La depravación de una madre, Parte 05

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    Esta publicación es la parte 6 de un total de 10 publicadas de la serie La depravación de una madre
    4.6
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    Al siguiente día cuando estaban desayunando María entusiasmo a los niños para que fueran al escondite en la colina a fisgonear a la mujer de don Tomás.

    Todos estaban entusiasmados. María y las niñas prepararon una merienda y después salieron para la colina. María y las niñas llevaban jean apretados que hacían resaltar sus traseros. Los dos niños iban detrás de su madre y no dejaban de admirar sus grandes nalgas y melones que colgaban debajo de una franela sin sostenes. María estaba consciente que sus dos muchachos no dejaban de mirar su trasero, y por eso iba delante de ellos. Cuando llegaron a los arbustos María dejo que sus dos hijos guiaran el camino. Ellos entraron entre arboles tupidos altos, hasta llegar a una cueva. La cueva era grande y espaciosa. Después que dejaron las cosas en la cueva. Los dos muchachos llevaron a su madre y hermanas sobre una piedra grande que estaba oculta y desde allí todos podían ver la casa de Don Tomas.

    María llevaba la cámara y enfoco el patio de la casa, cuando estaba satisfecha con el acercamiento para tomar buenas fotografías, retiro la cámara. Pasaron los minutos y no pasaba nada. Entonces María dijo: "Este paraje es muy bonito. Una podría hacer cualquier cosa sin preocuparse de ser vista. ¿Así que aquí es donde ustedes juegan, no Pablito?"

    Pablito y Pedrito estaban mirando fijamente en el patio trasero de la casa de Don Tomas. Ellos l miraron a su mamá un poco extrañados por la pregunta y aseveraron con la cabeza.

    "¿Verdad que sería lindo ver a estos dos pervertidos desnudos, justo como ellos hacen cuando están aquí solos, niñas?"

    Las dos muchachas quedaron sorprendidas por la insinuación de su madre. Pero la pequeña Patty inmediatamente dijo: "Sería Cool mamá."

    "Pero mamá nosotros no podemos." Dijo Pedrito.

    "Claro que pueden, acaso son maricas o que. No se preocupen por nosotras. Aquí todos somos familia. Ven para acá Pablito."

    María sabia que Pablito no le importaba si su madre o hermanas lo veían desnudo, ella pensó que estando Pablito desnudo, entonces Pedrito se animaría. Pablito se acerco a su madre y esta tomo la franela y la quito, exponiendo el imberbe y blanco torso de su hijo. Después fue por sus pantalones y soltando la correa los bajo, luego Pablito se los termino de quitar tirándolos donde estaba la franela. Pablito miraba a su madre y hermanas, entonces a Pedrito que no podía creer lo que estaba pasando.

    Después maría tomo las bandas de su interior y los tiro abajo, exponiendo un pequeño e imberbe pene, de unos ocho centímetros. El pequeño cuerpo inmaduro de Pablito ahora estaba expuesto ante su madre y hermanas. Las miradas de juanita y Patty eran de curiosidad. Después llamo a Pedrito pero él se reusó y él mismo procedió a quitarse su ropa quedando completamente desnudo. María quedo sorprendida por el tamaño del miembro de su hijo de trece. Este tenía unos buenos 15 centímetros y unos tres de grueso. A su edad ya tenía el tamaño del de su padre. Juanita y Patty tampoco dejaban de mirar el pene de su hermano.

    "No era tan difícil. No es así" dijo María.

    Los jovencitos sin embargo aunque empezaron a sentirse cómodos en la posición en que estaban. María noto la incomodidad, pero eso era algo que ella esperaba, de unos jovencitos que estaban desnudos por primera vez delante de su madre y hermanas. El ruido de un motor hizo que la atención se dirigiera de nuevo a la casa de Don Tomas. Un camión lleno de personas estaba entrando a la casa. María calculó unas cuarenta personas entre mujeres, hombres y niños. También por la carretera venían cinco bestias cargadas, arreadas por dos hombres. Minutos después el patio estaba lleno de gente. Luego llegaron las cinco bestias cargadas, y los hombres empezaron a descargarlas. Dentro de la multitud se podían ver a Doña Elena y Don Tomas junto con sus hijos. María dijo:

    "Parece que hoy no tendremos el show que queríamos ver. Parece que en la casa de Don Tomas hay fiesta hoy." Después de mirar el patio por unos minutos más, María se bajo de la piedra y se dispuso a ir a la cueva. Ella estaba desilusionada, porque tenía otros planes. Ella no quería regresar a su casa, todavía, entonces pregunto a Pedrito:

    "¿Qué hay detrás de esta colina?"

    "El convento de santa catalina."

    Ella había visto el convento que estaba a orillas de la carretera nacional. El convento estaba a las afueras del pueblo, y cuando ella pasaba por el frente se veía bastante callado. Aunque se decía que en su interior vivían unas doscientas monjas. Siempre le impresiono la arquitectura antigua que todavía se conservaba intacta. Ella había preguntado a su esposo si sabía cuántos años tenía esta construcción y su esposo le había dicho que era tan viejo como el pueblo, y lo habían construido los monjes que llegaron junto con los españoles cuando la conquista. Ella invito a sus hijos a ponerse de nuevo la ropa, porque percibió que no estaban cómodos en presencia de ellas. Los jovencitos corrieron y se pusieron la ropa, luego todos subieron la colina que estaba cubierta de arboles. Cuando llegaron a la colina se acercaron a un claro y todos vieron abajo la vieja construcción que tanto impresiono a María.

    María tomo la cámara que le servía de binoculares. Lo primero que le impresionó fue el tamaño, cubría más de una cuadra de construcción. Detrás del convento había un espacio abierto que era de aproximadamente dos cuadras, todo el convento estaba rodeado con un muro de aproximadamente diez metros de altura. Alrededor del muro estaba cubierto de vegetación y no se veía otra construcción cercana. El muro llegaba hasta el pie de la colina, y toda la colina estaba cubierta de arboles. La parte más alta del convento era el campanario, como ocurría en todas las iglesias.

    "Bajemos un poco que quiero ver de cerca. ¿Ustedes muchachos han ido cerca?" "No, solo hemos llegado hasta aquí."

    "Bueno vamos."

    Todos bajaron apoyándose de los arboles, cuando estaban cerca del muro, había un camino por donde se notaba que había bastante transito, además se veían pisadas de animales. La familia siguió el camino. El camino llegaba a una puerta de madera grande que estaba en el muro.

    "¿Para qué es este camino mamá?" dijo Juanita.

    "Ni idea, aunque es utilizado a menudo. Podría ser para traer alimentos, de las granjas. Caminemos un poco hacía el otro extremo del camino, para ver"

    Ellos siguieron por el camino hasta que avanzaron unos trescientos metros, pero este se seguía adentrando en la montaña. Las jovencitas se pusieron nerviosas y María decidió regresar aunque ella quería continuar. Desde que habían abandonado la colina hasta que regresaron había trascurrido unas dos horas. Abajo en la casa de don tomas se escuchaba música y la bulla de los niños jugando. María de nuevo se subió a la piedra y tomo la cámara. En la casa de Don Tomas tenían tres tanques grandes como los que había en la casa de María, estos los habían llenado, y casi todos los niños estaban bañándose junto con algunas madres, otros niños jugaban en la tierra. Había dos madres amamantando que estaban sentadas en unos bancos de cemento que estaban alrededor de los tanques.

    También había algunos niños entre uno y dos años que estaban con sus madres, o bajo el cuidado de algún hermano o hermana mayor. Otras mujeres estaban ayudando en la preparación de la comida, mientras tres hombres estaban cocinando la carne que habían colgado en varas, mientras tomaban cerveza y reían, otros jugaban bolas criollas en un espacio retirado, también tomando cerveza. María noto que las madres y otras jóvenes estaban también tomando cerveza. Luego la tención se enfoco en cinco hombres que estaban, colocando una especie de tarima en medio de un charco por donde pisaban los animales, cerca de los establos. El barrial era de tal magnitud que los hombres usaban botas de caucho que le llegaban a las rodillas. Las botas se hundían casi hasta las rodillas. La manguera con la que habían llenado los tanques estaba se estaba botando en el charco.

    "Pedrito y Pablito ¿ustedes habían visto esto antes?" señalando a la tarima. Todos los niños miraron donde estaba señalando su madre. "No."

    "¿Para qué es eso, mamá? Dijo Patty."

    "No se cariño. Pero parece interesante."

    "¿Quienes son todas esas personas mamá?" dijo Juanita.

    "No se cariño, no los había visto anteriormente, Por lo visto esto es para rato, y las cosas hasta ahora están comenzando, mejor vamos a la casa, y regresamos, cuando la tarde este cayendo."

    Todos recogieron sus cosas y regresaron a la casa.

    Continuará

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