La secta, Parte 9 (de Cazzique)

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    Esta publicación es la parte 9 de un total de 9 publicadas de la serie La secta
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    Una de tantas mañanas sonó el timbre de la entrada y mi sorpresa fue mayúscula cuando vi parado en la puerta de la entrada al sacerdote que guiaba el monasterio que se encontraba a unos treinta kilómetros del pueblo. Me sonrió amablemente y aunque con un poco de desconfianza lo dejé entrar guiándolo hasta las oficinas del templo.

    A decir verdad me imaginaba que venía con uno de esos sermones que el padre de la iglesia del pueblo siempre me dedicaba cuando me encontraba por las calles, pero no, para mi sorpresa no se trataba de nada de esto, el padre Calixto, así se llama me desconcertó un poco al comentarme lo siguiente:

    –Se extrañara de mi presencia en su templo y a decir verdad no lo culpo, pero nos hemos enterado de ciertas actividades que para mí son de suma importancia y me gustaría que nos hiciera una visita al monasterio, tal vez uno o dos día serían suficientes... no desconfié le aseguro que seré muy de mucho aprendizaje... ¡ya lo vera!–

    –Bueno a decir verdad no sé exactamente a que se refiere pero...– dije un poco nervioso.

    – ¡Amigo! No se preocupe, se lo aseguro... ¿como decirle...? nuestro retiro de paz es muy grato y usted lo sabrá apreciar... no se arrepentirá... lo espero cuando usted guste, las puertas están abiertas. –

    –Bien... pues siendo así tomaré en cuenta su invitación... yo le avisaré cuando será...–

    –No se preocupe en avisar amigo, las puertas están abiertas y lo espero cuando usted quiera... piénselo bien y no deje de acudir... ¡lo estaremos esperando!-

    Le invite un café pero él no acepto, al parecer tenia prisa pues todavía iría a la iglesia del pueblo para tratar algunos asuntos con el padre, se despidió y salió apresuradamente, la verdad es que me quede un poco fuera de mi pensando en lo que el padre había tratado de decirme, será que se había enterado de algo y trataría de aprovecharse de esto o tal vez alguna trampa, ya que nunca había tenido yo una buena relación con el padre del pueblo. Toda la tarde lo estuve pensando y decidí que si iría pero dejaría pasar si acaso una semana para hacer la visita.

    Así las cosas transcurrieron dos semanas, la secta iba bien y mis feligreses eran muy felices con las enseñanzas que todos teníamos con respecto del nuevo amor que yo les había inculcado entre todos los miembros de esta nueva gran familia, de vez en cuando venía alguna que otra chica o chico para que yo la aconsejara en cuanto a las cosas del amor que ellas y ellos deberían de proporcionar a sus padres y madres, por supuesto que las practicas eran provechosas para ambas partes.

    La tarde ya caía en el poblado, eran las cinco de la tarde de un lunes, después del fin de semana tan intenso sexualmente y espiritualmente que había tenido decidí que era tiempo de hacer la visita que le había prometido al padre Calixto, dejé de encargado del templo a uno de mis ayudantes Mario que era como mi brazo derecho diciéndole que regresaba en dos o tres días e indicándole en donde me iba a encontrar por si algo imprevisto pasaba.

    Tomé un caballo prestado por uno de los hermanos y me encamine hasta salir del pueblo, la tarde me iba ganado a medida que avanzaba por el polvoriento camino, de vez en cuando me cruzaba en el camino con algún hermano o hermana pero ya pasados como diez kilómetros del pueblo el camino se hacía más solitario y también cada vez más oscuro. Cabalgué durante aproximadamente dos horas y por fin en una de las colinas pude divisar a lo lejos el monasterio, tarde todavía como diez minutos más en quedar frente a la puerta de la entrada al santuario.

    Bajé del caballo ya en la entrada y jale el hilo que estaba atado a una campanilla, la cual sonó graciosamente y poco después una voz tras una pequeña rendija pregunto de quién se trataba, me anuncie y podo después la pesada puerta del monasterio se abría. Uno de los novicios me recibió indicándome el camino hasta el aula del Padre superior mientras que él se llevaba mi caballo para alojarlo y darle de comer. Camine por un largo pasillo solo alumbrado por la luz de una antorcha que ardía en una pared ya que hasta este punto dentro de la sierra no llegaba la luz eléctrica, al final del pasillo se encontraba una escalera delgada por la cual subí y al llegar a la planta alta un pasillo corto con dos puertas, una de cada lado, toque una al azar, nadie respondió, luego de esperar toque la de enfrente.

    –Unos instantes. – contestaron desde el interior.

    Espero cerca de un minuto y luego la puerta se abrió. Un joven novicio me dijo que pasara y así lo hice, luego cerró la puerta detrás de mí, avancé en lo que parecía una sala cómoda aunque austera y me senté, inmediatamente después salió el padre Calixto a recibirme. Después de los saludos de bienvenida y esas cosas le dijo al joven novicio que me llevara a mis habitaciones y que ya mañana hablaríamos pues debería estar casado por el ajetreado viaje. Entonces salimos de esta sala y nos metimos a la puerta que antes había tocado y en la cual nadie respondió, era un cuarto grande, con un librero, una cama y un escritorio, el joven me indico que este sería mi cuarto durante la visita y luego de despedirse cortésmente salió cerrando la puerta, luego oí también como se cerraba la puerta de enfrente.

    Esa noche dormí como un tronco y a la mañana siguiente el padre Calixto me estuvo mostrando todas las tareas del monasterio y me presento con los jóvenes que ahí atendía él para su futuro sacerdocio. Había cerca de veinte jóvenes de variadas edades, el más joven un chico de 12 años y el más viejo de unos 19 años que era como el ayudante del padre Calixto. Más tarde me estuvo mostrando todas las actividades del monasterio y ya por la tarde me llamó a su habitación.

    –Como podrá ver los chicos son muy trabajadores y estudiosos, todos formamos una gran familia y nos comprendemos en todo... los muchachos son muy centrados y ordenados y tiene mucha paz interior. – 

    –Lo veo... pero aun no entiendo el motivo de mi visita a este lugar. – le comenté un poco extrañado aun de todo.

    –Claro... como le comenté aquí hay chicos que vienen del pueblo y uno de esos chicos me comentó que su familia pertenece al grupo de hermanos que usted guía.-

    –Bien... ¿y eso que tiene de raro?–

    –Pues verá... él me comentó que en su familia su padre mantiene relaciones con una de sus hermanas y eso gracias al aprendizaje en su secta.... es más me dijo que usted también de vez en cuando hace el amor con la chiquilla de solo trece años. 

    – No supe que responder, me puse muy nervioso y él padre lo notó.

    –Así las cosas decidí que usted tenía que venir aquí para que yo hablara con usted y así poder ponernos de acuerdo...– Este comentario me extraño y puse cara de interrogación.

    –Veo que no me comprende... esta bien, le mostrare... ¡Juan, Raúl!... adelante. –

    Dos jóvenes novicios entraron entonces en la habitación del padre Calixto, ambos traían puesta una sotana larga de color negro y las cabezas cubiertas con una capucha, las caras agachadas lo cual no me permitía verles la cara.

    Los dos se pararon frente al padre y esperaron, Calixto se acerco a los dos chicos y les pidió que levantaran la cara, los dos lo miraron por unos momentos yo estaba ahora a sus espaldas, entonces el padre se movió junto al chico que estaba de mi lado izquierdo, puso sus manos en la cara del joven y sin más le planto un beso en la boca, yo entonces si que me sorprendí por completo.

    Calixto y el chico al que aun no veía se estaban besando apasionadamente y no se separaban, el padre entonces se separó de él y le quito la capucha, una hermosa cabellera lacia de color oscuro se desvelo, su corte me indicaba que se trataba de una chica, luego desabotono la sotana y está calló al suelo, mostrando un delgado cuerpo de piel blanca, estaba yo muy asombrado, una tanga de color oscuro dejaba ver dos hermosos cachetes y tapaba solo el canal del culo, arriba un hermoso brasier del mismo color se apreciaba en la parte alta, Calixto hizo que esta bella mujer se girara para así poder apreciarla de frente y en verdad que era una delicia, su bella cara bien maquillada era hermosa, sus labio de un carmín intenso y su cabellera oscura a la altura de su barbilla eran un marco sumamente excitante; baje mi vista para poder apreciar su entrepierna pero sorpresa, si era un chico, bajo la tanga se apreciaba un potente bulto que dejaba ver una cabeza de pene por la parte alta.

    El otro chico entonces también se deshizo de su capucha y sotana, igual traía puesta ropa interior de mujer, este era más morenito pero también con un cuerpo delgado y una peluca también de color oscuro pero de cabellera larga hasta la cintura y lacia. Su ropa interior era de color blanco y también se le apreciaban un par de hermosas nalgas. 

    El padre Calixto de nuevo comenzó a besar al joven y bello novicio, sus manos se apoderaron de las nalga de el joven y este lo abrazó por el cuello, así estuvieron unos minutos, luego quito las manos del cuello del padre y comenzó a desnudarlo pero sin dejar de besarlo, las manos de Calixto recorrían toda la espalda y nalgas del joven y se perdían luego bajo la entrepierna de este, el otro muchacho entonces comenzó a ayudar a su compañero a quitarle las ropas al superior, Calixto es un hombre como de 37 años, de 1.80 m. de estatura comenzó a menearse, sus músculos se marcan bien, de piel blanca y cabello castaño corto. Cuando el chico moreno le quito los pantalones pude apreciar su gran pene que salto enseguida calló el pantalón al suelo, el jovencito entonces se arrodillo frente a su superior y se introdujo la dura tranca en la boca, comenzó a mamarlo de manera lenta y profunda, metiendo casi todo el palo en su boca; el chico con el que se besaba se separó de su beso y también se agacho para entre los dos mamarle bien el nabo, unos minutos estuvieron así y luego el tomo al morenito del hombro y le hizo ponerse de pie, luego le pidió que se recargara en el escritorio y parara bien las nalguitas, él se hinco frete al hermoso par de nalgas y comenzó a besarlas y a lengüetear el ano del chico, haciendo a un lado la tanga pero sin quitársela, el otro chico entonces se puso debajo del escritorio y saco por un lado la verga del morenito y comenzó a mamársela, sus labio de color carmín se tragaban con gran placer la daga de su compañero hasta las bolas, este dibujaba en su rostro el placer que su superior y su compañero le brindaban.

    Calixto se puso de pie después de unos diez minutos de comerle el culo a su pupilo y entonces nuevamente hizo la tanga a un lado, apunto su garrote a la pequeña entrada y coloco la gruesa cabeza en el ano, poco a poco fue empujando y el chico para más su culito, el otro no dejaba de mamar su verga toda erecta. La verga de su superior se fue perdiendo en el apretado culo hasta que por fin el estomago de Calixto choco contra la espalda del chico, entonces inició el bombeo, la gruesa verga del superior salía y nuevamente se introducía entre las nalgas del jovencito, yo estaba sumamente caliente pero seguía ahí solo observando la excitante escena.

    La verga continuaba taladrando el ano del niño que se movía circularmente para dar más satisfacción a ese tronco que lo estaba haciendo feliz, pronto fuertes gemidos del chico se propagaron por la habitación al instante que él inundaba la boca de su compañero con su leche, el chico se la bebió toda sin derramar una sola gota, cuando el muchacho termino de venirse Calixto se quedo quieto en lo más profundo de su culo. Juan que estaba debajo de la mesa se subió entonces al escritorio y se acostó de espalda con las piernas caídas, Raúl el muchacho morenito se acerco a él y le quito la tanga, su verga completamente dura apunto entonces al techo, Juan se acomodo entre sus piernas y mientras su maestro las jalaba para arriba sosteniéndolas con las manos para dejar su ano completamente expuesto esté comenzó a chupar el pito del chico. La boca de Raúl se tragaba por completo la tranca de su compañero pero poco a poco fue dejando la verga para dedicarse a ese ano completamente expuesto, lo chupo, lamió y penetro con su lengua hasta dejarlo bien preparado, luego se retiro y Calixto se acomodo en su lugar sin soltar las piernas del chico a las cuales puso en sus hombros, la verga amenazo el ojete del jovencito y pronto se comenzó a introducir, despacio y milímetro a milímetro la gruesa cabeza se perdió en el rozado anito de Juan, este gemía y gemía a cada centímetro de pito que se le introducía, su rostro de mujer mostraba la gran satisfacción que debía estar experimentando al ser perforado por el grueso instrumento de su mentor.

    Al final ese apretado culito logro tragarse por completo el garrote y comenzó entonces el vaivén, Raúl se coloco a un lado del escritorio y estaba besando a su profesor a la vez que este se cogía a su hermoso compañero, yo tuve que sacarme la verga que ya me dolía de lo parada que estaba y comencé a masturbarme rápidamente sin moverme de mi sitio ni dejar de observar esa excitante estampa.

    La mano de Calixto se apodero del palo erecto del chico al que penetraba y lo masturbo, su mano se meneaba expertamente por todo lo largo de la verga de chico mientras que su propio palo se perdía dentro de las entrañas de este, varios minutos después de la verga de Juan escaparon fuertes y potentes chisguetazos de leche que volaron hasta caer pesadamente en el estomago del joven y un profundo gemido de placer escapo de sus labios, al mismo tiempo, Calixto comenzó a explotar en el interior del bello niño y su leche comenzó a escurrir a cada entrada y salida de su verga en el agujero caliente del chico.

    Al ver la escena yo también me comencé a venir, dejando mi ropa completamente manchada con mi leche, que fue sumamente abundante.

    Calixto saco su verga ya flácida del ano de Juan y Raúl la mamó hasta dejarla limpia, luego el padre me preguntó lo que me había parecido esta sesión, por supuesto que le comenté lo intensamente excitante que había resultado, luego los dos chicos me preguntaron si su atuendo me había gustado y por supuesto que les respondí que si. Luego los dos chicos se despidieron de mí dándome un tierno beso en los labios, después se despidieron de Calixto dándole otro beso pero este más intenso y de lengüita. Con sus sotanas en la mano y así vestidos salieron de la habitación dejándome solo con Calixto.

    –Bien que bueno que te agradó. – dijo él sentándose a mi lado.

    –Fue muy excitante, en verdad se veían muy bien con esa ropa interior de mujer.-

    –Si me ponen a mil con esas ropas, luego veras más... por ahora no se si gustes algo. –

    –La verdad es que me quede algo caliente... no abría forma de...–

    –No te preocupes ya abra tiempo para más... yo como vez ya no podría aguantar más. –

    Me despedí de él con ansias y un poco frustrado con ganas de más y me fui a mi habitación.


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