Chuy, Parte 01

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    Esta publicación es la parte 1 de un total de 4 publicadas de la serie Chuy
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    No podría llamarle padrastro pues solo duro un año con mi mamá viviendo con nosotras.

    Yo tenia unos 10 años, no recuerdo bien. Él andaría por los 25 era menor que mi mamá. Lo recuerdo alto, no sé unos 1.8 metros y fuerte. Así como le gustaban a mi mamá. Esos días de cuando llegó a la casa los recuerdo porque mi vida cambio mucho. Ya no me sentia confiada como antes, porque Chuy siempre estaba mirándome cuando andaba en calzón y en camiseta de tirantes como me gustaba en el calor. Hasta má me decía que no había problemas con él, que no fuera sangrona, pero no me sentía agosto. No era yo una belleza, mas bien era flaca, pues no comía bien porque no me gustaba. Sí era altita, de las mas altas de mi clase, pero delgada. De piel clara y cabello castaño lacio y largo a la espalda, de cara si era bonilla, cara de niña pues.

    La primera vez que él se me insinuó claramente fue como al mes que llegó, una vez que salió del baño envuelto en una toalla por la cintura, mamá estaba en el patio lavando ropa y yo en la cocina desayunando para irme a la escuela. Chuy fue asi medio desnudo a la cocina y saco jugo de naranja del refri y se puso a beberlo frente a mí. Estaba parado del otro lado de la mesa cuadrada para cuatro sillas que teníamos en la cocina y se empezó a frotar el pene sobre el respaldo de esa silla de donde estaba parado .

    A los 3 minutos su toalla se levanto como si tuviera un tubo entre las piernas, pero bien grande como un rifle escondido debajo de la toalla. Se paro de puntas y el tubote quedo sobre el respaldo de la silla, como descansando en ella. Lo posaba muy cínicamente sobre el respaldo sin decirme nada, viendo como yo en mi inocencia me lo comía con los ojos. Mordía mi galleta y miraba como se desplazaba aquello como sobandose de panza en la silla, bien grandote bajo su toalla blanca, no podía apartarle la mirada. Él tampoco me decía nada, solo me miraba serio, pero sonriente. Cuando termino su jugo, dejo el vaso en la mesa y se acercó a mí por un lado, de reojo, sin voltear mi cara, vi claramente como se echaba la toalla a un lado, pero no alcance a ver lo que sacaba de adentro porque el ángulo era muy cerrado y no quise volver la cara. Pero él me agarró de la mejilla contraria con una mano, como acariciándome y me dijo que me fuera con cuidado. Pero sentí que me tocaba la otra mejilla, la mas próxima a él con algo que no era su mano. Pues sentí algo como un solo dedo, pero muy gordo.

    Mientras me seguía diciendo consejos de que me cuidara, me seguía acariciando la mejilla con eso, incluso me lo paso por debajo de la cara, por mi papada, por mas que bajaba mis ojos para ver lo que era no alcancé a verlo y en mi oído mas cercano a él escuché claramente un ruido como de rascarse cabello, como de dedos en pelos. Yo estaba congelada, suponiendo con lo que me estaba recorriendo la cara pero no quería voltear, estaba muy asustada de mirar algo tan feo y tan grande, pues recordaba como se le veía minutos atrás cuando estaba al otro lado de la mesa y por lo que podía sentir en la cara, debía de ser moustroso. Tenia mucho miedo.

    Luego ya se fue y ahí me dejo toda lacia del susto. La siguiente vez fue viendo la televisión, hacia un calor bien fuerte y Chuy llego y se sentó muy junto de mí. Mamá estaba en el piso de arriba, limpiando y sacudiendo. Era de noche y yo veía una telenovela. Él llegó y haciéndose el simpático me abrazó por los hombros recostándome en su pecho, de lado. Me gustaba sentirlo asi pues yo me sentia grande, suponia que asi debia sentirse que te abrazara tu novio. Ademas como él era tan alto y fuerte yo me sentia protegida entre esos brazones bien anchos. Pero de repente voltié para abajo, como si tuviera un imán en su cosa y él se dio cuanta de eso, así que me hizo voltear mi cabeza hacia abajo, ya no viendo la tele, sino mirando hacia allí a su bultote y se lo empezó a tocar con la otra mano mientras me besaba el cabello detrás de la cabeza, forzándome a voltear para abajo. Se le paró bastante, y se le veía mucho ahí bien hinchado.

    Luego, vigilando la escalera por si mamá bajaba de repente, se metió el dedo pulgar de la mano libre, con la que se sobaba y jalo el elástico del short sobre su estómago, deteniéndome la cabeza en la misma posición, así que pude verle para adentro del short y como no traía calzón se le vio todo el chile bien grandote y bien grueso. Así me tuvo mirándosela nada mas, no paso de ahí esa noche. Me estuvo enseñando su miembro como una media hora y ya sacándosela completa, pues forzaba mucho el elástico del short y la cosota se le salía toda bien cercas de mi cara y le rebotaba en el estomago. Ya hasta me dolía el cuello de tanto estar en la misma posición, pero no le decía nada, me hacia la loca y ni la tele miraba, solo veía esa vergota brillosa y paradota. Luego ya se escuchó que mamá bajaba y él se acomodo como a un metro de mí tapándose con la camiseta el bulto.

    La siguiente vez también estaba yo mirando le telenovela y má estaba con una vecina en una lotería de topper ware. El llego del trabajo y se subió a cambiarse. Cuando bajo vi que traía un short muy aguado que le quedaba grande. Se sentó a mi lado y luego luego me agarró una mano y se la metió por un lado del short. Como estaba muy flojo de las piernas, mi mano cupo fácil. Sentí como su cosa ya estaba muy parada y se la tocaba bien nerviosa sin decir nada. Se la apretaba y se la tallaba con mi mano, hasta sentía que se me iba el aire, como taquicardia, batallaba para respirar del nervio que tenia. Él se estiraba de piernas y se iba al borde del sillón. Así me tuvo como 20 minutos y luego se la saco por ese lado, poniéndosela bien derecha apuntando para arriba, yo me asuste al verla, estaba muy tosca y gruesa, como de unos veinte centímetros y con mucha cabeza como de un hongo.

    Él se la sacudía y me miraba como estaba yo de azorada, en la vida había yo mirado algo así. Me dio bastante miedo, pues aunque ya se la había visto la otra vez no se le veía tan claramente como ese día. Y aunque ya tenia rato agarrándosela y se la sentía bien grande y gruesa no imagine que estuviera así de toscota. Así que me paré y me salí de la casa corriendo a jugar con mis amigas, me dio bastante miedo seguir con eso. A los pocos días me armé de valor para no salir corriendo. Me hice el propósito de aguantar lo más que pudiera mis nervios y no escapármele. Me daba miedo y nervios pero quería volver a verle allí, lo tenía bonito.

    Además sentía mucha morbosidad de estar así con él, como desesperación de que me hiciera hacerle cosas sucias. Así que llego la noche y me senté a ver la tele según yo. Pero él acabó de cenar y se metió a bañar. Mamá estaba lavando trastes, así que me subí y de adrede pasaba por el baño, cantando y tarareando una canción, pero para que él supiera que ahí andaba. Oí que cerraba las llaves del baño y me empezó a latir el corazón bien rápido, sabía que ya me había escuchado que andaba en la planta alta y me empezó el nervio, sentía cosquillas en el estomago, bien raro. Luego cuando escuché que habría la puerta del baño casi me da un ataque, estaba bien nerviosa. Me quedé de palo mirándolo bien seria. Él se acercó a mí y me agarró la cara acariciándome y se agarró el bulto por encima de la toalla. Me llevó cercas de la escalera, como para vigilar a má desde allí por si subía. Se frotaba muy fuerte la cosa por encima de la toalla para que se le parara bien y se la sacó por un lado y se empezó a masturbar delante de mí que me recargué en la pasamanos de la escalera.

    Luego como le estorbaba la toalla se la quitó completa y la puso en el pasamanos y asi desnudo total se zarandeaba y se jalaba el chile. Lo traía bien rojo y parado. Me agarró una mano y me hizo rodearle la cosa, estaba bien gorda y dura, como un músculo. Con una mano hacía la seña de cómo debía hacerle para masturbarlo y empecé a jalarle la cosa tan grande. La miraba y estaba más larga y mas gruesa que mi antebrazo y la cabezota era mas grande que mi mano cerrada. Me la quitó de la mano y él mismo se la jalaba mientras yo lo veía. Luego se detuvo y se echó un escupitajo y me dijo que lo esparciera por el tallo con mi mano y quedó muy resbalosa.

    Me hizo que yo lo siguiera masturbando y así estuvimos como 10 minutos. Cada vez se le ponía más dura y grande, pero yo ya no sentía nervios ni miedo. Me dijo que le escupiera ahora de mi saliva y no me salía mucha, traía la boca seca de la emoción ya no de los nervios o no le atinaba. Así que me escupí las dos manos y con ambas se la seguí jalando pues con una sola ya no podía, se le puso más gruesota, pero mucho más. Me dijo ya te está gustando verdad? Y yo solo afirmé con mi cabeza y se la seguí jalando bastante.

    Me pidió que le sobara los huevos y con una mano se los acariciaba y con la otra seguía masturbándosela bien fuerte, hasta donde podía yo. Sus huevotes parecían una bolsa de piel muy redonda como una pelota con las que jugaba pero mas pesada y suave, me gustaron mucho. De repente me pidió que le pasara la toalla que dejó en el pasamanos y se la di. Me quitó la verga de la mano y me dijo que me hiciera para allá y se empezó a venir bien fuerte. Echó mucha leche en la toalla y se limpió la cabeza del pene con ella. Me dijo que me lavara las manos y me dio un beso en la frente y se fue a su cuarto.

     Luego una tarde yo estaba en el patio, sentada en una cubeta de plástico al revés mirando como se peleaban dos hormigas. Chuy llegó con un amigo y se sentó en una sillas para tomarse unas cervezas con el amigo que llevó. Yo ahí me quedé sentada donde estaba. Cuando ya llevaban como cinco cada uno, él me habló y fui para allá con ellos. Me dijo que era su compadre, que lo saludara. Así lo hice y le saludé de mano.

    Luego me iba a ir, pero Chuy me detuvo de una mano y me jaló hacia él y me abrazó por la cintura pegándome a su costado parada. Yo le eché un brazo en los hombros y así nos quedamos mientras ellos platicaban de quien sabe qué cosas de su trabajo. Mientras hablaban yo le acariciaba el pelo y le sacudía los hombros de la camisa a Chuy, no sé porque pero le estaba agarrando cariño y sentía bien ser así con él. El compadre de él le dijo que yo era una niña muy cariñosa y él le contestó que solo con los que yo quería. Me reí y él me dio un beso en la mejilla, sentí muy bonito y lo abracé por el cuello. Así estuvimos, ellos hablaban y yo ahí de salero, pero estábamos como si nada. Me puso de frente a él y yo sentía muy rico cuando me le pegaba con mi cosita a sus costillas, hasta más me empujaba y Chuy me apretaba de la cintura hacia él, me rodeaba completamente con su brazote, bien rico que sentía yo. Luego ya me cansé y con mi pierna golpeando la de él, le di a entender a Chuy que me quería subir en él porque ya estaba incomoda parada tanto rato. Me hizo canchita y me senté en sus piernas.

    Con la platica me fui quedando dormida, hasta que ya no supe de mí. De repente sentí que me apretaban mucho y desperté, era Chuy que me abrazaba fuerte. Le pregunté por su compadre y me dijo que había ido por más cervezas. Le pregunté por mamá también y no estaba en la casa, se había salido no sé a donde. Sentí mis muslos, por la parte de atrás desnudos sobre su pantalón y es que ya me había echado la falda de la escuela sobre la cintura y mis piernas descubiertas estaban en contacto con su ropa. Sentía su cosa dura en mis nalgas claramente y me movía sobre de ella.

    Parecía un mecate bien gruesote. Me volví a acurrucar en su pecho y él me acarició las piernillas flacas que tenía hasta que llegó a mi calzón y me empezó a acariciar mi cosita, le abrí las piernas y me agarraba bastante allí con toda la mano, sentía mucho sueño y modorrés, como si me estuviera hipnotizando. Estaba bien abierta de patas, toda abierta dejándolo pasarme la palma de la mano por mi calzon en la mera vagina y medio dormida escuché la puerta de la calle abrirse, ya venían con mas cervezas.

    Chuy me bajó la falda y me dijo que me fuera a bañar y que me recostara un ratito porque tenía sueño. Yo me negué con la cabeza, sin decirle nada pues quería seguir encima de él, pero me dijo que lo hiciera y que le iba a decir al compadre que ya se fuera y me iba a ir a contar un cuento a mi cama cuando estuviera recostada. Así que me bajé y me fui corriendo a la regadera. Me bañé bien rápido y me puse una camiseta de tirantes, muy fresca y sólo mi calzón limpio y me acosté esperando a que fuera Chuy a contarme a mi cuanto. Pasó casi una hora y me estaba quedando dormida.

    Cuando escuché que se despedían él y su compadre, mi corazón se aceleró a 100 por hora, bueno como a 1,000. Y cuando lo escuché acercarse a mi cuarto casi se me sale por la boca, me entraron los nervios otra vez, pero por volverle a ver su cosota tan grande y tan gorda que ya me estaba gustando tanto y tanto. Escuché el ruido que hacían sus orines en la taza porque había llegado antes al baño y no le había cerrado a la puerta. Al poco entró a mi cuarto y ya tenía la verga fuera de la bragueta sin guardar.

    Caminaba asi con ella de fuera hacia mi camita y se le bamboleaba a cada paso que daba, la traía muy super de larga y de gruesona apuntando hacia mí. Chuy se acercó a donde estaba recostada, me hizo una seña para que me pusiera de pie sobre la cama. Cogió mi cabello húmedo y me lo peinaba con sus dedos… Chuy se acerco a la cama donde estaba yo recostada, me hizo una seña de que me levantara y me puse de pie sobre la cama. Él cogió mi cabello húmedo y me lo peinaba con sus dedos acercándome cada vez mas a su cara hasta que quedé recargada en su pecho. En mis rodillas podía sentir su cosota bien parada rozándose en una y en la otra. Yo quería voltear para abajo, mitad por que se la quería ver y mitad porque le olía la boca mucho a cerveza. Bueno y en parte porque sabía que quería besarme, no estaba tan mensa y como que eso no me gustaba, no sé pero como que no era mi mas grande deseo en ese momento Y lo que de verdad ansiaba era verle allí, al objeto de mi curiosidad infantil del momento, esa cosa tan rica que estaba en mis pensamientos hasta en clases.

    En ese tiempo después de haberlo masturbado en la escalera, casi toda la mañana me la pasaba pensando en ella, ni ponía atención a la profesora. Se me iba la mañana repasando mis recuerdos de lo que Chuy me enseñaba. Trataba de dibujar en mi mente su bonita verga y ni me daba cuenta de lo que pasaba en mi rededor. Quería plasmar en mi cerebro su apariencia, su color y hasta la ultima vena, me concentraba y hasta sentía en mi mano su contacto tan pesado y tan morboso. Ponía mi brazo estirado sobre mi paleta y acomodaba la vergota de Chuy a un lado, como si fuera un montaje de fotos. Agarraba mi regla y hacía memoria para medírsela con ella basándome en mi ante brazo. Me medía desde el codo hasta la muñeca y veía incrédula como se completaban 22 centimetros mas o menos.

    Dudosa de que mis cuentas estuvieran bien volvía a hacer la misma operación de medida y siempre dudaba del resultado, no me cabía en mi mente de niña que fuera tan grande la cosa de Chuy, me ponía la regla a escasos centímetros de mis ojos y la miraba fijamente contando rayita por rayita hasta llegar al 22, estaba bien perturbada. Mi compañera de enseguida me preguntaba que qué estaba haciendo?, y yo le decía simplemente NADA.

    Le decía que me prestara su regla y las ponía en escuadra, con la de ella me media el antebrazo de lo grueso, me daban 4.5 centímetros asi que calculaba lo gordo de la verga en unos 6. Hasta llegué a ponerla dibujada en una de las hojas de mi libreta para ver bien las proporciones y casi no completaba, apenas cupo en la hoja. Estaba bien bueno. Cuando ya vi que Chuy me iba a besar en la boca, bajé mi mano y le agarré el chilote, se lo jalé y me le alejé hacia abajo apartándomele de la boca apestosa a cerveza.

    Él me separó de su pecho y me hizo voltearme y ponerme hincada de rodillas en la cama, se medio flexionó de piernas y me pasaba su verga por las nalgas besándome en las mejillas y haciéndome a un lado el cabello para besar mi cuello, yo sentía riquísimo y echaba para atrás y movía mis pompis contra su chilote bien rico, me estaba agasajando como si fuera grande y me gustaba mucho sentirme así. Luego me paró otra vez en la cama y me monté en su verga y él se olvidó de besuquearme cuando vio que lo que hice yo sola. Sentía su cosa bien gordota entre mis piernillas tilicas, pero me gustaba mucho la sensación, se sentía súper. Abracé a Chuy por el pecho y me recosté en él bien aferrada para que se olvidara de besarme en la boca.

    Sentí como me acoplaba las nalgas con sus manotas, sentía que me las cubría todas, las dos, yo era muy delgadita. Luego mientras yo le apretaba la cosa con mis muslos él metió las manos entre mi calzón y me agarraba las pompis desnudas. Me fue bajando mi chón hasta que me quedó debajo de las nalgas. Me separó de él y me lo bajó hasta las rodillas. Me empotró de nuevo el chile entre las piernas, pero ahora lo sentía completamente en vivo, me gustó mucho lo que sentí, bien padre, pero no me le quería soltar del pecho, mi mejilla estaba bien pegada a su hombro porque sabía que me querría besuquear y le olía bien feo la boca. Así que más me echaba para abajo y más sentía el poder de esa abundancia tan dura y fuerte de mi merita vagina, casi estaba sentada en ella.

    Chuy me quitó todo el calzón y me dejó en la pura camiseta, asentó en sus manos mis pompis y me elevó haciéndome que lo rodeara con mis piernas por la cintura, forzándome con esto a levantar la cabeza y quedar boca a boca, pude envolverlo completamente con mis piernas pues eran largas, yo era alta de estatura para mi edad y él no era gordo, solo de la espalda y de las piernas pero no tenía panza, así que entrelacé mis pies detrás de él. Era insoportable el olor de su aliento, pero no le decía nada. Así como me puso cargándome, sentía que su cosa me pasaba ahora por el culito, ya no tanto por la vagina, esa era otra novedad para mí que también me gustó. Bueno siempre me gustó lo que me hizo Chuy cuando era chiquita, lo único que no le aguantaba eran los besos después de haber bebido cerveza, me daba repulsión besarlo así.

    Así me tuvo un rato cargada, ya no me sostenía de las nalgas, yo misma me sostenía conmis manos de su cuello y con mis pies enredados, pero me agarraba de la cintura y casi se podía tocar sus dedos como si fueran un cinto, y estaba empujándome su cosota contra mi culito, solo me la empujaba despacio y no me lo metía, bueno ni yo pienso que me hubiera cabido por ahí, era demasiado gruesa. Sentía mucho calor y Chuy sudaba mucho también, pero me gustaba sentirme así con él tan íntimamente y sentía muchas ganas de todo con él. Ya hasta casi me había acostumbrado a su aliento a alcohol y estaba dispuesta a besarlo, así que me le acerqué y nos íbamos ya a besar en la boca cuando de repente escuchamos la puerta principal abriéndose, era mi mamá!!!

    Me bajó de él y se salió casi corriendo de mi cuarto. Chin!!!, llegó mamá y ya no pudimos hacer nada ese día. Pero nos hicimos bien atrevidos. Una vez, cuando mamá estaba haciéndonos de cenar estábamos sentados en la barra desayunador, por fuera de la cocina donde má estaba en la estufa. Chuy se sacó el chilote bien parado y me hizo que se lo cogiera con mi mano, ni cuando mamá nos trajo lo platillos dejé de jalarle la verga, con mi mano izquierda lo masturbaba muy lentamente y con la derecha cenaba, bien rico. Cuando ella se iba a la estufa de nuevo a traer más tortillas nos mirábamos a los ojos y yo mordiéndome el labio inferior, dándole a entender que me gustaba mucho agarrarle la cosa tan grande que tenía y él me sonreía muy bonito.

    Luego, en una de esas, Chuy dejó caer una cuchara al suelo y me hizo la seña de que la fuera a recoger del piso y me bajé de la silla alta. Cuando me iba levantando me agarró de la cabeza y me acercó la verga a la boca, yo sin que él me lo dijera me la metí entre los labios y como pude me atraganté con la cabezota de su miembro bien gordo, fue la primera vez que me hizo mamársela. Me gustó tanto que ni me quería levantar y Chuy me tuvo que retirar de los pelos y aventarme con su muslo pues mamá ya venía de vuelta a sentarse frente a nosotros. Después de cenar, yo quería mas de la verga por mi boca, me encantó el momentáneo contacto que tuve con ella, pero má quién sabe qué tantas cosas le decía a su novio y no se le veían ganas de dejarlo irse de ahí. Así que dije que iba para mi cuarto y cuando me bajé de la silla, Chuy hizo por guardarse la verga, pero yo se la apreté fuerte y le hice señas de que me esperara tantito. Fui a la escalera y pisotié en los escalones como haciendo ruido con los zapatos para que se escuchara como si subía.

    Me regresé al primer escalón y vigilé a má desde allí. Cuando ella se descuidó, me eché de gatas al piso y avancé hasta los pies de Chuy que me miraba sonriendo desde arriba, meciéndose al chilote sabiéndome ya bien metida en el asunto como él lo quiso desde el principio. Me puse de rodillas apoyada en las piernas de él y lejos de la mirada de mamá que seguía hablando como perico y empecé a meterme la cabezota de esa súper verga en la boca, chupándosela a Chuy como si fuera un barquillo de fresa. Él tenía tal control que ni con mis más largas chupadas se descomponía o perdía la plática con má, así que bien confiada se la estuve mamando durante todo el rato que duró la conversación con ella.

    Luego mamá se levanto de la silla y se fue a lavar los trastes al fregadero al fondo de la cocina y de espaldas a Chuy y a mí escondida de rodillas en la media pared del desayunador. Casi ya no me cabía la vergota de Chuy en la boca, se la había logrado poner al 100 por 100 completamente desplegada y grotesca de grande y de dura, ya apenas le chupeteaba la cabezota, pos no me cabía más si no me la hubiera atragantado completa, ya estaba muy sonsa por ella y ni mamá a cintarazos me la hubiera podido sacar del hocico si me hubiera sorprendido haciendo eso. Él se la levantó y me dijo muy bajito que le lamiera los huevos y así me tuvo otro rato chupandole los testículos bien llenos de semen, bien hinchados por los minutos que le había estado comiendo la verga.

    Yo hasta temblaba debajo de él entre sus piernas comiéndole los huevos. Sentía una desesperación muy rara de estarle haciendo esas mañas tan sucias, como que no me era suficiente, quería tragarme todo aquello ya estaba bien perdida por los genitales de ese hombre. Me separo de sus cosotas y me dijo que lo esperara. Se guardo la verga y se levanto hacia la sala, mamá seguía en el lavatrastes muy entretenida pues yo escuchaba el ruido del agua y de la loza que lavaba. Chuy trajo sus cigarros, se volvió a sentar y encendió uno. Ni me tuvo que decir nada, yo misma le saqué la verga del corto y me puse de nuevo a mamarsela toda con todo y huevotes.

    Al ratillo me dio unas servilletas y me hizo la seña de que ya se iba a venir. Con su dedo índice en su boca me hizo la seña de que me los tomara. Me alejó de ella y se masturbó lento hasta que empecé a ver que le iban saliendo a gotas gruesas poco a poco, luego los chorros se fueron haciendo más gruesos e intensos hasta que aquello era una fuente de semen que se me esparcía por toda la cara y el pelo. La soltó y yo la agarré y me le prendí como si fuera una teta de mamá y le saqué los ultimos restos de semen, ni asco me dio. Me supo rarillo pero me gustó. Me limpié la cara con las servilletas y Chuy me dijo que se la limpiara también a él, le hice señas de que ya con esas servilletas no se podría pues ya estaban rebosantes de leche, aventaba mucha ese hombre. Me pasó mas servilletas de papel y se la limpiaba bien y con calma viendo como se le iba bajando.

    Cuando estuvo menos grande se la empecé a chupar de nuevo y así me podía meter casi media verga en la boca, me gustó mucho porque me cabía más y mas cómoda y se la mamaba con más ganas, pero él me separó de ella y me dijo que má estaba por terminar, que me fuera para arriba. Me fui a gatas como cuando llegué y me metí a bañar y a lavarme el cabello todo lleno de semen que olía bastante. Por eso prendía cigarros cada que yo le vaciaba los testículos, para que má no oliera la leche de mi padrastro.


    Continuará

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