Estaba ahí yo sin saber que poner en el buscador de Google, la tesis que debía estar por la mitad en este preciso instante no pasaba de la quinta hoja más allá de la introducción. La pequeña niña que jugueteaba a mi alrededor no ayudaba, pedía y pedía que juegue con ella el “jueguito secreto” que hace unos meses le había enseñado, está por demás decir que era imposible viendo la situación del café internet en donde nos encontrábamos, había mucha gente y yo me encontraba en un verdadero problema con mi inexistente tesis.
– Hoy no pequeña, estoy ocupado ahora, otro día jugamos hasta que te canses sí.
– Uhhh, está bien- dijo con una mirada triste y se fue al lado de su madre.
La verdad es que yo también quería jugar con ella, hace días que no podía tocar su cuerpo suave, ni sentir sus labios rosados en mi rostro, pero debía mantener mis prioridades o sino estaba frito.
Entonces fue ahí cuando entro, fue en ese preciso instante que la observe, una angelita de cabellos rubios saltando inquietamente, aun con su uniforme escolar, uno que conocía bien, faldita a cuadros, blusita blanca y una pequeña corbatita que se deslizaba entre sus pechitos en desarrollo, su cabello dorado le llegaba hasta los hombros y llevaban unos pequeños moñitos que la hacían ver más coqueta y deseable. Su edad parecía ser la misma que la de mi pequeña juguetona de hace rato pero algo en ella la hacía ver más madura y deseable; iba acompañado de un niño rata idiota un poco mayor que ella, supongo era su hermano, al que no preste demasiada atención.
Se sentó en la cabina que se encontraba a mi lado y sus ojos celestes e inocentes chocaron con los míos, fue amor a primera vista…
A todo esto mi nombre es Javier, 23 años, y ese era el último año que me encontraba cursando en mi universidad, mis días universitarios los pase matándome estudiando para poder resaltar y conseguir mejores oportunidades de trabajo una vez me gradué, mis padres lamentablemente fallecieron en un accidente de tránsito justo cuando había acabado el colegio, el poco dinero que me habían dejado lo invertí en mis estudios y en un pequeño y oscuro cuarto, consiguiendo trabajos de medio tiempo solo en fin de año y épocas festivas, luego de cuatro años duros y lleno de privaciones ya solo faltaba hacer la maldita tesis para así poder olvidarme de esta aburrida ciudad en la que me encontraba desde que tenía uso de razón, pero eso requería tiempo, tiempo y dinero que debía invertir en investigaciones inútiles solo para llenar 10 páginas de 500 que debía contener mí hasta entonces incompleta tesis.
Por si fuera poco ese año había comenzado de la peor manera, me había enterado de forma anónima que la chica con la que había estado saliendo el último año y medio me había estado utilizando solo para aprobar materias y llegar hasta estas instancias, yo tan ingenuo que era no quise creer esas acusaciones al principio, pero todo se desplomo cuando la encontré teniendo sexo con 2 hombres en la fiesta de año nuevo que un amigo mío había organizado, subí al tercer piso a uno de los varios cuartos donde creí que estaría descansando luego de haberse pasado un poco de copas y escuche ya desde el pasillo los sonidos desenfrenados de placer que salían de una de las habitaciones al fondo, la estaban penetrando anal y vaginalmente como bestias desenfrenadas yo solo me limite a ver detrás de la puerta mal cerrada y a oír los gemidos estridentes que soltaban en aquella cama pequeña, sonidos de cuerpos chocando, de fluidos saliendo, de objetos cayendo de sus lugares; ahí estaba, mi pequeña novia de 22 años con la que había pasado tantos momentos alegres convertida en puta, su cuerpo pequeño de apenas 1, 55m sodomizado por otros 2 cuerpos de más de 1,80m chupando sus vergas monstruosas como una verdadera profesional , cambiando de poses cada 5 minutos gimiendo y pidiendo más, al contemplar la lujuriosa escena me puse a recordar, ella no era así conmigo cuando hacíamos el amor, era tímida, y apenas la penetraba me pedía que parara, su cuerpo pequeño no estaba acostumbrado a mi tamaño pensaba yo, así que casi siempre hacía del sexo un momento incomodo entre los dos; pero aquí estaba ahora rodeada por 2 hombres con penes aún más grandes que el mío gozando y gimiendo como perra en celo, todo había sido una mentira, un show para ganarse mi cariño, para ganarse mi obediencia, para ser su juguete, mientras yo hacia sus proyectos y tareas ella se la pasaba de fiesta en fiesta chupando vergas y divirtiéndose, que idiota fui. Me tendí en el suelo decepcionado y triste, mientras los 2 tipos en la habitación se venían dentro de la boca y el pequeño útero de la que ahora era mi puta ex novia, di una última mirada ella se encontraba con las piernas abiertas mostrando su pequeña vagina roja chorreando el blanco líquido seminal, su cara era la de una golfa que había alcanzado el orgasmo máximo, llena del blanco semen que se expandía desde su boca hasta sus castaños cabellos, su pequeño cuerpo temblaba y se encontraba en total éxtasis.
– Creo que estoy lista para otra ronda más chicos – dijo jadeando y mostrando una pequeña sonrisa, mientras otros 2 hombres que no había visto antes aparecían de los costados de la habitación, habían estado observando el show en la oscuridad esperando su turno y así la función volvió a continuar.
Pude oír cuando sus pantalones y poleras caían al suelo para luego decidir quien entraría por su ano y quien por su vagina, mientras al mismo tiempo mi insaciable novia les lubricaba el pene con la boca. Sentado en el pasillo a unos metros de la orgia podía oír como nuevamente volvía a gemir de placer al momento de recibir ambos penes al mismo tiempo, nuevamente oí como su pequeño cuerpo chocaba violentamente con los cuerpos de los otros dos sujetos que perdidos por la razón la sujetaban de los pechos y de los cabellos cabalgándola enloquecidamente. Al poco rato pude oír a los otros dos tipos que habían acabado hace unos minutos charlando entre ellos y diciendo que esta vez la pequeña furcia de mi novia estaba de buen humor, que otras veces no dejaba que fueran tan salvajes con ella. Así que esto no era un error o una mala coincidencia, la orgia que se llevaba a cabo a unos metros de mi era totalmente consentido, que idiota había sido, de seguro aquellas veces que quería hacer el amor con ella y le dolía en cuanto la penetraba no era porque era frágil y delicada sino porque estaba adolorida por las semejantes cogidas que ella mismo organizaba. De seguro esto me pasaba por ser tan sumiso e inocente, siempre que alguien me pedía un favor yo con gusto le ayudaba, solo para que al final no me den ni un gracias, había tanta gente hijaeputa en este mundo que yo me resistía a ser como uno de ellos, hasta aquel día.
En fin luego de aquella orgia en la que no participe, me las arregle para mandarla al carajo de forma épica, los trabajos y proyectos que había hecho para ella desaparecieron en la basura y me había encargado de que toda la universidad se enterara que era una maldita golfa en celo, había grabado parte de la orgia aquella noche y la había mandado a todos sus familiares, contactos y amigos fresas que tenía en su página, pegue volantes por toda la universidad con su cara, número de teléfono y una url donde había almacenado el video. Al poco tiempo todo el campus sabía que esta chica era una ramera y su vida social se fue al diablo, en cuanto a mí, solo tuve que hacerme la víctima, después de todo yo era un inocente estudiante que había sido manipulado por una mujer horrible (si claro).
No la vi más, intento convencerme que estaba drogada, que la habían obligado blah blah, no me importo y la mande al carajo. Desde entonces veía a las mujeres y las personas en general desde otra perspectiva, ya no les tenía confianza, luego de eso muchas chicas intentaron consolarme y hacerse mis amigas, pero al verlas al rostro solo veía a alguien intentado aprovecharse de mi nuevamente, el sexo con esas mujeres me parecía vacío y fingido como había sido gran parte de mi relación, al poco rato terminaba con ellas y las oía decir que era un insensible, mentiroso y egoísta, como no serlo después de haber amado a alguien que solo te utilizaba.
Ahí me encontraba yo en un círculo vicioso de auto odio y desconfianza, el amor para mi había muerto, al menos el amor con las mujeres, quizá era hora de buscarla en el género opuesto???
-Naahh – me dije a mi mismo, ese tipo de personas me agradan pero definitivamente no soy como ellos. No puedo ser capaz de imaginarme besando a otro hombre mientras este me acaricia las nalgas e intenta masturbarme.
Aun con mis pensamientos confundidos y en total desorden decidí poner mi atención en otros asuntos quizá más importantes, en ese caso sería mejor empezar de una vez la dichosa tesis obstáculo final para acabar la carrera y empezar una nueva y mejor vida; cuál iba a ser el centro de mi investigación que es lo que necesito saber, pros, contras, encuestas, etc. Desafortunadamente para mí, no contaba con una computadora en mi habitación ya que el lugar era pequeño y la odiosa de mi casera no permitiría que le hicieran hoyos a la habitación para la instalación de internet y banda ancha, el Wi Fii era quizá otra solución pero la señal era asquerosa en esa zona y solo sería malversar dinero. Lo único que podía hacer era frecuentar los múltiples café internets que había por el lugar, al tratarse de una zona universitaria estos sobraban y la tarifa de uso era económica para mis bolsillos así que solo era cuestión de encontrar uno que fuera tranquilo y moderadamente veloz.
Fui al café internet que frecuentaba antes en mis primeros años en la universidad, pero al entrar me di cuenta que se había convertido en un nido de niños rata, jugando aquello y lo otro. Me fui de ahí inmediatamente y me puse a buscar por los alrededores otro establecimiento; al final luego de dar varias vueltas por la zona lo encontré, un poco alejado del campus pero era perfecto, tenía unas cabinas que cubrían los lados de la pantalla para que así ningún fisgón pueda ver lo que buscabas en la red, curiosamente ese lugar lo administraba una familia, compuesta por una señora ya de unos cincuenta y tantos, una hija mayor casi de mi edad, otra de unos 18 y una pequeña de 10 años que se paseaba de cabina en cabina en su uniforme de escuela cada tanto para curiosear lo que la gente hacia, me pareció molesta al principio, era ruidosa hurgaba todo y disimuladamente se ponía a espiar lo que hacías en la computadora, pero luego de un tiempo me acostumbre a su andar constante y a sus risas infantiles.
Al principio no me atraía para nada el ver a esa chiquilla flaca con el cabello negro largo todo desarreglado y con su uniforme escolar saltar de un lado a otro mientras su madre la reprendía para que deje de molestar a los clientes, pero algo cambio con el pasar de los días, no sé qué haya sido, simplemente de un día para otro verla correr alegre, sin preocupaciones jugueteando con todo y mostrando sus braguitas fugazmente de vez en cuando, hacía que mi cuerpo se excite de un rato a otro. Trate de calmarme y enfocarme en lo que importaba diciéndome a mí mismo que era solo una niña traviesa y no una mujer, pero cada día que pasaba era más excitante el verla, parecía que los momentos más emocionantes del día eran cuando ella pasaba por mi lado y fisgoneaba disimuladamente mi trabajo, podía sentirla respirar en mi nuca mientras el aroma de su cuerpo infantil llegaba a mis pulmones. A veces venia hacia mi cabina que se encontraba al fondo cubierta por una pared alejada del resto de máquinas y se ponía a jugar en el suelo a un costado mío, yo la oía mientras jugaba e imaginaba junto con ella los múltiples mundos y situaciones que se inventaba en su cabecita, un día era profesora otro día policía y otro día doctora, supongo que esta niña hacia eso porque estaba aburrida y no tenía a nadie con quien pasar el rato, yo aun tratando de parecer calmado solo me limitaba a escucharla y a echar de vez en cuando una fugaz mirada a sus braguitas blancas cada vez que inocentemente abría sus piernas.
Así entonces luego de unos días empecé a sentir un poco de morbo por esta inocente niña y comencé a buscar por la red paralelamente algo que calme mi sed de deseo, sabía que el sentirse atraído por una niña era socialmente mal visto y penado por ley pero eso no me detuvo; al poco rato encontré varios videos e imágenes de niñas y adolescentes entre los 10 y 16 años modelando en bikinis atrevidos y minifaldas extremadamente cortas (benditos japoneses XD), dejando a la imaginación un sinfín de situaciones eróticas con cualquiera de esas niñas.
– Carajo – me dije a mi mismo, contemplando el material de un nuevo mundo que acababa de descubrir, cada nueva imagen que abría me llevaba a situaciones que antes hubiera considerado inmorales e imposibles, ver a todas esas niñas angelicales posando con sonrisas en el rostro abriendo las piernas mostrando el culo, todo dentro el límite de lo legal, provocaba muy dentro de mi subconsciente un deseo oculto que antes no había sentido.
Día a día iba descargando más y más imágenes de estas niñitas, sin darme cuenta ya había llenado casi 20 gigas en mi disco duro externo que llevaba al café internet para guardar información. Por las noches solo podía imaginar que haría yo con cada una de esas niñitas tiernas, en esas poses sugerentes mostrando sus braguitas, con una mirada inocente y un cuerpo pequeño semi desarrollado hipnotizándome. Como se sentiría estar dentro de una de ellas, como se sentiría el acabar dentro de una niña así, acaso ellas también gemirían como lo hacía la puta de mi ex, podrían acaso ser capaces de recibir un pene entero dentro de esas vaginitas apenas desarrolladas, serían capaces de controlar un pene inquieto moviéndose de adelante para atrás en sus boquitas rosaditas para al final recibirlo todo hasta ahogarse con el blanco semen, es siquiera posible el hacerlo con una niña de forma tan salvaje como lo imaginaba?? Esas noches solitarias con las múltiples imágenes en mi cabeza me habían vuelto otra persona, las mujeres de mi edad poco a poco fueron dejándome de llamar la atención, y solo cuando veía a una niña mi cuerpo reaccionaba, había cambiado mis gustos sexuales más rápido de lo que pensé, acaso esto era normal, o solo otro capricho que se perdería con el tiempo.
– Debo investigarlo más a fondo.
Empecé a formular una tesis a parte de la que hacía para mi carrera, una tesis de comparación entre niñas y mujeres mayores, acaso era posible sostener una relación así? Lo primero era encontrar especímenes para experimentar, pero el estar al lado de una universidad no ayudaba a que niñas de primaria se aparecieran por montones, el rondar escuelas seria sospechoso y quien sabe quizá terminaría preso antes de que me diera cuenta. Así que lo primero que se me vino a la mente fue la pequeña niña que saltaba despreocupada cada día en el café internet, se llamaba Belén, y día a día fui estudiando sus gustos detrás de aquella cabina, cada vez que pasaba a mi lado podía oler su aroma infantil y sentir un ligero roce de sus cabellos desarreglados, luego de verla más de cerca me di cuenta que sus nalguitas eran bastante curveadas y cada vez que se estiraba podía ver su pancita expuesta y su ombligo infantil, rápidamente gane su confianza entablando pequeñas conversaciones cada vez que se ponía a jugar a lado mío y también gane la confianza de su madre la cual me veía como un cliente fiel y estudioso (oops lo siento doña). El problema eran sus hermanas las mayores que me trataban con cierta indiferencia y desconfianza quizá sospechando un poco mis intenciones con su pequeña hermana, a mí me importaba un carajo lo que pensaran de mi, solo tenía ojos para mi pequeña diosa, pero cada vez que ellas atendían no la dejaban acercarse a mí.
– Ahhh que perras – eso era un problema, con ellas atentas a todo no podía simplemente seducir a Belén sin levantar sospechas, no podía dar un paso en falso, sería catastrófico. Así que lentamente me dedique a avanzar sobre ella únicamente cuando estuviera atendiendo su madre, que se dormía de vez en cuando por las tardes y dejaba a la pequeña expuesta a mis carnales intenciones.
Verificaba que los pocos clientes que había no molestaran y llamaba a la pequeña Belén a mi cabina oculta al fondo en un punto ciego donde nadie podría ver lo que hacíamos. Mostraba interés en sus juegos y preguntaba sobre su escuela sus tareas e incluso sobre sus hermanas que la trataban mal cada vez que podían, una razón más para mandarlas al carajo, de vez en cuando le invitaba también uno que otro chupetín y hacia que me diera una probadita cada tanto después que lo chupara ella pudiendo así saborear también un poco de su salivita, rápidamente gane su confianza y al poco tiempo logre que se sentara en mis piernas sin que sospechara de mis intenciones, yo ponía algún video de caricaturas y permitía que ella se distrajera con eso mientras lentamente ponía mis manos en sus blancos muslos y poco a poco iba acariciándolas subiendo cada vez más y más arriba, cada tanto se movía para acomodarse e inocentemente sus nalguitas se acomodaban en mi entrepierna estimulando así con cada movimiento mi inquieto miembro que con cada roce se ponía cada vez más duro hasta tenerla literalmente ensartada dentro su traserito separados solo por nuestra ropa, podía sentir el calor de su cuerpito que se apoyaba en mi torso y de su muslos suaves bajo su faldita, cada vez que me acercaba a su entrepierna me detenía ahí y la dejaba acostumbrarse a la situación, pero cada día subía más y más sin que se diera cuenta, hasta que al fin llego el día soñado, luego de cerca de un mes de esfuerzo y paciencia la tenía en mis piernas y mis manos acariciaban sus muslitos suaves como siempre, pero esta vez iría a su tesoro, esa vaginita virginal que me tentaba cada día, ese era el día, no había nadie en el establecimiento, su madre dormida y nosotros en un rincón tapados por una pared. Empecé estimulándola como hacía con las mujeres mayores, besando su cuello suave y delicadamente, al poco rato empezó a moverse ligeramente de un lado a otro para acomodarse como siempre hacia y quizá también para librarse de la sensación de mi respiración en su cuellito que claramente le estaba produciendo algo, subí lentamente una mano desde su muslo hasta su vaginita y empecé a acariciar su suave intimidad sobre sus braguitas puestas, rápidamente soltó un pequeño gemido y me miro con esa expresión de inocencia que solo una niña de su edad tenia.
– Que me estás haciendo Javi ?
– Es un nuevo jueguito que quiero enseñarte Belencita, es un jueguito que las niñas grandes juegan cada día, vos ya eres grandecita verdad?
– Si ya soy grande – me dijo con una sonrisa infantil.- pero me haces cosquillitas cada vez que respiras y si me tocas ahí abajito me da todavía más cosquillas. ¿Es normal?
– Claro que si Belencita de eso se trata este jueguito, vas a sentir cosquillas en tu cuerpito y vas a ver que feliz vas a estar de un rato a otro, tu entonces quietita y disfruta tranquila, vas a ver cómo te gusta.
– Ya Javi, pero si me rio fuerte no me riñas sí.
– Sería mejor que rías despacito Belencita, si tu mama despierta de seguro ella es la que te riñe, así que tu calladita lo más que puedas ya.
– Voy a intentar, dale empieza.
Entonces ya con su permiso metí los dedos debajo de su braguita y busque desesperadamente su pequeño clítoris, se asustó un poquito al sentir mis fríos dedos dentro su sexo pero supongo que el nivel de confianza que me tenía la había calmado, ahí empecé a masturbarla lenta y delicadamente, no quería que de repente diera un grito y despertara a su madre; poco a poco su respiración se aceleró mientras yo aún seguía con los besitos en su cuello manoseando los muslos bajo su faldita colegial con una mano y con la otra su vaginita rosada, su cuerpo se estremecía con cada dedo que exploraba su intimidad e intento por un rato zafarse de mis garras pero yo la tenía controlada, no iba a escaparse de mí, quizá el hacerle esto a una niña antes era más que impensable para mí, pero ahora era una necesidad, ese día sentí que el antiguo yo había muerto.
Luego de 5 minutos de empezado el juego Belén soltaba pequeños gemidos y se movía descontroladamente, comenzó a jadear, síntoma que en verdad estaba excitada por lo que le hacía en ese momento, sus piernitas se encontraba abiertas y su faldita de primaria ya desabotonada poco a poco iba cayendo de su cinturita, las braguitas amarillas que llevaba se encontraban ya tiradas en el suelo y su blusita semiabierta dejaba ver sus pechitos rosados sin desarrollar que no eran más que pequeños botoncitos; sus jadeos se hicieron más intensos mientras mis manos acariciaban cada centímetro de su virginal cuerpo, sus manitas descontroladas apretaban y rasguñaban mis brazos de manera sensual, se resistía al placer que poco a poco la inundaba, mi miembro estaba a mil, y exigía salir de mis pantalones, pero ese no era el momento ni el lugar para hacerlo, su suave traserito tampoco ayudaba a apaciguar lo que crecía en mi entrepierna, ya que podía sentir claramente que conforme pasaban los minutos ella empezaba a dar leves saltitos encima mío haciendo que su traserito se encaje en mi virilidad, aun con la ropa puesta la sensación que provocaba en mi casi logro que me descontrolara; los gemidos suaves que Belén soltaba me excitaban como ninguna mujer lo había hecho antes y ya estaba listo para venirme, cuando de repente fue ella la que se vino primero, con un gran gemido y un grito ahogado vi como de su vaginita chorreaba un tibio líquido que se deslizaba por sus muslos manchando parte de mis pantalones y la mano que la masturbaba, sus manitas que hace ratos se encontraban luchando con mis brazos se habían rendido al placer que ahora de seguro recorría todo su cuerpecito, al ver la expresión de satisfacción en su rostro yo también me vine dentro mis pantalones y mi pene duro, que aún se encontraba aprisionado entre sus deliciosas nalguitas, poco a poco fue desinflándose.
Jadeaba lentamente mientras su respiración volvía a la normalidad, nos miramos y volvió a darme esa mirada inocente y la sonrisa sincera que me había atraído a ella desde un principio, sus ojos negros me hipnotizaron por un instante al encontrarse con los míos y sentía que quería hacer de esta niña la más feliz de todo el mundo.
– Me gusta este jueguito Javi, jugamos otra vez?
– Huhm, las veces que quieras mi Belén que bien que te haya gustado, sabes este jueguito es solo el principio de lo que las niñas grandes juegan, otro día te enseño los demás jueguitos sí.
– Si Javi sí, pero mientras tanto ven quiero decirte algo – me dijo y señalo que me acercara más hacia ella.
– Chuuu- me dio un besito en la boca repentino.- JuJu, ahora eres mi novio está bien?
Yo solo reí ligeramente, mientras la volví a acercar hacia mí para darle un beso como se debe, lengua hasta el fondo.
– Claro Belencita, una novia linda como tú es lo que siempre quise. ¿Lista para seguir jugando?
– Si Javi, juguemos otra vez.
Continuará