aún no había perdido su rigidez, luego me llevó al otro lado de la mesa y se inclinó, presentándome una vista maravillosa de su delicioso coño y culo de diecinueve años. Me sumergí de inmediato, su coño empapado no ofreció resistencia mientras me hundía hasta la empuñadura, mis bolas golpeando contra su clítoris mientras ella chillaba de placer.

    —¡Oh, mierda! ¿Por qué te he estado provocando durante tanto tiempo? Rachel dijo que eras un gran polvo, ¡pero esto es increíble!—. Gritó justo delante de su marido mientras le daba una paliza fuerte y vigorosa, agarrándola de sus coletas para sostenerse y dándole palmadas en el trasero, llevándola rápidamente a su tercer y cuarto orgasmo de la noche en corta sucesión.

    —¿Cómo está la puta que tengo por esposa, Richard? Puedes tenerla si quieres, de todas formas me gusta que mi coño sea más joven, ¡cuanto más joven mejor, como digo siempre!—, me gritó mientras le daba duro a su nieta, y me filmó mientras me follaba a su esposa.

    —Joder, papi, será mejor que tú y Richard tengan suficiente semen para mí cuando terminen, ¡no es justo que mis agujeros queden desatendidos en todo esto! —Rachel extendió la mano y chupó las bolas de su padre en su boca, dándoles un tirón juguetón mientras él seguía golpeando a nuestra hija.

    —¡Mierda!—, exclamó, mientras la boca de su hija expulsaba otra carga de semen de su escroto y la introducía en la húmeda hendidura de su nieta.

    —¡Oh Dios!— gritó Michelle en respuesta, su pequeño cuerpo temblando ante otro orgasmo también.

    —¡Joder! ¡Joder! ¡Joder! ¡Folléname, Richard! ¡Lléname de tu semilla! ¡Danos otra niñita para follar! ¡Oh, Jesús! ¡Quiero a tu bebé dentro de mí! ¡Oh, oh! ¡OOOOH!

    —¿Quieres mi semen, puta adolescente sucia? ¿Quieres el bebé de tu propio yerno, pequeña zorra adúltera cazafortunas? ¡Pues aquí está! —Eso nos llevó a los dos al límite y yo le eché mi segunda carga tan profundamente como pude, tirando de su cabello con fuerza mientras ambos convulsionábamos y sufríamos espasmos. Nos quedamos allí acostados juntos un rato, yo dejando mi polla dentro de ella, frotándola de un lado a otro para mantenerla dura y sus jugos fluyendo mientras mi esposa limpiaba una vez más el coño de su hija con su lengua, esta vez chupando el semen estéril de su padre que le había quitado la virginidad poco antes de que naciera su madrastra.

    Una vez que terminó, hizo que Michelle se bajara de ella y se bajara de la mesa con la ayuda de su padre. —Entonces, ¿ustedes dos están listos para la tercera ronda?

    —Diablos, sí, puede que tenga casi cincuenta años, pero si un sexo tan caliente no puede hacer que un hombre se corra al menos tres veces, ¡debe haber sido porque murió de un ataque al corazón en el medio!

    —Bien —se dio la vuelta y se arrastró por la mesa hacia Suzie y hacia mí, dándome un beso apasionado, con el sabor del coño de Michelle, de su sangre y del semen mío y de Lawrence todavía en sus labios—, ¿y tú, mi amor?

    —Sabes que siempre me queda semen para mi diosa pelirroja del sexo—. Y ella sabía que era verdad. Que fuera una ardiente belleza irlandesa fue lo que inmediatamente me atrajo de ella cuando nos conocimos en la universidad, ella en primer año, yo en último año. El hecho de que me diera el polvo de mi vida, y luego me sirviera el desayuno en la cama por la mañana después de llevar nada más que un delantal, solo se sumó a su atractivo, lo que todavía hace a diario, prefiriendo estar desnuda siempre que sea posible. El hecho de que invitara a su compañera de cuarto a hacer un trío y luego la hiciera follar con mi compañera de cuarto mientras nos follábamos mutuamente básicamente selló el trato. Dijo que amaba a las mujeres y que quería compartir mi destreza sexual con tantas como fuera posible porque un talento como el mío no merecía ser acaparado por ella sola. Desde entonces, ha encontrado innumerables mujeres para que folláramos juntos y se aseguró de que me corriera en todas ellas, y siempre guardaba lo mejor para el final, dándole un buen polvo duro y largo cuando terminábamos con las demás. Incluso después de follarme a otras cinco mujeres seguidas, todavía me quedaba una para ella, así que ser el tercero no fue nada.

    Y, sin embargo, ella nunca quiso follar con otro chico a cambio, alegando que estaba perfectamente satisfecha con lo que ya tenía. Lo que no sabía es que también tenía a su propio padre follándosela en cada oportunidad que tenía, pero para ser justos, ya se follaban mucho antes de que ella me conociera, así que ¿quién era yo para envidiarle su pequeña mentira por omisión? —Entonces creo que esta noche te quiero en mi culo mientras papi me folla el coño. Vosotros dos sois los únicos hombres con los que me he follado, y creo que ya es hora de teneros a los dos dentro de mí al mismo tiempo.

    Ella se bajó de la mesa y nos llevó a todos a la sala de estar donde teníamos más espacio, luego se dio la vuelta y comenzó a frotar su sexy y bien formado trasero contra mi entrepierna, con un brazo alrededor de mi cuello mientras me besaba sensualmente, su otra mano guiando la mía hacia su pecho, agarré la otra también por mi propia voluntad, dándoles un apretón firme pero suave, haciendo rodar y pellizcando sus flexibles pezones que todavía usaba para amamantar a nuestra hija, después de haber afirmado todo este tiempo que era una experiencia de unión íntima de la que esperaba que nunca se le pasara. Que yo, y ahora sospechaba que su padre, también los amamantáramos regularmente fue una ventaja definitiva.

    Mientras mi mente vagaba entre todas las pequeñas y extrañas peculiaridades que hicieron que este giro inesperado de los acontecimientos pareciera normal, me excité rápidamente una vez más y moví mis manos hacia sus muslos, levantándola y colocándola sobre mi polla, su recto abriéndose para besar mi coronilla y tomarme. Mi suegro se acercó, apretando y chupando las tetas de su hija, chorreando su leche en su boca mientras lo hacía mientras movía su culo arriba y abajo sobre mi uña de veinticinco centímetros, mi esposa gimiendo, arrullando y gruñendo de alegría todo el tiempo. Después de tragar un bocado, se llenó la boca de nuevo, esta vez levantándose completamente para dársela a su hija en un beso apasionado mientras frotaba su polla contra su clítoris hinchado, luego bajó hasta su agujero abierto y la empujó hacia adentro.

    —¿Cómo se siente tener dos pollas dentro de ti, cariño?

    —¡Oh, joder! ¡Es increíble! ¡Los strap-ons no se pueden comparar con las cosas reales que me embisten por ambos lados! ¡Joder! ¡Más fuerte! ¡Frótame hasta dejarme en carne viva de adelante hacia atrás! ¡Llena mis agujeros! ¡Tienen hambre del semen de mi marido y de mi papá! ¡Joder! ¡Sí!

    Y apenas estábamos empezando, en los primeros dos minutos pude sentir su cuerpo contraerse en éxtasis orgásmico tres veces, y con sus dos amantes ya habiéndose corrido dos veces, estaba seguro de que iba a ser una follada larga y dura la que iba a recibir. —Cariño, ven a lamer el culo de tu papi, Suzie, ¡lame el de mi padre!

    —¡Y asegúrate de colocar la cámara en algún lugar en un buen ángulo para captar toda la acción!

    Ambas hicieron lo que les ordené y pronto tuve la lengua y los dedos de mi hija moviéndose dentro de mi ano mientras yo follaba a mi esposa en el de ella, sintiendo mi polla rozando la de su padre a través de las paredes anales y vaginales dentro de ella mientras su esposa de diecinueve años lo follaba con la lengua y los dedos. Rachel usó una mano para frotar su clítoris mientras la otra permanecía envuelta alrededor de mi cuello para sostenerse mientras giraba sus caderas hacia adelante y hacia atrás entre las dos pollas bombeantes en las que estaba empalada, yendo y viniendo entre hacerme sexo oral a mí y a su padre mientras él le apretaba las tetas y pellizcaba sus pezones, chorreando leche por todo su pecho.

    Perdí la cuenta de sus orgasmos después de un rato y unos veinte minutos después, su coño y culo estaban tan maltrechos y en carne viva que tuvimos que hacer una pausa y dejar que los jóvenes nos proporcionaran algo de lubricación chupándonos las pollas y lamiendo a mi esposa antes de empezar la segunda ronda, esta vez Lawrence tumbado en el suelo y dejando que su hija lo montara, mientras yo me ponía de rodillas y le follaba el culo a lo perrito. Suzie le susurró algo al oído a Michelle, lo que hizo que saliera corriendo y desapareciera de la habitación mientras la esposa trofeo adolescente volvía a coger la cámara. Sólo me pregunté brevemente a dónde iba mi hija antes de volver a trabajar en serio, embistiendo el agujero del culo descuidado de mi esposa.

    Minutos después, me sorprendió ver a mi hija detrás de mí, poniéndose un consolador y empujándolo hacia mi propio ano. —Suzie dijo que debería follarte el culo mientras tú follas el de mamá, papá—, Michelle se rió en mi oído y comenzó a bombear, la estimulación adicional de la polla falsa contra mi próstata me llevó rápidamente al clímax, llenando el culo de Rachel con mi leche.

    Por su propia voluntad, mi pequeña niña se apresuró a lamer y chupar mi polla limpia para mí tan pronto como me retiré, demostrando sus excelentes habilidades para chupar pollas: —Maldito ángel, realmente eres un gran chupapollas.

    —Aprendí de la mejor, papi". Luego se dio la vuelta y comenzó a limpiar el culo de su madre, lamiendo el semen que goteaba y luego chupando fuerte y con fuerza para sacar todo lo que pudiera mientras mi esposa rebotaba sobre su padre. —Mmm, creampie de chocolate.

    —Tu creampie de cereza fue aún mejor, cariño—, bromeó mi esposa, —tendrás que seducir a una de tus amiguitas para que podamos romper su cereza y darte a probar.

    —¿En serio? ¿Lo dices en serio?

    —Por supuesto, haremos estallar todas las cerezas de tus amigas que puedas encontrar, ¡y podrás comértelas todas! —respondió su abuelo—. Ya sabes que me encantan las jovencitas, y después de esta noche, ¡estoy seguro de que tu padre también está enganchado! ¡Quizás el año que viene, en lugar de una fiesta de cumpleaños, podamos tener una orgía de cumpleaños con todas tus amiguitas! ¡Oh, joder! ¡Aquí me corro! —Y vació su carga en el tentador coño de su hija, que se encontró con los apasionados gritos de su propio clímax mientras visiones de niñas desnudas cubiertas de semen recorrían nuestras cabezas.

    El coño y el culo de Rachel estaban demasiado doloridos como para follarlos durante los siguientes días, tuvimos que dejar a Michelle en casa sin ir a la escuela durante una semana porque no podía sentarse y, de hecho, Suzie quedó embarazada de mi segunda hija. Todos estuvimos de acuerdo en que fue la mejor fiesta de cumpleaños de la historia y planeamos cómo hacer realidad la orgía de cumpleaños para el año que viene...


    Fin

    Chantajeando a Mary, relato SDPA en blogSDPA.com

    Chantajeando a Mary, Parte 02 (de Johernan)

    24 de febrero de 2025 en BDSM, Sexo en grupo, Relatos SDPA

    Esta publicación es la parte 2 de un total de 5 publicadas de la serie Chantajeando a Mary

    Ya había trascurrido varios días desde que ella había recibido aquel mensaje. Su esposo seguía siendo el mismo y no noto ningún comportamiento extraño en él, la preocupación de Mary se fue desvaneciendo poco a poco, al final ya estaba pensando que todo aquello fue simplemente una broma.

    Su esposo salía temprano cada mañana de lunes a viernes para la oficina donde era el administrador y dueño de una importante firma y no regresaba hasta tarde en la noche, ella nunca le gusto el trabajo que él desempeñaba, aunque les iba muy bien, y todos en la casa podían tener lo que quisieran, además que podían costear la casa que tenían en una importante zona en la ciudad. Sin embargo la dedicación a su trabajo había hecho que ella quedara relegada a un segundo plano, y últimamente se sentía deprimida y frustrada sexualmente. Sus hijos estudiaban y salían temprano para el colegio, entonces ella se quedaba sola casi todo el día en la casa hasta que sus hijos regresaran. Aquella mañana mientras atendía sus quehaceres en la casa, sonó el teléfono y ella corrió atenderlo.

    "Usted creyó que me había olvidado de usted puta" dijo una voz con tono distorsionado.

    El teléfono casi se le cae de la mano de Mary, cuando supo de qué se trataba aquella llamada. Cualquier otra persona quizás se le hubiese ocurrido preguntar cómo consiguió el número de su casa, pero sus nervios no le permitían pensar. Sencillamente se quedo paralizada sin atinar hacer algo.

    "Hoy se inicia tu entrenamiento puta. En una hora va recibir la visita de cinco amigos míos y le vas abrir la puerta vestida sólo con un delantal y en tacones altos, asegurándose que esas tetas estén a la vista, usa uno blanco y vas a escribir en él lo siguiente: "USAME COMO LA PUTA QUE SOY" en letras visibles y grandes. Estas entendiendo perra sucia."

    Mary sólo atino a responder: "SÍ."

    El tipo colgó mientras Mary quedo perpleja con el teléfono en el oído, y sus piernas le temblaban. Después de colgar el teléfono se sentó en el mueble de la telefonera, tratando de asimilar lo que acababa de escuchar, así permaneció hasta que el teléfono colgado en la pared la hizo reaccionar y se dio cuenta que casi había trascurrido una hora desde que ella recibió la llamada. Mary corrió a su cuarto y se desnudo después fue a la ducha y se dio un baño. Cuando salió de la ducha busco entre las gavetas un delantal blanco de los que ella usaba cuando estaba en la cocina. Cuando estaba cachonda y sus hijos no andaban por la casa pero si su esposo, ella le insinuaba a su esposo que la llevara a la cama usando sólo un delantal como aquel y andaba por la casa pavoneándose mientras meneaba su orgulloso trasero a él. Casi nunca fallaba y terminaba en la cama. Después de encontrar el delantal ella busco rápidamente un marcador negro de tinta gruesa y escribió las palabras que la voz le indicaba que escribiera, cuando termino de ponerse el delantal y los tacones y estaba admirándose en el espejo, sonó el timbre de la casa. El corazón dio un salto en el pecho de Mary, entonces respiro profundo y fue a la puerta. Mary se asomo por el ojo mágico de la puerta y vio la silueta de un hombre asomado que le hacía ademanes con la mano, ella entendió que eran los hombres y abrió la puerta.

    Cuando abrió la puerta cinco hombres grandes entraron atropellados y cerraron la puerta tras de sí como si quisieran no ser vistos. Mary nunca había visto a estos hombres, todos parecían pandilleros de una banda de motocicletas, llenos de tatuajes y con expresión de malhumorados. Los tipos se quedaron admirando las tetas y el cuerpo de aquella mujer que se les estaba presentando como un regalo en una despedida de soltero, de parte de un amigo. Mientras ella se preparaba para el encuentro con los cinco personajes, se había hecho a la idea que no tenía otra alternativa, y había asimilado la experiencia, con la intensión de disfrutarla, pero ahora estaban frente a ella cinco tipos todos con cara de mal encarados y no parecían en ningún momento amigables. Ella se asusto tanto que intento salir corriendo, pero uno que parecía ser el líder la tomo por un brazo, y como si fuera un juguete la alzó y la llevó directamente al cuarto principal, Mary forcejeaba pero el tipo era demasiado fuerte, cuando entraron al cuarto la lanzó a la cama como un juguete, entonces dos tipos rápidamente la tomaron por los brazos mientras otro se posiciono entre sus piernas, saco su palo y sin ninguna compasión la penetro. Mary gimió de dolor aunque su coño estaba mojado. Ella forcejeaba tratando de zafarse, pero poco a poco sus fuerzas iban mermando y al rato no tenía fuerzas para moverse. La sensación de estar allí desvalida sin nadie que la pudiera ayudar, hizo un efecto en ella y a los minutos ella empezó a mover sus caderas al ritmo de los golpes, cuando las bolas del tipo chocaban contra su culo.

    El tipo que estaba esperando su turno, con su palo en la mano y manoseándolo dijo en tono sarcástico: "A la puta le está gustando. Dale duro amigo que chille como una perra callejera."

    Las palabras vulgares del tipo hicieron un efecto directo en Mary y empezó acelerar el movimiento de sus caderas, mientras empezó a gemir de placer. El hombre que la estaba cogiendo dijo a los tipos que la sostenían: "Suelten a esa puta que no va para ninguna parte. Tú perra, agradezca a mis amigos que te soltaron."

    Mary ya había perdido toda sus inhibiciones y sin que le explicaran, rápidamente se incorporo apoyándose en un codo y soltó la bragueta del hombre que estaba a su derecha sacando su miembro y empezó a mamarlo. "Eso puta mámame. Oh que rico. Dale puta más rápido."

    Los otros tipos se burlaban de ella y le gritaban cosas vulgares, aumentado su libido. Mary no solo había cambiado su actitud hacia ellos, sino que ahora pedía que le dieran más duro. Ella se había trasformado de la asustadiza mujer que se resistía, a la más vulgar de todas las putas que deseaba que aquella orgía no terminara nunca. Cuando los tipos salieron de la casa ya había trascurrido tres horas desde su llegada, y Mary quedo en la cama bañada en sudor y semen por todos lados. Cuando su último orgasmo menguó y se sintió sola, de nuevo un sentimiento de culpa la empezó a embargar. Las lágrimas empezaron a fluir de sus ojos y se sintió como la esposa más adultera de la tierra. Mientras meditaba en lo que acababa de pasar se dio cuenta que estaba desnuda en la cama matrimonial toda echa una porquería. Ella rápidamente se levanto y recogió todo, mudando la cama, asegurándose que no quedara ningún rastro de su adultera aventura, después fue a la ducha.


    Continuará

    aventuras pornográficas de pedófilos, relato SDPA en blogSDPA.com

    Aventuras pornográficas de pedófilos, Parte 03 (de CuPed)

    24 de febrero de 2025 en Relatos SDPA, Jovencitas, Incesto

    Esta publicación es la parte 3 de un total de 22 publicadas de la serie Aventuras pornográficas de pedófilos
    Nota del blog: En este capítulo no hay sexo explícito (hay menciones de situaciones), pero es bastante interesante porque se relata el funcionamiento de la empresa de filmación. RECOMENDADO para comprender mejor futuros capítulos.

    Cuando Jack salía de la puerta principal del almacén/estudio, se encontró con Jessie, de diez años, y su madre, Alice. Jessie chilló de alegría y corrió hacia Jack, pero no intentó saltarle encima. Jessie, como todas las chicas, conocía las reglas. Nada de demostraciones de afecto en el exterior, nunca. Aunque el estudio estaba ubicado en una zona remota, protegido de la carretera por una espesa arboleda y con una verja de seguridad, en el negocio de hacer películas de pedofilia, la paranoia dio sus frutos. Jessie protagonizaría la escena del aula cuando Jack regresara.

    —Hola, chicas—, dijo Jack sonriendo a la pareja. —Llegaron un poco temprano. No salimos hasta dentro de un par de horas.

    —Queríamos ver si podíamos hacer algo para ayudar—, respondió Alice. —Jessie estaba muy emocionada por la cita de juegos de hoy—. Cita de juegos era el código que todos usaban para filmar las escenas. Jessie ya estaba vestida con un atuendo similar al que había usado Helen. Los ojos de la niña de diez años brillaban y apenas podía permanecer quieta.

    —Entra, entonces, estoy seguro de que alguien puede encontrar algo para que hagas—, dijo Jack con una sonrisa. —Pero guarda tu energía para más tarde. ¡Queremos que tengas un tiempo de juego de calidad! Además, hay un poco de alboroto dentro de otra cita de juegos, así que ten cuidado.

    La madre de Jessie asintió con la cabeza, indicando que comprendía la situación, mientras guiaba a su hija hacia el edificio. Jack se dirigió a su coche. Lo puso en marcha y recorrió el largo camino de entrada, donde se detuvo ante la reja de seguridad. Ingresó un código de siete dígitos, lo abrió y salió. Había otro tramo bastante decente de camino de entrada antes de llegar a la solitaria carretera rural. No vio ningún coche en ninguna dirección y, lo que era más importante, ninguno estacionado al costado de la carretera.

    Jack se metió en la carretera y se dirigió hacia la ciudad, prestando mucha atención a ambos lados por si había alguien estacionado. La paranoia ciertamente gobernaba su mundo los fines de semana de filmación. Por eso tuvo que conducir a través de la ciudad para la audición a la que iba. Nina, la chica que audicionaba ese día, era ciertamente hermosa, y Jack realmente la quería, pero ella aún no estaba en el círculo íntimo. Por lo tanto, su entrevista se llevaría a cabo en una oficina que servía como fachada.

    Por supuesto, "al otro lado de la ciudad" significaba que sólo había un trayecto de veinticinco minutos. La ciudad en sí no era la más pequeña del mapa, sólo lo suficientemente grande como para que no todo el mundo supiera lo que hacía. Lo que la convertía en una ubicación tan excelente para el estudio era que la ciudad se encontraba a cuarenta minutos en coche de tres ciudades de tamaño considerable. Sólo una de las niñas que protagonizaban sus películas sobre pedófilos era en realidad local de la pequeña ciudad en la que se rodaba la película. Todas las demás venían de ciudades más grandes.

    Poco después, Jack entró en el aparcamiento de un pequeño centro comercial. La oficina que usaría como fachada en realidad pertenecía a un abogado al que no le importaba que Jack la utilizara de vez en cuando. La zona de tiendas estaba lo suficientemente apartada como para que no hicieran demasiados negocios, así que Jack sabía que llamaría poco la atención. Sólo había cinco coches aparcados en el aparcamiento, y Jack sabía que uno de ellos pertenecía a la actriz que haría el papel de su secretaria. También sabía que dos de los otros coches pertenecían a los dependientes de las otras dos tiendas.

    Aun así, Jack no quería correr riesgos. Una vez fuera del coche, entró rápidamente en la oficina. Allí, sentada detrás del escritorio habitual de una secretaria, vio a Carol. Carol tenía casi cincuenta años. También había actuado en algunas películas, normalmente en papeles de abuela o de maestra de escuela. Carol seguía siendo atractiva, incluso a sus cincuenta años. Nunca había sido una estrella infantil, pero su marido era un pedófilo desde hacía mucho tiempo, y Carol se había unido a él mientras activaba sexualmente a sus tres hijas. El marido de Carol había muerto tres años antes en un accidente de coche, y las tres niñas ya eran adultas.

    —Hola, Sam —gritó Carol alegremente. Sam sería el nombre que Jack usaría para la entrevista. El hecho de que lo hubiera usado ahora le indicaba a Jack que la madre y la hija ya estaban allí.

    —Hola Cloe—, respondió Jack. —¿Pasa algo interesante?

    —No, no mucho—, respondió Carol. —Pero tu cite de la una ya llegó. Te están esperando en tu oficina—. Entonces Carol murmuró en silencio —¡La niña es HERMOSA!— y se abanicó para demostrar lo caliente que estaba.

    —Ahhh, muy bien —respondió Jack. Mientras hacía su siguiente declaración, señaló con la cabeza el ordenador que estaba frente a Carol. Ella sacudió la cabeza con una sonrisa. El ordenador estaba conectado a un dispositivo que ni siquiera la secretaria real conocía. Oculto en el escritorio, un pequeño escáner comprobaba si los huéspedes llevaban aparatos electrónicos antes de que Carol los dejara entrar en la oficina. Era bastante caro, pero la paranoia de los pedófilos lo exigía. —Si quieres, enciende el contestador automático y sal a almorzar —dijo Jack, satisfecho de que ni la madre ni la hija llevaran equipos de grabación ocultos.

    —Por supuesto, Sam —respondió Carol, poniéndose de pie y colgándose el bolso al hombro—. Volveré en una hora. Sin embargo, esto era sólo una farsa. Carol saldría de la oficina, pero se quedaría aparcada al otro lado de la calle y vigilaría atentamente cualquier coche de policía que pareciera que iba a entrar en el centro comercial. En su bolso tenía un pequeño dispositivo que pulsaba para avisar a Jack si algo extraño parecía estar ocurriendo.

    Satisfecho de que todos los preparativos estuvieran listos, Jack entró en la oficina propiamente dicha cuando Carol salió por la puerta principal, cerrando la puerta detrás de ella mientras se iba. Jack cerró la puerta de la oficina y se giró para mirar a las dos mujeres que se habían levantado cuando entró. La madre era una mujer atractiva que Jack calculó que tendría veintitantos años. Estaba vestida con un traje pantalón. Una mujer alta, de 1,78 metros. Era delgada y parecía estar en forma. Su cabello castaño oscuro estaba cortado corto y muy bien peinado. Su rostro, con pómulos altos y una nariz fina, sin duda llamaría la atención de muchas personas. Sus ojos eran inteligentes, teñidos de un verde azulado, estudiaba a Jack abiertamente. Su sonrisa era cálida mientras se acercaba y le extendía una mano. Jack la estrechó, disfrutando de la firmeza del apretón de manos y la piel suave. Esta mujer creía en cuidarse a sí misma.

    Sin embargo, Jack notó todo esto de un vistazo. Su verdadera atención se centró en la hija. Carol tenía razón, la niña era realmente hermosa. Las fotografías que había enviado su madre no le hacían justicia. Nina tenía diez años. Mayor de lo que a Jack le gustaba empezar en las películas. Su cabello era castaño oscuro como el de su madre, pero largo y recogido en una cola de caballo. Llevaba un top amarillo con cuello halter, pantalones cortos y sandalias. Jack sabía que sus ojos eran azules por las fotografías, pero Nina miraba hacia abajo tímidamente y Jack no podía verlos. Su hermosa carita de duendecillo, sin embargo, era evidente. Sus labios carnosos parecían fruncidos incluso cuando sonrió tímidamente al sentir que Jack la estaba mirando. No llevaba maquillaje. Y no necesitaba ninguno.

    Jack puso su sonrisa más encantadora y dijo: —Hola, chicas. Me alegro de que hayan podido venir hoy. Espero que el viaje no haya sido demasiado largo.

    —No esuvo mal —dijo la madre con voz suave—. Es un placer conocerlo, señor Rimi.

    —Por favor, llámame Sam —dijo Jack, indicando que la pareja debía sentarse. Cuando se dirigieron hacia los asientos que había frente al gran escritorio de la habitación, Jack dijo: —¿Por qué no nos sentamos aquí? Es más cómodo —señaló el sofá y dos sillas mullidas a lo largo de la pared de la derecha. Jack se sentó en una de las sillas y observó cómo Nina y su madre se acomodaban en el sofá.

    Mientras la pareja se acomodaba en el sofá, la madre dijo: —Soy Renee y ella es mi hija Nina. Sam no es tu verdadero nombre, ¿verdad?.

    La sonrisa de Jack se hizo un poco más amplia y respondió: —No, no lo es. Cloe no es el nombre de mi secretaria, ni ésta es mi oficina real. Esto es así por razones de seguridad. Estoy seguro de que sabes que hacer películas para adultos para este público en particular es una propuesta muy arriesgada. ¡Sin mencionar que es lo más ilegal que se puede llegar a ser!

    —Lo entiendo perfectamente —respondió Renée.

    —Estoy seguro de que tienes muchas preguntas—, afirmó Jack. —Y, por supuesto, yo también. ¿Por qué no empezamos por preguntar lo que quieras?

    —Muy bien—, dijo Renee. —Supongo que mi primera pregunta es sobre seguridad. ¿Cómo planean asegurarse de que mi hija esté segura durante la filmación de estas películas?

    —¡Buena pregunta! —respondió Jack. Normalmente la primera pregunta era sobre dinero. Jack se alegró de ver que esta mujer tenía la perspectiva adecuada. —Lo primero que haremos será invitarte a ti y a la joven Nina a varias fiestas para conocerse. Nina conocerá a las personas con las que trabajará en estos eventos. No se le pedirá que trabaje con nadie con quien no se sienta absolutamente cómoda —explicó Jack.

    —A continuación, durante el rodaje, Nina llevará una máscara especial que le harán a medida. La máscara le ayudará a ocultar sus rasgos para que no la reconozcan—, continuó Jack. —De todos modos, habrá pocas posibilidades de que eso suceda, ya que no distribuimos nuestras películas localmente. Primero se venden en el extranjero, a compradores de mucha confianza. Puede que pasen varios años antes de que vuelvan a llegar a este país. La clientela para la distribución inicial es muy selecta.

    —El set donde filmamos está en un lugar remoto. Suponiendo que este proceso salga bien, te darán la ubicación y un código para entrar cuando estemos listos para filmar. Filmamos un fin de semana cada dos meses—, concluyó Jack.

    —Ya veo —dijo Renée—. ¿Qué tipo de escenas se van a filmar?

    —De varios tipos diferentes—, respondió Jack. —Lo único que está fuera de los límites de nuestra selección de historias son el sexo y la violencia. De vez en cuando filmamos una paliza leve como punto de partida para el contacto sexual, pero eso es poco frecuente. La mayoría de lo que hacemos son historias de incesto. También las películas con colegialas son populares en este momento.

    —¿De dónde sacas ideas para historias?—, preguntó Renee. Jack estaba complacido con sus preguntas.

    —La mayoría de nuestras historias son el resultado de la realización de fantasías para nuestros clientes. Los encuentros de fantasía se publican en un grupo de noticias seleccionado, y nosotros completamos la historia y la representamos. Por supuesto, a veces pasan años antes de que las personas que publican las fantasías puedan verlas representadas, pero una vez que la gente ha visto el resultado final, queda satisfecha. En muy raras ocasiones, representamos historias enviadas por nuestros selectos clientes de distribución directa.

    —¿Existe un gran mercado para estas películas?— preguntó Renee.

    —Es una pregunta difícil—, respondió Jack con sinceridad. —Por supuesto, hay un montón de pedófilos encubiertos. La mayoría son hombres que nunca pensarían en tocar a un niño, pero a quienes les gusta mirar las imágenes fijas o los archivos de video en Internet y fingir que son ellos. Pero gracias a las leyes gubernamentales contra la pornografía infantil, incluso eso está desapareciendo. Hace unos años, uno podía conectarse a Internet y descargar casi cualquier cosa que quisiera, ya sea de grupos de noticias o en salas de chat. Ahora, sin embargo, es extremadamente difícil encontrar este material. Mucha gente que ha producido pornografía infantil, ya sea hardcore o softcore, ha sido arrestada y procesada.

    —Evitamos ese destino al contar con un grupo muy pequeño de personas a las que abastecemos—, continuó Jack. —Nuestra lista de clientes es de menos de cuatrocientos compradores y es muy difícil conseguirlos. Como producimos pornografía infantil con altos valores de producción, podemos cobrar mucho dinero por ello, pero cualquier película que produzcamos tiene suerte si recauda cinco mil dólares.

    —Sin embargo, no lo hacemos por dinero—, afirmó Jack para concluir. —Lo hacemos por el amor al arte. Producimos este material precisamente para el pedófilo encubierto que jamás tocaría a un niño. Hacemos estas películas para todo hombre o mujer que ame ver la belleza de un niño que descubre su sexualidad. Lo hacemos para que otras personas puedan vislumbrar el estilo de vida que disfrutan unos pocos.

    —Entonces, ¿sólo filmáis a niñas pequeñas? —preguntó Renée.

    —No, filmamos a chicos, pero no a menudo —respondió Jack—. Y rara vez con hombres. Hay un público mucho menor para películas de chicos. Sobre todo, películas de madres e hijos, y en ocasiones, en las que se pide que filmen a un hombre adulto con un chico joven. Sólo filmamos una película al año con estas combinaciones. De los aproximadamente cuatrocientos que tenemos en nuestra lista de clientes, menos de diez compran ese material.

    —Ya veo —respondió Renée—. Odio preguntarlo, pero en lo que respecta al dinero...

    —No, en absoluto —respondió Jack—. Suele ser lo primero que la gente pregunta. Para responder: por cada fin de semana de rodaje recibirás quinientos dólares. Otros mil dólares en un fideicomiso para Nina, que recibirá el día de su decimoctavo cumpleaños. Dependiendo de lo activa que sea en el rodaje, el capital más los intereses generados podrían sumar una cantidad considerable de dinero. Se te pedirá que establezcas y administres el fondo fiduciario, aunque insistimos en que bajo ninguna circunstancia debe haber una cláusula que te permita acceder al dinero que contiene. Una vez que hayas creado el fideicomiso, y te mostraremos una lista de los que ofrecen las mejores tasas de interés, recibirás un cheque por separado antes del día de la filmación, girado sobre una corporación ficticia y a nombre del propio fideicomiso. La participación en las fechas de juego, así es como llamamos a los días de rodaje, depende exclusivamente de ti y de Nina. Nos pondremos en contacto contigo para enviarte una invitación. Te pedimos que, si no tienes pensado asistir a la fecha de filmación, nos lo hagas saber al menos una semana antes para que podamos hacer otros arreglos.

    Renee asintió pensativamente y luego preguntó: —¿Cuántas chicas empleas?

    —Suponiendo que todo salga bien, Nina será la decimotercera —respondió Jack después de un momento. No le interesaba mucho esa pregunta.

    Renee asintió una vez más y luego dijo: —Dijiste que tenías algunas preguntas.

    —Sí —convino Jack—. Y debo disculparme de antemano. Algunas de las preguntas que tengo son un poco crudas, pero necesito saberlo.

    —Lo entiendo—, respondió Renee.

    —Primero —dijo Jack inclinándose hacia delante en la silla—. No filmamos a vírgenes. ¿Nina es sexualmente activa?

    —Sí—, respondió Renee.

    —Bien, bien —dijo Jack complacido—. ¿Podría decirme, por favor, cuánto tiempo lleva siendo sexualmente activa y cuáles fueron las circunstancias que la llevaron a serlo?

    Renee dudó un momento, pero luego dijo: —Nina tenía cuatro años cuando mi esposo tomó su virginidad como regalo de cumpleaños—. Los ojos de Renee eran desafiantes, desafiando a Jack a juzgarla.

    Jack sonrió y continuó, esta vez dirigiéndose a Nina. —Nina, ¿te gusta el sexo?

    Nina se sorprendió al ser abordada directamente, pero respondió sin dudarlo. "S-sí".

    —¿Tu padre es el único hombre con el que has estado?

    Esta vez Nina miró a su madre y su madre asintió para tranquilizarla. —No señor—, respondió.

    —Sin dar nombres, ¿puedes decirme quién más?—, preguntó Jack con suavidad.

    Nuevamente Nina miró a su mamá con la mirada antes de responder: —He estado con mis dos hermanos y con otros dos hombres que mi mamá conoce.

    —¿Qué edad tienen tus hermanos?—, preguntó Jack. No sabía que había hermanos.

    —Doce y quince— respondió Nina.

    —Soy activa con mis hijos, y ellos se volvieron activos con Nina después de que murió mi esposo—, agregó Renee.

    —Ya veo —contestó Jack—. ¿A tus hijos les interesa hacer cine? Tienen una buena edad para ser los hermanos de las chicas.

    —No sabía que esa era una opción—, respondió Renee. —Les preguntaré, pero no sé si les gustaría. Tal vez tengan miedo de tener que actuar con hombres.

    —No tendrían por qué hacerlo —le aseguró Jack—. Aunque es posible que les pidan que hagan escenas con mujeres mayores. Sin embargo, a los chicos se les paga menos por actuar, sólo quinientos dólares en fideicomiso. Si quieres, envía fotografías de ellos a través del mismo canal que enviaste con Nina, si están interesados.

    —Muy bien —dijo Renée complacida—. Te encantaría verlos con Nina. ¡Son muy entusiastas!

    —Nunca hacemos eso—, afirmó Jack. —Todos nuestros actores adultos son padres, pero nunca los juntamos en la película con sus hijos. Seguridad, ya ves. Es mucho menos probable que se los reconozca como participantes si nunca se los ve interactuando en la película.

    —¿Los padres también actúan en las películas?—, preguntó Renée.

    —Sí —respondió Jack—. Por supuesto, su compensación es la participación en sí. Se les permite estar presentes en el set durante el rodaje, pero no aparecen con sus hijos o hermanos. Si quieres, también puedes actuar. Siempre es bueno tener a otra mujer adulta como recurso.

    —Eso podría gustarme—, afirmó Renée con una sonrisa.

    Jack le devolvió la sonrisa. Renee sería una gran incorporación a la filmación. Era encantadora. —Ahora, volvamos a las preguntas. ¿Qué edad tenían los amigos de tu mamá con los que has estado, Nina?

    —Ummm treinta y treinta y seis —respondió Nina.

    —¿Disfrutas estar con ellos?

    —Sí.

    —¿Alguna vez has tenido un orgasmo?

    —Sí, empecé a tener orgasmos cuando tenía siete años —respondió Nina, retorciéndose en el sofá.

    —¿Qué te gusta hacer sexualmente?—, preguntó Jack. —Por favor, explícamelo con detalle.

    —Ummm, me gusta, ummm— comenzó Nina nerviosamente —Q-que me hagan sexo oral.

    —Ya veo —dijo Jack—. Pero Nina, "tener sexo oral" no suena bien en una película. A la gente no le gusta oírlo así. Dime de nuevo lo que te gusta. Puedes usar las palabras que quieras.

    —Me gusta que me coman el coño—, continuó Nina.

    —¡Muy bien! —dijo Jack alentadoramente—. ¿Qué más?

    —Me gusta chupar pollas —continuó Nina, un poco más segura de sí misma.

    —¿Qué te gusta de eso?— preguntó Jack.

    —Me gusta cómo me llena la boca—, confiesa Nina. —Y me gusta lo bien que le hace sentir al hombre.

    —¡Genial!— dijo Jack. —¿Qué más?

    —¡Me gusta que me follen!—, casi gritó Nina. —¡Solía ​​doler mucho, pero ahora se siente tan bien!

    —¡Muy bien!—, exclamó Jack entusiasmado. Volviéndose hacia su madre, Jack preguntó: —¿Puede Nina hacer una mamada profunda?

    —Lo ha intentado antes, pero no ha salido del todo bien.

    —¿Qué tal el anal?

    —Mi hijo mayor se la cogió por el culo una vez, pero a ella no le gustó mucho.

    Jack volvió a centrar su atención en Nina, que se sonrojó ante la mención del sexo anal. —Nina, ¿alguna vez has tenido relaciones sexuales con otras mujeres?

    Nuevamente una rápida consulta con mamá antes de que ella respondiera: —He hecho algunas cosas con mamá, pero no me gustan tanto como con los hombres.

    Jack se volvió hacia Renee. —¿Qué tamaño de pene puede soportar Nina?

    —Mi marido estaba bien dotado—, respondió Renee. —Tenía veinticinco centímetros, pero nunca le metió más de la mitad. Sin embargo, ten en cuenta que Nina tenía solo siete años cuando murió mi marido. De los dos hombres adultos con los que ha estado, el más grande medía dieciocho centímetros, y él puede meterle todo eso. Mi hijo mayor también mide dieciocho centímetros, y es grueso como el de su padre. Nina puede recibir todo eso en su coño, y todo menos 8 centímetros en la boca.

    —Tenemos dos hombres negros que hacen escenas con nosotros. ¿Algún problema con el sexo interracial?

    —Depende de los hombres—, respondió Renee. —Si a Nina le gustan, entonces no hay problema. Pero me preocupa que sean demasiado grandes para ella.

    —Ninguno de los dos está tan bien dotado como la descripción que haces de tu marido. Yo tengo más o menos lo que me has descrito: veinticinco centímetros y la tengo ancha —informó Jack a la pareja—. Sólo un actor es más largo que yo, unos dos centímetros y medio, y ninguno es más grueso. En un momento veremos qué puede hacer Nina conmigo, y yo estaré en mejores condiciones para decirte qué puede hacer con los demás.

    Nina asintió tímidamente y el corazón de Jack se aceleró. Su pene también creció en sus pantalones. Renee dijo: —Mmmmm, veinticinco centímetros. ¡Espero que no te importe si lo pruebo yo también!

    Jack sonrió en respuesta y luego dijo: —Este día es sobre Nina. Tú y yo tendremos mucho tiempo para conocernos en nuestras diversas reuniones. Ahora que ya te han presentado a esta empresa, tú, Nina y tus hijos conocerán a muchas familias de la zona que piensan como tú. Hay reuniones casi todos los fines de semana y, a medida que conozcas a la gente, los encuentros individuales pueden ocurrir incluso con más frecuencia.

    La madre de Nina parecía decepcionada, pero asintió con la cabeza. —¿Tienes familia?—, preguntó de repente.

    —He sido un pedófilo toda mi vida—, respondió Jack. —Pero nunca me casé ni tuve hijos propios. Empecé a participar activamente en este grupo cuando tenía veinte años. Me encontré con un amigo mío que tenía relaciones sexuales con su hija de seis años mientras su mujer observaba. Tenían mucho miedo de que los denunciara y, cuando no lo hice, poco a poco me fueron presentando a su grupo. Me sorprendió mucho descubrir lo grande que era la red de personas con ideas afines, aunque me llevó más de tres años conocer a todos.

    —¿Cómo empezaste a hacer películas?

    —En realidad, llevo veinte años haciendo cine. Nunca llegué a ser un gran nombre, pero sí escribí algunos guiones en su día que se convirtieron en películas muy importantes. En aquel momento, tenía un agente muy bueno que me consiguió unos contratos increíbles para los guiones que escribí. Con el dinero que gané con ellos conseguí un fondo de reserva bastante decente. También tuve suerte con el mercado bursátil. Como dije, había intentado dirigir, pero aunque era competente, en realidad no era el trabajo para mí—, explicó Jack.

    —A una de las familias que conocí al principio le gustaba filmarse y fotografiarse a sí mismos. La mayoría de ellos habían hecho películas caseras de sexo espontáneo. Cuando descubrieron que yo había escrito guiones y dirigido algunas películas, me dijeron que realmente querían representar ante la cámara algunas de las fantasías que tenían los padres. El padre y yo nos sentamos y elaboramos algunas escenas con guiones, y el siguiente fin de semana su familia las representó. El resultado final fue bastante bueno. Lo suficientemente bueno como para que el padre se las mostrara a algunas de las otras familias que conocían.

    —Muy pronto, otras familias quisieron intentar actuar, así que hice otras cintas con otras familias. Entonces casi se produjo un desastre. Una de las familias para las que hicimos una cinta subió a Internet algunas capturas de pantalla de su cinta. Las imágenes se hicieron muy populares y muy solicitadas. Se hicieron peticiones para que se grabaran archivos de vídeo, así que finalmente cedieron y publicaron uno. El padre revisó minuciosamente todos y cada uno de los fotogramas del archivo que hizo para asegurarse de que no se viera ni su rostro ni el de su familia.

    —A pesar de ese esfuerzo, aproximadamente un año después de haber publicado el archivo de vídeo, llevó a su hija al zoológico. Mientras paseaban hablando de los animales, notaron que un hombre y dos niños los seguían. Cuando el padre preguntó por qué hacían eso, el otro hombre le dijo que reconocía al padre y a la hija. Aunque el archivo que habían publicado nunca mostraba el rostro del padre ni de su hija, el hombre reconoció sus voces y su comportamiento entre ellos.

    —Por suerte, el otro hombre también era sexualmente activo con sus hijos. Con el tiempo, se le presentó a la red de familias con ideas afines. Pero la situación de riesgo sacudió a todos. Sin embargo, la mayoría de las familias querían compartir su experiencia con los amigos que habían hecho en línea. Fue entonces cuando entraron en vigor las reglas.

    Regla número 1 : No se permiten más filmaciones con familiares directos, a menos que el video se mantenga estrictamente privado y no se comparta con nadie.
    Regla número 2 : ¡No se permiten demostraciones públicas de afecto bajo ninguna circunstancia!
    Regla número 3 : ¡Discreción, discreción, discreción! Siempre hay que procurar que haya poco riesgo de que nuestra pasión sea revelada a terceros.

    —Sin embargo, muchas de las familias todavía querían grabar las cintas de vídeo. A varias de las niñas les encantaba actuar en las escenas. Fue bastante sorprendente la decepción que sintieron cuando consideramos la posibilidad de dejar de filmar por completo. Así que me propuse asegurarme de que pudiéramos seguir haciéndolo. Enseñé a algunos de los padres a manejar cámaras de vídeo, a maquillarse y a manejar la mesa de sonido. Empezamos a establecer contactos en el extranjero para distribuirlas... y aquí estamos hoy—, concluyó Jack.

    —Interesante—, afirmó Renee. —Creo que nos interesaría participar. ¿Cuál es el siguiente paso?


    Continuará

    Mi aventura, relato SDPA en blogSDPA.com

    Mi aventura, Parte 06 (de Melkor)

    24 de febrero de 2025 en Relatos SDPA, Jovencitas, Incesto, Zoofilia

    Esta publicación es la parte 13 de un total de 20 publicadas de la serie La experiencia de mi hija Amy

    ¡Estaba tan ansiosa por ser preñada, por encontrar y alimentar ese orgasmo escondido en mi vientre, por ser la perrita de mi perro grande, por terminar para poder levantarme! ¡Esta posición de las manos y las rodillas y con mi perro sobre mi espalda se estaba volviendo muy incómoda! También sería bueno dejar de gruñir. —¡Uf! ¡Está bien, papi! ¡Uf! Mientras... ¡Uf! No duela demasiado.

    Vi que su brazo derecho se movía hacia arriba y hacia atrás, detrás de mi perro, y cambió un poco su posición. Entonces papá empezó a contar. —Uno... Dos... ¡Tres!— No esperaba un truco como ese de papá. Nunca me había dado cuenta de que podía ser tan astuto. Como una tonta, justo cuando dijo tres, empujé mi coño hacia atrás tan fuerte como pude, demasiado tarde para darme cuenta de lo que me esperaba.

    Había una razón por la que la entrada de mi coño me dolía por lo que fuera que la golpeaba. Alguien había logrado esconder una bola de bolos o algo así detrás de la enorme polla de mi perrito y estaba tratando de meterla en mi coño ya demasiado lleno.

    Sentí que la boca de mi coño se estiraba cada vez más, esforzándose por dejar pasar cualquier instrumento de tortura brutal que estuviera escondido allí. Justo cuando estaba segura de que mi coño iba a arruinarse para siempre, sentí que ese anillo muscular se dilataba, como pensé que se sentiría al tener un bebé, y de repente rodeó y envolvió lo que fuera que fuera esa cosa. Mi grito de dolor fue acompañado por el aullido de mi perro encima de mí.

    Me dolía todo el cuerpo. Me dolía el vientre, donde juro que esa polla de perro monstruosa estaba alojada contra mi corazón. La parte inferior de mi coño palpitaba desde donde podía sentirla envuelta firmemente alrededor de ese enorme tubo de carne. La zona justo dentro de mi coño palpitaba contra la presión de la bola de bolos que acababa de meter en él, y la boca de mi coño ardía por la agonía de dejar pasar todo lo que ahora estaba enterrado dentro de mí.

    Recuperé la sensación de estar envuelta en el abrazo más fuerte de papá. Recuerdo vagamente que murmuraba palabras en mi cabeza: —Hermosa niña... Estoy muy orgulloso... No puedo creer que hayas hecho eso...—. Fue reconfortante, me sentí como si tuviera ocho años otra vez y como él me abrazó después de que mamá murió. Y entonces, recordé lo que había dicho hacía un momento.

    Me aparté de él y me solté de sus brazos. Me miraba con una expresión tonta de incredulidad. Logré levantar un brazo y le di un golpe en el hombro con todas mis fuerzas. Tuvo el valor de parecer sorprendido.

    —¡Papá! ¡Me dijiste que no me dolería mucho! ¡Me dolió mucho! —No podía CREER cómo me había engañado papá. Qué mala acción, no contarme todos los detalles. ¿Cómo pudo haber sido tan astuto? Um, eso me suena familiar. ¿No le había hecho yo trucos similares, aunque menos dolorosos, a papá? ¿Solo que en realidad no me habían atrapado? Tragué saliva al darme cuenta de que tal vez no debería estar tan molesta.

    Al menos tuvo la sensatez de mostrarse debidamente arrepentido mientras se disculpaba. —Lo siento, Ángel. Realmente no pensé que sería tan malo.

    Estaba arrepentido, pero no lo suficientemente sincero. Eso había dolido MUCHO, aunque se había reducido a un dolor sordo. Afortunadamente para él. Dejé que papá se saliera con la suya con un resoplido. —Bueno, ten más cuidado la próxima vez. ¡Eso dolió mucho!

    ¿Acabo de decir la próxima vez? ¿Lo dije en serio? Tendré que analizarlo más tarde.

    Al parecer, mi perro grande había decidido que ya había terminado con las embestidas del martillo neumático. Simplemente apoyaba su peso contra mi espalda, con un movimiento ocasional de sus caderas que creaba un tirón casi placentero en su pene de perro incrustado. Sin el dolor abrumador y las embestidas que me provocaban gruñidos, finalmente tuve la oportunidad de intentar comprender lo que acababa de suceder y qué era exactamente lo que estaba enterrado tan profundamente dentro de mí.

    De hecho, podía SENTIRLO en mi interior. Estaba... cálido, muy cálido. Y palpitaba, podía imaginar que podía sentir los latidos del corazón de mi perro a través de su pene. Podía sentir cada centímetro donde me estiraba dolorosamente para envolver a este intruso enorme.

    La pregunta tranquila de mi padre me sacó de mi curiosa introspección: —¿En qué estás pensando, cariño?

    —Lo siento dentro de mí. Es tan profundo y la sensación es tan caliente. Y duele, mucho. Pero... es un... BUEN dolor—. De repente encontré la comparación perfecta. —Es como cuando me duelen los músculos después de ganar una competencia de natación. Solo que mejor.

    Lo sentí tan profundamente que me pregunté si realmente podría sentirlo en mi vientre. Con cuidado, llevé una mano y froté suavemente mi vientre. Estaba un poco decepcionada: —Creo que debería poder sentirlo a través de mi piel, pero no puedo.

    Poco a poco, empecé a notar una sensación extraña. De hecho, me las había arreglado para acostumbrarme al estiramiento profundo, casi a un latido leve en lo profundo de mi vientre. Incluso me había acostumbrado al gran bulto justo dentro de mi vagina, que empujaba de adentro hacia afuera cada vez que mi perro tiraba suavemente de su pene incrustado. Pero ahora todo estaba... hinchándose. Sentía como si alguien hubiera logrado introducir un globo hasta el fondo de mí y lo estuviera inflando. Comenzó bastante agradable, pero rápidamente se volvió incómodo y en algunos lugares, como el bulto en mi entrada vaginal, incluso doloroso.

    —Uh... Oh, muchacho... Uh... ¡Oh, Dios mío!— Empecé a gemir por la sensación.

    Papá, que seguía sentado a mi lado, inmediatamente cuestionó mi arrebato: —¿Qué pasa, princesa? ¿Qué te pasa?

    —¡Oh, Dios mío! ¡Está creciendo! ¡Dios, realmente está empezando a doler!—. Pude ver la mirada preocupada en el rostro de papá mientras se inclinaba hacia atrás para mirar la unión donde ahora estaba unida con mi... ¿amante perruno? Supongo que era cierto, me había cogido bien. Me pregunté cuándo me aparearía o si siquiera sentiría... Entonces, de repente, otro —¡Oh, Dios mío!—. Podía sentir algo en lo profundo de mi vientre. Estaba cálido, muy cálido, y podía sentirlo... chapoteando. Se sentía como... ¡Qué asco! Miré a papá con disgusto y dije: —Papá, ¡está ORINANDO dentro de mí! Puedo sentirlo en mi vientre—. ¡La idea de eso era TAN repugnante!

    No podía creerlo cuando papá se rió. No era gracioso. ¡Esto era asqueroso! —Oh, Amy, no, no es pis, se llama semen. Es la sustancia que producen los chicos y que contiene el esperma que ayuda a hacer bebés. Significa que este grandullón de aquí finalmente te está preñando.

    ¿De verdad? Está bien, entonces. Pero, ¿por qué se siente tan líquido y por qué sigue saliendo? En los videos que Becky y yo habíamos visto, los hombres habían cubierto la cara y los senos de las chicas con esa sustancia blanca. Pero era pegajosa y parecía loción para manos, y no podía haber sido tanta, tal vez varias cucharadas. Esto se sentía... diferente, y ya era mucho más que unas pocas cucharadas.

    —No lo sé, papá. Todavía siento que está haciendo pis. ¿Cuánto crees que me va a poner? Ya estoy empezando a sentirme llena—. Me sentía llena. Como si me hubiera sentado a la mesa en la cena de Acción de Gracias y comido hasta no poder dar ni un bocado más. ¡Y el chorro de líquido en mi vientre ni siquiera había disminuido!

    Papá extendió la mano y frotó detrás de las orejas de mi perro. Bien, a él también le gustaba mi nuevo perro. Eso hará que sea más fácil, cuando llegue el momento, convencerlo de que me deje quedármelo. Sin embargo, sus siguientes palabras acabaron con mi placer por ese pensamiento. —Realmente no estoy seguro, cariño. Puede que sea bastante semen.

    ¿Bastante? ¿Qué quiso decir con "bastante"? Seguro que sé lo que quiso decir con "sólo un poco". Pero ¿bastante? ¿Adónde iría? ¿Por qué me preocupaba? No era como si pudiera detener nada ahora. Además, acababa de encontrar esa pequeña semilla furtiva de un orgasmo de nuevo. Esa presión a borbotones debe haberlo encontrado. ¡Vaya!

    De todas formas, lo mejor sería asegurarle a papá que estaba bien. Por si acaso. —Um, ¿papá? Está bien. Me duele un poco, pero no demasiado. Siento como si mi vientre se estuviera estirando, pero se siente como... Ohhhh, papá—. A esa semilla del orgasmo le debe haber encantado todo ese esperma de perro bombeando hacia mi vientre, porque de repente estalló en un árbol gigante, no, ¡una MONTAÑA! Apenas logré decir —¡Se siente REALMENTE bien!— antes de que una gran ola me arrastrara de repente desde la cima de esa montaña y rugiera como una avalancha por su ladera, ¡llevándome en el viaje!

    Recuerdo gruñir y gemir con los dientes apretados, golpear los azulejos del patio con los puños apretados. Mis músculos se tensaban, especialmente los de mi vientre, que envolvían esa... esa... manguera de bomberos que se derramaba en mi vientre. Podía oír a mi amante perruno aullar victorioso y me habría unido a él si hubiera podido. Gemí y temblé, e incluso creo que me desmayé por un breve período. Nunca sabré cómo no me caí.

    Cuando finalmente dejé de temblar y recuperé el aliento, estaba tan agotada que solo quería hacerme un ovillo y dormirme. Aun así, quería intentar explicarle a papá cómo me sentía.

    —¡Oh, papi! ¡Oh, papi! ¡Eso fue increíble! No puedo creer lo increíble que me sentí. Pero estoy muy cansada, ¿ya terminó?—. Oye, la descripción que te acabo de dar es mucho más precisa que el comentario tonto que le hice a papi. He tenido tiempo de pensar en cómo me sentí desde entonces. No te quejes.

    Debió haber sido suficiente. Su respuesta estuvo a punto de hacerme estallar de nuevo si hubiera tenido energías. Aun así, logró hacerme reír. —No lo sé, cariño. Si fuera yo el que te estuviera cogiendo, ya me habría desmayado hace mucho tiempo.

    ¡Dios mío! ¿Había estado pensando en hacerme el amor lo suficiente como para hacer esa comparación? ¡Genial! Empecé a preguntarme en qué se diferenciaría hacer el amor con papá de que me follara mi perro. Lo primero que pensé fue que estaba bastante segura de que no habría sido TAN doloroso.

    Estaba empezando a pensar en eso cuando mi perro me interrumpió. Ojalá dejara de hacerlo. De todos modos, soltó mis caderas con sus patas delanteras y se dejó caer completamente sobre mi espalda. Fue como si de repente estuviera usando un abrigo de piel. Un abrigo de piel PESADO. Esperaba que esto significara que casi había terminado de aparearse conmigo.

    Recordé lo que papá acababa de decir y me reí de nuevo. Luego dije: —Eso hubiera sido agradable...— Hubiera sido agradable si papá hubiera sido mi primer perro. No creo que me hubiera molestado tanto si mi perro hubiera sido el segundo. ¿Cómo dices? ¿Qué quise decir con segundo? Guarda ese pensamiento para más tarde...

    De todos modos, continué: —Ojalá se apurara. Está pesado—. Además, todavía sentía la barriga terriblemente llena. Me estiré para frotarla, tal vez eso ayudaría. —Oye, todavía puedo sentirlo chorreando en mi barriga. Está muy caliente.

    Entonces, justo cuando el roce empezó a mejorar las cosas, mi perro empezó a tirar de mi pobre coño maltratado, ¡haciéndome doler otra vez! ¿Qué pasó con eso? —¡Oye! ¡Detente! ¡Ay!— ¡Esa última parte fue cuando su pata delantera comenzó a sacudirse a lo largo de mi cadera y comenzó a arañarme otra vez! ¿No habíamos tenido ya suficiente de eso?

    Papá saltó hacia adelante, agarró esa pierna que me dolía tanto y terminó ayudando a mi perro a quitarse la parte delantera de donde estaba tan pesada sobre mi espalda y a ponerla sobre mi costado derecho. ¡Qué alivio! Pero no duró. Su pata trasera comenzó a arañarme el muslo y me arañó de nuevo. Papá también ayudó con la pata trasera, pero lo que sea que mi perro estaba tratando de hacer se sentía muy raro, pero un poco doloroso. Realmente desearía que se hiciera toda esa parte dolorosa.

    De todos modos, me quejé todo el tiempo de cómo esa bola de bolos en mi coño tiraba tan fuerte y me arañaba aún más, hasta que de repente experimenté la sensación más increíble. Podía sentir esa cosa maravillosa, esa fabulosa polla de perrito que me llenaba por completo, GIRAR dentro de mí. Es indescriptible. No sé cómo no desencadenó otro orgasmo. Desafortunadamente no duró mucho. En realidad podría haber disfrutado eso todo el día.

    Al menos, cuando mi perro terminó y se dio la vuelta, fue MUCHO más cómodo. No tenía un abrigo de piel pesado en la espalda. No más patas rascándose alrededor de mi cintura. Incluso la presión que tiraba contra mi coño dolorido era más tolerable. El único problema era que algo me hacía cosquillas en la espalda y los hombros. Me tomó un momento darme cuenta de que era la cola de mi cachorro, demasiado gracioso.

    Creo que respiré aliviada mientras le informaba a papá: —Oh, ya está mucho mejor. Realmente estaba engordando.

    Había movido mi mano hacia atrás para sostenerme mientras mi perro se apartaba de mi espalda. La volví a llevar para frotarme la panza dolorida de nuevo. La nueva posición debe haber cambiado algo. Podía sentir mejor los chorros de semen de perro que caían en mi panza. ¡Papá tenía que sentir esto!

    —¡Papá, sigue chorreando! Me está llenando de verdad. ¡Es tan profundo! ¡Tienes que sentirlo! —Agarré el brazo de papá y casi lo hago caer. ¡Eso habría sido divertido! De todos modos, puse su mano sobre mi vientre para que pudiera sentirlo.

    Sentí como una chispa, un calor suave, algo maravilloso cuando papá me tocó la panza. Me había tocado antes, pero no así. Esto era... diferente... erótico, sexy, no como si yo fuera una niña en absoluto. Suspiré ante la sensación.

    Me frotó suavemente la barriga y luego hizo una pausa. Pude ver la mirada de asombro en sus ojos mientras podía sentir lo que yo tenía. Ese suave latido como resultado de la polla de mi maravilloso perro que aún chorreaba mientras continuaba llenándome con su jugo de cachorro.

    —Oh, Amy, eso es... No se me ocurre la palabra. Es más que increíble. Estoy muy orgulloso de ti. —Luego me envolvió en un abrazo muy cariñoso. Me derretí en él. Ojalá hubiera durado para siempre. Desafortunadamente, mis brazos temblorosos me recordaron cuánto tiempo había estado arrodillada sobre mis manos y rodillas y lo cansada que estaba por mis tres orgasmos. Miré hacia mi sillón y contemplé con nostalgia. ¡Perfecto!

    —Gracias papá, pero se me están cansando los brazos. ¿Podrías traer mi silla hasta aquí? Creo que eso ayudará.

    Se rió mientras se levantaba, arrastró mi tumbona hacia mí y me acomodó cómodamente con la parte superior del torso y los brazos apoyados en el área inferior del asiento. Qué alivio. Mi peso ya no estaba sobre mis brazos y podía doblarlos y apoyar la cabeza sobre ellos. Estaba tan cansada que podría haberme quedado dormida a pesar de que mi coño todavía estaba unido a la enorme polla de mi perrito.

    Me sorprendió un poco con su pregunta: —¿Puedo ofrecerte algo más mientras estoy arriba?

    Le habría respondido con más firmeza si hubiera estado menos somnolienta. Papá no podía ir a ningún lado todavía. Tenía que quedarse y cuidarme. En cambio, me las arreglé para decir: —No, gracias. Prefiero que te quedes aquí conmigo. ¿Podrías frotarme un poco más la barriga, por favor? Me duele de estar tan llena.

    Ahora, mi estómago estaba dolorido de estar tan lleno. Estaba lleno de una enorme polla de perro, y estaba tratando de vaciar una bañera en mi vientre. Me sentía enormemente hinchada, pero en el buen sentido. Pero aún más que eso, quería que papá siguiera frotándome. Era muy reconfortante y me distraía de todos mis dolores y molestias.

    Papá volvió a frotarme la barriga con suavidad y yo cerré los ojos con una sensación de satisfacción soñadora. Sentí que su mano se deslizaba más abajo, sobre el suave montículo que había sobre mi coño. «Hmm, no pares», recuerdo haber pensado. Debió haber oído mis pensamientos porque su mano se deslizó más abajo. Sin embargo, por muy suave que fuera, todavía me dolía cuando rozaba los labios de mi vagina. Siseé involuntariamente y su mano se sacudió hacia mi vientre.

    ¡Maldita sea! ¿Por qué tenía que doler tanto ahora? ¡Papá estaba a punto de manosearme! ¡No era justo!

    Al menos, el masaje me ayudó. Mi estómago se estaba llenando de forma incómoda. Fue increíble que mi perro me apareara, pero me hubiera gustado que hubiera terminado antes y, definitivamente, con menos dolor.

    La mano de papá había dejado de frotarme y yo emití un sonido de queja. Al menos tuvo la amabilidad de preguntar: —¿Eso te ayuda a sentirte mejor?

    Cerré los ojos de nuevo, disfrutando de la sensación. Respondí soñadoramente: —Sí, así es. Me duele mucho, tanto la barriga como el coño, pero el roce hace que me sienta mucho mejor—. Me volví para mirarlo y continué sinceramente: —Estoy muy contenta de que estés aquí, papi. Gracias—. Estaba TAN contenta de que estuviera aquí. No podía imaginar cómo habría sobrevivido a esta terrible experiencia sin su ayuda. Creo que habría sido... una experiencia devastadora en lugar de una experiencia tan increíble.

    Mientras tanto, papá me devolvió la sonrisa y me respondió con dulzura: —Lo que sea por mi pequeña niña—. Podía escuchar el amor, la aceptación de lo que acababa de suceder. Me llenó el corazón. No recuerdo haber estado nunca tan cerca. Definitivamente tendría que agradecerle a mi perro... ¿Por qué seguía llamándolo perro? Debería usar su nombre. ¿Cómo se llamaba?


    Continuará