- Carola, Parte 01
- Carola, Parte 02
- Carola, Parte 03 (Final)
Carola no sabía qué hacer. Ella le había permitido a David llevarla detrás del almacén porque él le enseñaría a «jugar al doctor.»
Le había dicho que pensaba que ella era muy linda, y que ella debía tener un amigo. La idea de este muchacho mayor era que estaba interesado en Carola, que también ella estaba interesada, entonces él le había dicho que si quería ser su novia ella tendría «que hacer algunas cosas.» A la edad de 9 años, Carola no sabía que pensar de semejante proposición. Ella sabía lo que las monjas de Nuestra Señora le dirían, pero ella quería averiguar lo que era tener un novio. ‘Quizás todas las muchachas tienen que hacer esto… ‘, pensó a ella.
«Te prometo, Carola… ¡Yo ni siquiera, te tocaré! Además pienso que tienes un cuerpo muy lindo, y me gustaría mirarlo. Vamos… ¡Nadie lo sabrá!»
¡’ Él piensa que yo soy linda!! ‘, Ella pensó. «No sé, David. ¿Estás seguro nosotros no cogeremos?» «Eh… Yo sé que el lugar es perfecto.
El cobertizo era de don Felipe. Él nunca anda por allí, y además… ¡él no está ahora en casa!!» Y así, la pequeña Carola, permitió que David la llevara a la parte de atrás del cobertizo de don Felipe. Una vez adentro de, David cerró la puerta detrás de ellos, y encendió la luz. El cobertizo era mohoso y pequeño, pero había una cama en un lado y David se echó encima.
«Ves??… Agradable y privado. Nadie nos molestará aquí. Así que… ¿Por qué no me muestras lo que tienes bajo esas braguitas!?»
«Yo no sé…»
«Escucha, si quieres ser mi novia tienes que mostrarme un poco. ¡¡Diablos!! las muchachas en mi clase lo hacen todo el tiempo. ¡No hay nada malo en mostrar un poco, y tú sabes lo que yo quiero decir! Además, yo pienso que tú eres muy linda.
“Esta bien, te dejaré ver lo que hay debajo a mis bragas, si tú lo quieres.»
«¿Realmente piensas que yo soy linda?»
«Seguro… ¡Me gustan las muchachas jóvenes y lindas como tú!!»
Él dio finalmente con la combinación perfecta al halagar a la pequeña Carola que cedió a sus requerimientos. Ella disfrutaba escuchándole decir que ella era linda, incluso aún cuando ella sabía que su cuerpo pequeño no tenía curvas y faltaba que su cuerpo se desarrollara. ¡Y además ella era desesperadamente curiosa y quería averiguar sobre cómo eran los MUCHACHOS!! Y si éste era el precio que ella tenía que pagar, entonces… con tal de que hubiera ningún problema… Carola supuso que ella tendría que proseguir. «Ok… Yo supongo… ¡Pero yo también quiero verte!!»
«Eh… muy bien, ningún problema. ¡Tú lo haces primero y yo lo haré después de ti!
“Lentamente, Carola baja la cremallera de sus pantalones, y los baja. Coloca sus dedos en la cintura y los empujó debajo de sus rodillas. Ella se detuvo un minuto en sus bragas; respiro profundamente antes de dar el último paso y mostrarle su pequeño sexo lampiño a David.
«Sigue, Carola… Te prometo no moverme de esta cama. ¡Déjame ver!!!»
Y ella prosiguió. De nuevo sus dedos entraron en el cinturón y empujaron las bragas abajo de sus rodillas, revelando un sexo lampiño de una niña de 9 años.
«¡Ooooh… exclamó David, excitado! ¡Es realmente eres hermosa!»
En ese preciso instante se abre la puerta del cobertizo e ingresa don Felipe…
«Yo les dije que se podían quedar afuera del patio… ¿Qué está pasando aquí?» Él estaba mirando directamente a Carola, mientras ella intentaba subir rápidamente sus bragas y sus pantalones, mientras veía su cara de enojo. «Me queda bastante claro lo aquí estaba sucediendo, y creo que ustedes dos están en graves problemas. ¿Qué me pueden decir ustedes?
David que simplemente estaba sentado empezó con rodeos y tartamudeos… «Nosotros no estábamos haciendo nada malo. Yo quiero decir… Yo no hice nada. No es lo que parece.. Yo quiero decir…
¿Usted no le dirá nada de esto a mis padres? Ellos me matarían si averiguaran esto… Yo quiero decir… Mi mamá se enfadaría, y mi papá me pegaría… “Tragó saliva y no hallaba que decir o en que más pensar… Carola aún más perturbada, quería decir algo también. Ella le había permitido a David hablarle de esto.
¿Le gustaría ser mi novia «? Él había dicho. «Yo no diré a nadie… todo lo que yo quiero hacer es estaba.» Él tenía 14 años, 5 años mayor que Carola, y el pensar que un muchacho mayor está interesado en ella era demasiado para resistirse. Ella le había permitido tomarla de la mano y había llevado su atrás de ese cobertizo. Carola empezó a sollozar. Ella no quería llorar, pero sabiendo del problema en que ella estaba se asustó y todo lo que ella podía pensar era en lamentarse. Tratando de detener sus lágrimas, su cuerpo comenzó a temblar. «Estaba realmente asustada.”
“Bien. Así como están las cosas, David, usted va derecho para su casa este momento. Yo voy a decidir qué decirles a sus padres; aun cuando yo veré que les digo a sus padres, después de que yo hable con Carola. Yo voy a ver cómo arreglo esto, y que acción tomaré contigo.» David no necesitó más explicaciones. Estaba totalmente abrumado. Y salió de aquel cobertizo, para dirigirse a su casa.
Entonces don Felipe volviéndose hacia Carola pone una mano en su hombro y le dice:
«Bien señorita, entraras en la casa y tendremos una charla. Estas en un problema muy grave, y yo quiero que me digas cuan grave es.
“Carola aún temblaba con sollozos ahogados. Con la mano de don Felipe en su hombro, este la guió a la puerta trasera de la casa y la llevo a su dormitorio. Una vez dentro, él la deja sentaba en la cama y sale por unos segundos, para volver al lado de Carola.
«Bien, ahora quiero saber ¿qué es lo que estaba sucediendo allí»?, Le preguntó sentándose al lado de ella en la cama.
«Po… Por favor no le diga nada a… mis padres, don Felipe. Yo… yo… no sé lo que ellos me harían. Yo… Yo…» Y Carola irrumpió en sollozos, y don Felipe le puso su brazo alrededor de los hombros de la niña de 9 años.
Él la dejó llorar un momento y entonces le dijo:
«Mirada, no quiero verte en problemas. Pero quiero saber qué es lo estaban haciendo allá detrás. Ahora dime qué fue lo que pasó.
» Carola intentó detener sus lágrimas.”
«Él me dijo que si yo quería ser su novia y si yo estaría de acuerdo con lo que él me pidiera. Él dijo que no me tocaría.»
«¿Y él te tocó?»
«No. Todo lo que él hizo, fue solo mirarme. Y él quería que yo también lo mirara.
¿Y para qué…?
Yo pensé que sería lo lógico si deseaba ser su novia, y además como él es mayor pensaba que le podía ver su…» Y diciendo eso ella se detuvo. Ella no quería confesar su curiosidad.
«Ya veo. ¿Y tú lo tocaste?»
«No… Él quería que estuviéramos en un lugar privado, y me trajo al cobertizo. Entonces él me dijo que yo tenía que hacerlo primero. Yo no quería, pero él me dijo que estaríamos bien, y que él no le diría a nadie. Él dijo que usted no estaba en casa y que no habría problemas. «
Entonces tú te bajaste los pantalones y las bragas para él.»
«Sí… me sentía rara, pero él dijo que no me preocupara. Así lo hice», y sollozos empezaron de nuevo. Don Felipe tenía que tomar una decisión a ese momento. Todavía con su brazo alrededor de los hombros de la muchacha le dijo:
«Ok, Carola… Espera… espera un minuto… y yo te diré lo que vamos a hacer. “Carola tomó un minuto para componerse. Y entonces miro a don Felipe.
«Tú sabes que estás en un problema grave. A tus padres no les gustará lo que yo voy a tener que decirles. Ellos pegarán un grito probablemente. Primero ellos te castigarán, después probablemente vayan ver a los padres de David y veras que a él también lo castigaran»… y él hizo una pausa para que Carola se imaginara lo que sucedería. «Claro que yo no les diría nada, si estás dispuesta a hacer para mí lo que tú hacías para David.»
Carola no estaba segura lo que ella oía. Su cerebro de 9 años le decía que había una manera fácil de salir de este enredo y ella quería tomarlo desesperadamente, pero ella no estaba segura lo que ella tenía que hacer. «¿Qué usted quiere decir?»
«Lo que quiero decir es que, así como dejaste que David te viera sin ropa, me dejes a mí, también mirarte desnuda, entonces podrías salir del problema, solo con mostrarme lo que ya has mostrado. Tus padres nunca sabrán lo que pasó allí afuera. Tú y yo tendríamos un poco diversión conociéndonos y entonces te podrás ir a casa como si nada hubiera pasado. David no dirá absolutamente nada. Él sólo tendrá más problemas si dice algo. Así… que tú decides que hacer. ¿Voy a tu casa a decirles a sus padres que yo te vi desnuda en mi cobertizo con David, o cooperas conmigo y sales al mismo tiempo del problema?»
Carola estaba como aturdida.
Con su brazo alrededor de sus hombros, don Felipe parecía tan amistoso y afectuoso. Ella no quería tener problemas con sus padres. Su ropa aún estaba desarreglada. Quizás don Felipe le permitiría irse si ella hacía lo que él quería. «Yo no sé»… era todo que ella podía decir.
Levantándose fuera de la cama don Felipe se movió con esfuerzo dando un suspiro. «Mira a Carola. O tú haces lo que yo quiero, o yo les digo a tus padres que tú y » David regresaban de allí desnudos, y que estaban usando mi cobertizo de allí afuera. Ellos me creerán lo que yo les diga y tú lo sabes. Ustedes lo negarán, pero yo haré la historia de tal manera que todo el pueblo lo sabrá.» Él empezó a caminar al teléfono. «Yo puedo llamarlos ahora y te marchas a casa si eso es lo que tú quieres.»
Nooooo!! Por favooooorrr…», Carola empezó a sollozar de nuevo. Ella sentía pánico, al saber que su padre la maltrataría probablemente.
«Yo haré lo que usted quiere, pero por favooooorrr no llame a mis padres.» Ella estaba sollozando de nuevo.
El gesto de enojo de don Felipe desapareció de su cara. Él quería a esta muchacha pequeña. Él había abierto la puerta del cobertizo y le había visto estar allí, desnuda y la había querido para él. Ella haría lo que él quisiera con ella y lo disfrutaría. Él miró su cuerpo durante un minuto. Miraba como sus hombros se agitaban; como su pecho se movía con los sollozos; como sus piernas delgadas temblaban con el resto de su cuerpo. Él iba a tener un buen día, hoy. «Bien. Ven conmigo, y empezaremos esto.» Ella lo miraba. Él estaba mirándola con un gesto desconocido en su cara. Carola estaba asustada, pero la alternativa era más peor. Ella se puso de pie y caminó hacia él. Él puso su brazo de nuevo alrededor de sus hombros. «Sube sobre la cama y nosotros haremos esto fácil. No es necesario que nos metamos bajo las cubiertas de la cama.» Él la sostuvo férreamente cuando él la llevó a la cama. Carola estaba deslumbrada.
«Bueno pensó ella. «Quizás esto no sea tan malo, como pienso. Quizás todo lo que tenga que hacer es solo dejarme ver desnuda. Y Quizás él me deje verlo también…», y esa misma curiosidad la que la había metido en el problema. Carola vivía en una casa con 4 otras personas. Su madre y su padre, y sus 2 hermanas; Mary de 11 años y Lisa su hermana de 7 años. Su madre y padre eran bastante estrictos con ellas; su padre a veces era el más estricto. Más de una vez él le había pegado cada una de las muchachas y a su madre; normalmente después de que él había estado bebiendo. Ellas ya sabían cuándo evitarlo.
Felipe no llevó a Carola a su alcoba. Él la llevó a un cuarto especial que había dispuesto sólo para esta ocasión. Tenía una cama grande, también tenía su video a y otros accesorios que él usaba para filmar y grabar los videos de la televisión. A Felipe le gustaba desde hace tiempo filmar a las personas mientras mantenían sexo, y frecuentemente participaba en las películas cuando era necesario. Él, ahora iba a hacer una película muy especial. Él abrió la puerta y llevó a Carola hacia adentro. Sentándola en el borde de la cama y dándose la vuelta para cerrar la puerta. Caminando por detrás de la muchacha pequeña, él fue hacia los comandos del equipo de video y encendió la cámara izquierda y luego se dirigió hacia el otro extremo y encendió la cámara derecha. Carola estaba completamente desprevenida, ya que no sabía que cada ángulo de la pieza sería grabado.
«Ok, Carola», él dijo, mientras volvía con los comandos de las 2 cámaras de video. Cuando él vio la expresión temerosa de Carola, al dirigirse hacia la cama puso su brazo alrededor de ella. «Mira, yo no quiero que tengas miedo o estés nerviosa. Tú eres una muchachita bastante joven, y yo soy efectivamente más mayor que los que han querido aprovecharse de ti como lo que David hizo. ¿”Está bien»?, Él preguntó, mientras ponía una mano en su mejilla y volvía su cara para mirarla.
“No sé. Yo nunca he hecho esto antes me y él me dijo que sería mi novio y que él nunca diría nada.» Ella estaba sorprendida al ver que don Felipe estaba mirándola con real preocupación. Y ella se sentía agradada cuando la llamaba su ‘ niñita’ bonita.
«Realmente, yo estoy sorprendido. Como consigues que a tu edad, los muchachos estén interesados en ti, como David. ¿Yo supongo tus padres te han dicho todo lo que tú necesitas saber de los muchachos?» Cuando le dijo esto, él empezó a acariciar su mejilla con una mano mientras que con la otra le daba masajes por atrás.
«Eeeeh no… No… Yo quiero decir… Mis padres no me hablarían sobre estas cosas. Nosotros teníamos una clase en la escuela, usted sabe… Y se suponía que mis padres debían firmar este formulario que la escuela envió a casa, pero ellos no lo hicieron. Ellos dijeron que estaban equivocados al enseñar ese material en las escuelas, por lo que no me permitieron asistir a esas clases.» A Carola estaba empezando a gustarle la manera que don Felipe estaba tocándola. Sus manos en su espalda y sintiendo su mejilla acalorada.
«Oh»., le dijo realmente sorprendido. «Si usted no ha tenido ninguna experiencia es mejor que te envíe a tu casa y les diga a sus padres que una niña como tú, debe tener una conversación seria al respecto. Ellos deben saber que una muchacha joven, sobre todo tan bonita como tú, debe enseñársele algunas cosas antes seas mayor. Quizás yo deba llamarlos ahora mismo y deba decirles lo que pasó, yo quiero decirles que lo que sucedió ha sido porque ellos no le han explicado las cosas que suceden entre un hombre y una mujer…»., Se levantó como para ir al teléfono.
«NOOOO… Por favor… No llame a mis padres. Mi papá me mataría. Ellos no creen en esas cosas. Todo lo que ellos harían sería pegarme y quizás que más…» Carola estaba de nuevo con pánico. Que pasara cualquier cosa, pero que sus padres nunca supieran que ella había hecho estas cosas. «Yo haré lo que usted quiera, pero por favor no le diga nada a mis padres.
» Éstas eran las palabras que Felipe estaba esperando oír. Él actuó como si tuviera que pensarlo muy seriamente, durante un minuto, para luego hacer como que cedía ante los ruegos de la pequeña de 9 años. «Bien, Carola. Yo no les diré nada, pero usted todavía tiene que hacer lo que yo quiero.»
«Yo haré lo que quiera», ella dijo aliviada, al saber que nada diría él.
«Bien, pero a partir de ahora mismo, yo supongo yo voy a tener que ser tu maestro. Alguien tiene que decirte sobre todas las cosas que tú necesitas saber. Y hay muchas cosas que yo puedo decirte que tú no oirás en ninguna clase de la escuela. Hay muchas cosas que la sociedad, tus padres, y las escuelas no quieren que las niñas tu edad sepan, pero que es muy importante. ¿Te gustaría eso? ¿Quieres que yo te enseñe sobre tu cuerpo y tu sexo?»
«Sí», dijo ella. Carola pensaba que realmente don Felipe, quería cuidarla y enseñarle sobre lo que sus padres no le enseñaban.
Felipe bajó de la cama y se dirigió a una silla ubicada en una esquina del cuarto. Se sentó y le dijo: «Eso no esta bien Carola. Yo tengo que estar seguro, de que tú lo quieres. Tú tienes que decirme lo que tú quieres. Yo quiero que tú me lo digas, ‘ Por favor enséñeme a conocer todas las cosas del sexo. ‘ Yo quiero que tú me lo preguntes cariño.»
«Eeeehh… Por favor enséñeme todas las cosas del sexo», ella dijo con un poco de vacilación.
«No… eso no suena bien. Así no significa nada. Inténtalo de nuevo… Sólo que esta vez… dime: ‘ Mi nombre es Carola Paredes, yo tengo 9 años y yo quiero aprender todas las cosas sobre el sexo. ‘
«Mi nombre es Carola Paredes, yo tengo 9 años y yo quiero aprender todas las cosas sobre el sexo.» «Muy bien. Ahora dime, «yo quiero quitarme toda mi ropa para usted y mostrarle como es una muchacha de 9 años como yo.»
«Yo quiero quitarme mi ropa para usted y mostrarle y mostrarle como es una muchacha de 9 años como yo.» Carola no podría creer cuan fácil le era decir estas cosas. No parecía nada malo ahora que don Felipe estaba en el cuarto. Eso le hizo más fácil para decir las palabras, pero lo que ella quería sentir era el brazo de don Felipe sobre sus hombros, y sentir como toca sus mejillas acariciándolas.
«Muy bien Carola. Ahora ponte de pie y quítate la camisa.»
Ella dudó de nuevo.
«Prosigue Carola, tu dijiste que querías aprender.»
Y la pequeña muchacha alzó sus manos y » empezó a desabotar su blusa. Se sentía avergonzada porque ella sabía que bajo la camisa ella… mas bien… no tenía… nada. Sus senitos apenas habían empezado a crecer muy lentamente. Ellos apenas se destacaban como dos pequeños limones. Se sentía angustiada que don Felipe se defraudara.
«Sigue… desabotónalo y déjalo caer en el suelo.» Felipe estaba mirando a la pequeña muchachita atentamente. Sus manos temblaban cuando desabotonó la blusa azul pálida. Cuando ella soltó el último botón, ella hizo una pausa y lo miró. Él apenas pestañeaba. Así que ella sintió un alivió cuando sacó de sus hombros y dejó caerse al suelo su blusa.
Felipe tenía una erección tremenda, y al mirar a esta pequeña muchachita, sentía latir sus pantalones. Ella estaba de pie delante de él. 1 metro 20 de alto, pelo rubio que llegaba a sus hombros que eran delgados y estaban temblorosos. Sus tetitas eran simplemente unos pequeños limoncitos que apenas brotan de su pecho. Su figura casi recta con una curva ligera en su cintura. Sus pantalones azules no estaban en absoluto llenos y sus piernas se notaban delgadas en sus zapatos de lona. Ella estaba de pie, sus manos estaban inquietas, quería cubrir su pecho, pero sabía que había muy poco que cubrir.
Felipe la deseaba.
«Eso esta realmente muy bien, Carola. Yo te dije que tú eras una muchacha muy bonita. Date la vuelta para que yo te pueda mirar por todos los lados.» Carola se dio la vuelta despacio.
Felipe anhelaba tocar su piel suave, pero sabía que todavía debía esperar.
«Bien, ahora yo quiero que te saques los pantalones, pero deja sus bragas puestas.»
«Yo debo quitarme mis zapatos y las calcetas»?, Ella preguntó.
«Sí, cariño.»
De nuevo ella dudó. Don Felipe estaba mirándola, y ella sabía que tenía que hacerlo, por lo que ella puso sus dedos en la cintura de sus pantalones azules y los tiró hacia abajo de sus tobillos dónde ella se deshizo de ellos. Ella estaba de pie allí en sus bragas de algodón blancas, mientras se estremecía aunque no estaba frío.
‘ Guau!!. Ella es realmente primorosa’, Felipe pensó cuando de nuevo él le dijo que se diera la vuelta para que él pudiera verla todos los lados.
«Bien Carola, ahora yo quiero que te saques las bragas y te pongas enfrente de mí, para que te pueda mirar mejor.»
Carola dudó otra vez. Ahora era para él. Ella ya lo había hecho para David, y él no había sido tan amable como don Felipe. Él lo había hecho con prisa, y además en un cobertizo viejo y sucio. Don Felipe es realmente un tipo bueno. Y pensando en ello, ella enganchó sus dedos en sus bragas de algodón blancas y los bajó hacia sus tobillos. Entonces ella se puso de pie enfrente al hombre mayor para que él pudiera verla, como él quería.
Felipe no podía creer lo que sus ojos veían. Allí estaba la pequeña muchachita, sonriéndole a él. Su sexo pequeño estaba totalmente sin vellos, ni un solo pelo en él. Su pecho era casi liso, y su figura casi completamente recta. Sus caderas eran delgadas, casi flacas. Ella podría pesar a lo más de 85 libras, y le parecía fantástica a él. Y allí ella estaba sonriéndole a él, tímidamente, pero estaba allí. Su erección estaba lista para hacer estallar sus pantalones, pero él quería que corriera un poco más el video, para poder tenerla un poco más en una película. «Da la vuelta, Carola. Déjame ver tu traserito. Así esta bien. Agáchate para mí y tócate la punta de los pies. Quédate un rato así.» La muchacha se había dado la vuelta y estaba con su trasero hacia Felipe. El trasero estaba completamente abierto, sus glúteos apenas disimulaban su agujero trasero. Los labios de su sexo asomaban entre sus piernas.
«Oh… eres tan bonita.»
Carola no podía entender por qué a don Felipe le gustaba mirarla tanto. Ella tenía apenas unas tetitas, y su cuerpo no se había desarrollado como algunas de las otras muchachas en donde ella estudiaba. Ella se sentía rara estando allí doblada mostrándole el trasero a don Felipe, pero ella abrió sus piernas un poco para poder mirar entre ellas y poder mirar la cara de don Felipe. Él estaba apoyado en su silla y sus ojos casi se desorbitaban. Respiraba fuerte y por su frente corría sudor, aunque no hacía calor.
Ahora acuéstate en la cama Carola y deja tus piernas abiertas. Quiero mirarte completamente. Así. No… de frente a mí, ahora levanta las rodillas y ábrete tan ancho como puedas.»
Carola se acostó en la cama y puso sus pies hacia don Felipe. Ella se acostó de espaldas y separó lasa rodillas tal como le dijo él. Pero otra vez ella dudó. Ella nunca se había sentido tan expuesta. Ella iba a permitirle que viera su conchita, e incluso ella no se la había mirado tanto. Siempre le habían dicho que era malo mirarse allí. Ella estaba helada.
«Carola. ¿Quieres hacer todo esto por mí?.» Dime lo que tú haces. Dime ‘ yo quiero abrir mis piernas para ti.»
«Yo quiero abrir mis piernas para ti.»
«Bien, ahora hazlo. Por favor. Yo realmente pienso que eres bonita y quiero verte completamente.» Y así lo hizo.
Carola levantó de nuevo sus rodillas y las abrió completamente quedando expuesta a la mirada de don Felipe. El sexo de la muchachita era pequeño pero bonito. Sus labios exteriores se abrieron ligeramente cuando ella dejó sus piernas abiertas. Sus regiones internas rosadas apenas podrían verse. Su clítoris era prominente en la entrada de su abertura rosada pequeña. Sus piernas temblaban cuando la pequeña de 9 años se mantenía abierta para el hombre de 42 años. Felipe tragaba saliva dificultosamente. Su pene estaba ahora como una piedra. Él no podía esperar más. Él tenía que tocar a esta pequeñita. Se levantó de su silla y se puso de pié frente a la pequeñita que estaba acostada de espaldas en la cama, con sus piernas abiertas. Ella había puesto sus manos detrás de su cabeza y estaba mirándolo a él. Felipe empezó a desabotonar su camisa, sin decir absolutamente nada. Carola lo miró.
Cuando él dejó caer su camisa, le dijo, «Carola, ¿tú quieres que yo te enseñe todo lo que tú necesitas saber sobre el sexo, verdad?»
«Eeeeehhh este… si… yo quiero aprender…»
«Yo necesito tocarte y ver si te has desarrollado bien. ¿Tú quieres que yo lo haga, cierto?»
«Eeeehhh… eeehhh… si… pero no mucho.»
«Eso no es bastante, Carola. Dime ‘Por favor mírame y tócame mi cosita’. ‘»Mi eso que?»
«Tu cosita, Carola. Esa abertura pequeña y bonita que tienes entre las piernas. ¿Cómo la llamas tú?»
«Eeee… Yo siempre la llamé mi conchita.»
«Esta bien, entonces yo quiero que tú me digas, ‘ Por favor mira mi conchita. Por favor toca mi conchita. Por favor.»
» Por favor mira mi conchita. Por favor toca mi conchita. Por favor «
Felipe no lo dudó. Y se sentó entre las piernas de la pequeñita. Cuando ella empezó a reaccionar cerrando sus piernas, él agarró un tobillo en cada mano y los mantuvo abiertos. Sus manos agarraron fácilmente sus tobillos. Él la sujetó hasta que ella comprendió que iba a ser incapaz de cubrirse la pequeña conchita y entonces liberó sus piernas. Él se apoyó en la cama hasta que la conchita pequeña quedó sólo a centímetros de su cara. Apenas se sentó, alcanzó con una mano su emocionado clítoris. La reacción fue inmediata. El cuerpo de Carola se tensó y empezó a temblar de nuevo. No de la excitación, no todavía, pero sí de miedo y de que un hombre la tocara allí, por primera vez. Carola podía sentir su respiración en la piel lisa de su conchita. Ella levantó su cabeza y pero don Felipe estaba concentrado en su pequeño agujerito. Cuando él la tocó sintió como un choque eléctrico. Ella estaba asustada. ¿Qué le iba hacer a ella?
Él dejó que su mano cubriera su conchita. Su mano calurosa y grande la cubrió fácilmente. Él empezó a mover su mano por encima de ella. Primero entre sus piernas, luego despacio a su cuerpo y a su pecho; luego de un lado a otro encima de las pequeñas tetitas que serían algún día sus pechos; finalmente acerca su cuerpo a su conchita. Felipe amaba lo que él estaba viendo y estaba sintiéndolo. Él había tocado su clítoris con su dedo y sentía como se sobresaltaba. Entonces él cubrió totalmente con su mano la conchita de esta pequeñita para sentirla totalmente. Era tan suave a sus caricias. El olor que él sentía era como estar en el cielo. La pequeñita, era una muchachita virgen. Él acarició su conchita con su mano por un segundo y entonces despacio la acercó a su cuerpo, mientras sentía la caricia de su conchita lampiña contra su cuerpo. Él avanzó un poco y alcanzó su tetita derecha. Era tan pequeñita que se podía tomar entre dos dedos. Eso lo calentó demasiado. Movió su mano hacia la otra tetita sintiendo igual delicia.
Ella realmente estaba temblando ahora. Su respiración era rápida y él sentía como se agitaba su pecho bajo esas tetitas pequeñas. Ella estaba muy nerviosa y su cuerpo se sobresaltaba sin que ella lo pudiera controlar. Él la deseaba. Él acariciaba su cuerpo recorriéndola entera, hasta llegar a su frente. Entonces nuevamente bajaba su mano recorriendo su estómago, para llegar hasta su pequeña conchita y con un dedo acariciar su clítoris.
«Carola, eres tan bonita. Y yo voy a enseñarte de cosas que debes saber sobre tu cuerpo y el mío. Tú, no debes avergonzarte de ello, Dios te dio un cuerpo pequeñito y además una conchita, y yo te voy a enseñar lo que hacen los hombres y las mujeres para disfrutar de esa conchita. Yo sé que tú lo necesitas saber y yo seré tu profesor. Primero, quiero saber algo. ¿has acariciado solita, en las noches con tu conchita?»
«Noooo… yo nunca lo he hecho… yo escuché que eso era malo.» Su miedo le hizo tartamudear.
Aquello encendió mas aún a Felipe. «Bien, bien, yo te lo voy a frotar despacito, para que sientas que esto no es malo. Dios te dio este cuerpo y él quiere que tú lo disfrutes como un regalo. Ponte hacia atrás e intenta relajarte. Yo sé que esto es extraño para ti, pero si te relajas, te gustara aún más.» Diciendo esto, empezó a frotar muy suavemente su pequeño clítoris. La reacción fue inmediata. Carola dejó caer su cabeza hacia atrás y miró fijamente el techo. Automáticamente sus piernas se empezaron a cerrar, pero Felipe puso una mano e hizo que la pequeña conchita quedara abierta para él. Después de unos segundos de frotar, Felipe dijo, «Ahora te sientes bien con lo que te hago?»
«Eeeee… no… no sé…..»
«Dímelo. Dime ‘Me siento bien cuando frotas mi conchita. ‘»
» Me siento bien cuando frotas mi conchita «
«Linda nenita. ¿Quieres que yo te frote mas rápidamente? ¿Quieres que te haga sentir mejor aún?»
«Eeee… eeee….. Yo quiero…» pero ella no pudo completar la frase. Ella entendió que ella iba a tener que pedirle lo que su cuerpo estaba empezando a desear.
El dedo de don Felipe estaba acariciándole su pequeño clítoris, y estaba empezando a sentirse bien, pero él bajó un poco la presión, para que ella le pidiera que la frotara más fuerte.
«Dime, ‘ Por favor frótame más fuerte mi pequeña conchita para sentirme mejor. Por favor hazme sentirme bien.»
» Por favor frótame más fuerte mi pequeña conchita para sentirme mejor. Por favor hazme sentirme bien.»
Felipe empezó a frotar más firmemente esa pequeña conchita. Él podía notar que ella aún no empezaba a sentir algo ya que aún estaba nerviosa. Su cuerpo delgado todavía estaba quieto, pero notaba cierta respuesta a las caricias de su dedo de esa pequeña conchita.
Carola no sabia lo que ella estaba sintiendo. Ella trataba de entender los pensamientos de su mente. Ella sentía la respiración del hombre entre sus piernas y su conchita. Ella sentía los labios abiertos de su conchita, y el recorrido de ese dedo de arriba hacia abajo. Ella sentía que su conchita se humedecía y no sabía porque. Pero había algo más que nunca había sentido antes. Estaba sintiéndose más tensa, y ella no sabía lo que era. Se sentía un poco asustada, pero ella no quería detenerse. Su respiración empezó a agitarse cada vez más. Sentía que salían de su boca la boca. «Aaahhh… aaaaahhhh…. aaaaahhhh….»
Felipe escuchó los sonidos que escapaban de la pequeña muchachita. Vio cómo su respiración era cada vez más agitada. Podía sentir cada vez más, su conchita mojada y cada vez la sentía mas caliente. Ella se iba a venir, y él sería el primero en darle su primer orgasmo. Carola empezó a mover su cabeza de lado a lado de. Su pelo rubio se desparramaba alrededor de ella. Apoyado en un codo, con su otra mano ocupada en la conchita de la pequeñita, podía ver como cada vez más se iba construyendo su orgasmo. Le miró sus pequeñas tetitas que subían y bajaban, por el efecto de su respiración cada vez más agitada. Miraba su rubor en su cara, en su cuello y seguía acariciando sus tetitas. Veía como sus rodillas se abrían cada vez más, cuando sus dedos acariciaban su pequeño clítoris. Ella no sabía que hacer, ante las caricias deliciosas que daban esas manos recorriendo su cuerpo, mientras que él daba más presión a cada caricia, en el cuerpo de la pequeñita. Sí… Carola llegaría en cualquier momento a su orgasmo, y ella no sabia lo que le sucedía. Algo iba a pasar, pero ella no sabía que era. Tenía miedo de estar allí, pero ya no le importaba. Toda su concentración estaba en esa zona pequeñita entre sus piernas, que la sentía tan deliciosa. No consciente aún de lo que le sucedía, sus manos agarraron sus tetitas y comenzó a acariciárselas. Ella no sabía por que su cuerpo se agitaba, de tal manera, pero lo sentía agradable, y ella quería que siguiera.
Ella quiso… Ella quiso… ¡Ella no supo eso que era lo que pasaba!! De repente, el mundo de Carola se puso blanco. El orgasmo le llegó y ella no tenía idea de lo que era. Ondas de placer, sacudieron su cuerpo. Su cuerpo se estremecía con cada ola de gozo. Ella tenía sus ojos cerrados, y respiraba agitadamente. Totalmente asustada, totalmente llena de placer. Ella no tenía idea de lo que era ni como se llamaba, pero era tan exquisito, que lo único que quería era que siguiera… mas y más.
Cuando Carola llegó al orgasmo, Felipe pensó que él iba a llegar al orgasmo en sus pantalones. El orgasmo de la pequeñita era tan fuerte que perdió totalmente el control de su cuerpo. Sus piernas estaban rígidas. Su cabeza giraba de un lado a otro con cada espasmo. Su pequeña conchita estaba sobresaltada, los labios de su conchita se abrían a ritmo con su orgasmo. Ella perdió el control de su voz y solo se escuchaban sus gemidos con cada espasmo.
«Aaaaaaahhhhgggg…
aaahhhhgggg….mmmmmmmmhhhhhh…aaaaaahhhhgggg..» Ella buscaba la mano y Felipe seguía acariciando su conchita húmeda. A él le gustaba mirarla fuera de control. Él supo iba a lograr de esa pequeñita todo lo que su cuerpo quisiera hacerle.
«Mmmmmmm… aaaahhhhhhh… aaaaaahhhhgggggmmmmmmm…» Las olas de placer empezaron a menguar finalmente. El cuerpo de Carola empezó a relajarse. Ella podía sentir que todos sus músculos se relajaban, y comenzó a preguntarse que era lo que le había sucedido. Ella estaba consciente de que la mano de don Felipe seguía en su conchita, ahora sólo acariciándola ligeramente, las olas pequeñas de placer que todavía viene, son ahora mucho menos intensas. Ella abrió sus ojos y levantó su cabeza para mirar a don Felipe.
«¿Qué… Qué pasó?»
«Llegaste al orgasmo, cariño. Haz tenido un orgasmo. Tu cuerpo a reaccionado como se suponía cuando un hombre le acaricia a una mujer su conchita. Ponte hacia atrás y relájate, yo te lo explicaré.
“Carola estaba feliz de escucharlo, y sintió cuando él, sacó la mano de su pequeño agujerito. Se puso hacia atrás y cerró sus ojos aún disfrutando de su primer orgasmo. Felipe bajó de la cama y sacó sus pantalones. Él los dejó caer al suelo. Él dejó solamente su ropa interior, y se le notaba claramente su erección. Él tomó uno de los tobillos de Carola y cerró sus piernas. Estaba completamente relajada. Ni siquiera abría sus ojos. Él se acostó a su lado en la cama y sintió su cuerpo aún caliente. Ella abrió sus ojos. Carola sintió que don Felipe se acuesta a su lado y sus piernas se juntan con las suyas Ella estaba tan relajada y que solo podía pensar nada más que el placer que ella había sentido. Pero cuando ella siente que la toma de la cintura y la acerca a su cuerpo entonces sus ojos se abrieron. Ella podía sentir su cuerpo duro al lado de suyo. Su cabeza estaba bajo su barbilla, y el pelo en su pecho estaba cerca de su cara. Ella podía oler su sudor que no era desagradable. Y ella podía sentir una cosa dura que aprieta en su cadera. Se sentía grande, pero ella sabía que él no estaba desnudo, por lo que volteó su cabeza y lo miró a sus ojos. «Carola, lo que tú has sentido se llama un orgasmo. Las mujeres tienen los orgasmos cuando se sienten sexualmente excitadas. Es una agradable sensación que siente muy bien. Es una señal que demuestra que estas avanzando en tu enseñanza. ¿Entiendes lo que te estoy diciendo?» «Humm si… creo que sí…»
«Los hombres también tenemos orgasmos. Pero cuando un hombre tiene un orgasmo, algunas cosas que suceden son distintas a las que tu has sentido. ¿Carola, tú conoces los órganos sexuales de un hombre y como se llaman?»
«Umm.. Yo nunca lo he sabido, a mi primo cuando le cambian los pañales, mi familia lo llama Pajarito.» «Bien… Por ahora vamos a usar tus palabras para que entiendas lo que te digo, ya que hay palabras que debes aprender. La primera es la eyaculación. Cuando un hombre tiene un orgasmo lo que él tiene es lo que se llama eyaculación. Significa que una crema sale fuera del Pajarito. Ahora esta crema es muy especial. Esta crema es lo que el hombre le da a la mujer para hacer un bebé. Cuando el hombre eyacula, la crema sale de su Pajarito, el hombre se siente muy bien y es agradable. Así como el orgasmo que tu has sentido. ¿Vas entendiendo lo que te digo?» «Eeesste… si… creo que sí…»
«Bien… Yo quiero asegurarme que estás entendiendo. Dime, que es lo que le pasa a un hombre cuando tiene un orgasmo.»
«Ehhh… Cuando un hombre tiene un orgasmo, el… el eeeeehhh… sale una crema de su Pajarito, el…el… eyac… el eyacu…» «Eyacula.» «Eyacula»., dijo Carola dijo, mientras repetía lo que don Felipe le había dicho. Él realmente quería enseñarle. Y ella podía sentir como su Pajarito latía contra ella cada vez que tenía que contestar una pregunta.
«Perfecto. Pero la crema no la hace el Pajarito del hombre la crema es hecho en un órgano especial llamado testículos. Éstos cuelgan debajo del Pajarito del hombre. La crema viene de ellos. Ahora la crema tiene un nombre especial… se llama el semen. El semen es hecho en los testículos y sale a través del Pajarito del hombre. ¿Lo entiendes, bien?»
«Eeeehhh… La crema.. Parece.. el sem.. el semen sale del Pajarito cuando él eyacula. ¿Es así, o no?.» Carola estaba intentando repetir lo que Felipe estaba diciéndole.
Aquella pequeñita lo tenía caliente, al repetir lo que él le estaba enseñando. Le agradaba oír en sus oídos, las palabras que repetía esa pequeña.
«Bien… muy bien… pero para que entiendas mejor, te mostraré un video que te enseñara mejor aún. Yo tengo unos videos, que muestran a hombres que tienen orgasmos con muchachitas como tú. Déjame mostrártelos. Se alzó hacia la cabecera de la cama. Por un momento, su pecho quedó sobre la cara de la pequeñita, mientras que su pene se apretaba contra sus caderas. Carola se asustó, pero él, rápidamente volvió a su lugar. Ahora él tenía el comando de su equipo video. Había pasado su cuerpo sobre la pequeñita a propósito. Quería sentir su cuerpo pequeño bajo él. Él quiso empujar su pene erecto hacia ella y sentir su reacción. Ella se había tensado un poco, pero no a mucho. Bueno, en todo caso ella estaba aceptando esta nueva situación.
«Ven, colócate aquí a mi lado.» Ella se acurrucó más cerca. «Así esta bien, mi pequeñita. Ahora esta película para que entiendas sobre que yo estoy hablando.» Oprimió el botón del control remoto, y la TELEVISIÓN al pie de la cama se encendió. Apareció una cinta que él había puesto con anticipación a las clases de sexo que él le estaba enseñando.» La cinta era totalmente pornográfica, y se trataba de sexo entre niñas con mayores, pero era perfecta para esta ocasión. Felipe quiso mostrarle a Carola, lo bien que se sentía un hombre teniendo relaciones con una pequeñita como ella. Quería que Carola supiera que eso era lo que él tenía en la mente. La primera escena empezó. No era de las que Felipe había filmado, pero era perfecta para esta lección. Cuando Carola miró, Felipe dejó que su mano recorriera el cuerpo de ella, sobre todo sobre su pequeña conchita, y empezó a darle masaje despacio… muy despacio. Carola no podría creer lo que ella veía en la pantalla. Había una pequeña muchacha, no muy mayor que ella, y estaba sentada completamente desnudo en el borde de una cama, con una sábana sobre las piernas. Ella estaba abriéndose los labios de su conchita lampiña, Carola podría ver que la conchita era de color rosado en su interior. Era la primera vez que Carola, veía algo así, pero la escena no duró muy mucho tiempo. La muchacha parecía buscar a alguien fuera de la cámara, entonces ella miró hacia la cámara y dijo, «Mi nombre es Yasna Andrade. Yo tengo 10 años, y quiero aprender todo sobre el sexo. YO EEEEHHH…», y la muchacha parecía mirar fuera de la cámara y movió su cabeza, entonces ella miró la cámara hacia atrás.
«Yo les quiero mostrar que soy una buena niña… » De nuevo ella miro en otra dirección. «Y como soy una buena chica, les mostraré como puedo usar mi boca.»
Entonces de nuevo mira hacia la izquierda, Y entonces pareció bien. A continuación asomó un hombre de unos 50 años. Se podía verlo entero, estaba desnudo, con su pene completamente erecto. Felipe congeló la imagen.» Los ojos de Carola estaban desorbitados mirando la pantalla. ‘Esa es la parte que quería que vieras Carola, ese es el Pajarito, y bajo él, están los testículos. Ella apenas había visto algo de David en el cobertizo, pero esto era increíble. Era mucho más grande y extraño.
El Pajarito apuntaba directamente a la pequeñita en la pantalla. Eso era lo que Carola no podría creer. Esta muchacha pequeña no era muy Joven que Carola. Ella tenía sólo 10 años y no parecía asustada en absoluto por tener un hombre desnudo delante de ella. Cuando Felipe descongeló la imagen, y el hombre caminó hacia la pequeñita y se puso de pié frente a ella. Él acarició su pene con una mano y lo acercó a la cara de la muchachita. La pequeñita acercó sus labios a la punta de su pene y lo besó. Carola estaba fue aturdida. A esta pequeñita parecía no importarle besar con sus labios su Pajarito. El pene del hombre estaba creciendo. Cada vez que lo acercaba más a la pequeñita, parecía crecer aún más. La pequeñita miraba su pene, y entonces acercó más su cara.
«Eres una muchachita muy buena…. Ahora abre tu boquita muy ancha…» Podía oír la voz del hombre aunque su cara estaba mirando hacia la cámara. La pequeñita se acercó al hombre y abrió su boca. El hombre frotó su pene alrededor de sus labios un rato y entonces despacio empujó la cabeza de su pene hacia adentro de la boca de la muchachita. De nuevo, Felipe congeló la imagen.
«Carola, que piensas de lo que ves»?, él preguntó.
«Ay… no sé.. Ella es más joven que yo y.. ¿Qué le está haciendo a ella?»
«Él le está mostrando una de las mejores maneras que una pequeñita le da placer a un hombre. Hay muchas varias maneras que los hombres con las muchachitas se dan Yo quiero que ahora veas como es el orgasmo de un hombre. Yasna ahora va a calentarlo de verdad, y entonces él va a eyacular para que tú puedas verlo. El reloj…» Y él descongeló la imagen. Carola miró como la cabeza de Yasna se acercaba mas hacia el Pajarito grande del hombre. La boca de la pequeñita estaba totalmente estirada, y parecía que ese tremendo pene apenas encajaría en su boca. El hombre empezó a mover su pene de un lado a otro en la boca de la pequeñita. Con una mano tomaba su pene y con la otra sujetaba su cabeza. «Que muchacha mas buena… Que muchacha mas buena…. Oh, sí.. ahora… mas adentro….» Sus caderas estaban empezando a moverse. En un momento dado la muchacha con su mano pequeña empezó a sujetar el pene del hombre, y con la otra mano fuera de la cámara la llevó a su entrepierna.
«Sólo tu boca, cariño. Quiero usar solo tu boca. No las manos, cariño. Eres una muchacha buena. ¿Te gusta que te coja en la boca, así esperamos para coger mas tarde tu conchita, esta bien?» La pequeña de 10 años, movió su cabeza asintiendo, pero el hombre ahora estaba empezando a empujar más difícilmente en su boca. Carola no podría creer lo que ella estaba viendo. La muchacha empezó a hacer unas muecas de dolor cuando el hombre le empujaba su cabeza. De repente, otro hombre aparece detrás de la muchacha en la cama. Su pene grande estaba detrás de la cabeza de la pequeña. Él alcanzó abajo y puso ambas sus manos en la parte de atrás de Yasna y empezó a empujar fuerte hacia el hombre de adelante. » Que muchacha mas buena.. Abre.. Vamos.. Ábrete para mí. Yo quiero acabar en tu cara, Yasna. Oh Dios, tu boca es tan riiiica. Yo puedo sentir tu garganta, ooohhh cariño. Abra tu boquita para mí. Ohhh perrita pequeña estás tan riiiica Ven.. ¡TÓMALO!!» El hombre de adelante estaba tirando en el pelo de Yasna. Su pene casi desaparecía en la boca de la pequeña. Las lágrimas estaban empezando a salir de sus ojos. Carola no podía creer que esta pequeñita estuviera disfrutando todo esto. El hombre empujó más fuerte aún, y Yasna se sentía ahogada, y los espasmos en su garganta parecían aún mas al hombre. El hombre de atrás de ella estaba empujando hacia adelante hizo que doblara su cabeza y metió su gran pene lo mas profundo en su garganta. Él sacó el pene de su boca. «Dime que quieres mi semen.. Dime que lo quieres en tu cara…» La pequeñita miró al hombre, y ante el asombro de Carola dijo..
«Por favor dámelo en mi cara. Por favor dámelo en mi cara. Por favor dámelo en mi cara.» La muchacha lo repetía una y otra vez, le gustaba lo que le habían enseñado. El hombre acarició su pene una y otra vez, y entonces una explosión de semen salió de la punta de su pene. Todo el semen cayó en la frente de Yasna, goteando hacia sus ojos. Yasna no había hecho ni una sola mueca de dolor cuando recibía el semen en su cara, pero el hombre de atrás tomó su cabeza y la inclinó hacia atrás. «Abre tu boca… Arrrgghh.. Abre tu boquita mas grande….» Yasna hizo como él le dijo y otra explosión de semen cayó en su nariz, también le caía en sus mejillas mejilla. Le llegó a su barbilla. Entró su boca. Corrió por su garganta y su pecho plano. La crema que estaba en boca, caía por sus labios y chorreaba hacia sus pequeñas tetitas..
«Por favor dámelo en mi cara… Por favor dámelo en mi cara.. Por favor dámelo en mi cara….»
«Ohhh.. Aquí viene para ti mi pequeñita.. Abra tu boca… Oh… Oooohh… Abrelaaaaaaaaaarrrrrggggghhhhh… “La primera explosión de este hombre cayó directamente en la boca de la pequeñita. Ella cerró su boca y Carola pudo ver que ella estaba tragando la crema del hombre. El segundo tiro en la barbilla, y goteó en su cuello y en su pelo. Ella abrió su boca de nuevo, para seguir tragando el semen. Yasna movía su cara de lado a lado con su boca abierta y su lengua afuera. Cuando el hombre terminó, ella se limpió su cara con la punta de sus dedos. Ellos se marcharon todo pegajosos y procedieron a limpiar el pecho de la pequeñita, en donde algún día le crecerían las tetitas.
«Asi cariño.. Eres una muchachita muy rica… Eso hará que tus tetitas crezcan bien grandes, tú sabes..» Ella parecía cansada y su mano recorría aún su cara esparciendo el semen que le habían dejado. ¿Te gustó lo que hicimos Yasna?»
«Mmmmm… si…. me gustó mucho…», era todo lo que la muchachita podía decir.
«¿Te gustó el sabor de mi semen?
Vamos cariño, conseguiste sacarme una buena cantidad de semen.»
«Mmmmmm si asi parece»
Carola no podría creer lo que ella estaba viendo. Esa muchachita que parecía temerosa, ahora estaba feliz, con lo que había recibido. La crema estaba goteando en su barbilla y estaba llegando a su conchita lampiña. Una mano de fuera de la cámara apareció y frotó el resto de semen en su mejilla. Entonces los dedos fueron luego a su boca y le dijeron: chúpalos..» Yasna se hizo hacia adelante y chupó los dedos del hombre en su boca. Los restos de semen cada vez desaparecían al chupar ella esos dedos que le ofrecían lo que quedaba en sus mejillas. Y Felipe congeló la imagen de Yasna sonriendo y su cara llena de semen. «Carola ¿qué te parece cuando un hombre eyacula?. La crema se llama semen o leche. Cuando el hombre dispara su semen es porque tiene un orgasmo. El semen es lo que el hombre le da a una mujer para hacer un bebé, sólo tiene que ser hecho de una manera especial. El semen viene de los testículos del hombre, recuerda lo que viste en la película. ¿Me entiendes bien lo que te digo?» Carola había estado asintiendo con su cabeza mientras Felipe hacía su explicación. Ella todavía aún no entendía cómo hacerlo con él. Y dijo, «yo supongo para que…»
«Esta bien, veo que aún no me entiendes, veremos otra película para que lo entiendas bien. Yo siempre pensé que viendo y haciéndolo era la mejor manera de aprender algo. ¿Tú quieres aprender todo sobre el sexo, verdad?»
«Eeeeehhh… s… si…» «Ok, bueno.
Déjame mostrarte otras cintas con muchachitas con hombres que tienen orgasmos, y entonces tendrás una idea más clara al respecto, para que aprendas.» Esto es ‘.. antes de que tú lo pruebes. ‘dijo a Carola, pero la TELEVISIÓN estaba corriendo de nuevo y Carola no alcanzó a escuchar la última frase rápidamente, las imágenes en la pantalla eran increíbles. Felipe había hecho un montaje con varias cintas que el había reunido. Muchas de ellas eran porno, con niñas pequeñas, pero otras eran con mujeres maduras que realmente disfrutaban el sexo con 1, 2 o 5 hombres al mismo tiempo. En ninguna escena era la misma manera de coger. Estaban todos masturbándose o teniendo sexo oral. Él quería que Carola comprendiera bien la idea de lo que él quería hacer con ella. La primera escena corta mostró a una muchacha, de aproximadamente 12 años, que era cogida por su trasero. Cuando él se vino la muchacha siguió acariciando su pene. Finalmente ella siguió sus manos y rodillas e inclinándose lamió el semen de su barriga. La próxima escena le mostró un hombre de 50 y una muchacha, aproximadamente de 18 años, realmente estaban totalmente excitados. Él estaba tomándola de la cabeza mientras ella se lo chupaba. «Voy a acabaaaaaarrrrr… Voy a acabaaaaaarrrrr… Acaboooooooooooooooo…» Sus palabras se ahogaban entre sus gemidos mientras metía mas profundamente su pene en la boca de la mujer. Unos segundos después, el hombre sacó su pene y lo pasó por sus tetas. La próxima escena mostró a 4 hombres que están de pie alrededor de una muchacha de aproximadamente 23 años. Ellos estaban frotando sus penes, y la muchacha estaba moviendo su cabeza entre uno y otro, todos pasaban su pene contra su cara. Uno después de otro los hombres explotaron su semen delante ella. Algunos acercaban su pene a su cara, pero la mayoría echaba su semen sobre sus tetas para después simplemente frotarla por todo su cuerpo. Todos ellos la masajearon hasta que su cuerpo quedó brillante con las capas de semen. Las escenas se repetían sin cesar.
Carola estaba asombrada. Nunca antes había visto a un hombre desnudo, y no sabía nada sobre el sexo. Ahora ella estaba viendo más de lo que una persona puede ver en un año. Y todas las personas parecían realmente estar disfrutándolo. Ella veía a las muchachas teniendo de 7 a 23 orgasmos como el que ella había tenido recién. Ella vio a hombres que eyaculaban el semen en las caras, en las tetas, los pechos llanos, las barrigas, en las conchitas lampiñas y con vellos,. Ella vio a hombres que lamían las conchitas de las niñas. Muchachas que lamían los Pajaritos de los hombres. Ella vio besando a una niña de 7 años los testículos de un hombre mientras él se frotaba y eyaculó en su pelo. Ella lo vio todo… ¡y las escenas acababan con las personas que sonriendo!! Cuando la cinta acabó ella estaba aturdida y solo escuchó las palabras de don Felipe que dijo. » ….. ¿Qué te parece la diversión, Carola?»
«Eeeehhh…. ¿Qué?»
«¿Te pregunté si te gustó la diversión de la cinta?»
«YO… el eeeehhh… Yo no sé. Yo quiero decir… sí.. Yo quiero decir, ellos todos parecían todos a gusto, pero… Yo quiero decir.. Esos hombres siguieron lanzando en chorritos su semen por… Yo quiero decir.. Parece que lo tenían acumulado.»
«Bien, Carola, yo puedo entender cómo te sientes porque nadie te ha conversado acerca del sexo, pero, hay bien algunas cosas que ni tus amigos te lo han dicho, ni en una clase especial. Mira, cuando una persona alcanza la madurez, entonces el cuerpo desarrolla, muchas cosas. Tú sabes… las hormonas causan en las muchachas que les crezcan las tetitas, los vellos entre sus piernas, en su conchita. Si te hubieran permitido ir a esa clase ellos te habrían dicho todo esto que te digo yo, pero no como lo has visto en la cinta. Eso es con respecto al desarrollo del cuerpo. Las muchachitas como tú, aún no tienen muchas hormonas, por eso aún no tienes tetitas más grandes. Mientras más hormonas hay en el cuerpo más se desarrolla una pequeñita como tú. El secreto esta, en que hay muchas hormonas en el semen de un hombre. Y si tu quieres tener unos senitos grandes, necesitas más hormonas, tú puedes recibir el semen de un hombre. Por eso es que tu viste en la cinta, como las muchachitas se pasaban el semen por sus tetitas. Ellas querían tenerlas más bonitas. ¿Entiendes Carola? El semen de un hombre ayuda a una muchachita como tú a desarrollar un cuerpo más bonito. ¿Tú no quieres un cuerpo más bonito, Carola?»
«Sí.. Me gustaría ser algún día una modelo.»
«Bien, el semen de un hombre puede ayudarte a hacer eso. Por eso es que todos esos hombres siguieron lanzando en chorrito en todas esas muchachas. Las muchachas lo querían también. ¿Ahora, habiendo visto todo esto, entiendes sobre la manera un hombre tiene un orgasmo; qué es eyaculación, usted entiende, qué es semen y de dónde viene?»
«Sí.. Yo supongo…que ahora entiendo algo»
«Bueno. Ahora yo quiero explicarte un poco más sobre cómo una muchacha tiene un orgasmo. ¿Te gustaría que te diera otro orgasmo, Carola?»
«Sí. Me gustaría eso. Lo deseo.»
«Bien… ponte en el piso y yo te explicaré lo que yo iré haciendo. Mire mi cara mientras lo hago. Yo quiero ver su cara bonita cuando estés acabando de nuevo.»
«¿Acabando?»
«Sí.. ésa es otra palabra que se usa en el orgasmo. Es muy fácil de decir. Cuando una persona tiene un orgasmo dice que esta acabandooooooo. Yo te voy a hacer acabar frotándote entre sus piernas. Cerca de la parte superior de tu conchita tú tienes una cosita que se llama clítoris. Es realmente muy sensible al tocarlo. Abre tus piernas un poco más… Así está bien. Ahora, yo voy a frotar tu clítoris…. Siéntelo..» Él había puesto en el piso junto a la pequeñita fuera en la cama. Él se apoyó en un brazo bajo su cabeza y con su otra mano alcanzo la conchita de Carola. Él comenzó aplicando una suave presión sobre la conchita, Y mientras le hablaba, su dedo acariciaba suavemente el pequeño clítoris. Carola miraba su cara mientras él le hablaba, pero cuando sintió el primer toque, ella se tensó y arqueó un poco hacia atrás. Felipe siguió con el frotamiento de su clítoris. Carola empezó a cerrar sus ojos al sentir las sensaciones maravillosas que empezaban a brotar en ella.
«Carola, abre tus ojos y mírame. Sigue mirándome. Yo quiero ver tus ojos cuando tú te vengas. ¿Te quieres venir cariño mío?»
«Sí, por favor.»
«Dímelo corazón. Dime ‘ Por favor hazme acabar’.»
» Por favor hazme acabar…»
Felipe frotaba ahora más fuerte, sintiendo inmediatamente el efecto en la pequeñita. Su conchita lampiña se mojaba de nuevo entre sus dedos.
«Vuelve a repetir, Carola.. Vamos.. Por favor hazme acabar… Vamos…»
» Por favor hazme acabar… Por favor hazme acabar… Por favor… uf… hazme acabar… oooohhhh… aaaahhhhhgggg….. Por favor.. hazme.. acabar..»
Felipe se volteó para poder resistir su erección. Su mano seguía frotando esa conchita lampiña con bastante ahínco. Esta pequeñita de 9 años estaba mirándolo fijamente en su cara, pidiéndole que hiciera acabar. Ella se sentía a cada momento mas y mas caliente.
«El uhhh de Po.. Por favor…. hazme.. acabar… oooohhhh aaaahhhhhgggg me agrada…. Por favor…. hazme….. aaaahhhhhgggg.. hazme… aca… acab.. acabar aaaahhhhhgggg….. Por favor……………. hazme a aaaahhhhhgggg aaaahhhhhgggg aaaahhhhhgggg acabaaaaaaaaaaaaaaaarrrrrrrrrrrr AAAAHHHH AAAAHHHH AAAAHHHH AAAAHHHH AAAAHHHHGGGGGGGGGGGGGG..»
Los ojos de Carola estaban completamente desorbitados. Ella trataba de mirar la cara de don Felipe, pero ella no veía nada. Felipe miró su orgasmo… Su cuerpo arqueado y sus testículos tocando el suelo. Escuchaba sus ruegos mientras ella llegaba al orgasmo. Sentía los latidos de los espasmos de la conchita de la pequeñita. Ella estaba tan húmeda como si hubiera salido del baño, y Felipe ya no podía esperar más para introducir su pene en ese pequeño agujerito. Él deja que termine sus espasmos, y que se relaje. Sus ojos se cerraron y su cabeza se cayó a un lado, el pelo de la rubia esta sobre su brazo. Finalmente ella lo busca a él,
«Lo sentí fantástico. ¿Me lo harías de nuevo?»
«¿Seguro?, Carola, tienes todo el derecho de pedírmelo. Claro que no es justo que tú te diviertas y yo todavía estoy aquí con la ropa. Eso no es justo, no te parece?»
«Yo supongo… ¿No se quiere quitar su ropa interior?»
«No, Carola. Ven, siéntate de nuevo en el borde de la cama. Para ser justo tú tienes también que verme desnudo. Así que ven y ayúdame a desnudarme.» Se colocó al borde de la cama y entonces atrajo a Carola sentada sobre el borde de la cama. Entonces él se puso de pié frente a ella, así como el hombre había enfrentado a Yasna en la cinta que había visto Carola. La protuberancia en su ropa interior estaba a sólo centímetros de su cara. Ella no supo qué hacer, pero allí estaba sentada, mirándolo fijamente. Finalmente él toma una de sus manos y la lleva a su entrepierna, para que sienta la dureza de su erección. Hizo que acercara su cara, para sentir su dureza bajo su ropa interior. El calor era tremendo y su Pajarito estaba realmente duro. «Bésame, Carola, allí. Bésame antes de que me quites mi ropa interior.. Eres una muchacha buena. Tu puedes sentirlo, no lo desilusiones. Esta todo duro sólo para ti.» Él estaba frotando su entrepierna en su cara, disfrutando como tenía dominada a esta muchacha pequeñita de 9 años.
«Bien, Carola.. Tú lo que quieres es verlo. Dime: Yo quiero verlo.»
«Yo quiero verlo.» «Eso Carola, qué es lo que tú quieres ver. Ven.. dime lo que tú quieres ver.»
«Yo quiero ver su Pajarito.»
«Ok… pero tienes que aprender la palabra correcta para él.» Él todavía estaba sosteniendo su cabeza y frotando su entrepierna con su cara cuando él le hablaba, se detenía solo cuando él quería que ella contestara.
«Se llama un pene, Carola. La palabra es pene. ¿Tú quieres ver mi pene? Realmente dímelo, quieres ver mi pene.» Él sostuvo su cabeza para poder mirar sus ojos cuando ella lo dijera. La pequeñita de 9 años se encontraba desnuda dijo,
«Yo quiero ver su pene. Yo realmente lo quiero ver.»
Él ya no podía esperar. «Linda pequeñita, muy bien, con tus manitos saca mi ropa interior. Sigue… No te asustes, las pequeñitas como tú, ayudan a su hombre a desnudarse. Y yo quiero estar desnudo contigo.» Sus manos temblorosas de la pequeñita alcanzaron a y tiraron hacia abajo el elástico de su ropa interior. Ellos bajaron a sus caderas. Él tenía que hacer que ella baje su ropa interior para que vea su pene grande. «Así… mi pequeñita linda. Quítamelos totalmente. Yo quiero que tú me veas desnudo.» La ropa interior bajó un poco más, y Carola de repente y distraídamente, los baja más rápido. Ello permitió, que cayeran a los pies de Felipe. Su pene quedó libre y apuntando directamente a Carola, sólo centímetros de su cara. La pequeñita al mirarlo se asusta. ¡Era GRANDE!! Retrocedió un poco. Ella podía ver las venas por su costado. La abertura pequeña en el frente por donde el semen salía, ella suponía. Don Felipe alzó sus piernas para salir de su ropa interior, y su erecto pene queda delante de la pequeña Carola. Entonces él con una mano y lo frotó de arriba abajo con la mano de la pequeñita. Y algunas gotas de fluido empezaron a aparecer en la punta.
Continuará
Que linda ternurita como se presenta a la camara y dice todas esas cosas sucias, hubiera preferido qur le dejada sus calcetitas puestas