Con doble sabor, Parte 3 (de Cazzique)

ATENCIÓN

El siguiente relato erótico es un texto de ficción, ni el autor ni la administración de BlogSDPA.com apoyan los comportamientos narrados en él.

No sigas leyendo si eres menor de 18 años y/o consideras que la temática tratada pudiera resultar ofensiva.

Esta publicación forma parte de la serie: Con doble sabor
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(3)

Con sus catorce años la pequeña Elizabeth era hermosa, ahora además de sus padres el pequeño secreto era compartido por su hermana de dieciséis años Daniela, Dani, como le decían en la casa para diferenciarla de mamá. 

Desde que Dani vio a su madre y a Elizabeth teniendo relaciones había transcurrido un mes, esa tarde Dani se encontraba sola en la casa cuando escuchó que la puerta de la calle se abría, imaginó que sería su madre o su hermana pero poco después escuchó unos pasos más bien pesados subiendo la escalera y supo que era su padre, salió de su cuarto y fue directo a recibirlo.

Al ver a la pequeña adolescente salir a su encuentro Alonso se alegró, la hermosa Dani venía solo vestida con una playera larga y debajo una panty de color blanco, extendió los brazos para recibirla mientras depositaba en sus labios un caliente beso. Las manos de su padre buscaron las hermosas nalgas y acarició los cachetes ansiosamente.

– Tenemos poco tiempo antes de que lleguen tu madre y tu hermana... ¿Quieres?

– Sabes que siempre estoy para ti, papá. – dijo la adolescente sensualmente.

– ¡Mmm! Que rico tu cuerpo hija... ¡Me encanta!

– Lo sé papá... y eso es lo más rico de todo...

Sin decir más palabras las manos se introdujeron bajo la panty buscando la tersa piel de las nalgas de su hija, ella se colgó de su cuello e introdujo más su lengua en la boca de él; Alonso cargó a la joven en sus brazos y la llevó hasta la recámara de ella, la tendió suavemente en la cama y luego comenzó a quitarle la playera, su blanca piel fue quedando al desnudo y pronto sus hermosos, firmes y redondos senos se mostraron eróticos y sus erectos pezones apuntaron desafiantes, su padre se agachó hasta poner su boca sobre uno de estos y lo mamó frenéticamente mientras que sus grandes manos amasaban toda la teta; Dani fue quitándole el saco y luego la camisa, después el se puso de pie y termino de desnudarse: Dani recostada en la cama ahora solo con la panty blanca se veía ingenua y deliciosa, sus ojos azules no dejaban de mirar la potente erección de su padre. Alonso se hincó en el suelo y con sus manos jaló la última prenda que cubría el cuerpo delgado de su hijita, la leve pelambrera de color rubio apenas perceptible se dibujo en lo alto de su vagina, su padre se inclinó y comenzó a mamársela; la lengua recorrió los labios y buscó al poco el clítoris que sobresalía en la parte alta, la espalda de la chiquilla se arqueó mientras soltaba el primer gemido. Alonso mamó y lamió hasta conseguir que la hermosa jovencita se viniera estrepitosamente y tragó todo el jugo que salió de la conchita.

Inmediatamente después se incorporó y extendió sus manos para tomar las de la niña, la jaló y la cargó, luego poniéndola de pie en la cama la hizo montarse sobre su cuerpo y así parado el y ella con las piernas alrededor de su cintura comenzaron a besarse y acariciarse. Con expertos movimientos de cadera la gruesa daga de su padre buscó el orificio vaginal de Dani y el glande se acurrucó entre los gruesos labios. La humedad permitió que la penetración fuera sencilla, el grosor de la verga era bastante pero Dani ya la conocía desde muy chiquilla, se fue tragando cada palmo del tronco poco a poco y cuando la tuvo completamente enterrada las manos de él se posaron en las abiertas nalgas, comenzó a subirla y bajarla a ritmo más o menos acelerado, los chasquidos y gemidos se confundieron en uno, el cuerpecito de la jovencita se contorsionaba haciendo que la panocha apretara todavía más el grueso instrumento de su padre, el cabello largo y rubio de la hermosa pequeñita se movía de un lado para el otro y pronto comenzó con su segundo orgasmo de esa sesión, la panocha se apretó lo más fuertemente posible y Alonso sintió como lo exprimía, sus bolas se inflamaron y con gran fuerza salió el primer disparó de semen dentro de la rica vagina de su hija, a esté siguieron otros más, ambos se besaron, conocedores de su deleite y se movieron hasta que por fin la erección se perdió y la flácida verga se salió del caliente y ahora chorreante túnel de Dani. Más tarde llegaron Daniela y Elizabeth que venían de hacer algunas compras, se sentaron a cenar y se enzarzaron en una agradable platica que se prolongó durante un par de horas, cosas de familia. La mañana siguiente era sábado así que no había prisas por acostarse.

Serían como las once de la noche cuando se soltó en el exterior una fuerte tormenta, resplandecientes relámpagos iluminaban las ventanas y a los pocos minutos la luz se corto, permanecieron platicando otro rato más pero el cansancio los fue venciendo y decidieron retirarse a dormir. Elizabeth metió a su cuarto y se desnudó, se puso una panty y una pijama delgada de franela, se acostó y apenas comenzaba a quedarse dormida cuando escuchó unos ligeros toquidos en la puerta, se puso de pie y abrió.

– Espero que no te haya despertado. – dijo Dani que estaba ahí parada.

– No... ¿Qué pasa?

– ¡Bueno, la verdad es que me dan miedo los rayos!

– Pero si no es la primera vez que esto pasa... – contestó Elizabeth.

– Sí, pero esta vez están muy fuertes y no me dejan dormir... ¿Puedo quedarme contigo?

– Supongo que no hay problema, ¡vamos pasa!

Elizabeth se dirigió a su cama y Dani cerró la puerta de tras de ella asegurándose de poner el seguro. Se encaminó hasta la cama de su hermana y se acomodó a su lado, sintió el cálido cuerpo y pasó una de sus manos por su cintura. Elizabeth no le prestó mucha atención y se dejó abrazar, se acurrucó un poco y pudo sentir como el pecho de su hermana se pegaba a su espalda, no hubo más ruido que el de los rayos afuera de la casa.

Los relámpagos iluminaban la habitación dibujando repentinas sombras y a cada ocasión Dani se apretaba más contra su hermanita, pronto la pequeña Elizabeth sintió que la respiración agitada de su hermana se extendía por su nuca, al poco sintió que los labios de su hermana rozaban su cuello y una oleada de excitación la hizo su presa. Su corazón se aceleró y la presión en su cuerpo aumentó, sintió como su pene se comenzaba a endurecer a pesar de los esfuerzos que hacía para pensar en otra cosa. Muy pronto en la entrepierna de su pijama se dibujó la potente protuberancia y como para que Dani no se diera cuenta de esto se recostó boca abajo y fingió que dormía profundamente.

Entonces Dani se acomodó de tal forma que su pierna las subió a las de su hermana menor y siguió abrazando a la pequeña, con la mano que estaba debajo de su cuerpo busco su entrepierna y comenzó a sobar por encima de la panty su vulva. Elizabeth percibía cada movimiento de su hermana y estaba respirando agitadamente pero seguía fingiendo que dormía, los roces de Dani seguían y pronto los gemidos leves que escapaban de su boca ahogaron los potentes tronidos de los relámpagos. El siguiente pasó de Dani fue bajar un poco sus bragas y frotar directamente su vagina, un dedo se hundía ahora en su conchita y el característico olor a sexo fluyó por las sabanas y con la mano que abrazaba a la pequeña Elizabeth comenzó a recorrer el cuerpo de está, buscó las nalgas de su hermanita y las acarició, pudo sentir que traía puesta la panty y entonces subió un poco buscando la parte baja de la camisa, la encontró y siguió subiendo pero en esta ocasión por debajo de la tela, sintió la suave piel y siguió subiendo, notó entonces la agitada respiración y sin más se apoderó de uno de los senos de la pequeña, lo estrujó delicadamente y luego se dedicó a pellizcar con delicadeza el pezón.

La pequeña Elizabeth no pudo más y girándose dejó que su hermana continuara con sus exploraciones. Entonces Dani sabedora de su triunfo la volteó más y la beso en los labios y con un poco de resistencia su hermana respondió regalándole su lengua, la mano de Dani comenzó entonces a buscar la entrepierna y cuando se iba a acercar lo suficiente Elizabeth se separó y se puso en pie.

– ¿Qué pasa? ¿Creí que te estaba gustando?

– ¡Este yo! Bueno... yo... no, esto no esta bien...

– ¡Claro que está bien!... te estaba gustando y eso es lo que cuenta...

– No, esto no puede ser...

– ¿Por qué?

– Por que no, eso no esta bien...

– ¿Quién lo dice? – atacó de nuevo Dani.

– Pues, pues... Yo.

– ¿Así...? ¿Y entonces que es eso?

Dani le apuntó con la mano a la entrepierna y Elizabeth bajó lentamente la cabeza, vio como su pene formaba un abultado promontorio en la parte frontal de la pijama, la luz era muy leve pero las siluetas se dibujaban perfectamente, la pequeña hermafrodita volvió a levantar la cara para decir algo pero antes de que su boca se abriera sintió unas manos bajando su pantalón; se quedó paralizada y solo sintió que la boca de su hermana se apoderaba de la dura tranca, Dani se la comenzó a mamar deliciosamente, se la metió por completo en la boca y la lamió con satisfacción, dedicó grandes chupadas al glande y al tronco, por más esfuerzos que la pequeña Elizabeth hizo no logró que la excitación cediera.

Las manos de su hermana buscaron entonces las pequeñas tetas por debajo de la tela de la pijama y al encontrarlas las estrujó dulcemente, lo pezones erectos se escurrieron entre sus dedos y con ellos mismos los apretó, Elizabeth sintió entonces un fuerte espasmo y comenzó a soltar su carga de leche; su hermana se sorprendió al primer disparo pero hizo un esfuerzo y comenzó a tragar todo el líquido que salía del pene de su hermana, así le había enseñado su padre, no tenía que desperdiciar gota alguna de ese delicioso manjar.

Fue entonces Elizabeth quien tomó la iniciativa e hizo que Dani se pusiera de pie frente a ella, era más alta pero la rodeo con sus brazos por el cuello y le entregó su boca, ambas hermanas comenzaron a besarse casi con desesperación, las mano de Dani buscaron los botones de la camisa y comenzó a quitársela, por su parte la hermosa hermafrodita bajó la panty de su hermana y pudo sentir en su mano la vulva ardiente de su hermana, la acarició de arriba hacía a bajo recorriendo los labios y restregando con la palma el clítoris, luego de esto con ambas manos buscó las nalgas de su hermana, las acarició y luego se las abrió buscando con uno de sus dedos el ano, introdujo la puntita y jugó unos instantes, luego se separaron y cada una terminó de quitarse las prendas que le quedaban. Las dos hermanitas completamente desnudas se buscaron de nuevo y se volvieron a besar, esta vez sus manos recorrieron sus cuerpos sin ningún estorbo; Elizabeth recostó a Dani en la cama y se montó sobre ella, beso sus labios y bajó hasta su cuello, mamó los generosos pechos y los erectos pezones y continuó bajando hasta llegar a su plano estomago, jugó unos instantes con el ombligo de su hermana y luego descendió hasta llegar a la vulva, se apoderó del clítoris y entre su lengua y labios pronto hicieron que Dani estallara en un estupendo orgasmo que sus gemidos no permitieron ocultar, sus caderas se movían circularmente y sus manos estaban en la cabellera rubia de Elizabeth. Las manos de la pequeña estaban bajo las nalgas de su hermana, acariciaba y estrujaba los dos cachetes con sumo ardor.

Después de que Dani se vino la verga de Elizabeth ya estaba en su punto de nueva cuenta, se encaramó sobre su hermana y apuntó su daga al centro de su sexo, empujó con sus caderas y la punta se fue perdiendo en la intimidad ardiente, la pequeña sentía como las paredes vaginales de su hermana la apretaban con fuerza y continuó empujando más y más hasta retacar todo su instrumento completamente, las hermosas nalgas comenzaron a subir y bajar al ritmo de las embestidas en la rica concha de su hermana, los gemidos y suspiros de ambas se entremezclaron; las manos de Dani buscaron la espalda y comenzó a acariciarla, luego bajó hasta las nalgas y acarició varios minutos, siguió el sendero que separa los cachetes y se encontró con el ano en el cual metió un dedo y lo estuvo metiendo y sacando unos minutos. Luego con la otra mano buscó la vagina de Elizabeth y comenzó a jugar con los labios, y luego metió un poco el dedo jugando con las paredes interiores.

Dani volvió a venirse esta vez más intensamente, su hermana siguió moviéndose sin esperar a que terminara y luego cuando Dani dejó de mover las caderas se detuvo. Elizabeth entonces se salió de la vagina de su hermana y sujetó sus piernas, hizo que se las llevara hasta poner las rodillas sobre el pecho y le pidió que se las sujetara. Ante ella se mostró la vagina completamente abierta y el ano, los líquidos escurrían por toda esa parte. El glande de Elizabeth se colocó a la entrada del ano de la adolescente y empujó.

– Espera... por ahí nunca lo he hecho...

– ¿Cómo?

– Si... ¡nunca me han cogido por el culo!

– No te preocupes, veras que te gusta.

El ojete se abrió un poco ante el empuje del glande y permitió que esté se fuera abriendo paso lentamente, Dani gimió pues le dolió un poco pero continuó aguantando, su hermana siguió empujando con fuerza y lenta pero eficazmente la daga se fue perdiendo dentro de ese estrecho y cálido túnel, la hermana mayor aguantó con estoicismo pues en verdad sentía que la partían pero deseaba experimentar algo nuevo y su hermana se lo estaba proporcionando; por fin el plano vientre chocó contra las nalgas y esperó un par de minutos, sólo se movía en forma circular tratando de sentir hasta los últimos rincones escondidos de su hermana, Dani por su parte sentía como esa gruesa daga la perforaba y abría a su máximo, pero el dolor cesaba y se comenzaba a sentir una sensación muy difícil de describir con simples palabras, a la vez dolorosa y agradable.

Con lentitud las caderas comenzaron a retroceder dejando ver como el palo iba saliendo de la pequeña oquedad, siguió saliendo y casi cuando estaba por salir el glande se la volvió a enterrar, a cada embestida los gemidos se intensificaban al igual que la velocidad, poco a poco Dani experimentó el gozo del sexo anal y supo disfrutarlo a plenitud, su hermana seguía moviéndose rítmicamente en su interior y ahora ambas se besaron, un nuevo orgasmo estaba cerca y Dani se lo anunció a su hermanita, entonces aumentó el ritmo, era ya casi frenético y ambas comenzaron a experimentar deliciosos espasmos, el interior del ano se llenó con la leche de Elizabeth que salía disparada con gran fuerza, la vagina y el ano de Dani se contrajeron y con fuerza apretó el palo, lo exprimió hasta la última gota, las dos hermanas quedaron tendidas en la cama una sobre la otra, así se estuvieron besando y acariciando por largo tiempo hasta que por fin se quedaron profundamente dormidas. La tormenta hacia rato que había desaparecido.


Continuará

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