Era una noche calurosa de buenos Aires, no había luz desde la tarde y estábamos solos en mi departamento. Era día de semana, pero por fuerza mayor mi nena de 8 años se tenía que quedarse conmigo en mi departamento, ya que mi exmujer tenía que cuidar a su madre porque estaba en el hospital.
Solo por la ventana de mi cuarto entraba una pequeña brisa por lo que mi hija se quedó a dormir en mi cama y yo me fui al living a dormir. En el medio de la oscuridad escucho que mi hija se levanta de la cama y va hacia la cocina a buscar algo de agua en la heladera.
Mientras regresa la veo con su cuerpito semidesnudo, solo tenia puesto una remera larga y sus bombachita. Al verla tan así enseguida se me despertó la pija. No siempre tuve estos deseos por ella, pero últimamente de solo verla se me ponía dura la pija. Su cuerpito estaba cambiando tenía apenas unos pechitos hermosos, y una colita tan chiquita y tan preciosa que me quedaba largo rato admirando la belleza de mi hija.
AL verla deambular por la casa intentando no llevarse nada por delante, llegó hasta el sillón donde yo estaba durmiendo y me dijo al oído… “papi, hace mucho calor, ¿me puedo dar un baño?”
A lo cual mi respuesta fue: “claro mija, ahí te busco las toallas”
Me levanté del sillón con una erección tremenda, pero al estar oscuro no se dio cuenta. La acompañé hasta al baño alumbrando con la luz del celular, le abrí la canilla y se metió a la ducha mientras yo buscaba las toallas.
AL regresar con las toallas vi su cuerpito y su conchita diminuta sin un solo pelito. Su hermosa figura y sus largas piernas. Por suerte la luz del celular solo apuntaba a ella. Ya que mi pija se salió un poco de mi slip. El elástico se venció y la punta de mi pija salió por un costado, pero no importaba porque estaba tapándome con las toallas.
“aca están las toallas mija”- le decía mientras admiraba su pequeño cuerpo
“papi, me ayudas con la luz del celu q me veo bien”
“si preciosa mia”
Con la luz del celular pude alumbrarla y fijarme con más detalles cada parte de su cuerpo, su cola, su conchita, sus pechitos, sus caderitas. Estaba muy al palo en ese momento y no podía más de la excitación.
“necesitas ayuda para secarte?”
“no papi, ya estoy seca por el calor que hace”
“¿queres dormir asi sin ropa?”
“¿puedo papi?”
“claro, eso si no le digas anda a mama sino nos mata a los dos”
“si” dijo mientras se reía.
Una vez que se acostó y se durmió. Yo seguía aun en la pieza acostado al lado de ella observado su cuerpito. Se había tapado con la sabana, así que aproveché cuando se durmió para correr la sabana. El corazón me latía a mil por horas y mi pija me latía aún más. Ya tenía el slip casi todo mojado de mi presemen. Lentamente mojé mi dedo con un poco de mis jugos y se lo pasé despacio sobre la conchita de mi hija dormida. Al principio tenía miedo que se despertara, pero al ver que seguía dormida aproveché para poner mi cara más cerca de su conchita y oler esa hermosura. Una vez ahí abajo, en una pose media extraña para no despertarla, pasé mi lengua por toda su rajita chiquita. Y mientras disfrutaba de pasarla mi lengua mi pija pedía a grito descargar la leche. No me pude contener mucho más y terminé manchando mi slip de mi leche mientras aún seguía chupando la conchita de mi nena. Fue una sensación única con el corazón latiéndome a mil por horas y mi pija largando leche a morir. A lo que yo también me levanté y me fui a dar una ducha de agua fría para bajar mi calentura.
Después de la ducha volví a la cama para encontrar a mi nena boca abajo con el culito para arriba.
Fin