Para efectos del relato diré que mi nombre es R, pero en realidad eso no importa mucho sino en realidad el de las dos protagonistas de este relato: mis dos primitas menores Priscilla, de 14 años y Roxanna de solamente 12 hermosos añitos.
Empezare con una breve descripción de ellas. Proscilla es una jovencita de tez clara y cabello negro hasta los hombros. Tiene un par de tetas bien grandes para su edad y un culito paradito que ya se quisieran varias de mis vecinas, unas caderas bien formadas. Al verla demuestra fácilmente dos o tres años más de los que tiene. Su hermanita Roxanna, a sus 12 años, tiene un bello rostro de ojos claro y cabello rubio oscuro. Sus pechitos son pequeños, pero ya formaditos y con pezones, y su culito es redondo y bien parado, aunque no tanto como el de su hermana mayor.
Yo tengo 26 años y soy un tipo alto, de cuerpo musculosos producto del gimnasio y el fútbol, de cabello largo y negro y 180 de estatura. Un día de enero me encontraba listo para irme de vacaciones por unos días, ya que mis padres habían salido de viaje al sur, cuando suena el teléfono. Mi tía Patty, que me dice que ha enviado a sus dos chicas para que pasen unos días con sus tíos en la capital. Yo no le quise decir que mis padres no estaban para no arruinarles el viaje, aunque me disgustaba un poco la idea, porque estropeaba mis planes y además yo las recordaba como un par de mocosas revoltosas y bobas.
Por la tarde sonó el timbre y grata fue mi sorpresa cuando abrí la puerta: Priscilla, con una amable sonrisa me recibió. Vestía una especie de peto rosado, bien escotado, que hacía resaltar sus bien desarrolladas tetas. Lucía unos ajustadísimos jeans azules, que daban a su entrepierna un toque mágico. A su lado, su hermanita no lo hacía nada mal. Vestía un vestido hasta más arriba de la rodilla, con un vuelo y ajustado en la cintura, que con su cabello suelto le daban un aire angelical:
-Hola primo, dijeron ambas, y Priscilla se colgó de mis hombros para darme un beso.
Cuando cerré la puerta quedé paralizado con el espectáculo que vi: Priscilla de espaldas era divina. hacía tiempo que no veía un culito tan espectacular, redondito y paradito, y muy bien formado. No pude evitar una natural erección al ver tan espectacular trasero. Ellas estuvieron bastante rato platicando y ya cerca de la noche fueron a cambiarse ropa. Priscilla se sacó los jeans y se puso un short, también ajustadísimo, que hacía que su culito se viera casi como un cerro.
-¿Como me veo?- preguntó con una sonrisa pícara.
-Bien-, respondí, sin explicarme como se puede llegara ser tan rica a tan corta edad. Roxanna se había puesto una polera larga, que le llegaba hasta las rodillas y se había amarrado el pelo. Estuvimos viendo televisión durante un rato, hasta que Priscilla le hizo una seña a Roxanna y esta, a regañadientes, se fue a acostar. Luego Priscilla comenzó a cambiar el televisor. De repente encontró una película bastante fuerte. Un hombre le introducía su enorme pene a una mujer, montada sobre él. Le dije que la cambiara, porque era muy chica para ver esas cosas pero ella se negó y comenzó a interrogarme:
-Es que nunca has visto una primo?
-Yo sí pero tú no-, respondí intentando que cambiara el canal. Ella no me hizo caso y esbozó una sonrisa picarona.
-Veámosla juntos. Primo. Quiero aprender, Ok
No me pareció que fuera lo más correcto, pero antes de que pudiera comenzar a decir nada ella empezó con las preguntas.
-¿Tu la tienes igual que ellos?- Preguntó haciendo alusión a uno de los enormes penes de la película
-Eh, no sé respondí... Más o menos... Pensé que llegaría hasta ahí, pero estaba muy equivocado....
-Yo nunca he visto una en vivo y en directo...Puedes mostrame la tuya primito- Yo me negué rotundamente, pero ella insistió una y otra vez. Finalmente accedí, pero rogándole que fuera un secreto
-No te preocupes primito, nadie lo sabrá.- Enseguida bajé mis pantalones y ella ayudó a a bajar mis boxer dejando afuera mi poderoso miembro. Debo confesar que en realidad soy bastante bien dotado, con 20 cms de largo y bastantes de grueso.
-Qué grande exclamó ella. Puedo hacer lo de la película?- En la tele una voluptuosa rubia mamaba el miembro de un tipo con gran avidez. Yo me volví a negar. Pero ante sus ruegos no tuve otra que aceptar. Bastó que ella le pasara sus manitos por encima para que empezara a crecer y a los pocos segundos ya había crecido un poco. Pero ella decidió ayudar más: Tal vez así esté mejor, dijo, y rápidamente se despojó de su peto y sus jeans quedando sólo en ropa interior. Luego, de un zarpazo retiró su sujetador dejando al aire sus enormes tetas, y luego bajó su calzoncito, para dejar al aire libre su hermoso chochito vírgen, que para mi sorpresa, ya estaba peludito, lo que para su corta edad ya era una hazaña.
Tamaño espectáculo había dejado mi verga en completa erección. Ella le clavó la vista al enorme miembro y lo tomó con su mano: Ahora sí está mejor... dijo y comenzó la mamada. Al principio un poco desordenadamente, pero luego comenzó a bajar de la cabeza al tronco aunque sólo la mitad cabía en su pequeña boca. Comenzó a acariciarme las bolas y yo sentía una excitación a mil por hora. Tras varios minutos, en la que yo disfrutaba de la mejor mamada en varios meses ella se separó y me dijo: Vamos primito, como en la tele...
Un hombre penetraba brutalmente a una mujer, montada sobre él
Yo no sabía bien cómo actuar.... No creo que sea conveniente pensé.. Vamos primito, soy virgen y quiero que el primero seas tú... No te animas? Ella se acercó a mí y comenzó a besarme en la boca y a abrazarme. Lentamente se puso delante de mí y comenzó a adquirir la posición de la mujer en la película. Se sentó arriba de mi verga. con sus manos acomodó la cabeza dentro de la entrada de su vagina virgen. Yo estaba a mil por hora
Te dolerá un poco al principio le dije, tratando de no asustarla, por el enorme tamaño de mi capullo...
No importa primito, culéame ya.. Soy tuya... Pasé mi brazo por su espalda, tomandola de la cintura y me acomodé un poco. Le mamé un poco sus exquisitos pezones que estaban parados y duros justo en frente de mi lengua... En medio de las lamidas di un empujón y le introduje la mitad de mi pene... Ella arqueó la espalda y gritó destemplada ¡Ahhhhhhhhhhhhhhhh! Un chorro de sangre rodó por sus piernas constatando la perdida de su virginidad. Yo me quedé quieto un momento para que se acomodara un poco y con otro empujón se lo mandé todo, hasta las bolas. Ella dio otro grito desgarrado mientras yo me aferraba a su cintura... ¡ahhhh, me duele sacamelaaaaaaa!
Pero ya era tarde. Comencé con el bombeo sujetándola con ambas manos de su cintura. Sus gritos de dolor se convirtieron lentamente en aullidos de placer... ¡dámela, dámela todddaaa quierooo máaaaaas!!!!!!!!!!! Fue ella quien empezó a subir y bajar sobre el enorme cipote que invadía su virgen agujerito. Sentir como mis 20 cms de carne penetraban cada vez más profundo en su estrecho conducto me excitaba cada vez más, estaba casi a reventar... Luego ella se bajó y abrió sus piernas, dejando toda su peludita conchita a mi entera disposición. Los hilillos de sangre de la desfloración aún se notaban en sus bordes. Embestí con renovado brío en su conchita, agarrándola de la cintura, con ella de espaldas y a patas abiertas.
El ir y venir era dinámico y cuando estaba ya apunto de venirme me separé de nuevo, tenía que cumplir mi deseo... Qué pasa? me preguntó
Nada sólo que quiero darte por atrás. Quiero que ese culito sea mío...
No por atrás no, me dijo ella. Me dolerá mucho, también soy virgen por ahí y tú la tienes muy grande...
¡vamos, si te duele mucho te la saco! Exclamé ansioso de poseer ese preciado tesoro. Tras unos besos de mi parte ella accedió. Le dije que se pusiera en cuatro patas, a lo perrito. Ella accedió y paró bien su culito... Yo me puse un poco de saliva para lubricar un poquito su entrada y la cabeza de mi verga, que estaba igual de parada y de gruesa... la tomé de la cintura y puse el glande a la entrada de su cuevita mágica... La besé en el cuello y le acaricié un poco las tetas...en medio de este movimiento embestí con fuerza y la atravesé con mi daga...la mitad de ella se depositó en el interior de su culito....
Su grito esta vez fue más desgarrado aún: ¡aHHHHHHHh, me rompes, sácamelo, por favor, me duele! Ya no se podía claro. La tomé de la cintura y la empujé hacia mi cuerpo. De un envío le mandé todo mi vástago hirviente en el interior de su deliciosa gruta trasera. En medio de sus gemidos comencé el frenesí... Entra y sale, una y otra vez sobre su apretadito y estrecho agujerito posterior.... Ante tamaña enculada, ella no daba más de placer y me gritaba como loco que siguiera.... Yo continué por varios minutos más disfrutando de ese sabroso culito paradito y adolescente cuando de repente no pude más arqueé la espalda y me vine. Seis chorros de abundante semen se depositaron en el interior de las entrañas de Priscilla. Ella se levantó rápido y acercó su cara a mi verga para las últimas descargas, que cayeron en su boca y su cara y que ella disfrutó con avidez.....
- Me encanta tu lechita, primito..... Yo ni siquiera podía sacar la voz de lo excitado que estaba... Eres un toro, primito, me dijo cuando terminó de exprimir la leche de mi miembro... Entonces fue cuando sentí un ruido cerca de la puerta de la habitación.. Ella se paró y no lo sintió...pero yo sí me percaté: su hermanita Roxanna nos había estado observando todo el rato y cuando notó que la vi corrió hacia su habitación.... Priscillita se paró con naturalidad, mientras yo aún me reponía con mi miembro algo fláccido
Me siento otra, más abierta, exclamó mientras recogía su ropa y observar su cuerpo desnudo era casi el mismo paraíso. Se despidió con un apasionado beso en mi boca, agradeciéndome por haberla hecho mujer....
Continuará









