El relato erótico "Fiesta familiar, Parte 06 (de Cazzique)" es un texto de ficción, ni el autor ni la administración de blogSDPA.com apoyan los comportamientos narrados en él.
No sigas leyendo si eres menor de 18 años y/o consideras que la temática tratada pudiera resultar ofensiva.
Continuamos con nuestras incestuosas practicas durante toda la semana pero para el fin de la misma íbamos a tener una visita así que todos íbamos a tener que aparentar que éramos una familia normal, venía a la casa una de mis sobrinas y se iba a quedar con nosotros durante una semana ya que sus padres tuvieron que salir de emergencia y nos pidieron de favor cuidarla.
Montserrat es una niña preciosa, tiene once añitos, de cabellos de color de oro, muy rubia, su cuerpo es muy delgadito, piel blanca como la de una hoja de papel, sus piernas son largas y delgaditas, su piel se percibe como la de una princesa. Su forma de ser es también muy linda ya que ella es siempre muy sociable y le encanta platicar con los demás.
El viernes por la tarde llegó Montserrat acompañada de su padre quién la vino a dejar a la casa y después de saludarnos se despidió rápidamente ya que su vuelo saldría dentro de un par de horas y todavía iba a casa por su esposa. La niña inmediatamente se acoplo a la casa y después de unos instantes mi hija Vanesa se fue con ella para jugar en su habitación, mi mujer y yo continuamos viendo la tele.
Cuando eran cerca de las nueve de la noche llamamos a las niñas para que cenaran y luego se fueran a acostar, ambas iban a dormir en la misma habitación y nosotros por supuesto en la nuestra. Montserrat y Vanesa se llevaban bastante bien desde pequeñitas y siempre convivían alegremente.
Después de cenar ellas se fueron a dormir y yo y mi esposa hicimos el amor en la sala para después ir a nuestra habitación y dormir profundamente.
Los primeros días en que Montserrat estuvo en la casa nunca note nada fuera de lo normal hasta que la noche del martes en que salí de mi habitación a media noche para tomar un poco de agua. Al pasar por la habitación de las niñas note que la puerta estaba abierta, así que me asome para ver que estaba pasando y cual fue mi sorpresa que al asomarme vi que ambas dormían placidamente, entre en la habitación y cerré la puerta detrás de mi. Me senté en la cama de Vanesa y sobre las cobijas comencé a acariciarle levemente el cuerpo. Lentamente mis manos se iban paseando por las piernas de mi hija hasta que llegue a su monte de Venus al que acaricie muy despacio, disfrutando de cada milímetro de esa parte tan deliciosa de mi hija, en esos momentos ella se despertó, se me quedo mirando un poco confundida por que al principio no sabía quien era el que la acariciaba y aún no despertaba del todo. Pero cuando vio que era yo entonces me dedico una amplia sonrisa y me abrió las cobijas invitándome a acostarme con ella, yo me acomode a un lado de mi niña e inmediatamente comenzamos a besarnos ardientemente en la boca, mis manos le iban quitando la pijama a Vanesa dejándola completamente desnuda cuando por fin terminamos de besarnos. Ahora era mi turno y fui yo quién se desnudo bajo las cobijas de la cama, ahora ya ambos podíamos sentir nuestros cuerpos frotándose naturalmente uno contra el otro, mi pene ya rozaba la entrada de la rajada de mi pequeñita, ella abrió más sus piernitas para recibir dentro de su panocha la punta de mi verga, ya estaba un poco lubricada su rajadita por lo que la punta de mi pene se enterró sin ningún problema, solo tuve que empujar un poco mis caderas hacia el frente para ir penetrando lentamente en esa joven vagina, inmediatamente las paredes de su panocha se aferraron a la barra que las invadía y me apretaron fuertemente lo cual hizo que un leve gemido escapara de mis labios, m i hija me hizo una señal para que no hiciera ruido ya que Montserrat dormía en la cama de a lado.
Como estábamos acostados de lado no me podía acomodar bien para cogérmela así que me acosté de espaldas y monte a Vanesa sobre mi, ahora si mientras la sujetaba por la cinturita le iba incrustando poco a poco mi verga, ella se apretaba los labios para que no se le escaparan los gemidos pero de vez en cuando uno que otro lograba salir, cuando por fin la tuve completamente clavada inicié un rítmico bombeo, los jugos que de mi hija comenzaban a escapar ahora estaban produciendo leves chasquidos mientras que mi verga entraba y salía de esa apretada cuevita.
Vanesa ya no podía ocultas sus gemidos pero aún así hacia un gran esfuerzo por que estos no fueran muy fuertes, mis manos ahora se paseaban por la espalda y las nalgas de mi niña mientras que nuestras bocas se fundían en ardientes besos, mi pequeña y hermosa hija en ese entonces tuvo un fuerte orgasmo que la obligo a pegar un leve gritillo, los dos volteamos a ver a la cama de a lado para cerciorarnos de que Montserrat no se hubiese despertado, afortunadamente ella dormía profundamente y no se dio cuenta de nada. Después de que mi hija tuvo su orgasmo yo ya sentía que el mío se aproximaba pero me acorde de que no traía puesto el condón así es que me espere a que ella tuviera otro orgasmo más, le pedí que me avisara y continuamos cogiendo hasta que ella me aviso que ya mero se venía, yo acelere el movimiento de mis caderas y arroje la cobija por un lado; Vanesa se comenzó a venir y yo al mismo tiempo que ella, solo que con mi mano le saque la verga de su panocha y le empecé a eyacular sobre las nalgas mientras me la meneaba, fue algo delicioso, mi hija me abrazó fuertemente hasta que por fin ceso su orgasmo, sus propios jugos escapaban de su vagina y se escurrían hasta mi entrepierna.
Después de descansar por unos instantes y verificar de que todo estuviera en orden me vestí, me despedí de mi niña y salí de la habitación dejando a las dos niñas profundamente dormidas.
Era miércoles y ya en la tarde yo me conecte a Internet para ver un poco de pornografía, me encontraba en el estudio de la casa y mientras que mi esposa regresaba de una comida con sus amigas me había dejado a cargo de la casa, las niñas estaban jugando en la habitación de mi hija así que no me preocupe de que fueran a bajar y decidí no poner el seguro de la puerta.
Estaba yo viendo unas fotos de una chica que se iba desnudando poco a poco, cuando de pronto escucho que se empieza a abrir la puerta, inmediatamente cerré la sesión e hice como si estuviera buscando un archivo, una infantil voz se escucho a mis espaldas, era Montserrat, me dijo que Vanesa se había quedado dormida y que ella se estaba aburriendo un poco, yo le dije entonces que si quería navegar en Internet con migo y ella acepto de buena gana sentándose inmediatamente en mis piernas ya que no había otro lugar, pude sentir como sus lindas nalguitas se iban acomodando sobre mi duro pene, ella sintió la dura barra en la que se estaba sentando pero no le dio mucha importancia y se termino de acomodar, yo puse una de mis manos alrededor de su cintura como para sujetarla.
Le dije a Montserrat que era lo que tenía que hacer para poder ingresar al Internet y ella iba siguiendo mis instrucciones mientras que mi otra mano no se pudo quedar quieta y comencé a acariciarle una de las piernas por un costado, ella inició buscando las paginas de su artista favorito mientras que yo me podía deleitar con la suavidad de su piel ya que ella solo traía puesta una pequeña minifalda de color rojo que a la hora en la que ella se sentó se le subió casi hasta arriba, delicadamente mi mano se paseaba de arriba para debajo de su muslo y luego de regreso, su piel se ponía china y me decía que le hacia cosquillas.
Mi sobrina continuaba navegando en la red pero en una de esas se le ocurrió picar uno de los botones del menú favoritos y en la pantalla empezaron a aparecer las fotos de unas chicas haciendo el amor con un tipo demasiado bien dotado, mi sobrina en un principio y supongo que por la vergüenza se quedo congelada pero al ver que yo no le decía nada continuó explorando un poco las fotos, su respiración se agito un poco y mi verga empezó a crecer de nueva cuenta bajo sus lindas nalguitas. La mano con la que la tenía sujeta por el estomago comenzó a menearse en forma circular subiendo hasta el inicio de sus pequeños pechos que se dibujaban perfectamente bajo la tela de su playera blanca; mi otra mano ahora se paseaba por la parte interna de su otra pierna pero aun sin llegar mas allá, solo me quedaba como a unos diez centímetros de su vagina.
Montserrat se sorprendía más y más mientras que las imágenes iban avanzando, las estudiaba a la perfección, parecía que se quería aprender cada detalle de estas, sus manitas estaban temblorosas y lo note cuando vi que le costaba un poco mover el mouse. Mis caderas se empezaron a mover casi instintivamente y ahora le restregaba la verga a mi sobrina por todo lo largo del canal de su culito y al parecer esto a ella no le molestaba ya que no ponía ningún pero a las maniobras que yo efectuaba, esto me dio un poco más de confianza para avanzar en las caricias sobre sus muslos y ahora mi mano se alcanzaba a perder bajo su minifalda y ya estaba rozando la tela de sus bragas. La mano de arriba bajo y busco la orilla de la playera de Montserrat para introducirse y sentir directamente su tibia piel. Mi sobrina seguía sin quitar la vista de la enorme verga del chico de las fotos. Ahora mi mano se paseaba sobre la calida piel de sus pequeños senos, sus pezones estaban erectos y mis dedos se pusieron a jugar con ellos, Montserrat veía como el tipo de las fotos se dejaba mamar la verga por la preciosa modelo rubia que casi se lograba tragar todo el falo.
Sin dudarlo ni un instante deje a mi sobrina sentada y yo me puse de pie, abrí mi cinturón y deje caer mis pantalones hasta mis tobillos, la verga inmediatamente salto cuando me baje la truza, mis sobrina volteo algo asustada a ver mi verga que sin duda era mejor en vivo que en las fotos, puse mis manos en su linda carita y entonces dirigí su cara hacía mi, ella comprendió de lo que se trataba y trato de resistirse por unos instantes pero yo continué guiándola hasta lograr que mi pito quedara a la altura de su boca, Montserrat se negó a abrir su pequeña boquita entonces yo tuve que convencerla de que esto le iba a agradar y que si decidía hacerlo iba a aprender con migo muchas cosas que le agradarían mucho. Entonces no muy convencida abrió la boca y dejo que la punta de mi pene la penetrara, la estaba saboreando poco a poco, sus ojitos me volteaban a ver como pidiéndome que le dijera como hacerlo y en esos instantes yo la tome por la nuca y la fui empujando para que se fuera comiendo más de mi verga, ya cuando iba como a la mitad ella hizo intentos de retirarse pero yo la detuve y entonces retrocedí un poco para luego volver a metérsela, inicié un lento movimiento mientras le decía a mi sobrina como debería de irse tragando mi pito, le iba indicando como debería de ir mamando y chupando, primero la cabeza y después tragarse parte del tronco hasta donde le fuera posible, luego debería de chupármelo e ir recorriendo con su boquita todo el pito hasta los huevos.
Montserrat era una alumna muy viva e inmediatamente después de que le indicaba lo que debería de hacer ella lo ejecutaba, sus lindos labios estaban chupando ahora el largo de mi tronco y lentamente bajaba hasta las bolas, mis manos ya se entretenían con sus senos, su playera ya la traía levantada casi de bufanda y la blanca piel de sus pequeñas masas de carne quedaba al desnudo, sus pezones erectos y de color rosado se veían apetecibles como para chuparlos, mi sobrina perdió un poco la vergüenza y llevo sus manitas hasta mi palo, le dije como debería de moverlo para así poder gozar más, me acomode en el sillón del estudio a manera en que ella se empinara un poco mientras me mamaba la verga y entonces yo tenía la cancha libre para poder acariciar su culito, metí mis manos bajo la minifalda y le fui bajando lentamente las bragas para ir descubriendo la linda piel de ella, su linda vagina sin pelitos quedo expuesta cuando logre por fin quitarle las bragas, su olor era increíble, uno de mis dedos se paseo por lo largo de la rajadita, arriba de ella su ano se movía al ritmo de las mamadas que le daba a mi pene. No cabía duda de que mi sobrinita de once años estaba disfrutando tanto como yo de ese rico cachondeo, después de unos instantes de estar jugando con su conchita le marque el alto y decidí tomar una nueva pose; me acosté sobre la alfombra y entonces le dije a Montserrat que se acomodara encima de mi pero en sentido opuesto a manera de que formáramos un sesenta y nueve. Ella entonces quedo encima de mi y su linda vagina a la altura de mi boca, rápidamente comencé a mamársela haciendo que ella brincara por la sorpresa y las nuevas sensaciones, minutos después ella continuó mamándome la verga, así continuamos por unos instantes hasta que empecé a sentir que la verga estaba a punto de explotarme, por supuesto que yo ya había logrado que Montserrat tuviera su primer orgasmo y me lo había bebido completito, le indique que ahora era mi turno de gozar y le dije que se tenía que tragar toda la leche que saliera de mi verga, ella continuó chupando e instantes después gruesos chorros de mocos pegaban en lo más profundo de su garganta, ella hizo grandes intentos por lograr tragarse toda la leche pero aún así algunos hilillos de esta escurrieron de entre sus labios y mi verga, fue una venía fabulosa que me dejo completamente seco.
Continuará