Fiesta familiar, Parte 36 (de Cazzique)

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    Esta publicación es la parte 36 de un total de 42 publicadas de la serie Fiesta familiar
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    Todos despertamos hasta el siguiente día, la experiencia para los padres de Carolina había sido lo máximo, en el ambiente se respiraba la excitación, por tandas entramos todos a bañarnos y luego nos preparamos para un suculento desayuno, nadie quería separarse del grupo y en el desayuno se comentó lo que haríamos para ese día ya que deberíamos de festejar el acontecimiento de tener a toda la familia y a la familia de Carolina y Ramiro unidas por el sexo; Armando entonces nos dijo que tenían ellos una casa en un pequeño poblado no muy lejos de la ciudad en donde por cierto siempre hace mucho calor, su casa es muy privada y además tiene piscina, todos estuvimos de acuerdo en que era la mejor idea y nos preparamos para salir, los hombres fuimos al súper a hacer unas compras para la comida y las mujeres se encargaron de preparar la ropa y lo que hiciera falta para el sorpresivo paseo.

    Terminamos de preparar todo como a las diez de la mañana y ya como a las onces estábamos todos en los carros listos para la salida. La casa de los padres de Carolina se encuentra como a unas tres horas de la ciudad, así que calculamos llegar como a eso de las 14:30 horas al lugar, llevábamos tres carros para no ir muy amontonados. Ramiro era el encargado del último carro, en este llevaría a Carolina, mi papá y a mi mujer, su sobrina Carmina, Daniel y mi sobrina Montserrat iban con migo en el segundo, con Armando que era el guía iban Vanesa, mi hermana y Mónica. Íbamos a velocidad moderada y nos detuvimos unas dos veces a comprar algún antojo en los diversos pueblitos que pasamos y que son famosos por la comida que preparan.

    Por fin llegamos como a eso de las 14:15 horas, la casa es chica pero esta en un terreno bastante grande, la casa en medio de unos bellos jardines y la piscina en un costado de la casa, lo primero que hicimos fue comer algo ya que todos teníamos hambre para esas horas después del viaje.

    Terminamos la comida y nos cambiamos para ir a la piscina, las mujeres se tumbaron bajo los rayos del sol mientras que los hombres nos dedicamos a jugar un rato en la piscina, de vez en cuando veíamos como las damas se doraban recostadas con sus bikinis puestos, los esculturales cuerpos se veían apetecibles y por supuesto que no dejábamos de piropearlas. Ellas coquetas se meneaban sensualmente y nos mostraban parte de sus tetas o abrían las piernas impúdicamente mostrándonos sus partes pero aun escondidas por el bikini. Por supuesto que todos los hombres ya teníamos una muy notable erección; Daniel se sentó en la orilla de la piscina y Armando se coloco en medio de sus piernas, abrazo al niño y deposito en sus labios un apasionado beso, el chiquillo correspondió al beso sacando su lengua y metiéndola en la boca de Armando, luego busco su verga y la saco del bañador y lentamente lo comenzó a masturbar, la manita de Daniel se meneaba de arriba para abajo a lo largo del tronco, Vanesa y Carolina se sentaron en sus lugares para observar la candente escena que se estaba desarrollando en la piscina.

    –Métemela... – susurro Daniel en el oído de Armando.

    Armando bajó al niño de la orilla y lo metió al agua, luego le bajó el bañador dejándolo completamente desnudo, lo hizo darse vuelta y empinarse un poco en la orilla, las nalguitas del niño quedaron en pompa y Armando se colocó detrás de él; ensalivó mucho su verga y apunto la cabeza a la entrada del ano, lentamente se la fue clavando mientras que con su mano masturbaba al niño. Yo me acerque hasta donde ellos estaban y me baje también mi traje de baño, mi verga estaba en plena erección, me coloque detrás de Armando y puse mi verga en el culo de Armando, me sujete de él por el pecho y le bese la nuca, despacito le dejé ir mi verga en su culo y después de que esta entro comencé a bombearlo, pronto sentí que alguien se ponía detrás de mi y vi a mi padre sujetando su verga con la mano y apuntándolo a mi culo, todos nos detuvimos y entonces él me la metió, al mismo tiempo que terminaba de clavarme Ramiro se colocó detrás de mi papá y también se la dejó ir hasta los huevos.

    Todos los hombres estábamos haciendo un trenecito, nuestros movimientos eran lentos, la sensación de estar cogiendo con alguien a la vez que alguien más te la mete es deliciosa, los chasquidos del agua eran rítmicos con los movimientos de nuestras caderas, casi al mismo tiempo todos meneábamos nuestras caderas una contra la otra y a la vez que la verga de uno iba saliendo la del otro se iba clavando hasta el fondo del ano del otro, fue increíble, si nos hubiésemos puesto de acuerdo no hubiera sido mejor.

    Todas las mujeres observaban el caliente espectáculo de sus maridos, padres y tíos cogiendo unos con otros mientras comenzaban a acariciar sus entrepiernas en clara muestra de excitación, Montserrat busco entonces a Carolina quien inmediatamente la comenzó a besar, Vanesa se junto con Carmina, mi mujer y Mónica también hicieron pareja y entre todas se comenzaron a besar y acariciar mientras que los bikinis iban saliendo disparados por todos lados, el primer sesenta y nueve lo hicieron Carmina y Vanesa, las dos niñas se comenzaron a dar lengua mutuamente en esas maravillosas y tiernas vaginitas, era algo sumamente delicioso, luego siguieron Mónica y Patricia y al final Carolina y Montserrat. En esos momentos mi hermana Marina se quedo sola y se estaba masturbando viendo el excitante espectáculo que se estaba sucediendo, sus dedos acariciaban su clítoris y de vez en vez se los clavaba en la vagina y en su culo, ella estaba sentada en una de las sillas de playa que estaban al borde de la piscina. Los hombres decidimos entonces salir de la alberca y darnos ese placer también fuera, nuevamente nos volvimos a juntar en el trenecito pero esta vez lo cerramos formando un circulo así que Daniel le metió su verga a Ramiro que era el final del trenecito.

    Mujeres y hombres por su lado se daban mutua satisfacción, gemidos, chasquidos, chupadas, metidas, panochas, pitos, anos, jugos, todo se mezclaba en una ardiente orgía que invitaba a permanecer así durante mucho tiempo; como no queríamos terminar los hombres tan rápido decidimos entonces buscar pareja para continuar con la cogida, esperamos a que las chicas tuvieran su orgasmo y después fuimos tomando pareja.

    Mi papá busco a Montserrat, Ramiro a Vanesa, Armando a Carmina, Daniel con Patricia, Marina con Carolina y Mónica conmigo, lo siguiente fue buscar un buen lugar en el jardín para acomodarse, claro sin perder de vista a los demás.

    Montserrat y mi padre buscaron una toalla y se acomodaron en el pasto, mi padre se hinco y comenzó a besar a mi sobrina, su lengua busco la de la niña mientras que sus manos se apoderaron de sus hermosas nalgas, luego la recostó sobre la toalla y se acomodo entre sus piernitas para comenzar a mamarle la rajadita, su lengua salió presta para explorar los pequeños y lampiños labios vaginales de la niña de once añitos, sus largas piernitas estaban flexionadas mientras que sus manos se posaron sobre la cabeza de mi padre y le acariciaba su cabello, la lengua de papá se clavo en la rayita de la nena como cogiéndosela con esta, pronto algunos jugos escaparon del interior cálido de la panochita, la niña llegó entonces a su primer orgasmo y mi padre después de dejarla descansar por algunos segundos se acostó de espaldas sobre la toalla y le pidió a Montserrat que ella sola se clavara; la niña se monto entonces a horcajadas sobre mi padre y con su manita guió la gruesa verga de él hasta la entrada de su conchita, la roja cabeza del pene se incrusto entonces entre los labios vaginales que lentamente se fueron abriendo al paso del caliente instrumento, los jugos de la niña hacían más cómoda la penetración y la gran capacidad de mi sobrinita para tragar verga lograron que en pocos minutos el pene de mi padre fuera completamente devorado por esa apretada conchita. Montserrat entonces comenzó a subir y bajar a su propio ritmo sobre el pene de mi papá, es increíble como esa panochita se adapta al grueso palo y se lo saca y se lo mete con gran placer. Mi sobrinita gemía y suspiraba con cada estocada que ella sola se daba, tuvo que colocar sus manos sobre el pecho de mi padre para sostener mejor el paso de sus cabalgadas, las nalguitas subían y bajaban dejando ver bajo de ellas el lubricado miembro que entraba y salía, a los pocos minutos los dos llegaron a un intenso orgasmo, mi padre llenó con sus mocos las tibias entrañas de la pequeña y su esperma que comenzó a escurrir junto con los jugos de la niña hasta mojar sus bolas, fue un orgasmo riquísimo que dejó a los dos fuera de combate.

    Por otro lado Ramiro y mi hija buscaron una de las mesas en el jardín y mi hija acostó sobre la superficie de la mesa, Ramiro se hincó y comenzó a mamar la panochita de mi niña, su lengua buscó el clítoris de Vanesa y con movimientos expertos pronto la hizo llegar a un orgasmo, luego se puso de pie y tomando las piernas de mi hija en lo alto acerco su verga a la panocha de mi niña y se la dejó ir despacio, la verga por fin alcanzó las profundidades de la cueva y comenzó a bombearla, Vanesa comenzó a gemir cuando sintió lo largo del palo de Ramiro y la forma como se la estaba cogiendo; Ramiro logró hacer que mi hija tuviera otro fuerte orgasmo y después de este la dejó descansar unos minutos, luego coloco su verga completamente lubricada por los jugos vaginales en la entrada del ano y empujó despacio, mi hija fue recibiendo en su culo el grueso instrumento por completo, sin cambiar siquiera de posición Ramiro se comenzó a menear dentro del apretado ano de mi niña hasta que sintió que sus mocos comenzaban a llenar su huevos, sus movimientos se hicieron cada vez más y más rápidos, por su lado Vanesa supo que ya pronto se vendría Ramiro y comenzó a masturbarse con una de sus manos sobre su clítoris, Ramiro le aviso que ya y los dos juntos comenzaron a venirse, la verga de él se clavó en lo más profundo de su culo y comenzó a escupir gruesas y calientes gotas de esperma que a los pocos segundos y por tanta cantidad comenzaron a escapar del ano de mi niña y a caer sobre el suelo.

    Armando se encontraba parado al borde de la alberca y Carmina estaba hincada mamándole la reata, la boquita de la pequeña niña de once años se abría lo más que podía para recibir la gruesa tranca que se podía tragar solo hasta la mitad, después de unos minutos de estársela mamando Armando la tomo por las nalguitas y la cargo, la niña se abrazo del potente cuello de él y con movimientos de sus caderitas logro hacer que la verga que apuntaba a su coño se clavara un poco en este, Armando entonces la fue dejando caer lentamente y la verga se fue sepultando en la apretada y húmeda cavidad, Carmina meneaba las caderas circularmente para permitir mejor la penetración de la gruesa tranca, tras unos minutos de lucha la verga por fin logró su objetivo de quedar completamente enterrada en esa joven panocha y los poderosos brazos de Armando comenzaron a hacer que la niña subiera y bajara por su tronco, sujetándola de las nalgas y clavándole un dedo en el culito Carmina comenzó a ser bombeada por el padre de Carolina, ella también ayudaba con sus bracitos al cuello de el, sus bocas se fundieron en un prolongado beso y poco después la niña logro su primer orgasmo de esa tarde, ambos descansaron por algunos segundos y luego Armando le dijo que se quedara parada y él la empino un poco, se colocó detrás de ella y desde ese punto le colocó de nueva cuenta la verga entre los labios vaginales; las manos de él buscaron los pequeños senos de la niña y los comenzó a acariciar mientras que su verga se iba sepultando en las entrañas de la pequeñita, pronto las bombeadas que le daba ya tenían un buen ritmo y los jugos que ella estaba segregando avisaban que pronto llegaría a otro orgasmo más, los gemidos de Carmina aumentaron en volumen y entonces Armando aumentó también la velocidad de sus bombeadas, casi al mismo tiempo el orgasmo los alcanzó, por un par de segundos el de él fue primero que el de la niña, sus mocos inundaron la apretada cavidad de la pequeña y poco después se estaban mezclando con los jugos que ella comenzaba a manar gracias a su venida, los dos gimieron y gritaron con fuerza mientras daban los últimos movimientos de sus cuerpos hasta que por fin cesaron y ambos buscaron un lugar en el pasto para dejarse caer uno al lado del otro.

    Mi mujer estaba mamándole la verga a Daniel mientras que sus manos acariciaban las nalguitas del joven, también uno de sus dedos busco el ano del niño y lo sepulto hasta la raíz, el chico le acariciaba las tetas a ella agachándose un poco, así estuvieron unos minutos y luego cambiaron de posición, mi esposa se puso de pie y se recargó en una media barda dejando las piernas abiertas y su vagina expuesta, el niño se hinco entre las piernas de mi mujer y comenzó a mamarle la rajada, su lengua salía a encontrarse con los labios vaginales de ella y de vez en vez se perdía entre los pliegues para meterse lo más adentro posible en la gruta y tratar de sacar sus jugos que bebía con gran satisfacción. Patricia logró un orgasmo gracias a la inexperta lengua del niño y luego ella se recostó sobre el pasto con las piernas abiertas de par en par, el chico inmediatamente se ubicó en su lugar y empujo su verga al interior de mi mujer, con movimientos pausados de él mi mujer logró llegar una vez más al orgasmo, luego el chico le pidió que cambiaran de posición, ella entonces se acomodo de lado y con una de sus manos sujeto una de sus piernas en el aire, el chico se acostó también de lado y atrás de ella, luego apuntó su pene nuevamente en la panocha húmeda de Patricia y se la clavó de una sola estocada hasta el fondo, ahora comenzó a menear sus caderas con un poco más de velocidad, la verga entraba y salía de su rayita con velocidad, acarreando en sus embates el jugo del interior y haciendo que este escurriera por la pierna de mi mujer y por las bolas de Daniel, chasquidos y gemidos se escuchaban mientras que una de las manos de él se apoderaba de uno de los hermosos senos de Patricia, ella por su parte llevó una de sus manos a las nalgas de el niño y lo guiaba en el ritmo a seguir; los mocos de el chico salieron disparados con gran potencia dentro de la concha de mi mujer quien al sentir la venida del muchachito también comenzó a venirse, los gemidos y jadeos de ambos se confundieron con los de los demás y luego de sus corridas se quedaron recostados pero ya sin moverse en la misma posición, todavía Patricia con la verga de él clavada en la raja.

    Mónica me llevó hasta el pasto cerca de unos arbustos, comencé por besar ardientemente a la madre de la amiga de mi hija mientras que mis manos se paseaban por sus erectos pezones, ella se sujetaba fuertemente de mis nalgas apretándome contra ella para así poder sentir mi erección, luego nos tumbamos sobre el pasto e hicimos un rico sesenta y nueve, ella sabe chupar la verga deliciosamente, se la traga completa y lo hace además con mucha saliva, lo cual hace de la sensación algo muy placentero, a demás te aprieta con su lengua y su paladar de una deliciosa forma, dos o tres veces le tuve que pedir que parara para no venirme, yo le chupe su concha lo mejor que pude y la hice acabar dos veces, me bebí sus deliciosos jugos y deje su panochita completamente lubricada mientras que con sus propios jugos me lubrique uno de los dedos y se lo clave en el culo bombeándola con este. Después de que estuvimos bastante rato chupándonos me senté sobre el pasto con las piernas extendidas y ella se sentó sobre mi verga quedando los dos de frente, así estuvimos cogiendo hasta lograr que ella tuviera otro orgasmo, en esta posición mis manos se podían apoderar completamente de sus nalgas y acariciarlas a mi antojo a la vez que sus tetas quedaban al alcance de mi boca, mame y chupe sus pezones con gran satisfacción, dejándolos completamente erectos. Cambiamos de posición y esta vez ella se puso de a perrito sobre el pasto y yo hincado detrás de ella se la volví a clavar por la panocha y le clave un dedo en el ano, comenzamos cogiendo de nueva cuenta y así estuvimos hasta que ambos nos corrimos intensamente, solo que ella se vino primero que yo y me pidió que le dejara mis mocos en la boca así que antes de correrme me safé de ella y me coloque frente a su cara, ella se metió mi pene en su boquita y bastaron solo unas cuantas mamadas para que mi verga comenzara a segregar todo su simiente dentro de la boca de Mónica, ella se tragó todos mis jugos sin dejar que una sola gota se desperdiciara, después de mi venida se me acerco y ambos nos besamos, compartiendo mis mocos dentro de su boca.

    Carolina y mi hermana estaban enfrascadas en un candente sesenta y nueve, ambas se chupaban sus vaginas y con los dedos las estaban abriendo de par en par, sus rosados agujeritos eran ricamente lamidos por cada una de sus respectivas lenguas, uno de los dedos de Carolina se clavaba en el agujero de mi hermana, las manos de Marina acariciaban con gran placer las hermosas nalgas de Carolina; la boca de mi hermana se pegó como sanguijuela a la panochita de Carolina y no paró de mamar y chupar hasta que la bella jovencita alcanzó un fuerte orgasmo que la hizo gemir y gritar de satisfacción, mi hermana se bebió por entero los jugos que escapaban de la rajadita de la niña. Después fue el turno de Carolina y ella le aplicó la misma técnica a mi hermana, la mamó y chupó hasta lograr que su orgasmo invadiera con sus jugos su boca. Después de que ambas ya habían disfrutado de sus respectivos orgasmos mi hermana buscó con su boca el apretado ano de Carolina y se lo comenzó a chupar, primero los cachetes de la nalgas y luego poco a poco se fue acercando hasta su apretado ano y se la comenzó a coger con la lengua por ese agujerito hasta que la niña se vino de nueva cuenta.

    Fue una intensa sesión sexual que podríamos repetir en la noche ya después de descansar por largas horas, todos nos fuimos para dentro de la casa y nos acomodamos a dormir con las parejas que ya habíamos escogido.


    Continuará

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