Josefa la mayor de mi Harem.
Con apenas 15 años, María José, me parecía una nenita muy atractiva, trigueña, melena lisa color trigo, contextura media, con una cintura preciosa, una cola voluminosa y unos senos pequeños, firmes y carnosos, que posteriormente comprobaría que poseían unos pezones rosados grandes al igual que su aréola.
Pero lo más hermoso de ella es su dulce carita ovalada, y esos ojos marrones muy dulces, centelleantes, con un toque de picardía muy peculiar.
Ella es casi una niña, pero con sus 15 años esta que explota por ser una mujer deseada, lo que percibo cada noche que la observo con ganas de hacerla mía.
Le gusta vestirse de manera muy provocativa, para mostrar sus encantos.
Casi siempre usa unos “top” muy cortitos que dejan ver su delicioso ombligo, que junto con los buzos que siempre le regalo a mis nenitas y ella usa muy ajustados a su figura de diosa, lo que permite se dibujen unas piernas espectaculares que la hacen resaltar sus muslos duros, de tan ajustados que los usa a su cuerpo su vagina se visualizándola en todo su esplendor y por que de seguro, usa unas tanguitas de encaje que no permiten que se le marque nada de su dulce y acaramelado cuerpecito, que a cualquiera que la vea se le detiene y para, hasta el corazón.
Vestida así, con el pantalón de buzo deportivo ajustado y top negro, que se deja ver entre la chaqueta del buzo abierto con su cremallera hasta más abajo de su busto, el cual pareciera escapar en cualquier momento de su escondite escotado, con solo un estornudo de ella
María José ha divulgado desde la noche anterior que hoy es su cumpleaños.
En verdad ninguna de mis nenitas sabe bien el día de su nacimiento, pero pareciera que “La Josefa”, lo tiene muy claro, o quizás es un día que ella se fijo para tener un día de celebración en memoria de su nacimiento.
Todas las nenitas respetan mucho a “La Josefa”, (como le llaman todas ellas).
Es la mayor de este grupo que he ido formando con el tiempo y siempre le acatan en todo lo que ella dice; aun cuando dentro de la bodega Mindy sigue siendo la “dueña de casa”, pues siempre sabe que es mi preferida y además quien organizo todo este encantador grupo de mi “Harem de Nenita”, desde el primer día.
Sin embargo “la Josefa”, es quien manda en la calle y lo que en el día han de hacer; cosas que jamás me he inmiscuido, solo preocupándome que nadie llegue a la bodega con objetos ilegales y menos algún tipo de alcohol o droga.
Eso seria fatal para mis planes de mantenerlas siempre conmigo.
Todas llaman a María José, “Josefa la Jefa”
Yo había comprado ese día un pastel para la celebración del cúmplenos de “Josefa la Jefa”, a manera que entendieran lo importante que cualquier acontecimiento de alguna de ellas era para mi.
Comimos el pastel con algunas gaseosas que habíamos adquirido y le cantamos el cumpleaños feliz.
Ese día es que ella cumplía sus 15 años, así que debía ser especial y todos bailamos reguetón con la música de la radio, que encendimos con un volumen estrepitoso y reímos mucho con las nenitas.
“Josefa”, baila de manera desenfrenada la música de reguetón sobre la mesa, y expresando que este día era muy especial para ella y que nos haría un baile que jamás olvidaríamos nunca.
Comenzó el reguetón muy sensual, mientras se sacaba la chaqueta del buzo, de pronto en su algarabía con la segunda melodía de su desenfrenado baile, comenzó a sacarse también el pantalón, a lo que todos imitamos y reamamos.
Con voz potente “Josefa” grita ¡y ahora todos sin ropa!, y sin pensarlo las chicas iban quedando todas desnudas.
Yo como un poco abismado veía como “Josefa” iba dejando ver su cuerpo escultural, que tanto deseaba, completamente desnudo.
Las chicas suben todas sobre la mesa y bailan junto a las órdenes de su “Jefa”.
Yo sentado en un rincón del sector de nuestro improvisado comedor, no podía dejar de ver a la diosa de 15 años recién cumplidos; como se meneaba de manera tan sensual.
Su cola redondita y grande, sus pechos meneándose al ritmo del reguetón y esos muslos duros que palpitaban con su carne dura y fuerte, con cada salto.
De pronto se agacha y abre sus piernas dejando ver su vagina de escasos vellos rubios.
Que delicia de mujer, me hizo estremecer hasta lo mas profundo de mi alma.
Casi quedando paralizado.
Esa visión era el edén mismo.
Las demás nenitas bailando al lado de ella desnudas todas, era como que si no existieran.
Tan pronto acabo la música, bajo de la mesa pisando una silla y de un salto al suelo procedió a caminar hacia mí.
Era como la imagen divina y en cámara lenta, como se acercaba sus pechos meneándose arriaba abajo, con sus pezones rosaditos y esas areolas grandes que comenzaban a dibujar unos pechos medianos y duritos.
Ya frente a mi, se siente sobre mis piernas, que ya se encontraban sin mis pantalones, pues había seguido el instinto de desnudarme cuando ella lo ordenaba en su frenético baile; abre las suyas, de manera tal que su panochita roce mi pene que comienza a rectarse; me abraza y siento como mi bulto crece rápidamente y lo presiona contra su conchita.
Esto pareciera que enciende el deseo de ambos
Su boca se acerca a mi cuello y desliza un susurro en mi oído que me pide, muy despacio, que esta esperando su regalo de cumple que le daré.
Mi camiseta ya sudada siente sus pezones duros rozar mi pecho.
Sin pensarlo más me pongo de pie sin dejar que, mi nenita de 15 años deje de estar abrazada a mí y la alzo y ella se aprisiona a mi cuerpo.
Me dirijo besándola el cuello a la sala de baño y con un pie cierro la puerta, dejando a las demás nenitas desnudas fuera de aquel cuarto del amor.
Al oído le digo que es muy linda y que baila divino.
Ella pasa sus brazos por mí y se pega totalmente para sentir nuestras pieles sedientas de deseo; quiere que sienta su conchita, sus pezones rosaditos que ahora están poniéndose duritos.
Estando ya dentro del cuarto, se suelta lentamente de mi cuerpo y desliza todo su encantos por el Mio, mientras llega al suelo; arrodillada en el suelo acaricia su piel y abre sus piernas mientras con sus dedos separa sus labios vecinales y mete un dedo dentro de ella, sonríe y pronuncia una palabra que me hizo pone mi pene muy duro.
Con una vocecita pequeñita dijo, “acá adentro deseo sentir tu pene duro”
Saca su dedito húmedo y lo lame para mojarse mas sus panochita que ya esta hinchada de ganas.
Cuanto prendo levantarla me detiene y sube a la banquita del baño en posición de perrito, dejando ver su panochita rosada, hinchadaza y muy húmeda.
Me dice que ella ha tenido algunos hombres que le han hecho sentir su pene dentro, pero que jamás deseo tanto a alguien como a mí.
El deseo era que la penetrara por su vagina y que me saciara en su culito.
Pues ella levantaba su culito dejando me ver su vagina abiertita y su ano ya desflorado pero delicioso.
Mi deseo era incontrolable, pero no deseaba penetrarla tan rápido, es así que le acaricie su clítoris y luego lo lamí, mientras con mis manos buscaba sus pechos de pezones duritos.
Mis lamidos le hicieron tener una explosión de gemidos, que le provoco un chorro de humedad.
Esa humedad que era la instancia precisa para penetrarla.
Ella suplicaba que se lo metiera yaaaaaaaaaaa.
Tome sus caderas la alce unos centímetros, justo para quedar mi pene frente a su entrada vaginal y le puse mi glande en su entrada, tratando de separa sus labiecitos con mis dedos ayudado por los suyos, para que mi pene entrara todito en su interior.
Cuando vi que ya su heredad no impedía me entrada le introduje mi pene de un solo sopetón hasta donde mas pude.
Mi Josefa, dio un alarido como aspirando el aire que le hacia falta para soportar mi primera envestida.
Josefa era una experta, sabia muy bien como hacer que uno se sintiera excitadísimo, movía su cintura como ninguna de mis nenitas pequeñas.
Esta nenita si sabia lo que era hacer disfrutar a un hombre.
Cuando comencé a bombearla, sentía como mi pelvis golpea fuertemente sus nalgas, y ella no dejaba de abrir sus labios vaginales como incitando a que cada vez fuera mas dentro de ella.
Su clítoris parado lo golpea con sus dedos.
Al cabo de algunos minutos siento que mi pene va a dar el máximo de placer con un gran chorro de mi semen dentro de ella y lo saco explotando toda mi leche sobre su espalda.
Ella cae como rendida en la banca.
Cuando se incorpora veo su cara sonriente llena de placer y agachándose toma mi pene entre sus manita pequeñas y comienza a mamarlo tan deliciosamente que en un segundo se comienza nueve Mante a erector.
Disfruta mamando la verga, que cada vez más gruesa y dura, y ahora desea intensamente tenerla dentro de su ano.
Maliciosamente deja de mamarlo cuando ve que esta grande y duro, y me da una sonrisa picara y sin decir palabras me muestra su colita durita y grande.
Me toma de las manos me sienta en la banca y ella se monta sobre mi abriendo sus piernas a manera de dejar su ano sobre la punta de mi pene, Sin decir nada se deja caer sobre el y le reviento el ano con mi pene duro dentro.
Sentí un ano estrechito pero fácil de entrar, quizás antes no le abrieron bien y mi pene le comienza a redondear su orificio anal.
Ella se arrodilla en la banca de manera de tener el control y me deja que tome sus pechos de pezones rosados y duros, le cubre el rostro cada ves que salta sobre mi pene, con mis amono en sus nalgas le ayudo a moverse mas rápido.
Ella grita y comienza a entonar la canción de feliz cumpleaños, mientras sonríe y sigue saltando fuertemente sobre mi pene cada vez mas duro.
Ella se siente totalmente poseída por tan salvaje embestida vaginal y anal y yo me se siento en el cielo, después de hacerla mía a esta criatura tan tierna, tan deliciosa, pero al mismo tiempo, tan ardiente y sensual.
Al momento de sentir que nuevamente me vengo, no lo saco y le lleno su interior de mi semen que sale a chorros dentro de su culo.
Josefa se recuesta en la banca y levanta sus piernas para que al apretar sus nalgas yo pueda ver como sale mi semen desde su ano.
Me incoloro me recuesto sobre ella y lamo sus pechos y pezones deliciosos.
Beso sus labios y ella me contesta con un beso muy apretado.
Su cara de felicidad me confiesa que jamás había tenido sexo tan placentero y que esperaba ansiosa que pasara luego los siete días para hacerlo nuevamente.
Me agradece el regalo de cumpleaños que le di con tan exquisito sexo.
Me toma de la mano nos duchamos y nos dirigimos al comedor donde las nenitas tenían servido la cena de cumpleaños.
Todas aun desnudas, es así que nos quitamos las toallas que veníamos envueltos con Josefa y cenamos y reímos todos a la mesa a comer desnudos todos.
Continuará