El relato erótico "El juego de cartas de Nabiki (de RyoCR)" es un texto de ficción, ni el autor ni la administración de blogSDPA.com apoyan los comportamientos narrados en él.

No sigas leyendo si eres menor de 18 años y/o consideras que la temática tratada pudiera resultar ofensiva.

Luego de la visita de aquel poco agradable hombrecillo barbado, al que todos conocían como el rey de las cartas, la casa de los Tendo poco a poco volvía a su acostumbrada rutina. Ranma, se dirigía apresurado a la escuela, corriendo como siempre por sobre alguna cerca, acompañado de Akane, quien le que recriminaba que era culpa suya que siempre llegaran tarde.

El día avanzaba como cualquier otro. Ranma notó, por casualidad, que Akane, al igual que Ukyo, no estaban en la escuela. Fue a buscar a Nabiki, pero no se encontró más que con Kuno, el cual luego de retarlo a un duelo salió volando por una de las ventanas luego de una certera patada del joven campeón de combate al estilo libre.

Ranma se comenzaba a preocupar por las hermanas Tendo y la gran cocinera de panes tradicionales japoneses, así que decidió volver al dojo para ver si habían vuelto a la casa.

En el camino, Ranma iba pensando que pasaría con las muchachas, y mientras se entretenía con esos pensamientos se encontró con Shampoo, que salía de la tienda de la abuela furtivamente, la cual por primera vez le ignoró y ni le dijo siquiera su acostumbrado “Nihao Ranma”.

La actitud de Shampoo le extraño sobremanera, y al ver la manera de como intentaba escabullirse sin que nadie la siguiera, lo tentó a hacer todo lo contrario, de manera que no perdería de vista a la bella amazona china; además presentía que todo esto estaba relacionado con la desaparición de las demás niñas.

Shampoo se dirigió al bosque que se encontraba en las afueras de la ciudad. Se adentro poco a poco, a todo pedal en su bicicleta. Ranma la seguía de cerca, pero un hábil movimiento de la joven lo desconcertó y le dejó sin pistas. Caminó un poco pero no encontraba nada, solo ruido de un bosque solitario y arrullos del río cercano. De pronto creyó oír una risa familiar, ¡Claro, era la voz de Akane!, Siguió la voz, la que ya se confundía con otras voces conocidas: las de Shampoo, Nabiki y Ukyo. Ranma se acercó todo lo que pudo, acomodándose en unos arbustos, observó que en el claro que se abría en ese lugar se encontraban las niñas perdidas.

Se encontraban sentadas en la verde hierba una frente a otra, formando un circulo. Ranma rodeo un poco más el claro para acercarse y notó que estaban jugando a las cartas.

“Quedaron convidadas de seguir jugando después de la visita del Rey de las Cartas”, pensó el joven.

Parecía que aquella era la primera partida de cartas, Ukyo, una experta, ya se encontraba sin cartas, al igual que la pícara Nabiki, por el contrario Akane y Shampoo, la una con una carta y la otra con dos, continuaban la contienda, Akane tomó una de las cartas de Shampoo, y luego de poner cara de idiota y maldecir, revolvió sus cartas y se las presentó a su enemiga, la cual tomó una, e hizo lo mismo que Akane, pues también tomó la incorrecta, al siguiente turno Akane hizo el par final y Shampoo perdió. La cara de Shampoo no era la más agradable.

_ Una apuesta, es una apuesta. _ Repuso Nabiki con una mirada de las que solo ella saber hacer. _ Es cierto, vamos Shampoo…, todas cumpliremos tarde o temprano_ afirmó Ukyo.

Ranma no entendía que era todo aquello, en eso Shampoo se puso de pie y se desató el delantal y lo colocó en el centro del circulo que formaban, y volvió a sentarse. ¡Estaban jugando sus prendas! Ranma no lo podía creer.

Se quedó allí un rato. Pasaron dos o tres partidas. Y Ranma decidió participar, después de todo era una competencia y él era altamente competitivo.

Salió de entre los arbustos e interrumpió bruscamente el juego.

¿Qué haces aquí?_ Gritó Akane que fue la primera que se percató de la presencia de su prometido. Shampoo y Ukyo no tardaron en lanzársele al cuello prodigándole palabras de afecto. Sin embargo Ranma las apartó, se dirigió hacia Nabiki, la cual seguramente había organizado semejante juego, y le dijo con voz decidida _ ¡Quiero Jugar!_

Nabiki le sorprendió, al igual que a todas las demás, pero sin perder la sonrisa, se limitó a hacer un gesto con la mano y decir: _ Lo siento, pero es solo para mujeres_

A lo que Ranma también sonrió y concluyó: _ No hay problema…_

Saltó a una rama de un árbol y desapareció. Instantes después apareció convertido en Ranma Chan, o sea, en la versión femenina, había ido la río cercano y al refrescarse cambió su forma por la de la atractiva “chica del cabello de fuego”.

_ No hay problema entonces_ Repuso Nabiki. Extrañamente ninguna de sus amigas se quejó, ni siquiera la recatada Akane.

Por fin el juego se reanudó. Pasaron muchas partidas: zapatillas, medias, blusas, faldas todo se iban acumulando y el montoncito de ropa al centro del círculo que crecía rápidamente. Ranma, que en lo de las cartas no era nada diestro, perdía en repetidas ocasiones, pronto quedó con tan solo la camiseta blanca que llevaba bajo su ropa, y los pantaloncillos cortos que usaba de ropa interior. Por otra parte Akane también había perdido varias veces, contaba con mayores prendas que Ranma, conservaba un camisón blanco debajo del cual aún se conservaban sus piezas de ropa intima el sostén y sus bragas. En igual situación se encontraba Shampoo. Ukyo conservaba, además de lo anterior su falda, y Nabiki su falda y blusa.

En el turno siguiente perdió Akane. Todas quedaron atentas, Akane se puso en pie metió sus brazos en el camisón sin levantarlo demasiado y al sacar sus manos traía su sostén. Los senos de la niña habían quedado libres de su encierro de algodón, pero ocultos bajo el camisón. Akane se sentó nuevamente, a su lado Ranma contemplaba la figurilla de los pezones que se sobresalían sobre la prenda, “Se ven más grandes así” pensó Ranma para sus adentros, ya que siempre había creído que los pechos de Akane eran más pequeños, más aún comparándolos con los suyos. Por su parte Akane pensaba: “Son muy pequeños… ¡Qué vergüenza!… Y los de Ranma tan grandes…”.

A continuación Perdió Nabiki quien no tuvo problema para deshacerse de su blusa y dejando a la vista el mismo atuendo que su hermana. Así perdió Ukyo, quien dejó su falda y Shampoo quien repitió la operación de Akane, pero con sus bragas ya que Shampoo no usaba sostén. Ranma hasta ese momento lo notó, pues su atención estaba en su prometida por la que sentía un especial interés que intentaba ignorar sin conseguirlo.

Y a Ranma le llegó su turno, le quedaban esas dos prendas: o era arriba o era abajo. Todas las presentes guardaron silencio como si hubiesen esperado este momento en especial. Ranma se puso de pie tomo su camiseta y de un jalón mostró sus dos hermosamente impresionantes senos alumbrados por el sol de media tarde y coronados con dos rosados y pequeños pezones. Todas sabían, a su pesar, que Ranma contaba con los mejores senos y que quizás sólo Ukyo podía acercársele, pero ahora había echado por tierra las esperanzas de su amiga de la infancia.

Al volver a sentarse con los pechos al descubierto, Akane le sonrió tiernamente y le dijo al oído: _ Son hermosos, Ranma_. Y Ranma no supo que contestarle.

Las siguientes oportunidades Ukyo, Nabiki, Shampoo se disputaban por perder los más rápido posible, para poder mostrar sus atributos; y Ranma y Akane, en su ingenuidad, se alegraban de ganar. Por consiguiente todas, a excepción de Ranma, quedaron en la misma situación: con solo el camisón. La que perdiese en el siguiente turno tendría que desnudarse completamente…

La partida se llevaba con sigilo y con una especie de tensión. Las cartas se pasaban de mano en mano. De repente las cartas de Akane desaparecieron y quedó libre, le siguió Ranma, Shampoo que frunció el ceño en lugar de alegrarse como Ranma y Akane. La pelea entre Nabiki y Ukyo no era a ganar, sino a perder.

“Le mostraré mi hermoso cuerpo a Ranma y seguro se quedará conmigo” soñaba Ukyo.

“Les demostraré que si Ranma tiene los mejores senos, yo poseo el mejor trasero que se puedan imaginar” se vanagloriaba Nabiki en sus pensamientos. La contienda duró unos minutos y termino perdiendo Nabiki, la que con una sonrisa sádica en su rostro se puso en pie y se desnudó.

El cuerpo de señorita Tendo era casi perfecto, dio una vuelta para presumirlo a sus amigas. Tenía toda la razón al pensar que contaba con un esbelto trasero, con sus nalgas carnosas, firmes y caderas bien formadas. Sus pechos no eran tan grandes como los de Ranma o Ukyo pero si eran firmes y de buen tamaño, y sus pezones eran mayores que los de Ranma y de un color mucho más oscuro, bastante apetitosos en general. Su vientre liso, concluía en su parte inferior en una acumulación de bellos castaños cuya cantidad era bastante considerable. Una cintura estrecha y muslos bien torneados terminaban de conformar su cuerpo.

Se sentó nuevamente poniendo el camisón en su regazo tapando su intimidad. Para Nabiki el juego había terminado, al menos el de las cartas, pero no se vistió. Para las demás el juego siguió…

Perdió Ukyo. Al descubrir su cuerpo afloraron dos magníficos senos de un tono rosado y de pezones carnosos y erectos, muy probablemente de pensar en la impresión que Ranma experimentaría al ver su cuerpo. Un vientre liso terminado en una pequeña montañita de bellos café. Una cintura un poco más gruesa que la de Nabiki caderas no tan esbeltas como las de la hermana de Akane y unas bellas piernas, sin embargo aquel espectáculo no conmovieron a Ranma, que no dejaba de pensar en el turno en el que le correspondería a su prometida mostrar sus cualidades.

Se acuclilló Ukyo muy ufana de su cuerpo y repitió lo que Nabiki había hecho para ocultar su intimidad, y al igual que ella permaneció desnuda.

El juego se desarrollaba entre la bella Akane, la chica del cabello de fuego y la amazona de la tribu de mujeres. Durante la partida Ukyo y Nabiki intercambiaban miradas inquisidoras que se deslizaban por la piel ya de la una ya de la otra. Nabiki al finalizar de inspeccionar el cuerpo de Ukyo, deteniéndose por un largo espacio apreciándole los pechos, más grandes que los suyos, miró a los ojos a su amiga, la cual había hecho lo propio… Mientras tanto en el juego Shampoo no tuvo problemas para dejarse ganar.

La hermosa chinita se colocó frente a Ranma y le dijo:

_Mi amor esto es para ti_

palabras que a la vez enojaron y entristecieron a Akane, la que al ver que ante semejante cuerpo no podría competir: La diosa Shampoo había desvelado un cuerpo divino, era una especie de equilibrio entre el cuerpo de Ukyo y el de Nabiki. Unos senos amplios, firmes y hermosos en todos su dimensión, una cintura bastante estrecha, caderas amplias y muy bien torneadas, unos lindos y curiosos bellos púbicos del color de su cabello y piernas de ángel formaban aquella escultura. Aquel cuerpo era un tributo a la belleza.

Shampoo su unió a Nabiki y Ukyo, pero de inmediato se percató que algo tramaban las dos y estaba ansiosa de saber qué era y de participar. Sin embargo al ver la forma como se miraban las dos féminas y como luego con la misma mirada la encontraron a ella, tuvo miedo del nuevo juego que se veía venir. Observó como Nabiki deslizaba una mano entre las piernas.

Mientras Ranma y Akane, se enfrascaban en un juego en el cual ambos deseaban ganar. Ranma quería demostrar que había aprendido bien luego de la venida del rey de las cartas y además quería ver con ahínco el cuerpo desnudo de su contrincante. Por el contrario Akane quería evitar a toda costa mostrar su cuerpo desnudo, para evitar la pena.

Al final y tras el pesar de Akane, Ranma le ganó la partida. Ranma comenzó a celebrar dando gritos de triunfo y brincos al ritmo de los cuales se balanceaban sus senos. En medio de tal celebración y muy apesadumbrada se levanto Akane, Ranma detuvo su jolgorio, los ojos de Akane realmente estaban tristes, nunca hubiera querido que su prometido la viera así: en la situación de poder comparar su cuerpo con el de sus rivales cualquiera de las cuales la superaba en ese aspecto.

Shampoo, Nabiki y Ukyo alzaron la mirada. Akane no quiso torturase más, y más con furia de impotencia que con otra cosa se arrancó el camisón que hasta entonces había sido su escudo.

Nabiki cruelmente hizo el primer comentario: _ ¿No es muy delgado tu cuerpo hermanita? ¿Y esos pequeños pechos? Mira los de Ukyo_ A lo que Ukyo se sonrojó.

_ Es cierto Akane, con un cuerpo así no pretenderás conservar a Ranma por mucho tiempo _ Le clavó otro puñal Shampoo. _ Akane, tendrás que dejar que Ranma decida entre las aquí presentes, y no creo que tengas oportunidad _. Esta vez Ukyo fue la agresora.

Akane no resistió más. Aferró contra su pecho el camisón que aun sostenía, con los ojos llenos de lágrimas y la voz llena de furia y dolor, les gritó: _ ¡No me importa! Repártanselo si quieren. ¡No me importa! _. Y se volvió para salir corriendo, así como estaba, desnuda, hacia el bosque. Ranma que todo este tiempo se hallaba inmóvil frente a ella, le alcanzó a tomar una mano. La atrajo a sí, la abrazó cariñosamente y le dio el beso más delicado y tierno que Akane en toda su vida nunca se imaginó que le pudieran dar. La niña de los Tendo soltó el camisón, abrasó a Ranma en medio de aquel interminable beso, y estrechó sus senos contra los de ella, Akane continuaba derramando lagrimas, pero éstas eran de felicidad, conformaban la escena más hermosa que se puedan imaginar.

Ukyo y Shampoo no le podían creer, Nabiki sonría satisfactoriamente. Las dos adversarias de Akane intentaron ponerse en pie para terminar con el espectáculo, pero la hermana de la misma logro tomarlas a las dos por el brazo y tumbarlas sobre la hierba.

Ukyo y Shampoo totalmente desnudas, tumbadas de espaldas en el césped, Nabiki, también totalmente desnuda y sobre ellas les dijo:

_ No se preocupen, después de todo ese no es el Ranma varón que ustedes quieren, es una mujer, y esta disfrutando algo prohibido de hacer con otra mujer, déjenlos que disfruten y cuando vuelva a ser hombre podrán volverlo a pelear.

Mientras tanto nosotras tres podemos disfrutar aun más que ellas dos _. Ukyo no le hizo falta pensarlo mucho para aceptar, después de todo la mirada de Nabiki le había dicho muchas cosas sin usar palabras, cosas que quería experimentar. Por su parte Shampoo lo meditó un poco y le pareció aceptable la explicación de Nabiki, en cuanto a la proposición del juego aún no se hallaba muy convencida.

_ Juguemos_ dijo Ukyo con una voz firme. _ Esta bien _ dijo más tímidamente Shampoo. Nabiki selló la participación de ambas con un rápido beso en los labios de las dos. Enseguida se puso de pie y le tendió la mano Ukyo la cual con su ayuda su puso en pie también. Shampoo hizo el intentó de erguirse por si sola, pero Nabiki le indicó que permaneciera recostada. A Ukyo le dio unas instrucciones al oído, a las cuales asentía con la cabeza. Luego ambas se volvieron hacia Shampoo, Nabiki le dijo que dejará todo en sus manos y que tan solo, por el momento, disfrutará de lo que iba a pasar.

Ukyo atacó por el costado y Nabiki de frente. La señorita Tendo se hinco frente a la indefensa Shampoo, le separó ligeramente las piernas, la miró al rostro antes de hundir su rostro en el lugar sagrado de la guerrera china, al comenzar lamer Shampoo no pudo evitar asustarse, pero Ukyo, que se encontraba hincada a su derecha le dijo que se relajará, y comenzó a frotarle los pechos y pronto también a lamerlos y mordisquearle los pezones, a lo que Shampoo respondió con un pequeño gemido.

Para entonces Ranma había cedido al peso de Akane y habían caído de espaldas, aun abrazados. Ranma le dio vuelta a la situación y colocó a su prometida debajo de sí, sus senos pendían sobre el cuerpo de la hija menor de los Tendo, se separó un poco para contemplarla: los pequeños senos blancos firmes y sus pezones erectos y rojizos le fascinaban, su vientre de niña, sus caderas bastante amplias, obviamente no como las de Nabiki pero sí bastante acogedoras, sus muslos de proporciones adecuadas, en fin todo aquel cuerpo le gustaba, no hubiera cambiada aquel cuerpo por ninguno de los que ostentaban a las que Akane consideraba sus rivales.

Y en ese momento pronunció las palabras que nunca creyó decir y que la niña siempre quiso oír, la miró a los ojos y le dijo tiernamente:

_ Te amo, Akane, te he querido siempre… _

no le dio tiempo a contestar nada y le dio otro enorme beso. Descendiendo luego por el cuello de la ninfa hasta alcanzar sus senos con los que jugaba ávidamente: los tragaba completos y los regurgitaba, retorcía los pezones con la punta de los dedos los mordisqueaba, y los volvía a tragar. Aquello era suficiente para Akane, ya que se estremeciera de placer como nunca. Tan solo en este breve lapso experimentó al menos dos orgasmos, los que Ranma identificaba fácilmente pues el cuerpo entre sus manos salta como conejo asustado en esos momentos. Para entonces Akane se las había arreglado para quitarle la pantolenetilla a Ranma y dejar al descubierto el pubis y las nalgas de la chica del cabello de fuego. Al virgen sexo de Ranma le engalana uno hermosos bellos rojizos, los que Akane nunca había visto antes.

Nabiki comenzaba a hundir su lengua en la ya muy húmeda vagina de Shampoo, la cual ya se estremecía sin control. Ukyo no se cesaba de masajearle los pechos y succionarle los delicados pezones, mientras que con una mano libre se masturbaba, en eso pensó que Shampoo podía agradecerle y tomó la mano derecha de la amazona y la llevó a su entrepierna. Shampoo, sin necesidad de indicarle nada comenzó a masturbar a Ukyo mientras que con la mano izquierda le acariciaba los senos que flotaban sobre ella.

Ukyo sintió mucho más placer que el que solía brindarse ella sola. Nabiki había detenido su labor por un instante. Sin dejar de perforarse su sexo con su mano izquierda, se lamía los dedos de la mano derecha, cuando estuvieron bien lubricados hundió uno sin piedad en las entrañas de Shampoo, la cual se estremeció y gritó de solo placer y comenzó amoverlas las caderas como si estuviera en medio de una verdadera cópula.

A como avanzaba el coito simulado con Shampoo, Nabiki le hundía mas dedos y los sacaba y metía más rápido. La china parecía desarmarse pero la hermana de Akane continuaba implacable, al final de un solo empujón le hundió la mano completa, Shampoo dobló su espalda, expulsó una gran cantidad de líquidos vaginales y se desmayo en medio de una cadena desenfrenada de orgasmos. Ukyo y Nabiki se enfrascaron entonces en una guerra y la segunda disfrutaba de lo que durante todo el juego de cartas planeó, los hermosos senos de Ukyo.

Ranma se encontraba con la cabeza entre las piernas de Akane desde hacia un rato, y ésta le acariciaba el rojo cabello en medio de los estremecimientos que le producía y los gemidos. De repente Ranma se dirigió a juntar rostro con rostro, y mientras Akane le pellizcaba ambos senos, sensación deliciosamente nueva para Ranma, éste se acomodó de tal manera que su rodilla le rozaba el clítoris a la bella Akane y comenzó a hacer movimientos de penetración con la rodilla y el muslo, como si aun contara con su miembro.

Akane hizo exactamente lo mismo y ambas disfrutaban demasiado del acto que celebraban en medio de quejidos, gemidos y alientos. Pronto ambas piernas se empaparon y ambos cuerpos se cubrieron de una fina película de sudor. En el momento de tocar el cielo, ambas llegaron casi al mismo tiempo, se quedaron quietas disfrutando de la sensación por unos instantes, luego Ranma, que sentía aquello por primeras se desplomó satisfecha en medio de los pechos de Akane. La cual antes de desfallecer de cansancio le dijo con una voz apenas perceptible y que Ranma apenas alcanzó a escuchar:

_ Yo también de amo Ranma, te amo con toda mi alma…_

Nabiki y Ukyo ya llevaban su tiempo haciendo el 69 ahora que Shampoo había caído satisfecha. Y pronto la experta Nabiki había logrado que Ukyo alcanzara el clímax casi de la misma manera que había hecho con Shampoo, no sin antes haber degustado los senos de la bella cocinera, los cuales desde el principio le habían parecido muy apetitosos.

“Algún día saborearé los de Ranma, que son los mejores” pensó al terminar con Ukyo.

De esta manera se hallaba Nabiki de pie victoriosa en medio de cuatro personas totalmente inconscientes. Entonces se dirigió a su maletín del colegió y sacó un frasco pequeño. Suspiro al mirar de cerca el frasquito, el brebaje sólo alcanzaba para dos personas…

Al despertar Shampoo muy avanzada la tarde, se hallaba vestida y lejos de la tienda de su abuela. A donde regresó rápidamente. Cuando la abuela le preguntó que donde había estado toda la tarde no supo responder pues no recordaba nada.

A la mañana siguiente Ranma caminaba a la escuela acompañando de Nabiki:

_ ¿Estas segura que Akane no recuerda nada? _

_Por décima vez, ¡No! yo misma le di el brebaje, y recuerda que te va acostar caro _ Y Nabiki le hacia la seña de dinero con los dedos.

_¡Esperen! _ Gritaba Akane, la que venía retrasada, al alcanzarlos recordó que Nabiki le había asegurado, ayer en la noche, que Ranma no recordaba nada, pues la misma Nabiki le había dado el brebaje antes que se despertarse, y que sólo le costaría unos cuantos Yens mantener el secreto.

Al pasar por Ukyo, ella les comentó que extrañamente no recordaba nada de la tarde de ayer, a lo que Nabiki sonrió muy divertida, mientras los tres le contestaron al unísono que era muy extraño pues ellos tampoco recordaban nada…

Fin

Publicación anteriorLas gemelas y Papá Noel
Publicación siguienteEl Facebook de papá