El relato erótico "Fiesta familiar, Parte 08 (de Cazzique)" es un texto de ficción, ni el autor ni la administración de blogSDPA.com apoyan los comportamientos narrados en él.
No sigas leyendo si eres menor de 18 años y/o consideras que la temática tratada pudiera resultar ofensiva.
- Fiesta familiar, Parte 01 (de Cazzique)
- Fiesta familiar, Parte 02 (de Cazzique)
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- Fiesta familiar, Parte 08 (de Cazzique)
Ese día entre Montserrat y yo paso sin ningún inconveniente y después de arreglar todo en la habitación ella se fue a acostar un rato y yo me puse a arreglar algunas cosas pendientes que tenía en la casa, más tarde bajo mi hija y me pregunto por su prima.
Cuando ella se dió cuenta de que Montserrat no se encontraba inmediatamente me pidió que le diera una buena mamada ya que estaba muy caliente, enseguida se levanto la camiseta larga que traía y me mostró sus hermosas bragas blancas que ya mostraban un poco de humedad en la parte de la panocha, la hice que se acomodara en el sillón y mientras le quitaba las bragas le iba besando las piernas, mi hija me tomaba de la cabeza evitando que me levantara, sus suspiros y gemidos aún eran un poco bajos, mis manos se pegaron a sus nalgas y uno de mis dedos comenzó a hurgar dentro de su ano entretanto mi boca ya recorría el camino de sus tobillos hacía sus piernas, poco a poco mientras me iba acercando a su húmeda gruta los gemidos de mi niña se hacían más y más fuertes. Al llegar a su vagina su característico olor invadió mis fosas nasales y esto me empezó a enloquecer. Con mi lengua busque los labios gruesos e inmediatamente se los comencé a chupar y lamer, los jugos de mi niña se depositaron en mi lengua mientras le mamaba la panocha regalándome así su delicado sabor.
Vanesa se retorcía en el sillón mientras que mi verga se iba endureciendo cada vez más, por fin después de algunos minutos de estarle mamando mi hija logro tener un fuerte orgasmo y entonces la deje descansar un poco, me puse de pie y la vi ahí completamente excitada, con las piernas abiertas de par en par, su vagina rosada completamente húmeda y su playera hasta la cintura en la cual un poco más arriba se marcaban a la perfección sus senos y muy en especial sus puntiagudos pezones. En un rápido movimiento le levante la playera para dejar desnudos sus dos lindos pechos y luego me agache para podérselos mamar; primero la masas de carne y luego ir subiendo hasta alcanzar su erecto pezón al cual chupe lentamente, haciéndola sufrir de placer.
Luego de varios minutos de mamarle las tetas a mi linda niña de catorce años me puse de pie y enseguida me desnude para luego cargarla pegando a mi pecho su cuerpo que quedo unido al mío y como su cara quedo a la altura de la mía aprovechamos para besarnos, su lengua salió inmediatamente en busca de la mía y así iniciamos una larga lucha en el interior de nuestras bocas, mis manos se colocaron bajo las nalgas de mi hija y las piernas de esta me abrazaron por la cintura al mismo tiempo que su brazos rodearon mi cuello, cargándola por las nalgas la fui dirigiendo hasta la punta de mi verga y en varias ocasiones falle en el intento hasta que por fin en una de esas la cabeza de mi pene se enterró entre los labios vaginales de mi hija, ahí la mantuve unos instantes antes de irla dejando caer poco a poco y que ella sola por su peso se fuera enterrando en mi erecto pito; cuando por fin estuvo completamente enterrada en mi verga entonces si comencé a moverla de arriba hacia abajo e iniciamos una lenta cogida en esa posición que era francamente una delicia.
Lentamente mi hija subía y bajaba por la barra de carne que se enterraba en lo mas profundo de su vagina, la sensación que ambos recibíamos nos estaba acercando rápidamente a otro orgasmo, nuestros cuerpos se frotaban uno contra el otro en un excitante ritual que prácticamente hacia que nos fundiéramos uno en el otro, los senos de mi niña se restregaban en mi pecho y su estomago en el mío, mis manos cargaban sus nalgas a la vez que las masajeaban y nuestras bocas continuaban fundiéndose en un interminable beso que nos estaba gratamente sofocando.
Los movimientos en nuestros cuerpos se empezaron a hacer más profundos, con más lentitud pero tratando de penetrar lo más posible y restregándose lo que más que se pudiera, las sensaciones se agolpaban en nuestro cuerpo iendo que la piel se nos erizara a ambos y entonces de pronto sin más Vanesa comenzó a venirse haciendo que las contracciones en su vagina fueran más fuertes y apretando así mi verga con gran fuerza, esto me orillo entonces a soltar un gran chorro de leche dentro de su linda y calida gruta, fue una explosión fantástica recibida con gran placer por mi niña que inmediatamente soltó un fuerte quejido al sentir que yo también me estaba viniendo literalmente a chorros dentro de lo más profundo de su panochita.
Cuando terminaron nuestros orgasmos yo me deje caer sobre el sillón con mi hija encima y ambos nos quedamos descansando varios minutos ahí, cuando de pronto sentí que alguien me tomaba por la espalda, era mi esposa que nos dijo que la cogida que nos habíamos dado era de lo más formidable que lo debería de intentar un día con ella. Patricia nos comento que había llegado y al notar que no había nadie en la sala se imagino que estábamos cogiendo, subió a las habitaciones pero solo vio que Montserrat se encontraba durmiendo y bajo entonces al estudio, abrió un poco la puerta sin hacer ruido y vio cuando yo me estaba desnudando y mientras que nosotros cogíamos ella se masturbaba a nuestro ritmo.
Esa noche los tres nos fuimos a dormir juntos y descansamos durante toda la noche, al día siguiente había que pararse temprano para ir a dar un paseo por el bosque y así poder distraernos de la rutina de la semana. Este era el último día que Montserrat estaba con nosotros ya que el domingo a medio día vendrían sus padres por ella.
Ya en el bosque los cuatro íbamos caminando por una vereda apreciando lo verde de los árboles y lo tupido que estaba la hierba en esa época del año Patricia llevaba de la mano a Vanesa y Yo iba con mi sobrinita de once añitos, nos íbamos rezagando un poco ya que a ella se le ocurría pararse a cada rato a apreciar las flores del bosque y alguno que otro animalito que a lo lejos aparecía; en una de esas veces nos tardamos un poco admirando varias florecitas que estaban por ahí y ya no pudimos ver a Vanesa y a mi esposa, fue en eso que le empecé a preguntar a mi sobrina que si le había gustado la forma en como me la cogí y que si le gustaría que lo volviéramos a hacer, ella me respondió que si le había gustado pero que le dolía la colita un poco, además me pregunto que cuando lo volveríamos a hacer ya que mañana ella se regresaría a su casa, por supuesto que yo me la iba a seguir cogiendo y le dije que mañana antes de que se fuera yo le iba a dar el numero de mi celular para que cuando ella estuviera solita en su casa me hablara y yo la iría a visitar y así poder hacer estas y más cosas que le iba a enseñar. Luego de besarnos y de acariciarnos continuamos con nuestro camino.
Continuará