Fabiola

    ATENCIÓN

    El siguiente relato erótico es un texto de ficción, ni el autor ni la administración de BlogSDPA.com apoyan los comportamientos narrados en él.

    No sigas leyendo si eres menor de 18 años y/o consideras que la temática tratada pudiera resultar ofensiva.

    4.7
    (30)

    Esto sucedió cuando tenía 26 años, allá por el año 98, había conseguido mi primer trabajo estable después de haber terminado la universidad; lo conseguí en un pequeño pueblo al interior del país, tuve que alquilar un espacio y lo hice junto a 3 compañeros de trabajo más. Así es, éramos 4 tipos de entre 25 y 26 años todos, esta era una casa de pequeñas dimensiones pero de 3 pisos que la señora quien nos la rentaba utilizaba mayormente como almacén para guardar unas cajas y muebles antiguos, solo habían disponibles 4 dormitorios justamente para cada uno de nosotros, y claro la azotea y tendal. En fin, para abreviar la historia, se nos hizo costumbre de viajar cada 2 o 3 semanas a nuestra ciudad de origen para visitar a nuestras familias, pero habían veces en que preferíamos ahorrar dinero y nos quedábamos todo un fin de semana aburrido en ese pueblito, donde no habían muchas distracciones, era realmente aburrido pasar todo el fin de semana viendo los escasos 4 o 5 canales de televisión, Llegó un viernes en la noche y mis 3 compañeros viajaron dejándome solo.

    Yo no quise viajar pues quería ahorrar un poco de dinero para un cumpleaños de un pariente mío que seria en un par de semanas siguientes, así que ya me estaba preparando para pasar un fin de semana súper aburrido. Pero el día sábado siguiente muy temprano por la mañana mi semana aburrida se convirtió inesperadamente en pura diversión y perversión. Recordé cuando tocaron la puerta que a veces la señora que nos hacia el servicio de lavandería venia los fines de semana a ver si había ropa sucia que lavar. Yo me levanté un poco malhumorado pues era realmente temprano para un sábado aburrido, apenas las 7 de la mañana, yo tenia puesto un calzoncillo clásico color crema, Salí a abrir la puerta, todo somnoliento y los pelos alborotados y ahí estaba la vieja de 45 años de apariencia pobre que inmediatamente me saludó: buenos días joven, habrá ropa pa’ lavarle ¿? Yo me distraje por un pequeño momento y es que mientras ella hablaba yo apenas noté que tenía de la mano a una niñita muy linda.

    Yo casi tartamudeando le dije; SI, TENGO UN POCO DE ROPA PARA LAVAR, PERO PASE, PASE PORFAVOR SEÑORA. Y ella entró junto a la niña que yo quedé mirando con inocencia, la señora me interrumpió: es mi nieta, lo que pasa es que mi hija se ha ido temprano pa’ la capital y no hay con quien dejarla. Esa mocosa tenía 5 añitos, era muy bonita, una serranita linda de pelo claro, largo, sus ojos zarcos, su piel blanquita muy chaposita de sus mejillas, un poquito regordeta, tenia unas piernas fuertes y ricas nalgas, me enamoré de ella casi de inmediato. Inmediatamente me dirigí a mi habitación, tenia mucha ropa sucia en un cesto y se lo entregue a la señora, igualmente me dirigí a las otras habitaciones y le di las pocas prendas sucias tiradas que encontré por ahí. La señora lavaba la ropa en la azotea de la casa, así que subió con la ropa sucia, acompañada de su nietita; no pude evitar mirar de reojo mientras subía por las escaleras esa mocosa, intente fisgonear debajo de su faldita para ver siquiera su calzoncito pero no pude; así regrese a mi habitación a seguir durmiendo, claro ya estaba con ganas de tirarme un rico pajazo, con tan solo haber visto a la niña. Pasaron unos minutos, cuando de repente una pelota cayó desde la azotea hasta el patio de servicio que daba a mi habitación, segundos después, escuche a la niña bajar por la escaleras; ya que mi cama estaba cerca de la puerta de mi habitación, solo me bastó aproximarme un poco, abrir la puerta muy despacio, tan sol la abertura suficiente para ver lo que sucedía afuera. Si, era la niña que bajaba por las escaleras, cruzó el pasadizo y se dirigió al patio que tenia una puerta de fierro con un picaporte al que ella no alcanzaba por su baja estatura.

    Yo lo veía todo desde mi habitación, y ella no se daba cuenta, mientras se empinaba para alcanzar el picaporte pues quería abrir la puerta y recuperar la pelota con la que seguramente estaba jugando en la azotea. Ella usaba un vestido enterizo amarillo a cuadros, con tirantes, y claro, cada vez que ella se empinaba, se le levantaba el vestidito, Desde donde yo estaba por fin pude ver su calzoncito que era de color blanquito, muy limpiecito; yo ya tenia la pinga empalmada, que hacia formar un tremendo bulto en mi calzoncillo, espere por un momento a ver si su abuela bajaba a verla, pero no había movimiento en las escaleras, así que me armé de valor, y salí de mi habitación a su encuentro. Al acercarme a ella y notar mi presencia, ella se quedó quieta, parecía asustada, talvez pensó que yo la iba a regañar o algo así, pero al estar muy cerca a ella le dije: QUE PASÓ, SE TE CAYÓ LA PELOTA ¿? Ella solo se quedo quietita con las manos juntos y asintiendo que si con la cabeza. Este es el momento en que mas recuerdo sus ojitos zarcos como de gatita traviesa, mirándome directo a los ojos como pidiéndome disculpas por haber hecho algo malo. Después de ese tierno instante, le abrí la puerta del patio y le dije con una sonrisa leve: ANDA Y SACA LA PELOTA, RAPIDO, VE.

    La niña fue brincando a recoger la pelota y salió. Cerré la puerta nuevamente y al ver que ella subía nuevamente por las escaleras le dije: SI QUIERES JUEGA AQUÍ EN EL PÀSADIZO EH. TU ABUELA YA ESTA LAVANDO LA ROPA ¿? Me contestó tiernamente: Si señor, a lo que le repliqué AH BUENO ENTONCES JUEGA AQUÍ NOMAS, SINO VAS A A ESTAR m*****ANDO A TU ABUELA ALLA ARRIBA. Ella dijo un simple: ya. Yo regresé a mi habitación, ingresé al baño a orinar y asearme, mientras escuchaba a la niña jugar con la pelota en el pasadizo; por mas que intentara calmarme, el saber que tenía a una mocosa tan linda a escasos metros de mi, hacia que mi verga reaccionara por si misma, y no podía perder su erección. Me extrañaba que la abuela no bajara para ver que hacia la traviesa de su nieta pero eso dejó de preocuparme poco a poco. Al asomarme nuevamente a la puerta de mi habitación, me dieron ganas de toquetear a esa mocosa, ya saben, son esas sensaciones mezcladas: miedo, excitación, morbo, no dejaba de sobarme el bulto, mi corazón latía muy rápido, sentía un calor raro en mi cara, en mi estómago, es una emoción casi indescriptible el querer hacer algo prohibido, el saber que te gustan las niñas, y que tienes una tan vulnerable y tan cerca tuyo. Así que me armé de valor, abrí la puerta y le dije a la niña; VEN, QUIERES JUGAR CONMIGO ¿? Ella contenta me respondió: ya. Así que la atraje hacia mí, la levanté y la dirigí a mi habitación, sentándola en el borde de mi cama, y yo regresando a la entrada, de tal manera que el juego seria lanzarnos la pelota mutuamente. Fue la primera vez que noté que ella se fijó en mi paquete, que, la verdad, ya quería salirse de mi calzoncillo que lo aprisionaba.

    Al comenzar a lanzarnos la pelota era fácil distraerse con la hermosura que yo tenia frente a mis ojos, obviamente sus piernitas quedaban flotando, sus pies no estaban siquiera cerca de tocar el piso. Su vestidito levantado me permitía ver otra vez su calzoncito blanco muy blanco, que delicia de niña; y pensar que solo tenía 5 añitos, ya era capaz de calentarme como pocas. Entre tiro y tiro se me ocurrió tirarle la pelota mas allá de su alcance pero aun en la cama, de tal manera que ella para recogerla tuvo que voltearse. Oh si, ver esas piernas rechonchas flexionarse, ese culito pavonearse mientras gateaba como una putita en la cama para alcanzar la pelota, hizo que mi morbo creciera aun mas, perdiendo yo toda conciencia y arriesgarme a hacer algo mas, mucho mas. Cuando la niña volvió a posicionarse al lugar donde estaba, es decir, al borde de la cama, se percató que yo ya estaba a escasos centímetros de ella, quité la pelota de sus manitas, y la dejé a un lado, luego cogí sus manitas y las coloque en el elástico de mi calzoncillo a ambos lados en mi cadera.

    Ella solo me miraba y se dejaba hacer; sin pensarlo mas, con su ayuda me fui bajando el calzoncillo lentamente; lo primero que le debió sorprender fue la tremenda mata de pelos que tengo allí abajo; y así seguíamos hasta que liberé por fin mi verga gruesa de 17 cms y mis bolas regordas por la arrechura. Así es, mi calzoncillo estaba a la altura de mis muslos; ella tenia la mirada más angelical que se puedan imaginar, sus manos las reposó en sus muslitos. No aguanté más, así que agarré mi verga de su base, y atraje a la niña gentilmente de sus cabellos y se la puse en sus labios, ella levantó la mirada una vez más, y le dije: ABRE LA BOCA, ASI AHHH, ASI ABRE. Y esa putita lo hizo, y fue genial, sus labios rosaditos, un poco mojaditos, AHHHHH no pude evitar gemir cuando le metí todita la cabeza de mi verga en su boquita. Era tan natural la forma en que esa niñita me chupaba la verga, yo ya la tenia bien sujeta de sus cabellos, y con un ritmo lento pero muy fogoso estaba cogiendo esa boquita infantil. ¿CÓMO TE LLAMAS? Le pregunté.

    Ella se soltó de mi verga haciendo un sonido muy rico y excitante con sus labios babeantes. Fabiola, me dijo, e inmediatamente se metió mi verga a su boca otra vez. Vaya vaya pensé, parece que le gusta mamar pinga a esta perrita. AUU CUIDADO CON LOS DIENTES, CHUPA COMO SI FUERA UN HELADITO ¿TE GUSTAN LOS HELADOS? Ella se soltó una vez más y asintió con la cabeza. CHUPA PUES CHUPA. Oh que deliciosa mamada me estaba dando esa niñita. Una de mis manos se posó sobre sus piernas rechonchas. Ya no me importaba nada, simplemente gozaba con la oportunidad de tener a esa niña de solo 5 añitos en mi habitación. Después de hacer su calzoncito blanco a un costado, mis dedos invadieron su zona mas privada, mi dedo anular derecho estaba sobando su rajita, tratando de hurgar mas al fondo, al sentir eso, ella creo que se asustó o se incomodó un poco, no lo sé exactamente, pero casi automáticamente soltó por tercera vez mi verga, y se hizo para atrás apoyándose en sus brazos, para ver con mas detalle lo que yo estaba haciendo allí en sus partes intimas. Recuerdo su rostro angelical, una mezcla de confusión con placer, por ratos ella miraba su conchita y mis dedos jugando con ella, y por ratos me miraba a la cara, pero en ningún momento puso resistencia.

    Esa niña había nacido puta, eso se los aseguro. Ya con mas confianza, deslice su calzoncito hasta las rodillas y continué con mis jueguitos, me ensalivaba los dedos y se los sobaba en su rajita de manera frenética, a veces mis dedos se iban un poquito mas abajo y se topaban con la entrada de su anito, lo cual me excitaba aun mas, porque estaba súper calientito. No hay nada más rico que agasajarse con dos huequitos muy estrechitos. No podía creer mi suerte, ya prácticamente estaba penetrando a la niñita de 5 años, por su conchita y por su colita con mis dedos, de uno en uno claro, a veces el dedo anular, a veces el dedo índice. A veces incluso el pulgar y el índice al mismo tiempo en su conchita y anito respectivamente. Inténtenlo con sus niñas, es simplemente exquisito. Quién sabe que pasaría por la mente de esa mocosa cuando me arrodillé y empecé a lamer sus huequitos; insisto, creo que a ella le gustaba muchísimo porque se dejaba hacer de todo, yo exageraba en el uso de saliva, así lograba que se dilatara más y más, y yo gozaba de esa escena lujuriosa. Las ideas más depravadas y morbosas se me ocurrían en el momento mientras disfrutaba de ella, estaba en el paraíso cuando de repente escucho a lo lejos cerrarse la puerta de la azotea. MIERDA exclamé.

    Le subí el calzoncito a la nenita, no tuve tiempo de limpiarle nada, simplemente le subí el calzoncito, le acomodé la falda, la levanté y la puse de pie en el suelo. MALDITA SEA dije, los pasos de su abuela en la escalera me indicaban que bajaba de prisa. ¿QUE HAGO? ¿QUE HAGO? La vieja ya esta prácticamente aquí, casi como un resorte me metí al baño que está en mi habitación, y tras cerrar la puerta pegué mi oreja a la misma para escuchar las quejas de la niña, en fin, el escándalo que se desataría. Mi corazón latía a mil una vez más, pero no de excitación sino de puro miedo. ¿Joven, necesito detergente? Me preguntó la señora. MMMM SI CLARO, EHMM ME VOY A DUCHAR AHORITA, YA SALGO. Dije asustado y escuché: oye no vayas a romper nada por aquí muchacha traviesa, anda a jugar arriba mejor.

    La niña contesto: aquí estoy jugando bien. Entonces aproveché en decirle a la vieja: SEÑORA, PORFAVOR EN LA TIENDA DEL FRENTE TENGO CREDITO, COMPRE AHÍ EL DETERGENTE DE PARTE MIA, YA MAS TARDE LE CANCELO A LA CASERA. Esperé ansioso su respuesta que casi vino en forma inmediata: muy bien joven. Me calmé un poco, pero aun estaba nervioso, aproveché para refrescarme un poco; créanme, tenia miedo de salir, escuché regresar a la abuela de la niña otra vez, pero al parecer se subió sin decir nada mas. Solo se escuchaba el sonido de la pelota en el pasadizo. Salí entonces del baño, y para mi suerte al salir de mi habitación solo vi a la niña jugando con su pelota como si nada hubiera pasado, mientras que escuchaba el sonido de la puerta de la azotea cerrarse una vez mas. UFFF ESO ESTUVO CERCA, me dije a mi mismo. Regresé a mi habitación y cerré con seguro, cogí una toalla y me propuse darme un buen pajazo mientras me daba un duchazo para quitarme toda esta calentura, pero antes de siquiera quitarme el calzoncillo, ya me encontraba echado en mi cama sobándome el paquete recordando esos minutos gloriosos con Fabiola. CARAJO PORQUE TENIA QUE BAJAR ESA VIEJA DE MIERDA, me dije a mi mismo. Una vez mas me asome a la puerta y otra vez la vi, no se porque pero ahora ya la veía de otra manera, como si ella fuera la que me pedía ansiosa que la llamara otra vez, que era ella la que me tentaba a propósito con sus movimientos de cadera, sus saltitos infantiles, flexionando sus piernitas.

    Me preguntaba como estará de mojadito ese calzoncito. Yo creo que nadie podría negarse al deseo y lujuria de tener a una niñita así una vez más, es mas yo creo que nadie debería negarse a disfrutar los encantos de un cuerpito infantil, y así fue que me decidí: ¿QUIERES SEGUIR JUGANDO? Y ella me contesto: siii, e increíblemente soltó la pelota y se me acercó, quedando su carita a la altura perfecta de mi bultazo. Pellizcando sus mejillas le dije ¿QUIERES CHUPAR MI HELADITO OTRA VEZ? Ella asintió con la cabeza. ¿HABER DIME DONDE ESTA EL HELADO? Y ella tiernamente me bajo el calzoncillo hasta los muslos, y se puso a mamar mi verga otra vez, ¿pueden creer que una niña de 5 añitos aprenda a mamar la verga tan bien y en tan poquito tiempo? AHH QUE RICOOO, ASI SIGUEE, QUE RICO QUE CHUPAS LA VERGA MI AMOR. Estoy seguro que unos 6 o 7 cms entraban fácil a su boca babeante, a veces se la salía un poquito de su baba y mi presemen por la comisura de sus labios rosaditos. Ella se limpiaba con su brazo, me sonreía graciosamente y volvía a meterse mi palo lo mas que podía caberle, era espectacular. Ahora sabiendo que su abuela ya no tendría porque bajar pronto, llevé a su nieta al borde de la escalera, la senté en la 3ra grada, mientras que yo me termine de quitar el calzoncillo y me acomodé delante de ella, apoyando mis manos en gradas superiores, ofreciéndole mi verga para que ella siga mamando con gusto.

    Ya no me importaba nada, minutos después la puse en pose de gatita, la escalera era perfecta para intentar la mejor posición, le bajé su calzoncito blanco hasta sus tobillos, calzoncito que por cierto estaba muy húmedo por la sopeada que le había dado minutos atrás. Levanté su faldita lo más que pude, hasta su cuello, prácticamente la tenia desnudita para mí. Yo volví a meterle mi lengua en sus huequitos, pero esta vez me enfoqué casi con exclusividad en su anito que se mostraba orgulloso entre aquel par de nalgas gordas, bien levantaditas, que linda niña en verdad. Ahora si podía maniobrar con total libertad, mis manos gruesas y grandes estrujando sus nalguitas y abriéndolas para dejarle caer sobre su anito harta saliva y lamer y lamer, como indican los manuales de dilatación anal, y luego mis dedos, uno por uno. Imaginen esa escena, ninguna foto, ningún video que yo haya visto hasta ese entonces se asemejaba a lo que yo tenia delante mío. Era una niñita de 5 añitos en pose de gatita, con las pompas levantadas ofreciendo su culito que ya resistía la intrusión de 2 dedos gruesos bien al fondo.

    No aguantaba mas, embadurné mi pichula con harta saliva también y me acomodé detrás de ella, tratando de introducir mi verga en su anito, oh que sensación exquisita al ver la cabeza de mi verga desaparecer en su agujero, cuando escuché un pequeño quejido de mi putita: ayyy, ahí fue que sentí la presión sobre mi tronco a medida que intentaba alojarse en su culo, lo que me causó una explosión tremenda, eyaculé como nunca, llenándole el culito con mi miel, pero también se escaparon algunos chorros sobre su espaldita y piernitas. Yo me puse de pie, y ella giró su cabeza y al mirarnos le sonreí en forma malévola y sacando mi lengua; de inmediato, con mi calzoncillo la limpié lo mejor que pude. Le subí el calzoncito, le acomodé la falda. ANDA A JUGAR CON LA PELOTA, CORRE CORRE, le ordené, y ella obedeció, esa niña tenia una carita muy dulce pero se había comportado como una verdadera loba esa mañana. Como travesura se me ocurrió acomodarme la toalla y llevar mi calzoncillo sucio a la azotea. SEÑITO, PORFA ME FALTÓ ESTA PRENDA, y se la mostré, a lo que ella contestó: claro joven, déjelo ahí en esa tina, ahora mismo la lavo. Yo en mi mente me estaba carcajeando, y pensaba: si supieras que con esa prenda acabo de limpiar a tu nietita de los restos de semen que le arroje a su cuerpito. En fin, ya estaba bajando las escaleras, cuando recordé que necesitaba bajar de la azotea un par de zapatillas de deporte que yo había lavado el día anterior; lo curioso es que al estar yo descalzo no se escuchaban mis pasos al subir nuevamente.

    Ahora les cuento que esa puerta de fierro tiene una ventanita por donde uno mete el brazo para abrir la puerta, bueno pues, esa ventanita estaba a medio abrir, y al asomarme, oh sorpresa. La vieja esa estaba oliendo mis calzoncillos, y se metía la mano bajo su falda. Yo me quedé estupefacto, apenas y pude reaccionar en esconder mi rostro atrás de la ventanita. Sin querer queriendo yo estaba espiando a esa vieja masturbarse con mis calzoncillos. Maldición, ¿porqué en esa época aun no tenia ninguna videocámara o celular con cámara para grabar esa escena tan erótica?, si hubieran visto a esa señora de 45 años, regordeta, tetona, culona, como se retorcía de placer, sobando mis calzoncillos en sus narices, para luego sobárselo con su entrepierna, la muy puta hasta se arrodilló, se levantó la falda, y se bajó un poco el calzón, chupaba mis calzoncillos, los mordía, y luego los sobaba entre sus nalgotas, y también por su concha. Yo era un espectador de lujo. Al rato ella se puso en cuclillas y vi como literalmente mojó la prenda con sus jugos vaginales. Así es, la vieja había tenido un orgasmo tremendo, entonces se repuso, se acomodó las ropas, y siguió con lo suyo. Yo, mientras bajaba sigilosamente, pensaba, ¿QUIÉN SERÁ MAS PUTA, LA ABUELA O LA NIETA, JAJA? Mientras bajaba por las escaleras no podía evitar recordar esa imagen morbosa que acababa de ver en la azotea y cuando pensé que ya había descargado toda mi leche con la niñita, de pronto ya sentía que me estaba empalmando de nuevo.

    Por supuesto Fabiolita seguía jugando en el pasadizo del primer piso, así que sin pensar más, la tomé de la mano y le dije: VEN VAMOS A SEGUIR JUGANDO, PERO VAMOS AL CUARTO DEL FONDO, VAMOS. Ella solo se dejo llevar, mientras caminábamos curiosamente se cayó su pelota del brazo y mi toalla casi al mismo tiempo. De alguna manera yo ya había perdido toda vergüenza producto de la excitación que sentía en ese momento. Al acercarse nuevamente, sin decirle nada ella solita me agarró la pichula, caray parece que a esta perrita le había gustado todo lo que había hecho con ella un rato atrás. El cuarto era un espacio en donde la dueña de casa guardaba ciertos muebles antiguos y otros objetos, se veía casi como un depósito pero afortunadamente había un sofá grande estilo colonial de esos de los años 50 talvez, cubierto con una sabana blanca y grande, había un poco de polvo en el ambiente pero era el lugar ideal, era el cuarto mas apartado de la casa. Retiré la sabana y senté a la mocosa en el mueble.

    Ella ya sabía que hacer, solo bastó acercarme y mirarla con deseo y ella solita agarró mi pinga nuevamente y se la llevó a la boca, QUE RICO LA CHUPAS PERRA DE MIERDA, QUE RICO. Cada vez le entraba mas mi pedazo de carne a su boquita, sentía su garganta cuando daba arcadas, se desprendía de mi verga y ella sonreía, para luego volvérsela a meter lo mas que podía, a veces yo le jalaba de sus cabellos como haciéndole una cola de cabello para que ella levantara la carita y me mirara directo a los ojos: ¿TE GUSTA VERDAD MAÑOSITA? ¿TE GUSTA, AH?? DIME, ¿TE GUSTA? Ella sin sacar mi verga de su boca asentía con la cabeza. AHHHH QUE RICOOOOO. Ya no quería pensar en nada mas que no fuera lo rico que me estaba haciendo sentir esa putilla, a pesar de que había alguien más en la casa: su abuela, en la azotea. Y aun así yo quería mas, quería su conchita y su anito. Una ultima lamidita a mi verga y la puse de pie en el mueble, le subí la faldita para apreciar su calzoncito y sobarle ahí mismo, le baje el calzoncito y otra vez aprecié lo rico de su conchita, su pancita, sus piernitas, no podía aguantar mas. Así que se lo quité todito, ya desnudita la recosté y le empecé a lamer sus huequitos, usando harta saliva intentaba mis dedos, sobretodo, en su anito que se me hacía súper apetecible, no se imaginan el olorcito que se desprendía de su piel en sus partes mas intimas. ¿Debería seguir? ¿Que estoy haciendo? Pensaba, pero el morbo era mas fuerte, la acomodé bien, la jalé un poquito hacia el borde, levante sus piernitas y empecé a penetrar su anito.

    Ayyyyy, gimió ella, SHHHHH CALLATE QUE SOLO TE HA ENTRADO LA CABEZA, no pensé mas y zassss empujé con fuerza, le entró creo la tercera parte de mi pichula, que rico y apretado se sentía, la niña empezó a chillar y a gemir al comienzo, pero conforme empezaba yo a bombear ese rico par de nalgas, sus gemidos empezaron a tornarse mas ruidosos, prácticamente ella estaba gritando que le dolía mucho, pero cada vez que ella se quejaba me excitaba aun mas, y mientras mas bulla hacia mas la penetraba y con mas fuerza. Yo ya la tenia totalmente sodomizada pues su anito cada vez mas se amoldaba rico a mis embestidas, se la saqué y un hilito de sangre corría por su piernita y mi pinga estaba manchada de sangre pero aun quería mas, así que esta vez yo me senté casi al borde del mueble y a ella la senté encima mío, quedando su espalda encima de mi pecho y barriga. Ah que rico, la tenía sentadita encima mío, mi verga ensartada hasta la mitad en su culito, yo la tenía bien sujetada de sus pantorrillas, sus manitas apoyadas en mi barriga, ya no sabia como retorcerse mi putita, por mas que quería empujársela hasta al fondo, esa perrita si que estaba apretadita; después de varios minutos de estar culeándomela en esa pose, se me hacia incómodo penetrarla por completo, así que decidí ponerme de pie sin dejar de penetrarla, solté una pierna y la agarré de su pechito y la acomodé de nuevo, esta vez sus rodillas en el borde del sofá, su carita pegada al mueble, como olvidar sus ojitos llorosos, su boquita abierta, acariciándole su cabello largo, su espalda, sus hombritos, su cinturita de muñeca, para luego posar mi mirada lasciva en su culito siendo penetrado por mi pichula que se veía descomunal ensartando ese potito blanquito y chiquito.

    Oh si, que rico hoyo le dejé cuando retiré mi verga de su anito, su culito todo rosadito del borde y oscurito al centro, aparté sus nalguitas con mis manos, y la vista era sencillamente espectacular, esa mocosa se había dilatado de una manera deliciosa, era exquisito ver lo que yo había logrado con esa criatura de 5 añitos, y aun así se me hacía increíble que esa pequeña ramera aguantara tanto. Escupí una y otra vez directamente hacia su ano recientemente violado para volver a posicionar la cabeza de mi verga ahí mismo, y entro tan fácil, la niña gemía, lloraba, ayyyy ya no ayyyyyy me lele mi potito, mientras que yo ignoraba como se quejaba esa niña, al contrario me provocaba follarla mas duro, era una mocosa excitante y yo estaba poseído por la lujuria y depravación, prácticamente ya le gritaba a la putita mientras literalmente le rompía el culito con mi verga. AHHHH PUTITAAAAA DIME QUE TE GUSTA… AHHHHH HIJA DE PUTA, TE LA VAS A COMER TODITA. Sus gritos y alaridos eran más fuertes pero ya no me importaba nada, ayyyyyy yaaaaaaa ayyyyyy mamiiiiiiii. Ah que rica culeada le estaba dando a esa niña en pose de perrita al borde del sofá, ya se escuchaba el chapoteo de mis bolas golpeando sus nalguitas. Había logrado meterle por completo mis 17cms en su culito infantil, era increíble, que rico era ver toda mi verga enterrada en ese hoyito ya no más virginal. Y seguía dándole sin piedad a esa zorrita, me monté mas encima de ella, abriendo mis piernas lo mas que pude acomodé mis rodillas también en el borde del mueble, puse mis manos en su nuca y espalda. Ella no tenía forma de moverse a ningun lado, más aun cuando minutos después posé todo el peso de mi cuerpo encima de ella y rodeé su cuerpito con mis brazos aprovechando para pellizcarle sus pezoncitos, y seguía penetrándola con fuerza, yo solo veía su carita de sufrimiento, sus lágrimas, sus cabellos alborotados.

    Así estuve un buen rato, hasta que me incorporé un poco volviendo a posar mis manos en su cinturita cuando oh sorpresa, sentí una sombra en el umbral de la puerta del cuarto: ¡la vieja! Mi verga salió del anito de la niña haciendo un ruido fuerte como destapando un corcho de botella, y me quedé congelado, ese breve momento pareció durar una eternidad, la escena era simplemente increíble: la niña desnudita chillando en pose de perrita y su carita pegada al mueble, yo desnudo de pie como una estatua, sudoroso con la pinga paradísima chorreando bastante sangre y un poco de mierda, la vieja tenía una expresión muy rara en la cara, los ojos a medio abrir y la boca abierta, finalmente reaccioné y poco a poco baje la mirada, ella tenia su falda levantada hasta la cintura y el calzón por las rodillas, metiendo prácticamente toda su mano derecha en su concha peluda. Así es, esa vieja zorra se estaba masturbando viendo a su nietita de 5 añitos siendo violada salvajemente. Yo recuperé el aliento y me sentí en la gloria. Así que ya con mas confianza, empecé a menear mi verga, mostrando orgulloso mi erección, manchándome las manos con sangrecita y mierdita, volví a posicionarme para penetrar a la niña chillona una vez mas, pero justo cuando iba a hacer eso, la vieja se acercó a mi, caminando graciosamente por la dificultad de tener el calzón casi por las pantorrillas, se arrodilló y como una glotona se engulló mi verga como si fuera hace muchísimo tiempo que no se comía una, que rico chupa esta vieja, pensé. Me la estaba limpiando todita, luego de eso, ella agarró las nalgas de su nieta y estrujándoselas, abriéndolas y mostrándome una vez mas ese anito, prácticamente con esa cara de depravada me suplicaba, me rogaba que siguiera cogiendo a su nieta, y así lo hice, AHHHHHHHH UFFFFF, le entró toda mi verga de un solo golpe, y la niña empezó a gritar con mas fuerza, sus gritos posiblemente se escuchaban en toda la casa, su abuela lamía su espaldita baja, por ratos sus muslos, sus nalguitas, y miraba como hipnotizada como le entraba mi tranca en el anito de la mocosa, AHHHH ME VACEO PUTASSSS, al escuchar eso, la vieja agarró mi verga y se la metió en su boca justo en el instante que derramaba mi leche.

    Esa zorra se la tragó toditita, hasta la ultima gotita, y luego me la lamió hasta dejarla muy limpiecita otra vez. Después de esa mañana, los viajes a mi ciudad ya prácticamente no eran necesarios, no quería moverme de ese pueblito los fines de semana, pues la vieja siempre se aparecía con su nietita. Así estuvimos los tres por dos largos y felices meses. Me las cogía a las dos, me encantaba mas follarme a la niña obviamente pero debo confesar que darle verga por la concha a esa vieja degenerada de 45 años delante de su nietita de solo 5 añitos también me satisfacía plenamente.


    Fin

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