Yo me abroché el vestido y fui a la ventana que da de mi cuarto al patio y ahí estaba má tendiendo ropa en los alambres que había en el patio. Le pregunté desde allí arriba que si ya estaba por terminar y me contestó que ya casi, que sólo le faltaba tender la ropa. Cuando me iba a ir a buscar a Chuy para seguirle, mamá me empezó a preguntar cosas de la escuela y de mis amigas y me tuve que quedar platicando con ella. A los 3 minutos sentía que alguien me levantaba el vestido y me tocaba la cola y la vagina. Era Chuy que sentado en el banco de mi peinador estaba masturbándose y tocándome al mismo tiempo. Yo seguí platicando con mami y voltié a ver a Chuy diciéndole bajito que me cogiera, pero despacio para que no nos oyera mami, pero mas que nada para que no me doliera. Entonces él arrimó el banco y me sentó en su verga y me la empezó a meter mucho. Me agarraba de la cintura y me movía bastante arriba de él, pero como má ni me volteaba a mirar para arriba cuando me decía algo, pues no se daba cuanta como brincaba yo por los levantones que me daba su novio cuando me arrempujaba la vergota en la puchis. Yo nomas me mordía la boca de lo rico que sentía el a****lote del Chuy bien metido en mi vagina y con lo fuerte que me la metía y me la sacaba, pero delicioso que estaba sintiendo. Mami y yo platicábamos como si nada, bueno ella platicaba más, porque yo sólo entrecerraba los ojos por las cogidotas que me daba Chuy, aunque de repente le respondía sí o no, pero de ahí no pasaba. Cuando me quedaba callada me volteaba a ver y me decía: HEE!!, como si estuviera esperando mi respuesta a algo que me preguntaba y yo respondía:
CÓMO, MAMI? NO TE ESCUCHÉ, y ella me volvía a preguntar lo mismo a lo que yo no había prestado atención por estar concentrada en las cogidonas que me daba su novio. Cuando vi que mamá estaba por terminar, le dije que horita venía, que iba al baño y me alejé de la ventana. Sólo me eché más de nalgas para atrás para quedar completamente subida sobre Chuy y sobre su vergota. Le dije que se apurara que mami ya iba a terminar de lavar y me agarró de la cintura usándome prácticamente de masturbador portátil. Me dio una santa cogida que todavía me pregunto como no me hizo daño en la vaginita tan pequeña que tenía en comparación con su tosco miembro. Pues es que me levantaba bastante y me jalaba para abajo enterrándome la verga hasta que topaba y de vuelta para arriba y de nuevo para abajo.
Lo sentí clarito cuando se tensó y empezó a bufar bien recio, hasta le tuve que decir que no hiciera tantos ruidos porque estábamos muy cercas de la ventana y mamá estaba ahí junto y lo iba a oír, luego se vino como loco dentro de mí, todavía me agarró de la panza y me movía en círculos con la verga bien metida en mí hasta que echó todo en mis adentros. Poco a poco sentí que disminuía la presión de su chile en mis interiores y me la sacaba bien chorreante de leche. Me bajó de sus encimas y me volteó y nos besamos fuerte, como agradeciéndome que por fin me había dejado coger de nuevo. No eran tan seguidos los contactos sexuales que tenía con él porque mamá me cuidaba mucho, pero aprovechábamos las oportunidades que se presentaban. El sexo con mi padrastro Chuy no se daba muy seguido pues teníamos que buscar la manera de estar a solas y vigilábamos a mami cuando se descuidaba o se salía de la casa. Pero a veces ella no se descuidaba o me llevaba con ella, no era mensa y me cuidaba mucho pues un novio anterior era medio largo y siempre me estaba mirando malsanamente, como que quería darme unas arrimadas. Yo no era ninguna belleza a mis 9 o 10 años, pero de cara si era muy guapilla y estaba alta para mi edad, aunque flaca, así que sí llamaba la atención de los viejos sátiros de la colonia y a algunos muchachos grandes, y a ese exnovio de má se le notaba que me traía muchas ganas, por eso ella era tan desconfiada a veces. Pero él no estaba tan chulo como Chuy, era gordito y medio pelón, además de la edad de mami, unos 30 y tantos, y Chuy no estaba tan grande, tenía 25 años apenas y mucho más buenote.
A Mario le vi la verga una sola vez que entró a orinar al baño y dejó la puerta entre abierta adrede para enseñármela, la recuerdo algo corta pero gruesa porque la traía bien parada y se la jalaba sin voltear a mirarme pero sabiendo que yo estaba en la puerta viéndole como bruta el chile. Se le veía bien roja e irritada y él estaba con los pantalones hasta las rodillas agarrándose con la otra mano los huevos. Pues sí me llamó la atención, porque ya había visto tres vergas de unos idiotas de la escuela que una vez que estaba con mis amigas en el patio en hora del recreo que llegaron y se sacaron los chiles para asustarnos y nos fuimos corriendo, pero eso sí, mirándoles las cosas a cada uno y luego comentábamos cual de los tres la tenía más grande.
El de en medio en estatura era el que tenía un pito más largo y grueso a pesar de que había uno de ellos mucho más alto, pero ese la tenía normalilla. Pero Mario estaba mas vergudo que el muchachito enseñón de la escuela, pues sí, tenia una verga de adulto, verdad? Así que ahí está la mensa de Carolina comiéndose con los ojos ese gordo asunto que no pensaba que existieran así de grandes. Si no es porque mami se peleó con él y lo corrió de la casa, de seguro que él hubiera acabado haciéndome que se la mamara, ni creo que hubiera batallado mucho para convencerme. Yo tenía poco más de 9 años en ese entonces pero sí era muy fisgas, me gustaban mucho los muchachos más grandes y tenía mucho interés en sus vergas, en sus bultos. Era muy boba y siempre me fijaba en las braguetas de ellos para calcular por medio del bulto cómo la tendrían. Bueno no era la única ya que con las que me juntaba en ese entonces también eran así, les mirábamos allí y luego andábamos comentándonos cuál era el mejor bultote que habíamos visto durante el día.
A veces hasta íbamos a checar el bulto de algún muchacho o señor que una de nosotras aseguraba que se le veía demasiado, éramos bien babosas. Una vez una de mis amigas dijo que se había subido a un micro bus con su mamá para ir al centro y que iba bien lleno así que se quedaron hasta mero adelante de pié a un lado del chofer. Nos dijo que volteó a verle allí al chofer y que lo tenia bien imponente, como si trajera una toronja ahí adentro del pantalón. Que cada que metía cloch para los cambios se le movía bastante, pero rico. Pues ahí vamos a esperar ese micro a la parada. Pasaron como diez y nada, hasta que llegó y ella lo reconoció. Nos hicimos a un lado para que subiera toda la gente y nos montamos al camión, le pagamos al chofer y nos quedamos allí cercas de él, riéndonos de nervios. Poco a poco fui bajando la mirada y sí era cierto, se le notaba pero bastante el bultote, pero bien grande, mi amiguita se había quedado corta. Nos pelamos los ojos las tres idiotas y nos reímos mucho.
Él nos dijo que le pasáramos para atrás, que allá había lugar, pero Mayra una de mis amigas le dijo que nos gustaba ver cómo se conducían esos camiones tan padres y según él se puso a explicarnos como se metían los cambios, que la primera que la segunda que la tercera, nosotros ni en cuenta!! pues íbamos a su lado comiéndole con los ojos la vergota que se le notaba perfectamente. Era un señor como mamá, a la mejor más grande, pero que tenía un bultote bien riquísimo. Hasta una de mis amigas se puso en cuclillas según ella para ver bien como metía el cloch, pero lo que iba era viéndole de cerca el a****lote que se le distinguía morrocotudo, bien lanzada la huey!!!
La otra, Paty y yo nos íbamos secreteando y nos decíamos lo grande que la debía de tener y lo que nos gustaría vérsela de fuera. Ella me preguntaba si se la chuparía y yo, sin quitarle los ojos al tambache le decía que quién sabe, y me comentaba que ella sí se la mamaba toda, que de seguro la tenía enorme por como se le veía bien requete rica. Apenas teníamos 9 años y ya éramos bien fisgonas y calientes. Cuando la que estaba agachada se cansaba la otra la sustituía y se ponía en cuclillas junto al chofer, como si fuéramos checando como metía el pedal, pero haciendo bizcos con semejante espectáculo, hay qué pena!!!. Él quien sabe si se daría cuanta porque nos dimos toda la vuelta completa hasta que llegamos a la parada de la colonia, donde nos habíamos subido mas de una hora antes.
Todo el paseo nos lo echamos a su lado contemplándole el pitote gigante que tenía y ninguna se atrevió a tocárselo, pero ganas no nos faltaron, se le veía delicioso de grande. Nos retábamos en secreto a manoseárselo, hasta la que decía YO MERA la tapábamos con nuestros cuerpos para que los pasajeros no la fueran a ver, pero ninguna se atrevió. El señor iba muy despreocupado pensando que sólo íbamos interesadas en como manejaba el camioncito pero para nada!!, las tres íbamos bien interesadas en la toronja que se le notaba bien buenota. Cuando conocí a Chuy, cuando mamá me llevó a cenar con ellos una vez, pues claro es que lo primero que le voltié a mirar después de la cara fue la bragueta que se le veía deliciosamente abultada, pero dilatada en serio!!! Y luego cuando se vino a vivir con nosotros no iba a desaprovechar el verle cuando se podía la verga guardada, no? Él debe haber notado mis curiosas miradas, yo nunca pensaba en si se fijaba o no se fijaba que yo le veía la verga en todo momento y eso de seguro lo animó a empezar conmigo aquella mañana que se fue en pura toalla a la cocina a tomarse un jugo mientras yo desayunaba, digo lógico, no?? Por esos días antes de conocer a Chuy había en mi barrio una niña más chica, de unos 7 años que ni me juntaba con ella por lo mismo, pero una vez su papá estaba lavando su coche en la banqueta y andaba en pantalones cortitos y muy apretados. Era más joven que mami, no sé bien de unos 28 años, güero y alto. Cuando pasé por la casa de ellos lo vi y se le veía bien rico el chile marcadito en la tela del chort claramente.
Así que me paré a platicar con su hija que jugaba en un triciclo ahí mismo junto al carro. Me valió que mis amigas me estuvieran esperando a que llegara a casa de una de ellas y allí me quedé. A los 15 minutos ellas, las dos, llegaron a buscarme y me empezaron a reclamarme que no fui con ellas que me esperaban durante tanto tiempo. Con una señal de mis ojos les indiqué en silencio hacia el vecino que lavaba su carro y ellas se fijaron en él y en el chilote que se le notaba bien delicioso, se quedaron mudas y se sentaron calladitas con nosotros, la hija de él y yo, a darse un taco de ojo con el gran miembro que se le veía al papito ese. HIJOLES, QUE RICO SE LE VE, CARO… me decían ellas delante de la niña y bien emocionadas, CON RAZON NI IBAS CON NOSOTRAS, HUEY…. PAPASITO, PARA JALÁRSELA TODA… ESTÁ BIEN BUENO, VERDAD? MIRA!! SE LE NOTA BASTANTE…. La niña ni en cuenta, seguía hablándonos de quién sabe que tantas cosas, pero nosotras sólo teníamos ojos para su papá, estaba bien bueno. Tenía una piernonas muy musculosas y unas pompis bien paraditas, pero lo que más nos emocionaba era el bultote que se le pintaba en el chorcito que con lo mojado del agua de la manguera casi se le transparentaba y se le notaba más el chilote gordo y granadote. La más pelada siempre fue Mayra, era dos años más grande que Paty y yo, tenía ya 11 años, casi 12.
Era más alta que nosotras y ya tenía cuerpecillo, no como Paty y yo que éramos una niñas solamente, estábamos juntas en la escuela porque había repetido dos años, era muy burra para las clases, pos sí si siempre andaba caliente, nunca ponía atención y salía reprobada porque nomás andaba pensando en el chile de los hombres. Bueno, nosotras también pero no tanto como ella. Mayra platicaba, no sé si sería verdad por como era ella, pero platicaba que un primo mayor que ella de 20 años, la hacía que se la chupara desde los 10 años, que sabía muy bien mamársela a los hombres, hasta nos explicaba como se hacía cuando comíamos plátanos. Pelaba el plátano y lo lamía y lo chupaba muy quedo diciéndonos que así la había enseñado su primo, incluso nos hacía practicar con nuestro plátano. Nombre!!
Estábamos bien salidassss!!! Bien idiotas. Decía que la verga de su primo medía como 20 centímetros y estaba bien gruesa, cabezona y llena de venas y que cuando se la chuapaba mucho le daba una natita muy rica que se tragaba toda. También nos dijo que su primo se la metía por la cola desde hacía tiempo y que a ella le gustaba mucho, quién sabe si sería cierto, pero nos dejaba bien traumadas y calientes. Una vez en vacaciones escolares llegó una feria a la colonia, con carrusel, rueda de la fortuna y otros juegos nuevos, bien padre. Así que nos pasábamos toda la tarde en los juegos, pero nos hacía falta dinero para completar tantas horas en las diversiones y nos teníamos que ir temprano con ganas de seguir ahí. Uno de los viejos que manejaban las tazas voladoras, que era el juego que más nos gustaba, se le quedaba viendo mucho a Mayra y ella le coqueteaba para que nos dejara subirnos sin pagar.
Ya estaba bien viejo, hasta canas tenía, pero con tal de que no nos cobrara esta Mayra le coqueteaba bastante. Una tarde que llegamos él aparte de dejarnos subir gratis a las tazas le dio a ella dinero y aparte muchos boletos para que nos subiéramos a los juegos más caros, incluso a los carros chocones. Cuando le preguntamos que porqué le daba tantos boletos y dinero, ella nos dijo que la noche anterior que nos habíamos ido ella se regresó y se la mamó mucho al viejillo y que él le iba a dar permiso de subirse a los juegos sin pagar con nosotras porque era el dueño de la feria y que el dinero era para ella. Todos los días nos platicaba como se la chupaba al señor en una casa móvil toda vieja y durante un mes que estuvieron en la colonia no nos faltó diversión y dinero. Él le decía que nos llevara con ella para que también se la chupáramos y nos daba bastante lana, pero nunca quisimos porque nos daba miedo, pero ella era bien arrojada. Una vez sí fue Paty con ella y entre las dos se la mamaron al ruco ese.
Decía Paty que la tenía bien grandota pero que le olía bien gacho y que él era muy brusco con ellas y se las metía muy fuerte en la boca hasta que se venía mucho, pero después de unos minutos se la paraba de vuelta y a mamar verga otra vez. Paty me platicaba que Mayra ni gestos le hacía a su vergota gedionda y que ponía al ruco bien cachondote, que sabía bastante de mamarle la verga a los hombres y que de seguro era cierto lo que nos decía de que tenía sexo con su primo desde hacía mucho tiempo. Que entre las dos se la chupaban al viejillo y que echaba la leche 3 o 4 veces en una noche y luego les daba muy buenos billetes a las dos. Pero ella sólo fue una vez porque no aguantaba el olor del miembro del viejillo, además de que le lastimaba la boca cuando él se ponía bien loco metiéndosela y sacándosela muy fuerte y que Mayra no se le notaba incómoda pues hasta ella misma lo agarraba de las nalgas para que se la metiera más adentro de la boca. Yo no me atrevía a tanto como ellas, le tenía mucho miedo a mami y no era tan atrevida como ellas. Mi primer hombre fue Chuy, con él si me atreví, pero es que estaba bien chulo y me gustó desde que lo conocí. Y además su vergota me atrajo desde que lo conocí esa noche que fuimos a cenar con él. Ahora me imagino como me vería de mensa cuando él pasaba por donde estaba yo y mis ojos volaban a su bragueta, hay hasta me da risa, que bárbara.
Pero es que se le notaba mucho, era imposible no obligarte a verle allí siempre que se podía. A nadie de los hombres que tenía cerca, de los maestros o vecinos se les notaba tanto la verga en al pantalón como al novio de mami, era demasiado para mí que siempre estaba al pendiente de los bultos de los hombres. Y yo era una afortunada porque vivía conmigo en la misma casa, así que se los comentaba a Paty y a Mayra, pues me sentía orgullosa de que un chavo tan bueno estuviera en mi casa y me gustaba ver sus caras de envidia cuando les platicaba lo rico que se le miraba el pene gordote y grande que se le notaba tanto. Claro que ellas no querían salir de mi casa según ellas iban a hacer tareas, pero lo que querían era contemplar a Chuy que parecía que siempre traía la vergota medio parada cuando caminaba por la casa, pues se le bamboleaba de lado a lado dentro de su pantalón. Todas, las tres, nos quedábamos impactadas por como se le veía a veces más grande de lo normal.
Creo ahora que fácilmente se dio cuenta de que las tres morrillas calenturientas siempre estaban al pendiente de su majestad que traía colgando entre sus piernas y se le medio paraba de pensar que ya tenía su club de fans. Seguramente eso le dio otro motivo de seguridad para acercarse a mí, la hija de su novia y enseñarme lo que tanto le demostraba que me interesaba mucho, su deliciosa vergota. Verdad?? Pues le tiró a la segura porque yo era materia dispuesta para aprender todo lo que me quisiera enseñar y dejarme de todo lo que me quisiera hacer, a pesar de lo mucho que le arriesgaba con mamá siempre cerca de mí al pendiente de que no fueran a abusar de mí los hombres chacales que había cercas de nosotras. Ni se imaginaba que el principal chacal vivía con ella y que su hijita estaba ya bien perdida por él, que si no…
Cuando podíamos Chuy y yo aprovechábamos las oportunidades o nos le escapábamos a mami con cualquier excusa. No éramos muy descarados porque ella era muy lista y me conocía muy bien, pero también estaba muy enamorada de su novio y le encantaba que nos lleváramos tan bien, pues era raro que yo me portara bien con sus novios, hasta me caían gordos, unos más que otros pero no me llevaba bien con ellos porque amaba estar viviendo sola con má y ellos eran a veces muy metiches. Aunque Chuy era el segundo de ellos que se iba a vivir con nosotras, los otros casi no salían de la casa, no dormían con mamá pero todo el día se la pasaban con ella, bueno el tiempo que tenían libre después de su trabajo se lo pasaban ahí metidos con nosotras. Pero con Chuy era muy diferente, adornaba la casa, porque estaba bien chulo y bien bueno, ademas era bien simpático y tenía eso que me volvía loquita cada que se podía, esa vergona súper rica y sexi. Un sábado estábamos bien aburridos en la casa, el día estaba muy fresco era invierno y medio nublado.
Con ese clima como que mas se me antojaba estar con él bien juntitos pero mamá ahí estaba y no se podía. Así que me dispuse a salir a buscar a Paty pues en la casa no había que hacer. Pero cuando salí a la calle iba llegando un hermano de Chuy en su carro con su esposa y su hijo de 5 años. Edgar, así se llamaba, me preguntó por su hermano y lo pasé a la casa para que hablara con él. Me quedé ahí para ver qué pasaba y escuché cuando Edgar le decía que iban para las cabañas que estaban en unos cerros de aquí cerca, que si querían ir con ellos. Mamá no quiso ir porque siempre fue muy friolenta y le temía mucho al frío y allá estaba muy fuerte. Pero le dijo que se fuera con ellos, que no había problema.
Así que yo presta me anoté para irme de paseo con ellos, mami desde luego que puso cara de NI EN TUS SUEÑOS, pero yo le insistí y le aseguré que me iba a portar muy bien y que le iba a hacer caso a Chuy de todo lo que me dijera y que no me iba a separar de él ni un momentito. Chuy astutamente casi no intervino en mis súplicas, sólo de vez en cuando decía: PUES QUE TE PROMETA QUE SÍ ME HARÁ CASO EN TODO, YO NO QUIERO RESPONSABILIDADES CON ESTA NIÑA, YA VES CÓMO ES DE INQUIETA Y CURIOSA… Mami después de una serie de recomendaciones y amenazas me dio permiso de irme con ellos, incluso se estaba animando a acompañarnos pero de buenas que pudo más su terror al friazo que de seguro iba a hacer allá arriba y no se convenció ni siquiera por mí y mi cuidado. Hasta la cuñada de Chuy le decía que se fuera con nosotros, que allá en la cabaña había chimenea pero no quiso ir. Por fin nos fuimos en el coche de Edgar y agarramos carretera. Yo iba bien emocionada. La niña se sentó con sus papás adelante y Chuy y yo nos fuimos atrás. Ni habíamos salido de la ciudad cuando yo ya iba bien juntita con él echándome sobre su pecho mientras que él me rodeaba con su brazo.
La señora era quien más conversaba porque Edgar iba concentrado en conducir, nosotros íbamos detrás de ella así que casi ni volteaba avernos, cogí una chamarra de Chuy que iba a mi lado y me la eché encima así que también tapé medio cuerpo de él. Ni falta hace contarles que sin perder el tiempo le empecé a frotar la verga a Chuy sobre su pants. En poco tiempo ya la llevaba completamente parada y deliciosa. Él seguía hablando con su cuñada y yo le iba dando unas buenas agarradas de verga bajo la chamarra. Nomás abría sus piernas para que le frotara también los huevos. Luego muy despacio fui colando mi flaquita mano por entre el elástico del pants y la pude meter para tocarlo libremente y masturbarle el chilote bien rico y despacio como le gustaba. Él niño dijo que quería hacer pipí y Edgar se detuvo en un restaurante en la carretera y preguntó si se nos ofrecía algo y sólo su esposa le pidió un café.
Él se bajó con su hijo en los brazos y se metió al restaurante al baño y a comprarle el café a su esposa. Chuy bien atrevido se medio enderezó y se jaló un poco el pants para abajo y se sacó media verga para luego empujarme e inclinarme sobre ella para darle una chupadita. Con la chamarra me tapaba la cabeza para que se la mamara un poco sin que su cuñada se oliera lo que pasaba detrás de ella. Yo le lamía toda la cabezota y se la chupeteaba despacio para no hacer ruidos, pero él me presionaba la cabeza y me la metía bien adentro de la boca para que se la mamara bien. Canijo Chuy, andaba bien caliente y yo pues igual con chica vergota para mí solita, mmmmm… ricaaaa. Con la otra mano él se la jalaba despacio para que le saliera su agüita saladita que me gustaba tanto. Luego bien descarado se la sacó toda y me hizo chapársela por debajo, por la panza del miembro y así me la embarraba en la boca mientras …
Fin