Continua las aventuras de Vicky y su amado papaito, y por su puesto los amigos de él, ahora veremos que paso luego de que llegaron a recojer a su mama y como cambio la vida de Vicky a partir de conocer a “Los amigos de Papá” ??
Cuando desperté estaba en mi cama, sentía unas manos aplicando algo a mi culito y mi puchita, (ji ji ahora ya le digo como le puso mi papi a mi vaginita), baje la mirada y vi a mi papito que me dijo – hola princesa, esto ayudara a calmar el ardor que de plano sientes, ya verás que mañana estarás como nueva, ¿sí? –
Yo solo asentí y volví a cerrar mis ojos y me quede profundamente dormida.
A la mañana siguiente me desperté con los gritos de mi mama – ¡Vickyyyyy, vas a llegar tarde al colegiooooo, apúrate y baja a desayunar!
Me incorpore en mi cama y pude ver que tenía mi camisón de dormir y mis calzoncitos puestos, me pare y me los baje para ver cómo estaba mi puchita y comprobé que mi papi tenía razón, la vi rosadita y normal, pase mis deditos por mi anito y también lo sentí normal, sin dolor o ardor, pero al pasar los dedos también sentí un cosquilleo que me erizo la piel, en ese momento me paso por mi mente el momento en que la vergota de mi papa estaba dentro de él y sentí como el calorcito en mi estomaguito regresaba… y suspire profundamente. Luego abrí mis ojos y me metí corriendo al baño para ducharme, ya que mi mama seguía gritando abajo.
Baje saltando las escaleras y mi faldita escocesa se elevaba de arriba abajo, me sentía feliz y entusiasmada, cuando llegue a la cocina vi que mi mama estaba sirviéndole el café a mi papa que estaba leyendo el periódico, al verlo de inmediato se me vino a mi mente la imagen de él recostado en el sillón trasero del auto con su verga erecta apuntando al cielo y su mirada de lujuria cuando me empezó a bajar a ella, sentí escalofríos deliciosos; sacudí mi cabecita y me senté en la mesa, ya mi mami había servido mis panqueques y los bañe en miel y empecé a devorarlos, levante la vista para ver a mis papas, mi mami como siempre comiendo un yogurt, siempre decía que se miraba gorda aunque yo nunca lo note, siempre habíamos comentado con mis amigas que se parecía mucho a Reese Witherspoon, bajita y rubia.
Mi papa estaba tomando su café y mordisqueaba un panecillo, se miraba guapísimo con su camisa polo blanca, sus pantalones caqui, se notaba su panza, pero no era muy prominente, como era dueño de varios centros comerciales no tenía que llegar a ningún trabajo a ninguna hora, tenía sus oficinas en el centro de la ciudad pero podía llegar a la hora que quisiera, mi mama me llevaba siempre al colegio pero cuando mi mama tenía que llegar temprano a su bufete entonces él me llevaba.
– Amor, podrás llevar a Vicky hoy, por favor, tengo que irme ya me están esperando – le dijo mi mama a papi, mientras se levantaba y agarraba sus cosas.
– De acuerdo – dijo mi papa sin siquiera apartar su vista del periódico, me puse en alerta, pensé que algo diferente pasaría.
Mi mama se fue y entonces termine de comer mis panqueques, me quede mirando a mi papito y el muy despacio, levanto la mirada y pude ver su ojos azules fijos en mi – bueno princesa, ¿nos vamos?
– Si papi, voy por mi mochila – dije y subí corriendo a mi habitación, baje y mi papa ya me esperaba en la puerta, cuando pase a la par suya me tomo de la mano y salimos, nos subimos a su carro y enfilo hacia mi colegio, el cual estaba a unos 20 minutos de la casa.
Cuando me senté en el sillón mi faldita se levantó un poco y se podían apreciar mis piernitas, esto no pasó desapercibido a mi papito, – ¿Desayunaste bien mija? – Me pregunto – Si papi – le respondí.
Luego con su mano derecha comenzó acariciar mis piernitas – pero no vi que tomaras tu vaso de leche – me indico y ciertamente me recordé que por salir corriendo no me tome mi leche – no papi, se me olvido – le dije.
El colegio se encuentra prácticamente en línea recta de mi casa y era prácticamente una autopista libre, coloco el carro en modalidad crucero (funcionalidad que permite que el carro avance con la velocidad y timón fijados en la última posición definida) retiro un poco el sillón y se abrió el cierre del pantalón, luego saco su pene ya erecto y me dijo con una sonrisa – bueno mija, tendrás que tomar otra clase de lechita, ven, chúpame la verga, ¿sí?
Yo ni lerda ni perezosa me abalance sobre mi papi y me lleve su hermoso pene a mi boca y comencé a mamársela, mi papi solo llevaba la vista fija en el camino y de vez en cuando cerraba los ojos en un rictus de placer que le estaba proporcionando, me esforzaba por metérmela toda en mi boquita, apenas lograba llegar a la mitad, pero lo intentaba más y más, y entre más lograba meterme oía que mi papito más pujaba, cuando me la sacaba le lamia sus huevos, en ese momento me percate que mi papito se había rasurado todo ahí abajo, ¡que bueno es mi papito! con tal que no me atragantara con sus pelitos.
Ya llevaba como unos 10 minutos realizando la mamada al pene de mi papito cuando sentí que su mano me sostenía mi cabecita con su pene dentro de mi boca y entonces pude sentir como empezó a palpitar y de inmediato sentí como impactaban en el fondo de mi boca sendos chorros de semen, intente tragarlos como iban saliendo pero fueron 5 o 6 fuertes que no los pude tragar de un solo y tuve que retenerlos en mi boca, cuando sentí que me soltó la cabeza pude voltear a verlo y pude ver su expresión de placer reflejado en su mirada entrecerrada, bajo la mirada y me sonrió, posiblemente al ver mi cachetes inflados con su “lechita”, – bueno mija trágatela pues – me ordeno, y yo con gusto procedí a tragármela, realmente le estaba tomándole gusto al semen – bueno ahora límpiame bien – me indico y yo procedí a limpiar toda su verga que poco a poco se estaba desinflando, cuando estuvo todo limpio él se subió el cierre y retorno su asiento a su lugar original, yo me senté en el mío con una sonrisa de oreja a oreja.
– Te está gustando esto verdad mija – me dijo mi papito también sonriendo – Si papito, realmente me gusta mucho – le respondí sacando mi lengüita en forma de burla.
En ese momento llegamos al colegio, mis amigas me esperaban en la entrada y yo me despedí de mi papito con un beso en los labios, pero esta vez no fue solo un topón como siempre, si no que metió su lengua en mi boquita, me gustó mucho, y luego cuando me estaba bajando me paso su mano por mi culito, eso también me gusto. Realmente no aguantaba las ganas de que llegara la hora de salida para volver a ver a mi papaíto.
Realmente algo había cambiado en mí, lo sentía, ahora me fijaba más en los maestros hombres, sin querer me fijaba en sus pantalones, específicamente en sus braguetas, en los muy viejos que usaban pantalones holgados no se notaba nada, pero en los que usaban pantalones de lona si podía apreciar algo. Realmente me moría de la curiosidad de verles los penes, no sé porque pero tenía esa urgencia ahora, y creo que algunos de ellos se dieron cuenta, pero eso se los contare más adelante.
Bueno, logre pasar toda la mañana y el almuerzo lo mejor que pude, ya no aguantaba las ganas que fueran las 2 de la tarde para que pasara a traerme mi papito. Y por fin dieron las 3, salí corriendo despidiéndome de mis amigas, y pude ver a mi papaíto esperándome en su vehículo, se veía muy feliz y sonriendo, al llegar me arroje a sus brazos y le plante un beso en su boca, esta vez solo fue un taponcito, ya que me separo rápidamente a la vez que me susurraba – ahorita no mi nena, nos están viendo – y ciertamente mis amigas no nos perdían de vista, eso me encanto y me sentí como toda una mujer grande a la cual admiraban, así que sin perder mi sonrisa de oreja a oreja me metí al carro y nos fuimos del colegio.
Durante el trayecto mi papa no dejaba de ver mis piernitas blancas, yo con tal de verlo feliz, subía mi faldita hasta la orilla de mi calzoncito, y mi papa me recrimino – mija deja de hacer eso si no ya no llegamos al parque y nos perderemos de la diversión, a propósito necesito que hagamos un juego ¿sí? – Me dijo guiñándome un ojo, lo cual me divirtió, – claro papi lo que digas – le dije.
– Bueno cuando lleguemos no les debes contar que ya mi verga jugo con tu puchita y tu culito, ¿de acuerdo?, ellos posiblemente te pregunten cuando no me percate yo, y tú debes hacerte la que no sabe nada, ¿sí?
– Ok, papi no les diré nada. – le dije, haciéndome la cómplice le guiñe un ojo y me sentí feliz de tener esos secretos con mi papi.
En poco tiempo divise el parque, solitario como siempre, y al fondo solo pude ver 3 vehículos, reconocí el de Tony siempre al fondo, el siguiente no lo recordaba, y el tercero era el de Benito.
Mi papi se parqueo y bajamos del carro juntos, me tomo de la mano y caminamos hacia el carro de Tony, pasamos por el carro de Benito y este estaba con la cabeza recostada en su sillón con los brazos cruzados atrás de su cabeza, como descansando, pero al acercarnos pude ver una cabecita que subía y bajaba, de inmediato reconocí que era una niña, y al estar cerca del carro bajo la ventana y Benito saludo a mi papito – Hola Víctor ¡cómo están!
– Bien Benito – respondió mi papa – veo que hoy si pudo venir María – dijo mirando la cabecita de la niña que estaba tratando de meterse toda la tranca de Benito en su boquita, – Mija salude a Víctor – le dijo Benito levantando la cara de la niña por la barbilla, la niña descorcho su boquita del glande del pene de su padre y nos dirigió una sonrisa diciendo – Buenas tardes Don Víctor.
– Buenas María – respondió mi papa y dirigiéndose a mi le dijo – esta es mi hija Vicky creo que serán buenas amigas – Hola María – atine a decir mientras miraba como un hilo de saliva caía de la boquita de María a la verga de Benito.
– Hola Vicky – me respondió la niña, le calcule unos 7 o 8 años ya que se veía que era más pequeña que yo.
– En unos minutos llego por ahí con ustedes – dijo Benito mientras le dirigía la cabeza de Maira de nuevo hacia su pene y recostaba su cabeza en el sillón nuevamente.
Seguimos caminando hacia el carro de Tony, yo ya había empezado a sentir nuevamente ese calorcito rico en mi interior solo con ver como María le chupaba la verga a su papa, a papa también parecía haberle gustado lo que vio ya que ya no me llevaba de la mano si no que su mano estaba depositada en mis nalguitas y su pantalón acusaba ya una erección.
Llegamos al siguiente vehículo y entonces pude recordar que era del viejito de la ves pasada, que tenía a su niña sobre sus piernas y que solo se veía moverse de arriba abajo, pero ahora, no vi a nadie dentro del vehículo, me extraño, pero de repente pude ver que Tony estaba platicando con él recostados en el vehículo de Tony, al llegar lo pude ver bien, si se miraba viejito pero era por las canas, talvez tendría unos 50 o 60 años, era un poco más bajo que mi Papa y que Tony y tenía un bigote blanco como el pelo de su cabeza. Cuando llegamos del lado que estaban recostados pude ver que solo tenían puestas sus camisas, ya que de la cintura para abajo estaban desnudos, y de rodillas a sus pies estaban dos niñas, ambas estaban con los penes de los hombres en sus boquitas, estaban sobre una sábana muy ancha que estaba en el césped, pude reconocer a Anita hija de Tony con el pene del viejito, era grande, talvez como el de Benito, pero tenía muchas venas que lo hacía ver muy amenazante, Anita se lo metía completamente en la boca y lo sacaba, pude ver que su glande parecía una punta de flecha, no tan cabezón como el de Benito sino más bien del grueso del resto del tronco; la otra niña me pareció que era la que estaba con el viejito la ves pasada, le calcule que tenía unos 10 años lo cual me lo confirmaron después, ella estaba haciendo todo lo posible por meterse la gran vergota de Tony, ambas estaban todavía con sus uniformes, pude reconocer el color de ambos uniformes que realmente eran del mismo colegio, uno que me habían comentado que es muy caro y que van casi solo “niñ@s bien”.
Al vernos saludaron a mi papi – ¡Hola Víctor qué bueno que viniste! – Le dijo Tony – Hola Tony, Hola Sr. González – dijo mi papi saludando a ambos hombres con un apretón de manos – Hola Víctor, ya te he dicho que me puedes decir Juan – le dijo el viejito – prácticamente somos “hermanos de cueva”, verdad Martita – le respondió el viejito sobándole la cabeza a la niña que le chupaba la verga a Tony.
– Bueno eso es cierto Juan, claro que gracias a Martita – y los tres hombres se rieron, yo no entendí la broma pero me imagino que es un chiste de hombres.
– Ella es tu hija Vicky ¿verdad? – le pregunto Juan a mi papa, al hacerlo no pude evitar ver que se pasaba la lengua por los labios – Si Juan es mi nena – respondió mi papa.
– Y por lo visto ya conoció a Tony y Benito, según me cuentan – dijo mirando a Tony a lo cual este solo asintió con una sonrisa en su cara – que te parece si ahora si hacemos el trato del que platicamos Víctor.
– Por mi excelente, pero veo que solo vino Martita hoy, no trajiste a tu otra nieta Juan – Le dijo mi papa viendo hacia el vehículo del viejito.
– No hay problema Víctor, Danielita esta con su abuela comprando en el Mall, pero te aseguro que mañana estará aquí, ¿entonces qué dices, lo hacemos?
– De acuerdo – le dijo mi papa, luego me voltio a ver y me dijo – mija ¿te gustaría ayudar a Anita?
Yo pestañe dos veces y voltee a ver a Anita que en ese momento pasaba su lengüita por los huevos de Juan – Si papi, si es lo que quieres – le respondí y me acerque a Anita que se apartó un poco para darme lugar a que me arrodillara.
En esa posición pude ver de cerca la verga de Juan, la agarre con mi manita y empecé a masturbarlo, la saliva de Anita permitía que mi mano resbalara fácilmente, pude sentir el tacto de esas venas que tanto me intrigaban, pensé que las sentiría duras, pero se desaparecían al contacto con mis dedos, así que empecé a apretar a lo que Juan solo me decía – wow mijita, tranquila que no es de hule, mejor chúpala ¿sí?
Empecé a pasar la lengua por todo el tronco y luego abrí mi boca para intentar metérmela, me cupo casi ¾ partes, empecé hacer el mete y saca echándole mucha saliva, lo chupaba y chupaba, de momento me percate que ya no estaba Anita con migo, y al voltear a buscarla pude ver que estaba en cuatro patas, con la falda levantada y sin calzones, y tenía la cara de mi papa completamente introducida en sus panochita, parecía que mi papa estaba intentando entrar en ella por ese agujerito, me causo mucha gracia, pero también empecé a sentirme un poco celosa, en ese momento vi que Martita también era puesta en cuatro patas enfrente de Anita y las dos empezaron a besarse, eso me intrigo un poco, no sabía que ellas fueran lesbianas, aunque no creo que lo fueran si estaban con estos hombres, realmente me confundí un poco, pero parecía que no era la primera vez que lo hacían.
Por atrás de Martita estaba Tony realizando exactamente la misma operación que mi papa, ambas niñas estaban súper coloradas, me imagino por el trabajo oral que estaban realizando los hombres adultos que tenían en sus colitas. Sentí una mano que me sujetaba la barbilla y vi que el viejito se me acercaba con su boca y me planto un beso largo, y su lengua penetraba mi boquita registrándola completa con su lengua, luego me tomo del brazo y me llevo junto con las otras niñas, indicándome que me pusiera igual que ellas, lo hice y entonces Martita y Ana dejaron de besarse para mírame y sonreírme – Hola Vicky, bienvenida – me dijo Anita y me dio un beso también de lengua, voltee a ver a Martita y su carita estaba compungida, con sus ojitos cerrados y su boquita semi abierta, luego viendo un poco más atrás me di cuenta porque, mi papa estaba maniobrando detrás de ella y seguro estaba introduciendo su pedazo de carne gruesa en la puchita de Martita, mi papito estaba súper concentrado guiando con su mano su pene, aunque no lo podía ver desde mis posición si podía imaginarme cómo iba entrando en la cuevita de Martita, ¡Ja! Ahora entiendo el chiste… “hermanos de cueva” ji ji.
Por lo visto ya había podido penetrarla ya que pude ver que la asió con sus dos manos en su cinturita, casi la podía rodear con ellas, y empezó el mete y saca consabido, Martita tenía los ojos entornados, se veía que lo estaba disfrutando, sentí otro beso en mi mejilla y a la vez un beso en mi puchita, wow, no sentí en que momento el viejito me había quitado los calzoncitos, y tenía ya su cara pegada a mi puchita, sentí como su lengua penetraba mi cuevita y sentí riquísimo, voltee a ver a Anita y está ya estaba recibiendo los empujones de su papa, que la tenía sujeta de la cintura y le estaba dando duro, pude apreciar la diferencia, mi papa le daba despacio a Martita, empujando suavemente su vergota y sacándola con un ritmo cadencioso, mientras que Tony parecía que quería partir a su hija en dos de lo fuerte que la penetraba, ambas niñas tenían sus boquitas semiabiertas como esperando que algo se depositara en ellas.
De repente sentí una respiración en mi espalda, y escuche a don Juan preguntarme – bueno Vicky, ¿ya te han cogido por tu conchita? – Y me recordé de lo que mi papi me dijo – No don Juan, todavía no – le respondí.
Mi respuesta fue como un toque eléctrico para el viejito que me empezó acariciar la espalda, sobre la blusa, y me dijo – pues mija hoy voy a disfrutar de tu conchita, espero que te guste ya que es un trato con tu papi, así que se fuerte y no me vayas a chillar.
– Está bien don Juan le dije – entonces el viejito desabrocho mi blusa y me empezó a apretar mis penzoncitos, que apenas eran un par de núbiles puntos sobre mi pecho, luego se colocó atrás de mí y sentí como su barra de carne empezó a buscar la entrada de mi puchita.
Cuando la coloco en ella, sentí como fue penetrando poco a poco dentro de mí, por lo visto no me había estirado lo suficiente mi papito, ya que sentí enorme la verga de don Juan, a pesar que yo sabía que era más delgada que la de mi papi. Así que apreté los labios y los ojos y sin querer se me escaparon un par de lágrimas cuando el viejito llevaba la mitad dentro, – Ve despacio Juan que le está doliendo – escuche decir a mi Papa y abrí mis ojitos y lo vi a la par mía, su pene estaba goteando semen, lo que me imagine que el resto su descarga estaría dentro de Martita que estaba sentada en la sabana observando atenta hacia mí.
– Perame un ratito ahorita vengo – dijo Tony y se descorcho de su hija y fue a su vehículo, regresando con un tubo que le paso a Juan – échate un poco de esto, es lubricante ayudara para que entre más fácil – diciendo esto Juan se retiró un poco de mi sacando solo parte de su pene y hecho un poco en el tronco y luego volvió a ingresar lentamente en mi puchita, hasta la mitad, luego saco otro poco y de un envión me la dejo ir toda, abrí como platos los ojos y mi papa me estampo un beso en la boca que no me dejo gritar.
Tony había regresado con su hija, solo que ahora estaba recostado y Anita estaba sobre su cara, mientras Martita está a horcajadas sobre su pene y estaba introduciéndoselo poco a poco con una cara de satisfacción increíble, don Juan empezó a agarrar ritmo en mi puchita, entrando y saliendo, yo me sujetaba de los brazos de mi papa, el cual no se perdía detalle de la cogida que le estaban dando a su hijita, y le gustaba, porque por la posición que estaba su verga que estaba flácida ya estaba recuperando su dureza, y en menos de lo que cuento ya me estaba guiando mi cabecita hacia ella, yo solo atine a abrir la boca y dejar entrar su vergota, ya que en ese momento sentía que mi orgasmo se acercaba rápidamente, don Juan había agarrado buen ritmo en su mete y saca y en un momento que voltee a verlo, solo pude apreciar que apretaba los dientes y repetía como para si mismo – Que apretado, que apretado, que rico, que rico, me encanta tu conchita mija, me estas succionando la verga, me encanta, que rico, que rico.
Mi papa seguía observando como el pene del viejito desaparecía una y otra vez en mi vaginita, y justo cuando me estaba llegando mi orgasmo y sentía que estaba flotando, pude sentir como un sendos chorros de semen golpeaban en mi interior, y pude escuchar como el viejito decía – Mierda me vengooooo, que ricoooo, hahhh, que rico aprietas mijaaaaaa, haah.
Después de sentir como palpitaba el tronco del viejito este se separó de mí, descorchándose de mi puchita, yo ya había vuelto a la tierra y me esmeraba en chuparle la verga a mi papa. Podía ver como Tony seguía penetrando a Martita, Anita no estaba con ellos y supuse por un momento que se había ido al carro de su papa, pero al voltear a ver pude notar que don Juan se sentaba a la par de otra niña, la reconocí de inmediato, era María la hija de Benito, no se cuánto tiempo llevaba ahí, pero luego pude ver que Anita estaba en cuatro y estaba recibiendo a Benito por su culito, Wow, esta niña sí que es insaciable me dije para mí misma.
En ese momento pude escuchar a Tony bufar y sujetar de manera fuerte a Martita de la cintura y exclamar que se estaba viniendo, y por lo visto fuerte, dos segundos después estaba Benito también bufando descargando su lechita en los intestinos de Anita, viendo esto solo sentí unos fuertes chorros de semen en mi garganta, mi papito se estaba vaciando en mi boquita, ¡que rico!, Luego los cuatro hombres estaban sentados sobre la sabana, permitiendo que cada una de sus niñas los limpiaran bien, a todo esto eran apenas las 4 de la tarde…
Continuará